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Toma partido
Esta técnica implica empujar a los estudiantes a implicarse activamente con las ideas que se
generan a su alrededor emitiendo juicios sobre las respuestas de sus compañeros. Ello puede
permitirte aumentar el número de estudiantes que participan y procesan una parte en
concreto del tema. Por ejemplo, puedes pedirle a tu clase que reaccione ante una respuesta,
como Bob Zimmerli, de la Rochester Prep hace: “Dos chasquidos si estáis de acuerdo; dos
golpes en el suelo si no”. Uno de los alumnos responde, y el resto tiene que decir si la
respuesta es correcta, pero para hacerlo tienen que indicarlo. Si se hace bien esto incrementa
tu ratio un 25%.
Las técnicas para Tomar partido pueden implicar a toda la clase (“De pie quienes estén de
acuerdo con Alexis) o estar dirigidas a un individuo (“Tu compañero ha respondido que 9 veces
9 es igual a 81. ¿Es correcto, Valeria?). Pueden ser evaluativas (¿Cuántos de vosotros creéis
que Dashawn tiene razón?) o analíticas (“¿Cómo puede comprobar tu compañera que su
respuesta es correcta, Alaina?”). Por último, pueden ser verbales o indicarse con gestos:
“Mostradme con las manos cuál creéis que es la opción correcta”. (Hay profesores que hacen
que sus alumnos agachen la cabeza para asegurarse de que no se miran las respuestas cuando
Toman partido o escriben su respuesta en trozos de papel o en pizarras).
Tomar partido ayuda a los estudiantes a procesar más contenido, y a ti te ayuda a evaluar el
aprendizaje. ¿Hasta que punto era representativa del resto de la clase la primera respuesta?
¿Qué respuesta incorrecta escogieron quienes fallaron el ejercicio? Además, dado que utilizar
técnicas que implican Tomar partido supone pedirle de forma explícita a un alumno que evalúe
la respuesta de un compañero (“¿A ti te parece correcto, James?” “Cuántos habéis respondido
igual que Ty?”), la técnica destapa las respuestas del resto de estudiantes. Hace que sus
respuestas parezcan igual de importantes en el proceso de aprendizaje que las del profesor y
pone de relieve que los profesores valoran las respuestas de sus alumnos.
Para que esta técnica funcione, también tienes que crear el ambiente apropiado para que tus
estudiantes se sientan cómodos exponiendo y discutiendo sus propios errores: dar golpes en el
suelo aunque otros estén haciendo chasquidos o levantar tres dedos cuando otros han
levantado cuatro y en última instancia que puedan contarte abiertamente el porqué de su
respuesta. No olvides elogiar a tus alumnos y hacerles ver que te das cuenta cuando disienten
a pesar de lo que opina el resto. Puedes decirles “Gracias por tu respuesta, Tarynn. Agradezco
que te hayas atrevido a disentir. Ahora vamos a ver por qué no estás de acuerdo”, antes o
después de lo siguiente “Dos chasquidos y dos golpes en el suelo por Tarynn, que nos ha
obligado a pensar un poco”.