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RACTERISTICAS BASICAS \RACTERISTICAS BAS” CA Vi. “DEL PROCESO RENAL EN LA CONSTITUCION NACIONAL jN LA CS duccion ee tura formal —y por eso mismo, necesariamente Ce de nuestro texto constitucional, puede llevar a super iccid ue cualquier juicio penal, por el solo false oneste catablecido con anterioridad al hecho que hecho de aaa cumple con las exigencias previstas en la wee Sentient El hecho de que no existan normas pre- aa sobre la estructuracion del juicio penal ha servido de fundamento a lecturas formales como las senaladas al prin- cipio de este parrafo. . Pero si realizamos una interpretacioén dogmatica de la Constitucion y, por sobre todo, si la ubicamos en su exacto punto politico institucional, advertiremos con facilidad que noes cierto que cualquier juicio penal satisfaga las exigen- cas constitucionales. En primer lugar, debemos recordar que nuestra ley fun- damental insiste por tres veces en que el Juicio penal debe es sae que se realice con la participacion de jurados ail io 1, ine. 12, y 118). Ademas, en el tinico caso en el tlene ean un juicio penal —el caso del juicio politico que etre oe especiales pero que, en esencia, sigue la habla de ra un juicio penal (art. 52)— la Constitucién nos | Porotra ai publico y oral. 2 Jiciog deben on exigencia del sistema republicano (art. 1°) de kobierno ne publicos, dado que la Publicidad de los " ica y Ig a una de las caracteristicas basicas de una Poder ministracién de justicia no sdlo es uno de los que g » Sino que es uno de los pilares oblernan el pais ALBERTO Uy, 98 el sistema republicano, cuya admisin, que es) jnstituciones provinciales (art, 59) Garay. tiza el reettim0, también podemos afirmar que nuestra on Por quiere que los juicios penales sean Tealizados ns tituci no por otros funcionarios. Las garantias de inde Por ae judicial e intangibilidad de las remuneraciones, ni recaudos para el nombramiento de los jueces, la inamoyy, dad salvo juicio politico, ete., nos senalan con Precisién ue nuestros constituyentes querian que la realizacién de los ji. de los jueces y no de cualquier otro funcio. cios fuera tarea j S 0 nario delegado (y de mas esta decir que, mucho menos atin, de simples empleados). ; Podemos afirmar, pues, que existen normas constitucio- nales claras que determinan que el juicio penal debe ser pi- blico, debe ser realizado por jueces y por jurados. Cabe preguntarse ahora: gexiste otra forma de realizar un juicio publico, con la presencia obligada del juez, y por jurados, que no sea mediante la oralidad? Es evidente que no, porque ella es el nico mecanismo que se ha hallado has- ta el momento para realizar un juicio penal de las caracteris- .ticas sefialadas por nuestra ley basica. Vemos, pues, que no es admisible con: interpretacion superficial de que cualquier juici juicio constitucional. Nuestra Constituci6n, por manda realizar, en todo el pais (art. 75, inc. 12 —qué esta” blece la Ley de Jurados con validez nacional—, art. 5° ape establece las condiciones de validez de las instituciones pro vinciales—, juicios orales, pitblicos y por jurados. Ese €s © disefio constitucional del juicio penal y aquel juicio que nos? Siva a estas caracteristicas no sera un juicio constitucl” Heese de escribir estas lineas, ningin J to cincuenta ae fence eds oo a et oe nal ques ean ‘a afios de sancionada la Constitucion Nacior al pitblico parac provincias que instauraron el ju iclo 46s ello casualidad? 10. en practica el sistema de JU gesprt cio de las arena es el resultado de un tradiciom ac es manifestacion de ao constitucionales? 40 — peor asco titucionales, segun 1 aplicacion selectiva de las 2°, jondh mente poderosee n los intereses de los grupos i" en nuestro pais? c eto de las formarse con la io penal es un el contrario, AL DERECHO PROCESAL PENAL 99 1 es que el juicio penal constitucional es algo dis- cierto " io que vemos todos los dias en los tribunales, en I in casos mas alejado que en otros. En ningun caso y en alg an lugar del pais podremos ver el juicio penal constitu- OE ten funcionamiento. a eran esta razon, y pese a las criticas que podra merecer este curso, NO centraremos nuestro estudio en aque- mas procesales vigentes, que no cumplen con la nor- mativa constitucional. Carece de sentido que el estudiante centre SU actividad intelectual en aquellas normas invalidas, orque no se adecuan a la ley fundamental. Si nos preocupa- remos por el Derecho positivo, porque no hay, ni debe haber, derecho “mas positivo” que el Derecho constitucional. Por otra parte, muchas provincias —en especial las que siguieron el movimiento reformador iniciado por el Cédigo Procesal Penal de la Provincia de Cérdoba (redactado por Al- fredo Vélez Mariconde y Sebastian Soler, de 1940)— cuentan con juicios penales mas “cercanos” al disefio constitucional, aunque no cumplan con todas sus exigencias. Este “disefo constitucional del proceso penal” puede ser ahondado aun mas, ya que es posible afirmar que en nuestra ley basica, la mision del juez es juzgar y no investigar. Nue- vamente, si nos remitimos al unico modelo de juicio disefa- do en la Constitucion —el juicio politico— podemos observar como se reserva claramente a la Camara de Senadores la fun- a de Tealizar el juicio, sin inmiscuirse en la preparacién De ee que es mision de la Camara de Diputa os. juee eee sacar dos consecuencias: 1) que nunca €! 2) ra e estar “contaminado” por la inivestigacl’t tray Clo y ny 0 propiamente jurisdiccional es la real zacio} unca la realizacién de la investigacion. cho Podriamos extraer atin una tercera consecuencia: el he- seat no existe juicio penal posible sin acusacion. coe ser, 4 Parte del disefio constitucional de proceso pena’ j “analizada en este capi ue aqui nos ceniremos al cio pitulo, ya q tral y ple- mai Penal proptamente dicho, que es la etapa cone ® Ee Sistem ez OCeSO penal. En Tos capitulos donde estudiemos los uedany, .¢ Investigacion volveremos sobre esos P - : = Utugig!® ¢laro al alumno, pues, que elJuiclo penal de la Con: on es ‘ &S un juicio con caracteristicas or ello {jos siste ALBERTO 100 . oe, Ello responde a circunstancias hist rica: ‘a hemos analiz; 1) Politieas das que, en parte, y ado. By t,1¢28muy Go ismo, aunque sea en el terreno de fe eeaende se interprete a ese republicanj a “te la burguesia triunfante tras las chase finales de siglo xvi y principios del siglo sax We acompas, : la gran expansion del capitalismo, y que luego, paula? mente, se fue degradando de la mano del i™perialismo), in. plicaba también un determinado modelo de justicig nal No es casualidad, pues, que nuestra Constitucién adopte precisamente ese modelo. Y quienes no lo han entendido asi es porque han tratado de sacar nuestra Carta Magna de a contexto histérico. Finalmente, el hecho de que e] YA Viejo diseno constitucional del proceso penal sea todavia una ta. rea pendiente, demuestra la importancia de su estudio; de. muestra también la importancia de que ese estudio esté orien. tado decididamente a la transformacion de las instituciones de nuestro pais. los SMo ¢o, aig grandes luchas™ 2. El juicio oral Como hemos visto en la Introduccién a este capitulo, la idad es un instrumento, un mecanismo previsto pare garantizar ciertos principios basicos del juicio penal. ene Pecial, ella sirve para preservar el principio de inmediacién. p ‘ani: la publicidad del juicio y la personalizacién de la funcién} dicial.! orali En este sentido, un instrumento de lo instrumento, un meci son principios SO penal. Se debe diferenciar muy bien I ie que es un principio. La oral ‘anismo; la inmediacién 0 la Dei 7 Politicos y garantias que estructuran 5 s unas" De esto no se debe desprender que la oralidad et noes to de menor importancia. Al contrario, hasta tal sf Je los BN et "Para ampliar ver AA.VV.: “La oralidad como factlitadora ela “iplos y garantias del proceso penal’, en La impleme!

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