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17. E.L.S. de deformación.

Lección 17. E.L.S. de deformación 2


Construcción III

Lección 17 E.L.S. DE DEFORMACIÓN.


1. Introducción...................................................................................................... 3
2. Patología debido a deformaciones excesivas ................................................ 5
3. Influencia del proceso de ejecución de la estructura ...................................... 7
3.1. Cargas en fase de construcción ............................................................. 7
3.2. Edad teórica de descimbrado ...............................................................12
4. Cálculo de flechas ...........................................................................................13
4.1. Definiciones ...........................................................................................15
4.2. Acciones ................................................................................................16
4.3 Método simplificado de cálculo de flechas ...........................................17
4.3.1. Flechas instantáneas .................................................................17
4.3.2. Flechas diferidas ........................................................................20
4.3.3. Flecha activa ..............................................................................22
5. Cantos mínimos ..............................................................................................24
6. Flechas admisibles .........................................................................................25
Lección 17. E.L.S. de deformación 3
Construcción III

1. INTRODUCCIÓN

Hasta hace unas décadas, las estructuras de hormigón armado presentaban


flechas relativamente pequeñas. No obstante, desde finales de los años 70 se ha
registrado un incremento importante de la siniestralidad en la edificación relacionada
con este tema.

En cierta medida, este hecho está directamente relacionado con los cambios
estructurales que se han ido produciendo en España desde entonces y que han
provocado un incremento paulatino de la flexibilidad de los forjados. Antes las
estructuras no solían plantear problemas de este tipo, por lo que la comprobación de
deformaciones era obviada sistemáticamente por los técnicos.

Como aspectos más destacables que han contribuido al progresivo aumento de


la esbeltez de los forjados se pueden señalar los siguientes: utilización de sistemas de
cálculo más precisos que han permitido, a su vez, una disminución de los coeficientes
de seguridad, empleo de mejores materiales, en especial por lo que se refiere a los
aceros, uso de luces de proyecto cada vez más grandes, y reducción del canto de las
vigas. En cualquier caso, la indefinición normativa que existió en España hasta 1988
en lo referente al cálculo de deformaciones no permitió un control analítico de las
situaciones tan desfavorables que se estaban produciendo como consecuencia de
estos cambios estructurales.
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a) Disminución de los coeficientes de seguridad.


En los años 60, la casi totalidad de los países tenía normas de hormigón
basadas en la llamada “teoría clásica”. En la década de los setenta se produjo un
cambio normativo importante y se empezó a trabajar con métodos de cálculo
más ajustados a la realidad (“teoría de los estados límite”) que han permitido una
reducción de los coeficientes de seguridad. De hecho, para obtener con los
métodos actuales seguridades análogas a las obtenidas con la teoría clásica,
habría que adoptar para las acciones un valor de f del orden de 1,8. Una
consecuencia directa de la reducción de los coeficientes de seguridad en flexión
simple es que se produce una reducción de armadura y, por tanto, una reducción
del momento de inercia equivalente de la pieza.

b) Empleo de mejores materiales.


Además del incremento de resistencia que han experimentado los hormigones y
que ha permitido el empleo de secciones más pequeñas y, en consecuencia,
más flexibles, entre 1960 y 1970 se generalizó el empleo de aceros de alta
resistencia. Aunque estos aceros presentan notables ventajas técnicas y
económicas en relación con los antiguos aceros ordinarios (AE 215 L), su uso
plantea ciertos problemas, pues se produce una reducción importante del
momento de inercia de las piezas (al haber menos sección de acero) y un
incremento del ancho de fisura (problemas de durabilidad). Cuanto mayor es el
límite elástico del acero menor es el área de acero necesaria y, por tanto, frente
a un mismo esfuerzo, la tensión de trabajo del acero es mayor, experimentando
en consecuencia mayores deformaciones en condiciones de servicio.

c) Aumento de las luces de proyecto.


Paulatinamente y por diversas razones1, las luces de proyecto se han ido
incrementando de manera importante. De hecho, en edificios de viviendas, las

1
Con frecuencia, la presencia de garajes en las plantas bajas o sótanos obliga, para conseguir un máximo
aprovechamiento del espacio, a buscar separaciones entre caras de pilar que sean múltiplo de 2,20 m (ancho libre
mínimo de una plaza de garaje), no siendo por ello extraño encontrar separaciones de 6,60 m.
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luces habituales en 1960 estaban en el rango de los 4,00 ó 4,50 m; hoy en día
esa cifra ha pasado a ser del orden de los 6,00 m, lo que se traduce en un
incremento considerable de la flecha.

d) Reducción del canto de las vigas.


Desde hace algunas décadas se ha generalizado el uso de sistemas estructura-
les planos (forjados con vigas planas) que dan libertad al proyectista para
disponer la tabiquería sin los condicionantes generados por el descuelgue de
vigas.

e) Cambios en la disposición de cerramientos y tabiquería.


En la construcción tradicional la tabiquería solía llegar hasta el terreno, lo que
permitía que los forjados se apoyasen en parte sobre ésta. No obstante, la
situación actual ha cambiado considerablemente, ya que, por motivos
funcionales (presencia de bajos comerciales) en planta baja no suelen
disponerse prácticamente tabiques.

Se hace pues necesario un control exhaustivo de las deformaciones, debiendo


tener presente que un correcto dimensionamiento frente a E.L.U. sólo proporciona
estructuras suficientemente seguras frente a la posibilidad de agotamiento, pero no
asegura que su comportamiento sea aceptable frente al E. L. de deformación.

2. PATOLOGÍA DEBIDO A DEFORMACIONES EXCESIVAS

Desde el punto de vista de la utilización de los edificios, los problemas causados


por flechas excesivas se manifiestan principalmente de tres formas: problemas de
aspecto, pérdidas de funcionalidad y daños en elementos no estructurales.

a) Problemas de aspecto.
Flechas verticales excesivas que, sin riesgo para los elementos no
estructurales, producen un mal efecto estético. A su vez, las flechas que hacen
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visible la curvatura del elemento (flecha óptica) causan preocupación e


inseguridad en los ocupantes del edificio.

b) Pérdida de funcionalidad.
- Retención de aguas pluviales. Este problema puede presentarse en
cubiertas planas de muy escasa pendiente.
- Funcionamiento deficiente de puertas y ventanas.
- Desnivelación de máquinas e instrumentos. Estos problemas son
manifestaciones evidentes de la evolución de la flecha con el tiempo.
- Aparición de manchas de humedad y formación de puentes térmicos como
consecuencia de la fisuración de los cerramientos.

c) Daños en elementos no estructurales.


- Flechas horizontales excesivas. Producidas por acciones de viento, con
riesgo para cerramientos y tabiquería.
- Flechas verticales de vigas, losas y forjados con riesgo para cerramientos y
tabiquería. Cuando existen flechas excesivas, el elemento no estructural
más afectado es la tabiquería, seguida por los solados y los falsos techos;
su rigidez y relativa fragilidad no les permiten seguir las deformaciones del
elemento que las sustenta.

Las fisuras son los daños más importantes que se producen en la tabiquería. Por
una parte, afectan al aspecto del edificio y reducen la función de aislamiento de los
tabiques afectados. Por otra parte, la aparición de fisuras tiene un fuerte impacto
psicológico sobre el usuario pues, a los ojos del profano, siempre presentan un grave
peligro para la seguridad del conjunto, aunque en realidad no sea así.

La tipología más frecuente de fisuras provocadas por la excesiva deformabilidad


de los forjados puede resumirse de la siguiente forma:

- En voladizos. Grietas inclinadas ascendentes en los tabiques situados en


dirección perpendicular al vuelo.
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- En vanos. Suelen aparecer dos tipos de fisuras bien diferenciados: fisuras con
tendencia a manifestar un arco de descarga, y fisuras horizontales en juntas
débiles del tabique.

La existencia de huecos influye notablemente en el desarrollo de las fisuras,


pues se produce una concentración de tensiones en las esquinas de dichos huecos.

Figura 1. Tipología de fisuras más frecuentes.

3. INFLUENCIA DEL PROCESO DE EJECUCIÓN DE LA ESTRUCTURA

3.1. Cargas en fase de construcción

Cuando se construye un edificio, un forjado no suele tener resistencia suficiente


para soportar el peso del forjado superior cuando éste se hormigona, siendo, por
tanto, necesario cimbrar varias plantas de forma que la carga del forjado en
construcción se reparta entre varios ya endurecidos.

En general, por cuestiones de índole económico, se suele usar un número de


cimbras inferior al número total de forjados, pues, por un lado, se reduce el número de
puntales utilizados y, por otro lado, al liberar los puntales de las plantas inferiores, se
puede iniciar en ellas los trabajos de albañilería o pavimentación.
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Construcción III

El proceso consiste en distribuir el peso del forjado recién construido entre los
forjados inferiores que reciben las cimbras y en retirar luego, al cabo de un tiempo, la
cimbra situada en el nivel más bajo, que se traslada al último piso para construir un
nuevo forjado. Las dos operaciones, construcción de un forjado nuevo y retirada de
una cimbra, se repiten cuantas veces sea preciso.

Cimbras y apeos deben proyectarse para soportar todas las cargas verticales y
horizontales derivadas del proceso constructivo hasta que la estructura pueda
absorberlas. Dichas cargas están básicamente compuestas por el peso del forjado, el
peso propio de los enconfrados y puntales, así como por diversas cargas variables,
tales como el peso de los operarios o las derivadas del vertido del hormigón
(amontonamiento del hormigón fresco, efectos dinámicos producidos por el vertido y
compactación, etc.).

Normalmente se suele considerar que el peso del conjunto de los encofrados es


del orden de un 10% del peso propio del forjado, y que la carga de ejecución (S) que
se genera durante el vertido del hormigón es de 2,5 kN/m2.

En cualquier caso, el cálculo de los esfuerzos que se producen durante el


proceso de construcción de la estructura es de muy difícil estimación, por lo que se
suele recurrir a métodos simplificados de cálculo que proporcionan resultados
similares a los obtenidos experimentalmente en obras reales. En general, dichos
métodos se basan en las siguientes hipótesis:

1) La rigidez de todos los forjados es la misma. Aunque sus edades son distintas, la
variación del módulo de deformación con la edad es muy rápida a edades
tempranas, por lo que las diferencias de Ec entre unos y otros es muy pequeña.

2) Los puntales se consideran infinitamente rígidos.

3) Los puntales de planta baja descansan sobre un suelo infinitamente rígido.

4) Las cargas que transmiten los puntales pueden asimilarse a cargas


uniformemente repartidas sobre los forjados.
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Construcción III

De acuerdo con estas hipótesis, y teniendo en cuenta además que la carga de


ejecución sólo actúa durante el proceso de vertido del hormigón2, se pueden
establecer las siguientes consideraciones:

a) Si hay n plantas cimbradas (n forjados apoyados sobre puntales), cuando se


hormigona el último forjado, su peso propio g1 más la correspondiente carga de
ejecución S se reparten por igual3 entre los n forjados inferiores colaborantes,
con lo que a cada uno de ellos le corresponde una carga igual a:
g1  S
n
0

(g1 + S) / 3

(g1 + S) / 3

(g1 + S) / 3

g1

Figura 2.

b) Si hay n plantas cimbradas, al retirar los puntales que descansan sobre el forjado
más bajo y pasarlos a la última planta para continuar el proceso constructivo de
la estructura, dicho forjado pasa a soportar sólo su peso propio g1. La diferencia
entre la carga total G que recibía antes de dicha operación y su peso propio g1,
se reparte entre los n forjados superiores, por lo que cada uno de ellos sufre un
incremento de carga igual a:
G  g1
n

2
La carga de ejecución S sólo cuantifica las cargas que se generan durante los trabajos de hormigonado de
un forjado y no las sobrecargas que se pudiesen producir en el mismo una vez que el hormigón ya se ha colocado
y empezado a endurecer (por ej., peso de operarios y material de acopio). Hoy por hoy, en España no está
normalizada ninguna sobrecarga de construcción de este tipo, pero es evidente la necesidad de su consideración.
En este sentido, ya que dichas cargas no son tenidas en cuenta en los cálculos, es preciso controlar durante la
construcción de la obra que no se realicen grandes acopios de material en plantas cimbradas.
3
Si la rigidez de los forjados no fuese la misma (por ej., distinto canto) , el reparto de cargas en cada planta
debe de hacerse de forma proporcional a su rigidez.
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Construcción III

(G - g1 ) / 3

(G - g1 ) / 3

(G - g1 ) / 3

g1

g1

Figura 3.

Ahora bien, una vez levantadas todas las plantas, a medida que se van des-
cimbrando los forjados, las cimbras ya no se trasladan al último forjado sino que
se retiran de la obra. En este caso, el incremento de carga que sufren los n for-
jados superiores cuando se descimbra la planta más baja de las cimbradas es:
(G  0,1g1 )  g1
n
(G - 0,1 g1 - g1 ) / 3

(G - 0,1 g1 - g1 ) / 3

(G - 0,1 g1 - g1 ) / 3

g1

g1

Figura 4.

c) Si hay n plantas cimbradas y sobre la última de ellas no hay ninguna carga


aplicada (por ejemplo, cimbras y puntales para poder levantar posteriormente
otra planta), la carga que soportará dicho forjado será como máximo igual a la de
su peso propio g1.

d) En el caso de edificios con forjado sanitario hay que tener en cuenta que, salvo
que se realice un encofrado perdido debidamente apuntalado, las cargas
procedentes de las plantas superiores a través de los puntales no podrán
transmitirse hasta el terreno, debiendo absorberlas dicho forjado sanitario.
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Construcción III

De acuerdo con todas estas consideraciones, es fácil establecer las cargas que
actúan en cada forjado a lo largo del proceso constructivo (figs. 5 y 6).

0 1,0 0
N=2

0 0 1,1 0

Carga total 1,1 + S 2,2 + S 2,1 2,0

0 0,25 1,0

0 1,1 1,6+S/2 1,85 1,0


N=3

0 0 1,1 1,6+S/2 1,0 1,0

Carga total 1,1 + S 1,1 + S 2,2 3,2 + S 3,1 3,0

0 0,65 1,0

0 0,3 0,8+S/2 1,45 1,0

0 1,1 1,6+S/2 1,9 2,4+S/2 1,0 1,0


N=4

0 0 1,1 1,6+S/2 1,0 1,0 1,0 1,0

Carga total 1,1 + S 2,2 + S 2,2 3,2 + S 3,2 4,2 + S 4,1 4,0

Figura 5. Carga en forjados para el caso de 2 juegos de cimbras.

0 0,14

0 1,1 1,43 + S/3 1,58

0 0 1,1 1,43 + S/3 1,58


N=6

0 0 0 1,1 1,43 + S/3 1,0

Carga total 1,1 + S 2,2 + S 3,3 + S 3,3 4,3 + S 4,3


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0 0,48 0,73 1,0

0 0,30 0,63 + S/3 1,12 1,37 1,0

0,48 + S/3 0,78 1,11 + S/3 1,60 1,0 1,0

1,91 + S/3 2,22 2,56 + S/3 1,0 1,0 1,0

1,91 + S/3 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0


1,0 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0

5,3 + S 5,3 6,3 + S 6,2 6,1 6,0

Figura 6. Carga en forjados para el caso de 3 juegos de cimbras.

En dichas figuras, la carga que soporta cada forjado viene cuantificada a través
de unos coeficientes k, denominados coeficientes de carga, que son el factor por el
que hay que multiplicar el peso propio del forjado g1 para obtener la carga actuante en
dicho forjado. Dependiendo de la fase de construcción, a la carga total obtenida de
multiplicar k por g1 habrá que añadirle la carga debida a la sobrecarga de ejecución S.

Por último, hay que señalar que para el cálculo de una estructura hay que tener
en cuenta todas las fases por la que ésta pasa a lo largo del tiempo y, por lo tanto, que
para la comprobación de los distintos Estados Límite, tanto Últimos como de Servicio,
hay que considerar las cargas que se producen, no sólo durante la fase de servicio,
sino también las que se producen durante la fase de construcción.

Por lo que se refiere a estas últimas, para las comprobaciones en servicio se


adoptarán los valores característicos de las cargas, y para las comprobaciones en
condiciones de agotamiento, se mayorarán las cargas. Por tratarse de una situación
transitoria, algunos autores consideran que el coeficiente de mayoración de cargas ’f
puede tomarse entre 1,25 y 1,40.

3.2. Cálculo de la edad teórica de descimbrado

Suponiendo una temperatura constante e igual a 20 ºC, la edad teórica de


descimbrado j puede obtenerse mediante la siguiente expresión:
28 s 2
j
s  ln   2
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con
p 'd

p ' 'd

siendo p’d la carga pésima mayorada en fase de ejecución, p’’d la carga mayorada con
que realmente se ha realizado la comprobación de los E.L.U. (la mayor de las
ponderadas obtenidas en fase de construcción y en fase de servicio) y s un coeficiente
que adopta los siguientes valores4:
- s = 0,20 para cementos de clases resistentes 42,5R, 52,5N y 52,5 R
- s = 0,25 para cementos de clases resistentes 32,5R y 42,5 N
- s = 0,38 para cementos de clase resistente 32,5 N

Ahora bien, con independencia de los valores que se obtienen de cálculo no


parece razonable adoptar en cada fase del proceso constructivo tiempos de ejecución
inferiores a 3 días.

4. CÁLCULO DE FLECHAS

La flecha en elementos estructurales de hormigón armado puede ser obtenida


con bastante exactitud aplicando métodos generales de cálculo de deformaciones
basados en la doble integración de las curvaturas (1/r = M / EI) a lo largo de la pieza,
teniendo en cuenta que el momento de inercia va variando en función del momento
existente en cada sección (zonas sin fisurar y zonas fisuradas).

Además, el cálculo de las deformaciones precisa del conocimiento de una serie


de variables (historia real de cargas, propiedades mecánicas de los materiales, grado
de fisuración de la estructura, etc.), y de su evolución en el tiempo en función de las
condiciones medioambientales, que son desconocidas a priori y que, por lo tanto,
deben ser estimadas. Todo ello constituye un conjunto de variables aleatorias y, en

4
De acuerdo con el art. 33.3 del Código Estructural, se consideran hormigones de endurecimiento rápido los
fabricados con cemento 42,5R, 52,5 o 52,5R siempre que su relación a/c sea menor o igual que 0,60, los
fabricados con cemento 32,5R o 42,5 siempre que su relación a/c sea menor o igual que 0,50 o bien aquellos en
los que se utilice acelerante de fraguado. El resto de casos se consideran hormigones de endurecimiento normal.
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consecuencia, la flecha, función de todas ellas, ha de ser concebida también como


una variable aleatoria.

Así pues, debido a la aleatoriedad de las variables presentes en los cálculos,


unido a la dificultad que entraña la aplicación rigurosa del método de integración de
curvaturas, parece razonable la utilización, al menos para obras de nueva planta5, de
métodos simplificados de cálculo de flechas, susceptibles de ser aplicados sin
herramientas especiales de análisis. De hecho, como señala Branson, ”debido al alto
grado de incertidumbre presente en el cálculo de flechas y en la selección de los
límites apropiados, se considera no sólo deseable sino esencial emplear un
procedimiento de cálculo sencillo para proteger de la tendencia a tomar como exactos
los resultados de los cálculos”.

En general, los métodos simplificados incluidos en las normas conducen a


proyectos habitualmente satisfactorios. El Código Estructural propone un método que
se basa en calcular la flecha como promedio de dos flechas (o dos curvaturas), una
suponiendo que la pieza no está fisurada (fI) y otra que la pieza está completamente
fisurada (fII):
𝑓 𝑓 1  𝑓

siendo  un coeficiente que tiene en cuenta la participación del hormigón traccionado


en la sección y cuyo valor es:
𝑀
 1 0,5
𝑀
donde Mf es el momento de fisuración y Ma el momento actuante.

Este método es bastante laborioso6, por lo que en esta lección se ha optado por
utilizar otro método, el desarrollado por Branson y que ha sido adoptado, por ejemplo,
por normas como la norteamericana ACI-318 o la española EHE-08.

5
En los estudios de patología muchos de los datos que se manejan son conocidos (cargas, dimensiones,
resistencia de los materiales), por lo que el uso de métodos de cálculo sofisticados está más justificado.
6
En el caso de calcular la flecha de acuerdo con el Código Estructural, el módulo de deformación del
hormigón que hay que considerar no es el módulo de deformación secante, sino el módulo de deformación
efectivo, que tiene en cuenta la fluencia del hormigón. Además, hay que considerar una curvatura debida a la
retracción (Anejo 19, art. 7.4.3), por lo que es conveniente trabajar con curvaturas en vez de con flechas.
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Construcción III

4.1. Definiciones

En general, los códigos y las normativas de los diferentes países tienden a


proporcionar expresiones para el cálculo de la flecha total y no tanto para el cálculo de
la flecha activa, siendo ésta última la de mayor transcendencia, al menos por lo que
respecta a obras de edificación. Por otro lado, debido a la fluencia del hormigón
generada por las cargas permanentes, es frecuente que la obtención de la flecha total
se realice como suma de dos flechas: una instantánea fi y otra diferida fd.
f  fi  f d

a) Flecha instantánea.
Es la flecha que se produce en el instante en que se aplica la carga. Para su
cálculo se considera que el comportamiento de la pieza es elástico, isótropo y
homogéneo, aplicándose, en consecuencia, las fórmulas clásicas de la
Resistencia de Materiales.
Como señalan algunos autores, la denominación de flecha instantánea es un
tanto convencional, pues a partir del instante en que se aplica la carga la
deformación va creciendo paulatinamente, siendo realmente difícil, por no decir
imposible, establecer en que momento puede dejar de considerarse flecha
instantánea para considerarse flecha diferida. Además, esta deformación no es
ni completamente reversible (siempre existe una pequeña deformación
remanente al retirar la carga) ni totalmente elástica.

b) Flecha diferida.
Si se mantiene aplicada una carga a lo largo del tiempo, tras la deformación
inicial o instantánea se va produciendo un incremento paulatino de la flecha. A
este incremento se le denomina flecha diferida. Es decir, es la flecha producida
por las cargas de larga duración debido a los fenómenos de fluencia y retracción.
Esta flecha puede obtenerse multiplicando la flecha instantánea por un
coeficiente :
f d   fi
Lección 17. E.L.S. de deformación 16
Construcción III

c) Flecha activa.
Es la flecha que se produce a partir de un determinado instante o fase de la obra
y que necesita estimarse con el fin de prevenir posibles deterioros en algunos
elementos constructivos, tales como los de compartimentación y cerramiento.

4.2. Acciones

El cálculo de las deformaciones se efectúa a partir de los valores característicos


de las acciones (f,G = f,Q = 1,0) y de la resistencia de los materiales (c = s = 1,0). Por
lo que respecta a la combinación de acciones, dependiendo del tipo de flecha que se
quiera obtener, se van a utilizar las siguientes combinaciones:

- Combinación de acciones poco probable o característica

G k  Qk 1  
i 1
0 Qk i

- Combinación de acciones cuasi-permanente.

 G  
k 2 Qk

Tabla 1. Coeficientes de simultaneidad ()


0 1 2
Sobrecarga superficial de uso
- Zonas residenciales 0,7 0,5 0,3
- Zonas administrativas 0,7 0,5 0,3
- Zonas destinadas al público 0,7 0,7 0,6
- Zonas comerciales 0,7 0,7 0,6
- Zonas de tráfico y aparcamiento de vehículos con peso inferior a 3 T 0,7 0,7 0,6
- Cubiertas transitables (*) (*) (*)
- Cubiertas accesibles solo para mantenimiento 0 0 0
Nieve 0,7 0,5 0,2
- Altitudes > 1000 m 0,5 0,2 0
- Altitudes  1000 m 0,6 0,5 0
Viento 0,6 0,5 0
Temperatura 0,6 0,5 0
Acciones variables del terreno 0,7 0,7 0,7
(*) En las cubiertas transitables, se adoptarán los valores correspondientes al uso desde el que se acede
Lecciión 17. E.L.SS. de deforma
ación 177
Construcción III

4.3. Método simplificad


s do de cálc
culo de flechas

Como ya
a se ha señalado anteriormente, el cálcu
ulo de flechhas se rea
aliza como
o
suma de dos flechas: la instantánea
a y la diferiida.

ánea.- El modelo propuesto


1. Flecha instantá
4.3.1 p parte dee evaluar la flecha
a
insta
antánea de los ele
ementos d
de hormigó
ón armado con lass fórmulas
s clásicass
derivvadas de la
a Resistenc eriales, pero considerando unaa rigidez efe
cia de Mate ectiva para
a
tene
er en cuenta
a la pérdida de rigide
ez debido a la fisuración de la ppieza. En definitiva, ell
cálcu
ulo de la fle
echa instan
ntánea fi de
e una viga en flexión simple se obtiene a partir de la
a
argo de la pieza, que
doble integraciión de las curvaturass (1/r = M / EI) a lo la e se puede
e
exprresar de la siguiente forma:
f
𝑓 𝑃,, 𝑙
𝑓
𝐸 𝐼
dond e una función que d
de f(P, l) es depende de
d la carga
a aplicada , las condiciones de
e
enlace y la luzz de la vig
ga, Ec es e
el módulo de deform
mación del hormigón e Ie es ell
mom
mento de in
nercia med
dio pondera
ado de la viga.
v Para los casos más sencillos, estass
exprresiones se
e pueden obtener
o de los prontua
arios de es
structuras.

Elá
ástica: Elás
stica:

Fle
echa máxima:
Flec
cha máxima (a > b):

Elá
ástica: Elás
stica:

Fle
echa máxima:
Lecciión 17. E.L.SS. de deforma
ación 188
Construcción III

Elá
ástica: Elás
stica:

Fle
echa máxima:
Flec
cha máxima:

Por lo qu
ue respecta
a a cada u
uno de esto
os paráme
etros convi ene tener en cuenta
a
las ssiguientes considerac
c ciones:

a) Cargas y momento actuante.


Dado que
e el objetiv
vo de estoss cálculos es estimarr la deform
mación que
e se puede
e
producir a tiempo infinito (m
máxima de
eformación)), en ese instante las cargass
aplicadass, y, por lo
o tanto, la
as que es
stán generrando defoormaciones
s, son lass
existentess durante la fase de
e servicio de la estrructura (eddificio term
minado), ess
decir, lass correspo
ondientes a
al peso propio de los forjadoos y vigas
s, solados,,
tabiquería
a, enlucido
os, etc, con
nsiderando la combina
ación caraccterística.

b) Módulo de
d deformación secan
nte del horm
migón Ec.
El módulo
o de deform
mación seccante que hay que co
onsiderar ees el corres
spondiente
e
a la edad
d de aplica
ación de la
a carga. Así
A pues, en
e sentido estricto, si
s como ess
habitual la carga se
e aplica po
or fraccione
es, para ca
ada escalóón de carg
ga hay que
e
establece
er el consig
guiente valo
or de Ec.
,
𝐸 𝑗  𝑗 𝐸 ,

𝐸 , 22000 0,1
1 𝑓 ,
22000 0,1 𝑓 8 ,
(MP
Pa)
donde  es
e un coefficiente que
e tiene en cuenta
c do7 y cc (j))
el tipo de áriddo emplead
es un coe
eficiente de
e valor:

7
El coeficiennte  adopta lo
os siguientes vvalores en función del tipo de
d árido:
cuarcíticoo calizo
o arenissca basááltico
1,0 0,9 0,77 1,2
Lección 17. E.L.S. de deformación 19
Construcción III

 28 
s  1 
c ( j)  e  j 

siendo s el coeficiente visto en el apartado 3 de la lección 4, y en el apartado 3.2


de esta lección.

No obstante, a efectos prácticos y del lado de la seguridad, se considerará como


módulo de deformación para cualquier fracción de carga el correspondiente a la
edad de primera puesta en carga de la viga, es decir, a la edad de descimbrado.

c) Momento de inercia medio ponderado de la viga Ie.


En principio, el momento de inercia Ie se obtiene a partir de una media
ponderada de los momentos de inercia equivalentes en las secciones de apoyo y
centro de vano de la pieza.

- En elementos simplemente apoyados:

Ie = Ie,cv
siendo Ie,cv el momento de inercia equivalente en la sección de centro de
vano.

- En vanos internos de elementos de tramos continuos:


Ie = 0,50 Ie,cv + 0,25 Ie,e1 + 0,25 Ie,e2
siendo Ie,cv, Ie,e1 y Ie,e2, los momentos de inercia equivalentes en las
secciones de centro de vano y apoyos, respectivamente.

- En vanos extremos, con continuidad sólo en unos de los apoyos:


Ie = 0,75 Ie,cv + 0,25 Ie e1

siendo Ie,e1 el momento de inercia equivalente en el apoyo con continuidad.

- En voladizos:
El de la sección de apoyo, es decir, Ie = Ie,ap

El momento de inercia equivalente representa un valor intermedio entre el valor


correspondientes a secciones no fisuradas (momento de inercia de la sección
homogeneizada sin fisurar, Ih) y el correspondiente a las fuertemente fisuradas
Lección 17. E.L.S. de deformación 20
Construcción III

(momento de inercia de la sección homogeneizada y fisurada, If). Este valor fue


ajustado experimentalmente por Branson 8:

M 
3
 M 
3

I e   f  I h   1  f   I f  Ih
 Ma    M a  

siendo:

Ma Momento flector actuante en la sección considerada. Este momento debe


entenderse como el máximo momento flector que pueda ser aplicado a lo
largo de la vida de la estructura, es decir, teniendo en cuenta tanto las
cargas en fase de construcción como las cargas en fase de servicio. En
este sentido, hay que tener en cuenta que producida una determinada
fisuración, al retirar la carga las fisuras se cierran pero no desaparecen, por
lo que, ante una nueva carga, la pieza trabaja con la rigidez resultante de la
máxima solicitación aplicada hasta la fecha.

Mf Momento de fisuración. Aceptando un comportamiento lineal y elástico de


la pieza, se tiene:
Ih
Mf  f ctm , fl
h  xh
donde fctm,fl es la resistencia media a flexotracción del hormigón, que, de
forma simplificada, puede suponerse igual a:
1.600 ℎ
𝑓 , 𝑚𝑎𝑥 𝑓 , ;𝑓 ,
1.000

siendo h el canto del elemento expresado en mm y fct,m la resistencia a


tracción media, donde:
𝑓 , 0,30 𝑓 (MPa) para fck ≤ 50 MPa
𝑓 , 2,12 𝑙𝑛 1 0,1𝑓 (MPa) para fck > 50 MPa

8
Realmente, la norma EHE-08 adopta una simplificación de la fórmula de Branson que consiste en sustituir el
momento de inercia de la sección homogeneizada sin fisurar por el de la sección bruta de hormigón.
Lección 17. E.L.S. de deformación 21
Construcción III

4.3.2. Flecha diferida.- La flecha diferida producida por una determinada carga se
obtiene multiplicando la flecha instantánea generada por dicha carga por un factor 
que es función de la edad de aplicación de la carga, de la duración de las mismas y de
la cuantía geométrica de armadura de compresión ’.

f d   fi
siendo:


1 50  '
donde:

’ Cuantía geométrica de armadura de compresión As2 referida al área de la


sección útil de hormigón (b·d), en la sección de referencia (centro de vano en
vigas apoyadas o continuas, y apoyo en vigas en voladizo):
As 2
' 
bd

 Coeficiente que tiene en cuenta la evolución de las deformaciones diferidas


suponiendo una edad de puesta en carga del hormigón j = 0 días. Dicho
coeficiente toma los valores recogidos en la tabla 2 y grafiados en la figura 8.

Tabla 2. Valores del coeficiente .

Duración de la carga 2 semanas 1 mes 3 meses 6 meses 1 año  5 años

 0,5 0,7 1,0 1,2 1,4 2,0

Este coeficiente, obtenido experimentalmente, también se puede obtener


analíticamente aplicando las siguientes ecuaciones:

t  0 ,2738 ln ( t )  0 ,2271 si t < 180 días

 t  0 ,3809 t 0 ,2208 si 180 días  t  1.825 días (5 años)


Lecciión 17. E.L.SS. de deforma
ación 222
Construcción III

el coeficientte .
8. Valores de
Figura 8

Mediante ente  se puede estiimar la flec


e el coeficie cha diferid a producid
da por una
a
carga P, supon
niendo que ésta se ha
a aplicado a edades tempranas
t s.

Ahora bie
en, si se ap
plican las ccargas a edades
e más avanzaddas, se ha observado
o
que la deforma
ación diferrida que su
ufre la piez
za es men
nor, y tantoo menor cu
uanto máss
avan d puesta en carga 9. En esto
nzada sea la edad de os casos, es decir, cuando
c se
e
quiere conocerr la deform
mación a un
na edad t de
d una carrga aplicadda a una edad j, ésta
a
se obtiene por diferencia de deform
maciones, es
e decir, se
e toma com e  el dado
mo valor de o
por:

   (t )   ( j )

4.3.3
3. Flecha activa.-
a De
D acuerdo con la deffinición dad
da en el appartado 4.1
1, la flecha
a
activva es la fle
echa que se
s produce
e a partir de
d un dete
erminado innstante o fase de la
a
obra
a, y, por lo tanto,
t es la
a suma de las flechas instantán
neas y difeeridas producidas porr

9
Enn gran parte, ello
e es debido al incrementoo de resistenciaa del hormigón n con la edad,, de tal forma que si frente a
un miismo esfuerzoo la relación entre
e la resisteencia y el niveel tensional (ffc / ) es mayo
yor, la fluenciaa, en términoss
relativvos, es menor.
Lección 17. E.L.S. de deformación 23
Construcción III

los elementos colocados en obra durante o después de esa fase y de sólo parte de la
flecha diferida de los elementos colocados antes.

En definitiva, si se quiere determinar la flecha activa respecto de un determinado


elemento constructivo realizado a la edad j habrá que tener en cuenta los dos
aspectos siguientes:

a) Flechas instantáneas.
La flecha instantánea que se produce al aplicar una carga sólo afecta a los
elementos existentes en ese instante en la estructura. En consecuencia, la flecha
instantánea de todos los elementos construidos antes de la edad j no debe
tenerse en cuenta a efectos de cálculo de la flecha activa y sí la de los
construidos a partir de esa fecha.
Dado que para el cálculo de flechas se está suponiendo un comportamiento
elástico y lineal de la estructura, la flecha instantánea producida por una fracción
P1 de la carga total Q será directamente proporcional a la relación entre P1 y Q:

P1
f i , P1  fi
Q

b) Flechas diferidas.
La parte de flecha diferida que se pueda producir antes de la edad j no debe
tenerse en cuenta porque, lógicamente, no puede afectar a un elemento que
todavía no ha sido construido. Así pues, en este caso, también hay que distinguir
dos posibles situaciones:

- Elementos construidos a una edad t < j.


Sólo se considerará a efectos de flecha activa la parte de flecha diferida
producida a partir de la edad j. Es decir, a la flecha total diferida generada
por cada uno de estos elementos hay que descontarle la parte de flecha
diferida generada entre las edades t y j.

 t      j  t   j
f i , P1  j t f i , P1   t f i , P1   f i , P1   j f i , P1
1  50  ' 1  50  ' 1  50  ' 1  50  '
Lección 17. E.L.S. de deformación 24
Construcción III

- Elementos construidos a una edad t  j.


Se considerará a efectos de flecha activa la totalidad de la flecha diferida
producida por estos elementos.

  t
f d , P1  f i , P1   t f i , P1
1  50  '

5. CANTOS MÍNIMOS.

La normativa considera que generalmente10 no es necesaria la comprobación de


flecha si las vigas y losas se dimensionan de manera que cumplan con la limitación
canto-luz siguiente:
𝐿  
 𝐾 11 1,5 𝑓 3,2 𝑓 1 𝑠𝑖  
𝑑  

𝐿  1 
 𝐾 11 1,5 𝑓 𝑓 𝑠𝑖  
𝑑   12 

donde:

K coeficiente que tiene en cuenta el sistema estructural (tabla 3)


o cuantía geométrica de referencia que se puede suponer igual a 10 𝑓
 cuantía geométrica de la armadura de tracción necesaria en el centro de vano
(en un voladizo se toma la sección de arranque)
’ cuantía geométrica de la armadura de compresión necesaria en el centro de
vano (en un voladizo se toma la sección de arranque)
 coeficiente que tiene en cuenta el nivel tensional de las armaduras y el tipo de
acero:
500 𝑈 ,

𝑓 𝑈,
10
Esta limitación de la relación luz/canto está recogida en el Eurocódigo EC-2, así como en el Código
Estructural (art. 7.4.2 del Anejo 19), y es bastante útil para predimensionar el canto de las piezas.
La antigua norma EHE-08 también incluía esta limitación y proporcionaba además unos valores de canto
mínimo para no tener que comprobar la flecha en forjados de viguetas o de losas alveolares pretensadas con
luces inferiores a 7 y 12 m, respectivamente (art. 50.2).
Lección 17. E.L.S. de deformación 25
Construcción III

La aplicación de estas expresiones da lugar a los valores recogidos en la Tabla


3, para el caso particular de hormigón H-30, acero B 500 y suponer que la armadura
de tracción dispuesta es la estrictamente necesaria, así como que por cálculo no es
necesario colocar armadura de compresión.

Tabla 3. Valores del coeficiente K y relaciones L/d obtenidas usando las expresiones
anteriores para los casos más habituales de elementos sometidos a flexión.
Elementos fuerte- Elementos débil-
Sistema estructural K mente armados mente armados
 = As / b d = 0,015)  = As / b d = 0,005)
Viga simplemente apoyada, losa
unidireccional o bidireccional simplemente 1,0 14 20
apoyada
Viga continua en un extremo. Losa
unidireccional 1 continua o bidireccional 1,3 18 26
continua en una dirección
Viga continua en ambos extremos. Losa
1,5 20 30
unidireccional 1 o bidireccional continua
Losa apoyada en pilares sin vigas 2 (losa
1,2 17 24
plana) (para grandes longitudes
Voladizo 0,4 6 9
1
En losas unidireccionales y bidireccionales, las esbelteces dadas se refieren a la luz menor.
2
En losas sobre apoyos aislados (pilares), las esbelteces dadas se refieren a la luz mayor.

Para vigas y losas de más de 7,0 m, que soportan tabiques susceptibles de ser
dañados por deformaciones excesivas, los valores de L/d indicados en las
expresiones anteriores deben multiplicarse por 7,0 / Leff siendo Leff la luz de cálculo,
expresada en m. Dicha luz debe tomarse igual al menor de los dos siguientes valores:
- distancia entre ejes de apoyos
- luz libre más el canto de la viga (o la losa)

6. FLECHAS ADMISIBLES.

Los valores máximos admisibles de las flechas dependen del tipo y función de la
estructura, de las condiciones funcionales que deba satisfacer y de las condiciones
Lección 17. E.L.S. de deformación 26
Construcción III

que pueden imponer otros elementos no estructurales que se apoyan en ella. Por todo
ello es difícil establecer unos valores límite generales, debiendo, por lo tanto, definirse
en cada caso según las características particulares correspondientes.

En general, en edificaciones normales, se establecen las limitaciones en función


de tres criterios: funcionamiento de la estructura (no afecten al normal funcionamiento
o a la integridad de los elementos constructivos), confort de los usuarios y apariencia11
de la obra. De acuerdo con el Código Técnico12, estas condiciones deben verificarse
entre dos puntos cualesquiera de la planta, tomando como luz el doble de la distancia
entre ellos.

a) Funcionamiento de la estructura (integridad de los elementos constructivos)

El objetivo es limitar la flecha activa para no dañar principalmente tabiques,


cerramientos y pavimentos. Para ello, la flecha activa bajo la combinación de acciones
característica13 debe ser menor que:
𝐿 en pisos con tabiques frágiles (como los de gran formato,
𝑓
500 rasillones o placas) o pavimentos rígidos sin juntas.
𝐿
𝑓 en pisos con tabiques ordinarios o pavimentos rígidos con juntas
400
𝐿
𝑓 en el resto de casos
300

b) Confort de los usuarios

La flecha instantánea (acciones de corta duración) bajo la combinación característica


debe ser menor que:
𝐿
𝑓
350

11
El término “apariencia” hace referencia a criterios como deformación elevada o fisuración generalizada.
12
Las limitaciones que establece el Código Técnico son más restrictivas que las que establece el Código
Estructural.
13
Dado que parte de la carga variable tiene un carácter permanente (peso mobiliario), parece razonable
considerar la combinación cuasi-permanente para el cálculo de la flecha diferida debido a la sobrecarga de uso.
Lecciión 17. E.L.SS. de deforma
ación 277
Construcción III

c) Ap
pariencia de
d la obra
La flecha total bajo la com
mbinación cuasi-perm
manente de
ebe ser meenor que:
𝐿
𝑓
3000

En las exxpresiones anterioress L hace referencia a la luz del eelemento estructural,


e ,
si bie
en, en el ca
aso de vola
adizos, la lluz que deb
be conside
erarse es dde1,6 veces
s el vuelo.
Lecciión 17. E.L.SS. de deforma
ación 288
Construcción III

ANEJO
O.


ÁLCULO DE
D ACUER
RDO CON EL
E CÓDIGO ESTRUC
CTURAL
(Libro: “How
w to design concrete structures
s using
u Euroccode-2”)

Dado qu
ue hay que
e tener en cuenta el incremento
o de curvaatura generrado por la
a
acción, para
retra a el cálculo
o de flecha
as se debe trabajar co
on curvaturras.

La flech
ha se pued
de expresa
ar en función de la curvatura
c ((1/r = M/E
EI). Así porr
ejem
mplo, a parttir de las flechas que
e se obtienen en un prontuario,
p la flecha máxima
m en
n
el ca
aso de ca
arga contin
nua o de momento
o aplicado en un exxtremo en una viga
a
biapoyada:

Elá
ástica: Elá
ástica:

Fle
echa máxima:
Fle
echa máxima (aa > b):

5 𝑞𝑙 5 𝑞𝑙 𝑀 𝑀 1
𝑓 0,,104 𝑙 0,104 𝑙
384 𝐸𝐼 384 𝐸𝐼 𝑞𝑙 𝐸𝐼 𝑟
8

1 𝑀𝑙 𝑀 1
𝑓 0,0625 𝑙 0,0 625 𝑙
16 𝐸𝐼 𝐸𝐼 𝑟

En d
definitiva, la
a flecha de
ebida a una
a carga se puede exp
presar de laa siguiente forma:

1
𝑓 𝐾𝑙
𝑟

dond
de K es un
u coeficie
ente que d
depende en
e función
n del tipo de carga y de lass
cond
diciones de
e enlace y 1/r es lla curvaturra. Dicha curvatura es la sum
ma de lass
curvaturas deb
bidas a las cargas (1/rn) más la debida a la retraccióón (1/rcs):
Lección 17. E.L.S. de deformación 29
Construcción III

1 1 1
𝑟 𝑟 𝑟

Así pues, de acuerdo con el Código Estructural, la curvatura debida a las cargas se
calculará como promedio de dos curvaturas, una suponiendo que la pieza no está
fisurada (rI) y otra que la pieza está completamente fisurada (rII):
1 1 1 𝑀 𝑀
 1   1 
𝑟 𝑟 , 𝑟, 𝐸 , 𝐼 𝐸 , 𝐼

1 𝑆 𝑆 𝑆
    1   
𝑟 𝐼 𝐼 𝐼

siendo el módulo de deformación efectivo del hormigón (Anejo 19, art. 7.4.3):

𝐸
𝐸 ,
1  ∞, 𝑡

Dado que las cargas Q se aplican a distintas edades, se puede utilizar un módulo de
deformación promedio:

∑𝑄
𝐸 ,
𝑄 𝑄 𝑄

𝐸 , 𝐸 , 𝐸 ,

Los momentos estáticos se pueden obtener de la siguiente forma:

𝑆 𝐴 𝑑 𝑥 𝐴 𝑥 𝑐

𝑆 𝐴 𝑑 𝑥 𝐴 𝑥 𝑐

Para el cálculo de la flecha activa, se procede por diferencia de flechas. Es decir, es la


flecha a largo plazo menos la flecha hasta el momento de construir la tabiquería o el
pavimento.

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