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Consumo energético y las emisiones contaminantes ¿Cómo afecta a

nivel nacional el Crecimiento económico?

Colombia al igual que muchos países a nivel mundial se han interesado por
el impacto ambiental generado por sus actividades industriales, entre los
principales impactos se encuentran las emisiones de gases contaminantes en
especial las de CO2 y el consumo de energía. Sin embargo, el implementar
medidas correctivas implica un alto costo en la reconversión productiva y eficiencia
energética, generando un posible desequilibrio en el crecimiento económico.

La situación de Colombia entre 2009 y 2016 en el sector energético según


la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica, la energía
eléctrica generada de fuentes no renovables fue equivalente al 31.5% y las
fuentes renovables al 68.5%. El Banco Mundial reporto que durante el mismo
periodo de tiempo las emisiones de CO2 en Colombia tuvieron en promedio un
incremento anual del 2.87%. En contraste la actividad manufacturera tuvo una
disminución en la participación del PIB, pasando de un 22.72% en 2009 a 12.27%
en 2016.

Se hace imprescindible reconocer la relación de causalidad entre el


crecimiento económico (PIB), el consumo de energía y las emisiones
contaminantes, las relaciones se dan desde una causalidad unidireccional o
bidireccional a ninguna causalidad. Sin embargo, los resultados varían
dependiendo del país de estudio, debido a que estos dependen de variables
como, la trayectoria de desarrollo, fuentes de energía utilizadas, políticas
energéticas y ambientales aplicadas, debido a esto Payne (2010), comenta que
existen cuatro hipótesis de causalidad, la hipótesis de neutralidad, hipótesis de
conservación, hipótesis de crecimiento y la hipótesis de retroalimentación, cada
una de las hipótesis contrae implicaciones económicas y sociales, que permiten
diseñar políticas ambientales y económicas favorables para Colombia.

Explicando mejor las hipótesis dadas por Payne tenemos la hipótesis de


neutralidad, el cual demuestra que no existe relación entre el crecimiento
económico y el consumo energético. Ejemplo de esto se ha presentado en
Estados Unidos el cual, al descomponer la relación causal entre consumo de
energía eléctrica y crecimiento económico a nivel sectorial (industria, residencial,
generación de energía y transporte) no se evidencia ningún tipo de causalidad
direccional o bidireccional (Kourtzidis, Tzeremes & Tzeremes, 2018). Algunos
autores contrastan entre, si esta relación de causalidad se presenta en países con
bajos o altos ingresos (Yasar, 2017; Huang, Huang, Hwang & Yang, 2008;
Narayan, 2016).

Por otro lado, la hipótesis de conservación permite reconocer la incidencia


del crecimiento económico en el consumo energético, más no la existencia de una
relación inversa. Por tanto, la existencia de políticas conservacionistas alrededor
del consumo energético no generará un efecto negativo en la dinámica económica
(Ozturk, 2010). Según el estudio realizado por Shiu & Lam (2004), se identifica la
relación de causalidad unidireccional entre el crecimiento económico y el consumo
de electricidad, es decir, cualquier variación en el crecimiento económico generará
variaciones en el consumo energético. Según Ghosh (2002) se evidencia la
ausencia de una relación de equilibrio a largo plazo entre estas variables, se
identifica la existencia de causalidad unidireccional que va desde el crecimiento
económico al consumo de electricidad sin ningún efecto de retroalimentación. Por
ende, la hipótesis de conservación permite reconocer la existencia de un efecto
del crecimiento económico en el consumo energético.

Para la hipótesis de crecimiento demuestra la incidencia del gasto


energético en el crecimiento económico, una política conservacionista frente al
gasto energético generará un efecto adverso en la economía (Ozturk, 2010). El
desarrollo de políticas de reducción de consumo energético puede tener un
impacto negativo en el crecimiento económico, como se ha evidenciado en
México, Turquía, Nigeria y Kenya (Gómez, Ciarreta & Zarraga, 2018; Pata y Terzi,
2017; Zerbo 2017). Para los estudios bajo esta línea de hallazgos se deben
diseñar programas de eficiencia energética pensados en que generen un mínimo
impacto negativo en el crecimiento económico.
La hipótesis de retroalimentación refleja una relación causal bidireccional
(Ozturk, 2010). Un estudio en Pakistán exploró la presencia de causalidad
dinámica entre el crecimiento económico, el consumo de energía y las emisiones
de CO2, corroborando la existencia de causalidad bidireccional entre consumo de
energía y el crecimiento económico y la relación bidireccional entre el crecimiento
económico y las emisiones de CO2, lo que llevo a identificar que mayores niveles
de crecimiento económico impactan negativamente el ambiente (Mirza & Kanwal,
2017). En Egipto se realizó otro estudio donde se analizó la relación entre el
crecimiento económico y las diversas fuentes de energía (eléctrica, gas natural y
petróleo), encontrando que existe una relación bidireccional entre todas las
fuentes de energía y el crecimiento económico, también que la transformación de
la matriz energética puede disminuir las emisiones de CO 2 sin afectar
negativamente los niveles de crecimiento, específicamente disminuyendo el
consumo de petróleo, y haciendo uso de otras fuentes de energía (Wesseh & Lin,
2018).

Cuando se habla de relación de causalidad entre consumo de energía,


crecimiento económico y emisiones de CO2 también es posible hablar de ausencia
de causalidad. Ausencia de causalidad unidireccional, y de causalidad de
retroalimentación, en el primero caso se observa la ausencia de relaciones entre
las variables, en el segundo caso se observan dos direcciones de causalidad, la
primera puede ser desde las emisiones de CO2 hacia el crecimiento económico y
el consumo energético, la segunda es desde el crecimiento económico o el
consumo de energía hacia las emisiones de CO2 (Shahbaz, Mahalik, Shah, &
Sato, 2016).

Para determinar si en Colombia existen o no relaciones causales entre el


crecimiento económico y el consumo de energía se observó el comportamiento
comprendido entre 1973 y 2014, realizado pruebas como la de raíz unitaria,
prueba de cointegración, prueba de causalidad de Granger y descomposición de
varianza, con los datos del PIB real, PIB industrial real, consumo de energía
eléctrica y las emisiones de dióxido de carbono.
Luego de las respectivas observaciones y pruebas estadísticas con las
variables mencionadas es posible identificar las relaciones de causalidad para
Colombia. observando que no existe una causalidad unidireccional de Granger
desde el consumo de energía hasta el crecimiento económico, gracias a esto se
confirma la hipótesis de neutralidad, lo que establece que no existe una relación
entres estas variables. Sin embargo, se evidencia que la existencia de una
causalidad unidireccional desde el PIB hacia las emisiones contaminantes, esto
confirma la hipótesis de conservación, lo cual permitirá adoptar medidas
escalonadas de contención y mitigación de gases de efecto invernadero sin que
afecte significativamente la dinámica económica del país.

Es posible identificar una causalidad unidireccional, que parte desde el


crecimiento económico del sector industrial hacia las emisiones CO 2, es decir, se
confirma que es viable adoptar medidas que mitiguen la generación de gases de
efecto invernadero mediante el progreso tecnológico en el sector industrial, sin que
se afecte negativamente. En esta vía, se observa una causalidad unidireccional
desde el PIB industrial hacia el consumo energético, demostrando que adoptar
programas que incentiven la eficiencia energética no generarán un impacto
negativo en el desarrollo industrial.

Sumado a lo anterior, se corrobora la aplicación de la hipótesis de


retroalimentación entre las emisiones de CO2 y el consumo de energía eléctrica,
esto se debe en gran medida a que el 31.5% de la generación de energía eléctrica
en Colombia depende de energías no renovables. Por tanto, si el país desea
disminuir el impacto negativo de las emisiones de CO 2 se deben hacer mayores
esfuerzos en migrar a nuevas fuentes que no golpeen significativamente el medio
ambiente como el uso de energías renovables, permitiendo aumentar la capacidad
de generación de energías limpias, y así mismo contribuir en posibles medidas
que se adopten para disminuir la generación de gases de efecto invernadero en
Colombia.

Hablando de energías renovables la más usada hoy en día a nivel nacional


es la energía hidráulica y no ha demostrado ser totalmente eficiente, según lo
confirma la Unidad de Planeación Minero-Energética (2015) quien afirma que el
50% de todo el territorio nacional corresponde a Zonas No Interconectadas. Por
ende, se hace cada día más evidente la urgente necesidad que tiene el país en
profundizar en las nuevas fuentes no convencionales de energía renovable
(FNCER), las cuales no sólo contribuyen en la disminución de las emisiones de
gases de efecto invernadero, sino que permitirá el acceso a energía eléctrica a
poblaciones con una alta riqueza étnica, cultural y natural (Gaona et at., 2015).

Colombia con la ley 1715 de 2014 la cual fue actualizada a la ley 2099 de
2021 busca migrar a las fuentes no convencionales de energía renovable
(FNCER), ya que tienen como objetivo “promover el desarrollo y la utilización de
las fuentes no convencionales de energía, sistemas de almacenamiento de tales
fuentes y uso eficiente de la energía, principalmente aquellas de carácter
renovable, en el sistema energético nacional…” (Congreso de la República de
Colombia , 2021).

Entre las principales FNCER tenemos la energía con biomasa, la cual


busca la degradación de cualquier tipo de materia orgánica resultado de un
proceso biológico y material vegetal producto de fotosíntesis; energía de los
mares, que pretende aprovechar los fenómenos marinos como, oleaje, mareas,
salinidad, etc; energía eólica que genera energía a partir de movimientos de
masas de aire; energía geotérmica producto del calor del subsuelo y la energía
solar aprovechando la radiación electromagnética del sol (Congreso de la
República de Colombia , 2021).

En conclusión, al identificar las relaciones causales presentes entre las


variables: crecimiento económico, consumo de energía y emisiones de CO 2 para
Colombia, se establecen que el crecimiento económico y el consumo de energía
no tienen una relación directa debido a que no existe un efecto significativo de una
variable sobre la otra, lo cual permite corroborar la hipótesis de neutralidad. Sin
embargo, consumo de energía y las emisiones contaminantes si tienen una
relación directa bidireccional, evidenciándose la hipótesis de retroalimentación.
Por último, el PIB industrial presenta una relación unidireccional hacia emisiones
de CO2 y consumo energético, lo que corresponde a la hipótesis de conservación.
Por lo cual, se evidencia que para Colombia es posible adoptar políticas
orientadas el crecimiento económico y la seguridad energética con enfoque al
desarrollo sostenible.

Referencias

Congreso de la República de Colombia . (2021). Ley 2099 del 10 de Julio de 2021.


Bogotá.

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