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http://repositorio.lamolina.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12996/5459/aliaga-vilchez-
karina-vanesa.pdf?sequence=1&isAllowed=y
los principales efectos del cambio climático en el Perú encontramos a) el retroceso glacial, b) el
aumento de la frecuencia e intensidad del Fenómeno del Niño y c) la elevación del nivel del
mar. Con referencia al retroceso glacial se estima que, en los próximos años, cuándo este efecto
se acentúe más, tendrá graves consecuencias negativas debido a que la disponibilidad de agua
será mucho menor, prolongándose y provocando largos periodos de sequías.
Por otro lado, en relación al crecimiento económico, Vargas (2009) reportó una estimación para
el año 2030 acerca del crecimiento de la economía peruana. En esta estimación determinó que
un aumento de 1ºC sumado a un aumento de un 10 por ciento en la variabilidad de las
precipitaciones implicaría que la tasa de crecimiento del PBI per cápita esté entre los valores de
0.56 y 0.67 por debajo del nivel porcentual.
Uno de los principales estudios desarrollados en Perú es el realizado por, quién analiza las
emisiones de GEI mediante la metodología del Análisis del Ciclo de vida. En ese estudio
evalúan el ciclo de vida de la leche producida en dos pequeños sistemas lácteos en la sierra y la
costa del Perú. Una característica de dicho estudio es que engloba todas las emisiones externas
al animal, cómo lo son el transporte, uso de energía para la producción de alimento, fertilización
de cultivados, etc. Debido a ello, reportan altas emisiones de 8066 kg CO2-eq / animal/ año en
el caso de sistemas intensivos de costa. Caso contrario de los sistemas extensivos de zonas
altoandinas, dónde reporta emisiones totales de GEI provenientes de la ganadería de 2846 kg
CO2-eq/vaca/año. Asimismo, en cuanto a la categoría de fermentación entérica y manejo de
estiércol, reportan emisiones de 5965 kgCO2-eq/animal/año en sistemas intensivos de costa y
2325 kgCO2-eq/animal/año en sistemas extensivos de zonas altas. Por otro lado, Van (2014)
desarrolló un estudio en Huella de Carbono del cuál reportó emisiones globales de 4526 kg
CO2-eq / animal/ año en el Valle del Mantaro y 8577.5 kg CO2-eq / animal/ año en Cañete
(Lima). Cabe precisar que en el estudio de Van (2014) en Cañete, los productores presentan un
sistema lechero intensivo, mientras que en el Valle del Mantaro existe un sistema extensivo de la
producción lechera. Aquello es relevante debido a que las emisiones varían considerablemente
por los procesos incluidos. De manera individual, Van (2014) reportó emisiones totales de
metano de 4818 kg CO2-eq / animal/ año bajo el sistema intensivo en Cañete y emisiones de
3613.5 kg CO2-eq / animal/ año bajo un sistema extensivo en el Valle del Mantaro. De igual
manera, reportó emisiones de óxido nitroso de 584 kg CO2-eq / animal/ año bajo el sistema
extensivo y 1606 kg CO2-eq / animal/ año bajo el sistema intensivo. También se han
desarrollado estudios de cuantificación de GEI en la selva peruana, con vacas alimentadas con
pastos tropicales. Uno esos estudios es el desarrollado por Ruiz (2018), quién cuantificó la
emisión global de GEI para sistemas de producción en la región Amazonas.
AUTOR: BAZAN.J
http://hdl.handle.net/20.500.12404/11840
En la medida de lo posible, para futuros estudios, se busca mayor precisión en los datos que
conduzca a resultados más reales. Evidentemente, al implementar estos sistemas, se debe
analizar cada caso (vivienda, edificación) de manera particular. El estudio brinda un esquema
global a nivel de ciudad ya que la metodología es consistente para determinar valores
aproximados de autosuficiencia y reducción de emisión de GEI. Asimismo, futuros estudios
podrán abarcar otras áreas urbanas no consideradas como terrenos baldíos, espacios de
esparcimiento público. Finalmente, definir inversiones en energía renovable no convencional,
captación de agua de lluvia para usos no potables y huertos urbanos reduce la dependencia
externa que presentan las ciudades actualmente; asimismo, reduce las emisiones de carbono
equivalente. Para que proyectos similares sean una realidad, se deben producir cambios en las
políticas ambientales y planes de desarrollo urbano en sostenibilidad, en conjunto, en todos los
niveles de gobierno: central, regional, local; así como en el sector público y privado.
AUTOR.OSCAR.R
https://repositorioacademico.upc.edu.pe/bitstream/handle/10757/624100/cortez_le.pdf?
sequence=10&isAllowed=y
También, para el caso peruano, se observa un importante potencial en otras fuentes de energía
renovable, para el caso de la fuente eólica se viene usando el 1.5% de nuestro potencial
(22,000 MW), para el caso de la solar, no hemos usado ningún kMh/m2 de nuestro potencial
de 15.9 kMh/m2, similar situación para el caso de la fuente geotérmica (potencial de 2,860
MW), finalmente, para el caso de la fuente de Biomasa, venimos usando el 11.39% del
potencial de 272 MMton. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, el principal
problema es la escala requerida por el sector y su intermitencia, lo positivo es que las nuevas
tecnologías se siguen desarrollando y han disminuido considerablemente en el tiempo,
especialmente las tecnologías solar y eólica, así, las empresas mineras podrían analizar la
incorporación de esta energía en el futuro, no sólo como parte de un interés ambiental o de
relaciones públicas, sino también desde el punto de vista económico. Ya sea energía
hidroeléctrica, nuestro mayor potencial, u otras fuentes de energía renovable, los decisores de
políticas y las empresas deben considerar cada vez nuevos desarrollos y nuevas opciones, el
consumo energético seguirá creciendo en los próximos años, para el caso específico del sector
minero peruano, al 2009, consumía el 8.7% del total de energía (siendo los mayores
consumidores: Transporte con 40.10%, el Sector Residencial con 27.63% y el Sector Industrial
con 18.51%), las proyecciones indican que al 2040 el sector minero peruano consumirá el
12.13% de total, con poca variación en los mayores consumidores; si vemos las cifras
mundiales, la industria minera representa el 15% del consumo total de electricidad, 11% del 87
consumo total de energía final y el 38% del consumo final de energía industria, podemos
prever entonces mayor huella de carbono del sector, mayor competencia por electricidad y, por
tanto, mayores precios si las condiciones y tendencias actuales se mantienen y, también, mayor
regulación para reducir el nivel de emisiones.