Nuevas tecnologías en la organización
de la consulta
Carlos Cabrera Rodríguez, Raquel María Díaz García, Marta Garcia Caballos, María Sierra Girón Prieto,
María Jódar Reyes, Ana Martín Fernández, Miguel Melguizo Jiménez, Enrique Moratalla López,
Isabel María Rodríguez Bravo, Juan Tormo Molina y María Isabel Valenzuela López.
Introducción
Las nuevas tecnologías en los servicios sanitarios, funda-
mentalmente la telemedicina, han llegado de forma abrupta
y extendida en los dos últimos años y han sido impulsadas
inexorablemente por las necesidades impuestas por la pan-
demia por COVID-19 y la generalización de las renovacio-
nes tecnológicas.
Aunque hay precedentes históricos (triaje informatizado
en servicios de emergencias, historia clínica digital, sistemas
de citación online, contacto telefónico, etc.) realmente nos
encontramos ante un nuevo escenario y un cambio de cultura
en los servicios sanitarios. De entrada, ello obliga a asumir
como poco una nueva capacitación de los profesionales sani-
tarios, a replantear el papel de los pacientes, y dar lugar a
numerosos retos éticos, obligando a una futura acomodación
o reforma legal específica.
Entender este proceso obliga inicialmente a definir los
conceptos relacionados con nuevas tecnologías. Hecho parti-
cularmente difícil por el frecuente solapamiento y diferente
interpretación de los términos.
Hablamos de e-health o salud digital para referirnos al
uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC)
y de los recursos de la red virtual en la actividad asistencial,
formativa, del conocimiento, de salud pública o de investiga-
ción. La e-health incluye registros electrónicos de salud, re-
gistros médicos, telemedicina, sistemas informáticos de sa-
lud, asistencia virtual y sistemas de big data utilizados en
salud digital.
Hablamos de telemedicina para reseñar la provisión de
servicios y cuidados para la salud (teleasistencia, telemoni-
torización, telediagnóstico, teleconsulta con otros profesio-
nales, etc.) pero incluyendo también actividades relaciona-
das con atención a la salud (investigación, evaluación,
formación de profesionales), así como soportes digitales im-
prescindibles (historia digital, receta electrónica, gestión de
citación, gestión de bases de datos de usuarios, etc.).
La telemedicina en su concepto clásico se definió como
una medicina que se prestaba a distancia entre pacientes y
médicos. Originalmente, una manipulación de las coordena-
das espacio y tiempo para facilitar accesibilidad y eficacia.
Hoy día nos encontramos en las puertas de un concepto de
Salud 3.0 que introduce la interoperabilidad entre los prota-
gonistas del proceso asistencial y de la comunicación inter-
profesional. Nuevo cambio radical en la interacción de las
nuevas tecnologías y el ejercicio de la profesión médica.
La telemedicina y las nuevas tecnologías han tenido efec-
tos muy positivos en la visión holística de la salud, en la for-
mación del personal sanitario y el autoaprendizaje, en el ma-
nejo y procesamiento de una gran cantidad de datos, en la
facilitación de tareas burocráticas y en la posibilidad de me-
jorar la accesibilidad.
También hay una cara oculta con riesgos y elementos
muy negativos. Las TIC no garantizan una buena asistencia
en ausencia de atención presencial, los riesgos de vulnera-
ción de confidencialidad son enormes, la imposibilidad de
exploración física limita una buena valoración clínica, su efi-
cacia se reduce cuando no hay continuidad ni longitudinali-
dad, abren una brecha digital entre los ciudadanos según cul-
tura y accesibilidad a las herramientas digitales y, en sí
mismas, obligan a centrarse exclusivamente en lo biomédico
olvidando la dimensión comunitaria, social y familiar de to-
do problema de salud.
Por otra parte, el acceso indiscriminado a la información
diluye la frontera entre lo que es servicio sanitario y lo que
son productos comerciales. La idea de conseguir salud a tra-
vés de una app o revisando páginas web puede no ser benefi-
cente cuando no claramente maleficente.
El comité de ética de la American Medical Association
(AMA) habla de las cuatro trampas de las nuevas tecnolo-
gías en medicina, sobre las que hemos de estar alerta:
r
5SJWJBMJ[BS
MB
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Z
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EF
MB
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dencialidad de los pacientes.
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paciente.
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todo tipo de problema de salud.
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FGJ-
caz y efectiva que el ser humano.
En un entorno cada vez más digitalizado resulta obligato-
rio hacer una apuesta no solo por evitar las falacias de la
TIC sino por preservar los principios éticos básicos ante las
perversiones de la telemedicina. Humanizando la atención y
los cuidados sanitarios (benefiencia). Promoviendo la pro-
tección de la intimidad y libertad de los pacientes (autono-
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Cabrera Rodríguez C et al. Nuevas tecnologías en la organización de la consulta
mía). Identificando el riesgo de inequidades de acceso, por
dependencia o culturales ante la digitalización (justicia). Ga-
rantizando una atención segura para el paciente, primando la
presencialidad (no maleficencia).
Los capítulos que siguen a continuación pretenden hacer
una reflexión sobre el impacto y la importancia de las nue-
vas tecnologías en la organización de la consulta. Se ofrecen
revisiones, reflexiones y algunas recomendaciones que espe-
ramos sean útiles a los lectores.
2 FMC. 2022;29(Extraordin 1):1-2
Todas las autoras y autores somos médicos de familia
asistenciales que asumimos las nuevas tecnologías de infor-
mación y comunicación como herramientas de ayuda para
mejorar la calidad y la seguridad de la atención. Pero siem-
pre con el deber ético y deontológico de proteger la esencia
de nuestro profesionalismo; la relación humana, la comuni-
cación directa, el contacto, el calor, las emociones, la empa-
tía y la compasión.