ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE

CHIMBORAZO
FACULTAD DE SALUD PÚBLICA

CARRERA DE MEDICINA
FUNDAMENTOS DE PROGRAMACIÓN

Docente: Ing. Mercy Esthela Guacho Tixi

Estudiante: Lisbeth Morelia Jijón Jijón

Cédula de identidad: 0550648182

Curso: Tercero 3

ENSAYO
“Las responsabilidades derivadas del uso de las tecnologías de información y
comunicación de la información en el ejercicio de las profesiones sanitarias”.

09 de junio del 2023

03 Abril – 16 Agosto 2023

Riobamba- Ecuador

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INTRODUCCIÓN

En la era digital, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han

transformado profundamente el campo de la salud y el ejercicio de las profesiones sanitarias. La
integración de las TIC en la práctica médica ha brindado numerosas ventajas, como un acceso
más rápido a la información médica, la posibilidad de realizar diagnósticos más precisos y el
establecimiento de canales de comunicación eficientes entre profesionales de la salud y
pacientes. Sin embargo, junto con estos avances tecnológicos, surgen importantes interrogantes
sobre las responsabilidades éticas y legales que los profesionales sanitarios deben asumir en
relación con el uso de estas tecnologías(Abdeljabbar et al., 2022).
La utilización de las TIC en salud, involucran la recopilación, el almacenamiento e
intercambio electrónico de datos médicos; situación que plantea desafíos, en cuanto a la
confidencialidad, consentimiento informado y cambios en la dinámica del vínculo médico-
paciente. Además, el uso de algoritmos y sistemas de inteligencia artificial en el diagnóstico y el
tratamiento médico plantea interrogantes sobre la transparencia y la responsabilidad de los
profesionales sanitarios (Dores et al., 2020).
En este contexto, el empleo de estas tecnologías debe cumplir con normas y requisitos
mínimos, que garanticen una salud universal de calidad, así como el cumplimiento de
regulaciones éticas y legales. Este ensayo abordará los desafíos y oportunidades asociados con el
uso de las TIC en la salud, analizando las responsabilidades profesionales y legales que deben
considerarse en la era digital (Oo et al., 2021).

DESARROLLO

La sociedad actual está experimentando un importante cambio impulsado por las TIC,
haciéndose cada vez el uso de estas herramientas en la vida cotidiana de manera indispensable,
formando parte de actividades personales y laborales; en relación con esta visión, la tecnología
en esta era ha dado pasos gigantes, parte ya no solo de almacenamiento de información, sino de
una participación activa de los usuarios, como es el caso de la web 1.0 y 2.0, respectivamente
(Muñoz et al., 2020).
En el ámbito de la salud, las TIC han presentado gran impacto, por su capacidad para
superar barreras, mejorar el acceso de atención y fortalecer la colaboración entre profesionales y
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pacientes, beneficios que van de la mano con el aprendizaje continuo y la adquisición de
habilidades clínicas para los profesionales sanitarios. Sistema que fue ampliamente conocido
durante la pandemia por COVID-19, con un enfoque prioritario al avance de la telemedicina,
principalmente en lugares con déficit de personal ante la emergencia sanitaria (Amlaev &
Bakunts, 2022). En este mismo sentido, la adopción de eSalud/ eHealth ha permitido un
seguimiento y monitoreo más efectivo de los pacientes, promoviendo una mayor participación y
autonomía en la toma de decisiones relacionadas con su salud (Muñoz et al., 2020).
Las TIC traen consigo beneficios ponderales para la sociedad, su innovación y mejora
continua, constituyen deslindantes geográficos, garantizando una atención oportuna; en esta
perspectiva, se debe considerar la interacción y unión de las TIC con el surgimiento de la
inteligencia artificial y el auge de la misma en el último año, misma que promete asistencia
médica universal, diagnósticos y tratamientos eficaces con enfoques multidisciplinarios (Zhang
& Zhang, 2023).
El futuro aparenta ser prometedor, sin embargo, se debe considerar las responsabilidades
de estas tecnologías en los sistemas sanitarios, tema que genera preocupación desde el punto
ético y legal que garanticen la integridad, seguridad y protección de los pacientes y del personal
de salud. Con base a lo mencionado, resulta extremadamente importante partir desde la
concepción primaria del término, telemedicina; la Organización Mundial de la Salud (OMS) en
conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) (2016), la consideran como: “una
de las mayores innovaciones en el servicio sanitario, no solo desde el punto de vista tecnológico,
sino también cultural y social, al favorecer el acceso a los servicios de atención sanitaria, mejorar
la calidad asistencial y la eficacia organizativa” (pp. 8,11). Todas las circunstancias que
incumplan esta definición, se convierten en desafíos.
En primera instancia es necesario priorizar la seguridad del paciente; los riesgos
informáticos son mas frecuentes, pueden generarse principalmente por errores algorítmicos; en
este sentido, Zhang & Zhang (2023) mencionan que: “Si el algoritmo es defectuoso o incorrecto,
el resultado conducirá a errores aún mayores, lo que muy probablemente provocará errores de
diagnóstico, dañará la salud humana e incluso privará de vidas humanas” (p. 4).
Un punto indiscutible es la protección y garantía de los derechos hacia los pacientes,
estos incluyen la confidencialidad y el consentimiento informado, tras el empleo de redes de
acceso público, no resulta apropiado para establecer relaciones profesionales en el entorno

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sanitario debido a la carencia de confianza y la complejidad para identificar a los involucrados.
La transferencia de información médica de pacientes mediante dispositivos electrónicos, se
considera ilícita y constituye una violación de las normativas de protección de datos (Muñoz et
al., 2020).
La salud no debe considerarse como una relación proveedor-consumidor, sino más bien
como la interacción humana entre en médico y paciente, que a partir de métodos clínicos se
mantenga la integridad psicológica, biológica y social de las personas. En mención a esta
conjetura, un artículo, sugiere que la telesalud podría generar una atención de bajo valor, al
reemplazarse el examen físico, desfavoreciendo la atención basada en evidencia, con errores de
diagnóstico y mayores costos a largo plazo (Hull et al., 2022).  
Finalmente, se debe considerar el poder de la era digital y su crecimiento imparable, lo
que debe llevar al desarrollo de normas que establezcan pautas éticas y garanticen la integridad
de los pacientes y el personal de salud, considerando la telemedicina como un complemento de la
atención médica presencial y un aliado de la salud, mas no como un ente que reemplace la labor
humana. Inclusive, un artículo científico sugiere la modificación del Juramento Hipocrático para
reflejar la revolución digital en la práctica diaria e impacto en los aconteimientos que surgen en
la actualidad, a razón de la modificación cultural en la prestación de los servicios sanitarios
(Meskó & Brennan, 2022).

CONCLUSIÓN

Entender las responsabilidades asociadas al uso de tecnologías de información y

comunicación en la salud implica considerar aspectos legales, éticos y normativos. Es esencial
establecer pautas claras por organismos nacionales e intenacionales para garantizar la seguridad
en el almacenamiento de datos, una adecuada identificación de los usuarios y el consentimiento
informado. La adopción responsable de estas tecnologías presenta tanto oportunidades como
desafíos en términos de responsabilidades profesionales y legales.
Para abordar estos aspectos éticos y legales, se requiere un enfoque multidisciplinario que
permita desarrollar políticas y marcos normativos adecuados. La protección de la privacidad y
confidencialidad de los datos, la capacitación de los profesionales y el establecimiento de
mecanismos de rendición de cuentas son fundamentales para mejorar la atención y salvaguardar
los derechos de los pacientes en la era digital.

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 BIBLIOGRAFÍA

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02103-9

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