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Reporte sobre el 22 de Julio (Netflix)

El año pasado se cumplió una década de los sucesos que golpearon la política de
Noruega en el 2011, así como las familias que fueron víctimas de un crimen de odio generado
por ideas de derecha radicales sobre la supremacía blanca y el odio hacia las altas esferas del
poder y que, actualmente se siguen llevando procesos legales e investigaciones politicas y
juridicas sobre el perpetrador de este crimen.

La trama empieza la mañana de Julio del 2011, los hijos de varios políticos del gobierno de
Noruega fueron trasladados a la isla de Utøya en las afueras de la ciudad de Oslo, con la
intención de realizar un campamento estudiantil y realizar actividades grupales recreativas.
Mientras tanto, en el transcurso del día, una bomba fue detonada dentro de una camioneta que
estaba estacionada en las oficinas del gobierno, dejando un saldo total de 8 personas muertas
y decenas de heridos en la escena. Al momento de la confusión, un hombre identificado como
Anders Breivik, se disfrazó de policía y se dirigió hacia el ferry que conectaba con la ciudad de
la isla. Los trabajadores del lugar, creyendo en la veracidad de esta persona por el disfraz y por
el reciente suceso sobre la bomba detonada, fue ingresado a la isla con la creencia de que
protegería a los niños de otro posible ataque terrorista. Una vez dentro del lugar, no desperdició
un solo segundo y comenzó a disparar indiscriminadamente a los jóvenes que se encontraban
dentro de la isla. Durante la masacre, la policía tuvo conocimiento de los hechos gracias a una
llamada de uno de los niños que se encontraba escondiéndose del sujeto, por lo que arribaron
al lugar y fue puesto en custodia, sin oponer alguna clase de resistencia. Al finalizar los hechos,
Breivik logró asesinar a un total de 69 jóvenes dentro de la isla, y dejó a decenas de ellos con
heridas.

La trama de la película se centra alrededor de dos sucesos principalmente; el primero sigue la


historia de los hermanos Hanssen, sobrevivientes de la masacre, ambos fueron atacados por
Breivik en su cacería por los jóvenes de la isla. Desafortunadamente, uno de ellos sufrió
múltiples detonaciones alrededor de su cuerpo, incluyendo uno en la zona craneal.
Afortunadamente después de una intensa lucha en el hospital, Viljar Hanssen pudo recuperarse
parcialmente de sus heridas, aunque varias de ellas dejándole condiciones de vida delicadas y
con una lenta rehabilitación. La segunda línea en la trama se centra en la defensa del agresor,
conocido como Geir Lippestad, es un abogado penalista que en el pasado ya había defendido a
otra persona que también fue imputada por crímenes de odio. Breivik había escuchado sobre él
en el pasado y le pidió a la fiscalía que él fuera su defensa durante su proceso. Después de
que el abogado aceptaría el caso, comienza un duro procedimiento sobre los sucesos, en
donde el gobierno de Noruega batallo en contra de la defensa de Breivik para intentar lograr
que permaneciera en la cárcel por el resto de su vida, aunque no sería tan fácil para ellos,
puesto que la defensa que Lippestad estaría a la altura de enfrentarse inclusive, a su propio
gobierno.

La argumentación con la que inicia la defensa de Breivik, aludía al hecho que Breivik era
inimputable ya que no poseía facultades mentales lúcidas y sufría de algún trastorno psicótico
que lo llevó a cometer el crimen. De ser aceptada esta primera instancia, Breivik evitaría por
completo el cumplir años en prisión y sería trasladado a un hospital mental donde recibirá
tratamiento por su condición. La contraparte, representada por el gobierno de Noruega y los
familiares afectados, quedaron muy inconformes con los resultados de estos estudios
psicológicos, por lo que argumentaron de regreso que los actos de Breivik fueron premeditados
y que se debía de volver a analizar por otro especialista para obtener una segunda opinión al
respecto. En un momento histórico para el Derecho noruego, fue aprobada esta petición de
volver a revisar sus facultades psicológicas. A primera instancia, se llegó a la conclusión que si
posee de cierto trastorno mental, pero que las acciones que cometió el 22 de Julio fueron
premeditadas aun así, por lo que a la defensa no le quedó otra alternativa más que replantear
su argumentación y pruebas. Gracias a esto, Breivik decide aceptar su culpabilidad, pero con la
condición de que le cedan la palabra en la etapa de alegatos y que además, esté presente para
escucharlo el primer ministro y el gobierno del país.

Durante la fase final de este juicio, se escucharon los últimos alegatos de ambas partes, por un
lado, la defensa de Breivik, dispuesta a aceptar su culpabilidad pero con un último argumento
sobre sus fines políticos y del movimiento de ultraderecha en Europa; por otro lado, se
encontraron los niños sobrevivientes del suceso narrando los hechos y apelando al sentimiento
tanto del jurado como de la jueza, con la esperanza de que sea declarado culpable y pueda ser
sometido a prisión por el resto de su vida. La resolución final fue favorable, pues el 24 de
agosto del 2012 fue declarado culpable y sentenciado a 21 años de prisión .

Los hechos que se suscitaron el 22 de julio fue uno de los sucesos más sangrientos en la
historia de Noruega desde la segunda guerra mundial, y acaparó la indignación social en contra
de Breivik, provocando desfortunios como el acoso constante a la familia de Geir Lippestad y
hacia su persona, pero también la solidaridad del pueblo noruego hacia las familias afectadas y
la adopción de nuevas medidas de seguridad tanto jurídicas como sociales para prevenir que
estos hechos vuelvan a ocurrir.

La conclusión sobre este caso relacionado con la Ética, radica principalmente en el papel que
como abogado y profesionista de Derecho, tenemos que cumplir de manera imparcial hacia
cualquier persona que lo necesite. Así sea un psicópata asesino de 68 niños, todas las
personas tienen el derecho de ser asistidos legalmente si así lo desean o requieren, y aunque
sea mentalmente difícil tomar el rol de defender a alguien que va en contra de tus ideales y
morales personales, la ética profesional nos empuja a tener que tomar decisiones tan difíciles
como esa. Este caso es un ejemplo perfecto sobre las dificultades que puede presentar nuestra
materia a la hora de tener que aplicar las normas que más favorezcan los derechos humanos
de todos, ya que se le debe de reconocer a el sistema legal de Noruega, que a pesar de tener
en custodia a uno de sus criminales más volátiles de su historia moderna, hasta para él se le
tiene que aplicar las normas y su derechos humanos siguen siendo igual de válidos que para el
resto.

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