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30/08/2022
Modelo geotécnico
El modelo geotécnico es la piedra angular del diseño a cielo abierto, siendo el elemento de partida para
el establecimiento de los dominios geotécnicos, los sectores de diseño y el diseño de los taludes. Dicho
modelo tiene cuatro componentes: los modelos geológicos, estructural, de macizo rocoso e
hidrogeológico; los cuales deben proporcionar los siguientes valores de diseño representativos para
cada dominio geotécnico y sector de diseño: tipo de material, valores de orientación, distribución
espacial, resistencia al corte de las estructuras principales y del tejido rocoso, resistencia y carga puntual
del macizo rocoso, módulos elásticos del macizo y presiones intersticiales.
Construir un modelo geotécnico es una cuestión, pero aplicar este al diseño de taludes es otra diferente,
la cual presenta los siguientes retos: la escala entre el tamaño del talud que se analiza y la resistencia
del macizo rocoso y sus defectos, el sistema de clasificación de macizos rocosos y la utilización del
criterio de Hoek – Brown.
El reto del tamaño debe abordarse al evaluar la resistencia al corte del macizo rocoso y de los defectos
que lo atraviesan, las cuales se miden mediante pruebas de laboratorio a pequeña escala y se combinan
con mediciones de campo a mediana escala y estimaciones puntuales. Para los defectos que atraviesan
el macizo, las resistencias máximas caracterizadas por cohesiones y ángulos de fricción dependen del
relleno y la escala. Cuando no se dispone de datos fiables de análisis de laboratorio y/o de campo, el
recurso habitual es el criterio de Barton-Bandis, donde debe de ser manejado con cuidado ya que se
estableció sólo para defectos de origen geológico, haciendo preferente a los ensayos de corte directo
de muestras en campo, a pesar de la dificultad para obtener muestras representativas.
El gran problema de escala para el macizo rocoso es que las estructuras geológicas tienen diferentes
tamaños, y las que se incluirán en el macizo rocoso dependerán de la altura del talud y del volumen
considerado. Por lo general, la resistencia del macizo rocoso se describe mediante el criterio de Hoek–
Brown, donde se decide sobre su aplicabilidad de acuerdo con la escala percibida y el grado de
anisotropía del macizo rocoso, con base en los criterios representados en el conocido diagrama de
Hoek–Brown, sin embargo este método no resuelve el efecto escala; por esto se ha creado el modelo
de macizo rocoso sintético, el cual puede proporcionar una envolvente de resistencia que respeta la
resistencia del material intacto y la estructura de la junta en diferentes escalas, proporcionando
información que falta en las estimaciones de fuerza empírica.
Los sistemas de clasificación más utilizados son el modelo Bieniawski RMR, los modelos Laubscher IRMR
y MRMR y el modelo Hoek-Brown GSI, siendo los modelos MRMR y GSI utilizados con frecuencia para
estimar la resistencia de la masa rocosa utilizando el criterio de Hoek-Brown. Para evitar la aplicación
incorrecta de estos modelos en el criterio de Hoek-Brown se deben entender las diferencias entre estos
dos, las cuales son: el modelo GSI de Hoek-Brown es un modelo basado en RQD que se origina en el
esquema de clasificación RMR de 1976 de Bieniawsk, mientras que el modelo MRMR es un modelo
basado en la frecuencia de fracturas. Esto se debe a que se desarrolló principalmente para aplicaciones
subterráneas, teniendo factores de ajuste para las tensiones inducidas por la minería, la meteorización,
la orientación de las estructuras, las voladuras y el agua.
A pesar de que el modelo SRM proporciona una envolvente de fuerza que honra la fuerza del material
intacto y la estructura de la junta en un macizo rocoso a diferentes escalas, el criterio de Hoek-Brown
sigue siendo el criterio de elección de resistencia. Al utilizar el criterio de Hoek-Brown, se debe entender
sus orígenes y que es una relación empírica y no constitutiva para un macizo rocoso homogéneo e
isotrópico
Las presiones intersticiales controlan la tensión efectiva del macizo rocoso. Actuando dentro del macizo
rocoso fracturado, el aumento de la presión intersticial reduce la tensión efectiva que, a su vez, conduce
a una reducción de la resistencia al corte del macizo rocoso. Dichas presiones suelen ser el único
elemento de un diseño de talud que puede modificarse fácilmente mediante una intervención artificial.
La incorporación de estas presiones en los análisis suele seguir tres tipos de enfoques: pendiente seca,
húmeda e hibrida, en donde se caracterizan según el régimen de presión que describe su nombre. El
punto de partida en este proceso es la construcción de buenos modelos de flujo de agua subterránea a
escala de pendiente, lo cual no es muy común debido al tiempo de espera requerido y el costo de capital
para obtener los datos necesarios para construir el modelo. Se reconoce que el costo es un problema.
Sin embargo, la falta de un buen modelo para respaldar el diseño de taludes casi con seguridad dará
como resultado un diseño conservador. Otros factores como la interconexión entre fracturas y el efecto
de descarga litostácica deben tenerse en cuenta al configurar el modelo de flujo de agua subterránea.
La incertidumbre de los datos surge de las dificultades para predecir correctamente las propiedades y
características inherentemente variables de los materiales naturales. Esta se puede clasificar en tres
tipos: incertidumbre geológica, incertidumbre de los parámetros e incertidumbre del modelo. La
incertidumbre geológica abarca la imprevisibilidad asociada con la identificación, geometría y relaciones
entre las diferentes litologías y estructuras que constituyen los modelos geológicos y estructurales. La
incertidumbre de los parámetros representa la imprevisibilidad de los parámetros utilizados para dar
cuenta de los diversos atributos del modelo geotécnico. Y la incertidumbre del modelo da cuenta de la
imprevisibilidad que rodea el proceso de selección y los diferentes tipos de análisis utilizados para
formular el diseño del talud y estimar la confiabilidad de las paredes.
Es necesario evaluar y actualizar las incertidumbres en los parámetros geológicos, estructurales, del
macizo rocoso e hidrogeológicos dentro de cada dominio geotécnico y sector de diseño utilizando
conceptos de frecuencia relativa y distribuciones de probabilidad con la ayuda de evaluaciones
subjetivas. Normalmente, se da la tendencia de confiar en la evaluación subjetiva, la cual puede ser
suficiente para los requisitos de los proyectos convencionales. Sin embargo, es fácilmente cuestionado,
particularmente por aquellos que no están de acuerdo con el resultado. Los conceptos de frecuencia
relativa y probabilidad se utilizan ampliamente en la ingeniería geotécnica, con énfasis en la medición
directa y la organización de los datos de manera estructurada como un medio para examinar la
variabilidad dentro de un rango de valores, específicamente con el valor esperado (E[x]), la desviación
estándar (s[x]) y el coeficiente de variación (V(x)).
Existe una necesidad de un sistema que informe la confianza en la información geotécnica utilizada en
los diseños de taludes a todos los involucrados en el proyecto en niveles acordes con cada etapa del
desarrollo del proyecto. Por dichas razones se proponen los siguientes cinco niveles:
Referencias
Read, J., & Stacey, P. (2009). GUIDELINES FOR OPEN PIT SLOPE DESIGN. CSIRO PUBLISHING.