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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

SEDE: TUMACO

FACULTAD DE INGENIERIA

CARRERA: INGENIERIA INDUSTRIAL

TRABAJO: MONOGRAFIA

TITULO: IDENTIDAD CULTURAL NUESTRA MAYOR RIQUEZA

AUTORA: LUISA FERNANDA ANDRADE GONZALEZ

TUTORA: FARLY ANDREA LEON

TUMACO – COLOMBIA
TABLA DE CONTENIDO

1. Identidad cultural, nuestra mayor riqueza …………………………………. 4


2. Pueblo moreno………………………………………………………………… 5
3. Religiosidad……………………………………………………………………. 5
4. La purísima………………………………………………………….…………. 5
5. Semana santa…………………………………………………………………. 6
6. El duelo…………………………………………………………………………. 6
7. El velorio……………………………………………………………………….. 6
8. Los gualies…………………………………………………………………….. 7
9. Los alabaos……………………………………………………………………. 7
10. Literatura y poesía…………………………………………………………….. 8
11. Poesia………………………………………………………………………….. 8
12. Ensayo…………………………………………………………………………. 10
13. Cuentos y relatos……………………………………………………………… 10
14. Cronica…………………………………………………………………………. 11
15. Novela………………………………………………………………………….. 12
16. Folklore…………………………………………………………………………. 13
17. Festividades…………………………………………………………………… 14
18. San Pacho en Choco…………………………………………………………. 15

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INTRODUCCION

Cuando nos referimos a la Región Pacifica colombiana, sin duda estamos


hablando de aquellos territorios en donde sus poblaciones mantienen unidad no
tanto en su historia sino también en su cultura, se resalta la reivindicación de los
grupos étnicos en donde la ancestralidad juega un papel importante en el
reconocimiento de territorios tradicionalmente habitados, lo que implica el
desarrollo en la actualidad de sus prácticas tradicionales.

El trabajo presentado a continuación nos ayudara a mantener vivos los


pensamientos, sentimientos y voces de nuestros pueblos ancestrales, de una
región de muchas riquezas y valores culturales, que deben subsistir y garantizar la
vida de las futuras generaciones. Los usos y costumbres de nuestros pueblos
expresados a través de su folklore de los mitos y leyendas constituyen un
patrimonio que debe ser protegido por los mismos pueblos y por el Estado para
que se mantenga en el tiempo y sobre todo para que pueda ser un instrumento de
revitalización de la identidad cultural de los mismos pueblos y de quienes creemos
en un mundo diverso a pesar de la globalización.

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IDENTIDAD CULTURAL NUESTRA MAYOR RIQUEZA

El pacifico colombiano está localizado al occidente del país, ocupando una


superficie superior a los 116 mil kilómetros de la franja occidental de Colombia.
Deviene su nombre por limitar con el océano del mismo nombre. Esta región hace
parte del denominado Choco Biogeográfico, consistente en una zona que abarca
el territorio occidental de tres países: Panamá, Colombia y Ecuador, con una
extensión aproximada de 175.000 kilómetros. Está integrado por los
departamentos de Choco, Valle del Cauca, Cauca y Nariño (179 municipios).
En la región pacifica habita la mayor proporción de población afrocolombiana del
país, distribuida en los cuatro departamentos, al mismo tiempo que numerosas
comunidades indígenas. La población se divide en tres grupos étnicos:
Afrodescendientes, equivalentes al 90% de la población, agrupada en territorios
colectivos y habitantes de centros poblados; mestizos, (6%), e indígenas (4%).
Los indígenas pertenecen principalmente a los grupos Awa, Embera, Catios y
Waunanas, agrupados en resguardos.
Nuestros primeros habitantes en el Pacifico colombiano fueron los indígenas. Hay
una teoría creíble en el trabajo “Los viajeros mayas pobladores de los pastos”,del
escritor Harold Libardo Santacruz Moncayo, la cual dice que los primeros en
arribar por canoas fueron los Mayas, quienes enviados por el rey Canek llegaron a
la Isla Gorgona, desde donde divisaron las grandes montañas del Galeras, Azufral
y Cumbal. Presumieron que eran tierras fértiles que les darían alimentos para
enfrentar la escasez que tenían en ese momento en los territorios del Chichen
Itzá. Se adentraron por los ríos de Iscuandè, El Charco y Mosquera hasta empatar
con el Telembi, en lo que hoy es Barbacoas. Desde allí escalaron el piedemonte
costero para encontrar las mesetas de Tuquerres e Ipiales, y terminar en Pasto, en
donde se entronizaron con los Quillacingas. La otra expedición viajó por Tumaco
hasta llegar al río Mataje, fusionándose con la raza Tumac, y posteriormente a La
Tola y La Tolita en el Ecuador. Los Tumac fueron expertos en la cerámica y
orfebrería, realizaron obras artísticas que aun hoy son inexplicables para los
investigadores.

Luego vendrían los europeos. Fue Vasco Núñez de Balboa el que atravesó la
serranía del Darién para descubrir que al oeste de Panamá había un hermoso
océano al que bautizó Pacifico, o Mar del Sur. Después, aparecieron Francisco
Pizarro y sus compañeros extremeños, quienes impusieron su religión, el idioma
castellano, y la décima, que desde entonces la profesamos, hablamos y
escribimos.

Vemos que el mar fue el canal inicial que utilizaron nuestros antepasados;
incursionaron por los ríos, hasta que la sierra los absorbió, y perdieron el rastro
para regresar a la tierra de los mayas. Vestigios de su cultura y de su dialecto
están reflejados en la orfebrería que dejaron.
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Para cerrar el ciclo de migraciones, trajeron a los negros del África, quienes
aportaron la fuerza física al fatigoso trabajo en las minas, en la pesca, y en la
agricultura; y, aunado a su alegría del baile, el misterio de la Santería, y el sonido
fuerte de sus dialectos, se mezclaron con las otras razas para conformar la etnia
Pacifica.

Pueblo Moreno
Los pueblos del pacíficos tienen entre otras las siguientes características; alegres,
extrovertidos, religiosos, musicales, hospitalarios, enraizados en su tierra, aunque
esta afirmación no parezca cierta. Aman a su tierra y vuelven a ella cuando les es
posible, conservan los derechos de propiedad cuando los poseen y los actualizan.
Son trabajadores, aunque esto último no se les haya reconocido. El hombre para
trabajar necesita un fin por el que va a trabajar: si el pueblo negro ha sido
desgajado de su ser ¿Bajo qué idea va a trabajar? Trabaja lo suficiente para vivir
ya que la vida es lo importante y cumplido el objetivo de mantener la vida hay que
gozar de la misma. Cuando se proponen conseguir algo de la sociedad de
consumo trabajan por ello; conseguido abandonan su trabajo y son amantes de su
familia.

Religiosidad
Es sabido que las comunidades negras del pacifico adoran a Dios, Ángeles,
vírgenes y Santos, algunas de estas divinidades se encuentran o han vivido
alguna vez en árboles, animales, etc. Esta creencia es africana, recibida de los
esclavizados y aún se conserva en el continente negro y en las Antillas. En el
capítulo III del libro “Los Dioses” de J. Jan nos enseña que se venera más a los
Loas (Dioses) esos seres sobrenaturales que en muchos sitios también se llaman
Santos o Ángeles. A pesar que se les equipara a los Santos de la Iglesia católica,
se sabe que proceden de Guinea; es decir África, cada Santo tiene su sitio
favorito: un árbol, una planta, una fuente.

La Purísima
Cuenta la leyenda que un barco de piratas andaba incursionando por la costa del
pacifico para abordar otros navíos que transportaban oro de las minas reales, les
cogió una tempestad durísima. Iban a naufragar y como tenían una virgen la
sacaron a cubierta, le prendieron velas, la tempestad calmó y los enrutó a la
Bocana de Guapi, al entrar vieron lucecitas: los pobladores los recibieron con
alegría y hospitalidad invitándolos a saltar, la virgen la llevaron a la iglesia, toda
esa noche estuvieron cantando; parece que desde allí es la costumbre de prender
velas el 7 y el 8 de diciembre.
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En Semana Santa
“En la semana Santa el Miércoles y el Jueves Santo no se puede caminar duro, ni
comer carne; solo pescado, además el que se mete al rio se convierte medio
pescado y medio human. Tampoco se debe hacer corrompicion porque se
quedan pegados para siempre”
Estas ideas religiosas similares se hayan en el pueblo de Yoruba, originario de
Nigeria, en donde muchas de sus etnias fueron llevadas en la época del
colonialismo a la isla de Cuba, se fusionaron por la acción del fuerte al cristianismo
para darle nacimiento a una nueva religión llamada santería, ellos respecto al culto
de Semana Santa tiene algunos comportamiento como son: en Semana Santa
nadie debe alterarse, ni siquiera se regaña a los muchachos, son días de absoluta
abstinencia, que observa estrictamente la santería, los matrimonios tienen mucho
cuidado; si la mujer peca y concibe el jueves o viernes santo, lo que traiga al
mundo no será bueno. No se trabaja, Dios castiga lo que se hace ese día a
menos que sea por pura necesidad. En sus casas no riegan, no barren, no
planchan, no cosen y refriega. Barrer el suelo de la casa es barrer la cara de
Cristo. El agua se vuelva sangre, no cortar nada porque se corta el cuerpo del
señor, hacer ruido es ofenderlo.
El domingo de Ramos la palma bendecida por el cura en la misa se guarda en el
altar de la casa y cuando la persona o generalmente el niño sufre de espanto u ojo
se hace la cruz con la palma para su pronto sana recuperación. Este
procedimiento mágico religioso de origen africano es practicado por la santería o
religión Orisha,
El Duelo
En las noches de duelo por la muerte del fraterno aparece el cantador de alabaos,
lloros como lo llaman en áfrica, llega vestido de negro si es mujer o camisa blanca
o pantalón oscuro si es hombre para cumplir con el mandamiento de paz y amor.
Estos canticos de acompañamiento durante nueve noches hacen que en la casa
palafítica se congregue la aldea para participar en rezos y alabaos, el cantador
aparece con su manual para encender la hoguera triste que comunicara al difunto
con el Dios cristiano, después la comunidad en potrillos inicia el viaje fluvial a
casa.

El Velorio
El velorio incluye un rosario de actitudes alrededor del cadáver, por los dolientes,
amigos y del poblado, este se distingue entre otros rituales urbanos de Quibdó,
Buenaventura y Tumaco, que tienen en sus comportamientos mayores elementos
citadinos y los rurales de aquellas colectividades que se resisten a la penetración
de la modernidad, en estos últimos las cadenas sacras son más fuertes.
En el pacifico sur los velorios son hasta que amanece, van a la Iglesia, escuchan
la misa y luego van a la casa a rezar el rosario, se canta y se reparte cigarrillo,
dulces, aguardiente, se van a eso de las nueve y media de la noche a la siguiente
noche lo mismo hasta completar las nueve noches que es la ultima

Los Gualies
También conocidos como chigualos, en el sur del Pacífico, se celebran al difunto
niño y consiste en arrullos, romances, rondas, bailes, juegos, rimas y cuentos,
para despedirlo de este mundo. En esta localidad del Pacífico creen que cuando
los niños mueren se convierten en ángeles que van a gozar de los coros
celestiales por no tener pecado alguno. Por eso decoran el altar y visten al ángel
de blanco pureza. También se dice que sus ancestros celebraban la muerte de un
niño porque se alegraban de que ese ser no tendría que vivir las crueldades y el
su frimiento de la esclavitud. Aura Elena González o Maye dice que “un chigualo
era una celebración y sigue siendo aún, pero la connotación en tiempo de
nuestros ancestros esclavizados era la posibilidad de liberar un alma niña que no
sufriera el flagelo que les había tocado sufrir a ellos… Preferible ir al cielo ‘Ay si
fuera yo, si fuera yo’; aquí hay un sentido de anhelo de libertad y se celebraba allí
la dimensión espiritual.
Al niño hay que despedirlo con alegría, por cuanto al no cometer pecado, su
destino es el cielo, lugar de felicidad y sosiego, ese es el premio del que no llego a
ofender a Dios con hechos, ni palabras, soborno religioso que aún se conserva
intacto; en el chigualo se aprecia un corpus de tradición oral afro pacífica. Los
cantos empiezan: “Licencia vengo pidiendo, licencia usted la tiene”
Se despide en coro y desde ese momento se desprende una cosecha de
romances que encantan toda la noche hasta el alba; en intermedio se baila con el
niño muerto, pasándolo de mano en mano de los asistentes quienes previamente
han conformado un circulo, también se observa a grupos de hombres y mujeres
que para entretener la noche apelan a las adivinanzas, algunas referidas a
objetos, personas, mar, monte, otras eróticas o picantes como se denomina en el
litoral, casi todas llegan entre los siglos XVI al XIX con los españoles, que
poblaron el andén pacifico en busca desesperada del oro.

Los Alabaos
son un canto de velorio para adultos que tienen su origen en un canto coral de
alabanza o exaltación religiosa ofrendando a los santos. Por lo general se
interpretan a capela, sin instrumentos y los intérpretes los cantan haciendo alusión
a las virtudes y buenos recuerdos del muerto. Son letras tristes, evocan dolor, pero
también esperanza porque buscan reforzar valores que se acercan a las vivencias
de las comunidades y a principios propios de la espiritualidad afro.
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Literatura y Poesía

Se habla hoy de la literatura del Pacifico. A comienzos del siglo XIX no se tenían
indicios de textos literarios en esta zona costera demarcada entre el Cabo
Manglares y punta Ardita, una costa penetrada entre sus dos extremos por
Panamá y Ecuador. Se conocían solamente cuadernos de viajes de
expedicionarios europeos y relatos memoriosos de gentes del interior sobre el
tejido de música y leyendas que envolvía las zonas mineras del litoral. Con la
explotación de oro y platino y la extracción de tagua, el marfil de la selva, el
Pacifico conoció la llegada de técnicos e ingenieros del viejo mundo, entre los que
arribaron algunos letrados.
En principio, los indígenas y los negros se comunicaron a través de sus dialectos;
pero, ante la presión de los europeos, terminaron hablando el idioma de Castilla,
entreverado con sus lenguas que hablaban de forma oculta. Esto dio origen a la
culta palabra del Pacifico, la cual se difundió a través de la oralidad en montes y
ríos, y en el lenguaje de los puertos marítimos y fluviales.

Mucho tiempo después, se comienzan a ver expresiones culturales escritas, que


no dejaron olvidar sus historias y vivencias expresadas de forma oral. Es así como
surge, hacia la tercera década del siglo XX, una generación conformada por
poetas, ensayistas, cuentistas, cronistas y novelistas, quienes inspirados en el mar
escribieron prosas y versos fabulosos. El mar, siempre el mar, ha inspirado a
nuestros cultores de la palabra en el Pacifico, y a través del mar cantan, ofrecen
amor, y claman sus desdichas de la mujer que se fue, como el rio que desemboca
en el mar.

Poesía

1. Helcias Martan Góngora (Guapi). Poema “Mar en la noche”: En la rivera de


la noche, dice la mar profética infinitas parábolas”

2. Guillermo Payan Archer (Tumaco). Poema “El mar cambiante y eterno”:


Siempre he mirado al mar, con amor y con miedo, entre la fiebre y el
éxtasis, entre la sombra y el misterio”.
3. Faustino Arias Reynel (Barbacoas). Poema “De buenas con Dios”: Pero
hoy, frente al mar y con ella en mis brazos mirando las olas que vienen y
van.

4. Manuel Benítez Duclerc (Tumaco). Poema “Viejo Mar”: Oh! viejo mar,
abuelo de mis sueños ¡conozco tu bondad y tu amargura. Para ti no hay
orgullo ni bravura, todos somos inermes y pequeños.
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5. Medardo Arias Satizabal (Buenaventura). Poema “Memorias de Rosa
Helena”: Desde la terraza de la casa se veía el mar y el paso del auto-ferro;
las maquinas del tren tenían nombres según el agudo de sus pitos.

6. Hugo Salazar Valdés (Condoto). Poema “El mar bifronte” i ¡Este es el mar:
acuático delirio! ¡Cementerio de ríos suicidas que se buscan! ¡Lámpara
torrencial de espumados sollozos! Viejo solar brumoso de obreras lejanías
su barba de sal sabe circunvalar la tierra.

7. Hernando Revelo Hurtado (Guapi). Poema “A mi padre”: Barquero, ese


hombre que acaba de llegar a la orilla de tu rio con su baúl de mar y de
fábulas y que tiene en la mirada un tatuaje de metáforas tristes es mi padre.

8. Herman “Moro” Manzi Benítez (Tumaco). Poema “Yole”: Si no hubiera sido


por ti, Yole, nunca habría aprendido a besar en el fondo del mar.

9. Piedad Ayora (Tumaco). Poema “Obsesión marina”: Soy hija de este mar y
mis pupilas profundas como abismos insondables, han sido manantial de
aguas salobres y son tan bien como él inescrutable.

10. Helena Jiménez de Lozano (Tumaco). Poema “Soñando navegar”: Al


realizar los viajes anhelados, mi pecho victorioso ha de gritar: ¡siento vivir,
mis sueños han triunfado, soy marinera…..al barco y a la mar.

11. Mary Grueso Romero (Guapi). Poema ¡Q Hoy cuando tengo pena me voy a
navegá. La marea sube y baja y yo estoy en alta mà pensando que llego al
rancho y mi negra allá no está.

12. Álvaro Benítez Acevedo (Tumaco). Poema “Soledad Marina”: Naufragando


en los mares y vencida bajo un imperio de ilusiones vanas, la nave de su
ser está perdida en la insondable soledad lejana.

13. José Ziadè Benítez (Tumaco). Poema “Frente al mar”: Y al morir la tarde
soñando contigo frente al mar me siento solo.
14. Nila Del Castillo (Barbacoas). Poema” Currulao para Whanda”: Nací a la
orilla del mar, mi casa fue una palmera, mis juegos fueron cununos y mi
colchón una estera.

15. José María Obando (Tumaco). Poema “Viaje marino”: Siento que navego
en las islas de ensueños, hacia el centro de un círculo radiante: El mar es
liquido en donde el alma flota.
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16. Félix Domingo Cabezas Prado (Barbacoas). Libro "Versos escondidos en la
Costa Pacífica"

17. Octavio Montes Arango (Trujillo. Valle) Libro "Poemas de Reflexión" poema
"Mar de Balboa": Mar de Balboa, Pacifico colombiano, Mar de Balboa, bello
pacifico mar, tierra misteriosa, exuberante, especial.

18. Mónica Patricia Ossa (Buenaventura) Libro "Entre versos y mares". Poema
Su manera de no olvidar: Y en medio de mi afán de que San Antonio no se
fuera, la escuchaba cada noche/ en una de sus maneras para no olvidar mi
mar.

19. María Ana Moreno Segura (Guapi) Libro antología Poética "Por todos los
silencios volumen" 1. Poema "Quédate suave mar" : Me engañas con tu
risa, quédate quieto demuestra suavidad, para que se alegre mi ser, al
contemplar tu majestuosidad.

Ensayo

1. Sofonías Yacup (Guapi). Ensayo “El Litoral Recóndito”, “El Preludio y el


relámpago”: Sin embargo, el mar, que digiérase simbolizar lo grande y lo
franco, no deja de ser artero. Es caprichoso, inseguro y mudable.

2. Bernardo Merizalde (España). Libro “Estudio de la costa colombiana del


Pacifico” De la Isla del Gallo a Punta de Manglares diez leguas, costa baja
a la mar y en su intermedio está Tumaco; es buen puerto y de toda
providencia: en él hay españoles e indios:

3. Teófilo R Potes (Buenaventura). Labor investigativa: “Se debe valorar su


gestión desde una amplia perspectiva, que incluía una mirada antropológica
e histórica con lo cual contribuyó a la construcción de la identidad propia de
los habitantes del Pacífico.

Cuento y Relato
1. Carlos Arturo Truque (Condoto). Cuento “Sonatina para dos tambores”: Si
el mar se volviera tinta y los peces escribanos, no alcanzarían a decirle lo
mucho que yo la amo.

2. Oscar Benítez Del Hierro (Tumaco). Relato “Litoral Escondido”: Se iniciaban


los días cuando en la madrugada el Golfo abría sus puertas de par en par
sorprendiendo al mar dormido en las playas peinadas, cobijadas por la
espuma.

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3. Francisco Javier Alzate (Buenaventura). Cuento “Fermín Muñón”: Las olas
del mar se visten de blanca mortaja al sepultar la muerte del Juradó.

4. Fernando Pinzón (Cali). Libro de cuentos “El país del mar: “Con una prosa
cálida que siembra raíces en los abismos marinos y se despliega por las
zonas del deseo, logra en su colección de cuentos, captar con fuerza
narrativa el universo de la isla Tumaco.

5. Hernando Arcos Salazar (Tumaco) Cuento "Un día como cualquiera”:


“Bandadas y bandadas de gaviotas recortadas contra el sol de su isla
recóndita.

6. José Arroyo Ordoñez (Puerto Merizalde). Relato “Parábola de los buques


viejos encallados en el olvido”: Los buques viejos se convierten en visiones
fantasmales, deambulando libres por la inmensidad sin límites, aguas arriba
o aguas abajo, según el capricho de las mareas, hasta perderse mar afuera
o naufragar en su profundidad.

7. Oscar Seidel Morales (Tumaco). Libro "En el mar de sus recuerdos" cuento
“Esa negra linda camarà”: Cuentan los marinos que cuando les coge la
noche en el sitio donde confluye el rio con el mar, se oye el llanto de Oshun,
porque Tomasa y Antonio el marino, se encuentran en la profundidad como
pareja, y se convierten en Orishas.

8. Oscar Olarte Reyes (Bogotà). Libro "Prisioneros del ritmo del mar" cuento
"Cleotilde y los Pianos": Las mismas aguas que vieran llegar los baúles de
mercadería europea y vieran salir embarcados los cofres repletos de oro en
polvo buscando el mar orientados por las estrellas del norte e impulsados
por los vientos.

9. Carlos Vàsquez-Zawadzki (Tumaco). Cuento “Un potrillo de oro en la Mar


Pacífica”: Cuentan aventuras a la vez terribles y risibles que han ocurrido
bien en la alta mar de olas estrepitosas y encrespadas.
Crónica

1. Abraham Yip Madrid (Buenaventura). “Los pescadores de la resaca”: Se


estaba en puja; ese flujo de las mareas dejaba un panorama despejado, ya
que las salobres aguas se habían marchado hacia otros lares.

2. Flover González Cortés (El Charco). “El hamaquero de Gorgona”: Cuando


caía un rayo, lejos o cerca, se podía observar su negra silueta e inclusive la
sonrisa de la mar.
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3. Dagoberto Salazar Santa (Buenaventura).“Colombianito”: La bahía dormita
entre nieblas de humo; los peces saltan por entre las pequeñas canoas y el
puente de El Piñal es colmado de chiquillos traviesos que arrojan al mar sus
anzuelos.

4. Gabriel H Manzi Benítez (Tumaco). Crónica “Incendio”: Todos sabían que la


rapacidad del incendio solo descansaría cuando llegara al mar.

5. J.Mauricio Chaves Bustos (Ipiales). Crónica “Tumaco, la perla”: Toda la


ciudad es una continua carcajada, una algarabía que se extiende como el
firmamento en las hermosas noches estrelladas que cubren la ciudad, en
ningún otro lugar he visto gente tan alegre y tan contenta como en el
Pacífico, pero especialmente en Tumaco.

Novela

1. Oscar Collazos (Bahía Solano).Novela “Tal como el Fuego Fatuo”: Mi


infancia en Bahía Solano, hasta los 7 años, son muchas imágenes confusas
y hermosas. Muchas veces he creído que, por su sencillez, son lo más
parecido a la felicidad: el mar, el marco de la bahía cubierto por la neblina
del atardecer, la selva cercana.

2. Enrique Cabezas Rher (Guapi). Novela “Miro tu lindo cielo y quedo


aliviado”:”Es un documento literario donde la evocación del puerto viejo, a
través de una historia de amor, es el motivo convocador de múltiples
metáforas sobre la vida en el trópico”

3. Arnoldo Palacios (Cèrtigue). Novela “Las Estrellas son Negras”: Por medio
de sus obras, trata de plasmar, mostrar y reivindicar la cultura del Pacífico
colombiano, además de denunciar los abusos e injusticias que viven sus
gentes.
4. Ligia Vonblon (Tumaco). Novela “Salvador el hombre que amaba el mar”: El
mar, el cielo, el paisaje se convertían entonces en una paleta de grises en
busca de las sombras de la noche. Y en esas noches de Luna menguante,
la visión de un cielo estrellado, un cielo que mostraba su bóveda cuajadita
de joyas titilantes, las más brillantes que se puedan imaginar...

5. Stella Estrada Mosquera (Tumaco). Novela “El doctor sin letra”: Decidieron
no hablar del tema. Sentados en la arena contemplaron largo rato el mar,
aquel pescador solitario cuya presencia fue testigo mudo de tantos días de
pasión; y entonces volvieron a amarse.
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6. William Vega Fernández (Buenaventura). Novela “Los hombres de Rahel”:


La piel retostada por el salitre de tantos años en el mar negaba su origen
centroeuropeo. Extrañaba su vida de mar, ese mar que conoció huyendo de
la guerra en su viejo mundo.

7. Fabio Martínez (Cali). Novela “Marea de Sombras”: Mi querido Weber- me


llamó con cierta ironía_, tu sabes que nosotros vivimos del mar.

8. Oscar Seidel (Tumaco). Novela “El dulce olor de Puerto Perla”. De Puerto
Perla solo quedaron sus tres islas, sus palmeras, y una brisa fresca que
venía del mar.

9. Medardo Arias Satizabal (Buenaventura). Novela “Jazz para difuntos”. Otro


día había visto esos saludos en un mar que le parecía más saludable.

Folklore
Esta manifestación la comparten catorce municipios de la zona costera de tres
departamentos del Pacífico sur: Buenaventura en el Valle del Cauca; Micay,
Timbiquí y Guapi en el Cauca y El Charco, Iscuandé, La Tola, Mosquera, Olaya
Herrera, Barbacoas, Magüí, Roberto Payán, Francisco Pizarro y Tumaco en
Nariño.
La marimba fue uno de los elementos reconstruidos en la memoria por los
africanos en su diáspora por América; instrumento núcleo de las músicas del sur
del Pacífico colombiano y del norte del Ecuador que aglutinó a otros hasta
conformar el conjunto de marimba, una manera de sonar y de hacer música de un
modo propio.
Este instrumento cumple la función de convocar y movilizar estéticas, sentimientos
y relaciones. Considerada en un marco más amplio, como eje cohesionador
musical, la marimba deja ver una tradición invaluable que aglutina aspectos
sociales, culturales, patrimoniales y medioambientales.
En el territorio del Pacífico todo tiene un sentido musical. La música define los
grandes actos de la vida. Alrededor de la práctica musical se tejen relaciones
sociales propias de la cotidianidad de las comunidades negras: quehacer
doméstico colectivo, fiestas patronales y fiestas populares, lo que permite la
conservación del saber ancestral por medio de la tradición oral. También tiene
directa relación con el proceso y manejo de recursos naturales para la elaboración
de instrumentos, conocimiento restringido liderado por sabedores naturales que
conocen los ciclos de la naturaleza, de las plantas y animales, de los que obtienen
los elementos que instrumentos: una marimba, dos bombos (macho y hembra),
dos cununos (macho y hembra), un número variable de guasas, entre dos y cinco,
tocado por las cantoras. 13
Esta manifestación cultural tiene su relevancia primordialmente por la función
social que ella cumple en el territorio del Pacífico sur, en el marco de una cultura,
de un territorio con una historia, con unas tradiciones y con unas vivencias que
ponen en comunicación a pueblos afrodescendientes.

Festividades
Las fiestas populares son parte fundamental del patrimonio cultural, imanes para
el turismo nacional e internacional; además son escenarios privilegiados para
conocer y sentir la identidad cultural, para explorar antiguas y particulares
tradiciones folclóricas.
El pacifico no podía ser la excepción, de tener sus fiestas, las principales
ciudades, muestran sus calles adornadas con luces de colores, y en los puertos y
muelles estas se confunden con las hermosas luces del firmamento, que para
estas fechas se pone mucho más hermoso, en ciudades más pequeñas, la
modestia de los presupuestos municipales guarda la discreción con los adornos
públicos, aunque en todos estos hermosos municipios, son los particulares
quienes se encargan de darle el toque festivo, con luces o con velitas, con bolitas
de navidad o con bombas infladas, y todos con esa alegría que es tan propia de
estos territorios.

Estas fiestas permiten purgar las penas, pero también reconstruir los lazos de
amistad, de ahí la impronta social que tienen para la humanidad, para la sociedad
en general; son momentos de esparcimiento que le permiten al alma reposar en la
calma del gusto del cuerpo, bien sea en el baile, en la comida o en la celebración
como tal, por eso la fiesta es la mejor forma de catarsis que puede
experimentarse; cuando estas tienen la connotación de ser públicas, es decir
compartidas por un grupo amplio, un pueblo, una ciudad, una región, permiten
afianzar las identidades, ya que en estas fiestas se transmite lo heredado, sin
dejar por ello de transmitir la necesaria innovación, tan propia del ser humano.

En las fiestas continuamos siendo lo que fueron nuestros ancestros, y en los


jóvenes y en los niños se replica, de una u otra forma, el ejercicio mágico de
celebrar la vida.

La música siempre la música, no puede faltar en estas temporadas, que siempre


estará animando el cuerpo y el espíritu de los afros, quienes hacen gala, en
cualquier momento y en cualquier lugar, de esa cadencia con que nos regaló la
naturaleza y que despierta la envidia de blancos, indios y mestizos.

Las fiestas son una manifestación de lo religioso y lo profano, por ello cada pueblo
busca guardar su particularidad, desde la celebración de aquello que considera
importante para mantener su cultura, su tradición, para pervivir en la historia de lo
lúdico, de tal manera que aquí aparecen los gustos, las herencias, sin desconocer
la colonialidad manifestada en gustos que fueron impuestos, en modas que
desconocieron las alteridades y en creencias que a fuerza de látigo se asignaron.
Sin embargo, el negro africano resguardó, disfrazadas de tonadas españolas, sus
propias historias, así lo atestiguan las décimas, tan propias de este maravilloso
territorio.

San Pacho en Choco


Estas fiestas tienen dos componentes, religioso y sacro. En los años 20 empieza
la fiesta moderna; desde su nacimiento fue un ritual religioso, el padre Nicolás
Medrano Astarriaga en la celebración de los 700 años de muerto San Francisco.
En el año 29, el padre Astarriaga, un español de Navarra que estaba en ese
momento en Quibdó, quiso sacar la fiesta del templo que no fuera solamente
religiosa, para ello organizo unos músicos que estaban cesantes, de la antigua
banda intendencial del Choco y conformo la banda de San Francisco que se
celebra desde el 20 de septiembre hasta el 5 de octubre , donde empieza con un
acto religioso en la mañana donde se congrega a la comunidad y algunos
visitantes que quieran ir, compartir un bocado Franciscano, luego el acto lúdico , al
final de la noche puede haber o no acto religioso y al final de la fiesta el 4 de
octubre, por ser el día de San Francisco, de San Pacho, sale la curia y celebra con
el pueblo siendo el pueblo el actor principal.

Sabores del Pacifico


En sabores del pacifico encontramos nuestros platos típicos tradicionales, que son
el encocao de cangrejo, el arroz con camarón, el ceviche de piangua, ceviche de
camarón,arroz con pollo, arroz endiablado, arroz de coco y una cantidad de
sabores que son una maravilla.
Conclusión
En conclusión , la cultura del Pacífico está compuesta por una serie de costumbres en las
que están incluidas prácticas religiosas , estilos de vida , gastronomía , ritos , modos de
hablar y vestimentas ; que han sido heredadas de generación en generación gracias a
llamada etno educación y a las diásporas africanas conformadas por nuestros mayores
los cuales no se han quedado con el conocimiento sino que lo que lo trasmiten para que
no desaparezca ni pierda su valor a través del tiempo; lo que ha generado que no se
pierda nuestra identidad ni nuestra historia.

Bibliografía
Baudelio Revelo Hurtado: Ritos de orillas- Guapi, Cauca (1942).
Álvaro León Benítez: Diccionario de voces típicas del litoral pacífico Colombiano-
Tumaco, Nariño (2005).

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