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Imagine una escuela donde los estudiantes se involucren en desafíos de

aprendizaje 24 horas al día y siete días de la semana. Una escuela donde a


pesar de haber sonado el timbre del recreo o de salida, los estudiantes
estén tan conectados con la actividad que no quieran irse. Además, estos
estudiantes continúan con estas actividades el sábado y domingo e
involucran a su familia en el mismo. Esta no es una realidad utópica sino
simplemente una escuela donde se vive el enfoque por competencias a
plenitud o, como se le llama hoy en día, el Aprendizaje Profundo (deep
learning).

El aprendizaje profundo “es el proceso y resultado de dar respuesta a


preguntas que nos importan” (Rincón-Gallardo, 2019). Para Fullan, Hill y
Rincón Gallardo (2017) consiste en “individuos y grupos comprendiendo
realmente e involucrándose en algo que les importa y que es importante
para el mundo. Éstos usan el mundo cambiante como el crisol de la
transformación continua” (p.2). Esto viene ocurriendo en muchas escuelas
del Perú y en todo el mundo, pero aún son casos aislados. Necesitamos que
ocurra en todas, de esta manera podremos enfrentar los desafíos que la
humanidad enfrenta y enfrentará en los próximos años.

El presente título está inspirado en el artículo que escribió Jal Mehta hace
tres años titulado “10 maneras en las que puedes matar el aprendizaje
profundo” (2016).

Comencemos, usted…

1. Mata la competencia si no declara el propósito de aprendizaje.


Así como un constructor sin planos no construye nada, un estudiante sin
propósito no aprende nada. Para que ocurra el buen aprendizaje todos los
estudiantes, en cualquier momento, deben ser capaces de verbalizar lo que
están haciendo, por qué lo están haciendo y qué es lo que están
aprendiendo. Además, deben ser capaces de explicar por qué es
importante, en qué medida y de qué manera han adquirido dominio de lo
que han estudiado y el dominio de las habilidades necesarias. Asimismo,
son capaces de categorizar cuáles son las áreas clave en las que necesitan
mejorar y sus planes para hacerlo. Entonces, si usted no declara el
propósito y no desarrolla estrategias para que los estudiantes se
empoderen del mismo, estará matando la competencia.

2. Mata la competencia si se esfuerza por abarcar muchos temas


“Profesora, ¿para qué compramos el libro de texto si no lo ha utilizado
todo?”. Los docentes y padres tenemos el supuesto de que el buen
aprendizaje es abarcar mucho, pero bien sabemos que “quien mucho
abarca poco aprieta”. ¿De qué nos sirvió haber memorizado los 14 incas del
imperio del Tahuantinsuyo, no hubiera sido mejor profundizar en dos o tres
para comprender el imperio? El buen aprendizaje “incluye inmersión en
abordar un área o problema, a menudo cruzando límites disciplinarios”
(Fullan, Hill, Rincón-Gallardo, 2017, p.2). Si usted es responsable de
monitoreo de una UGEL o Ministerio y se obsesiona en que los docentes
cumplan el programa completo del año estará matando las competencias. Y
si usted es docente de aula y se esfuerza por abarcar muchos temas, es
probable que los estudiantes no estén aprendiendo.

Es largo el debate entre extensión y profundidad, pero es cada vez más


fuerte la evidencia de que la profundidad sí genera verdadero aprendizaje.
Es preferible haber tocado un tema en todo el año que muchos sin haber
logrado profundidad. La profundidad al final garantiza extensión. Se
entiende profundidad como el análisis de un solo tema desde una
diversidad de aristas y haciéndose muchas preguntas desafiantes sobre
cada una. Gardner (2002) decía que al trabajar un tema a profundidad
(tópico generativo) como el caso de las Bodas de Fígaro de Mozart permite
comprender aspectos como el contexto histórico, social y cultural de la
época, además de aprender elementos de música. Es decir, apostar por la
profundidad es apostar por un tipo de extensión, puesto que los
estudiantes comprenden a profundidad otros temas.

3. Mata la competencia si anula las emociones en el aula.


Nos emociona más lo que elegimos. Esta característica se conecta con la
siguiente, la libertad de elección. El aprendizaje sin emociones tiene pocas
probabilidades de permanecer a lo largo del tiempo. Las investigaciones
sobre el cerebro humano muestran que las sinapsis neuronales se
establecen y fortalecen con las emociones. Sin embargo, la escuela ha sido
construida de espaldas al mundo de las emociones de los estudiantes.
Quizá por su impronta racionalista que generó una falsa dicotomía entre
mente y emociones, entre razón y corazón. Cuando en verdad la razón y el
corazón son caras de una misma moneda. La comprensión profunda ocurre
cuando involucra al mundo emocional. Usted puede cambiar el clima de su
aula con una simple sonrisa o con una palabra sincera de estímulo a un
estudiante. La mirada y el rostro dicen mucho de lo que se piensa y se
cree, y los estudiantes son hábiles lectores de los rostros de los maestros.
Usted puede cambiar el clima emocional del aula si ofrece libertad de elegir
los temas a aprender.

4. No permitir la elección de temas de aprendizaje


Lo que aprendimos verdaderamente fue lo que elegimos aprender. Nadie
aprende lo que no quiere. En las escuelas donde se aprende por
competencias se ofrecen espacios de libertad. Espacios para que los
alumnos puedan elegir lo que desean aprender, y cómo lo desean
aprender. Cada escuela y salón de clases puede ofrecer espacios de libertad
de elección. Usted cambiará la dinámica del salón de clases desde acciones
tan simples como ofrecer tres actividades distintas que cada estudiante
puede elegir trabajar ese día o semana. O puede dar a los estudiantes la
posibilidad de que proponer libremente el producto final de su curso con
criterios de evaluación exigentes co-construidos con ellos. Analice qué
márgenes de libertad le ofrece su contexto y hágalo. Se sorprenderá de lo
todo lo que pueden hacer los estudiantes si se les confía y se les da la
oportunidad de “gestionar autónomamente su propio aprendizaje”
(competencia 29 del Currículo peruano).

5. Mata la competencia si ofrece tiempos cortos para aprender


El sentido común y la propia experiencia nos dice que todo lo que
aprendimos bien, ya sea habilidades prácticas como cocinar, bailar, tocar
un instrumento, requirió mucho tiempo de ejecución, algunas veces
muchas horas al día todos los días. Para profundizar un tema (característica
2) se requiere tiempos prolongados de concentración y ejecución. María
Montessori decía que la finalización de la actividad la decide el niño
(libertad de elección). Es decir, es la propia persona la que se da cuenta
cuando domina la habilidad y puede pasar a la siguiente. Mientras los
tiempos de aprendizaje estén diseñados en base a criterios de eficacia
organizativa de una sede central del gobierno no habrá aprendizaje
verdadero.

En las escuelas que han logrado vencer este obstáculo, se ofrecen espacios
más largos de aprendizaje dentro del horario escolar y se aprovechan al
máximo las actividades extracurriculares. Si usted es docente de inicial o
primaria tiene mayor autonomía para ofrecer esta mayor duración de la
actividad según el ritmo de cada alumno, si es docente de secundaria,
puede establecer alianzas entre colegas docentes para que los horarios
favorezcan el aprendizaje de los estudiantes.

6. Mata la competencia si no genera transferibilidad del aprendizaje


El profesor Jorge tenía altamente desarrollada la capacidad de reparar
aparatos eléctricos. Empezó dicha habilidad realizando las instalaciones en
su propia casa. Luego pasó a reparar todos los electrodomésticos de la
casa. Su interés y habilidad lo ha llevado también a especializarse en
reparación de computadoras y soldadura en general. Tiene en su casa un
pequeño taller con sus herramientas y pone sus habilidades al servicio de
su familia, amigos y familiares. Es un claro ejemplo la transferibilidad. La
habilidad en la electrónica la fue transfiriendo a nuevas situaciones,
contextos y nuevos ámbitos de la electricidad. Si hay algo en que están de
acuerdo los diversos investigadores del aprendizaje es que la principal
característica del mismo es que pueda ser transferible a una variedad de
contextos y situaciones (Bellanca, 2014). En educación, en muchos casos,
se ha malentendido transferibilidad como las actividades de tarea para la
casa.

Existen muchas maneras de transferir lo aprendido: 1) Si se estuvo


profundizando en un problema de álgebra, la transferibilidad podría ir en la
creación de un nuevo problema matemático aún más desafiante. Es decir,
desafiar al estudiante a crear nuevos desafíos o problemas en el área
profundizada. 2) Una segunda manera de transferir es involucrarse en
proyectos de transformación de la comunidad más cercana. La mejor
manera de aprender es cambiando el mundo. Una muestra patente de
transferibilidad es intentar cambiar nuestro entorno más cercano. El buen
aprendizaje “está diseñado de alguna manera para conectarse e impactar al
mundo, de manera local o más allá” (Fullan et al., 2017, p. 2). Por ejemplo,
el colegio Fe y Alegría 24 de Villa María del Triunfo (Lima-Perú) realiza
desde hace varios años una actividad que nació del interés de las y los
estudiantes, una campaña de desparasitación y esterilización de perros y
gatos de la zona en coordinación con el centro de salud. Esta actividad la
diseñan, lideran y realizan ellos mismos. De esta manera se activan
diversas competencias y capacidades trabajadas durante el año. Con esta
actividad demuestran lo que han aprendido mientras cambian el mundo.
Son agentes de cambio en el aquí y ahora en su comunidad. Deje que los
estudiantes elijan un desafío local a transformar y se sorprenderá de lo que
son capaces.

7. Mata la competencia si tiene bajas expectativas de sus estudiantes


Las personas se comportan como las tratan. Es por ello que, si se baja la
valla a los estudiantes, por su condiciones y contextos, entonces no habrá
aprendizajes de calidad. Es necesario probar nuevas pedagogías para que
el docente experimente esa pedagogía de la sorpresa, en la que el
estudiante logra lo inesperado. Cito un fragmento de los resultados de la
investigación de Mehta y Fine (2019) cuando observaron espacios donde se
vivía el aprendizaje profundo:

Estos entornos poderosos de aprendizaje también fueron desafiantes


cognitivamente. “Esta es la clase que hace que me duela el cerebro” fue un
estribillo que escuchamos más de una vez. Al mismo tiempo, también eran
lugares apasionados donde el entusiasmo mantenía la motivación de los
estudiantes cuando el aprendizaje era difícil (p. 345).
El estudiante dice que le “dolía el cerebro”, es decir había alta exigencia,
pero estaban al mismo tiempo contentos de hacerlo, porque desafiaba sus
capacidades. El buen aprendizaje cuesta, el subir la valla implica un mayor
esfuerzo. A mi parecer, una pedagogía que ayuda al docente a
experimentar y sorprenderse de lo que es capaz un estudiante que, en el
viejo sistema sería etiquetado como problemático, es la relación tutora.
Recuerde que la prueba de fuego de una estrategia potente de aprendizaje
es si pasa la prueba la “hipótesis de la equidad” (Fullan, Hill y Rincón
Gallardo, 2017). Es decir, si con ese enfoque o estrategia aprendizaje
logran pasar una valla alta aquellos estudiantes que antes estaban
desconectados o abandonados, entonces es aprendizaje en profundidad. El
aprendizaje en profundidad es por naturaleza equitativo. Anímese a probar
nuevas maneras de hacer educación y déjese sorprender.

8. Mata la competencia si no ofrece retroalimentación inmediata a los


estudiantes
Nada tan aburrido y desmotivador como la devolución de comentarios de tu
trabajo después de semanas. Para desarrollar cualquier habilidad en
profundidad se necesita abundante retroalimentación. En otro texto
comenté que los videojuegos ofrecen esto en abundancia, lo cual es uno de
sus elementos atractivos, ofrecen retroalimentación en el momento. Esto es
prácticamente imposible para un docente convencional con 30 o 40
estudiantes. Por eso es necesario explorar otras maneras. Una de ellas es
que el propio material tenga su retroalimentación. Por ejemplo, en la
metodología Montessori, la mayoría de materiales con los que trabaja el
estudiante tiene su propio “control de error” que consiste en un dispositivo
que permite que el aprendiz autónomo se autoevalúe y autocorrija en el
momento exacto en el que finaliza la actividad, sin necesidad de esperar a
que el docente en algún momento le ofrezca retroalimentación (Ver Qué es
el control de error en Motessori). Otra manera es optar por metodologías
en las que todos los estudiantes se van empoderando y se vuelven
docentes. En la metodología de la relación tutora la retroalimentación es
inmediata porque se tiene al tutor cerca en todo momento y no solo ello,
sino que, además, éste está atento a los movimientos interiores del
tutorado para ver si está teniendo dificultades. De esta manera sale a su
encuentro ofreciendo luces y andamios para ayudar a que el estudiante
logre el dominio de la competencia. Arriésguese a no tener todo bajo su
control y pruebe nuevas maneras de retroalimentación.

9. Mata la competencia si no deja que el estudiante demuestre


públicamente lo aprendido
“¡Papá mira lo estoy logrando!” Desde pequeños nos habituamos a mostrar
con alegría el dominio de una nueva habilidad como montar bicicleta. El
compartir con un ser querido es motivo para celebrar juntos el
florecimiento de algo que estaba en semilla. Somos seres sociales y nada
hay tan bueno para consolidar el buen aprendizaje como mostrarlo a
nuestra pequeña sociedad que es la escuela, la familia y la comunidad. Es
necesario que los estudiantes puedan mostrar ante el docente, ante sus
compañeros y ante sus padres de familia sus logros y avances. Esto
fortalece su autoconfianza, autoestima y lo impulsa a compartirlo con los
demás. Además, hace ver una dimensión no menos importante del
aprendizaje, la alegría y celebración. La idea detrás del “día del logro” en el
Perú, como un momento de celebración y demostración pública de lo
aprendido dos días al año, está muy bien. Sin embargo, no debería de
reducirse a dos momentos llamativos durante el año, sino ser algo
cotidiano. ¿Por qué no tener días del logro cada semana, cada día, sin
necesidad de toda la parafernalia de los “días del logro” oficiales? Pueden
ser más sencillos, por salón de clase, por grupos de estudiantes. En la
metodología de la relación tutora, la demostración es el último paso del
ciclo.  Este paso consiste en un momento en el que el estudiante comparte
ante los demás su experiencia de aprendizaje, respondiendo a estas
preguntas: ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí? ¿Qué dificultades tuve?
¿Cómo resolví esas dificultades? No toma más de 4 minutos, pero tiene un
alto impacto en los estudiantes. Anímese a hacer del día del logro algo
cotidiano en su aula y escuela y abra las puertas a los padres y comunidad.

Finalmente, usted hará florezca y viva el aprendizaje profundo si aplica el


PETER/D. El PETER/D es un acrónimo que ayuda que las escuelas y equipos
docentes puedan evaluar y verificar si las experiencias o espacios de
aprendizaje que han diseñado fomentan o no el aprendizaje profundo. En la
primera columna se presentan las tres característica del aprendizaje
profundo descubiertas por Mehta & Fine (2019): Dominio, identidad y
creatividad; en la segunda columna se presentan la síntesis de los aportes
de Fullan, Hill, Rincón Gallardo (2017), Bellanca (2014) y Rincón
Gallardo (2019, 2020); en la tercera columna se ofrecen preguntas para la
reflexión y autoevaluación para que faciliten las discusiones entre los
equipos docentes o de especialistas de UGEL.

Mehta &
Características Preguntas de análisis
Fine, 2019

Dominio Propósito ¿El estudiante es capaz de decir qué está


haciendo, por qué lo está haciendo, cómo lo está
haciendo, qué es lo que está aprendiendo?

¿Se apuesta por profundizar pocos temas antes


Dominio Profundidad
que abarcar varios?

¿Los estudiantes eligieron los contenidos a


Identidad Elección desarrollar? Dado que nadie aprende lo que no
quiere.

¿El estudiante alcanza el propósito de aprendizaje


según su ritmo de aprendizaje?
Dominio Tiempo
¿Se cuenta con periodos prologados de
concentración para realizar la actividad?

¿Existen actividades y espacios para la creación


Creatividad Transferibilidad de nuevos contenidos a partir del tema
trabajado?
¿El estudiante es continuamente desafiado a
abordar niveles más exigentes de aprendizaje?
¿Se tiene una valla alta y se ofrece todo el apoyo
Dominio Exigencia necesario?
¿Los docentes tienen altas expectativas de las
capacidades del estudiante?

¿El estudiante está entusiasmado y conectado con


Identidad Emocional
la actividad que eligió?
¿El estudiante recibe retroalimentación (“qué tan
Dominio Retroalimentación bien lo estoy haciendo”) continua en el momento
que realiza la actividad?
¿Los momentos de demostración pública de lo
Dominio Demostración aprendido son parte cotidiana de la cultura de la
escuela y del salón de clases?
Lima, 9 de marzo de 2020

Referencias

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