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¡Atención en el puente!

La vida de un guerrero Robotech


por

Capitán Jeffrey Dale Framton, RDFN (ret.)

¡¡¡Descrito por el mismo autor!!!


Dentro de la Tormenta

"No podíamos correr mas. Nuestra gran fuerza claramente no era rival para los invasores enemigos que llegaron llamando, aun así,
todavía teníamos una pequeña opción, pararnos sobre nuestro campo y pelear. Una revisión rápida de mi estado fue seguida por una
llamada de mi compañero de ala. Con un resoplo exasperado regresamos hacia los lobos que nos seguían. no me quedaba nada para
hacer una reflexión, y si íbamos a morir, era mejor morir intentándolo.

"Las pequeñas manchas adelante crecieron rápido en tamaño. Mis misiles --y los de mis compañeros de ala-- hacia tiempo que se
habían ido. El vuelo estaba reducido a lo básico, una metralleta vieja. El cielo, de horizonte a horizonte estaba lleno con los horribles
cazas alienígenos, y las naves enemigas entrando dentro del rango liberando una granizada de fuego que lleno cada centímetro del
cielo. Dispare mi arma y mi láser hacia ellos, pisando los pedales del timón para esparcir el fuego hacia la mayor área posible. Era
como regar con una manguera de jardín sobre un bosque en llamas.

"De repente, mi Veritech giro bruscamente hacia estribor, temblando violentamente. Como mi caza zigzagueo por el aire, astillas de
vidrio y acero se incrustaron en mi, rasgando mi traje de vuelo y rebanando mi piel. El mar y el cielo empezaron a voltearse
incontrolablemente, la fuerza de gravedad llegando a niveles insoportables. El viento frío cruzando a través de los agujeros de mi caza
amenazando a romper mi traje a tiras, y pelear contra la necesidad de vomitar.
"El tiempo parecía haberse detenido. Una revisión de mis instrumentos me mostraron una abundancia de luces rojas como si cada
sistema abordo se quejara del rudo tratamiento que acaban de recibir. El altímetro estaba regresando lentamente, el manómetro en el
reloj de mi panel de instrumentos se movía a solo una fracción de su velocidad normal. Una desviación de mis controles en cada
dirección no tenían efecto. Mi Veritech estaba muerto.

"Mientras el altímetro descendía hasta los 15,000 pies, decidí que era momento para escapar de mi avión y tomar un paseo en el
elevador de seda. Trate de tomar la cortina de eyección, pero mi brazo izquierdo no respondía, desorden sangriento. Alcanzándolo
entre mis piernas arranque la palanca amarilla y negra, imágenes de las 'Notas de Cliff' y exámenes de literatura de la preparatoria
apareciendo en mi cabeza, y golpeando duro. Nada paso. El altímetro estaba ahora en los 10,000 pies y me encontré a mi mismo
preguntándome que diablos estaba mal, cuando de repente --y forzosamente-- me golpe contra el respaldo de mi asiento. Los carretes
flojos, retractan mis brazos y piernas, y fui expulsado de mi Veritech con una tremenda patada en el asiento de mis pantalones.

"Como si fuera cámara lenta, mi Veritech se hunde lentamente debajo de mi, dirigiéndose hacia un lugar del fondo del océano donde
debería de cuidar las pistas de las naves del Pacifico por los siguientes 10,000 años. Busque desesperadamente encima de mi cabeza,
mientras caía, esperando la vista de un paracaídas abriéndose. Con un jalón la tela se inflo, y empece mi descenso lento y deliberado
hacia el mar.

"Sobre mi cabeza la pelea enardecía, pero había terminado antes de que iniciara--como se evidenciaba por los rastros de humo dejados
por los cazas que habían estado en mi ala hace unos cuantos momentos. Desespere al pensar que muchos de ellos probablemente
habían muerto. Ellos eran jóvenes y entusiastas, esos hombres, y ellos me habían seguido sin vacilar hacia los colmillos de la muerte.
Era un pensamiento moderado.

"Mientras descendía hacia el agua, me di cuenta, casi egoístamente, que ya era muy viejo para estas empresas. De hecho, los cielos
sobre el pacifico no era un lugar para estar en la primavera del 2033, especialmente si uno quiere vivir mucho.

--un Piloto Veritech


Capt. Jeffrey Dale Framton, RDFN (ret.)
Este libro esta dedicado a...
Todos los pilotos, del pasado y presente, amigos y enemigos...

Reconocimientos

La escritura de esta novela ha sido una de las empresas mas extrañas de toda la fanaticada de ROBOTECH. Nunca antes nadie había
intentado contar un relato en primera persona de la historia que fue transmitida en estaciones de televisión y reproductoras domesticas
a nivel mundial desde 1985. Hubo mas que unos pocas cejas levantadas cuando inicio el proyecto, y la gente se pregunto si algo saldría
de aquí. Cuando las cosas se empezaron a mover y la historia comenzó a crecer las cejas continuaron levantándose, pero no en la
manera como lo habían hecho previamente. La gente se sentó y se dio cuenta. Comentarios y ánimos empezaron a fluir. La Pagina
WEB de "Attention On Deck! (AOD)" en Internet empezó a registrar visitas en una cantidad mas grande. ¡AOD es una realidad!

He puesto mucha sangre, sudor y lagrimas en este proyecto, pero no pude hacerlo yo solo. Como muchos ya sabrán, una empresa tan
ambiciosa como esta ha demostrado ser simplemente no ser completada sin la GENEROSA contribución de otros. Desde el fondo de
mi corazón me gustaría agradecer a las siguientes personas, todos Guerreros Robotech, por su asistencia, consejos y critica
constructiva:

Mathew Weed, Steven Pustay, Pieter Thomassen, Stephan Bennett, Michael W. White, Anthony Volk, Peter W. Walker, Robert
"Morgue" Morgenstern, Aubry Thonon, N. de Groot, John "John Jesus Damn it" Hokansan, Jr., Corey E. DeDolph, Edwin Chan--a.k.a.
"Admiral James T. Kirk," Michael "Mad Mike" Choi, Keith Palmer, Arek Wdowiak, Rafael "Raf" Pinero, Ann "Mouse" Fojtik, Dr. Ira
Francis "Frank" von Neuhausenhoffenberg, Neona "The Squid" Marble, and Stephan "Pum" Bennett.

Y no podría perdonarme a mi mismo si fallara en agradecer al hombre que me inspira para escribir este libro en primer lugar--el único
James Luceno. Por su amabilidad y amistad-- y por demostrarme que fácil es permitirnos cosas como la opinión personal e ideología
para nublarnos el juicio de uno--Nunca podré extender suficiente gratitud. Como el guru de autores Robotech, el a proporcionado un
fino ejemplo a seguir para el resto de nosotros, y es mi esperanza que cuando el día llegue y escoja leer esta historia, el estará orgulloso
de decir que yo soy su amigo.

Ademas, no libro acerca de pilotos puede estar completo sin agradecer a esos hombres y mujeres --pasado y presente-- que lucharon en
el cielo día tras día en la defensa de la libertad. De hecho, si sus esfuerzos, la libertad de disfrutamos, abrigamos y tomamos por hecha
pudiera ser un lejano recuerdo, y agradecemos por su servicio.

También, un agradecimiento especial a ustedes que se tomaron el tiempo de compartir sus experiencias con nosotros que solo hemos
soñado en entrar dentro de los confines de una cabina de un avión. Sin sus palabras como puerto, la mayoría de nosotros no tendríamos
ni la mas remota idea de se siente gritar en el cielo dentro de una nave de combate, se en tiempos de guerra o de paz. Gracias.

Finalmente, Me gustaría agradecer a las dos personas que plantaron y nutrieron las semillas que crecieron en una obsesión de por vida
con la aviación: mi padre, Piloto de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos Weldon Smith, que falleció en el cumplimiento de su
deber el 19 de Octubre de 1979 y mi madre, una dama con clase, si es que hay una, Jo Ann Noser Smith. Sin el, no hubiera descubierto
que tan especiales los aviones son, y sin ella, mi pasión hubiera sido sin soporte y dirección. Mi agradecimiento sincero y de corazón,
con amor, a los dos.

Para todos los futuros pilotos de combate, Los dejo con este pensamiento: Nunca olviden el sueño... y nunca, nunca, NUNCA... se den
por vencidos.

--Jason W. Smith
Abril 1998
Yo nunca imagine que me preguntarían que me sentar y escribiera un libro a cerca de mis experiencias durante ese periodo increíble
conocido simplemente como "La Era de la Guerra Robotech". Cuando me abordaron para que escribiera esta historia estaba mas que
desalentado y un poco humillado. Yo nunca fui de los que pensaban que era un gran piloto de combate. De hecho, muchos de ellos con
los que pelee eran mejor en el negocio que yo -- La única cosa que me colocaba aparte de ellos fue que tuve la suficiente fuerte de
haber viajado hasta los profundidades del Infierno tres veces diferentes y sobreviví para contarlo.

Es sorprendente como las memorias y emociones operan, y muchos de los eventos descritos en esta historia parecen como si hubieron
ocurrido ayer. Todavía puedo oír las voces dentro de mi cabeza y oler los aromas que forman parte de la cabina de cualquier nave de
combate. Todavía recuerdo aquellos a los que ame, aquellos que perdí, y aquellos que añoro ver una vez mas. Y todavía puedo sentir el
coraje, la amargura, el miedo y la desesperación de esos años tumultuosos.

Los eventos descritos en esta historia son tan precisos como puedo recordarlos. No he cambiado los nombres de los aquí mencionados,
para las personas que conocí merecen ser recordados y celebrados. Por razones personales que el actor encontrara obvias, he omitido
algunos nombres, pero solo pocos. Al final, espero que encuentren esta historia una fracción de emocionante e interesante de leer como
fue haberla vivido. ¡Ciertamente no cambiaría la experiencia por nada!

Para los guerreros alrededor del mundo, quienes dieron sus miembros, vidas y almas en la defensa de nuestra libertad; a mi maravillosa
esposa, Rebeca y mis hijas Casey y Lisa; a algunos maravillosos amigos --y un cariño especial-- que leerán mas tarde; y a mis dos
valientes, intrépidos y feroces ángeles guardianes --mis compañeros de ala, Joshua Neal Kaufman y Waylan James Green...

Este es su bien ganado tributo.

--Jeffrey Dale Framton


Mayo, 2060
Prologo

"Buena suerte Comandante. Sabemos que usted hará un buen trabajo." Y con eso, se había ido. A una misión de proporciones
tremendas, dejándome con una misión vital. Por supuesto, todo mundo conocía la leyenda detrás del hombre, la maravilla de cabello
azul y anteojos que aterrorizo los cielos y las estrellas durante la Primera Guerra Robotech. Si las historias acerca del hombre parecían
dejar sin palabras, así eran. Pero el Comandante Maximillian Sterling era un hombre de palabra. Y lo que es mas, el era un querido
amigo y líder que me había confiado una misión que pondría a prueba los limites de mis habilidades y me fe en la buena voluntad de la
humanidad.

Max Sterling and Jeff Framton (right) on the hangar deck of CVS-101
"Prometheus," 20 May 2011.
[Photo Courtesy of RADM. Robert Morgenstern, RDFN (ret.)]

La decisión de no unirme a la Misión Pionero fue una de las mas difíciles de mi vida. Un veterano con un sin fin de misiones tanto en
La Tierra como en el espacio, mi experiencia era considerada un factor vital por mis superiores, y me rogaron que me ofreciera como
voluntario. Pero los años que pase, tanto en el SDF-1 y en las plataformas A.R.M.D. orbitando la Tierra, me habían desgastado, y me
había prometido a nunca dejar la Tierra otra vez. Esto parecía egoísta, y quizás había sido criticado por esto. Pero había una otra razón
mas importante detrás de mi decisión.

La Misión Pionero, intentaba encontrar el mundo de los Maestros Robotech --cuyos gorilas, los Zentraedi, por poco habían destruido
La Tierra en busca del SDF-1-- era una tarea monumental que requería vastos recursos humanos y de equipo para tener éxito. Como
todo el personal experimentado salía en la Misión Pionero, La Tierra carecería totalmente de comandantes militares competentes. Este
no es un ataque a nadie de ninguna manera, ni tampoco es con intención de dar una imagen negativa a esas personas de cualquier falla
que cometieron. Pero a través de los años, el numero de escuadrones expertos en vuelo de combate y comandantes de campos había
alcanzado un nivel peligrosamente bajo. Los que permanecían tendrían poca o ninguna experiencia de combate, y sentía que mis
habilidades serian mas necesarias aquí.

A.R.M.D. Space Platform

Mi asignación consistía en vigilar la transición de los portaaviones tipo Prometheus de la RDF a la Naval de la Cruz del Sur, que en
cuanto se completara, la tomaría a cargo como Jefe de Operaciones Navales Aéreas, de la Naval Cruz del Sur. Tenia ordenes de
mantener los portaaviones bajo control de la Cruz del Sur en menos de un año a partir de la salida. No era una tarea pequeña, como yo
la veía.

El primer portaaviones en salir era el mas difícil de liberar. El "Plutón" --conocido mas bien como "Polución" debido a a un problema
inusual con su sistema séptico --había sido mi hogar durante cinco cruceros. Fue desde esta nave que lance mis primeros ataques
contra los Rebeldes Drelann Rau de la península Ibérica, el episodio mas sangriento desde los levantamientos Zentraedi del 2016. La
nave mas condecorada de la Flota RDF, "Polución" gano 6 estrellas de batalla, 45 V y su ala aérea contó casi 2000 victorias aéreas
durante los cinco años que comprendieron el Levantamiento Zentraedi en 2013 y el fin del Conflicto Raijan del 2019 --una misión
terrible.

Serví como Comandante del Grupo Aéreo en el "Polución" tres veces distintas --incluyendo su crucero final bajo el control de la RDF..
y cederla fue una de las cosas mas difíciles que haya hecho. Tenia muchos amigos a bordo que nunca regresaron a casa. Eran héroes
desconocidos y pacificadores de la era RDF, y pensar que debía confiar su monumentos --su templo si lo desean-- a un burócrata
incompetente de la Cruz del Sur, hacia que esta píldora fuera particularmente amarga para tragar.

No es un pequeño secreto que mi opinión de los comandantes de la Cruz del Sur era pobre. El caballero --Uso el termino libremente--
que era el Oficial Naval en Jefe de la Cruz del Sur no era otro que el Almirante Carl T. Ruddman, mi Jefe Aéreo cuando servia a bordo
del Cronos. Mi concepto por el hombre era sin reservas, y con una buena razón --Pongo la sangre de un buen grupo de jóvenes
aviadores en sus manos. Pero también, ese es otro capitulo en esta historia épica que será tratada en algún lado en estas paginas que
estas a punto de leer.

De las primeras batallas con los Zentraedi en el espacio durante la Primera Guerra Robotech hasta los Levantamientos Zentraedi
durante la Reconstrucción, desde las montañas del Sureste Asiático durante el Conflicto Raijan a las batallas con los Maestros
Robotech durante la Segunda Guerra Robotech y finalmente de los días amargos e infernales de la Tercera Guerra Robotech con el
Invid, esta es la historia de la vida y tiempos de un hombre a través de tres Guerras Intergalacticas y numerosos conflictos
internacionales.

Los eventos descritos en este libro son, lo mejor de mi saber. históricamente precisos. Intente reconstruir los eventos que han pasado
basados en mis recolecciones, mi diario y referencias históricas. Con el debido respeto a mis camaradas, tanto vivos como fallecidos,
No he cambiado ningún nombre --merecen su lugar en la historia, y espero que este libro se los de.

Muchos historiadores, expertos científicos, veteranos y lectores se han acercado para asistirme en la edición de esta historia. Se
encontraran en la sección de Agradecimientos si el lector desea ver la lista de personas. Y un agradecimiento debe ser pagado a las
siguientes personas por su labor mas alla del deber:

CDR. Mathew W. Weed, SCN (ret.), CDR. Steven Pustay, RDFN (ret.), RADM. Rafael R. Pinero, RDFN (ret.), Col. Pete "Pistol"
Walker, REF (ret.), RADM. Robert "Morgue" Morgenstern, RDFN (ret.), LCDR. Stephan Bennett, SCN (ret.), and VADM. Pieter
Thomassen, REF (ret.). Sus esfuerzos han echo de esta novela el elemento especial que realmente es.
Parafraseando al RADM. Paul Gilchrest, USN (ret.) por favor recuerden que cualquier y todos los errores en este libro son únicamente
míos, y probablemente son el resultado de la edad avanzada, el paso de los años y el inevitable olvido del pasado. Espero que hagan lo
mejor para sentarse y disfrutar la historia, y cuando tengan la oportunidad, agradezcan a uno de nuestros guerreros cansados. Entiendo
que existe un bar donde los veteranos de la Guerra Robotech acostumbran asistir llamado "Soldado Viejo" Por supuesto, no se si
realmente existe este lugar, pero si existe, búsquenme. Estaré interesado en conocerlos alguna vez.

Jeffrey Dale Framton


New River, TX
2060

Parte I: Antes de Volar


Capítulo 1 - Los inicios

"¡¡Bien!!" Colgué con fuerza el teléfono y salí molesto de la cabina telefónica. Mi novia había decidido que no quería asistir al
espectáculo aéreo. "Esa maldita" Estaba como hirviendo. Ella no sentía que le iba a gustar. ¿El evento aéreo mas espectacular en la
historia del mundo y ella no sentía que le iba a gustar? ¡Bah!

La Tierra había recibido un tesoro especial de los cielos en el verano de 1999. Una nave espacial alienígena se estrello en la atmósfera
de la Tierra, cayendo en una pequeña isla del Pacifico Sur. Una guerra global que ardía llego a un alto estrepitoso, y la Tierra se unió
por primera vez ante el miedo de una invasión extraterrestre. Un cuerpo gubernamental mundial, el Gobierno de la Tierra Unida
(UEG), fue formado para desenterrar los secretos de la gigantesca nave extraterrestre y tomar los pasos necesarios para defender la
Tierra de una invasión alienígena. Durante diez años, los científicos mas grande de la Tierra fueron reunidos para descubrir los
secretos escondidos en la profundidad de esta nave -- y sus descubrimientos salvarían a la raza humana de la extinción.

El Gobierno de la Tierra Unida se encontró sorpresivamente con muy poca resistencia por parte de la población del planeta. Cansados
de pelear los unos contra los otros, y aterrorizados ante el espectro de una invasión por parte de una fuerza extraña, aceptaron a la UEG
y sus Militares de la Tierra Unida (conocidos después como la Fuerza de Defensa Robotech -RDF) con los brazos abiertos. Como un
americano en general y un texano en particular, yo no estaba muy deseoso de aceptar la idea de un gobierno mundial y los horrores que
representaba. Aun, a pesar de mi desconfianza, la UEG era una organización benevolente por el momento, y enfoco sus energías hacia
su objetivo principal -- defensa del planeta de una invasión extraterrestre.

El día de la fallida partida de la Tierra del SDF-1 en el verano del 2009, yo era un muchacho. Un joven adolescente. El primer hijo de
un ingeniero aeronautico/espacial -- y después Jefe de Desarrollo Aeronáutico de la RDF-- estaba destinado a amar aviones. Fue un
amor que provenía mucho antes de lo que yo pueda recordar, a los días anteriores a cuando podía caminar. La mayoría de los niños
aman muñecos y animales de peluche --y por supuesto yo también-- pero mi primer y verdadero amor fue para los aviones.

Super Dimensional Fortress One (SDF-1) departing


Macross Island in Cruiser Mode, 27 June, 2009

Una invención de inicios del siglo veinte, el avión a sufrido algunos cambios radicales durante su 100 años de vida, y nunca perdí mi
fascinación o mi amor con ellos. Por supuesto, era una extensión natural de mis genes que algún día me harían un piloto militar.
Dentro de mi corazón sabia que estaba escrito en piedra que algún día Jeff Framton llegaria a ser un piloto de combate. Eso fue hasta el
día mas amargo de mi vida, mi desafortunado cumpleaños numero trece, cuando vi la tabla de piedra derrumbarse ante mis ojos.

Recuerdo una visita al oculista cuando sobre escuche una conversación entre el y mi madre. El dijo algo al hecho de que gradualmente
empezaría a tener dificultades al leer el pizarrón en la escuela. Si yo no hubiera oído esas palabras en mis años de adolescente hubiera
sido un poco menos frustrante para mi. Mi madre me juro, años mas tarde, que esa conversación nunca sucedió, y aun así esas palabras
no se referían a mi. Pero por supuesto, yo si las había escuchado.

Fue una cosa extraña, esas palabras. Me consumieron. Empece a darme cuenta que el pizarrón estaba volviéndose borroso, que ya no
podía leer el letrero de alto al final de mi calle, cuando todos mis amigos si podían. Y lentamente, pero verdaderamente me encontré
haciendo trampa en los exámenes de la vista. Fue un día miserable, en mi cumpleaños numero trece, cuando, imposibilitado de hacer
trampa por mas tiempo, falle un examen de la vista. El doctor me dijo que necesitaría anteojos. Estaba destrozado. Los militares no
quieren pilotos que usen lentes. Era una regla arcaica, de los viejos tiempos cuando eliminando candidatos era mas importante que
encontrar a los ambiciosos para el deber. Mi sueño de toda la vida parecía perdido.

Ahora, cuatro años después, estaba todavía pateando piedras sobre la mano desafortunada que El Gran Negociante me había destinado.
Estar entre pilotos militares me llevo a la rabia. Ellos podían hacer todo por lo que había vivido porque podían ver mejor que yo. Que
existencia mas podrida y miserable me hubiera llevado. Y por su puesto viene la pregunta inevitable, "¿Por que yo?"

Fue mientras criaba mi destino antes de la ceremonia de despegue que llevara hacia el fallido viaje del SDF-1 cuando me llamo la
atención un avión que seria mi amante y compañera por los siguientes 20 años: el VF-1 "Valkyrie" --el primer "Caza de Tecnología
Variable", también conocido como "Veritech". La aeronave mas elegante que jamas haya surcado los cielos, el Valkyrie también
guardaba un maravilloso secreto --uno que en unas pocas horas probaría ser vital al defender la Tierra contra la mas grande amenaza
que haya enfrentado la humanidad. Era absolutamente hermoso. Un caza liso y elegante.

VF-1A "Valkyrie"

¡La vista de la nave me hacia sentir furioso! Me estaban robando de mi destino, ¡Maldición!, ¡Malditos esos cirujanos y comandantes
idiotas! ¡¿Que sabían ellos?! ¡¿Que importaba si podías ver perfectamente el primer día, si después ya no importaba?! (Para estas
fechas mas del 45% de los pilotos de la RDF usaban lentes correctivos de una forma o de otra, solo añadiéndolo a mi frustración.) Me
enoje -- Me enoje tan fuerte de hecho, que estoy seguro que reduje mi vida por al menos un par de años.

¿Por que Dios me escogió enfrentarme con este destino? Meditaba la pregunta en mi mente una y otra vez sin ningún resultado. Por
supuesto, Por supuesto, como se mostraría mas tarde, el destino seria mas piadosamente amable conmigo. Pero los planes del destino
no tenían ninguna utilidad hacia mi ese día.

Pase la mañana recorriendo la base aérea, observando los cazas, bombarderos y aviones de reconocimientos mas avanzados y mas
nuevos de la Fuerza de Defensa Robotech. ¡Y los transportes! ¡Por Dios, los transportes! Eran ¡ENORMES! Absolutamente
gigantescos. Ellos podían cargar casi el doble de personas que la mayor aeronave del siglo 20, el Boeing 747. Fue en ese momento que
la dura realidad del progreso golpeo mi cabeza. Que lejos hemos llegado desde los biplanos de cuerda y madera de la Primera Guerra
Mundial.

Mientras miraba los aviones, Me encontré con un par de mis amigos, Nathan "Nate" Morris y Joseph "Knuckles" Burkett. Nate era un
joven delgado con características cómicas y una apariencia que escondía su naturaleza feroz. Con un ojo permanentemente mirando
hacia un lado, el reflejaba la parte de vividor que era. Joe se veía... bueno.. Joe. Alto y musculoso, se gano su apodo como boxeador de
guantes de oro en el equipo de boxeo de la escuela.

"¡Hey, Jake!" exclamaron. Jack era por supuesto, mi apodo --otorgado por mi mamá por su gran amor la estrella de cine del siglo 20,
John Wayne (o "El Gran Jake"), y por mis amigos por mi pasión por la película de 1996 "The Sand Pebbles". Estelarizada por Steve
McQueen, basada en la historia de un marinero en un bote armado en china durante los años 20. Una película notable --Siempre pensé
que las antiguas eran las mejores-- que no era secreto que era mi favorita, y no paso mucho tiempo antes que mis amigos me llamaran
Jake, gracias al personaje de McQueen, Jake Holman.
Jake Holman (Steve McQueen), l., in "The Sand Pebbles," 1966. (© 20th Century Fox)

"¡Hola amigos! ¿Que pasa?" pregunte, intercambiando saludos de manos.

"Este es un endemoniado espectáculo, ¿verdad?" pregunto Nate.

"Seguro que lo es" conteste "¿Por que no buscamos un buen lugar para verlo?"

"Suena bien," dijeron.

Y naturalmente, hicimos equipo cada uno por el resto del día, levantando fuegos como los locos adolescentes que éramos.

El evento aéreo fue espectacular. Nunca antes vi tantos aviones en un mismo lugar al mismo tiempo. La magnitud del ambiente fue
suficiente para hacer quedarse boquiabierto --y por supuesto y por su puesto yo también. El nuevo y reformado Equipo Acrobatico de
la Fuerza Aérea Japonesa (actualmente la Fuerza Aérea de Auto Defensa Japonesa), "El Impulso Azul" dio su primera actuación
publica después de haber sido disuelto durante la Guerra Global. Sus VF-1 brillantemente pintados hicieron cosas que los pilotos de
meses anteriores --clásicos norteamericanos F-86 "Sabre" Mitsubichi T-2 y Kawasaki T-4-- nunca imaginaron posible. La multitud
enloqueció ante las maniobras del equipo, con una coreografía para demostrar la finura y el poder de los nuevos Valkyries. Mientras
los propulsores tronaron sobre nuestras cabezas, un escalofrío recorrió mi espalda. Eran realmente maravillosos.
T-4's of the JASDF's "Blue Impulse" aerial demonstration squadron performing one of their last air shows before the outbreak of
Global War One, c. 1995.

Mientras girábamos nuestras cabezas hacia el cielo, mirando hacia las naves volar sobre nosotros, no nos tomo mucho tiempo pensar
en subir a la torre de control para tener una mejor vista del espectáculo que estábamos viendo. Esta idea me estaba suplicando, ya que
mis amigos nunca habían estado ahí antes --Sabia que ellos disfrutarían ver como se hacen las cosas.

Corrí hacia el elevador de la torre y presione el botón. "Hola amigos, soy yo, Jake Framton. ¿Hay espacio para algunos visitantes alla
arriba?"

"Hola Jake, ¿Que pasa?" pregunto la voz desde la torre. Durante los días en que estaba consiguiendo mi licencia de piloto, mi
instructor nos dio una visita a la torre. Estaba tan impresionada que obtuve puntos al visitarla regularmente y rápidamente me relacione
con casi todos los controladores. "Mira, estamos un poco llenos ahora, con estos dignatarios y todo. Por que no regresas en una hora
mas o menos, ¿esta bien?"
Grandioso, pensé, frustrado en mi intento de impresionar a mis amigos. Otra decepción. Mi inmadurez me permitía algo mas que pena,
y me pregunte si algo mas podría salir mal. Debería de haber sabido mejor que tentar a los dioses --ellos tenían muchas sorpresas
almacenadas para todo el mundo en ese día.

Bien, como el destino había predicho, cada nube tiene su hilo de plata, y me falla al encontrar un lugar en la torre de control se
convirtió en una bendición oculta. Mientras caminábamos de la torre hacia la rampa, espíe las mas hermosas piernas que jamas haya
visto en una mujer en toda mi vida. Largas, bronceadas, delgadas. Babee como un perro pavloviano. No paso mucho tiempo para que
mis acompañantes se dieran cuenta que estaban caminando solos. ¡Yo estaba acomodándome para un ataque!

Mis intrépidos acompañantes pronto encontraron el objeto de admiración y osadamente anuncie mis intenciones.

"Voy a pedirle que salgamos," Dije con una confianza no característica.

"Vamos Jake, ve por ella" exclamo Nate.

"Ella es la mujer mas bella que haya visto," dije excitado.

"Sin dudarlo, Jake. Me gustaría morderle las nalgas y que se me atoraran las mandíbulas" rugió Knuckles.

Con mis amigos siguiendome la seguí hasta el cercano transporte VTOL "Tunny". Que belleza era. Con un cabello corto, oscuro, y una
figura firme, estaba completamente en trance por ella. Tenia que moverme rápidamente para encontrarme con ella entes de que sea...

Demasiado tarde. De la nada una manada de niños corrieron sobre la escalera de abordaje y formaron una larga linea. Ella
desaparecería en ese desorden y nunca la volvería a encontrar. ¡Rayos!

"Nunca la encontrare ahí," me lamente.

"No te preocupes, ya la encontraremos," me aseguro Knuckles, mientras ella desaparecía entre las bóvedas del cavernoso aparato. La
seguimos tanto como pudimos, perdiendo cuando menos un par de minutos debido a la larga linea.

Cuando alcanzamos la puerta de entrada, me asome. La gente estaba por todos lados.
"Diablos, nunca la encontraremos," dije abatidamente.

"No te preocupes, hombre, nosotros la encontraremos," me volvió a asegurar Knuckles.

Como siempre, Knuckles estaba en lo alto de las cosas, y su confianza estaba en el blanco.

"Por aquí," exclamo, apuntando hacia la rampa de salida posterior del transporte. "¡Vamos, vamos, muévanse! ¡Vamos por aquí!"

Empujamos en nuestro camino a cientos de personas e hicimos nuestro camino hacia la rampa de salida.

"¿Por donde se fue ella? ¿Maldición?" Exclame. Mal humorado, busque desesperadamente en todas las direcciones, sin éxito. Ella
alcanzo a escaparse de mi otra vez. Entonces la volví a ver. Una vez mas, estaba demasiado tarde. Ella estaba platicando con un
hombre de pelo canoso bajo la ala de un viejo KC-135 "Stratotanker," y seria imposible llamar su atención sin parecer un completo
idiota. Maldije mi suerte. Tendría que avergonzarme en frente de mucha gente para llamar su atención --algo que particularmente me
tenia sin cuidado. Me dirigí hacia ella y me acerque silenciosamente, mirando como un idiota, preguntándome que hice para merecer
este cruel castigo. Mientras averiguaba como llamar su atención sin permitir que me escuchara toda la multitud alrededor de ella. Nate
se introduce entre ella y el viejo.

"Discúlpeme señor, ¿Usted vuela este avión?" le pregunto. Era la mejor cosa que se podía hacer.

"Oh, no hijo..." contesto el hombre.

¡Perfecto! Tratando desesperadamente de no reírme, aproveche la oportunidad y llame la atención de la chica.

"Hola, ¿Como estas? Mi nombre es Jeff y no pude evitar preguntarte," lo dije con una confianza que me sorprendió. "¿Te gustan los
aviones?" Por la cara que puso sabia que había pegado.

"Claro que si. Me gustaría ser una piloto algún día", me dijo con una sonrisa brillante.

"¿De verdad? Pues, yo soy un piloto", dije orgullosamente.


"¿Lo eres?" ella dijo con los ojos brillando.

"Claro que lo soy. Y seria un placer llevarte a un paseo algún día --aun enseñarte como se hace, si gustas. Jeff Framton," dije,
extendiendo mi mano.

"Rebeca Casey," me dijo, estrechando mi mano, su largo cabello castaño, casualmente descansando del lado derecho de su pecho.
"Pero puedes llamarme Beki," agrego con un guiño seductivo.

Estuve parado ahí por lo que pareció horas, observando la belleza que tenia. Con sus ojos azul brillante, labios pequeños y delgados y
una minúscula nariz que se levantaba ligeramente en la punta, era si ninguna duda, una chica hermosa que jamas había visto e
inmediatamente me enamore de ella. Olvida el amor pasajero, olvida el amor fatuo. Fue directo al blanco y recogí mis 200 dólares.
Cuando se trataba de leer a la gente mi intuición era un infalible sexto sentido,, y de alguna manera sabia que esta chica era para mi.
Para mi sorpresa, pegamos instantáneamente y por el resto del día paseamos tomados de los brazos, riendo de las bromas de los dos,
bromeando Policías Militares, intercambiando bloqueador de sol...

Seguimos paseando bajo el ambiente cálido del sol de mediodía, el sudor en nuestros cuerpos mostraban una aprobación de la
presencia del otro. Era el ultimo momento que disfrutaría de una dosis de luz solar por un largo tiempo, porque todo el Infierno estaba
a punto de soltarse.

Capítulo 2 - Nubes de Tormenta

Cuando el SDF-1 llego a la Tierra, yo era un niño de siete años, sentado en mi casa con mi pequeño hermanos viendo el "Show de
Bugs Bunny y el Correcaminos" --mi actividad estándar de los sábados por la mañana. La guerra Global irrumpía en el mundo
exterior, pero mi padre se había tomado grandes trabajos para mantenernos aislados del caos que cubría toda la Tierra. Éramos
afortunados. Los Estados Unidos de América habían sido, comparativamente, intocados por la furia de la guerra, de la cual era muy
joven para comprender. No es necesario decir que estábamos sin defunciones, pero comparados con el resto del mundo, estábamos en
buena forma.
Mientras me sentaba en frente de la TV viendo al Coyote intentándolo con todo par atrapar al Correcaminos --siempre sin éxito-- la
pantalla se oscureció, seguida por una pantalla de "Reporte Especial". Podía saber por la cara del reportero que algo inusual había
pasado. "Solo hace unas horas, un gran asteroide de origen desconocido entro en la atmósfera de la Tierra, ocasionando serios
daños...." Esas son las únicas palabras que puedo recordar claramente. Un asteroide dijeron.

Después llegaron las imágenes. Escenas horribles de destrucción y caos, testimonio sin error de la caída de la nave-que-ellos-llamaron-
meteorito. Escenas gráficas de muerte y anarquía, llegaron vía satélite. Mi boca se abrió. Mi risa cambio a silencio. Estaba
completamente y totalmente anonadado. Aun a esta edad me di cuenta que algo increíblemente notable había pasado. Sabia en mi
joven mente que mi mundo había cambiado para siempre.

El teléfono timbro. Conversación silenciosa. "Si, señor. Voy para alla." Un abrazo de mi papá y unas palabras de que no había nada de
que preocuparnos. El se tenia que ir, pero regresaría pronto. Un beso para mamá.. y se había ido. Mi vida amorosa y llena de cuidados
se había convertido, repentinamente, en un negro caos.

Beki y yo disfrutamos de un refresco debajo de la ala de un B-52 "Estratofortaleza" (apodada BUFF), una de las aves de guerra
clásicas que se exponían ese día en el espectáculo aéreo. Una gran masa de avión que databa de la mitad del siglo veinte, era el asta
bandera del Comando Aéreo Estratégico de la Fuerza Aérea de los EE.UU. desde lo 50's hasta casi el año 2000. Lento, viejo y
vulnerable, fueron rápidamente retirados del servicio al frente, después de sufrir tremendas perdidas durante la Guerra Global. No
sirviendo mas en su papel de entregar cargas pesadas de armamento convencional o nuclear a blancos distantes, era un placer para las
multitudes en espectáculos aéreos por todo el mundo. Con su alas largas y firmes cayendo galantemente hacia el piso, ahora actúan
como un cobertizo de aluminio --un gran lugar para escapar de los rayos del sol.
B-52 "Stratofortress" Nuclear Strategic Bomber

Estábamos observando un trío de aviones deportivos haciendo una rutina acrobática cuando un rayo de fuego hizo erupción del SDF-1.
Era el rayo mas brillante de luz que jamas había visto. Al principio pensé que era una explosión nuclear colocada por las Fuerzas de la
Liga Anti-Unificacion, pero rápidamente descubrí que no había quedado cegado --refutando mi gran miedo. Un estallido tremendo
llego a mis ojos, gritando de dolor. El calor de la explosión nos arrollo --era como si el mismo aire estuviera quemándose. En
momentos el calor llego a ser insoportable y sentía como si hubiera sido colgado dentro de la boca de una caldera. Mi piel empezó a
sisear. Mis pulmones me lastimaban tanto que no podía respirar. La gente gemía en agonía. La gente mayor se colapsaba --algunos
tuvieron ataques al corazón. Los bebes lloraban.

Y entonces la onda explosiva nos golpeo.

Sonó como un "ker-wump" amplificado. Todos los que estaban parados, se encontraron tumbados rápidamente y eficientemente hacia
sus espaldas. Las carriolas fueron volteadas, o peor, volaron como bolsas de papel siendo sopladas por una muelle. Los tres aviones
deportivos se desintegraron, su armadura robusta fueron hechas pedazos por la furia de la explosión. De pura suerte estábamos lo
suficientemente lejos del SDF-1 para escapar de los daños. Otros no fueron tan afortunados.

Mientras probaba mis sentidos y trataba de detener el zumbido de mis oídos, rápidamente me di cuenta que la mitad de la isla había
desaparecido --como si hubiera sido removida con una gigantesca cuchara. Parecía que una falla mecánica había ocasionado que la
batería principal disparara. El pánico empezó a desarrollarse entre la multitud y todo mundo empezó a correr hacia la puerta. Tome a
Beki de la mano y me abrí paso hacia el fuselaje del B-52 hacia la entrada del avión --era mejor esconderse ahí en vez de arriesgarse a
ser atropellado por una manada de gente fuera de control. Tomando un pie por ambas manos, levante a Beki dentro del avión y después
me trepe a bordo.

La masa de personas corrieron alejándose de la gigantesca nave mientras los Policías Militares trataban de controlarla con todos sus
esfuerzos. Con altavoces a la mano, los soldados intentaron girar instrucciones hacia la multitud --un gesto inútil. No sabia a donde
querían ir todas estas personas en esta minúscula isla, pero donde parecía que fueran, seguro querían estar ahí al momento.

Escondidos juntos dentro del viejo bombardero, esperamos por varios minutos.

"¿Que paso? ¿Por que disparo la nave?" pregunto Beki, con una expresión consternada en su cara.

"No lo se," dije.

Esperamos un poco mas. Nadie nos vio, o mas bien, a nadie le importo. De cualquier manera, me sentí seguro dentro del B-52, y decidí
que la mejor manera de obtener respuestas seria a través del radio del BUFF.

Señalándole a Beki el asiento del copiloto, tome mi lugar en el otro.

Examinando por la cabina nada familiar, encontré el interruptor principal y los radios. Seleccione la frecuencia del Servicio
Automático de Información (SAI) y me coloque un casco para escuchar lo que había pasado. Beki hizo lo mismo. Se veía
increíblemente bella con el casco, fácil 5 tallas mas grande que ella.

"Aeropuerto de Macross, información Delta, 0645 Zulú. Precaución para todas las naves. El SDF-1 esta teniendo serios problemas
técnicos que ponen a riesgo todas las aeronaves al norte del aeropuerto. Precaución a todas las naves a todas altitudes, posible
turbulencia. Recomendamos a todas las aeronaves que prosigan al aeropuerto mas cercano. El Aeropuerto de Macross esta cerrado."

Al menos mis sospechas habían sido confirmadas. Permanecí sentado analizando que había pasado, no sabiendo que hacer después.
Para todos los propósitos prácticos lo peor había pasado --o eso pensaba.

"Bueno, mija, lo peor ha pasado," dije lleno de confianza. Quizás debería haber dicho, "Lleno de mierda."
Debía saber un poco mas en vez de predecir el clima.

Parte I: Antes de Volar


Capitulo 3 - Señales de Aviso

Yo imagino que es seguro decir que en esos días no tenia un gran talento para darme cuenta de lo obvio. Igualmente, es seguro afirmar
que mi ñoñez fue un producto de una infancia protegida. Gracias a los intentos de mis padres para mantener los problemas del mundo
lejos de mi, probablemente me quitaron algo de sentido común. Es por esa razón que no me di cuenta de lo que realmente estaba
pasando --y que por poco me cuesta la vida.

Mientras me senté con Beki en el B-52, preguntándome cosas inocuas, como si el espectáculo aéreo continuaría, había fallado en
darme cuenta el repentino incremento de actividad en varios puntos alrededor del aeropuerto. Jeeps y camiones armados estuvieron
haciendo sus rondas hacia los aviones militares que estaban estacionados por toda la pista, pilotos de combate que estaban corriendo
hacia sus naves --colocándose los cascos, cerrando los trajes, y ajustándose los arneses del paracaídas mientras corrían-- y los
helicópteros estaban encendiendo sus rotores.
Después de sentarme por varios minutos, todo parecía que el espectáculo aéreo había terminado. La mitad de la isla había
desaparecido, y toda la multitud se había retirado, como si hubieran sido tragados por un agujero negro. Me asome de por debajo de la
nariz del B-52 y rápidamente me di cuenta de la profundidad del pánico del publico. Todo, desde vasos de papel hasta bolsas de
sandwiches, desde bolsos hasta hieleras estaban tirados por todo el terreno. varios Equipos de Emergencia estaban atendiendo a las
personas que sufrieron heridas graves, mientras que las cuadrillas de Policías Militares y de Buscadores de Objetos Extraños estaban
corriendo en un intento de limpiar el área, para prevenir que se atore algo en la turbina de un avión. El cabello en mi nuca se paro
inexplicablemente, como si mi subconsciente tratara por todos los medios para avisarme de un peligro que no alcanzaba a percibir --
pero la naturaleza franca del esfuerzo de las cuadrillas terrestres estaba totalmente perdido en me. Yo asume que simplemente tenían
prisa para poder llegar temprano a casa.

Para esa hora, mi estomago empezó a rugir, Imposibilitado de asistir de alguna manera con los esfuerzos de búsqueda y rescate, que sin
ninguna duda se estaban realizando, fui impulsado a preguntarle a mi recién encontrada novia, si quería comer algo.

"Parece que todo esta bajo control, aquí. ¿Te molestaría acompañarme a comer?"

"¡Suena bien!" exclamo. "Estoy hambrienta. Conozco un buen lugar donde hay carne asada y ensaladas. ¿Como suena?"

"Me parece bien," dije. "Llévame."

Con una sonrisa maquiavélica, Rebeca puso un brazo alrededor de mi cintura y me guío en dirección hacia la puerta principal, dejando
una apurada Fuerza de Defensa Robotech detrás de nosotros.

Mientras caminábamos por las calles de Ciudad Macross en camino al restaurante de Beki, no sentí nada extraño. El espeso trafico,
tanto civil como militar, estaba dirigido hacia la base, yo sospechaba, para ayudar en la limpieza de los daños, búsqueda y recate. El
disparo del SDF-1 había causado muchísimo daño en casi toda la parte norte de la isla, y la limpieza requerira una cantidad masiva de
trabajo.

Caminamos hasta "El Nido del Cuervo" --el cual era, casualmente, mi lugar de hamburguesas favorito-- solo para encontrarlo cerrado.
Mire a mi reloj. 2:05 P.M. Es raro que el "Nido" este cerrado a esta hora, pensé. Uno por uno visitamos cada lugar de comida de la
cuadra, y uno por uno los encontramos cerrados. Muy extraño de hecho. Probablemente fueron a ayudar con la limpieza, razone. ¿Era
posible ser mas denso?

"Bueno, podemos ir a mi casa," sugerí, casi apenado. Para mi placer y sorpresa, estuvo de acuerdo

"Ahora es una cita, chico, "ella dijo con una sonrisa.

Me di cuenta en ese momento, que llego. Que realmente le gustaba.

La conduje por la entrada curva de la casa de dos pisos de mis padres. Gracias a la posición de mi padre como Jefe de Desarrollo de
Aeronaves, tuvo la posibilidad de procurarse una casa elegante como prerequisito. Las técnicas de construcción han recorrido un largo
camino a través de los años desde que llego la nave --casas grandes necesitan unos cuantos días para construirlas, las mas pequeñas en
horas-- y como resultado, la mayoría de los miembros de alto nivel de la RDF tuvieron el privilegio de diseñar sus propias casas.

La casa era bella. Asentada en la cima de las muchas colinas en la isla de Macross, tenia una maravillosa vista del océano a ambos
lados, un bosque en el tercer lado, y la Ciudad de Macross en el cuarto. La vista de esta ultima era especialmente espectacular,
particularmente en la noche, cuando las luces de la ciudad forman una pintura romántica

Rebeca estaba claramente impresionada.

"¡OH! Que casa tan hermosa, Jake" exclamo. Estaba encantada por ella. "Esto es maravilloso"

"¿Le gustaría mirar el interior, Scarlett?", Le pregunte.

"Será un honor, sir." contesto, con tono reverente.

Nadie estaba en casa. Papa seguramente estaría trabajando, y mamá probablemente estaba viendo otros asuntos, así que tenia el lugar
para mi solo. Mientras Beki exploraba la casa, busque en refrigerador y encontré un par de bistecs.
"¿Te gustaría un sirloin?" grite.

"Mmmmmmmmmmmm," ella dijo, trotando hacia la cocina y frotando su estomago con una urgencia falsa. "Me parece perfecto."

Puse los bistecs en el descongelador y procedí a salir al balcón del segundo piso, llevando a mi nueva y hermosa amiga. Cuando
alcance la puerta le pregunte que deseaba tomar.

"Te helado seria grandioso, Azúcar, limón" dijo. Entonces, con una cara seria, "Agitado, no batido."

Reí ruidosamente con la linea de James Bond, "¡Bob! Te. Azúcar, limón, agitado, no batido," le dije al despachador de bebidas
computarizado. "Y una Petite Cola." Después de sentarse por un momento pensándolo un momento, la computadora por fin se dio
cuenta.

"¡Ah!, si, James Bond. Muy divertido señor" contesto. "Sus bebidas están listas."

Levante la puerta del gabinete y saque dos vasos, dándole el te a Beki.

"Gracias, Bob" le llame.

"De nada, señor", fue la respuesta

"Si, gracias, Bob," dijo Beki con una sonrisa en su cara.

"De nada, mi señora," dijo Bob.

Beki sonrío. "Oh, es encantador."

"Si que lo es. Ha tenido un buen maestro," agregue, sonriendo con una supuesta importancia.
Encendí la parrilla, con algo de anticipación. Los accesorios computarizados pueden cocinar los bistecs mucho mas rápido que una
parrilla, pero siempre sentí que algo faltaba. Cocinar en una parrilla tiene cierto romanticismo robusto, algo que no se puede encontrar
con el equipo de la nueva era de hoy.

"Este bistec se va a derretir en tu boca," le dije a ella.

Ella asintió, sus ojos brillando, "No puedo esperar."

"En un momento regreso," dije, caminando hacia la puerta.

Regrese con los bistecs. El crujido y siseo que hicieron cuando hicieron contacto con la parrilla me hicieron agua la boca. El aroma de
la carne de calidad estaba llenándome. Ya podía saborearlos.

Me senté en la silla del balcón y me recline. El mar estaba maravilloso y el sol brillante, su luz brillante reflejándose en las olas del
mar.

"Bob, persianas, un medio," le ordene

"Persianas, un medio señor," contesto la computadora.

Con eso, el toldo retráctil se deslizo hacia adelante, cubriéndonos de los rayos del sol mientras nos seguía dando una excelente vista
del cielo hacia el norte.

Nos sentamos y platicamos por un rato, y descubrí que Beki era una dama increíblemente inteligente, amable y ambiciosa, de entre sus
numerosas pasiones, volar era algo que amo desde su niñez. El sueño de su vida era llegar a ser una astronauta, pero una deficiencia en
el oido interno truncaron sus planes. Ella dirigió sus energías en la fotografía, y su meta era convertirse en una fotógrafa independiente
y empezar su propio negocio. Su padre era un Vicepresidente ejecutivo de un proveedor militar importante e insistió que su hija
recibiera la mejor educación que el dinero pudiera pagar. Con su mente fértil y su entusiasmo inagotable, era claro que estaba en su
camino. Beki Casey era de hecho, una niña increíble, y me encontré, cada vez mas, encantado por ella.
Mientras el sol empezaba su descenso de cuatro horas por el horizonte, disfrutamos las maravillas que el día nos había presentado. Los
graznidos de las gaviotas sobre nuestras cabezas, el viento soplando por los arboles, las olas del océano golpeando las rocas, el siseo de
los bistecs, y la risa excitada de Beki, combinadas para hacer una canción tan hermosa como la de la mejor orquesta sinfónica. Era un
momento maravilloso

Que no duraría mucho

Capitulo 4 - Golpes de Luz

Los bistecs fueron absolutamente perfectos. De hecho, yo pensé que eran los mejores bistecs que jamas haya hecho en mi vida.
Regocijándome a mi mismo, dije una oración de agradecimiento. En el amor como en la vida, la sincronía era todo, y podía ver que
había anotado otro punto con la vida. Mi sonrisa se hizo mas grande.

"¿De que te estas riendo?" me pregunto.

Su voz me saco de mi meditación. "¿Huh?"

"¿De que te estas riendo?" me volvió a preguntar.

"Oh, de nada. Estaba pensando que maravillosa es la vida aquí arriba --y como me estoy divirtiendo contigo," dije. "Cosas como esas."

Las palabras no sonaron bien, y me patee a mi mismo por perder mi aire de compostura. Per su sonrisa me demostró que no había
hecho ningún daño, y aspire un aire de despreocupación.

"Eso es dulce," susurro.

"Y te apuesto a que creías que los hombre no podían cocinar," le dije, acusándola.

"No pueden", me contesto.


"¿Que quieres decir?" pregunte indignado, "¿No te gusto mi bistec?"

"Eso es lo que te estoy diciendo," me dijo seriamente. Mi cara cambio a una espantosa impresión de consternación. Ella se río,
"Realmente, me gusto. Estuvo muy bueno"

"Así, que ¿lo estas disfrutando?" Le pregunte.

Ella soltó el tenedor y se inclino sobre la mesa, sus ojos mirando como si tuviera un agujero en mi cabeza. "No cambiaría esto por
nada.."

Después un silencio interminable. Estaba atrapado como un venado en la cañada, imposibilitado de moverme, imposibilitado de
pensar. En las películas esta era la parte donde el chico besaba a la chica y ellos vivían felices para siempre --pero mi cerebro había
tomado vacaciones son molestarse en dejar una nota, y me quede sentado ahí, con una mirada en blanco. La situación se sintió
completamente retornada, y no sabia que hacer después. Afortunadamente, no tenia que hacerlo.

Una sombra voló a través del balcón en frente de mi, casi mas rápido de lo que podía ver. Su paso fue marcado por un ruidoso trueno.
Me levante y estaba preparado para correr hacia el frente para ver que era, cuando espíe algo que nunca había visto en mi vida. Cerca
de tres docenas de "huevos con piernas" mecanizados --pareciendo mas bien gigantescas avestruces sin cabezas-- emergieron del
océano, subiendo por el risco, sobre y alrededor de la casa, Beki grito mientras estábamos ahí... aterrorizados.
Zentradei Regult Combat Pod - "Headless Ostrich"

"¿Que rayos...?" exclame, mirando ojiabierto.

"¿Que son esas cosas?" exclamo ella, brincando de su silla.

"No tengo idea. Quizás son un nuevo prototipo de la RDF o algo," conteste.

Entonces escuche el relámpago del disparo de un cañón y vi la casa de los Johnsons al lado, ser destruida por una de las gigantescas
maquinas avestruz. Comprendí entonces, que no podían pertenecer a la RDF.

"Dios mío. Vamos, ¡salgamos de aquí!"


Tome la mano de Beki y la arrastre por la casa y hasta el carro. Me revolví con las llaves por lo que parecía horas antes de encontrar la
correcta. Beki y yo brincamos dentro y tan pronto como encendí la maquina, mi casa exploto, el escombro volando en todas
direcciones. Un gran pedazo de la puerta del frente cayo sobre el carro, rompiendo el parabrisas. Colocando la palanca en reversa,
maneje por la entrada, torciendo el volante para esquivar los arboles. Girando hasta la calle, cambie a velocidad y pise a fondo el
acelerador. Las llantas patinaron y nos vimos fuera de ese vecindario como un vampiro saliendo del infierno.

El golpe de las explosiones cercanas abollaron el carro. Los ojos de Beki, podía ver, que estaban llenos de lagrimas, y se sentó con los
pies en el asiento, las rodillas pegadas a su pecho y abrazándolas con los dos brazos. Puse una mano sobre la suya, sorprendido por lo
afortunado que fuimos.

Mientras descendía por el camino, observaba por los espejos. Por todos lados veía avestruces sin cabezas, rebotando como canguros.
Hacían los ruidos mas extraños mientras jugaban su juego sádico de brincoteo, y me encontré preguntándome, cuando caería uno sobre
el carro. El pensamiento apenas lo había registrado cuando una de las maquinas gigantes aterrizo justo adelante de mi, perforando el
pavimento. No tenia tiempo para esquivarlo o parar, así que golpe el bache dejado por su pie a toda maquina. El carro brinco en el aire
y callo con un estrepitoso ruido. Las bolsas de aire se activaron y estaba momentáneamente ciego por los restos y cristales que volaron
hacia mi. Maniobre para controlar el vehículo y por un milagro se quedo sobre el camino.

Pise el pedal aun mas fuerte. Para estas horas los refugios, sin dudarlo estarían sellados, y no tenia idea de como entrar aun si
encontráramos uno. El mejor lugar alterno para esconderse, sentí, seria algún bunker. Me patee a mi mismo por no escondernos en el
bosque cercano a la casa. Las avestruces nunca nos encontrarían ahí. Presione mas a mi mente buscando un lugar para estar refugiados,
mientras la Ciudad Macross crecía lentamente en mi parabrisas roto.

Mientras descendíamos de las colinas hacia las orillas de Ciudad Macross, vi una esperanza que trajo paz a mi corazón. Los Veritechs
y Fantasmas (un caza controlado por computadora) estaban despegando del aeropuerto. Gastaron poco tiempo mientras salían del
campo aéreo en pares, las turbinas dejaron un rastro de fuego mientras escalaban en vertical, en su valiente esfuerzo para defender la
isla.
QF-3000E "Ghosts" of Drone Fighter Squadron 33 (DVF-33) launch from
Macross Island during the initial Zentraedi assault, 27 June 2009.
Ghosts from this squadron scored the first kills of the First Robotech War.

"¡Acábenlos muchachos!" les grite excitado, levantando el pulgar de mi puño, como si una señal de esperanza barriera sobre mi.

"¡Si!, ¡Acábenlos muchachos!" grito Rebeca, excitadamente, brincando alrededor como una porrista "Gracias a Dios pudieron
despegar a tiempo," dijo fuertemente.

Una vez dicho esto, me enfoque a la tarea que teníamos a pendiente: encontrar un lugar para refugiarnos --algún lugar donde las
unidades mecánicas del enemigo no pudieran alcanzarnos. No se me ocurría ningún lugar. Los refugios anti-bombardeo eran los únicos
que se me venían a la mente, y otra vez, me enfrentaba a la realidad de que ya estarían sellados. Mi mente giro mientras nos
apurábamos hacia los limites de la ciudad. Un sótano... sótano... sótano... ¿Quien tenia un sótano?

Pronto me di cuenta de que no tenia muchas opciones. Entre nosotros dos llegamos a cuatro opciones, ninguna era realmente
realizables. El Banco de la Ciudad Macross tenia una bóveda subterránea donde podríamos escondernos, y el estacionamiento
subterráneo del aeropuerto era otra opción. Fuera de estas, los refugios eran la única opción --o una escabullida rápida a los bosques
que nos rodeaban.

Las paredes de piedra apiladas a ambos lados de la carretera indicaban los últimos rastros de bosque antes de entrar a Ciudad Macross.
Observando rápidamente, pise los frenos y me salí del camino, dirigiéndome hacia el bosque. Necesitaba tiempo para considerar mis
opciones. La ciudad iba a ser claramente destruida, así que estar ahí no seria bueno para la salud de uno. Considerando la destrucción
que seguramente pasara, mi decisión de parar había sido la única decisión inteligente que había hecho en el día.
Beky y yo nos sentamos en el techo se mi carro y observamos las avestruces sin cabeza descender en la ciudad. Venían de muy
diferentes formas --algunas tenían misiles tierra-aire y tierra-tierra. Mientras recorrían la ciudad casi sin ninguna oposición, redujeron
todo a cenizas. Unos cuantos Veritechs podían ser vistos enfrentando las fuerzas alienígenas en los suburbios, pero la mayoría de los
Veritechs no estaban en un lugar donde pudieran ser vistos --estaban enfrentándose en su propia batalla de supervivencia sobre el
espacio que ahora nos envolvía a todos. Pensé lo raro de que tan rápido cambio el clima --y el mundo-- en esa pequeña isla.

Unos pocos Veritechs que permanecieron en la isla, sostuvieron un vuelo valiente, pero estaban desesperadamente en desventaja. Las
unidades enemigas destruían todo en su paso por Ciudad Macross, lo que parecía una eternidad. Repentinamente, escuche un
estruendo. Antes de que pudiera moverme, alcance a ver un escuadrón de Veritechs dirigiéndose hacia la cuidad. Detrás de ellos
venían dos cazas mas.

Mi corazón volvió a su ritmo normal. La caballería había llegado.

Con Beki abrazándome fuertemente, me recargué en mi espalda y vi los fuegos pirotécnicos.

Los escuadrones Veritech hicieron un gran progreso en sacar a los invasores alienígenos, dándoles mas de lo que traían. Los Veritechs
por ellos mismos eran sorprendentes, transformando de un modo a otro --avión a humanoide (Battloid) a un extraño híbrido (Guardián)
como se requiriera. Estaba anonadado. Nunca había considerado tal cosa posible, no en mis sueños mas salvajes. Aun así, ahí estaban
ante mis propios ojos. Tenían la agilidad de un colibrí y la mortalidad de diez cazas convencionales. ¡Y su velocidad! Increíble. Moví
mi cabeza de incredulidad.
VF-1S "Valkyrie" in Guardian Mode

En respuesta a esto, las unidades mecánicas del enemigo continuaron su asalto con coraje. La increíble mutilación sufrida no los
preocupo de ninguna manera. El SDF-1 era el objeto de su atención, y siguieron adelante. Cuando uno de sus miembros era aplastado
como un huevo de plástico, el alienígena se consumía en cenizas, pero tres mas saldrían para cubrir el hueco. Cada perdida que estos
alienígenas sufrían servia solamente para alentar a los otros. Seguían presionando hacia adelante... sin misericordia... como si fueran
guiados por una estela de muerte. A pesar de los esfuerzos heroicos de los pilotos RDF la situación se convirtió desesperada, y
pareciera que le SDF-1 pronto se perdería.

Desde nuestro punto de observación en el bosque, mirando hacia la Ciudad Macross, el SDF-1 parecía estar en un peligro grave. Las
unidades enemigas empezaron a atacar en un numero mayor. Me mente patino ante la gran magnitud de todo. ¿De donde están
viniendo todos? En cada esquina se podían ver, Matando, quemando, estallando, saqueando... Era como se la misma tierra los estuviera
produciendo, directamente desde al cuarto mas oscuros del Infierno.

Las cosas en el puente de la gran nave sin lugar a dudas estaban desbordando en pánico --una condición comprensible dada la total
sorpresa que ha de ver sido a los nuevos elementos. El Capitán Henry Gloval, el legendario capitán del SDF-1, estaba increíblemente
calmado y sereno a pesar del caos. Aunque tal actitud es típica entre los grandes líderes, existe la teoría de que la calma de Gloval
recaía sobre el hecho de que sabia del ataque desde antes, como si una gran premonición le dijo que algo muy severo iba a ocurrir.
Premonición o no, el Capitán Gloval salvo, sin lugar a dudas, a la Tierra cuando tomo la decisión de dejarla.

Mientras las naves enemigas continuaron rebotando lejos de la nave, empezó a despegar.

"Dios mío..." alcance a decir.

La gran nave ascendió lentamente, majestuosamente. Por supuesto, como todo lo demás en ese día, no funciono.

Una falla en el diseño de los soportes para los módulos de antigravedad, ocasiono que fallaran, permitiendo a los módulos
desprenderse de la gigantesca fortaleza de batalla. Uno por uno las enormes maquinas se arrastraron a si mismas fuera del SDF-1 y la
nave comenzó a caer de regreso a la Tierra. Con un rugido como el de un terremoto, el impacto de la nave de 18 millones de toneladas,
reverbero por toda la isla.

Con un talento como ninguno para observar lo obvio, alcance a decir algo. "Epa," dije, mirando a Rebeca. "Parece que tienen un
pequeño problema ahí." Sin dudarlo, Emil Lang no pudo haberlo dicho mejor.

La partida fallida del SDF-1 pareció despertar una gran ferocidad entre los pilotos Veritech, y no paso mucho tiempo ates de que
empezaran a ganar terreno contra el enemigo. Lenta mente y seguramente la pelea empezó a retirarse del SDF-1 dirigiéndose hacia las
secciones exteriores de la ciudad, y no paso mucho antes de que Gloval realizara otro intento para levantar la nave --esta bes con
mejores resultados.

Una ruidosa y murmurante explosión se derramo por toda la isla, seguida por una tremenda nube de humo y desechos que envolvían a
la nave gigante. Por un momento, temí que el SDF-1 había sido destruido mientras la nube hirviente de humo oscurecía la nave.
Mantuve mi respiración por lo que parecía horas hasta que la fortaleza de batalla emergía del infierno que la había cubierto.
Lentamente y majestuosamente ascendía, como una ave Fénix de las cenizas, acelerando hasta que desaparecía en el cielo.

Una repentino y ominoso sentimiento me llego --algo no como el que siente uno al ser atrapado en el baño desnudo. Un escalofrío frío
corrió por mi espalda y me hizo estremecer.
"Bueno, no podemos hacer nada mas que ir a casa, creo," le dije a Beki.

"Si..." ella dijo. "Espero que nuestras familias estén bien."

"Yo también, señorita. Yo también," replique.

Entonces llego la caída.

Me encontré catapultado en el aire, muy arriba sobre los arboles. Con una sorpresa que no puede ser descrita, me encontré cientos de
metros sobre las copas de los arboles. Con una increíble claridad podía ver cada hoja y cada rama de todos los arboles. Entonces el
piso llego a buscarme. Me sentí enfermo y sabia que moriría. Una tremenda nausea me ataco. Todas las cosas que nunca llegue a hacer
me pasaron por la mente en un instante. ¡¡Beki!! ¿Donde estaba Beki? No tenia tiempo para ver. El piso llego a buscarme con una
prontitud que desafía cualquier descripción, y estaba instantáneamente y ferozmente golpeado.

Y entonces caí... caí... caí... en la oscuridad...

Oscuridad.
Parte I: Antes de Volar
Capitulo 5 - Turbulencia

Era amargamente frío. Rodé a través de la línea rápida con mi escuadrón, rechazando sus ofrecimientos de cigarros para calentarme.
La oscuridad es total. El aire es húmedo, el viento sopla. Estoy congelado hasta la medula.

Alcanzamos nuestro avión, El Mac. Mac es un bombardero mediano bimotor B-25J "Mitchell" norteamericano. Una reliquia para los
estándares de hoy, me llevara a donde debo ir.

Una mirada rápida al pasto que esta detrás del avión, una caminata sin sentido alrededor --No pude ver ninguna maldita cosa de todos
modos-- y subo a bordo.

"¡Cuidado con la hélice!" Mezcla correcta, bomba encendida y encendimos el motor. Primero una vibración y esfuerzo, después un
fuerte rugido. Los nofles radiales Wright R-2600 del Mitchell escupieron una gigantesca nube blanca de humo blanco antes de
ajustarse a su ronroneo característico. Lo mismo por la maquina de a bordo. Una mirada rápida a los instrumentos y estabamos listos
para partir.
North American B-25 "Mitchell"

La aeronave líder arranca antes de mí y la sigo. Un ligero empujón a los controles para hacernos mover y luego los libera hacia atrás.
Uno por uno, como patos en un estanque, los 40 B-52 se encaminan hacia la pista. Cuando me llega mi turno de despegar, veo que uno
de los bombarderos sale de su avión y camina hacia nuestro oficial comandante. "Que diablos esta haciendo", me pregunte en voz alta.
Revisamos nuestras listas y rugimos por el cielo, uno por uno. Girando lentamente hacia la derecha, nos dirigimos hacia nuestro
objetivo.

Me coloque en posición detrás del líder y entramos dentro del territorio enemigo a 50 pies sobre el nivel del piso. Una onda de
turbulencia y el avión líder tiembla y brinca un poco. Arboles y ríos rozando. El camuflaje marrón de mi B-52 no me ocultaría, ya
sabia, pero no debería importar. Mire hacia atrás y vi el resto del grupo en fila, volando muy juntos. Es una vista que inspiraba miedo.
Mientras nos acercábamos al objetivo, Empuje mis controles para dar sobre marcha y pasar al líder. ¿Por que hago esto? No lo se, pero
lo hago. Tomo control de la secuencia de bombardeo desde la cabina mientras me apresuro hacia el blanco. El edificio principal del
complejo enemigo esta adelante. Una caja gigante de aluminio, me aproxime y arroje dos bombas exactamente arriba. ¡¡Boom!! Todo
el tiradero asciende en una bola de fuego mientras los cuerpos y partes vuelan en todas direcciones. Dirijo mi Mitchell hacia la
izquierda y bombardeo un segundo edificio. Dos bombas y termina su existencia en un remolino de devastación. Reconozco esta
matanza. Me hace sonreír con placer.

Jalando hacia atrás y a la derecha, inicio mi ascenso. Es agonizantemente lento. Vuelo entre dos arboles, mis alas golpeando algunas
hojas y ramas --y espero que algunos nidos, también--tonto. El ascenso parece eterno. Una eternidad en la cual estoy desnudo y
expuesto a cualquiera envíe un ataque en mi dirección.

Estoy muy adelantado de mi grupo, así que inicio mi vuelta para estar en posición de alcanzarlos mientras ellos salen del Punto Inicial
hacia el objetivo. Adelante y hacia mi derecha, localizo la formación mientras nos acercamos a 450 nudos. Mientras el líder cruza mi
línea 3-9. Maniobro mi Mitchell duramente hacia la izquierda y me coloco en medio de la formación. Continuamos acercándonos hacia
el blanco mientras ataque antiaéreo empieza a volar entre nosotros. Esquivamos y brincamos dentro del ataque. ¡Wham! ¡Wham! Dos
tiros agitan mi avión. Empiezo a rezagarme de los otro, saliéndome rápidamente de formación. Miro hacia mi derecha y veo humo y
llamas saliendo de mi motor derecho. El izquierdo también esta muerto, la hélice girando como molino de viento. Instintivamente
alcance los extinguidores, las válvulas de combustible, y el gatillo de las bombas antes de nivelar las hélices. Ya la libre.

Mientras caía por el cielo, me dirigí hacia un campo lodoso. Es el único lugar a donde ir. Baje los alerones y me prepare a salir del
avión --y rápido. Puse el resto de mi avión en el lodo justo antes de la cerca que lo rodeaba. El Mitchell empieza a hundirse. Con una
severidad mas allá de toda descripción, tiro de los harneses. Ya podía sentir las llamas mientras tiraba del arnés de liberación y
brincaba por la salida de emergencia. Brinque por la parte alta y me hundí en el lodo. Mirando a mí alrededor decidí que tenia que
salirme de aquí. Golpeando el lodo lo más rápido que podía, se pegaba a mis pies y no podía moverme muy lejos. Una mirada hacia mi
avión, asentado en el lodo, cerca de mí, me hacia sentirme enfermo. Que desperdicio de una gran nave, pensaba mientras seguía
avanzando.

Mi equipo no lo podía encontrar. No podía figurarme que les había pasado. No había tiempo para preocuparme de eso ahora, razone.
Tenia que alejarme de aquí antes de que me encontraran.
Alcanzando la cerca que me rodeaba, la brinque y corrí a través de un pastizal. Sabia que tenia que dirigirme hacia el norte, así que
partí hacia allá. El caminar va bien --no muy bien, pero bien-- y estaba progresando. Sabia que el enemigo iba a estar buscándome y
desesperadamente deseaba algunos arboles para poderme esconder. Mientras caminaba, mi traje de vuelo, húmedo por el sudor,
empezaba a pesarme. Ellos estarían en esta área prontamente.

Los escuche antes de poderlos ver. Dos jeeps cargados de soldados armados con rifles automáticos. Si me ven, seria historia.
Agazapado en el pasto, escuche sus gritos y pararse en un lugar. Quizás no me verían. Sude y ore. ¡Crunch! ¡Swish! ¡Swish! ¡Swish!
Venían por el pasto, peligrosamente cerca de mi. De repente tenia una urgente necesidad de orinar, y empece a desear que
desaparecerían para aliviar mi necesidad.

¡¡Click!!

"No se mueva," Escuche a uno de ellos en Español. No había nada que pudiera hacer antes de darme por vencido. Sabiamente, decidí
rendirme, lo mínimo es que me den una bala en la cabeza. Me arrastraron fuera y me arrojaron dentro del jeep líder. Mientras el jeep
recorría un camino difícil, busque una manera de escaparme, ansiosamente esperando que la oportunidad se presente por si sola.

No paso mucho tiempo antes de que nos acercáramos a la base enemiga. Instantáneamente me di cuenta de que era la misma que
acabábamos de bombardear "Diablos" murmure lentamente. No van a estar muy contentos.

Me arrojaron dentro de un edificio con una sola habitación. El cuarto tenia tablas de cedro corriendo verticalmente a lo largo de las
paredes. Había una cama pegada a la pared de la izquierda y una ventana en frente de mí, como a diez metros. Dejaron a un guardia
armado para vigilarme. No me atreví a hacer nada ya que sostenía un rifle M-16 que podría perforarme fácilmente. Fumaba un
cigarrillo. No puedo creer que no me hayan revisado, y si no lo hicieron no iba a quejarme --Estaba seguro de necesitar la .38 de mi
bota.

Repentinamente, un soldado emerge dentro de la celda y le dice al guardia que lo acompañe. Me dejan solo en el cuarto y no pierdo el
tiempo escapando por la ventana. La trepo y corro como diablo. Mas adelante diviso un árbol. Este va a ser el único lugar donde
esconderme hasta que oscurezca. Si tienen perros, estoy perdido. Trepo el árbol y me escondo entre las ramas.

Veo a un hombre siendo llamado al centro de la sección del complejo donde me estaba escondiendo. El pasto parece muy verde y
recientemente cortado --extraño para un complejo militar en tiempos de guerra. Hombres con pistolas se retiran unos pasos y miran al
prisionero. ¡Oh Diablos, lo van a fusilar! No hay nada que pueda hacer. Mientras miro con horror, los disparos suenan y el prisionero
cae al suelo como un saco de papas. Me enrosco de terror. Tengo el extraño presentimiento de que puedo ser visto por detrás. Debo
salir de aquí.

Veo a los soldados corriendo como hormigas y oigo un murmullo distante. Mas aviones. ¡Maldición! Esta puede ser mi oportunidad
para salir de aquí. Explosiones y confusión. Desde mi punto de ventaja espío el campo aéreo enemigo. Debe haber algo por ahí.
Desciendo del árbol y me dirijo hacia la cerca divisora. La brinco. Las espigas altas creciendo mehacia el campo aéreo enemigo. Me
muevo rápidamente y alcanzo la barda que corre a lo largo del limite del campo aéreo. Miro sobre ella y mi corazón palpita.

¡¡Jets!! Un grupo de entrenadores T-33 "Shooting Star" alineados. Que buena suerte. Los T-33 no necesitan equipo de poder para
arrancarlos. Mi corazón palpita otra vez. Todo lo que tengo que hacer es darle vuelta a uno y salir de aquí. Si solo pudiera alcanzar
uno.

Lockheed T-33 "Shooting Star"

Detrás de los jets y hacia mi derecha descansaba un enorme hangar, y dentro un montón de T-33. Observo a la izquierda y a la derecha.
Nadie cercas de mí. Si espero, podría ser atrapado o quizás matado. De todos modos, mi grupo puede regresar y bombardear los
aviones y entonces si estaría atrapado.
Me arrastro debajo de los alambres de la cerca y espero en la orilla de la rampa al otro lado. Una grúa amarilla, de las que se usan para
mover los aviones, pasa cerca de mí, su conductor no se da cuenta de mi presencia. Me desplazo hacia la fila más cercana de T-33.
Alcanzando el primero, retiro la cubierta del piloto --no hay tiempo para retirar las otras-- y me subo por la escalera de abordaje,
aventándola al suelo tan pronto como me siento en la cabina delantera. Me coloco el casco blanco que estaba descansando en la orilla
de la cabina. Esta un poco ajustado pero no me incomoda y murmuro en voz alta, "Espero que arranque."

Mientras aseguro el arrancador, la turbina empieza a encender. ¡Booooommmmmmmmmmm! Una explosión seca y un rugido sigue
mientras el combustible enciende. La temperatura de la turbina alcanza la señal verde y empujo el acelerador. Se mueve.

Alcanzo y muevo la palanca del toldo a CERRADO. Mientras el toldo desciendo escucho una metralleta disparar y observo sobre mi
hombro derecho. Veo un jeep corriendo hacia mi, su tirador disparando desesperadamente "¡Rayos!" Exclamo, empujando el
acelerador hasta el fondo. Debo despegar aquí en la rampa, no hay tiempo para llegar a la pista.

El jeep esta acercándose rápidamente. ¡Crac! ¡Crac! ¡Zing! Dos balas golpean la cabina y una tercera golpea mi casco. Que bueno que
me lo puse. El jeep sigue acercándose. La velocidad del aire empieza a formarse, pero la orilla de la rampa sé esta acercando. Sesenta
nudos. Si me salgo de la orilla me voy a hundir en el lodo y pasto. El jeep y la orilla se acercan. Ochenta nudos. Tengo que lograrlo.
Libero la palanca hacia atrás mientras la nariz se levanta del suelo. "Vuela, maldición. ¡Vuela!" Murmuro mientras más balas golpean
mis alas. Siento un crunch cuando mis ruedas golpean una luz, pero no importa. Estoy en el aire.

Levanto la palanca del tren de aterrizaje a la posición de arriba. Los indicadores de posición permanecen fijos. Los pernos están en
posición y aseguro que no se muevan. Maldición. Muevo la palanca a la posición de abajo. Esto lo hará. Miro a la derecha y observo
las hileras de T-Bird pulcramente estacionadas en la espaciosa rampa. Busco el interruptor maestro de las armas, mas que nada
deseando bombardear el lote completo de T-Birds. Me enfurece lo extraño de este gobierno al que estamos peleando que no armen sus
T-33 con un cañón. Seria más fácil para ellos --y en este caso más fácil para mi. Me dirijo hacia el norte.

Volando bajo, veo un B-29 al lado de un camino estrecho. La "Superfortaleza" descansaba en su tren de aterrizaje con el fuselaje
partido a la mitad justamente atrás de las alas. Los hombres están brincando y corriendo. Los jeeps hormiguean el bombardero dañado.
Una vez mas soy inútil. No hay nada que pueda hacer con un T-33 sin armas. Maldición. Sigo volando, planeo un curso hacia casa,
jurando venganza.
Boeing B-29A "Superfortress"

Repentinamente, una luz roja intermitente me llama la atención. 'Poco Combustible' indica. Rayos. Jalo la palanca hacia atrás y escalo
todo lo que pueda. Si no llego al río, estoy muerto. El altímetro empieza a escalar. Aunque no tan rápido como quisiera. A los 15,000
pies la maquina gimotea hasta parar. No hay necesidad de ponerme la mascara de oxigeno ahora. Empujo la palanca hacia adelante
lentamente, usando mi energía para ganar unos cuantos cientos de pies mas y entonces empezar a planear. Mi tren de aterrizaje no
saldría así que la aterrizada va a doler. Empiezo a caer. 10,000 pies. Si puedo llegar al río estaré bien. El altímetro desciende... 8,000
pies... Continua mi caída. ¡Rayos! 5,000 pies. No me estoy acercando. No lo voy a lograr. No hay manera. Empiezo a descender mas
rápidamente, parece. Los arboles ya están rozándome.

De pronto, una idea cruza por mi mente. Puede que quede algo de combustible en los tanques en la punta de las alas. Enciendo la
bomba de combustible y selecciono AUX en el panel. Aseguro el arrancador. Nada. Los arboles crecen de tamaño. "¡Vamos!" Golpe el
arrancador. Las turbinas empiezan a acelerar 40% RPM... 50%. Los arboles se ven más grandes. No voy a lograrlo 70%... Alcanzo la
palanca de escape. La turbina se amarra. Suelto la cubierta. El viento golpea mi cara y mis ojos mientras cierro el visor de mi casco.
Todavía estoy volando con una mano cuando las llantas golpean los arboles. Lucho para mantenerla en el aire. ¡¡Whap!! Una sacudida.
Hay un pequeño promontorio adelante y debo librarlo. No hay modo. Jalo la palanca. Nada. "Rayos, Maldición" Grite. Los pernos
están en el asiento todavía. Los arboles rozan. La maquina y el viento rugen por mis oídos. No voy a lograrlo. Los arboles van a
arrancar mis alas. Desesperado baje la nariz del avión. Mi velocidad crecía a 115 nudos. Esto lo tiene que hacer. Jalo hacia atrás la
palanca y maldije. ¡Crunch! Mi ala derecha golpeó un pino y tambaleo hacia la derecha. El avión giraba violentamente. Pise el pedal
del timón izquierdo y de alguna manera se mantuvo en el aire. Libre el promontorio e inicie un lento ascenso.
El viento me rasgaba. El avión continuaba oscilando. Mi ala derecha es una mezcla trenzada de madera de pino y aluminio, y el
combustible se escapaba por una ruptura del tanque. Mi velocímetro se detuvo a los 230 nudos. Todos los raspones me estaban
lastimando, pero podía ver el río mas adelante. Si pudiera pasarlo estaría bien.

El avión continuaba oscilando mientras alcanzaba el río. Cada vez era más difícil de controlar mientras buscaba donde aterrizar. La luz
del combustible empezaba a parpadear otra vez. El campo esta adelante. Lo puedo lograr.

Mientras me alineaba, rastreadores atrás. ¡Esos bastardos me están disparando! Ignorándolos, me concentro mi aterrizaje en el campo.
Descendiendo a 150 nudos --Mientras me contengo en mirar esa ala arruinada-- Piso los frenos y rezo. El camino esta rápidamente
terminando. Los frenos están humeando y rechinando cuando llegue al limite del camino. El T-33 llega a detenerse justo antes del fin
del espacio libre. Desabrocho mi arnés y salgo de la cabina corriendo como mil demonios. ¡¡BOOM!! Caigo hacia el suelo. Mirando
hacia atrás veo mi T-Bird subir en una bola de fuego. Hombres armados corren hacia mí gritando "¡No se mueva!"

Les explico a ellos quién soy. AL principio no creyeron mi historia, paro alguien del grupo me reconoce y me libera. Me llevan a mi
base donde me dirijo hacia mi cuarto. Estoy demasiado cansado y caigo dormido antes de tocar la almohada. Repentinamente, mi
despertador se apaga. Lo observo a través de la oscuridad y me doy cuenta de que estoy en un hospital. "Maldición," me dije a mi
mismo "¿Qué diablos...?"

Oscuridad.

Capitulo 6 - Caos

La oscuridad que me envolvió la segunda vez no fue tan prolongada como la primera. La ceguera llego a aclararse desde el centro de
mi campo de vista antes de extenderse lentamente hacia los extremos. De hecho estaba en un hospital, como lo evidenciaban las
enfermeras que se apuraban a mantenerme en mi cama, con el mínimo intento de salir y estallar mi cabeza otra vez.

Los detalles de ese día no son muy claros. Personas que no podía reconocer entraban y salían de mi habitación a intervalos fijos,
algunos a mirar, otros a extender una mano confortante. Mientras empezaba a recuperar mis sentidos me encontré gritando el único
nombre que me importaba en todo el mundo: ¡Beki! Las figuras borrosas que entraban y salían se encontraban con mi grito
desesperado. ¡Beki!... ¡¡¡Beki!!!... ¡¡Bekiii!!

Cada vez estaba mas frustrado y preocupado, Ella no estaba contestando, y todas las manos que venían a tomar las mías no eran las de
ellas. Me sentí sofocado. No podía moverme. Sentíantarme --Tenia que encontrar a mi dulce Beki. Era inútil --¡Maldición! Tenía que
encontrarla. Mi frustración no conocía limites y cada momento que pasaba sin ella era una eternidad en la miseria. Había encontrado
mi propio infierno.

Solo después de lo que fue casi una eternidad empece a ver claramente las caras de las personas que venían a mi habitación. No podía
escuchar claramente lo que me decían y fue cuando me di cuenta de que estaba sordo. Me asuste. Grite lo mas fuertemente posible y
trate de liberarme de mis ataduras, sin ningún éxito. Entonces llego una enfermera y un sedante... y la oscuridad

Mi despertar de la oscuridad a la luz fue mejor que la tercera vez. De lejos oía voces murmurando... volviéndose mas fuerte y claro
hasta que pude oír lo que estaban diciendo.

Parece que esta volviendo en si. Dotty, ven un momento," dijo una voz femenina.

"¡Beki!" Grite otra vez. "¿Dónde esta ella?"

"Ella esta bien, Sr. Framton," me dijo la voz. "Solo relájese. Ella esta bien. Cálmese. Usted pasó por una dura etapa recientemente.
Trate de relajarse."

"Quiero ver a Rebeca. ¡Ahora!" Rugí. "¡¡Ahora!!"

"No hasta que se relaje, Sr. Framton. Tiene que calmarse o nos veremos forzados a ponerle sedantes. Se va a lastimar así mismo," dijo
la voz.

"No me interesa. ¡Quiero ver a Rebeca! ¡Malditos! ¡Desaten mis brazos! ¡Aaaaaaah!" Grite algo mas. Pero no tenía caso, por supuesto,
pero no sabia nada mejor por el momento:
Después de una dosis de sedantes me encontré mas murmurando en vez de gritar --gritar requería mucho esfuerzo y obtenía pocos
resultados. Además, los sedantes hacían que mi mandíbula pesara como tres kilos de roca. Sabia que había algo malo con Beki. ¿Por
que se rehusaban a traerla si ella se encontraba bien? Esta pregunta me quemaba lo mas profundo de mi alma y resulto en una ansiedad
viciosa. Estaba lleno de un miedo mortal de que ella estuviera... Forcé mi mente a parar. Ella tenía que estar bien. Ella era pura y
noble... No había modo de que ella estuviera... Quite de inmediato el pensamiento otra vez. Una y otra vez cancelaba el pensamiento
de que ella estuviera muerta, una y otra vez me esforzaba para regresar a mi consciencia.

Fue cuando me di cuenta que la manera mas rápida de obtener las respuestas era seguirles el juego a las enfermeras. Seria un paciente
modelo.

En un corto periodo era suficientemente racional y las enfermeras me removieron los lazos de nylon que me ataban a mi cama.
Continuaba preguntando acerca de Beki, y a su vez eran ignoradas. Algo no estaba bien. Cuando la enfermera llego a revisarme la
tome del brazo lo mas fuerte que pude.

"Enfermera, por favor. ¿Se encuentra Beki Casey viva? Tiene que decirme" le rogué.

"Por el amor de Dios suélteme, me lastima" ella chillo.

Libere la tensión. "¿Se encuentra viva? Dígame o le rompo su maldito brazo" Le demande.

"Si, Si, Ella esta viva, ahora suélteme" ella jaló su brazo de mí y salió del cuarto.

Habia suspirado el suspiro mas grande en mi memoria mas reciente. ¡Ella estaba viva! Mi placer estaba limitado, como sea --
ensombrecido por la realidad de que algo terrible le había pasado a ella para mantener este hecho tan secreto. Repentinamente me sentí
más cálido. Gotas de sudor emergieron, alcanzando un punto justo debajo de la superficie de mi piel. A pesar de que no era el mas
asiduo de la iglesia, no había duda de mi creencia de un Ser Supremo y pase muchas de las horas concentrado en una oración por la
seguridad de Beki. Desgraciadamente no mantenía registro de las oraciones no contestadas.
En un corto tiempo me encontré con mis visitantes. Había hecho las paces con las enfermeras lo mejor que pude, y me disculpe por los
moretones en el brazo de la enfermera Karen. Las primeras personas en visitarme eran por supuesto mis padres. Ellos habían sido
evacuados a los refugios cuando el SDF-1 disparo su "rayo alrededor del mundo " y fue cuando aprendí de ellos los eventos que habían
pasado desde el día de despegue.

Una flota gigantesca alienígena de casi mil naves de guerra --cada una de cuando menos un kilometro de largo-- había llegado a la
órbita de la Tierra y atacado la fortaleza de batalla gigante. Mientras Beki y yo observábamos la pelea en Ciudad Macross, mi auto
había sido atacado por un "Avestruz sin Cabeza" (Después conocido como un "Battlepod Regult") Había estallado por la explosión y la
fuerza del impacto me había ocasionado una coma que duro seis semanas. Beki había volado de lado y se había estrellado contra un
pino. La fuerza del impacto resulto en una pelvis destrozada, ruptura en el bazo, corazón perforado y otras heridas internas muy
severas de las que todavía se estaba recuperando.

Zentradei Regult Combat Pod - "Headless Ostrich"


Para nuestra buena fortuna, un piloto que salía de la isla para encontrarse con el SDF-1 observó el ataque y despacho al Battlepod
Regult sin dificultad. Antes de regresar al crucero de batalla nuestro rescatista se aseguro que fuéramos llevados con un equipo medico
de la isla. El piloto, Teniente William "Salvaje Bill" Brubaker, nos había visitado a los dos con regularidad durante nuestra
permanencia en el hospital. Su mano había sido una de las que frecuentemente me habían confortado en mis primeros días de
consciencia, e impacientemente esperaba la oportunidad de agradecerla por salvar mi vida --y mas importante, la de Beki.

En un esfuerzo desesperado para escapar de las fuerzas alienígenas --que eventualmente serian conocidas como los "Zentraedi"-- El
Capitán Gloval intentó una "Operación Hiperespacial de Transposición" no probada aun. Dirigiéndose como blanco la parte exterior de
la órbita lunar, ejecuto la transposición a una baja altitud después de un reingreso atmosférico riesgoso. Los efectos no fueron los que
él esperaba. En vez de terminar en la órbita lunar, el SDF-1 emergí de la operación de transposición en órbita alrededor de Plutón. Y
como si no fueran suficientes problemas, se trajo la isla completa y un gran bulto del océano que lo rodeaba, junto con dos de los
portaaviones que estaban amarrados en el puerto- La fortaleza de batalla estaba en camino de regreso a la Tierra, nuestros adversarios
alienígenas en persecución y el viaje iba ser muy lar go.

Pase de sentarme a pararme, y de ahí a caminar cortas distancias en menos de una semana. Experimente mareos y nauseas frecuentes,
pero a parte de eso me sentía bien. Para el décimo día de despertar de la coma me fue posible visitar la habitación de Beki por primera
vez.

Mientras me acercaba a la puerta me encontraba con dificultades para respirar. Me sentía como un escolar nervioso. Un extraño
sentimiento de aprehensión me llegó y me empezó a agitar de cabeza a pies mientras caminaba por la puerta. Ella estaba acostada en su
cama durmiendo silenciosamente, tubos y sensores mientras abrazaba un viejo oso de peluche.

Alcanzando una silla cuidando de no molestar su sueño, me senté cerca de la cama de Beki, mi dedo índice descansando suavemente
sobre su mano. La observe respirar suavemente, sus ojos azules cerrados mientras ella dormía. El dulce y fino ángulo desde su barbilla
hasta su mejilla fué interrumpida por un ligero estremecimiento que me causo inconscientemente. Observaba su bella cara por horas,
cuando, finalmente, empezó a estremecerse. Sus ojos se abrieron lentamente y cuando se encontraron con los míos y una sonrisa --esa
sonrisa que me cautivo como un lucero en mi alma-- cruzo su cara.

"Jake," me dijo calladamente, una lagrima de gusto corrió lentamente por su mejilla derecha.
"Hola querida, amiga," respondí, mis ojos encontrándose con los suyos, llenos de lágrimas. "¿Cómo estas? Te vez de la patada"
Alcance a decir, con un tono de broma.

Su sonrisa creció. "Estaba tan preocupada por ti. No podía ir a verte, No... podía hacer nada.ta," continuo entre sollozos.

"Bueno, lamento defraudarte chica" Agregue. "No llores. Todo va a estar muy bien." Agite su cabello y acaricie su mejilla, secando sus
lagrimas. "¿Cuál es tu historia? ¿Te sientes bien?"

"Estoy bien, Sir Caballero", dijo débilmente. "Ellos tuvieron que hacer muchos remiendos y tal vez parezca toda parchado por dentro."

"Bueno, tu eres una joven fuerte, Beki. Estarás bien. Saldremos delante de esto juntos," le dije. "Sabes, esta no era exactamente mi idea
de una primera cita."

Ella se rió calladamente. "Estoy tan cansada, Jake."

"Duermen, cariño. Aquí estaré cuando despiertes," Le dije.

Y con eso, se puso a dormir.

Fui dado de alta dos días después de mi primera visita a Beki. Por supuesto, a los doctores no les molestaba --mi hogar por las
próximas semanas seria la habitación de Rebeca. Estaba ahí las 24 horas del día. Ella era de galleta dura y mostró un gran coraje. Aun
el mas ligero movimiento le ocasionaba una enorme cantidad de dolor en la pelvis de Beki, y sus sesiones de terapia eran pura agonía.
Todo lo que podía hacer era alentarla y estar ahí por ella, mientras los terapeutas hicieran lo que pudieran para ayudarla a recuperar su
rango de movimiento a la normalidad.

En dos semanas se decidió que su progreso había avanzado lo suficiente como para que caminara. Sorprendió a todos la velocidad de
su recuperación, y aunque lastimaba como el infierno, ella podía caminar por si misma en tres días. Estaba estático. Diez semanas
después de sufrir lo que había sido uno de los accidentes mas devastadores que nadie pudiera imaginar, Rebeca caminaba --sin
asistencia-- por las puertas del hospital, y hacia una nueva vida...
Parte I: Antes de Volar
Capitulo 7 - El Primer Paso

Muchas cosas habían ocurrido durante nuestra estancia en el hospital. Poco después del ataque inicial, el SDF-1 intento una operación
de transposición para escapar de los invasores alienígenas. En vez de llegar a nuestro destino detrás de la Luna, como sea, la nave
emergió de la transposición en la parte lejana de Plutón. Para hacer las cosas peor, otra transposición era imposible debido a que los
sistemas literalmente desaparecieron. A lo que nos enfrentaba a un largo, sangriento y penoso viaje de regreso a la Tierra.

Durante nuestra estancia en el hospital, estabamos completamente aislados de lo que pasaba afuera. Para nuestra maravilla, Ciudad
Macross fue completamente reconstruida dentro del SDF-1. Eliminando algunos de los elementos estructurales de la nave la cuidad no
era muy diferente de cómo estaba antes del día de despegue. Mientras pasábamos por el centro esta paralizado de terror. Salones de
baile, restaurantes, bares, gente caminando por la calle con bolsas de compras --todo estaba aquí. Una completa ciudad dentro de una
nave espacial. No podía creerlo.

Los dos portaaviones que había arrastrado el SDF-1 habían sido adheridos a la fortaleza en lugar de las plataformas A.R.M.D. que
habían sido destruidas durante el ataque inicial --significando que todas las puertas a prueba de agua habían sido selladas--la mayoría
del personal había sido rescatado. Con algunas modificaciones, incluyendo gravedad artificial y seguros de aire adicionales, los
portaaviones y sus compartimentos mecha ahora funcionarían como una parte vital de la red de defensa del SDF-1 --uno de ellos, el
"Dedalos" había sido usado como un ariete durante nuestra primera ofensiva exitosa en los anillos de Saturno.

Nuestra primera parada fue la casa de Beki. Nate y Joe estaban ahí para saludarnos. Los dos se habían enlistado en la Fuerza de
Defensa Robotech (RDF) --Nate era un Capitán Aviador en el Dedalos y Joe un piloto de un Destroid. Resplandecientes con sus
respectivos uniformes, me ayudaron a llevar sus cosas dentro. Después de detenerme a saludar los padres de Beki, me despedí de mis
amigos y me dirigí hacia mi nuevo hogar.

Aunque no era tan grande como la que teníamos en la isla, nuestra nueva casa era muy atractiva, y considerando su localización --
dentro de una nave viajando por el espacio-- algo grande. Sorprendentemente la disposición era casi idéntica a la de nuestra antigua
casa --la que había sido demolida durante el ataque alienígena. Mientras mis padres amonestaban a mi hermano menor por sus
travesuras usuales, empece a temblar --el recuerdo de ese día asalto mis sentidos y empece a desvanecerme. Exhausto, me arrastre
escaleras arriba a mi cuarto y me dirigí a mi cama --necesitaba descansar. Había pasado demasiado durante los últimos dos y medio
meses sin realmente darme cuenta. Mi sueño fue profundo --me iba a tomar algo de tiempo acostumbrarme a las nuevas realidades que
ahora tenia que enfrentar.

Durante los siguientes días, Beki y yo vagamos por la gigantesca fortaleza explorando sus alrededores. Mis lugares favoritos eran los
puntos de observación. Mirar hacia la oscuridad del espacio sin nada mas que una lamina de Plexiglas entre nosotros y la muerte era un
sentimiento tétrico, uno que tomo algo de tiempo acostumbrarse. Al principio me paraba a cierta distancia del vidrio, con una mano
agarrando una silla, mi estomago revolviéndose ante la posibilidad de ser succionado al espacio me aterraba.

Beki, por el otro lado, era totalmente atrevida. Estaba claro que prefería pararse junto a la ventana, pero permanecía junto a mi lado,
pacientemente esperándome a que me armara de valor para que me acercara al vidrio. En poco tiempo me fue posible acercarme a la
ventana de observación son miedo y observar las operaciones de vuelo sin nigun estorbo. Durante los callados momentos cuando las
operaciones de vuelo eran lentas, podíamos simplemente maravillarnos de la enormidad del universo.

Aprendí muchas cosas durante esos días en el punto de observación. Las estrellas eran mil veces más brillantes de lo que eran en la
noche más oscura en la Tierra, y Rebeca se tomo el tiempo de señalarme todas las diferentes estrellas y constelaciones del cielo. Ella
era verdaderamente increíble.
Ver esos pequeños puntos de luz me dieron una gran perspectiva del mismo universo, y por primera vez en mi vida me di cuenta de
que no era una parte tan insignificante como alguna vez había pensado. Era un sobrio descubrimiento y me encontré que estaba
empezando a madurar.

Observar las operaciones de vuelo ara algo fascinante. La cubierta de despegue del portaaviones "Prometeos" era un increíble ballet.
Había leído acerca de esto en los libros, pero nunca antes había tenido oportunidad de verlo. Mientras un par de Veritechs habían
despegado Beki me dio una rápida lección de física.

"Sabes, es realmente increíble lo que hacen esos pilotos. Ellos despegan hacia la nada, y si algo sale mal, ellos vagaran por el espacio
para jamas oír de ellos otra vez," me hizo notar, sobriamente. "Admiro su coraje."

"También yo, Pero eres tú la que tiene el verdadero coraje," dije, frotando su espalda suavemente mientras ella miraba hacia el espacio.
"Tú has recorrido un largo camino, cariño. Uno muy largo, de hecho."

Sonrió a mi comentario en su manera cautivante, entonces se puso a discutir todo lo que ella sabia a cerca del universo. Demostró
saber lo suficiente como para llenar mil libros, y aun, este increíble tesoro de sabiduría no ensombrecía su maravillosa inocencia. Ella
era insaciablemente curiosa, preguntándome que le dijera todo lo que sabia acerca de volar aviones. Uno de sus sueños era convertirse
en piloto algún día, y prometí que si regresábamos a la Tierra la enseñaría a volar.

Mientras los días pasaban, me di cuenta de un cambio en mi --me había enamorado de Rebeca Casey. Mientras evaluaba la realidad,
descubrí que siempre la amaba, y que cada día que pasaba mi amor hacia ella simplemente crecía. Nunca antes había encontrado una
mujer con ganas de reír, tan fuerte de espíritu, deseando que sea protegida. Su coraje, cariño e inteligencia eran sin igual --su sola
presencia era una fuente constante de comodidad-- y me encontré jurando nunca dejarla.

Desde el día que la conocí, ella siembre había sido una chica afectuosa, y lo tomo como una señal de interés. Mientras tomaba su mano
en el punto de observación, me di cuenta de que tenia que aprovechar la oportunidad. Con rasposas palabras, exprese mis sentimientos
hacia esta chica increíble. Se sentó ahí silenciosamente, sin la más ligera expresión en su cara, sentí que había cometido un error. "Lo
siento Rebeca, no quería que--"

Me coloco un dedo sobre mi boca, y suavemente me ordeno que guardara silencio. Entonces se acerco y me beso ligeramente en los
labios. Mientras la sostenía firmemente, me murmuro a mi oído, "Estaba preguntándome cuando llegarías a este punto."
Sonreí incontrolablemente, una onda de euforia me lleno mientras la abrazaba. No podía dejar de sonreír ante el pensamiento de estar
con ella. Debe ser un sueño, pense, mientras nos dirigíamos a su casa. Las cosas no podían haber pasado mejor. Repentinamente, y por
ninguna razón aparente, se retiro de mí.

"¿Que paso?" Pregunte, preocupado.

"Tengo algo en mi zapato, bobo."

Reí. "Creí que habías cambiado de opinión."

"Bobo, Yo nunca haría eso," agrego antes de acercarse a mí y abrazarme fuertemente alrededor del cuello.

"Vamos. Tenemos que llegar a tu casa."

Puse mi brazo alrededor de ella y nos dirigimos hacia su casa. Mientras caminaba por la ventana mirador vi un par de Cazas Veritech
despegar de la cubierta del Prometeos. Mis pensamientos brincaron por un instante ante la imagen del Tte. Brubaker. Tenia que
encontrarlo y agradecerle lo mas pronto posible.

"Mañana," Dije en voz alta.

"¿Qué?" me dijo. uenta de mi turbación, "Oh, algo que tengo que hacer," dije, mientras caminábamos por la acera hacia las tiendas
cerradas de Ciudad Macross.

Desperté esa mañana y me puse mi mejor juego de ropa. Nervioso y ansioso ante el prospecto de encontrarme con el hombre que tan
valientemente salvo mi vida, empece cantando en voz alta. No sabia que decirle aparte de "gracias" pero esperaba que fuera suficiente
para iniciar las cosas --iniciar un dialogo con un extraño no era una tarea fácil. Mientras buscaba mi cartera --la que siembre perdía--
me sorprendí ante el sonido del timbre de la puerta. Brinque, la adrenalina recorría mis venas y corrí hacia la puerta para ver quien era.
Mientras observe por el mirador mi una cara elegante y con el cabello corto.
Abrí la puerta y salude al piloto que estaba parado delante de mí. "Buenos días, señor. ¿Le puedo ayudar en algo?"

"Si usted puede. Soy Bill Brubaker. Usted debe ser Jeff," me dijo extendiéndome su mano.

"Si, señor, yo soy. Yo-yo... estaba a punto de..." alcance a decir.

"¿Puedo pasar?" me pregunto el piloto.

"Por su puesto, por favor," le dije, permitiéndole el paso. "¿Puedo ofrecerle algo de beber, señor?"

"No gracias," dijo.

"Teniente, deseo agradecerle por salvar mi vida," comente. "Y la de Beki también, señor. Realmente estoy agradecido."

"Levanto su mano hacia mí y me hizo que me detuviera. "Olvídalo, chico. No fue nada. Si estuviera cuatro segundos antes, ustedes no
hubieran sufrido todo eso."

"Oh, olvide eso, señor. Si usted no se hubiera presentado seguramente estaríamos muertos," insistí.

"Bien, es agradable que ustedes hayan librado este evento," dijo.

"Si señor. No fue un ligero problema. De hecho hago ruidos cuando camino," dije sonriendo, "Y Beki rechina a cada paso."

Lo dos nos reímos.

"Ahora pasemos a un asunto serio, Jeff. Entiendo que quieres ser un piloto de combate, ¿Es cierto?," me pregunto.

"Mas que nada en el mundo, señor. ¡Mas que nada!" grite, levantándome de mi silla.

"Bueno, aquí esta la pista chico. Tu padre me comentó que tu me debes una deuda de alguna clase u otra," dijo. Lo que era totalmente
cierto. Me sentía como si nunca pudiera saldar mi deuda con él.
"Así es señor. No se como pagarle a usted," le dije.

"Bueno, conozco una manera, hijo. Y no va a ser fácil, y tal vez sea peligroso, pero conozco una manera," dijo calladamente.

Mi estomago se ajusto anticipadamente.

"Únete a la RDF, hijo. Necesitamos toda la ayuda que sea posible, y tú eres el tipo de persona que necesitamos. Fuerte, ansioso,
dedicado. He revisado tu historial, chico, y es muy bueno. ¿Así, que dices? ¿Me podrás ayudar?" me preguntó.

"Bien señor, me gustaría pero..." mi voz se corto.

"Bien, ¿qué?

"Señor, con mi vista nunca me dejaran volar. Si no puedo ser un piloto..."

"Olvida eso. Necesitamos pilotos. Pilotos inteligentes. Pilotos atléticos. Pilotos ansiosos. Para ser sincero, no tenemos el tiempo o los
recursos para continuar con esas ¤o¤erias. Si puedes ver con lentes eso es todo lo que necesitamos," dijo, su voz aumentando de
volumen.

"Quiere decir, que yo puedo..."

"¡¡Si!! ¡Tu puedes! Jeff, esta es tu oportunidad de realizar tu sueño."

"¡¡Yahoo!!" grite, lanzándome sobre la mesita del café. Abrace al Teniente con toda mi libertad "Dios, si. Gracias señor, Gracias,
Gracias, Gracias"

Él rió. "No hay problema chico."

"Entonces, ¿Donde firmo?" le pregunte, dando un paso hacia atrás.

"Enviare a alguien que hable contigo mañana, ¿Qué te parece?"


"Perfecto, señor. Oh vamos. Gracias" dije, estrechando la mano de Burbaker.

"Ya sabes chico," dijo, mirando hacia su reloj. "Bien, es hora de retirarme, Estaré en contacto."

Y con eso se retiro. El sueño de mi vida llegó a su cima más alta. Alcance el teléfono y le llame a Beki --tenia que compartir las buenas
noticias con ella.

Esa noche no pude dormir bien.

La siguiente mañana me visito un hombre de la oficina de reclutamiento de la RDF.

"Hola. Jeff Framton, ¿Correcto?" me pregunto de facto.

"Si señor, yo soy."

"Soy el Sargento Hughes. El Tte. Brubaker me dijo que lo encontraría aquí. Si no le molesta acompáñeme por unas cuantas horas, los
registraremos y estará en camino.

Me señalo el asiento del pasajero de un jeep verde oscuro, señales de la RDF rotuladas en cada lado. Mientras recorríamos por el
pueblo, un sentimiento de temor empezó a formarse. No mas estaría bendecido con el lujo de no tener responsabilidades. Ahora estaría
forzado a convertirme en un hombre --un prospecto que miraba con trepidación.

Alcanzamos la puerta principal que dividía las porciones civiles y militares del SDF-1. Battloids y Destroids gigantes (la maquinaria
terrestre de la RDF) vigilaban el perímetro cercado. Un policía militar nos revisó mientras el Sargento mostraba su tarjeta de
identificación, y nos dirigimos hacia un camino de tres carriles. Mientras pasábamos por varios edificios, vi batallones de hombres --la
mayoría jóvenes como yo-- marchando y practicando por todos lados. Me llegó un sentimiento de remordimiento. ¿Había tomado la
opción correcta? ¿Realmente deseaba convertirme en un piloto caza, después de todo? El pensamiento de correr a través de la presión
de un instructor de campos sobre-experimentado no parecía llevarse bien conmigo. Aun así, suprimí mi deseo de gritar y mordí mi
labio inferior. "Tu puedes hacerlo," pense. "Tu puedes hacerlo."
Nos acercamos a un pequeño edificio, de paredes blancas y techo rojo. UN letrero rojo anunciaba con letras amarillas "Oficina de
Reclutamiento" Seguí al Sargento hasta una pequeña sala de espera con sillas rojas, un piso de mosaicos blancos y negros, paredes
blancas y fotografías de cazas Veritech colgando por todos lados. Las cosas no parecían haber cambiado de este lado de la cerca.

"Jeff Framton va a ver al doc," Hughes le dijo al hombre detrás del cristal.

"Muy Bien, no haremos cargo de él," respondió el oficial.

"Nos vemos por aquí, Framton," me dijo Hughes mientras salía por la puerta.

Me senté estupefacto. "¿Eso es todo?" me pregunte. "Vaya. Es demasiado para un servicio amigable," murmure.

Me senté ahí por algo que fue horas, empece a contar los mosaicos cuadrados en el piso. Sentí como si fuera un ignominioso inicio
para la carrera de un piloto de combate. "Parece que cuesta trabajo obtener un verdadero trabajo," murmure.

"¿Qué fue eso?" dijo una feliz voz al otro lado de la esquina.

"¿Señor?" aventure.

"¿Cuesta trabajo obtener un verdadero trabajo, huh? Permíteme decirte esto, chico, ser un piloto de combate es el único trabajo por
aquí. Soy el Jefe Meeks. Llámame Doc. Estoy aquí para revisarte, hijo," dijo el hombre querúbico y de cara redonda, un ojo miraba
extrañamente hacia otra dirección. "Acompáñame, por favor."

Lo seguí silenciosamente.

Súbete a la tabla por aquí," me dijo, señalándome hacia la tabla de revisión en el centro de la habitación. "Así que quieres ser un piloto
de combate, ¿Eh?" preguntó.

"Si señor. Mas que nada en el mundo, señor."


"Si. Ya había oído de ti del Tte. Brubaker. Él a jalado muchte aquí. Tiene un boleto directo para ti --si pasas todas tus pruebas y
demás," dijo el doc, apuntando su dedo gordo hacia mi cara.

"Bueno, señor, espero que lo logre," alcance a decir.

"Tú lo lograras hijo. Solo mantén tu boca callada y tus oídos abiertos y estarás bien. No te ofrezcas de voluntario para nada. Espero
que disfrutes correr, hijo. Ya que harás mucho de eso. Inhala," dijo colocando su estetoscopio en mi pecho.

"Cielos, doc, ¿Realmente colocan estas cosas dentro de un refrigerador antes de usarlos?" comenté, con un escalofrío recorriendo mi
cuerpo.

"Claro que si. Es una excelente manera de probar tus reflejos. Suéltala," dijo no galantemente. Esta era parte que mas temía. "Tose."
Tosí, "Otra vez, pero no sobre mí."

"Lo siento, doc."

"Algún día voy a aprender a decirles que volteen sus cabezas primero," dijo, limpiando su mejilla con una mano.

Después de sobrevivir mas revisiones --y una serie de exámenes cardiovasculares, de reflejos y otras cosas-- me fue posible pasar a la
siguiente etapa.

"Buena suerte chico," me dijo el Doc, estrechando mi mano. "Llévales el infierno."

"Lo haré señor. Gracias"

Y con eso fui enviado a mi siguiente etapa.

Después de completar una serie de exámenes analíticos, oculares, de oído y de salud, estaba listo para regresar a mi casa. El Sgt.
Hughes me encontró en la Oficina de Reclutamiento y me llevo a la casa.
"Repórtate a tu deber mañana, 0600 horas, en la entrada de la base. Asegúrate de traer tu cepillo de dientes. Asegúrate de despedirte de
tus amigos. No vas a ver a nadie durante ocho semanas. Buena Suerte." Con eso, se fue --como muchas otras personas en mi vida. Una
cara con un nombre. Una que jamas volvería a ver otra vez.

Capitulo 8 - Forjando Espadas

Pase mi ultima noche como civil con Rebeca, Caminamos brazo con brazo por las calles de Ciudad Macross. Podía decir que caminar
todavía le causaban mucho dolor --aunque nunca se quejo-- y decidí encontrar un lugar callado para sentarnos y relajarnos. Revisaba
mi reloj una y otra vez mientras caminábamos, contando las horas, minutos y segundos de libertad que me quedaban, Me estomago
estaba hecho nudo ante la urgencia de vomitar se atoraba en mi garganta. En corto. Era una ruina nerviosa.

"Cielos, Case," dije, llamándola por mi apodo para ella. "Estoy absolutamente aterrorizado."

"No lo estés, Cariño, este es tu sueño. Todo lo que querías esta a tus pies. Todo lo que tienes que hacer es tomarlo" exclamo. Su
confianza en mi era mucho mayor que la que tenia para mí. Claramente ella veía algo en mi que yo no podía.

"Tengo miedo de que no lo logre," me lamenté. "Rayos, todavía soy muy joven."

"Tú eres mucho mas que eso, Jeff. Tu ya sabes volar por el amor de Dios. Eso es mas de lo que el noventa por ciento de los otros
pueden decir. Además, los aviones son tu vida. ¡Tu puedes manejar todo! Todo lo que tienes que hacer es querer hacerlo," dijo.

"Solo he sido piloto desde mayo, cariño. Rayos, apenas tendré cincuenta horas, y ninguna fue en aviones complejos."

"¡Pero eso es mas que nadie! Si ellos pueden enseñar a un chico de la calle como volar, entonces es seguro que ellos te pueden enseñar
a ti. Tu estas mas adelantado en el juego, Jake," dijo, alcanzando mi mano, "Tengo fe en ti. Sé que lo lograras."

La mirada en sus ojos me inspiraron. "Gracias cariño," aspire, "Oh rayos," exhale, mirando mi reloj.

"¿Qué?" me pregunto, sus ojos entrecerrados.


"Se hace tarde. Voy a tener que llegar a mi casa y reunir mis cosas."

"Oh, Jake," dijo, arrimándose mas a mí. "Desearía que pudiéramos detener el tiempo."

"Si, yo también," dije, levantándome de la banca. "Yo también."

Caminamos por el parque y nos dirigimos por la calle principal de Ciudad Macross. Camine lentamente para aligerar el dolor que
todavía surgía de las heridas de Beki. Mientras llegamos a su casa me encontré con dificultad para caminar, mientras que el peso que
había colocado sobre mis hombros se había convertido en mas de lo que pudiera soportar. De tanta gente --especialmente el Tte.
Burbaker-- habían mostrado sus cuellos por mí. No podía defraudarlos.

"Me imagino que te veré hasta dentro de ocho semanas, Case," dije, parado junto a ella en la acera.

"Me acercare a la cerca para verte todos los días," ella dijo.

"No te molestes si no puedo saludarte," dije, forzando una sonrisa.

"No lo haré, bobo," me dijo, golpeándome en las costillas.

"Creo que este es el adiós, por ahora."

"Adiós por ahora," ella dijo.

Nos besamos bajo la luz de luna artificial por lo que fueron minutos, aun así parecían segundos, solamente. Estaba cubierto de miedo y
de soledad pendiente, y cuando nuestros labios se separaron, la sostuve con los brazos estirados. "case, tengo que decirte algo..."

Ella me miró a mí, con una expresión consternada en su cara.

Mi voz tembló incontrolablemente mientras decía las palabras. "Te amo, Rebeca Jane Casey."
Sus ojos se abrieron, y una sonrisa se formo en sus labios delgados. "Yo te amo a ti, también, Jake" me dijo, y me beso y abrazo
fuertemente.

Nos mantuvimos así por un largo tiempo, no queriendo dejar partir el uno al otro. Finalmente con un suspiro final, me separe
lentamente. Y ella se dirigió para entra a su casa, tome su mano en desesperación.

"Permanece conmigo Beki. Por favor."

"¡Jake! No podemos hacer eso. Mis padres..." dijo señalando con su cabeza la habitación de sus padres.

"Olvídate de tus padres. Están durmiendo. Ellos nunca se darán cuenta. Además, somos adultos," dije con una convicción recién
encontrada. Entonces, casi rogándole, "Y por lo que realmente vale... No deseo estar solo. Por favor, no quiero dejarte."

Sus ojos miraron hasta la profundidad de mi alma. Ella entró nerviosamente en su casa, y entonces, sin decir ninguna palabra, tomo mi
mano y me llevo a su habitación. Cerro la puerta calladamente y la acerque a mí, besándola suavemente. Un escalofrío recorrió mi
espina mientras nos desvestíamos el uno al otro. En esa callada noche de septiembre, rodeado por los horrores de la guerra, aprendimos
lo que significa dar y recibir uno de los regalos más preciosos de la vida, mientras el SDF-1 transitaba incansablemente por el cosmos.

Esa mañana llegue a la puerta principal y me reporte con el oficial a cargo.

"Por aquí," dijo, gruñendo, señalando en dirección de un grupo de personas paradas en la cerca de la base.

"Gracias, señor," conteste, dirigiéndome en dirección al grupo de adolescentes. Observe sobre la cerca y me pare ahí. Una
conversación nerviosa estaba en progreso mucho antes de que yo llegara.

"Oí que son realmente duros con los nuevos reclutas," sonó la voz de un joven de cabello azul.

"Si, yo oí que realmente le dan una paliza al que remotamente arruina cualquier cosa," dijo otra voz.
"¡Ja! Bueno, yo no estoy muy preocupado por eso, Los instructores pasan por mí como agua por la espalda de un pato" exclamo un
adolescente robusto, de cabello castaño.

La conversación continuó hasta que, sin ningún aviso, llegó una estruendosa voz.

"¡Muy bien revoltosos! ¡Muévanse! ¡Por aquí, YA! ¡Quiero tres líneas de aquí hasta allá!" ladro el sargento furiosamu izquierda hasta
su derecha. "Muévanse, muévanse, ¡muévanse flojos! ¡No pierdan el tiempo! ¡No tengo todo el maldito día! ¡Muévanse! ¡Muévanse!
¡Muévanse! ¡Muévanse! ¡Muévanse!

Todos nos movimos rápidamente (o eso creíamos).

"¡¡Paso redoblado... paso!!" exclamó. Con mirada tonta nos miramos el uno al otro preguntándonos que teníamos que hacer... Él
exploto.

"¡¿Cuál es su maldito problema gente?! ¡No tengo todo el día! ¿No saben lo que 'paso redoblado' significa?" Nos grito. "¡Por Júpiter!
¡No puedo creerlo! ¡Creo que me va a dar un ataque al corazón!" rugió golpeándose el pecho. "Voy a sentarme. ¡Creo que ustedes son
endemoniadamente estúpidos como para ser pilotos de combate mas con los cerebros que aparentan no tener! ¡Sus mamás no van a
estar aquí para cuidarlos pedazos inútiles de mierda y explicarles que significa todo! --¡¡Así que averígüenlo por ustedes mismos!!

Temblé. Recordé el consejo de Doc de no ofrecerme voluntario para nada, pero como parecía que era el único que sabia que estaba
pasando, decidí que era mejor hablar, lo menos era que me pararan enfrente de la puerta principal todo el largo día. "Muy bien gente,
háganlo así," empece.

"Bueno ¡¿Qué tenemos aquí?!" atormentó el Instructor. "¿Cuál es tu nombre, cariño?"

"Framton, Sargento." Replique, friamente.

"¡¿Sargento? ¿Sargento?! ¿parece que soy un maldito sargento para ti, chico?" me rugió. "¡¡Cuente las barras, señor!! ¡¡Veo cinco!!
¡¡Eso me hace un 'Sargento de Armas'!! ¡¡No había sido llamado sargento desde la ultima vez que uno de ustedes, idiotas, me llamo así
y tumbe todos sus dientes!!"
Temblé un poco mas.

"¿Cuál es tu problema, bebe? ¿Vas a empezar a llorar ante mí? No llores chico. Regresa ahí y termina tu lección, cariño. Acabas de ser
nombrado guía del batallón. ¡¡Muévete!!

Volví al frente del grupo y les explique los que 'paso redoblado' significaba y como ejecutarlo, y antes de que me diera cuenta
estabamos corriendo --bolsas en la mano-- al centro de proceso. Ahí fuimos medidos para los uniformes y nos asignaron nuestras
barracas. Fui asignado a la Compañía Delta, Primer Batallón. Marchamos hacia nuestras barracas y nos entregaron nuestros cuartos.
No como pensaba como era la disposición de nuestras barracas --una área que se alargaba a lo largo de la barraca con camas (catres) a
ambos lados-- fuimos asignados dos a cada habitación, y cada cuarto unido por un pequeño baño. Era habitable a primera vista --
aunque no tenía mucho tiempo para pensar en ello.

"Escuadrón Gusano, ATENCION," llego la orden con acento grueso.

Los ocho miembros de la Compañía D, 3er Escuadrón inmediatamente golpeo las paredes en cada lado de nuestras respectivas puertas,
haciendo lo mejor para mantener un semblante de la posición de atención.

"Soy su líder de escuadrón, Sargento Moreno. Pueden dirigirse a mí como 'Sargento Moreno' o 'Señor Moreno'. Respuestas a mis
preguntas serán 'Si, señor' y 'No señor'. Cualquier otra respuesta que las listadas previamente resultaran en su directa ejecución. ¿Esta
claro?" Pregunto.

"¡Si, señor!" rugimos.

"Muy bien. Primera cosa que tienen que recordar, Gusanos: cuando cualquier personal militar mayor se encuentre en una habitación
deben pedir permiso antes de entrar. ¿Entendieron?

"¡Si, señor!"

"¡¡¿Qué?!!"

"¡¡SI, SEÑOR!!"
"Excelente. Tomen sus porquerías y estén listos. ¡Muévanse!"

Corrimos hacia nuestros cuartos y tomamos nuestro equipaje. La confusión era sobrehumana mientras nos dirigíamos hacia el pasillo
hasta llegar a una escalera. Un sonido alto de gritos y ladridos me consumieron. Estaba mas allá que desorientado.

"¡Aquí! Tomen esto," ordeno el Sgt. Moreno. "Esta es 'La Guía'. Aquí les dice todo lo que deben saber acerca de ser un miembro de al
RDF. Léanla, memorícenla, conózcanla. ¡Conozcan cada pedazo de ella! ¡Llévenla a donde vayan y no la olviden por ninguna razón!
¡¡¡Lean 'La Guía'!!!"

La abrí y empece a leerla.

"¡¡A ver señorita!! ¡¡Este no es un grupo de bordado!! ¡¡Léela así!!" rugió, manteniendo su mano tres pulgadas enfrente de su cara
mientras se paraba derecho. Lo hice como me dijo y el se recorrió a la siguiente víctima.

Uno por uno fuimos ordenados en lo que se refería el "Salón de la Botana". Me preguntaba que quería decir eso. Probablemente un
lugar donde nosotros los cadetes éramos masticados por personal militar mayor.

Mi turno llegó. "¡¡Siguiente!!" requirió una voz. Entre en la habitación.

"¡Pequeño pedazo de basura! ¿No pediste permiso de entrar? ¿Huh? ¡¡Al suelo gusano!! ¡¡Quiero cincuenta lagartijas, ahora!!" ordenó
la voz.

Estaba en el infierno. En mi vida quizás había reunido el gran total de doce lagartijas --y siendo generoso-- y aquí tenia a este gordo
gorila ordenándome a hacer cincuenta. Tenia el sentimiento de que había hecho mas antes de que mi pesadilla se terminara.

Termine mis 50 lagartijas y permanecí en el suelo.

"¿No vas a pedir permiso para levantarte'" llego el requerimiento.

"¡¡Permiso para levantarme, señor!!" rugí.


"Levántate gusano, Ven para acá."

Me moví rápidamente a la orilla de la mesa donde un joven Sargento se sentaba. Mis bolsas me fueron retiradas y su contenido fue
inventariado. Todo, excepto mi ropa interior, zapatos, calcetines, libros y juego de afeitar fue regresado a mi bolsa y colocado en una
pila con otras bolsas, mochilas, etc.

"Obtendrás tus cosas cuando tu entrenamiento haya terminado," dijo el Sargento. "¡Siguiente!" grito, señalándome la puerta que me
llevaría al pasillo. Ahí, me reuní con el resto de mis compañeros y otra vez empece a memorizar La Guía. Iban a ser unos meses
interesantes, de eso estaba seguro. Extrañamente, me olvide por completo que había una gigantesca guerra alrededor de mí. Pero
entonces, creo que esa era la idea, aunque no lo sabia en ese momento...

Esa noche nos formamos afuera de nuestras barracas. Estabamos a punto de conocer nuestro sargento de batallón. La manera como
trabajaba la RDF no era la misma que en los servicios armados tradicionales. Cada compañía era dirigi da por un instructor de
practicas (IP). A sus ordenes estaban los miembros de los Cuerpos de Entrenamiento (CE) quienes vivían en nuestras barracas y
estaban a cargo de nuestro entrenamiento. Los Cuerpo de Entrenamiento estaban formados en su mayoría por oficiales de la RDF y
ONC (Oficiales No Comisionados) que habían sido heridos y no estaban en forma para deberes de combate... Si un miembro de la CE
estaba simplemente esperando el regreso a sus deberes entonces su asignación era temporal. Para otros, sin embargo, heridas de una
naturaleza mayor significaba que su posición en el CE era permanente, y la amargura que esto les causaba era ventilada hacia los
nuevos cadetes.

Mientras escuchábamos parados a nuestro Instructor de Practicas (IP) empece a pensar en la casa --y una manera de llegar ahí. El
sermón del IP lo olvide. La única línea que recuerdo fue la ultima: "Higiene es próxima a Dios y estamos muy seguros de que no
queremos ateos aquí."

Mientras marchábamos de salida, vi algo por la esquina de mi ojo. Un hombre de cabello castaño, no mayor de los veinte, se detuvo
cerca de nuestro batallón. Mientras se volteaba para vernos note la razón de su melancolía --una férula cubría completamente su pierna
de bajo de la rodilla. (Después descubrí que el controlador de la pista del Prometeus fue herido mientras sacaba a un piloto de su
Veritech destrozado durante un ataque alienígena. Aparentemente conservar su pierna pareció ser un milagro, no mencionado que
había sobrevivido. Su valor fue en vano, ya que el piloto habia fallecido cuando se estrello)
"Mi nombre... es Sargento Hines. Son de mi propiedad ahora. Durante los siguientes 60 días voy a convertir sus vidas en el mismo
Infierno. Ustedes van a tener mas miedo de mí que de la muerte. Sugiero, que si alguno de ustedes tiene un problema con esto... ¡¡Me
vale un soberano cacahuate!! ¡¡Cualquiera que me de algún problema tendrá esta férula enterrada por detrás!! ¿Entendieron?" rugió.

"¡¡Si, señor!!"

"Bien. Hoy vamos a aprender a marchar. Así que hagan lo mejor en poner atención. Me vuelvo muy impaciente repitiendo lo mismo."

Durante cinco horas sufrimos durante el ejercicio sin ningún descanso, y esa noche, me dolían los pies ampollados, me sentía
adormecido antes de tocar la almohada. Las palabras de Brubaker bailaban en mi cabeza esa noche. "No va a ser fácil..." Que ciertas
eran.

La siguiente semana estuvo formada de darnos sermones en procedimientos militares apropiados, específicamente ordenes de
practicar. Marchábamos a todos lados --a comer, por nuestro equipo, cortes de cabello, etc., etc., etc. --y a esos lugares a donde no
marchábamos, corríamos.

Como el miembro mas alto de mi escuadrón, marchaba directamente detrás del Sgt. Moreno. Como Joe Burkett, Moreno fue alguna
vez un boxeador de Guante Dorado. Él era terriblemente feroz, y era obvio que la guerra que teníamos enfrente era una inconveniencia
para él, ya que había interrumpido su carrera de boxeador.

Esto era evidente en la manera como trataba a uno de nuestros miembros, Abel Honigsblum. Abel era, bueno, obeso. Y no lo ayudaba
el que fuera tan inteligente como una caja de martillos. No era realmente su culpa, pero su "condición" inmediatamente atrajo la
atención del Sgt. Moreno. Una tarde estabamos marcando nuestro equipo con el juego de estampado, de manera que nuestro equipo
estuviera identificado. Moreno llamo a nuestro escuadrón a formación. Y en segundos estabamos alienados en atención, y como
siempre, Abel era el ultimo en salir. Moreno estaba furioso.

"¡¡Honigsblum!! ¡¿Por qué siempre llega tarde?!"

"Eh... eh... señor..." Tartamudeó Abel.


"¡Eres un mendigo panzón Honigsblum!" explotó Moreno. Entonces desapareció un momento y reapareció con el juego de marcar de
Abel.

"Tu, mendigo panzón," le dijo. "¡Miren a esto todos!" ordenó Moreno.

Miramos y observamos como moreno tomo la insignia de Honigsblum en una mano y estampo "MENDIGO PANZON" en él con el
marcador de estampas.

"A partir de ahora, tú eres 'Mendigo Panzón' Honigsblum. Si alguien te llama 'Mendigo Panzón' ¡Tu contestaras!" le grito en su grueso
acento Mexicano, antes de proceder a estampar su frente, camiseta y el resto de su ropa. Entonces, tomando ala insignia de
Honigsblum con una mano y retorciéndola a la mitad, ocultando la estampa. "¿Cuál es tu nombre Honigsblum?" le rugió. "Eh... eh...
Soy 'Maldito Panzón'" volvió a rugir imitando a Honigsblum perfectamente. Mientras moreno soltó su mano, la insignia de
Honigsblum se abrió y mostró su nuevo sobrenombre a todos. El pobre chico se veía tan patético que era difícil reír de el, pero también
se veía tan ridículo que era difícil no hacerlo.

A partir de ese momento hice lo mejor para evitar a Moreno.

Durante el entrenamiento físico de la mañana, Moreno frecuentemente actuaba como guía del batallón. Esto significaba que tenia que
marchar como líder de escuadrón del tercer escuadrón, inmediatamente detrás de Moreno. Durante la carrera, Moreno marcaba el paso
como guía y era mi trabajo mantenerlo con él, después de todo los demás lideres de escuadrón se alineaban en base a mí. Era miserable
y mi pecho me lastimaba constantemente. Pense que seguramente tendría un ataque cardiaco, Moreno corría tan rápido. El estaba
haciéndolo para quebrarme y me tomaba cada gramo de fuerza para mantenerme de pie en cada vuelta de la base. Un día, mientras
corría por la cerca divisora, estaba en el limite del colapso. No podía sentir nada mas que mi corazón a toda maquina y mis pulmones
adoloridos. Cuando empece a caer me robe una mirada a mi perímetro y vi a mi devota Rebeca parada ahí, observando, con las manos
agarrada a los hilos de la reja. El saber que ella estaba ahí con su mirada fija en mi me reanimaron. Ignore el dolor en mi pecho y seguí
adelante.

Tres milla. Cuatro millas. Cinco millas. Y seguíamos corriendo. Cada semana la distancia crecía, y cada semana Moreno corría más
rápido. Lagartijas, Abdominales. Memoriza La Guía... ¡¡¡¿Cuál es su problema señor?!!! Artes marciales... ¡¡Derecha, Izquierda!!
Clavados, acrobacia, gimnasia... limpiar las barracas... ¡Firmes para inspección! ¿Qué es lo que estas mirando? Nada, señor. ¿Me estas
llamando nada, gusano resbaloso? ¡Al suelo y dame cincuenta! Hora de boxeo con el Sgt. Hines... Nariz sangrante...

Parecía todo borroso. Cada momento estaba ocupado. Muchas veces durante esas primeras semanas me forzaba por dormir. Muchas
veces durante nuestro entrenamiento, mi compañero de cuarto, un Tejano alto y musculoso llamado Waylan Green, tomaría la culpa de
mis errores, diciendo que el hizo un mal trabajo de barrer en lugar de mí. Un guapo joven con características propias de una estatua
Griega, sus pequeños sacrificios durante esas ocho semanas de infierno fueron suficientes para permitir a mi cuerpo torturado
recuperarse mientras se ponía a tono nuestra relación y su vida.

Beki hizo su parte también. Nos escribíamos todos los días, y mantenía una fotografía de Rebeca en la pared de mi casillero, escondida
entre capas de camisetas. Sus cartas durante este tiempo fueron una fuente constante de coraje. Las leía una y otra vez. Ella expresaba
su amor y confianza en mi y me forzaba a seguir intentándolo aun cuando sentía que no podía continuar más.

La fe que Waylan y Rebeca habían puesto en mi no fue desperdiciada, ni tampoco, fue cuando note un cambio en mi. Encontré que mi
pecho me lastimaba cada vez menos y menos. Mis reacciones a las ordenes se volvieron automáticas. No tenía que pensar cuando Hine
gritaba "¡Derecha...!" Estaba siendo formado como el acero fino y empece a tener la confianza que se obtiene cuando se cumple
exitosamente un reto.

Los días empezaron a volar rápidamente, y antes de que me diera cuenta, la pesadilla había terminado.

"¡Felicidades hombres! ¡Lo Lograron!"

Estabamos en la escuela del aire.


Parte II: Enciendan las máquinas
Capitulo 9 - Valkyrie

La diferencia entre campo de entrenamiento y la escuela de vuelo era como la noche y el día. Fui asignado al Escuadrón Dos de
Entrenamiento Avanzado, y gracias a mi actuación fui promovido a Cabo. Entre todos ya estaba adelante del promedio, y usaba mi
nuevo galón con orgullo. Para ser mas presumido, me fue confiado el poder de la autoridad. No era mucho, pero era un comienzo.

La escuela de vuelo era similar al campo de entrenamiento en un aspecto: era absolutamente rigurosa. Pero los rigores de la escuela de
vuelo eran muy diferentes a los del campo de entrenamiento. Aquí no se enfatizaba en formar un cuerpo, sino en afilar la mente.
Durante nuestras primeras sesiones de clase aprendimos algunos de los secretos de la Tecnología Robótica, Robotecnología o
"Robotech", una tecnología alienígena altamente compleja descubierta en los bancos de memoria del SDF-1 después de que se había
estrellado en la Isla Macros en 1999. Después de un periodo de prueba y error, La robotecnología se convirtió en una ciencia que
permitió a la humanidad onstruir las armas más letales que jamas había imaginado, incluyendo nuestro as bajo la manga, la serie VF-1
de Aviones Caza Veritech.

Después de nuestra corta introducción a la ciencia detrás de nuestras maquinas, las sesiones se volvieron mas intensivas. Cada día
estaba lleno de estudios detallados de operaciones de navegación en el vacío maniobras, administración de energía, despegues y
aterrizajes, navegación. Las mas profundas e importantes instrucciones concernían la administración de combustible y energía. Y
nuestro instructor, el veterano de la Guerra Global y piloto as, Mayor Paul Chapman, nos repetía una y otra vez: "El combustible es
dinero liquido que puede ser fácilmente convertido en ruido. El único momento en que van a tener demasiado es cuando estén en
llamas." Todos nos reíamos ante su comentario por sus palabras eran mortalmente serias. Aunque nuestros cazas eran propulsados por
reactores orgánicos de fusión -a través de un proceso alienígena que todavía o entendíamos- lo que nos daba un alcance virtualmente
ilimitado en una atmósfera, había un limite de que tan lejos podíamos llegar mientras volábamos en el vacío. Quedarse sin combustible
(reacción en masa en el espacio, haría derivar hacia la oscuridad, para jamas volver a ser oído.

Los niveles de agotamiento necesitaban de un silabario de entrenamiento abreviado. Las cosas no iban bien para los escuadrones de
vuelo del SDF-1, y nuestro enemigo nos estaba dando nuestra primera lección de operaciones de combate en el espacio. Por cada cinco
pilotos entrenados, nosotros perdíamos casi cuatro, y con una curva de aprendizaje de casi dos años para entrenar completamente un
piloto Veritech bajo condiciones normales, no le hubiera tomado mucho tiempo al SDF-1 quedarse sin pilotos. Estas eran todo menos
circunstancias normales, aun así, cambios drásticos se hicieron en poco tiempo.

Debido a la situación de época de guerra y el radio precario de bajas tuvimos que recibir casi dos años de entrenamiento en solo diez
semanas. Esta fue realizada al remover ciertas partes del silabario de entrenamiento usual de os pilotos, la mayoría eran relacionados
con la atmósfera (sobrevivencia, escape y evasión, vuelo atmosférico, etc.). Como nuestras operaciones estaban restringidas al vacío
por el momento, no era importante para nosotros en ser eficientes en vuelos atmosféricos. El tiempo adicional de entrenamiento fue
realizado en los simuladores, los cuales tenían un ciclo mas alto que en los entrenamientos normales. Las operaciones serian discutidas
y platicadas en el salón de clases, pero en vez de ser demostradas en una nave con un instructor, lo mas que podíamos aspirar era
hacerlo en el simulador.

Esto no quiere decir que el entrenamiento era mas sencillo. Al contrario. Las horas eran largas y torturantes, y el tiempo libre era
mínimo. Durante nuestro entrenamiento se esperaba que aprendiéramos cada aspecto de los procedimientos de nuestras nuevas naves y
pasar incontables horas en las bahías mecánicas revisando cada pulgada de los Veritechs en las áreas de mantenimiento. Para poder
absorber tanta información en tan poco tiempo, pasaba estudiando casi todas las noches en mi cuartel, hasta que la luz solar artificial
empezaba a asomarse por mi ventana, Aun así, a pesar de lo exhausto, empezaba a entender, y una de las partes mas difíciles del
entrenamiento -navegación astral- se convirtió en una de las mas interesantes para mi.

En navegación astral teníamos que aprender a ubicar nuestra posición en relación con las estrellas en un instante. Nuestra instructora,
Kelly Trolinger -la mujer mas bella si alguien tenia que ser- era una maestra exigente y sus exámenes eran infernales. Durante nuestros
cuestionarios diarios éramos colocados bajo un domo (planetario) y nos mostraban vistas breves de la forma del cielo en cada ángulo
posible. En nuestros cuadernos debíamos anotar nuestra localización en relación con un punto fijo en el espacio. Waylan Green y yo
nos sentábamos juntos durante estas sesiones para competir quien tenia primero la respuesta, la primera persona que terminaba
golpeaba al otro con su mano. Era una practica excelente y rápidamente me convertí en un maestro -esta habilidad, sin lugar a dudas,
fue una de las razones por la que sobreviví durante todo este tiempo.

Una de nuestras fases mas reveladoras de nuestro entrenamiento consistían de fisiología aérea. Cada seis meses, se requiere que los
aviadores militares completen este importante programa de entrenamiento. Nuestro entrenamiento iniciaba con un sermón de los
efectos de la cafeína, azúcar y comida chatarra en la condición física de una persona, y los síntomas y peligros de la hipoglucemia e
hiperglucemia. Fuimos avisados en términos no seguros de que una taza de café y un rol de canela no era una buena manera de
empezar el día, y que esa practica durante un cierto periodo de tiempo, podía ser la causa para desarrollar uno de los dos padecimientos
mencionados anteriormente. Acondicionamiento era enfatizado, y nos enseñaron que una de las mejores maneras de aumentar las
oportunidades de sobrevivir un combate aéreo era estar en buena condición física.

Una vez que las sesiones de clases se acababan, pasábamos el resto del tiempo en los simuladores, rápidamente fui elegido como el
primer miembro de mi clase para volar en el espacio. El día de mi primer vuelo estaba, naturalmente , cargado de ansiedad nerviosa. El
instructor de este vuelo era un capitán de mediana edad llamado Lewis Barr. Lewis tenia la reputación de ser una persona agradable,
pero el rumor tendía a que era despiadado en la cabina -completamente intolerable ante los errores. Lo conocí en la sala de espera y
revisamos el plan de vuelo del día: 0900 despegue del Prometeus con un vuelo corto de 1 hora en el área inmediatamente cercana al
SDF-1, seguido por cuatro vueltas y tres giros.

"¿Ya comió, Framton?" me pregunto.

"No señor, todavía no," respondí nervioso.

"Bien. Los estómagos llenos tienden a vaciarse cuando son expuestos a la ausencia de peso por primera vez. Estarás bien. Si no puedes
contenerte, la bolsa de emergencia esta al nivel de tu rodilla izquierda en la cabina. Yo viajare en la parte trasera. Asegúrate de una
cosa: nunca, jamas, nunca... retires la mascara de tu cara sin revisar la presión de la cabina," me dijo, apuntándome con su dedo. "Si la
cabina esta despresurizada cuando te la quites, quizás no vivas lo suficiente para ponértela otra vez."

"Si, señor," alcance a decir.

El viaje al hangar del Prometeus fue demasiado corto para mí. El viaje me quedó borroso, y antes de que supiera que había pasado me
encontré admirando el Veritech que íbamos a usar ese día -un gastado VF-1D. El típico entrenador Veritech, el "D" era un caza con
doble asiento y con capacidad de combate. El asiento del instructor en la parte trasera fue agregado reduciendo la capacidad interna de
combustible y ajustando el área de la cabina. Esta nave en particular ara el 1D mas viejo de la flota, y los rigores de entrenamiento ya
habían cobrado su cuota de la pobre ave -medio esperaba ver manchas de aceite en el piso debajo de ella.

Trepe por la escalera hasta el asiento delantero. El una vez enorme artefacto parecía mas pequeño que un Cessna o un Tomahawk
"pense que se suponía que fuera un avión grande," murmure calladamente mientras los sistemas de navegación empezaban a
encenderse silenciosamente. Dije una rápida oración y no pasé mucho tiempo antes de que todo estuviera listo y corriendo.

"Por esta vez haré todas las revisiones, Sr. Framton," dijo mi instructor.

"Correcto."

Estaba muerto de miedo mientras recorríamos la rampa del elevador. Cuando alcanzamos la parte alta pude observar la enorme
cubierta de vuelo, y atrás de ella... nada, excepto espacio y estrellas. La cabina se encogió aun mas y empece a sentirme desnudo.
Coloque una mano sin los guantes en el cristal e inmediatamente se extendió después de un toque helado. ¡Sé sintió tan delgado como
Saran Wrap!

"Kid Driver Dos Cero Dos, listos para despegar," requirió mi instructor a través de la Red de Comunicaciones Tácticas (Tac Net).

"Kid Driver Dos Cero Dos, despegue Catapulta 3, ruta Cero Cuatro Cinco Tres," contesto el jefe del aire.

"C3 para Kid Driver Dos Cero Dos, ruta 0453," vino la respuesta del asiento trasero.

Procedimos como se nos ordeno, siguiendo las señales del equipo de cubierta, y fuimos colocados en el centro de la catapulta. Ya no
había regreso.

Mi instructor dio entrego la tabla de peso al oficial de la catapulta, dándole el peso de la nave. Dar peso total de la nave en el momento
del despegue era necesario para asegurar que la catapulta estuviera ajustada correctamente -Si el disparo era muy suave gastaríamos
combustible para alcanzar la velocidad, demasiado fuerte y se arriesgaba a dañar la nave, la catapulta o probablemente lastimar al
equipo de despegue.
Después de completar las ultimas revisiones, mi instructor me hizo entrega de todo. "Muy bien Sr. Framton, este es su avión. Usted
sabe que hacer," dijo.

"Correcto."

"Me asome a través de la ventana y mire al oficial de la catapulta. Le hice la señal de cerrar el puño y levantar el pulgar. El oficial
asintió, girando la banda luminosa sobre su cabeza en un movimiento rápido hacia delante y hacia atrás. Con eso moví la potencia del
Veritech hasta el fondo y coloque mi cabeza fijamente contra la cabecera del asiento. Con mi mano izquierda descansando en el
acelerador, mis dedos aferrados a la palanca de la consola, rápidamente la salude. Por el rabillo apunto su banda hacia la pista y luego
hacia delante...

¡¡Whang!!

Mis globos oculares se comprimieron contra sus orificios y mi estomago se quedo en la cubierta. La catapulta nos arrojo del Prometeus
como una pelota de Ping-Pong, y antes de que me diera cuenta de que había pasado, nos encontrábamos a casi una milla de la nave.

"Kid Driver Dos cero Dos, permiso para girar a la derecha," dijo el Cap. Barr.

"Dos Cero Dos, giro aprobado. Buen Día."

"Inicie su vuelta Sr. Framton," ordeno el Cap. Barr.

Hice como se me ordeno y gire el Veritech hacia la derecha en dirección al área de practica. Mientras alcanzábamos nuestra velocidad
de crucero, la fuerza de gravedad transversal -fuerzas de gravedad aplicadas al frente del cuerpo ocasionadas por la aceleración-
desaparecieron. En su lugar, la ausencia de peso trepo sobre mi como una hierba de la jungla con una libertad tétrica e incomoda.
Busque con mi mano derecha para asegurarme que la bolsa de emergencia estaba en su lugar -para mi alivio, ahí estaba.

Llegamos al área de practica y me familiarice con el manejo del Veritech. El Sistema de Control Automático (ACS) trabajaba
perfectamente, imitando el exacto comportamiento de un vuelo atmosférico. El ACS podía ser inhabilitado para realizar distintas
maniobras, pero esto seria demostrado mas adelante. Por el momento debía habituarme a "volar" el avión -ascensos, giros, vueltas,
cambio de modalidad. Pase buena parte del tiempo mal manejando el Veritech en modalidad Battloid. Los controles del battloid eran
tan sensitivos que el mas ligero movimiento producía resultados. De hecho, estaba tan ocupado arruinando las cosas que no me di
cuenta de cuanto tiempo había transcurrido.

"Es hora de regresar al barco, Sr. Framton," llegó la voz del asiento trasero.

"Voy, voy, señor."

Usando el sistema de navegación maniobre para acercarme por detrás del SDF-1. Esta era un acercamiento no habitual, similar a un
Patrón de Recuperación de Noche/Mal Clima (Figura 1).
Night Pattern

"Control, Kid Driver Dos Cero Dos contigo, uno-nueve-cero, seis-cero, treinta millas," Con esta información el controlador sabía que
me estaba acercando casi directamente por detrás del SDF-1 a un ángulo de 60 grados de la vertical relativa. Durante un acercamiento
no habitual, la posición es determinada basándose en la localización vertical y horizontal respecto de la nave. El primer numero es la
dirección lateral -como seria una lectura de compás en la Tierra- y la segunda es el acimut. Para un acimut cero grados es directamente
sobre el SDF-1, 90 directamente detrás, 180 debajo y 270 enfrente -todas las posiciones son relativas. El piloto puede determinar su
posici&oacue;n basado en la información que le da el Sistema de Posición Global/Astral (GAPS). En este caso, la información de
navegación es transmitida por el SDF-1 en una banda codificada y traducida por el equipo de navegación de la nave. Aunque esta
información esta disponible al controlador, es generalmente dada por los aviadores como una cortesía.

"Kid Driver Dos Cero Dos, Control Prometeus, contacto de radar. Libre para aterrizar, plataforma directa. Contacte la Torre del
Prometeus, botón cuatro." El controlador claramente me dirigió al punto de descenso ("Plataforma") 12 millas del portaaviones.

"Botón cuatro, Kid Driver Dos Cero Dos."

Seleccione el botón cuatro y llame al Prometeus.

"Torre del Prometeus, Kid Driver Dos Cero Dos, contigo. Veritech, seis punto dos, veinte millas." Así le dije a la torre que tipo de
nave estaba volando y el combustible a bordo en miles de libras, información necesaria para sjustar la tensión correcta en el equipo de
amarre del portaaviones.

"Kid Driver Dos Cero Dos, Torre Prometeus, Clara para aterrizar. Repórtese a Puerta." Clara era la señal para una pista libre y
significaba que estaba lista para aterrizar. La puerta era el punto de descenso final a 8 millas el barco donde una aeronave
aproximándose "frenaba" (alerones abajo, timón abajo, nariz abajo).

"Dos Cero Dos, fuera."

Mientras la distancia que nos separaba de la nave se reducía, me concentre en tener el Veritech bajo control. Al volar un artefacto tan
grande y tan rápido como el VF-1, el piloto debe pensar en estar mas adelantado del avión -en el espacio, esto era doblemente
importante. En una atmósfera, reducir la velocidad es un proceso, sencillo e instantáneo, de inducir resistencia con el avión, pero en el
vacío, este no era el caso. Desaceleración requiere potencia, y la potencia requiere combustible -un recurso limitado. Un piloto que no
fuera preciso en sus vuelos, desperdiciaría valiosa reacción en masa y la pena seria severa. Mientras mi mente repasaba esta
información intente meterme "en el estilo" de volar el Veritech. Volar un artefacto tan rápido es altamente desorientador, y antes de
darme cuenta, estaba en la Puerta.
"Dos Cero Dos, Veritech, Puerta, seis punto uno," dije, mientras alcanzaba la palanca del tren de aterrizaje. El golpe por debajo del
asiento y la tranquilidad de las tres luces verdes me confirmaron que el tren estaba abajo. Reducí la velocidad a 200 nudos y baje mi
gancho.

"Direccion correcta." Esa era el Oficial de Aterrizaje (LSO) informándome que él estaba monitoreando mi frecuencia.

"Dos Cero Dos, esta a tres millas y un cuarto, inicie su descenso."

Asentí y proseguí con mi rumbo. Encendiendo mis luces de aterrizaje, revise mi lista de revisiones. Cada interruptor estaba en
posición, y me estaba sintiéndome, cada vez mas cómodo con el avión.

"Contacto visual." El LSO me indico que ya me había visto. El continuo, "Kid Driver Dos Cero Dos, esta a una milla y un cuarto,
llame a la Bola." Esto tenia la intención de confirmar que podía ver las lentes del Sistema Optico de Aterrizaje de este lado del
portaaviones.

"Kid Driver Dos Cero Dos, Veritech, Clara, seis punto cero." Esto significaba que no podía ver la bola y tenia 6,000 libras de
combustible.

"Correcto, Dos Cero Dos, siga aproximándose... Derecha... OK. Manténgase ahí... Manténgase. Se ve bien," dijo el LSO.

Busque por la oscuridad delante de mí. No podía ver nada, mas que frío, estrellas de zafiro en cada dirección. Frenéticamente barrí el
oscuro cielo, vanamente esperando una visión de mi barco. La adrenalina recorrió mis venas, los nervios empezaron a hacer su
presencia, mi estomago se retorció. Entonces la vi.

"Dos Cero Dos, Veritech, Bola, 6.0," dije.

"Correcto, Bola," replico el LSO.

En este punto las cosas empezaron a suceder mas rápido de lo que estaba acostumbrándome. A pesar de las horas gastadas en los
simuladores, sentí que estaba llegando a una rampa de salida de 20 millas por hora en un carro con el control de velocidad atorado en
la posición de aceleración. Mientras el LSO me guiaba hacia la cubierta, me forcé para seguir adelante del avión, pero estaba fallando
miserablemente, y cada corrección queda cada vez mas a rás y más atrás. El SDF-1 estaba surgiendo hacia mí ahora, y podía sentir el
sudor recorriendo mi espalda como si fuera un torrente.

Durante la recuperación, los brazos del SDF-1 estaban pivoteados de tal manera que los pilotos tenían una vista muy clara de la pista
de aterrizaje. En modo de ataque, el SDF-1 parecía como un mesero o aeromoza sosteniendo un par de charolas sobre la cabeza. Mi
primer intento fue todo menos perfecto, y estaba aterrorizado mientras el portaaviones se acercaba sin piedad hacia mí. Mientras
llegaba a la hélice de la nave, el sistema de gravedad artificial del Prometeus golpeo violentamente mi estomago y mis instintos me
dominaron. Jalando la palanca, hundí los propulsores hasta un alto total.
Attack Mode SDF-1

"¡Maldición, Framton! ¿Qué rayos esta usted haciendo?" demando el capitán Barr, colocando los propulsores a neutral. "Ya tengo el
avión," grito, la palanca saliéndose de mi control.
"Kid Driver Dos Cero Dos esta en la pista," bufo.

"Dos Cero Dos, correcto, reporte," replico el jefe aéreo.

"¡Usted, pedazo de imbécil! ¿Qué fue todo eso?" grito por el intercomunicador.

"Lo siento, señor. La gravedad, bueno, me tomo por sorpresa," alcance a decir, acobardandmoe inconscientemente ante su
amonestación.

"Framton, le fue avisado acerca de esto desde el primer día. Usted debería de haberlo esperado," dijo disgustado. Podía verlo en mi
mente, moviendo la mano hacia mi dirección. No hubo nada, mas que silencio durante varios segundos. En mi futuro podía ver algo
mas en vez de una hoja rosa en mi archivo y una asignación permanente a deberes en tierra. El silencio fue mortal.

"Muy bien, vamos a intentarlo otra vez, ¿Podemos?" pregunto retóricamente, después de lo que fue una eternidad.

"Si señor," alcance a decir.

"Su avión."

"Correcto."

Gire el avión hacia la izquierda y entre por el túnel hacia la catapulta. "Kid Driver Dos Cero Dos saliendo por la izquierda."

"Dos Cero Dos, correcto. Señal Clara," replicó el jefe aéreo.

Una de las condiciones que tenia a mi favor este día, era la completa ausencia de trafico. Ya era un desecho nervioso, y el pensar de
tratar de mantener mi distancia de otras naves mientras realizaba un acercamiento, hubiera sido demasiado para mí.

Repasé mi lista de revisiones -tren abajo, alerones abajo, gancho abajo- e inicie mi giro hacia la nave. Mi acercamiento esta vez fue
volado con un Patrón de Recuperación Día/Clima Claro -básicamente un giro continuo hacia la izquierda con una recta corta y
descendente, seguido por una vuelta cerrada de 180 grados al final (Figura 2). Mientras giraba los últimos 45 grados de mí ultima
vuelta alcance a ver la bola. "Perfecto", pense.

Day Pattern

"Contacto visual Cero Cero Dos, esta a una milla y un cuarto, llame la Bola," indico el LSO.
"Dos Cero Dos, Veritech, Bola, cinco punto tres," dije. Excepto por un ligero error en mi vuelta final, este acercamiento estaba ya
dentro de la bolsa.

"Se ve bien, Dos Cero Dos. Un poco a la izquierda," dijo el LSO, corrigiendo mi curso.

La pequeña nave, rápidamente consumió mi visión periférica mientras me concentraba en el sistema de aterrizaje óptico. Observando
la cubierta, nos dijeron, era un boleto de ida a un despegue de rampa. Libre la puerta y luche contra el golpe en mi estomago. Con un
golpe seco, tocamos la cubierta y atrapamos el cuarto cable de los seis disponibles -un amarre con el tercer cable siendo el mas optimo.
La desaceleracion de tres segundo de 140 nudos a cero fue increíblemente suave.

"¡¡Si!!" me permití gritar, aplaudiendo. "¡¡Que bien!!"

Podía sentir la frialdad en la voz de mi instructor mientras siseaba, "Ahora no es momento de celebrar, Framton. Tenemos tres vueltas
mas que hacer. Hay que mantener la mente en el juego, ¿Podemos?"

"Si, señor," replique. Su frialdad no importaba. Me estaba sintiendo bien. Acababa de hacer mi primer gran paso hacia la elite de la
Fuerza de Defensa Robotech, y difícilmente podía controlar mi ansiedad.

El resto del vuelo paso sin novedad. Tres despegues y tras aterrizajes siguieron rápidamente. Mi pase final fue perfecto y atrape el
cable numero tres. Mientras nos dirigíamos al elevador del lado de estribor de la pista de aterrizaje estaba sonriendo de oído a oído -no
había duda de que había dejado una marca que los demás de mi clase debían seguir- y mire hacia la junta. El Capt. Barr seguramente
iba a alabar mi excelente vuelo.

Bueno... realmente...

Capitulo 10 - Mr. Cool

Después de entregar el Veritech al capitán del hangar. El Capt. Barr salió furioso del hangar sin decir ninguna palabra. Un escalofrío
recorrió mi espina y estaba atorado con un nodo revolviéndose en mi estomago. Busque la cara del capitán por una pizca de soporte. Él
retrocedió y camino por detrás de la nariz del avión. Con exasperación me desabroche el cinturón del avión y trepe para salir de la
cabina Mi traje de vuelo estaba húmedo por la transpiración, mi garganta estaba tan seca como el desierto y sentía todo el peso del
mundo sobre mis hombros. Mis gritos de "Que bien" parecían un recuerdo distante ahora, los pensamientos de una carrera prometedora
como aviador estaban oscuros.

Camine a través del hangar, evitando que por poco muriera a manos de un conducto de una grúa, e hice mi camino hacia la sala de
juntas. El Cap. Barr estaba sentado en una mesa, con una taza de café en la mano, escribiendo notas furiosamente en un pequeño
cuaderno.

"¡Joven, no sé que rayos estuvo pensando allá arriba, pero es usted una nulidad como piloto aviador!" me señalo, mirando en su
cuaderno. "gasto demasiado combustible, vuela como si tuviera guantes de plomo, y tiene un terrible CRM," dijo. CRM es el acrónimo
para Administración de Recursos -p.ej. uso sabio del equipo y/o personal disponible en una cabina de aeronave.

"Señor, puedo explicar-"

"¡Maldición Framton, ese es su problema! Habla demasiado. Usted razona todo. ¡¿Realmente piensa -realmente piensa- que usted
puede razonar su salida de una situación donde esta sobrepasado de diez a uno, sin combustible, sin municiónes, sin compañero de ala
y cinco pilotos bien entrenados y enojados pegados a su trasero tratando de matarlo?!" rugió, levantándose de su silla. Entonces,
apuntando un grueso dedo hacia mi cara para acentuar cada sílaba, "Usted no puede simplemente dar lo mejor. Lo mejor no va a ser
suficiente para que usted espere vivir mucho. La perfección es lo que demandamos. ¡Usted comete un error allá arriba y usted es una
efímera bola de fuego y una nota en el pie de pagina en el libro de historia de alguien!"

"Sí, señor."

"Ahora, esta pasando que hoy estoy de buen humor, y parece que sus dos pruebas mostraron que usted tiene potencial. Como
resultado, no voy a correrlo a patadas de aquí -Aunque no hay nada que me lo impida. Pero espero mejoras. No me importa como lo
haga, pero quiero que su curva de combustible se vea como esta la próxima vez," dijo, extendiéndome un pedazo de papel con una
gráfica. "Si esta, cuando menos una libra por encima, a lo largo de esta curva, usted estará fuera de este programa. ¿Le quedo claro?"

"Si, señor," dije.


"Muy bien. Salga inmediatamente de mi salón," demando.

Con eso salí de ahí.

Debido al numero limitado de naves de entrenamiento, nuestro calendario de entrenamiento estaba acomodado de manera que cada
estudiante tenia una oportunidad hasta al siguiente día. Mi segunda vuelta estaba programada para el Miércoles por la tarde. Decidí
obtener algunas respuestas del único hombre al que le podía preguntar -Teniente Brubaker.

Localice al Teniente en las afueras de un local llamado "Atlantis." Medio restaurant-bar, medio salón de vídeo juegos-pista de baile,
era un lugar popular para los pilotos olvidarse de las realidades de la guerra.

"¿Tte. Brubaker, señor?" pregunté.

"¡Jeff! Toma asiento," dijo, saludándome de mano. "¿Que deseas de beber?"

"Oh, nada, señor. Entrenando, usted sabe," dije. La realidad que no me gustaba beber demasiado -la confiable respuesta del hombre
macho.

"Ya veo," asintió, con un guiño de entendimiento. "No te preocupes, yo no bebo tampoco," susurro, mirando conspiradoramente.
Sonreí ante esta salida. "Así, ¿Qué puedo hacer hoy por ti, Jeff "

"Administración de Energía, señor."

"¡Administración de Energía!" exclamó. "Así que el viejo Capitán Barr tiene la mirada sobre ti, ¿eh?" Yo asentí. "No te preocupes por
él. Realmente él es mucho ladrar, pero no muerde. Diablos. Él quiere que tengas éxito, solo que él tiene una manera dura de hacerlo,
eso es todo."

"Él amenazó con correrme de ahí."


"Sí. El amenaza eso muy seguido. No te preocupes. A menos que tú cometas una catástrofe gigantesca, el no va a correrte de la
escuela."

"Él quiere que mi curva se vea como esta," dije, mostrándole mi gráfica al Teniente.

"Rayos," se río. "Tu nunca tendrás una curva tan baja. A menos que tengas alguien que te arrastre."

"Él la quiere ahí o adiós," dije.

"Olvídalo," dijo, moviendo las manos. "Él esta levantando la barrera para que tu brinques mas alto. El no quiere que llegues a este
punto, solo quiere que te acerques lo más posible. Después de todo, ¿Qué es cerca? Es uno cerca del cero, o ¿Es un décimo? Que tal
¿.0001? ¿Es eso cercas? ¿No lo ves? Todo eso es relativo, Jeff."

"Él dice que vuelo como si tuviera guantes de plomo."

"Bueno, probablemente así sea, chico. Eso es normal. No lo sudes demasiado. Permíteme darte un pequeño consejo -aprende a
mantenerte adelante del avión. Visualiza donde estarás diez segundos delante de donde actualmente estas. Entonces expándelo en
pequeños incrementos. Antes de que te des cuenta, te sentirás como si estuvieras manejando un carro. Créeme en esta."

"Suena bien para mí, señor," dije.

"Tu estarás bien, chico," dijo, mirando a su reloj. "Bueno, el deber llama. Tengo que irme a volar."

"Pues parece que esta en el negocio apropiado, señor," sonreí.

"Vaya que si," dijo mientras se levantaba e iniciaba su camino hacia la puerta. "Se siente muy bien tener un verdadero trabajo."
Esa noche me encontraba en la sala de estar de las barracas. Gracias a las comodidades y el fácil acceso a las maquinas vendedoras, era
un lugar habitual para estudiar. Mientras repasaba mis notas en administración de energía, alcance a escuchar a un compañero
estudiante exclamar excitadamente, "¡Voy a hacer un solo mañana!"

Alce la mirada desde mi libro, dirigiéndola hacia un adolescente de lentes, delgado y de cabello azul.

"¿Estas bromeando?" pregunto un estudiante delgado, de cabello negro, sentado al otro lado del salón.

"Sí. Mañana voy a volar solo. Espero que lo pueda lograr," dijo el de cabello azul. "Hasta ahora, todo ha sido muy fácil. Debo de estar
bien, supongo."

"Tienes que estar engañándome," dije, con incredulidad.

"No. Estoy hablando en serio," replico.

"Felicidades entonces. Jeff Framton," dije, extendiendo mi mano.

"Max Sterling," replico. "¿Estuvimos juntos en el campo de entrenamiento, no?"

"Si, nosotros..."

"Josh Kaufman," dijo una voz al otro lado del salón. Era el chico que estaba al otro lado. "Estaba en la misma clase que ustedes," dijo
sonriendo.

Nos saludamos todos de mano.

"Un solo mañana..." dije en voz alta. "Debe ser alguna clase de récord. ¿Cuantos vuelos has hecho?

"He realizado dos vuelos para un total de 3.9 horas," dijo Max.

"¡Wow! Ese realmente es un récord," Josh agrego.


"Si, mi instructor dice que nunca antes había visto a alguien que lo hiciera tan rápido. Él dice que soy un natural." Exclamo Max. "Pero
tengo algo de miedo."

"Ah, no pienses en eso. Si no estuvieras listo no te mandarían allá afuera," le asegure.

"Si, creo que tienes razón," replico.

Por las siguientes horas, los tres no sentamos y hablamos hasta que Max se levanto y se dirigió hacia la puerta. "Fue agradable
haberlos conocido. Estoy seguro que apreciare si vienen y me observan mañana," dijo, estrechando nuestras manos.

"Hecho," exclamó Josh.

"Ahí estaré, Max," dije palmándole la espalda. "¡Dales la batalla, compañero!"

"¡Gracias! Nos vemos mañana," dijo, mientras salía por la puerta.

"¡Esto es increíble!" exclamó Josh. "¿Puedes creer eso?"

"No, no puedo. Estoy tan detrás de ese Valkyrie que parece patético. Diablos, a duras penas puedo manejar el maldito battloid. Te lo
juro, esos controles son tan sensibles que casi choco con el SDF-1 y estaba 20 millas alejado" exclamé.

"Sí, a mí también. Tengo el mismo problema," dijo, señalando con su dedo índice hacia el aire. "Parece que todos tienen el mismo
problema, menos Max. Él es alguna clase de genio volador," notó Josh.

"No me digas."

"Aun así debe haber alguna manera de relajarse con esas palancas," dijo frotando su barbilla, una expresión pensativa corrió por su
cara. "Debo encontrar algo."

"Bueno, cuando lo hagas, házmelo saber antes de que me manden a volar de aquí."
"Seguro. Bueno, creo que me iré a descansar. Nos vemos mañana para ver el vuelo de Max," dijo Josh, estrechando mi mano.

"Seguro. Nos vemos aquí a las 0630, ¿Qué te parece?"

"Suena bien," dijo, y se dirigió al recibidor.

Me desperté de mi sueño gracias al pitido del despertador. Alcanzando furiosamente por el botón de apagado, tome mis lentes del
escritorio y trate de ponerme en acción. Después de sacar a Waylan Green fuera de su cama, me duche, vestí, rasure, coloque mis
contactos y me puse en camino a la sala de estudios para encontrarme con Josh.

"¡Hey, Jake!" exclamó excitadamente. "¡Creo que ya encontré la manera!"

"¿Encontré la manera?" pregunté, confundido.

"El problema del battloid."

"Ah, eso. Bueno, ¿Qué manera encontraste?"

"Tengo que probarlo primero, luego te digo acerca de esto," dijo.

"Bien, bien. Josh, te presento a Waylan Green. Waylan, Josh Kauffman."

Estrecharon las manos, el delgado Josh y la estatua griega Waylan, y los tres nos dirigimos hacia el comedor. Mientras caminábamos
por las dobles puertas del comedor, localice a Max sentado en una mesa retirada. Recorrimos la línea de servicio, recibimos nuestras
raciones de Tostada Francesa y papa horneada, y nos dirigimos hacia donde se sentaba Max. Acerque una silla a la mesa del piloto de
cabello azul y lo presente con Waylan. A pesar de sus comentarios, por el contrario, Max se veía frío como el hielo -totalmente
impertubable. Estaba completamente sorprendido por su clama. Platicamos por cerca de una hora entre mordidas de comida hasta que
llego la ora de Max para ir a preparase para su vuelo.
"Me tengo que ir," dijo, recogiendo su charola.

"Estaremos en el observatorio," le asegure.

"Gracias amigos," dijo, haciéndonos la seña del pulgar hacia arriba mientras se dirigía hacia la salida.

"No se como lo hace," dijo Josh, viendo partir a Max.

"Yo tampoco," dije, girando mi cabeza. "Yo tampoco."

Llegamos a la estación de observación (Obstat) cerca del centro del Prometeus. Como parte de nuestro entrenamiento, era requisito
observar las operaciones de vuelo, así que no tuvimos problemas para ingresar al Obstat. Mientras esperábamos pacientemente
escuchamos las comunicaciones del Jefe Aéreo con el escuadrón de cubierta.

"Kid Driver Dos-Cero-Cero esta en la pista. Prepárese para despegar, Catapulta Dos."

Volteamos hacia la ventana de observación, la cual estaba al nivel de la pista de vuelo, y vimos el Veritech de Max salir por el
elevador habitual.

"Kid Driver Dos Cero Cero, listo para salir," vino la voz de Max por la red.

"Kid Driver Dos Cero Cero diríjase a Catapulta Dos. Ruta cero cuatro cinco cero."

"Correcto, catapulta Dos para Cero Cero, Ruta 0450."

Max condujo su Veritech hacia la catapulta y fue ajustado a ella. El equipo reviso rápidamente alrededor de su Valkyrie asegurándose
que todo estaba en orden antes de arrojarlo a la amplitud del espacio. Los deflectores de explosi&oacu e;n (JBS) se colocaron en
posición y el personal de la pista reviso por debajo del Veritech de Max. El oficial de catapulta alzo su banda sobre su cabeza, las
cruzo... Un saludo de Max... banda hacia la pista y ¡bang! El Veritech de Max fue arrojado sin ningún esfuerzo fuera de la pista del
Prometeus.

Mientras el Veritech de Max desaparecía dentro de la oscuridad, no teníamos idea de que íbamos a ser testigos de uno de los vuelos
más increíbles de la historia de la aviación. Max entro hacia el portaavione y alcanzamos a escuchar al LSO por la red.

"Direccion correcta."

Esperamos con anticipación, observando el Veritech de Max en el monitor. Un escalofrío recorrió mi espalda mientras veía el Veritech
volando por la oscuridad fría y omnipotente. El controlador indicó a Max que regresa a la nave y se acerco tan firme como la roca. Mr.
Cool, volví a pensar.

"Contacto visual. Kid Driver Dos Cero Cero esta a una milla y un cuarto, llame la bola.

"Kid Driver Dos Cero Cero, Valkyrie, Bola, doce punto cero," fue la respuesta de Max.

El Veritech se aproximo a la nave sin ningún titubeo.

"Se ve bien, Cero Cero," dijo el LSO.

Brinque hacia la ventana cuando descubrí las luces de aterrizaje de Max. Como si fuera guiado por una cuerda, la aproximación de
Max estaba en la bolsa. El LSO le dio la señal de corte y con un golpe seco, el Veritech de Max toco la pista agarrando el cable
numero tres.

"¡Yajuu!" gritamos todos juntos, chocando las manos con los de los otros. "¡Lo hizo!"

"¡Increíble!" dijo Josh. "El LSO no tuvo que decirle nada a él."

"Mr. Cool lo vuelve a lograr," celebre.


Estaba completamente sorprendido que este chico delgado, casi anémico, podía manejar un caza de esta manera. Me preguntaba si no
seria suerte que el Valkyrie de Max fuera colocado en la catapulta una vez más. La catapulta indicó "00" saliendo de la pista, y
sorprendentemente, Max realizo otra vuelta perfecta. La secuencia fue repetida tres veces mas, y en ninguna el LSO hizo la más
mínima corrección o ajuste a los acercamientos de Max.

Fue en el sexto intento de Max, que algo salió seriamente mal. Mientras observaba la aproximación del Veritech en el monitor, vi lo
que parecía una breve bola de fuego. El Valkyrie de Max quedo fuera de control a menos de una milla y media del portaaviones.

"¡Cero Cero aborte! ¡Aborte! ¡Aborte!" vino el grito frenético del LSO mientras el Veritech se dirigía hacia la nave, girando
violentamente.

Pero Max no aborto, mientras observábamos, el Valkyrie dio dos vueltas mas, antes de volver a curso. Con lo que ahora es una marca
de precisión, Max volvió a alinearse perfectamente con la nave.

"Dos Cero Cero, Valkyrie, Bola, tres punto tres," entono, su voz firme, casi aburrida.

"¡Santos pilotos", dije, mirando a Waylan. "¿Puedes creer en ese loco?"

"Correcto Cero Cero. ¿Puede aterrizar?" preguntó el LSO.

"Afirmativo, Cero Cero aterrizara," replico Max.

"Correcto, Cero Cero, puede proseguir," dijo el LSO.

EL jefe aéreo ordenó a los equipos de control de daños que permanecieran alertas y levantaron una barricada de nylon. No como las
que se encuentran en los portaaviones del siglo 20, la "red" -como se le llamaba a la barrricada- estaba completamente automatizada y
podía ser activada/desactivada con el toque de un botón. Si existía una razón para creer que una nave no podía ser atrapada con
seguridad por el portaaviones, seria atrapada por la red. Una barda de veinte pies de alto, hecha de tiras de nylon, la barricada estaba
diseñada para detener una nave de 30 toneladas volando a 140 nudos. Aunque estaba diseñada para minimizar el daño a la aeronave,
no era usualmente este caso. Puntas, antenas, palancas, etc. Todo se iba a la basura cuando era atrapada por la barricada.
La red sé alzo, casi en el instante en que el Valkyrie de Max toco la pista en el punto del cable tres. El gancho alcanzó el cable tres y lo
brinco, y el Veritech de Max, con una pierna arrancada completamente, golpeo de lado la red, arrastrando chispas, deshechos y fuego.
Los equipos de control de daños se apuraron hacia el Veritech y lo cubrió con espuma para enfriara el paquete de propulsores traseros,
lo menos deseable era una explosión.

Mientras el equipo de rescate luchaba con la telaraña que estaba envolviendo alrededor de la cabina, una llama, de alguna manera, se
encendió dentro del Veritech. Las probabilidades de un fuego en el vacío son casi astronómicas, y esta solo podía ser alimentada por
una fuga en el sistema de oxigeno -o peor, la cabina misma. Mientras el fuego en el Veritech continuaba, el humo empezó a
introducirse dentro de la cabina, y podía ver a Max golpeando la cubierta con el mango de su cuchillo en un esfuerzo desesperado para
romper el vidrio. Empece a sudar. Si el fuego en el fuselaje se calentaba demasiado, los asientos de eyección del caza de Max podrían
cocinarse y estaría aplastado entre el asiento y la cubierta.

Mientras el equipo de rescate continuaba luchando con la telaraña, un bombero corpulento se acerco con una cierra de diamante y
empezó a cortar a través de la cubierta. Con una mano alcanzo y saco a Max fuera de la cabina, antes de correr como el diablo hacia el
otro lado de la nace.

"¡Salgan de ahí! ¡Va a estallar!" gritó otro bombero por la red. Mientras el personal escapaba del lugar, los asientos de eyección en el
Veritech, se activaron. El calor de la explosión hizo un agujero a través de la pared de la cabina y derritiéndola parcialmente. Poco
después, el paquete de propulsores exploto y el jet se convirtió en una bola de fuego ascendente, enviando pedazos de material en todas
direcciones. El margen de seguridad de Max fue de seis segundos.

Mientras la bola de fuego se disipaba instantáneamente, y el equipo de la pista se acercaba otra vez para iniciar el proceso de limpieza,
para que las operaciones de vuelo pudieran continuar. Los restos achicharrados del Kid Driver Dos Cero Cero fueron apaleados hacia
la entrada de una transportadora y llevado a las cubiertas inferiores hacia el centro de procesamiento, donde serian derretidos y
construidos en otro Veritech en menos de una semana.

Mientras el equipo medico llevaba a Max a la enfermería, seguí a mis compañeros hasta la escotilla y hacia el pasillo. "Vamos a verlo."

Después de recorrer nuestro camino por la nave, llegamos a la enfermería donde encontramos a Max recostado en una tabla, sus ojos
cerrados su traje de vuelo oscurecido con humo. El olor acre del hule y poliester achicharrado era inconfundible.
"¡Max! ¡¿Estas bien, Max?!" le pregunte, frenéticamente.

Sus ojos se abrieron lentamente, luego brillaron. "¡Wow! ¿No fue algo impresionante?" exclamo.

"Maldito suertudo," lo azucé. "¿Qué clase de acrobacia fue esa?"

"Oh, no sé," dijo, sus ojos brillaban. "Sabes lo que se dice, Cualquier aterrizaje del que puedas salir caminando... "

Los cuatro estallamos en carcajadas al mismo tiempo. Era un asunto cerrado, pero el vuelo de Max era un hecho sin precedentes, y
seria objeto de una celebración en las barracas esta noche -base a los dos eventos.

Parte II: Enciendan las Máquinas


Capitulo 11 - De lápices y etiquetas, Solos y gritos

Esa noche, los miembros del segundo escuadrón de entrenamiento avanzado, realizamos nuestra versión de fiesta en honor de Max
Sterling. Era algo muy sencillo, comparado con las fiestas tradicionales de la escuela, pero para nosotros era la primera oportunidad, en
un largo tiempo, de colectivamente destramparnos.

Una revisión rápida en la Computadora de Datos de Vuelo (FDC) del Veritech de Max sugirió que una de las cuchillas de titanio del
ventilador fallo, arrojando fragmentos que rasgaron el contenedor velado y rompieron un conductor de poder del equipo aislante
magnético en la maquina de Max. Sin el aislante magnético que lo protegiera, la maquina fue expuesta directamente al plasma
supercaliente del reactor. Los sistemas automáticos que se suponía ventilaban los reactores en estos casos, simplemente fallaron y la
explosión resultante mutilando la nave de Max.
Sin la cuchilla del ventilador presente, no había manera de demostrar que eso había pasado, pero todo apuntaba a un ligero defecto que
se había formado en el ventilador cuando salió de la fabrica. Conocido como "Inclusión Alfa" (HAI), es una imperfección en el titanio
que es muy dura y quebradiza, del tamaño de un grano de arena, un HAI no es detectable por el equipo de ultrasonido si se encuentra
adyacente a la superficie que va a ser revisada, y solo es cuestión de tiempo antes de que las cuchillas defectuosas se separen.

La cruel realidad de esta situación no era del todo desconocida. Fuera de todo intento y propósito, Max debía haber muerto en una
desintegración lenta e intensa de su nave. Pero estos eran los actos del destino, y parecía que el destino fue piadoso para Max Sterling.
De haber sido diferentes las cosas, el más grande piloto de combate del mundo, que jamas se haya visto, habría muerto en una muerte
rápida y trágica sin haber disparado un solo disparo en combate. Yo estoy agradecido que estos eventos sucedieron de esta manera.

Sentados en un rincón de la sala, Max, Josh, Waylan y yo comentábamos la experiencia de esta mañana. Mientras compartíamos mas
de unas cuantas carcajadas tuve una inspiración. Me pare en mi silla y me dirigí a la multitud de pilotos estudiantes para celebrar el
logro de Max.

"Caballeros, puedo tener su atención por un momento." El salón rápidamente guardó silencio. "¡Sé que todos ustedes en esta sala están
al tanto de que cierto aviador de cabello azul es un maldito suertudo!" dije, guiñando a Max. El sonrío apenadamente mientras todos
reían y bufaban. "Pero creo que hay otro punto importante que hay que decidir aquí. Todos sabemos que durante el tiempo en que un
aviador realiza su primera vuelta hasta que es asignado a su primer escuadrón, la tradición naval indica que dicho elemento reciba un
sobrenombre. Es por este motivo que estoy dirigiéndome a ustedes."

"Esta mañana, para mi gran disgusto y asco, ver a mi compañero de clases demostrar uno de los peores aterrizajes que jamas haya
visto. ¡Toma esa pista! " exclamé, uniendo mis manos de golpe. Todo el salón estallo en risas. "No solamente él destruyó un perfecto
entrenador, sino que todavía alcanzo a asustar hasta el fondo a todos lo que lo observaban. Además, es mi creencia que, a pesar de que
digo lo contrario, ¡el LSO literalmente embarro sus pantalones!" Otro estallido de risas. "La verdadera realidad es, ¡El Señor Sterling
no tuvo la decencia de asustarse! Yawn... Dos Cero Cero acercándose... Yawn, " dije, obteniendo otro estallido de risas.

"Ahora, en presencia de esta evidencia... en vista de su imbatible calma y frialdad... en vista de su confianza ilimitada... propongo que
el Cabo Max Sterling, desde este momento y en adelante, sea conocido por el apodo Iglú -o Iggy para los amigos." Con esto estallo la
fiesta.
Porras de "Iggy" llenaron el salón, y varios estudiantes palmaron la espalda de Max animándolo. Se sonrojó visiblemente y gritos de
"¡Que hable! ¡Que hable! ¡Que hable! ¡Que hable! ¡Que hable!" hicieron eco por las barracas. Arrastramos a Max al centro de la mesa
y el salón guardó silencio.

"Yo -" empezó, y fue instantáneamente cortado por gritos, porras y aplausos. El bajo de la mesa y cada estudiante en la sala tomó una
oportunidad de estrechar su mano.

Un momento de inspiración de mi parte, marco la etiqueta más importante de la carrera de aviador de Max. En situaciones tácticas,
este sobrenombre no-oficial -o contraseña- es usado a menudo como una abreviación por los elementos aéreos debido al numero, cada
vez mayor, de nombres de naves. Les gusto o no, este sobrenombre generalmente permanece con el aviador por toda su carrera. Es un
distintivo al llegar a la Aviación Naval, y de este momento en adelante, el circulo interno de la elite, ampliado por la gran tradición
naval, Max seria conocido como "Iglú"

La siguiente mañana estaba terminado mi rutina antes de salir a volar, cuando Josh Kaufman me alcanzo corriendo agitando un par de
lápices en el aire, enfrente de mí.

"¡Jeff! ¡Jeff! Checa esto," exclamo.

"¿Qué?" pregunté.

"Esta es la solución al problema del Battloid."

"¿La qué?" le pregunte.

"Mira, tómalos y colócalos entre tus dedos así." Él levantó su mano, sus dedos exteriores sobre el lápiz, sus dedos interiores debajo de
él. "Vuela el Battloid con estos y te relajaras en estos lápices. Si no lo haces, te lastimaran"

Estaba estupefacto, "Uh, gracias."


"Buena suerte, realmente funciona," me dijo, realizando la seña del pulgar. "Muéstrales como se hace."

El capitán del avión mi dio una mirada intrigante, murmuro algo acerca de que locos están los aviadores, y desapareció detrás del
Valkirye. Algo inseguro de sí Josh estaba cuerdo o no, escale hasta la cabina y me ajuste los cinturones. Llevando mi Veritech hacia la
catapulta, me fije en los lápices que Josh me acaba de entregar. Mientras la catapulta me disparaba de la pista del Prometeus, me
preguntaba si esto no era su idea de una broma.

El vuelo hacia el área de practica fue extremadamente incomodo. Luche contra las nauseas lo mas que pude, pero finalmente perdí la
batalla. Recordando la recomendación acerca de la presurización de la cabina, me resigne y rápidamente me coloque la mascara.
Mientras alcanzábamos el área de practica, la nausea de alguna manera cedió, y empece a realizar algunas de las maniobras cubiertas
en el simulador los dos últimos días.

Durante las secuencias de maniobras del Battloid estaba otra vez sobre-controlando el Veritech. Desesperado para resolver el
problema, tome los lápices y los coloque entre mis dedos como me había indicado Josh. Para mi sorpresa, ¡Funciono! Con los lápices
en esa posición, cualquier cosa, menos un pequeño impulso en las palancas, era extremadamente dolorosa. Me forzó a relajarme, y me
encontré manejando el Battloid como si estuviera en los simuladores -libremente. Estaba extasiado. Cuando la secuencia de maniobras
había terminado, rápidamente guarde los lápices en mi traje de vuelo para que el Cap. Barr no los viera.

Llegue a bordo de la nave sin ningún problema, atrapando el tercer cable, y fui arrastrado al elevador de estribor, una sonrisa de oído a
oído rápidamente cubrió mi cara. ¡Había conquistado a la bestia!

Después de apagar las maquinas revise el medidor de combustible. Había reducido mi consumo de combustible a un treinta por ciento
con respecto a mí ultima vuelta. Júbilo no era la palabra apropiada para lo que sentía, pero ciertamente se aproximaba. La idea de Josh
producto resultados muy marcados, y la junta con el Cap. Barr fue extremadamente halagadora. Salí de su oficina, lápices en mano y
mi trasero intacto.

Busque a Josh, y cuando lo encontré, le di un fuerte abrazo.

"¡Tu, pedazo de animal!" exclame. "Realmente funciono"


"Te dije que funcionaría. Debemos compartir esto con todos los demás," dijo excitadamente.

" El Principio del Lápiz Volador de Josh, " sugerí.

Ambos nos reímos. No sabia que el nombre pegaría, y, gracias al "Principio del Lápiz Volador de Josh," el ATS-2 marcaría un récord
como el escuadrón más efectivo de los estudiantes entrenados en el SDF, en ese momento. De hecho, la eficiencia del ATS-2 fue tal,
que el "Principio del Lápiz Volador" fue incorporado oficialmente al Silabario de Entrenamiento Veritech.

Mientras caminábamos hacia la sala de descanso, me alcanzo otra inspiración, y era u sobrenombre perfectamente apropiado para Josh.
Tendría que esperar hasta que realizara su solo.

Después de otros tres brincos, era mi turno para salir disparado de la pista del Prometeus por mí mismo. La actuación de Max marcó
un patrón imposible de seguir, y por lo tanto no debería preocuparme para ser perfecto -solo competente. Todavía estaba luchando
contra la nausea de volar, empece a preocuparme que nunca la eliminaría. Marque en mi lista, agregar mas bolsas de emergencia
dentro de la cabina, en caso de que las necesitara.

Mientras revisaba mi Valkirye, me mente recorrió hasta el día en que volé solo un avión -mi cumpleaños 16. Era un día lleno de
precipitaciones y obstáculos. Pasando cada luz roja en camino al aeropuerto -no corras, corriendo con mi doctor, Dr. Joe -te vas a
lastimar, un listón de humo saliendo de la punta de mi ala derecha, después de mi primer aterrizaje -te vas a estrellar. Los vientos
fueron terribles, casi perdí el avión en mi primer aterrizaje cuando la ala izquierda se soltó, sin ninguna razón aparente, fui obligado a
mantener un patrón de vuelo detrás de un avión comercial, y en mi último aterrizaje fui forzado a cambiar de pista. Los controladores
me mantuvieron volando en círculos, y estoy seguro que disfrutaron cada segundo de eso. Mi instructor se estaba arrancando los
cabellos, el Dr. Joe se estaba arrancando los cabellos y mi madre estaba gastando una fortuna jugando un vídeo juego en la sala de los
pilotos. Fue un terrible día para ser un cumpleaños.

Ahora estaba aquí, mareado y nerviosos, a punto de atarme en un caza de 30 toneladas en medio del espacio, sin nada mas que mis dos
manos para no matarme a mí mismo. Lo que es mas, mi familia entera estaría observándome desde el puente de observación del SDF-
1, así que sentí aun más presión para hacer un buen trabajo.
"¡Framton!"

Desperté de mis recuerdos y voltee para ver al Cap. Barr estallando por la pista del hangar.

"¿Qué té esta deteniendo?" demandó.

"Lo siento, señor. Solo un poco nerviosos," respondí, mi voz temblaba.

"Bien, pues cálmate" ordeno. "Lo haz hecho endemoniadamente bien. Solo ve allá afuera y haz lo que has estado haciendo. No te
dejaría ir si no pensara que estuvieras listo," dijo, colocando una manos sobre mi hombro. "Solo tómalo mas a la ligera y estarás bien.
¡Ahora súbete a tu ave!"

Estaba estupefacto cuando el Capitán estrecho mi mano y me golpeo en la espalda. Yo siempre pense que era un completo cretino, y su
manera jovial me tomo por sorpresa.

"Si, señor," fue todo lo que alcance a decir.

Escale sobre el Valkyrie y ajuste mis cinturones, Mis manos temblaban terriblemente que me tomo un minuto para colocar y ajustar
todos los interruptores. Si una oración rápida, y todavía temblando, moví la palanca del domo a CERRADO. EL domo descendió y se
aseguro en su posición. Con un rápido vistazo alrededor para asegurar que todas las salidas estaban libres, asegure los auto
arrancadores. Mientras las maquinas arrancaron y se estabilizaron, recorrí todas las revisiones y encendí todos los sistemas de
navegación en línea. Las pantallas del EFIS y GAPS encendieron con un destello de color, y mire al tablero de posición de la pared del
hangar, para verificar que estaban alineados y calibrados. Después de la secuencia de presurización de la cabina se había completado,
destape mis oídos y cerré mi mascara. Una mirada rápida hacia el capitán de vuelo me revelo, para mi sorpresa, la cara de Nate Morris.

"Buenos días damas y caballeros, bienvenidos a bordo, Aerolíneas Robotech, vuelo 206," dijo en el radio del jefe del hangar, con un
guiño.

Eso me hizo sentir mucho mejor. "Hola Nate. Vamos a hacerlo," dije con renovada confianza.
"Correcto," replico, devolviéndole el radio al Jefe del Hangar. Lo observe colocarse debajo del Valkirye, donde, sin lugar a dudas
estaba removiendo los pernos de seguridad del tren de aterrizaje. Volvió a salir enfrente de la nave y me dio las señales de revisar los
varios sistemas del Valkirye, revisando fugas o equipo inoperable. Cuando estaba satisfecho que la nave estaba al punto me dirigió una
señal con el pulgar. Una ultima mirada en la cabina, me demostró que todo estaba listo. Levantando mis pulgares sobre mis oídos, le di
la señal a Nat, y a su señal, suavemente agregué potencia para dirigirme al elevador. Intercambiamos los saludos tradicionales y seguí
las direcciones del Controlador.

Las puertas internas de la pista se abrieron, y me dirigí hacia el cuadro rojo que marcaba la salida. La puerta sé cerro, esta área fue
instantáneamente despresurizada, y las puertas de seguridad externas se abrieron. Observe la oscuridad del espacio, y con una
silenciosa oración, agregue potencia para salir hasta el elevador. Una ligera presión a los frenos detuvieron mi Veritech, mientras el
elevador rápidamente alcanzaba la pista de despegue.

"Kid Driver Dos Cero Seis, listo para despegar, "dije sobre la red.

"Kid Driver Dos Cero Seis, diríjase a catapulta uno, ruta cero-cuatro-cero-cero."

"Catapulta uno para Dos Cero Seis, ruta 0400."

Siguiendo las direcciones del equipo de pista, me coloque en posición y fui asegurado en la catapulta. El Oficial de la Catapulta me
indicó que era momento de jalar los pernos de seguridad para mi Rifle GU-11 y los láseres montados. Esto era hecho en caso, a pesar
de todo, mi entrenamiento inexistente de combate, no estaría completamente sin defensa en el evento de un ataque enemigo. Coloque
mis manos en el panel de armas, para asegurarme que estaban en posición todos los interruptores y disparadores del armamento.
Mientras los pernos eran retirados empece a sentirme enfermo. Para ese momento tenia tanta nausea que podía sentir la bilis trepando
por detrás de mi garganta. Luche contra la urgencia de vomitar y pase por todas mis revisiones. A la señal del oficial de catapulta
levante las alas y cola, y revise los controles. Un calculo final y señale mi peso al oficial de la catapulta. Revise mis controles una vez
mas -adelante, atrás, izquierda, derecha, timón ("En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen")- y estaba listo para salir.
El oficial de la catapulta, satisfecho de cómo se veía mi avión, levantó su banda sobre su cabeza y la movió rápidamente hacia atrás y
hacia delante. Empuje el acelerador a Potencia Máxima y asegure mis dedos en la consola. Una ultima revisión a la cabina un rápido
saludo... golpe a la pista... ¡BANG!

"¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!" dejé escapar un grito helado e histérico mientras la catapulta me enviaba al frente de la nave.
"¡Dios Mío!" grité, observando sobre mi hombro mientras el portaaviones se encoja rápidamente de tamaño. Mi grito me sorprendió.
Estaba nervioso, pero no podía pensar que estaba aterrorizado. "Bueno, el primer solo de un aviador es algo que se convierte en una
experiencia acobardante," razone.

"Dos Cero Seis, inicie su vuelta," ordeno el Jefe Aéreo.

Inicie a girar el Valkirye hacia la izquierda como me fue instruido.

"Dos Cero Seis, girando," dije.

"Suba un poco mas," dijo el LSO.

Continúe girando, e inicie mi retorno a la nave, preguntándome todo el camino, si la pequeña cantidad de miedo que había sentido en
la catapulta justificaba tal reacción animada. Mi acercamiento no fue muy perfecto. El LSO me hizo trabajar duro todo el camino,
mientras sobre controlaba el Veritech.

"Dos Cero Seis muy a la izquierda... demasiado, derecha. Ahí. Estas oscilando, derecha. Izquierda suavemente. Un poco más. Ahí Dos
Cero Seis. Levanta un poco... no tanto, baja. Fijo... Ligeramente a la derecha. Ahí esta. Se ve bien."

Para mi alivio, alcance el cable seis después de una aproximación tan difícil que jamas haya imaginado. La desaceleración fue un poco
más brutal de lo que estaba acostumbrado, pero había realizado mi primer vuelta solo. ¡Estaba muy complacido!

Una vez mas, me coloque en posición, y mientras mi aeronave era disparada hacia el espacio, me dije que debía permanecer en calma.
Fui inútil. Mientras la catapulta me disparaba, otra vez perdí el control. "¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!" volé como un banshee por casi
media milla. "¿Qué diablos esta pasando?" exclamé. "Dios mío, no puedo estar tan asustado"

"Uh, Dos Cero Seis, inicie su vuelta," dijo el Jefe Aéreo, una ligera risita en su voz.

"Dos Cero Seis, correcto," dije.


Realice el patrón una vez mas, y alcance el cable numero seis, ahora con un poco mas de facilidad que en mi primera vuelta. Una vez
mas fui a la catapulta. Una vez mas fui disparado. Y una vez mas perdí el control.

"¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!" grité, como lo hice anteriormente. "¡¿Qué esta mal conmigo?! Ya no estoy asustado, por el amor de
Dios" insiste, golpeando un lado de mi casco. No podía comprender por que estaba gritando tan histéricamente.

El Jefe Aéreo estaba riendose cuando solicite otra vez mi vuelta. El acercamiento y aterrizaje fue mejor esta vez, y toque el suelo de la
pista en el punto del tercer cable. Mientras continuaba sin ningún impedimento a lo largo de la cubierta escuche el aviso del LSO.

"¡DESPEGUE! ¡DESPEGUE! ¡DESPEGUE! Lastima Dos Cero Seis. Brincó el gancho.

Como algunas veces sucede en un portaaviones, el gancho de amarre brinco el cable, en vez de agarrarlo y me fue necesario volver a
empezar otra vez. Inicie mi patrón de descenso y aterrice tomando el tercer cable. Felicitándome a mí mismo por una vuelta perfecta,
me dirigí a la catapulta y fui lanzado otra vez. Esta vez me concentre en mantenerme calmado. Mientras la catapulta me lanzo, volví a
gritar todo el camino, otra vez.

"¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!" me di cuenta de que estaba pasando. Cuando saludaba al Oficial de la catapulta, inconscientemente
inhalaba profundamente. La repentina aceleración del impulso de la catapulta obligaba al aire salir de mis pulmones, resultando el grito
histérico. Mi descubrimiento llegó muy tarde, pude ver, por la inconfundible risa de fondo mientras el Jefe Aéreo me solicitaba que
iniciara mi vuelta.

Después de recorrer el patrón -ruborizandome incontrolablemente todo el camino- aterricé otra vez, alcanzando el tercer cable, y
cuando la catapulta me disparo, esta vez estaba listo. En vez de inhalar cuando saludaba al Oficial de la Catapulta, exhale. El resultado
fue un lanzamiento menos histérico. Estaba totalemnte y completamente aliviado y realice mis dos vueltas sin ningún grito o error. Los
murmullos por el radio continuaron mientras me dirigía hacia el hangar, pero no podía preocuparme de más. Había llegado. Ya era un
piloto aviador.

Capitulo 12 - ¡Graduación!
Mientras me dirigía hacia el hangar, me encontré con el Trío del Terror -Josh, Max y Waylan. En sus manos sostenían un cartel que
proclamaba a todo el mundo: ¡BIENVENIDO A CASA VOLADOR YAH YAH!

Mi agarre sensible en la palanca resultó en una depresión inadvertida del botón de comunicaciones cada vez que la catapulta me
disparaba, por lo tanto, transmitiendo mi grito incontrolado a todo mundo. Ahora se porque se reía tanto el Jefe Aéreo.

Salí de la cabina y recibí saludos de mis tres compatriotas.

"Felicidades, Yah Yah " me dijo Josh, enfatizando el Yah Yah. Fue cuando me di cuenta que mi cómico primer solo me había
otorgado mi sobrenombre: Yah Yah.

"Gracias," conteste, repentinamente muy confiado, hiperactivo. "¡Vamos a celebrar!"

Mientras recorríamos el camino hacia la sala de descanso, repetí mi nuevo sobrenombre calladamente, "Yah Yah"

"¡Yea, Yea!" exclamó Max repentinamente, bailando en un circulo.

No sabia que fue eso. Quizás fue la manera como lo dijo. Quizás fue le baile que bailo. Cualquiera que haya sido la razón, el
comentario de Max no llevo completamente histéricos, y estallamos de risa hasta que nuestros estómagos nos dolían.

Había sido un gran día. Había entrado a una verdadera fraternidad de gente, y el mayor era uno que no podría acompañarnos por un
buen tiempo.

Para el fin de la semana Josh y Waylan, los dos calificaron y realizaron sus vuelos solos, y aproveche la oportunidad para molestar a
Josh. Aunque no tan burlesco como "Yah Yah," el sobrenombre que había escogido para Josh era igualmente apropiado -y algo más
irónico. El "Principio del Lápiz" de Josh nos trajo recuerdos de los lápices que fuimos obligados a usar en el jardín de niños. Aunado a
la estatura de Josh, "Husky" era un nombre perfectamente apropiado, y me asegure de señalarle esto a él. Waylan escogió como
sobrenombre "Donis," que era el corto para "Adonis," el ideal Griego clásico de la belleza masculina. Iglú, Yah Yah, Husky y Donis.
El circulo estaba completo.
Durante las siguientes semanas, nuestro horario de entrenamiento se volvió más intenso. Mientras más estudiantes completaban
brincos solitarios, empezamos a trabajar con nuestros instructores en grupos. Nuestro escuadrón estaba formado de tres equipos,
divididos en tres Equipos de Ataque de tres pilotos cada uno. Como los Veritech operaban en un rol limitado, el Equipo de Ataque -
derivado del Equipo de Ataque de los Cuerpos Marinos de los Estados Unidos, que habían demostrado por mucho su efectividad- era
una espléndida manera de dividir rápidamente en unidades autónomas y móviles en cierto momento dado. Fue en este nivel cuando
empezamos a aprender vuelo en formación, armamento y lucha aérea.

Yo sufrí bajo el tutelaje de un joven teniente llamado Chris Lehman, y fue mi impresión que él tenia un circuito algo grande sobre su
hombro. Con cabello negro, húmedo y una cara infantil, se veía como si perteneciera a una pista de baile sorbiendo refrescos que en la
cabina de un avión de combate. Se volvió aparente que el joven teniente estaba desilusionado de que había sido asignado al rol de
instructor, en vez de un piloto de combate.

Nuestro primer vuelo con el Tte. Lehman fue del Silabario B-1 Entrenamiento de Formación en Vuelo (Introducción a la Formación en
Vuelo). Mientras practicábamos algunas maniobras sencillas en el área de practica, nuestro equipo fue irrumpido por un piloto
impaciente del Escuadrón Skull regresando de una Patrulla Aérea. [Como el lector habrá notado, los términos tradicionales de
aviación, muy a menudo aplican a las operaciones en el espacio]. El Veritech se lanzo en medio de la formación, asustándonos a todos
nosotros. Inmediatamente rompí la formación hacia la derecha, de puro reflejos mientras los otros miembros del equipo se esparcieron
en otras direcciones.

"¡Maldito piloto mal nacido!" rugió el teniente por la red. El siseo las palabras de la manera más áspera que jamas haya escuchado,
acentuando cada consonante. Mas tarde me di cuenta que cada vez que estabamos en los alrededores cuando una llamada de ataque era
enviada, él murmuraría esa frase en el mismo modo lleno de odio. Podría decir que deseaba volar en combate mas que nada en este
mundo, y realmente empece a sentir lastima por el pobre diablo.

Nuestros primeros vuelos de formación fueron muy divertidos. En las reuniones el Tte. Lehman solamente decía, "Síganme," y
entonces se dirigía hacia su caza. Yo volaba como la "Punta Final," el ultimo Valkirye de la formación en cadena. El Tte. Lehman
empezaría con maniobras simples y suaves, llegando hasta algunos giros y vueltas salvajes y torcidas de hasta 2.5 G (cercanas a la
máxima aceleración que un Valkirye podría formar en el espacio.) Estar en la cola de la formación tenia que andar de puntas, ya que la
más ligera maniobra en el frente de la formación era magnificada exponencialmente mientras recorría hasta la parte trasera. Era como
estar en la punta del juego de la "Culebra" que acostumbramos jugar cuando somos niños en una pista de patinar o corriendo, y una vez
sobrepasando la nausea que tenazmente me daba, aprendí a adorar ese juego.

Mientras progresábamos. El Tte. Lehman empezó a realizar combates contra nosotros, con cada estudiante intentando "derribarlo". Mi
primer encuentro con el Teniente empezó con un cruce a una velocidad cercana a los 650 nudos. Mientras nos cruzábamos en vuelo, él
llamo "empieza el combate." Al principio el Teniente jugo fácilmente. Ascendí por la vertical relativa, atisbando sobre mi hombro
izquierdo por una pista de su nave. Lo localice alejándose de mí, recto y al nivel, jale la nariz de mi artefacto, colocando la punta de mi
mira hacia su Veritech. Empuje el acelerador a Máxima Potencia de manera de cortar la distancia con él. Estaba apunto de meterlo al
alcance de fuego cuando hizo un quiebre cerrado hacia su izquierda. Todavía de cabeza, gire hacia la derecha y me voltee hacia él,
pero mi alta velocidad (Delta-V) hizo imposible que lo pudiera seguir. Con increíble facilidad estaba detrás de mí, y no podía hacer
nada para quitármelo de encima. Aprendí entonces la importancia de mantenerse paciente y preciso. Sobre-acelerar en el vacío sin
fricción del espacio es algo fácil de hacer, y el adagio de "Velocidad es Vida" no siempre aplica. Si el combate hubiera sido real,
habría sufrido una muerte rápida.

En la reunión el Tte. Lehman me enseño una manera de recuperarme del predicamento que acababa de encontrar. "Apaga el ACS y
jala hacia atrás la palanca. La nariz se levantara, y aunque estarás volando hacia atrás, tu mira estará sobre el blanco. Es un movimiento
engañoso, pero si te encuentras imposibilitado de escapar, tal vez salve tu trasero." Esas palabras las guarde en mi corazón -y salvar mi
trasero cuando las llegara a ocupar.

El Tte. Lehman impartió efectivamente su conocimiento, lección tras lección. Con la agresividad que acompaña a la juventud, nos
desarrollamos rápidamente y el 14 de Febrero del 2010, nuestra clase se graduó. Al final de diez semanas mortales de entrenamiento,
el promedio por estudiante del ATS-2 fue 65 horas de vuelo y 370 horas de vuelo en simulador. Esto se convertía en 6.5 horas de vuelo
y 37 de simulador por estudiante por semana -un total de 41.5 horas por semana en la cabina -un numero increíble.

El orgullo que cada uno de nosotros sentíamos al recibir las alas tradicionales de manos de un Piloto Espacial durante una breve
ceremonia a bordo del Prometeus fue sin lugar a dudas marcada en nuestras caras. El espectro de morir era la cosa más lejana de
nuestra mente mientras emitíamos una porra colectiva. Una persona viendo nuestros abrazos alegres de felicitación pensaría que
estabamos graduando de la preparatoria, cuando de hecho estabamos a un día de extender nuestras vidas en la línea de dar y recibir de
la muerte. El proceso intenso y arduo de producir un escuadrón de pilotos había llegado a su fin, y muchas de las sonrisas en la
cubierta del hangar serian borradas para siempre -mucho antes que el SDF-1 alcanzara a la Tierra.

Fui promovido a Cabo -igual que Max, Waylan y Josh- y recibimos ordenes de reportarnos al 12 Escuadrón de Combate (VF-12) a
bordo del Prometeus. Nos dieron un día libre, y brinque ante la oportunidad de ver el amor de mi vida. Intercambie abrazos con mis
tres amigos y salí corriendo del hangar con una velocidad récord. El reloj estaba corriendo.

Tenía que ver a Rebeca inmediatamente.

Mientras recogía mi pase libre de la oficina de guardia, solo podía pensar de una cosa -Rebeca. El tiempo que pase alejado de ella
había intensificado mi amor por la chica más hermosa y devota. Esta transformándome de un adolescente soberbio en un hombre.
Alcance un taxi que me llevara al área comercial y realice un par de compras, la primera en una florería y la segunda en una joyería.
Sabia que tenia que hacer.

Toque el timbre de la puerta de Beki, ajustando mi uniforme medio conscientemente. La puerta se abrió lentamente y fui deslumbrado
por su belleza. Estaba usando una sencilla blusa blanca y una minifalda azul, con un par de zapatos de tacón blancos. Nunca antes
había visto algo más hermoso. Solo me quede parado ahí, rosas en la mano, por lo que fue horas, admirando a este ángel convertido en
mujer. Mientras las lagrimas recorrían sus mejillas ella se arrojo a mis brazos, y la sostuve cerca de mí. La bese ahí, en la puerta una y
otra vez.

"Te amo, te amo, te amo," dije, y mientras sostenía su cara con mis manos. "Y pido a Dios, sea mi testigo, te amo."

"Te amo," ella dijo. "Te he extrañado tanto."

Nos volvimos a besar por un largo tiempo, ahí mismo, enfrente de su casa. Esos besos fueron extraños. Siempre había odiado la idea
de casarme, debido al temor juvenil de besar a la novia en publico -una perspectiva que consideraba potencialmente penosa- y ahí,
estaba besándola a la vista de todos y que se interesara en observar desde su ventana. Nuestros labios se separaron, y estaba temblando
nerviosamente mientras trataba de alcanzar una pequeña caja negra en la bolsa delantera del saco de mi uniforme.

"Beki..." empece, colocando una rodilla en el suelo. "Hemos pasado por muchas cosas juntos. Si no hubiera sido por estar pensando en
ti, jamas hubiera podido pasar por esto." Observe las lagrimas recorriendo sus mejillas, mientras continuaba. "Seria el más grande
honor de mi vida... de tener tu mano en matrimonio. Beki, ¿Te casarías conmigo?" coloqué el anillo en su dedo, con unas manos que
temblaban notablemente.

"¡Si! ¡Si... si... si!" dijó entre sollozos. Estaba maravillado. Me sentí increíblemente volado y tenia que abrazarla por un momento. No
podía creer que una mujer tan maravillosa como ella podría quererme. La bese otra vez, sintiendo todo el tiempo como si estuviera a
punto de despertar de un sueño en cualquier momento. Me pellizque a mí mismo mientras entrábamos a su casa para dar las buenas
noticias, y para mi alivio me encontré completamente despierto, el hombre más feliz del universo.

Esa noche, después de pasar todo el día con mi familia, fuimos a un restaurante italiano, cuyo nombre escapa de mi memoria. Ahí me
encontré con Josh, Waylan y Max. Beki estaba resplandeciente en un vestido de seda que había hecho para mi regreso, y todo el
restaurante guardó silencio cuando ella entró por la puerta. La presente a cada uno de mis amigos. Waylan retiro una silla para ella, y
todos tomamos asiento.

"Jake, ¿Puedes creerlo? Lo logramos" exclamo Waylan, golpeando la mesa. "¡Realmente lo logramos!"

Sabia exactamente como se sentía. Yo lo sentí dos veces este día no podía estar más feliz.

"¿Qué escuadrón te toco?" pregunté.

"VF-12," dijo Waylan. "Estoy en la naval ahora," canto bromeando.

"No ma.. digo, no juegues;" dijo Josh, colocando una mano en su boca. Luego, medio levantándose de la silla, "Discúlpeme, señorita"

Beki río, "No te preocupes, Josh."


"Bueno, a mí me toco el VF-12. ¿Cuáles son las probabilidades de eso?" preguntó Josh. "¿A ti cual te tocó Max?"

"SVF-31. Ese es un escuadrón ESPACIAL," dijo, refiriéndose a la rama espacial de la RDF. "Creo que la fiesta termina para nosotros,
¿Eh?" él hizo la pregunta de manera triste.

"De ninguna manera Max," insistí. "A mí me toco el VF-12, y el escuadrón 31 es ahora un escuadrón del Prometeus así que todavía
estaremos juntos. Nadie se va a meter con los cuatro mosqueteros, ¿Verdad?"

"¡¡Exacto!!" exclamaron Josh y Waylan, golpeando los puños con la mesa, haciendo tintinear cada vaso del restaurante.

"Sonríe Max, viejo compañero, no hay necesidad de preocuparse de nada, Además, estoy a punto de casarme con esta bella chica aquí,
así que anímate" exclame.

"¡A ver, un momento! ¿Te vas a casar?" preguntó Josh, incrédulamente.

"¿Casarte?" preguntó Max. "Debes estar enamorado o algo así," dijo agitando su mano en mi dirección.

"De hecho, lo estoy," dije sonriendo, volteando a mirar a esta hermosa mujer. Nos miramos el uno al otro por un breve momento,
nuestros ojos expresando sentimientos que no podrían ser expresados con palabras.

"Por favor, debo intervenir," dijo Josh, mirando a Beki, con una mirada maquiavélica en sus ojos cafés. "Madam, usted puede obtener
algo mejor que este bollo. ¿Obsérvelo? A lo que me refiero, suele ser que este es el tipo más horrible a bordo de esta nave. Le insto a
que reconsidere y orgullosamente le ofrezco mis servicios."

Lo golpee en el brazo. "Payaso."

"¡Felicidades!" dijó, estrechando mi mano. "Creo que esto es grandioso" Luego parándose en la mesa, "Damas y caballeros, ¿me
permiten su atención, por favor?" El restaurante guardó silencio. "Tengo el orgullo de anunciar el matrimonio de mi buen amigo y
compañero de combate, Cabo Jeff Framton, y la adorable y graciosa Beki Casey. Un brindis para mis amigos. ¡Felicidades!"
Los clientes y empleados del restaurante, habituados, mes tras mes de nada mas que malas noticias, muerte y destrucción, brindaron y
luego estallaron en un aplauso. El gesto de Josh me llegó y la administración del restaurante amablemente proporcionaron nuestra
comida a cuenta de la casa. La comida fue excelente y gracias a nuestras recomendaciones, se volvería en un lugar de salida para los
pilotos para obtener una buena comida y una atmósfera relajante.

Después de una maravillosa noche de risas y conversación, era hora de salir. Mientras mis amigos tomaban un taxi, les desee bienestar
y Beki y yo fuimos por nuestro camino. Una mirada a mi reloj me mostró que se estaba agotando el tiempo y recorrimos el camino,
escaleras arriba, hasta su habitación donde quedamos dormidos en los brazos del otro, tan felices como dos personas lo pudieran estar.

Parte III: Tomen Vuelo y Despeguen


Capitulo 13 - Las Águilas de Ataque

Hice hasta lo imposible para soltarme de los brazos de Rebeca sin despertarla. El reloj marcaba las 0600. Tenia que reportarme en los
cuarteles de mando de mi escuadrón a las 0700 y todavía tenia un millón de cosas por hacer. Tuve éxito en vestirme sin molestar a mi
nueva prometida, y le di un adiós con un suave beso en su frente.

Después de un corto trayecto por taxi hasta las barracas, me registre con el oficial de guardia, y rápidamente me dirigí a mi cuartel.
Todos los miembros del ATS-2 habían sido asignados a unidades caza a bordo del SDF-1, Prometeus y Dedalos, y teníamos que
mudarnos a los cuarteles respectivos de nuestros nuevos escuadrones tan rápido como sea posible. Mire a mi reloj y vi que ahora
marcaba las 0630. Temía tiempo de sobra, pero no veía a Waylan por ningún lado. Empece a preguntarme si alcanzaría a llegar
mientras empezaba a empacar su equipo cuando emergió por la puerta.

"¡Maldito despertador!" siseo.


"¿Que paso?" le pregunte.

"Mi despertador no se activo. Tengo suerte de que me haya despertado. Tuve la sensación de que tenia que estar en algún lado, me
levante de la cama y vámonos. Son las 0620. Jesús. Y ni siquiera me he bañado," dijo, quitándose la ropa.

"Yo recojo tu equipo. Así que mejor muévete."

"Gracias compañero."

Empece a empacar sus cosas tan rápido como pude. Jale uno de sus cajones y encontré la fotografía de una niña hermosa, rubia,
probablemente no mayor a los dos años. Me imagine que era la fotografía de su hermana bebe y cuidadosamente la guarde en su
morral. Waylan salió de las regaderas en tres minutos, se vistió en cinco y después de una rápida mirada alrededor de la habitación, nos
dirigimos a la salida. Nos reunimos con otros miembros del escuadrón y nos dirigimos al SDO.

Mientras caminábamos de salida, observe a los batallones de cadetes en su carrera matutina y me permití una merecida sonrisa de
satisfacción -He recorrido mucho camino desde esos difíciles y lejanos días.

Nos registramos con el oficial de guardia y nos dirigimos al autobús del Prometeus. Josh, Waylan, Max y otros mas estaban ya ahí, y
mientras subíamos a bordo alcance a escuchar una voz familiar estallando fuerte y claro por el aire tranquilo del SDF-1.

"¡Muy bien desgraciados, MUÉVANSE!"

Reí ligeramente mientras subía al autobús.

"¡Que miserable!" comentó Josh.

Gritos de "Y que lo digas" y "Estoy de acuerdo" llenaron el autobús mientras nos dirigíamos al cancel de salida.
El autobús nos dejo en el complejo habitacional para los escuadrones de vuelo del Prometeus. Mi reloj marcaba 0655. Nos registramos
y nos dirigimos hacia nuestros cuarteles respectivos donde dejamos nuestro equipo. El tiempo se estaba terminando y no había
suficiente para desempacar. Nuestro comandante de escuadrón nos aniquilaría si llegábamos tarde.

Waylan, Josh y yo, junto con otros pilotos, nos dirigimos hacia nuestras barracas y nos paramos silenciosamente enfrente del cuartel
del CO. Un letrero debajo del emblema del escuadrón, una águila en picada enfrente de un sol naranja, decía, "Comandante, VF-12."
Mi reloj marco las 0700 y me dirigí a tocar la puerta.

"Aquí va nada," dije.

Una voz, con un grueso acento francés, estallo, "¡Entre!"

Seguido por mis compañeros, entramos a una sala comfortablemente amueblada. Rápidamente mire alrededor pero no alcance a ver a
nadie. Marque atención y anuncie mi llegada, "Escuadrón 2 de pilotos reportándose como se nos ordeno, Señor."

"Tomen asiento, caballeros," vino la voz de una habitación adyacente. Señale a mis compañeros uno de los sofás colorados y mullidos
y tome asiento con Josh en el otro.

Esperamos pacientemente por nuestro Comandante de Escuadrón a que entrara y cuando lo hizo, su apariencia estaba fuera de
sincronía con su voz. Un hombre negro, guapo y musculoso, El Tte. Carr media solamente 1.54 metros. Me encontré preguntándome si
alcanzaba a ver afuera de la cabina de un Valkyrie -con o sin un asiento de extensión. Liberiano de nacimiento, el Tte. Jacien George
"Shuba" Carr era, como varios oficiales de la RDF, un campeón boxeador, y también un de los mejores ases de la RDF. En el día del
fallido despegue del SDF-1, el Tte. Carr se le acredito haber derribado veinte cazas enemigos durante tres ataques en los cielos sobre la
isla Macross. De no haber sido por estar herido y forzado a abandonar sobre el puerto de Macross, su cuota ese día hubiera sido mucho
más alta.

"Felicidades, caballeros. Bienvenidos al Escuadrón 12. Somos 'Las Aguilas de Ataque.' Soy el Tte. Carr, su oficial comandante. Su
X.O. es el Teniente Segundo Leonard Plog. El Tte. Plog derribo la primera nave enemiga sobre la Isla Macross y él es 12 veces un As.
Ustedes pueden aprender mucho de él," dijo el Tte. Carr asintiendo con la cabeza.
Estudie la cara larguiducha y delgada de Plog. Considerado el piloto mas fino a bordo de la nave, las habilidades balísticas y
estrategias precisas del Tte. Plog le otorgaron el sobrenombre de "Cirujano."

"Ustedes tendrán su asignación de naves mas tarde el día de hoy," continuo el Tte. Carr. "Confío que no tuvieron problemas con la
asignación de sus cuartos."

"No señor. Ninguno."

"Muy bien, Nosotros hacemos las cosas un poco diferente comparados con otros escuadrones, y nuestros registros hablan por si solos.
Nosotros vamos a meterlos a este juego lentamente. Para nosotros, ustedes son más valiosos vivos que muertos, y esta es la manera que
intento que siga. Aqui nadie muere si no les doy permiso. ¿Entendido?"

"¡Si, señor!" contestamos al unísono.

"Muy bien. Si tienen cualquier problema, vienen a verme. Este escuadrón se mantiene unido. Nos cuidamos los unos a los otros. Este
no es solo un escuadrón, es una hermandad, y maldecimos al que quiebra la confianza de este escuadrón."

Alguien llamo a la puerta. "¡Entre!" demandó Carr.

Apareció un piloto de anteojos, de complextura media y altura mediana, de cabello negro. "Tengo las asignaciones de naves aquí,
Capitán," dijo, agitando una pila de papeles en su mano.

"Excelente. Caballeros, Tte. Plog," dijo Carr. "Creo que adelantaremos los planes y nos dirigiremos a la cubierta del hangar.
Morderemos algo para comer, mas tarde, si alguien lo necesita. Vámonos."

Seguimos a los dos tenientes fuera de la escotilla y por el pasillo. En el frente había un par de jeeps y nos subimos abordo, tres en cada
uno. Josh, Waylan y yo viajamos con el Tte. Plog y los otros tres nuevos pilotos Cabo Jin "Taco" Takamura, nativo de Yokohama,
Japón e investigador marino que dejo la naval para unirse a la RDFN para volar jets, Cabo Dain "Drain-O" Clements, un fortachón
lineador ofensivo de Dallas, Texas y el Cabo Geoffrey "Beowulf" Andresen, un delgado maestro de literatura clásica de Ontario,
Canadá, que podía citar todas las obras de Shakespeare de memoria- viajaron con el Tte. Carr.
Conducimos hasta la Bahía Tres del Hangar del Prometeus y la vista que agradaron a mis ojos no puede ser descrita con palabras.
Estacionados pulcramente ante mí estaban los Valkyries más hermosos que jamas haya visto. Pintados con un azul medianoche con
vivos curvos negros -parecían como lianas de la selva- cruzándose por toda la nave, estos cazas eran el epitoma de la intimidación.

"¡Framton!" llamó Plog.

"¡Señor!"

"¡Dos Cero Nueve!"

"Si, Señor" conteste, saltando del jeep y dirigiéndome hacia el Veritech con el numero "209" pintado en su nariz.

Estaba enamorado. VF-1A-10-SD 10-024911. Que caza tan más hermoso. Agachándome debajo de la nariz, fije mi mirada en la
enorme punta de trabajo del Cañón Gatling GU-11, 55mm, triple barril montado en la estación central, justamente debajo de la pistola
láser de alta energía, montada en la torreta. Con un radio de fuego de mas de 6,000 descargas por minuto, el GU-11 era una arma
tremendamente poderosa. Una descarga de medio segundo, bien apuntada podría destruir cualquier cosa que el enemigo nos enviara
contra nosotros, sentí que me llenaba un surgimiento momentáneo de confianza. Mi pulso se acelero mientras caminaba alrededor de la
nave, lentamente y pasando mis manos a lo largo de los paneles que cubrían casi cada centímetro de esta maquina seductora y
amenazante. Estaba verdaderamente enamorado con este avión.

Mientras le daba vuelta, dirigiéndome hacia la llanta izquierda, la patee con mi bota. Con una presión de mas de 400 libras por pulgada
cuadrada, la llanta era mas bien como una pieza de acero, y mi bota reboto sin ningún daño. Aunque pueda ser gracioso para los no
iniciados, este patear de las llantas es un ritual tradicional de la aviación naval. Los pilotos navales patean las ruedas de sus aviones,
por ninguna otra razón de que siempre lo hemos hecho. Quizás en los viejos tiempos, tenia un propósito útil, pero ahora no se obtiene
nada -excepto la ocasional fractura de dedos.

Subí a bordo de mi Veritech y me acomode en el asiento de eyección. El sentimiento que sentí mientras recorría con mis manos a lo
largo de la cabina, me extasiaba. Desde mi lugar elevado, eche una mirada al área del hangar y me di cuenta que era magnifico, y por
un breve momento me sentí como un Faraón Egipcio o un Cesar Romano. Observe a Josh subiendo a bordo del 210 y le envíe un
saludo entusiasmado, con el dedo pulgar hacia arriba. Él me devolvió el gesto con una sonrisa y una mirada infantil de asombro.
"¡Caballeros! Estas son sus espadas" la voz del Tte. Carr hizo eco por todo el hangar. "¡Cuídenlas! ¡Apréndanselas! ¡Conózcanlas! El
nivel de conocimiento que tengan de la maquina, determinara cuanto tiempo vivirán. Quiero que vivan por mucho tiempo. El resto de
la mañana es de ustedes. Quiero que recorran cada centímetro de su caza junto con su capitán de nave. Aprendan cada idiosincrasia.
Aprendan y conozcan cada centímetro de su aparato. Sus cazas son nuevos y sin lugar a dudas tendrán detalles por pulir. Quiero que
pasen el tiempo husmeando esas fallas para que sean corregidas. Una batalla campal no es el lugar apropiado para descubrir que el
botón de selección de armas esta atascado. ¿Hay alguna pregunta?"

"¡No, señor!" contestamos.

"Muy bien. Estaré en la sala de espera revisando las rutinas de vuelo con el Tte. Plog. Prosigan"

Los dos tenientes salieron del hangar y desaparecieron por una escotilla a mi izquierda. Mire hacia atrás a mi derecha y me encontré
con la mirada de mi Capitán de Nave, LCPL Philo Rorbough.

"Saludos, Cabo, soy su mecánico. Cabo Philo Rorbough. Cualquier falla con esta nave y yo soy el hombre que se lo arreglara por
usted" exclamo con una sonrisa mientras ascendía por la escalera de abordaje.

"Mucho gusto en conocerte, Philo. Creo que debemos rostizar este pavo, ¿eh?"

"Vaya que si. Sugiero que empecemos con los alerones, ya que son los que más frecuentemente se atoran."

"Por mí esta bien," dije.

"Philo brinco para descender de la escalera y arranco hacia los paneles que cubrían la nariz del Veritech. En menos de treinta segundos
él había removido cada panel y los había colocado pulcramente detrás del equipo del Valkyrie. Durante las siguientes dos horas
recorrimos todos los sistemas, encontrando absolutamente nada fuera de lugar, parecía que los ingenieros hicieron un endemoniado y
fino trabajo al unir las piezas que forman este avión.

Salí de la cabina y exclame con jubilo, "no puedo esperar a volar este bebe"

Mi oportunidad llegaría mas pronto de lo que esperaba.


Después de un apurado tentempié nos reunimos en el salón de espera para escuchar las instrucciones del Tte. Carr. Josh y yo fuimos
asignados al Escuadrón Uno, Equipo de Ataque Uno -"Equipo Ogro"- comandado por el oficial de operaciones (S-3), 3er. Tte. James
"Ogro" Sprabary. El Ogro, como él mas experimentado de los dos lideres del escuadrón, era conocido como "Líder de Grupo" -aunque
este termino era raramente usado por que podría confundirse con "Comandante de Grupo". Si la situación lo requería, Sprabary podría
coordinar los esfuerzos de doce cazas que estuvieran sin el elemento de mando del escuadrón.

De todas las personas del escuadrón, Ogro era por mucho el que más imponía. Un gigante, pecho de barril, con una altura superior al
1.80 y 15 kilos. -la ultima característica directamente atribuida a su preferencia por las "bebidas de adultos"- era un epíteto a la palabra
masivo, y con su larga cola de caballo, aprecia mas bien un miembro de una pandilla de motociclistas. Su risa rica y estruendosa era
contagiosa y su gracia durante las reuniones eran alentadoras para liberar la tensión que era inevitable antes de una misión de combate.

Los otros miembros del escuadrón incluían: Escuadrón Dos, Líder del Equipo de Ataque Dos y Oficial de Escuadrón (S-2) Primer
Sargento (1Sgt) Jeff Tarango; el ala de Tarango, Sargento (Sgt) Brian Mitchell. Líder del Escuadrón Dos y Oficial de Logística (S-4),
Tercer Teniente (3Tte) William "Tank" Sherman; Escuadrón Dos, Líder del Escuadrón de Ataque Dos, el Oficial de Seguridad,
Sargento Damon "Gunny Honky" White; y su ala, Sargento Thomas J. "Nosto" Wise. Era con este grupo de hombres, la mayoría
apenas saliendo de su adolescencia, que volaría en combate por primera -y esperaba que no fuera la ultima- vez

Debido a nuestra falta de experiencia, nosotros, los nuevos, seriamos asignados como parte de la Patrulla Aérea de Barrera de Combate
del SDF-1 (BARCAP). Nuestra misión era servir en el anillo interior que la red de defensa que rodeaba el SDF-1. Cualquier artefacto
alienígena que atravesara los dos anillos exteriores, era nuestra misión detenerlo. Mientras ganáramos mas experiencia nos moverían al
anillo de defensa intermedio, y finalmente al anillo exterior -si vivíamos los suficiente. Este procedimiento tenia la intención de
introducirnos en las operaciones de combate de una manera lenta y deliberada. Colocarnos en el anillo primario de defensa hubiera
sido una matanza dada nuestra falta de experiencia.

El Tte. Carr se detuvo enfrente de un diagrama del SDF-1 con tres círculos concéntricos alrededor de él. Durante varios minutos estuvo
sobre las caracteristicas de nuestros nuevos cazas y nos advirtió de no depender de nuestras torretas láser. Aunque eran
extremadamente poderosas, tenían tendencia a sobrecalentarse y no aconsejo a que las usaremos intermitentemente, así permitiendo
que se enfriaran entre los disparos.
Dirigiéndose hacia la gráfica, empezó la junta oficial previa a la misión. "Hoy somos parte del relevo de las 1400 horas para el anillo
BARCAP 3. Estaremos ahí por cuatro horas. No anticipo que veamos algo de acción, pero en el evento de que la tengamos, espero que
se peguen a su líder de ataque. Hagan lo que él les diga, sigan sus movimientos y les prometo que regresaran intactos de cualquier
compromiso con su trasero colectivo. No intenten jugar al héroe allá afuera. Tendrán muchas oportunidades para eso en el futuro. El
Tte. Plog tiene el rango de frecuencias para cada uno de ustedes. Asegúrense de revisarla. ¿Preguntas?"

El salón estaba silencioso.

"Muy bien. Una ultima observación. Revisen su nivel de combustible, Reporten a su líder de equipo el momento que hagan bingo. No
quiero tener que arrastrar a nadie a casa. ¿Entendieron?"

"¡Si, señor!"

"Muy bien. ¡Todos a bordo!"

Nos levantamos de nuestras sillas y después de tomar nuestros cascos, nos dirigimos hacia la cubierta del hangar. Mientras
caminábamos hacia nuestros cazas, voltee con Josh, una increíble sensación de miedo y excitación me estaba llenando y reía
nerviosamente.

"¡Aquí vamos!"

"¡Vamos al bello coto de caza!" exclamó Josh con una sonrisa de oreja a oreja.

No me gusto el sonido de la referencia e hice lo mejor para ignorarla. "Deseo que te quiebres una pierna," le dije, deteniéndome
enfrente de mi caza.

"¡Con suerte será de uno de esos Nazis alienígenas sobre alimentados, con los que vamos a arreglar cuentas!" exclamó, estrechando mi
mano con un guiño. "Estaré contigo todo el camino, socio," dijo sobre su hombro, haciendo la seña del pulgar hacia arriba mientras se
dirigía a su aeronave.
Me detuve por un momento enfrente de la escalera de abordaje de la cabina y aspire profundamente. Una rápida mirada era toda la
preparación que necesitaba -LCPL Rorbugh había completado todas las revisiones previas, y habría corregido para asegurar que mi
Valkyrie esta listo para volar. Al subir por la escalera y trepar sobre la orilla de la cabina, me acomode firmemente en el asiento de
eyección, y con la ayuda de Philo, me asegure y ajuste los cientos de cinturones y arneses que me aseguran al avión -alguna falla para
asegurarlos apropiadamente me podría llevar a un casco aplastado en el evento de que necesitara "pisar los frenos" durante una pelea.

"Jefe, esta todo listo. Buena caza," dijo, palmeándome el hombro antes de desaparecer debajo de la nariz del Valkyrie.

Murmure nerviosamente "gracias" antes de asegurar el interruptor maestro, y mientras mi caza volvía a la vida, observe el área que me
rodeaba. Los hombres corrían alrededor de los Valkyries en el hangar. El equipo del Tte. Carr ya habían arrancado sus maquinas y
estaba siendo dirigido al elevador. Yo asegure los arrancadores y monitores los instrumentos mientras las turbinas arrancaban. Una vez
satisfecho con la operación de las maquinas, encendí todo el equipo de navegación y de comunicaciones, entonces cerré el domo y
presurice la cabina.

Philo apareció de por debajo de la nariz de mi caza y me dirigió durante las revisiones previas. A sus ordenes, moví la palanca y los
pedales del timón en todas las direcciones mientras el equipo de tierra revisaba el avión en búsqueda de fugas hidráulicas y se
aseguraban que los controles de vuelo estuvieran trabajando correctamente. Entonces coloco ambas manos juntas y las abrió mientras
mantenía sus palmas tocando. Esto me indico que extendiera los alerones y veletas, permitiendo al equipo revisar otra vez por fugas y
una operación apropiada. "Alerones arriba" vino a continuación, seguido por la señal de "Tres Abajo", lo que me indicaba que bajara la
barra de despegue y el gancho trasero, abriera los frenos de aire y la sonda de combustible. El equipo de tierra, otra vez reviso por algo
que faltara mientras Philo le daba una vuelta rápida, consultando la computadora a bordo de mi nave por cualquier anomalía oculta.
Satisfecho con lo que había visto, el joven Cabo surgió del lado izquierdo de mi avión mostrando la señal de "Tres Arriba", con la que
subí la barra de lanzamiento y el gancho trasero, y cerré los frenos de aire y la sonda de combustible. Con una ultima mirada, Philo le
ordeno al equipo que "rompiera las cadenas" y las cadenas de acero que detenían mi caza al hangar fueron liberadas. Todo este proceso
tomo solamente veinte segundos.

Sostuve los frenos al aplicar presión a la parte superior de los pedales. Levantando mis pulgares detrás de mi cabeza, le indique a Philo
que estaba listo para que jalara los topes que evitaban que mi caza se deslizara cuando estaba estacionado. El ritual de destapar mis
oídos para igualar la presión de mi cabeza antes de cerrar mi mascara fue seguida por una llamada de mi líder de equipo.

"Equipo Ogro, revisión"


Revise todas mis pantallas por cualquier señal de error, entonces informe a Ogro de mi estatus. "Ogro Dos esta listo," conteste.

"Tres," vino la respuesta de Josh.

Debo hacer notar que las comunicaciones pueden ser un negocio algo engañoso, y el identificador esta basado no solamente con quien
esta uno hablando, si no también con la rama de servicio y el nivel de mando al que estas operando. Un Grupo Aéreo comprende de
todas las aeronaves a bordo de una nave en particular, el tamaño de este, es determinado por el tipo de nave y misión. Cualquier grupo
de cazas mayor que un escuadrón y que esta dividido en dos partes, es conocido por el término de "ala", y el Grupo Aéreo no es la
excepción. Por ejemplo, cuando el Grupo Aéreo se divide en dos unidades, una ala es comandada por el mismo Comandante del Grupo
Aéreo, la otra por el Oficial Ejecutivo del Grupo Aéreo.

Desde que el Prometeus esta amarrado al SDF-1 teníamos dos Grupos Aéreos operando a bordo de la misma nave. Estos Grupos
Aéreos eran comandados por el Comandante Senior ("SCAG"), Teniente Comandante (LCDR) Roy Fokker. Un veterano del a Guerra
Global -y también un as aéreo- Fokker tenia cincuenta escuadrones bajo su mando -quince escuadrones del Prometeus y treinta y cinco
del SDF-1- de tres diferentes ramas de servicio: RDF Espacio, RDF Naval y RDF Armada. Cada uno de estos escuadrones estaba
compuesto de tres partes: un Equipo de Comando de Ataque de tres aviones y dos Escuadrones de seis aviones que formaban dos
Equipos de Ataque de tres aviones cada uno.

Debido a la gran cantidad de servicios a bordo del SDF-1, las tareas de comunicación estaban algo confusas. Aunque las diferencias
entre los procedimientos de radio entre ramas habían sido minimizadas durante nuestro entrenamiento, todavía tenían diferencias
notables y uno podía determinar la rama de servicio a la que pertenecía una persona con la que te comunicabas por el estilo. Como
miembro de un Escuadrón Naval RDF, operaba siguiendo los procedimientos de operación de radio comúnmente usados por el brazo
naval. Mientras nos comunicamos con miembros del escuadrón asumimos la insignia de nuestro Líder de Escuadrón seguido por
nuestro numero de posición. En este caso, yo asumí el identificador de "Ogro Dos" y Josh "Ogro Tres". Nuestro Equipo de Ataque Dos
tendrían la insignia de Ogro cuando estaban unidos a él, y tomarían el del Líder de Equipo cuando se separaban del escuadrón. Los
miembros de los otros Equipos de Ataque adoptaban sus insignias de la misma manera.

Si la brevedad es el alma del ingenio en una conversación o literatura, entonces en la salvaje confusión de una lucha campal es a
menudo la diferencia entre vida y muerte. Durante el combate, una comunicación corta y precisa es una necesidad, y por esta razón, las
insignias personales a menudo se convierten en los identificadores en las situaciones de combate -o en cualquier otro tiempo, cuando
escuadrones o miembros del equipo mantenían contacto con el otro.
Cuando comunicándose con fuentes externas, de hecho, las insignias personales se dejaban, a favor de nuestra insignia de misión -la
cual era asignada antes de salir a volar- o por nuestra insignia de escuadrón -en este caso "Aguilas de Ataque"- seguido por nuestro
número de avión/posición. Por ejemplo, si nuestro líder de escuadrón se comunicaba con alguien fuera del escuadrón -un controlador,
otro artefacto de otro escuadrón, etc.- el se reportaría como "Líder Aguila Rápida", "Aguila Rápida Uno" o "Aguila Rápida Dos Cero
Uno" a menos que el controlador se refiriera a él como algo mas -p.ej. si un controlador me llamaba "Ogro Dos" entonces tenia que
identificarme a mi mismo hasta que el/ella se refiriera de otra manera. Simple.

Todo esto puede parecer confuso para el principiante, pero en realidad era más fácil con un poco de practica. Si todo eso fallaba, el
principio de Quien, Donde, Que "Diles quien eres, donde estas y que quieres"- hacían de las comunicaciones por radio, una brisa.

Satisfecho con el estatus de su equipo, el Tte. Sprabary dirigió su Valkyrie hacia el elevador. Con un saludo y un pulgar hacia arriba,
Philo me entrego con su director de vuelo y me dirigí hacia el elevador. Josh siguió inmediatamente después y en poco tiempo, los tres
cazas del Equipo Ogro nos colocamos en el elevador y fuimos llevados a la cubierta de vuelo. El planeta rojo de Marte dominaba el
cielo. Dos días antes, el SDF-1 había exitosamente reabastecido sus fuentes en la Base Marciana Sara, durante una batalla candente
con nuestros perseguidores alienígenas, y el planeta hermano de la Tierra estaba claramente a la vista mientras empezaba lentamente a
encogerse detrás de nosotros.

El portaaviones nos apunto en dirección de nuestro sector de patrulla para que despegáramos con una mínima cantidad de combustible.
Yo fui colocado en una de las catapultas de estribor mientras el equipo del Tte. Carr era disparado de la pista, turbinas llameando en la
oscuridad. Carr hizo una vuelta izquierda y procedió al punto de encuentro donde orbitaría en espera del resto del escuadrón. EL oficial
de catapulta volteo hacia mí mientras el caza del Tte. Sprabary era lanzado detrás de mí. En una rápida sucesión Josh y yo fuimos
lanzados de la cubierta y rápidamente nos reunimos con el Tte. Sprabary. Siguiendo su guía llegamos al punto de reunión donde nos
reunimos con los otros miembros del escuadrón.

Mi primera prueba de fuego no estaba lejana.

Capitulo 14 - Primer Combate

"Aguila Rápida Dos Cero Uno, contacto Corona Roja, botón tres."
"Correcto, Rampa. Aguila Rápida, botón tres."

Rampa era el controlador del Prometeus, y nos estaba pasando a "Corona Roja" uno de los controladores de defensa del SDF-1.
Inmediatamente cambie a frecuencia tres.

El Tte. Carr continuo, "Corona Roja, este es Aguila Rápida Dos Cero Uno contigo. Saliendo a tres-uno-cero, dos cero, quince millas,
con quince Victor Felix Unos" "Victor Felix Uno" es el deletreo fonético para "VF-1".

Normalmente, los escuadrones navales operaban a un nivel de fuerza de 15 aeronaves y 21 pilotos por escuadrón. La fuerza de nuestro
escuadrón, como los demás escuadrones de combate del SDF-1, estaba reducido a 15 pilotos y 15 cazas (a lo opuesto a las normas,
durante las épocas de paz, de 15 cazas y 20 pilotos) lo que habría poco, si no ningún, alivio para los pilotos de caza. Nosotros
volaríamos hasta que llegáramos a casa o fuéramos aniquilados -punto- y esta cruda realidad tomaba una tremenda cuota psicológica
en cada piloto a bordo de la nave.

"Aguila Rápida Dos Cero Uno, este es corona Roja, contacto de radar. Gire a la derecha hacia tres-dos-cero."

"Aguila Rápida hacia estribor diez," vino la voz del Tte. Carr, dirigiéndonos hacia la derecha diez grados. Esto nos llevaría a
interceptar el escuadrón que íbamos a relevar, llamado "Caldera".

"Caldera Uno, este es Corona Roja. Aguila Rápida Dos Cero Uno esta a tus seis en punto, tres millas, fuera."

"Entonces vino la voz familiar del Tte. Brubaker, "Caldera Uno, correcto. Buenas tardes Aguila Rápida."

"Hola, Caldera. Estas en la mira. Estamos a tus siete en punto, dos millas."

"Correcto, Aguila Rápida."

Escudriñe por una señal de las luces de navegación del otro escuadrón y no vi nada. La habilidad del Teniente para localizar esas naves
desde tan lejos, era increíble. Me tomo otros diez segundos para localizar a los Veritech visualmente, luces estrobos relampagueando
mientras se hacían más grandes a la una en punto. Mientras nos deslizábamos eche una mirada a mi derecha. Tan fijos como las rocas
del camino, los doce cazas del VF-31 estaban en perfecta formación, acomodados en un esquema de descenso.
"Corona Roja, Corona Roja, este es Aguila Rápida Dos Cero Uno en posición con quince pollos."

"Correcto Aguila Veloz. Caldera, estas libre para regresar a casa."

"Líder Caldera, correcto. Regresando a la base," dijo el Tte. Brubaker. "Shuba, no pierdas de vista al chico Framton. Atrae problemas,"
dijo el Teniente con una risa.

"Correcto Caldera, gracias por el consejo," replicó el Tte. Carr.

Me sonroje, aun dentro de mí mascara. Era bueno saber que el Tte. Brubaker seguía acordándose de mí.

Fuera a mi derecha, Brubaker dirigió su Valkyrie hacia arriba y sobre sus compañeros un una vuelta ascendente hacia la derecha. Su
numero Dos lo siguió inmediatamente, luego el numero tres, y así los demás. Era una vista inspiradora y los observe todo lo que me
atreví, un rastro de flamas azules desapareciendo rápidamente en la distancia.

"Aguila Rápida, formación de combate," ordeno Carr.

La formación de combate es la posición básica usada en las peleas aéreas. En esta formación, las unidades de apoyo mantienen una
posición detrás del líder, un nivel arriba o debajo como la situación lo requiera. En general, el intervalo de separación entre naves
operando en una formación de combate es igual a dos tercios del radio de giro de una nave a velocidad de crucero. Como las fuerzas
aerodinámicas no operaban en operaciones en el espacio, esta distancia era usualmente de una a dos tercios de milla

"Equipo Ogro, estribor veinte," el Tte. Sprabary nos llamo antes de mover su nave hacia la derecha. A dos tercios de milla nos
dirigíamos hacia nuestro punto de patrulla.

"Noventa y nueve Aguila Rápida, aldabas arriba." llegó la orden del Tte. Carr. Esta era la orden de que todas las naves bajo su mando,
encendieran y aseguraran el armamento, sistemas de radar, equipo localizador, equipo de precaución y todo los sistemas electrónicos
ofensivos y defensivos. En poco tiempo, esto significaba que el juego ahora era realidad. Las puntas de cabello de mi nuca se
levantaron y sentí una extraña urgencia mientras mi pantalla electrónica de cristal liquido (LCD/EDS) se encendía con la información
alimentada por mis sistemas electrónicos de combate. Me permití una larga mirada al LCD cuando volví mi atención a la nave del Tte.
Sprabary.
Volar en formación en el espacio es fácil y difícil a la vez. La parte fácil tiene que ver con la ausencia de fuerzas aerodinámicas contra
las que hay que luchar. Uno puede dirigir su caza hacia cierta dirección y continuara hacia ese vector hasta que cierta fuerza es
aplicada. Esto hace el volar en formación algo simple, requiriendo mucho menos revisiones de posición de las que son requeridas en
atmósfera. Esta ausencia de fuerzas aerodinámicas, son también, los que hacen la precisión de formación en el espacio algo difícil.
Gracias a la falta de fricción en el vacío, alinear perfectamente el caza de uno con el de otro es imposible. Una pequeña cantidad de
impulso en alguna dirección es inevitable, no importa lo que uno haga, y el único control que tiene un piloto, es en que tan rápido o
lento es el rango del impulso. Encontrar el nivel exacto de control para mantener un impulso de cero es como encontrar el punto exacto
del volante de un carro para eliminar el impulso hacia un lado del camino. En otras palabras, no se puede hacer. Por lo mismo, hace
muy difícil el ser un ala, especialmente para el novato -y es siempre que el piloto nuevo se queda sin combustible primero- debido a su
tendencia a sobre controlar el caza, pareciendo que se comporta como un carro sobre el hielo.

Revise la pantalla de mi radar y estaba completamente en blanco. Pensando que era un problema con mi equipo no dije nada. El mío
era un nuevo caza después de todo, y si el radar estaba fuera de servicio, lo apuntaría en la lista de reparación, para que Philo lo
corrigiera.

Viendo las estrellas a mí alrededor, sentí un dolor en mi espalda. Solamente una hora había pasado desde que había encendido las
maquinas, pero el presentimiento de un combate inminente -sumado con un asiento de piedra- estaba teniendo un efecto perjudicial en
mi. Me retorcí en mi asiento, intentando una inimaginable cantidad de posiciones, en un intento de ponerme más cómodo, pero parecía
que no servia de nada. El que haya diseñado el asiento de eyección del Valkyrie tendría que ser un masoquista para hacerlo tan
incomodo en gravedad cero, y mientras me movía, mis audífonos estallaron con una llamada desesperada del director de cazas del
SDF-1

"Aguila Rápida Dos Cero Uno, este es Mirador Uno. ¡Emergencia! Diríjase a la derecha hacia uno-dos-cero. Bandidos uno-dos-cero,
cero-cero, 140 millas. Estallen." Estallen es el código que indica a una aeronave hacia una intercepción que utilice toda la potencia
militar.

"Aguila Rápida Uno, correcto, dirigiéndonos uno-dos-cero. Aguilas Rápidas a estribor uno-dos-cero."

Siguiendo al Tte. Sprabary, maniobre mi Veritech que realizara un giro rápido hacia la derecha, el ACS imitando un vuelo atmosférico.
Mientras acelerábamos y nos acercábamos a las naves enemigas, realice una rápida revisión para asegurarme que todos mis controles
estaban listos. Para mi disgusto, había colocado mi radar en espera, rápidamente lo encendí. La pantalla de mi radar estallo con
actividad, el numero de blancos en la pantalla fácilmente igualaba al numero máximo de naves que podía rastrear.

El flujo familiar de adrenalina recorriendo mis venas era estremecedor. Mi primer prueba de combate esta a solo unos momentos. Una
extraña mezcla de miedo y excitación se desarrollo en mi, mientras los puntos en la pantalla del radar estuvieron mas cerca, la
distancia recortándose precipitadamente.

Se reunieron con nosotros, dos escuadrones de Cazas Veritech, pero las probabilidades estaban fácilmente a 20:1 en contra nuestra.
Aun así, me sentí envalentado por la presencia de tantos compañeros aviadores.

"Muy bien, señores, aquí es. Maténganse unidos lo mas que puedan. Vamos a entretenerlos aquí mientras llegan los refuerzos," ordeno
el Tte. Carr. "Disparen a voluntad, caballeros"

Coloque la mira de mi computadora a automático y vi tres halos en mi pantalla delantera (HUD). Dispare tres Stilettos y los vi estallar
al frente de mi Veritech junto con otras seis docenas de los otros cazas alrededor de mí. Las explosiones iluminaron el cielo estrellado
cuando los misiles golpearon, y nos dirigimos al centro de la formación alienígena, naves nos pasaron por todos lados. El Tte. Sprabary
nos llevo hacia arriba y sobre la formación enemiga que se había dispersado en todas direcciones.

"Equipo Ogro, a modo Guardián," ordeno el Teniente.

Jale la palanca "G" de mi panel y mi caza cambio a la configuración altamente maniobrable de guardián. No solamente nos
proporcionaba mas flexibilidad en la arena de maniobras, sino también en los disparos, ya que el rifle no estaba limitado a una línea
directa de fuego.

Sprabary nos coloco muy bien sobre la pelea, y rápidamente vi la brillantez de su plan. Como estabamos peleando contra los Battlepod
"Avestruces" típicos (Naves de Combate Regult/Naves de Batalla Táctica, como fueron después conocidas), armados solamente con
armas de rayos y un cañón, ellos tenían que acercarse para podernos hacer daño. Las armas de rayos son, por si mismas de corto
alcance. Los cañones por el otro lado, no son de corto alcance en el espacio como lo son en una atmósfera (Una ráfaga de un cañón,
teóricamente pueden viajar para siempre en el vacío, lo que hace dar en el blanco a lo que apuntas, especialmente importante, evitando
que accidentalmente le des a una nave amiga), son difíciles de apuntar desde la distancia, cualquier ráfaga disparada a mas de media
milla daría un porcentaje bajo de contactos, especialmente en un blanco que se mueve. Y así fue, los avestruces quedarían fuera de
nuestro cono de misiles antes de que los alcanzáramos. Y en efecto, nos quedaríamos por detrás y lucharíamos uno por uno hasta que
nuestros misiles se agotaran, y así fue como lo manejamos.

Mientras los Battlepods intentaban acercarse, tomamos turnos en barrerlos del cielo con los Stilletos. Era como disparar a los patos en
un carnaval. Marque seis naves mas, lo único negativo fue un cartucho de misiles que se rehuso disparar. Reaciamente expulse el
cartucho, molesto al tener que perder tres perfectos misiles. Gracias a Dios, la batalla estaba definiéndose hacia nuestra dirección, de
otra manera, el cartucho inoperable hubiera sido vital.

"Equipo Ogro, retírense un poco," ordeno Sprabary. Quería mas espacio entre nosotros, para no mostrar un blanco más grande para
una ráfaga de fuego de uno de las naves de batalla. Con los misiles agotados, era hora de enfrentar a esas naves en un nivel más parejo.

Me reforcé por el ataque que sin lugar a dudas venia hacia nosotros. Mientras los lasers iluminaban el cielo, un grupo de nueve Naves
Regult se dirigieron hacia nosotros. Repentinamente se dividieron de tres grupos.

"Equipo Ogro, ¡Quiebren!" gritó Sprabary.

En pánico, eleve la nave en una difícil vuelta a la izquierda mientras uno de los grupos se movían entre el Valkyrie de Sprabary y el
mío. Instantáneamente me di cuenta que había hecho un mal movimiento, mientras los tres Battlepods me seguían me apoye sobre el
acelerador a todo lo que daba. Las naves continuaban acercándose a mí y me recordé mantenerme en calma mientras los rayos siseaban
al pasar por mi ala derecha. Recordando el consejo del Tte. Lehman, apague el ACS, jale la palanca hacia delante, y voltee mi
Guardián en un medio giro al frente. Alineando el primer Battlepod a mi mira, solté una ráfaga de cuatro segundos. El Battlepod brinco
fuera del camino pero lo seguí y le clave una segunda ráfaga. Los otros dos se acercaron y alinee uno de ellos a mi mira, colocando el
blanco en él. Su láser ilumino el cielo y maniobre hacia mi derecha mientras el fuego del cañón del otro Battlepod paso cerca de mi ala
izquierda. Me habían acorralado.

"¡Santo Dios!" exclame, torciendo el Valkyrie hacia la izquierda, los láseres pasando alrededor de mi cabina. Con un impulso de2.5 a
1, el Valkyrie produciría unos 2.5G de pura fuerza bruta, y la sensación que uno obtiene al detener y arrancar en Guardián es similar al
estar en un juego sádico de carros chocones -o tener un accidente automovilístico. La patada de la catapulta, aunque es más poderosa,
palidece ante la comparación de esta violencia. Se hace lo posible por respirar, las magulladuras son un hecho y el casco es tu mejor
amigo.
Mientras los Battlepods continuaban disparándome mientras rechinaba mis dientes y soltaba otra ráfaga de 5 segundos. Los láseres
rasgaron la pierna izquierda de mi Valkyrie, pero las cargas de 55mm de mi rifle GU-11 realizaron su trabajo y el impacto partió la
Nave Regult en pedazos, ocasionando una breve explosión. Dirigí mi cañón al ultimo Battlepod, mi Guardián acelerando en reversa
tan rápido como podía. El Battlepod se desintegro bajo una llovía de balas de 55mm. Sorpresivamente, esta vez no hubo explosión.

Con mis seguidores ahora en el pasado, me enfoque en el interior de la cabina. El panel de control estaba encendido como un árbol de
Navidad, luces de aviso de todas clases demandando atención inmediata. Mi motor número uno estaba tronando salvajemente y mi ala
izquierda estaba arruinada. Una revisión rápida de los instrumentos me mostraron que los sistemas hidráulicos estaban sangrando y que
se quedarían sin liquido en poco tiempo. Rápidamente cambie a modo Caza y evalúe mi situación. 40 ráfagas de munición en el rifle y
23% de combustible en mis tanques. El motor izquierdo probablemente no sobreviviría, y a mi velocidad actual, me estaba alejando
del SDF-1 a 35 millas por minuto. Volteando mi Valkyrie hacia la nave revise otra vez mi nivel de combustible. Estaba a 17% de mi
capacidad de 30,000 libras.

La computadora de vuelo me alerto de este hecho en una voz femenina, "Bingo... Combustible... Cinco punto uno." Investigaciones
han demostrado que los pilotos masculinos responden mas rápidamente a voces femeninas, esta es la razón por el genero de la
computadora, y me estaba diciendo que tenia 5,100 libras de combustible (nosotros mediamos el combustible en libras, en vez de
galones o litros, aun en la ausencia de peso del espacio, porque de esta manera lo han hecho los pilotos por mas de medio siglo. El
sistema de combustible hacia el trabajo de mantener el registro de volumen/masa y de convertirlo a libras automáticamente).

"Ogro Uno desde Dos. Bingo, cinco punto uno."

"Ogro Dos desde Uno, correcto. ¿Cuál es su posición?"

"Ogro Dos esta en el cero-cuatro-siete, uno-siete, hacia uno-tres-cero, cambio."

"Correcto, Dos. Voy para allá. Equipo Ogro, botón cinco."

Cambie al botón cinco, y cambie mi potencia a nulo y observe mi medidor cayendo hacia el cero. Estaba todavía perdiendo
combustible a una velocidad precipitosa para mi nivel de potencia, se volvió aparente que tenia una fuga de combustible.

"Ogro Uno desde Dos, tengo un problema de combustible."


"Correcto, Dos, estas en la mira, estaré contigo en un minuto," llamo Sprabary.

Hacerse cargo de una enorme fuerza de Battlepods había tomado mucho tiempo, y durante la lucha, nuestras naves fueron llevadas
lejos y más lejos del SDF-1. Cuando el ultimo Battlepod había sido despachado, el Tte. Carr nos llamo para pasar lista. Para mi alivio,
todos los de nuestro escuadrón pasaron por el compromiso sin ningún problema. Los otros escuadrones habían sufrido algunas bajas,
pero gracias a Dios fueron pocas. El Tte. Sprabary informo a Carr de mi predicamento y le ordeno escoltarme de regreso al SDF-1. Me
sentía a gusto de tener la compañía. Mientras tanto, los otros escuadrones habían interceptado una segunda ola de ataque mucho
mayor, y parecía que la fuerza que habíamos interceptado era un señuelo para alejar al BARCAP de la nave.

Estaba transpirando notablemente ahora que Josh y Ogro se alinearon con mi nave, uno cada lado de mis alas.

"Tienes una terrible fuga, Dos. ¿Cuál es tu estado?" llamó Sprabary.

"Combustible critico. 3,200 libras."

"Muy bien. ¿Te puedes conectar al tanque?" preguntó Sprabary.

"Un momento Líder," replique.

Tenia suficiente combustible para llegar al tanque de emergencia -esencialmente un Valkyrie con paquetes de recarga, debajo de sus
alas y quilla- pero no podría conectarme al grifo de recarga si mi sonda no se podía extender. Jale el control y lo torcí hacia la
izquierda, y mire sobre la izquierda de la nariz, esperando que la sonda saliera. Nada paso. Repetí el procedimiento una docena de
veces, sin ningún éxito.

"Líder desde Dos. Negativo. Mi sonda esta atascada. No puedo reabastecerme."

"Esta bien. No hay problema. Solo preparemos el fuego para sacarte. Voy a estacionarte en la nave, yo mismo, si no podemos hacer
que lo hagas tu. Dame lecturas del flujo del combustible cada 500 libras," dijo Sprabary.

"Correcto."
"Equipo Ogro, botón cuatro."

Seleccione el botón cuatro y escuche la llamada de Sprabary.

"Control de Aproximación Prometeus, Aguila Rápida Dos Cero Cuatro contigo, cero-seis-cero, uno-cero, 35 millas. Vuelo de tres
Victor Felix Uno. Requerimos vía directa al aproximarnos. Este prevenido, tenemos una emergencia de combustible."

"Aguila Rápida Dos Cero Cuatro, Acercamiento Prometeus, diríjase a cero-siete-cero-cero," replico el controlador.

"Dos Cero Cuatro dirección 0700."

"Aguila Rápida Dos Cero Cuatro, contacto de radar, dos-cero millas, llame a Charlie."

"Uno desde el Dos, Estoy a dos punto dos."

"Correcto, Dos. Casi llegamos."

Interceptamos la ruta de aproximación hacia el Prometeus y dirigí mi caza hacia la derecha. Había usado casi todo lo que me quedaba
de combustible, pero ahora estaba alineado con la nave.

"Tren esta arriba."

"Aguila Rápida Dos Cero Cuatro, ¿Qué nave sé esta acercando?"

"Ah, Prometeus, la nave en descenso es el Dos Cero Nueve, cambio."

"Correcto."

"Dos Cero Nueve, estas a 1 3/4 millas, llame a la bola," dijo el LSO.

"Dos Cero Nueve, Valkyrie, Bola, cero punto dos."


"Correcto cero Nueve, déjela venir. Revise su equipo abajo y asegurado."

Esta era el recordatorio amigable del LSO que negligentemente había olvidado bajar el equipo de aterrizaje. Presione la palanca de
emergencia. Aire comprimido bajo el tren de aterrizaje y lo aseguro en su posición. EL gancho tenia un sistema hidráulico aparte y
descendió normalmente. Estaba realmente sudando ahora, el liquido salado picaba mis ojos. Tenia suficiente combustible para dos
pequeñas correcciones cuando mucho. Mis propulsores estaban sin combustible, y todo lo que me quedaba, era la pequeña reserva en
los tanques del fuselaje. A media milla estaba alto y a la derecha, el LSO corrigió mi acercamiento con la calma de un ojo de huracán.

"Solo un poco mas abajo, Cero Nueve."

Descendí un poco mientras la cubierta se aproximaba. Ahí se fue el ultimo rastro de combustible que me quedaba.

"Palancas desde Dos Cero Nueve. Mis tanques están secos. No queda mas."

"Dos Cero Nueve, recomendamos eyección ahora."

"Negativo." No había manera de que abandonara esta nave. Había pasado por un infierno sin fallarme. Seria maldecido si yo
renunciara a ella.

La cubierta se aproximó a mí, la bola indicaba que estaba debajo de la ruta de descenso. Iba a aterrizar faltándome unos cuantos
metros, una eyección repentinamente parecía una opción atractiva. Mientras la cubierta crecía en tamaño me di cuenta que iba a
golpear la rampa, y cerré mis ojos cuando el portaaviones rodeó mi vista.

Con un tremendo, golpe quiebra huesos, golpee contra la cubierta. El impacto me aturdió y estaba seguro que había PLOWED en la
rampa y había muerto. No podía sentir o ver nada, y tenia cierta sensación de que estaba a punto de conocer a San Pedro, cerré mis
ojos y coloque mi cabeza contra el descanso. "Así que así se siente la muerte." Alcance a pensar. Después de unos momentos, sentí
vibraciones y escuche ruidos siendo transmitidos por la armadura del avión y me di cuenta de que si estuviera muerto, no sentiría ni
escucharía nada. Mareado, mire a mí alrededor y vi al equipo de cubierta llevando mi caza hacia un elevador. Fue cuando me di cuenta
de que había alcanzado el punto muerto de la nave. Mi buena fortuna era una sorpresa placentera, y mientras el elevador me llevaba a
la cubierta del hangar, dije una rápida y cansada oración de agradecimiento.
Realmente. ¡Dije dos!

Parte III: Tomen Vuelo y Despeguen


Capitulo 15 - El As

Mientras mi Veritech era arrastrado dentro de la bahía del hangar, removí mi mascara y mi casco, después levante el domo. Inhale el
aire fresco, con aroma a aceite de motor y sentí que me alcanzo una ola de alivio. Había sobrevivido mi primera misión de combate y
me sentí agotado por la experiencia. Mis músculos estaban transmitiendo señales de protesta ante el rudo trato que habían recibido.
Mientras la grúa jalaba mi caza hasta su espacio de estacionamiento, pise los frenos y me detuve. Mi garganta estaba seca y me espalda
estaba increíblemente adolorida. No tenía la suficiente fuerza para retirar los arneses de mis hombros y me senté como un niño inútil
hasta que Philo subió por la escalera y me desabrocho.
"Rayos, jefe, ¡Esta hecho pedazos!" exclamó.

Replique con un gruñido luego desabroche mi tablero, colocándolo en el panel de observación. Sintiéndome como un ridículo
debilucho, de alguna manera logre salir de la cabina y descender por la escalera con piernas de hule. Me di cuenta entonces porque el
entrenamiento físico nos era aplicado durante el campo de entrenamiento. El vuelo de combate era un ejercicio tremendamente
demandante, tanto desde un punto de vista físico como mental, y no es algo que se pueda hacer efectivamente sin tener una buena
condición física y mental.

Una corta mirada a mi Veritech, me mostró mas de lo que mil palabras pudieran decir. Mi pobre caza estaba maltrecho, y me maraville
al ver lo bien construido que estaba. Una rápida inspección me revelo lo suficiente para revolver el estomago de uno. Mas de un metro
de la ala izquierda ya no existía, los restos carbonizados estaban pelados como un plátano. La pierna izquierda estaba perforada con
mas de 100 agujeros de láser y balas. Faltaban varios paneles de acceso y la cubierta de la maquina estaba a la vista. La misma
maquina había recibido varios impactos y había arrojado algunas partes por todo el fuselaje. Era inconcebible para la vista que una
maquina pudiera funcionar en esa condición -pero de alguna manera lo hizo.

Mientras de alguna manera llegaba a la parte trasera del avión, por su lado derecho, deje escapar una risa. De este lado uno pensaría
que el caza acababa de salir de la línea de ensamble -intocable, sin ninguna marca en ningún lado, la pintura impecable en un marcado
contraste con la del lado izquierdo.

"¡Vaya! Esto es impresionante" exclamo Philo, desde lo alto del fuselaje.

"Sin duda," respondí, con cierta cantidad de compostura regresando.

"Cabo, creo que debería echar una mirada a esto," dijo, con una mirada de asombro en su cara. Me volví a trepar a la escalera, una vez
mas, arrojando una mirada a donde Philo estaba señalando. El panel lateral delantero estaba perforado con incontables agujeros.
Recorrí con dificultad a lo largo de la ala y llegue hasta donde estaba arrodillado Philo. Asomándome por los agujeros de bala, me
revelaron mas daños severos a la estructura de mi caza.

"Esta cosa debió haberse partido en pedazos, jefe," dijo Philo con una mirada de maravilla.
"Creo que todavía podría hacerlo. ¡Ahí hay una maldita ráfaga de metralla!" exclamé, retrocediendo y casi cayéndome del
endemoniado avión.

"¿Una que? ¡Rayos!" dijó Philo, brincando del caza.

Yo hice lo mismo, corriendo como alma lleva el diablo, hasta una pila de barriles.

"¡Equipo EOD! ¡Equipo EOD!" gritando Philo, señalando en dirección de mi Valkyrie. Mientras nos barríamos para cubrirnos, un
equipo de Aseguramiento y Control de Explosivos (EOD) -un grupo de cinco hombres con armadura protectora- llegaron hasta mi
caza. Asomándome desde mi fortaleza improvisada, alcanzaba a ver al equipo trabajando en remover la carga de metralla que había
golpeado mi Veritech mientras los otros cazas del hangar eran llevados lo mas lejos posible.

Después de una docena de minutos llenos de tensión, el Equipo EOD cargaba la carga de metralla, metiéndola dentro de una caja
blindada, colocada sobre una grúa y retirada rápidamente del área. La grúa llegó hasta el elevador, donde fue alzada hasta la cubierta
de vuelo, luego llevada hasta la popa del Prometeus donde fue detonada sin ninguna ceremonia.

"Hangar Tres esta asegurado. Regresen a sus estaciones de trabajo. Repito, Hangar Tres esta asegurado. Regresen a sus estaciones de
trabajo," vino el anuncio el jefe del hangar.

Salí de mi escondite y llegue hasta donde estaba Philo. Mire a mi Valkyrie con incredulidad, entonces voltee hacia él y le dije, "Esta
terrible cosa debió haber estallado cuando aterrice. Dios..."

"Ni que lo diga. Usted tiene un buen golpe de suerte, justo como el Cabo Sterling," dijo.

"Debería haber muerto," conteste, estupefacto.

"No las gaste, Sr. Framton. A usted todavía le quedan ocho vidas. Como sea, no se preocupe jefe, se lo arreglaremos en poco tiempo,"
dijo dándome una palmada tranquilizadora en el hombro.

"Mejor reviso la circuitería de los misiles. Tengo que desactivar uno por ahí.
"No hay problema. Lo tendré listo."

"Gracias," dije, volteando hacia el personal del elevador. El pensar revisar la circuitería de los misiles, se veía completamente absurda
a la luz de la situación, y me reí estrepitosamente. "Ellos pueden muy bien reemplazar todo el maldito avión y corregir todos los
problemas." Seguía riendo fuertemente cuando las puertas del elevador se cerraron.

Ellos no la reemplazarían, sin embargo, y como se vinieron mostrando los siguientes eventos, una aleació más confiable tenia que ser
encontrada.

Después de asegurar nuestras naves, nos reunimos para una reunión de escuadrón. El Tte. Carr nos critico, uno por uno, primero
mostrando orgullo, critica y consejos. Termino con una nota positiva, llamándola una "Primera Acción Sobresaliente" para los nuevos
pilotos, bajo su mando. En poco tiempo, mientras ganáramos experiencia, el Tte. Carr solicitaría nuestros comentarios y criticas, las
cuales serian expuestas y concluirían con un sincero "Es bueno estar aquí, señor." De hecho, si lo decíamos con placer.

Al finalizar la reunión del escuadrón, nos separábamos a nuestras juntas de equipo. Durante la reunión de equipo, el Tte. Sprabary
hacia unos comentarios específicos sobre nuestra actuación.

"Framton, ¿Por qué no continuo haciendo la vuelta cuando se separo? Yo quería que regresara conmigo, después del quiebre, para así
cubrirnos los traseros, el uno del otro, y en vez de eso continuo derecho. Me pregunte ‘¿Qué diablos esta pensando ese chico?’" dijo
con una ligera sonrisa.

"Lo siento capitán, creo que me dio pánico."

"Bien, la próxima vez, trata de no tener pánico. Eso es lo que hace que la gente sea matada. A pesar de eso, usted lo hizo muy bien.
Solo recuerde dos palabras: Soporte Mutuo. Solo podemos mantenernos vivos protegiéndonos los unos a los otros. No olvide eso."

"Si, señor." Tome las palabras de Sprabary de corazón. Él era un táctico de primera línea y su consejo siempre demostraron ser
valiosos.
"Los reportes de bajas y aterrizajes serian colocados en el vestíbulo de las barracas, mas tarde en la noche. El resto del día es de
ustedes. Vayan al pueblo, a descansar o lo que quieran," dijo sonriendo. "Se lo han ganado."

"Si, señor," replique, dirigiéndome hacia la salida.

Me dirigí hacia mi habitación y me deje caer en mi cama, exhausto. No me moleste en desempacar mis cosas, hacer la cama o
cambiarme mi traje de vuelo sudado. De no ser por Waylan o Josh, que vinieron a mi cuarto y me sacaron de la cama, habría dormido
toda la noche.

"Fuera de la cama, Yah" me sacudieron. "¡Vamos! Es hora de celebrar."

"¿Celebrar que? Estoy cansado, déjenme dormir," dije adormilado.

"¡¡Fuera de la cama, ahora, señor!!" grito Waylan.

Me rehuse a moverme, pero eso no me salvo. Con un brazo me levanto sobre su musculoso hombro y me llevo, escaleras abajo al
vestíbulo. Estaba pateando y retorciéndome, en un intento para zafarme, pero Waylan, fácilmente era tres veces mas fuerte que yo, y el
esfuerzo era en vano.

"¿Qué demonios es tan importante para ustedes?" demande, mirando al piso.

"¡Esto!" dijo Josh, señalando el tablero de avisos. Waylan me bajo e intente mirar hacia donde Josh estaba señalando. Sin mis lentes,
difícilmente podía ver y me acerque mas para leer lo que el boletín decía.

"¡Jeff, tienes la puntuación más alta!" exclamo Waylan, palmeando mi espalda.

Recorriendo la hoja de papel vi mi nombre en el reporte de muertes y el numero 10 estaba al lado de él. ¡Diez impactos!

"¡Santo Dios!" exclame. "¿Diez?"


"Si, anotaste diez," dijo Josh, agitando mis hombros.

"¡Ahora eres un as por dos!" grito Waylan agitadamente.

Con toda justicia, mi puntuación no era una medición correcta de mi habilidad de combate. La mayoría de mis victorias fueron
impactos de misiles, y había, sin lugar a dudas, otros que anotaron mas que yo. Desafortunadamente, casi un tercio de todas las
muertes por misil eran marcadas como posibles. Los sistemas que seguían el rastro de cuales misiles golpeaban al enemigo dejaban
mucho que desear, especialmente cuando un gran numero eran lanzados de varios cazas.

Adicional a esto, las muertes por misil son increíblemente fáciles, cuando se comparan con muertes por pistola. Max Sterling, por
ejemplo, se le acreditaron nueve muertes en su primera misión. Dejando a parte las muertes, la productividad de Max fue por mucho
superior a la mía, debido a que la mayoría de sus muertes fueron por pistola, cuando la mayoría de las mías fueron impactos de misiles
de largo alcance -fue suerte que la mayoría de mis impactos me hayan sido acreditados. Cuando formas un factor entre el numero de
cargas/tiros por muerte, se encuentra que Max estaba siempre un quinto arriba del promedio de toda la nave, no había discusión sobre
que él era el maestro del combata. Él era "El Demonio Azul" y con buena razón.

Otro factor que estuvo a mi favor fue el hecho que durante la primera ráfaga de misiles, yo solamente dispare tres Stilettos -de los
cuales, uno recibió un crédito. Los otros miembros del escuadrón dispararon mas, y por la confusión que esto ocasiona, muchos de los
misiles no son rastreados. Esto me dejo con seis misiles, no incluyendo los tres misiles en el cartucho defectuoso- para ser usadas en
modo manual, los resultaron en seis muertes por seis tiros, un total de siete por nueve en el día -un alto porcentaje.

Revisando el tablero otra vez, vi que Josh y Waylan habían anotado también, con siete muertes cada uno. Al Tte. Carr también le
fueron acreditados siete muertes, y estoy seguro que habría anotado mas si no estuviera ocupado pastoreando sus nuevos pilotos.

Hinchando mi pecho, anuncie con piedad burlona, "¡Esto merece una celebración!"

"Si, seguro que lo merece," replico Josh con una sonrisa traviesa.

"Y como anotador líder, tú debes pagar por ella," agrego Waylan con una palmada en mi espalda.

"Oh diablos," murmure,


"Bien, ¡Vamos! ¡Alístense! Tenemos cosas que hacer, gran jefe" insistió Josh.

"Esta bien, esta bien," dije, dirigiéndome hacia la escalera a mi habitación y hacia una muy necesitada regadera.

Abotone mi camisa del uniforme y me dirigí por el pasillo hasta la cabina telefónica. Hice una llamada rápida a Rebeca y le dije que
nos viera al recientemente reconstruido "Nido del Cuervo". Después alcance a mis dos camaradas y tomamos un taxi que nos llevara al
pueblo.

Mientras viajábamos en la parte trasera del taxi, los eventos del día fueron regresando a mí. Era difícil de creer que yo había hecho lo
que siempre soñé con hacer. Como un chico leyendo las hazañas de mis héroes -Greg Boyington, Steve Ritchie, Robin Olds... Roy
Fokker, Manfred Richtofen, Willie Coppens... Don Blakeslee... Don Gentile, Pierre Closterman, David McCampbell... Alex Vraciu,
Chuck Yeager... Saburo Sakai... James Jabarra, Adolf Galland, Ken Walsh... Geoffrey Page, Jack Ilfrey, "Duke" Cunningham... Albert
Ball, Georges Guynemer, Donald Lopez, y miles mas -yo llegue a tener una fantasía donde yo era uno de ellos. Era un sueño infantil, y
mientras iba creciendo, era mas ridículo, conforme pasaban los días. Aun así, ya era un as, peleando en un ambiente en los que estos
hombres -con la posible excepción de Fokker- nunca pensaron posible. Formaba parte de la fraternidad mas exclusiva en la aviación, y
difícilmente podía creerlo.

Mientras descendíamos del taxi, empece a recitar los nombres de todos mis héroes de niñez, y al final de la lista coloque mi nombre.
Sonaba extraño, pero escuchar mi nombre en la misma lista, junto a la de esos grandes hombres, me dio un incremento de confianza.

Esa velada fue muy memorable. Max Sterling llego y nos presento a su nuevo equipo VF -Tte. Rick Hunter y CPL Ben Dixon- el cual,
mas tarde reconocí como el bullicioso miembro de mi equipo de batallón durante el campo de entrenamiento. Pasamos un buen rato
contando nuestras versiones del combate del día, y unas pocas risas que tuvimos a expensas de cada persona en la mesa. El Tte.
Brubaker paso por un momento para compartir una o dos historias, y antes de partir, aprovecho la oportunidad para decirme unas
cuantas palabras.

"Sabia que estaba en lo correcto contigo, chico," dijo, palmeándome en el hombro. "Solo recuerda -que no se te suba a la cabeza. Eso
es lo que hace que la gente se mate. Nos veremos por ahí."
Debido a lo tarde de la hora, eventualmente nos forzó a una partida temprana, y como demandaba la tradición, me toco tomar la
cuenta. Una mirada rápida fue suficiente para darme cuenta que ser un piloto as, aunque completamente satisfactorio, era
endemoniadamente caro.

"Si esto sigue así, voy a tener que pedir un préstamo," dije en voz alta mientras salíamos por las puertas dobles del restaurante hacia un
taxi que no estaba esperando. "Bueno, a lo mejor obtengo un aumento," le dije a Rebeca mientras ella subía al brillante taxi amarillo.

Si, seguro.

Capitulo 16 - Diamantes y Compromisos

Las siguientes semanas estuvieron cargadas con combates constantes, y mi tiempo lejos del Prometeus, estaba terminando. Después de
un corto tiempo sin muertes, Max Sterling tuvo una racha durante Marzo, que culmino el 27, cuando destruyo 14 naves enemigas. Esto
trajo su nivel de muertes a 65 naves enemigas en menos de seis semanas -un numero increíble para cualquier piloto, especialmente
para uno que esta comisionado a cuidar la espalda de su líder.

Nosotros lo habíamos hecho bien como escuadrón, no habiendo sufrido bajas. Aunque sabíamos que esto no podía durar para siempre,
nosotros sentíamos que estaríamos por aquí para ver que se le acabara la suerte a cualquier pobre diablo. El 13 de Marzo, después de
llevar mi total a 24 muertes, tuve la mala fortuna de casi perder un ojo en un estúpido accidente, asegurando que estaría vivo para
atestiguar como la buena fortuna del escuadrón llegaba a un fin.

Estaba trabajando con Philo en un esfuerzo para deshacernos de algunos duendes que se estaban escondiendo en el sistema del radar.
Mientras cargaba una caja con componentes electrónicos hacia mi caja, falle en poner atención a lo que estaba haciendo y tropecé
sobre una juntura en la cubierta del hangar. De alguna manera golpee mi ojo derecho con el peldaño inferior de la escalera de abordaje
de mi Valkyrie. Fracturando mi pómulo. Como no perdí mi ojo es todavía un misterio, pero el daño me dejo fuera de acción por siete
semanas.

Fue una experiencia devastadora. Durante el siguiente mes, todo lo que pude hacer, fue ver a mis camaradas volar misión tras misión
contra las cada vez más altas probabilidades. Lo más cercano que estabamos a La Tierra, lo más intenso se volvían los ataques contra
nosotros. El sentimiento de inutilidad que me vencía no puede ser descrito, y estaba frustrado mas allá de lo creíble. Mientras me
sentaba en los observatorios y miraba, los rangos de los pilotos se reducían. Con cada misión venían mas camas vacías. Mas cartas a
los padres y seres queridos. Mas cajas para ser empacadas por los compañeros de escuadrón. Maldije mi mala fortuna mientras asistía a
mis compañeros de combate en cualquiera y cada manera posible. Los ayudaba durante las juntas y revisiones antes de salir, los
saludaba mientras se dirigían a los elevadores. Observaba cada lanzamiento, recorría los pisos mientras ellos no estaban, y los contaba
cada vez que regresaban a la nave. No había mucho que pudiera hacer.

Mi invalidez se multiplicaba cuando los pilotos de mi propio escuadrón empezaron a caer ante las armas enemigas. LCPL Jin "Taco"
Takamura, el capitán de Marina convertido en piloto de combate, fue el primero en caer. Durante la tarde del primero de Abril,
superados en numero como siempre, nuestro escuadrón se mezclo en una pelea que duro casi 40 minutos, y acorralados por mas de 75
millas. En la confusión, Jin se separo de su equipo. Sus llamadas frenéticas por ayuda fueron contestadas demasiado tarde y Taco
falleció bajo una ráfaga de rayos láser.

El siguiente día -mi decimoctavo cumpleaños- fue igualmente trágico. Durante la mañana del 2 de Abril, nuestro escuadrón fue
movido a BARCAP anillo 2 por la primera vez, y en ese día, nuestros perseguidores decidieron lanzar una mayor ofensiva, enviando
todo lo que tenían. Cada caza a bordo de la nave -incluyendo naves de entrenamiento- fueron lanzadas en un esfuerzo desesperado para
calmar el ataque violento alienígena. Mi instructor del entrenamiento avanzado, Tte. Lehman, aprovecho la oportunidad, anotando
nueve muertes.

Como sea, era una enorme batalla campal. Sobrenumerados como siempre, la integridad de los equipos de ataque se disolvieron
rápidamente mientras los cazas eran forzados a separarse, y en poco tiempo cada piloto a bordo de la nave se encontró envuelto en su
propia pelea individual por la sobrevivencia. El SDF-1 se veía como un oso siendo perseguido por los residentes de un nido de avispas
molestas mientras los cazas zumbaban en todas las direcciones. Durante esta batalla salvajemente torcida, mi amigo y compañero
tejano, LCPL Dain "Drain-O" Clements, se convirtió como en un hombre poseído. Él era Fokker, Sterling y Carr, los tres en uno.
Disparando Battlepods a diestra y siniestra, esquivando misiles y enfrentándose hasta cincuenta naves enemigas por si solo, la
actuación de Dain era nada pero estelar.

Yo llegue a conocer bien a Dain Clements durante los días que compartíamos. Fornido, callado y modesto, él parecía mas bien un oso
de peluche mas que un piloto de caza. Solamente de 19 años de edad, Drain-O era un ser humano estelar, y con 21 muertes acreditadas,
él estaba en camino para convertirse en un piloto de combate de primer nivel a bordo del SDF-1.
Los detalles de las acciones del día no están muy claras. Lo que es conocido es que Drain-O respondió a una llamada de nuestro oficial
de seguridad y as, 3Tte. William "Tank" Sherman. Perturbado por la perdida de Taco el día anterior, Tank desesperadamente quería
prevenir que volviera a pasar otra vez, y mientras los lideres son aveces lo que hacen, puso su bienestar de sus pilotos mas allá de los
suyos propios. Durante sus esfuerzos para pastorear a sus pilotos, Sherman se separo de su hombre ala y se encontró perseguido por
una formación compuesta por mas de cuarenta cazas Regult y Raulon’ve. El principal interceptor enemigo -y una de los pocas naves
alienígenas que nuestra gente de inteligencia conocía por su nombre propio- los Raulon-ve de tres motores hicieron su presencia en los
cielos sobre la Isla Macross durante el asalto alienígena inicial. Con su complemento de misiles de medio alcance y tres cañones, era
un adversario fuertemente armado -ligeramente acorazado.

Barrenando por el grupo con un gran abandono, Drain-O Clements tuvo éxito en limpiar la espalda de su líder, destruyendo tres
Battlepods en el proceso. Desafortunadamente, los dos pilotos se encontraron a casi mil millas del SDF-1. Bajos en combustible y en
municiones, y siendo seguidos por el mismo grupo que Dain había exitosamente eliminado hace unos minutos, los dos ases hicieron un
viraje precipitado hacia la nave, solamente para encontrarse con una porción de la fuerza de ataque enemiga. Sobrepasados por 500 a
1, ellos nunca tuvieron una oportunidad.

Los dos pilotos lucharon valientemente, destruyendo casi una docena de cazas antes de que se les agotaran las municiones. Una fuerza
de combate para traerlos llego muy tarde. La batalla ya tenia mucho tiempo de haber terminado y los pilotos no encontraron mas que el
espacio vacío.

Esperamos ansiosamente por Tank y por Drain-O que entraran por el patrón del Prometeus, pero nuestras esperanzas fueron en vano,
como los pilotos no regresaron. Fue un día triste para los miembros del VF-12 y la perdida de estos dos buenos hombres no sirvieron
solamente como inspiración, sino como un horrible recuerdo de lo desesperado de nuestra situación.

Tres pilotos perdidos en solamente dos días. El encanto que nos había rodeado, finalmente se había roto.

Mientras Mayo pasaba, mi ojo rápidamente mostró progresos. Me di cuenta que mi regreso al combate no tardaría en llegar. Esto
aunado con el conocimiento de que nuestros pilotos estaban cayendo en números más grandes, me forzó a adelantarme con mis planes
de matrimonio. Después de discutir la situación, Rebeca y yo decidimos poner la fecha el 2 de Mayo -dos días después de su
decimoctavo cumpleaños. Aplique y recibí una licencia de dos días.
Una gran gala fue planeada. Mi esperanza era que esta ocasión de jubilo pudiera distraer mi atención lejos del dolor de corazón y pesar
de las tres semanas previas.

Fue una boda espectacular, considerando las circunstancias y todo mundo estuvo lleno de felicidad. Mi novia nunca estuvo tan bella
como ese día, y estaba encantado ante mi suerte. Ella se veía como la Princesa que envío el Cielo, y estaba seguro que cada hombre en
la boda tenia envidia.

Fue una celebración maravillosa. Waylan fue el padrino y Max y Josh estuvieron asistiendome. Pilotos de combate de toda la nave
asistieron a la ceremonia. Entre la multitud estaban mis amigos Nathan Morris y Joe Burkett -ahora un líder de escuadrón con un
escuadrón de Destroid en el Dedalos.

Mientras el sacerdote pasaba su letanía, mi mente regreso al día, cuando conocí a esta hermosa mujer. Ella era la más hermosa chica
que jamas había visto en mi vida. Sus ojos se fijaron profundamente en los míos y luche ante la urgencia de despertarme a mí mismo.

Desperté a la realidad con las palabras del sacerdote, "Ahora son marido y mujer. Puede besar a la novia." No tenía que decirlo dos
veces. Levante el velo sobre su cabeza y la bese, preguntándome que hice para merecer a esta maravillosa esposa.

Permanecimos para la partida tradicional del pastel y mezclarnos con nuestros amigos. El aire estaba cargado con una felicidad
genuina que no se había presentado en mucho tiempo. Se sentía como el día después de que la tormenta pasa, llena de frescura y
esperanzas renovadas.

Esa noche fue tan especial como ninguna en mi memoria. Había tomado el tiempo para preparar nuestro nuevo departamento,
colocando los pétalos de 100 rosas -uno por cada año futuro de mi vida que pasaría junto a ella- un sendero desde la puerta delantera
hasta nuestra recamara, escaleras arriba. La cama también estaba completamente cubierta de pétalos de rosa y la luz tenue de la
habitación era supremamente romántica

Esa noche seria la más feliz de mi vida, y en nuestro pequeño apartamento esa noche, cada momento se envolvió alrededor de la
felicidad que sentíamos al amarnos el uno al otro.
Regrese a mis deberes el 4 de Mayo, dos días después de nuestra boda. Las fuertes perdidas del mes anterior nos obligo a reordenar la
organización de nuestro escuadrón. GYSGT White tomo los restos del Equipo Dos, compuesto solamente por dos pilotos -"Beowulf"
Andersen y "Notso" Wise. Para nuestro alivio, los ataques alienígenas sobre nuestra nave habían parado y aunque el respiro que nos
otorgaron era desesperadamente necesario, su significado no era desperdiciado. Hasta este punto nuestro enemigo no había hecho un
esfuerzo serio para destruirnos. Con el poder destructivo a su disposición, no había nada que los detuviera de borrarnos del mapa
completamente y cuando nuestros perseguidores finalmente decidieran que era la hora, el fin llegaría rápidamente.

Después de estar siete semanas retirado del vuelo de combate, encontré que estaba algo oxidado. Habiendo estado fuera del ciclo por
tanto tiempo, decidí que era mejor volar como numero 3 por un rato, dándole a Waylan y a Josh de tomar turnos de volar como lideres
-lo que no solo les ayudo a nivelar su puntuación, pero les proporcionaba con valiosa experiencia de líder en combate. Como resultado,
mi actuación cayo detrás de mis expectativas y solo anoté 5 muertes durante todo Mayo, llevando mi total a 29. Esto no me preocupaba
demasiado, de hecho, estaba mas preocupado con mis hombres ala y su desarrollo. Durante esas pocas semanas los observe madurar
como lideres, volviéndose más letales y decisivos con cada misión. No podía estar mas a gusto con su progreso. Waylan se embolso
11, llevando su total a 52 y Josh quemo 15, llevando su total a un sobresaliente 59.

Para estas alturas, La Tierra estaba volviéndose más grande en la ventana, y empezamos a permitirnos algo de esperanza. Los ataques
enemigos habían hecho de todo, menos detenerse, y parecía que quizás lográramos llegar a casa. No perdíamos el tiempo en
aprovechar la oportunidad para resurtir nuestra defensa marchita -construyendo cazas, entrenando pilotos y reparando daños a la nave.
La calma durante las peleas permitían a nuestros pilotos a descansar y relajarse, cuando los ataques volvieron a mediados de Junio,
nuestros escuadrones estaban de regreso a todo potencia.

El 10 de Junio de 2010, nuestros perseguidores atacaron el SDF-1 y destruyeron la torre principal del radar. Aunque todos nuestros
sistemas de comunicaciones eran unidades de Baja Probabilidad de Intercepción (LPI) -lo que significaba que tenían varias
características para asegura la intercepción no autorizada durante la transmisión- nuestros enemigos habían aprendido una o dos cosas
de nuestro lenguaje. Una amenaza con palabras secas siguió minutos después del ataque poco característico, y escuchamos por primera
vez el nombre de nuestro enemigo -los "Zentraedi".

El mismo ataque no tenía precedente. Hasta este momento, los Zentraedi habían estado perfectamente cómodos en concentrar su
atención en minar y agotar nuestras defensas. Con el sistema de radar destruido, estabamos obligados a depender en las menos capaces
habilidades de nuestro ES-11 "Ojo de Gato", escuadrón de Precaución Aérea y Sistema de Control (AEWACS). Con un alcance de
solamente 400 millas, el radar del Ojo de Gato dejaba mucho que desear cuando se comparaba con el del SDF-1 -en la tierra, 400
millas es un enorme pedazo de cielo, pero en el espacio, no es siquiera una gota de la cubeta proverbial, y nuestra habilidad para enviar
intercepciones efectivas era dramáticamente difícil.

ES-11D "Cat's Eye" AEWACS Air/Spacecraft

La perdida de la torre del radar hizo necesario enviar nuestro Ojo de Gato en misiones de Reconocimiento y Evaluación de Amenaza
(RATA) para poder determinar que se proponían los Zentraedi. Al sondear la flota Zentraedi a distancias mas allá de las 3000 millas
del SDF-1, las probabilidades de perderse, ser atacados o de quedarse sin combustible al volar misiones RATA eran altas y eran sin
lugar a dudas una de los deberes más peligrosos a los que uno podía enfrentar. Sin ninguna duda todos los pilotos a bordo de la nave,
secretamente esperaban que no fueran escogidos como parte de la escolta de un RATA.

El 11 de Junio, regrese a mi habitación para encontrar un alegre mensaje de Rebeca en mi contestadora. La llame a nuestro
departamento y escuche las palabras más dulces que un hombre pueda escuchar.

"Cariño... ¡Vas a ser un papá!" lo dijo con una alegría que no puede ser descrita.

"¿Que voy a ser un que?" respondí, torpemente.


"¡Que vas a ser padre!" exclamo.

"¡Wow!" fué la cosa más original que alcance a decir.

Estaba encantado. Yo. Un padre. No podía creerlo. Nunca había considerado esa posibilidad, y aun así, aquí estaba, una realidad. Por
mas de una hora estuvimos hablando, discutiendo nombres potenciales junto con miles de cosas que hace la gente en la misma
situación. Después de colgar corrí por el pasillo gritando las buenas noticias a todo el que se preocupara en escuchar. Buscando por
Josh y Waylan por casi una hora, finalmente los encontré en la Sala de Espera. Alcance a decir media oración entes de que las
expresiones en sus caras me mostraron que algo drástico había pasado.

"¡Hey, voy a ser... !" mi sonrisa desaparecio. "¿Qué pasa, Josh?" pregunte, mirándolo con interrogación.

"Uh, Jake..." dijo, retirando lagrimas, su voz quebrándose, "Yo... Yo... uh... no se como decirte esto... pero uhm..." el tartamudeo,
mirando hacia el piso.

"Max esta perdido, Jake."

"¡¿Max esta que?!" exclame.

"Esta perdido. Desapareció como a las 0700 esta mañana con un Ojo de Gato y otros dos cazas. No hemos oído de ellos desde
entonces, y no se ve bien," dijo. "Lo siento."

Estuve ahí, parado en asombro. El jubilo que sentía hace un momento se evaporo, mal humorado por las noticias de que mi buen
amigo Max Sterling había desaparecido. Por varios minutos solo estuve ahí, parado, mirando incrédulo, entonces la Sala de Espera me
envolvió y mareo. Cuando finalmente me di cuenta en donde estaba, estaba en el puente del Prometeus. Pase el resto del día ahí,
esperando a que regresara mi amigo, y habría estado ahí por un mes si los Tenientes Carr y Brubaker no hubieran llegado y escoltado a
mis habitaciones.

Pase por un shock, negación y al final una furia pura e inadulterada. Maldije fuertemente, de puñetazos al escritorio, aporreando a mi
almohada tan fuerte como pude. No parecía ser posible que el más grande piloto de combate que haya visto pudiera estar muerto.
Solamente no había manera.
Llame a Beki a nuestro departamento y ahogamos juntos las lagrimas. Mi amigo Max se había ido y no había nada que pudiera hacer.
Maldije al destino por llevarse a este gran guerreo de nosotros, y prontamente me arrepentiría de haberlo hecho.

Mi vida estaba apunto de convertirse en un infierno viviente.


Parte III: Tomen Vuelo y Despeguen
Capitulo 17 - Complicaciones

La perdida de Max Sterling ocasiono un severo golpe a la moral de la comunidad de pilotos del SDF-1 --particularmente al primer
crucero de pilotos. Tanto nos concernía que Max era el pilar sobre el que cada travesía descansaba, y era la escala con la que todo se
media. De todos los pilotos a bordo de la nave -sin desacreditar al legendario Roy Fokker- Max no era solamente él más hábil, pero
también él mas querido y respetado. Su perdida fue sentida por todos, y nosotros empezamos a preguntarnos si nuestros números
subirían antes de llegar a casa. Después de todo, si Max Sterling -"Iglú," "El Genio Volador," "El Demonio Azul"- podía morder el
polvo, ¿qué nos impedía a nosotros de hacer lo mismo? Esto no parecería mantener el estereotipo del piloto macho, pero era una
actitud penetrante a bordo de la nave y demostraba no solamente que tan importante era Max, sino que tan profundo había bajado
moral en las ultimas semanas

Estaba terriblemente perturbado por la perdida de Max. Era un extraño sentimiento al ascender por el elevador hasta la cubierta de
vuelo en mi primera misión después de su desaparición. Los equipo Veritech fueron lanzados en Orden Anillo -esto es, los cazas del
Anillo BARCAP 1 despegaron primero, después el anillo 2 y finalmente BARCAP 3. La mayor parte del tiempo llegaría a la cubierta
de despegue casi al mismo tiempo que el Equipo Bermellón de Max eran asegurados en sus catapultas. Buscando por el familiar
Valkyrie con vivos azules, vi en su lugar un VF-1A color café. La realidad finalmente tomó su lugar. Max Sterling se había ido.

Llege a estar furioso, repetidamente golpeando mi puño derecho contra la cabina de mi Veritech, maldiciendo dentro de mí mascara.
Jure aquí y allá hacer algo para vengar la muerte de Max. Esos bastardos Zentraedi pagarían caro. Mandarlos a todos ellos al Infierno.

Mientras me volcaba de furia, mi oportunidad de venganza tendría que esperar por varios días. El intervalo en los ataques Zentraedi
continuaron sin interrupción, y aunque continuaba en estar frustrado ante mis intentos de romper mi racha sin impactos, no podía haber
pedido un mejor momento para unas vacaciones. La usualmente confiable Ojo de Gato tuvo una racha de inexplicables problemas
electrónicos resultando en algunos enormes agujeros en las pantallas de nuestro radar. Cada punto ciego en la red del radar era cubierto
a toda hora por dos escuadrones de Veritech operando en turnos de seis horas. Los tiempos de cambio de guardia estaban arreglados de
tal manera que cada tres horas un escuadrón en cada sector era relevado, y todos los escuadrones cambiaban turnos cada doce horas.
Operando con menos de seis horas de sueño entre cada misión, no tomaría mucho antes de que los nervios empezaran a estar tensos.

El cese al fuego Zentraedi duro hasta la mañana del 26 de Junio. El turno de mi escuadrón esta a punto de terminar, y después de casi
seis horas de escudriñar la oscuridad mis ojos empezaban a desvariar, volteando hacia La Tierra. Como el doble de mi pulgar, era de
un hermoso color azul con nubes arremolinadas por todos lados. Tenia una urgencia de dirigir mi caza en esa dirección y solo hacer
una rápida zambullida. Empece a calcular la distancia en mi cabeza. Si aceleraba podía alcanzarla en solamente...

Un punto negro parpadeó enfrente del planeta y desapareció. Después llegaron dos más. Me volví a acomodar en mi asiento.

"Lider Aguila Rápida desde Dos Cero Nueve, tres boogies acaban de parpadear a las diez en punto."

Despues de una rápida búsqueda en el área "Nueve desde Uno, no juegues. Fuera. Líder Metralleta este es Líder Aguila Rápida, tengo
tres boogies dirigiéndose hacia ti, cambio," dijo Carr.

"Aguila Rápida Uno desde Metralleta Uno, entendido."

Me recargue sobre mi hombro izquierdo y revise la oscuridad. No vi nada. Nuestros radares sondearon el área enfrente de nosotros,
pero no nos devolvieron ninguna señal. Otra mirada en dirección a La Tierra y vi mas puntos. Dirigí una mirada a la pantalla en mi
panel de instrumento. Normalmente nosotros volaríamos con nuestros radares en estado de espera para reducir las oportunidades de ser
detectados por el enemigo, confiando en un enlace desde el radar del SDF-1 para detectar enemigos. Pero debido a los agujeros en la
pantalla del radar, nos veíamos obligados a volar con nuestros radares activamente sondeando por actividad enemiga. Esto
principalmente incrementaba nuestra detectabilidad al enemigo -ellos sabían donde estabamos al sentir nuestras emisiones de radar y si
ellos querían, podían simplemente darnos la vuelta. Mi pantalla estaba en blanco. Estabamos siendo interferidos.

"Uno desde nueve, tengo boogies, diez en punto. Ocultos enfrente de la Tierra," llame excitadamente.

"Tallyho, los tengo. Aguilas Rápidas, a la izquierda a cero-tres-cero. Fuera. Ataque, este es Aguila Rápida Dos Cero Uno, tengo
boogies a las tres-tres-cero radial, cuatro-cinco-cero millas, dirigiéndose uno-ocho-cero, cambio."
Sin cobertura de radar en nuestra área era poco lo que el controlador de defensa podía hacer, excepto tratar de llenar el agujero con mas
cazas. Las naves en alerta estaban sin lugar a dudas despegando y por la nave, el personal estaba manejando artillería antiaérea y
baterías de misiles.

Mientras nos dirigíamos hacia La Tierra, mas espectros pasaban enfrente de ella. Finalmente, mi radar empezó a regresar algunas
señales intermitentes. Seis puntos aparecieron, identificados como Pods de Combate Raulon've, seguidos muy de cerca por dos
docenas mas de varios tipos.

Zentraedi Raulon've Fighter Pod

"Aguilas Rápidas Noventa y nueve, revisen todos los sistemas"

Empece por toda la rutina de asegurarme que todo estaba "caliente" y preparado para la batalla que se avecindaba. Pase por mi lista
tres veces para estar seguro, verificando que todo estaba listo. Brazo maestro... encendido. Bombas de combustible... encendidas.
ECM... activo. Arneses... asegurados. Estos elementos, entre otras cosas, eran parte de la letanía que hacia mucho tiempo había
aprendido, al derecho, al revés y a los lados.

El surgimiento de adrenalina estaba otra vez presente, y me estremecí mientras recorría mis venas. Una vez mas el juego estaba a
punto de ser una realidad. Mientras nos acercábamos a los bandidos mi HUD se encendió y me casco empezó a dar los tonos y rugidos
mientras mis misiles aseguraban sus blancos.
"Muy bien Aguilas Rápidas, vamos a hacerlo. Manténganse unidos todo lo que puedan. Disparen a voluntad, caballeros," ordeno el
Tte. Carr.

Nos acercamos rápidamente a la formación enemiga. El cono letal del Stiletto se expandía hasta sesenta millas en el espacio -casi el
doble que su contraparte alienígena- lo que significaba que la probabilidad de un contacto, no importaba lo que hiciera el enemigo para
evadirlo, era casi 99%. Mientras los puntos de mi HUD cambiaban de amarillo a rojo, dispare tres Stilettos hacia la formación
Zentraedi. Mientras los misiles se dirigían hacia adelante, el grupo de cerca de ochenta Raulon'ves y Regults, formaron una V invertida
de deltas de tres naves, dividiéndose -la mitad dirigiéndose hacia el SDF-1 y la otra mitad permaneciendo para pelear con nosotros.

Los misiles encontraron su marca y relámpagos brillantes -como fuegos artificiales- iluminaron el cielo oscuro. Grite a través de la
formación con mis compañeros mientras piezas de chatarra rebotaban en mis alas y cabina. Escuche al Tte. Carr llamar al Líder
Metralleta con la esperanza de que él pudiera interceptar el grupo de Battlepods que nos habían pasado y que se dirigían hacia el SDF-
1. Jale la palanca siguiendo al Tte. Sprabary arriba y sobre la formación Zentraedi y me preguntaba cuantos había alcanzado a ver sin
ser advertido antes de que yo los hubiera localizado.

Mientras miraba a través de la cubierta de mi cabina me encontré aliviado de estar luchando con Raulon'ves. Aunque estaban
fuertemente armados y extremadamente rápidos -en una línea recta- ellos tenían una armadura ligera y eran tan maniobrables como el
edificio Empire State. No tomo demasiadas cargas para convertirlo en una Candela Romana, y si un piloto de Valkyrie obligaba a un
Raulon've a luchar en forma circular, sus oportunidades de éxito se incrementaban exponencialmente.

Mientras nosotros nos zambullíamos con los cazas enemigos, ellos se separaban en todas direcciones y el Tte. Sprabary llamaba a
nuestro equipo a que se separara. Cambiando a modo Guardián, formamos un triángulo traslapado con nuestras armas, cubriendo los
traseros de los demás lo mejor que podíamos, hasta que el enorme número de cazas enemigos nos forzó a pelear por nosotros mismos.
Mientras los amenazantes Battlepods verdes nos pasaban rápidamente por todos lados, brillantes relámpagos amarillos de fuego láser
iluminaron el cielo estrellado como si fuera un sádico vídeo juego. Jalando hacia atrás y hacia delante en un esfuerzo desesperado para
evitar una colisión, pero el esfuerzo fue miserablemente inútil. Era como esquivar gotas de lluvia y sabia que solamente era cuestión de
segundos antes de que me convirtiera en dueño de un enfrentamiento con un caza Raulon've.

El sudor irrito mis ojos y se empaño contra mí mascara, pero no podía tomarme el lujo de soltar los controles para limpiarlos, tampoco.
Dispare un par de misiles, cerrando un ojo, luego el otro para poder ver. Un enorme relámpago enfrente de mi marco el final de un par
de Battlepods. Alrededor de mi, Raulon'ves y Veritechs revoloteaban en una macabra danza mortal. Todavía no podía ver muy bien, y
simplemente tire de la palanca para no ser un blanco estacionario.

Mientras giraba hacia la izquierda, un grupo de Raulon'ves cargaron hacia mí, pasando sobre mi cabeza, pistolas estallando. En ese
momento pense que moriría -cegado por el sudor que estaba expirando dentro de mi casco- pero estaba equivocado. El Valkyrie del
Tte. Sprabary paso sobre mí llegando por la izquierda, el monton de Battlepods desintegrándose en su estela. Su ataque brillante y
oportuno me dieron el respiro que necesitaba tomar. Empujando el acelerador salí del área de combate a máxima aceleración. Después
de limpiar mi cola, rápidamente sacudí todo el liquido salada de mis ojos antes de hacer otra vuelta dentro de la bola de estambre de la
que había salido hace unos momentos.

Cambiando a modo de caza, gire mi Valkyrie para volver a enfrentar a las naves agresoras. Llegando por detrás de un par de ellos,
dispare una descarga de mi arma GU-11. Los Raulon'ves se desintegraron bajo la tormenta de balas de 55 mm. Mientras volaba a
través de los restos, observe sobre mi hombro y vislumbre a mis seis en punto y vi un Raulon've soltar un paquete de misiles hacia mí.
Unos cuantos de ellos explotaron cuando golpearon los restos del primer par de Battlepods pero el resto estaban firmemente
comprometidos a alcanzarme. Mi casco estaba gritando un aviso mientras mis sensores rastreaban los misiles. Cambie otra vez a modo
Guardián rapidamente y lanzando bengalas por todo lo que valía. Mientras las piernas se columpiaron hacia delante, mi señal de
temperatura disminuyendo grandemente, por lo tanto, aumentando la probabilidad de que las bengalas distraerían a los misiles.

Continuando maniobrando mi caza hacia delante y hacia atrás, un relámpago brillante se reflejo en los espejos de mi cabina cuando los
misiles detonaban contra las bengalas, inmediatamente voltee mi Valkyrie hacia la izquierda, pisando en el pedal derecho para hacer
que diera la vuelta a la derecha. Mientras la GU-11 alcanzo a apuntar al caza enemigo, dispare una ráfaga de medio segundo. Era todo
lo que se requería. El Battlepod exploto en medio millón de partes, restos volando en todas direcciones.

Empuje el acelerador a máximo poder, reconfigurando a Battloid mientras el fuego del cañón recorría el cielo que acababa de ocupar
hace unos cuantos segundos. Un Raulon've aparecí debajo de los pies de mi Battloid, lo suficientemente cerca como para tocarlo,
mientras un grupo de tres Battlepods aparecieron desde la derecha. Rotando hacia atrás en un medio brinco, grite para salir del peligro,
mientras disparaba entre las piernas del Valkyrie hacia el primer Battloid. Las balas golpearon el blanco, dejando una línea de agujeros
en la cabina del caza, el cual se desintegro con un haz de luz. No tenia tiempo para disfrutar la victoria, ya que un segundo grupo de
Battlepods llegó atacando para enviarme al infierno. Cerca del pánico, cerré mis ojos y descargue los siete misiles que me quedaban.
Una enorme explosión surgió, envolviendo mi Valkyrie en una bola de fuego efímera, piezas de acero retirándose de mi caza.
Despues de eso, se acabo. Los tres Battlepods no eran nada, mas que bolas de metal retorcido, mientras giraba mi Battloid alrededor
para verificar la situación, me encontré completamente y totalmente solo. Era increíble que rápidamente puede uno salir de una pelea.
Un momento te encuentras completamente rodeado, a un instante de la muerte, y al siguiente te encuentras con nada, excepto una
calma surrealista. Sin luces de aviso que requirieran mi atención, sin rechinidos de una parte que estuviera a su limite máximo, sin
gruñidos de los misiles demandando a ser apuntados a un blanco sospechoso. Solo un silencio preocupante.

"Noventa y nueve Aguilas Rápidas, repórtense," vino la orden de Carr.

"Dos." Ese era el Tte. Plog

"Tres." Segundo Teniente Ray.

"Cuatro." El Tte. Sprabary.

"Seis." 1 Sargento Tarango, ahora Líder del segundo Equipo de Ataque del Escuadrón Uno.

"Siete." GYSGT White -"Gunny Honky," lidereando al resto del Escuadrón Dos.

"Ocho," aviso SSGT Mitchel, el número dos de Tarango.

"Nueve," respondí.

"Diez," vino la llamada de Josh. Estaba contento que había pasado son problemas.

"Once." Para mi alivio, Waylan estaba bien.

"Doce." LCPL James "Beowulf" Andersen.

"Catorce." Sgt. Thomas "Notso" Wise.

Los números que faltaban -5, 13 y 15- eran los miembros de nuestro escuadrón que ya habían partido -Sherman, Clements, Takamura.
"Noventa y Nueve Aguilas Rápidas, formación. Estoy en la tres-cinco-cero, uno-cero radial, cuatro-cero-cinco millas."

Volte mi Valkyrie y me dirigí en dirección de la posición de Carr. No me había dado cuenta que tan lejos había volado durante mi
corta pelea, y cinco minutos pasaron antes de que pudiera ver los otros ocho cazas del escuadrón, formados pulcramente en un escalón
descendiente derecho. Deslizándome detrás de ellos, me coloque en posición entre Sprabary y Josh.

"Muy bien Aguilas Rápidas, vamos a ejecutar las revisiones," nos llamo Carr. "Repórtenme cualquier daño inmediatamente."

Como fue ordenado, di una revisión rápida de mi estatus. Combustible y municiones estaban bien, pero mi turbina numero dos estaba
calentándose un poco. Escogí permanecer callado, una decisión tonta. Afortunadamente, mi orgullo no me dañaría en esta ocasión.

Continuamos patrullando sin ningún incidente hasta que el escuadrón del Tte. Brubaker llego como nuestro relevo. Después de
intercambiar los acostumbrados saludos, Carr nos llamo a que rompiéramos la guardia y regresamos al Prometeus para recuperarnos.

Mientrsa salía de mi Veritech y observaba el número de marcas de muertes a lo largo del alféizar de mi cabina. Ahí había veintinueve
de ellas, alineadas en dos filas de diez y una de nueve. Era una vista embriagadora.

"¿Cuántos logro anotar esta vez, jefe?" pregunto Philo.

"No lo sé," dije dándole mi casco con un guiño. "Tengo mala suerte a la hora de contarlos."

Oficialmente me fueron acreditados ocho muertes -mi total mas alto desde la chiripa de mi primera misión. Claramente esta no era una
venganza apropiada por la perdida de Max Sterling, pero al menos pude extraer alguna retribución por su muerte.

Mi total ahora estaba en treinta y siete.


Mientras me dirigía a mi habitación, exhausto. Rebeca me había dejado un mensaje para que la llamara cuando regresara. Estaba
rendido, con apenas suficiente energía para marcar su numero. Ella estaba feliz de que había regresado a casa sano y salvo.

"Voy a ver al doctor mañana. Hora de revisión," me tanteo. Podía escuchar la sonrisa en su cara.

"Ah, yo un papi. Tu una mami. Extraño, ¿no?" dije sonriendo.

"Seguro que lo es. Oh, te amo tanto," ella dijo.

"Y yo te amo a ti, también, nena."

"Nos vemos mañana," dijo.

"Ya dijiste. Buenas noches mi amor," le dije.

"Buenas noches."

Coloque el teléfono en su lugar y ya estaba dormido antes de que llegara a la almohada.

La siguiente mañana, llegue a la sala de juntas para la junta matutina y me encontré que Waylan, Josh y yo habíamos sido
recomendados para una promoción.

"Me servirá el aumento," le dije a Josh, irónicamente.

"Si, pero me tendrás que llamarme 'Señor,' mugroso" dijo, encajando un dedo en mi pecho.

"Actualmente, yo seré un Senior, pedazo de lombriz. ¿Cuándo es tu cumpleaños?"

"El 9 de Septiembre," dijo.


"¡¡Ja!! 2 de Abril. Voy a ser Senior, cabeza hueca. ¿Cuándo es tu cumpleaños, Donny?" le pregunte.

"El 5 de Julio," contesto Waylan.

Rei estruendosamente. "Par de perdedores, es mejor que esperen que ellos pierdan mis papeles o ustedes estarán trabajando para mí."
Dije, tomando una pose Napoleónica.

"Nunca mientras vivas, tarado," dijo Waylan, mientras estallábamos en risas.

"Atencion Señores," vino la llamada de la parte de atrás de la Sala de Juntas. Todos nos formamos en atención mientras el Tte. Carr
marchaba hacia el pasillo que dividía las dos secciones de las butacas de auditorio.

"Empecemos, caballeros," dijo.

Con esas palabras, la junta empezó.

La misión paso sin ningún evento. Después de seis horas de estar sentado en la cabina del Valkyrie, mi parte trasera se sentía como
plomo, estaba ansioso para salir de ahí. Después de desabrocharme los cinturones de seguridad, le pase mi casco a Philo, que había
trepado por la escalera de abordaje de la cabina.

"Jefe, el Capellán quiere hablar contigo de inmediato," dijo.

"¿El Capellán?" Le pregunte algo sorprendido. "¿Qué desea?"

"No lo sé, Cabo. El solo dijo que necesita hablar contigo de inmediato."

"Muy bien Philo. Gracias," dije, una sensación de temor cubriéndome.

Despues de descender de la cabina, me dirigí hacia el Capellán y lo salude. "Comandante," dije.


"Por favor, descanse," dijo, regresándome mi saludo. "Tengo unas noticias muy serias para ti, hijo. Tu esposa esta en cirugía -ha
habido un problema. Estoy para escoltarte al hospital de inmediato. No te preocupes en cambiarte tu traje de vuelo, salimos
inmediatamente. El Tte. Carr será informado del motivo de tu ausencia."

Mi sangre se volvió fría, drenándose de mi cara, mientras las lagrimas se acumulaban en mis ojos. Casi me desvanezco ahí en la
cubierta del hangar, pero invocando a la fortaleza llegue al jeep del Capellán.

Nos dirigimos rápidamente al hospital.

Cuando llegamos a la sala de emergencias los doctores me informaron de la situación. Durante la revisión matutina de Rebeca, su
actividad sanguínea se volvió anormal. Exámenes revelaron cáncer cervical y de ovarios de una naturaleza agresiva -una rareza
astronómica para alguien de la naturaleza de Beki- requiriendo cirugía de emergencia e inmediata. En las palabras del doctor era "un
milagro que ella concibiera." Dos horas después de entrar a la oficina del doctor para una revisión de rutina, mi amada Beki estaba
bajo un cuchillo.

Espere por mas de cinco horas en la sala de espera, a que despertara de la cirugía, pero la hora de junta se estaba acercando y no podía
esperar más. Mientras la besaba en su frente observe su cara. No podía soportar la idea de seguir mi vida sin ella, y llegue a un punto
de sollozos y lagrimas. Sentía que todo lo que había llegado a ser en este momento era por ella. Ella me había apoyado, alentado...
creído en mi, cuando ni yo creía en mi... y la vida sin ella seria demasiado para soportar. Toque su mano, y dirigí mis pasos fuera del
hospital, completamente mareado.

La vida, repentinamente, había perdido mucho de su valor.

Capitulo 18 - Tristes Despedidas

La hospitalización de Rebeca no pudo haber llegado en un momento tan terrible. Los Zentraedi una vez mas realizaron sus asaltos al
SDF-1, y mientras más nos acercábamos a la Tierra, mas determinados parecían estar en evitar a que llegáramos ahí. Día tras día los
ataques incrementaron en intensidad y frecuencia y nuestros pilotos ya gastados rápidamente se encontraron a sus limites. La defensa
de la nave estaba a un alto costo, y cuando el 4 de Julio llegó, había muy pocos motivos de celebración entre el contingente
norteamericano de pilotos.

Nuestras reducidas defensas nos permitieron muy poco más que volar y pelear. Todos los pilotos estabamos en un estatus de alerta de
24 horas así que no tenia tiempo libre para atender a mi hermosa esposa. Pase cada hora que podía en el hospital, acompañándola todos
los días que siguieron a la cirugía, dormitando en una silla a un lado de su cama, traje de vuelo sucio, y su condición no parecía
mejorar.

Se descubrió que la cirugía inicial de Beki no fue lo suficientemente extensa. Mas exámenes mostraron que el cáncer, alimentado por
las hormonas producidas por el joven cuerpo de Rebeca, ya se habían propagado y atacado su otro órgano reproductor antes de que se
intentara la primera operación. El mal estaba tan avanzado que los doctores garantizaban que las siguientes operaciones serian exitosas
solamente si el cáncer no se había propagado por su cuerpo. Así que no había opción mas que retirar el sistema reproductivo infectado
de Rebeca y perderíamos al bebe. Era un triste día para ambos -aunque estaba mas preocupado por la salud de mi querida Beki -y ella
recibió las noticias muy acongojada.

"Oh, Jake," lloro. "Yo quería tanto darte hermosos niños, Lo siento mucho."

La sostuve y trate de asegurarle que estaba bien, pero ella estaba mas allá de ser ella misma. Sus ojos, una vez del más hermoso color
azul, se habían tornado del color de una nube de tormenta invernal, y podía sentir el deseo de la vida resbalar de ella.

"Beki, por favor. Mantén las fuerzas. Tienes que pelear esta batalla, cariño. Por favor pelea." La sostuve mientras sus lagrimas
continuaban saliendo. Había muy poco que hacer para mí y en ese momento acaricie el pensamiento de mi propia muerte. Una vez
mas, la vida había tomado un camino hacia lo peor.

El único punto brillante en una mes que era terrible fue el regreso de Max Sterling y compañía. Que ellos hayan logrado regresar a casa
-sin mencionar con vida- era por sí solo un hecho de intervención divina.
El día del regreso de Max, el Equipo Ogro estaba volando como parte del Anillo BARCAP 1. Una enorme lucha había aparecido a
nuestra derecha y mientras nos preparábamos a ser enviados a esa dirección, un haz de luz llamo mi atención. Se estaba moviendo muy
rápido -en la dirección incorrecta- para ser un Veritech.

"Ogro Uno desde Dos, tengo un boogie a las 5 en punto, dirección uno nueve cero, contacto," llame, mientras dirigía mi caza hacia la
nave enemiga. Un piloto que llama contacto indica que debe maniobrar inmediatamente para mantener contacto visual, así las otras
naves en la formación saben a donde dirigirse.

"Dos desde uno, no hay juego. Es toda tuya," vino la respuesta de Sprabary.

Perdi el contacto visual con la nave, cambie mi vista a la pantalla del radar en mi consola. El radar no pudo identificar el boogie, y
después se volvió en un tipo de maquina Zentraedi jamas vista -el Queadlann-Rau. Mientras lo observaba, el blanco apareció en mi
pantalla en un patrón de zigzag, después desapareció fuera de rango.
Zentraedi Queadlann-Rau Powered Armor Suit
Sprabary hizo una llamada al Equipo Skull, ya comprometido en otra pelea. Mientras en nuevo caza se acercaba hacia el SDF-1
mientras dejaba un sendero de destrucción en su camino. La reacción al nuevo caza puede ser mejor expresada por nuestro
Comandante de Ala Senior, LCDR Roy Fokker, que exclamo, "¿Qué diablos fue eso?"

Nadie sabia.

La batalla fue muy breve pero feroz, y como más tarde se descubriría, estaba diseñada para distraer las defensas lo suficiente para
introducir tres espías Zentraedi -llamados Rico, Bron y Konda- a bordo de la nave. Fue brillante y mientras el último caza Zentraedi
desaparecía del área, rápidamente nos dimos cuenta del alto costo de este enfrentamiento. Tan lejos como podía ver, el cielo estaba
lleno de muerte y desechos -los restos de Battloids y Battlepods dañados.

De regreso al Prometeus, mi caza fue golpeado por miles de pedazos de basura, y nuestro lugar en el patrón de aterrizaje era
continuamente atrasado mientras cazas hacían aterrizajes de emergencia sobre la nave. Observando a los cazas mientras aterrizaban,
estaba extasiado ante la belleza de todos. Luces de navegación centelleaban como luciérnagas y las piezas rotantes de los restos
reflejaban la luz del sol en ritmos armónicos. El que la muerte se reflejara tan increíble era tan irónico que nunca había visto algo así.

Habiendo llegado al ultimo al área de combate, teníamos mas combustible y fuimos colocados al final de la línea. El tanque de
emergencia estaba orbitando cerca, y observe a un par de Valkyries conectarse antes de aproximarse a la nave. Después de orbitar en el
patrón Marshall por casi media hora, finalmente tuve oportunidad de llegar a la nave, y mi aterrizaje fue sorpresivamente sin
novedades -un aterrizaje en cable tres de libro de texto.

Despues de asegurar mi caza en la cubierta del hangar, me retire mi casco y observe mi panel de instrumentos. Estaba mareado ante las
ironías que continuaban apareciendo ante mí. Mi aterrizaje fue perfecto, y mi puntería no pudo haber sido mejor (cuatro muertes con
solamente 47 tiros) aun así, mi vida se estaba convirtiendo en una tragedia griega y no podía comprender porque. Pensando en mi
amada esposa, muriendo en el hospital, me desconecte de la realidad por varios minutos hasta que Philo me sacudió el hombro.

"¿Jefe? ¿Se encuentra bien?"

"¿Qué?" mire a mí alrededor, confundido.

"¿Esta usted bien, Cabo?" me pregunto otra vez.


"¿Huh? Oh... Oh, si. Si, estoy bien, Philo."

Estaba determinado a aparentar estar compuesto, aunque una mirada a mis ojos mostrarían que podía demostrar cualquier cosa pero
estar compuesto.

"Acabo de escuchar algunas buenas noticias que tal vez estaría interesado, Cabo," dijo.

Por un breve instante jugué con el pensamiento de que podría ser Beki, pero estaba equivocado.

"El Comandante Fokker y su equipo acaban de capturar un Battlepod Regult Zentraedi," dijo. "Y usted nunca adivinara que
encontraron dentro."

"Si, me doy. ¿Qué encontraron?" Difícilmente podría estar interesado en otra cosa mas que mis propios problemas, pero me imagine
que Philo esta haciendo todo lo posible para animarme, así que pretendí que me interesaba.

"Ellos encontraron a Max Sterling y su pandilla," dijo con una sonrisa.

"¿Ellos que?" exclame.

"Sip, encontraron a Max. Esta de regreso"

Me abalance sobre un teléfono e hice una llamada al puente. Con confianza de que Fokker había encontrado a Max Sterling. El
Demonio Azul estaba de regreso.

La condición de Beki continuo deteriorándose mientras el SDF-1 se aproximaba a la Tierra. Aunque los tratamientos contra el cáncer
habían evolucionado con los años, eran cualquier cosa menos una ciencia exacta, y aun lo más moderno en tratamientos de radiación
no podían garantizar una cura. Aun así, estabamos a tres días de la Tierra y había esperanza de que una vez que aterrizara el SDF-1,
Rebeca podía ser trasladada a la Unidad de Cáncer en el Hospital San Francis en Salt Lake City, el principal centro de tratamiento
contra el cáncer. Era su única y verdadera oportunidad.
Como iba, mi vigilia constante estaba acompañada de visitas de Waylan, Max, Josh, el Tte. Brubaker y otros. Mi familia, junto con la
de Beki, me aseguraron que ella nunca estaría sola.

Entre los amigos, al Tte. Brubaker parecía llegarle al corazón la condición de Rebeca mas que a ninguno. Estoy seguro que nos vio a
los dos con una mirada de padre, y ver a cualquiera de los dos en dolor o peligro le desconcertaba sin lugar a dudas. Mientras le decía
adiós a Beki en la mañana del 11 de Julio, ella no tenia razón para creer que era la ultima vez que lo vería. Desde este punto de vista,
era probablemente lo mejor.

Las altas perdidas sufridas durante las ultimas semanas, aunado al inoperable sistema de radar, nos obligo a eliminar el anillo
BARCAP externo. Simplemente no había suficientes pilotos para cubrir todos los agujeros, así que no tuvimos otra opción mas que
mover todo en una recorte. Esto no hizo sentir bien a los pilotos, viendo como se perdía el poco apoyo que nos ofrecía el anillo
exterior. Aunque no era muy efectivo para realizar intercepciónes sin la guía del radar, el tiempo que nos ofrecía al tener el primer
anillo era mejor que no tener nada.

La historia familiar de un ataque de fuerzas superiores se repitió el 11. Con el Tte. Brubaker guiando el BARCAP vespertino, y los
equipos VF peleando una gran lucha. No tomo mucho tiempo, antes de que las embestidas diezmaran los rangos de los ojerosos pilotos
Veritech, mientras caían ante las armas Zentraedi.

Apenas había alcanzado el hospital después de mi patrullaje cuando llego la alerta. Hice una salida rápida del hospital, esquivando
camillas cargadas de pacientes en camino a la sala de operaciones. Disparado hacia mi jeep -el cual amablemente me lo había prestado
el Tte. Carr- derrape saliendo del estacionamiento dirigiéndome al Prometeus.

Dejando el jeep en una esquina del hangar, llegue a la cubierta corriendo y alcance a mi caza. Con mi puño derecho golpee el "Botón
de Arranque" se guardo la escalera de abordaje, mientras me ajustaba mi arnés y mi traje, el Valkyrie iniciaría su secuencia de auto
arranque. Para el momento que alcance la cabina, todos los sistemas estaban en línea y listos para partir.

Despues de montar y abrocharme, Philo me alcanzo el director de vuelo y procedí hacia la cubierta de despegue. Los cazas eran
lanzados hacia la vasta oscuridad mientras me colocaba en posición detrás de uno de los puertos de las catapultas. En la distancia,
brillantes emisiones de luz, llenaban de puntos el cielo estrellado.
La catapulta me envío fuera de la cubierta e inmediatamente gire para librar la punta final del portaaviones. Me alcanzo otro piloto de
un escuadrón SDF-1 y juntos llegamos al área de combate. Después de una rápida apreciación de la situación, nos zambullimos dentro
de la pelea.

Battlepods y Valkyries se perseguían unos a otros, en un intento de salir victorioso. Los dos cambiamos a modo de Battloid y no
perdimos tiempo en disparar a todo lo que pasaba enfrente de nosotros. Era la pelea más intensa en la que jamas haya estado, y en
ningún momento mi cabeza, ojos o manos dejaron de moverse. Bailamos por todo el cielo relampagueante, disparando Battlepods,
esquivando disparos de cañón y evitando colisiones en nuestros esfuerzos de protegernos unos a otros

Durante la salvaje refriega, dispare a todo lo que se movía, dispare un trío de misiles hacia un grupo de cuatro Regults, destruyendo los
cuatro. Girando a la izquierda para evitar un disparo de láser, dispare dos mas a otro grupo entonces brinque hacia delante y destruí
otro Battlepod con mi GU-11. Pise el pedal derecho, luego el izquierdo, jalando hacia atrás y hacia delante. Lanza Misiles. Rifle. Jala.
Lanza Misiles, Rifle, Jala. Dos misiles mas, dos impactos más. Una serie de descargas con el rifle destruyeron varios cazas Zentraedi,
y como Moisés partiendo el Mar Rojo, el área estaba momentáneamente libre.

Me quedaban once cargas.

"Sand Pebble Dos desde uno, Winchester." Para esta misión había escogido "Sand Pebble" como mi identificador, estaba adoptando a
mi hombre ala adoptivo que me había quedado sin municiones.

"Correcto, uno. Regresamos a tu discreción," dijo.

Clave el acelerador a máxima potencia y salí del área de combate en dirección al SDF-1, el otro piloto cubriendo mi cola. Tenía que
abordar el Prometeus para rearmarnos lo más rápido posible.

Las cosas estaban en un completo desorden y sentía que no tenía el suficiente tiempo de pasar por el calvario de un patrón de
aterrizaje. Todavía en modo Battloid, me acerque al SDF-1 por la parte baja para no cruzarme con ningún caza que pudiera estar en el
patrón, y llegue a una de las bahías de maquinas en el estribor del SDF-1, justo cuando estaba a punto de vomitar otro par de cazas.
Con mi intrépido acompañante a remolque, llegue a la bahía del hangar del SDF-1 y tome un par de GU-11 de un casillero de armas.
Pasándole uno a mi ala, tome el otro y cargamos fuera de la bahía del hangar, dirigiéndome en dirección de la pelea que acababa de
dejar.

Cuando llegamos a escena, la batalla había terminado, movido o dividido, así que fuimos por mas juego -el cual encontramos en forma
de un enorme grupo de Regults retirándose del SDF-1. Envalentado por éxitos pasados, otra vez nos clavamos dentro de la formación
Zentraedi, desviando Battlepods en todas direcciones. Empleando los mismos métodos que antes, nosotros dos nos apropiamos de una
área particular del cielo y golpeábamos a todo lo que entrara ahí. No paso mucho tiempo antes de que los Zentraedis se fueran
buscando una victima más fácil.

Mientras nos dirigíamos en busca de mas blancos, el director del SDF-1 nos indico que rompiéramos nuestros ataques y que
regresáramos a la base. Mi hombre ala había trabajado increíblemente bien, y mientras entrábamos al patrón Marshall hacia el
Prometeus me hizo la seña del pulgar, después rompió la formación, dirigiéndose al patrón de aterrizaje del SDF-1. No tenía idea de
quien era el piloto en el Veritech con marcas doradas, pero era un guerrero endemoniado.

Mi actuación alcanzo un nuevo tope. Oficialmente me acreditaron con un sobresaliente 21 en mis dos salidas ese día -12 de ellos con la
GU-11- llevando mi total a 62. En mi corazón sabía que la cuota era mucho mayor -quizás tanto como una docena. Estaba en un modo
que no había experimentado antes, y la ironía era inconfundible.

Cualquier placer que haya sentido estaba templado, aun así, al descubrir que mi amigo y mentor, Tte. William Brubaker, había fallado
al regresar del combate del día. Era una aturdidora realidad que había encontrado imposible de creer. Nadie vio que lo golpearan.
Nadie lo vio en problemas. El simplemente se desvaneció.

Segundo detrás de Roy Fokker en victorias, el Tte. Brubaker estaba entre la elite de pilotos de combate de toda la historia, y su perdida
fue un gran impacto entre mis compañeros pilotos de combate, provocando una gigantesca sombra ante nuestro inminente regreso a la
Tierra. La historia detrás de la desaparición del Tte. Brubaker tendría que esperar cinco años para ser resuelta, y sería causa de una
sombra mayor sobre los supervivientes del fallido viaje del SDF-1.
Estaba inconsolable. Mi esposa estaba muriendo, nuestro bebe se había ido y ahora el hombre que pavimento el camino para que mi
sueño se convirtiera en realidad estaba perdido y presumiblemente muerto. Era casi demasiado. Fui a mi cuarto y llore por mas de una
hora -quería sacarlo de mi sistema para que Beki no supiera que estaba mintiendo cuando le dijera que el Tte. Brubaker estaba muy
ocupado para una visita.

Sin mas lagrimas que verter, me arregle lo mejor que pude y me dirigí al hospital. Mientras viajaba en el elevador hacia el piso donde
Rebeca estaba permaneciendo, un sentimiento debil de terror me alcanzo. Las puertas se abrieron y camine por el corredor hacia la
habitación de Beki. Cuando di vuelta en la esquina fui recibido por la cara preocupada del doctor de Beki, y podía saber por su
expresión que las cosas no estaban bien.

Rebeca Jane Casey-Framton, la hermosa y adorable niña que había conocido ese día infernal del 2009, cayo en coma y falleció a las
3:44 P.M, el 11 de Julio de 2010. Ella tenia 18 años de edad.

Las noticias me golpearon como un tren de carga. Me sentía como si estuviera en el centro de una explosión nuclear -sintiendo calor,
dolor. Las paredes se cerraron y encontré que me era imposible respirar, como si un oso gigante estuviera aplastando mis pulmones.
Con un corazón pesado, me dirigí a mi habitación, asegure la puerta y procedí a llorar como un bebe -solo en mi angustia. Era mejor de
esta manera...
Parte IV: Tomen sus Posiciones
Capitulo 19 - De Regreso a Casa

En la tarde del 12 de Julio de 2010, el SDF-1 cayo en las cálidas aguas del Pacifico Sur. Después de casi un año en el espacio, los
ciudadanos de Ciudad Macross habían regresado a la Tierra. Una gran hola de euforia cubrió la nave, pero me encontraba
completamente ajeno a ella. En las 18 horas previas, había hecho nada mas que llorar. Realmente no había palabras para describir lo
que se siente al perder a la persona que más amas. Tenia un profundo vacio en mi alma y mi corazón parecía como si estuviera hecho
de plomo. Había llorado hasta que no hubiera mas lagrimas que llorar y simplemente me había encerrado en mi cuarto, un simple
caparazón de mí mismo.

El comandante de mi escuadrón no pudo haber estado mas consternado de mi situación y a pesar de las objeciones del alto mando, me
otorgo una licencia de tres días. El Coronel Johannes I. Maistroff, el Oficial Ejecutivo del SDF-1, estaba en contra de cualquier tipo de
licencia para los pilotos. Por que el hombre se puso tan duro sobre mi, esta fuera de mi alcance, pero cuando se entero que estaba fuera
de los registros de vuelo, se puso furioso, demandando una inmediata retracción de la orden y que regresara a mis deberes. Tomo la
intervención del Comandante de Ala Senior, CDR. Roy Fokker, junto con el Cirujano en Jefe para finalmente hacer cambiar la mente
de Maistroff. La prisa hizo que Fokker aun amenazara a Maistroff con daño físico si no retiraba su orden.
"¡La única cosa que usted a volado Maistroff, es este escritorio! ¡Y le prometo -le prometo- que si envío a ese chico allá afuera y él
regresa" en una bolsa, voy a arrancar su pomposa cabeza con mis propias manos!

Con el Capitán Gloval, fuera de la nave tratando de convencer al Consejo del Gobierno Unido de la Tierra (UEG) para permitir al
SDF-1 desalojar los mas de refugiados civiles -junto con un resumen de los eventos del año pasado- no había nadie que estuviera entre
Maistroff y los pilotos de combate, exceptuando por el Comandante Fokker.

Cualquiera que haya sido la razón, Maistroff se retracto y fui retirado de todas las actividades de vuelo por tres días. Pase mi tiempo
intentando comprender en algo que nunca podrá ser entendido, y la soledad que me vino fue devastadora. A donde fuera, sentía una
nube obscura colgando sobre mi cabeza, y lo que hiciera, no me podía sacudir del sentimiento de desesperación que me consumía.
Cuando las operaciones de vuelo y abastecimiento no eran realizadas, pasaba mi tiempo parado en la proa del Prometeus mirando
hacia el océano. Estaba totalmente negado. Espere contra toda esperanza que estaba en un sueño inducido por la coma, uno del que
pudiera despertar en cualquier momento y encontrar a Rebeca descansando a mi lado, pero no lo podía lograr.

La ironía de todo esto era que su juventud demostró ser la cosa que contribuyo mas a su muerte prematura. Si estuviera Beki en la
menopausia, ella hubiera muerto de vieja antes de que el cáncer la hubiera matado. Pero las hormonas en su cuerpo alimentaron el
crecimiento de esas células malignas y ella murió porque ella era, sobre todo lo demás... joven.

Mientras ponderaba las preguntas que el paso de Beki había dejado en su velorio, los graznidos de las gaviotas y los ruidos del océano
me regresaron al fatídico día de verano cuando la conocí por primera vez. Fue tanto. Llego con dolor, llore incontrolablemente
mientras las olas del océano golpeaban los lados del gigantesco portaaviones. Mi Beki se había ido, y yo tendría que esperar el resto de
mi vida para estar con ella otra vez.

Los servicios funerales para el Tte. Brubaker y varios otros oficiales que habían fallecido en las ultimas semanas, se realizaron sobre la
cubierta del Prometeus, la siguiente mañana. Mientras el capellán leía en voz alta los nombres, regrese a los tiempos que había pasado
con el Teniente. Sus sabias palabras estaban indeleblemente grabadas en mi mente. Su amabilidad y compasión fueron una fuente
constante de comodidad, y su muerte dejo en su velorio un sentimiento de perdida completa. Me preguntaba por que, una y otra vez.
¿Por qué la gente buena siempre muere, mientras el resto de nosotros nos quedábamos para arruinarlo todo? No parecía justo. Las
palabras del capellán se perdieron en un flojo de recuerdos. ¿Qué buenos eran ellos? Sus palabras no podían empezar a hacer justicia a
este guerrero, quien, como muchos otros, habían muerto mucho antes que su tiempo. ¿Por qué? ¿Por qué, por qué, por qué? Muchos de
nosotros todavía nos preguntábamos por qué...

Fui localizado por el doctor de Rebeca, Dr. Luis M. Ríos, unas cuantas horas después del servicio funeral. Él ofreció sus sinceras
condolencias y me invito a pasar a su oficina. Pase para ver al doctor, bajo, bronceado y de sesenta y tantos años, sus palabras fueron
uno de los más grandes impactos de mi vida.

"Sr. Framton, antes de que su mujer pasara a mejor vida -de hecho, antes de que ella pasara por su primera cirugía- nos hizo una
petición," dijo en su acento bajo Mexicano. "Después de que operáramos a la Sra. Framton por segunda vez, fuimos capaces de salvar
algunos huevos de su ovario derecho. No pudimos decirle esto antes porque, francamente, no creíamos que pudiéramos estabilizarlos.
Pero pudimos exitosamente recuperar cierto numero de huevos saludables como nos pidió, y era su deseo que le fuera presentada la
oportunidad de ser padre."

Con esas palabras mi mandíbula golpeo el piso, y la sangre se escurrió de mi cara.

"Yo... ¿Qué? Ehem..." Me voltee para ver por su ventana, peleando contra las lagrimas -una batalla que rápidamente perdí. Colocando
mi cabeza entre mis manos en vergüenza, llore incontrolablemente y paso un largo momento antes de que recuperara mi compostura.
"Bien, doctor, esta es una gran decisión que debo tomar... uhm... Oh, Dios. ¿Cuándo debe tener una respuesta? Es decir, ¿por cuánto
tiempo pueden preservar los huevos?" le pregunte.

"Por tiempo indefinido, Sr. Framton. Tómese su tiempo. Píenselo bien... y regrese a mí cuando haya tomado una decisión," dijo.

Agradeci al doctor y salí de la oficina completamente mareado. Esta decisión no era una que quisiera hacer de prisa. Si iba a ser el
padre de un niño, ¿cómo podría hacerme cargo de él? Podría depender de mis padres y de mis suegros por su puesto, pero ¿seria justo
criar a un hijo en medio de una guerra? ¿Cuáles serian las oportunidades que tendría para vivir lo suficiente para ver al bebe que diera
su primer paso, mucho menos que las de un padre antes de que alcanzara su madurez? Considere las consecuencias de dejar huérfano a
un hijo y no eran un pensamiento muy placentero.
Aun así, me recordaba a mí mismo de lo que Beki hubiera querido. No había duda en mi mente que ella hubiera querido dejar algo
tangible. Pense en sus lagrimas llenas de disculpas cuando descubrió que no le seria posible darme hijos e hizo romper mi corazón. En
ese momento me di cuenta de lo verdaderamente importante que era para Rebeca ser madre, cuando ella estaba aquí, y como, aun en su
muerte, ser padre de su hijo, significaba que una parte de Beki todavía estaría viva. Con este pensamiento decidí permitir a los doctores
incubar un niño.

Haria mi parte para asegurar que el ultimo deseo de Beki se cumpliera.

Cuando había problemas, ellos siempre pasaban por montón. El 13 de Julio, el Valkyrie del GYSGT White en modo Guardian perdió
potencia durante un reconocimiento nocturno y choco y se quemo en la cubierta del Prometeus. El as y veterano alcanzó a escapar de
su Valkyrie en libre caída mientras chocaba sobre el portaaviones, pero él estaba en la orilla extrema de la envoltura de eyección. Su
asiento expulsor lo envío sobre la proa y hacia el agua entes de que su paracaídas se abriera completamente, matándolo
instantáneamente.

El siguiente día, El Valkyrie de "Bam-Bam" Mitchell perdió potencia mientras despegaba del Prometeus para un BARCAP diurno.
Bam-Bam sabia que algo estaba seriamente mal cuando el caza se revolcaba y retumbaba de la catapulta con muy poca velocidad para
volar. El panel de instrumentos se encendió como un árbol de Navidad y la retrasada señal de aviso zumbo en su oído mientras luchaba
con la computadora de vuelo para mantener la nariz levantada, pero su caza se rehuso a volar. La ala derecha se clavo en el mar y
Bam-Bam alcanzaba la palanca de eyección. Mientras el Jefe Aéreo le gritaba. "¡Salga de ahí! ¡Eyección! ¡Eyección! ¡Eyección!"
visiones de la eyección de White el día anterior pasaron por su mente y el titubeo.

La ala derecha del Valkyrie sé cortando en lo alto de una ola y dando una voltereta en el océano creando un gigantesco géiser de
espuma blanca. El pesado Veritech hizo una perfecta ancla y se dirigió rápidamente al piso del océano. Mareado por el impacto,
Mitchell penso que estaba muerto y observaba como la obscuridad descendía sobre el. Un fue hasta que la cabina empezó a llenarse de
agua cuando se dio cuenta de que estaba vivo. Aun jalando de la palanca de eyección entre sus piernas, Bam-Bam jalo con todo su
poder.

"No sé por que lo jale," reconoció después. "Creo que no tenía otra opción." Los carretes tensos se retractaron y el asiento lo lanzo
fuera de la cabina sumergida. "Fue el evento más violento que jamas haya experimentado. Solamente me lanzo fuera de ahí. Salí del
avión y emergí hasta la superficie del océano como un misil Trident. Cuando ese paracaídas se abrió, agradecí al Buen Señor con todo
mi corazón por salvar mi trasero. Soy afortunado por haber sobrevivido."

Cuando el equipo de rescate lo sacaron del agua, él era dos pulgadas más corto y tenia tres vértebras rotas. Parecía ser cierto que su
gran carrera de as como piloto de combate había terminado, pero el escuadrón estaba realmente agradecido que Bam-Bam haya salido
con vida.

Regrese a mis deberes el 15 de Julio. Mi promoción a Sargento había sido aprobada -junto a la de Josh y Waylan- y el Tte. Carr me
había asignado al escuadrón del Jefe Administrativo. Es mi opinión de que hizo eso para sacar de mi mente a Beki. Como el Jefe
Administrativo no solamente era responsable de manejar todos los papeles del escuadrón, si que también estaría a cargo del segundo
Equipo de Ataque del Escuadrón 1.

Gracias, entre otras cosas, al "Principio del Lápiz Volador de Josh" finalmente había suficientes pilotos para llenar los espacios dejados
por Mittchel y White -CPL Ozzie "Wizard" Martin y LCPL Ben "Rash" Hyves. Ellos dos fueron asignados al Equipo del Tte.
Sprabary, mientras que Josh y Waylan fueron asignados al mío.

Fue extraño volver a volar en la atmósfera otra vez. Había olvidado sobre los brincos y jalones, la constante fuerza de gravedad
aplicada al cuerpo y el peligro de los vuelos de despegue controlado -una condición en la que la computadora de vuelo
automáticamente se recuperaría, mientras la nave tuviera suficiente altitud (la cual usualmente no hay al final de un portaaviones). Para
mi disgusto, me encontré otra vez peleando contra el demonio de la nausea y me preguntaba si hubiera sido mejor escoger una
profesión diferente. En la atmósfera, nosotros podíamos generar mas de nueve G en una vuelta, comparado a casi 2.5 en el espacio, y
tomo tiempo formar la tolerancia de uno a cargas de G mayores. Por suerte, pude pasarlo rápidamente, aunque el primer par de días me
sentía completamente miserable. "Ellos van a cambiar mi nombre a 'Vomito' si no pongo esto bajo control, pronto," murmuraba una
mañana mientras descargaba mi desayuno sobre el elevador de estribor.

Cuando no estabamos volando, pasábamos una considerable cantidad de tiempo en el salón de clases aprendiendo todo lo relacionado
con Fisiología de Aviación. El entrenamiento en esta área era increíblemente valiosa, y me encontré que, a pesar de mi condición, mi
resistencia a la hipoxia (privación de oxigeno) era muy pobre. Durante nuestros viajes a la cámara de presión, rutinariamente nos
llevaban a casi 60,000 pies. Nuestras sesiones en la cámara de presión -la cual es básicamente un tubo del tamaño de un casa-mobil
que era despresurizada para simular una alta altitud- fueron diseñadas para alertarnos de los efectos de la hipoxia para que pudiéramos
tomar pronta acción correctiva si alguna vez se presentaban en vuelo. Sin mí mascara, yo podía soportar de ocho a diez segundos a una
presión de altitud de 45,000 pies, pasando este tiempo, rápidamente perdía los sentidos y la coordinación. Esto era seguido por un
sentimiento aplastane de euforia. Los pilotos que han llegado a este estado, experimentan un falso sentido de mareo que es
rápidamente seguido por un rápido descenso e impacto con el terreno o mar después de que el piloto ha perdido la conciencia.

Una grabación de la sesión nos revelo mas acerca de los efectos de la hipoxia que cualquier otra cosa que nos haya sido enseñada o
leído. A uno de los pilotos de la cámara se le había dado una simple tarea que realizar sin su mascara. Una bola de plástico con
perforaciones de varias figuras y piezas que encajaban en ella, le había sido dada al piloto. Su tarea era lograr meter las piezas dentro
de la bola por las perforaciones mientras respiraba el oxigeno disponible en el aire que lo rodeaba. Mientras observábamos la cinta,
claramente lo veíamos tratar de meter la pieza redonda a través de la perforación cuadrada de la bola de plástico. Fallando en su tarea,
soltaba la pieza y trataba de tomar otra. Una vez mas tomo la pieza redonda y trato de meterla por el agujero cuadrado. Nosotros
estallamos en risas mientras trataba de encajar la pieza en el agujero cuadrado, después la pieza triangular y otra vez en el espacio
cuadrado, golpeando con frustración la pieza contra la bola. Era muy cómico, pero marco un punto muy importante. Cuando le fue
preguntado acerca de su comportamiento, el piloto contesto simplemente con una sonrisa, "Lo juro, no recuerdo haber hecho eso."

Afortunadamente, nuestros cazas estaban equipadas -como todas las aeronaves de combate de finales del siglo XX- con el Sistema de
Recuperación y Aviso de Proximidad ("Groupwars") diseñado para prevenir accidentes debido a la perdida de conciencia, sea inducido
por hipoxia o por fuerza G. La computadora de vuelo a bordo, ejecuta un aviso verbal de que el impacto con la tierra es inminente. Si
el piloto no responde y un retraso resultaría en un impacto, la nave ejecuta un jalón para nivelar el vuelo, mientras el piloto
inconsciente no este aplicando una fuerza mayor a las ocho libras de presión en la palanca. Como uno puede imaginarse, este sistema
difícilmente es a prueba de errores, ya que un piloto inconsciente puede fácilmente e inadvertidamente, aplicar mas que unas escasas
ocho libras de fuerza en una palanca de control. Aun así, la Groupwars era mejor que nada y ha salvado mas de unas cuantas vidas.

Antes de nuestro paseo en la cámara de presión, nos dieron permiso de almorzar. El cirujano de vuelo nos aviso de evitar ciertas clases
de comida -como pizza. Como se pueden imaginar, todos aquellos programados en "viajar" a la cámara nos dirigimos a la "Pizza Sub
Pub". En este lugar uno podía comprar una pizza que era tres veces más grande del tamaño de una pizza de las que se vendían en la
ciudad -y diez veces más deliciosa- por cerca de la mitad del precio. Cada rebanada estaba cargada de queso, peperoni y salsa de
tomate, y era tan grande que tenia que ser doblada a la mitad para evitar tirar el contenido dentro del plato. Había solamente un
problema con esta acción, y nuestro paseo en la cámara de presión nos mostró porque.
Mientras la presión en la cámara era reducida para simular altitud, los gases dentro del cuerpo empezaron a expandir. Cuando esto
ocurría, existen dos vías para que escapen los gases, y cuando nos removimos las mascaras al nivel de 40,000 pies, inmediatamente nos
dimos cuenta de la ruta que nuestros gases habían tomado. El olor era casi sobre-poderoso y las risas que acompañaron los ruidos que
hicimos durante el "ascenso" estallaron en carcajadas histéricas. Cada uno de nosotros nos prometimos que para nuestra próxima
sesión de entrenamiento, comeríamos pizza hasta después del paseo a la cámara.

Mientras el SDF-1 permanecía en el océano, nuestras operaciones de vuelo tomaron una característica diferente. Debido a la posición
de los portaaviones en el Modo de Ataque del SDF-1, no realizábamos ningún aterrizaje convencional sobre la nave -los "brazos" que
estaban conectados a los portaaviones, simplemente no podían ser retirados de la ruta de aproximación, sin afectar la flotación de la
fortaleza de batalla. Todos nuestros aterrizajes eran de naturaleza vertical, y aunque esto ocasionaba mas desgaste a nuestras maquinas
-y así, acortar su tiempo útil de vida- no teníamos otra opción. Nosotros nos acercábamos a la nave -la cual se veía como una persona
sentada en un sillón- desde popa, cambiaríamos a modo Guardián, y luego descendíamos en la cubierta de vuelo. Esta era una increíble
experiencia en la noche, cuando las condiciones de combata indicaban que las luces de la nave eran apagadas. En poco tiempo, un
piloto tendría que confiar únicamente en los instrumentos y en un juego de luces de posición tenues, para realizar su aterrizaje en la
profunda oscuridad de la noche, y las travesuras que esto ocasionaría en el oído interno desafiaban a la imaginación. Sin lugar a dudas,
había muchos pilotos -incluyéndome a mí mismo- que le agradecían a Dios, no solamente por la noche lunada ocasional, sino también
por el Sistema de Aterrizaje Automatizado (SAA), el cual podía estacionar una Valkyrie sobre la nave, tanto de manera convencional
como vertical en cuadrado de dos por dos metros.

Pasamos cinco horas al día en el aire durante nuestro periodo remedial de entrenamiento, practicando el arte del vuelo en formación y
del combate aéreo, y aun "disfrutando" unas cuantas misiones BARCAP. Era un trabajo agotador. El vuelo de formación aquí era muy
diferente al que había sido en el espacio. Nuestros aviones respondían mejor, aunque menos sensibles, a las señales de control, y era
posible volara casi todas las formaciones precisas sin preocuparnos a todo lo concerniente al combustible, que es un factor de vida en
operaciones en el vacío. Josh y Waylan eran hombres ala increíbles, cada uno de ellos con una tremenda habilidad, y su habilidad
combinada de permanecer pegados a mi ala, hacia que nuestro equipo se viera muy bien cuando realizábamos nuestro rompimiento
para entrar al patrón de aterrizaje al Prometeus después de cada salida.
Para el final de la primera semana, tenia confianza en mi habilidad para pelear efectivamente en la atmósfera. Mi sincronía no podría
estar mejor, ya que un fanático comandante Zentraedi llamado Khyron tenia una gigantesca sorpresa de bienvenida reservada para
nosotros.

Capitulo 20 - Aloha, Khyron

EL intento del Capitán Gloval para convencer a la UEG para permitir desembarcar a los mas de 60,000 civiles de Ciudad Macross
habían caído en oídos sordos. Era la opinión de la UEG de que éramos prescindibles. Si el SDF-1 era enviado lejos de la Tierra y
distraíamos a las fuerzas Zentraedi lo suficiente para que la UEG formara sus defensas, nuestras muertes serian una ganga. Después de
luchar nuestro camino a casa por casi un año contra un enemigo infatigable, esta noticia era una píldora amarga que tragar, y no era el
único que se sentía furioso ante la decisión irracional de la UEG.

Estaba sentado en la Oficina de Operaciones Aéreas cuando Waylan llego cooriendo como a ocho millas por minuto, con una sonrisa
de oreja a oreja en su cara.

"¿Qué pasa, Waylan?"

"¡¡Jo-jo-jo!! ¡¡Jaaa-ja-ja-ja-ja-ja!! Oh, Dios, esto me esta matando. ¡Iggy acaba de sacarle un susto a medio pueblo! ¡Jaaa-ja-ja-ja-ja!"
rugió, doblándose y apretándose el estomago.

"¿Él hizo que?"

La cara de Waylan estaba colorada. "¡Jajaja! ¡Él acaba de tener una pelea y limpio embarro de lodo a la mitad de la gente de Ciudad
Macross!"

"¡¿Max?!"
"¡Sí, Max! ¡Jajajaja! Siempre supe que esos lentes eran un disfraz." Y tomo una posición de terror. "'¡¿Qui-Quién eres tu?!'" Entonces
parándose en una pose feroz, su voz como de un cañón. "'¡Soy Maxman!' ¡¡¡¡Jajajajajaaaaaa!!!!" se volvió a doblar con mas risas una
vez mas, golpeando la barra con su puño.

Yo empecé a reírme de Waylan. Me estaba matando con sus payasadas.

Lo que sí era seguro, Max Sterling, Rick Hunter y cierto personal del RDF estaban disfrutando un buen almuerzo en un restaurante
local cuando la noticia corrió a bordo del sistema de transmisión de la nave, que el SDF-1 no tenía permitido desalojar a ningún
refugiado civil. No es necesario decir, que después de estar encerrados dentro del SDF-1 por mas de un año, los civiles en el
restaurante no recibieron muy bien la información y decidieron ventilar algo de frustración. Sin dudar que la pequeña estatura de Max
indicaba un blanco fácil, pero para su sorpresa, él era, de hecho, un peleador altamente capaz.

Las noticias de la pelea, se difundió rápidamente a lo largo de lave, y no paso mucho tiempo antes de que Max Sterling se hubiera
ganado otro peldaño en la escalera hacia la inmortalidad.

Con el SDF-1 todavía anclado cerca de la Isla Bird en el Pacifico Sur, nosotros no éramos mas que patos sentados, lo que nos otorgo,
al menos, una minima protección. Desgraciadamente, aun una altamente disciplinada fuerza militar como la Zentraedi, estaba sujeta al
comodín ocasional, y este comodín estaba asumido en la persona de Khyron Kravshera.

Comandante de la 7ma. División de la elite Flota Botoru, Khyron era de cierta personalidad exótica. Con una lujuria para el combate
que caía en fanatismo, había poca, si es que había algo, que se interpusiera en el camino de su búsqueda de gloria -incluyendo la
muerte de sus propios hombres. Él era un comandante despiadado, sediento de sangre, como sacado el mismo molde de un general de
la Guerra Civil Norteamericana -y más tarde presidente de los Estados Unidos- Ulises S. "El Carnicero" Grant. Grant ganó su sobre
nombre durante su marcha sobre Petersburgo en el otoño de 1864, cuando él perdió mas hombres en un periodo de tres semanas que
los Confederados perdieron en toda la guerra. La idea de Grant era que su poder numérico podía durar mas que el sur, sin importar
cuantas bajas él sufriera -"Tengo mas hombre, solo los siguió enviando hasta que al enemigo se le agoten." Khyron Kravshera no era
diferente, y el incluso llegaba a disparar a sus propios soldados en la espalda, si el inadvertidamente se interponía en el camino de una
muerte.
Obsesivo, astuto y despiadado, fue este hombre, quien eligió traer su único estilo de ataque hacia la Tierra, para una llamada al hogar
en el SDF-1, y no fue un pequeño milagro, el hecho de que todos nosotros hallamos logrado salir de ahí en una pieza.

Acababa de aterrizar sobre el Prometeus después de una misión BARCAP de cuatro horas cuando una llamada de alerta sonó. Estaba
cansado y sudoroso, y el motor izquierdo de mi Valkyrie estaba dándome problemas todo el día. Sin contar la turbina que había
perdido en mi primera misión, esta era la tercera turbina, en los muchos meses que había tenido problemas y estaba empezando a ser
molesto.

"Por mil diablos, Philo, ¿Estas seguro que no hay nada mal o extraño?" le pregunte, señalando con una lampara encendida dentro del
panel de acceso.

"No, señor. Todo esta bien desde el trasero hasta la nariz, Sargento. Quizás este un poco pesado en su lado izquierdo, jefe, no sé."

No estaba de buen humor para ser mofado en ese momento. "Maldición, Rorbough, quiero esta maldita cosa arreglada, ¡ahora! ¿Me
has escuchado? Estoy cansado de estar escarbando esta mugre maquina. ¡ARRÉGLALO!" dije, saliendo a la sala de preparación para
saber que estaba pasando.

"Si, Sarg," lo escuché decir, con un tono herido en su voz.

Me encontré a Waylan y a Josh en la puerta. Intercambiamos miradas cuando entramos y vimos al Tte. Carr esperándonos por algo,
impacientemente.

"Caballeros, espero que hayan disfrutado sus vacaciones, porque acaban de ser canceladas," dijo, golpeando un mapa mural con una
vara indicadora. "Acabamos de localizar en el radar a una nave, realizando un descenso dentro de la atmósfera, y sé esta dirigiendo
directamente sobre nosotros. Nosotros somos la interferencia desde el punto de vista de Isla Bird, así que ustedes saben lo que esto
significa. Como se ve, creemos que esta nave tocara tierra cerca de aquí, posiblemente como una área estacionaria para hundirnos. No
estamos seguros." Nos miro a nosotros con una ferocidad intensa. "¿Alguna pregunta?"

Nos quedamos en silencio.


"Muy bien señores. Buena suerte. Buena caza. Botón cinco será dos-tres-cero punto cinco-cero, sus bloques de tiempo serán uno-ocho-
tres-cero y cuatro-cero. Buena suerte."

Los bloques de tiempo son los tiempos de instrumento en despegues y llegadas para dirigir a los cazas dentro y fuera de un patrón de
instrumentos. En este caso íbamos entrar al Patrón Marshall a las 1830 y descenderíamos de Plataforma a las 1840, escalonados en
intervalos de dos minutos. Seria después de anochecer cuando realizáramos nuestros aterrizajes, y probablemente habría muchísima
confusión, así que cumplir con nuestros bloques de tiempo serian esenciales para asegurar que la operación de recuperación se
realizara sin ningun contratiempo.

Me dirigí a mi casillero y revise todo mi equipo de vuelo: cuchillos, pistolas, bengalas, balsa inflable, marcadores, etc. La mayoría de
los pilotos no se molestan con la mitad del equipo que les era dado. Era voluminoso e incomodo, y cuando generabas Gs, hacían del
peso, algo mas que el piloto deseara. Aquí en la atmósfera, era posible sostener jalones de nueve o más Gs -comparado con un máximo
de cuatro o cinco en el espacio- así que cada onza que uno pudiera trasquilar le ahorrarían nueve en una vuelta brusca. Existía una
buena posibilidad de que terminara mojado, junto a un buen numero de pilotos, y podría pasar un buen rato antes de que un helicoptero
"Sargento del Mar" de rescate pudiera arrancarme del agua. En corto tiempo, no le daba mucha importancia al peso, mi única
preocupación era mantenerme caliente y seco.

Carge toda el barril en mi pistola de respaldo -una Bereta Modelo 96, calibre .40 semiautomática de acero inoxidable, italiana. Había
sido un regalo de mi padre, y la consideraba una de las más finas armas de fuego que hayan sido fabricadas. Mientras examinaba las
finas líneas de la culata, me di cuenta que podría estar usándola entes de que el día terminara. Estaría enfermo de permitir a un
Zentraedi capturarme vivo. Lo que no hubieran podido sacas de Max Sterling y compañía, sin lugar a dudas, intentarían sacarlo de
quien capturaran después, y yo no quería que ese fuera yo.

Deslizando mi pistola dentro de su funda, cerré mi casillero y me salí de la sala hacia mi caza, Josh y Waylan siguiéndome de cerca.

Despues de pasar por la miríada de cosas que cada piloto de combate debe hacer antes de despegar hacia el cielo azul, dije una rápida
oración y mire una fotografía de Rebeca en mi panel de instrumentos. Sentí un pequeño dolor al ver su mirada. Me preguntaba si ella
sabia cuanto la amaba y cuanto la extrañaba. Deseaba tanto que ella lo supiera.
"Sand Pebble Dos, en línea, Botón Cuatro".

"Tres, en línea, Botón Cuatro."

Los anuncios oportunos de Waylan y Josh me despertaron de mi reverencia. "Sand Pebble Uno en línea, Botón Cuatro. Sand Pebbles
ilumina mi fuego," dije a través del micrófono de mi casco.

Asegure los arrancadores y observe como mi turbina numero dos encendía y se estabilizaba. El numero uno continuo en un ciclo de
inicio, pero no encendió. Estaba molesto.

"¡Maldito pedazo de chatarra!" sisee, golpeando con mi puño contra el botón de inicio. Para mi sorpresa, el numero uno empezó a
encender y finalmente se estabilizo. "Mendigo suertudo," murmure a mí mismo. "¿Quién lo hubiera pensado?"

Mientras el estruendo en la bahía del hangar empezaba con un crescendo, recorrí todas mis revisiones antes de despegar y voltee hacia
mis dos alas. Cada uno hizo la señal del pulgar y con eso cerré mi cabina y mire a Philo. A su orden, salí de las cuñas hacia el elevador
de estribor. Intercambiamos saludos y me pregunte si no había actuado demasiado pronto al tratarlo tan severamente. Las turbinas de
fusión que alimentaban el Valkyrie eran notables al ser difíciles de arrancar (y mantener una reacción de fusión activa, siempre era
algo difícil de hacer, como se evidenciaba en los accidentes de White y Mitchell) así que realmente no podía culpar a Philo. Él era un
buen capitán de vuelo, y no podía haber pedido uno mejor. Tenia que asegurarme en disculparme con él cuando regresara a la nave.

Nos colocamos detrás de las cuatro catapultas y recorrí otra letanía de revisiones. Registre la nueva frecuencia del botón cinco y la di
de alta en mi panel de comunicaciones. Era una buena idea que la haya recordado, de otra manera, hubiera estado sin comunicaciones
de radio cuando saliera del área del SDF-1.

El Valkyrie delante de mí fue lanzado de la catapulta y era hora de jalar los seguros de las cartucheras de mis misiles. Coloque mis
manos en el panel mientras los armadores retiraban los seguros de mis doce Stiletto-A y ocho Stiletos-B montados. Si íbamos a
terminar en una pelea, necesitaríamos de toda el armamento que pudiéramos cargar, porque regresar a la nave para rearmarnos iba a ser
un infierno.
Mostre mi tabla de peso al Oficial de la Catapulta y fui colocado en una lanzadera. Moví el acelerador hasta generar velocidad y sentí a
mi Valkyrie sacudirse contra la lanzadora, con una fuerza de mas de 70,000 libras de empuje que era desatada en el posterior de mi
caza. Ahora estaba en tensión con nada, excepto por la catapulta que prevenía a mi Valkyrie dejar la cubierta.

Una mirada al Oficial de la Catapulta y una señal del pulgar. Cabeza junto a la cabecera, un rápido saludo, y ¡BANG! Estaba hundido a
fuerzas en mi asiento, mientras la catapulta me lanzaba fuera de la cubierta del Prometeus. Jale mi palanca hacia atrás, mientras mi
Valkyrie se clavaba hacia el agua, y veía el Indicador de Velocidad Vertical (VSI) mientras registraba un radio de ascenso positivo.
Una mirada al indicador de velocidad en el HUD, me mostró como aceleraba hasta los 165 nudos. Tren de aterrizaje arriba, 180 nudos.
Derecho me elevaba, todavía acelerando, el portaaviones y el SDF-1 encogiéndose lentamente en mis retrovisores. Voltee hacia la
derecha y vi el horizonte, ahora en paralelo con mi torso, como si fuera una extensión del respaldo de mi asiento de eyección.

Una mirada a la velocidad aérea en el HUD me mostró 450 nudos, el altímetro ascendiendo a los 10,000 pies. Liberando el acelerador,
gire mi caza hacia la derecha para una media vuela y después jale lentamente la palanca hacia atrás. El océano lleno mi cabina,
mientras jalaba mi nariz hacia el horizonte, llame a mi equipo para cambiar frecuencias.

"Sand Pebbles, Botón Cinco."

"Dos."

"Tres."

Voltee por encima y mire sobre mi hombro. El Valkyrie de Waylan se estaba acercándose lentamente desde la izquierda, mientras se
colocaba en posición, justamente arriba y a la izquierda de mí, cambie mi vista hacia la derecha. El caza de Josh tembló ligeramente,
justamente encima de mi ala a estribor.

"Muy bien, caballeros, hora de ir de caza. Vamos a la izquierda, a cero-nueve-cero."

Giramos a la izquierda y nos dirigimos hacia nuestra área de patrulla. Con una extraña sensación de intensidad guardada, busque en el
hermoso cielo azul mientras el director de vuelo nos informaba la posición de la nave enemiga.
"Noventa y nueve, despeguen, contacto fuera del Ojo de Toro en tres-tres-cero, 595 millas. Saliendo de Angeles uno-dos-cero, estén
alertas."

Ojo de Toro era el nombre clave del SDF-1, y el mensaje me indicó que el punto de contacto estaba más cercano de lo que había
creído. Mirando hacia la izquierda de la nariz de mi caza, observe la Isla Bird, y mi sector asignado para patrullar. Si los chicos malos
habían decidido enviar una fuerza de asalto aquí, seria nuestro trabajo detenerlos. Reí ante el pensamiento. Ibamos a estar sobre
pasados de 2000 a 1, así como se veía. ¿Qué diablos estabamos pensando?

Mientras la línea de la playa cruzaba debajo de mi caza, desvaríe en un corto sueño. ¿Qué bello seria solamente extender una silla y
meter mis pies en la arena, debajo de un cocotero?

Apenas me había permitido este pensamiento, cuando una serie de luces encendieron el pacífico terreno isleño. Una docena de ráfagas
de humo salieron disparadas de uno de los numerosos valles montañosos de la isla. En unos cuantos segundos estaban estallando a
nuestra altitud y zumbando a un radio increíble.

"¡Maldicion! Gracias por los mendigos avisos," musite dentro de mi casco.

La Base de Misiles Balísticos de Isla Bird, disparo todo lo que tenia hacia lo que se estaba acercando a nosotros. Treinta segundos
después, el cielo se ilumino como el sol de mediodía mientras los misiles golpeaban su blanco. Pero no hicieron absolutamente nada -
las ojivas convencionales de los misiles, golpearon sin dañar la gruesa armadura de la nave enemiga.

Mientras escuchaba, uno de los otros escuadrones, realizaron un ataque a la gigantesca nave, pero solo fueron ligeramente más
efectivos que los misiles de Isla Bird. En 90 segundos, el enemigo había pasado a través de las tres líneas defensivas y la situación se
volvió rápidamente de desfavorable a critica. Nuestro escuadrón hermano, el VF-131, había sido traído de la estación en Isla Bird y
llamado para ayudar al SDF-1. Mientras rompían formación, inteligentemente en dirección de la nave, yo maldije, deseando que los
controladores hubieran llamado a mi escuadrón.

La pantalla del radar de mi Sistema Electrónico Militar empezó a desplegar un cono amarillo a las 11 en punto, mientras el Receptor
de Avisos de Radar (RWR) detectaba un radar enemigo. Estabamos todavía en la orilla externa del rango de este radar, lo que nos dio
tiempo para actuar antes de que nos detectara. "Sand Pebbles, Busquen radar, 11 en punto." Encendí el sistema de interferencia de
radar y el cono desapareció. Estabamos invisibles -por el momento.
Continue escuchando intensamente ante la batalla que se desarrollaba por el radio, hasta que un sonido zumbido y una luz de aviso
rojo, llamo mi atención. "FUEGO" mandaron. Con una sonrisa, coloque mi impulsor izquierdo en punto muerto. "Bien, esto es lo que
pasa cuando las cosas son construidas basándose en la apuesta mas baja," murmure a mí mismo.

"Equipo Sand Pebble, Sand Pebble Uno. Tengo una luz de aviso de ataque," indique sobre la red.

No era poco común para el Valkyrie, estar dando luces de falsas alarmas, y noventa y nueve de cien veces eran infundadas. De todos
modos, el piloto que ignoraba ese aviso, se encontraba que era el verdadero y lo convertía en un riesgo y muy a menudo se encontraba
su asiento mojado -después de brincar de susto.

Los indicadores de mí maquina empezaron a retroceder salvajemente. "Jesús," volví a murmurar. Este parecía que no era uno de esos
noventa y nueve. Un momento después sentí una sacudida y un temblor, seguido por un estallido sonoro.

"Jefe, estas bajo fuego," Josh me indico sobre la red, tan calmado como se atrevió.

"¡Maldita sea!" Grite dentro de mí mascara y jale mi "Pocket Rocket" (una lista abreviada de procedimientos de emergencia que
rápidamente se podía uno referir cuando las cosas salían mal) y empece a recorrer la lista en busca de fuego en los motores. En mi
espejo izquierdo vi un pequeño rastro de humo negro saliendo detrás de mí. "¡Que pedazo de porquería!"

"Noventa y Nueve Aguilas Rápidas, este es Control. Regresen a la base, señal cafe," esta era el controlador líder del SDF-1
indicándonos que regresáramos a la nave con nuestras armas calientes -nos acababa de ordenar que atacáramos.

"Mandalos todos al infierno," maldije otra vez. "Debí haberme quedado en mi cama, esta mañana."

Vi a mí alrededor y observe a varios grupos de cazas dirigiéndose hacia la nace. "Sand Pebbles, síganme," dije, volteando mi caza y
jalando como cinco Gs para colocarnos en dirección hacia la nave. El rastro de humo todavía estaba conmigo, pero todos mis
instrumentos me mostraron que el fuego se había extendido. No sabia que más hacer y ore que solo era el aislante lo que se estaba
quemando allá atrás. Un reactor no es un buen lugar para tener un fuego, el primer vuelo de Max lo había demostrado, no hacia mucho
tiempo.
A unas 35 millas, estabamos descendiendo a 6,000 pies. Le recomendé a Josh y Waylan para que se mantuvieran juntos y que no se
preocuparan por mí si las cosas se volvían pesadas. "Tengo que mantener mi velocidad, chicos. No estoy bien para cualquier cosa hoy.
Si se pone duro, rompan filas y ya me las arreglare.

La habilidad para mantener vueltas a altas velocidades y maniobras verticales esta directamente relacionada a la cantidad de "energía"
que el caza tiene. La suma de energía kinética (velocidad) y energía potencial (altitud) disponible en un particular momento, es el
factor mas critico en el combate aéreo. Un caza bajo en energía es altamente vulnerable al ataque de una nave enemiga con una mayor
cantidad de la misma energía. Vueltas, maniobras verticales y tácticas evasivas -entre otras cosas- rápidamente consumen energía, la
cual debe ser obtenida acelerando. Las naves con un alto radio empuje-peso pueden mantener energía mas fácilmente mientras
maniobran y acelerar mas rápidamente cuando no lo están haciendo. Con solamente una turbina operando, mi habilidad para ganar y
mantener energía estaba disminuida a la mitad y quería asegurarme que mis hombres ala habían entendido esto.

Mi RWR se volvió amarillo una vez mas, mientras un radar enemigo volvía a localizarme una vez más. Una mirada al panel, me indicó
un simple radar, 55 millas mas adelante y acercándose. Uno de los problemas con las contra medidas, es que ellos también pueden ser
medidos. El radar enemigo había vencido mis esfuerzos para engañarlo, y estaba trabajando duro para localizarnos a los tres. Encendí
mi radar de señalización y la pantalla se encendió con una docena de posibles contactos. Ahora era un juego de ajedrez, donde ambos
lados sabían cuantas piezas quedaban sobre el tablero, y el primer movimiento seria determinado sobre que misiles estuvieran en rango
de alcance primero.

Mientras la distancia hacia la nave se reducía rápidamente, mi radar empezó a ordenar y dar prioridad a mis blancos basándose en mis
tiempos de contacto. Una fuerza de Raulon'ves -también conocidos como "Dardos" debido a su forma y a la función para la que
servían cuando sé clavaban a sí mismos en el suelo (después de recibir unos cuantos tiros bien colocados de 55mm, por supuesto)- se
estaban dirigiendo hacia nosotros, sin dudar en proveer protección aérea para una fuerza de asalto, cuyo destino era Isla Bird (o quizás,
retirar nuestros intentos en asistir al SDF-1). Presionando un botón en la palanca, coloque los misiles para que dispararan en grupos de
cuatro e hice una revisión final a mis sistemas y controles. Me retorci en mi asiento, anticipando la inminente batalla campal -nuestro
trabajo esta esperando por nosotros.

Los misiles se aseguraron con un rugido. Era hora de salir a trabajar. "Muy bien muchachos, la pelea esta encendida. ¡Vamos por
ellos!" llame, disparando una granizada de misiles mientras una ola de cazas se acercaba a mi. Los Stilletos salieron disparados
majestuosamente, estelas onduladas de humo blanco detrás de ellos. En cuestión de segundos, el horizonte, delante de mí, se ilumino
con explosiones llenas de humo cuando los misiles encontraron sus blancos y detonaron. La estela de señales en mi HUD cambiaron a
otros blancos, y dispare otra ráfaga de Stilletos. Mientras los misiles surgían adelante, mi sistema de detección infrarrojo se ilumino
como una candela romana. El tono en mi casco me alertó de la presencia de un grupo de misiles dirigidos con detectores de calor, y la
computadora concluyo -con el 98% de probabilidad- que estaban siguiendo mi caza.

"¡Sand Pebbles, Rompan Filas!" grite sobre mí mascara.

Waylan volteo su caza rápidamente hacia la izquierda, mientras Josh ascendía en vertical y yo giraba mi caza hacia la derecha en una
vuelta de ocho G. La vejiga de mi traje antigravedad se inflo, mientras las fuerzas de gravedad me hundían profundamente en mi
asiento, de ahí pase a mi "Manejador de Tensión de Energía." "¡Juuuuuu-ku! ¡Juuuuuu-ku!" Al tensar todos los músculos del cuerpo y
al forzar la pronunciación de la palabra "Juk" mientras se acentuaba la K, era posible prevenir la consiguiente Perdida de Conciencia
inducida por Fuerza de Gravedad (GLOC) y mantener altos niveles de G por largos periodos de tiempo.

El GLOC siempre es un peligro para un piloto de combate. Cuando un piloto genera Gs, la sangre de su cuerpo quiere juntarse en sus
pies, reduciendo el numero de glóbulos rojos -y de ahí, el oxigeno que cargan- que llegan al cerebro. Dependiendo de la severidad y la
duración de la Fuerza G, un piloto usualmente sufriría perdida de vista a las tres o cuatro Gs, visión de túnel o desmayo a los cinco Gs
y la inconsciencia a los seis Gs, cuando la presión sanguínea en el cerebro cae a cero. A la inconsciencia le toma 15 segundos para
despertarse y 45 segundos para volver a obtener las completas funciones mentales y físicas. Esta es una mala situación en la que uno
pudiera encontrarse durante una batalla, cuando los efectos del GLOC llegan debido a un giro o vuelta, pensando en el adversario que
va a un blanco mortal de un G. Con la ayuda de un traje antigravedad (el cual solamente proporciona una protección máxima de uno a
un y medio G) y la maniobra de tensión de energía, el piloto usualmente puede soportar hasta nueve y aun diez Gs por un apreciable
periodo de tiempo sin tomar una siesta, y eso era lo que estaba haciendo cuando intente evadir los misiles que se dirigían a mi.

Despues de un cambio de dirección de 120 grados, cambie mi giro hacia la izquierda y libere un programa de bengalas para distraer los
buscadores infrarrojos de los misiles que estaban detrás de mí. Casi inmediatamente, el tono infrarrojo se apago en mi casco y los
misiles siguieron a las bengalas, detonando sin daños en el cielo humedo del Pacifico. Un enjambre de Raulon'ves aparecieron sobre
mi cabina, dirigiéndose en la dirección opuesta en persecución del Valkyrie de Josh. Continúe dando media vuelta a la izquierda,
tratando desesperadamente de conectar un disparo de misil antes de que ellos pudieran disparar a mi hombre ala. Girando y saliendo de
la vuelta me encontré a mí mismo en la "montura" directamente debajo y detrás de dos naves Zentraedi, mientras ellas se lanzaban
sobre el Valkyrie de Josh. Con un poco de presión hacia atrás en la palanca, eleve la nariz treinta grados y coloque la mira
directamente hacia las naves alienígenas. Con dos tiros del gatillo, un par de Stilletos surgieron hacia adelante, golpearon sin error y
volaron los Battlepods en pedazos con explosiones cortas en forma de palomitas de maíz.
"Sand Pebble Dos, tu trasero esta libre," llame.

"Correcto. Gracias."

El HUD me indicó que mi velocidad había caído debajo de los 300 nudos, un pecado moral en el combate aéreo -especialmente cuando
uno esta operando con una turbina- y me di cuenta de que no tenia suficiente energía para evadir otro ataque de misiles. Tenia que
volver a obtener velocidad y rápido. Girando e invertido, jale hacia atrás la palanca y me clave hacia el océano. Salí del área de
combate y espere que mi velocidad alcanzara los 450 nudos antes de voltear mi curso hacia el combate que acababa de hacer erupción.

Waylan estaba enfrentado en una pelea arremolinante que abarcaba desde el océano hasta mi altitud. Un nido de avispas cargado de
Raulon'ves plagado alrededor de su Battloid mientras él brincaba de atrás y hacia delante, disparando a los Battlepods a diestra y
siniestra. Apunte cuatro de los Battlepods cerca del punto medio del enjambre y dispare. Mientras los misiles hacían contacto, hacían
que salieran de la batalla los cazas cercanos a las explosiones y escaparon en todas direcciones.

"Don, tu posterior esta limpio," dije mientras pasaba rápido junto al Battloid de Waylan.

"Gracias por la ayuda, Yah," me llamo por el radio.

"Ya sabes. Fuera. Sand Pebble Tres desde Uno, ¿Dónde estas?" dije, mirando sobre mi hombro derecho. Una nave de combate se
acababa de plantar en la "montura" detrás de mí. Girando para estar invertido, jale la palanca y me dirigí hacia el Veritech de Waylan.

"Uh, Sand Pebble Tres esta aproximadamente cinco millas al oeste de la isla. Tengo una docena de ellos rodeados por aquí, si alguien
quiere ayudar, fuera," llamo.

No pude mas que sonreír, todavía concentrado en el Battlepod que se había pegado a mi trasero. Realice varios reversibles, esperando
que el radio de giros superior de mi Valkyrie pudiera forzar al Battlepod a pasarme. No tenia la energía para voltearme hacia el
Raulon've y se mantenía pegado a mi ante cada giro que realizaba, mientras intentaba maniobrar hacia donde Waylan había estado.
Mis maniobras habían causado al Battlepod a que perdiera terreno, pero no lo suficientemente rápido para mi comodidad.

"Donis, ¡Haz que este bastardo se retire!" dije impacientemente.


"Lo tengo. No se mueva líder" dijo sin aliento.

Mientras pasaba sobre el Valkyrie de Waylan, hice que mi caza girara violentamente hacia la izquierda para acomodarle el tiro.
Todavía en modo Battloid, Waylan lo apunto con su GU-11 e hizo estallar a la nave.

"Gracias Don," dije.

"Ya sabe jefe."

"Reunete conmigo cuando puedas," le dije.

"Voy para allá."

Todavia en la vuelta a la izquierda, circule mientras veía al Valkyrie de Waylan cambiaba a modo Caza y se colocaba en mi ala de
babor. Una vez mas la pelea en nuestro punto se había dispersado y sin lugar a dudas Josh agradecería cualquier ayuda que hubiera.

"Husky, aguanta, estamos en camino."

"Correcto," gruño.

Una de las cosas interesantes que siempre pasaban en medio de una batalla campal, era que las voces de los pilotos subían como dos
octavas. Este fenómeno era evidente a cualquiera que estuviera escuchando las comunicaciones entre el Sand Pebbles este día. Las
probabilidades estaban en contra nuestra y lo sabíamos, y este conocimiento se traducía a través del tono chillon de nuestras
comunicaciones por radio.

Mientras entraba en el área, donde Josh estaba enfrentando su combate, vi su caza pasar rápidamente, enfrente de mi nariz de derecha a
izquierda. Volteando a la derecha, me coloque detrás de él, un poco debajo y a la izquierda. Waylan siguió el curso en el lado derecho,
y juntos cuidamos el trasero de Josh mientras él hacia la limpieza con un grupo de Raulon'ves que estaban escapando cuando llegamos.

"¡Clavalo, Husky! Apúrate," dije impacientemente, refiriéndome al ultimo miembro sobreviviente del grupo. Era seguro que había mas
de ellos dirigiéndose para acá para apoyar a su camarada, y no quería estar en un curso tan predecible.
"Aguanten. Estoy sobre de él," dijo, siguiendo al Raulon've mientras este brincaba frenéticamente de lado a lado.

Volamos atrás y adelante, siguiendo al único dardo sobreviviente, volando alrededor -arriba en una ala, luego la otra- mientras Josh
lentamente ganaba ventaja sobre su adversario. Repentinamente, mi RWR se volvió loco y una rápida mirada a mi espejo me mostró
que otro Raulon've estaba en la "montura" detrás de mí. Negligentemente había fallado en revisar a las seis -error fatal numero dos- y
él estaba ahí.

Pise los tableros (frenos de aire) y voltee mi caza hacia la izquierda con un pisotón en el pedal izquierdo. Sin alas, debería de existir un
limite de que tan lento podía volar un Raulon've y la maniobra lo forzaría a pasarme. El piloto alienígena giro a la izquierda y lo seguí
en una espiral descendente hacia el océano color azul cobalto que se encontraba debajo. Cambiando energía por posición, jale la mira
hasta la nave, después de jalar siete Gs y dispare. Las cargas de mi primer ráfaga pasaron enfrente del caza alienígena, pero mi segunda
ráfaga hizo contacto. El Battlepod se partió en dos pedazos, zambullendose en picada dentro de las olas y exploto, un pilar de humo
negro emergió del agua, la única señal de su existencia.

Rode la palanca y la jale, gruñendo ante las fuerzas de empuje que trataban de aplastarme. Mientras miraba sobre mi hombro derecho
escuche un estruendo moliendo metal y sentí como mi caza se jaloneaba hacia la izquierda. Cambiando mi mirada hacia atrás a la
izquierda vi una estela de humo, lejana en el espejo. EL rastro de humo descendió elegantemente hacia el océano y desapareció.
Entonces me di cuenta de que me costaba muchisimo trabajo controlar mi caza y que mirando hacia la izquierda, vi que la mitad de mi
ala se había ido.

"¡Rayos!" exclame mientras mi caza giraba invertido. Acababa de chocar con una nave enemiga y por algún milagro había salido de
esta, todavía volando. Mi caza se mecía y sacudia mientras la computadora intentaba mantener algún semblante del nivel de vuelo e
hice una llamada a mis hombres.

"Equipo Sand Pebble, este es Sand Pebble Uno. Tengo una emergencia, una milla al suroeste de Isla Bird. Esto a uno-uno-cero grados
del Ojo de Toro a tres-punto-dos. Reúnanse conmigo a su discreción, cambio."

"Sand Pebble Uno desde Tres, estamos en el camino," contesto Josh.

Mientras mi Valkyrie zigzagueaba hacia delante en el sol del atardecer, Josh y Waylan se formaron junto a mi caza y nos dirigimos
hacia el SDF-1. La nave estaba llamando por refuerzos para repeler un segundo ataque Zentraedi, pero era poco lo que podía hacer uno
con una turbina y media ala faltante. Pero lo que paso, los refuerzos no eran necesarios, la segunda ola de ataque Zentraedi resultó ser
una fuerza de protección para cuidar la retirada de la fuerza inicial de ataque. Todos dimos una oración de agradecimiento de que los
Zentraedi se hayan retirado. Ellos estuvieron terriblemente cerca de clavarnos esta vez.

Mientras entrábamos al patrón Marshall para el Prometeus, verifique mi situación. No había muchas oportunidades de subir a bordo de
la nave hoy. El empuje asimétrico al cambiar a Guardián seria demasiado para dejarlo que lo manejara la computadora de vuelo y aun
si pudiera, la maquina no se mantendría en su lugar por mucho tiempo. Aun así, tendría que intentarlo.

"Sand Pebbles sepárense un poco. Voy a tratar de cambiar a Guardián con esta nave."

"Correcto."

"Correcto."

Cargado de un sentimiento de aprehensión, moví la palanca de configuración a "G" y mi nave giro a invertido violentamente,
golpeando mi cabeza contra la cabina. El libro dice que si cambias configuración y algo malo pasa, deberías considerar mover las
cosas a como estaban antes de que tú las arruinaras. No es necesario decir que moví la palanca a "F" y decidí que tenia que tomar otra
decisión. Cuando volví a obtener altura de vuelo, el altímetro me indico que había perdido casi tres mil pies durante los cambios de
configuración y me agradecí por intentar estas cosas a altas altitudes en vez de hacerlas sobre la nave. Haber hecho lo ultimo me
hubiera matado.

Una mirada el reloj en el panel de instrumentos nos mostró que nuestro bloque de tiempo estaba empezando y que era hora de empezar
a descender. "Muy bien muchachos, suban a bordo. Si ellos tienen que venir a pescarme mas tarde no quiero mantenerlos aquí," dije
con una sonrisa.

"Correcto. Buena surte Jake," dijo Josh.

Prendi mis luces a mis hombres y observe como descendían hacia la oscuridad hacia la plataforma. Mis oportunidades de tener que
nadar se incrementaron substancialmente y temía que seria una noche larga y húmeda.
Parte IV: Tomen sus Posiciones
Capitulo 21 - Hard Case

Mientras el último Valkyrie del patrón Marshall descendía del cielo nocturno, me di cuenta que era el momento de tomar una decisión
de que tendría que hacer. Aterrizar en el portaaviones era mas que imposible. Aun ignorando el hecho de que nunca había realizado un
aterrizaje atmosférico convencional en un portaaviones -mucho menos de noche- los brazos conectando al Prometeus y al Dedalos al
SDF-1 estorbaban el camino a cualquier acercamiento convencional. La única manera de subir a la nave era volando hacia la red,
realizando mi acercamiento por el otro lado del portaaviones. Sin un Sistema Optico de Aterrizaje en la popa de la nave, el LSO
literalmente tendría que arrastrarme a bordo de la nave, como sé hacia durante el periodo de la Guerra Koreana. Con ese pensamiento.
Además, debido a la condición de mi caza, necesitaría un acercamiento a casi 200 nudos, y aun si el LSO pudiera aguantarme durante
mi paso, la red quizás no seria lo suficientemente fuerte para detenerme. La telaraña de la barrera de nylon podría envolver mi cabina -
haciendo imposible realizar una salida de emergencia- y mi caza se deslizaría por la cubierta antes de golpear la dura aleación del
brazo derecho del SDF-1, donde podría morir en una bola de fuego.

Temblé ante el pensamiento. El portaaviones no me servia. Tenia que buscar otra opción, y rápido. Había estado despierto por mas de
12 horas y la fatiga estaba tumbándome.

Los Sargentos del Mar de las tres naves estaban ocupados sacando pilotos fuera del agua, así que la eyección era una opción poco
atractiva. Así mismo, nadar no era agradable, especialmente en la oscuridad. Isla Bird estaba fuera de las opciones ya que no tenía una
pista de recorrido largo, una cinta de 500 pies de largo. La isla no tenia necesidad para una cinta de aterrizaje convencional ya que todo
el equipo y suministros eran llevados por barco o por transportes VTOL. Tenia más posibilidades de estrellarme en una de las muchas
playas de Isla Bird, pero la arena suave, seguramente voltearía a mi caza de cabeza y estaría atrapado hasta que alguien me encontrara,
en el mejor de los casos o muerto por el accidente, en el peor. Con esto en mente, mi única opción era dirigirme a otra nave o base y
hacer el aterrizaje ahí.

"Aguila Rápida Dos Cero Nueve, este es el Prometeus, todas las aves están seguras a bordo. ¿Cuál es su estado, cambio?"
"Acercamiento al Prometeus, Aguila Rápida Dos Cero Nueve. Estoy en medio de un lío. No puedo ir a Guardián y no deseo nadar.
Necesito otra opción, cambio."

"Dos Cero Nueve, espere uno."

Orbité en el área esperando al controlador de vuelo que resolviera algo. Mi mente estaba enrollada. Japón estaba a mas de 500 millas y
por el clima, necesitaría un acercamiento por instrumentos. Sin los sensores de proximidad no podía acercarme sin correr el riesgo de
golpear una montaña. ¿Y si lograra llegar a Japón? ¿Me permitirían regresar a mi nave o me mantendrían ahí para sondearme con
preguntas? Estaba completamente seguro de que debía permanecer con el SDF-1, no importaran los riesgos, lo que significaba que
Japón estaba fuera de las opciones. Haría una eyección primero.

"Dos Cero Nueve, este es Prometeus. Podemos mandarte a Yokohama, Kadena o Cronos. Ambos, Kadena y Yokohama están IFR. Tu
decides, cambio."

Medite por unos segundos, sopesando mi limitada experiencia con los instrumentos, entonces tomando un profundo respiro conteste,
"Dos Cero Nueve no tiene rutas de aproximación para Yokohama o Kadena, cambio." Aunque la información pudiera ser datos
enlazados a mi caza, 575 millas era una distancia muy larga para arriesgarse en un acercamiento por instrumentos sin una copia
impresa para revisarla.

"Correcto, Dos Cero Nueve, vamos a enviarte al Cronos, cambio," respondió el controlador.

"Dos Cero Nueve, pido información de aproximación, cambio."

"Dos Cero Nueve, este es Prometeus. Vector cero-uno-cero por seis-nueve-cinco millas. Cronos reporta cielo roto a 600, 3 millas
[visibilidad], con regaderas y niebla, cambio."

Grandioso. Mi primer aterrizaje en un portaaviones en un clima no ideal, con cuatro horas de sueño, doce horas de guardia y después
de un vuelo de casi 700 millas. Esto iba a ser una noche divertida.

"Dos Cero Nueve, correcto. Rumbo cero-uno-cero," dije, dirigiendo mi Valkyrie a la derecha en dirección del portaaviones Cronos. Iba
a ser interesante ver que estilo de vida se lleva en otra nave tipo Prometeus.
"Dos Cero Nueve, contacta Acercamiento Halcón, dos-uno-cero punto cinco-cero, buena suerte."

"Dos-uno-cero punto cinco-cero para Dos Cero Nueve. Hasta la vista," dije, alcanzando el panel de comunicaciones.

Mientras registraba la frecuencia en mi radio me di cuenta que deseaba haber pedido una escolta al otro portaaviones. Si algo salía mal
me encontraría a cientos de millas de un helicóptero de rescate y solo Dios sabría bien cuanto tiempo les tomaría a ellos encontrarme y
pescarme fuera del agua -si es que me encontraban.

Sintonice mi GAPS para encontrar al Cronos y observe como el contador de millas disminuía lentamente en decenas. La lectura digital
me trajo a mi mente una imagen del panel de instrumentos de mi auto el primer día con Beki y mi mente retrocedio hacia tiempos
mejores. Añore la suavidad de su toque, la sensación de su piel suave, la calidad de su cuerpo junto al mío. Su hermosa cara apareció
en la cabina enfrente de mí y la alcance para tocarla -no encontrando nada ahí. Me paralice con una aplastante sensación de soledad. La
frialdad, el dolor, la sensación de aislamiento. Era mas de lo que pudiera soportar y llore intermitentemente dentro de mí mascara.

Mirando el cielo estrellado, la llame por su nombre. "¡¡Rebeca!! ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste?" gemí y grite, golpeando la cabina con
mi puño. "¡Maldición! ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué no luchaste? ¿Por qué?"

Apreté mis mandíbulas lo mas duro que pude y emití un rugido gutural, golpeando con los pies, estrellando mi codo contra el asiento.
Estaba furioso. "¡Rayos, Maldita sea! ¡AAAAAAAH-HAAAAAAA!"

"Jake..." era una voz suave y femenina.

Pare el berrinche y me senté derecho, mis oídos tratando de escuchar sobre el seco rugido de las turbinas de mi caza.

"Jake, por favor..."

Escuche la voz otra vez.

"¿Qué?" dije en voz alta.

"Jake, por favor, escúchame..."


Era la voz de Rebeca. Distante. Hueca.

"¿Beki?" Pregunte en voz alta. Mi maquina, extrañamente se había vuelto silenciosa. "¿Beki, eres tú?"

"Si, mi amor... soy yo... estoy contigo... no tengo mucho tiempo... debes escucharme, Jake..."

"Beki, ¿Dónde estas?" pregunte, buscando frenéticamente por la cabina. Era como si ella estuviera dentro de mí.

"Jake... por favor. Debes seguir adelante... Esta amargura debe terminar... Estoy en paz Jake... Debes hacer lo mismo..."

"¿Qué? Debo... Beki, ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no peleaste, Beki? ¿Por qué?" pregunte en voz alta, buscando
frenéticamente por la fuente de la voz.

"Jake, no había nada que pudiera hacer... Era mi hora... Pelee lo mas duro que pude, mi amor... Esto no era lo que tenia que pasar..."

"Beki, ya no tengo vida sin ti... Yo... Yo... no puedo... no puedo hacerlo yo solo..." dije, mis mejillas eran ahora un río de lágrimas.

"Jake, debes seguir..."

"No puedo..."

"Tú debes..."

Mientras miraba sorprendido, su imagen apareció enfrente de mí, fantasmagóricamente al principio, después tan real como cuando
vivía. "¿Rebeca?" pregunte, inclinándome hacia delante, estirando mis manos para tocarla. Echa se acerco para tocar mis manos
también. Nuestros dedos hicieron contacto. ¡Podía sentirla! "¿Eres realmente tu, Beki?" pregunte, entre sollozos.

"Si, Jake. Estoy aquí. Pero no puedo quedarme. Debes seguir adelante, Jake. Debes cuidar a nuestra hija. Tienes una responsabilidad
con ella."

"¿Una hija? ¿Es una niña?" pregunte.


"Si. Debes estar ahí por ella, Jake. Debes estar ahí por ella. No podrás hacerlo si estas preocupado por mí..."

"Pero... Beki..."

"Sin peros, Jake. Debes seguir. Algún día estaremos juntos, otra vez... pero ahora, debes seguir adelante. Jake, prométeme que seguirás
adelante."

"¿Cuándo estaremos juntos? ¿Cuándo?

"Cuando llegue el momento, Jake. Cuando llegue. Hasta entonces, debes prometer que seguirás adelante."

"Lo prometo, Beki... lo prometo," dije incrédulamente. Podía sentir el peso de su cuerpo sobre mi pierna. Literalmente, estaba sentada
sobre mi regazo. Podía sentirla. Toque su cara... su cabello. Ella estaba realmente con migo -físicamente conmigo. Era nada menos que
increíble.

"Jake," dijo, con su sonrisa característica, sus brillantes ojos azules. "Te amo, Jake..."

"Te amo, Rebeca," dije, adelantándome para besarla.

Mientras nuestros labios se unían, sentí como toda la amargura y enojo que habían estado acumulándose dentro de mí, desde el día que
ella murió, desapareció completamente. Nos besamos por lo que parecía minutos, pero seguramente fueron solo segundos. Nuestros
labios se separaron y ella acariciaba mi mejilla.

"Ahora debes irte, Jake," dijo, suavemente.

"Permanece conmigo, Rebeca. Por favor, quédate conmigo," le rogué.

"No puedo quedarme, Jake. Debo irme. Estaremos juntos otra vez, te lo prometo," ella dijo, mientras su imagen empezaba a
desvanecerse.

"¡Beki, no! ¡Por favor!" grite, tratando de agarrar su imagen.


"Lo siento mucho Jake... Debo irme... Te amo..." dijo.

"También yo te amo, Beki. También te amo," le dije mientras ella desaparecía lentamente.

"Te amo... Jake..."

Y se fue... El sonido de su voz fue lentamente reemplazado por el seco rugido de las turbinas del Valkyrie. Saliendo del estupor, revise
mi sistema de oxigeno -todo estaba bien. Revise el sello de mí mascara, y también se encontraba bien. Me retire la mascara, me
abofetee la cara fuertemente y pellizque mi brazo hasta hacerlo sangrar. Estaba bien despierto. No se podía negar que había pasado y
estaba completamente aturdido. La tranquilidad que me envolvió era más refrescante que la fresca brisa del verano. No había ninguna
duda: si por solo un momento, Rebeca había regresado a mí.

La extrañaba miserablemente, y lloraba lagrimas que eran una mezcla de tristeza y de placer, sus palabras tuvieron un tremendo efecto
en mi. Estaríamos juntos otra vez. Me preguntaba que quería decir con eso. ¿Tendría que esperar hasta la muerte para estar con ella o
ella vendría a visitarme otra vez? No tenia idea, pero estaba convencido, sin lugar a dudas, que ella estaba conmigo en la nace, esa
noche sobre el Pacifico Sur y en ese momento, la vida repentinamente tuvo un nuevo significado.

"Acercamiento Halcón, Aguila Rápida Dos Cero Nueve contigo. Aprocimacion al Halcón uno-nueve-cero, 50 millas, fuera del Nivel
de Vuelo Dos Tres Cero, cambio."

"Dos Cero Nueve, Acercamiento Halcón. Sintonice dos-cero-uno-cero e identifíquese."

"Alcance el sintonizador lo cambie a 2010, entonces presione el botón de identificador. "Dos Cero Nueve cambiando a dos-cero-uno-
cero"

"Dos Cero Nueve, Halcón. Contacto con radar. Gire a la derecha, dirección cero-uno-nueve. Descienda y mantenga Nivel de Vuelo
Dos Cero Cero. Disminuya a dos-nueve-cero.
Como se me indico, empece un descenso lento, retractando el propulsor, activando los frenos de aire y extendiendo los alerones
presionando un botón en la palanca. Con la mitad de los alerones de la ala izquierda perdidos, solamente podía levantarlos como diez
grados y mantener bajos los alerones de la ala derecha para evitar que mi caza girara. A 20,000 pies de altura libere presión en la
palanca y retraje los alerones, viendo como la velocidad del aire ascendía rápidamente a los 290 nudos. Solté los frenos y solté el
suficiente poder para mantener mi velocidad. La distancia a la nave continuaba reduciéndose y me permití un momento para considerar
el hecho de que quizás logre llegar a bordo.

A 20 millas llame al Mariscal y bajo la dirección del controlador, saque mi Valkyrie del cielo estrellado dirigiéndome hacia las nubes
que se encontraban debajo. La luna acababa de asomarse del cielo nublado a mi derecha y su brillo incandescente le dio textura a las
nubes hinchadas que me rodeaban. Destellos de luces punteaban la noche de verano mientras descendía hacia el algodón, nubes grises
formaban el punto inferior de un sistema de tormentas que estaba hirviendo desde el océano hasta los 55,000 pies. Barrí por las etapas
superiores en el valle de la tormenta y la luz de luna empezó a disminuir y a fluir en un ritmo extraño. Entonces llegó la oscuridad.

Cambie a mi procedimiento IFR, haciendo una referencia cruzada entre mi MFD y el HUD para asegurar que no faltaba nada, existe
un axioma en la aviación naval que un buen comienzo engendra un buen final. Satisfecho con mi aproximación, llame a la plataforma.

"Aguila Rápida Dos Cero Nueve, Acercamiento Halcón. Charlie llegando, reporte la Entrada.

Baje mi gancho y continúe con los instrumentos hasta la Entrada.

"Dos Cero Nueve, Valkyrie Entrando, 10.0," llame.

"Dos Cero Nueve, correcto, descienda," indico el Controlador del radar.

Baje el tren de aterrizaje, alerones y revise que mi gancho estaba abajo. Estaba a los 1000 pies y empece a reducir lentamente mi radio
de descenso. Durante un acercamiento por instrumentos a un portaaviones, el radio de descenso en pies por minuto no debe exceder tu
altitud sobre el océano.

"Paletas arriba," indico el LSO.


Todavía estaba en la oscuridad y mi corazón estaba en mi garganta. Estaba asustado hasta la medula y empece a tener vértigo. Mi
experiencia con instrumentos estaba limitada y la idea de aterrizar en un espacio agitado y móvil del tamaño de una cancha de tenis en
la profunda noche no era muy atractivo para mí.

"Dos Cero Nueve, Acercamiento Halcón. Estas a tres millas y un cuarto, planee al descender, en curso. Revise que las ruedas estén
abajo y aseguradas.

Con el amistoso recordatorio del controlador del radar, otra vez revise la configuración de mi caza. Todo estaba listo.

Con la excepción del relámpago ocasional, la oscuridad era mas negra que cualquier otra cosa que haya visto -o no haya visto- y a
parte del tenue brillo de mi panel de instrumentos, había una abundancia de nada en todas direcciones. Estaba realmente sudando
ahora.

"Dos Cero Nueve, Acercamiento Halcón. Esta a una milla y un cuarto, llame la bola."

Observe en la oscuridad como lo había hecho tantas veces en el espacio, escudriñando por una señal fugaz de la nave y la bola.

"Dos Cero Nueve, Valkyrie, Clara, 10.0 manual," dije buscando frenéticamente por la bola. Hice la llamada manual para asegurarme
que el LSO estaba advertido de que tenia deshabilitados el Compensador de Potencia (APC) -"auto-acelerador" y el Control de
Ascenso Directo (DLC). En el espacio el auto-acelerador nunca es usado y para recortar el tiempo que nos tomaría entrenarnos, nunca
nos enseñaron a usar la maldita cosa de todas maneras. Con la mitad de mi ala destruida, el DLC igualmente era inútil y el LSO del
Cronos necesitaba esta información para que él supiera hacer las llamadas apropiadas para mi acercamiento, ya que las ordenes usadas
para un acercamiento manual son diferentes de las de uno con auto-acelerador.

"Contacto visual. Dos Cero Nueve, déjese venir. Mueva su nave a la derecha. Muy bien, manténgalo ahí. Deme un poco de potencia,"
demando tranquilamente el LSO.

Estaba debajo de la ruta de vuelo. En el espacio solamente jalaría un poco la palanca (la misma reacción seria verdadera para un
acercamiento con auto-acelerador), pero en la atmósfera con un acercamiento manual como este, la altitud es controlada por la
potencia, velocidad por la altitud. El LSO estaba indicándome que aumentara ligeramente el poder mientras mantenía una altitud
constante. Estaba aproximándome a la nave a unos 180 nudos para no forzar mi ala de babor y sintiéndome bajo y rápido, tenia que
luchar ante la urgencia de jalar la palanca y frenar el impulso -la reacción apropiada en el espacio, en esas condiciones. Resistí con
todo mi poder, auxiliado por la voz de LSO sobre la radio. Todavía sin poder ver la bola y con el altímetro indicando 300 pies, estaba a
punto de ejecutar un acercamiento fallido cuando el LSO me dio su señal verbal de corte.

"¡Toque el suelo!" ordeno.

Empuje la palanca hacia delante y vi la bola relampaguear mientras mi caza golpeaba la cubierta. Coloque el acelerador en neutral y
sentí un jalón cuando el gancho brincó el cable cuatro y se engancho del numero cinco. Aterrice sobre la nave sin ver nada. Coloque el
acelerador en punto muerto mientras la adrenalina fluía libremente por mis venas y sentí mi Valkyrie ser arrastrado por el cable tractor.

"¡¡Perra suerte!!" exclame. Lo logre. "Controlador desde Dos Cero Nueve, ¡Gracias! Le debo una grande," dije, excitadamente,
aliviado.

"Cuando gustes, Aguila Rápida. Cuando gustes. Bienvenido a bordo," dijo.

Bajo la dirección del equipo de cubierta, solté el gancho de la cola, dirigí mi caza hacia la proa del portaaviones, y coloque los motores
de punto muerto a apagado. Me senté silenciosamente y escuche a los instrumentos y giroscopios murmurar suavemente mientras se
apagaban, repentinamente cansado pero totalmente agradecido. La expresión en la cara del capitán de vuelo mientras ascendía por la
escalera y al ver las hileras de marcas de muertes, debajo de mi cabina, fue inolvidable. Estaba realmente impactado.

Abrí la cabina y empece a quitarme los cinturones del avión. Había estado en la cabina por casi ocho horas sin descanso y estaba
exhausto. Coloque mi tablero sobre el panel y mi casco en la orilla de la cabina,

"Bienvenido a bordo, señor," dijo el capitán de vuelo.

"Gracias. Usted no se imagina que feliz estoy de estar aquí," dije, bajando de la cabina y descendiendo de la escalera. "Gracias nena,"
dije mientras besaba la nariz de mi Valkyrie. "Tú eres un hueso duro, cariño."
(NdelT) En la obra original, Hueso Duro es Hard Case, luego hace la comparación con el de su difunta esposa Rebeca Casey.
Mientras acariciaba la nariz del caza me di cuenta que había encontrado el nombre perfecto para mi caza: "Hard Case." El doble
sentido era sin duda claro -y apropiado. Lance un beso hacia el cielo y después dirigiéndome al capitán de vuelo le pregunte la única
pregunta que necesitaba saber.

"¿Tienen donde echar una descarga a bordo de esta cosa?"

Él soltó una risa de comprensión. "Por este camino, señor."

"Muy bien," exclame, siguiéndolo con prisa, una nueva expectativa en mi camino. La vida repentinamente valía la pena otra vez.

Capitulo 22 - Los Tres Picasos

Las reparaciones en mi caza tomarían dos días. Durante este tiempo seria un huésped en el Escuadrón de Valkyries del Cronos, VF-33
"Los Toms Rugientes" llamados por su herencia como el primer escuadrón de F-14 "Tomcat" durante los finales del siglo 20 y al
principio del siglo 21. Mi chaperón era un joven teniente llamado Scott "Toll" Booth y él estuvo todo el tiempo para asegurarse que mi
estancia a bordo de la nave fuera extremadamente agradable. De hecho fui tratado mas como un héroe que un NCO de bajo rango. Los
pilotos de combate estaban extremadamente deseosos de escuchar detalles sobre los Zentraedi -su equipo, sus tácticas, su apariencia,
etc.- y pase muchas horas en la sala de reunión discutiendo los eventos de los últimos 12 meses.

El Tte. Booth me dio un paseo por la nave, uno de los portaaviones mas nuevos de clase Prometeus. Aunque la disposición de la nave
era familiar, estaba mucho menos abarrotado que su nave hermana mas vieja, y por una buena razón -Cronos tenia como una tercera
parte del personal acomodado en el Prometeus. Como estaba, me di cuenta de muchos refinamientos y mejoras en el trabajo y
funcionalidad a bordo del Cornos y estaba impresionado por el progreso que se había hecho desde el tiempo en que el Prometeus había
sido construido.

Como cualquier amante de los portaaviones hubiera adivinado, la porción más agradable del paseo no tenia que ver con la nave, sino,
con una vista de cerca y personal de las aeronaves a bordo de ella. La Ala Aérea del Cronos era de las más variadas. Desde el F-24
"Dragón" un caza interceptor de alta velocidad y alta altitud con capacidad STOL, hasta el jet de ataque VTOL LTV "Aventurero II",
los aviones a bordo de la nave eran una fuerza cohesiva de combate altamente integrada. Se me dio la oportunidad de volar en el F-24
"Dragón" y simplemente lo aprecie. Era sin lugar a dudas el caza más fino del mundo. Con un radio de giro que rozaba lo insoportable
y un radio de empuje-peso que haría a un piloto de Veritech salivar, rápidamente decidí que cada aviador debería tener uno. Estaba
mas impresionado con el piloto, Tte. "Blip" Sherrar, aterrizar sobre el Cronos después de nuestro vuelo a solamente 50 nudos. Era
claro para mí porque el "Ultra Viper" era el artefacto de portaaviones mas seguro en el inventario del RDF. Era verdaderamente una
obra de arte.

F-24 "Dragon II

Mientras las reparaciones a mi caza se completaban, los miembros del VF-33 me hicieron miembro honorario y me fue entregada una
hermosa chaqueta de piel con la insignia del VF-33 estampada por detrás. Estaba realmente conmovido y me prometí hacer algo
agradable para los pilotos de combate que extendieron tal amabilidad hacia mí durante mi corta permanencia sobre la nave.

Mientras me dirigía hacia la cubierta de vuelo, el Tte. Booth me agradeció por compartir mis conocimientos con los pilotos en la nave.
En el evento de que la ala aérea del Cronos se enfrentaran a los Zentraedis en combate, la información que les había proporcionado
seria altamente valiosa.

"Buena suerte, Jake," dijo el Tte. Booth, estrechando mi mano.


"Gracias, Teniente. Espero volverlos a ver pronto, caballeros."

"También yo, Cuídese," dijo.

"Si señor," dije, saludando al joven teniente.

Di media vuelta para dirigirme hacia mi caza y lo que ví golpeo mis ojos lo suficiente para enfermarme. Mi hermoso caza estaba
embadurnado de nariz a cola en una horrible pintura blanca, indicando toda forma de profanación, comentarios acerca de la hombría de
los miembros de mi escuadrón y otros comentarios a cerca de la ilegitimidad de nuestros progenitores. Esta fue mi primera exposición
a una vieja tradición compartida entre escuadrones rivales e hice una mueca visible preguntándome si me había equivocado al pensar
que eran agradables las personas que difamarían mi avión de esta manera.

Los miembros del escuadrón, difícilmente podían controlar su risa mientras ascendía mi caza y arrancaba las turbinas. Como el Cronos
era capaz de generar algo de viento sobre su cubierta mientras se movía, el impulso de la catapulta era mucho más suave que la del
Prometeus. Es hizo poco para disminuir la ira que sentía al ver como mi hermoso caza había sido abusado en una manera tan cruel, aun
así, mientras dirigía mi curso hacia el Prometeus, jure que tendría mi venganza.

El reporte de muertes para la misión de protección para Isla Bird, oficialmente me acredito con ocho muertes, mas el caza con el que
había chocado, llevando mi total a 71. Josh y Waylan se anotaron con doce, cada uno, acercándonos a los tres a una corta distancia de
la mágica marca del 100. No hay duda de que nuestras marcas fueron sustancialmente mas altas, pero a los tres no nos preocupaba eso.
El que la nave estuviera a salvo era mas recompensante que el número de muertes que nos pudieran acreditar.

Durante los siguientes días continuamos volando misiones BARCAP y pasaron sin novedad. La operación de reabastecimiento del
SDF-1 estaba casi completa y rápidamente se volvió aparente que la ventana par mi venganza se estaba reduciendo. Tenia que actuar
rápido.

Rápidamente diseñe un plan para darles un espectáculo a la ala aérea del Cronos que no olvidarían. Con la ayuda de Philo, Waylan,
Josh y yo fuimos con el oficial de suministros para que nos diera acceso a la bodega de pintura.
"Necesitamos la pintura para hacer un retoque a uno de nuestros cazas," fue la línea que le dimos. "Pueden confirmarlo con el Tte. Carr
si es necesario."

"Oh, no hay problema. Esta bien. Tomen toda la que necesiten," dijo el oficial.

No es necesario decir que cargamos un endemonial de pintura. Después pasamos a visitar todos los sanitarios a bordo de la nave y
robamos todas las toallas de papel y rollos que pudimos encontrar. Finalmente aseguramos varias bolsas gigantes para la basura y las
juntamos en el hangar para hacer nuestra sucia obra.

Con mucho cuidado, llenamos las bolsas con pintura, las sellamos y las colocamos dentro de las cabinas del tren de aterrizaje de
nuestros tres cazas. Después colocamos varios rollos de toallas y rollos de papel dentro de cada cabina, asegurándolos de manera que
el tirón de la catapulta hicieran que se soltaran. Finalmente, coloque una nota dentro del la nariz de mi caza, para que el blanco supiera
quien la mando.

Frotando mis manos reí maliciosamente. Cuando el BARCAP de la mañana terminara, buscaría mi venganza.

En la mañana del 1 de Agosto del 2010 despegamos como parte del BARCAP 0900. Había advertido a mis camaradas que se movieran
suavemente cuando maniobraran para que no reventaran nuestras cargas. La patrulla fue aburrida, y no vimos mas que una gaviota.
Cuando nuestro relevo apareció, no separamos y nos dirigimos hacia el Cronos. Había recibido permiso para pasar una hora de vuelo
para probar mi caza, por parte del Tte. Carr. Esta no era un procedimiento inusual para un caza que había pasado reparaciones tan
extensas, como el que había recibido el mío, y me otorgo suficiente tiempo para completar mi pequeña travesura.

"Acercamiento Halcón, Sand Pebble Uno. Vuelo de tres Victor Felix Unos, Aproximación al Halcón uno-cinco-cero, descendiendo del
Nivel de Vuelo Dos Uno Cero, cambio," llame.

"Sand Pebble Uno, Aproximación Halcón. Desciendan o mantengan a uno cero mil. Cambien a uno-dos-cinco-cero e identifíquese."

"Sand Pebble Uno, cambiando a uno-dos-cinco-cero."


"Sand Pebble Uno, contacto de radar. Gire a la izquierda tres-uno-cero. Reporte a Plataforma."

Como me fue indicado, procedí en curso hacia Plataforma.

"Muy bien, Sand Pebbles, esta es. Estamos dentro," dije, señalando una señal de pulgar a mis hombres ala. "Ustedes saben que hacer a
partir de ahora. Buena suerte."

"Correcto."

"Correcto."

Mientras descendíamos hacia el Cronos, no podía mas que reírme excitadamente. Nada nos podía detener ahora. Esos bastardos estarán
impactados hasta el cerebro.

Reporte con Plataforma, descendimos hacia la Entrada y volé un acercamiento preciso hacia la nave. El LSO me dirigió hacia el
portaaviones y me di cuenta de que era difícil retener la risa mientras llamaba a la bola. A 3/4 de milla empuje el acelerador y baje mi
nariz hacia el océano.

"¡Altitud, altitud! ¡Potencia! ¡Potencia! ¡POTENCIA!" vinó el grito chillante del LSO. "¡ALÉJESE! ¡ALÉJESE! ¡ALÉJESE! ¡DIOS
MIO! ¡ALÉJESE!" sin lugar a dudas, el LSO estaría clavándose en su red de seguridad para evitar que su cabeza fuera separada por un
Valkyrie fuera de control. Reí ante la idea.

Revisando el océano, vi que la cubierta de vuelo del Cronos estaba llena de naves estacionadas y rugí con regocijo mientras jalaba mis
impulsores a punto muerto. En el momento preciso, jalaría la palanca y ascendería en un jalón de seis y medio Gs. La fuerza centrifuga
aplicada a los elementos en mi tren de aterrizaje hicieron que se separaran en un arco hacia la cubierta cargada de aviones. Una vez
asegurado que el contenido fue entregado, gire mi Valkyrie 180 grados, jale el poder a empuje militar y libere la palanca. Observando
por la ventana de mi cabina vi las seis bolsas gigantes con pintura blanca estallar mientras golpeaban las naves estacionadas en el
frente del portaaviones, listones de papel del baño flotando alrededor de ellos. Inmediatamente detrás de mi Josh y Waylan arrojaron
12 bolsas mas con pintura amarilla, azul y roja, hacia la nave y observe como las bolsas hacían impacto en una rápida sucesión,
convirtiendo el frente del portaaviones en una gigantesca pintura impresionista.
"¡Jajajajajajajajajaja! ¡Tomen eso muchachos!" exclame, guardando mi tren de aterrizaje y girando de nuevo. "¡Jojojojojajajajaja!"
Estaba mas allá que histérico. "¡Sand Pebbles únanse a mí!"

Riendo incontrolablemente, mis hombres ala se formaron junto a mi caza.

"Sand Pebbles cambien a modo Guardián," indique, dirigiéndome de regreso al Cronos.

Con Josh y Waylan manteniendo una perfecta formación, llegamos a detenernos con respecto al portaaviones y descendimos a casi
quince pies sobre la enorme nave. Abriendo mi cabina, fui recibido por el aire enérgico, salado que rugía a lo largo de la cubierta del
portaaviones. Alcanzando el respaldo de mi asiento saque dos contenedores etiquetados "VF-31". Con un saludo de estilo las arroje
lejos de la cabina lo mas lejos que pude para que no fueran absorbidas por las turbinas y las vi rebotar en la cubierta para ser
recuperadas por el equipo de cubierta. Las botellas de Whisky Escocés que contenía cada una era un gesto de agradecimiento por la
chaqueta y una señal de que no había resentimientos ante el abuso hecho a mi maravillosa nave.

Bajando la cubierta una vez mas, moví el acelerador y despegamos directamente hacia arriba, Waylan y Josh acompañándome todo el
camino. Pisando en el pedal derecho del timón, hicimos piruetas en formación, como un trío sádico de bailarines de ballet, hasta los
3,000 pies. Reconfigurando a modo F, nos dirigimos hacia nuestra propia nave -después de hacer un bello, cercano y preciso paso
sobre el Cronos, alas moviéndose en un "hasta pronto". Hubiera dado cualquier cosa para ver las expresiones en las caras de los pilotos
del Cronos cuando leyeran mi nota (Había colocado una copia, junto a cada botella del Whisky escocés para asegurarme de era
recibido) confirmando que era yo.

"Gracias por el trabajo de pintura. Pero, ustedes necesitan trabajar mas en sus métodos y pense darles una demostración practica. Así
es como pintan los pilotos de combate activos. ¿Les gusto nuestra técnica? Con mis mejores deseos -Jeff Framton."

Los tres nos reímos todo el camino de regreso desde el Cronos. No podíamos evitarlo. Después de todo, estos chicos iban a tener un
buen rato para limpiar todo ese desorden.

"Siempre da placer pagar, ¿verdad?" indico Waylan, una sonrisa de oreja a oreja en su cara.

Reímos ante el comentario de Waylan y continuamos contando chistes durante el regreso a la nave. Solamente paramos cuando fue
momento de hacer contacto con la nave, y aun ahí, fue difícil mantenerse calmado y no estallar en una risa histérica y carcajadas.
Mientras descendíamos hacia el SDF-1, me di cuenta que era la primera vez que me permitía reírme desde que Beki había fallecido.
De hecho, verla otra vez había cambiado por completo la dirección de mi vida y mientras miraba hacia el cielo azul, tome la
oportunidad de decir, "Gracias, cariño"

Mientras el portaaviones aparecía a nuestros ojos, era obvio que las noticias de nuestra "pintura" no había precedido. Gritamos sobre el
centro del SDF-1 a 375 nudos. Dando Josh la señal de separación, rompí en un giro brusco hacia la izquierda, las alas acomodándose
para un vuelo a baja velocidad y entramos la pierna descendente del Prometeus. Toda la cubierta del portaaviones estaba llena de
pilotos y marineros lanzando porras y saludando, mientras apagaba mi Guardián después de un aterrizaje perfecto, me empece a
preocupar. ¿Qué pasaría sí el Tte. Carr estuviera disgustado? Un escalofrío recorrió toda mi espalda.

"Oh rayos," murmure mientras habría la cabina. "Podría perder mis alas."

Mientras descendía de la cabina, intercambiando saludos con la tripulación antes de reunirme con Josh y Waylan. "Buen trabajo,
chicos," dije, tratando de parecer lo mas confiado posible.

"Eso fue absolutamente histérico, Jake. Si que los dejaste clavados. ¡Pow!" exclamo Josh, haciendo gestos excitadamente con sus
manos.

Sonreí, entonces me voltee y me dirigí hacia la Sala de Preparación en la cubierta inferior del hangar. Camine por la escotilla y fui
recibido por la vista de un firme y obviamente irritado, Tte. Carr. "Oh, rayos," alcancé a decir.

"Siéntense ustedes tres," dijo, apuntando tres asientos en la fila delantera. "Gusanos, ¿se dan cuenta de que acaban de hacer? ¿Se dan
cuenta?"

Nos sentamos en silencio.

"¿Bien? Estoy esperando por una respuesta. ¿Ustedes tres genios se han dado cuenta de lo que hicieron?"

"Uhm, señor," se aventuro Josh. "Estamos, uhm... ahem... Lo sentimos, señor."


"¡¿Lo sienten?! ¡¿Lo sienten?! ¡Ustedes creen que decir que lo sienten va a arreglar esto!" rugió, su cara negra tornándose mas negra
de rabia. "¡¡¿Lo creen?!!

"No señor," conteste.

"¿Qué suponen que debo hacer con ustedes, idiotas? ¡¡¿Qué?!!" exclamo, su voz mas fuerte que las maquinas del Valkyrie a toda
potencia.

Después de una corta pausa, Waylan murmuro calladamente, "Fusilarnos... señor..."

"¿Fusilarlos? ¿Fusilarlos?" preguntó incrédulamente, su acento francés repentinamente más acentuado. "¡Diablos! ¡Me gustaría
promocionarlos!"

"¿Promocionarnos, señor?" pregunté, volteando en incredulidad hacia mis camaradas.

"¡SI Sargento! Ese fue el mejor espectáculo que jamas haya oído en mis 10 años de servicio. 'Así es como pintan los pilotos de
combate activos.' ¡Ja! ¡Buen trabajo muchachos!" exclamo, extendiendo su mano. "Espero que tengan una grabación del evento."

Estaba estupefacto. El resto del escuadrón rápidamente se introdujo dentro de la sala y empezó una gigantesca celebración. Como los
héroes de la hora, ninguno de nosotros pudo comprar algo para comer o beber en el pueblo por mas de una semana -a donde fuéramos,
siempre había alguien que tomara la cuenta. También nos inmortalizaron con el nombre de "Los Tres Picasos," y nuestra pequeña
travesura con bombas se convirtió en una de las legendarias historias de la Primera Guerra Robotech. Verdaderamente fue un momento
maravilloso en mi carrera y una experiencia que nunca olvidare.

Parte V: Girando
Capitulo 23 - Héroes y Leyendas
Las siguientes semanas a bordo de la nave fueron algo tumultuosas. Durante una batalla el 8 de Agosto de 2010, Max Sterling añadió
otro capítulo a una historia que ya era leyenda. Aunque seria difícil superar una hazaña como la que realizo cuando estaba atrapado
como un huésped no deseado a bordo del crucero Zentraedi (durante su corta estancia en la lista de "Perdido, probablemente muerto"
en Junio)- escondido bajo un uniforme Zentraedi junto a su Veritech- nada de lo que hiciera Max nos podía sorprender, y este día no
era la excepción.

Durante un ataque a la fortaleza, Max Sterling y Ben Dixon salieron como parte del comité de bienvenida en defensa de la gigantesca
nave. Dirigidos por el gran Roy Fokker, los adversarios de ese día estaban compuestos casi en su totalidad por el mortal Queadlann
Rau. Mientras la batalla hacia erupción, mi escuadrón se mantuvo en alerta sobre la cubierta de vuelo, preparados para salir al primer
aviso.
Zentraedi Quaedlann-Rau Powered Armor Suit

El ataque del enemigo era preciso y seguro, y nuestras perdidas eran tremendas. Nunca antes habíamos visto una fuerza tan poderosa
como esta, y en cuestión de minutos, cuatro de los pilotos mas experimentados del SDF-1 estaban muertos o heridos, incluyendo a Roy
Fokker. Mientras Max los perseguía, uno de los Queadlann Raus se dirigió al SDF-1. El Tte. Carr, Plog y Sprabary, junto a mi equipo,
salimos para interceptar al caza enemigo. Les tomo doce segundos a las catapultas para lanzarnos a los seis en el aire, pero el intento
fue en vano -ni tuvimos tiempo de levantar el tren de aterrizaje antes de que la nave Zentraedi volara dentro de una de las escotillas de
suministro del SDF-1. Aunque el Cap. Gloval había ordenado sellar las escotillas, la orden no se realizo a tiempo para prevenir que la
nave enemiga entrara. Peor aun, la decisión de cerrar las escotillas casi previno que alguno de nosotros pudiéramos entrar para
detenerlos.

Aquí entra el inimitable Max Sterling. Mientras las puertas se cerraban, Max entro por la escotilla sin espacio de margen. (Inspección a
su caza mostraría que el margen de error era, de hecho, cero -la pintura de las partes superiores de sus estabilizadores las había rayado
por las compuertas). Mientras el Queadlann Rau hacia destrozos por toda la ciudad, Max lo perseguía. El caza enemigo voló hasta el
centro de Ciudad Macross, derrumbando edificios, acribillando señales y postes, y generalmente causando un gran desastre. Con la
precisión, que era su marca, Max tranquilamente se alineo con su enemigo y bajo su mira descargo su GU-11. Una docena de disparos
bien colocados golpearon la nave acorazada y la pusieron fuera de balance, golpeando contra las calles, torciendo el pavimento. El
caza alienígena absorbió una tremenda carga de daño, y el que no haya explotado deja un gran testamento de la dureza de su diseño.

Plagado de agujeros, el Queadlann Rau se levanto lentamente y se encaro al Battloid de Max, cañón a su lado, como un pistolero del
Viejo Oeste. Una escotilla superior se abrió, y el alienígena, sin deseos de continuar el combate, hizo un brinco salvaje hacia el techo,
dejando una gran cantidad de misiles en su huida. Max lo persiguió hasta que se le ordeno regresar a la base, y la fuerza de ataque
alienígena se retiro tan rápidamente como había aparecido.

Para nosotros, la batalla no fue mas que una gran victoria. Dos de cada siete cazas que habían salido, fallaron al regresar a la nave, y
una buena parte de los que regresaron estaban en malas condiciones. Roy Fokker estaba seriamente herido y fallecería como
consecuencia de las heridas sufridas en el combate de hoy. Otros dos pilotos de alta jerarquía habían muerto y un tercero -Oficial
Ejecutivo de la Ala Prometeus- gravemente herido, convirtiendo al Tte. Carr el piloto de en jefe a bordo de la nave. Con la perdida de
tantos de nuestros aviadores de alta jerarquía, Carr fue promovido a Teniente Comandante y se le dio el comando del Grupo Aéreo del
Prometeus -y como aviador senior, se convirtió en el Comandante del Grupo Aéreo Senior (SCAG), al mando de los Grupos Aéreos
Prometeus y SDF-1. Nuestro escuadrón repentinamente brincó a ser prominente y nuestra carga de trabajo se duplico mientras
tomábamos las misiones más importantes.

Aunque el LCDR Carr todavía podía volar con nuestro escuadrón, el Tte. Plog se convirtió en nuestro Comandante de Escuadrón. El
2Tte. Ray se convirtió en el nuevo Oficial Ejecutivo y el "Ogro" Sprabary se convirtió en nuestro oficial de Enlace. Waylan, Josh y yo
fuimos promovidos a Sargento y yo fui colocado en la posición de Oficial de Operaciones. "Notso" Wise también fue promovido a
Sargento, colocado como Oficial de Seguridad -un trabajo que Waylan Y Josh declinaron, habiendo escogido quedarse conmigo. De
haber aceptado la oportunidad, hubiera sido un gran avance en su carrera, y estaba profundamente conmovido por sus gestos
desinteresados -sin mencionar que estaba extremadamente agradecido por mantener a los dos. Ellos habían protegido mi cola
intachablemente misión tras misión, y la sinergia que se había formado entre nosotros era de un segundo a ninguno. Volar con nuevos
hombres ala hubiera sido altamente desconcertante

Como se veía, las cosas se redujeron a la velocidad de un caracol. Excepto por la ocasional intromisión aérea por parte de una fuerza
de reconocimiento enemiga, los siguientes diez días pasaron casi sin novedades. Todo eso cambio el 19 de Agosto de 2010, aunque,
cuando los eventos eran de una naturaleza mas seria, tomaban el escenario principal.

Habia despegado junto con el LCDR Carr como escolta para una misión RATA Ojo de Gato. Nuestro objetivo era sondear los limites
superiores de nuestra atmósfera, en un intento de medir la fuerza y localización de las fueras Zentraedi que se encontraban orbitando el
planeta. El sistema de radar del SDF-1 una vez mas estaba caído, y los Ojos de Gato estaban realizando misiones RATA regularmente.

La misión paso sin ninguna novedad. El Ojo de Gato reunió una fortuna de información valiosa y nos dirigíamos de regreso a la nave
con la satisfacción que sigue a un trabajo bien hecho. Mientras descendíamos del cielo oscuro, la curvatura de la Tierra se distinguía
desde nuestra altitud, todo parecía estar en orden. Mientras pasábamos de los 35,000 pies, el cielo estaba en calma, claro y azul y los
rayos del sol proporcionaban una calidez confortante que trajo a mi mente los despreocupados días de verano de mi juventud. Había
nacido para hacer esto y disfrutaba de la maravilla del momento. Pense en Beki y el saber que me convertiría en padre. Una sonrisa
surgió en mi cara. Era un maravilloso día para estar vivo.

Mi GAPS me mostró que faltaban 700 millas y acababa de acomodarme para la ultima parte de nuestra misión cuando el Tte. Carr hizo
una llamada que ocasiono que el pelo en mi nuca se pusiera de puntas.
"Pantera Dos desde Pantera Líder, tengo un problema aquí. Tengo un problema de ventilación de plasma en el reactor. Mejor bajen y
revísenme." Pantera Líder era el nombre clave del Comandante del Grupo Aéreo Prometeus y su hombre ala era conocido como
Pantera Dos. Cualquiera que escuchara el nombre clave Pantera Líder, instantáneamente sabia que era el LCDR Carr.

Mi sangre corrió fría. "Líder desde Pantera Dos, recibido," dije, deslizando mi caza debajo del de Carr. Recorriendo lentamente de
derecha a izquierda, forcé la vista para vislumbrar cualquier cosa en la nave del Comandante. Alcance a ver un rayo de liquido verde
fosforescente saliendo de la turbina, pero todo lo demás parecía estar en orden. "Líder desde Dos, veo una fuga de anticongelante de tu
turbina numero uno. La fuga parece ser moderada, cambio."

"Correcto Dos. El nivel de anticongelante parece estar bien. Temperatura, bien. Cambio uno."

"Correcto."

Regrese a la ala de babor de Carr y escuche su siguiente llamada. Volamos por el aire inmóvil durante varios minutos antes de que
actualizara su situación.

"Dos desde Uno, es una fuga de Anticongelante. El nivel esta critico. La temperatura del Reactor esta en el límite superior del arco
amarillo. Esto perdiendo los contenedores magnéticos, también. Creo que se va a partir en pedazos."

"Mejor apágala, SCAG."

"Ya lo hice," dijo.

"Diablos," maldije. Con el reactor apagado la temperatura debió de dejar de subir. Esto no mostraba que las cosas estuvieran, de hecho,
seriamente mal -El reactor de Carr estaba en escape. "Correcto, SCAG. Mejor haga la llamada, señor," dije.

Hizo una pausa por un momento, después contesto, "Correcto. Botón Tres."

Cambie mi radio principal al Botón Tres y escuche la comunicación del Tte. Carr con el controlador de aproximación del SDF-1.
"Aproximacion Ojo de Toro, Pantera Líder. Distancia del Ojo de Toro uno- cuatro-cero por seis-cuatro-cinco. Tengo un problema de
reactor que rápidamente sé esta convirtiendo en critico. Requiero un helicóptero de rescate, cambio."

"Correcto Pantera Líder, este es Aproximación Ojo de Toro. Helicóptero de rescate, Angel Siete Tres Tres, ahora saliendo. ¿Desea
declarar una emergencia, cambio?"

"Uh, Pantera Líder, negativo, ah... Cambio uno."

Observe la cabeza del Teniente agacharse dentro de la cabina, sus manos moviéndose frenéticamente.

"Dos desde Uno, Tengo un serio problema aquí," dio antes de continuar. "Mayday... Mayday... Mayday... Este es Pantera Líder, a uno-
cuatro-cero del Ojo de Toro por seis-uno-uno. Tengo una falla severa, repito, falla severa del reactor. Requiero que envíes ese
helicóptero, cambio."

"Pantera Líder desde Ojo de Toro, cambio. Ese Helicóptero esta en camino, Tiempo aproximado de llegada en noventa minutos,
cambio."

"Ojo de toro, repita por favor."

"Pantera Líder desde Ojo de Toro, El tiempo de llegada del Angel Siete Tres Tres es noventa, repito nueve cero minutos, cambio."

"Correcto Ojo de Toro, entiendo. Nueve Cero minutos."

"Jesús," musite. Era bueno que ahora era verano y no invierno, de otra manera Carr hubiera muerto de exposición. Como estaba,
noventa minutos no era un pedazo de pastel, pero asumiendo una contingencia radioactiva, era un periodo de tiempo pasable para estar
en una balsa o en un chaleco salvavidas bajo estas condiciones.

"Capitan, creo que debería salir de ahí, ahora," dije.

"Negativo, Yah-Yah. Tengo que llevarla abajo."


Me preguntaba que tipo de problema lo obligaba a permanecer en su caza, en vez de hacer eyección.. No podía imaginarme nada y
simplemente conteste con un confundido, "Correcto."

El comandante bajo la nariz de su caza y empezó a descender hacia el océano. Me mantuve pegado junto a su ala de babor y descendí
con él. Actualizo su posición a la nave mientras leía la lista de emergencia, elemento por elemento. A los 200 pies nivelo la nave y
empezó a frenar, esperando golpear el agua a la menor velocidad posible. Mientras observaba su domo salió volando, azotando hacia
atrás por el flujo de aire haciendo un violento impacto con el mar. Moviendo mi Valkyrie hacia estribor, reduje mi velocidad junto con
la nave de mi líder, el cual estaba por debajo y a la izquierda de mí. Con una gigantesco penacho de espuma blanca del océano, el
Valkyrie de Carr golpeo el agua, partiéndose a la mitad, justo arriba de las entradas de las turbinas. Se hundió instantáneamente en un
anillo de espuma blanca y restos.

"Pantera Dos a Ojo de Toro. Pantera Líder acaba de caer. La nave se hundió inmediatamente," dije, mi voz temblando mientras giraba
mi caza en una violenta vuelta a la izquierda, buscando por una señal de una balsa o de una marca. Orbitando sobre la posición de
Carr, busque vanamente por cualquier señal de él. Después de dos vueltas, decidí que tenia que hacer algo más drástico.

"Pantera Dos a Ojo de Toro. Voy a bajar para buscar al SCAG. Cambio."

Jale la palanca de configuración a "B" y transforme mi Veritech en modo Battloid. Seleccione "Hostil" en el panel de control
ambiental, revertí a reacción en masa interna y soporte, entonces descendí hacia el agua. Haciéndolo con la mejor intención, flote
momentáneamente sobre las olas del océano. El calor de mis escapes hizo hervir el agua y cubrió mi Battloid en una gigantesca nube
de vapor. Colocando el acelerador en punto muerto, descendí en el agua y encendí mis luces de alta intensidad, montadas sobre los
hombros.

Usando mis impulsores vernier, me sumergí más profundo en el océano, maniobré alrededor lo mejor que pude en busca de mi CAG.
Él tenía suficiente oxigeno en su asiento de expulsión como para aguantar cinco minutos, pero no mas, y si no lo alcanzaba, pronto
sería un ejercicio académico. Algo sencillo, mientras más profundo se sumergía el caza, mayor presión le seria aplicada. Si el caza se
hundía lo suficiente, Carr seria aplastado como una uva, y tenia que encontrarlo antes de que eso pasara.

Descendi mas en el océano, haciendo lo posible para localizar la sección de la cabina. La cavidad ocasionada por los escapes de mis
turbinas, hacían el control casi imposible. La luz disminuía rápidamente mientras mi Veritech se sumergía mas profundo en el océano
y me di cuenta, a mi pesar, que el caza de Carr se había sumergido demasiado para alcanzarlo. Un par de luces rojas en el panel de
instrumentos me mostraban amenazadoramente la palabra "TEMP", mientras las turbinas empezaban a sobrecalentarse. Para agregar, a
una situación ya peligrosa, mi Valkyrie empezó a acumular aceite, mientras la presión de la profundidad la empezaba a empujar ahí, y
ahí vi que tenia que abandonar mi intento de rescate. Si la presionaba a seguir adelante, mi Veritech empezaría a partirse en pedazos.
Mientras mi caza empezó a chillar y a quejarse, resignadamente decidí abandonar mis esfuerzos y dirigirme a la superficie.

Con precisión quirúrgica, moví el acelerador lentamente hasta el 100% de potencia, haciendo lo posible para mantener mi Battloid
cabeza arriba. Estaba luchando y requería el máximo control en los instrumentos para evitar salirme incontrolablemente en un vector
cualquiera. El agua que me rodeaba empezó a iluminarse rápidamente y con mi regreso al cielo, salí del océano en un ángulo de 45
grados, como un misil balístico ICBM disparado por un submarino. Cambiando a Guardián, acelere a 120 nudos, después cambie a
modo Guardián y regrese a la ubicación de Carr.

Orbite el área por otra hora, esperando en vano que el Teniente saliera a la superficie. El helicóptero llegó justo antes de la puesta de
sol, pero claramente era un esfuerzo desperdiciado. Mientras el sol empezaba a hundirse en el horizonte, decidí que era hora de
regresar a la nave. Con una vuelta final sobre el punto donde el Veritech del Tte. Carr se había hundido, me volví a escoltar el regreso
del helicóptero al portaaviones.

No había ninguna duda... LCDR Jacien G. Carr había fallecido.

Despues de aterrizar a bordo del Prometeus, reporte los eventos del día al Oficial en turno. Sentí horrible ante la falla de salvar a mi
capitán y me maldije viciosamente. Aun hoy, todavía siento la culpa que viene cuando saber que hubieras podido salvarlo de haber
actuado más rápido, o haber buscado un poco más. Casi inmediatamente, empece a imaginarme cada aspecto de los eventos que
acababa de transpirar. Estaba confundido por la negativa del comandante de salir de su nave. Seguramente la eyección hubiera
incrementado astronómicamente sus oportunidades de sobrevivir. Solo que no hacia sentido. Decidí buscar al Tte. Plog para ver si él
tenia la respuesta y su revelación en el tema fue impactante.

"El comandante tenia mala la espalda -una herida desde ese vuelo sobre el puerto de Macross. Él fue capaz de engañar al medico de
vuelo y llegar hasta las cabinas, pero su espalda era un completo desastre. Una eyección lo hubiera dejado lisiado -diablos... incluso lo
pudo haber matado. Él lo sabia. Si quieres mi opinión, creo que el impacto con el agua lo mato, Yah Yah," dijo, colocando una mano
sobre mi hombro. "Tu no hubieras podido hacer nada para salvarlo."
Todo lo que pude hacer era asentir mientras hablaba. Cuando termino, agite mi cabeza para limpiar las telarañas creadas por lo que me
había dicho Plog, incapaz de creer el coraje que había mostrado el LCDR por tanto tiempo. Cada vez que él volaba, el bienestar de
Carr dependía completamente de la condición de su caza. Si cualquier cosa salía mal con su Veritech, existía la oportunidad de que
terminara muerto o en una silla de ruedas, y él salía a cada misión sabiendo eso. Él era, en efecto, un Kamikaze en cada misión que él
volaba, y el pensamiento era amargo.

A menudo, hablábamos acerca del servicio, autosacrificio, guerreros y héroes. De hecho, usábamos esas palabras tan frecuentemente
que rápidamente perdían todo significado. Jacien George Carr hizo mas que dar a esas palabras algún significado -él era su definición.
Carr era una clase especial de héroe. Él resumía todas las cualidades que uno quisiera en un guerrero, líder y ser humano y como
muchos otros, él murió antes de tiempo. Él era una persona sobresaliente, noble y su perdida no era solamente una perdida para los
hombres que servían junto a él, si no para la humanidad entera.

William Brubaker, Roy Fokker, Jacien Carr... Sus muertes nos perturbaron y la humanidad perdió una gran parte de lo poco brillante
que le quedaba.

Capitulo 24 - Sobrecarga

Con la perdida del LCDR Carr, el comandante del escuadrón de Max, Tte. Rick Hunter, se convirtió en el Comandante Senior del
Grupo Aéreo del SDF-1. La promoción de Hunter ocasiono algo de conmoción a bordo de la nave, porque fue escogido de entre varios
otros pilotos Senior, incluyendo al Tte. Plog. La mayoría de los pilotos de la RDFN -incluyéndome a mí- sentimos que el movimiento
era mas bien político hecho por el alto mando a costa del contingente naval. Algunos cínicos aun llegaron a sugerir que la muerte de
Carr fue debido al sabotaje. Aunque yo no lo veía desde este punto de vista, una cosa era segura, el camino rápido para las
promociones ahora descansaba firmemente en estar con la ESPACIAL.

No tenía nada en contra de Rick Hunter, y tenia pocas dudas de que era un líder capaz. Él fue un as varias veces y su escuadrón
Bermellón era uno de los más famosos sobre la nave. Aunque esto era en gran parte a costa de Max Sterling, El Tte. Hunter recibía el
crédito y su cercanía con Roy Fokker solamente le dio mas oportunidades para la promoción. Estaba preocupado por la decisión del
alto mando de promover a un piloto junior sobre tantos pilotos senior, pero mi trabajo no era hacer preguntas -mí trabajo era cumplir
ordenes.
La grieta entre los pilotos de la Naval y la Espacial no tuvo mucho tiempo para crecer. La conferencia del Cap. Gloval con la UEG fue
todo menos un éxito, y para colocar un sello sobre ella, el Consejo de Gobernación sé rehuso a permitir que los civiles abandonaran la
nave. Para no atemorizar a la gente en la Tierra, la historia detrás de la desaparición del SDF-1 fue atribuida a un ataque de la Liga
Anti-Unificación. Se dijo que la Isla Macross había sido destruida y que todos sus habitantes habían sido declarados muertos. Las
ramificaciones políticas -sin mencionar el pánico- que hubiera resultado cuando 50,000 personas muertas repentinamente regresen a
sus casas, y luego explicar a sus amigos y familiares que la Tierra estaba bajo ataque por fuerzas alienígenas, hubiera sido tremendo.
En orden de proteger su credibilidad, la UEG fue inflexible al mandar que el SDF-1 mantuviera a los civiles a bordo por tiempo
indefinido.

Esto no le cayo bien al Cap. Gloval. Un hombre comprensivo hasta la medula, estaba verdaderamente consternado con el bienestar de
los ciudadanos de Ciudad Macross. Cuando recibió la orden de que no se les permitiría salir a los civiles, Gloval se puso furioso -algo
que no hacia muy a menudo- y ordeno a la fortaleza de combate a emprender el vuelo. Una reunión de emergencia para los pilotos de
combate nos reveló algunos de los detalles del plan de Gloval para permitir a los civiles que abandonaran el SDF-2 y regresaran con
sus familias - una vez nos encontramos unidos, juntos por una causa común.

Colocando el curso hacia el Cuadrante Norteamericano y hacia los Estados Unidos, Gloval esperaba obligar a la UEG que le
permitieran desalojar a los civiles. Inseguro de sí enfrentaría resistencia o no por parte de la UEG, todos los pilotos de combate, a
bordo de la nave, nos mantuvimos en un estado de alerta de emergencia. Una vez las misiones BARCAP empezaron en forma, con la
única diferencia al ser añadidas ala "Regla de Tres Horas," en la que se indica que ningún aviador pasara mas de tres horas en la cabina
sin descanso. Esto, significativamente liberó los nervios de los pilotos de combate y ayudaba a asegurar que no disparáramos
accidentalmente contra una nave amiga -una nave amiga siendo una del Grupo Aéreo compuesto del SDF-1.

Vole siete misiones en tres días, y aun con la Regla de Tres Horas, estaba exhausto. Era extremadamente estresante sentir que no
éramos enemigos con los Zentraedi únicamente, sino que también lo éramos con nuestro propio planeta. Afortunadamente,
encontramos simpatía entre los lideres del Sub-Comando del Cuadrante de Ontario. Ellos aceptaron recibir a los civiles, y con los
Veritechs formando una barrera de 300 millas, Gloval dirigió la nave en la dirección de Ottawa, Ontario.
Llegamos al Cuadrante de Ontario el 28 de Agosto y parecía que el plan del Cap. Gloval había funcionado perfectamente.
Desgraciadamente, Khyron Kravshera, cansado de sus derrotas en Marte y en la Isla Bird, no estaba listo para ceder a sus esfuerzos de
tomar el SDF-2 y nos encontramos bajo ataque una vez mas, esta vez por un grupo de cruceros de batalla Zentraedi bajo su mando
directo. Cada caza a bordo de la nave salió para interceptar las naves agresoras, pero nuestros esfuerzos tuvieron un poco efecto.

Afortunadamente para el SDF-1, los genios de la robotecnologia habían diseñado un nuevo sistema de defensa –El Sistema de Barrera
Defensiva Omni- Direccional- para reemplazar al viejo y pequeño Sistema Punta de Alfiler que había sido usado hasta entonces –el
cual solo cubría un 8% de la nave y tenia que ser movido manualmente con juego de controles esféricos- la nueva barrera rodeaba a
toda la nave. La nueva barrera salvaría al SDF-1 de la destrucción, pero esto llegaría a un alto costo.

Mientras hacíamos lo poco que podíamos para detener el ataque enemigo, los cruceros Zentraedi disparaban contra la fortaleza de
batalla una y otra vez. La tremenda cantidad de energía que la barrera absorbió, fue demasiada para poderla contener y el sistema
rápidamente se sobrecargo. Con un relámpago de luz más brillante que el sol de mediodía, la energía absorbida por la barrera hizo una
reacción en cadena con la atmósfera, ocasionando una tremenda explosión –el poder de ella fue mas de cuatro veces más grande que la
mayor ojiva termonuclear jamas construida. La superficie del suelo fue completamente arrasada mientras la explosión continuaba,
hasta un radio de 25 millas y excavó un cráter de 1,500 por 2,300 pies en el suelo. Las naves agresoras Zentraedi fueron destruidas o
severamente dañadas por la explosión, aquellas que sobrevivieron rápidamente se retiraron.

Desafortunadamente, la orden indicando la retirada de la Ala Aérea a algún lugar seguro llegó muy tarde, y varios pilotos se perdieron
–incluyendo el hombre ala de Max, el bullicioso Ben Dixon. El que mi propio escuadrón haya sobrevivido se debe al hecho de que
estabamos peleando con uno de los cruceros que se encontraban mas retirados de la nave. Las tres millas adicionales que nos
encontrábamos del centro de la explosión, nos dio el tiempo que necesitábamos para rayar en algún lugar seguro.

Como estabamos, solamente pudimos escapar de la explosión, pero no de la onda de choque. Nunca antes en mi carrera de piloto –ni
después de este evento- había estado sujeto a una fuerza tan poderosa. La onda de choque me golpeo tan duro que me rompí la
clavícula derecha con el arnés del asiento de eyección. Estaba tan impactado por los eventos que habían pasado que no me di cuenta de
que me la había roto hasta esa misma noche. Mientras estaba bañándome en mi habitación, alce el brazo para ajustar la boquilla de la
regadera, pero no pude levantar mi brazo derecho. Examinando la área blanda con mi brazo izquierdo, claramente podía sentir la
fractura, y sin nada mas que una toalla y un par de sandalias me dirigí a la enfermería.
Estuve fuera de acción por tres semanas. Aun pero, la Ala Aérea del SDF-1 había recibido un tremendo golpe. Catres vacíos en las
barracas, asientos vacantes en las salas de juntas y una repentina cantidad de espacio en el hangar solo sirvieron como un sombrío
recuerdo de la cuota que había sido extraída otra vez de los pilotos a bordo de la nave. Repentinamente, las una vez vehementes,
insistentes e indignantes acusaciones de favoritismo político se veían vergonzosamente mezquinas.

Los pilotos de combate no fueron los únicos que cambiaron de mentalidad en corto tiempo. El daño ocasionado por la barrera, barrio
completamente la ciudad de Ottawa y los lideres del Cuadrante de Ontario retiraron su oferta de recibir a los 50,000 civiles del SDF-1.
Con las noticias de que no se les permitiría salir a los civiles una gran ola de desesperación recorrió toda la nave y estabamos
impotentes de hacer cualquier cosa para evitarlo.

Sin poder permanecer en el cuadrante, nos forzaron a llegar a la costa donde las operaciones de reabastecimiento serian dirigidas. Era
un sentimiento extraño. A diferencia del esfuerzo de reabastecimiento después de nuestro regreso inicial a la Tierra, este era más
intenso y prolongado. Por tres días completos un torrente constante de helicópteros y aviones de carga entregaron materiales vitales –
comida, municiones, armas, etc. En las cubiertas de despegue del Prometeus y del Dedalos. Las operaciones de vuelo llegaron a un alto
total para nosotros mientras los transportes hacían sus entregas sin interrupción y nos dimos cuenta de que era un indulto temporal.
Inevitablemente llegarían ordenes de despegar, lo sabíamos.

De hecho, la UEG nos había mandado su ultimátum –cuando las operaciones de reabastecimiento terminaran, deberíamos dejar la
tierra sin ningún retraso y los civiles irían con nosotros. Gloval estaba furioso y sin ninguna duda había contemplado en arrojar sus
ordenes por la ventana. Me preguntaba que habría hecho la UEG su Gloval hubiera rehusado partir- Aunque nos sobrepasaran de un
millón a uno, a la UEG le tomaría un buen rato en derrotar a los escuadrones, endurecidos por las batallas, del SDF-1. También, y más
importante, uno no puede olvidar a la batería principal del SDF-1. Un disparo, teóricamente, hubiera borrado cada pedazo de equipo
militar que estuviera a disposición de la UEG, si ellos decidieran atacarnos –lo que no era muy factible. Después de todo, ¿Podrían los
miembros de la RDF disparar contra su propia nave insignia? Lo dudaba.

Mientras el último helicóptero despegaba de la cubierta del Prometeus el 14 de Septiembre, los miembros de cada equipo esperaba ver
cual sería la respuesta del Cap. Gloval. ¿Permanecería y pelearía o sucumbiría a los caprichos del Consejo de Gobernación? Una
llamada salió por los altavoces indicando a todo el personal que se reportaran a sus estaciones y la pregunta fue contestada. Gloval
había escogido obedecer sus ordenes, tan ridículas como parecieran estar y nuestra postura demostró que no lo eran. Habiendo
terminado las operaciones de abastecimiento del SDF-1, la fortaleza de batalla, una vez mas, partió hacia la fría y amenazadora
oscuridad del espacio y hacia un futuro incierto. Me encontré preguntándome su alguna vez volvería a colocar el pie sobre la Tierra,
otra vez y parecía que mis oportunidades se habían convertido infinitamente pequeñas

Parte V: Girando
Capitulo 25 - Tácticas a un Ojo

Me fueron acreditadas cinco muertes por la misión de Ottawa, llevando mi cuenta a 76. Josh y Waylan subieron sus marcadores a 91,
cada uno, y la carrera estaba lista para ver quien llegaba primero a la mágica marca del ciento. Debido a mis heridas, obtuve mas
tiempo libre de lo normal, y lo aproveche para nominar a los dos a la Medalla de Titanio al Valor. Su actuación durante los tres últimos
meses -y por la misión de protección a Isla Bird, en particular- había sido sobresaliente. Sentía que era correcto que ellos recibieran
cierto reconocimientos por sus esfuerzos.

Durante mi periodo de recuperación, serví como instructor de clases por medio tiempo a la ultima Generación de Entrenamiento de
Pilotos Veritech. Era realmente una experiencia reconfortante, y descubrí que la mejor manera de aprender algo, es enseñándolo. Mis
estudiantes eran atentos, brillantes y ansiosos, haciendo la experiencia aun más gratificante. Sus preguntas me ayudaron a darme
cuenta, en parte, lo que el Tte. Brubaker había sentido cuando tranquilamente respondí a mis preguntas y mantenía mi confianza
durante esos días de Entrenamiento de Vuelo Avanzado.

Cuando no estaba en el salón de clases, usualmente me encontraba en la Sala de Espera con mis compañeros de escuadrón, o en el
hospital con mi bebe. De hecho, la experiencia de observar dentro de la Unidad de Cuidado Infantil y ver el equipo que mantenía al
crío con vida mientras crecía de un huevo recién fertilizado hasta ser un bebe me dejaba atónito. Los doctores me reportaban que todo
estaba bien y sonreía incontrolablemente cada vez que salía del hospital. Estaba seguro que Rebeca también sonreía, donde quiera que
estuviera ella.
Regrese a mis deberes el 21 de Septiembre de 2010, encontrando las cosas de la misma manera como estaban antes de quedar herido.
A Waylan y a Josh se les había otorgado la Medalla de Titanio al Valor por su labor ejemplar en combate y no podía mas que estar
satisfecho. Nuestros amigos alienígenas habían escogido no atacarnos desde hace tres semanas -excepto por las sondas habituales de
pequeños grupos de cazas enemigos- y no había quejas entre los pilotos de combate, a bordo de la nave.

Mi Veritech había sido completamente reparado durante mi ausencia y cualquier problema ocasionado, ya sea por mi breve clavado en
el Pacifico o por la onda de choque de la sobrecarga de la barrera, había sido corregido. De hecho, mi caza se veía como nuevo cuando
lo vi por primera vez, después de haber sido arreglado y estaba feliz de volverla a ver. Camine alrededor de ella, como había hecho el
primer día que la había visto y recorrí con mis dedos a lo largo de sus líneas. Mientras llegaba a la nariz, recorrí con mi dedo índice las
letras pulcramente rotuladas que deletreaban "Hard Case". Un escalofrío recorrió mi espalda. Mí Rebeca hubiera estado orgullosa.

Esa semana, nuestro escuadrón fue asignado a BARCAP Anillo 1. Los Zentraedi habían iniciado una de sus misteriosos treguas y
nosotros sumábamos en promedio una misión de tres horas por día. El ritmo relajante era un alivio bien recibido, aunque tenia su
inconveniente. La peor cosa que un piloto puede hacer es ser complaciente. Aun en tiempo de paz, la cabeza de uno siempre debe estar
girando, los ojos de uno constantemente revisando el cielo en busca de cazas enemigos. La completa ausencia de actividad Zentraedi
por tan prolongado tiempo hacia la complacencia atractiva y encontré mi sensor ensuciándose.

Afortunadamente para mí, durante una patrulla en la tarde del 9 de Octubre, el sensor de Waylan demostró que era mejor que el mío.
Mientras mi mente vagaba sin objetivo, su voz excitada me alerto de la presencia de cazas enemigos.

"¡Lider desde Dos! ¡Bandidos a las 2 en punto!" exclamó excitadamente, deslizando su caza arriba y sobre el mío.

Su llamada me despertó a la conciencia. Mirando hacia la izquierda, dirigí mi caza en un giro para seguir el Valkyrie de Waylan,
atisbando por una señal de lo que él había visto -una patrulla de reconocimiento Quelle-Quallie Theatre, también conocido como el
"Cíclope", y su escolta de ocho cazas Raulon've. Una nave gigantesca, con forma de cucaracha con cuatro antenas sobresaliendo en su
popa, era una nave de reconocimiento e inteligencia primaria, a menudo se encontraba sondeando la red de defensa del SDF-1 desde
grandes distancias. Aparentemente, este intentaba investigar mas allá del anillo BARCAP del SDF-1, presumiblemente con el
propósito de obtención de información.

En este día, mi equipo esta patrullando con nuestros sistemas de radar en espera o en modo pasivo. El anillo externo BARCAP a
menudo volaba misiones con los radares en espera por varias razones, siendo la más importante prevenir al enemigo de que se diera
cuenta de la fuerza y de la localización de nuestra fuerza BARCAP. En vez de usar nuestros propios radares, los controladores, usando
la información del radar principal del SDF-1 o de nuestras naves AEWACS en patrullas Ojo de Gato, nos guiaran hacia la
intercepción, por lo tanto manteniéndonos casi invisibles a los sensores enemigos hasta el último momento.

Un de los productos obtenidos de nuestra red de defensa, era la posibilidad de encontrar una fuerza enemiga oculta, entrando en
nuestro espacio. Seguramente, los Zentraedi habían mordido el señuelo, enviando una Fuerza de Reconocimiento bajo la impresión de
que la BARCAP estaba caída. El hecho de que el SDF-1 no nos hubiera avisado de la presencia del Cíclope y de sus escoltas, indicaba
que estaban interfiriendo el radar de la nave. La única cosa entre ellos y el SDF-1 fue el alcance visual de Waylan.

Nos colocamos detrás del grupo, manteniéndonos en un rastro de diez millas. Hice una llamada a la Controladora del SDF-1,
informándole la situación, después dirigí mi atención con mi equipo. Los Raulon'ves alineados en dos escalones de cuatro piezas, un
escalón a cada lado del Cíclope. Decidí permitir a Josh y a Waylan que hicieran los primeros disparos a la fuerza enemiga. Habían
pasado mucho tiempo en el pasado cubriéndome mientras yo disparaba a los cazas enemigos, era solamente justo que ahora yo los
cubriera.

"Sand Pebble Dos desde Líder. Toma el grupo de cuatro a la izquierda. Tres tu toma el grupo a la derecha. Yo estaré detrás y recogeré
las sobras, cambio."

"Dos."

"Tres."

Mientras observaba, Josh y Waylan se adelantaron, colocándose en posición de ataque detrás de sus blancos respectivos. Rastree el
cielo intensamente, en busca de cualquier bandido que pudieran acercarse a nosotros. La fuerza no nos habían detectado y parecía que
no lo harían. Con un juego de luces brillantes, dos grupos de cuatro misiles salieron disparados hacia los cazas enemigos y explotaron,
convirtiendo a los Raulon'ves en anillos de deshechos. El Cíclope, ahora consciente de que estaba en peligro, agrego algo de potencia e
intento escapar.

"Dos, toma el primer tiro, Tres, síguelo."

"Dos."

"Tres."

Waylan empezó a perseguir a la nave enemiga, cerrándole el paso cuando la nave de reconocimiento daba media vuelta. Mientras se
colocaba en posición detrás del Cíclope, se encendió con varios relámpagos. Rastros de humo salina de la nave oruguienta mientras un
tono agudo me alertaba de un misil guiado por radar. Los tres rompimos en diferentes direcciones, cada uno bombeando desperdicios y
señales falsas, y dimos todo lo que podíamos, con la esperanza de evadir los misiles que ya tenían nuestros nombres. Después de una
serie de giros de tirabuzón, cuatro misiles estallaron a unos cuantos centímetros de mi cabina. El tono de radar, se apago en mi casco y
fue inmediatamente reemplazado por otro, menos agudo, de mi Sistema de Detección Infrarrojo Trasero. Me asome sobre mi hombro y
vi un par de Regult Pods, justo detrás de mí.

"¿De donde diablos salieron ellos?" exclame, girando mi caza en una vuelta izquierda de 2.5G, mientras balas de cañón golpeaban en
mi ala izquierda con una serie de relámpagos. "¡Oh, diablos! ¡No otra vez!" grité, volteando mi giro hacia la derecha, los Regults
confortablemente esperando detrás de mí.

El Cíclope hacia tiempo que se había retirado, dejando detrás una fuerza de Regults para facilitar su escape. Cambiando a Guardia,
emplee la táctica de salto mortal del Tte. Lehman, eliminado los dos Battlepods con un mínimo esfuerzo. Una vez limpia el área a mí
alrededor, inmediatamente me dirigí en dirección de mis compañeros.

"Escuadron Sand Pebble, repórtense."

"Dos, aquí. Estoy bien."


"Tres, estoy bien. Capitán, esa nave de reconocimiento esta en cero-cuatro-cero, uno-ocho, hacia siete-uno-cinco. Estoy sobre el ahora.
Ya recibió todo lo que tenia y todavía sigue llevándose el correo. No creo que pueda estar con él por mucho tiempo, cambio," llamo
Josh.

"Correcto, Tres. Retírate. Dos, ve por el bastardo. Voy en camino."

"Correcto."

Me dirigí hacia el Cíclope, acelerando tan rápido como pude y reporte su posición al director de vuelo.

"Correcto, Sand Pebble Uno. Proceda con precaución."

Confirme el consejo del controlador, preguntándome dónde había estado ella, antes de mi errónea decisión de proceder con un ataque a
una fuerza superior.

"Sand Pebble Uno desde Tres. Jefe, esa nave sé esta alejando de nosotros. Ya descargue lo que tenia, también, pero parece que no le
hice nada, cambio."

Las palabras de Waylan me demostraron lo que ya había deducido. Mi vista previa de las boquillas exhaustas del Cíclope mostraban
ser muy largas, y suponía, extremadamente poderosas. De hecho su empuje le dio al Cíclope una velocidad (Delta-V) que
probablemente estaba alrededor de tres a cuatro veces la de un VF-1. No había nada que hacer, mas que maldecir. La velocidad de la
nave de reconocimiento fue mucho mayor de lo que nuestro Veritechs pudieran alcanzar y rápidamente perdimos ventaja.

"Equipo Sand Pebble, reúnanse conmigo," dije disgustadamente. "Estoy en el cero-cuatro-cero, dos-cero en nuevo-uno-cinco. Fuera.
Tirofijo Uno, desde Sand Pebble Uno. Ese bandido se retiro como si estuviéramos parados. Estamos abandonando la persecución y
regresando a nuestra área de patrulla asignada. Le informo que Sand Pebbles Dos y Tres se reportan Winchester, cambio."

"Correcto, Sand Pebble Uno. Su relevo, Daga Dos Uno Cero, esta a las cinco en punto, dos-cinco-cero millas. Tiempo estimado de
llegada, cuatro minutos, cambio."

"Tirofijo Uno desde Sand Pebble Uno. Correcto, entendemos, cuatro minutos."
"Maldicion", me dije. Había sido estúpido y sobreconfiado. Era un milagro que no nos habíamos matado. Claramente, debería de haber
esperado por refuerzos, pero estaba inconscientemente avaricioso, mire a mí rasguñada ala de babor y otra vez maldije mi pobre juicio.
Mientras Josh y Waylan se reunían conmigo, me di cuenta que Husky había recibido algunos impactos en su turbina izquierda. Me
asegure que estuviera enterado de la situación y él reportó que sus sistemas estaban bien. Con otra cadena de maldiciones, regrese a mi
estación de patrullaje, repentinamente más consciente de lo que me rodeaba y alerta a la potencial presencia de cazas enemigos.

En la junta donde discutimos los detalles del combate. Después de comparar notas y discutir la misión entre nosotros, dedujimos que el
Cíclope tenia una mejor protección de lo que habíamos creído, inicialmente. Aparte de los ocho Raulon'ves que estaban en la
formación, el Cíclope tenia acomodados ocho Regult Pods internamente. Josh y Waylan se embolsaron tres cada uno, dejándome a mí
los dos restantes.

Estaba decepcionado por nuestra falla al destruir la nave de reconocimiento, pero lo más importante, estaba avergonzado por el hecho
de que me habían encontrado soñoliento. El combate aéreo me impresiono, debido a la importancia de la conciencia de nuestra
posición y un buen rastreador -sin mencionar la paciencia para esperar refuerzos, todo lo que fuera posible. Me preguntaba que hubiera
pasado si el Cíclope nos hubiera visto primero. Con todos los misiles que puede cargar, Los Regult Pods que estaba cargando dentro,
una alto rango de velocidad y una fuerte escolta Raulon've cubriéndola, el Cíclope era un enemigo formidable. Si la fuerza Zentraedi
hubieran iniciado el asalto, el resultado hubiera sido fatal. Jure, calladamente, que no permitiría que mi detector se encendiera como el
infierno otra vez, sin importar que aburrido o cansado estuviera.

Capitulo 26 - Spaceship Spelunk

El mes de Noviembre paso sin novedades. Las operaciones de vuelo continuaron debido al ritmo relajado, resultado de la ausencia de
actividad Zentraedi y para el tiempo en que llegó Diciembre, el ritmo había sido reducido a dos tercios. Los pilotos estaban ahora
volando un BARCAP de tres horas cada tercer día, permitiéndonos el mayor tiempo libre, que jamas ha habido. Con la flexibilidad que
nos proporciono nuestro tiempo libre, aproveche la oportunidad de hacer otras cosas.
Mis compañeros y yo nos convertimos en una unidad altamente unida. El tiempo que pasamos juntos se convirtió en una genuina
camaradería como ninguna. Mis hombres hala habían trabajado extremadamente duro para protegerme. No hubiera podido pedir por
un mejor par de pilotos que cuidaran mi trasero y sentí que era hora de hacer algo para "escaparnos."

Ahora, no hay muchas cosas para "escaparnos" dentro de una nave espacial, orbitando un planeta, pero esta nave en particular tenia
una cosa a su favor -¡Era endemoniadamente enorme! Con unas cuidadosas ordenes y peticiones, pude reunir algo de equipo. Mi plan
era tener una aventura de campamento. Después de todo, la oportunidad de alejarnos de todos por unos cuantos días, nos caerían muy
bien.

Con cierta cantidad de equipo, necesario para mantenernos por un par de días, y suficiente equipo de montañismo para escalar
alrededor de las áreas más remotas del SDF-1, nos dirigimos hacia una aventura de dos días. Indique en donde nos podían localizar e
instrucciones en como buscarnos en el caso de un ataque enemigo. No nos tomaría mas de quince minutos llegar al punto de extracción
y otros cinco para estar en la Sala de Vuelo. Considerando nuestro estado de alerta, deberíamos estar listos en el tiempo de respuesta de
esperado de treinta minutos, para los pilotos fuera de guardia.

Le había pedido a Max que nos acompañara, pero su ciclo de guardia no era el mismo que el de nosotros, así que no pudo venir. De
alguna manera, esto era mejor, ya que permitirían a los miembros de Sand Pebble se unieran mas sin interferencias externas -aunque
Max era todo, menos una interferencia.

Salimos caminando desde la base hacia una área remota, cerca de donde se localizaban las máquinas principales. Después de colocar el
campamento base, le di a los dos, algunas instrucciones de los métodos de escalar y rapelear, entonces nos dirigimos en busca de un
buen lugar para practicar. Con miembros cruzados, apoyos y salidas en varios lugares, la estructura del SDF-1 servia como la perfecta
"pared de escalada." Maneje las cosas como cualquier ascenso por una cara, y después de escalar la pared, por primera vez,
desarrollamos un gran grado de confianza entre nosotros.

"¡Hombre, esto si que fue increíble!" exclamó Waylan, mientras observábamos sobre la orilla de nuestra elevada percha, sobre un gran
divisor de compartimentos.

"Esperen hasta que lo intenten en una montaña de verdad, muchachos. Es el más grande reto conocido por la humanidad," conteste
sonriendo, los gises de mi cinturón tintineando musicalmente.
"No puedo imaginarme como se ha de sentir. Diablos, no puedo esperar a tener la oportunidad de intentarlo," continuo.

"Me pregunto que habrá allá abajo," pregunto Josh, iluminando con una lampara hacia el lado opuesto de la pared que acabábamos de
escalar.

Apunte mi luz hacia la oscuridad a donde Josh esta apuntando, sin alcanzar a ver el fondo del piso. "No se. ¿Alguien quiere intentar
llegar abajo?"

"Seguro, yo voy," dijo Waylan.

"Hecho," conteste.

Prepare las cuerdas y los arneses, amarrando la punta de la cuerda de amarre (seguridad) alrededor de un pilar que conectaba el techo
con el divisor. Si el suelo del compartimento estaba mas abajo que el piso del lado donde habíamos escalado, esto aseguraría que
Waylan no se cayera si es que alcanzaba el fin de las cuerdas de control.

"Amarrado," grito Waylan

"Amarrado," conteste.

"Rapeleando," dijo.

"Rapeleando," conteste.

Waylan inicio su descenso en el pozo oscuro, la luz de su casco de minero despejaba las sombras ondulantes de los pilares y vigas que
nos rodeaban. Mientras continuaba en la oscuridad, Josh y yo llevamos una conversación silenciosa, los oídos atentos a cualquier cosa
de nuestro compañero rapeleador.

Habia muchas historias que humeaban desde las primeras exploraciones del SDF-1, después de que se estrello en la Isla Macross en
1999. Las historias que habían salido desde entonces, tomaron supuestas proporciones míticas, esqueletos más grandes que la vida,
robots asesinos, pisos que uno podía cruzar como una puerta y uno tenia que elegir cuales eran verdaderas y cuales no. La realidad de
todo esto era mucho menor de lo que esas historias contaban. Aunque no había esqueletos gigantes o monstruos come hombres
escondidos en las esquinas oscuras, como cualquier leyenda de este tipo -sin importar que exagerada era- estas historias jugaban con
los miedos de uno y el efecto era aterrorizaste. De hecho, me encontré algo nervioso, si no, algo asustado, mientras la cuerda de
Waylan seguía desenrollándose.

Despues de treinta segundos, la cuerda de Amarre de Waylan se detuvo. " ¡Desamarrado!", gritó.

"¡Fuera el amarre!" grité de regreso, soltando la cuerda. Waylan estaba ahora en el fondo y no necesitaba a nadie cuidando su línea de
seguridad.

"¡Epa! Vean esto, amigos" nos grito, su voz haciendo eco embrujado a través de los oscuros espacios de la gigantesca nave.

"¿Qué es?" grité de regreso.

"¡Un desagüe gigante!" gritó.

"¡¿Un qué?!" pregunté.

"¡Un desagüe gigante! Creo que tropezamos con un cuarto de regaderas o algo así"

Voltee a ver a Josh y reí. "¿Un cuarto de regaderas?"

"Eso creo," dijo riendo. Entonces, en un tono de voz de aventurero, "Mientras en la búsqueda de aventuras, monstruos, un arsenal
secreto de oro, nuestros intrépidos compañeros se tropezaron con un desagüe de regaderas. Sintonizenos la próxima semana. Misma
hora del baño, misma estación regadera."

Rei estrepitosamente ante el comentario. Mientras Waylan continuaba explorando dentro del compartimento, mantuve un ojo sobre él.
Después de un corto periodo de búsqueda, regreso al divisor.

"¡¡¿Bién?!!" le grité.
"¡No hay nada, aquí abajo! Una puerta, creo, pero es todo lo que hay, jefe" grito de regreso.

"¡Bien! ¡Buen trabajo!"

"Eh, ¿Capitán?" preguntó Waylan.

"¿Si?"

"¿Cómo se supone que voy a regresar allá arriba?"

Rei a pesar de todo. "Llena la regadera y flota hasta arriba como una trucha gigante."

"¡Miserable! ¡Sácame de aquí!" gritó de regreso.

Josh y yo estallamos en una risa histérica. "Debiste de haber pensado en eso antes de ofrecerte como voluntario para bajar"

"Rata. Sácame de este maldito lugar antes de que me coma una cucaracha gigante."

Rei, y me dirigí a Josh. "Esta bien Josh, Amarrame. Voy a bajar y traerlo de regreso."

"Que se divierta, jefe."

"Por supuesto."

Rapelee hasta alcanzar a Waylan, después escale la pared, con él a remolque. De hecho, el ascenso era más difícil que el descenso y
utilizamos una juntura, en la pared en nuestro camino a la cima. Nos sentamos y platicamos ahí por casi media hora antes de descender
por el otro lado. Rapelee hasta abajo sin un amarre. Después de asegurar nuestro equipo, regresamos a nuestro sitio de campamento y
preparamos nuestra cena -brochetas de pescado. Hubieran tenido un mejor sabor si estuvieran sobre un fuego de verdad, pero las
estufas de campamento del día estaban a la altura de una verdadera y las brochetas eran de primera.
Despues no sentamos alrededor, tomando café y chocolate caliente -yo no bebía café- intercambiando historias a cerca de nuestras
experiencias de los últimos doce meses.

"¿Tu crees que les ganaremos a esos tipos?" preguntó Josh.

Me senté y pense a cerca de su pregunta por un segundo antes de contestar. "Sabes, honestamente no tengo ninguna pista. Tienen el
suficiente poder para durar mas que nosotros, no importa cuanto daño les causemos. Y aunque odie decirlo, creo que vamos a necesitar
un milagro, pronto."

Los dos pilotos asintieron aterrorizados ante mi comentario.

"Saben, tengo una confesión que hacer," dijo Waylan suavemente, "No creo que algún día vuelva a poner el pie sobre la Tierra."

"Hey, ¿Qué es lo que se supone que quieres decir? Josh le pregunto, haciendo señas con su tarro Sierra.

"Solo creo que no voy a vivir lo suficiente para ver la Tierra otra vez. Tengo esta sensación de que mis días están contados."

"Oh, vamos, Don" insistí. "Todo mundo se siente igual."

"No es como eso. Realmente creo que voy a morir. Es algo extraño. Quiero decir, lo espero, pero realmente no le tengo temor.
Básicamente lo he aceptado," dijo encogiéndose de hombros.

"Waylan, tú no vas a morir. No voy a permitirlo. Ninguno de ustedes. ¿Me escucharon?" dije poniendo una mano sobre su hombro.
"Nosotros vamos a sobrevivir a todo esto. Lo sé."

"Si, bueno, solo tengo esta sensación... No sé cuando será, pero solo tengo esta sensación..." dijo, con su voz más lejana.

"Mira, El LCDR Carr nos lo dijo, y se los repito a ustedes. Nadie en este equipo se muere hasta que yo les dé permiso. Nosotros vamos
a sobrevivir a todo esto, se los prometo."

"Sí... seguro, jefe."


"'Sí seguro' mi trasero. Estoy hablando en serio. Miren, veámonos. Nosotros no nos llevamos muy seriamente. Prácticamente leemos
las mentes de los otros y trabajamos endiabladamente bien juntos. Somos los buenos, maldición. ¿Qué nunca ven películas?"

"Si, bueno, Jake Holman murió Yah-Yah. Él era de los buenos." Indico Waylan, refiriéndose al personaje McQueen en "The Sand
Pebbles."

Mis intentos de quitarle esa idea a Waylan estaban fallando miserablemente. Jake Holman había muerto y él era de los buenos.

"Él tiene un punto, capitán. Mira a Carr, Roy Fokker, Tte. Brubaker," indico Josh. "Ellos eran de los buenos y todos mejores pilotos
que nosotros. Mira lo que les ha pasado. Estoy de acuerdo que probablemente solo es cuestión de tiempo. Nuestra única oportunidad es
ganar esta guerra entes de que nuestro tiempo se agote.

"Muchachos, tienen una terrible actitud," murmure. "Además, la muerte de Carr se hubiera evitado si cualquiera... o yo hubiera tratado
mas..."

"Yo no se nada de eso. Hiciste todo lo que pudiste, solo era la hora del teniente para irse. Y en cuanto a nuestros sentimientos, no es
una actitud terrible, Jake. Solamente una realista," continuo Josh. "Esta fuera de nuestras manos. Cuando tu nombre es llamado, es
llamado. Solamente puedes esquivar cierta cantidad de misiles, pero tarde o temprano tu reacción se retrasa una décima de segundo o
tu pie se resbala del pedal del timón y te mueres. Ha pasado."

"Bueno escúchenme ahora. ¡Eso no nos va a pasar! ¡No mientras este a cargo de esta unidad!" Declare.

"Bueno, es lo mismo, si llega a pasar, amigos, por favor háganse cargo de mis asuntos," contesto Waylan.

"Lo mismo digo," dijo Josh.

Me senté calladamente por unos cuantos segundos y luego dije," Bueno, lo mismo va por mí. No quiero que mi hija crezca sin un
padre."

"No te preocupes por eso, Jake. Nos aseguraremos de cuidar a esa rata de alfombra," dijo Waylan con una sonrisa.
No sentamos en silencio por varios minutos antes de pasar a temas más agradables -discutir de nuestra niñez y pasados, gustos,
disgustos, miedos. Aprendí muchísimo de mis dos amigos. Descubrí que los dos eran muy inteligentes, honestos y virtuosos. Como yo,
su sueño había sido volar naves de combate y como yo, la guerra les había dado la oportunidad de hacerlo. Aun así, sus comentarios
me habían preocupado. No había ningún piloto a bordo que no se sintiera diferente a como ellos se sentían. Pero, como pilotos de
combate, ninguno de nosotros se lo creía de verdad -lo manejábamos como parte normal del trabajo, algo que nos obligaba a estar
listos. Mis compañeros parecían llevar esto un paso mas allá que los demás y era una revelación desconcertante.

Hice lo mejor para retirar esos pensamientos de mi mente, y durante el resto de nuestro viaje exploramos otras áreas de la nave. Un día
de escalar y rapelear fue acompañado de mas conversaciones sentimentales. Fue una experiencia confortante y no lo habíamos
disfrutado tanto, los tres, desde hace mucho tiempo. Aun así, la nube de los comentarios de Waylan y Josh se colgó sobre mi cabeza,
como una tormenta que se rehusaba dispersar. Mientras empacábamos nuestro equipo y nos dirigíamos al cuartel, me comprometí a
realizar todo lo posible para asegurarme que los dos pilotos regresaran a la Tierra en un pedazo.

Parte VI: Todos en Formación, Equipo Listo


Capitulo 27 - El Club 100

Mientras la Navidad se acercaba, los miembros del Sand Pebble recibieron una placentera y bien merecida sorpresa. Después de otra
aburrida misión BARCAP se nos ordeno reportarnos en los cuarteles del Tte. Plog.
"Felicidades," dijo. "Sgto. Green, Sgto. Kauffman, acabo de recibir noticias de que les ha sido otorgada la Medalla de Titanio al Valor
por su prominente valentía al enfrentar fuerzas enemigas superiores. Felicidades," dijo, estrechando sus manos. "La ceremonia oficial
será algún día de la próxima semana, o algo así me dijeron. Por lo que respecta a usted, Sr. Framton," dijo, dirigiéndose a mí. "Le
acaba de ser otorgada la Cruz del RDF por su intento de salvar al Tte. Carr, a pesar del extremo riesgo personal involucrado.
Felicidades," sonrió, estrechando mi mano.

El anuncio de Plog me tomo fuera de guardia. La Cruz del RDF era la segunda medalla al valor otorgada por el RDF, y ser considerado
merecedor de ella, era un tremendo honor. Después de recibir mi condecoración en una ceremonia mas tarde en la semana, estaba
vencido ante el tremendo sentimiento de culpa. Había fallado al salvar la vida de Carr, y ante esta falla, la medalla la veía sin sentido...
vacía. Yo hubiera cambiado mil Cruces y toda la autoridad que representaban por tener al Tte. Carr de regreso. Mientras me paraba
enfrente de mi espejo en las barracas, me maldije a mí mismo por no tratar mas duro. "Tu bastardo cobarde," le decía a mi reflejo. "No
trataste lo suficiente..." Me quite la medalla y la guarde en su estuche. Nunca jamas la volvería a usar. Jure, en lugar de eso, es dársela
a uno de los miembros de la familia de Carr -sí y cuando regresara a la Tierra- ya que él era más merecedor de una medalla, no yo.

Waylan, Josh y yo habíamos planeado cenar juntos esta noche, pero los planes cambiaron. Waylan dijo que tenia unas cosas que hacer.
Extrañamente, esta se había convertido en un evento común últimamente. No importaba que tan cuidadosamente dispusiéramos
nuestros planes, no importando que tan anticipadamente una actividad era acordada, siempre había algo que causaba a Don a retirarse.
Me desconcertaba, pero sentía que no era mi parte preguntarle el por que. Solo le deseaba que estuviera bien y me reuní con Josh para
una noche tranquila en el restaurante italiano local.

Nos sentamos y comimos nuestra cena bajo los suaves tenores de música Paparazzi. "Sabes, creo que he conocido a la mujer perfecta,
Jake," dijo durante el postre.

"¿De veras?" dije, inclinándome con un gran interés.

"Sí. Ella es grandiosa. Estoy completamente loco por ella, pero no se como ir y pedirle una cita," él indicó.

"Diablos, solo pregúntale. Cómprale unas flores o algo. Dile que ella es hermosa. Ese tipo de cosas."
"Ya pense sobre eso, pero no estaba seguro si seria demasiado anticipado," replico.

"Las chicas aman las flores, hombre," sonreí. "Funcionara. Confía en mi."

Se rió, "Esta bien. Voy a intentarlo." Después, viendo su reloj, "¡Mira! Ya es hora de irnos. Tenemos que arrancar las maquinas a las
0400."

"¡Jesús! ¿Terminara algún día esta guerra?" Me lamente mirando a mi reloj.

"Bueno, si ella dice que si, personalmente terminare la guerra en dos días. Máximo," alardeo, levantándose de la mesa.

"¡Ja! Entonces me asegurare que diga si, entonces," conteste, colocando una propina sobre la mesa para nuestra mesera.

"Solo que no se te olvide pagar la cuenta, niño medalla."

"Jesús," dije, mientras tomaba la cuenta de la mesa y me dirigía a la caja registradora. "Esto esta empezando a ser caro."

En vísperas de Navidad, 2010, Josh paso la mágica marca del 100, anotando un par de muertes durante una patrulla de rutina. Mientras
aterrizábamos sobre el Prometeus y descendíamos hacia el hangar, estaba claro que el moledor de números ya había corrido la noticia.
La bahía del hangar estaba llena de animados y jóvenes pilotos de combate. Mientras Josh abría su cabina, una sonora porra rugió a lo
largo del hangar. El saludo a los pilotos, estrechando las manos con los jóvenes aviadores que se habían congregado alrededor de su
avión. Yo me apresure para estrechar su mano mientras el capitán de vuelo pintaba una marca de muertes por un esténcil de cartón. El
rápidamente saco un pincel y pulcramente escribió el número "100" y la fecha debajo de él. Un fotógrafo tomó una fotografía del
sonriente Kauffman, parado con el Tte. Plog junto al Veritech azul medianoche.

Era un gran día, y un excelente día para celebrar el periodo de fiestas. Con sus dos marcas, Husky se convirtió en el 15avo. piloto de
combate, a borde al SDF-1 en llegar al mágico 100, y su nombre estaba colocado en una placa, junto con la de los otros miembros del
prestigioso "Club 100". Esto parecía una increíble hazaña para alguien como Joshua. Siempre rápido para sonreír, nunca para ofender a
otro con palabras crueles, él era un guerrero singular, y el no tenía el mismo respeto como un Roy Fokker. Aun así, él era un grandioso
piloto de combate.

No se puede destacar lo suficiente el hecho de que Waylan y Joshua eran ambos grandes guerreros. Los pilotos que no eran Lideres de
Equipo, general mente tenían totales de muertes que estaban alrededor de la mitad de sus lideres. El que ellos dos tuvieran totales
mayores que el mío, no era una indicación de mi generosidad, sino, mas bien, un testimonio de su habilidad y tenacidad en la cabina.

En los anales de los grandes ases de combate, uno seria negligente en su deber al no incluir los nombres de Joshua Kauffman y Waylan
Green.

Navidad fue una época solitaria para mí, aunque la pase con mi familia ampliada. Los Casey hicieron lo mejor para poner una cara
feliz a la situación, pero fue algo difícil de hacer. Fotografías de Rebeca todavía cubrían las paredes y repisas, su calcetín colgado del
árbol y su cuarto no fue cambiado, como cuando ella se mudó a nuestro departamento. Mientras las familias Casey y Framton se
sentaron alrededor del árbol, discutiendo las cosas que la gente habla en Navidad, Yo me escabullí al cuarto de Rebeca. Era como un
santuario. Mire su cama, un grueso edredón rosa, doblado pulcramente sobre la almohada. Su armario, aun lleno de ropa, acomodada
sobre ganchos, permanecía abierta, como para hacer creer que ella había pasado por ahí a tomar algo. Su tocador, acomodado
pulcramente con maquillaje, fotografías de los dos, pegadas alrededor de su espejo, me trajo recuerdos de los felices días que pasamos
juntos, y no pude hacer mas que enjugar una lagrima.

Me preguntaba si no me había soltado del gancho muy fácilmente. ¿Me había engañado a mí mismo en pensar que no tenía que estar,
por mas tiempo, acongojado por su perdida? ¿Fue esa noche sobre el océano, mi imaginación corriendo locamente? Había un repentino
sentimiento de duda que me cogido. Me di cuenta de cuanto la echaba de menos y que, convenientemente había ignorado la magnitud
de mi pesar. Me senté en el cuarto por casi una hora, viendo sus cosas, oliendo la escénica de todo lo que tocaba. Esa Navidad fue una
de las mas duras de mi vida. Ahí estaba, rodeado por mis seres amados y aun así me sentía totalmente solo.

Extrañaba a mi esposa.
Waylan se unió al "Club 100" el 9 de Enero, con seis muertes durante la primera acción de combate mayor, desde Septiembre. El
estado de ánimo fue el mismo que cuando Josh alcanzo la prestigiosa marca del 100 -o quizás fue más. Nuestras perdidas fueron casi
cero, y esto solo agrego mas animo a la atmósfera de celebración. El "Gigante Gentil" se veía más jovial de lo que había estado en los
últimos meses y estaba contento de verlo salir de su frustración. Las fotografías, porras y felicitaciones, hubieran calentado la cabeza
de muchos pilotos, pero no él. El tomo la ovación dirigida hacia él con una gratitud casual y una sonrisa desinteresada que era lo
opuesto a la actitud de macho que uno pudiera esperar.

Ahora mis dos hombres ala eran llamados el "Dúo Dinámico." Solo había dos equipos, abordo de la nave, con un par de ases de 100:
El de Rick Hunter y ahora el mío. Esto se convirtió en una pluma para mi sombrero y fui recomendado a Tercer Teniente. Yo no sentía
que lo merecía y le pedí al Tte. , Plog que retirara la recomendación. Él es rehuso y mi nominación fue llevada a la cadena de mando,
para la aprobación final. Con Waylan y Joshua en la marca del 100, solo quedaba esperar que si nuestro equipo seria el primero en
tener tres miembros en el "Club 100"

"¡Jefe! ¡Jefe, adivine que!"

Mire desde mí maquina de pesas para ver a un excitado Josh Kauffman dirigiéndose a mí.

"¿Que?" Le pregunte, levantándome de la banca.

"Esa chica, de la que te hable. ¿Te acuerdas de ella?" Me pregunto.

"Si, ¿Qué hay sobre ella?"

"Tengo una cita con ella, esta noche. Ella dijo que sí." Exclamo, agitando sus puños en el aire.

"Eso es grandioso," conteste, golpeándolo en el brazo. "Bien hecho. ¿Cuándo la voy a conocer?"

Él llevó su mano a su mentón, en pensamiento burlón, "Bueno, ¿Qué tal la noche del Viernes?"
"Por mí, esta bien."

"Perfecto. Tengo que irme capitán. Necesito prepararme. Esas flores realmente funcionaron, aprovechando. Gracias."

"Ya sabes. Buena suerte."

"Gracias. Nos vemos pronto," él dijo, regresando por donde vino, saliendo del cuarto de pesas.

"¡¡Espero que la guerra termine en dos días, máximo!!" le grité, con una risa.

"¡Ya dijo jefe!" gritó sobre su hombro. "¡¡Dos días...!!"

El Viernes conocí la nueva chica de Josh, una alta cosmetóloga llamada Kristy Harris. Con altos pómulos, labios rojo cereza y cabello
rojo castaño que pasaba su cintura, era una increíblemente hermosa dama. Su personalidad demostró ser igualmente encantadora y
cuando ella hablaba, sus ojos verdes brillaban intermitentemente. Ella encantaba a todos con los que hablaba y estaba realmente feliz
por mi amigo, de hecho, él había hallado una mina de oro con esta maravillosa chica.

El 11 de Febrero de 2011, mi nombre se unió al de Josh y de Waylan en la placa del "Club 100". Estabamos regresando de una misión
de escolta RATA cuando un grupo de cazas enemigos intentaron cortar nuestro regreso a la nave. Enviando a Josh y a Waylan de
regreso con el Ojo de Gato, yo me coloque y luche contra un grupo de Regults, destruyendo siete. Una vez que el Ojo de Gato estaba
lejos, me retire a la nave, destruyendo dos más. Con nueve muertes, mi total llego a 105, y el Sand Pebble se convirtió en el primer
equipo, abordo del SDF-1, en tener tres pilotos de 100 marcas.

La marca del ciento, llegó con una estrella para mi RDFC y una promociona Tercer Teniente para marcar el aniversario de mi debut a
la acción de combate. Desde entonces, había sumado un total de 1,137 horas de vuelo de combate en 295 misiones, durante 43
semanas de servicio activo (sin contar las nueve semanas que no intervine por heridas a mi mandíbula y clavícula) para un promedio
de casi cuatro horas por día en la cabina.
El rendimiento de mi equipo se reflejo positivamente en mi, y las cosas no podían verse mejor. Desgraciadamente, yo no era de los que
celebraban prematuramente, y los eventos siguientes demostrarían la prudencia de esta política.

Capitulo 28 - Hack Sack

"¿Teniente?"

Voltee sobre las paginas del libro que estaba leyendo, un tomo clásico de Saburo Sakai, "¡Samurai!" En mi puerta estaba un joven
Cabo de la Marina

"¿Que pasa, Cabo?"

"Señor, es requerido por el CAG. Él dice que venga inmediatamente."

"¿Dijo lo que él quería?" pregunte.

"No señor. Solo dijo que lo llevara con el ahora mismo."

Gruñí. Estaba disfrutando mi primera oportunidad de sentarme y ver un mundo diferente a través de las palabras de otro. Mi
promoción me había otorgado un mejor cuarto en los cuarteles de los oficiales y estaba haciendo lo posible para disfrutar las nuevas
comodidades que me habían sido otorgadas -especialmente el sofá afelpado. De malas ganas, guarde mi libro y me preguntaba cuál era
el problema, era muy inusual enviar a un miembro del Destacamento de la Marina para llamar a alguien ante el Comandante de la Ala
Aérea.

Me coloque mis botas, me abroche mi traje de vuelo y me dirigí hacia la puerta, dos pasos detrás del joven Marino. Mientras nos
dirigíamos por los corredores grises y blancos hacia los cuarteles del CAG, me preguntaba que había hecho. Claramente tenia que estar
en algún tipo de problema o podía ser una de las bromas practicas de Max. Uno nunca podía saber con ese agitador de cabello azul y
me relaje por un momento ante la posibilidad de que algo gracioso estaba inminente.
Llegue a la puerta del CAG y la toque.

"¡Adelante!" una voz chilló desde el interior. Rick Hunter no era conocido por tener una voz tronante, como la de Fokker, lo cual solo
le ayudo a ganarse el casi burlón sobrenombre de "Ratón".

Entre y me reporte al desgarbado Primer Teniente, su cabello negro, en su acostumbrada rebeldía.

"Descanse Teniente. ¿Puedo traerle algo de beber?" Negué con la cabeza y me di cuenta que el Tte. Plog estaba parado sobre mi
hombro derecho. "Tenemos un problema, Framton. Sus muchachos están ocasionando problemas," dijo, con una expresión de
completa frustración grabada indeleblemente en su cara.

"¿Problemas, señor? ¿Exactamente, que clases de problema?" pregunté.

"Ellos fueron transferidos de su equipo esta mañana, y nosotros..."

"¡¿Transferidos?! ¡¿Fuera de mi equipo?! ¡¿Bajo que autoridad?!" demandé.

"Descanse Teniente," él dijo, con un gesto imperativo de su mano derecha. "Esta es una bajo la autoridad de Maistroff. Como de
costumbre, los genios en el alto mando son extremadamente evidentes. Los moledores de números probablemente creen que aumentara
al radio de muertes por misión si separan a su equipo..."

"¡Maldita sea, CAG, yo no voy a tolerar esto!"

"Aparentemente tampoco ellos, es por eso que ellos están en el calabozo," dijo el Tte. Plog.

"¡¡¿EN EL CALABOZO?!!" me voltee a ver al Tte. Plog. "¿Castigados por que? ¿Por qué diablos...?"

"Objeción no es una palabra lo suficientemente fuerte, pero creo que funcionara," continuo el Tte. Hunter. "Ellos se rehusan a volar sin
usted, y usted va hacer que ellos acepten o Maistroff los hundirá tan profundamente en el calabozo que jamas los volverán a ver otra
vez."
Mi mente estaba girando. Me preguntaba que endemoniada clase de militar separaría a una unidad de combate altamente efectiva y
cohesiva, como la mía. "No puedo hacerlo CAG. Si ellos no quieren volar conmigo, yo no volare tampoco, y si quiere tratar este tema
con eso... bueno, también debería hundirme en el calabozo, también," insistí.

"Yo no quiero hacer eso, Sr. Framton, pero si me acorrala en esto, no voy a tener otra opción. Mire, si usted habla con ellos y hace que
vuelvan a jugar, yo veré lo que puedo hacer sobre esto. Iré a hablar con Gloval si es necesario. O cuando menos podemos darle a
Maistroff lo que quiere en papel y hacer las cosas de nuestro modo cuando estemos en vuelo. ¿Que dice? ¿Haría esto por mí,
Teniente?"

Estaba mas que molesto en este punto, pero la palabra de Hunter era buena y decidí darle una oportunidad.

"Muy bien, CAG. ¿Dónde están?"

"En el salón de al lado, con Max. Lo llevare para allá," dijo levantándose de su asiento en la mesa.

Me gire para seguir a los dos tenientes, hirviendo de cólera. No podía entender cuál era el problema de Maistroff. Parecía que tuviera
un rencor personal hacia mí y no podía encontrar una razón de porque. Caminamos dentro del cuarto de Max y estreche su mano. Josh
y Waylan estaban sentados en la mesa de la cocina de Max, con los brazos cruzados desafiantes.

"Hola capitán," dijo Waylan.

"Hola chicos. Muy bien... ¿De qué diablos se trata? ¿Cuándo se dieron cuenta de que estaban siendo sacados de mi equipo?" les
pregunte.

"Esta mañana. Fuimos llamados para ver al CAG y él nos dijo que estaba pasando. Nosotros no lo haremos, Jake," indico Josh, con
una feroz mirada en sus ojos. "Tu sabes que hemos tenido muchas oportunidades para movernos a cualquier lado y bajo mejores
circunstancias para una carrera -promociones y todo lo demás- pero preferimos estar contigo."

"Eso es cierto, Jake. No queremos volar con nadie más. Punto," agregó Waylan.
Puse mi cabeza en mis manos. Rehusar a volar era una evidente insubordinación -un motín, prácticamente- y venia con algunas
espantosas consecuencias. Si no los convencía a ellos, se encontrarían en serios problemas. "Chicos... aprecio el gesto y su lealtad,
pero esta no es la manera de hacer las cosas. Ustedes van a eliminar cualquier futuro que pudieran tener en esta loca Naval de nosotros.
Vamos afrontarlo, esta guerra no puede durar para siempre y ustedes van a necesitar pensar que van a hacer mas adelante."

"Déjanos en paz, Jake. Tu sabes que pienso sobre eso," insistió Waylan.

"Si, y volar con alguien mas si que nos haría pensar en un futuro académico. Nuestra mejor oportunidad de salir de esta es si lo
hacemos juntos," continuo Josh.

"Maistroff los va a mandar al calabozo."

Josh rió. "Déjalo. Al menos evitara que seamos asesinados por esos idiotas, allá afuera," dijo sacudiendo su pulgar izquierdo sobre su
hombro.

"Miren, el CAG dice que nos va a ayudar. ¿Por qué no le dan una oportunidad? Denle a los genios políticos su sonada victoria y
nosotros haremos algo para seguir juntos." Ahora estaba implorándoles.

"No va a pasar Jake."

"Ni lo pienses."

Baje mis manos en desesperación. "¿No hay algo que pueda hacer para hacer cambiarlos de idea?" Ellos agitaron sus cabezas.
"Bueno... Entonces yo no voy a volar con nadie mas, tampoco, así que parece que vamos a colocar nuestros traseros en una catapulta
colectiva. Podrían colgarnos por esto, lo saben."

"Gran cosa. Si volamos con alguien mas, nos van a matar de todos modos. ¿Por qué jorobar con esto? Vamos terminando con esto y
ahorrémosle la molestia a los Zentraedi," insistió Waylan.
Mis palabras fueron de hecho una declaración diplomática. Las consecuencias del curso de nuestras acciones mostrarían ser espantosas
y si eran interpretadas liberalmente, nuestras acciones podrían ser consideradas como deserción al enfrentar al enemigo, una ofensa de
pena capital. Aun así, ya sabia lo que tenia que hacer y con un suspiro nervioso, me levante y me dirigí para enfrentar al Tte. Hunter.

"Teniente, lo siento. Si ellos no pueden volar conmigo ellos no volaran y si yo no puedo volar con ellos... yo tampoco volare." Mi voz
y mis manos temblaron mientras los ojos del Teniente se contraían.

"Muy bien, Framton. Si es así como lo desea."

"Si señor, así es como lo deseo," confirme, alzándome y acercándome a Hunter.

"Muy bien. ¡Cabo!" voceo sobre su hombro.

El joven marino entró en el cuarto. "¿Señor?"

"Mande a un equipo de seguridad en el acto. Confine a estos hombres en sus cuarteles hasta la próxima noticia."

"A la orden, señor."

"Lo siento muchachos. No tenía otra opción. Pueden considerarse oficialmente arrestados. Haré lo que pueda, pero ustedes se
enterraron a sí mismos en un profundo agujero," dijo Hunter. "Nos han cavado a todos en un agujero," dijo, echando un vistazo al Tte.
Plog.

"Lo siento señores, pero estoy seguro que ustedes comprenden de donde venimos," dije, parado nariz con nariz con el alto y delgado
Comandante de Ala Aérea

"Por supuesto."

El despliegue de seguridad, completo con rifles y armados, se presentaron para escoltarnos a los tres a nuestros respectivos cuartos.
Mientras estabamos parados en el corredor antes de salir, me dirigí a mis dos hombres ala y murmure, "Saben, ustedes dos son un
dolor de cabeza."
"Gracias, Jake," dijo Josh con una sonrisa.

"Sí, gracias. Maneen la fe, Yah-Yah," indico Waylan, antes de ser escoltado por el pasillo.

"¡UN DOLOR DE CABEZA!" grité sobre mi hombro, mientras me dirigía hacia mi cuartel, rodeado por Marinos armados.

Parte VI: Todos en Formación, Equipo Listo


Capitulo 29 -- La Corte Marcial del Motín del Sand Pebble

Estando en el calabozo tenia una pequeña ventaja -me fue posible terminar de leer "Samurai". El comando de mi escuadrón estaba
ahora en manos de mi Segundo Equipo de Ataque, Cabo Ozzie "Wizard" Martin. Por tres días pase mi tiempo confinado en mi cuarto,
preguntándome que destino me esperaba. Una audición disciplinaria -conocida como "Mástil del Capitán" en la rama naval- estaba
programada para considerar los cargos de insubordinación contra el enemigo. Maistroff quería mi trasero y estaba seguro que lo iba a
tener.

Era inevitable que mi carrera como piloto de combate llegaría a un final ignominioso. La única cosa que estaba sin decidirse era si
terminase o no en rellenar botes de basura o encarar, con los ojos vendados, la punta de un cañón de fusil. Lo ultimo era ridículamente
improbable, pero cosas raras han pasado en guerra -y esta era la madre de todas las guerras.

En el día de la audiencia de la corte marcial, me levante y vestí mi mejor uniforme. La noche previa me la pase acostado y despierto,
mirando fijamente el cielo mientras ensayaba el discurso que le daría a los miembros del jurado. Me di cuenta que era un ejercicio
inútil -nunca antes en mi vida había dicho algo de la manera que había practicado- pero continuaba adelante, de todos modos, en la
regadera, cepillándome los dientes, abotonando mi camisa.

Un golpe en la puerta me indicó que era hora de partir. Mientras pasaba por el espejo, revise mi uniforme por ultima vez y me dirigí
hacia la puerta. Un par de Marinos armado estaban en guardia, a ambos lados de la escotilla.

"Por este camino, señor," dijo uno de ellos.

"Conozco el camino, Cabo. Gracias," chasquee antes de dirigirme hacia el corredor, los marinos siguiendo un paso detrás de mí.

Recorrimos todo el camino hasta la cámara de audiencias, donde me encontré a Waylan y a Josh.

"Está es muchachos," indique. "Ya no hay vuelta de hoja."

"Nosotros no lo aceptábamos de otra manera, Jake."

"Pues no parece que tengamos otra opción," indique.

Los tres marchamos dentro de la cámara de audiencias y chasqueamos la atención enfrente de la mesa larga y redonda, donde un gran
numero de oficiales de alto rango estaban sentados.

"Declaren sus nombres para el registro," vino una voz profunda e irreconocible.
"Tercer Teniente Jeffrey Dale Framton, RDFN, reportándose como se le ordeno."

"Primer Sargento Joshua Neal Kauffman, reportándose como se le ordeno."

"Primer Sargento Waylan James Green, reportándose como se le ordeno."

El Coronel Maistroff, resplandeciente en su completo uniforme, se paro y se dirigió a los tres de nosotros. "Estamos aquí, para
considerar los cargos hechos a estos hombres ante esta audiencia. Insubordinación en contra del enemigo, negativa evidente de
obedecer las ordenes legales de un oficial superior..." Mientras él continuaba, mi mente empezó a desvariar. El no era tan alto como
me lo imaginaba y sus palabras rápidamente se perdieron dentro de mí. En resumen, él declaró todos los cargos y nos pregunto si
teníamos algo que decir.

Nunca fui de los que se quedaban callados, me pare hacia adelante para hablar, jalando el abrigo de mi uniforme nerviosamente, en un
intento desesperado de mantenerme en calma. "Señores. ¿Puedo tomar esta oportunidad de hablar libremente?"

"Usted puede hablar libremente, Teniente," dijo el Cor. Maistroff.

"Gracias, señor," dije, entonces, aclarando mi garganta, continué. "Por los últimos siete meses he tenido el privilegio de dirigir a estos
dos buenos pilotos de caza -entre otros- en el combate y el rendimiento de mis pilotos bajo mi mando habla por sí mismo, casi sin
ambigüedad. Hemos volado los unos junto a los otros por mucho tiempo y esto ha servido para afilarnos como un instrumento fino.
Hemos aprendido a predecir nuestras acciones y pensamientos, a leer el tono de nuestras voces, a conocer exactamente lo que esta
pensando el otro."

"Estos hombres son leales y esmerados, cualidades que cualquier líder desearía de sus subordinados. Ellos me han seguido sin
preguntas, titubeos o reservas, a través del cielo y espacio más mortífero que ningún humano jamás se haya atrevido pisar. Esta lealtad
no fue ganada a la ligera, sino más bien, ganada bajo el calor de la batalla -un calor que nos ha forjado como el acero en una arma. Mi
equipo es una arma, y una mejor no podrá ser encontrada a bordo de esta nave."

"La idea detrás de la organización de un escuadrón de combate es maximizar su eficiencia y cohesión a través del trabajo en equipo,
cooperación y apoyo mutuo. La arbitraria y altamente sospechosa decisión de separar a mi equipo -a pesar de las objeciones de mi
comandante de ala aérea, líder de escuadrón y de mí mismo- queda en la razón de existir de un escuadrón de combate naval.
"Nosotros no nos estamos rehusando a pelear. Sólo vean el número de salidas o de naves enemigas destruidas, si es que dudan de
nuestra voluntad de hacerlo. Ningún miembro de este equipo ha abortado. Hemos volado misiones cuando nuestras naves no estaban
en las mejores condiciones -con radares inoperantes, maquinas en mal estados, misiles que se rehusaban a disparar. Si hemos carecido
de la voluntad de pelear, nosotros hubiéramos abortado en cada una de esas ocasiones -pero no lo hicimos. Y sugerir que estas dos
personas se han desempeñado de cualquier manera, menos brillante, es un insulto. No existe en ningún lado un par tan fino de pilotos,
en cualquier nave, en cualquier milicia. ¡¡Cómo se atreve esta audiencia a insinuar que estos dos pilotos no desean pelear!!" Yo grite,
señalando a mis dos hombres ala. Algunos miembros de la audiencia se reacomodaron incómodamente en sus asientos ante mi
comentario. "Hemos arriesgado nuestro pellejo -hemos arriesgado nuestras vidas- mientras muchos de los miembros de esta audiencia
permanecían parados y seguros en los confines de sus cuartos o en el puente del SDF- 1."

"Tte. Framton, debo advertirle que se esta pasando del limite al desprestigiar esta audiencia," interrumpió el Cor. Maistroff. "Los
cargos a los que se enfrena son gravemente serios, Teniente."

"Estos cargos son fraudulentos, señor, y usted lo sabe. Nosotros estamos mas que listos para pelear. Lo único que pedimos es que se
nos permita volar juntos. Estos cargos carecen de fundamento y no son necesarios, sino fueran por la intromisión de ciertos oficiales,
dizque llamados superiores."

"Teniente, cuide su lengua."

"No voy a cuidar mi lengua, señor. ¿Cuántas misiones ha usted volado, Cor. Maistroff? Cero. ¡Usted nunca ha volado una misión de
combate y aun así se atreve a decirnos como hacer nuestros trabajos!"

"Esto es suficiente, Teniente. Su trabajo es obedecer las legitimas ordenes de sus superiores, no importa que ilógicas puedan parecer,"
dijo.

"¡Estos son mis hombres, señor, no suyos y tengo la responsabilidad de protegerlos de las periódicas y ridículas decisiones enviadas
por mis superiores!"

"¡No tolerare mas esto, Teniente!"

"¡Esta corte marcial es un fraude! ¡Estos cargos no tienen fundamento! ¡Sus ordenes no están justificadas!"
"¡SUFICIENTE!" rugió Maistroff, golpeando su puño sobre la mesa mientras se levantaba de la silla. "¡NO TOLERARE MAS DE
ESTO! ¡Cabo, retire a este hombre de esta habitación, inmediatamente!"

"Sí, señor."

"¿Qué clase de líder sé rehusa a darles tiempo libre después de un año de combate, sin parar?" demandé, apuntando a Maistroff. Ahora
si estaba enfadado y me di cuenta que lo que dijera no importaba. "¡Sus ordenes son arbitrarias e innecesarias! ¡Usted no tiene
credibilidad, Maistroff! ¡Estos hombres son mi responsabilidad! ¡MIA!" Grite mientras el Marino me escoltaba fuera de la habitación.

"¡Estúpido, mal nacido!" sisee a la pared. "¡Maldito sea ese arrogante hijo de perra!" grité. Camine por los pasillos por diez minutos,
maldiciendo y vociferando hasta que finalmente me tranquilice. Fue cuando me di cuenta de que había cometido un error muy grave.
"Jesús, ¿Qué hice?" murmuré, colocando una mano en mi frente. Había metido la pata en esto. Maistroff era el hombre numero dos,
abordo del SDF-1 y - naturalmente- representaba una gran cantidad de poder e influencia sobre la nave. Aun si no hubiera enajenado la
audiencia, mis oportunidades de escapar sin un castigo severo habían tomado una grave picada -Maistroff podía dominar a la audiencia
a su antojo, por eso era su mástil. Pasee en el corredor, nerviosamente por veinte minutos hasta que Waylan y Josh finalmente salieron
de ahí.

"Muy bien, Jake. Si que lo clavaste bien," dijo Waylan tranquilamente. "Vaya que si lo pusiste en su lugar."

"¿Qué esta pasando ahí dentro, ahora?"

"Están considerando los cargos."

Pasee por el piso nerviosamente. Había gastado todas las municiones y lo sabia. "Lo siento muchachos. No debí haber hecho eso."

"Olvídalo, Jake. Fuiste brillante," dijo Josh, colocando una mano sobre mi hombro. "Nosotros no lo hubiéramos dicho mejor."

"Si, bueno, ahora estamos todos hundidos."

"Quizás. Pero al menos ya saben en que nos estamos parando," el continuo. "La gente necesita levantarse ante los Maistroffs del
mundo."
Estoy convencido. Es verdad que necesitábamos levantarnos ante gente como él, pero en la milicia, levantarse era también una buena
manera de ser disparado.

Después de otros diez minutos, un Marino entró en el pasillo. "Señores, se les requiere dentro, ahora."

Voltee a ver a mis hombres ala y les dije cuanto los apreciaba y me disculpe de antemano, por si terminábamos frente a un pelotón.
"Bueno, es el momento," dije con un suspiro nervioso. "A la boca del lobo."

"¡Guau!" ladró Waylan.

Nos reportamos como al inicio y estuvimos de pie para escuchar los cargos. Para mi sorpresa, mi padre y el Capitán Gloval estaban
sentados en la mesa. Como el Jefe de Desarrollo de Aeronaves de la RDF, mi papá tenia poderosos amigos, lo que me dio alguna
esperanza -atemorizado por el hecho de que mi padre nunca ha usado su influencia para rescatarme de un predicamento derivado de mi
propia estupidez.

"Caballeros," empezó el Cor. Maistroff. "Es de la opinión de esta audiencia... que los cargos contra ustedes sean retirados." Espere
nerviosamente por su fallo personal. "Coincido con los hallazgos de esta audiencia." Casi me caigo de alivio. "Por lo tanto, la orden de
transferir a los Primeros Sargentos Kauffman y Green del escuadrón del Tte. Framton es anulada. Este proceso esta cerrado."

Estaba excitado. Estaba seguro que Maistroff iba a colgarme. No podía pensar ninguna razón para que no lo hiciera. Mientras me
dirigía hacia mi cuartel fui interceptado por mi padre.

"¡Hijo!"

"¿Papá? ¿Qué diablos?" pregunté, volteando a verlo.

"Demos un paseo," me dijo, llevándome hacia una salida.

Caminamos hasta un estacionamiento de la base y hasta el carro de mi padre. Mientras él buscaba sus llaves, me voltee y le pregunte,
"Papá, ¿Qué paso ahí dentro?"
Mirando al rededor, rápidamente, se recargo sobre el toldo del carro. "La recomendación de la junta se opuso a la de Maistroff -y
también la de Gloval," dijo con una sonrisa. "Entra."

Subí al carro y él encendió la marcha. "¿Confío que tu tuviste algo que ver para que la audiencia cambiara de idea?" le pregunte.

"Oh, no sé. Quizás un poco," él dijo con un guiño.

"Déjate de tonterías papá, ¿Qué paso ahí dentro?

Mi padre partió en camino, acelerando para evitar ser alcanzado por uno de los muy numerosos conductores psicóticos de taxis del
SDF-1. "Digamos que Maistroff y yo retrocedimos algunos años. Sin mencionar el hecho de que tengo algunos amigos en puestos altos
que saben que eres mil veces más valioso en la cabina de una avión de combate que encerrado en una celda de una prisión."

"¿Gloval?"

"Gloval."

"Entonces, ¿Cúal es la relación entre tu y el Coronel? ¿Cómo es que lo conoces?"

"Ah, acostumbrábamos a salir con la misma chica en algún tiempo," me dijo mi padre, viendo el camino adelante. "Es una larga
historia."

Ahora estaba supremamente interesado en su pasado común. "Ah, vamos papá, ¿Qué paso?"

"Le partí toda la cara, una vez," dijo con un burlesco golpe de derecha.

Yo estalle en risas. "Ella si que era una gran chica. ¿Quién era ella?"

"Tu madre," dijo mi padre dándolo por hecho.

La sangre se vacío de mi cara, ya que no estaba listo para su respuesta.


"¡Jajajaja! ¡No te preocupes Jeff!" rugió de risa. "Tu no eres el hijo de Maistroff"

Respire con un suspiro de alivio. "Gracias a Dios por eso. Bueno, al menos ya sé por que odia mis agallas, tanto."

"Si, bueno, no te preocupes. El no se enredara contigo otra vez. Ya resolví ese problema. De todos modos, estoy hambriento. Vamos
por algo para comer."

Reí estrepitosamente. "Por mí, esta bien, papá. Por mí esta bien," dije mientras acelerábamos hacia el distrito de restaurantes.

Capitulo 30 -- Volando Sobre la Torre

Regrese al servicio el primero de Marzo, volando mi primera misión el siguiente día. Hubiera sido mejor haber permanecido en el
calabozo, y como dice Murphy, todo lo que pueda salir mal, saldrá -y así paso.

Me escuadrón partió para la ultima patrulla del día. Habiendo estado fuera de combate por tres semanas, tomo unos cuantos minutos
regresar al ritmo de las cosas. Con los cinco cazas de mi escuadrón formados sobre mi ala derecha, me dirigí hacia nuestro sector de
patrulla. La voz del controlador en el radio no fue una voz familiar. Lisa Hayes, la directora de vuelo habitual, estaba con apendicitis y
su sustituto, Sammy Porter, era todo, menos apropiada, además de ser muy nerviosa para ser efectiva. Su ineptitud demostraría ser muy
costosa.

Durante las semanas previas, me había tomado tiempo registrar las tácticas Zentraedi, con la esperanza de idear unas maniobras
defensivas más efectivas. Para enfrentarlos. Si me importaba volver a volar o no. Si nunca fueran empleadas por me, al menos
esperaba que fueran valiosas para alguien más.

Una de las maniobras que desarrollé, fue una defensiva que podía ser usada por formaciones de tres y seis naves. Después conocida
como "Trébol de Framton", era una derivación de la "Trama de paja" de la Segunda Guerra Mundial. En el "Trébol" las naves de cada
sección se separarían en diferentes direcciones. La nave número uno ejecutaría un ascenso vertical, mientras los numero dos y tres
saldrían a la izquierda y derecha, respectivamente, después un giro de 135 grados a fuera de borda. Las tres naves se extenderían
ligeramente, antes de cambiar a una inversión en un vector reciproco para encontrarse en el punto de separación (Figura 3). Esta táctica
da los mejores resultados cuando se encuentran por un numero inferior de oponentes y permite a un caza liberarse y asistir a los otros
dos, como se requiera. En situaciones ofensivas, la maniobra reducía la posibilidad de un blanco que presentan tres cazas para
cualquier nave enemiga y permitía a las naves cubrirse unas a otras mientras se reunían, aun así, los Zentraedi tenían otra sorpresa
guardada para nosotros.
Mientras barría el cielo estrellado, en busca de la presencia de naves enemigas, me permití una sonrisa. Mi hija ahora estaba en su
octavo mes de incubación y en las cuatro semanas mas, oficialmente me convertiría en un padre. Yo había hecho una visita,
diariamente al hospital desde el Mástil del Capitán y no podía mas que estar impaciente al no poder llevarme a mi hija, conmigo. Se
veía como un bebe saludable, después de todo y como una persona hambrienta viendo como se hornea un pastel en el horno, quería
llevármela antes de que estuviera realmente lista.

Con un empujón en el acelerador, desaceleré para igualar la velocidad con la del SDF-1 y así mantener mi distancia de patrulla
apropiada. "Control, desde Aguila de Ataque Dos-Cero-Nueve. En estación con cinco aves," llame. Mi escuadrón estaba trabajando en
dos turnos -doce horas de guardia y doce libres. Yo era el líder de ataque para el "turno nocturno."

"Uh, Aguila de Ataque Dos-Cero-Nueve, correcto. Uh, proceda como... ¿siempre?" vino la respuesta de Sammy

Me reí. La pobre chica estaba pasando un mal rato. Ella nunca había hecho algo como esto, antes y aunque estaba completamente
entrenada para la posición, carecía del entrenamiento más importante que uno puede tener: experiencia. Cuando me di cuenta que ella
tenia que mantener a todos en línea si los Zentraedis decidían atacar -siempre una posibilidad probable- mi sonrisa desapareció.

Me tome el tiempo para echar un vistazo a mi escuadrón. Waylan y Josh estaban en perfecta formación, hacia mi ala derecha. El
número cinco estaba un poco detrás de su líder, arruinando la, de otra manera, perfecta simetría de la formación.

"Sand Pebbles tomen posiciones de combate," ordene tranquilamente.

"Correcto," indico Wizzard.

Observe los cazas del otro equipo curvarse delicadamente hacia la derecha, a una distancia de casi una milla. El Valkyrie de Josh bajo
hacia atrás, ligeramente antes de deslizarse lentamente debajo de mi caza de derecha a izquierda. Mientras él desaparecía de mi mira,
cambie mi vista hacia la izquierda. Su caza reapareció, moviéndose a una distancia de media milla.

Continuamos revisando el cielo oscuro, maquinas en punto muerto -el mínimo necesario para mantener los reactores encendidos y los
sistemas ambientales operando- para ahorrar combustible. Mantener los rectores en movimiento era esencial, para no vernos forzados
de intentar un arranque en condiciones menos que ideales.
Parecía que esta seria otra rutina de patrulla. La ausencia de actividad Zentraedi por largos periodos de tiempo se estaba convirtiendo
en un hecho de la vida, y era difícil mantenerse fuera de complaciente. La experiencia con el Cíclope estaba fresca en mente, y la
imagen del caza de Josh lleno de agujeros de cañón causaban que me sentara derecho en mi asiento. Casi inmediatamente una voz
chillona en mi casco me causo que respingara.

"Sand Pebble Uno, este es Control," mire a la consola enfrente de mí y vi la imagen de la cara ruborizada de Sammy.

"Adelante Control," conteste.

"Sand Pebble Uno, tiene bandidos acercándose, saliendo de dos-nueve- cero--no--tres-uno-cero, a... oh Jesús," tartamudeo.

"Tranquilízate, Sammy. Respira profundamente y léeme los números a mí, uno por uno," estaba viendo a mi pantalla, tratando de hacer
contacto visual con ella. Sus ojos giraron frenéticamente.

"Muy bien. Saliendo del tres-uno-cero, dos-nueve-cero a siete-cientos- noventa-cinco millas," alcanzo a decir.

"Entendido. ¿Fue desde un Ojo de Gato o desde el Ojo de Toro?"

"Desde el Ojo de Toro," alcanzo a decir.

"Sand Pebbles, diríjanse directamente a tres-dos-cero," indique. Dibuje el curso en mí GAPS y moví el acelerador hacia adelante, al
punto de intercepción. Mientras mi caza empezaba a acelerar, repase mis controles. "Sand Pebbles, controles activos." Asegure mis
sistemas de armamento e inicie mi equipo Electrónico de Mediciones en Contra (ECM) antes de recorrer mi lista previa al combate,
una vez más.

Mientras me aproximaba al alcance de radar, no mostré contactos. Mientras revisaba mis interruptores -todo estaba listo. Algo estuvo
mal. "Sand Pebble Uno a Wizard Uno. ¿Aparecen los bandidos en tu pantalla?"

"Ah, Sand Pebble Uno, negativo. Mi pantalla esta limpia, cambio."


"Maldita sea," me maldije a mi mismo. "Ella me dio los mugrosos números al revés", sisee, mientras giraba mi Valkyrie hacia la
izquierda, justo a tiempo para ubicar una manada de Battlepods de combate Raulon've, resplandecientes rifles, rayaron hacia mí.
"¡Sand Pebbles, rompimiento!" grité en la red antes de jalar mi caza en un violento revés para seguir a los Raulon'ves que acababan de
pasar volando.

Un tono en casco y un trío de aureolas rojas en el HUD me mostraron que mis misiles estaban marcados en los cazas enemigos. Con el
interruptor de la palanca dispare en grupos de tres, presione con el pulgar el botón de misiles. Tres Stilettos salieron hacia adelante.
Dos de ellos golpearon las naves enemigas en el centro, mientras que el tercero fue exitosamente evadido por la nave enemiga que
faltaba. La cola del caza Zentraedi dio una llamarada brillante mientras el piloto enemigo agregaba mas potencia al intento de escapar.
Yo actué como él, empujando mis aceleradores hasta un alto. El caza giro a la derecha, intentando desesperadamente evadirme. Pero
ya no importaba, el ya era un hombre muerto.

Pisotee el timón derecho, y jale la palanca hacia atrás y hacia la derecha, girando en espiral alrededor, en un esfuerzo de permanecer
con el Battlepod. Con un tono de mi casco y una luz roja en el HUD, volví el indicador de la lanzadera a "1" y dispare. Un Stilleto
salió hacia adelante, golpeando el Battlepod por debajo y detrás de la cabina. Una explosión brillante -dedos blancos calientes de fuego
arrojando pedazos de acero puntiagudo hacia el espacio- se hincharon hasta morir repentinamente por la ausencia de oxigeno.

Hice que mi caza girara hacia la izquierda, revisando sobre mi hombro para revisar mi trasero. Estaba despejado. Girando de nuevo
hacia la derecha, me dirigí en dirección donde yo estimaba que estuviera Waylan. Me había convertido extremadamente protector del
gigantesco piloto de combate y quería estar seguro de que nada le hubiera pasado. Josh me preocupaba menos, dado que no estaba tan
convencido de que moriría y por lo tanto no me inquietaba menos su destino -Sabía, intuitivamente, que él estaría bien. Los destellos
de luz, mas adelante, eran evidencia de que una pelea violenta estaba calentándose, y mi suposición de la posición de Waylan demostró
ser precisa.

"Sand Pebbles, repórtense cuando puedan," llame desde el micrófono de mi casco.

"¡Aquí el tres, jefe! ¡Tenemos las manos llenas, cambio!"

Empuje el acelerador hasta el acelerador a un alto y me acerque a la pelea. Grite entre un par de explosiones de lo que eran restos de un
par de Raulon'ves. Un Veritech giro, luego hizo espirales violentamente a mi derecha, un par de Battlepods, haciendo pareja, devolvían
golpe por golpe.
"¡Alguien quítenmelo de encima!" escuché una voz gritar histéricamente. Era el número cinco, un joven Cabo llamado Ben "Rash"
Hyves.

"Aguanta Rash, voy en camino," dije tan calmadamente como pude. No acababa de decir estas palabras cuando una explosión ardiente
iluminó el cielo estrellado. Ben Hyves había muerto, ahora era un pie de pagina en la crónica del Capitán Barr. "No hoy, malditos
bastardos," murmure, cayendo entre los dos Battlepods. Seria un maldito si los dejara irse después de matar a uno de mis muchachos,
aunque esto significara estrellarme con ellos.

Con sed de sangre, enfoque mis esfuerzos a esta meta. Acercándome al par, sentí como una extraña calma venia a mí. Como un pitcher
lanzando a alguien que no conecta, había entrado en mi zona y nada iba a detenerme. Coloque la mira sobre la cabina del Raulon've
líder y dispare una segunda descarga. La cabina explotó como si fuera en cámara lenta, fragmentos de vidrio y acero volando en todas
direcciones.

El caza numero dos, ahora consciente de que estaba en problemas, rompió hacia la izquierda violentamente. Lo seguí con facilidad, mi
dedo acariciando el gatillo. Otra descarga corta fue lo único necesario. El caza enemigo explotó en un billón de pedazos. Su
destrucción hizo poco para calmar mi rabia. Nunca antes había perdido a un piloto y las emociones que esto ocasionaban no son
fácilmente de describir. Jale en la palanca y gire en una media vuelta, dirigiendo mi caza hacia la batalla. Ya no había mas batalla.

"Sand Pebbles, pasen lista," llame.

"Tres."

"Cuatro."

"Seis."

¡Waylan! "Sand Pebble Dos desde Uno, ¿Me escuchas?" esperé por varios segundos mientras mi sangre se enfriaba. "Sand Pebble Dos
desde Uno, ¿Me escuchas, cambio?" No había respuesta. "Cristo," pense. "Esto no puede estar pasando. Maldita incompetente
Samantha Porter"
Hice varias llamadas y aun no recibía respuesta. "Sacacorchos Uno- Cinco, este es Líder Sand Pebble, cambio." Estaba contactando
uno de los Ojo de Gato con la esperanza de que pudieran localizar el caza de Waylan. Estaba claro que Sammy no le hubiera sido
posible darme una respuesta.

"Líder Sand Pebble, este es Sacacorchos Uno-Cinco. Adelante."

"Sacacorchos Uno-Cinco, este es Líder Sand Pebble. ¿Tiene contacto de radar con Águila de Ataque Dos-Uno-Cero, cambio?"

"Líder Sand Pebble, aguarde uno."

Espere impacientemente por su respuesta. La premonición de Waylan vino a mi mente y me di cuenta de que él pudiera estar muerto.

"Líder Sand Pebble desde Sacacorchos Uno-Cinco," llamo. Los músculos tensos. "Águila de Ataque Dos-Uno_cero esta a las cuatro en
punto a tres- cero millas. Su transmisor indica que tiene fallas de comunicación, cambio."

Respire con alivio. "Gracias a Dios." Mi amigo estaba vivo. "Correcto Sacacorchos. Muchas Gracias. Sand Pebble Uno, fuera."

Waylan estaba "NORDO," un acrónimo de los viejos tiempos que significa "No Radio." El probablemente necesitaría una escolta para
facilitar su llegada a bordo de la nave. Me incline a mi derecha, en dirección del caza de Waylan y lo encontré orbitando, no muy lejos
de nuestro sector de patrulla. Mientras nos alineábamos con él, el golpeo su casco con su mano derecha, señalado que tenia problemas
de radio.

"Águila de Ataque Dos-Cero-Nueve a Control. Aguila de Ataque Dos-Uno- Cero esta NORDO. Requiero bingo para despejar la
cubierta, cambio," estaba haciendo todo lo posible para no demostrar mi ira. El error de Sammy casi nos costo la vida.

"Aguila de Ataque Dos-Cero-Nueve, este es Control. Despejado hasta Plataforma... Repórtese... Maniobras, cambio."

"Dos-Cero-Nueve, correcto." Apunte a Waylan, después a Josh. "Tres, escóltalo a la nave. Yo permaneceré aquí con el resto de la
sección."

"Correcto, Uno," contesto antes de separarse hacia la derecha, en dirección de la nave.


El resto de la misión paso sin ningún problema o enfrentamiento. Nuestro BARCAP destruyo mas de sesenta cazas enemigos contra la
perdida de diecisiete de los nuestros. Un mas trato, pero sin lugar a dudas afecto negativamente los nervios raídos de Sammy Porter.
De algún modo me sentí mal por la pobre chica, pero al mismo tiempo, su incompetencia (¿Existe otra palabra para eso?) había
costado vidas y eso no era aceptable.

Mientras me dirigía hacia la nave -después de haber sido relevado por otro escuadrón- los nervios raídos fueron más evidente que
nunca. Mi primer intento de llegar a la nave resultó en un salto de gancho. Mientras entraba en el patrón de descenso, las indicaciones
frenéticas de Sammy chillaban en mi radio numero dos.

"Sand Pebble Uno, rompa a la izquierda para evitar trafico."

Jale la palanca a la izquierda y observe en incrédulo horror como un par de Valkyries relampaguearon debajo de mi nariz, a solamente
unas cuantas pulgadas de chocar conmigo. "¡Jesucristo!" grité, antes de levantar mi caza hacia la derecha para entrar a favor del viento
hacia el Prometeus. El patrón era una carnicería.

Los cazas al ser dirigidos a sus áreas de patrulla, a menudo están a merced del controlador y Sammy estaba haciendo estragos. Apenas
había entrado en el patrón de descenso cuando me ordeno girar a la derecha para evitar trafico. Otro par de Valkyries pasaron junto a
mí y reventé. "¡Porter, bruja loca! ¡Sal inmediatamente del maldito puente! ¡Tú eres endemoniadamente peligrosa!" sisee. No
importándome cuidar la lengua.

Su reacción fue inestimable. "Tte. Framton, por favor no me interrumpa cuando estoy tratando de darle instrucciones."

Casi estallaba en risa. "Esa maldita bruja," gruñí, golpeando la palanca de configuración a "B" y cambiando a modo Battloid. Ya había
tenido suficiente. "Yo arreglare su carro y para bien. La pequeña mugre," murmure.

Maniobre mi Battloid justo enfrente de la burbuja de vidrio que separaba el puente del SDF-1 del vacío frío del espacio y apunte mi
rifle a la rubia adolescente. La expresión en su cara, la pantalla del radar, arrojando un brillo incandescente en sus mejillas, era
incomparable.

"Sammy, te dije que te largaras del puente. Te lo voy a deletrear. Eres... muy... peligrosa. O te tranquilizas o trae a alguien que sí lo
este. ¿Fui suficientemente claro? Ya has costado muchas vidas con tus chapuceos. Lárgate de ahí, ¡Ahora!
Afortunadamente para ella, Claudia Grant, la oficial numero tres del puente llego al rescate de Sammy. Cuando vio mi Valkyrie azul
medianoche parado nariz con nariz, se dio cuenta que las cosas no estaban bien. Una Nigeriana, ágil, morena, Claudia tranquilamente
retiró a Sammy del camino de su consola. "Yo me haré cargo desde aquí, Tte. Framton. Usted puede regresar a la nave."

"Gracias, Tte. Grant. ¿Qué les tomo tanto tiempo? ¿Dónde diablos esta el resto del personal del puente?"

"Eso será todo Teniente," dijo firmemente. "Regrese a la nave."

Regrese al Prometeus, no importándome volver a volar el patrón otra vez. Estaba mas que feliz al volar en el elevador en modo
Guardián, sin hacer una llamada al controlador. Ya fue suficiente.

Invadí la sala de espera lleno de rabia. Estaba completamente fuera de mi dominio de entendimiento que alguien tan incompetente
pudiera alcanzar un alto nivel de responsabilidad. Aun así, esta era la milicia y como cualquier fuerza militar de la historia del mundo,
estaba propensa a cometer tales errores.

Sin sorprenderme, nunca recibí respuesta a mi pregunta de por que el puente había respondido tan lentamente al predicamento de
Sammy. Supuse que la naturaleza, frecuentemente dividida, de las operaciones del puente significaba que sus dificultades pasaron por
mucho tiempo inadvertidas.

El 7 de Marzo, mientras sustituía, una vez mas a Lisa Hayes, los nervios raídos de Sammy enviaron cazas viajando alocadamente en
todas direcciones, imposibilitados de hacer intercepciones efectivas. Solamente un milagro previno otra catástrofe. Su segunda regada
en menos de una semana resultó en ser retirada de las actividades de dirección de cazas hasta que ella pudiera exitosamente completar
un entrenamiento remedial de silabario. Por fortuna para nosotros, pasaría un buen rato antes de que Samantha Porter regresara como
directora de vuelo, otra vez. Lo que si fue desafortunado, sin embargo, que esta decisión llegara demasiado tarde para salvar la vida de
diecisiete pilotos de combate que murieron en esa primera noche de Marzo, y uno solo podía esperar que su suspensión sirviera para
salvar mas vidas en el futuro.
Parte VI: Todos en formación, Equipo Listo
Capitulo 31 -- Paternidad: El Nacimiento de Dos Damas

El mes de Marzo demostró ser un periodo muy doloroso. La actividad Zentraedi del 2 al 8 alcanzo un tono candente antes de terminar
repentinamente el 9. El patrón de las ofensivas Zentraedi seguramente seria un gran ritmo de Reggae, pero eso poco explicaba la razón
de su forma de actuar. Como la Luftwaffe de Hitler había hecho en los primeros días de la Batalla de Bretaña, los Zentraedi hicieron
un tremendo esfuerzo para vencernos, solamente para cambiar sus tácticas en el borde de la victoria, dándonos tiempo de reconstruir y
resistir un poco más. Hacia muy poco sentido -cuando menos por el momento.

Cuando no estaba volando, se me podía encontrar en el hospital, mirando a mi hija en su cama esterilizada a través de paneles
impenetrables de Plexiglas. Era ten pequeña. Tranquila. Un contraste total a lo que la rodeaba. El pensamiento me hizo girar mi cabeza
en incredulidad. Ella era como el ojo de un huracán, inconsciente de la enorme tormenta que se arremolinaba alrededor de ella. Yo
agonizaba al no poder llevármela a casa. Me sentía como un niño en vísperas de Navidad - quería mis regalos antes de que fuera la
hora. De hecho la única actividad que me llevaría a poder abrir los regalos -dormir- era la más difícil de llevar a cabo. Mi Nochebuena
duraría tres semanas y durante este tiempo llegue a darme cuenta que mi decisión de tenerla no había sido un error.

Después de solamente dos días de espera, me di cuenta que me iba a convertir en un desperdicio a menos que hiciera algo para
quitarme de la mente a mi hija. Mi salvación llegó en forma de una asignación al Proyecto de Desarrollo Valkyrie, como parte de un
grupo de pilotos con la tarea de hacer recomendaciones para ser usadas es el diseño de una versión mejorada del VF-1. Fue una
asignación bien recibida. Finalmente podía hacer oficiales mis criticas del Valkyrie -algo fuera del dominio de la platica padre-hijo.

Con toda imparcialidad, la serie VF-1 de Veritechs era una aeronave extremadamente capaz, adelantada años luz de cualquier cosa que
se haya construido hasta ese punto. Pero, como cualquier diseño joven estaba muy lejos de su verdadero potencial. Los avances mas
recientes en el Valkyrie como un sistema de armamento habían hecho mas de lo necesario para corregir algunas de sus anomalías, pero
todavía existía un amplio espacio para mejorarlo.

Cuando se le comparaba a sus contemporáneos, el Valkyrie básico estaba por mucho más resistente que cualquier cosa que los
Zentraedi pudieran ofrecer. Con la excepción de los Queadlaan Rau -el cual era, por suerte, rara vez visto- los diseños Zentraedi no
ponían mucho énfasis en la supervivencia como nosotros lo hacíamos. Sus cazas, aunque bien armados, eran ligeramente acorazados y
carecían de las contramedidas sofisticadas que ayudaban a los pilotos Veritech para esquivar los misiles. Nos manteníamos en el borde,
pero no nos engañábamos a nosotros mismos pensando que era cualquier cosa que uno muy tenue. Como sistema de ataque, el
Queadlaan Rau era casi el igual de un Valkyrie -en el espacio algunos podrían decir que era superior- y si los Zentraedis hubieran
desplegado en grandes números, el juego hubiera terminado rápidamente.

Mis quejas personales sobre el Valkyrie eran muy similares a las de los otros pilotos en el Equipo de Desarrollo. Ahora ya contaba con
mas de 1000 horas de vuelo en el caza, lo que me hacia el miembro mas experimentado del equipo -con la notable excepción del Tte.
Rick Hunter- así que mis sugerencias llevaban mucho peso. En resumen, quería un Valkyrie con mas armadura, rango, potencia de
fuego y velocidad.

Después de mas de 150 peleas había visto mucho. Muchas veces había sido testigo de como un Valkyrie vomitaba reacción como una
arteria cercenada después de tomar solamente un golpe relativamente pequeño. Otras veces me había visto obligado a librarme del
combate debido al daño ocasionado por la metralla a una maquina, u obligado a abandonar una persecución o dejar una pelea por falta
de combustible. En otras circunstancias me había visto obligado a dejar un ataque debido a que no tenia mas municiones -12 Stilletos
no duran lo suficiente en una pelea- o había sido aventajado por una nave enemiga. Estos eran cuestiones que necesitaban una
inmediata atención y los ingenieros nos escuchaban compasivamente.

Necesitábamos un caza que nos permitiera enfrentar al enemigo a una mayor distancia, por un periodo de tiempo mas largo.
Necesitábamos un caza que pudiera salir como murciélago saliendo del infierno y que aun tuviera combustible para pelear un
enfrentamiento largo sin preocuparnos. Necesitábamos una nave con suficientes misiles para pelear a cortas distancias cuando
fuéramos sobrepasados de treinta a uno y aun tuviéramos misiles de sobra. Necesitábamos un caza que se pudiera detener en una
moneda de cinco centavos y hacer una vuelta en una de diez. Un caza que pudiera recibir un impacto y que pudiera regresar por más.
En resumen, necesitábamos un milagro.

Era cierto que los ingenieros Robotech habían hecho avances para solucionar estas preocupaciones con el GBP-1 Sistema de Armadura
Valkyrie, también conocido como el "Valkyrie Armado". El GBP-1 podía ser colocado en cualquier Valkyrie existente y mejoraba
ampliamente varios aspectos del diseño standard del Valkyrie. Dándole al VF-1 una apariencia similar al de un luchador de Sumo -de
ahí el apodo de "sumo"- esta modificación mas que doblar la armadura del Valkyrie, y el número de misiles disponibles rondaba de 12-
20 a 80. Una mochila de propulsores le daba máxima aceleración al Valkyrie Armado en el espacio y ayudaba a compensar el peso
adicional de la armadura cuando estuviera en la atmósfera. Había volado el Sumo en varias ocasiones y la encontré un sistema de
armamento más potente y más seguro que el VF-1 standard. Aun así, estaba lejos de ser perfecta.
La adición de la armadura y de las armas tenia un costo. Un Valkyrie usando una Armadura GBP era todo, menos útil en una
atmósfera y tenia que permanecer en modo Battloid sin importar donde operara. Los cambios de modo solo se podían lograr al
expulsar la armadura y los misiles no usados en los compartimentos del Sumo. Una vez suelta, la armadura flotaría lentamente en el
espacio para jamas volverla a ver. Deshacerse de la armadura significa una perdida de armas, protección y la posibilidad de chocar con
el anillo de los restos miniatura que este procedimiento creaba. No solamente era una opción poco atractiva, desde el punto de vista de
un piloto en medio de una pelea, pero también desde el punto de vista de los recursos limitados del SDF-1. Además y más importante,
el Sumo no era tan maniobrable como el VF-1 standard. El VF Armado era en esencia un Destroid respetable y los impulsores vernier
del Valkyrie standard demostraron ser insuficientes para compensar la masa adicional del diseño. Una nueva respuesta era necesaria.

El concepto al que llegamos fue mas bien simple, expandir el principio del Sumo para que cubriera cada punto de las operaciones en el
espacio, mientras manteníamos la agilidad de los VF-1. Otros pequeños asuntos esperábamos resolverlos también. Por ejemplo, estaba
realmente inquieto ante el hecho de que los cambios de modo requería que el piloto soltara el acelerador y usar su mano izquierda para
activar el panel de cambio de modo. Bajo presión, esto se volvía problemático, y reducía considerablemente el tiempo de reacción.
Quería la palanca de cambios que estuviera colocada en el timón o en el acelerador para que pudiera ser activada con el toque de un
botón.

Además, la cabina del VF usa dos juegos de palancas de control. El primer juego esta compuesto del tradicional arreglo de palanca y
acelerador usado en modo jet, mientras que el segundo par de palancas era usado exclusivamente en modos Battloid y Guardián. En
situaciones de combate -siempre bajo un ambiente de varias G- los cambios de modo eran a menudo complicados. No solamente tenia
uno que luchar para alcanzar el interruptor correcto en el panel de modos, pero sé tenia que alcanzar y usar las palancas de control
usados en ese modo en particular. Queríamos un solo juego de palancas que pudieran ser usadas para controlar completamente el
Valkyrie en cualquier modo.

Los ingenieros y jefes de proyecto -incluyendo a mi padre- escucharon nuestras quejas y sugerencias. Para cuando llegó Mayo, ellos
nos tenían una maravillosa sorpresa para nosotros y difícilmente podía contente mi entusiasmo.

El 4 de Abril de 2011 los doctores me dijeron que ya era seguro que me llevara a mi hija a casa al día siguiente. Ellos me dijeron que
querían hacer una serie mas de pruebas antes de podérmela llevar, pero vieron que no había problemas. La noche del 4 de Abril fue
una noche de insomnio. Mi hija estaba llegando a casa.

En la mañana del 5, Max, Waylan, Joshua, mi madre, mi padre y los padres de Rebeca, se unieron conmigo en el hospital. Los
tradicionales cigarros rosas fueron repartidos a todos y todo mundo tomo un turno para cargar a la nueva bebe. Una nueva vida había
empezado y estabamos muy contentos.

"Felicidades, ¡papito!" exclamó Waylan, dándome un fuerte abrazo.

"Ella es una bebe hermosa," indico Max. "Ella es absolutamente preciosa. Se ve claramente que no se parece a ti," agrego en broma.
él estaba, por supuesto, en lo correcto. Este bebe era la misma imagen de su madre, y no podía haberse visto mejor. Ella era
increíblemente hermosa, sin ningún cabello en su pequeña cabeza, me encontré a mí mismo imposibilitado de mirarla, sin poder dejar
de sonreír.

El cuidado de mi pequeña hija había sido una preocupación y decidí que cuando ella no estuviera conmigo, mi pequeña hija pasaría la
mitad del tiempo con mis padres y la mitad con los Caseys. Parecía el único arreglo justo para todos los involucrados.

Por meses había estado debatiendo sobre un nombre apropiado para mi nueva hija. Y estaba claro que solamente había una Rebeca
Jane Case y me esforcé para tener un nombre decente. Al final decidí en lo que creí mas apropiado: Casey Rebeca-Jane Framton. No
solamente tenia un buen tono pero era una manera segura de hacerle honor a la madre de ella. Si hay un nombre que valga la pena
recordar, era el de ella.

El Primero de Mayo de 2011, el prototipo del Super Valkyrie rodó en el hangar del Prometeus. Una maquina amenazante, era la cosa
más increíble que jamas haya visto. Con líneas de flujo aerodinámicas, propulsores maniobrables por todo alrededor y un par de
mochilas de impulsores aerodinámicos, se veía que este era el sueño de un piloto de combate. ¡No podía esperar para subirme a la
cabina!
Por varias razones, los pilotos elegidos para volar el Super VF no fueron publicados. Mientras el piloto de mas rango del Proyecto de
Desarrollo, Rick Hunter estaba con la misión de tomar al Super en su primera prueba de vuelo. Era un sueño hecho realidad y cada
piloto en el proyecto envidiaba la buena fortuna de Hunter. Mas tarde, ese día, mientras estaba tranquilamente sentado y bebiendo una
Petite Cola, escribiendo interminablemente el nombre de mi hija en un pedazo de papel, no estaba preparado para lo que Hunter iba a
decir.

"Teniente, es toda suya."

Casi me ahogo con el refresco. "¿Qué?"

"El Super. Es toda suya para volarla," dijo, indicando con la mano hacia la puerta y hacia el Super VF que esperaba afuera.

"Oh... diablos..." murmure incrédulamente. La oferta de Hunter era un gesto inequívoco de respeto y me había tomado completamente
por sorpresa. "No puedo hacerlo, CAG. Usted se ganó la oportunidad de hacerlo. Insisto en que usted lo haga, señor."

Inhalo profundamente y en una voz estricta dijo, "Teniente, no haga que se lo ordene. Usted mas que nadie se ha ganado esta
oportunidad. Le sugiero que la tome."

Moviendo mi cabeza como si estuviera boquiabierto, lance una mirada y estreche la mano de Hunter con un simple, "Si, Si señor," con
una sonrisa de oreja a oreja cubriendo mi cara.

"Ese es el hombre que quería escuchar," dijo con un guiño de su ojo, antes de dirigirse a la puerta. Mientras doblaba la esquina alcance
escuchar, "Te veo en cubierta a las 0600. Yo volare detrás de ti. No llegues tarde. ¡Ve a dormir un poco!"

Esto demostró ser otra noche de insomnio.

A las 0530, gatee fuera de mi catre, me rasure, cepille mis dientes y brinque dentro de un traje de vuelo limpio. Hacia mucho tiempo
que había aprendido que el bañarse en la noche significaba que podía dormir mas tarde en la mañana y lo prefería de esta manera, aun
en las noches en las que no podía pegar ojo. Antes de dirigirme al Prometeus, pase por la casa de mis padres para ver a mi hija. Estaba
tranquilamente durmiendo en su cuna, dándole un suave beso en su frente antes de salir por la puerta.

Llegue a la Sala de Espera a las 0545 para la junta previa al vuelo con el Tte. Hunter y el otro piloto de acompañamiento, Tte. Jim
"Flipper" Dickson. La junta fue simplemente una revisión de los procedimientos establecidos, que cada miembro del Equipo de
Desarrollo estaba al tanto. En resumen, Hunter y Dickson estarían colocados de tal manera que pudieran interceptar mi nave si algo
salía mal. A diferencia de los vuelos de prueba en la Tierra, aquí no había donde aterrizar si se presentaba un problema. Una maquina
que se rehusara a apagarse -o una que fallara a operar apropiadamente al tratar de desacelerar- ocasionaría que saliera disparado hacia
el infinito, sin posibilidades de detenerme. Esta era un a posibilidad remota, pero uno tenia que hacer planes por sí acaso.

También, y quizás lo más importante, para este vuelo de pruebas, el Super no estaba equipado con ninguna arma. Si los Zentraedis
llegaran a atacar, dependía de los dos Tenientes para cuidar de mi seguridad. Eso y más que nada, ocasionaban cierta preocupación de
mi parte. Los Zentraedi no habían hecho ningún esfuerzo significante en contra de nosotros por varias semanas y estabamos a punto de
convocar un merecido descanso.

"¿Algúna pregunta?" preguntó Hunter. NO había ninguna. "Muy bien. Jake, tu serás 'Especial Uno'. Yo seré 'Dardo Dos,' Flipper será
'Dardo Tres'. Nuestro Botón Cinco es 230.50 y toda la área comprendida del radial cero-uno-cero a cero-cinco-cero es nuestra. Buena
suerte," dijo estrechando mi mano. "Vamos por ella."

Asentí a Hunter y Dickson, entonces tomando mi casco me levante y me dirigí hacia la puerta. Estaba a punto de tomar el paseo más
increíble de mi vida.

Capitulo 32 -- Super Super

Me coloque el casco y cerré mi visera como estaba ordenado. Había cierta confidencialidad al rededor del proyecto, pero al parecer de
aquellos al mando, era necesario, y una vez mas, lo nuestro era no razonar los por que -lo nuestro era hacer. Mientras caminaba hacia
el prototipo del Super Valkyrie, me cinche nerviosamente mi traje antigravedad. Con su nos apuntando hacia la cubierta a un ángulo
empinado, el caza parecía ser un gato a punto de caer sobre su presa o un carro de arrastre a punto de arrancar de la línea de arranque.
Transpiraba poder y velocidad, y me encontré viéndola con pavor.
Mientras caminaba hacia el fuselaje delantero me di cuenta que este era un caza muy especia. Aunque ciertamente era una solución
temporal, el Super Valkyrie le dio a la serie VF una muy necesaria inyección en el brazo. El sistema, el cual podía ser aplicado a
cualquier VF existente, después de las modificaciones apropiadas, expandían nuestras posibilidades enormemente. A pesar de que no
nos dieron todo lo que queríamos -armadura para la cabina, un sistema de control nuevo, un botón para cambios de modo- lo que
recibimos era verdaderamente excepcional, ya me ardía por llevarme a la nave al combate. Los ingenieros nos aseguraron que las
deficiencias del Super Veritech, tanto relucientes como leves, serian mas que superadas en la siguiente generación del Caza Veritech,
el VF-4 Lighting.

Después de treparme por la escalera de abordaje, me deslice desgarbadamente dentro de la cabina. A parte de una ligeramente distinta
sombra de pintura y un diferente panel de comunicaciones, la cabina del Super era exactamente igual al del Valkyrie standard. Los dos
juegos de palancas de controles y el panel de control de cambios de modo permanecieron iguales. La programación requerida para
consolidar las palancas y reemplazar el panel de cambio de modos con un solo botón ya estaba escrito, pero los jefazos sintieron que
necesitaban tiempo para crear la producción mecanizada y ponerla en operación detendría la producción de Valkyrie por demasiado
tiempo. Tendríamos que espera al siguiente bloque de VF-1s antes de que pudiéramos ver esos cambios tan beneficiosos.

Mientras el capitán de vuelo me ayudaba a abrocharme dentro de la caza, la inusual actitud de cabeza baja con la que el Super se
acomodaba en su tren de aterrizaje rápidamente fue aparente. Inicie la secuencia de auto-arranque y empecé a registrarla con mí
cronometro. En solo 25 segundos -20 segundos más rápida que el VF-1 estándar- mi caza estaba listo y corriendo, todos los sistemas a
toda potencia.

"Especial Uno esta listo, Botón Cuatro." La expresión a ojos abiertos del Tte. Hunter hicieron que me carcajeara incontrolablemente
dentro de mí mascara. él estaba claramente sorprendido por la velocidad de la secuencia de arranque de mi caza.

Después de otros 20 segundos, Hunter y Dickson indicaron que estaban listos para partir.

"Especial Uno, Dardo Uno esta listo, Botón Cuatro."

"Dardo Dos listo, Botón Cuatro."

Mire a la izquierda, después a la derecha para ver el área alrededor de mi caza y le señale al capitán de vuelo que jalara las cuñas. A su
indicación lleve mi caza hacia el elevador. Un ligero golpe a los frenos hizo que mi caza se detuviera en el lado derecho del elevador.
El Veritech de Hunter se deslizo por mi lado izquierdo y se detuvo paralelamente a mí. Mientras el elevador nos levantaba a la cubierta
de vuelo, apretaba y aflojaba mis puños repetidamente. Era un manojo de nervios -excitado ante mi gran oportunidad, intimidado por
el tamaño del caza y aterrado ante el potencial de desastre.

Me deslice como se me indico a lo largo de la pista de vuelo hacia el lado de babor. No se iba a realizar un disparo de catapulta, solo
en el caso de que el Super nos diera ciertas dificultades inesperadas. En lugar de eso, simplemente iba a deslizarme por un lado del
Prometeus para hacer algunas maniobras muy elementales. Esto aseguraría que el sistema de control estaba funcionando como se había
anunciado.

"Torre del Prometeus, desde Especial Uno. Requiriendo despeje para salir," llame.

"Especial Uno, desde Torre Prometeus. Despejado por su partida. Buena suerte," vino la alegre respuesta. Estaba claro que este era un
momento especial y aquellos privilegiados para verlo sintieron como les rodeaba una onda de excitación.

Después de una revisión final al sistema de control de vuelo, ligeramente la agregue mas potencia y lance al Super fuera de la cubierta
de vuelo. Hunter y Dickson me siguieron, y una vez saliendo de la nave hice un juego de giros, vueltas y lances para asegurarme que el
sistema de control de vuelo estaba operando. Todo paso perfectamente, y procedí hacia el área de pruebas a un ritmo prudente. Si algo
tenia que salir mal, los dos pilotos que me seguían, serian capaces de detenerme, agarrándose a mi nave y haciendo una pequeña
propulsión inversa para llevarnos a un alto, respecto al SDF-1.

Una vez dentro de nuestra "caja de maniobras," una área de casi 300 millas cubicas, empezamos lentamente a colocar al Super
Valkyrie en su ritmo. Inicie con unos cuantos giros y cambios muy suaves, unas cuantas vueltas y algunos cambios de modo. En
modos Guardián y Caza, Super era dos veces más sensible que el Valkyrie habitual en giros y lances y a un índice de giros
comparables. Pero el verdadero gusto era su aceleración.

Hice una serie de arrancones con Hunter y Dickson listos para detenerme en caso de una falla catastrófica. Con cada paso exitoso,
aumentaba mi empuje total y de ahí, mi velocidad y aceleración. El caza demostraba ser intachable y con Hunter y Dickson listos para
interferir, decidí ir por una aceleración a toda maquina.

"Dardo Uno desde Especial Uno. Esta vez me gustaría hacer un pase a máxima velocidad. ¿Algúna objeción?"
"Especial Uno, Dardo Uno. Negativo. Todo parece estar en orden. Es tu llamada, cambio," contesto Hunter.

"Creo que lo voy a intentar, cambio."

"Correcto. Estaré contigo todo lo que pueda. Dardo Dos, adelántate 700 millas, cambio."

"Dardo Dos, cambio."

Mire hacia mi izquierda, haciendo un esfuerzo para vislumbrar el caza de Hunter entre el fuselaje de mi Valkyrie y el paquete de
propulsión. En formación, el contacto visual es una necesidad, aun la posición de los propulsores hacia la visibilidad imposible desde
la "Linea-Tres-Nueve" de popa -una característica indeseable con la que nos veríamos obligados a vivir. Y no podía verlo, solamente
podía confiar de que él estaba ahí, separado a una distancia segura.

"Muy bien Dardo Uno. Voy a iniciar una cuenta regresiva desde el 10, cambio."

"Correcto, Especial Uno. Estoy a tus siete en punto, ligeramente alto, separado unas 200 yardas. Listo cuando tú lo estés."

"Correcto, espera," dije. Hice un profundo respiro, después di una oración. Siempre estaba presente la posibilidad de que algo saliera
mal, ocasionando que volara dentro del espacio, para nuca ser escuchado jamas, o quizás peor, explotar en una bola de fuego. En un
programa de pruebas, estos eran los riesgos que uno tomaba y era imposible saber cuando sale tu numero. Tu simplemente te encogías
de hombros y orabas.

"Dardo Dos en posición."

Mi mano izquierda temblaba mientras alcanzaba el acelerador y dejaba de presionar un botón que permitiría controlar simultáneamente
ambas turbinas del Valkyrie y las turbinas del propulsor.

"Muy buen, Dardo Uno, espere..."

"Ah, correcto."
"Diez..."

Instrumentos listos...

"Nueve..."

Bombas de combustible encendidas...

"Ocho..."

Selección de combustible en "AMBOS"...

"Siete..."

Flujo de combustible... verde...

"Seis..."

Arneses de los hombros asegurados...

"Cinco..."

Temperatura del reactor... listo...

"Cuatro..."

Temperatura de los propulsores... en verde...

"Tres..."

Navegación... revisado y listo...


"Dos..."

Testamento firmado y sellado...

"Uno..."

Dios que estas en el Cielo, no permitas que muera...

Acelerador hacia adelante, hasta el máximo... Fui empujado rápidamente en el respaldo de mi asiento, debido a la aceleración. Una
mirada al acelerómetro me mostró 3.2 G, y lo estaba sintiendo todo, mientras la fuerza intentaba aplastarme a través del asiento de
eyección y fuera por la parte de atrás de la nave. Los Valkyrie se estremeció ligeramente como si estuviera en un camino de grava,
pero se dirigió exactamente en la dirección a la que había apuntado. Se veía claramente que el código escrito para el programa del
Super si valía cada centavo.

"Especial Uno, desde Dardo Uno. ¡Perdí contacto visual contigo! ¡Pasaste volando como si estuviera estático!"

Mire hacia el GAPS y me di cuenta exactamente que tan rápido iba volando -más del doble de rápido que el Valkyrie estándar, y
todavía acelerando. El HUD se ilumino con una luz roja dándome información de posición y distancia del Valkyrie de Dickson. La
distancia entre nosotros disminuyo rápidamente y ya lo había pasado antes de que pudiera darme cuenta de que había sucedido, una
raya momentánea de luces de navegación rojas y verdes destellaron rápidamente a mi lado izquierdo -acababa de reventar mi "red de
seguridad". Me di cuenta de que no había manera de que pudiera presentar una solución de ataque para una descarga de metralla sin
mucha practica -Acostumbrarnos al alto radio de cierre nos iba a costar mucho trabajo.

"Especial Uno desde Dardo Dos. Acabas de pasarme. Es mejor que quites el pie del pedal."

"Dardo Dos, correcto. Voy a jalar la potencia a apagado. Listo para una carga de retropropulsión en tres... dos... uno... retro," dije,
jalando el propulsor a punto muerto. Presionando el botón de "Propulsor Esclavo", aplique un empuje de reversa al girar las turbinas
principales hacia adelante en el modo VTOL -el cual es el modo básico de Guardián son los brazos extendidos. Una descarga larga me
llevo a un alto, relativo al SDF-1, gire mi caza para regresar a la nave.
La masa reactiva de mis tanques se redujo a 20% de capacidad. Nuestra reserva estándar de emergencia era 10% y estaría acercándome
a ella, para cuando desacelerara para iniciar el Patrón Marshall. Aun así, exceptuando cualquier evento imprevisto -un accidente en la
cubierta o un asalto Zentraedi- llegaría a casa con combustible de sobra.

"Especial Uno, Bingo. Estoy entrando al Marshall de Prometeus en el uno-tres-cero, seis-cinco, doce-cero-seis millas. Formado a tu
discreción, cambio," llame tranquilamente.

"Entendido."

"Fuera."

Mientras me aproximaba a mis hombres ala, me permití un gran suspiro. Me tomo unos cuantos minutos antes de que la verdadera
realidad me llegara. Aunque se requerían mas pruebas antes de que entrara en producción, ¡el Super Valkyrie era un éxito!
Parte VII: Escalando
Capítulo 33 - Pisadas en la puerta

Durante las siguientes semanas, mi tiempo estaba dividido entre el trabajo intenso del proyecto VF y mi hija. Todavía volaba misiones
de combate periódicas, pero por la mayor parte del tiempo, Josh y Waylan volaban solos, y su desempeño continuaba al acostumbrado
nivel de excelencia. Sin ninguna sorpresa, Josh había reanudado su paso tórrido que lo había llevado al Club 100, y parecía que el Club
200 también llevaría su nombre en sólo unas cuantas semanas.

Era un alivio salir de los combates por un rato. Dejando cada otro día para salir en una misión, el saber que un mal día en la oficina
puede dejar huérfano a un pobre crío, pone una tremenda tensión a cualquiera y yo no era la excepción. Aunque estaba volando el
prototipo sin probar del Super Valkyrie en un programa de pruebas agotador y peligroso, casi todos los defectos habían sido
encontrados. El duendecillo más peligroso -una incongruencia en las especificaciones entre las bombas de combustible y la línea
principal del mismo- habían sido arreglados hace varias semanas y el nivel de riesgo era, comparativamente, bajo. Así como
estabamos, volaba el Super cada tercera salida, y los días cuando no lo volaba, estaba como seguidor de los otros dos pilotos.
Claramente uno podía pensar en aventuras riesgosas. De la manera que lo viera, el programa del Super VF me daba la oportunidad de
bajar mi presión sanguínea por un rato, y lo recibía bien. Después de todo, el combate nunca se convierte en algo "divertido" o
"rutinario", no importaba cuanto tiempo lo hiciera uno, y la única manera de liberar tensión, además de levantar pesas -lo que yo y mi
equipo hacíamos religiosamente- era estar en la cubierta.

El programa de pruebas del Super VF, era la cosa más cercana a una rutina que jamas haya experimentado desde que me uní a la
Naval, y me permitió pasar una cantidad decente de tiempo con mi hija. Ser padre era una experiencia verdaderamente recompensante,
y saboreaba cada momento con mi bebita. Cada noche, mientras leía, escribía y revisaba el Manual de Operaciones del Piloto (POH)
para el Super, Casey se dormiría en mi regazo mientras detenía su botella con una mano y una pluma roja en la otra. Su respiración, un
suave suspiro, su boca en un movimiento perpetuo mientras ingería el contenido de su botella, me maravillaba ante su belleza. Me
preguntaba como era posible que yo, ahora de un metro noventa, había alguna vez estado del tamaño de este pequeño bulto de
inocencia. El estarla viendo me daba una nueva perspectiva de la vida, una nueva manera de ver al mundo mientras seguía avanzando,
inconsciente a todo, menos las aciones colectivas de los que vivían en este -y los que lo acaban.

Los rasgos de un niño son cosas que cada padre aprende a apreciar, y los de Casey no eran la excepción. Cuando la llevo al parque o a
la tienda, aprecio el gesto de maravilla y asombro que se genera en su mirada de ojos grandes y en su cabeza, apoyada y controlada por
los músculos en su cuello y las terminales nerviosas aun en desarrollo, se tambalearía alrededor para mantener la mirada en una ave o
en una ardilla (sí, las teníamos a bordo de la nave). A otras horas, se despertaría de su siesta, llorando incontrolablemente. Intentaba
todo lo que se me ocurría para que dejara de llorar, pero nada funcionaba. Finalmente con un sentimiento genuino de preocupación y
desesperación, decidía llamar al doctor. Mientras me acercaba al sofá, decidí que necesitaba ambas manos para hacer la llamada.
Acostándome en el sofá con el estómago de Casey sobre mi pecho, alcance el teléfono y empezaba a marcar. Misteriosamente, ella
dejaba de llorar. Cualquiera que fuera la razón, usaría este método para calmarla, y cada vez que lo hacia no podía mas que sonreír.
Pequeñas cosas como estas son las que hacen la maravillosa experiencia de ser un padre.

La mañana del 2 de Mayo empezó como cualquier otra. Después de arrastrarme fuera de la cama, empece con las preparaciones para el
nuevo día. Mi primera acción fue prepararle el desayuno a Casey, hacia tiempo que había aprendido lo gruñona que se ponía cuando
ella no recibía su botella al inicio de la mañana. Me colocaba encima ni traje de vuelo después del ritual de regadera y rasurada, darle a
la semillita su botella, cambiarle sus pañales y llevarla a la casa de mis padres, donde permanecería hasta que regresara de mi deber.
Mis padres siempre se alegraban de ver a la pequeña y no tenía preocupaciones cuando ella estaba bajo su cuidado. Con un beso en su
mejilla y una palmadita en la cabeza, se la daba a mi madre antes de encaminarme a uno de las tres salas de juntas a bordo del SDF-1
donde debía reunirme con Rick Hunter y James Dickson para nuestra sesión informal diaria.

Nuestra primera misión del día, un vuelo de prueba de tres horas del sistema apuntador, estaba programada a las 1300 horas. Yo era el
piloto seguidor primario para Hunter, quien volaría el Super y lo llevaría a través de ataques simulados contra Dickson y yo. Se
esperaba que estuviera completo el programa de ataque del Super para el 15 de Mayo, con las pruebas de armas iniciando la siguiente
semana. El desarrollo del Super estaba progresando a un ritmo acelerado, y teníamos confianza en que cumpliríamos con nuestro
itinerario.
La sesión informal concluyó con la usual "Nos vemos en cubierta" y mientras los dos pilotos dejaban la mesa, yo me volvía a sentar
silenciosamente, mirando fijamente mi jugo de naranja mientras lo agitaba con una cuchara. La paz interior que había sentido durante
las ultimas semanas se había evaporado y en su lugar estaba una abrumadora sensación de temor. Sentía que algo faltaba, pero no
podía eliminarlo. Todo era perfecto en mi vida. Era un piloto y líder muy respetado. Mi hija era feliz y saludable y la oportunidad de
mi vida había caído en mi regazo con la asignación al proyecto del Super VF. Además, acababa de recibir mi promoción como 2do.
Teniente y la fabrica de rumores indicaban que seria propuesto como el Oficial Ejecutivo de un escuadrón que se formaría durante
Mayo. Las cosas claramente iban en mi camino.

Aunque era cierto que extrañaba a Rebeca, me había acostumbrado a su ausencia, y había desconectado esa parte de mi mente, usando
la energía, una vez consagrada a lamentarme y autolástima, a propósitos más constructivos. Había funcionado muy bien, hasta ahora,
sentí que debería llevar mi vida como cualquier persona normal y sana. Pero hoy había algo diferente en el aire, y buscando por todos
lados, no podía determinar que era.

Bebí la ultima gota de mi jugo de naranja y me levante de la mesa. Con un sonoro suspiro, empuje la silla y salí por la puerta hacia mi
cuartel -tenía unas preparaciones para antes del vuelo que necesitaba atender y que no podían esperar. Mientras descendía por la acera,
me di cuenta del zumbido de actividad que me rodeaba. Todos estaban ocupados, haciendo las cosas que uno hace en nuestra situación.
Algunas caras estaban rígidas y enfocadas, otras estaban alegres y relajadas. Las caras que pasaron no cayeron en ningún patrón en
particular, pero eran mas bien, solo parte de un flujo irregular de gente, en camino a hacer lo que tenían que hacer.

Entre a mi cuartel y jale mi Folder con el Perfil de la Misión (MP). El Folder MP contenía lo que era básicamente una sinopsis
detallada de los próximos vuelos de prueba del Super VF, con las fechas tentativas y los procedimientos a seguir en cada salida. El
Folder MP también tenia secciones para "Operaciones Normales," "Procedimientos de Emergencia," unas notas informativas -
incluyendo frecuencias, nombres clave y notas de vuelo. Este Folder siempre era revisado, para que sirva mejor para los futuros pilotos
del Super VF. Todos los tres pilotos tenían una copia y debíamos familiarizarnos con los perfiles, tanto de los pilotos seguidores como
del piloto de pruebas primario, para cada misión. Mientras hojeaba la carpeta para buscar la misión del día, sentí como la sensación de
temor se apoyaba mas en mis hombros. Decidí que era mejor llamar a alguien.

Alcanzando mi teléfono, llame a los cuarteles de Waylan. El no estaba. Dejar un mensaje en la contestadora seria una perdida de
tiempo, ya que probablemente estaría volando en una misión. Josh y Max también estarían fuera, ya que los tres estaban volando
juntos en los días en que Hunter y yo estabamos trabajando en el proyecto del Super VF. No había nada mas que hacer, mas que
borrarlo de la mente y seguir adelante.
Me senté y me sumergí en la lectura del perfil de la misión del día hasta que mi concentración fue deshecha abruptamente por la
campana de mi teléfono. Lo levanté y escuché la voz del Tte. Hunter.

"Te necesito en el CIC del SDF-1 en el acto, "ordeno.

Colgué el teléfono y me dirigí hacia el Centro de Información de Combate del SDF-1. El CIC era el centro nervioso del SDF-1. Hacia
él fluía toda la información sobre la posición y disposición de las unidades de combate, tanto amigas como enemigas. Aunque el
Director de Vuelo en el puente del SDF-1 tenia la ultima palabra sobre sonde debían desplegarse los caza, ahí era donde la verdadera
coordinación se realizaba y siempre era una colmena de actividad.

Camine dentro del CIC y quede bañado de luz roja. Alrededor de mí, los técnicos contemplaban sus pantallas de radar y enviaban
instrucciones a las naves caza y de reconocimiento. Charlas suaves por le radio llenaban el aire, mientras los pilotos se comunicaban
con sus controladores. Mientras mis ojos se ajustaban a la tenue luz, el joven Teniente alargo y estrecho mi mano. "Hola, Yah.
Cancelamos por hoy. Algo grande apareció y esta en camino," murmuro tranquilamente, indicando con la mano el tablero de
posiciones en el centro de la sala.

Mire hacia el tablero de posiciones, una lamina alta de vidrio, con varios cientos de puntos esparcidos por todos lados. Cada punto
representaba una nave o caza -azul y rojo para los cazas y naves de reconocimiento amigas, verde y amarillo para los cruceros y cazas
enemigos- mientras el centro del tablero representaba al SDF-1. Pequeñas letras blancas debajo de cada punto daban la información
sobre el curso, posición, distancia, identificación y para los cazas amigos, nivel de combustible. Inmediatamente, el grupo de luces
verdes en la parte superior izquierda del vidrio llamó mi atención. Los puntos verdes se estaban moviendo hacia nosotros a un paso
lento, aunque acelerado.

"Parece que vamos a tener compañía, CAG," indique de manera desagradable. La razón de mi inquietud ahora estaba clara.

"Si," replico, con una seriedad que era apropiada a su posición.

Mire hacia el tablero, buscando la designación del Equipo Iglú. Ellos estaban a punto de llegar a bordo de la nave. Probablemente a
reabastecerse. La nave de Waylan indicaba 7600 en el transmisor, indicando una emergencia durante el vuelo. Mire al punto por varios
segundos y luego camine hacia su controlador para preguntarle cuál era el problema.
"Bueno, señor, él tiene una falla intermitente en la bomba del combustible, así que lo estarán trayendo de regreso a bordo. Lo acabo de
enviar a control del Prometeus, así que debe estar en cubierta en dos minutos y medio," dijo el controlador antes de regresar a su
consola de radar.

"Muy bien. Gracias," dije, regresando con el Tte. Hunter. "Ahora, ¿Cual es el plan, Capitán?"

"Bueno, tenemos una carestía de naves, en este momento. Hay muchas aves cansadas allá afuera y ahora no tenemos el tiempo de
mantenerlas despiertas a todas." La apariencia en la cara de Hunter mostraba una mezcla de preocupación y frustración y cualquier
duda que alguna vez hubiera tenido sobre su habilidad para ser el Comandante del Ala Aérea se evaporaron en ese momento. "Creo
que este grupo esta aquí para hacer que los sigamos. Vamos a tener ninguna opción mas que lanzar todo lo que pueda volar para
intentarlo y comprar algo de tiempo. Vamos a llenar el Dedalos con todos los Destroids que pueda cargar y usar la Maniobra Dedalos
en esas naves si se acercan a nosotros," dijo, apuntando a un grupo de nueve cruceros Zentraedi -cada uno de mas de una milla de
longitud y capaces de lanzar casi veinte mil cazas, cada uno- que se estaban separando de la flota principal, que había visto hace unos
momentos.

La "Maniobra Dedalos" fue usada por primera vez el último Septiembre, un poco antes de que Rebeca saliera del hospital. Considerada
nuestra primera victoria ofensiva durante la Primera Guerra Robotech, la batalla culmino con el uso de la punta cargada de Destroids
como ariete. Al colocar las barreras punto de alfiler al frente del portaaviones, grandes agujeros pueden ser perforados dentro de
cualquier nave Zentraedi. Una vez dentro, la bahía de carga delantera del Dedalos se abría y un remolino de destrucción era liberado
por los mismos Destroids. Esta maniobra había sido utilizada, pero con menos resultados efectivos, durante la Batalla por Isla Bird.
Irónicamente, el mismo Tte. Hunter había sido gravemente herido durante esa batalla cuando su Veritech fue alcanzado por los misiles
disparados por el Dedalos, después de que la nave gigante atravesara todo lo largo de un crucero de ataque Thuvern Saluul.

"Muy bien, Capitán. ¿Que quiere que haga?" pregunté.

"Quiero que cuides el Super. Don va a tener que estacionar su ave y no va tener otra opción mas que volar la de alguien más. Contigo
en el Super, tu avión esta libre y quiero que Green lo use. Tu solamente vas a tener una pistola -no misiles, no armadura y no unidad
mochila. Mantén esa nave fuera del peligro. No enfrentes al enemigo, excepto en caso de defensa. Necesitamos esa nave intacta
¿Entendido?"

Asentí afirmativamente.
"Muy bien. Dirígete al Prometeus y mueve ese caza. Voy a ir a buscar a Max y ver que podemos hacer para detenerlos. Buena Suerte,"
me dijo con una sonrisa sombría.

A usted también, señor."

Con una última mirada al tablero de posiciones me voltee y salí del CIC, en camino al hangar del Prometeus y la Super VF.

Entre a la Sala de Espera y me encontré a Waylan y Josh sentados en la mesa con Max. Los tres estaban bebiendo café, esperando que
sus naves se reabastecieran y cargadas con oxigeno antes de salir como parte del esfuerzo defensivo que estaba ya armándose. "Hola,
Max," dije, alcanzando un vaso de agua. "Hola, Jake. Ya era hora de que se pusiera peligroso allá afuera," dijo, mirándome sobre su
taza.

"Si, Hunter acaba de hablarme de esto. Él espera encontrarte en la Sala de Espera del Escuadrón Skull en diez minutos."

"¡Oh! Bueno, es mejor que vaya para allá," dijo, levantándose y dirigiéndose hacia la puerta. "Nos vemos, amigos."

"Guárdanos algunos para nosotros, ¿Quieres?" dijó Josh con un gimoteo fingido.

"¡No se preocupen, les voy a dejar a ustedes muchos pedazos pequeños!" gritó el de cabello azul sobre su hombro mientras la escotilla
de la Sala de Espera se cerraba detrás de él.

"Que personaje," dijo Josh riéndose. Era difícil no reírse ante las bromas de Max. "Así, ¿Cuales son las ordenes, Jake?" preguntó
Waylan. "¿Que le pasa a tu nave, Don-Don?" "La bomba de transferencia del combustible esta herida. Les tomara dos horas
reemplazarla," dijo disgustado. "Esas malditas cosas nunca se mantienen enteras por mucho tiempo. Esta es la tercera que pierdo en las
ultimas semanas. Las personas que diseñaron estas malditas coas han de tener sus cabezas pegadas al trasero." Era una queja común.
Diseñadas para operar en cualquier ambiente imaginable, el sistema de combustible presurizado del Valkyrie dejaba mucho que desear
y los problemas inherentes en el diseño plagarían el VF-1 a lo largo de su vida de servicio. Con un caza tan complejo como el
Valkyrie, se esperaban encontrar problemas y las fallas de sistema no eran poco frecuentes. Lo único que podían hacer los pilotos de
combate era quejarse, lamentarse, gemir -y seguir adelante.
"Bien, temo que no tenemos todo ese tiempo," dije, mirando a mi reloj. "Quiero que tomes el Dos-Cero-Nueve. Los seguiré tan pronto
como me haga cargo de algunos asuntos pendientes."

"¿Que pasa, Jake?" preguntó Josh.

"Dios, las cabezas musculosas quieren que les ayude a coordinar el contraataque desde el CIC. Voy a tratar y serpentear mi salida de
ahí y estar con ustedes antes de que los disparos empiecen," mentí. El Super VF era un gran secreto que solamente los que estaban
involucrados en él -y como media docena del personal de la torre- sabían de él y se nos había indicado que lo mantuviéramos así.

En ese momento, un oficial de mantenimiento seguido de cerca por Wise, Andresen y Martin, asomó su cabeza dentro de la sala.
"Tenientes el 209 y el 210 están listos para partir."

"Gracias, Jefe," contestó Waylan, apilando papeles y equipo de vuelo antes de levantarse.

Me voltee y mire a Waylan fijamente al ojo. "No quiero ni un solo rasguño en esa nave cuando regreses, ¿Entendido?"

"Si señor, entendido," dijo solemnemente el voluminoso piloto de combate, "No te preocupes. Tendré cuidado con ella. Lo prometo"

Asentí. Era una regla de combate no escrita que morir es algunas veces inevitable -no obstante, era imperdonable hundirse en el avión
de alguien más.

"Buena caza, muchachos," dije, mientras los veía salir hacia sus cazas, con los cascos en la mano.

"Nos vemos en la cubierta," grito Josh sobre el estrépito creado por el arranque de una docena de Veritechs con armas nucleares.

Los dos veteranos pilotos de combate procedieron hacia sus cazas, mientras la tripulación de tierra se revolvía frenéticamente
alrededor de ellos. Cargados con cuatro misiles nucleares y ocho Stilettos cada uno, se esperaba que pudieran detener -al menos frenar-
las naves Zentraedi que se aproximaban. La masa adicional de las armas nucleares que sobresalían de las alas podrían cortar
seriamente la tasa de ataque de los Valkyries y su única oportunidad de éxito quedaba e atacar el blanco y salir del área tan rápido
como sea posible. Volar un Veritech en esta configuración toma mas potencia de la usual para compensar la masa adicional colgada de
las alas, así mismo, se requiere mas potencia para parar la inercia de un vuelo en progreso. Intentar una pelea cerrada podría ser un
suicidio y los Valkyries deben de evitar cualquier enfrentamiento, para que no fueran obligados a eliminar sus misiles lejos del blanco.
La red de defensa de combate Zentraedi se enfocarían en una meta -obligar a los Valkyries que abandonaran sus esfuerzos- y esto les
daba a los interceptores enemigos una tremenda ventaja.

Philo se paro junto a "Hard Case," mirando pacientemente que Waylan alcanzara la escalera de abordaje. Mientras observaba a los dos
pilotos revisar la disposición de las armas amarradas debajo de las alas de sus Valkyries, una punzada de culpabilidad me acosaba.
Ellos eran mis camaradas, mis socios -mi familia- y estaba obligado a verlos pelear sin mí. Era el mayor sentimiento de frustración que
jamas había conocido, pero mis ordenes eran claras -"Mueve el Super y no enfrentes al enemigo excepto defensa propia." Concluí que
aun si fuera capaz de volar esta misión El caza de Waylan estaría fuera de uso hasta después de que terminara la batalla. De mala gana,
acepte el hecho de que no había nada mas que pudiera hacer y dirigí mi atención hacia la tarea que tenia a cargo.

En ese momento, la voz del Primer Oficial del SDF-1 llegó por los altavoces. "¡Alerta Roja! ¡Alerta Roja! ¡Todos los pilotos Veritech
despeguen! ¡Despeguen! ¡Esto no es un simulacro!"

Con la apuración urgente de Lisa, regrese a la Sala de Espera y asentí con los tres pilotos que habían entrado hace unos cuantos
momentos. Con una palmada en el hombro les desee a cada uno de ellos buena suerte mientras salían apresuradamente de la Sala,
entonces tome mi casco y me dirigí hacia la sección de mantenimiento de estribor, lejos de la actividad bulliciosa del hangar principal.
Mostré mi identificación a los guardias que cuidaban las puertas que protegían de la vista al caza y rápidamente se recorrieron a los
lados. Deslizando la tarjeta en la cerradura electrónica, entre el código de seguridad y observe como las puertas blindadas se abrían
lentamente. Dentro encontré el Super VF en modo VTOL, iluminado en una luz blanca brillante, sin su armadura y propulsores
mientras esperaba pacientemente que la regresara a la vida. Buscando con los ojos por cualquier cosa fuera de lugar, le di un rápido
rodeo, removiendo las cubiertas protectoras y jalando los seguros del rifle GU-11 y los láseres montados en la cabeza. Satisfecho de
que estaba lista para salir, subí a bordo y la encendí. La cabina familiar volvió a la vida con información, mientras los sistemas
llegaban a su velocidad. Una vez los sistemas se habían estabilizado, eche un vistazo alrededor para revisar el área, entonces camine el
Valkyrie fuera del hangar, girando hacia la izquierda para dirigirme hacia la popa y el túnel que conectaba el Prometeus y el SDF-1.

Mientras caminaba a lo largo del camino rayado, jeeps y camiones - apresurando pilotos de combate hacia la cubierta del hangar del
Prometeus- se hicieron a un lado, a mi paso. Sin los propulsores y armadura, el Super se veía como cualquier otro Veritech, y por lo
tanto, nadie parecía darse cuenta. Mientras procedía por el seguro de aire del túnel y giraba para llegar al interior del SDF-1, decidí que
el mejor lugar a donde ir seria cerca de la armadura del soporte de las secciones de las piernas de la nave gigante. Este era la parte mas
fuerte de la fortaleza de batalla y la que menos pudiera sufrir un daño mayor en el caso de un ataque serio.
Alrededor de mí, las unidades de defensa civil se estaban preparando para la batalla, movilizando a los civiles hacia los refugios y
tomando posiciones defensivas a lo largo de la ciudad. Aunque la probabilidad de una banda de abordaje Zentraedi era rara, las
unidades civiles no se arriesgaban. La mayoría de los miembros de los Cuerpos de Defensa Civil nunca habían tenido la oportunidad
de pelear, y como tal, se movían con un abandono de ferocidad -razcándoce en una mano por la oportunidad de pelear y orando con la
otra de que nunca tengan que hacerlo.

Moviendo el acelerador ligeramente hacia adelante, lleve mi caza fuera de la cubierta y revolotee como a 30 pies arriba de la calle. Con
una ligera presión en la palanca, moví el Valkyrie sobre la Avenida Militar - un nombre raro para una calle dentro de la nave, pense-
antes de girar hacia la izquierda, sobre la calle Macross. Esto me permitía liberar el camino para que los pilotos pudieran llegar a sus
aviones tan pronto como les era posible.

Ajuste mi pantalla táctica central para que me diera la vista desde el sistema de radar del SDF-1, y le dije que rastreara la posición del
Sand Pebble. Waylan había empezado su vuelta para unirse con Josh después de lanzarlo por la catapulta y vi como los dos puntos se
unían antes de dirigirse hacia la estación de patrulla. Después coloque mi radio secundario a su frecuencia, dejando el primario en la
frecuencia de la Defensa Civil.

Las naves Zentraedi, continuaban acercándose, enormes, elefantes gigantes, apiladas en una formación de pirámide, intentando
pisotear el SDF-1 hasta convertirlo en polvo, con solo unos cuantos mosquitos pequeños entre ellos y su objetivo. Me di cuenta que,
hasta la fecha, este era el esfuerzo más intenso que jamas habían hecho los Zentraedi y mientras sobrevolaba hacia la sección de la
armadura de la pierna, la sensación de terror se intensificaba -rivalizaba solamente por la intensa frustración que sentía al estar forzado
a permanecer atrás y verlo todo.

Después de llegar a la sección de la armadura, estacione mi Valkyrie en un descanso oscuro, convirtiéndome invisible a cualquier ojo
no deseado. La batalla empezó a desarrollarse ante mí y observe con aprehensión mientras Don y Husky iniciaban su ataque sobre uno
de los cruceros gigantes Zentraedi. Mientras observaba, los cinco puntos que formaban el Escuadrón Sand Pebble se separaban en
diferentes direcciones antes de unirse con el punto más grande de la nave Zentraedi. El tamaño del navío Zentraedi. El tamaño del
crucero Zentraedi borraba efectivamente del radar a los cinco Valkyries y mantenía mi respiración por varios segundos, esperando que
reaparecieran en la pantalla. Después de lo que parecía una eternidad reaparecieron, uno por uno -pero solo cuatro de ellos salieron por
el otro lado. La embestida hacia la nave Zentraedi fue la ultima para "Martian" Martin.
Maldije amargamente al darme cuenta de que uno de mis muchachos se había perdido. "Maldición... maldición, maldición, maldición."

Un guerrero hábil, Martin se había unido al escuadrón después de haber perdido al Sgto. White. El ya era un piloto de combate
experimentado, lo había elegido como líder de mi Equipo de Ataque Dos por varias razones. No era de los que se retiraban de una
tarea difícil, Martin se había distinguido en el combate y me gustaba el cuidado que le daba a sus deberes. Una clase de persona de las
que se encargan de todo, Martian hacia las cosas de la manera que quería que se hicieran y siempre podían contar con que siempre
ponía su mejor esfuerzo. Él estaba volando como la nave Numero 5 en la formación y él era responsable de cubrir a los otros cuatro
cazas, mientras ellos hacían sus corridas hacia el blanco. Sus ojos enfocados en cuidar a sus camaradas, Martin no vio a la torre de
comunicaciones que sobresalía del casco del crucero Zentraedi, o cuando la vio ya era muy tarde. Mientras él volaba dentro y fuera,
detrás de los otros cuatro cazas su ala izquierda golpeo la torre a una velocidad de mas de 2000 nudos, retorciendo violentamente su
Valkyrie hacia la izquierda, donde impacto la chapa armada de la nave enemiga con la cola y explotando. Era una tremenda perdida.

Mientras el Equipo Sand Pebble salía del blanco en todas direcciones, vi al equipo de mando de Plog iniciar su embestida sobre el
segundo crucero enemigo. El "Cirujano" sin lugar a dudas haría su experto trabajo.

"Muy bien, Sand Pebbles, fórmense conmigo," llamo Waylan, su voz una octava más alta de lo normal. No había duda que los cuatro
pilotos estaban experimentando como corría la adrenalina.

"Líder Aguila Veloz, ¡Felix Siete! ¡Felix Siete!" vino la llamada excitada de Plog. Él había soltado un par de misiles nucleares hacia la
nave Zentraedi, así como lo hizo su Numero 2.

"Sand Pebbles, manténganse pegados," llamo Waylan, su voz casi implorándoles. El área estaba llena con los cazas enemigos y les
estaba recordando a sus pilotos que se mantuvieran juntos para protegerse mutuamente. "Mantengamos nuestra velocidad aquí,
muchachos. Mantengan sus ojos abiertos ahora. Ellos ya vendrán."

"Líder Sand Pebble aquí Dos. Doce RVs a las 11 en punto, arriba," Josh grito, alertando a su líder de la presencia de 12 naves de
combate Raulon'ves, adelante y a la izquierda del equipo.

"¡Buen tiro, Cirujano! ¡Buen tiro! El crucero uno esta abajo. El crucero uno esta abajo." Era Sprabary. "Buena puntería, Cirujano." El
crucero Zentraedi de Plog acababa de morder el polvo y estaba, sin lugar a dudas, enviando remaches y armadura hacia la eternidad
mientras hacia erupción en una serie de explosiones internas. La tripulación moriría en una violenta muerte, ya sea por el holocausto
radiactivo que estaba recorriendo la nave o de la descompresión explosiva mientras el crucero se partía en pedazos.

"Sand Pebbles, vamos a movernos un poco a la derecha. Un poco mas de velocidad, ahora. Estén conmigo, muchachos," continuo
Waylan, guiando a sus pilotos a través de la maraña de cazas enemigos que estaban intentando interceptarlos. Sobrepasados y
desarmados, seria un suicidio - sin mencionar ineficaz- enfrentar a los Zentraedi tan lejos de la nave y de los refuerzos y rearmamento
que proporcionaba.

"Aguilas Rápidas, vamos a tomar la izquierda."

"Escuadrón Garra a la IP. Vamos a iniciar nuestro ataque en el crucero, ahora. Garra pasen a ‘Ataque’. Garra Tres, acércate. Aquí
vamos."

"Líder Sand Pebble aquí Cuatro, esos bandidos se han separado."

"Sand Pebble Uno aquí Aguila Veloz Uno, ¡negativo! Esos bandidos están contigo, acercándose a tus 7 en punto, bajo."
Aparentemente Sand Pebble Cuatro había perdido contacto visual con los bandidos y Plog quería asegurarse que Waylan supiera que
no se confiara.

"Cirujano aquí Don. ¿Si te alcanzo allá puedes dispararles?"

"Correcto. Ven en cualquier momento."

Observe la liga del radar. Cuatro puntos, seguidos por doce, que a su vez eran seguido por otros tres. Mientras el grupo de Waylan se
quebraba a la derecha, el equipo de Plog se liberaba.

"Líder Aguila Veloz, Feliz Tres, dirigiéndose hacia tres-tres-cero, uno-cero."

"Aguila Dos, Feliz Tres."

"Aguila Tres, Felix Tres, Feliz Tres."


Mientras observaba, un grupo de doce misiles se concentraron en las naves enemigas. Al tanto de que estaban bajo fuego, los
Battlepods de ataque se esparcieron en diferentes direcciones en un intento desesperado para evadir la descarga liberada contra ellos -
pero era muy tarde. Los doce puntos desaparecieron de la pantalla mientras los misiles del equipo de Plog los convertían en polvo
cósmico.

"Muy bien, Sand Pebbles, vamos a continuar a la derecha. Aceleren, ojos abiertos. Pliéguence ahora," Waylan estaba sus cargas de
regreso al SDF-1 para proporcionar cualquier protección que pudiera dar mientras hacia lo posible para eludir a los cazas que estaban
intentando interceptarlo.

Mientras los cuatro Veritechs completaban su vuelta un grupo de Raulon’ves hicieron un arranque encolerizado para interceptarlos.
Convergiendo por todos lados, no había a donde ir, excepto a través de ellos y mientras los cazas se acercaban el infierno estallo
libremente,

"Sand Pebbles, a posición de combate." Los puntos de luz se separaron ligeramente, formando parejas para una mejor defensa mutua
en el caso de que el enfrentamiento cambiara.

Cuando los cazas enemigos entraron al alcance del cuarteto de Waylan, lanzaron la mitad de los misiles que les quedaban de largo
alcance, anotando una docena de golpes. Eso dejo dos docenas de cazas Zentraedi con los que tratar y una descarga de misiles que
esquivar.

"¡Lanzamiento de misiles! ¡Lanzamiento de misiles! ¡Una en punto!" Mientras los misiles se acercaban, los miembros del Equipo Sand
Pebbles se separaron en diferentes direcciones, evadiendo exitosamente la descarga Zentraedi antes de formarse en un equipo, una vez
más. Mientras observaba, los Veritechs del Escuadrón Sand Pebble se encontraron completamente rodeados, mientras los cazas
enemigos lanzaban una segunda descarga de misiles de corto alcance.

"¡Lanzamiento de misiles! ¡Lanzamiento de misiles! Once en punto, Sand Pebbles," gimió Waylan sobre la red.

A partir de aquí, la batalla se volvió muy confusa, como para seguirla, mientras los misiles eran disparados por ambos lados y los cazas
se tamboleaban en cualquier posible dirección. Waylan y Josh se cubrían el uno al otro, así como Andresen y Wise. Con la habilidad y
la precisión que venia después de meses de trabajo en equipo, el escuadrón Sand Pebble anoto nueve muertes en una sucesión rápida –
pero en su lugar llego una docena de Regults que atender y sin misiles para dispararles.
"¡Donny quiébrate a la derecha!" llamó Josh.

Dos misiles pasaron como rayo sobre Waylan Green, mientras Joshua Kauffman se enfrentaba al Battlepod que los había disparado. Él
destruyó, luego otro, después dos mas, cada uno llegando de distintas direcciones, como un juego de "Asteroides 2001." Los pilotos
estaban por si solos mientras los Raulon’ves los separaban por todos lados. "Beowulf" Andresen y Will "Notso" Wise habían matado a
cinco cada uno y Waylan estaba haciendo su acostumbrado lo mejor sin miedo. Pero la suerte no podía durar para siempre. Tarde o
temprano alguien se separaría. Tarde o temprano alguien estaría un medio segundo tarde al moverse del camino de la lesión. Era una
de esas cosas que a veces pasan y tarde o temprano, alguien moriría. Y alguien murió.

Mientras un trío de Battlepods se acercaron al Sgto. Wise, el joven as se volteo para enfrentarlos. Andresen, moviéndose por el punto
ciego de Wise estaba también enfrentando a otro trío. Mientras los cazas enemigos lanzaron ocho misiles hacia él, solo había una cosa
que el estirado literario podía hacer. Nivelo su arma hacia los misiles que se acercaban y disparo. Las descargas hipersónicas salieron
del GU-11 como rayos de luz, llenado el cielo enfrente de la descarga Zentraedi. Seis de los ocho eruptaron en pequeñas bolas de fugo,
mientras las otras dos se acercaban a él, rápidamente. Con los dos ojos fijos en el par de rayos rojos en el HUD, un tono de advertencia
estallo en sus oídos, Andresen se deslizo hacia la izquierda en el último instante, evitando por poco a la muerte. Pero no se dio cuenta
que su hombre ala estaba detrás de él. Los misiles no están tan desprovistos de conocimiento, sin embargo, como el último tiro de
Wise limpio el barril de su GU-11, el primer misil golpeó el hombro derecho de su Valkyrie, girándolo hacia delante y hacia la
izquierda. "Que di-" transmitió sobre la red, una fracción de segundo antes, su giro coloco su paquete vernier directamente en el
camino de los misiles apresurados, los cuales golpearon el punto muerto de la unidad de aceleración. Con un brillante relámpago de
luz, el Veritech de Wise se desintegro en una violenta explosión la cual arrolló un billón de piezas de acero y compuestos, cada una no
mayor del tamaño de un borrador de lápiz.

”¡Pebble Uno aquí Tres, acabo de perder a Cuatro!” gritó Andresen, casi en pánico. Él estaba solo ahora, rodeado por una docena de
Battlepods de distintos tipos, con solo su rifle y láseres aguardando entre el y un funeral.

Sin apoyo, "Beowulf" Andresen se iría pronto, también.

Waylan y Josh estaban un poco mejor. “Husky esta Winchester,” indico Joshua sobre la red mientras un Raulon’ve era reducido a
pedazos por la ultima metralla de 55mm de su rifle. El ahora estaba sin municiones y Waylan no estaba muy lejos.
Observaba impotentemente, luchando ante la urgencia de salir de la nave, a través de una escotilla sobre mi cabeza. Iba a ser un gesto
inútil. Para la hora que llegara, seria muy tarde y mordí mi labio en ira y frustración, hasta que derrame sangre.

"Cirujano, aquí Don. Necesitamos ayuda, pero ya." Llamo Waylan. Pero el Cirujano tenia sus propios problemas que atender hoy y el
silencio en el radio le indico a Waylan que no iba a encontrar ayuda del comandante Aguila Veloz.

Despachando un par de Regults, Waylan grito en su radio, su respiración agotada por el esfuerzo del combate, “Muy bien Sand
Pebbles, mantengámonos juntos. Beowulf usa el láser. ¡Usa el láser!” Una alternativa obvia, pero una que era fácil de olvidar en el
calor de una batalla. Un aviso oportuno que atendió Andresen, anotando tres mas muertes con su láser sencillo, hasta que se
sobrecalento y se encontró a sí mismo indefenso.

"Oh, Dios," murmuro. Mientras veía alrededor a las naves enemigas que pasaban sobre él en todas direcciones, Andresen solamente
vio su condena inminente. Para el no había nada mas que hacer, y con una determinación valiente que hubiera pasmado a cualquiera
que la viera, dirigió su Battloid hacia un trío de Regult -y cargo. "¡¡¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!!" gritó
sobre la red, pensando que moriría.

Pero los Regults tenían otras ideas y ellos se quitaron de su camino, dos de ellos chocando en su intento frenético de escapar del
psicópata y suicida piloto -Microniano-. Esquivando los disparos, Andresen cargo una vez mas contra ellos, y una vez mas, ellos se
dispersaron. Dos movimientos de la misma naturaleza y los Regults decidieron ir ante una presa más fácil. ¡-Beowulf- estaba libre y
despejado!

"¡Hijos de perra!" gritó en la red, incrédulo ante la realización de que todavía estaba vivo. Rodeado por nada mas que el espacio vacío,
se clavo de cabeza hacia Green y Kauffman, en un intento en hacer lo posible por ayudar a sus camaradas sitiados. Mientras se
enfrentaba hacia las naves Zentraedi, ellos también, se dispersaron en todas direcciones. Tomando la idea, Joshua hizo lo mismo,
cargando y disparando. En unos cuantos segundos, las naves enemigas que no habían sido destruidas se movieron hacia un mejor
juego.

Estaba extasiado "¡Que demonios¡" grité. "¡¡¡Vaya manera de pelear bebes!!!"

El trío había escapado de una muy mala situación, y sin municiones y sin casi combustible, los tres pilotos lograron una apresurada
retirada hacia la seguridad del portaaviones después de haber barrido tres divisiones de Battlepods de ataque. Al hacerlo, Waylan anoto
su muerte 194, Josh su 192 y Andresen su 80ava. Su hazaña fue una verdadera hazaña que iría en los libros de historia como uno de los
capítulos más increíbles en la historia de la Fuerza de Defensa Robotech –una que rápidamente estaría arruinada por un pie de pagina
oscuro y siniestro.

Capítulo 34 - Fiesta de Abordaje

Mientras esperaba en mi escondite, los cruceros Zentraedi se movieron para entrar en la batalla. Los escuadrones Valkyrie lograron
sacar de combate a cinco de los nueve cruceros de ataque, pero nuestras perdidas eran tremendas y con un Cañón Principal irritable, no
había nada que el SDF-1 pudiera hacer para detener a los que faltaban. Circunde mi área esperando por la ráfaga que destruiría a la
fortaleza de batalla de una vez por todas, pero nunca llego. En vez de eso, los cruceros Zentraedi se acercaron al SDF-1, colocándose
ellos mismos para ser golpeados por la Maniobra Dedalos.

Mientras la nave líder Zentraedi se movía lentamente dentro del alcance, el masivo portaaviones tomo vuelo hacia atrás, y luego hacia
delante como un boxeador enviando un golpe. El casco de la nace enemiga no era reto para la energía quinética generada por el
impacto de mas de un millón de toneladas de acero, lanzada a una velocidad increíble. La capa exterior de la nave enemiga se doblo
hacia adentro, por la fuerza del impacto antes de colapsarse y el Dedalos fue impulsado como una púa dentro del corazón del masivo
crucero Zentraedi. Mientras llegaba a un alto, las puertas de embarque se abrieron de golpe y una división de Destroids se movieron
para disparar.

Nunca tuvieron la oportunidad de hacerlo.

Por detrás de cada hendidura y mampara, los mecha Zentraedi emergieron y desataron una descarga de proporciones tremendas. Los
escuadrones Destroid, alineados hombro con hombro, uno junto al otro, eran patos sentados. Los primeros misiles Zentraedi golpearon
al líder de la unidad Espartana y emitió una reacción en cadena de explosiones que se combinaron con el fuego de los otros mecha
Zentraedi para destruir completamente a los Destroids amontonados en el frente del Dedalos.

Con una señal de su mano, el esbirro de Khyron, Grel, escribió la primera línea de aun otra pagina en el legado de su comandante
mientras ordenaba a sus equipos de ataque que entraran al Dedalos. Khyron Kravshera –el fanático comandante Zentraedi, cuya
persecución obsesiva del SDF-1 había hecho que fracasara en la arena del desierto que rodeaba a la Base Marciana Sara, rechazado
sobre las olas del océano en la Isla Bird y entorpecido en el valle montañoso de Ontario, Canadá– estaba de regreso por su venganza, y
la historia no olvidaría pronto su villanía.

Mientras Grel cargaba dentro del Dedalos, Khyron trajo otra división de Battlepods dentro de las bahías de aterrizaje del SDF-1. Los
gritos que helaban la sangre sobre la red me indicaban que las unidades de Defensa Civil estaban reducidas a pedazos con la
impunidad del ataque combinado. Con solo una resistencia simbólica, las fuerzas de Grel se abrieron camino por el Dedalos y se
abarroto por todo el interior del SDF-1, dejando un sendero de destrucción en su arranque. Mientras el fuego estallaba por toda Ciudad
Macross, me asome desde mi escondite y vi una pared gigante de fuego que caía del techo de la nave. En minutos la carnicería excedía
las capacidades de las bandas de control de daños y empece a temer por la seguridad de la nave. Si se permitía que las flamas
continuara por toda la ciudad -y muy probablemente el mismo SDF-1- estarían perdidos.

Desde mi punto de ventaja, estaba claro que algo drástico sé tenia que hacer. El caos recorría toda la nave, alimentada por el fuego y la
destrucción liberada por el ataque implacable del taimado Khyron. Mis intentos desesperados de pasar directamente a través del puente
eran inútiles mientras mis transmisiones eran eliminadas por los gritos frenéticos de los pilotos de la Defensa Civil. Hacia tiempo que
la disciplina en el radio se había evaporado y el canal no era mas que una masa de gritos y lamentos, haciendo la comunicación
imposible. Me di cuenta que la ayuda no vendría pronto y que mi deber de proteger al Super Valkyrie era inútil si el SDF-1 era
destruido. Medidas drásticas debían ser tomadas -y rápidamente.

Como cualquier explorador sabe, el fuego no puede existir sin tres elementos: combustible, calor y oxigeno. Si retiramos uno de los
tres, el fuego se apaga. Lo que los equipos de bomberos no podían hacer entre la sangre, sudor y lagrimas, la privación de oxigeno lo
haría. Empujando los propulsores hacia delante, lleve mi Battloid hacia la escotilla sobre mi cabeza. Despresurizar la nave era la única
alternativa que veía para detener el daño que estaba ocasionando el fuego.

Mientras mi confiable Valkyrie se elevaba hacia el techo, eche una mirada hacia abajo. Era un caos total. Los escombros ensuciaban
las calles y las naves Zentraedi abundaban por todos lados como hormigas, demoliendo edificios, volteando carros, aplastando civiles y
bomberos. De lo que podía determinar, el mío era el único Veritech de Combate en funciones dentro de la nave.

Alcanzando la escotilla sobrevolé con mi nave. En desesperación hice varias llamadas frenéticas para alertar a todos sobre lo que iba a
pasar. Había cientos, quizás miles de personas, corriendo en el piso -bomberos, pilotos que escaparon de los Battloids y Destroids en
llamas y civiles incapaces de alcanzar los refugios. Una vez que la escotilla se abriera, cualquier cosa -y alguien- que no estuviera
amarrado o sujeto a algo seria absorbido fuera de la nave, como un refresco por un popote. Sin los trajes de ambiente hostil, muchos de
los que se encontraban en el piso morirían por la exposición al vacío frío y sin oxígeno del espacio. Luche con las consecuencias
morales de la decisión que tenia que hacer. Fácilmente pudiera haber sido yo el que estuviera desamparado en el suelo y otro hombre -
un piloto, a salvo dentro de una cabina de Veritech- el que tuviera que determinar el que yo viviera o muriera. Aun así, era yo, solo y
protegido del escabroso vacío del espacio, quien estaba a punto de tomar una decisión que podría matar a miles. Borre el pensamiento
de mi mente y me dirigí hacia el Panel de Control de la Escotilla. Simplemente no había otra opción.

Después de palpar torpemente la cubierta del panel de control, finalmente la rompí y la arranque de sus bisagras. Con una ultima
mirada a la carnicería que pasaba abajo, utilice mi Battloid para jalar la palanca del control del seguro antes de girarla media vuelta en
sentido de las manecillas del reloj. La luz verde que indicaba una puerta segura cambio de verde a amarillo y a rojo, mientras la puerta
se empezaba a abrir. Con mi mano izquierda le di mas potencia y ascendí dentro del compartimento de seguridad, usando las luces
montadas en el hombre del Battloid para ver el panel de control. Repetí la misma secuencia y me asegure esperando la fuerza que
jalaría a mi caza -y casi todo en Ciudad Macross- al espacio. No paso nada.

Intente otra vez. Nada.

"¡Maldita sea!" maldije, golpeando el panel de control. La puerta de la escotilla no se movía. "No puede ser," murmure, descendiendo
fuera del compartimento de la escotilla.

Una vez mas hice una llamada en el radio, pero nadie me contesto. Los fuegos estaban creciendo en intensidad y el tiempo estaba
agotándose rápidamente. Frustrado y sin opciones, cargue dentro del compartimento una vez mas, en un intento por hacer que la puerta
se abra, pero mi esfuerzo fue en vano. En desesperación, me deje caer fuera de la escotilla por segunda vez, apunte mi arma hacia la
puerta y con la mandíbula apretada, apretando el gatillo en la palanca de control.

El Super Valkyrie se estremeció y brinco mientras las balas de cañón rebotaban en la puerta blindada y rasgaban mas de una docena de
agujeros en los brazos y torso de mi Battloid. "¡Maldición, hijo de perra!" me grité, mientras mi Veritech volaba lejos de la escotilla en
una espiral hacia la derecha. Era el movimiento más estúpido que había hecho en mi vida. Debido a que era un lugar lógico para que
una banda de abordaje lograra la entrada, todas las escotillas de la nave estaban hechas con una placa de armadura reforzada. La
presión de la situación ocasiono que me olvidara del hecho de que una puerta construida con placas armadas, esta armada por ambos
lados. Al descuidar este hacho trivial, casi me había disparada a mí mismo.
Con la cubierta armada de la nave golpeándome, luche con mi caza herido por lo que parecía una eternidad antes de ganar el control,
preguntándome todo el tiempo como alguien tan estúpido había tenido la fortuna de vivir tanto tiempo. Mirando alrededor, estaba claro
que las llamas estaban creciendo en intensidad. La capa de humo que estaba elevándose hacia el techo de la nace, estaba engrosando a
un ritmo precipitado. La nave estaba en un gran problema y nadie parecía estar al tanto de este hecho. Apenas pudiendo controlar mi
aprehensión creciente, hice otro intento desesperado de localizar a alguien en el radio.

"Aguila Veloz Dos Cero Nueve al puente del SDF-1." Una pausa, pero no hubo respuesta. "Aguila Veloz Dos Cero Nueve al puente
del SDF-1, esta es una emergencia." Otra pasa. "Maldición, ¡Alguien contésteme!" rugí, golpeando mi puño con la codera.

Estática.

No tenía tiempo para preocuparme de ello. Una serie de golpes ruidosos balancearon mi Veritech mientras el fuego de cañón hacia mas
agujeros en mi ya acribillado Battloid. "¡Jesús, este no es mi día!" grité, empujando todo hacia delante en un clavado desesperado hacia
el infierno rojo- naranja que se encontraba debajo. No sabia quien me estaba disparando, ni me importaba. Lo que sabía, sin embargo,
era que estaba fallando miserablemente en mi deber de proteger al Super Valkyrie y la única manera de evitar convertirme en una
estadística era ponerme en cubierto lo más rápido posible.

Golpee el suelo y me agache detrás de uno de los pocos edificios de la ciudad que no se estaba quemando. Con el rifle de mi Valkyrie
listo y la espalda de mi Battloid hacia la espalda, me prepare para la embestida que pronto llegaría. Un destello de luz en las ventanas
del edificio a mi izquierda llamo mi atención. Un Battlepod Regult de Artillería Pesada estaba intentando sorprenderme, sin lugar a
dudas cubierto por otra docena. Mire rápidamente hacia la derecha. No viendo nada, me lance rápidamente sobre la calle, esperando
evitar el contacto. Era un juego del gato y ratón y estaba todo menos emocionado de jugar.
Zentraedi Regult Heavy Artillery Pod

Tuve éxito de cruzar la manzana sin ser visto. Girando a la izquierda en la siguiente calle, corrí medio camino antes de agacharme a la
derecha en un oscuro callejón. Con mi espalda hacia la pared y con una vía de soporte sobre mi cabeza, solo había una manera de salir
si ellos tenían éxito de rastrearme -y nunca había caminado un Valkyrie a través de un edificio, antes. Mirando cuidadosamente
alrededor de la esquina, observe como el Regult de Artillería pasaba de largo. Justo detrás de él venían otros cinco. Estaba agradecido
de haberlos evitado y espere que ellos no regresaran y me encontraran. Era como jugar ajedrez y no poder ver las piezas de tu oponente
-aunque las apuestas en este juego eran mucho mas altas.

Mientras reflexionaba mi siguiente movida, el rugido staccato del disparo de un cañón atravesó la serenidad de mi cabina oscura. Un
par de ruidosas explosiones siguieron, mientras los escombros volaban de donde esperaba que estuvieran los Regults. Relámpagos
brillantes iluminaban la oscuridad arrojando sombras macabras en las paredes de los edificios cercanos mientras un par de Battlepods
hacían una retirada apresurada, seguido por la oscura silueta de un Battloid que los perseguía detrás de ellos, su GU-11 escupiendo
fuego.
Abriendo mi mascara, me quite los guantes y sople sobre mis palmas para secarlas. Entonces, con un profundo respiro, me moví
cuidadosamente de mi escondite, encaminándome en dirección del punto del que me había retirado. Las llamas continuaban creciendo,
y podía sentir que mis nervios empezaban a rasgarse. En ese momento, la sombra de un Battle Pod Glaug se lanzo desde la esquina e
instintivamente jale el gatillo de mi GU-11. Fue un error, y lo sabia, pero mis reflejos eran más rápidos que las señales de mi cerebro y
aunque instantáneamente solté mi jalón y tire la palanca hacia arriba y a la derecha, una docena de balas estallaron del cañón triple de
la mano derecha de mi Battloid. El tiempo desaceleró al ritmo de un caracol y mientras observaba, ocho de las balas golpearon el punto
muerto del Valkyrie en modo Battloid, los otros cuatro golpearon un complejo de apartamentos que se encontraban cruzando la calle.
El Battloid se tambaleo hacia atrás y luego sé cayo de espaldas, una mano buscando el cielo, su rifle disparando al aire, en desafío
antes de quedarse sin municiones.

"¡Cielo Santo!" grité, arrojándome hacia el arrugado Veritech.

Segundos después, un par de Battlepods Regult de Artillería Ligera, aparecieron a la vuelta de la esquina y soltaron un nido de avispas
de misiles de corto alcance. No tenía oportunidad de reaccionar mientras los misiles rugían hacia mí, retorciéndose salvajemente. Cerré
mis ojos y sabiendo que era el último acto consciente que jamas haría, rocíe el área enfrente de mí con el rifle. Sentí un golpe que se
traslado a través de la armadura de mi Battloid y me afiance esperando la explosión que me mataría. "Bien, parece que ya termino,"
pensaba mientras esperaba el calor abrasador que me convertiría en cenizas. Y espere... espere... espere... Pero nunca llego.
Zentraedi Regult Light Artillery Pod

Abriendo mis ojos incrédulamente, encontré solamente devastación y ruinas. Metralla, escombros y restos ensuciaban las calles. Los
Regults ya no estaban. Todo lo que quedaba de ellos era un par de cascos quemados, rodeados por piezas llameantes de despojos.
Jalando y pisando los controles, me tambalee torpemente hacia el Battloid que había destruido unos momentos antes. Arrollidándome
junto al torso achicharrado y acribillado, ilumine, con las luces de mi hombro, el compartimento oscuro del piloto. Las balas de mi
GU-11 habían golpeado dentro de la cabina, una de ellas perforando un agujero de casi tres pies de diámetro que destruyeron todo -
panel de instrumentos, asiento expulsor, todo- desde el pecho del piloto hacia abajo. La parte superior del cuerpo achicharrado del
piloto aun se aferraba de los controles de la cabina quemada y sangrada. La vista me enmudeció.

Desfajandome la funda de mi traje de vuelo, vomite incontrolablemente dentro de ella, arrojando todo hasta que pense que nunca
pararía. Las lagrimas llenaron mis ojos, el sabor ácido de la bilis simplemente me agobiaba. Cerrando la funda de nuevo, mire sobre el
caza roto, cargado de furia, rabia e incredulidad. Los edificios enfrente de mí y detrás de mí estaban completamente barridos -ahora
nada mas que pilas de concreto y acero rotos- destruidos por los misiles que estaban dirigidos a mí. Mientras continuaba mi giro a la
izquierda, vi el edificio que estaba a mi derecha cuando el Zentraedi me había disparado. Ya no estaba mas de pie –La maniobra del
único misil que había golpeado a mi caza. Lanzado a corto alcance había fallado de estallar, reboto en la pierna derecha de mi Battloid
y golpeo contra el primer piso del edificio que estaba junto a mí, colapsando.

Coloque mis manos en mi casco y pense, "¿Cielo Santo! ¿Qué he hecho?" Simplemente no podía creer lo que había pasado.

Después de varios momentos, decidí que era hora de seguir. Las llamas que rugían a lo largo de la nave se estaban acercando y tenia
que quitarme de su camino. Las explosiones en esta área, sin lugar a dudas, atraerían la atención, también y la prudencia dictaba que
debía moverme. Con un saludo al piloto de combate que acababa de matar, me encamine hacia la calle y pase sobre los Battlepods
Regult, luchando ante la urgencia de vaciar mi arma en sus carcazas magulladas.

Alcance el interruptor para apagar las luces montadas en mi hombro cuando los escombros se empezaron a mover en la esquina
derecha de mi alcance visual. Llevando las luces en esa dirección vi una mano pálida salir de los escombros que cubrían las calles.
Moviendo mi Valkyrie tan rápido como me atrevía, me encontré observando a una mujer joven de cabello oscuro. Estaba atrapada por
los escombros del complejo de apartamentos que había golpeado con mi rifle.

"Oh, Dios," murmure, cambiando mi Valkyrie a modo Guardián. Mirando alrededor vi más cuerpos. Cambiando a la frecuencia de
Guardia, hice una llamada de emergencia a ciegas, rogando que alguien me escuchara. "Este es el Tte. Framton en Guardia. ¡Tengo
personas heridas en la esquina de las calles Delrose y 14ava! ¡Necesito paramédicos aquí en el acto!"

Soltando mi arnés con una mano y abriendo la cabina con la otra, arroje mi casco fuera de la cabina y salte del asiento expulsor. Corrí
hacia la primera mujer, las luces de aterrizaje delanteras de mi Veritech enviando sombras escalofriantes sobre las paredes.
Arrollidandome junto a la cabeza de la mujer, acaricie su cara con mis manos. NO mayor de veintitrés, ella me observaba con sus
penetrantes ojos azules que parecían decir, "Por favor, no me dejes morir -no aquí." Ella no podía hablar e intente asegurarle que ella
estaría bien.

"Aguanta, cariño, estas haciéndolo bien," le dije a ella. Era una mentira. Ella era todo menso estar bien y ella estaba perdiendo sangre a
un ritmo constante. Mientras ella se aferraba de mi mano, luchando desesperadamente por su vida, me di cuenta que si la ayuda no
llegaba pronto, esta hermosa joven no viviría mas de una hora.
Mirando a la derecha vi el complejo de apartamentos donde la jovencita vivía. La razón de su condición era clara. Una de las balas de
mi cañón había entrado dentro del cuarto donde ella estaba protegiendo durante el ataque. Cuando el edificio se colapso, ella callo en
la calle, solamente para ser enterrada por miles de libras de concreto.

Con toda las fuerzas que pude reunir, luché con los escombros que la atrapaban, pero mis esfuerzos fueron vanos. Sostuve su mano y
acaricie su cara bajo la anodina luz blanca que salía de mi Valkyrie. Buscando desesperadamente por la ayuda que tenia que llegar,
hice lo posible para poner una buena cara. Alrededor de mí yacía gente muriendo y muerta, pero no podía dejar a la chica de cabello
castaño -sabia en mi corazón que si la dejaba, ella moriría. Por mas de cuarenta minutos me senté en los escombros con la jovencita.
La ayuda aun no llegaba y podía ver como ella empezaba a desfallecer por la pedida de sangre.

Mientras las llamas alrededor de nosotros empezaban a morir, ella me sonrío débilmente y con un suspiro callado, sus pupilas se
dilataron... y ella estaba muerta. Empece a darle RCP inmediatamente, pero mi esfuerzo fue inútil. En menos de un minuto después de
su ultimo respiro, los primeros paramédicos llegaron a escena. Demasiado tarde para ayudar a nadie -demasiado tarde, una vez más.

Con estupor, les mostré a todos, los cuerpos alrededor de mí antes de tambalearme débilmente a mi Guardián y volando hacia la
cubierta del hangar del Prometeus. Había visto y hecho suficientes muertes en lo que va de mi vida -no había caso en ver mi obra por
mas tiempo.
Parte VII: Escalando
Capítulo 35 - Perdidas Operativas

El ataque de Khyron devastó a Ciudad Macross y redujo drásticamente una gran porción del suministro de oxigeno de emergencia de
la nave. Las llamas que rugían a lo largo de la ciudad ocasionaron que se encendieran los sistemas de ventilación. La corrosión
generada por la larga estancia de la nave en Isla Macross ocasiono que los interruptores de temperatura fallaran. Miles murieron.
Familias completas fueron destruidas. De hecho, el ataque de al SDF-1 demostró ser el punto de regreso en la Primera Guerra
Robotech, pero no por las razones que pensamos en ese momento.

En los tres meses anteriores, un trío de espías Zentraedi habían abordado a la nave. Buscando la información que ayudaría a los
Zentraedi a recuperar el SDF-1, los espías encontraron la hospitalidad y libertad a bordo del SDF-1 -características que contrastaban
enormemente con el estilo de vida estricto que ellos conocían como soldados- atractivamente irresistibles. Al regresar a sus naves, los
espías corrieron la voz entre sus compañeros de tropa y compartieron algunas de las cosas que ellos habían almacenado mientras
estaban a bordo de la fortaleza de batalla: comida, música e historias de lo que los seres humanos hacían uno con el otro. En poco
tiempo, toda la flota Zentraedi se encontró llena de soldados que querían experimentar personalmente la cultura Microniana. Cuando
sus fuerzas cargaron dentro del brazo ariete, Khyron no tenía conocimiento de que sus propias tropas estuvieran "infectadas" por el
deseo de vivir una vida diferente. Las deserciones en masa que ocurrieron en ese infernal día, quizás hicieron mas para salvar el SDF-1
que cualquier cosa que la tripulación haya podido hacer, Khyron se enfureció tanto que empezó a matar a sus propias tropas -y a
cualquiera que se parara en su camino. Para el tiempo que finalmente dio la retirada, era casi imposible decir quien había matado mas
Zentraedi -la defensa de abordo o el mismo Khyron.

Aun así, las deserciones no pasaron lo suficientemente rápido para prevenir la masiva destrucción que recorrió a lo largo de la fortaleza
de batalla. Casi todos los edificios de Ciudad Macross estaba dañado o destruido, tres cuartos de las defensas móviles de la nave -
Destroids, Valkyries, etc.- estaban aniquiladas, y miles de personas estaban heridas o muertas. Como vimos a primera vista, Khyron no
era de los que titubeaban en apalear civiles indefensos que se encontraban atrapados en lo despejado.
Nuestras perdidas fueron tremendas. Casi la mitad de las literas, en las barracas, estaban vacías y perdimos algunos de nuestros
mejores aviadores. Mi escuadrón fue afortunado. De los once pilotos Aguilas Veloces que salieron ese día, tres -Wise, Martin y
Mitchell- no regresaron. La perdida del Tte. Brian Mitchell fue particularmente preocupante. Habiendo sobrevivido una salida de
emergencia bajo el agua en Julio pasado, él peleó para regresar a estatus de vuelo y su determinación fue una inspiración para todos.
Cuando se trataba de peleas de cantina, él era la persona con la que había que estar en buenos términos y con la que uno podía contar
para cuidar tu espalda en una escaramuza. Brian era un de los pilotos más trabajadores a bordo de la nave. Él había pasado mas tiempo
en los simuladores, que nadie mas y estaba constantemente buscando maneras para mejorar su técnica. La parte desafortunada era que,
a pesar de sus mejores esfuerzos, este as veterano nunca ganó la condición que tenia antes del accidente y no tenía duda que el tiempo
que paso lejos de la cabina, contribuyo a su muerte prematura.

Las malas noticias no pararon aquí. El Tte. Joe "Nudillos" Burkett - uno de dos amigos que estaban conmigo el día que conocí a
Rebeca- murió cuando las tropas de Grel abrieron fuego sobre los Destroids, dentro del Dedalus. Atrapado en medio de la formación,
sin ningún lugar a donde correr, agacharse o esconder, Joe fue abatido a tiros en una granizada de láser y cañonazos llevándolo a un fin
oprobioso la vida de una persona tremenda. Estaba impactado por la noticia, que me tomo totalmente fuera de guardia. En los últimos
meses no había pasado mucho tiempo con Joe como debería, siempre buscando excusas para posponer una visita a verlo. Me
comportaba así porque nunca espere que algo les pasara a mis amigos más cercanos -especialmente a este guerrero talentoso. A pesar
de la tremenda desventaja contra nosotros, sentía que eventualmente agotaríamos la resolución del enemigo y emergeríamos
victoriosos. Las cosas regresarían a la normalidad y la amistad se retomaría de donde se dejo, reforzada por los retos que habíamos
enfrentado y conquistado. Pero esta grandiosa fantasía no sucedería, y ahora que Joe se había ido, me sentía abrumadamente culpable
por considerar su presencia como concedida. Solo podía esperar que en sus últimos momentos no estuviera resentido por haberle
fallado.

Había buenas noticias junto a las malas. Joshua, Waylan y Andresen fueron recomendados ante el RDFC por sus acciones en ese
desafortunado día de Mayo. EL trío anoto un raro triple doble dígito con su ataque compartido al crucero, anotando 18, 15 y 10
muertes, respectivamente -la gran mayoría con solo pistolas. Cuando los Zentraedi enviaron una segunda fuerza de ataque ante el SDF-
1, Waylan y Josh se lanzaron a ellos mismos dentro del "Club 200" durante una lucha corta de 15 minutos, anotando 8 muertes cada
uno (por comparación, mi total llego a 137). En realidad, sus totales probablemente estarían cerca de los 300, pero, a pesar de la
moderna tecnología, nuestra habilidad para confirmar victorias era algo pobre.
Tales puntajes no pueden parecer razonablemente comunes. El aficionado puede sentarse de brazos cruzados y preguntar, "¿Cómo
diablos puede uno anotar 300 muertes en 15 meses?" Cuando un considera la extraordinaria capacidad de los cazas del día, los efectos
de un daño a una nave volando en el vacío y las increíbles habilidades de tales pilotos de combate como Fokker, Green, Sterling y
Kauffman, estas anotaciones pueden ser mucho más razonables. Nunca antes en la historia de un conflicto armado, había existido una
combinación tan mortal y los éxitos y fallas de nuestros pilotos de combate durante la Primera Guerra Robotech proporcionaron la
historia con una sorprendente primera vista gráfica ante el futuro de la potencia ofensiva.

La historia de tal desgraciado día no podría estar completa sin mencionar las actuaciones de los Tte. Plog y Sprabary. En una muestra
increíble de coraje y habilidad, el equipo comandado por el Tte. Plog destruyo dos cruceros y asistió a un tercero. A Plog y Sprabary
les fueron acreditados la destrucción de un crucero de batalla Thuverl Salan y un parcial a un tercero. En la pelea que siguió, Plog se
movió al cuarto lugar, llevando su total a 271 victorias confirmadas. Solamente Max Sterling, Roy Fokker y Bill Brubaker tenían
anotaciones más altas. Para finalizar, los pilotos del escuadrón Aguila Veloz sumaron cuatro cruceros Zentraedi para llegar a un radio
de 33 a 1 en la pelea que siguió -un trabajo sobresaliente dados los estándares convencionales, pero uno horrible ante los nuestros.

No podíamos ignorar la perdida de tres de nuestros camaradas, y el tono en la sala de juntas era sombrío para los miembros del VF-12.
Cuando uno consideraba las probabilidades que uno enfrentaba y las perdidas sufridas por los otros escuadrones, perder tres pilotos era
algo mínimo. Aun así, no había una Aguila de Ataque que buscara consuelo en el hecho de que lo habíamos hecho "mejor que el
promedio." La perdida de tres compañeros de escuadrón, convertían en lo que hubiera sido un horrible día en uno tan terrible que solo
podía ser hablado en murmullos.

Para mí, las horas gastadas dentro del SDF-1 durante el ataque de Khyron y las repercusiones que siguieron fueron algo, como una
pesadilla, y me encontré una y otra vez volviéndolo a vivir. La cara de la muchacha de cabello castaño estaba indeleblemente grabada
en mi mente, y en los momentos silenciosos, me sigue persiguiendo. El incidente que ocasiono su muerte -y la muerte del piloto
Veritech- fue revisado por una junta de interrogación, precipitadamente convocado. La junta determinó que mi error de identificación
fue el resultado de una fatiga extensa aunada a la tensión y una reprimenda no tan oficial fue emitida /un hecho que no me dio mucho
alivio ante lo que había hecho. Aunque los incidentes de disparos amigos era un hecho de la vida tan viejo como la misma guerra, uno
no podía encontrar excusas para ello. Ahí están los que creen que llegara el día cuando tales incidentes son cosa del pasado, pero yo no
mantendría esperanzas. En vez de eso, cargaría ese día por el resto de mi vida, y trabajaría tan duro para asegurarme que eso no
volviera a pasar.
El incidente sirvió como una lección interesante sobre la camaradería entre los aviadores. En los días que siguieron al incidente,
esperaba ser recibido fríamente por mis compañeros guerreros. Nada podía estar mas lejos de la realidad. Con todos los que me
encontraba, recibía un suave "Aguanta" o una palmada en la espalda y una cabezada reconfortante. Tanto Waylan como Josh pasaron
tanto tiempo conmigo, como se lo permitían sus obligaciones, proporcionando apoyo moral. Rick Hunter, preocupado por los efectos
de la acción del día y la recomendación de la junta, me retiro de la actividad por tres días. "Te necesito a un ciento cincuenta por ciento
cuando continuemos con el programa del Super. Trata y olvida lo que ha pasado. Sé que es basura, pero trata de parar en hacer
hincapié sobre eso -te comerá vivo si no paras."

Hice lo mejor para seguir las palabras de Hunter, pero no tuve éxito. En la noche me sacudiría y reviviría la pesadilla una y otra vez,
solo para despertar en un sudor frío, tan asustado que era imposible volver a dormir por el resto de la noche. El piloto que mate tenia
una familia - una esposa e hijos. Se les dijo que había muerto cuando se estaba enfrentando contra una fuerza enemiga superior, pero
no escucharon como había pasado realmente. Seguramente se merecían a saber la verdad. Seguramente se merecían saber los detalles
de su trágica muerte. Pero no sé si alguna vez lo sabrán. Quizás algún día tendré el coraje de enfrentarlos, aunque me encontraba
dudando si alguna vez llegaría ese día.

El tiempo dirá.

Durante mis tres días libres, decidí que seria prudente pasar el tiempo con mi familia. Ultimamente no había estado con ellos lo
suficiente. El dolor de la acción previa era abrumador, y estaba consumiendo mi ser. Me senté con mi padre y hable con el de los
efectos que habían ocurrido, esperando que al compartir mi dolor se iría. No fue así.

Durante esos días, pase mucho de mi tiempo saliendo a caminar. Durante esos momentos de soledad me encontré hablando en voz alta
a Dios, preguntándole -rogándole- a Él para que me perdonara sobre lo que había hecho, pero mi consciencia no me dejaba. La imagen
del Battloid acribillado, la cara de la jovencita mirándome para salvarla, los cuerpos muertos y los edificios quemados de Ciudad
Macross, todo se combinaban en un recordatorio arremolinante de los horrores de la guerra -una clase de proyecciones dementes en mi
mente. Nada de lo que hiciera podía hacer que se fuera.
En desesperación, me aventuraba a un bar local que de alguna manera había sobrevivido la devastación del ataque de Khyron y procedí
a aplastarme completamente. El lugar estaba sorpresivamente desierto, y después de atragantarme de alcohol pense que explotaría, me
tambalee por la calle hacia mi casa. Nunca logre llegar.

Mi siguiente pensamiento consciente fue el de Joshua y Waylan reclinándose sobre mí, con unas expresiones consternadas en sus
caras.

"Jake... vamos Jake... ¡Despierta!" me imploraba Waylan, golpeándome los lados de mi cara, su voz sonaba como si viniera de un
largo túnel. "¡Jake! Vamos... Deja eso muchacho."

"Esta volviendo en si," vino la voz de Josh. "Vamos a ponerlo en pie. Tenemos que moverlo antes de que nos de una sobredosis."

Los dos pilotos de combate me levantaron para ponerme de pie, cuando me encontré que no podía pararme en piernas de hule.

"Dios, Jake, ¿Cuánto te tomaste?" preguntó Waylan retóricamente. "Vamos gran hombre, párate por mí. 'Vamos chico'."

Mi cabeza estaba girando y dolía como el infierno. Todo estaba brillando como alquitrán en un día caliente y empezaba a tener nausea
incontrolables antes de empezar vaciar mis viseras -como hice cuando vi dentro de la cabina de ese Battloid.

"Eso es, sácalo de ahí dentro Jake," dijo Waylan, palmeando mi espalda con su mano libre.

El sabor del ácido estomacal se presentaba en espadas y estaba urgido por beber agua. "¿Do-dónde estoy?" pregunté, mis palabras
horriblemente articuladas por los efectos persistentes del alcohol.

"Estas con nosotros, compañero. Te vamos a llevar a casa," respondió Josh.

"Yo no quiero ir a casa... Déjenme aquí afuera... cu... con las... sur-sur serpientes..."

Era la cosa incorrecta de decir, mientras Waylan no estuviera en el modo de auto compasión. "¡Maldición, Jake! ¡Corta el gimoteo!
¡Estoy enfermo de esta actitud de compasión!" Me levanto del suelo por mi camisa del uniforme y me agito violentamente. "¡Manténte
levantado, maldito seas!" tuvo el efecto deseado -empece a desembriagarme inmediatamente.
"Muy bien.. Don. Muy bien... Ya diste tu punto de vista. Llévame a casa," alcance a decir.

El voluminoso piloto de combate me bajo y con la ayuda de Josh, me escoltaron a mis aposentos. Los dos guerreros platicaron
conmigo y yo hable de lo que había pasado, aunque ellos ya lo habían escuchado antes.

"Esas cosas pasan, Jake. Debes dejarlo ir y seguir adelante," dijo Josh.

"Exactamente," agrego Waylan. "La guerra es una cosa horrible. La libertad se paga con la sangre de los patriotas -comprada con el
sacrificio de unos cuantos. Nosotros somos esos cuantos. Esta gente que murió el otro día fueron esos pocos. Fue un error que
cualquiera pudo haber cometido y tu no puedes derrotarte a ti mismo sobre eso. Tu tienes la obligación de salir adelante de ahí y hacer
lo mejor que puedes. Tú ni puedes hacer eso a través de la autocompasión y tu sabes muy bien que no lo puedes hacer bebiendo."

"Si... ya sé," conteste, antes de vomitar una vez más. "Oh, Dios, me siento mal..."

"Sip. Si que lo estas," indico Josh. "Espero que hayas aprendido tu lección."

"Vaya que si..."

Los dos pilotos de combate me cargaron para subir las escaleras a mis aposentos, donde me dejaron en un sofá y me velaron durante la
noche. Había consumido tanto alcohol como para matar a un caballo, y ellos querían asegurarse que nada me pasaría mientras dormía.
Los sueños continuarían por un largo tiempo. Cuando desperté en la siguiente mañana, mi cabeza sonaba como una campana de
iglesia, mi estomago dolía en protesta. Me tomo 8 horas para que me pasaran los efectos de la pasada parranda y aprendí de la manera
más difícil que el alcohol no resuelve los problemas de uno, solamente crea nuevos.

Las masas de Zentraedi desertores durante el asalto de Khyron en el SDF-1 se convirtió en uno de los eventos más inusuales durante la
Guerra Robotech Uno. Los tres espías Zentraedi -Rico, Bron y Konda- llegaron a pedir asilo a bordo de la fortaleza de batalla. A pesar
de las objeciones firmes del Cor. Maistroff, el Cap. Gloval acepto la petición de los alienígenas y se convirtieron en los oficiales
residentes de la nave. Una serie de pruebas revelaron que la estructura genética de los Zentraedi era casi indistinguible a la de los
Homo-sapiens, sugiriendo un ancestro común. El tonto, siempre mente cerrada, Maistroff, se rehusaba a creer en las pruebas y
amenazo con hacer contacto con el Consejo de la Tierra Unida [CTU] y hacer que derroquen la decisión de Gloval.

Lo que nos lleva al desafortunado día del 20 de Mayo de 2011. Un vuelo de transbordador estaba programado para llevar al Primer
Oficial del SDF- 1, Comandante Lisa Hayes, a la Tierra en un ultimo esfuerzo para armar el apoyo a la teoría de que se puede negociar
con los Zentraedi. Las recientes revelaciones demostraron que los Zentraedi pueden ser pacíficos y la Cmdte. Hayes estaba
determinada en convencer al CTU que un intento para negociar la paz con los Zentraedis podría rendir frutos -después de todo, su
padre era un Almirante en el consejo y ella sentía que si nadie la podía escuchar, quizás él si lo haría.

Mientras las preparaciones para la misión iban en camino, estaba ocupado bebiendo agua en la Sala de Juntas. Las pruebas de las
armas del Super Valkyrie habían sido arruinadas debido a la misión del transbordador. Max Sterling, como comandante del grupo de
escolta, había elegido a los pilotos que harían en la misión. Waylan estaba programado para volar como parte del grupo de escolta del
transbordador y yo estaba reasignado como "Listo 5". Los pilotos "Listo 5" tenían que estar preparados para salir en solo cinco minutos
de aviso, lo que significaba que nunca estabamos lejos de nuestros aviones. Mientras esperaba a que armaran y alimentaran a los cazas,
sentía una intranquilidad en mi hombre ala.

"Hey, Don, ¿Hay algo mal?" pregunté.

"Si, Jake. Eso creo," alcanzo a decir.

"Bueno, escúpelo."

"No quiero volar con Max, hoy," dijo Waylan.

Casi me ahogo con mi agua. "¿Qué quieres decir con que no quieres volar con Max?"

"Tengo un mal presentimiento," dijo, con una confusa mirada en su cara.

"Ah vamos, Don. Aquí estamos hablando Max. Max Sterling," indique.

Él miró hacia abajo, hacia el tablero que estaba descansando en la mesa. "Si, ya sé. Pero preferiría volar contigo o con Husky."
Le di la vuelta a la mesa y palmee a mi amigo sobre el hombro. "Escúchame, tu vas a estar bien. Es simplemente una misión de
escolta. Una fácil. Tú no vas a tener problemas, Además, tú eres un gran piloto y tienes al 'Demonio Azul' para cuidarte si se pone
caliente. El personalmente pidió por ti. No quieres decepcionarlo, ¿o sí?"

"No, creo que no."

"Yo tampoco lo creo. Solo relájate. Estarás bien."

"Si, señor."

"Eso es muchacho."

"Sabes, he estado pensando. ¿Cuándo va a parar toda esta matanza?" suspiró por nadie en particular.

Aproveche la oportunidad para meterme. "Quizás termine hoy, Donny. ¿Quién sabe? Quizás termine cuando ellos desgarren nuestra
nave en mil pedazos," indique con tanto optimismo como pude. Salió con un sonoro vacío.

"Quizás termine cuando todos estemos muertos. Sobrepasados en nueve millones a uno... ¿Estamos locos? ¿Por que nos engañamos a
nosotros mismos?"

"Porque tenemos la ventaja de un planeta hogar, eso es por que," bromee, esperando descarrilar el tren de pensamientos negativos de
Don.

No sentamos en silencio por varios minutos, cada uno de nosotros estudiando el plan de la misión. Si una de las escoltas tenia que
abortar yo seria el primer caza que tomaría su lugar y me daba cuenta que todavía tenia que preparar mi avión. Parándome de la mesa,
palmee al hombro de Waylan y trate de animarlo.

"Relájate, socio. Estarás bien. Hablare contigo cuando regrese."

"Si, señor," dijo, con un saludo medio broma, medio en serio que desmentía la incomodidad que el claramente sentía por dentro.
Regrese el saludo con la misma informalidad. Las acciones de Waylan eran simplemente una prueba física del nerviosismo previo a la
misión que a todos nos afecta, y no tenía dudas que estaría bien. Volar al espacio sin que te protegiera mas que unas cuantas pulgadas
de acero y vidrio era suficiente para hacer enfermar del estomago a cualquiera, y respecto a Don, el no era diferente a nosotros.

"Te veré en la cubierta," le dije antes de voltearme en busca de Max Sterling. Tenia un favor que pedirle.

"Si, Nos vemos," contesto.

Mientras caminaba hacia el hangar y llegaba hacia la sala del Escuadrón Skull, estaba hipnotizado ante el panal de actividad. La
electricidad en el aire era poderosa. Por todo alrededor, la tripulación estaba apresurada para alistar los Veritechs y Fantasmas para
lanzar la fuerza de escolta y sentía una abrumadora sensación de orgullo en ser parte de este sobresaliente grupo de personas.

Mirando dentro de la sala de espera del Escuadrón Skull, lo encontré vacío. Mirando alrededor del hangar cargado de Veritechs,
localice a Max hablando con un par de pilotos de combate que no reconocí. Caminando hacia donde él estaba, me escurrí detrás de él,
lo mas silenciosamente como pude y espere pacientemente a que terminara de hablar con los dos aviadores.

"¿Alguna pregunta?" les pregunto.

"No, señor."

"No, señor."

"Muy bien. Los veré en cubierta en quince minutos."

"Si, señor," respondieron al unísono los pilotos.

"Continúen," dijo, antes de girar, en un movimiento hacia atrás deliberadamente lento. "Hola, Tte. Jake," dijo con una sonrisa, sus ojos
azules brillantes, iluminados con picardía.

"Dios, debes tener ojos detrás de tu cabeza."


"No. Te vi en el reflejo de la pintura de la ave de allá," dijo apuntando sobre su hombro hacia un Valkyrie de color bronce. "Tú estas
en Listo Cinco, ¿No?"

"Si."

"¿Qué puedo hacer por ti?"

"No es la gran cosa, realmente, pero, uh... Mira, Don esta un poco nervioso por alguna razón. No sé por que, pero si apreciaría que
mantuvieras un ojo en él, por mí."

"¿Cuál es el problema?" me preguntó Max, estrechando su mirada.

"Él esta un poco nervioso por el vuelo de hoy. No sé por que, pero no creo que él tenga nada de que preocuparse. Ustedes estarán
libres y en casa antes de que pueda sacar un refresco de la maquina," dije, sonriendo.

"Si, bien, lo cuidare. No hay problema."

"Gracias, compañero," dije, estrechando la mano de Max.

"No lo menciones."

Nos giramos y empezamos a caminar hacia el Valkyrie de Max, descansando pacientemente en el extremo del hangar. A ambos lados
de nosotros, estacionados ala con ala, estaban las marcas de los nuevos Valkyries blancos y cafés. Me maravillaba ante sus líneas
pulidas mientras los pasábamos. La fabrica estaba sacando las refacciones más rápido que antes y ara bueno verlo. Los nuevos cazas
llevaban los accesorios para el acoplamiento del equipo del Super VF y apenas podía contener mi excitación. El Super seria un aguijón
gigante -no, un árbol- en el costado de los Zentraedi. Ya no regresaríamos a casa, con barracas a la mitad de su capacidad. Pronto seria
hora de cobrar.

Mientras hablábamos de los últimos eventos, un anuncio por los altavoces nos llamo la atención. "Grupo de Escolta del Transbordador
se reportara por asignaciones especiales en la Cubierta de Vuelo A en cinco minutos." Era la voz de Samantha Porter.
"Sammy debe de estar sustituyendo a la Comandante," dijo Max, mirando hacia arriba.

Gemí calladamente. "Espero que se mantenga en calma. La ultima vez me mantuvo volando ochos alrededor de la torre," indique
secamente, esperando que Sammy no repitiera el fiasco de su no tan atrás pasado.

"¡Oh!" exclamó Max, volteando y señalando el "Skull One" de Rick Hunter, el cual había sido modificado recientemente para servir
como el prototipo de servicio operacional para el programa del Super Valkyrie. "Ese Veritech armado, seguro que puede dar su ración
de daño. ¿Si que seria bueno volarlo?"

"Eso supongo," conteste, fingiendo ignorancia. "Cuídate allá arriba," agregue, antes de dirigirme a mi caza.

Todos los sistemas de mi Valkyrie estaban revisados. Después de ver a Waylan, me dirigí a la sala de espera, y pase la mejor parte de
una hora haciendo unos reportes que tenían que llenarse. Los tiempos eran mas duros que antes y el alto mando quería mas respuestas
a preguntas que no las tenían.

Justo cuando sentía la seguridad de que la misión era de hecho una misión fácil, mi concentración se rompió ante una alerta de salir.
Alcanzando mi casco, salí de la sala de espera y me lance dentro de la cabina de mi Valkyrie mientras el tono agudo de la sirena barría
por todo el hangar. Con una practicada precisión, empece a amarrarme al avión, asegurando arneses, conectando las mangueras del
oxigeno y cambiando interruptores. Estaba listo para salir en menos de sesenta segundos.

Recibí una corto resumen por el radio. Un grupo de mecha Zentraedi esta haciendo un ataque al transbordador y sus escoltas.
Sobrepasado y rodeado, el grupo de escolta se encontró en una desesperada necesidad de asistencia. Mientras salía hacia el elevador, el
director de vuelo me indico que parara. Estaba petrificado y arroje mis manos hacia él, como si dijera, ¿Qué diablos estas haciendo?"
Él apuntó a mi derecha y la respuesta estaba clara. Rick Hunter, en su traje de vuelo y casco, estaba arrojándose hacia el segundo Super
Veritech. Mientras observaba, Hunter encendió el Super y lo movió de sus cuñas hacia el elevador enfrente de mí.

"Lo siento, Yah-Yah. Cambio en los planes," dijo mientras me pasaba. "Discúlpame por reemplazarte."

"Solo hazles ver el infierno, Teniente."


Una señal de pulgar fue su respuesta.

Observaba y escuchaba como el caza de Hunter era llevado a la cubierta de vuelo. Cuando llegó la incompetencia, pense que Sammy
Porter le había demostrado al mundo lo que se podía ver. Estaba equivocado.

"Tu destino es Lambda 34," dijo, mientras el caza de Hunter se tensaba en la catapulta.

¿Qué? No tengo ideo de lo que estas hablando," vino la respuesta exasperada de Rick.

Pensando que él estaba fuera del deber hasta el siguiente día, Sammy había fallado en pasarle el último libro de códigos al Tte. Hunter.
No podía creer lo que escuchaba.

"¡Jesús!" grité, indicando al director de vuelo que se quitara de mi camino. "¡Dale el código viejo, Sammy! ¡El código viejo, por
Dios!"

Hubo una interminable pausa mientras el caza de Hunter gastaba precioso combustible en la catapulta, entonces la voz de Sammy
rompió el silencio. "Aquí están las coordenadas del viejo código. Diríjase a punto Delta Cinco."

"Entendido," contesto Rick, mientras salía de la cubierta de vuelo.

Con Hunter fuera del camino, ahora era mi turno. Empuje hacia adelante el propulsor y empece a rodar hacia el elevador, pero el
director de vuelo sé rehuso a moverse. Increíblemente, él me indicó que apagara mis motores. No podía creer lo que veía. Furioso, abrí
mi cabina, me desabroche del asiento expulsor y me lance de la cabina.

"¿Cuál es la gran idea, hijo de perra?" grité, agarrándolo del cuello.

"Lo siento Teniente. Me dieron ordenes. Usted no puede llegar a tiempo para hacer algo," alcanzo a decir.

"¡Y no voy a poder llegar nunca si no salgo!" exclamé. "Jesús, ¿Qué les pasa a todos aquí?" Arroje al director de vuelo y salí corriendo
en busca de algunas respuestas.
Corrí hacia el Control de Vuelo Primario del Prometeus para ver que es lo que estaba pasando. Mientras llegaba hacia el puente, el Jefe
Aéreo me informo de lo que había pasado. La misión del transbordador había encontrado algunos problemas. Por razones
desconocidas a todos, los Zentraedi decidieron que bloquearían el regreso del transbordador a la Tierra. Los libros de historia
demostrarían que el líder del ataque no había sido otro mas que Khyron Kravshera. En vez de una corta misión a la Tierra, el grupo de
escolta de Max se encontró en una batalla de vida y muerte por su sobrevivencia. Ante tremenda desigualdad, las escoltas lucharon
valientemente, pero uno a uno cayeron ante las armas Zentraedi.

El prototipo operacional que Max había señalado en el hangar fue la diferencia entre la vida y la muerte para el transbordador y la
escolta sobrante. Con su apabullante potencia de fuego, el Super convirtió una segura derrota en una resonante victoria.

"El grupo de escolta regresando a la base," vino la voz de Max. "El Tte. Hunter esta ahora cuidando el transbordador."

Su tono me ocasionó una terrible sensación en el fondo de mí estomago y recordé la aprehensión de Waylan. Me pasee en el puente
impacientemente, esperando a los cazas que regresaran. La mitad del grupo de escolta había fallado al pasar lista y Waylan era uno de
ellos. Mientras los minutos pasaban lentamente, los pilotos entraban en el patrón y uno por uno aterrizaban en la cubierta del
Prometeus. El caza de Max fue el último en aterrizar y Waylan aun no se encontraba. Mientras el caza de Iglú descendía a la cubierta
del hangar me apresure para averiguar que había pasado.

Aparte de un empujón al capitán de vuelo de Max y me trepe a la escalera de abordaje. "¡Iggy! ¿Qué paso? ¿Dónde esta Waylan?"

Él me miró con una expresión demacrada.

"Maldición Max, ¿Dónde esta Waylan?"

Él se sentó en la cabina y arrojo sus manos en desesperación. "No lo sé Jeff. Lo siento, pero solamente no lose. Estuvo muy duro allá
afuera. Nos ataco un grupo mixto de Raulon'ves y Regults. Ellos si que nos patearon, Jake, si que lo hicieron." Él miró dentro de la
cabina antes de continuar. "Hice lo que pude para mantener un ojo sobre él, pero tenia mis manos llenas. Lo ultimo que vi de él, él
estaba enfrentando a un Glaug. Cuando se rompió la batalla, lo llame pero no recibí su respuesta. Espere por el tanto como pude, pero
mi nivel de combustible estaba tan bajo que tuve que retirarme. No sé, quizás el aun este allá afuera, Jake." Los ojos de Max estaban
cargándose de lagrimas, así como los míos, él apretó los dientes en un esfuerzo para mantenerlos. Mirándonos los unos a los otros,
ambos reacios a creer que el "Gigante Gentil" se había ido.
Había colocado una mano sobre su hombro, "Muy bien, Max."

Brinque del avión de Max y camine de regreso del hangar a mi caza - tenía que encontrar a mi hombre ala antes de que sea demasiado
tarde. El director de vuelo podía decir por la mirada en mi cara que no estaba en el modo de discutir el tema. Con un brusco
asentimiento, el se retira mientras me dirigía al elevador y era elevado a la cubierta de vuelo del Prometeus. Cargado con una rabia que
desafía a la definición, estalle hacia la fría oscuridad en busca de mi amigo. Se convertiría en un gesto inútil.

Capítulo 35 - El Fin de la Línea

Estuve fuera por casi seis horas, cubriendo cada milla cubica de espacio a lo largo de la ruta de vuelo del transbordador, buscando por
cualquier señal del 3er. Tte. Waylan James Green. Josh Kaufmman y el Tte. Plog poco después de que yo había salido y pasamos una
buena parte de las cinco horas rondando junto a mí. Max no pudo acompañarnos. Su caza había sido dañado durante la escaramuza -
una rara ocurrencia para "El Demonio Azul"- y estaba en reparación en la bahía de mantenimiento. Después de tres horas de búsqueda
sin ningún rastro del caza de Waylan, mis esperanzas se estimularon cuando Josh vio lo que penso era una luz de aterrizaje.

"Rescate Tres aquí Rescate Uno. Tengo una luz de aterrizaje a Ojo de Toro tres-uno-cero, tres-cuatro-cero, hacia uno-siete-cinco-cinco
millas. Repito, 3-1-0, 3-4-0 hacia 1-7-5-5 millas. Estoy maniobrando para interceptar. Aguarden."

El silencio era desquiciante mientras esperaba el reporte de Joshua. Entonces llego.

"Líder, aquí Tres. Lo siento. No hay nada mas que deshechos. Es solamente la luz del sol reflejándose en la basura, maldición."

La reacciones no característica de Josh, hizo eco en la frustración que todos sentíamos y por otros cuarenta minutos revisamos los
cielos sin éxito, buscando a nuestro camarada. Con nuestro combustible a un nivel critico, de mala gana regresamos a la nave. Atraque
a bordo del Prometeus, sin fanfarrias, y ordene que le pusieran combustible a mi caza. Rick Hunter estaba ahí cuando descendí de la
cabina y espere por su orden de dejar la búsqueda. En vez de eso, él ordenó que salieran diez cazas para que se unieran al Tte. Plog, a
Josh y a mí. Agarre un emparedado de la sala de reunión y despegue a una segunda búsqueda. Por mas de cuatro horas lo busque en
vano. Max también se unió al esfuerzo de búsqueda, una vez que su caza se había reparado, pero todo fue en vano. A pesar de lo que
odie admitirlo, no había vuelta de hoja. A menos que el de alguna manera haya entrado a la atmósfera de la Tierra, junto al
transbordador de la Comandante Hayes, Waylan James Green había muerto.

Llegue a bordo del Prometeus después de tres intentos. Cansado, sudoroso y con nada, mas que la pura adrenalina, entreviste a cada
uno de los pilotos sobrevivientes de la misión de escolta. Nadie vio que le pegaran a Waylan y al menos un piloto corroboró la historia
de Max de que Waylan salió a perseguir un Battlepod de Combate Glaug. Era algo muy difícil de manejar. Waylan James Green. El
desprovisto de compañero de cuarto en el campo de entrenamiento. El fiel hombre ala que protegió mi cola por cientos de misiones de
combate. El gigantesco y guapo piloto de combate as que nunca estaba muy ocupado para ayudar a alguien necesitado, nunca muy
cansado para prestar una palabra de consejo y siempre listo para detener una bala dirigida a un amigo. No parecía posible que el se
haya ido y aun así, cuando su nombre apareció como "Perdido, se Presume Muerto", de mala gana me obligue a aceptar lo inaceptable.
Mi amigo se había ido. Nunca antes había perdido un hombre ala, y perderlo en una misión que hice que volara contra sus deseos fue
de las cosas más difíciles que me toco vivir. El vacío que dejo en su paso fue algo que nunca pude superar.

Un pequeño servicio conmemorativo fue realizado el día después de que los reportes de los desaparecidos fueron publicados. El
Eulogio del capellán fue corto y al grano y claramente no llego a dar la verdadera fotografía de este gran guerrero. Estaba claro que las
probabilidades de encontrar a los pilotos perdidos habían pasado hace mucho, y el servicio era un intento de traer un cierre a los
eventos de la semana pasada. Solamente sirvió para poner sal en la herida.

Una vez que el servicio terminó, camine a las habitaciones de Waylan mareado. Era mi deber encargarme de los efectos personales de
Waylan y como él lo había requerido, le pedí a Josh que me asistiera en la tarea. Pasar por el equipo de personal de Waylan, era una
experiencia serena y muchos de los objetos que encontraba me traían recuerdos de los días que éramos felices, y de otros en que no lo
éramos. Empacamos cuidadosamente su equipo en algunas cajas de cartón y hablamos de lo buena persona que había sido Waylan. Era
algo difícil de aceptar, el hecho de que se había ido y nos encontramos los dos desmintiéndonos. Como un mal sueño, esperábamos
despertar -pero no lo hicimos.

Mientras colocaba el casco de repuesto de Waylan en una caja, me voltee y revise su estante. Ordenado pulcramente, como habían
estado miles de veces antes, era la única evidencia que indicaba que este cuarto había sido de él.
"Bueno... Creo que es todo, Josh," dije sobriamente.

"Si," dijo, alcanzando la almohada de Waylan. "Hey, ¿Qué es esto?" preguntó, jalando un sobre que se encontraba debajo.

"Vamos a verlo," dije, alcanzando el sobre blanco. "Abrir solamente en caso de muerte o incapacidad," se leía en letras negras
manuscritas.

Abrí la carta cuidadosamente y la leí en voz alta.

"Queridos Jeff y Josh,

Esta carta probablemente fue escrita ya hace mucho tiempo. Planeo colocarla debajo de mi almohada antes de cada
misión porque sé que mi numero saldrá algún día. Si ustedes están leyendo esto ahora, entonces es seguro asumir que he
muerto. No se inquieten. Ya había estado preparado para esto.

Mi único remordimiento es que nunca tuve la oportunidad de pasar un día en la playa con mi hija. Así es. Tengo una niña
de tres años de edad. Fue un estúpido error, tener una bebe a tan joven edad. Pero la amo con toda mi alma y no la
cambiaría por nada. Su madre esta muerta. Ella murió cuando los Zentraedi atacaron Isla Macross.

Ah, Karen Ann. Ella era una hermosa mujer. Tan joven y dulce. Ella era muy parecida a tu Rebeca, Jeff. Nunca he sido
tan feliz como el primer día que me beso. Nunca tan orgulloso como el día en que dio a luz a nuestra bebita. Nunca tan
demolido cuando ella murió.

No tengo ninguna familia. Ellos me echaron de la casa cuando descubrieron que había dejado encinta a Karenn. Y no sé
si ellos siguen con vida, todavía. Karenn y yo nos mudamos a la isla, con la esperanza de encontrar una mejor vida y
tuvimos éxito. Fue una pena que los Zentraedi tuvieran otros planes.

Quiero que se hagan cargo de mi Lisa. Edúquenla para que se una persona decente y compasiva. Díganle que su padre no
murió en vano. Díganle que él murió porque él la amaba con todo su corazón y que valía la pena pelear por ella. No
dejen que se vuelva amargada. La amargura no lleva a nada. Créanme, yo lo sé.

Ahora, por el lado legal de las cosas, declaro lo siguiente:

Yo, Waylan James Green, estando en cuerpo y mente sano, por este medio requiero que el cuidado y custodia de mi hija,
Lisa Ann Green le sea otorgada a mi amigo, Jeffrey Dale Framton. En el evento de que el Sr. Framton no sea capaz o no
este dispuesto de hacerse cargo de ella, solicito que ella sea otorgada al cuidado de Joshua Neal Kauffman.

Ahí esta. Esta hecho. Pueden encontrar a Lisa por medio del Capellán Tomlin. Sepan que me he mudado a un mejor
lugar, Los he querido a todos ustedes -Jake, Josh y Max- como si fueran mis hermanos y mi ultimo pensamiento
consciente será el que cada uno de ustedes encuentren la paz en sus vidas.

Sinceramente.

Waylan J. Green Teniente, RDFN

P.D. -- La vida es una cosa divertida. ¿Se han dado cuenta de que nunca la sobrevivimos?"

Baje la carta sin poder pensar claramente. "Jesús," alcance a decir. "No puedo creerlo. Él tenía una hija, Josh. ¡Él tenía una hija!
¿Sabias tú algo de esto?"

"No. Yo no sabia nada," dijo, con los ojos abiertos

Nos sentamos en un silencio abrumador por varios minutos. Observe alrededor del cuarto de Waylan, ahora desnudo de pósters y
pertenencias. Un nuevo piloto lo ocuparía dentro de unos cuantos días, sin saber la grandeza del hombre que lo precedió.

"No sé que decir," le dije a Josh.

"Yo tampoco, Jeff. Ciertamente que no. Pienso que debemos asegurarnos de resistir a estas cosas por la pequeña."
"Yo no sabía nada sobre ella, por todos los cielos. Jesús, Josh. Nosotros somos su único enlace con su padre. Sin nosotros, ella no
tendrá nada para recordarlo."

Cargamos las pertenencias de Waylan hacia la puerta y alcance por el interruptor con una mano mientras balanceaba la caja que estaba
cargando con la otro."

"Hasta pronto, Waylan," murmure al cuarto vacío antes de apagar la luz.

"Si. Hasta pronto, compañero," indico Josh lúgubremente, antes de voltearse y bajar por el corredor.

Localice al Capellán Tomlin y arregle una hora para conocer a la hija de Waylan. No estaba preparado para la reunión. Mientras Josh y
yo caminábamos hacia la oficina del capellán, nos quedamos impresionados ante lo que vimos. Lisa era una hermosa pequeña niña,
con cabello rubio y ojos verdes -una copia exacta de su padre. Inmediatamente la reconocí como la niña de la fotografía que había
descubierto en el casillero de Waylan hace mucho tiempo, y las lagrimas brotaron hacia mis mejillas.

Ella nos miró interrogantemente.

"¿Quiénes son ustedes?" nos preguntó.

"Yo-yo soy--amigos de tu papi," balbucee.

"Mi papi no va a regresar. ¿Verdad?" preguntó.

Mordí mi labio, en un esfuerzo por contener las lagrimas, pero no pude contenerlas. "No, cariño. Él no volverá. Él nos pidió que
cuidáramos de ti," alcance a decir antes de estallar en lagrimas. La alcance y la levante, agarrándola cerca de mí mientras lloraba. Josh
camino alrededor y puso sus brazos alrededor de la niña, también. Nos miramos el uno al otro por un rápido segundo y llegamos a la
misma conclusión. No importando las probabilidades, nos haríamos cargo de la pequeña Lisa y cuidaríamos que ella se convirtiera en
la fina persona que su padre fue.
"Vamos cariño," le dijo Josh. "vamos a hablar sobre tu padre."

Con su sugerencia, asentí con el Capellán y le di a la joven niña a Josh antes de salir por la puerta.

Hable con algunos de los pilotos que habían sobrevivido a la misión. Una practica común entre los pilotos de combate, era llevar una
pequeña grabadora que conectábamos a nuestro sistema de comunicación de nuestros aviones. Después de una misión, escucharíamos
lo que había pasado y aprenderíamos las lecciones que las cintas nos presentaban. Siempre me sorprendía la cantidad de información,
aunque tan clara como una campana en una cinta, no se registraba cuando uno volaba.

Escuchamos a las cintas que los dos pilotos habían grabado y la revelación estaba brillando por su claridad.

Waylan estaba volando como "Líder Aguila" o "Aguila Uno." Max era "Iglú Uno." Los otros nombres eran los pilotos en sus equipos
respectivos. Las cosas procedieron normalmente hasta que los invasores Zentraedi realizaron su movimiento hacia el grupo de escolta.

"Líder Iglú, al grupo. El enemigo se acerca por detrás, así que sepárense y prepárense para formar un perímetro defensivo."

"Correcto. Ala Aguila moviéndose ahora." Era la voz de Waylan. Él estaba comandando una de las dos alas del grupo de escolta, con
Max a cargo de la otra, además de ser el comandante del grupo.

"Iglú Uno al grupo. Estén alertas. Quiero verlos a todos ustedes en el desayuno de mañana."

"Bandidos acercándose a las diez y a las dos," indico Waylan.

"Correcto, los tengo," vino la voz de Max. "La lucha esta prendida, vamos por ellos."

El radio hizo erupción en un remolino de voces distorsionadas.

"Espero que podamos aguantarlos mientras la ayuda llega aquí," comento Max entre las ordenes.
Mientras las cinta corría, las voces que se podían distinguir fácilmente, unas entre otras, empezaron a silenciarse. Y entonces llegó una
transmisión que hizo que mi sangre se coagulara.

"Hey, tengo un problema," llegó la voz de Waylan, tan clara como el día, seguida por un golpe. "Qu-," su voz fue interrumpida por una
rajadura y un sonido de aire. Recorrimos la cinta una y otra vez y la conclusión era inequívoca. El caza de Waylan había sufrido una
catastrófica descompresión. Cualquiera que haya sido el resultado del intercambio de balas de un caza enemigo que haya brincado o
simplemente la falla de la cabina o del sello de la cabina que cedió, estaba claro que su caza se había descompensado. Que su sentencia
se haya cumplido tan abruptamente solo sugería una de dos cosas: su caza había explotado, matándolo instantáneamente o su mascara
fallo al poco tiempo de la descompresión, matándolo un poco menos que instantáneamente. Expuesto al vacío del espacio, Waylan
debió de haber muerto de una manera rápida y violenta.

Aquellos que estabamos reunidos alrededor del tocacintas, nos miramos el uno al otro con una comprensión sombría. No había vuelta
de hoja. Waylan James Green, el as de la RDF, en la posición 8 del rango y un hombre de apenas 19 años de edad, se había ido. "Los
Tres Picassos" ahora solamente sumaban dos.

Parte VII: Escalando


Capítulo 37 - Tiempo de Pago

No puedo pensar en ninguna palabra que describa la perdida de un amigo cercano. Vacío. Ira. Frustración. Amargura. Rabia. Todas
esas aplican y cuando son combinadas, se aproximan a la manera de como se siente uno después de vivir tal evento -pero ninguna de
esas descripciones pueden dar una descripción completa de este sentimiento. Si yo estuviera obligado a elegir solamente una palabra
para describir como me sentía en los días que siguieron a la muerte de Waylan, esta seria enfurecido.

Era difícil no sentirse de otra manera. Estaba enojado con el mundo. Enojado y cansado. Se me había otorgado el sueño de mi vida -el
convertirme en un piloto de combate- pero llego a tener un costo que me hizo preguntarme si realmente valía la pena. Había perdido
tantos amigos cercanos, compañeros de escuadrón, y seres queridos en tan corto tiempo. Bill Brubaker, Dain Clements, Jin Takamura,
Jacien Carr. Wise, Martin y Mitchell. Joe Burkett, Rebeca... y ahora Waylan. Estaba cansándome de ver los estantes vacíos en las
barracas y las familias destruidas por esta terrible guerra y estaba enfurecido por mi incapacidad de poder hacer algo al respecto.

La muerte de Waylan fue particularmente difícil de tragar por que me di cuenta demasiado tarde que pude haber hecho algo para
prevenirla. Había ignorado los signos de advertencia. Las premoniciones de Waylan, su intranquilidad antes de su ultimo vuelo y un
escalofriante pasaje del "¡Samurai!" de Sakai. Una señal más clara, que la de Sakai, no era posible. Las circunstancias fueron
diferentes, pero el resultado fue el mismo. Un hombre ala, inquieto de ser obligado a volar con alguien mas que con su líder habitual se
había perdido para siempre. Honda y Green. Los dos, pilotos de combate, los dos muy hábiles y los dos con solamente 20 años de
edad. Enviados a sus muertes por hombres que ignoraban las advertencias que ellos presentían, resultando en muertes que fueron
trágicas, fútiles e innecesarias.

"Aquellos que ignoran la historia están destinados a repetirla." Mientras me sentaba cavilando, esas palabras hacían eco en mi cabeza,
como una canción que no puedes dejar de cantar, y por mas que lo intentaba, no podía silenciarlas. En ese momento decidí que obtener
una compensación por la muerte de Waylan había expirado hace mucho y empece a hacer algo sobre eso. Sabiendo que el, también,
estaría ansioso de liquidar cuentas con nuestros amigos alienígenas, salí a buscar a Josh Kaufman.

Nosotros, por supuesto, necesitaríamos un plan -y el que tenia en mente funcionaria perfectamente.

Uno de los extraños y maravillosos agujeros en el voluminoso libro de procedimientos de operaciones de la RDFN fue creado
específicamente para los aviadores. Cuando se hacen reparaciones a las naves, era un requerimiento hacer un vuelo de prueba a la nave
antes de regresarla al estado de servicio activo. En tiempo de guerra, el procedimiento indicaba que el avión debía ser probado antes de
cualquier acción de combate "si existen las condiciones para conducir un vuelo de prueba." Como uno puede imaginarse, aquellos
pilotos con las más altas puntuaciones tienden a tener sus aviones bajo "reparación" de manera frecuente para explotar esta regla en
particular.

Una rápida conversación con Philo resultó en un "problema" de transferencia de combustible que necesitaba revisarse. De manera
extraña, una anomalía similar también le afecto a la ave de Josh Kaufman. Mientras Husky y yo fuimos a la sala para prepararnos para
nuestro vuelo, nuestras cuadrillas cargaron a las dos naves con combustible y munición. Para propósitos de defensa, nuestros cazas
eran cargados con seis Stilletos, tres colgados a cada lado en las dos lanzaderas dentro de la nave y una carga completa de metralla de
55mm para nuestros rifles GU-11.

Mi plan era simple. Nos dirigiríamos a la zona de practica antes de dirigirnos hacia la posición actual de la fuerza de batalla enemiga
más cercana, manteniendo una posición estacionaria en órbita alrededor de la luna. Un barrido prolongado de radar serviría para
seducir a los alienígenas a enviar un grupo de cazas para interceptarnos, y el juego empezaría. La misión también nos daría nuestra
primera oportunidad de probar el último programa de Contramedidas Electrónicas (ECM). Nuestros amigos alienígenas habían
retrabajado sus misiles para que fueran mas resistentes a nuestros distorsionadores, y por lo tanto, nuestras perdidas se habían elevado
por mucho, comparado con las que habíamos tenido en las ultimas semanas.

Después de explicar mi pan con Josh, me prepare para nuestro vuelo. En los días cuando tenia tiempo para colocármelos, yo volaba
con mis lentes de contacto puestos. Esto ya no era posible. Salir rápidamente de mi cuartel a la mitad de la noche y lanzándome
salvajemente a mi nave, me dejaban poco tiempo para colocármelos, por lo que tuve que buscar otras ideas.

Los anteojos estaban bien hasta cierto punto, pero ellos presentaban también su juego de problemas. Los lentes convencionales con las
aletas pegadas a la sien no eran muy cómodos debajo de un casco a la medida, y los sellos alrededor del casco presionarían las aletas a
los lados de tu cabeza. Después de unas horas, un dolor de cabeza era inevitable y la concentración rápidamente sé hacia pedazos. Los
tirantes, los cuales se amarraban alrededor, detrás de los oídos, eran mucho más cómodos y tenían el beneficio adicional de mantener
los lentes en tu cara, previniendo que se deslizaran a tu nariz cuando jalando gravedad. Sin embargo, a diferencia de los lentes con
aletas, donde el piloto se colocaba el casco y después deslizaba los lentes con facilidad, un piloto usando lentes con tirantes tenia que
ponerse el casco después. Y muy a menudo, los sellos de los oídos, moverían uno o los dos cables de la sien y el proceso tenia que
repetirse. Cuando los segundos cuentan, esta no era una situación atractiva.

Mis goggles deportivos, con su correa elástica, eran la cosa más cercana a una combinación de los dos - más fácil de colocar que los
lentes de tirante y más cómodos que los de aletas- mientras la correa se mantuviera derecha en la nuca mientras se colocaba el casco
sobre ellos. Desgraciadamente, a veces esto era algo problemático y hoy fue uno de esos días. Mis contactos me habían dado molestias
toda la mañana y decidí salir sin ellos. Tres veces intente colocarme el casco sobre mis goggles, y las res veces la correa se torcía.
Como usábamos mascaras que cubrían toda la cara, no había manera de colocarse los goggles alrededor del casco como los pilotos de
combate de los 1940s y 50s. Estaba claro que necesitaba otra opción y mientras forcejeaba con los goggles por cuarta vez, jure que
resolvería el problema de una vez por todas en cuanto regresara.
Josh había tenido sus propios problemas con el sello de la mascara, pero rápidamente los había enderezado y en la hermosa mañana del
25 de Mayo nos lanzamos en nuestra misión de venganza. El lanzamiento de catapulta y punto de reunión paso sin novedad y después
de unas transmisiones cortas de radio recibimos nuestro espacio en el área de practicas. Con el SDF-1 encogiéndose detrás de mí, lleve
mi caza hacia el área de practicas y procedí como estaba planeado. Con unas profundas aspiraciones empecé a mentalizarme en la tarea
que tenia en mi mano. Encendiendo y apagando mis luces de posición cinco veces, le señale a Josh que cambiara a nuestra discreta
frecuencia del Botón Cinco.

Presione el botón en mi palanca, espere cinco segundos y después llame a mi hombre ala. "Muy bien, Husky, estamos tu y yo
solamente. Vamos a quemar a algunos de esos idiotas, ¿Tú que dices?"

"Entendido. Listo en cuanto tú lo estés, jefe."

"Muy bien, aquí vamos, llegando por la izquierda." Con la venganza en mi mente y el odio en mi corazón, moví ligeramente la palanca
hacia la izquierda, llevándonos en dirección a la luna y al grupo de batalla Zentraedi en su punto más lejano.

"Aguila Veloz Dos Cero Nueve, Control Prometeus. Sé esta desviando de su plan de vuelo, por favor confirme."

Yo ya había previsto que no le tomaría mucho tiempo al SDF-1 darse cuenta de a donde nos dirigíamos y a que frecuencia habíamos
cambiado. En este respecto el controlador me demostró que tenia razón. Así que decidí en intentar y detenerlos.

"Control Prometeus, Aguila Veloz Dos Cero Nueve. Nos dirigimos en esta dirección para una prueba de flujo de combustible a alta
velocidad, cambio."

Una pausa. El controlador estaba dudando si hablar a un supervisor para averiguar que debería hacer. Después de un prolongado
silencio, el continuo, "Muy bien, Dos Cero Nueve, entendido. Cambie a Botón Tres ahora, cambio."

Yo no conteste.

"Aguila Velos Dos Cero Nueve, este es Control Prometeus. Cambien a Botón Tres, cambio."

Espere en silencio.
"Dos Cero Nueve, Dos Cero Nueve, aquí Control Prometeus," el controlador llamo ansiosamente. "¿Me escucha?"

No deseando que el controlador enloqueciera y mandara cazas para rescatarnos, intente un truco tan viejo como la misma radio.
"Cont-... Prome-...-us... -loz Dos Ce-...-ve... Ape-... ...-uedo escucharlo... -bio" Encendiendo y apagando el micrófono y silbando aquí y
allá, esperaba que el controlador pensara que solamente tenia problemas de radio y me dejaría solo. Él hizo varias llamadas a Joshua y
a mí antes de darse por vencido de pura frustración. Era el truco más viejo del libro pero -por ahora, cuando menos- estaba
funcionando.

La superficie fría, craterienta, polvosa y gris de la luna avanzaba y pasaba firmemente debajo de nosotros, con ella iba nuestra
protección de la flota alienígena. Localice el Mar de la Tranquilidad, el famoso punto donde los astronautas del Apolo 11, Neil
Armstrong y "Buzz" Aldrin se convirtieron en los primeros hombres en caminar sobre la luna. Inconscientemente, me estire para
buscar un rastro del Modulo de Excursión Lunar del Apolo 11 y la bandera Estadounidense erigida por los astronautas, sabiendo
perfectamente bien que nunca podría verlas desde esta distancia -asumiendo que aun existieran.

Jalando el acelerador una pulgada y usando la fuerza gravitatoria de la Luna como catapulta, incremente nuestro acercamiento a la
flota enemiga. Con el movimiento de un interruptor empece a barrer el área enfrente de nosotros con mi radar. No estaba preocupado
en permanecer oculto, ya que la única manera de llamar a los Zentraedi a que pelearan sería asegurarnos que ellos supieran donde
estabamos. La pantalla de detección de amenaza se encendió, dibujando sus bandas onduladas amarillas y rojas, mientras mi sistema
electrónico de defensa empezaba a calcular la detectabilidad de mi caza a los radares de búsqueda Zentraedi. Mientras entrábamos en
la banda amarilla, lo que indicaba que el enemigo tenia una oportunidad de 50/50 de encontrarnos, empece a sudar. Dentro de quince
segundos no habría duda de que los Zentraedi nos tendrían en su radar y nos encontraríamos peleando por nuestras vidas en unos
cuantos momentos.

Me robe una mirada sobre mi hombro derecho. Josh estaba justo detrás de mi ala derecha, firme y fiel como siempre. La feroz mirada
en sus ojos antes de que partiéramos estaba incrustada en mi mente y elimino cualquier pensamiento de culpa al comprometerlo de esta
manera. Estaba claro que su rabia era igual a la mía, y la única manera de suprimirla era derramando sangre.

"Muy bien, Husky. ¿Estás listo para la fiesta?" le pregunte.

"Listo cuando tú lo estés, Jake."


"Muy bien." Un tono se encendió en mi casco. "Radar del enemigo a la una. Nos tiene." el sistema de detección de amenazas se fue a
rojo.

"Enterado. Ahora no tardaran mucho," él indico

"Controladores arriba, Dos," ordene.

Con la reacción instintiva desarrollada después de meses de combate, nuestros dedos enguantados alcanzaron nuestros interruptores
maestros respectivos y los enfrentamos. La Pantalla del Sistema de Armamento de Josh y su HUD se encendió con información del
estado de sus armas, así como el mío. El familiar ajetreo que venia después de cada enfrentamiento me golpeo con su habitual
intensidad y me estremecí mientras un escalofrío recorrió mi espina. Algunas cosas nunca cambian.

Mientras nos embarrilábamos en el crucero de ataque Zentraedi más cercano -un Queadol Magdomilla, también conocido como
"Queasy Maggie"- levante mis nudillos y me surgió un recuerdo de mi desaparecido amigo. Me encontré lleno de una oleada de ira que
sin lugar a dudas bloqueo mi juicio. Un asalto a una flota Zentraedi con un par de cazas Veritech no era lo que una persona racional
haría, pero los recuerdos de la muerte de Waylan me hacían imposible no comportarme de una manera racional.

Queadol Magdomilla, Zentradei Strike Cruiser

Sujete mi selector de blancos de la palanca y marque la nave enemiga. El halo rojo en el HUD me mostró que podía golpear el pesado
crucero, aun a su extremo lejano, pero mis misiles no estaban dirigidos a ella – de cualquier manera, no podrían ocasionar ningún daño
apreciable en la nave de 2 kilómetros y medio de largo. Tenia otros planes en los misiles que guardaba y para cualquier caza Zentraedi,
lo suficientemente desafortunado para presentarse en este día. Con una determinación sombría, continuamos acercándonos al Queadol.
Mientras nos movíamos para acercarnos a 700 millas de la nave, me preguntaba por que los Zentraedis no habían despegado para
interceptarnos. A 200 millas, estaba completamente perplejo.

"¿Dónde están los interceptores, Husky?" llamé, sabiendo muy bien que Josh no tenía mas respuestas que yo.

"Creo que se acobardaron, jefe," contesto.

Me permití una rápida sonrisa. Sentía como si pudiera tomar a toda la flota Zentraedi yo solo, así que realmente no los podía culparlos
por tener miedo de pelear.

"Muy bien. Cambio de planes. Quiero que tomes las torres de comunicaciones y radar de popa. Yo voy por los que se encuentran por
delante. Esto nos dará algo de tiempo y dañaríamos su coordinación. Nos reuniremos detrás de ella, así que quiébrate a la derecha y te
reúnes conmigo después de que los hayas golpeado. Yo voy a estar detrás de ti. Repito, punto de reunión en popa."

"Entendido," llamo Josh.

"Muy bien. Aquí vamos."

"Correcto."

"Uno esta dentro."

"Dos esta dentro."

Presione el botón de la palanca con mi pulgar y seleccione la red de radares y comunicaciones en la nariz de la gigantesca nave. Un
gorgojeo en mi casco y un haz rojo en el HUD me mostraron que mis misiles habían localizado el blanco. Estaba acercándome al
Queadol a mas de 20,000 pies por segundo, dándome como 25 segundos para asegurar el blanco y disparar. Presionando mi
mandíbula, apreté el gatillo en la palanca dos veces y vi como un par de Stillettos se soltaron de sus rieles para alcanzar a su presa. Fue
muy fácil. Muy fácil. Los misiles golpearon el conjunto delantero de radares y comunicaciones, convirtiendo el grupo de antenas
localizadas ahí en polvo cósmico.
Una mirada al centro de mi pantalla EFIS me mostró una vista aumentada del crucero que se encuentra delante de mí. Un toque en el
pedal de timón derecho llevó mi rifle a apuntar sobre una fila de sensores y antenas en la giba dorsal delantera. Presionando con mi
pulgar el botón sobre la palanca libere una ráfaga de balas de 55 mm hacia la nave alienígena. Libere suavemente la palanca hacia atrás
y barrí mi ráfaga de disparos a lo largo de la parte trasera de la nave enemiga verde oscuro. Los sensores se desintegraron en una nube
de acero y blindaje que estallo del crucero, rasgando la red de sensores en trizas. Mientras miraba sobre la parte superior de la nave,
esquive la joroba por unas cuantas pulgadas mientras los destrozos del crucero rebotaban de la nariz de mi caza.

"Revenge of the Two Picassos" by J.W. Smith

Quebrando mi caza hacia la derecha, jalando tan fuerte como me atrevía, le indique a Josh que estaba fuera del blanco. "Uno esta
fuera."

Parecía que le tomo todo un día a Josh para responder. Finalmente él llamó, "dos esta fuera."

Use el sistema de puntería para localizar su caza, ahora arriba y a mi derecha, transportando su trasero tan lejos de la nave tan rápido
como podía. La luz brillante que se reflejaba de la luna era hermosa, y mientras me acercaba al Valkyrie de Josh, la silueta de su caza
sobre la superficie lunar pintaba una pintura surrealista -algo amenazante.
"Ahí vienen, Jake," Josh dijo.

Mi Radar de Peligro (RWR) sonó su alarma altamente aguda un segundo después, confirmando la llamada de Josh.

"Correcto. Tengo un radar de localización a las seis en punto," después otro tono. "¡Esta disparando! ¡Quiébrate a la derecha!"

El Valkyrie de Josh se quebró lejos, escasamente a la derecha mientras yo jalaba mi caza hacia la izquierda. Yo pude atascar los
misiles que habían lanzados hacia mi justo antes de hacerlos tronar. Sus fusibles de proximidad hicieron que explotaran, pero yo estaba
fuera de su esfera letal y evite daños. Una evaluación instantánea de la situación me mostró a una docena de Regults de distintos tipos
y seis Raulon'ves.

Mientras el trío de Raulon'ves apareció enfrente de mi nariz, dispare tres de los cuatro Stillettos que me quedaban y vi como golpeaban
los interceptores Zentraedi. Como un cronometro, Josh destruyo los otros tres en una serie staccato de explosiones y relampaguearon a
mi derecha mientras pasaba.

"Muy bien, Josh, vamos a tomarlos por arriba."

"Correcto."

En unísono, ejecutamos una media vuelta, girando hacia afuera en un pase por arriba de los Regults que estaban siguiendo a los
Raulon'ves que acabábamos de destruir. Mi RWR estaba todavía levantando un infierno y mi sistema de blancos no le tomo mucho
localizar la fuente del radar.

"Josh, hay un Radar Regult... ugh" empece, antes de jalar mi caza para esquivar los disparos lanzados por la manada de Regults que
ahora estaban muy cerca, casi para tocarlos. Mientras la metralla relampagueaba debajo de la nariz de mi caza, eso me recordó de la
regla que indicaba que la metralla que se aproximaba tenia el derecho de paso. Presionando con mi pulgar el botón de la palanca, libere
una ráfaga de balas hacia los Battlepods, dispersándolos en todas direcciones. "Josh, cúbreme, voy a ir por ese Battlepod Radar. Si
podemos eliminarlo va a arruinar su rastreo y miras y así podremos largarnos de este infierno.

"Correcto, estas cubierto. Adelante."


Zentraedi Recon Scout Regult

Me acerque rápidamente al Battlepod. El haz en el HUD se convirtió de amarillo a rojo y apreté el gatillo. El último Stilletto dejo el
riel y se lanzo detrás del Regult de Exploración y Reconocimiento, siguiendo las emisiones de su radar. Como estaba anunciado, el
misil golpeó en el punto muerto del centro, destruyéndolo con una bola de fuego breve. Con la nave radar ahora destruida, el tono de
mi RWR se volvió silencioso, Josh y yo dirigimos nuestra atención hacia los Regults que estaban detrás de nosotros.

Cambiando a modo Guardián, cargamos hacia ellos, las armas flameando. Como posesionados por demonios, peleamos con ellos por
diez minutos, Josh anotando siete mientras yo me hice cargo de los otros cinco. Con el cielo vacío alrededor de nosotros -y sintiendo
que la discreción era la mejor parte del valor- partimos hacia casa. Llevando una apresurada retirada hacia la cara oculta de la luna, nos
mantuvimos alertas por la presencia de cazas enemigos. No encontramos ninguno y mientras nos acercamos a la seguridad del único
satélite natural de La Tierra, empece a relajarme. Con el sistema de radar del Queadol fuera de funciones no había mucha oportunidad
de que nos encontraran y una vez que llegamos al lado lejano de la luna, seriamos intocables.

"Vaya, eso fue extraordinario, Josh," sonreí, mirando hacia mi hombre ala.

"Y que lo digas. Creo que necesito cambiar mis cajones," entono.

Yo reí. La adrenalina que vino de la pelea se estaba terminando ahora y mis manos empezaron a temblar. Todavía no había registrado
la magnitud de lo que habíamos hecho, pero habíamos salido exitosamente de una proeza increíble. Dos cazas atacando y
deshabilitando un Queadol Magdomilla sin ojivas nucleares era un logro sin precedentes y si no terminábamos en una audiencia de una
corte marcial por nuestra pequeña acrobacia seguramente terminaríamos con una medalla.

En ese momento y por razones que no puedo explicar, el cabello en la parte de atrás de mi cuello se levanto. Asomándome sobre mi
hombro localice un Battlepod Glaug de Oficial rugiendo hacia nosotros.

"¡Cielos, quiébrate!" grité, jalando mi caza en la vuelta mas violenta que jamas haya intentado.
Zentraedi Glaug Officer's Pod

Mientras la fuerza de jale me presionaban sobre mi asiento, me estire por un vistazo del caza alienígena. El Glaug se pego conmigo,
vuelta tras vuelta mientras jalaba mi caza hacia atrás y adelante en un intento desesperado para mantenerme fuera de su fuego. El
Battlepod Oficial tenia la ventaja adicional de tener una extremadamente amplia área de tiro. Su rayo de partículas y sus cañones
múltiples pueden ser apuntados en casi cualquier dirección, convirtiéndolo en un caza muy difícil de esquivar. Yo solamente me había
enfrentado con un Glaug en toda mi carrera y salí de la experiencia con un avión lleno de agujeros. Solamente la Intervención Divina
me había auxiliado en esa tarde y me encontré esperando que hoy también me salvara la Intervención Divina.

"¡Josh, quítame a este idiota de mí!" grité casi llegando al pánico. Para todos es imposible permanecer tranquilo cuando hay gente
disparándote y yo no era la excepción en este caso.

El Glaug estaba pegándose a mí como pegamento y nada de lo que hiciera podía quitármelo de mí. Giré hacia la izquierda y jalando
bruscamente sobre la palanca, haciendo lo todo lo posible para estar debajo de él. Mientras Josh se acercaba detrás de él, el Glaug soltó
un torrente de fuego. Mi ala derecha desapareció en un relámpago de luz y me encontré pensando que finalmente había encontrado mi
fin. "Bueno, esta es," me dije a mí mismo, esperando por la siguiente descarga que convirtieran mi plan en trizas. Por suerte, estaba
prematuramente prediciendo mi defunción, ya que Josh llego al rescate y exitosamente dirigió hacia fuera al atacante alienígena.

Cambiando a modo Guardián me lance hacia el Glaug mientras el se quebraba hacia afuera, deseando que hubiera guardado mi ultimo
Stilletto para el viaje a casa. Con mi propulsor casi cerca del alto, no me estaba acercando al Battlepod muy rápidamente. De hecho,
me preguntaba si me estaba acercando a él. El haz en el HUD rodeaba el evasivo caza Zentraedi con su anillo amarillo, y esperaba
impacientemente a que cambiara a rojo. Repentinamente -y con una exactitud que no pudiera ser pero- la computadora me alertó de mi
nivel de combustible con su calma, hecha así, "Bingo. Combustible, Doce Punto Cero.

"Oh, diablos," murmure, mirando hacia mis medidores de combustible.

"Estoy Bingo, Jake," llamo Josh.

"Entendido."

Yo no podría culparlo si se regresara a la seguridad de la nave, pero no lo hizo. Josh nunca ha sido una persona que me cuestione sobre
nada y si yo iba a perseguir a esta nave hasta el sol con un tanque de combustible, él me hubiera seguido todo el camino en formación
perfecta. Yo continué con la persecución de la nave alienígena, la distancia entre nosotros -y el combustible en mis tanques-
reduciéndose continuamente. Fue cuando recordé que la ultima vez que vimos a Waylan estaba persiguiendo un Glaug no diferente a
este.

"Hijo de perra," alcance a decir entre dientes.

Los Glaug estaban entre los más raros de los mecha Zentraedi. Y como tales, era muy probable que este bastardo -que estuvo cerca de
matarme hace unos momentos antes- había tenido éxito en eliminar a Waylan Green. Estaba ansioso de regresar el favor.

Ignorando el hecho de que estabamos alejándonos de casa una vez mas, empuje el propulsor hacia adelante como media pulgada e
incremente mi rango de acercamiento sobre el caza enemigo. Ahora era una carrera entre mi medidor de combustible y el haz en el
HUD. No me tomo mucho tiempo darme cuenta que el medidor de combustible estaba ganando.
Con un inconfundible tono de preocupación, Josh trajo nuestros problemas de combustible una vez más. "Jake, necesitamos regresar
ahora o nosotros..."

"Lo sé. Lo sé." Conteste chasqueando, cortando su transmisión.

Maldije nuestra mala suerte. El gusano de sangre verde se iba a escapar. Frustrado y enojado, libere una ráfaga de mi rifle a máximo
alcance antes de interrumpir de mala gana mi persecución. Dirigiéndome a casa, maldije dentro de mi máscara en frustración. La
venganza tendría que esperar por otro día.

Capítulo 38 - Tiempo de Reflexión

Fue solamente la gracia de Dios lo que hizo que regresáramos a la nave. El empuje requerido para alterar nuestra órbita tres veces fue
suficiente para secar el combustible de nuestros tanques. Josh aterrizó sobre la nave con el último pedazo de masa reactiva expulsada
por sus turbinas y tuvo que ser arrastrado hacia el hangar. Las turbinas de mi Valkyrie se apagaron en la carrilera, y como me había
pasado en mi primera misión, aterrice en el punto muerto de la nave. Ningún piloto de combate en la historia de la RDF había
aterrizado en una nave espacial en el punto muerto dos veces y la gente se empezaba a preguntar cuanto tiempo se mantendría mi
suerte.

Nueve muertes. Ahora mi total estaba en 146. Sin lugar a dudas debería estar enorgullecido del éxito de nuestra salida, pero no lo
estaba. Una vez mas había bajado mi guardia en un momento critico y ese hecho casi me había costado mi vida. Descendí de mi caza y
caminé alrededor hacia donde la ala derecha debería de estar. En su lugar estaba una sección de metal achicharrado que se extendía
desde la facia de raíz de la ala como dos pies hacia afuera, evidencia lúgubre del desastre que estuvo cerca de ocurrirme a mí. Todo lo
que podía hacer era mover mi cabeza y patear la rueda principal derecha mientras me condenaba a mí mismo.

El daño por si mismo no era particularmente critico en tiempo. Como muchos de los viejos Veritechs del SDF-1, mi caza estaba
programado para pasar a volver a ser equipado lo que lo acomodaría dentro del estándar de VF-1J y ajustes y accesorios para el
paquete de armaduras del Super VF. Mientras estaban haciéndole la actualización, la ala dañada estaría reemplazada y la tendría de
regreso como nueva dentro de una semana. Este hecho hizo poco para liberar la rabia que sentía al no poder ajustar cuentas con el
Glaug, por lo tanto, fui directamente a mis cuarteles echando humo.
Camine dentro de mi cuarto y azoté la puerta, después camine lentamente hacia mi escritorio. Una pequeña caja negra de medallas y
una carta de un burócrata anónimo de alto rango estaba descansando junto a mi lámpara. Abrí la caja y en ella estaba un Cruz de la
RDF con una estrella de plata al valor. Sabia que no estaba dirigida a mí y después de leer la carta, me demostró que estaba en lo
correcto.

La medalla de Waylan por fin había llegado. Cuando él llegó a la marca de las 200, él había sido recomendado por el bien merecido
reconocimiento. La carta reconocía su servicio superior a su nación y a su mundo. Detallaba las acciones del 3 de Mayo cuando
Waylan, "mientras dirigía a sus cazas contra fuerzas inmensamente superiores," había "exitosamente destruido un crucero enemigo" y
"[desbandado] tres divisiones completas de Battlepods invasores antes de lanzarse en una segunda misión y atacar una cuarta división
de Battlepods." La carta, pulcra y llena de elogios, cerraba citando, "Usted ejemplifica los más altos estándares de coraje y disciplina y
deseamos un éxito continuo en misiones futuras." El aparato burocrático había fallado una vez mas y una medalla estaba siendo
otorgada a un hombre que estaba muerto -reconocido como si el se fuera a levantar y volar una misión la siguiente mañana. Me resistí
a la urgencia de buscar el Capitán anónimo que había compuesto esta nota y estrangularlo. ¿Realmente los militares habrán apreciado
su sacrificio si no pudieron ver que él ya se había ido?

Sentí como la ira se empezaba a construir y luche para contenerlo. La rabia no lo traería de regreso, me dije a mí mismo repetidamente.
Mientras me senté a ver las fotografías en mis repisas, empece a contar las caras dentro de los marcos y encontré mas muertos que
vivos. La fotografía de Waylan Green fue la que me golpeo mas duro. Él había sido tan buen amigo y él estaba muerto ahora porque
había fallado en ver las señales de aviso.

"Aquellos que ignoran la historia están destinados a repetirla." "Nosotros deseamos su éxito continuo en misiones futuras." Las
palabras hacían eco en mi cabeza una y otra vez. Me exaspere tanto por ellas que momentáneamente perdí control de mí mismo.

"¡¡Hijos de perra!!" rugí, a lo mas que podían mis pulmones, lanzando mi escritorio a un lado antes de voltearlo y lanzando un
puñetazo a través de la ventana de vidrio en mi cuarto. El vidrio roto me abrió un par de cortes de cinco pulgadas a lo largo de la parte
superior de mi mano y la sangre salía a chorros como un irrigador de un jardín. No pudo haberme importado. Empece a lanzar libros,
diagramas, sillas -todo lo que pudiera tomar con mis manos- por la ventana, aplastando y destruyendo todo lo que estaba a la vista.
Probablemente hubiera continuado hasta que me desangrara completamente si Josh, Sprabary y Plog no hubieran irrumpido dentro de
mi cuarto y detenido.
El Tte. Sprabary fue el primero en intentarlo y en sujetarme. En mi rabia, lance al piloto de combate de 150 kilos sobre mi espalda y
empezó a saltar alrededor del cuarto maldiciendo y gritando como un duende satánico. Josh y el Tte. Plog embistieron contra me, cada
uno agarrándome de un brazo. Forceje hasta que, con la ayuda de Sprabary, los dos pilotos me lanzaron contra el suelo, boca abajo.
Aun rugiendo de ira, pelee para quitármelos de encima, pero era inútil. Claramente no era competencia para un combinado de 350
kilos de peso y simplemente me di por vencido, reducido a sollozar como un niño. Una multitud se había congregado en la puerta,
mientras mis compañeros de escuadrón, alertados por mis gritos, corrieron para averiguar que estaba pasando. Plog los ahuyento con
una orden precisa y ellos se dispersaron, mientras Sprabary corría por el corredor buscando un botiquín de primeros auxilios.

Mi mano estaba sangrando profusamente y mi cuarto era un matadero. La sangre estaba regada sobre el piso, paredes, ventanas y
muebles. Papeles y libros estaban esparcidos por todos lados. Sin lugar a dudas, mis compañeros de escuadrón estaban pensando que
había perdido la razón -y ellos pudieron haber estado correctos en su evaluación. Mientras el Tte. Plog trabajaba en mi mano
lastimada, sollocé con los ojos cerrados. No podía hacer nada mas que sentir que la muerte de Waylan era mi culpa. Como la muerte
del Tte. Carr antes que la de él, había fallado en responder apropiadamente y el resultado fue un amigo muerto. Para hacer las cosas
peores, mi arrebato casi había arruinado mis oportunidades de convertirme en el Oficial Ejecutivo de un escuadrón. -destrozados como
la ventana manchada de sangre de mi habitación. Cualquier intento de buscar una mayor retribución por la muerte de Waylan seria una
perdida de tiempo, ahora, como si fuera lo suficientemente afortunado de poner el pie dentro de una cabina de un caza otra vez.

El Tte. Plog le ordeno a mis compañeros de escuadrón que limpiaran el desorden que yo había hecho antes de acompañarme a la
enfermería. Mientras caminábamos del jeep del Teniente, pase mis dedos por mi cabello en exasperación. El cirujano de vuelo me
castigaría indefinitivamente cuando descubriera la razón por mi mano derecha masticada. Durante el viaje a la enfermería, vacile entre
arrepentimiento y resignación. Por un lado, yo, avergonzado, lamente mi comportamiento, pero por el otro lado, no me importaba
mucho. Estaba luchando para poner una defensa mental por lo que había hecho, porque -piloto de combate as o no- no había manera de
ignorar mis acciones y por lo que se veía, mis días de volar estaban acabados.

Caminamos dentro de la enfermería y fuimos escoltados por un corredor hasta llegar con una hermosa enfermera rubia. Ella me indicó
con una mano, hacia una puerta de una sala de examinación blanco añejo. Tome asiento en la mesa, preguntando que pensaría el
cirujano de vuelo cuando él viera mi mano.

"¿Qué tenemos aquí?" preguntó el canoso Teniente Comandante, estrechando sus ojos mientras él enfocaba en mi mano magullada.
Durante el viaje a la enfermería, había intentado preparar una respuesta que sonara razonable, pero no pude pensar en una. Por lo que
parecía una eternidad mi mente se revolvió por una respuesta apropiada a la pregunta que sabia que el Comandante preguntaría, todo
fue en vano. Compasivamente, el Tte. Plog me ahorro la indignidad de contestar y al mismo tiempo, probablemente me salvo mi
carrera.

"Estabamos haciendo una... practica de combate mano a mano, Comandante. Fue mi culpa. Yo, bueno, lo lance contra una ventana."

Los ojos del Comandante se estrecharon mas y podría decir que el no se trago la explicación. Pero no prosiguió con el interrogatorio
mas allá y después de 27 puntadas en tres lugares distintos, fui enviado a casa con un una nota de "Deberes Ligeros" para siete días.
Fui afortunado. Todos los tendones en mi mano, sorpresivamente no fueron tocados y volvería a la normalidad en poco tiempo.
Mientras tanto, la nota de deberes ligeros del doctor indicaba que no podría estar en una cabina en cuando menos una semana y que
probablemente pasaría mi tiempo ordenando papeles o escribiendo reportes con una mano.

Mientras regresábamos a las barracas el Tte. Plog me pidió que lo acompañara a su habitación. Descendí del jeep e intente prepararme
para la masticada que sin lugar a dudas iba a recibir. Para mi sorpresa, el Teniente tenia mas que oferecerme que un mero escarmiento.

"Escúchame, Jake, entiendo lo que estas sintiendo ahora. Créeme, lo sé. Pero esto," dijo, señalando hacia mi mano vendada, "no es la
respuesta."

Yo fruncí mis labios involuntariamente ante el comentario del Tte. Plog. "Señor, no creo que usted posiblemente pueda entender como
me siento," mi voz temblaba mientras luchaba contra la rabia que sentía por dentro.

"¿Qué quiere decir, Teniente? ¿Cómo puede decir que yo no entiendo? ¿Cómo puede decir que yo no entiendo? ¿Usted piensa que no
sé lo que se siente enviar hombres a enfrentar a la muerte? ¿Eh? Mire a lo que tengo que hacer todos los días. ¿Usted cree que no se lo
que se siente perder amigos?" preguntó, su voz alzándose ligeramente. "Fokker, Carr, Ordorica, Van Wielink. He perdido muchos
amigos, Sr. Framton y no lo disfruto mas que usted. El Tte. Carr era mas como un hermano para mí y si usted piensa que yo no camino
con un agujero en mi corazón todos los días porque el se fue, entonces usted esta terriblemente equivocado. Usted no tiene un
monopolio en perder gente que es cercana a usted, señor."

Me tomo por sorpresa su brusquedad, pero la tenia merecida. "Si, señor," alcance a decir, repentinamente avergonzado por cuestionar a
un hombre como el Tte. Plog.
"Usted quiere convertirse en un líder, ¿No es así? Usted ya tiene su barra de plata brillante en su alzacuello y algún día usted estará
preparándose para dirigir un escuadrón propio, ¿correcto? Bien, entonces es mejor que usted se acostumbre a algo y hágalo rápido.
Uno de los inconvenientes de sobrevivir es que tiene que vivir las muertes de los otros. Cuando usted envíe hombres a pelear, ellos no
siempre regresaran. Usted perderá mas amigos a lo largo del camino, Teniente, y si usted vive lo suficiente, le pasara otra vez y otra
vez y otra vez -y cada vez que pase, lo lastimara mas que la vez anterior. Créeme, hijo, si tu recurres a golpear ventanas cada vez que
te pase a ti, te quedaras sin sangre mucho antes de que te haga algún bien. Te lo puedo asegurar, Sr. Framton," dijo, dando un pase
hacia mí con su dedo índice apuntándome. "¡Se lo puedo asegurar!"

Asentí silenciosamente.

"Pasa que creo que usted es un buen líder y un demonio como piloto de combate, Tte. Framton. Si no creyera que usted fuera digno, le
hubiera dicho la verdad al cirujano de vuelo la verdad sobre usted. Dios sabe cual hubiera sido la consecuencia de esto," él dijo con un
semblante conocedor. "Ahora... he puesto mi cuello en el bloque de corte, joven, y voy a tener que escribir una docena de reportes para
cubrir tu trasero en esta hazaña que hay que cerrar. No me enrolles. No mas arrebatos como ese. Si sacas un espectáculo como ese otra
vez, sin importar cuanto este de acuerdo con tus sentimientos, yo mismo me encargare de hundirte. ¿Entendido?"

"Si, señor," indique con una firmeza renovada.

"Muy bien. Disfruta tu tiempo fuera de la montura. Espero resultados cuando regreses a estado activo. Se puede retirar."

Salude a mi C.O. e hice una rápida salida.

"A propósito, buen trabajo en ese Queasy Maggie de hoy. Eso fue algo muy osado de ustedes dos."

"Gracias, señor."

"Largo," dijo con un a sonrisa.

"Si, señor. Y gracias otra vez."

"Cuando quiera, Teniente."


Salí del cuartel de Plog para dirigirme al mío. El consejo de mi C.O. alivió mi rabia, pero solo momentáneamente. A pesar de sus
palabras empece a enfurecerme una vez mas y necesitaba dejarla salir. Retribución estaba todavía en mi mente y estaba determinado de
emparejar el marcador. De alguna manera.

A pesar de mi ansiedad, la venganza tendría que esperar. Mi mano estaba tan tiesa como una tabla y dolía como infierno puro.
Además, tenia otras cosas que atender, las cuales eran más importantes que la noción anticuada que podría desquitar la muerte de
Waylan matando Zentraedi. El hecho simple era que nunca podría igualar el marcador -un trillón de muertes no lo traerían de regreso.
En la parte de atrás de mi mente sabia que si no me detenía pronto me convertiría obsesionado con emparejar un marcador que no se
podía emparejar. Con cada muerte que hiciera -y con cada muerte que fallara- me consumiría de odio hasta que terminara muerto o
completamente loco. Por varias horas luche contra las fuerzas que tiraban dentro de mi corazón -un lado buscando venganza y el otro
suplicando por razón. Era suficiente para hacerme enfermar.

Regrese a mi cuarto, el cual, con la excepción de la ventana rota, se veía tan imperturbable como estaba antes de mi arrebato. La
medalla de Waylan estaba sobre mi escritorio, junto con la carta, ambas un símbolo -de alguna manera mas de uno- de lo que se trataba
esta guerra. Las alcance y cerré la caja, colocándola en uno de los bolsillos de mi camisa, después me voltee y salí.

Con la esperanza de que se aclarara mi cabeza, decidí intentar resolver las dificultades que tenia de colocarme los lentes debajo de mi
casco. Durante una visita rápida a mi optometrista, le dije de los problemas que tenia y le ofrecí una solución potencial. El casco de
vuelo estándar tiene aditamentos para cuatro visores no correctivos: un visor anti-destellos nucleares, un visor estándar ahumado, un
visor teñido de verde y un visor claro. Le pregunte al doctor si creía posible crear un visor claro de prescripción y colocarlo en lugar
del visor verde de mi casco. Después de unos cuantos minutos de juguetear con el casco, concluyó que sí era posible hacerlo.

"Lo tendré listo en dos días, ¿Está bien?"

"Excelente. Gracias doc." contesté, mirando a mi reloj antes de voltearme para salir. Aun tenia otros asuntos que atender y esos no
podían esperar.

"No hay problema," grito, mientras caminaba, saliendo por la puerta.


Eran las 1453 y tenia que reunirme con Josh, su novia de todo el tiempo, Kristy Ann Harris -"Harriska," como la llamábamos- y Lisa
Green. Desde el momento que había conocido a Kristy Harris por primera vez, había estado extasiado ante la hermosa morena. Sus
pómulos altos, sus brillantes ojos verdes y una sonrisa radiante que traería a la vida, aun al cuarto más tedioso. A pesar de que Josh
nunca lo había mencionado, yo podía decir que los dos habían llegado a algo serio en su relación y no tomaba mucho esfuerzo ver que
él había encontrado a una verdadera chica maravillosa. Nuestra nueva hija era quizás la más grande beneficiaria del descubrimiento de
Josh.

Una joven dama con un gran corazón, Kristy tomo un papel muy activo en el cuidado de Lisa Ann, mimando a la pequeña niña como
sí fuera de ella. Para asegurarnos que tuviera suficiente tiempo con su ahora familia extendida, habíamos trabajado para que cuando
menos uno de nosotros estuviera con ella en nuestros periodos de licencia. Esa tarde de Mayo se convirtió en la primera oportunidad
para que los tres de nosotros pasáramos el tiempo con la hija de Waylan y si no me apuraba, yo llegaría tarde.

Me apure a la casa de mamá y papá y recogí a Casey, después me dirigí al Parque de Ciudad Macross. La pequeña Casey ya se estaba
convirtiendo en una rompecorazones y mientras me abría camino hacia el parque, fui detenido varias veces por algunas de las mujeres
más hermosas que jamas haya visto.

"Así es como conoces a las mujeres," bromee con Casey, haciendo cosquillas en su vientre. Ella respondió con una enorme sonrisa que
ilumino completamente su cara.

Encontré a Josh jugueteando con Lisa, mientras Kristy se sentaba y observaba desde la sombra de un gran roble. Camine hacia ella y
cortésmente le pregunte si podía sentarme con ella en el mantel de día de campo que había extendido en el suelo.

"¡Seguro! Ven aquí, caramelo," dijo, alcanzando a Casey. Yo se la pase. "Oh, que linda eres."

Yo sonreí tan orgullosamente como cualquier padre lo haría. "Esta Lisa si que tiene arrojo, ¿No es así?" Le pregunte, viendo a Josh y
Lisa mientras ellos hacían payasadas.

"Ella es un huesito duro de roer. Todo esto que ha pasado debe ser muy duro para ella," observo Kristy.
Asentí silenciosamente, observando como los dos jugaban alcánzame en el pasto frondoso que había sobrevivido el rudo trato que
había recibido durante las numerosas y devastantes transformaciones de la nave. En poco tiempo, los dos se cansaron del juego y la
pequeña extendió su mano para tomar la de Josh.

"¡Vamos, tío Josh! Vamos ahora hacia allá," ella dijo, apuntando hacia los columpios.

"Oh, cielos, cariño, tu tío Josh esta a punto de tener un paro cardiaco." resopló. "¿Por qué no le pides al tío Jake si él va contigo?"

So volteo hacia mí y con una mirada de sorpresa exclamo, "¡¡Tío Jake!! ¡¡Tío Jake!!"

"Ahí esta mi llamada. Nos vemos al rato, Harriska," dije, antes de levantarme y de moverme para saludar a Lisa, quien ahora estaba
corriendo a toda velocidad hacia mí. "Hola pequeña pilluela"

"¡Tío Jake! ¡Tío Jake!"

"Ven aquí pequeña" grite, alcanzándola y levantando a la niña en un cálido abrazo. "¿Qué tal un beso para tu tío Jake, Ehh?"

Ella me besuqueó en la mejilla y después se volteo y apunto hacia los columpios. "¡Quiero subirme al columpio!"

"¡Jajaja! Muy bien chica," reí. "Al columpio. ¡Zuuuuuuum!" la levanté y la deje que pretendiera que estaba volando.

La amarre en el columpio de pequeños y la empece a columpiar, hacia delante y hacia atrás. Mientras ella reía y gritaba, "¡Uiiiiiiiii!"
Mire alrededor. Josh, Kristy y Casey estaban sobre el mantel disfrutando de la atmósfera y por primera vez, me encontré sintiendo
como un papá. No solo un padre, pero un papá. La felicidad de Lisa me entristecía ya que Waylan no estaba aquí para verla, pero
sentía como mi interior cosquilleaba mientras el proceso de recuperación empezaba.

Busque la medalla que estaba en mi bolsa y me asegure que estuviera ahí. Waylan se había ido, pero su memoria viviría en el interior
de esta niña. Mientras observaba como mi familia extendida disfrutaba de la apacible tarde decidí una vez mas asegurar que tanto Lisa
como Casey estuvieran seguras de cualquier daño, sin importar cual fuera el precio.
Parte VIII: Prosiga con el Curso
Capítulo 39 - El Factor Max

Habían pasado casi diez años desde la ultima batalla de la Primera Guerra Robotech. Mis dos hijas estaban creciendo para ser altas,
bellas y brillantes. La vida era buena. Aunque aun había algunos elementos agresivos Zentraedi ocasionando problemas alrededor del
mundo, la RDF había hecho una buena labor para reprimirlos. Yo ya tenia tiempo que me había retirado de esa labor y ahora pasaba
mis días como un capitán de aerolínea de medio tiempo y como un piloto de espectáculos. Las cosas eran verdaderamente
maravillosas.

La única queja que tenía eran los sueños. Pesadillas, mas bien. Siempre eran las mismas. Fuerzas Zentraedi rebeldes, bajo el mando de
un dictador de cabello morado sacado del molde de Adolfo Hitler, colocando una serie de ojivas nucleares en las principales ciudades
de América del Norte y Sur, ocasionando devastación y pánico de proporciones divinas. San Antonio, una de las ciudades más grandes
de los Estados Unidos con una población de casi un millón de habitantes, estaba a solo 65 millas, hacia el este de mi casa en Hunt,
Texas. En los sueños, un brillante relámpago de luz blanca indicaba la destrucción de la "Ciudad Alamo", me despertaría con un sudor
frío y asustado.

En esa desgraciada tarde de primavera, Reflexione sobre los sueños en mi sala. Con un refresco en una mano, me acomode en mi
reclinable favorito y me pregunte su esas visiones eran una revelación de algún ser divino. La gente que ha tenido sueños de esta
naturaleza, ya sean de aviones estrellados o terremotos, a menudo se volvían realidad. ¿Pudiera ser que los sueños que estaba teniendo
fueran una premonición? No lo sabia.

Decidí revisar a mis hijas mientras ellas manejaban sus bicicletas por la calle. Mientras me levantaba de mi silla, una brillante luz
ilumino la sala. La sangre se me bajo de la cara y me sentí momentáneamente paralizado.

"Jesús..." murmure lentamente, antes de lanzarme hacia la puerta delantera. Mientras corría por el andador y hacia la calle, la imagen
que me saludo fu lo suficiente como para detener mi corazón. En la distancia, una nube en forma de hongo, maligna y prohibitiva, se
levanto lentamente por detrás de las colinas verdes cubiertas de juníperos que eran parte del Condado Hill en el centro de Texas.

"¡Casey! ¡Lisa Ann! ¡Vengan inmediatamente para acá!" grité tan fuertemente como pude, modificando mi curso en una carrera hacia
mis dos hijas. Mi peor temor estaba por pasar.

"¡Papi! ¿Qué es eso?" Casey apunto sobre mi hombro mientras ella detenía su bicicleta.

"¡Vamos bebe! ¡Tenemos que apurarnos para meternos! ¡Te lo explicare mas tarde, vamos!" Las tome a las dos, dejando que las
bicicletas cayeran donde estaban y corrí hacia la casa, lanzando una ultima mirada hacia la feroz nube gris que estaba señalando la
devastación que representaba ser mucho peor que cualquier otra cosa que hayan hecho los Zentraedi.

Me apure hacia el sótano, coloque a las niñas en el suelo, encendí un par de velas y una linterna de baterías para que nos iluminara.
"Espérenme aquí, nenas, regreso en un momento."

"Estoy asustada," grito Casey, con lagrimas inundando sus ojos.


"Todo va a estar bien, cariño. Todo va a estar bien," dije, abrazándola fuertemente a mí. "Quédate aquí y espérame. No dejes este
cuarto, no importa lo que pase. Voy a regresar. Lo prometo. ¿Esta bien?" Las dos niñas asintieron silenciosamente. "Muy bien." Me
voltee y escale las escaleras en tres brincos. "Espérenme aquí. Regreso pronto," dije, cerrando la puerta detrás de mí.

Corrí por toda la casa, asegurándome que todas las ventanas, puertas y cortinas estuvieran cerradas y empece a dejar salir el agua en
todas los lavabos y tinas -agua libre de radiación iba a ser una necesidad y la cantidad de agua que tenia en el sótano se veía
angustiadamente inadecuada. Revise la puerta del garage para asegurarme que estuviera cerrada, y después me lance por la puerta de
atrás hacia el hangar donde estaba estacionado mi Valkyrie. Tenia que cerrar y sellar las puertas del hangar antes de que la onda de
choque y la lluvia radioactiva dieran a conocer su presencia. Ya que mi casa estaba situada cerca de la cima de una de las colinas mas
altas del área, aquellas que me rodeaban me proveerían muy poca protección contra los devastadores efectos posteriores al estallido
nuclear.

Cargue hacia el hangar y vi mi caza por un momento. El Guardián rayado en verde esmeralda y azul cielo era la visión más hermosa y
maravillosa que haya visto y estaba seguro que era la ultima imagen tranquila de mi vida por un largo tiempo. Corriendo por el hangar
tan rápido como podía empece a asegurar el Veritech al suelo del hangar con los cables sujetadores para evitar que salga volando de la
colina cuando la onda de choque llegue. Anclada en los clavos de cemento, enterrados 30 metros hacia abajo, eran tan seguros como
nada mas podría ser y aun si el hangar era despedazado en partes, el Valkyrie permanecería en su lugar -o al menos esperaba que así
fuera.

Después de asegurar mi Veritech, selle y cerré las puertas del hangar para que la lluvia radioactiva no alcanzara su interior. Mire a mi
reloj y decidí que era hora de ir al sótano. La onda de choque llegaría pronto y tenia que estar con mi familia antes de que nos golpeara.

Me voltee y me lance hacia mi casa en la colina, rezando como loco que nosotros sobreviviríamos al infierno que se nos acercaba.
Cuando alcance la puerta posterior la encontré cerrada. La sangre se escapo de mi cabeza una vez mas mientras buscaba las llaves. ¡No
estaban en mi bolsillo! Corrí hacia la puerta delantera y también estaba cerrada.

"¡Jesús, esto no puede estar pasando ahora! ¡No ahora!"

Revise todas las puertas y ventanas y las encontré todas cerradas. Corrí hacia la puerta deslizante de vidrio de la terraza que daba hacia
el patio de atrás. También, estaba cerrada. Empece a golpear en la puerta con todo mi poder, tratando de llamar a Casey o a Lisa para
que la abrieran. Mientras golpeaba la puerta repetidamente con la parte baja de mi mano vi que la puerta que estaba entre la terraza y la
sala se abría. Una hermosa chica, con cabello castaño, largo, suelto, apareció y camino lentamente hacia la puerta de vidrio. No pude
reconocer su cara, pero era inequívocamente familiar y aunque no tenía idea de quien era ella, estaba contento de que estuviera ahí.

"¡Gracias a Dios estas ahí! ¡Apúrate, por favor!"

Ella se detuvo y me observo dudando como si no hubiera entendido lo que estaba diciendo.

"Por favor, quita el seguro a esta cosa!"

Ella me miró extrañada, después contesto suavemente, "No puedo abrirla."

Su respuesta me tomo de sorpresa. "¿Que quieres decir con que no puedes abrirla."

"No puedo abrirla. Estoy muerta," dijo suavemente. "Tu me mataste."

Levante una ceja en sorpresa, no entendiendo lo que ella decía en su comentario. "¿Yo té maté?" le pregunté. "¿Cómo esta eso?"

Ella miró hacia la distancia detrás de mí y yo me voltee a ver que estaba viendo. Una cinta delgada, gris, como nube estaba
acercándose a mí a una velocidad increíble

"Tu me mataste. Y ahora yo te voy a matar," ella indico, su voz tranquila y siniestra.

"¡Déjame entrar, maldición! ¡Por favor!"

"No puedo. Tu me mataste... Tu me mataste..."

Se volteo y empezó a alejarse. Detrás de ella en la sala podía ver a alguien en el suelo. La persona estaba arrastrándose hacia la puerta
del sótano, dejando un rastro rojo de sangre detrás de él. Vestido en un traje de vuelo y casco quemados, el no tenía piernas y fue
cuando me di cuenta quienes eran estas personas.

"¡Hijo de perra, deja a mis hijas solas!" rugí sobre el viento viciado que estaba empezando a soplar alrededor de mí.
"Tu me mataste," dijo una vez mas la niña, pausadamente.

"¡Fue un accidente! ¡Lo siento!"

El viento creció a ser más fiero y el cielo retumbó. Trate de romper el vidrio, pero fue inútil. Miré detrás de mí y vi la onda de choque,
maldita, siniestra y empece a gritar...

Me levante de la cama con mi corazón latiendo como un martillo de perforación, un sudor frío y salado cubría mi cuerpo. Con un
grumo en mi garganta busque en la oscuridad por la lampara de mí recamara y la encendí. Me coloque mis lentes e hice mi camino
tortuoso hacia la cocina por un vaso de agua. Después de secar dos vasos completos de agua tome asiento en la mesa y mire el reloj del
horno de microondas. Ya estaba calmado pero esta pesadilla se estaba volviendo un tema recurrente y no lo estaba disfrutando. Mi
mano estaba empezando a pulsar en dolor y tome un medicamento para aliviarlo. Las laceraciones se estaban recuperando rápidamente
y no pasaría mucho tiempo antes de que volviera al cielo a la defensa del SDF-1.

Debido a las puntadas en mi mano -y más bien, debido a mi falta de temperamento- estaba fuera del proyecto del Super VF. De alguna
manera eso no me importaba. Habíamos completado mas del 90% del programa de pruebas y el esfuerzo exitoso de Hunter para
defender al transbordador de la CDR. Hayes nos demostró mas de lo que hubiéramos aprendido atacando drones Fantasma. De hecho,
el debut de la prometedora acción de combate de Hunter nos demostró que los programas de ataque del Super Valk estaban listos y una
producción completa de Super Valkyries operacionales y de paquetes de armamento para robustecer los VF-1s estaba a solo unos
cuantos días.

Los cosas no nos habían ido tan bien a nosotros. En meses previos, los Zentraedi atacaban y después se retiraban, dándonos el tiempo
para reagruparnos para la siguiente embestida. Pero las cosas eran diferentes ahora. Los ataques duraban mas y los periodos de
descanso eran mas cortos. Las barracas estaban más vacías, también, y la única manera de poner hombres en las cabinas de Valkyrie
era recortando el entrenamiento. Esto daba como resultado pilotos que no estaban tan calificados como sus predecesores y ocasionaba
que el radio de perdidas empezara a levantarse. Era un ciclo vicioso, perpetuo. Además y quizás lo más importante, los Zentraedi
estaban usando formaciones más grandes y misiles de alcance mas largo lo que anulaba la ventaja del primer golpe que habíamos
disfrutado por tanto tiempo. Era un periodo deprimente y ya me hormigueaba regresar a la acción donde mis habilidades se podrían
poner en uso. Poco sabia que para la siguiente vez que despegara de la cubierta del Prometeus las cosas serian drásticamente diferentes
en mas de una manera.
A pesar de las dificultades en la arena de combate, el punto central del tiempo -y los ímpetus que dramáticamente cambiaron la
dirección de la Primera Guerra Robotech- se convirtió en uno personal. Durante una de los muchos enfrentamientos lanzados por los
Zentraedi durante la primavera del 2011, una clase muy diferente de espía encontró su camino a bordo del SDF-1, con su mente puesta
en la venganza.

Miriya Parina, comandante del Batallón de Elite Quadrono (equipado con el increíblemente poderoso Queadlunn-Rau) e
indiscutiblemente, la más grande as Zentraedi, había sido superada por Max Sterling durante su breve penetración al SDF-1 el 08 de
Agosto -la misma batalla que le costo la vida al Comandante de Ala Aérea Roy Fokker. Abrumada por su derrota, Miriya se lleno
completamente de rabia. Determinada a vengar su perdida, la piloto as Zentraedi dejo que la redujeran de tamaño -de la altura estándar
Zentraedi de 11 metros a una más humana de 1.67 metros- a través de un proceso que los Zentraedi se referían como "Micronizacion".
Después, ella se había introducido a bordo del SDF-1 en búsqueda del "Microniano" que la había derrotado.

Por un extraño giro del destino, Max Sterling se encontró con Miriya en una sala de vídeo juegos local. Encantado por su belleza y
habilidad, él la reta a un amistoso duelo en un simulador de Valkyrie en 3-D. Como gladiadores los dos luchaban, cada uno,
aparentemente, incapaz de mejorar al otro. Por cinco minutos estuvieron luchando hasta que, finalmente, Max exploto un error mínimo
y convirtió el Battloid rojo de Miriya en polvo con una serie de golpes al torso -exactamente igual que él había hecho hace casi un año
antes. La as Zentraedi sabía muy bien que había encontrado el blanco que tanto odiaba.

Mientras se levantaba y volteaba para salir en humillación, Max - golpeado certeramente en el corazón por la flecha de Cupido- acordó
una cita para encontrarse con la esbelta piloto de combate alienígena. Esta se convertiría en la cita más extraña de su vida. Esa noche,
en vez de una sonrisa de felicidad, Max fue saludado con un par de dagas afiladas como navajas. Miriya no perdió tiempo en ir a
matarlo y lanzo un cuchillo en dirección de Max. El Demonio Azul se desplazo hábilmente hacia un lado y el cuchillo se enterró en el
tronco de un árbol.

"¡Yo soy Miriya Parina, Fuerza Aérea Zentraedi! ¡Prepárate para morir!" gritó Miriya mientras cargaba hacia el Genio Volador,
enseñando los dientes.

La reacción de Max, acomplejada, era característica de su frescura. "Ahí va nuestra primera... cita," murmuro calladamente a sí mismo.
Como habían estado en las dos ocasiones previas, el par de ases lucharon una competición fiera, esta vez en una remota sección del
Parque de la Ciudad Macross, mientras Miriya lanzaba epítetos hacia el piloto de combate de cabello azul.

"¡No seré humillada por un Microniano! ¡La primera vez fue suerte, la segunda fue tu ultima victoria! ¡Nada puede salvarte ahora! ¡Te
derrotare!"

Llena de sed de sangre para vengar las derrotas previas, ella cargó hacia el intrépido as de la RDF, con una segunda daga en la mano.
A diferencia de los otros dos enfrentamientos, fue Max quien titubeó esta vez. ¿Fue una piedra o una raíz de árbol lo que derribo al
más grande piloto de combate de la humanidad? La respuesta aun se discute en estos días. Los buscadores de Drama dicen que fue una
roca, la misma piedra que Max uso para arremeter a Miriya que se había lanzado hacia él, con un cuchillo en la mano, con un grito que
hace que se coagule la sangre emanando de su cara encolerizada.

Cuando el cuchillo bajo a buscar la garganta de Max, la piedra llegó para interceptarlo, empujado en su camino por el enbastillado as
Micrioniano. El cuchillo de Miriya pasó inofensivamente sobre la piedra y le dio a Max el tiempo para correr hacia el otro cuchillo.
Con Miriya persiguiéndolo, el Demonio Azul alcanzó la daga, la saco del árbol y se volteo para encarar a su atacante. Una serie de
fintas siguieron. Una vez mas, Max capitalizo un error y en momentos, la as de combate Zentraedi se encontró desarmada y con un
cuchillo en su cuello.

Una vez mas, la líder Quadrono, había sido superada por el piloto de combate de anteojos.

"Creo que gane otra vez," dijo, dándolo por hecho.

"Me has derrotado una vez mas," sollozo en humillación. "Esta es una vergüenza que no puedo tolerar... Acaba con mi vida, por
favor."

Los ojos de Max se abrieron y lanzo el cuchillo a un lado. "Pero... pero no puedo. Eres tan hermosa." Mientras el guerrero de cabello
azul se fijaba en los ojos de la mujer que hace poco casi lo mataba, Max se encontró también en el borde de las lagrimas. En una
muestra increíble de caballerosidad, le planteo la pregunta más difícil que todo hombre le puede hacer a una mujer. "Miriya, esto va a
sonar loco pero... ¿Te casarías conmigo?"

Con esas palabras, el destino de la humanidad fue cambiado para siempre.


No tomo mucho tiempo para que la maquinaria de rumores se moviera a toda velocidad. Estaba en la puerta, saliendo para recoger a
Casey y a Lisa cuando Josh me detuvo y me dio un rápido resumen de lo que había escuchado.

"Se van a casar el 1ro. de Junio, también."

"¿Que ellos van a hacer que? ¿Casarse? ¿A una alienígena? ¡Perdió la razon!" dijé, mi frente arrugada como un perro Sharpei.

Josh simplemente asintió.

"¿Con una Zentraedi? Jesús. ¿A donde va este mundo? ¿Que rayos es esto de dormir con el maldito enemigo? ¿Se ha vuelto loco?"
vociferé.

"Parece que sí -loco de amor. Ella se ve endemoniadamente bien, Jake," dijo encogiéndose los hombros.

"No me importa si ella es la maldita Jan Morris, ella es aun uno de ellos." siseé.

Josh solo volvió a encogerse los hombros. "Pues creo que si..." alcanzo a decir.

Me voltee y empece a caminar por el pasillo. Ahora Joshua estaba enamorándose de ella, también. ¿Habían olvidado todos que
estabamos en guerra? Las emociones que estaban brotando dentro de mí empezaron a luchar una con otras. Sentía un odio grotesco y
racista hirviendo dentro de mi pescuezo. Mi esposa estaba muerta. Waylan Green estaba muerto. William Brubaker estaba muerto.
Jacien Carr estaba muerto. Los Zentraedi eran una raza de seres que habían ocasionado mucha muerte y dolor y ahora, a pesar de todo,
uno de mis mas queridos amigos se iba a casar con uno, mi hombre ala lo estaba apoyando y el Capitán de la nave lo iba a permitir.
Hizo que se me revolviera mi estomago.

Mire a mi reloj y reprimí la urgencia de encontrar a Max y estrangularlo. Mis niñas estaban antes de mis nociones inmaduras de
corregir los errores del mundo. Mientras los pilotos asomaban por las puertas sus cabezas para escuchar de qué estaba tan molesto,
desate un gruñido gutural y salí de las barracas, preguntándome como llegaron las cosas a estar tan mal.
Tan loco como se veía, Miriya Parina había aceptado casarse con el guapo piloto de combate, después de haber acumulado un cortejo
de veinte minutos y las preparaciones para la "Boda Interestelar" estaban en camino rápidamente. A los tres espías Zentraedi, Rico,
Bron y Konda, se les había otorgado asilo a bordo del SDF'1 a pesar de las objeciones de Maistroff y parecía que una solución pacifica
al conflicto pudiera estar al alcance. Después de todo, si los dos mejores pilotos de cada bando pudieron encontrar una manera de
llevarse bien, parecía que los demás también podrían.

Mi ira inicial, eventualmente pasó a ser una simple distracción. Era irónico que el cortejo de Max y Miriya que se viera no muy corto
del que tuvimos Rebeca y yo. Al final, mi único remordimiento fue que dije en voz alta mi odio irracional. Mis palabras, tan
deplorables como no intencionales, llegaron hasta Max y puso una tensión innecesaria e irrecuperable en nuestra relación. Cuando pase
por su sala para ofrecerle mis felicitaciones, él estaba brusco y frío, no el Max sociable, amante de la diversión, que había conocido tan
bien. Mi oferta de estrechar las manos fue rechazada, para mi sorpresa, y me di cuenta que había hecho un error amargo al expresar
tales pensamientos retrogradas.

Aun en estos días, me arrepiento de haberlo hecho.

El 1ro. de Junio llegó y el SDF-1 estaba zumbando de excitación. La historia se estaba escribiendo y la gente se apiñó ante los
monitores a lo largo de la nace para satisfacer su curiosidad morbosa sobre lo que iba a pasar. Fue una gran ala, el evento más grande y
más extravagante que la gente de Macross había visto. Un pastel de bodas alto, con la figura del SDF-1 estaba en el centro del "Gran
Salón de Bailes" del SDF- 1, una sección lujosa de la nave utilizada en todo tipo de ceremonias. Iba a ser ahí donde los votos iban a ser
intercambiados.

La celebración fue incomparable por su imprudencia. Fuegos artificiales fueron soltados en el frío vacío del espacio para el deleite de
los espectadores amontonados en los portales de observación. Los Valkyries flotaban silenciosamente en ambos lados de la punta de
despegue del Prometeus, esperando a que el Valkyrie de rayas azules de Max volara "bajando en la isla" con la futura novia en el
asiento trasera. A través de todo, la red de transmisión del SDF-1 tenia un día especial, lanzando imágenes del espectáculo hacia el
espacio y -para disgusto del Gobierno de la Tierra Unida- hacia la Tierra también.
Repentinamente, rayos brillantes iluminaron el cielo. El Valkyrie de Max paso entre los altos Battloids alineados afuera de la proa del
Prometeus mientras disparaban descargas de luz hacia el espacio. Después de un suave contacto en la cubierta, su caza descendió por
un elevador hacia el hangar. Max y Miriya salieron de la cabina y hacia una limosina que los esperaba, la cual los llevo hacia el Gran
Salón de Baile. La pareja intercambio votos en una ceremonia pseudo-tradicional y después cortaron el pastel de bodas, las sonrisas se
grabaron indeleblemente en sus rostros. Aquellos que se reunieron para presenciar la boda vitorearon salvajemente.

Entonces, un anunciador introdujo al Invitado de Honor, Capitán Henry J. Gloval, quien tenia un breve discurso que decir. Mientras el
Capitán pasaba al podio, majestuoso en su mejor uniforme de gala, la multitud aplaudió amablemente. Una vez que el salón guardó
silencio, se dirigió a los residentes de Ciudad Macross -y al universo de mas allá. No estabamos preparados para lo que iba a decir.

"Quiero extender mis felicitaciones sinceras a Max y a Miriya, ya que esta boda conlleva a un gran significado histórico. Como todos
saben, Miriya era una guerrera Zentraedi quien destruyó muchos de nuestras naves. Ella viene de una cultura que hemos llegado a
temer y odiar. Claramente son los Zentraedi los que han ocasionado nuestra situación actual. Ellos solos han evitado nuestro regreso a
la Tierra, a nuestros hogares y con nuestras amadas familias. Son ellos quienes han ocasionado heridas, destrucción y sufrimiento
interminable" gruño.

Todo mundo fue tomado por sorpresa ante el veneno de su discurso y los murmullos resonaron por la gente en el salón de baile.

"¡Capitán, por favor!" susurró Max desde la mesa de honor.

"¡Capitán!" llamó el Tte. Hunter desde el fondo del salón.

Gloval ondeo las manos. "Ya sé lo que están pensando... '¿Por qué esta escogiendo este momento para recordarnos estas cosas
terribles?' Les recuerdo estos actos brutales, damas y caballeros, porque debemos aprender a perdonar a nuestros enemigos. No
perdonamos ciegamente o por ignorancia, sino porque somos fuertes y una nación deseosa. No culpemos a los Zentraedi por su
inexplicable deseo de pelear. Ellos nunca han conocido otro tipo de vida y su manera es solamente su manera para sobrevivir. No
podemos condenar a los individuos de aquella sociedad por el masivo delirio de su maquinaria de guerra. En vez de eso debemos
buscar su buen carácter.

"Ahora, algunos han hecho la petición para terminar la pelea y creo que es una petición genuina. Debemos responder con una
integridad igual. La sangre de estos dos jóvenes fue analizada antes de la ceremonia... La sangre Zentraedi se encontró ser exactamente
igual a la sangre humana. No hay razon por la que no podamos coexistir en paz, así que dejemos que esta ocasión represente el futuro
donde todo mundo pueda vivir en harmonía."

Los espectadores sentado en el salón se volvieron salvajes lanzando porras e interrumpiendo al Capitán. "Por favor, permítanme hablar
un momento más." El aplauso se volvió más bullicioso.

Finalmente, el Capitán pudo continuar. "Estoy seguro que hay aquellos que han perdido a sus seres queridos durante la guerra y no
pueden eliminar los sentimientos de odio hacia los Zentraedi. Pero de alguna manera debemos doblegar estos sentimientos. Debemos
terminar con esta destrucción insensata antes de que sea tarde para todos nosotros. Los reto a cada uno y cada ciudadano para un solo
compromiso -cada ciudadano debe desarrollar una actitud responsable hacia el prospecto de paz. Debemos aprender de nuestros
errores para vivir con gente distinta - distintas naciones. ¡Piensen en el reto! No estoy proponiendo bajar los brazos, sino extenderlos
en amistad, para que haya una oportunidad de una solución pacifica que podamos alcanzar juntos como estos jóvenes han hecho. Los
Zentraedi son una raza fuerte e inteligente. Por lo tanto, dejemos que el acto de hoy se vea como un símbolo de nuestra aprobación.
Debemos seguir so ejemplo. ¡Ellos son los héroes de hoy!"

La multitud en las calles se volvió loca. Una enorme ovación recorrió a lo largo de la nave gigante y una áspera celebración hizo
erupción. Por alguna razon, encontré que las palabras del Capitán fueron de gran confort para mí y por un momento, la amargura que
había albergado se había disipado completamente. Mientras la gente de cerca me abrazaba y me daba palmadas en la espalda, sonreía.
Estaba en paz una vez mas, aunque fuera por un minuto y absorbí la intensamente maravillosa camaradería que nació del discurso de
Gloval. Tristemente, la dicha que todos sentíamos fue fugaz, ya que los eventos de una naturaleza más grave estaban alrededor de la
esquina.

Capítulo 40 - El Tiro de Suerte Zentraedi

La fiesta no estaba en lo alto, aun después de que había pasado media hora después del discurso de Gloval. Mi familia y yo estabamos
saboreando una parrillada al aire libre, patrocinada por uno de los restaurantes locales y yo aprecie mucho la oportunidad de ponerme
al día con mi madre, padre, hermano, suegros. Lisa Ann estaba en el parque jugando con su "Tía Kristy," y podía escuchar su risa
sobre música que estaba tocando por una banda de blues local -una señal de mi hija que yo apreciaba, aun en un nivel subconsciente.
Apenas me había levantado para levantar a Casey de los brazos de mi mamá cuando la alarma envió su llamada urgente a la acción.
"Todos los pilotos, ¡A sus puestos! ¡A sus puestos! ¡Esto no es un simulacro! ¡Alerta roja! Todos los pilotos, ¡A sus puestos! ¡A sus
puestos! ¡Esta es una alerta mayor!" la voz estridente se escuchaba por todo el sistema publico de anuncios.

La gente empezó a dispersarse inmediatamente, mientras el personal militar se lanzaba hacia sus estaciones y cabinas y los civiles
buscaban los refugios. La banda de blues, metidos en su música, continuaba tocando como si nada estuviera pasando.

"Me tengo que ir, familia" dije, soltando a Casey. La bese en su mejilla, me voltee y empece a correr hacia bullicioso trafico de una
calle principal cercana. "Los veo después. Adiós mamá."

"Ten cuidado, Jake." me contestó, con un tono de preocupación en su voz.

"¡Lo tendré! ¡Los quiero a todos!" dijé, corriendo hacia la calle para alcanzar un viaje al Prometeus.

Corrí detrás de otros cuatro pilotos de combate quienes se estaban trepando en el mismo taxi alcance a escurrirme en el asiento de
atrás. El chofer empezó a avanzar antes de que cerrara la puerta. Mientras el taxi avanzaba por la calle, otros dos pilotos corrieron,
brincando sobre el techo del vehículo en movimiento y aferrados al portaequipaje mientras avanzábamos por la calle. El pandemónium
abundaba y empece a preguntarme que era más peligroso: pelear contra los Zentraedi o engancharte a un taxi durante una alerta roja.
No estaba seguro.

Avanzamos por el túnel que conectaba el Prometeus con el SDF-1, y la adrenalina empezó su familiar actividad por mis venas. Mi
corazón martilleaba en mi corazón y mi mano empezó a palpitar de dolor. Pasamos rápidamente la estación del guardia con sus puertas
abiertas -nadie estaba revisando identificaiones en este momento de peligro- y en segundos, llegamos a un alto en la cubierta del
hangar. Los dos pilotos en el portaequipaje brincaron del techo y sobre el cofre del taxi antes de que parara, mientras que el resto nos
desamontonabamos del cuatro puertas amarillo. Mientras alcanzaba la puerta del lado del chofer, me detuve y le extendí un billete de
cinco que el inmediatamente rechazo.

"Solo hazlos sufrir allá arriba," grito, enseñándome un pulgar.

"Gracias así será," replique, palmeándolo en el hombro y después escurriéndome hacia mi sala de preparación.

Volteando una esquina, cargué hacia la escotilla de la sala justo cuando Josh y James Andersen estaban saliendo.
Josh se detuvo mientras Andersen continuaba hacia su Veritech. "Jake. ¿Estas volando esta?" me pregunto con un gesto de sorpresa
genuina.

"Si. ¿Están tú y James saliendo como una sección?" dije, tomando mi traje antigravedad y mi casco de vuelo.

"Si, él va a ser mí número dos."

Me ajuste el traje y alcance mis guantes. "Muy bien, vámonos. Yo voy a unirme como tu numero tres."

Él asintió.

"Y Josh," dije, mientras él caminaba hacia la puerta. "Discúlpame por las cosas que dije sobre Max el otro día. Esta fuera de línea."

Él negó con su cabeza. "Nah, Jake. No te apures."

"Gracias..." dije, solemnemente. "Ahora, fuera de aquí holgazán."

"Si señor," dijo con un brillo en su ojo y una inclinación de cabeza, andes de salir por la puerta hacia su caza.

Sonreí a mí mismo mientras tomaba mi tablero y mi casco. En el casco encontré una nota de mi optometrista. "Jake, espero que esto
haga el truco para ti. Buena Suerte. Doc." sonreí, me metí la nota dentro de un bolsillo del traje, después salí de la sala hacia mi
Valkyrie.

La cubierta del hangar estaba activa como una colmena y mi ave estaba estacionada en la fila trasera de la sección de estacionamiento
de mi escuadrón. Después de mi corta carrera la encontré descansando cerca de la pared del hangar. Nadie había esperado que subiera
este día y Phil estaba tomando la oportunidad para ajustar los sistemas del caza. Cuando me vio haciendo una vuelta de reconocimiento
alrededor del caza, recientemente reparado, ahora resplandeciente en un diseño de pintura azul y lavanda que había ordenado (uno de
los privilegios de ser un as de alto rango), el veterano Cabo llegó corriendo para ayudar.

"¡Teniente! ¡No sabía que iba a subir!"


"A sí es. Ayúdame a subir, ¿Quieres?" dije, agachándome para remover una cuña del tren de aterrizaje.

"Empiece a amarrase y enciéndala, Teniente, yo me haré cargo del resto," dijo, apuntando hacia la cabina. "¡Murphy, Jonesy. Vengan
para acá, ya!" les gritó a los miembros de su tripulación de tierra.

Me trepe por la escalera de abordaje y golpee el botón de apertura con mi mano sana. Guardando mis lentes en un bolsillo vacío de mi
manga, jale mi casco y baje mi nuevo visor de prescripción. Esta era mi primera oportunidad para probarlo y esperaba que trabajara tan
bien como fue anunciado. Alcanzando la escalera, me levante del hangar. En la prisa para llegar al cielo se me habían olvidado mis
puntadas en mi mano derecha. El esfuerzo aplicado por un peso de 100 kilos de humano y un traje de vuelo fue mas de lo que pudieron
soportar unas delgadas piezas de cable y con una dolorosa serie de chasquidos, se soltaron solas.

"¡Maldición!" dije, bajando de la escalera. Tomando mi mano derecha enguantada con mi izquierda mientras me agachaba en una
rodilla, continué escupiendo majaderías. "Oh... diablos."

Las maquinas empezaron a rugir en mis oídos mientras empezaban a desarrollarse y podía sentir como el guante se empezaba a llenar
de sangre, pero no podía hacer por el momento. Con solo una mano, me trepe torpemente por la escalera y dentro de la cabina,
apretando mis dientes contra las palpitaciones agonizantes que atormentaban mi garra derecha ahogada en sangre. Ignorando lo mejor
que pude, palpé con el arnés que me aseguraría al asiento de eyección y después recorrí mi lista de prevuelo. Mientras miraba mis tres
tripulantes de tierra empezaron a cargar los Stilletos en los rieles de los misiles y en treinta segundos ya tenia doce misiles listos.

El panel de instrumentos se ilumino con información y la auto prueba computarizada me indicó que todo estaba listo. Baje la cabina y
espere a que la cabina se presurizara. Cuando lo hizo, chasquee mis oídos y me ajuste mi mascara.

"Sand Pebble Uno esta listo, Botón Cuatro," llame.

Josh estaba escuchándome. "Sand Pebble Uno aquí Husky Uno, ya estamos saliendo. Únete a tu discreción."

"Sand Pebble Uno. Enterado. Asumiré la llamada Husky Tres cuando nos formemos."

"Enterado, Sand Pebble Uno. Nos vemos en cubierta."


"Enterado."

A lo largo de la cubierta del hangar, los Valkyries estaban dirigiéndose hacia los elevadores mientras otros pilotos se estaban trepando
a sus cabinas y haciendo sus llamadas.

"Basher Uno esta listo, Botón Cuatro."

"Basher Dos esta listo."

"Basher Tres esta listo."

"Bashers vayan a Botón Seis."

"Asp Uno esta listo, Botón Cuatro."

"Asp Dos esta listo."

"Asp Tres esta listo."

"Dagger Uno esta listo."

Y así los demás.

Me asome desde la cabina, mirando hacia popa buscando a Philo quien apareció por debajo de la toma izquierda con una señal de
pulgar. ME indico que avanzara hacia adelante y me dejo con el directo de vuelo con un saludo rápido. Le regrese el saludo y me moví
hacia afuera del área de estacionamiento, guiado por el director de vuelo de camisa amarilla. Llegue al elevador y pise los frenos con
los dedos del pie para detener al Valkyrie. Dos cazas me alcanzaron a un lado y el elevador nos llevo a la cubierta de vuelo donde nos
entregaron con otro director de vuelo.

Yo fui llevado a un punto detrás de una de las catapultas de proa y estribor y tome un momento para mirar alrededor. Los Valkyries
eran lanzados al espacio más rápido que jamas haya visto. Desde cada catapulta y bahía de despegue estaban saliendo para enfrentar el
asalto enemigo, propulsores brillando en el cielo azul marino. Las ondas aéreas, vivas con la charla de los lideres de vuelo coordinando
a sus elementos, dando un aire de desesperación a la situación -y en si era desesperada.

El peso combinado de una Flota de Ataque Zentraedi completa estaba debilitándonos, encabezados por miles sobre miles de cazas para
prevenir que golpeáramos las gigantescas naves de combate. Con un gran porcentaje de nuestra fuerza compuesta por pilotos
pobremente entrenados y completamente sin experiencia, no había nada mas que un tiempo difícil y se veía como si el final ya hubiera
llegado. Mientras mi computadora litigaba en mantener toda la información que era enviada por la red de radares del SDF-1, di una
rápida oración pidiendo que sobreviviéramos el infierno que estaba viniendo sobre nosotros.

El caza adelante de mi empezó a moverse y me enfoque en la tarea que seguir. Mi turno en la catapulta estaba a unos cuantos segundos
y una revisión del control de vuelo era necesaria. Había descuidado hacerla por que quería que mi mano dejara de sangrar. Mantenerla
inmóvil había ayudado, pero si iba a pelear tenia que poder agarrar la palanca de control. La levante para tomar la palanca pero no
podía agarrarla con autoridad. Exhalando fuertemente, la apreté tan duro como me atreví. Dolió como el infierno y mi mano empezó a
sangrar caudalosamente una vez más. Por suerte, el dolor se disipo rápidamente y complete la revisión del control de vuelo sin un
instante de reserva.

El director de vuelo me indicó furiosamente que me moviera y empuje el acelerador hacia adelante una fracción de pulgada. Me moví
dentro de la plataforma de la catapulta y coloque ambas manos en el panel de vidrio. Las cuñas de seguridad para las armas que
colgaban debajo de mi caza fueron removidas y en segundos fui lanzado de la proa del Prometeus hacia los cruceros alienígenas que se
dirigían hacia nosotros.

Cambie a Botón Cinco e hice una llamada a Joshua. "Líder Husky, aquí Sand Pebble Uno."

"Sand Pebble Uno, aquí Husky Uno, adelante."

"Husky Uno, te tengo en mi pantalla, estaré con ustedes en tres minutos, treinta segundos, fuera."

"Enterado, Sand Pebble Uno. Tres-tres-cero."

La charla en la red me dio una buena imagen de lo que estaba pasando. Seis escuadrones distintos, que estaban ocupados atacando los
cruceros enemigos, intentaban romper el escudo de cazas Zentraedi, solo para ser obligados a retirarse. El equipo, bajo el mando del
Tte. Plog, era el único grupo que logro diezmar las defensas de los cazas enemigos. Con tres nucleares y tres Stilletos lanzados desde
su Valkyrie -y Sprabary y Ray cubriéndolo- Plog ataco el crucero de batalla líder enemigo, dañando severamente a la enorme nave. Su
valiente esfuerzo hizo poco para detener el avance la flota alienígena, sin embargo, no paso mucho tiempo antes de que la lucha llegara
al Anillo Dos BARCAP.

Apenas había pasado del anillo BARCAP interior, acercándome rápidamente a la formación de dos aviones de Josh, cuando recorrí mi
lista de combate por tercera vez. Un bello y brillante haz de llamas azules se extendieron enfrente de mí como faros en una suave
carretera. A lo lejos, los relámpagos brillantes perforaban la oscuridad mientras la pelea se enardecía con renovada intensidad. Desde
este momento, las cosas empezaron a moverse mucho más rápido de lo que hubiera esperado y antes de que lo supiera, luces rojas
estaban iluminándose en mi HUD y los avisos de lanzamiento de misiles estaban chillando en mi casco.

Lance una media docena de Stilletos hacia los invasores que se acercaban antes de colocar mi caza en una caída vertical, soltando
señuelos mientras lo hacia. El tono se silencio y torcí mi cuello para ver a un tren de Regults pasando como un rayo detrás de mí,
mientras cinco señuelos de magnesio flotaban tranquilamente hacia ellos. Jale mas duro la palanca, coloque a mi caza por arriba y
después ejecute un medio giro. Los Battlepods estaban en mi mira ahora, los propulsores centellando mientras ellos se retiraban tan
rápido como podían. Empujando el acelerador hacia adelante los empuje y envié los Stilletos que me quedaban hacia la manada de
mecha alienígena intrusa. No espere a ver si los golpearon.

Estabamos superados a casi 100 sobre 1, y con cazas Zentraedi por todos lados, uno no se atrevía a permanecer en un vector constante
por mas de dos segundo. Así, con una rápida mirada hacia popa, jale la palanca a la izquierda y hacia atrás, pisando el timón izquierdo
al mismo tiempo. Los propulsores vernier a lo alto de la ala izquierda y debajo de la derecha se encendieron, así como los que estaban
del lado derecho de la nariz y el lado izquierdo de la cola. El ACS apago momentáneamente la turbina izquierda y la turbina derecha al
máximo. Combinadas, estas acciones colocaron a mi Valkyrie en un giro en espiral que esperaba engañara cualquier sistema de disparo
que un caza estuviera tratando de asegurar sobre mi cola.

Después de cuatro segundos y cuatro y media espirales, centre la palanca y después la jale hacia atrás, dirigiéndome una vez mas hacia
donde iba cuando dispare por primera vez -Josh contaba conmigo para cubrirlo y debía unirme a él tan pronto como me fuera posible.
Me moví hacia atrás y hacia adelante, rebanando las formaciones de ataque Zentraedi con mi GU-11 y mi recién montada torreta láser
gemela, mientras las explosiones y los misiles bailaban alrededor. El avance era lento y varias veces me vi obligado a enfrentarme con
un Regult o con un raro Raulon've. Aunque los Raulon've eran claramente visibles dada su casi total ausencia, los Regults estaban,
simplemente, por todos lados y me di cuenta que no pasaría mucho tiempo antes de que todos nos quedáramos sin municiones, suerte o
la pura suerte.

Mientras forcejeaba para permanecer vivo en el cada vez más conglomerado cielo, mi casco transmitió una de las mas extrañas ordenes
que jamas haya escuchado. El Tte. Hunter, posesionado por alguna extraña locura, estaba ordenándonos que hiciéramos lo mejor
posible para no destruir ninguna nave enemiga. "Solo dáñenlas," dijo. "Podemos detener esta guerra sin derramar sangre, caballeros."

Estoy seguro que no fui el único piloto que levanto una ceja de desconcierto, y la red táctica estaba momentáneamente saturada con
pilotos exasperados, preguntándole a Hunter si había perdido la razon.

Las primeras versiones del VF-1 tenia la desventaja de ser un sistema de armamento que era casi enteramente dependiente de los
tradicionales cañones y misiles. Con la excepción de la torreta láser de la cabeza (la cual, tenia la particularidad de tener la apariencia
de un solo láser VF- 1A, era insignificante contra los blancos difíciles) los pilotos de Valkyrie no contaban con una verdadera arma
ofensiva de energía de ninguna clase. Esto cambio con la introducción del Bloque 10 VF-1, los cuales agregaron un par de láseres de
30mm en la nariz. Aunque no tan poderosos como los 55mm de la GU-11, en el vacío del espacio un tiro bien colocado, con los láseres
de la nariz, puede ser devastador. Con el sistema de puntería computarizado y los espejos empacados introducidos con el Bloque 20 (lo
que permitía a la mira de los láseres de la nariz moverse desde su posición un grado y medio en cualquier dirección), el tiro de
precisión ya no era un sueño imposible, y los láseres de la nariz finalmente evolucionaron a un sistema de armas útil.

Yo nunca había sido un entusiasta de la primera encarnación del sistema de láseres de la nariz y en mi corta carrera solamente los
había usado una vez. Aunque no había hecho ningún daño ese día, logre espantar a un molesto trío de Raulon'ves y regresar a la nave.
Ahora era momento de ver si las mejoras al sistema del láser que venia con los Valkyries del Bloque 20 estaban justificadas.

Hunter envió un diagrama esquemático del Regult a cada piloto en la lucha, el cual lo desplegué en mi MFD derecho. De acuerdo con
Miriya - quien estaba volando en el asiento trasero del Valkyrie de Max- justo sobre el punto donde las piernas se unían al fuselaje,
estaba la coyuntura de poder principal. Si se dañaba, todos los sistemas, excepto los de soporte vital, estarían deshabilitados y el Regult
quedaría inofensivo. El truco era intentar y colocarte debajo de la placa de armadura que cubría la coyuntura desde cualquier ángulo,
excepto de directamente debajo. Requería un disparo preciso de una arma de bajo poder, ya que los cartuchos de 55mm de la GU-11
rasgaría lo largo de la armadura, la coyuntura y la cabina, abatiendo el objetivo que Hunter tenia en mente.
No paso mucho tiempo antes de que encontrara un blanco para probar la teoría de Miriya -un Regult solitario dirigiéndose al SDF-1.
Con una rápida revisión a mis seis en punto, me lance debajo del confiado Battlepod. Colocándome debajo del blanco, jale la palanca
hacia atrás y cargué hacia él por abajo. Apuntando cuidadosamente hacia el punto mostrado en el diagrama, dispare un breve pulso de
los láseres de la nariz y vi como una nube de gas salía a chorros de la nave enemiga dañada. Los propulsores que hace unos cuantos
segundos destellaban brillantemente, ahora estaban oscuros y callados. La idea de Miriya dio en el blanco.

A lo largo y ancho del área de combate, los pilotos Veritech usaron este método para dehabilitar miles de naves Regult. Mientras la
pelea se enardecía, los Zentraedi parecía que perdían la gran ventaja que había sido su marca registrada y la batalla giro decisivamente
en nuestro favor. Alcance a deshabilitar a casi cincuenta Regults ese día. Los láser de nariz, no aptos para ninguna otra cosa, eran
perfectos para este trabajo, y vencer a los Battlepods so convirtió en un pedazo de pastel. Para la hora en que la lucha terminó, una
gigantesca carpeta de mecha Zentraedi flotaba en la ingravidez del espacio, imposibilitados de hacer nada mas que esperar por el
rescate. Como un enjambre de abejas regresando a su nido, los cazas Zentraedis que faltaban regresaron y se dirigieron hacia sus
naves. Una vez mas, la lucha terminó tan abruptamente como había iniciado, y cada piloto respiro un muy bien reservado suspiro de
alivio.

Feliz de haber sobrevivido, mire a mi sistema de rastreo y localice a Josh y a Andersen -ellos estaban a solo dos millas a la izquierda
de mi posición actual. Moviendo la palanca ligeramente a la izquierda, cuidadosamente me forme junto a la ala de Josh mientras me
dirigía al portaaviones.

"Es bueno que se haya unido a nosotros, Teniente," comento con un poco de sarcasmo.

Aparentando culpa musite, "Los siento, Josh. Encontré algo de... trafico."

Se rió fuertemente.

Mientras nos deslizábamos hacia el Prometeus, me permití un momento para reflexionar sobre los eventos del día. De hecho las cosas
habían cambiado en el frío y oscuro vacío del espacio y por una vez, el cambio era a nuestro favor. Mientras miraba a las fotografías de
Rebeca, Casey y Lisa en mi panel de instrumentos -y en el RDFC de Waylan- no podía mas que sonreír. Sentía que una solución
pacifica estaba a la vuelta de la esquina y era realmente un bello día para estar vivo.
Parte VIII: Prosiga con el Curso
Capítulo 41 - Peleando con Cuchillos

Descendí de la cabina, no tan fatigado como esperaba estarlo. Sonreí brillantemente mientras me desabrochaba mi traje antigravedad y
mi casco. No fue hasta entonces en que me di cuenta de cuantos espacios de estacionamiento había en la cubierta del hangar, la
sombría realidad de la batalla del día me golpeo. Aunque habíamos ganado una gran victoria, el costo fue mucho mas alto de lo que
nos hubiera gustado y me preguntaba quiénes de mí escuadrón fallarían al regresar.

Había sido un día productivo -la junta después de la misión me mostraría 17 muertes, 8 probables y 43 dañados- quizás la misión
sencilla más exitosa de mi carrera. Mi mente se aturdió al repasar los números en mi cabeza y era claro que mi propia actividad letal
era algo que tenia que aceptar- Yo no era de los que pensaban mucho que me ganaba la vida, de hecho quitándosela a la gente -una
ocupación irónica seguramente. Después de todo, ellos habían empezado esta carnicería y habían matado mucha gente a la que
apreciaba mucho. ¿Que importaba si vaciaban sus pulmones en el vacío del espacio o se rostizaban en los confines de una cabina que
yo había destruido con un misil o con metralla? Era una pregunta que había evitado hace mucho tiempo -y era una que empezaba a
pensar mas y mas, desde que Miriya apareció en escena.

Cuando me venia la preocupación sobre mi habilidad cruda como piloto de combate, este día debía haberme borrado todas mis dudas.
Yo era tan efectivo en la cabina como cualquier otro -más que la mayoría- aun así, nunca me estimaba que era mas que el tipo
ordinario haciendo un trabajo duro. El orgullo logra que lo maten a uno más rápido que el misil más mortífero e intentaba nunca
tomarme a mí o a mis habilidades como ya dadas. Quizás eso era lo que me diferenciaba de los realmente grandes ases como Fokker,
Brubaker, Plog y Sterling - mientras yo me consideraba a mí mismo como cualquier otro piloto tratando de mantenerme vivo, ellos se
consideraban los mejores del negocio, sin preguntas, sin dudarlo. Esos pilotos nunca consideraban la posibilidad de que laguna vez se
vieran en el otro lado de la regla. Mientras reflexionaba dichos pensamientos en mi mente, me di cuenta que quizás por eso muchos de
los grandes ases estaban muertos.

Mientras ayudaba a Philo asegurar mi nave, los miembros restantes de mi escuadrón empezaron a aterrizar. Salieron seis. Regresaron
seis. Aliviado de que otra vez no sufrimos perdidas, continúe con mi tarea de ir a la enfermería. Mi mano era un desastre y el cirujano
tendría que interrumpir su trabajo.

Poco sabia que pronto, yo también tendría que interrumpir mi trabajo.

Un malestar general descendió sobre el SDF-1 por el siguiente par de días. Los cruceros alienígenas que se habían agrupado para el
asalto que pondría al SDF-1bajo sus pies de una vez por todas se habían retirado. En su despedida solo había una nube de confusión y
desorden.

La producción del Super Valkyrie estaba en camino y el Tte. Hunter tenia un problema en sus manos. Solamente tres pilotos -Hunter,
Dickson y yo- estabamos calificados en el Super y estaría a nuestro cargo el entrenar a mas de trescientos pilotos de combate en la
operación del caza mas avanzado de la RDF. Si los Zentraedi decidieran montar otro asalto en nosotros, nuestra única salvación seria
los escuadrones de Super Valkyries piloteados por expertos y el tiempo era la esencia.
Se decidió que la mejor manera para cambiar a la gente en el nuevo caza seria entrenar a los pilotos a ser entrenadores de pilotos. Cada
uno de nosotros regresaría a nuestro escuadrón y traeríamos a nuestros compañeros de escuadrón para que conocieran el Super. Una
vez que su entrenamiento estuviera completo, estos pilotos se moverían a otros escuadrones para entrenar a sus pilotos y así, hasta que
todos los pilotos a bordo de la nave estuvieran calificado para el Super. Era una tarea atemorizante, pero una que atacamos con
desenvoltura, ya que nuestra propia existencia estaba en juego mientras corríamos contra el movimiento de la manecilla del reloj

Recibí las primeras siete unidades armadas del Super Valkyrie -ahora conocida como el FAAST-1 (Fuel, Armor and Armament
System Tactical -Combustible, Armadura, Sistema de Armamento Táctico-) o "Fast 1"- e inmediatamente nos pusimos a trabajar para
poner a las Aguilas de Ataque a la altura. Mis compañeros de escuadrón, eran sin lugar a dudas, el grupo mas fino de pilotos de
combate abordo de la nave y encontraba difícil aceptar la realidad de que esta era nuestra ultima asignación como unidad. Habíamos
pasado muchas cosas juntos y bajo el calor del combate habíamos crecido juntos como una familia. Los extrañaría cuando ellos se
fueran.

Después de un curso intensivo de ocho días, donde se explico y sé re-explico cada sistema y característica del Super Valkyrie, en un
detalle agudísimo, los miembros del VF-12 estabamos completamente calificados para volar el nuevo caza. Viendo a Josh operar el
Super me di cuenta por primera vez del maravilloso piloto de combate que era él. El hecho de que haya hecho tan buen trabajo
cuidando mi cola debí haber sido prueba suficiente, pero su manejo poético del Super Valkyrie durante nuestras sesiones de practica de
combate apuntalaron el punto sonoramente. Su entendimiento de los sistemas y su delicadeza con los controles maravillaron aun al
observador casual y sabía que haría un buen maestro y líder de combate.

La terminación del programa de entrenamiento marcó el fin de una era para las Aguilas de Ataque. Con mas unidades FAAST-1
siendo construidas cada día, era tiempo para nosotros de movernos a nuestra siguiente asignación y el Tte. Plog nos llamo a todos para
una ultima reunión de escuadrón. El propósito de la junto no era desconocida para nadie: El VF-12 iba a ser desmantelado oficialmente
y sus miembros se regarían entre otros escuadrones para entrenarlos en el uso del Super Valkyrie.

El Tte. Sprabary fue el último piloto en entrar a la Sala de Juntas y una vez que tomo asiento el Tte. Plog inicio la ultima junta de
escuadrón VF-12. "Caballeros... esta es quizá la última vez que estaré de pie ante ustedes..." dijo solemnemente, agarrando una hoja
blanca de papel en su mano derecha. "Esta es una copia de sus ordenes oficiales. Indican lo siguiente: 'A las 1200 horas, 11 de Junio de
2011, Escuadrón de Combate 12 esta oficialmente fuera de servicio. Los miembros del Escuadrón de Combate 12 se han sobrepasado
honorablemente durante casi 24 meses de deberes de combate, desde el 27 de Junio de 2009 hasta el 11 de Junio de 2011, acumulando
un registro de 2,081 naves enemigas destruidas en 4,994 salidas operacionales. El rendimiento del VF-12 bajo condiciones arduas
durante este periodo es merecedor del mas alto encomio. De acuerdo a la Orden de Operaciones Especiales 211-2901, los miembros
del VF-12 son asignados a los siguientes escuadrones...'"

Mientras el Teniente nos leía nuestras nuevas asignaciones, observaba a los pilotos a mí alrededor. Había tristeza aun en los pilotos
más veteranos que no podría ser ignorada, evidenciada por las expresiones melancólicas en sus rostros. No parecía posible que
fuéramos disueltos, pero mientras Plog continuaba, la incredulidad se convirtió en negación y después en resignación.

"'Cada miembro de la unidad es, por este medio, promovido un grado, como reconocimiento a su terminación exitosa del programa
condensado de entrenamiento del FAAST-1. Los comandantes de la nave, tripulación y ciudadanos expresan su sincero aprecio por sus
esfuerzos sobresalientes y les desean éxito continuo en sus misiones futuras. Firmado: Henry J. Gloval, Capitán. Col. Johannes I.
Maistroff, Oficial Ejecutivo. LCDR Rick Hunter, Comandante Senior Grupo Aéreo.'" El Tte. Plog -ahora Teniente Comandante Plog-
soltó el memorándum y lo tiro sobre la mesa, enfrente de él.

La sala permaneció en silencio.

"Y ahora," dijo el LCDR Plog, volteándose y alcanzando por una caja de Whisky que tenia guardada en un gabinete, "Me gustaría,
caballeros, que me ayudaran a deshacerme de esta cosa acompañándome en un brindis por los camaradas caídos." Coloco la casa en la
mesa enfrente de él y la señalo con una mano abierta.

No seguros de que decir, los siete miembros restantes del escuadrón intercambiamos miradas entre uno y otro. El Whisky lo hizo
oficial. Las Aguilas de Ataque dejaron de existir.

Me reporte a mi nueva unidad esa tarde, sufriendo los efectos de un Whisky y de muchos recuerdos. El VF- 51, un escuadrón
reorganizado de los remanentes de otros dos --VF-61 "Los Leñadores" y el VF-96 "Los Vampiros de Combate"- era mi nuevo hogar.
En honor a Max y Miriya, la nueva unidad adoptó el nombre de "Cuchillos de Combate" y pintaron un par de dagas cruzadas en las
colas de sus Valkyries. Considere de buen gusto el doble significado.
Me reporte a mi nuevo Comandante de Escuadrón, un Primer Teniente alto, de anteojos, de corpulencia ligera llamado Vincent
"Comadreja" May. Con cabello oscuro y ojos penetrantes, el Teniente eran conocido por su incesante búsqueda de nuevas y mejores
maneras para pelear a nuestros amigos alienígenas. Anteriormente el Oficial Ejecutivo (X.O.) del VF-96, el Tte. May era el miembro
de mas jerarquía del recién formado escuadrón y asumió su comando. Con 85 victorias, May no era el LCDR Plog, pero era un piloto
de combate experimentado con una riqueza de conocimientos en el área de tácticas y rápidamente me sentí confortable con mi nuevo
comandante.

"Bienvenido a bordo, Tte. Framton. He leído su expediente y me gusta lo que veo, así, para hacer una historia larga, corta... y si no
tiene objeciones, lo estoy apuntando a usted como mi nuevo Oficial Ejecutivo.

Fui momentáneamente tomado por sorpresa. "Ninguna objeción, señor," alcance a decir.

"Bien," sonrió, volteando a ver hacia la ventana que se encontraba detrás de él. "Siendo usted el experto de FAAST, el espectáculo es
suyo para que lo maneje como considere mejor," dijo. El Teniente volteó hacia su escritorio y tomo una carpeta manila. "Aquí están
los registros del personal. Deles un vistazo. Si hay algo que necesite, hágamelo saber."

"Si señor," dije, mi cabeza sonando como un gong.

"Muy bien. Continúe. Una vez mas, bienvenido a bordo."

"Gracias señor," dije antes de regresar, mareado, en busca de algo de aspirina, los expedientes del personal colocados apretadamente
bajo mi brazo

Después de engullir lo que parecía una media botella de pastillas fui capaz de mirar a los registros. Los miembros del escuadrón eran,
la mayoría, poco interesantes. Quizás era un prejuicio en favor de mi vieja unidad que hacia que se vieran de este modo, pero solo no
veía algo que hiciera que me emocionara. Había unos cuantos ases de 50 muertes, pero la gran mayoría, era una agrupación altamente
inexperimentada. Recorriendo los perfiles del personal del escuadrón me indico que mi trabajo iba a ser muy duro, y mucho más duro
por el hecho de que por primera vez en mi carrera, iba a estar trabajando sin Joshua Kauffman.

Iba a tomarme algún tiempo acostumbrarme a la idea.


Mis sesiones de entrenamiento con el VF-51 no eran tan exitosas como lo habían sido con mi viejo escuadrón. Los pilotos del grupo
carecían de experiencia y les tomo mas tiempo aprender al nuevo caza. Peor aun, el respecto que transmitía desde mi punto de vista no
se transmitía con el nuevo grupo y coloque la culpa totalmente sobre los hombros de un joven Primer Teniente llamado John "Roach"
Cochran.

Él era un bastardo de ojos saltones, sabelotodo. De toda la gente que había tenido el disgusto de conocer, yo lo colocaría
definitivamente dentro de los tres primeros lugares. Aunque Cochran era mayor que yo, el no tenía mi experiencia y lo habían saltado
para el boleto de Oficial Ejecutivo del Escuadrón (X.O.). Esto no le cayo bien al joven piloto de combate y me culpaba a mí -y la
"posición" de mi padre dentro de la "jerarquía política" del SDF-1- su fallo para asegurar el trabajo.

Me di cuenta del odio casi inmediatamente. Cochran ignoraría mis direcciones durante nuestro periodo de calentamiento (p.ej. el
tiempo que pasábamos actualizándonos en el Super), pretendiendo no oír mis instrucciones en el radio o en la sala de juntas. Se fue aun
más lejos como tratar de menoscabar mi autoridad con los otros pilotos del escuadrón dándoles ordenes que contradecían las mías.
Obligados entre escuchar a un nuevo X.O. del escuadrón o a una entidad conocida, los pilotos jóvenes tendían a seguir las ordenes de
Cochran sobre las mías, y el programa de entrenamiento empezó a sufrir.

Encontraba increíble que esta disputa mezquina estuviera tomando lugar en un momento tan desesperado. Nuestros escuadrones de
combate estaban reducidos a la mitad y no era el momento de estar peleando el uno contra el otro. Habiendo dicho esto, no podía
resistir la urgencia de perforar el caza de Cochran con agujeros de cañón de 55mm y había momentos en que tenia que luchar a la
urgencia con todo la fuerza de mi cuerpo.

Sabia que tenia que hacer algo rápidamente, pero no quería ir con el Tte. May con mis dificultades. Demostraría una debilidad de
liderazgo de mi parte y podía ir tan lejos como ocasionar una división dentro del escuadrón, con la mitad de los pilotos a favor de
Cochran y la otra mitad a favor de May. Necesitaba otra respuesta.

La ultima gota llego el 13 de Junio. Estaba haciendo un simulacro intenso para la familiarización de armas con Cochran y tres pilotos
junior. A pesar de mis ordenes, el idiota no podía permanecer en formación. En vez de eso, escogió hacer una serie de giros alrededor
de mi caza, lo cual me hizo ver como un alegre idiota, pero también ocasiono que los otros tres pilotos perdieran su concentración.
"¡Tte. Cochran! ¡Coloca tu trasero en formación ahora!" Demande.

"¿Qué fue eso?" preguntó, pretendiendo, una vez mas, no haber escuchado mis ordenes, girando su Valkyrie alrededor, hasta que
estaba a la par con la mía.

"Maldición ya es suficiente" sisee. "Sand Pebbles Tres, Cuatro y Cinco, regresen a la base -inmediatamente. Sr. Cochran, permanezca
aquí- quiero hablar en privado con usted." Había decidido que iba a hacer trizas al hijo de perra yo mismo -retándolo en un duelo del
siglo 21 y terminar con él.

No tuve la oportunidad. Mientras los otros tres cazas rompían la formación en dirección al SDF-1, Cochran fue con ellos.

"Ese hijo de perra..." hervía dentro de mí máscara. "Maldito pequeño bastardo."

Jale mi Super hacia la derecha y golpee los propulsores hasta el fondo. Pendientes de mi carga, Cochran y sus tres hombres ala
hicieron lo mismo, dirigiéndose hacia el Prometeus lo más rápido que podían. Sabia que podía alcanzarlos, pero para la hora en que lo
hiciera estaría dentro del patrón y no habría mucha oportunidad de poner en orden a esos tres. De mala gana decidí arreglar las cosas
en cubierta.

Después de recorrer el Patrón Marshall por diez minutos, empece a descender. Mi presión sanguínea había aumentado sin parar
durante el periodo de tiempo intermedio y estaba a punto de cometer homicidio. Me concentre en subir a bordo pero no estaba volando
bien y solamente alcance a agarrar el cable cinco. Cuando el elevador me bajo a la cubierta del hangar, me dirigí a mi espacio de
estacionamiento y salí de la cabina en el instante en que apague mis motores. Disgustado, lance mi casco hacia el equipo de la nariz y
salí a buscar a Cochran.

Lo encontré parado junto a su caza, riéndose con los otros pilotos del escuadrón. Cargado de una rabia que desafiaba cualquier
descripción, camine detrás de él, ambos puños apretados fuertemente. Cuando se volteo a verme caminando para verlo a él, lo golpee
directo a su mandíbula, enviándolo hacia atrás.

"¡Pequeño pedazo de mierda resbalosa, insubordinada!" rugí, levantándolo del suelo por la nuca de su traje de vuelo. "¡Voy a matarte!"
lo agarré por el cabello y golpee su cara en un lado de su Valkyrie, después lo deje que cayera en la cubierta hecho un montón.
Los otros pilotos, paralizados por lo que habían visto, se quedaron ahí con la boca abierta. Me voltee y los vi a todos ellos. "¿Quién
sigue?" los mire fijamente a cada uno de ellos. "¡Bien! ¡Vamos bola de granujas! ¿Ninguno comentario inteligente? ¿Ninguna
observación insubordinada? ¿Cuál es el problema, señoritas, ninguno tiene las bolas para ponerme en mi lugar?" esperé un momento
antes de continuar. "Vamos chicos listos. Seguramente un texano retrasado como yo no puede con todos ustedes, ¿verdad?"

Uno de los pilotos, un fornido Austríaco llamado Brian Lukavich, empezó a moverse hacia mí, pero después lo penso mejor cuando
vio el fuego de mis ojos. Los otros simplemente permanecieron ahí.

"¡Muy bien! ¡Así es como va a ser!" grité en mi voz de comando mas fuerte. A lo largo del área de mantenimiento tripulación y pilotos
de combate dejaron de hacer lo que estaban haciendo para ver que estaba pasando. "Yo soy el que manda aquí. Yo Jefe, ustedes Indios.
Yo hablo, ustedes escuchan. El primero de ustedes que me trate de atravesar va a terminar como el buen Cochran aquí. ¿Entendido?"

Ellos rápidamente chasquearon los pies en atención.

"Traigan una cubeta con agua y despierten a esta patética pieza de basura," dije, moviendo mi mano disgustadamente en dirección de
Cochran. "¡¡Quiero a todos ustedes en cubierta en quince minutos y listos para entrenar duro!! ¡¡Retírense!!" Me voltee y salí por
donde había venido, seguro de que sabia que había hecho una impresión duradera en mis pilotos

La cara de Cochran era una masa magullada y ensangrentada cuando recupero la conciencia. Naturalmente el Tte. May quería saber
que había pasado para ocasionar tales heridas. La respuesta que obtuvo de todos los que estaban involucrados fue que Cochran se
resbalo en una plancha y se golpeo la cara en el lado de su caza. Eso fue lo ultimo que se dijo sobre el incidente, aunque estaba
claramente en la mente de todos a partir de ese momento.

El cambio de actitud ejemplificada por mis pilotos fue instantáneo mientras demostraban su rendimiento durante las misiones de
entrenamientos subsecuentes. El resto de nuestro periodo de calentamiento con el Super Valkyrie paso sin ninguna novedad y yo ya no
tuve mas problemas con el Tte. John Cochran.

En poco tiempo, los eventos de una naturaleza mas presionante asomaron su horrible cabeza. El 18 de Junio, los Zentraedi hicieron una
increíble apertura. La madre nodriza de la Flota Zentraedi de Clase Imperial con un millón de naves se aproximo al SDF-1 buscando
un cese de hostilidades. Cualquier duda sobre la sinceridad del comandante alienígena fueron borradas cuando una división de Regults
de la Flota Botoru de Khyron fueron destruidas por disparos de la nave comandante.

El emisario alienígena era el Ministro de Relaciones Zentraedi, un hombre pequeño, de rostro cenizo llamado Exedore. Pequeño de
acuerdo a los estándares Zentraedi, el mismo se había micronizado y volado a bordo del SDF-1 bajo una fuerte escolta de cazas
Veritech. Su revelación demostró ser alarmante.

El poder abrumante de los Zentraedis había sido retenido bajo control en parte de que los Zentraedi estaban bajo las ordenes de sus
superiores -una raza conocida como "Los Maestros de la Robotecnia"- para capturar la fortaleza intacta. Por siglos los Maestros de la
Robotecnia habían controlado un vasto imperio que se extendía por varios años luz. Centralizado alrededor en una fuente de poder
increíblemente eficiente conocida como "Protocultura" -cuyos secretos se encontraban escondidos profundamente en algún lugar
dentro del SDF-1- este imperio era defendido por una raza de seres creados para este único propósito. Esta raza eran los Zentraedi.

La exposición a la "Cultura Microniana" -particularmente a las canciones de Lynn Minmei- (algo completamente extraño a la raza
alienígena) había ocasionado deserciones e insubordinación en una escala que excedía a la que había experimentado Khyron durante su
excursión en Ciudad Macross. La transmisión en vivo de la boda de Max y Miriya solamente exaltaron el problema y en medio de una
ofensiva para tomar el SDF-1 de una vez por todas, el Comandante de la Flota Imperial (un poderoso guerrero Zentraedi llamado
Breetai) descubrió que más de la mitad de sus tropas se rehusaban a pelear. Confundidos entre la inmoralidad de pelear a su propia
gente -conocidos como los desertores Zentraedi ahora viviendo a bordo del SDF-1- y sus ordenes de destruir la fortaleza de batalla,
Breetai tenia una decisión difícil. Finalmente, con el consejo de Exedore, Breetai había llamado a sus fuerzas y contemplaba su
siguiente movimiento.

Dolza, el Supremo Comandante Zentraedi, no estaba complacido con la falla de Breetai -ni tampoco con la "Contaminación
Microniana" de su flota- y estaba en camino para resolver el problema de una vez por todas. Con la mitad de su fuerza rehusándose a
pelear, los niveles de energía que hacían imposible hacer una vía de escape y soportando la furia de la Gran Flota de cuatro millones de
Dolza, Breetai estaba atrapado entre una piedra u un lugar duro. Su única esperanza de supervivencia era unir fuerzas con la Tierra en
un esfuerzo desesperado de pelear a Dolza y así había enviado a Exedore al SDF-1 para forjar un acuerdo de paz.

El cambio de corazón de Breetai no llegó tempranamente. La reunión cumbre entre Zentraedi y Humanos estaba aun en sesión cuando
los sensores a bordo del puente lanzaron un aviso agudo. Una operación de transposición de escala inimaginable estaba en progreso.
La Gran Flota de Dolza había llegado.
Capítulo 42 - El Juego Final

La llegada de la Flota de Dolza no era una gran sorpresa (aunque llego tres horas antes de lo que nuestros comandantes habían
previsto, convirtiendo nuestros esfuerzos en poner los cazas de la nave armado y listos de un proceso organizado en un pánico
desquiciante). El verdadero impacto llegó en la magnitud de la misma transposición. Por casi dos horas naves de todo tipo y tamaño
aparecieron en la órbita de la Tierra y para cuando la transposición termino, mas de 4 millones de cruceros Zentraedi listos para la
batalla estuvieron listos para arrasar el planeta.

A lo largo de la Flota Aliada, la tripulación de vuelo fue instruida en un plan de ataque precipitadamente diseñado. Sobrepasado en
mas de cuatro a uno, nuestra única esperanza era golpear el Talón de Aquiles de la Flota Zentraedi atacante -La Nave de Comando
gargantúa, grande como roca, de Dolza. Siendo el centro de comando y control de la fuerza invasora, su destrucción dejaría a la flota
enemiga sin coordinación, dejándola fácilmente susceptible a una contraofensiva.

El Tte. May cubrió dicha información en tanto detalle como pudo durante nuestra junta de emergencia. Sin embargo, el tiempo era la
esencia y simplemente no había mucho tiempo para entrar mas que una visión precipitada del método detrás de la locura. Mientras
transcurría, nuestra misión era sencilla: aquellos cazas que estaban armados con los nuevos Reflex RMS-1 "Angel Mortal" C irían tras
los cruceros alienígenas que estaban entre el SDF-1 y la nave de mando de Dolza. Aquellos cazas que no estuvieran armados con los
Misiles Reflex proporcionarían protección para aquellos que si los tenían.

Un gigantesco salto en tecnología de misiles, el Sistema de Misiles Reflex había sido diseñado para incrementar la mortalidad de
nuestros misiles convencionales haciéndolos "inteligentes". La brillantez detrás de la nueva tecnología Reflex descansaba en una
computadora a bordo que incrementaba la probabilidad de que un misil golpee su blanco por medio de una combinación de
conservación de combustible y técnicas evasivas de defensa. Si el misil era atacado, tenia la habilidad de quitarse del camino antes de
seguir con el ataque. Una vez que alcanzaba el blanco, un marcado incremento en la letalidad resultaba de la habilidad del misil para
golpear al blanco en el ángulo en que producirá el mayor daño. Aunque los Misiles Reflex jamas habían sido probados en combate, los
ingenieros, con sus reglas de calculo, predecían que estas mejoras los harían dos veces más efectivos que las ojivas convencionales del
mismo calibre. Ibamos a averiguar si ellos tenían la razon.
Nosotros no sabíamos si íbamos a cargar Misiles Reflex o no hasta que abordáramos nuestros cazas, y el proceso de armado
continuaría hasta el momento en que era hora de llevar nuestros aviones fuera de su espacio de estacionamiento. Independientemente
de nuestro rol, debíamos ser extremadamente cuidadosos de no disparar contra las naves Zentraedi amigas, ya que su única marca que
los distinguía era un galón blanco pintado en los fuselajes de los cazas y cruceros aliados -no había suficiente tiempo para equiparlos
con equipo IFF que nuestros cazas pudieran preguntar.

La reunión apenas había concluido cuando las cosas tomaron un mal rumbo. Con un despliegue de fuerza bruta, totalmente opuesta a
un acierto táctico, Dolza impuso su Gran Flota en movimiento. Para el horror de aquellos suficientemente desafortunados para verlo,
una lluvia de fuego descendió sobre el planeta Tierra y en un lapso de 45 segundos, este mundo vivo, animado y bello fue reducido a
una piedra abrasada y muerta. Millones de fuegos, cada uno mas caliente que el más grande volcán, asolaban en su camino a lo largo
del planeta, devastando naciones enteras. Para el tiempo que el vídeo de circuito cerrado de la devastación llegó a las salas de
preparación, nuestro hermoso mundo azul se había convertido a un humeante color gris.

Mientras veía en el monitor de la pared el planeta devastado, rodeado por 4 millones de naves alienígenas listas para pelear, estaba
congelado por un miedo indescriptible. Me impulso paternal era buscara a mis niñas y protegerlas como fuera. Era un sentimiento
horrible, parado en esta sala sin mis niñas a mi lado y luche contra mis impulsos como si fueran demonios. No podía defender a mis
niñas estando con ellas. Sólo podía hacerlo en el vacío del espacio -mí oficina en la oscuridad, donde un momento de indecisión
significaba una muerte rápida y prematura.

Mi sangre empezó a hervir, mis mejillas se sonrojaron y una ola de calor recorrió mi cuerpo. Atrapado entre el miedo y el odio, di una
rápida oración por unos nervios tranquilos y una cabeza fresca. Las probabilidades estaban apiladas en contra nuestra y me di cuenta
que el éxito como la derrota no estaban borradas. La muerte en combate podía ser segura y sumaria. La muerte en mi devastado mundo
estaba lejos de ser dolorosa. El sueño por el que habíamos peleado tanto tiempo, solo para verlo sucumbir ante un fin inevitable, era la
cosa más frustrante que jamas haya sentido en toda mi vida y me asustaba mas que cualquier otra cosa que haya conocido.

"Muy bien muchachos, a montar", nos llamo el Tte. May desde la escotilla de la sala de preparación.

Era hora de partir. Con otra oración, agarre mi casco del casillero y me dirigí hacia mi caza. Mientras caminaba por el hangar podía ver
la sombría sensación que había penetrado en el aire. Sobre pasados por mas de cuatro a uno y sobre pasado en armamento por casi diez
a uno, parecía que el fin iba a llegar rápidamente.
Mientras llegaba al "Hard Case", descubrí que estaba cargado con Misiles Reflex. Los cazas del Tte. May y dos de otros pilotos,
también los llevaban. Después de mi vuelta, nos amontonamos juntos enfrente del caza del Tte. May. Le susurre algo en el oído y
después me dirigí hacia mi nave. Unos momentos después, el Tte. Cochran y el Sgto. Lukavich se aproximaron a mí. Mientras el
enorme Lukavich se movía pesadamente hacia mí me preguntaba si no había cometido un error al pedirles a ellos que volaran como mi
cubierta.

"Muy bien muchachos, este es el gran espectáculo. Esto se ve como si estuviéramos haciendo una mala película y parece que tienen
dos opciones. Uno, pueden hacer trizas mi trasero y terminar con todo o dos, pueden protegerme la espalda ayudarme a fracturar
algunos chicos malos, para después regresar a casa y hacer millones escribiendo nuestras memorias. La elección es suya.
Personalmente preferiría escribir un libro sobre esto que morir. Es su elección."

Los dos pilotos miraron alrededor desatinadamente, mientras reflexionaban mis palabras, entonces Lukavich dio un paso hacia
adelante con una mano extendida. "Tú mandas jefe. Seré tu numero seis."

Alcance su mano y se la estreche. "Gracias, Brian."

Sonrió y marcho hacia su caza.

Cochran continuo viendo hacia el final del hangar, entonces el también extendió su mano. "Muy bien, capitán. Estaré contigo todo el
camino."

Asentí con una sonrisa, después tome su mano en la mía. "Muy bien. Me agradara tenerte en mi ala, Teniente."

Mientras se volteaba y se dirigía hacia su Valkyrie, di un suspiro de alivio. "Jesús, esto fue como caminar sobre vidrios," murmure a
mí mismo, antes de treparme a mi nave.

Philo Rorbough, fiel y confiable como siempre, me ayudo a ajustarme los cinturones en el asiento de eyección. Había una severa
expresión en su cara.

"¿Qué pasa Philo?" le pregunte.


"Nada capitán. Solo patéales el trasero y trae mi avión de regreso en una sola pieza," dijo, alcanzando a formar una sonrisa.

Sonreí. En ese momento, una gran ovación se escucho en el extremo más lejano del hangar. Volteamos a ver de que se trataba tanto
relajo y en unos momentos tuvimos nuestra respuesta.

"¡El Comando de Defensa de la Tierra, derribó un millón de acorazados Zentraedi!" alguien gritó sobre la algarabía del hangar.

Philo y yo nos volteamos a ver con expresiones desconcertadas. Todavía había gente viva en el planeta y las probabilidades contra
nosotros habían sido reducidas por un gran margen. "¡Por mil diablos!" exclamamos al mismo tiempo.

"¡Vaya por ellos, jefe!" me gritó, ahora sonriendo brillantemente, mientras me daba palmadas sobre el hombro.

Como descubriríamos después, la UEG había construido secretamente un cañón gigante, conocido simplemente como "El Gran
Cañón". Usando el centro de la Tierra y su campo magnético como fuente de alimentación, era una arma impresionante, pero demostró
solo ser buena para un tiro y no destruyo tantas naves como nuestro entusiasmado tripulante nos había hecho pensar. Aun así, por el
estímulo a la moral que proporciono, el Gran Cañón no podía ser considerado nada menos que un éxito.

Por la millonésima vez ese día, incline mi cabeza y di una oración silenciosa. Abriendo mis ojos, mire a mí alrededor. Los fardos de
los misiles que estaban montados en el frente de las unidades de mejora del Super Valkyrie sobresalían visiblemente a mis 2 en punto y
11 en punto, justo detrás del sello de la cabina delantera hasta la popa. Esta era una maldición necesaria. Para poder apiñar los motores,
combustible y armas que hacían el Super una maquina tan poderosa, los ingenieros tuvieron que hacer los habitáculos que los
contenían, extremadamente largos -más de lo que cualquier piloto de combate quisiera- y como resultado no podíamos ver nada de lo
que tuviéramos a los lados o detrás de nosotros. Aun así, no había nada que hiciera que un piloto de combate cambiara su Super, a
pesar de la vista. Este bebe era nuestro as bajo la manga.

Destape mis oídos y selle mi casco. Mire hacia las caras en mi panel de instrumentos: Beki, Lisa, Casey y Waylan. Era hora de ir a
trabajar.

"Líder Machete esta arriba, Botón Nueve," llamo el Tte. May.

"Machete Uno, Dos esta listo," llamo el hombre ala del Tte. May.
"Machete Uno, Tres esta listo," indico su otro hombre ala.

Para coordinar mejor la gigantesca fuerza que estaba apunto de lanzarse al espacio, estabamos usando nombres claves preasignados,
que en este caso se convirtió en nuestro identificador de escuadrón -"Machete"- seguido por nuestro "numero de sección" y posición.
Como el líder del primer grupo de ataque, el Tte. May era Líder Machete y como líder del segundo grupo, yo era Machete Dos.

Las cosas se estaban moviendo rápidamente, ahora y apreté el botón del micrófono en el acelerador. "Machete Dos esta listo," llame.

En una rápida secuencia, mis alas se registraron. "Machete Dos, Dos esta listo," dijo Cochran.

"Machete Dos, Tres esta listo," indico Lukavich.

Y así, hasta que todo mundo estaba listo para rodar.

Revisión de controles de vuelo, revisión de sistemas, revisión de navegación. Todo estaba listo y con lo que pudiera haber sido mi
ultimo saludo, salí de mi espacio de estacionamiento, sintiéndome repentinamente solo y vulnerable. Josh no iba a estar ahí por
primera vez desde que empece a volar en combate, y no podía mas que tomarlo como una mala señal.

Hoy no había lanzamiento de catapulta. Esta vez sólo nos deslizamos hasta el arco para que los armeros pudieran quitar los seguros de
nuestras armas, después llevábamos nuestros cazas hacia el frente de la cubierta de vuelo hacia el espacio. La tripulación de cubierta
nos saludaban y agitaban las manos mientras salíamos y ese día sentí una electricidad en el vacío que nunca había percibido antes,
aunque estaba seguro que siempre estaba ahí. Podía sentir a la gente a mí alrededor y su deseo de vernos regresar sanos a casa. Era una
extraña camaradería, escalofriante por su intensidad. No había duda que la tripulación estaba deseándonos éxito desde sus corazones y
alma -estarían muy aliviados de vernos regresar a salvo a casa.

"Machetes Botón Once," llamó el Tte. May cuando el último miembro del escuadrón salió de la cubierta de vuelo.

Una vez mas una rápida inspección y esperamos. Cuando el último caza de la fuerza de ataque despego de la nace, el Capitán Gloval
salió al aire y se dirigió hacia nosotros. Muchos de los que escucharían sus palabras no regresarían.
Mientras Gloval hablaba, torcí mi cuello hacia atrás y observe a los cazas apilados sobre mí. Se veían mucho más numerosos que las
estrellas. Por mi ala derecha podía ver cientos de Cruceros Zentraedi manteniendo formación con el SDF-1. Era la vista mas extraña
que había vista, todavía. Hace tres días mi nave -mí planeta- estaba ocupado en una lucha a vida o muerte contra estos mismos
cruceros, y ahí estaban todavía. Unidos por una meta común -o quizá, mas precisamente, una necesidad desesperada, común.

El indicador de dirección -un par de flechas azules en mi HUD, que indicaban donde estaba mi blanco- se deslizaban lentamente hacia
la izquierda y hacia abajo mientras nos acercábamos a la Gran Flota de Dolza. Los números en el centro MFD se desplazaban
suavemente, mientras los paquetes de ataque eran actualizados por el Sistema de Enlace de Datos LPI del SDF-1.

"Será necesario que todos ustedes observen un silencio total en todas las frecuencias, para que podamos dañar las comunicaciones del
enemigo. Buena suerte y que Dios los regrese a todos ustedes a casa."

Ahora, cuando el Capitán nos pidió que estuviéramos fuera del radio para que las comunicaciones del enemigo fueran entorpecidas,
esperaba que hubiera algún tipo de interferencia o disruptor de alta tecnología - aun quizás estática. Pero no estaba preparado para la
música que empezó a escucharse en mis oídos, ni mucho menos la voz de Lynn Minmei.

"¿Qué diablos?" me pregunte. Después me di cuenta. Por su puesto, la flota de Dolza jamas había sido expuesta a la "Cultura
Microniana". Si los pasados eventos eran una predicción de las modas futuras, las fuerzas de Dolza se encontrarían a sí mismas en una
completa confusión. O cuando menos, se encontrarían imposibilitados de comunicarse los unos a los otros, reduciendo drásticamente
su efectividad.

Los propulsores en el Super Valkyrie de rayas negras y doradas del LCDR Hunter brillaban lucidamente y él aceleraba hacia adelante
con la primera ola de la fuerza de ataque. Cinco segundos después, LCDR Plog se lanzaba con la segunda ola. Baje mi mascara contra
reflejos y recorrí mi lista. "Misiles armados. Interruptor maestro encendido. Bombas de combustible en posición de emergencia.
Propulsores anclados," me repetía, revisando que todo estuviera en orden. Estando en el lado izquierdo de la quinta ola, veía al grupo
de Plog salir disparados y espere por lo que parecía una eternidad hasta que mi turno llegó quince segundos después. Con un repentino
despliegue de confianza, presione mi acelerado hasta la posición de "Sobremarcha" y fui presionado contra mi asiento con una fuerza
de 4.7G.

Con un ligero movimiento de la palanca, descendí hacia la izquierda hacia mi objetivo. Las reglas del juego eran simples y directas. Se
suponía que la fuerza de ataque abriría un cono, justo en el corazón de la flota alienígena -la nave de comando de Dolza- lo cual le
permitiría al SDF-1colocar la batalla justo en la puerta de entra del comandante alienígena. Los cazas que llevaban armamento Reflex
tenían asignados dos objetivos primarios y un tercero como alternativo, con múltiples cazas asignados a cada blanco. Como siempre,
se esperaba que los rangos de desgaste fueran altos y se esperaba que los cazas que no pudieran llegar a sus objetivos, fueran cubiertos
por aquellos que si lo lograran.

Mientras aceleraba hacia mi objetivo primario -un Queadol Magdomilla, no diferente como el que Josh y yo habíamos destrozado no
hace poco- mire hacia la izquierda y derecha. Lukavich y Cochran estaban haciendo un buen trabajo, meciéndose hacia los lados detrás
de mi caza para cubrirme mientras hacia mi penetración.

Me estaba acercando muy rápido ahora, mientras mi Super continuaba acelerando. Nerviosamente, revise el estado de mis
interruptores, una vez mas, particularmente la Arma Maestra. Seria muy malo tener el blanco en la mira y no poder disparar porque la
Arma Maestra estaba apagada.

Jale los propulsores a punto muerto y me deslice hacia la nave alienígena a mas de 30,000 pies por segundo. El RWR empezó a gritar
en mi casco, pero lo ignore. Con todo el poder disponible que tenia, podía fácilmente evitar cualquier misil que se aproximara, como
un torero esquiva un toro embistiendo. El canto de Minmei estaba también bramando en mis oídos y baje el volumen -todos los pitidos,
tonos, silbidos y música estaban empezando a afectar mi concentración.

Seguí mi perfil de ataque, exactamente como lo había hecho anteriormente, pero a un radio de acercamiento de 30,000 pies por
segundo, tenia menos para tomar decisiones. "Misiles armados. Interruptor maestro encendido. Bombas de combustible en posición de
emergencia. Propulsores anclados," repetí en voz alta una vez más.

El haz amarillo en mi HUD pasó a rojo y presione dos veces el botón de la palanca con mi pulgar y mientras veía como mis misiles de
fuera de borda salían disparados. Jale la palanca hacia atrás y hacia la izquierda, pise una vez mas el propulsor hacia "Sobremarcha".
No quería estar en los alrededores cuando esos misiles se cocinaran dentro de esa nave. Revise a mis hombres ala una vez mas y vi que
todavía estaban conmigo.

Mientras me mecía dentro de la formación alienígena, tratando como demonio de evitar golpear uno de las gigantescas naves verdes
que literalmente cubrían el cielo, cientos de relámpagos brillantes iluminaban la oscuridad cuando nuestros misiles conectaban con sus
blancos. Me dirigí hacia mi blanco secundario y repetí el proceso. Esta vez, sin embargo, el aviso de misiles que chillaba en mi casco
era muy real y una serie de brillantes puntos rojos se encendieron fatalmente tanto en el HUD como en mi Pantalla de Detección de
Amenaza.

"Cielos..." suprimí la urgencia de maldecir y cambie a modo Guardián. Girando hacia la derecha, presione mis propulsores a
sobremarcha y salí disparado fuera del camino de todos los misiles que se dirigían hacia mí. Observe rápidamente hacia abajo y hacia
la izquierda y vi sus rastros curvos mientras iluminaban los pies de mi Guardián.

De regreso hacia la derecha, potencia máxima. 4.8Gs. Gruñido. Propulsores a punto muerto. Objetivo aproximándose. Lanzamiento de
misiles. Tono del casco. Misiles aproximándose. Objetivo aproximándose. Luz amarilla... luz amarilla... Misiles... objetivo... cerca...
cerca... cerca... Luz amarilla. ¡Maldita sea! ¡Apúrense! Cazas aproximándose. Dios, apúrense por favor. Objetivo aproximándose,
misiles aproximándose, cazas aproximándose. Luz roja, luz roja. Dos disparos. Jalón a la izquierda, propulsores a potencia máxima.
4.9Gs. Gruñido. Tamo, tamo, tamo. Tono silencioso. Propulsores a punto muerto. Explosiones. Dios, grandes explosiones.

El último blanco se acerca. Cazas por detrás. No puedo esquivarlos. No puedo parar. Debo salir. Vamos, vamos, vamos. Jalón hacia la
derecha, a toda máquina. 5Gs. Esto esta empezando a lastimar. Los chicos malos no pueden acercarse a nosotros debido a nuestra
aceleración. Cazas adelante. Selección de misiles: Stiletto. Luces rojas. Dispara, dispara, dispara. Explosiones... escombros... Selección
de misiles: Angel de la Muerte. Blanco adelante. 200 millas y acercándonos rápidamente. Dios del Cielo que nave tan gigantesca.
Aproximándonos, aproximándonos... amarillo... rojo... dispara. ¡Dispara!

De regreso con la palanca. A toda maquina. Todavía en modo Guardián. Sigan avanzando. Partida vertical. ¡Machete Dos, misión
cumplida!

Miro hacia atrás y veo a las verdes naves alienígenas volviéndose cada vez más pequeñas y más pequeñas -y muchas de ellas
explotando para convertirse en polvo. Propulsor a punto muerto. He quemado mucho combustible. El SDF-1 nos llama para decirnos
que salgamos del área. Vamos muy adelante de ustedes, compañeros.

Es hora de ver los fuegos artificiales.

Nada pasa por lo que parece una eternidad. ¿Estará muerto el SDF-1? ¿Habrá fallado? ¿Estará muerta mi familia? ¿Moriría aquí en el
frío vacío o moriría en un planeta muerto?
Entonces paso. La explosión más grande, más salvaje y más terrible que la humanidad jamas haya visto. Los gigantescos cuarteles
generales de Dolza, de michas millas de alto, muchas millas de grueso, estallan en una gigantesca bola de fuego morada. ¿Morada? Mi
palabra. La Robotecnología, aveces, tiene algunos efectos secundarios. La energía de la explosión se extiende a lo largo de toda la
formación alienígena y barre con toda la flota enemiga como un borrador se come el polvo de gis. Jesús, Dios, con razon nos dijeron
que nos quitáramos del camino.

Estoy deslizándome a lo largo, muy arriba... muy arriba... viendo como desaparece la flota alienígena. Cochran y Lukavich están en mi
ala. Pronto, otros Valkyries, elegantes y poderosos, se alienaron con nosotros como aves de presa gigantes, normalmente listas para
atacar... ahora simplemente nos contentábamos en observar con un abrumador asombro. En poco tiempo estaba guiando a casi 50 de
ellos -sobrevivientes veteranos de la guerra mas devastante de la Tierra- y estabamos deslizándonos en nuestra órbita, fijándonos en la
carnicería y devastación de abajo. Yo los veía. Ellos me veían. Ellos me seguirían sin importar a donde fuera y sabia a donde quería ir.

Mientras el polvo de la batalla se asentaba en la atmósfera, tome el mando y me deslice perezosamente alrededor del planeta Tierra,
viendo como el sol salía y se ponía en nuestras narices y nuestros espejos. Increíblemente, estabamos vivos y era tiempo de sentarnos y
saborear la belleza de nuestro mundo... y de la vida.

Desde abajo y hacia la izquierda, el Valkyrie de Joshua se deslizaba hacia mí, perfectamente como tantas veces antes y sonreí
brillantemente. Mi amigo estaba vivo y estaba realmente feliz. Tome el micrófono, los recuerdos de camaradas caídos y seres queridos
idos pasaron por mi mente. "Es mucho mejor lo que estoy haciendo ahora que lo que jamas haya hecho antes... es mucho mejor..."

"Amen."
Parte IX: Crucero
Capítulo 43 - Volver a Empezar

La destrucción de la Gran Flota de Dolza, proporcionó el ímpetu para un fin rápido a la Primera Guerra Robotech, pero lo que
nosotros, los vencedores, ganábamos por nuestro esfuerzo no era el final romántico que esperábamos. El camino a la felicidad y a la
paz, ya largo y arduo, tenia todavía muchos kilómetros por recorrer -y esos no serian más fáciles. La Tierra era como una roca
devastada y abrasada y la humanidad quedo pendiente de un hilo. Todas las grandes obras de la civilización habían sido destruidas por
la lluvia de la muerte de Dolza. No mas monumentos. No mas bibliotecas. Casi todo por lo que la humanidad había trabajado tan duro
para aprender en los últimos diez mil años estaba guardado cuidadosamente bajo tierra o en las bases de datos y bibliotecas del SDF-1,
Prometeus y Dedalos.

Los sobrevivientes de la última gran batalla de la Primera Guerra Robotech se encontraron imposibilitados de reconocer al mundo,
ahora árido, que habían peleado tanto por proteger. Se veía tan muerto e inhabitable como Marte, solo que peor. Los grandes fuegos
que consumían el planeta después del ataque de Dolza metió en un desorden al ecosistema de la Tierra. Tormentas de arena, sequías,
inundaciones, frentes de frío glacial, horrendas tormentas y monzones que duraban meses, la Tierra se estaba ajustando y lo único que
podíamos hacer -perdonen la expresión- era aclimatarnos dentro de nuestra gigantesca nave.

Esa nave era por supuesto, el SDF-1. Ella era una arma bella, pero estaba claro que sus mejores días, definitivamente, habían quedado
atrás. Ella había peleado mucho y duro para traernos a casa y lo hizo fielmente y sin queja alguna. Cuando la llamamos durante el
clímax de la batalla con la Gran Flota, lo realizo brillantemente, pero lo hizo a costa de su propia vida. La gigantesca dama había dado
todo lo que podía dar en ese terrible día de Junio y haciéndolo se había condenado a sí misma a una vida en el fondo de uno de los
millones de cráteres dejados por el bombardeo final de la Gran Flota.

Como cualquier gran catástrofe, la adaptabilidad de la humanidad fue puesta a prueba y fue una prueba que paso de colores. La
población del SDF-1, compuesta, en parte, de algunas de las mentes más brillantes del planeta -ingenieros, doctores, científicos,
botánicos- empezaron a crear una avanzada en los llanos áridos de Norteamérica. Pasaría casi un año antes de que el polvo bajara lo
suficiente para propulsar con energía solar a los pioneros. Mientras tanto, reactores de Protocultura eran usados para proporcionar
energía y una pequeña comunidad empezó a levantarse alrededor de la gigantesca fortaleza de batalla, completa con negocios, calles,
una pequeña y sucia aeropista y un sistema de transporte elevado para trasladar personal entre la nave y la ciudad conocida como
Nueva Macross.

Como medida de protección, se estableció una BARCAP de trescientas millas, recorrida por cuatro escuadrones de Valkyries operando
en turnos de tres horas. Era un trabajo demandante y debido al mal clima, humo, niebla y/o polvo, a menudo era conducida bajo IMC
(Instrumentos de Condiciones Meteorológicas). Una tarde, solo por gusto, decidí ver que tan alto estaba el nivel de nubes. Perdí la
vista del suelo a solo 30 metros AGL y no alcance a ver claridad hasta que alcance treinta y tres mil metros de altura. Que los cielos
estuvieran limpios a tan alta altura no era de mucha ayuda, ya que nuestra altitud típica para la misión era de alrededor de siete mil
metros.

Pasando tres horas abriendo agujeros entre el polvo, nubes y bruma que llenaba la atmósfera y la oscurecía completamente de
cualquier referencia visual externa, era un trabajo peligroso que requería concentración completa. La mayoría de nosotros habíamos
tenido una limita experiencia de volar con instrumentos y la mayoría de la que teníamos era en los simuladores. A la hora en que un
piloto inexperimentado en vuelo en instrumento salía de una misión de este tipo, él estaba exhausto mental y físicamente. Aunque un
traje de vuelo sudado y un dolor de cabeza tremendo era a menudo el único galardón por su labor, él no se quejaría, ya que haber
sobrevivido era recompensa suficiente. Una falla de instrumentos o unos momentos de desatención y uno fácilmente podría estar
haciendo espirales hacia el suelo sobre el "Agujero de Bala del Este." Había maneras más glamorosas para morir.
Durante las patrullas, éramos dirigidos por nuestros controladores a lo largo de terreno achicharrado de Norteamérica. Haciendo
transmisiones ciegas en diferentes frecuencias, intentábamos establecer contacto con otros sobrevivientes del Holocausto. Aunque
frustrantemente inútil al principio, esta política eventualmente trajo frutos cuando se logro comunicación con otras comunidades y
pueblos que habían nacido de las cenizas que era la Tierra y el SDF-1 empezó lentamente a expandir su paraguas protector para alojar
a estos sobrevivientes.

Con la única facilidad de soporte para Cazas Veritech y Destroids en la región, el SDF-1 estableció una pequeña red de mantenimiento
para otras unidades sobrevivientes del RDF y en poco tiempo se convirtió en el centro de una vasta - si no despoblada- infraestructura
de defensa que cubría un gran pedazo del continente Norteamericano. Mientras nuestra situación se estabilizaba, los escuadrones se
desprendían de manera temporal para asistir en los esfuerzos de reconstrucción y para proporcionar algo de inspiración de orden al
cual pudieran tomar los sobrevivientes durante un tiempo muy turbulento.

A pesar de nuestros mejores esfuerzos, manteniendo la paz se convirtió en una tarea atemorizante -y a veces decepcionante. Después
del climático fin de la más grande batalla de la Primera Guerra Robotech, miles de naves Zentraedi -tanto aliadas como adversarias- se
estrellaron en el planeta. En poco tiempo, una serie de conflictos regionales hicieron erupción por todo el planeta como fuerzas
sobrevivientes que continuaban la batalla que habían iniciado en el espacio. Los restos funcionales de la Flota Clase Imperial de Dolza
estaban cazando a los sobrevivientes de la Gran Flota de Dolza, así como de otras fuerzas sobrevivientes Zentraedi que presentaran una
amenaza inmediata al planeta. Con todas sus fuerzas, pero careciendo completamente de Protocultura para alimentar sus reactores, se
esperaba que la presencia temible y carismática de Breetai lograra convences a esas fuerzas Zentraedi a que se unieran a nuestro
bando. El hecho de no lograrlo requeriría una batalla prolongada para eliminarlos y era seguro que las naves de Breetai estarían lejos
por cierto tiempo -si es que sobrevivían.

Aunque un gran número de naves Zentraedi Aliadas estaban en la órbita terrestre, eran cascos destartalados. Canibalizados por sus
partes y energía para restaurar una minúscula porción de la flota de ataque de Breetai, esas naves eran solo una fachada y servia
solamente como un débil intento de parecer fuertes y dar al enemigo atacante un momento de duda. No tenían ninguna otra función.

La ausencia de activos orbitales para moderar la batalla de la superficie indicaba que era mas de lo mismo para los escuadrones del
SDF-1. Como era antes, los agotados pilotos de la fortaleza de batalla eran lanzados a la brecha, en un esfuerzo de forjar paz de la
guerra. Del 25 de Junio al 24 de Julio de 2011 -casi cuatro semanas- pasamos la mayoría de nuestro tiempo salíamos corriendo hacia
nuestros cazas para combatir con nuestros amigos alienígenas. Una serie de movimientos frontales aclararon el polvo espeso y alejaron
la bruma, proporcionando una visibilidad excelente por el momento. Los Zentraedi, deseosos de combatir después de una abstinencia
postergada, tomaron la oportunidad de lanzar una serie de ataques contra los miembros sobrevivientes del RDF y sus aliados Zentraedi
y ellos tuvieron éxito en convirtiendo nuestra tenue red de comunicaciones y orden en un completo desorden. Volando en el anillo
BARCAP exterior, donde la mayoría de mis enfrentamientos, durante este periodo fueron de largo alcance, de la variedad "dispara y
olvida", aunque, tristemente, había tenido mas de una pelea en el campo.

Aunque la aparición de esas fuerzas enemigas nos costaba mucho en daños y bajas, también tenia la ventaja de ubicar las posiciones de
naves Zentraedi previamente ignoradas o indetectadas. Grandes contraataques eran realizados contra esas, estrelladas pero activas,
naves Zentraedi, quienes usaban tierra, nubes y oscuridad para cubrir todo lo posible. Aunque pase la mayor parte de mi tiempo
durante esas escaramuzas proporcionando protección a aquellos aviadores valientes que presionaban sus ataques donde el fuego estaba
mas caliente, también tenia mi participación en duelos con las baterías antiaéreas enemigas. Los resultados netos de esas escaramuzas
eran impresionantes, y con el tiempo, a pesar de la carestía en partes, municiones y pilotos, no solamente asegurábamos el control
sobre la pequeña definida zona de protección Norteamericana, pero se empezó a expandir. Como siempre, nuestras victorias eran todo
menos no dolorosas, mientras todas las defensas Zentraedi, sin contar los cruceros enemigos severamente dañados, eran formidables,
por así decirlo. El final, nuestro éxito, como siempre había sido, llego con una etiqueta de precio muy cara.

Fue después de una escaramuza que perdí a un buen amigo y mentor. El 11 de Julio de 2011, "Ogro" Sprabary anoto su muerte número
207 mientras llevaba a su escuadrón en una misión de Patrullaje Aérea de Combate y Rescate (RESCAP - Rescue Combat Air Patrol)
para proteger a un piloto de combate quien había saltado en paracaídas sobre los arboles, después de recibir un misil tierra aire (SAM
Surface-to-Air Missile). Inexplicablemente, el Valkyrie de Ogro perdió potencia en medio de esa lucha, particularmente feroz y fue
obligado a salir de su nave sobre un terreno medio montañoso y densamente arbolado.

Abarrotado entre el suelo y una pesada neblina, llegue a la escena con otros cinco cazas y me puse a cargo de la fuerza RESCAP
mientras el previo comandante en batalla partió con sus jets para reabastecerse. La fuerza de combate Zentraedi de Raulon’ves re
retiraron justo en el instante que llegue a mi estación y si había tiempo para recoger a mis camaradas, era ahora. Casi setecientas millas
nos separaban del SDF-1, sin embargo, los intentos repetidos de obtener un helicóptero SH-85 Sea Sergeant fueron completamente
inútiles.
SH-85 "Sea Sergeant" Anti-Submarine/Cargo/Rescue Helicopter

Mientras rodeaba sobre el área donde descendió Sprabary, hablaba con él por radio. "Ogro Uno, Sand Pebble Uno. ¿Cómo te va
Jimbo?"

"Sand Pebble Uno, Ogro Uno. Muy bien por ahora. No puedo ver absolutamente nada de entre estos árboles, pero los escucho
claramente. ¿Dónde están los helicópteros?"

Espere, después conteste, "Estamos trabajando en eso ahora. Aguanta un momento, nosotros iremos por ti."

La pasa antes de su transmisión me dijo lo que ya sabia. "Correcto, Sand Pebble Uno. Entiendo."

"Aguanta ahí Jimbo, te sacaremos. Solo aguanta un rato hasta que pueda obtener ayuda para ti." Cambie a mi frecuencia del Botón
Cinco y llame al SDF-1. "Ojo de Toro, Ojo de Toro, aquí Sand Pebble Uno. ¿Dónde están esos Ocho-Cinco?"

"Sand Pebble Uno aquí Ojo de Toro. Los helicópteros saldrán hacia usted en poco tiempo. Estamos esperando autorización."

Casi escupía. "Ojo de Toro, aquí Sand Pebble Uno. ¿Esperando autorización? ¿Que diablos significa eso? Tengo dos hombres
derribados en el suelo en este momento y el cielo esta tan claro como una campana. Necesito esos helicópteros ahora mismo -rápido no
es suficiente. Dígale a los PJ que los envíe fuera." Los PJ eran, por supuesto, los Paracaidistas de Rescate, conocidos a todo lo ancho
por el feroz empeño que traían cuando rescataban pilotos derribados.

"Sand Pebble Uno, entendido."

No podía creerlo. Aquí estaba acompañando a dos camaradas caídos en cielos despejados y no había una manera para sacarlos de ahí.
Evalúe mis opciones y me encontré que no tenía ninguna. Tenia veinte cazas en posición, de los cuales ocho habían recibido daños de
combate. De mi fuerza completa solamente cinco estaban fuertemente armados y el resto estaban casi exhaustos. Nuestros amigos
alienígenas regresarían pronto cargados de parque y con refuerzos y si no obteníamos rápido los helicópteros de rescate, no habría
oportunidad de sacar sanos y salvos a Sprabary y su escuadrón en tierra.

Los Sea Sergeant eran nuestra única esperanza. No había manera para un Valkyrie levantara a nuestros compañeros fuera del bosque.
Sin embargo, bajo una escolta armada, los helicópteros pueden descender rápidamente, sobrevolar sobre el punto donde nuestros
pilotos se localizaban, lanzar un PJ entre los arboles con el dispositivo de recuperación "Penetrador de Selvas" y pescar un piloto y
sacarlo de ahí en un momento. Un dispositivo de forma de cincel, filoso con asientos replegables, amarrados en la punta del
cabrestante y del sistema de cable, el Penetrador podía abrirse camino por el bosque como un cuchillo en la mantequilla y así sacar a
nuestros camaradas a tiempo para llegar a cenar con el Almirante Gloval

Era tan simple que no se hacía. Rogaba y pedía a nuestra nave que enviara helicópteros desde hace media hora, pero era inútil.
Mientras maldecía a los controladores en la radio, un tono trino en mi casco anunciándome el regreso de los Raulon’ves, rearmados y
listos por mas sangre. Ordene al escuadrón de protección que los interceptaran, entonces salí de mi órbita y acelere para llegarles por el
lado derecho. Sobrepasados en seis a uno, con poca munición y sin ayuda, no teníamos una gran oportunidad.

Peleamos tenazmente sobre el terreno accidentado, usando nuestra maniobrabilidad superior sobre los Raulon’ve en nuestra ventaja.
Aun así, los RV’s tenían todas las cartas. La pelea se arremolino desde el suelo hasta casi once mil pies mientras luchábamos para
permanecer vivos en este cielo mortal y apremiante, pero estabamos muriendo. Rolando, girando, picando, estirando, poníamos
nuestros corazones en la batalla y logramos derribar un gran numero de cazas alienígenas. Pero, estabamos condenados a fallar.

Lance una ráfaga a un par de Dardos que aparecieron enfrente de mi nariz, después me quebré a la izquierda, mi vista cerrándose y
volviéndose gris mientras la sangre se salía de mi cabeza. Mientras gruñía ante las fuerzas G que me aplastaban en mi asiento, una
serie de golpes sonoros me llenaron de temor. Mi Valkyrie tembló mientras hacia un giro inverso y jalaba la palanca hasta atrás,
esperando sentir el acero incandescente pasar por mi piel en cualquier momento. Un RV verde moteado paso rápidamente junto a mí,
mientras me clavaba hacia los arboles que se encontraban abajo, jalando con todo lo que podía, para no estrellarme con las colinas. El
tiempo se detuvo hasta un alto total mientras el suelo se apresuraba a encontrarme. Por el instante más breve, mi confiable montura
resistió mi comando. Mi mano me dolió como para soltar el propulsor y jalar la manivela de expulsión, pero la desafié. Lentamente -y
agonizantemente- la nariz se asomo hacia el horizonte, mi visión oscureciéndose y cerrándose una vez mas, mientras apretaba todos los
músculos de la parte baja de mi cuerpo, lo mas fuerte que podía en un esfuerzo para protegerme de la presión. Apenas un metro
separaba la barriga de mi Valkyrie del terreno que se encontraba debajo de mí, mientras mi caza corregía su clavada y se nivelaba
encima de los arboles. Jale hacia delante y hacia atrás, buscando frenéticamente sobre mis dos hombres, buscando por cualquier RV
que se hubiera pegado a mi cola, pero el cielo estaba vacío.

Corregí mi curso y cargue dentro de la refriega, la cual se estaba extendiendo en una área cada vez más grande. Los misiles y disparos
cubrían el cielo. La Muerte estaba por todos lados. De pura suerte, el líder de la fuerza Zentraedi - como lo demostraban las marcas en
su fuselaje- apareció enfrente de mí, yo gire detrás de él, sintiéndome desnudo y temeroso mientras otros cazas enemigos salieron de
todas direcciones. Apreté el gatillo de la palanca, mientras él giraba hacia la izquierda y dispare mis ultimas treinta caras justo en su
nariz, después observe mi sexta muerte del día (Oficialmente se me daría crédito con otras cinco durante la salida) explotaba con un
relámpago brillante y con una lluvia de piezas derretidas de metal que caía hacia el bosque. Quebrándome hacia la derecha, pase
rápidamente entre un par de colinas y me robe un vistazo detrás de mí. Las naves Zentraedi estaban regresando a casa y sentí por un
instante breve que habíamos tenido éxito. Estaba equivocado. La fuerza que estaba partiendo solo estaba abriendo espacio para otra
fuerza que venia -unos cincuenta Raulon’ves- a tomar su lugar. Con un grumo en mi garganta, ordene a los once Valkyries
sobrevivientes que salieran de ahí y nos lanzáramos hacia la casa... no había nada mas que pudiéramos hacer. Absolutamente nada.

Aterrice mi Guardián en la cubierta del Prometeus con una rabia cegadora y después de ordenar que mi caza y los de mis compañeros
fueran rearmados, me dirigí hacia el puente y demande respuestas.

"¡¿Cuál demonios es el problema aquí arriba?!" Rugí, buscando al capitán de la nave. Mi cara estaba roja de ira y frustración.

"¿Cuál es el problema, Teniente?" preguntó el Jefe Aéreo, obviamente disgustado de que haya irrumpido en su puente en mi manera
claramente no militar.
"¡Quiero saber que diablos les pasa gente! ¡Acabo de perder nueve cazas, por que ustedes, bastardos, no saben como mandar un
helicóptero cuando se necesita y quiero saber quien diablos es responsable!"

"Va tener que llevar eso con el Capitán Ruddman, Teniente. Y a partir de ahora le sugeriría que se dirigiera hacia mí como ‘Señor’ o
‘Comandante’, Teniente."

"Lárguese al demonio, Comandante," sisee, dando media vuelta y regresando hacia mi avión.

Mientras regresaba hacia la cubierta de vuelo, agarre a un piloto de combate por el cuello en el corredor y le dije que encontrara al
LCDR Plog y le dijera que alcanzara a todo los pilotos de Valkyrie que pudiera en el aire y que lo enviara a mi posición, sin retraso e
independientemente de las ordenes. "Tenemos amigos en el suelo que necesitan que los ayudemos, las ordenes se pueden ir al demonio
y te juro, que si no le dices, regresare aquí y personalmente destrozare tus nueces. ¿Entendido?"

Dos minutos después, me trepe en la escalera de abordaje de mi Valkyrie. Mi capitán de nave me advirtió sobre tomar mi caza dañado
al aire otra vez, pero estaba tan enfocado en sacar a Ogro del bosque como para preocuparme.

"¿Puede volar, no?" demande.

"Si, señor, pero sin haberla revisado, no hay manera de que..." balbuceo

"Bájate de la escalera, a menos que quieras ir conmigo," le ordene.

Mi capitán de nave brincó desde el caza como si fuera fuego, y salí del Prometeus con siete Valkyries en remolque. El director de
vuelo llegó en el radio y nos ordeno que regresáramos a la base. Dejamos que comiera estática.

Mientras volábamos hacia el área donde Sprabary fue derribado, me recargue impacientemente en el propulsor, tratando de exprimir
un poco mas de velocidad a mi caza. Estaba comportando muy bien y ore por que nada crucial haya sido dañado por el caza Zentraedi
verde moteado. Una eternidad pasó antes de que llegáramos a la escena y empece a llamar a ciegas en el Guard (la Frecuencia de
Emergencia) buscando a Ogro y a su compañero de escuadrón, así como cualquiera de los pilotos de combate que hayan saltado de sus
aviones durante la pelea.
"Sand Pebble Uno en Guard. ¿Alguien me escucha, cambio?" esperé. "Sand Pebble Uno en Guard. Sand Pebble Uno en Guard.
¿Alguien me escucha, cambio?" No había ninguna señal de los hombres que estaban en el suelo mientras circulaba sobre el bosque.

"Sand Pebble Uno, aquí Pistolero Uno. En estación con nueve." Era la voz de Plog.

Mire hacia arriba y vi nueve hermosos Valkyries iniciando una lenta y suave órbita sobre mi cabeza, esperando mis ordenes. Después
nueve mas aparecieron.

"Sand Pebble Uno, aquí Husky Uno. Te cubro desde arriba, en posición con nueve chicas." Era Josh. Me permití una breve sonrisa.

En veinte minutos, mas de cincuenta Valkyries, todos completamente armados y listos, formaron parte de mí improvisada fuerza de
rescate. Sabia que mi insubordinación me iba a costar cara esta vez, pero no me importaba. Mis amigos me necesitaban y no quería
morir sabiendo que no lo había intentado. Además, que iban a hacer. ¿Enjuiciar marcialmente a todos los pilotos de la nave? No lo
creo.

Mi pantalla de radar de amenaza empezó a cambiar de color. Dos grupos de mas de sesenta Raulon’ves, habiendo escuchado mis
llamadas en el radio, llegaron rugiendo para pelear, si duda esperando solo la fuerza de Josh y Plog de 18 Valkyries. No puedo
imaginar la sorpresa en sus caras cuando se dieron cuenta de que había otros treinta y tres de nosotros, completamente armados,
orbitando bajo donde las montañas nos cubrían de su radar hasta que era demasiado tarde.

Molestos por la perdida de once de nuestros amigos, la Fuerza de Rescate no tuvo problemas en destruir o dañar severamente a todos y
cada uno de los RV que enviaron a pelear con nosotros, sin sufrir ninguna perdida. Sume dos mas a mi cuenta de esta tarde y después
continúe a la búsqueda de mis compañeros aviadores. Mientras el sol empezaba a ponerse, envié a casa a la fuerza de recate, escuadra
por escuadra, hasta que la mía era la única en la estación. Mis llamadas repetidas continuaron sin respuesta, sin embargo,
resignadamente decidí que era hora de terminar la búsqueda, por el día. Bajando hacia las copas de los arboles, coloque mis
propulsores en sobremarcha, coloque la nariz hacia arriba y gire mi Valkyrie tres veces como saludo a mi amigo James "Ogro"
Sprabary, el hombre que me había enseñado mucho.

A pesar de que regresamos cada día por seis días mas, dominando los cielos sobre nuestros adversarios Zentraedi, nuestros esfuerzos
de búsqueda fueron en vano. Obtuve cuatro mas muertes durante este periodo, pero fueron un pequeño consuelo y encontré una
renovada amargura en lo que el destino había traído -y un odio por un hombre que jamas había conocido Capitán Carl T. Ruddman.
Yo nunca había visto, ni escuchado sobre el Capitán Ruddman antes y a pesar de mis mejores esfuerzos, no logre que me viera. Por el
lado bueno, quizás esto era lo mejor, ya que no hubiera querido ir a juicio por intento de asesinato.

Descargue la culpa de la perdida de Sprabary solamente en el Capitán Ruddman, ya que fue su política la que ocasiono que lo
perdiéramos. "Esperando autorización." Esas palabras resultaron en la muerte de once hombres. En pocas palabras, la nueva política no
permitía que se enviara un helicóptero de rescate a menos que un piloto del Comando de Rescate (Rescom) haya hecho una
identificación positiva de la posición de los aviadores caídos. Esta era, sin lugar a dudas, la regla más estúpida jamás escrita, ya que
retiraba la autoridad de un rescate lejos de la persona más cercana a la acción -el comandante en estación. Después de una severa
objeción de la comunidad de pilotos de combate la regla fue rescindida, pero eso no paso a tiempo para salvar al as número 10 en
muertes de la RDF, 1er. Tte. Kevin James "Ogro" Sprabary, su compañero de escuadrón no los otros nueve enviados a salvarlos. Esta
horrible -e innecesaria- vidas perdidas serian por siempre recordada como "El Disparate de Ruddman".

Uno esperaría que tal tontería seria el fin de una carrera naval, pero Ruddman tenia aun muchos trucos bajo la manga y
lamentablemente, volveríamos a escuchar de él otra vez.

Una armonía, y sobre todo un esfuerzo por parte de las Fuerzas Aliadas, mutilaron severamente a los sobrevivientes Zentraedi
organizados en los segmentos central y oriental del continente Norteamericano. De frente a una repentina aniquilación, el grueso de
esas fuerzas iniciaron una retirada organizada a mas allá de las zonas montañosas del este y del oeste, as como a las tierras áridas del
sur. Algunos de esos Zentraedi, mas tarde buscarían -e involuntariamente se les otorgaría- comida, refugio, ciudadanía y protección
por gobiernos locales, un descuido que ocasionaría mucho sufrimiento mas tarde. El grueso de los beligerantes Zentraedi que
quedaban, volaron hacia la seguridad comparativa de América del Sur, sonde el RDF era casi inexistente. Imposibilitados de enviar
fuerzas para detenerlos, no teníamos mas opción que dejarlos volar y la carnicería que dejaron en su huida era realmente repulsiva.

A finales de Julio, los conflictos regionales que consumieron Norteamérica y buena parte del mundo, llegaron lentamente a un fin.
Aunque quedarían batallas que pelear, oficialmente se declaro que la Primera Guerra Robotech llego a su fin. Habíamos peleado por
mas de dos años para lograr la victoria, pero había llegado a un precio que jamas se había pagado en la historia humana: miles de
millones de inocentes sacrificados en la Lluvia de la Muerte Zentraedi, un planeta próspero reducido a un poco mas que una ceniza,
una civilización completa llevada a la orilla de la extinción. La magnitud de esta desafía cualquier descripción. Algunos señalaron que
podían oler el hedor de la carne humana quemada por meses después de la "Solución Final" de Dolza, y no lo dudo que así fue.

Por nuestra parte, los libros de historia nos mostraría las cuentas pagadas -y cobradas- por los pilotos del SDF-1 y un capitulo más
brillante seria difícil de encontrar. LCDR Leonard "Cirujano" Plog termino la guerra como el as con mas anotaciones del RDF con 351
muertes -un marcador tímido comparado al récord de todos los tiempos por victorias aéreas del as de la Luftwaffe de la Segunda
Guerra Mundial, Erich Hartmann (un récord que el pronto rompería). Max "Iglú" Sterling fue el segundo con 329, y sin lugar a dudas
hubiera alcanzado al Cirujano su la guerra hubiera continuado. Roy Fokker era tercero con 315 -un número sorprendente para un
hombre que solo había peleado por casi una año antes de fallecer. Josh completaba el Club 300 con 307 muertes, suficientes para llegar
en cuarto lugar - además de la Cruz Naval, la medalla más alta otorgada por la Naval al Valor. Las 285 muertes de Bill Brubaker
fueron suficientes para la quinta posición, mientras la lista de Waylan de 216, ya un año vieja, era lo suficientemente buena para un
octavo lugar. "Ogro" Sprabary llego al décimo lugar con 207 y yo pase las 185 muertes del LCDR Carr para llegar en undécimo con
193.

Mientras miraba a la lista de nombres, me permití a mí mismo un momento de reflexión. Bajo cualquier estándar, la RDFN había
hecho un trabajo increíble durante el conflicto. Siete de los doce ases mas altos eran Aviadores Navales y los pilotos de la RDFN
recibieron mas medallas al valor que cualquier otra rama. El Grupo Aéreo del SDF-1, en conjunto, había pagado un precio muy alto
por sus esfuerzo, sin embargo: Siete de cada diez pilotos de combate entrenados del SDF-1 fueron muertos en acción. Nuestros
anotadores máximos les fue un poco mejor: De los veinte mejores pilotos de combate, solamente nueve estaban vivos. Era una realidad
estremecedora que llevaba la devastación del conflicto bajo la lupa y nos recordaba a aquellos quienes nos habíamos olvidado de que
no éramos invencibles.

Cuando las llamas se enfriaron y los disparos cesaron, bandas de refugiados, Zentraedi y humanos también, se agruparon para vagar a
lo largo de las páramos del planeta Tierra en búsqueda de un cielo seguro. En poco tiempo, pequeños núcleos de esos refugiados, se
asentaron cerca de ríos, lagos y el parche ocasional de vegetación y bosques. No les tomo mucho tiempo para que las poblaciones de
esas avanzadas se incrementaran mientras otros seguían esos mismos ríos y ensenadas en busca de comida, refugio y sus similares.

Como había sido el caso a lo largo de la historia, el fuerte prevalecía sobre el débil y el mundo post-holcaustico no era diferente.
Pandillas deambulantes de predadores de ambas razas usaban armas e intimidación para obtener a duras penas una existencia sobre el
sufrimiento de los inocentes. Era una condición desconcertante y nos encontramos en la posición habitual de estar sobre pasados en
hombres y armas por aquellos que buscaban hacer su modo de vida sobre la muerte y dolor de otros.

La población de Nueva Macross empezó a crecer rápidamente mientras oleadas de gente (Zentraedi y humana) abandonaron lo poco
que tenían y salieron del caos que los rodeaba. Por el testimonio de los sobrevivientes una imagen escalofriante se formaba, una de
niños plagiados de los brazos de sus padres, comida robada, hogares destruidos, violaciones y tortura sin igual en la historia. El líder de
uno de los pequeños pueblos, con sus ojos llenos de lágrimas, contó como su esposa fue violada por una pandilla y sodomizada por
mas de dos docenas de secuaces armados mientras él era obligado a observar. Cuando ellos terminaron, uno de los hombres tomo un
bat de aluminio y rompió cada uno de los huesos del cuerpo de la mujer. El que ella haya muerto durante este evento solo puede ser
mencionado como un acto de piedad.

Joshua Kaufman, ahora casado con la encantadora Kristy Harris, fue testigo presencial del final de esta salvajidad. El 4 de Agosto de
2011, durante la primera misión de Josh como nuevo Oficial Ejecutivo para el VF-131 "Navajas del Infierno", espío un fuego que
estaba a lo lejos, cerca de uno de los raros parches de vegetación que habían sobrevivido el ataque de Dolza. Deslizándose para
investigar, Josh encontró los restos humeantes de una pequeña villa, repleta de cuerpos muertos. La brutalidad de lo que vio en su
segunda pasada desafiaba la imaginación. Con sus hombres ala dándole protección, Husky aterrizó su Guardián a una distancia
prudente del fuego y a pie, empezó a buscar sobrevivientes. Algunos de los que encontró vivos estaban estacados en camas de
hormigas rojas, sus ojos ya roídos -el resultado directo de tener pasta azucarada alrededor de sus ojos- mientras que los que encontró
muertos estaban colgados boca abajo sobre llameantes fuegos de campamento, como para que sus cerebros, literalmente, se cocieran -
seguramente una muerte increíblemente dolorosa.

Con todo el cuidado que logro reunir, Josh ayudo a los sobrevivientes a llegar a la sombra del bosque y tratar sus heridas lo mejor que
pudo con su pequeño botiquín de primeros auxilios. Sabiendo que era poco lo que podía hacer solo, tomo al sobreviviente críticamente
mas herido, lo cargo a su cabina y salió en busca de ayuda.

Yo estaba en el Centro de Operaciones del SDF-1 cuando escuche el agonizante reporte de Josh sobre lo que había visto. Jamas olvide
el tono horrorizado de su voz. Al menos una docena de supervivientes estaban en el suelo y un par de helicópteros armados -con
escolta de cazas- fueron necesarios para recogerlo. Corrí hacia la cubierta de vuelo y llegue junto al Guardián de Josh justo cuando
llegaba a bordo del Prometeus. En su regazo había una pequeña niña, probablemente de 16 o 17 años, su cara hinchada, inflada y roja
de las numerosas mordidas de hormigas. Nunca había imaginado que una cosa tan terrible pasara en la vida real. Historias similares en
las clases de historia de la preparatoria sobre la conquista Española de América eran fáciles de eliminar como una exageración,
aberración o inexactas, pero esto... Era demasiado para ponerse a preguntar por que, para empezar, habíamos ganado la Primera Guerra
Robotech.

Ayude al equipo medico a bajar a la niña de la cabina de Josh, cuando vi que tropezaba torpemente al bajar la escalera de abordar, sus
ojos rojos, lagrimas bajando por sus mejillas. Mientras las aletas del rotor de un cercano Sea Sergeant empezaron a batir el aire, con el
viento golpeando nuestras caras, todo lo que pude hacer fue colocar mis brazos alrededor de mi amigo y decirle que todo iba a estar
bien.

"Tenemos que regresar ahí," sollozo. "Esa gente..."

"Esta bien. Esta bien. Iremos." Me voltee hacia el Sea Sargeant y agite mis manos para que nos esperara, después me dirigí hacia la
puerta abierta, Josh siguiéndome. El jefe de tripulación me paso un casco y lo aborde, ajustándomelo, conectando lo cables a un
conector de comunicación en el techo.

"Bienvenidos a bordo, Tenientes," dijo el Jefe mientras el helicóptero se levantaba de la cubierta de vuelo y se deslizaba directamente
en dirección de los sobrevivientes.

Asentí. Josh solo observaba hacia la ciudad mientras esta se encogía a lo lejos.

"¿Cuántos estamos mandando, Jefe?" le pregunte al jefe de tripulación.

"Seis helicópteros en total, señor. Dos escuadrones de infantería en los primeros dos," dijo el Jefe, apuntando por la puerta izquierda
hacia dos Sea Sargeants que estaban arriba y atrás de nosotros. "Dos gatilleros, uno en el nuestro y el otro en ese de allá," dijo,
señalando por la puerta derecha detrás de mí hacia el otro Sea Sargeant. "Dos ‘Comancheros’ nos proporcionarán protección y un
escuadrón de Valkyries."
MBB AH-72 "Commanchero" Attack Helicopter

Asentí. El "Comanchero" MBB AH-72 con asiento tandem -una cruza virtual entre el "Apache" AH-64 de manufactura estadounidense
y el "Hind" Mi-24 de manufactura soviética- era el mas avanzado helicóptero de soporte cercano/antitanque del mundo. Con mas de
sesenta misiles antitanque, un poderoso cañón de 32mm y un casco de armadura con el grosor de un diccionario grande, era el equipo
ideal para la tarea de la Patrulla Aérea de Rescate en Combate (RESCAP). Mientras los dos Comancheros volaban en formación en
ambos lados de la fuerza de rescate, podía respirar mas tranquilamente sabiendo que estarían ahí si iniciaba cualquier tiroteo.

Soviet-built Mi-24 "Hind"


Después de alrededor de cuarenta minutos de vuelo sobre el desierto agujerado y lleno de cráteres, que era Norteamérica, empezamos
nuestro descenso sobre la villa. Asentada a lo largo de un río que fluía desde las colinas de una cordillera montañosa cercana, seria un
paraíso en cualquier otro momento. Pero ahora...

Los comancheros iniciaron su órbita sobre nuestro lugar de aterrizaje planeado -un pequeño claro justo al Norte de la villa. Después de
dos órbitas, el comandante de RESCAP dejo que descendieran los primeros dos helicópteros en la Zona de Aterrizaje (ZA). Los dos
helicópteros cargados de infantería bajaron y descendieron hacia el claro. Mientras descendían, el cabello de mi nuca se erizo y una
sensación de preocupación me llegó. Algo estaba mal.

Los infantes saltaron de los helicópteros antes de que hubieran tocado suelo y se dispersaron para formar un perímetro asegurado
alrededor de la ZA. Una vez convencidos que el área estaba segura, el comandante de la fuerza en tierra dejo que entraran los
helicópteros. Mi estomago estaba en mi garganta mientras el piloto del nuestro Sea Sargeant empujaba la palanca hacia delante y se
deslizaba hacia la tierra de color arenosa que se encontraba abajo. Mire hacia el gatillero que estaba detrás de mí y vi su silueta que se
levantaba y se sujetaba cerca de la puerta abierta.

Mientras nuestras ruedas se aproximaban a la arena que estaba debajo de nosotros, me toque inconscientemente la correa en mi
hombro para asegurarme que mi Beretta estaba todavía ahí. Tocamos el suelo y jale las conexiones de mi casco, saltamos del
helicóptero. Agachado mientras corría -una reacción natural, aunque innecesaria, a las inmensas hélices que giraban rápidamente sobre
mi cabeza- cargue hacia la orilla del claro y la seguridad de la infantería armada nos esperaban ahí.

Con la guía de Josh no movimos rápidamente hacia la villa mientras los Comancheros y los Valkyries mantenían su vigía protectora
sobre nuestras cabezas. Salimos hasta el claro donde la villa estaba localizada y nos dispersamos para buscar a los sobrevivientes. No
había ninguno. En vez de eso, la gente Josh había reunido en las sombras estaban esparcidas por el suelo, balas en sus espaldas y
cabezas.

"¡Esta gente estaba viva cuando las deje!" gritó Josh. "¡Maldición, estaban vivos! ¡Esos bastardos!" escupió. "Esos desgraciados
bastardos"

La explosión inusual de Josh era comprensible. Estaba claro, por la posición de los cuerpos y por la localización de los cascos de balas
que había alrededor, que los sobrevivientes habían sido ejecutados. Quien sea que haya hecho esto quería mantenerlo secreto y para
asegurar su silencio, mato a todos los que pudiera hablar de eso.
La infantería, no encontrando mas que cuerpos muertos, se reporto con su jefe. "¡Muy bien, regresemos! ¡Regresemos!" rugió el líder
de escuadrón.

"Lo siento, Husky," dije, palmeando a mi amigo sobre el hombro. "Vamos. Tenemos que salir de aquí, amigo."

De mala gana, nos retiramos hacia los helicópteros tan rápidos como nos atrevíamos a correr. Mientras nos subíamos a los Sea
Sargeant el jefe de tripulación nos dio una mirada perpleja. Josh le paso un casco de un cartucho gastado de 5.56mm y el jefe obtuvo
su respuesta.

Con los Comancheros y los Valkyries proporcionándonos protección, despegamos del claro, salimos del claro, los dos Sea Sargeants
cargados de infantería justo detrás de nosotros. Mientras ascendíamos y nos dirigíamos hacia el SDF-1 se volvió claro que la derrota a
la armada de Dolza no señalaba el fin del derramamiento de sangre en el planeta Tierra. En vez de eso, un acontecimiento, más
siniestro que cualquier otro en la historia del hombre, había descendido sobre nosotros, y el camino a la paz se alejaba unas millas mas
lejos que antes.

Capítulo 44 - Soltando Carnada

Mientras nuestro Sea Sergeant tocaba la cubierta de vuelo, Josh descendió por la puerta abierta, tirando su casco detrás de él se dirigió
prontamente hacia la enfermería. Agradecí a la tripulación del helicóptero por llevarnos y después corrí para alcanzar a mi amigo.
Nunca lo había visto en un estado emocionalmente cargado, aunque difícilmente podía culparlo. La niña había sido llevada hacia el
recién construido hospital en el centro de Ciudad Macross, explico uno de los enfermeros enlistados, "Cuarto 423A"

Josh y yo nos abrimos paso hasta la estación del transbordador y descendimos desde la base hasta su carro. Apenas había plantado mis
sentaderas en el asiento cuando Josh salió derrapando del estacionamiento hacia la calle, las llantas rechinando mientras hacia una
rápida recta hacia el hospital. Zumbábamos hasta el estacionamiento y nos lanzamos hasta el Cuarto 423A donde la niña que Josh
había salvado estaba descansando tranquilamente en su cama, después de salir de cirugía. El Jefe de cirujanos oftalmológicos había
pasado mas de cuatro horas reconstruyendo los ojos de la niña y nadie estaba seguro de sí pudiese volver a ver otra vez.
Deje a Josh en el cuarto y tome prestado un teléfono en el escritorio de las enfermeras al fondo del pasillo. Con un poco de esfuerzo
logre localizar a Kristy y decirle lo que estaba pasando. Quince minutos después ella llegó al hospital y la deje con Josh. Tenía que
regresar a la base. Quizás mi presencia en el cielo pudiera prevenir futuras incidencias de eventos similares, pense.

Que equivocado estaba.

La misma escena se repitió otra vez unos días después en una villa diferente. Después tres veces mas en la siguiente semana. Habíamos
expandido nuestras patrullas y expandido nuestra área de búsqueda, pero nuestra fuerza de combate exhausta -ya atareada protegiendo
la Zona de Defensa de Norteamérica de las fuerzas sobrevivientes Zentraedi- era incapaz de reprimir esta nueva violencia.

La lamentación ante las acciones de Ruddman y el deseo urgente de hacer algo que llevara a una decisión de hacer oficial la inoficial
regla de "orden por negación" (y al mismo tiempo, que empezaran a rodar las mentes del alto mando para incrementar la flexibilidad y
eficiencia del Grupo Aéreo del SDF-1). El concepto de la orden por negación era algo sencilla. Anteriormente, teníamos permitido de
hacer solamente lo que nuestros comandantes nos dieran permiso de hacer -ataques, patrullas, recorridos, etc. etc. Aunque esta regla no
era implementada estrictamente debido a la situación desesperada a la que nos enfrentamos, muchas veces, un piloto bien intencionado
se encontraba en el lado incorrecto de una corte marcial gracias a que un superior celoso -después de consultar a su personal "Quien
No Debes Nombrar"- no aprobaba las acciones de dicho aviador. Este nuevo sistema era una alivio bien recibido. A menos que se
indicara lo contrario, capitanes de nave, oficiales de defensa antiaérea, comandantes de escuadrón y aun lideres de escuadrón, tenían la
flexibilidad de hacer lo que ellos sintieran necesario para cumplir la misión encomendada.

Yo use este método a su máxima capacidad. La matanza sin motivo de inocentes tenía que parar.

Josh y yo habíamos hecho amigos con mucha gente durante nuestra estancia en la Naval y usamos nuestras relaciones para ejecutar
una estrategia. Yo había hecho una seria reflexión después de salir del hospital, ese día. Con la ayuda del LCDR "El Holandés" Van
Kirk en Inteligencia, rápidamente logramos descubrir el modus operandi de nuestros amigos terroristas. Estaba claro que los ataques
ocurrían en comunidades de menos de quinientas personas, todas reunidas en los lagos del Sur de Canadá y en los valles de las
Montañas Apalaches Septentrionales. Inteligente mente, nuestros amigos nunca atacaban villas a menos de 100 millas una de otra, a
menos que pasaran diez días (quien fuera quien fuera sabia que no podríamos sostener un fuerte patrullaje por mas de este tiempo en
cualquier área). La evidencia apuntaba a una fuerza organizada, altamente coordinada y fuertemente armada con acceso a cierta
cantidad de acceso a información

Dividiendo las áreas del mapa en "zonas de ataque" de cien millas cuadradas, fuimos incapaces de descubrir una razón de los ataques
(sospechábamos la adquisición de metales preciosos, armas, comida, combustible y cosas de esa naturaleza que fuera su principal
objetivo) pero logramos establecer un patrón. El siguiente día el patrón fue confirmado cuando una pequeña villa dentro de una zona
en particular fue atacada, justo como habíamos prevenido. El siguiente paso era tender una trampa rápida y eficiente y yo sabia muy
bien a quien hablar.

Primer Teniente Redding, el comándate de pelotón, quien había ayudado a recorrer la villa que Josh había encontrado, era robusto y de
cara dura, con brazos enormes y características formadas que contradecían la verdadera compasión que mantenía muy dentro. La vista
de niños y mujeres muertas en la villa lo afectaron tanto como a cualquier otro y sabiendo lo mucho que quería corregir ese problema
en particular, le pedí que me ayudara.

El plan era sencillo. Enviaríamos una compañía de Infantería armada para evacuar una villa que cumplía el perfil que habíamos
establecido. Esos soldados pretenderían ser los miembros ordinarios de dicha villa, comportándose como civiles desarmados. Dos
equipos de ataque Valkyrie -uno guiado por Josh y el otro por mí- estaríamos ocultos en la proximidad de un bosque para proporcionar
el soporte que fuera necesario. Cuando los responsables de los últimos asaltos atacaran a este grupo, ellos van a obtener una gran
sorpresa.

No podía esperar.

El 20 de Agosto de 2011, bajo la protección de la oscuridad, una docena de helicópteros Sea Sergeant, cargados con dos pelotones de
Infantería armados, despegaron de la empapada cubierta de vuelo del Prometeus hacia el cielo veraniego, nublado y húmedo.
Meciéndose en dirección del valle montañoso hacia el este, los helicópteros aceleraron lentamente y desaparecieron en la noche. Una
brisa occidental me hizo tiritar a pesar del pesado traje de vuelo que me cubría, mientras me paraba enfrente de la nariz de mi caza. Mi
Oficial de Comando, 1Tte. May y el de Josh, 1Tte. Westerbrook, habían dado el visto bueno a nuestro plan y esta satisfactorio que al
fin estabamos en camino.

Como un nervioso padre esperando pasee por la cubierta de vuelo, imágenes de la niña que Josh había salvado pasaban por mi mente.
La vista me había dado pesadillas por semanas. Veía a Casey amarrada sobre una cama de hormigas rojas, llamando a papa por ayuda,
después su cara cambiaba por la de Lisa Ann, después la de Rebeca, después se repetía, cada una de ellas llamándome para que las
ayudara. Me despertaría en ese momento, goteando sudor hasta las cejas, después salir disparado de mi cama para revisar a mis niñas.
Encontrándolas a salvo no me garantizaban el descanso, sin embargo, regresaría a mi cama para girar y dar vueltas hasta que era hora
de despertar a las niñas en la mañana.

Josh también deambulaba la cubierta enfrente de su Valkyrie, estacionado sobre el lazo de la catapulta número 2. Sin lugar a dudas, su
mente estaba a toda velocidad. La niña que había salvado estaba casi completamente ciega. A pesar de que el cirujano logro restaurar
algo de la vista en su ojo derecho, el izquierdo estaba completamente destruido y tuvo que ser removido. Las hormigas habían hecho
un daño muy serio a su cara y ni siquiera la mejor cirugía plástica había logrado esconder todas las cicatrices.

Mientras veía a mi amigo ver hacia el este, podía decir que alguien pagaría duramente hacia él por lo que le había pasado a esa pobre
niña y a su familia. Me daba lastima el pobre diablo que hoy se encontrara enfrente de los cañones de Josh.

Mi reloj dio su tono agudo en este aire nocturno y empece a dirigirme hacia mi escalera de abordaje. Me trepe a bordo y empece a
amarrarme con la ayuda de Philo. Los capitanes de vuelo generalmente no siguen a los pilotos de un escuadrón a otro, pera para los
ases, a menudo se hacían excepciones a muchas reglas. Muy a menudo se dice que ser un as es mejor que ser un Almirante y en
muchos aspectos, eso no esta lejos de la realidad.

Pase por el familiar ritual de inicio, así como los otros cinco pilotos en la cubierta de vuelo. Una vez que todo estaba listo y corriendo,
lleve a mi caza hasta la catapulta, encendí las turbinas a potencia máxima bajo la dirección del oficial de catapulta, revise mis
medidores e instrumentos -todos en verde- encendí mis luces de navegación para informarle al oficial de catapulta que estaba listo para
partir y presione mi cabeza contra el apoyo. ¡Wang! El golpe de a catapulta me entero en el respaldo de mi asiento mientras me
lanzaba hacia el fin de la cubierta de vuelo y hacia el aire sobre las brillantes y despertantes luces de Ciudad Macross.

El velocímetro indicaba 140 nudos y sonreí. Buen disparo, pense, levantando mi tren de aterrizaje, mientras empezaba un lento ascenso
para librar cualquier obstáculo que tuviera en mi camino. Jale mi caza diez grados a la izquierda y encendí las altas de mis luces de
formación, manteniendo mi velocidad por debajo de los doscientos nudos para que mis hombres ala pudieran alcanzar. Vi sobre mi
hombro izquierdo mientras ellos se aproximaban, uno a la vez. Satisfecho de que todo estaba en orden, me dirigí hacia la villa y una
vez lejos de la ciudad, descendí a 100 metros, apagando las luces de formación.

Ajustando el GAPS hacia la posición de la villa, conecte el sistema Visor Delantero Infrarrojo (FLIR - Forward Looking Infrared).
Una imagen verde y negra del terreno apareció en mi MFD central, el horizonte y la elevación del terreno más cercano aparecían como
brillantes líneas horizontales y un símbolo de avión en miniatura me mostraba mi patrón de vuelo. Mi HUD me mostraba información
similar. Manteniendo la ruta de vuelo en o sobre la línea de terreno, podía pasar cualquier obstáculo en mi ruta de vuelo con un margen
de cuando menos 10 metros.

Empujando el propulsor, acelere a 350 nudos e hice una llamada rápida. "Sand Pebbles, Botón Ocho."

Cambie de frecuencia y vi como mis hombres ala parpadeaban sus luces de formación dos veces para indicar que habían cambiado de
frecuencia. Todo lo que teníamos que hacer ahora era proceder hasta nuestra posición hasta que fuéramos recibidos por el comandante
de la fuerza terrestre de Infantería.

Zumbamos sobre los arboles y empece a tener ese sentimiento infantil de "escondidas", con un endiablado deseo de hacer algo que
llamara la atención hacia mí -como moviendo y agitando inadvertidamente un arbusto- y resistiendo la tentación con todas mis fuerzas.
Mientras viajábamos hacia nuestro punto de encuentro el silencio fue roto con una breve y clara "Luz verde. Luz verde."

Ese era el comandante de las fuerzas, permitiéndonos acercarnos a la villa. Tome un respiro y continúe mas adelante, el GAPS
marcando la distancia mientras los ríos y colinas, que formaban la base de las Montañas Apalache, pasaban debajo de mi caza. El aire
estaba suave y tranquilo, parches de niebla flotando sobre los lagos y cimas.

Después de cinco millas disminuí a doscientos nudo, y a dos millas cambie a modo Guardián, enviando a mis hombres a sus áreas de
aterrizaje designadas. Como lo había hecho varias veces antes, lleve a mi Valkyrie que flotara y descendiera hacia la oscuridad que se
encontraba debajo, confiando en mis instrumentos y en Dios para que fueran mis ojos. Me fe fue recompensada con un suave golpe -
estaba seguro en el suelo. Jalando los propulsores a punto muerto, cuidadosamente moví mi caza hacia los arboles altos que rodeaban
mi punto de aterrizaje y la apague. La trampa estaba lista. Todo lo que quedaba era que nuestros amigos malos se presentaran a su
hora. Y sabia muy bien que si lo harían.
Espere sentado pacientemente en mi Valkyrie mientras los primeros rayos de sol empezaron a asomarse sobre la colina a mi derecha.
Un fuerte sistema frontal había soplado por un rato durante la noche previa, barriendo lejos las feas nubes de humo gris que todavía
rondaban después del ataque de Dolza y de los incendios que siguieron. A lo largo de la noche, la Infantería trabajó en evacuar a la
gente del pueblo -un grupo compuesto por humanos y Zentraedi micronizados que sumaban casi cuatrocientos habitantes -aunque
tomo un esfuerzo considerable para convencer a los ciudadanos que ellos eran de hecho soldados de la RDF y no bandidos. Armados
hasta los dientes con lanzamisiles, granadas y rifles automáticos de poder, los dos pelotones de Infantería eran una unidad
extremadamente poderosa que podrían hacer mucho daño a una fuerza de ataque enemiga.

El alba llegó, pero los chicos malos no mostraron señales de hacer su aparición. El sol perforaba obstinadamente a través de la
encapotada nube que parecía ser una parte permanente de la atmósfera superior, calentando la Tierra con sus rayos. Era la primera luz
de sol que podíamos ver desde el ataque de Dolza y me senté en mi cabina, pegajoso e incomodo con el calor mientras la mañana se
convertía en mediodía. Aun la cubierta gruesa del bosque no podía tapar el sol y me resistía a la urgencia de encender mis reactores
para encender mi sistema de aire acondicionado. Uno de los lideres de escuadrón de Infantería, un joven Cabo llamado Chris Ahrens,
me trajo un sándwich y una botella de "miados pantera" (Kool-Aid sabor uva). Le agradecí y le ofrecí un asiento en las tomas de mi
Valkyrie, quien cortésmente acepto. Nos sentamos y hablamos por mas de una ora bajo el caliente aire de verano. Estaba impresionado
por la intensidad que demostraba el joven Cabo, con su fuerte mandíbula y hombros anchos, afirmaban una confianza poco usual para
alguien de su baja estatura.

Después de un rato la conversación se apago y cortésmente se excuso, bajando graciosamente de la toma, con rifle en la mano. Solo
una vez mas, me acomode e hice lo mejor que pude para estar lo más cómodo posible. El sol empezó a golpear la superficie de la
Tierra a lo largo del día, creando una fuerza ascendente, que aunada a la alta humedad y el aire inestable, ocasionaba que estallaran
tormentas alrededor de nosotros. En poco tiempo, una de ellas nos alcanzo, rugiendo fuertemente como si fuera un tren carguero.
Mientras las gigantescas gotas de lluvia empezaron a caer, cerré la cabina y escuche el estruendo que creaban mientras se estrellaban
contra el vidrio. Las largas horas pasaron lentamente. Mientras la lluvia enfriaba la superficie, la acción de alzamiento convexo se
detenía y las tormentas morían en una lenta y autoinducida muerte. El sol, ya bajo en el horizonte, detrás de una de las colinas
cercanas, reflejaban un naranja brillante sobre las disipantes nubes de lluvia que estaban sobre mí. En otro día este hubiera sido una
bellísima puesta de sol, pensaba. Entonces los escuche.
Distantes y bajo. Un murmullo acompañado por un débil whup-whup-whup. Me senté derecho en mi asiento y escuche, levantando la
cubierta de mi cabina para tener una mejor pista de donde venia el ruido.

En el radio escuche al comandante de Infantería llamar, "Canarios, guarden posiciones, guarden posiciones." Esa era nuestra orden de
estar listos.

Espere tensamente mientras el sonido murmurante incrementaba en intensidad. Tres sombras oscuras pasaron sobre mi cabeza.
¡Helicópteros! Escuche los gritos sobre el ruido de las aspas del rotor seguidos por el disparo de armas automáticas. Hubo un
relámpago brillante seguido por una fuerte explosión mientras la Infantería descargaba sobre uno de los helicópteros bandidos. Mas
disparos de armas se mezclaron con los gritos excitados en el radio. La Infantería estaban haciendo un desastre de los planes del
enemigo.

"Canarios, guarden posición, guarden posición. ¡Ataquen! ¡Están retirándose, muchachos! ¡Están retirándose, muchachos!" llamó el
comandante de las fuerzas. "¡Fuerza [tierra] Mike, aborten persecución! ¡Fuerza Mike, aborten persecución! ¡Hay tres helicópteros
derribados! ¡Canarios salgan! ¡Canarios salgan!"

Con una precisión practicada, moví los interruptores apropiados y encendí mi Valkyrie. Con movimientos expertos del propulsor y
palanca levante mi Guardián del suelo, despegando entre las ramas del techo del bosque. Estaba casi completamente oscuro y los
helicópteros enemigos supervivientes se habían dispersado en diferentes direcciones. Enfile a mis hombres ala que los siguieran,
señalándolos con tres repeticiones de mis luces de formación para señalar a los chicos malos, como habíamos acordado -queríamos
encontrar su base, y eso significaba que teníamos que seguirlos.

Observando la pantalla FLIR, empece a rastrear el helicóptero líder, igualando su velocidad de vuelo mientras pasaba sobre las colinas
a la altura de las copas de los arboles. Mientras corría, revise el cielo a mí alrededor por cualquier señal de una protección de vuelo,
pero no encontré ninguna. Por casi cuarenta minutos, seguí al chico malo en dirección oeste hasta que hizo una fuerte vuelta hacia el
norte. Diez minutos después, detuvo a su helicóptero a que sobrevolara - a cinco millas de distancia hice lo mismo, anotando la
posición en mi tablero. La imagen de mi FLIR era inconfundible -un crucero derribado Thuverl Salan, primorosamente camuflageado
por las montañas y los arboles.
Thuverl Salan Zentraedi Scout Cruiser

Con la mayoría de la flota de Breetai enfrentándose a los sobrevivientes de la armada de Dolza, nosotros estabamos abandonados a
nuestros propios medios cuando era la hora de destruir hostiles y dañadas naves Zentraedi. Era una empresa peligrosa e ineficiente,
pero era algo que se tenía que hacer. Anotando la posición, en mi tablero, una vez mas, di media vuelta y me dirigí a la posición de la
Infantería. Toque suelo y salte de mi caza, las máquinas aun apagándose. Un mapa recuperado de los restos de uno de los helicópteros
me confirmaron la posición que había anotado. Una llamada rápida fue hecha por el radio LPI y una fuerza de ataque fue armada en
poco tiempo, armada con misiles para enfrentarnos a la nave enemiga.

Josh regreso con los otros cuatro cazas y nos reunimos enfrente de las luces de aterrizaje de su caza para discutir nuestro papel en el
ataque inminente. Tres naves ES-11D "Ojo de Gato" AEWACS volarían hacia la fuerza de ataque alienígena para bloquear la red de
radar de la nave enemiga. Debido a que había estudiado las hazañas de exterminadores SAM (Misiles Tierra Aire) como G. I. Basel,
Leo Thorsness y Jack Broughton -y porque había cegado exitosamente un radar de una nave Zentraedi (con la ayuda de Josh)- era
reconocido como el Experto Comadreja Salvaje (Exterminador de Misiles Tierra Aire) del SDF-1. Nuestros esfuerzos para atacar
naves de combate naufragadas Zentraedi requerían que desarrolláramos métodos efectivos en el área de supresión SAM y después de
una serie poco exitosa de prueba y error con varias armas, un nuevo misil de Alta Velocidad Contra Radiaciones (HARM), llamado
"El Grito II", fue producido.
ES-11D "Cat's Eye" AEWACS Air/Spacecraft

Efectivamente era un Stilleto de largo alcance con una ojiva un poco más grande, el Grito II (o "S-2" como lo llamábamos) fue
diseñado para registrar la posición de las emisiones de radar de una radar enemigo, asegurar la posición del radar en memoria y generar
el blanco para el bombardeo. Aunque no era una arma Reflex, el S-2 era un misil pasivo que usaba las mismas emisiones de un radar
enemigo para rastrearlo y destruirlo desde distancias muy lejanas. Mi caza, con programas actualizados para manejar El Grito II,
estaba cargado con cuatro de estas armas, dos en cada estación externa de misiles, para este tipo de eventos. Mi trabajo era eliminar el
radar primario de posición del crucero y ayudar limpiando el camino para la fuerza de ataque.

Terminamos nuestra reunión y salimos disparados en el pegajoso aire nocturno. Como la comadreja, me había lanzado sobre las
colinas y montañas delante de mis camaradas, a velocidad máxima, el radar barriendo hacia el frente en un intento de tentar a la nave
alienígena a que encendiera su radar. A cincuenta y cinco millas obtuve un mordisco, después una mordida, mientras me lanzaba a 550
nudos.

"Sand Pebbles, barriendo con radar a las doce," llame. Mi Pantalla de Radar de Amenaza (RTD - Radar Threat Display) encendió una
luz amarilla, después cambio a rojo. Un lamento inquietante en mis oídos del Receptor de Aviso del Radar me indico que había sido
detectado por la red de radar alienígena y me encogí, un tono de rastreo no es algo que disfrute escuchar un piloto de combate. En ese
instante, el pequeño círculo en el centro de mi HUD cambió a un diamante y se centro a si mismo sobre la posición del radar mientras
un trino sonaba en mi casco, indicándome que uno de mis S-2 a estribor estaba apuntando hacia el radar. Información de Alcance a
Blanco apareció en el lado derecho del HUD y empezó un conteo regresivo rápidamente en incrementos de un décimo de milla.
Anticipando la señal "Dentro del Alcance", levante mi nariz cuarenta y cinco grados y presione con mi pulgar el botón de la palanca.
La inercia de mi jalón ayudo a enviar al misil en camino e incremento su rango por varias millas (una técnica desarrollada,
casualmente, por la Comadreja Salvaje Leo K. Thorness de la Fuerza Aérea Estadounidense durante la Guerra de Vietnam.)

Mientras mi misil se acercaba al blanco, permanecí donde estaba para que el radar enemigo continuara siguiéndome, incrementando la
probabilidad de que mi misil diera en el blanco. Por diez segundos sude, mi trasero colgando de un hilo. Habiendo esperado tanto
como me atreví, me regrese hacia las montañas, oscilando de un lado a otro, para romper el seguro del radar enemigo sobre mi caza. El
tono se volvió silencioso en mi casco y espere a que el misil golpeara. Asomándome sobre otro cerro vi que el radar estaba silencioso.
Cuando no volvió a detectarme sonreí momentáneamente. ¡Mi misil había dado en el blanco!

Continúe acercándome a la nace alienígena, ahora bien dentro del rango de disparo seguro de las baterías de misiles defensivas de la
nave. Un segundo radar me localizo, seguido por un tercero, después un cuarto. Mi segundo S-2 trino y lo dispare. Cambiando el botón
selector de blancos en el propulsor, dirigí los otros dos misiles hacia los sitios de radar que quedaban y los dispare en una secuencia
rápida. Quebrándome a la derecha hacia abajo en el valle montañoso, propulsores en sobre marca, me lance hacia la seguridad. Muy
bajo para usar efectivamente tamos o bengalas, lance algunos de todos modos, esperando engañar el cercano mortero que estaba
gritándome detrás de mí. Nuestros aliados Zentraedi nos habían enseñado un par de cosas sobre las limitaciones de sus misiles de
defensa de abordo y estaba tratando de poner en buen uso este tipo de conocimiento. Si los misiles llegaban a la cima de la montaña
antes de que incrementara mi ángulo de escape (el ángulo formado entre la cabeza rastreadora/buscadora del misil y mi caza) a mas de
treinta grados, era hombre muerto.

Ahora estaba aterrorizado -lo mas asustado que jamas haya estado en mi vida- mientras calculaba en mi mente la distancia necesaria a
viajar en el tiempo disponible para librar el cono buscador. Los misiles de defensa de naves son más difíciles de esquivar en la
atmósfera, y si tus estimados no eran precisos... Iba a ser algo apretado.

Mis señales me empezaron a hablar en su seductiva voz femenina mientras aceleraba. "Altitud. Altitud. ¡BIIIIP! ¡BIIIIP! Levántese.
Levántese."

El RWR sonaba en mi casco una vez más. Había violado la regla irrompible -"Nunca le des la espalda a un SAM"- y no iba a lograrlo.
Con toda la fuerza que logre reunir, jale la palanca duramente hacia la derecha y hacia atrás, ocho y medio G aplastándome en mi
asiento mientras intentaba, desesperadamente, que me pasara el tiro. Presione con mi pulgar los botones de tamos y bengalas mientras
daba vuelta, apretándome subconscientemente por el impacto que seguramente iba a seguir. Hubo un relámpago brillante -como si el
sol hubiera aparecido repentinamente en el cielo, detrás de mí- y el estallido más ruidoso que cualquier cosa que haya sentido en mi
vida.

Mi mente me gritaba histéricamente, "Ahora si que la hiciste, idiota." Ya saboreaba la sangre y estaba quemándome. Una paz
surrealista, inesperada, me cubrió en ese momento y pense, "Así que esto es morirse."

Los misiles me habían alcanzado.

Parte IX: Crucero


Capítulo 45 - Pinos, Dolor y Recuerdos
No me acuerdo de haber saltado de mi Valkyrie arruinado. Hubo un relámpago brillante cuando los misiles me dieron, seguida de una
horrible sensación de ardor -y repentinamente, ahí estaba, girando salvajemente en el aire, mi piel ardiendo de dolor mientras trataba
de darme cuenta de que había pasado. El paracaídas se abrió con un jalón duro antes de que me aplastaran sobre las copas de los pinos.
Rebote y resbale a lo largo de las ramas y hojas de pino extrayendo un terrible desgaste de mi cuerpo adolorido. Después de que
pasaron lo que fueron quince minutos, finalmente me detuve, mi paracaídas se había enredado en lo alto de una de las coníferas
gigantes.

Podía escuchar el rugido de los cazas, tanto amigos como enemigos, peleando en los cielos que me rodeaban mientras amortiguadas
explosiones tronaban en la distancia. No podía ver nada, pero sabia que estaba cerca del suelo. Con las dos manos jale el seguro de
emergencia del arnés de mi paracaídas y me protegí contra el impacto que sufrirían mis pies. En vez de eso, caí directo de cabeza y
casi me rompía el cuello.

El tiempo pareció detenerse mientras me paraba en piernas tambaleantes y logre abrirme camino hasta el árbol más cercano -el sonido
de las explosiones, turbinas de jet, estaban extrañamente calladas. Recargándome contra el duro tronco, me quite el casco y lo vi con
ojos que se rehusaban a enfocar. Estaba achicharrado y tenia una rajada que corría hasta la mita de la parte de atrás. Ahora solo servia
para detener puertas, lo arroje a mi izquierda, donde descansaría pacíficamente en las raíces de pinos hasta que fuera descubierto por
un paseante. Me preguntaba que pensarían de él cuando lo encontraran mientras sacaba mi radio de emergencia y lo encendía.

El radio volvió a la vida en mi mano, mirándome. "Sand Pebble Uno, San Pebble Uno, aquí Husky Uno. ¿Me escuchas? Cambio." Era
Josh, su voz hueca y baja, sonaba como si estuviera en un túnel y parecía increíblemente divertida.

Presione el micrófono y empece a hablar, pero no salió ningún sonido.

"Sand Pebble Uno, Sand Pebble Uno, este es Husky Uno. ¿Me escuchas, cambio?" llamó otra vez.

Una vez mas intente responder, pero nada salió de mi boca.

"Líder, no creo que lo haya logrado," escuche la voz de otro piloto.

"Él esta vivo. Sé que esta vivo," dijo Josh con convicción. "Sand Pebble Uno, Sand Pebble Uno, este es Husky Uno. Si puedes
escucharme, cliquea tu radio tres veces, cambio."
Cliquee tres veces el radio.

"Sand Pebble Uno, Husky Uno. Rayos. Lo hiciste. Lo sabia. No estamos recibiendo tu biper. Una fuerza de rescate esta en camino,
pero necesitamos que nos guíes. Cliquea dos veces tu radio si nos entiendes."

Mi transmisor localizador de emergencia personal (ELT), comúnmente conocido como biper, no estaba trabajando. Aunque los
Valkyries habían localizado el accidente, ellos no tenían manera de saber donde estaba y yo no podía decirles. Cliquee el radio dos
veces.

"Muy bien. Espéranos, Sand Pebble Uno. Nosotros te sacaremos de ahí, no te apures."

Recordé palabras similares, pronunciadas por mi no hace mucho tiempo y como quedaron incumplidas. Estaba en una mala posición -a
una distancia muy corta, prácticamente, de esa nave alienígena- y estaba en malas condiciones. Podía sentir el calor abrasador en mi
piel que había recibido por las quemaduras de la explosión, mi cabeza latía de dolor y mi visión estaba borrosa. Tenia una cortada
grande en mi pierna derecha y otra en mi frente, lo que explicaba grandemente mi sensación de vértigo. Peor aun, no podía hablar, o
que significaba que la fuerza de rescate no podría confirmar que realmente era yo quien estaba cliqueando mi radio. Sin confirmación -
la cual se establecía haciendo preguntas en las cuales solamente yo sabia respuestas- la fuerza de rescate se podría rehusar a intentar un
rescate, y podría estar atrapado en esta montaña olvidada de dios hasta que me desangrara.

Josh debió haber leído mi mente en ese momento. "Sand Pebble Uno, Husky Uno. ¿Cuantos niños tienes? Cliquea tu micrófono con la
respuesta."

Clique el radio dos veces.

"Muy bien Sand Pebble Uno. ¿Cuantas veces has estado casado?

Cliquee el radio una vez.

"Muy bien Sand Pebble Uno. Cambio."


Todavía estaba oscuro, pero sabia que tenia que ir a un lugar mas alto si queria tener la posibilidad de ver o escuchar algo dirigido
hacia a mí -amigable o no. Mis primeros intentos de levantarme fueron irrisorios, y tenia que agarrarme al árbol para mantener mi
balance una vez que logre ponerme de pie. Después de recargarme contra la dura corteza del pino -la cual olía extrañamente a vainilla-
empece a tambalear en la dirección que sentía que iba colina arriba. No llegue muy lejos antes de sucumbir a una horrible sensación de
nausea. Me recargué contra otro árbol, el sonido rugiente de los Valkyries que orbitaban cerca de mí, hacían eco en las colinas y
montañas que me rodeaban.

Alcance y desabroche un pequeño compartimento de mi arnés que contenía el ELT. Después de sacarlo, lo observe, era de color
naranja, no más grande que el tamaño promedio de un reloj de pulso. Como no funcionaba y no tenía ninguna herramienta, el
anticuado "Método Texano" de reparación me pareció tan bueno como cualquier otro. Lo golpee duro contra el árbol una docena de
veces.

"Sand Pebble Uno, Sand Pebble Uno. Aquí Husky Uno. Recibimos tu biper. Recibimos tu biper. Mantén tu posición, vamos en
camino," llamo Josh excitadamente.

Sonreí, no creyendo lo que había hecho, tome asiento junto al pino y rápidamente me desvanecí. Había sido un largo día.

Desperté bajo la mirada de un gran casco gris del PJ, mirándome fijamente. Al principio pense que era un bicho gigante de alguna
pelicula de horror alienígena y me levante inmediatamente, alcanzando mi pistola. Afortunadamente, el PJ había tomado la prevención
de sacarla de mi funda y asegurarla antes de despertarme. Podía escuchar el fuerte rugido mientras las aspas de los rotores del SH-85
batían las copas de los arboles frenéticamente. Con la ayuda del PJ, trepe torpemente hasta el asiento del penetrador y espere mientras
me ajustaba los arneses de seguridad. Después trepo abordo y señalo al operador del cabrestante.

El suelo sembrado de pinos se encogió y giro debajo de nosotros a una velocidad vertiginosa, mientras cerraba mis ojos fuertemente.
Rozamos sobre las copas de los arboles mientras los primeros rayos de luz perforaban el alba de la mañana. El helicóptero empezó a
moverse antes de que estuviera seguro adentro. Con precisión practicada, cuatro manos me jalaron dentro de la cabina, ofreciéndome
un casco para abatir el ruido, un cobertor para combatir el frío y una taza de café para animarme. Yo no tomo café, pero amablemente
lo acepte, tomándolo en menos tiempo del que me toma pensarlo.
"¿Tte. Framton? El Tte. Kaufman penso que usted seria feliz de saber que la fuerza de ataque lo logro y derribo esa nave sin ninguna
baja, gracias a usted," el artillero de la puerta me dijo, una vez que estaba conectado al sistema de comunicaciones. "Les cayeron de
sorpresa a los chicos malos -esos bastardos alienígenas no tuvieron oportunidad." Me palmeo la espalda.

Yo sonreí. El helicóptero me levanto de la cima de la montaña y pense en mi avión, destrozado en incontable numero de piezas contra
las piedras. El artillero me señalo un punto de tierra y arboles calcinados y asentí sobriamente. Ese fue un maravilloso avión y nunca
me había fallado cuando la llevaba al limite. Ahora se había ido. Me hizo doler el estómago. Hubiera preferido que alguien mas la
hubiera enterrado en el suelo, así no hubiera tenido que vivir con la culpa que su perdida me ocasionaba.

Pase las siguientes dos semanas recuperándome de mis quemaduras de segundo y tercer grado. Veintisiete puntadas me dieron en mi
pierna derecha también, y me encontraba preguntándome si no era prudente buscar otra línea de trabajo. Casey tenia 4 meses
solamente y Lisa era una niña de tres años, curiosa y en desarrollo. Las exigencias de la vida militar no me permitían darles la atención
que un padre debería, era mi responsabilidad cuidarlas -colgar mi trasero en la línea, todos los días no era responsable. ¿O sí? Ser
responsable tambien implica protegerlas y que manera mejor de hacerlo que lo que estoy haciendo ahora.

Mientras evaluaba este pensamiento, escuche a Casi soltar un grito salvaje. A las dos de la mañana esto usualmente indicaba que tenia
hambre. Deambule hacia el refrigerador y saque una botella, después recorrí el camino hacia el cuarto de Casey. Ella ya no estaba
llorando. Abrí la puerta lentamente y vi a Rebeca reclinándose sobre la cuna, mirando a Casey mientras ella dormía. Ella volteo a
verme, me lanzó un beso y desapareció. Me quede parado con los ojos abiertos, una parte de mi atónito por lo que había visto, la otra
parte feliz de haber visto su cara una vez más. Feliz en la creencia de que mi Rebeca pudo visitar su hija, me regrese a la sala, cerrando
la puerta silenciosamente detrás de mí, con una sonrisa de oreja a oreja en mi cara.

Al menos sabia por que Casey había dejado de llorar.

Regrese al estado de vuelo el 15 de Septiembre, e inmediatamente fui a trabajar en el Proyecto Comadreja Salvaje. Una medida
sustituto para suprimir/destruir las defensas de radar del enemigo, el desarrollo Comadreja Salvaje se debía a un numero de factores, el
más importante era el rango limitado de las plataformas distorsionadoras apropiadas en la atmósfera. El poder de los sistemas de radar
Zentraedi necesitaban distoricionadores igualmente de potentes para contrarrestarlos. Cuando los sistemas distorcionadores del SDF-1
no podían ser empleados durante nuestras peleas en el espacio, Ojos de Gato y Valkyries podían llevar equipo distorcionador capaces
de realizar el trabajo, ya que el tamaño, peso y aerodinámica de este equipo era de poca o ninguna consecuencia. En la atmósfera, sin
embargo, donde la capacidad de carga para una aeronave es limitada -y llevar es todo-importante- demostró ser un problema.

El único aeroplano que podía llevar el equipo a donde fuera necesario - asumiendo que el avión pudiera ser modificado para utilizarlo
y protegerlo de un ataque mientras esta en posición- era el transporte mamut VC-27 "Tunny" ("Super Atún") VTOL, y nosotros no
teníamos uno disponible, en ningún lado. Esto nos dejaba con Ojos de Gato, Valkyries, Boeing VC-33 y EC-33. El EC-33 estaba
dedicado a tareas de prevención y control aéreo y no podría sobrevivir en un ambiente de combate. El Ojo de Gato y el VC-33, con su
pequeña capacidad, rápidamente será doblegado por el poder de la red de radar enemigo, haciéndolo inefectivo e improductivo para
intentar con ellos.

Lockheed VC-27 "Tunny" VTOL Transport

Los sistemas distorsionadores del SDF-1, con su tremendo rango en el espacio, estaban penosamente limitados al rango de "línea de
vista" (p.ej. La curvatura y la topografía de la misma tierra, restringían el rango de los sistemas de la nave) en la atmósfera y por lo
tanto no eran una opción. Un bombardeo desde la órbita usando las naves de la flota de Clase Imperial de Breetai -lo que daría un
sistema distorcionador de radar, innecesario- tambien fue considerado, pero esas naves todavía se estaban haciendo cargo de los
últimos sobrevivientes de la Armada de Dolza y no podían ser utilizado. Entonces nos dejaron con solamente una opción: un ataque
directo, usando Valkyries fuertemente armados. Si queríamos enfrentarnos al gran numero de naves Zentraedi que habían sobrevivido
la entrada a la atmósfera -y que no hubieran perdido todos los pilotos a bordo de la nave haciéndolo- nuestra única opción era la
Comadreja Salvaje.
El método era simple: engaña a los chicos malos encendiendo sus sistemas de radar y mantenerlos encendidos hasta que pudiéramos
matarlos. Esto sé hacia, primera, permaneciendo fuera del cono de guía de misiles en cuestión o dañando su radar de abordo,
cualquiera de los dos obligaría a los Zentraedis a continuar rastreando por el blanco con su radar de control de disparos terrestre. Con
ese enorme radar iluminando el cielo seria simple disparar un Shrike II y destruirlo. Otros sistemas de radar en el área, por temor a que
ellos, tambien sean sujetos a un ataque, estarían apagados, dejando un limpio y bello camino para la fuerza de ataque. Por supuesto,
nada es así de fácil, pero sabíamos que lo podíamos lograr.

Decidimos que a pesar de toda la automatización que el siglo 21 podía ofrecer, dos cabezas eran mejores que una. Colocamos el más
poderoso Sistema de Combate Electrónico -junto con un Oficial de Combate Electrónico (EWO) para operarlo- en el asiento trasero de
dos VF-1D modificados y llamamos a la variante la "Comadreja Salvaje". Intercambiamos tanque de masa reactiva por equipo, los
cargamos lo mas que pudimos de sensores defensivos, discriminadores de radar, distorcionadores y sistemas de rastreo
ofensivo/defensivo, hicimos lo requerido para permitir al EWO cambiar el blanco y curso del Shrike II "al vuelo" (p.ej. cuando el misil
estaba en vuelo) e instalamos un juego completo de contramedidas defensivas. Con seis Shrike II mejorados (con un alcance 15% mas
largo que los misiles que habíamos usado antes) -tres en cada ala- y una cabina distorcionadora en la quilla, donde el GU-11
habitualmente iba, el prototipo Comadreja Salvaje era un par dañino. De hecho, Gene I. Basel debió de haber tenido este avión en
mente cuando acuño el término "Comadreja Salvaje."

Boeing VC-33 "Mom's Kitchen" VTOL Transport


Por cinco días volé uno de los prototipos junto con mi nuevo EWO, 1Tte. Frank "Zap" Baldwin, antiguamente era EWO de un Ojo de
Gato. Alto, intelectual e intuitivo, Zap era, probablemente, el tipo más amable que jamas haya conocido y cuando era hora de dañar los
sistemas de radar enemigos, lo hacia sin mirar atrás. Su habilidad para llevar los caprichos del armamento electrónico hasta los
términos más simples, hizo muy rápido entender los sistemas en la Comadreja, además de que me demostró lo poco que realmente se
sobre el armamento electrónico.

Nuestras salidas de prueba incluían mas evaluaciones de la precisión y rango del Shrike II, así como el análisis en la efectividad y
facilidad de uso del equipo distorcionador insertado en el "D" modificado -conocido por nosotros como el "Smack" (un acrónimo
torcido para "Sam Killer"). Jugamos con todo, hasta la interfaz entre el operador y el equipo hasta que conseguimos lo que queríamos.
Aunque sabíamos que no podíamos dañar completamente el radar de guía de misiles alienígena, con el Shrike II teníamos la
posibilidad de retirarlo, o cuando menos, de apagarlo. Le quitamos todas las arrugas, inventamos tácticas para hacer nuestra misión
más segura y más efectiva, entrenamos tres pilotos y tres copilotos en la operación de la Comadreja, juntamos todo y decidimos que
esto, de hecho, trabajaría como se anuncio.

Una prueba de combate era lo que se necesitaba para probar nuestra teoría y en la mañana del 25 de Septiembre obtuvimos la
oportunidad. Vuelos de reconocimiento habían descubierto otra nave alienígena en la Cordillera Apalache. Los reportes de inteligencia
indicaban que la nave, a pesar de estar incapacitada, estaba preparando algún tipo de acción ofensiva y una fuerza de ataque (dirigida
por las dos Comadrejas Salvajes y dos "J’s", de un asiento, equipados con Shrike) fue reunida para destruirla. Estaba programado para
volar como el líder de la Comadreja y tuve que salir de la cama mucho antes de que el sol apareciera. Mis niñas ya estaban seguras con
Kristy Kaufman (uno podía saber siempre cuando tenia un vuelo de madrugada cuando llevaba a las niñas con ella o con mis padres la
noche anterior), lo que hacia las cosas un poco más fáciles, aun si el breve pensamiento de que no las volvería a ver era suficiente para
desear retirarme.
Boeing E-33B "Varuna" AWACS Aircraft

Conocí a mi hombre ala, 1Tte Charles "Puck" Turnar, en el Centro de Inteligencia, donde tomamos una actualización de ultimo minuto
con lo que ayudo a pre-planear la misión. Un hombre corto, calvo, de cara redonda, de mas de treinta años, Puck Turnar había
considerado abandonar una prometedora carrera de aerolíneas por la oportunidad de volar cazas para el RDF. Debido a su edad, Puck
había sido rechazado tres veces distintas y había cedido todo, menos su sueño de volar aeronaves de combate de alto rendimiento.
Cuando los Zentraedi atacaron Isla Macross en esa tarde nublada de verano del 2009, Puck estaba comenzando su descenso en MIA
(Aeropuerto Internacional de Macross) en los controles de su ave Boeing 777-400. Eran los últimos quince minutos de un vuelo de
once horas desde Denver y Turnar estaba, con todo su derecho, cansado.

Puck estaba alejado del caos que estaba rodeando la isla mientras descendía de 10,000 pies, pensando que las explosiones de las armas
Zentraedi eran fuegos pirotécnicos del espectáculo aéreo. Una racha de fuego por un caza Raulon’ve hilvano docenas de agujeros en el
gigantesco Boeing, matando a su copiloto y a otros veintidós. Mientras el caza daba la vuelta para soltar otra ráfaga, Puck giro la
masiva nave hacia atrás y se clavo hacia el océano. El RV, con toda la intención de destruir el 777 mientras corría hacia isla justo
apenas sobre las olas del océano, fallo al calcular apropiadamente su jalón y pego de lleno contra el mar. Su muerte registrada
históricamente como la primera muerte ocasionada por una aeronave de transporte mayor -Turnar la llamo algo mas: Intervención
Divina.

Con combustible fugándose de sus golpeados tanques, Puck golpeo la pista perforada del MIA y sin frenos, llego hasta el final de esa y
después hasta un pequeño lote mas allá. Asi empezó su viaje en el mundo de la aviación de combate. La necesidad desesperada del
RDF por pilotos, le dio a Turnar la oportunidad de volar naves de combate tácticas y sus 104 muertes durante la Primera Guerra
Robotech demostró que no había desperdiciado su oportunidad.

La nave alienígena estaba localizada en el lado occidental de la cordillera, lo que significaba que nosotros estaríamos muy dentro de la
zona de ataque de las baterías de misiles de la nave, si es que veníamos del este. Al mismo tiempo, atacando por el oeste nos permitiría
disparar a nosotros, pero no nos dejaba nada para podernos esconder una vez que el enemigo nos disparara. Yo ya había aprendido de
la manera más difícil sobre como esquivar misiles tierra-aire Zentraedi cuando estaba dentro de su zona de ataque. Aun con el
beneficio del terreno, una vez que ellos tienen una idea de donde estas, ellos pueden -y a menudo lo logran- atraparte y no es tan fácil
esquivar en la atmósfera como en el espacio.

Con esto en mente, decidí que volaríamos desde dos direcciones diferentes. Usando las montañas del sur como protección, pasaría
hasta una posición de casi ocho millas de la nave. Enviaría al otro equipo desde el oeste como carnada para el radar y en el momento
que se pusiera en línea para rastrearlos, Puck y yo lo mataríamos. Inteligencia no mostraba otros sitios de radar en el área, pero esto no
significaba que no estuvieran ahí. Para que nuestro plan trabajara, el camino a la nave debería de estar limpio, si no lo estaba, esto se
convertiría en un verdadero duelo.

Zentraedi Raulon've Fighter Pod

Revise los seis S-2 en mis alas y subí aborde de mi caza. Como habíamos practicado, mi hombre ala y yo salimos primero y volamos
adelante de la fuerza de ataque, nuestros copilotos escuchando y buscando por señales de radar enemigas. Mientras volábamos de un
lado a otro sobre las montañas cubiertas de pinos, hacia el sur, mi segundo equipo sondeaba el aire con su radar, Zap recibió un tono
breve.

"Radar SAM, a las 11, veinte millas," llamo. "No logre asegurar su posición pero te puedo dirigir."

"Muy bien, vamos."

"Izquierda, hacia uno-nueve cinco. Eso nos debe de acercar."

Jale hacia la izquierda, Puck estaba pegado a mi derecha, mientras nos lanzábamos hacia el blanco, la quilla de nuestros Valkyries
estaban a unos cuantos pies sobre las colinas y montañas sinuosas de lo que fue una vez West Virginia. Nosotros estaríamos sobre él
antes de que él se diera cuenta quien le había golpeado, si es que las cosas salían bien.

Mientras nos acercábamos al blanco, mis manos empezaron a sudar. Después de diez millas, Zap obtuvo una señal más grande cuando
me asome momentáneamente y puso mi radar en modo activo, después descendí otra vez en el valle montañoso. No era suficiente
asegurar nuestro misil en la posición del radar, pero nuestro S-2 seguiría la señal residual de radar que estaba bañando sobre las cimas
de las montañas. Debido a que el terreno evitaba que la señal pudiera ser regresada a su origen podíamos verlo pero ellos no podían
vernos. Zap programo el S-2 de estribor para que siguiera el radar enemigo y yo presione el botón de la palanca. Sentí un golpe cuando
el misil se soltó y después vino un relámpago brillante cuando se encendió y salió disparado. Moví la palanca hacia la izquierda para
permanecer en el valle montañoso y espere a ver que pasaba.

Pasaron veintidós segundos y el radar se volvió silencioso. El S-2 había dado en el blanco. El otro equipo, todavía navegando
lentamente a una altitud mas alta no detecto ninguna otra señal de radar. Con nuestros radares de regreso a modo de espera, salimos
otra vez y empezamos una lenta vuelta a una distancia de doce millas, muy dentro del rango de las baterías de misiles de la nave.
Repentinamente, la pantalla del radar pinto una serie de conos rojos en la posición de las 10 en punto. La nave había lanzado un grupo
de "Radar Regults" (Recon Scout Pods) para rastrearnos, sin lugar a duda para formar una intercepción con otro grupo de Raulon’ves
para atacarnos.

Dispare cuatro de los cinco S-2 que me quedaban hacia los Radar Regults y Puck disparo los dos que él estaba cargando, después se
retiro para proporcionarnos protección. Sin una GU-11 y con solo seis Stilettos, estabamos ligeramente armados para una batalla.
Los Radar Regults fueron silenciados, pero un tono en mi casco me dijo que un misil estaba rastreándonos. Una línea descendiendo
desde la parte izquierda superior del HUD hacia el centro me indico que estaba aproximándose desde las 10 en punto. Soltando
señuelos y bengalas, me quebré rápidamente hacia la izquierda, intentando colocar mi caza alrededor para que el misil me pasara.
Empece a enderezar mi vuelta cuando Zap me dijo que me quedara en esa posición.

"¡Manténte con lo que tienes!" me grito.

Contra todos mis instintos, hice lo que se me indico. Hubo un relámpago de luz a la derecha cuando el misil exploto. Mire hacia el
centro de mi LCD y vi que Zap había usado la torre de la cabeza láser para derribar el misil que se aproximaba

"Bien pensado, Zap" grite. El hombre era todo un genio.

El RWR se volvió loca otra vez y era tiempo de permanecer vivo. Los Raulon’ves -cerca de veinte de ellos- nos habían encontrado.
Gire fuertemente hacia la derecha mientras restos de fuego de cañón iluminaban el cielo. Lance un disparo rápido cuando uno de los
Dardos paso enfrente de mí, pero no tuve tiempo de ver si lo había golpeado. Mi Valkyrie era mas pesado y tenia menos plasma en el
quemador, gracias a todo el equipo que cargábamos, lo que realmente reducía nuestra maniobrabilidad y me dejaba sin tiempo para ver
el paisaje. Mientras los Raulon’ves cargaban sobre nosotros en todas direcciones, yo estaba girando y jalando, haciendo mi mejor
esfuerzo para hacer que me pasaran sin estrellar mi caza en el suelo.

"Líder Skull, la fuerza Comadreja tiene bandidos. El radar esta deshabilitado, pero nos serviría la ayuda si nos la pudieran enviar."
Llame por el radio.

"Va en camino, Líder Comadreja," contesto Hunter. No estaba seguro si significaba que la ayuda iba en camino o si estaba en camino
la fuerza de ataque. No importaba.

"Dos bandidos, acercándose a la izquierda siete, Jake" mire hacia la derecha y vi un par de RVs dirigiéndose hacia nosotros. Estaba
muy ocupado viendo el terreno que no tenía tiempo para mirar a mí alrededor, como estaba acostumbrado y estaba agradecido por los
ojos de Zap en el asiento trasero.
Gire duro hacia la izquierda y obligue a los RVs que nos pasaran, después gire otra vez hacia la derecha mientras ellos corregían su
vuelta y dispare un par de misiles hacia ellos. No tuve tiempo para ver si habían golpeado, tampoco, ya que el cielo estaba lleno de
cazas enemigos.

"Puck, ¿donde estas?" Llame, haciendo mi mejor esfuerzo para permanecer tranquilo y en control.

"Estoy sobre la montaña," contesto impertinentemente, un tono de misil se escuchaba en el fondo

Tenia que sonreír a eso por un breve instante, mientras cortaba sobe el paso de ataque de otro caza Zentraedi. "¿Podrías ser un poco
mas especifico, por favor?" gruñí ante la fuerza G que estaba tratando de aplastarme.

"Estoy al oeste de ti, ahora, hacia el norte a casi ocho mil pies."

Mire hacia arriba y a mi izquierda y vi el Valkyrie rojo de Puck, justo en el momento que estaba soltando un torrente de balas hacia el
Raulon’ve. Un segundo caza se había plantado en la cola de Puck, justo en el momento que su caza líder había explotado.

"Puck, revisa a las seis." Grite, halando duro hacia la izquierda para colocar un misil en el chico malo numero dos.

Revise detrás de mí para limpia mi cola, después vi el Valkyrie de Puck clavarse en la vuelta mas ajustada y más gallarda que jamas
haya visto, serpentinas blancas salían de las puntas de sus alas mientras la condensación se formaba alrededor de su avión. Sabia que
iba a pasar después, pero no tuve el tiempo para verlo cuando otro Raulon’ve se dirigió hacia mí por debajo y a la izquierda. Pise
fuertemente el timón izquierdo y jale la palanca hacia atrás y a la izquierda, propulsor derecho en sobremarcha, izquierdo en punto
muerto. Mi giro radical me coloco debajo y cerca del chico malo mientras él derrapaba alrededor de mí en un giro izquierdo, continúe
dando vueltas, coloque las piernas de mi Valkyrie hacia adelante y solté un Stiletto hacia su pipa trasera a menos de cien pies. El
escombro golpeó y sonó en mi caza mientras volábamos por la explosión. Seria mi única muerte confirmada del día.

Hicimos bastante progreso, Zap, Puck y yo y las probabilidades estaban desenvolviéndose lentamente en nuestra dirección. Zap estaba
tan ocupado como podía en el asiento, buscando chicos malos -y de vez en cuando, disparándoles con la cabeza láser. Era todo un
barullero.
Otro par de Raulon’ves empezaron a atacarnos, con rayos de caños. Me quebré a la derecha, después me dirigí otra vez hacia la
izquierda, intentando por todos los medios ser un blanco difícil. No vi un tercer Raulon’ve que descendió y se coloco a la derecha del
primer par. Mientras empezaba mi giro hacia la izquierda, mi Valkyrie se coloco directamente en el camino del tercer caza.

"¡Jake, gira a la derecha! ¡Cuida...!" Zap estaba gritando en mis oídos un segundo antes de que el tercer caza golpeara contra nosotros.

Hubo una fuerte sacudida y después el cielo y el piso empezaron a cambiar de lugar rápidamente. Cada luz en mi panel se ilumino
mientras salíamos fuera de control. Luche con el avión por lo que parecía una hora, aun así seguramente fueron solo segundos, después
escuche una fuerte explosión detrás de mí. Inesperadamente, los cinturones flojos se retractaron, jalando mis brazos y piernas hacia el
asiento y con un golpe que sentí extrañamente familiar, salí disparado de mi caza lisiado y hacia el fresco aire de la mañana.

Los arboles de pino estaban a punto de recibir otra visita mía.

Capítulo 46 - Cambio de Mares

Mientras flotaba lentamente hacia las colinas arboladas y las montañas que se encontraban debajo de mí, empece a revisa mi situación.
Dos saltos de emergencia en dos semanas no era parte del contrato de reclutamiento que había firmando cuando me uní al servicio.
Esto no era algo que le hacían a sus hijos padres responsables, ¿o sí? Era tiempo de tomar una nueva carrera, pense en voz alta.

Colgando del arnés de mi paracaídas, estaba totalmente indefenso -con solo dos pistolas para mi protección, muy bien podría ser un
blanco gigante para todos los cazas alienígenas que me rodeaban. Mi reciente racha de mala suerte no parecía haberse terminado,
tampoco, ya que uno de los Raulon’ves que estaba luchando en el aire, empezó a poner un poco mas de atención a mí. Primero el feo
caza verde voló lentamente para echarme el ojo, después se volteo y se dirigió hacia mí en un pase de ataque. Tome los contractores
con las dos manos y empece a liberar aire de mi paracaídas para hacer que cayera mas rápido. Estaba a casi dos mil pies sobre los
arboles, ahora, y suponiendo que lograra arruinar el intento de matarme de este tipo, quizás alcance el suelo antes de que lograra dar un
segundo disparo.

La nariz del RV brilló en la distancia mientras se lanzaba hacia mí. La imagen y sonido de rastreadores zumbando a unas pulgadas de
mi cabeza no fue algo que olvide rápidamente. Paso rápidamente junto a mí como un cohete y mientras observaba sobre mi hombro
izquierdo siguiéndolo con la mirada. Deliberadamente -metódicamente- el caza verde dio la vuelta y se dirigió hacia mi otra vez. Sabia
que esta vez no fallaría y empece frenéticamente a sacar aire de mi paracaídas. No era como si tuviera mucha opción de cambiar mi
destino, pero tenia que intentarlo. El suelo se acercaba a mí a la velocidad de un caracol mientras el caza alienígena se acercaba. El
pensamiento de liberar mi arnés y saltar los últimos quinientos pies cruzó por mi mente y buscaba por un lago, un charco, un banco de
nieve -lo que fuera para romper mi caída. No había nada que me ayudara. La nariz del RV se ilumino y cerré mis ojos, sabiendo que
esta era la manera en como llegaría mi fin.

El sonido de metralla llenó mis oídos, después una fuerte explosión. Voltee a ver el Valkyrie de Puck pasar sobre mi paracaídas, sus
turbinas rugiendo en el frío aire de montaña, una feroz explosión en su despertar. El Raulon’ve que había intentado tanto en cazarme
ya no estaba y yo había obtenido una prorroga en mi vida.

Llegue al suelo suavemente, el piso húmedo y libere el arnés de mi paracaídas. Fue un aterrizaje de pie perfecto, del cual estaba muy
orgulloso. Con precisión practicada, aproveche la cubierta de seda gigante y corrí por protección debajo de unos pinos que estaban a
cien metros de mí. Enrolle mi paracaídas en una bola y arroje unas cuatas piedras grises sobre él, tome mi radio de sobrevivencia.
Encendiéndolo hice una llamada ciega al Guarda.

"Sand Pebble Uno en Guardia. ¿Alguien me escucha?" llamé.

"Hola Sand Pebble Uno. Este es Sand Pebble Uno Guión Uno. Escuchándote fuerte y claro." Era la voz de Zap. Lo había logrado.

"¡Hey Zap! ¿Dónde estas?" pregunté, buscando alrededor.

"Justo detrás de ti, como a cincuenta metros. Colgando de un árbol" llamo con una carcajada.

Di media vuelta y busque entre las agujas verdes de los pinos. Localice al alto EWO agitando los brazos hacia mí desde su percha a
casi veinte pies sobre un gran Pino de Montaña.

"Ya te vi. Voy en camino" respondí.


"Hey, par de enamorados, necesitan parar la charla para que podamos solicitar una fuerza de rescate para ustedes dos." Era Puck.

Voltee hacia atrás a mi derecha a tiempo para ver su Valkyrie de franjas rojas pasar rugiendo sobre las copas de los árboles a casi 400
nudos, mientras el rugido de sus maquinas tronaban en las colinas que me rodeaban. Ondee la mano, sabiendo muy bien que no podía
verme, después corrí hasta donde estaba Zap y lo ayude a zafarse del árbol. El arnés de su paracaídas se había enredado tanto que no
podía alcanzar la banda para cortarla el mismo. Después de diez minutos de lucha con ramas y nylon, logramos zafarlo.

El sol estaba oculto por una nube gris oscura, mientras trepábamos hacia la orilla de un claro y tomamos asiento junto a uno de los
grandes coníferos. Mire alrededor y me di cuenta que esta área no había sido tocada por el bombardeo de Dolza (A pesar de que el
95% sí había sido dañada). Me maraville ante la belleza que me rodeaba, algo que no había podido hacer las dos veces que había
volado sobre ella.

Zap y yo conversamos mientras el Valkyrie de Puck orbitaba sobre nosotros en su vigilancia protectora. Dos horas después, un SH-85
de la Naval aterrizo sobre el claro y nos saco del bosque. El crucero enemigo había sido destruido. Nuestras perdidas: cinco pilotos
muertos, cinco heridos, doce aviones dañados o destruidos -ninguno debido a SAMs o triple As (Artillería Anti Aérea). La Comadreja
Salvaje había demostrado su valor.

Un interesante descubrimiento por un pequeño grupo de oficiales de inteligencia de la RDF en una jungla remota en una base avanzada
en América Central arrojó cierta luz sobre los ataques terroristas de los meses anteriores. Estos operativos de la inteligencia habían
sido ubicados en las montañas cercanas al Lago Nicaragua (notable por contener los únicos tiburones de agua dulce del mundo y un
ejemplo fascinante de adaptación a los cambios climáticos y geológicos) por muchos meses, decodificando trafico de radio encriptado
y conduciendo numerosas formas de operaciones clandestinas de espionaje. En los días que siguieron a nuestra primera misión
antiterrorista, el tráfico de radio en la región de América del Sur alcanzó un parecido a un crescendo y los operativos almacenaron
abundante informacion.

La razón detrás de los ataques era un tipo de movimiento torcido de "purificación racial" dirigido a prevenir el mestizaje y cooperación
entre humanos y Zentraedi micronizados simpatizantes a la RDF. Los abusos vistos en América del Norte eran nada comparados con
los del sur, ya que los "Purificacionsitas" aquí no estaban tan bien organizados. De hecho, una vez que los operativos lograron
pasarnos informacion, nuestro personal de inteligencia descubrió un patrón claro en los ataques. Unicamente aquellas villas con
población mixta Humana y Zentraedi habían sido atacadas. Las otras habían sido dejadas solas.

Lo irónico era que los mismos grupos que intentaban prevenir la cohabitación Humana Zentraedi estaban haciendo lo mismo. Era algo
Hitleriano en su hipocresía, pero su objetivo era claro: al evitar la cooperación entre Humanos y Zentraedi Aliados, la dominación del
planeta por los Purificacionistas seria más simple.

Aun así, la informacion reunida desde el sector de América del Sur, nos ayudo a descubrir y destruir puestos similares en nuestra
misma área y para Navidad, esos ataques casi se detuvieron completamente.

Después de una larga y cuidadosa ponderación, había decidido, de manera remisa, permanecer en la Naval. Aunque siempre pudiera
encontrar una nueva vida en otra línea de trabajo, había pocas cosas que disfrutara mas que volar. Algunas veces, en momentos de
soledad, una amargura irracional hacia los Zentraedi por la muerte de mi esposa, se consumiría en el aire. Proteger a otros de una
fatalidad similar era una vía de escape que me ayudaba a liberar esos sentimientos malsanos. Algo dentro de mí me decía que si
paraba, me convertiría en un hombre amargado y rencoroso. Ultimamente, me había dado cuenta que la mejor manera de proteger a
mis niñas era defendiéndolas proactivamente. Vender seguros, trabajar en un banco o volar aviones comerciales eran una parte
necesaria del nuevo desarrollo económico que estaba empezando a unir el continente Norteamericano, pero hacían poco para proteger
a los otros proactivamente de cualquier daño.

Mientras salía de mi jeep en el lote de estacionamiento, no tenía manera de saber que debía de haber calculado el efecto cumulativo de
todos los pies que había pisado antes de tomar mi decisión. Había escalado a mucha gente en los días anteriores y ellos iban a hacer su
mejor esfuerzo para hacer mi vida miserable.

Había hecho un fino trabajo como Oficial Ejecutivo. Mis reportes de aptitud eran sobresalientes, mis compañeros de escuadrón parecía
que les gustaba y mi registro de combate hablaba volúmenes sobre el tipo de guerrero que realmente era. Cuando me deslice en la
oficina del Comandante Hunter para mi nueva asignación estaba seguro de que finalmente iba a recibir mi propio escuadrón.

La posibilidad de un futuro ataque desde el espacio -sin mencionar la amenaza más inmediata presentada por las armadas
convencionales alrededor del mundo, que estaban calentando sus músculos- obligaba a la aun tambaleante UEG a colocar mas recursos
en una ya intensa fuerza de construcción. El Sector de América del Norte ahora incluía una área que era una línea al este de Alaska, al
sur por las Montañas Rocallosas hasta Texas, al oeste en una línea desde Texas hasta los Grandes Lagos. Ahí todavía había puntos
rojos, con la guarnición de altos niveles de actividad Zentraedi, pero para la mayor parte, el RDF tenia un control positivo de esta área.

La fuerza de construcción involucraba la producción intensiva de mecha en las instalaciones de Producción Robotech en Nueva
Macross y en una planta recién construida en Dallas, Texas. Los Escuadrones de Reemplazo de la Flota estaban formándose en Corpus
Christi, Texas y los Portaaviones Sumergibles clase Prometeo -de los cuales doce habían sobrevivido al bombardeo de Dolza al irse a
las profundidades- junto con sus Grupos Aéreos (ahora llamados "Alas Aéreas"), serían rotadas del puerto hasta que puertos
adicionales pudieran ser asegurados. Escuadrones de entrenamiento en Nueva Macross, Kingsville, Texas y Corpus Christi tenían
mucho trabajo entrenando pilotos, con los nuevos escuadrones de entrenamiento siendo agregados semanalmente. Por último, una
escuela de Armas de Combate estaba siendo fundada en una base en Albuquerque, Nuevo México para afilar tácticas de supresión aire-
aire, aire-tierra y Comadreja Salvaje.

Con toda esta actividad, parecía algo seguro que obtendría mi primer comando. Uno nunca sabrá el golpe que me recibió cuando
descubrí que iba a ser reasignado a la Ala de Entrenamiento de Instrumentos en Kingsville como un instructor. Amaba a Texas con
todo mi corazón, pero de todos los lugares a donde ir, Kingsville era uno de los peores. Abajo en la región mas al sur del estado, era
una área maravillosa para la ganadería. Caliente, seco y lleno de espinados, desaliñados y duros arboles llamados Mezquite (no hay
mejor madera para una barbacoa en el mundo), esta región del estado era casi tan despoblada como la luna. No había manera de llevar
mis niñas conmigo, ya que las instalaciones no estaban construidas para recibir a familias.

Estaba de devastado. Repentinamente mi decisión de permanecer en la milicia parecía el movimiento más idiota que jamas hubiera
hecho en mi vida. Iba a reportarme al deber a las 0600 horas del primero de Octubre -dentro de dos días.

Fingí entusiasmo por la asignación. Si los bastardos escaleras arriba querían jugar duro, bien por ellos. Si querían hacer mi vida
miserable, pues que así sea. Se era su meta desmolarizarme y humillarme, perfecto. Yo no iba a hacerles saber que habían tenido éxito.

Los dos días que había pasado con mis niñas y amigos pasaron rápidamente, pero el poco tiempo no fue el único aspecto negativo de
mis últimos días en Nueva Macross. La joven chica que había sido cegada por los terroristas, atormentada emocionalmente y
mentalmente por la brutalidad que había sufrido, se abrió su propio cuello con un cuchillo de cocina en la noche del 30 de Septiembre.
Fue encontrada en un charco de sangre seca en el piso de la sala por la enfermera que ayudaba a cuidarla. Josh Kaufman, habiéndose
puesto a cargo de la niña como si fuera su propia hija, estaba totalmente devastado por esta tragedia. Aunque aquellos cercanos a él
trataron, ninguna cantidad de consuelo logro liberar su dolor.

La amargura y frustración estaban grabadas indeleblemente en su rostro y podía ver que su corazón estaba realmente roto. La pobre
niña había avanzado tanto en tan poco tiempo. No había nada en su comportamiento que sugiriera que ella estuviera considerando, aun
remotamente, hacer algo así. Fue un gran golpe para todos nosotros y Josh se culpo a sí mismo por su muerte, a pesar de que no había
nada que pudiera haber hecho por ella.

Esta tentado a decir "váyanse al diablo" y quedarme contra las ordenes para estar con mi amigo en este tiempo de necesidad -y con mis
niñas a partir de ese día. El final, decidí que era mejor hacer lo que se me había pedido hacer -no iba a ser de mucho amigo (o padre)
partiendo piedras en el calabozo. Hice lo que pude para apoyar a mi mejor amigo pero cuando llegó mi hora de partir, no tenía otra
opción mas que irme.

A las 2200 horas, en la noche del 30 de Septiembre, dije adiós a mis niñas durmientes, mi madre, padre y hermano, arroje mis
pertenencias en la parte de atrás de un jeep militar y maneje hacia el aeropuerto de Nueva Macross. Todavía en construcción después
de tres meses, el aeropuerto tambien era el sitio de una nueva Fabrica de Aeronaves Veritech. Mi viaje hacia Texas iba a servir el doble
propósito de llevarme así como de entregar un nuevo entrenador operacional VF-1D para uno de los nuevos escuadrones de
entrenamiento recientemente formados ahí.

Decirles adiós a mis niñas fue la cosa más difícil que jamas haya hecho. El dolor de tratar de explicarle a Lisa por que estaba yéndome
(ella ya había perdido un padre, perder otro era ciertamente injusto) me dolió mas que lo que jamas hubiera experimentado.
Manteniéndola en mi regazo mientras ella lloraba me partió por dentro -resistí con todo mi ser ante la urgencia de correr hacia el SDF-
1 y estrangular a Maistroff, Ruddman y a los otros responsables por esta enfermiza transferencia.

El aire frío me llegó hasta los huesos mientras manejaba por la carretera oscura hacia el aeropuerto. Alcance la cabina del guardia y
mostré mi identificación al Marino que cuidaba la entrada al estacionamiento de la fabrica. Con un saludo preciso, me indico el camino
y me dirigí por el camino sinuoso que me llevaba a la gigantesca fabrica. El estacionamiento estaba lleno con los carros de los
empleados de la fabrica, así que estacione mi jeep en la parte de atrás. Mientras empezaba a descargar mis cosas, una vagoneta de
cortesía de la fabrica paso y me ofreció llevarme a la entrada. El conductor anotó mí nombre y me dijo que él llevaría mis cosas al
avión. Le agradecí y me dirigí para entrar.

Llegue a la entrada y empece mi camino por el pasillo brillantemente iluminado. Las ventanas de cristal del lado izquierdo me daban
una excelente vista del piso de la fabrica y me maraville ante la velocidad con la que producción los Veritechs. Alcance el elevador
que llevaba a las oficinas, escaleras arriba. Me di cuenta, que como jefe del Grupo de Investigación Robotech, División de Desarrollo
de Aeronaves, mi padre tendría una oficina por aquí, en algún lado. Seguí el pasillo a la derecha y llegue hasta el Centro de
Operaciones de Vuelo, donde manejan, diariamente, todo lo relacionado a las numerosas pruebas y vuelos de entrega.

Dije hola a la bella despachadora morena que estaba detrás del mostrador y mire al tablero magnético sobre su cabeza para buscar mi
avión. Vi mi nombre y el avión que iba a volar escrito en un imán rectangular. 22390 era mi transporte esta noche. Llene todo el
papeleo necesario y recibí la "lata" de la nave que contiene toda la informacion relacionada con la historia de producción, historia de
mantenimiento, peso, información de balance de este Valkyrie. Revise el contenido de la lata y encontré nada interesante.

Tomando mi bolsa de vuelo, llegue a la puerta y a la línea de vuelo. Mientras revisaba el Valkyrie nuevo de agencia, rompiendo la
oscuridad con mi lampara de mano, no podía ignorar el sentimiento sobrecogedor de desesperanza que me rodeaba. Estaba dejando mi
familia, mis amigos -todo lo que queria- y para que. Por mas que intentara, no podía encontrar la respuesta a la pregunta. Quizás me
uní a la milicia por puras razones egoístas, después de todo.

"Era tu boleto para volar jets y lo validaste a la primera oportunidad," pense en voz alta. "No lo hiciste por las razones nobles de Dios,
familia y país, lo hiciste para ti mismo. Deberías de estar avergonzado." Escuchar esas palabras me hizo sentir terrible -y defensivo.

"No es cierto, bastardo, lo hice mas que para mí mismo," dije mas fuerte. "Por supuesto que lo hice para volar jets, pero no salgo a
arriesgar mi vida, todos los días, solo para que me dejara no volar. No. Lo hice por mis amigos y mis seres queridos."

"¿Entonces por qué té estas lamentando, ahora?"

Me detuve ante este pensamiento. Fue una pregunta que se convertiría en mi mantra. "¿Por qué té estas lamentando, ahora?"

Mi inspección de prevuelo fue interrumpida por la llegada de la vagoneta de cortesía. El conductor, un tipo calvo y con cara de
querubín, que había volado helicópteros para la armada, hace veinte años, empezó a descargar mis bolsas. Continúe con mi
verificación, revisando el cubículo de carga en el pórtico interior de estribor, después me voltee y empece a cargar mis bolsas dentro de
él. Se me figuraba divertido que todo lo que poseía pudiera caber dentro de este largo cubículo con forma de tanque de gota tipo F/A-
18E "Avispón". Busque por una metáfora para este hecho, pero no vi ninguna.

Con la ultima bolsa colocada y asegurada y la escotilla de carga sellada, agradecí al conductor su ayuda.

"Que tenga un buen vuelo, Teniente," dijo, estrechando mi mano.

Sonreí. "Gracias, cuídese."

"Asi lo haré. Hasta la vista." Se volteo, dirigiéndose de regreso a su vagoneta, y manejo por la oscuridad, las luces del aeropuerto
brillando en la distancia.

Termine mi inspección de vuelo y con la compañía de un tripulante esperando en la toma del lado de babor, trepe a bordo del caza.
Desde la bolsa de mi manga saque una foto de mis amigos y familia -Josh, Kristy, mi mamá, padre, hermano y dos niñas- sonriendo
felizmente en la base del Monumento a la Guerra Robotech (Una gran estatua de un Battloid dañado en alguna batalla, vigilando sobre
el parque de la ciudad) y la coloque sobre el panel de instrumentos para poderla ver. Asegure mis arneses con la ayuda del tripulante y
sentí una palmada familiar sobre mi hombro.

"Todo listo, jefe."

Me voltee y vi la cara de Philo Rorbough. "¡Philo!" Mi cara se ilumino con la sorpresa.

"Teniente."

"¿Que esta haciendo aquí, Sargento?" le pregunte, haciendo referencia a su reciente promoción.

"Solo queria asegurarme que todo estuviera bien con este avión antes de que partiera, señor."

Estaba encantado. "Gracias. Gracias mi amigo," salí del avión y en un gesto increíblemente no militar, abrace a mi capitán de avión.
El palmeo mi espalda. "Ah, aprovechando," exclamo, volteándose y llamando a la compañía de tripulantes de pista para traer algo para
él. El tripulante le paso una caja rectangular de veinte pulgadas, la cual, en un momento, me fue pasada. "Los chicos querían que
tuvieras esto," dijo, señalando hacia la bóveda enfrente de la entrada del edificio de operaciones. Josh, Kristy, "El Cirujano" y un
cuadro de otros pilotos estaban parados en el brillo amarillo de las luces de la bóveda. Philo los llamo.

Josh fue el primero en subir la escalera. "No te preocupes por tus bebes. Yo las cuidare. Te lo prometo." Me abrazo y dijo, "te veré
pronto, Jake."

Kristy fue la siguiente. "Te quiero, galán," dijo, besándome mi mejilla. "Solo haz un buen trabajo allá abajo y regresa pronto."

Asentí.

Plog, "El Cirujano," fue el siguiente. "Siento como si estuviera perdiendo uno de mis propios hijos. Haz lo que te ordenen y mantén tu
trasero fuera de problemas, ¿me escuchaste?", dijo, tomándome por la nuca y agitándola como si hablara seriamente.

"Si señor."

Él levantó una ceja, estrecho mi mano y bajo de la escalera. "No abras esa caja hasta que estés en Corpus Christi," me ordeno.

"Si señor."

Otros vinieron decirme adiós, tambien: nuevos amigos como "Zap" Baldwin y "Puck" Turnar, amidos y compañeros de mi antiguo
escuadrón que no había visto hacia mucho tiempo como "Beowulf" Andresen y "Roach" Cochran. Me di cuenta que "Iglú" Sterling no
estaba entre ellos y sentí una punzada de remordimiento el que no hubiera hecho mas para reparar nuestra relación.

Philo me palmeo en la espalda, y brinco de la escalera. Sintiéndome un poco ahogado por los eventos de la noche -dejando a mis niñas,
la efusión de amabilidad de mis amigos y la ausencia de Max- me puse el casco y enfoque mi atención en arrancar el avión. Arma
maestra, apagada. Generadores, encendidos. Tren de aterrizaje, abajo. Bombas de propulsión, encendidas. Radar y dispositivos
electrónicos, apagados. Alerones, abajo. Interruptor maestro, encendido. Acelerador, listos. Popa libre. Arrancador del motor
izquierdo, trabajando.
Un tronido monótono paso por el aire mientras el reactor de la turbina empezaba a acelerar. A través de las revelaciones de Exedore,
Ministro de Relaciones Zentraedi, aprendimos que la razón de la persecución implacable de los Zentraedis por el SDF-1 fue para
recuperar la misteriosa fuente de energía que hacia estas maquinas trabajar. Llamada por algunos como una forma de "fusión orgánica"
los secretos de este combustible enigmático, eficiente y altamente volátil -o quizás mas acertadamente, proceso altamente volátil-
llamado "Protocultura" se pensaban que estaban guardados dentro del SDF-1.

Observe la computadora mientras iba desde la autoprueba y monitoree los medidores de las maquinas. Satisfecho de que todo estaba en
orden, fui por la secuencia de arranque de la turbina derecha después fui por la cabina, configurando mi nave para la revisión de antes
de salir.

Bajo la dirección de Philo, pase por la usual letanía de inspección de antes de volar, revisando todo, desde las luces hasta los controles
de vuelo para asegurarme que funcionaban. Tableros, alerones, timón, veletas. Tres arriba. Tres abajo. Adelante, popa, izquierda,
derecha. Timón izquierdo, timón derecho. Luces de formación encendidas. Perfecto. Luces estroboscópicas antichoque encendidas.
Revisadas. Apagar. Luces de aterrizaje encendidas. Bien. Apagadas. Revisión de prevuelo, completa.

Philo salió de debajo de mi Valkyrie y jalo la bandera roja que estaba agarrada al equipo de seguridad de aterrizaje, el cual evitaría
cualquier retracción inadvertida si el interruptor fallaba. Con un saludo rápido y la señal del pulgar, me dijo que todo estaba listo para
salir. Regrese su saludo con uno mío preciso, coloque la caja que me habían dado en mi asiento de expulsión y marque al ATIS en el
radio numero uno.

En su voz pregrabada en tono staccato, el ASOS paso los números. "Aeropuerto Internacional de Nueva Macross. Observación
meteorológica automática. Cero... tres... uno... Zulú. Clima... viento... uno-uno-cero a... cinco. Visibilidad... uno-cero. Condiciones de
vuelo... no hay nubes debajo de... uno dos... mil. Temperatura... uno... nueve... Celsius. Punto de rocío... uno... cinco... Celsius.
Altímetro: dos, nueve, nueve, cinco. Avisos: Informacion de densidad en altitud... no disponible." Después la voz del controlador de
guardia siguió.

"Torre de Nueva Macross, informacion Julieta, a las cero-tres-uno-cinco Zulú. La pista nueve derecha del sistema de aterrizaje por
instrumentos esta en uso. Pista de aterrizaje y despegue nueve izquierda y nueve derecha. Aviso a los aviadores: torre sin luz,
quinientos pies de altura, dos millas de la punta de despegue de la pista nueve derecha. Contacto con la torre en uno-dos-cero-punto-
tres. Recomendamos contacto inicial, para obtener informacio... Julieta" este controlador claramente tiene mucha cafeína.
Cambie a frecuencia de pista y llame por el micrófono. "Pista Macross, Naval Tres Nuevo Cero esta en la Rampa Robotech,
Instrucciones de Vuelo para Corpus Christi, listo para recibirlas."

Hubo una breve pausa mientras el controlador acomodaba su tarro de café. "Naval Tres Nueve Cero, Pista Macross, diríjase a la pista
nueve izquierda, tendré su permiso en un momento."

"Tres Nueve Cero a nueve izquierda."

Encendí y apague mi luz tres veces, salude a mis amigos y empuje los propulsores para salir lentamente de mi espacio de
estacionamiento. Podía verlos diciéndome adiós y me hizo sentir muy triste. "¿Por qué té estas quejando, ahora?" agité mi cabeza,
apreté mis dientes y obligué a la tristeza que se alejara.

"Naval Tres Nueve Cero. Torre Macross, tengo su permiso."

"Naval Tres Nueve Cero. Adelante," conteste.

"Naval Tres Nueve Cero tiene permiso para ir a Naval Corpus Christi, como esta documentado. Derecho por la pista. Mantenga dos
mil. Espera uno dos mil diez minutos después del despegue. Frecuencia de salida será 121.1, clave cero- cinco-uno-tres."

Anote el permiso en taquigrafía en mi tablero, después use el micrófono. "Entendido y anotado. Saliendo de la pista, dos mil, tres en
diez. Uno-veinte- uno punto uno. Cero-cinco-uno-tres para Tres Nueve Cero."

"Naval Tres Nueve Cero, repetición es correcta."

El viento fresco me pasaba mientras circulaba, con la cabina abierta, por la amplia calzada. Dos líneas azules, largas y paralelas en
cada lado marcaban el camino. Miraba las luces pasando una por una debajo de mi ala derecha y admiraba la belleza de ellas. Me
recordó una pregunta que una vez se planteo en la clase de biología -creo que estabamos estudiando las algas- que preguntaban que
color eran las luces de las pistas en un aeropuerto. Sorprendí a todos en la clase cuando di la respuesta casualmente como su fuere de
conocimiento común. Sonreí ante el recuerdo y la imagen de la bella, tímida chica de cabello oscuro que había conocido ese día.
Llegue al umbral de la línea nueve izquierda y me detuve ahí. Un par de manejadores de artillería de la naval, estaban esperando ahí en
un jeep para remover los seguros del GU-11 en el centro y los tres Stilettos en el pilón interno de la ala izquierda que estaba cargando
para mi defensa. Hice una revisión rápida de alineación, cambia a la frecuencia de la torre y le dije que estaría listo después de un
breve retraso.

"Naval Tres Nueve Cero, retraso aprobado. Permiso para despegar, pista nueve izquierda."

"Recibido para despegar, Tres Nueve Cero. ¿Le podría preguntar al Centro si puedo tener un Despegue Vikingo a doce mil, por
favor?"

"Tres Nueve Cero, un momento."

Me coloque en posición en la pista y puse mi jet en alto. El controlador un tipo muy alegre, regresó con mi aprobación para mi
Despegue Vikingo. Mientras los artilleros jalaban los seguros, coloque mis manos en el alféizar de la cabina para que se pudieran ver.
Una vez de que liberaron los seguros, cerré el domo, presurice la cabina, destape mis oídos y selle mi mascara. "Luces, cámara
acción," me dije. Encendí mis luces de aterrizaje y de choque, coloque mi radar en "Modo de Reporte de Altitud" y con mi mano
izquierda, suavemente avance la potencia en las dos maquinas.

Mientras empezábamos a movernos, encendí la sobremarcha y fui presionado lentamente en mi asiento. Mientras seguía la línea
central, las luces de la pista pasándome a un paso cada vez más rápido. A velocidad de giro, jale suavemente la palanca y la nave
despegó sola de la pista. Después voltee la manija y mientras agarraba mas velocidad, jale haca atrás la palanca y ascendí hacia el cielo
en un ángulo de 85 grados. Gire la gran nave hacia la izquierda, cuatro veces, mientras ascendía, sabiendo que mis amigos lo verían.

"Naval Tres Nueve Cero, contacte Centro Macross, 121.1. Tenga un buen vuelo."

"Tres Nueve Cero al Centro, nos vemos."

Y con eso, una nueva etapa de mi vida empezó -una que seria de muchas maneras más retadora que el combate mismo.
Parte IX: Crucero
Capítulo 47 - En Tránsito

Invertido, jale el acelerador a nueve mil pies e inicie una caída al nivel de vuelo. "Torre de Salida Macross, Jet Naval Tres Nueve Cero,
contigo a las nueve punto cinco por doce mil."

Una breve pausa. "Naval Tres Nueve Cero, Torre de Salida Macross, Identifíquese."

Presione el botón de "Identificación" en mi transmisor y llame de regreso, "Tres Nueve Cero, identificándose." Después de alcanzar los
12,000 pies. Gire hacia arriba y contraje mi potencia para mantener mi velocidad a menos de 250 nudos.

"Naval Tres Nueve Cero, Macross Torre de Salida. Contacto de radar. Gire a la derecha hacia uno-seis- cinco, mantenga los doce mil.
Espere a esa altura," la voz profunda del controlador llamo en la noche.

Gire hacia la derecha. "Uno-seis-cinco y doce mil para Tres Nueve Cero."

Gire hacia mi destino sureño y navegue directamente hacia mi destino. Las luces de Nueva Macros emitían un hermoso brillo
anaranjado mientras pasaban bajo mi ala derecha. En el centro de la ciudad, en medio de un cráter lleno de agua, un solitario y cansado
guerrero estaba sentado brillando tenuemente bajo la luz de la ahora vasta metrópolis. Podía ver claramente contra el brillo de fondo,
este gigantesco trozo de acero había sido mi hogar por tanto tiempo. Hubo una época en que me encontré odiando a esta nave, no
deseando mas que salir de él, pero ahora... mientras se hunde lentamente detrás de mí, sentí una sensación de tristeza. Lo extrañaría.
Había sido una fiel y buena nave.
Me aleje, intentando enfocar mi atención en volar mi avión. Sin poder evitar darle una ultima mirada al SDF-1 que estaba ocultándose
en la distancia. Cuando retire mis ojos de ella por ultima vez, fueron reemplazados por recuerdos que emergieron de la oscuridad. La
sonrisa de mi esposa. En todos los aspectos ella fue una mujer hermosa, esa Rebeca... y la extrañaba terriblemente. La primera vez que
volé en misión de combate. Fui tan inepto ese día, mirando el HUD y presionando botones en la palanca cuando se me indicaba
hacerlo. Como pude haber sobrevivido a esa misión -sin contar pegarle a alguien- no estaba lejos de ser un milagro. Waylan, Josh y
Max, empujándose en el restaurante, como se les dijo que no lo hicieran. Esos tipos eran todos unos personajes, entonces. Pero las
cosas han cambiado tan dramáticamente. Waylan había muerto... Josh era un hombre cambiado de varias maneras -casado, pronto a ser
comandante de escuadrón, padre de dos hijos... esposo. Max... el ya no me dirige la palabra.

Antes de partir, había hecho un ultimo intento de ver a Max y disculparme en persona con él y Miriya, pero no pude encontrarlo. Pude
haberlo hecho un ritual horario, si pudiera, pero tenia que estar con Josh en su momento de necesidad y no podía disponer del tiempo
para ir en un intento vano para liberar mi propia consciencia culpable. No estaba seguro como, pero jure que algún día corregir ese
error particular. Hasta entonces, tuve que conformarme con la corta nota manuscrita que había dejado en la puerta de Max y
simplemente llevar conmigo la carga de saber que había herido a un buen amigo, seguramente una de las más dolorosas cruces que
soportar.

Con el tiempo, la autocrítica me llevo a otros pensamientos... pensamientos de las cosas que había visto y hecho... la memoria de una
misión en particular que había volado con Josh y Waylan, la fecha ahora borrosa en mi mente, los detalles tan frescos como si hubieran
pasado hace poco. Para ahorrarnos combustible, el SDF-1 apuntaba el Prometeus en la dirección de nuestra área de patrullaje y
nosotros despegábamos. Nuestra primera patrulla del día siempre era hecha con sobre marcha para asegurarnos que funcionara
correctamente, y el fuego azul que vomitaba nuestras turbinas era muy espectacular. Había sido una semana lenta y la vigilancia a
menudo nos avisaba cuando la temporada de combate descendía sobre nosotros. Antes de que llegáramos a nuestras posiciones para
relevar a los Valkyries en patrulla ahí, una fuerza de naves de batalla Queadlun Rau Zentraedi los golpeaban despiadadamente. Era una
carnicería.

Llegue a la escena justo a tiempo para ser testigo de como tres Veritechs hacían erupción ante mis ojos. Busque el cielo frenéticamente
por cazas enemigos y no pude encontrar ninguno. Entonces, por el rabillo del ojo, alcance a ver un Valkyrie solitario siendo acechado
por un trío de Quadronos mientras hacían embestidas de todas direcciones.

"Husky, Don. Vamos a quitarlos del Valkyrie a la izquierda, a las diez. Redúzcanlos y elimínenlos."
"Dos."

"Tres."

Luchamos contra esos Quadronos -al menos una docena de ellos- a dientes y uñas, solo nosotros tres y tuvimos éxito en matar a nueve,
mientras hacíamos que se retiraran los sobrevivientes. Waylan y Josh fueron increíbles ese día y no pienso que hubiera un solo
Quadrono que regresara a casa sin una docena de hoyes de la 55mm, grabados en sus costados.

Pense de la muerte brutal de Waylan y su efecto en aquellos que lo conocíamos. Pense en mis niñas -o quizás en nuestras niñas, viendo
como las niñas, Josh, Kristy y yo nos habíamos convertido en una especie de "super familia". Pense en mis padres. Mi padre, cansado
de su trabajo después de tantos años, había considerado la jubilación. Mi madre, elegante y comprensiva, había apoyado su decisión,
cualquiera que fuere. Mi hermano, siempre un niño problema, ahora consideraba enlistarse -una señal de que se estaba convirtiendo en
una persona responsable. Max "Iglú" Sterling, "Wild Bill" Brubaker, Nathan Morris, Jacien Carr, Joe Burkett. Caras y memorias
pasaban ante mis ojos por un instante, recuerdos eternos de los eventos que nos habían obligado a madurar un poco más rápido de lo
que nos hubiera gustado.

¿Valía la pena? ¿Lo volvería a hacer? Después de una cuidadosa deliberación. Decidí que si valió la pena y que lo volvería a hacer.

"Naval Tres Nueve Cero, Torre de Salida Macross. Ascienda y mantenga altura de vuelo a Dos Tres Cero."

"Tres Nueve Cero dejando catorce punto cero por dos tres cero.

Empuje suavemente el impulsor e inicie mi ascenso hacia los 23,000 pies, las luces de Nueva Macross desapareciendo lentamente en
mis espejos.

"Naval Tres Nueve Cero, aquí Torre de Salida Macross."

"Tres Nueve Cero, adelante Torre"

"Tres Nueve Cero, Torre. Spacy Uno Cero Uno esta a las 7 en punto, uno cero millas, dice que le gustaría hacer formación con usted,
si no hay objeciones."
Me pregunte quien podría desear unírseme a mí. "Uh, Tres Nueve Cero, correcto. Impacto negativo en el tráfico. Fórmelo en mi ala
derecha."

"Entendido Tres Nueve Cero. Cambio. Spacy Uno Cero Uno, Tres Nueve Cero solicita que te unas en su ala derecha. Él esta a las dos
en punto nueve millas."

El controlador estaba trabajando con frecuencias divididas esta noche, por lo que no escuche la respuesta del otro piloto.

No me tomo mucho tiempo alcanzar los 23,000 pies, pero una vez que lo hice, cedí un poco de poder para permitir que el otro jet se
aproximara. NO estaba seguro quien fuera, pero una parte de mí esperaba que fuera un cierto conocido as. Observe sobre mi hombro
derecho y alcance a ver las luces de navegación de la otra nave, brillando en su familiar luz roja y verde. Mientras continuaba
acercándose, las luces de navegación se apagaron, y esto me indico a que apagara las mías, también, sabiendo que el piloto ahora se
concentraría en la tenue formación de tiras de luz verdes localizadas en varias posiciones de mi aparato.

Realice un rápido vistazo hacia la derecha y vi al otro jet colocado justo a la derecha de mi ala, flotando en el aire nocturno como si
fuera algún vampiro tecnológico. Encendió y apago sus luces de formación tres veces y yo llame al controlador."

"Torre de Salida Macros, Naval Tres Nueve Cero, me gustaría estar fuera de la frecuencia por algunos minutos, sí eso esta bien con
usted."

"Tres Nueve Cero, aquí Torre, correcto. Cambio de frecuencia aprobada."

"Tres Nueve Cero."

Presione el Botón Tres y llame, "Aquí Tres Nueve Cero, Botón Tres."

"¿Cómo has estado, viejo? Escuche que té estas mudando hacia el sur para pasar el invierno." Si era Max.

Observe a mi derecha y reconocí a mi viejo amigo, bañado en las luces rojas de la cabina de su caza azul. "¡Hey Max! Es bueno
volverte a ver, mi amigo."
"Lo mismo digo, Jake. Recibí tu nota y solo quería alcanzarte antes de que te fueras para decirte que no guardo ningún resentimiento
por ti. Algunas veces decimos cosas que realmente no queremos decir... u con eso aparte... entiendo como te sientes. Digo, nunca he
perdido a nadie cercano a mí, así que no tengo idea de como se siente -y rezo para nunca averiguarlo... pero... es difícil culpar a nadie
en tu situación, por sentirte aso. Lamento que las cosas hayan llegado a ser tan tensas entre nosotros y tomo una gran parte de la culpa.
Debí de haberme tragado algo del estúpido orgullo y estrechar tu mano. Por favor, por favor, por favor recuerda... que tu siempre serás
mi amigo y que a donde sea que fueres, vas con las bendiciones de Miriya y las mías."

Los comentarios de Max golpearon una cuerda vocal en mi garganta que es difícil de explicar. Un peso gigantesco había sido
levantado de mis hombros, y que alivio tremendo era por fin deshacerme de eso. "Bueno, gracias mi amigo. Tu nunca sabrás que lo
que haz dicho significa para mí. Yo nunca quise decir lo que yo dije, espero que lo sepas."

"Lo sé. Diablos, probablemente se exagero sobre el viñedo de cualquier manera. Debí de haber venido contigo la primera vez, me doy
cuenta de eso."

Asentí. "Nos hemos divertido mucho, ¿no es cierto?"

Vi que asentía con su cabeza en la brillante cabina roja. "Si, si que nos hemos divertido. Y tendremos mas diversión algún día, pronto-
Solo haz un buen trabajo allá abajo y ve si puedes embaucar un viaje de regreso."

"Lo haré..." me detuve un momento. "Creí que deberías regresar antes de que ellos averigüen que me estas hablando a mí y te
embarquen a Angola o a algún otro lado."

Max eruptó en su risa reconocida. "Si, supongo." Hubo un largo silencio mientras nosotros dos -guerreros, colegas y amigos- nos
deslizábamos perezosamente hacia el sur a 23,000 pies. Hubiera sido un bello cuadro. "Cuídate amigo," dijo con un saludo.

"Tu también... amigo."

Con ese típico talento, Max encendió su sobremarcha y rompió vistosamente la formación, clavándose hacia abajo, sus luces de
navegación, centelleando en la oscuridad. Lo observe mientras desaparecía en la distancia, un silencio melancólico en su despedida.
Después de unos momentos de reflexión, llame al controlador y me dirigí hacia el sur, hacia mi destino, ahora más feliz de lo que había
estado hace tiempo. Quizás las cosas no eran tan malas, después de todo.
Uno puede tener esperanza, ¿o no?

Mientras procedía hacia el sur, era pasado de un controlador al siguiente controlador. Cada quién con su propia voz, personalidad y
humor. Un controlador sobresale de mis recuerdos y me refiero a él como "Gruñón". No importaba que hiciera o dijera un piloto,
parecía que "Gruñón" encontraba una excusa para leerle el acta de sabotaje o solamente ser grosero.

En esa noche, Gruñón hizo una llamada a un avión al mismo tiempo que otro avión lo estaba llamando. En vez de una bella y clara
comunicaron la frecuencia eruptó en pura estática y chillidos. No seguro de que se trataba y temiendo que estuviera dirigida a él, un
capitán de Express Air llamó "Bloqueado" en el radio. Esto le haría saber al controlador que sus instrucciones no habían sido
escuchadas y que necesitaban ser repetidas.

"¿Quién acaba de indicar "bloqueado?" preguntó Gruñón con un bufido.

"Express Air Trece Cero Uno."

"Si, Express Air 1301, tenga mas discreción cuando diga bloqueado," siseo por el radio. "Solo porque usted no lo escuchó no quiere
decir que el otro no lo haya escuchado."

No podía creer lo que oía, Que cretino. Tome el micrófono e indique, indiferentemente. "Alguien necesita que lo acompañen a dormir.

"¡¿Quién diablos dijo eso?! " rugió Gruñón.

"Mmm, quizás este loco, pero no soy estúpido." Conteste.

Las ondas hicieron erupción con una tonelada de cortos, "Bravo" y carcajadas mientras los pilotos tomaban los micrófonos, uno por
uno en consenso. Había empezado un pequeño motín, y aunque esto no hizo que Gruñón actuara mas amablemente, al menos nos hizo
sentir un poco mejor cortarle una muesca.
Mientras cruzaba Oklahoma, empece a tararear las notas de las melodías clásicas de George Trait, "Todas mis exs viven en Texas",
"Texas es un lugar, que me gusta estar" y No puedo ver a Texas desde aquí." Mi excitación, inversamente proporcional a la distancia
desde mi estado hogar. Cuando cruce el Río Rojo no podía mas que celebrar y cuando llame al controlador de Dallas, lo hice con un
saludo inusual.

Torre de entrada Dalla, Naval Tres Nueve Cero, contigo a Altura de Vuelo Dos Tres Cero. ¡Recuerda el Alamo! Ha pasado mucho
tiempo."

El controlador compartió mi entusiasmo y su saludo agradable de "Bienvenido a casa, Texano" me hizo sonreír con orgullo.

Desde Dallas hasta Corpus Christi, el clima en el cielo de Texas paso como un infierno en apuros. Una enorme línea de tormentas de
Nivel Cuatro o más grandes, se levantaron en la noche, pero en ves de permanecer sobre el condado de la colina al oeste de mi ruta de
vuelo, se movieron hacia el este, obligándome a realizar una enorme desviación para rodearlas. Había visto y escuchado muchas
historias de pilotos intentando volar entre las tormentas, solo para terminar convertidos en millones de pedazos de acero regados sobre
una área de cincuenta millas cuadradas, y no tenía la intención de convertirme en una estadística.

Las tormentas son una fuerza brutal de la naturaleza y su influencia no esta limitada al área que inmediatamente las rodea. Es bien
sabido que pueden lanzar pedruscos del tamaño de una pelota de béisbol a cincuenta millas y convertir el aire en un torbellino
impenetrable que ningún avión puede sobrevivir. Pasar debajo de ellas no es una opción viable, ya que se pueden sufrir todo tipo de
peligros, incluyendo vientos rápidos de abajo y micro estallidos. Volar sobre la tormenta es una apuesta segura a morir, también, ya
que pueden escalar a velocidades que exceden las capacidades de la mayoría de las naves modernas. Cuando uno encuentra una
tormenta, la única manera de segura de sobrevivir es darles una muy grande vuelta.

Mientras los relámpagos estallaban en la distancio, coloque las luces rojas de la cabina a su más alta intensidad, ajuste el cinturón del
asiento tan apretado como lo pudiera soportar cómodamente, y me sostuve mientras era golpeado hacia arriba y hacia abajo por la
turbulencia del aire nocturno. Mis turbinas ronroneaban fielmente en el fondo mientras las gotas de lluvia golpeaban el domo de la
cabina como balas de cañón. Después de veinte minutos, salí al cielo despejado y me fue posible dirigirme hacia Corpus Christi.

El clima era mucho mejor ahí, pero la visibilidad era muy pobre al nivel del suelo, gracias a una capa de neblina que se había movido
desde la costa. Que apropiado, pense, dirigirme a una asignación como instructor de vuelo por instrumentos y tener que realizar un
verdadero acercamiento por instrumentos.
Fui por el habitual ritual del "ASAP MICE ATM" (ATIS, NAV/Radio Stack Check, Approach Brief: Marker Beacon/Magnetic
Compass, Identify NAV aids and approach plates, Course for the approach, Entry Full/Vectored, Altitudes for the approach, Time for
missed approach, Missed Approach Point; Pre-Landing Checklist) para prepararme para el Acercamiento a la Pista 8L de la Naval en
Corpus Christi. La red de satélites globales GAPS estaba arruinada y hasta que pudiera ser estabilizada, usaríamos el acercamiento de
precisión convencional.

"Tengo el ATIS. Radios encendidos," me dije a mí mismo, consultando la tabla de aproximación en mi tablero y asegurándome que
había sintonizado el ILS en el número uno de mi radio NAV, el NAV 2 estaba en el aviso posicional del GAPS, el Equipo de Medición
de Distancia era ahora esclavo del NAV 1 y mis otras frecuencias sintonizadas en mis radios de comunicación. "Acercamiento Breve:
señales de marcas encendidas, compás magnético y direccionador, ajustados. Ruta de aproximación es," mire sobre ella, "Pita ILS 8
Izquierda, Naval Corpus. Identificador NAV de ayuda," presione el botón "Identificador" en mi radio y escuche por las tres letras en
Código Morse del identificador -que hacia referencia con el caja de códigos de mi tabla de aproximación- que me indicaba que había
sintonizado la frecuencia correcta. "Curso es 080, entrada vectorial, altitud es 1700 pies hasta que descienda a Altura de Decisión de
225 pies. Tiempo para aproximación fallida es un minuto y seis segundos a 150 nudos. MAP esta a 225 pies."

"Naval Tres Nueve Cero, aquí Torre de Aproximación Corpus Christi. Descienda y mantenga seis mil, gire a la izquierda hacia cero-
uno-cero, vectores para la Pista ILS 8 Izquierda en Naval Corpus Christi. Centro de Información ATIS de Naval Corpus esta en línea.
Reportando visibilidad de tres cuartos de milla con lluvia, techo nublado a tres mil," respondió el controlador."

"Cero-uno-cero y seis mil para Tres Nueve Cero," respondí por radio en la oscuridad.

Salí de las nubes y mire a mí alrededor. La oscuridad era total, no había ninguna luz que se pudiera ver... ni una. Esta era del gran
estado de Texas tenia tanta vida como la Luna.

"Revisión previa al aterrizaje. Combustible en ambas turbinas, tren en posición, bombas de combustible encendidas. Luces de
aterrizaje encendidas. Tableros checados. Revisión completa excepto por alas, alerones, timón, velas y arreos."

"Tres Nueve Cero, descienda y espere a dos mil."

"Tres Nueve Cero, dejando seis para ir a dos."


Solté un poco el acelerador y descendía dos mil pies, perforando varias crestas de nubes.

Cinco minutos después el controlador llamó otra vez. "Tres Nueve Cero, vectores para el ILS: Esta a ocho millas del 'Delfin' [la marca
externa], gire a la derecha hacia cero-seis-cero, mantega dos mil hasta que este en posicion, permiso para usar Pista ILS 8 Izquierda de
Corpus Christi.

"Cero-seis-cero y dos mil, libre para la aproximación, Naval Tres Nueve Cero."

Me deslice suavemente hacia la derecha, completamente rodeado por nubes una vez mas, y concentrado en mis instrumentos. Mi
Valkyrie vibraba y chocaba con la turbulencia mientras me dirigía hacia le corredor final de aproximación. La aguja localizadora -la
cual desplegaba la información del vuelo- en mi Indicador de Posición Horizontal, se encendió y empezó a centrarse. Cuando lo hizo,
gire hacia 080 grados dirigiéndome y yendo hacia abajo, esperando que mis indicadores de inclinación se encendieran. Cuando lo
hicieron mantuve mi altitud y velocidad y espere hasta que hubiera interceptado la posición de planeo.

El Haz de la Marca Exterior empezó su familiar "Biiiiiiiiip-biiiiiiiiip-biiiiiiiiip-biiiiiiiiip" indicándome que estaba sobre el final del
punto de aproximación. "Tableros, alerones" llamé, cambiando interruptores para configurar a mi avión para el descenso. "Tren de
aterrizaje abajo, en tránsito." Cambie a la posición de abajo la palanca del tren de aterrizaje y espere a que encendieran las tres luces
verdes indicándome que mi tren estaba asegurado. "Tres verdes, no rojos, tren abajo y asegurado." Ahora un punto mas en el planeador
de descenso y descendí hacia la pista, manteniendo el indicador en posición con un radio de descenso de 800 pies por minuto.

"Tres Nueve Cero, contacte a la Torre de Corpus Naval 118.3, buenas noches."

"Tres Nueve Cero a Torre, hasta luego."

Empuje un botón en el propulsor y ajuste mi radio para la frecuencia de la torre. "Naval Corpus, Jet Naval Tres Nueve Cero esta
contigo en ILS 8 Izquierda, justo en el Delfín."

"Tres Nueve Cero, aquí Naval Corpus, permiso para aterrizar. Viento a cero-nueve-cero a uno-cinco, altímetro 30.01."

"Entendido, aterrizar, Naval Tres Nueve Cero."


Continué descendiendo, mirando mi HUD mientras me acercaba hacia el punto de aproximación. NO podía ver nada mientras indicaba
mi altitud. "Mil sobre altura de decisión... quinientos sobre altura de decisión... doscientos sobre altura de decisión..." Si alcanzaba la
altura de decisión sin poder ver el ambiente de la pista, tendría que ir a "fallido" y volverlo a intentar. A los veinte pies sobre la altura
de decisión vi las luces de aproximación. "Luces de Aproximación" exclame. Los pilotos no pueden hacer nada mas que excitarse
cuando ven esas bellas luces indicándote la pista.

"Tren de aterrizaje abajo, tres verdes, no rojas. Tableros, alerones, timón," llame al revisar varias de los controles para asegurarme que
estaban en la posición correcta.

Descendí a casi cien pies sobre la pisar y continúe haca la carretera. Las luces del Indicador de Aproximación Visual en el lado
izquierdo de la pista emitían un indicador familiar rojo sobre blanco, indicándome que estaba sobre el punto de planeación. Mientras
alcanzaba el umbral, apagué la potencia para que cuando llegara a la marca de los 500 pies estuviera en punto muero. Coloqué la
altitud de la nariz apenas arriba del horizonte y espere por el brinco familiar que indicaba que había tocado el suelo, mientras las luces
de la pista pasaban vertiginosamente a mis lados.

Bump, bump. Suave y bello como siempre. Los tableros y alerones, construidos para desplegarse cuando los puntales principales se
comprimían, se abrieron completamente para tomar lastre y matar el vuelo, mantuve la rueda de la nariz fuera de la pista, tanto como
pude, para frenar aerodinámicamente mi caza y ahorrar desgaste de los frenos.

"Tres Nueve Cero, salga de la pista cuando pueda, contacte Control de Piso punto tres cinco.

Presione suavemente los frenos y me salí por la pista de rodaje Lima. "Tres Nueve Cero, saliendo por Lima, a Control de Piso, nos
vemos."

Me detuve, hice mi revisión después del aterrizaje y se me dieron indicaciones para ir a la rampa de estacionamiento donde me reuniría
con un miembro de mi nuevo escuadrón. Él me llevaría a mi nuevo hogar y me daría los de talles de que es lo que pasaría en las
siguientes semanas -conocidas "Clase de Estandarización para Instructores" o "Stands" como se conocía, un proceso de tres semanas
con la intención de poner a todos los instructores en línea y en la misma frecuencia. Con esto se aseguraba que cada instructor enseñara
las cosas de la misma manera y proporcionaba que todos aquellos que se graduaban del entrenamiento estuvieran dotados con el
mismo conocimiento y las mismas habilidades.
Mi habitación fue pequeña -4 metros por 6- con una cama, un pequeño armario y un escritorio/tocador. Por suerte era un oficial, lo que
significaba que tenia el cuarto par mi solo. Los pilotos enlistados no tienen este lujo y son empacados como sardinas, dos en una
habitación del mismo tamaño. Reí cuando lo vi, pero después pense, "Que diablos... es solo por tres semanas."

Me senté en mi cama y espíe la caja que Philo me había dado, sobre el escritorio. Me asome y la tome, abriéndola cuidadosamente. Por
dentro, en medio de un montón de papel de china estaba una tarjeta. La abrí y casi me desmayo de la cantidad de firmas que tenia.
Había cuando menos cien nombres firmados en esta tarjeta, muchos de gente que nunca había conocido, todas con un pequeño deseo
de suerte o de gracias por alguna acción que ni siquiera me acordaba.

"Gracias por salvar mi vida," escribió uno de ellos. "Usted no me conoce, pero nunca lo olvidare, 'Sand Pebble Uno.' Que Dios lo
bendiga, señor. -SSGT Phillip 'Groove' Pacelli, SVF-2"

Sonreí y leí cada uno de los comentarios, después baje la tarjeta. Saque mas papel de la caja y encontré una bella replica, hecha a
mano, del famoso cuchillo 'Bowie' de Jim Bowie. Amarrado al mango, con un hilo, estaba una nota firmada por Josh, Plog y otros
miembros de mi escuadrón.

"Jim Bowie tenia una de estas en el Alamo, ¿no? Ya que tu vas hacia esas partes, pensamos que un Texano como tu encontraría esto
útil. Los mejores deseos para ti de tus camaradas de armas."

Saque el cuchillo de su vaina. El cuchillo, su cuchilla, brillante y filosa, era realmente una obra maestra artesanal y me senté ahí
mirándola por todos los ángulos. No podía pensar de un mejor o más adecuado regalo que este y lo apreciaría mucho por el resto de mi
vida.

Mire alrededor del pequeño cuarto. Mis cosas, el cuchillo y las despedidas fueron pruebas de que mi viaje a un nuevo mundo, había
realmente iniciado. Esto demostraría que estaba equivocado sobre las tres semanas, también.

Capítulo 48 - Fundamentos de Instrucción


Mi pequeño hermano y yo decidimos subir a un avión de regreso a Texas, desde Canada. La primera escala seria en Oklahoma,
después en Dallas. Compramos nuestros boletos y lo envíe por delante para que yo viera los arreglos del equipaje. Me tomo mas
tiempo de lo que esperaba. Con boleto en la mano -mi numero de puerta, un "18" rodeado por un circulo, estaba estampado- corrí hacia
el "tran". Un pequeño tren subterráneo eléctrico que viajaba entre la terminal y las puertas de abordar, el tran era la única manera de
llegar a mi avión. Solo tenia unos pocos preciosos momentos para llegar al avión mientras el tran corría rápidamente sobre la rampa
hacia las puertas del otro lado. Una vez que se detuvo, brinque del carro y corrí hacia la puerta. Había torniquetes enfrente de una
docena de puertas diferentes, revise mi boleto para ver por cual puerta salía mi vuelo. La estampa estaba remplazada por miles de
otras, cada una con un diferente numero.

Mi sangre se volvió fría. Busque frenéticamente en el tablero de salidas sobre mí, buscando por un vuelo a Texas vía Oklahoma. Vi
dos. Uno con escala en Tulsa, otro con escala en Ciudad Oklahoma. Me dio pánico. No podía recordar por donde se iba mi vuelo.

Alcance una de las agentes de boletos de falda azul, su cabello acomodado debajo de su sombrero sin ala y le pedí que me ayudara, no
preocupándome si sonaba o no calmado. "Señorita, ¿me puede ayudar a encontrar mi avión?" Le mostré el boleto y ella lo tomo.

"No... No puedo ver un numero de puerta aquí," dice.

"¡Maldición! Mi hermano esta en uno de esos aviones y se va a perder si no estoy con él" Corrí hacia las puertas. Decidí que el se iría
por Ciudad Oklahoma y me dirigí hacia la puerta a toda velocidad. Las agentes de la puerta estaban empezando a cerrar la puerta del
avión y les grite desde lejos, "¡Esperen! ¡Esperen! ¡Yo voy! ¡Esperen!" Pero ellas la cerraron de todas maneras, mientras las alcanzaba.
Había cuatro agentes, todas vestidas en el mismo uniforme azul, con el mismo arreglo de cabello y el mismo sombrero.

Las cuatro agentes se dirigen hacia mí como robots y empiezan a entonar al mismo tiempo, "Tiene que irse ahora señor. Tiene que irse
ahora señor.

Me volteo para irme y veo los cuerpos -la niña que mate en su departamento y el cuerpo sin piernas con su rastro de sangre. "Tu nos
mataste... tu nos mataste." Era un horripilante mantra, y me voltee aterrorizado hacia los agentes de la puerta, pero ellos estaban
llevándose la puerta. El piso cedió debajo de mis pies mientras se despegaba de la rampa. La gente muerta se movió hacia mí, perdí mi
balance y me caí.
"¡Ahhh!" me levante en mi cama, todo mi cuerpo cubierto de sudor. Estaba respirando pesadamente y busque en la oscuridad por mis
lentes. Eran las 0550. "Jesús... que pesadilla." Angustiado por este tema recurrente, me voltee para intentar dormir un poco mas -tenia
un día pesado adelante- pero el sueño era un lujo que no encontraría esta noche.

La alarma trono en mi oído -0800 horas. Exhausto, me levante de mi catre, me bañe, afeite, vestí y salí de mi curto para ir a la Oficina
del Personal Activo. De techo rojo y de una arquitectura muy familiar, la oficina era el centro de información para la base -todo lo que
un recién llegado necesita saber lo puede encontrar aquí. El Comandante de la Guardia, el veterano hombre enlistado en guardia ese
día, me ofreció llevarme al Comedor para que tuviera algo que morder.

Brinque sobre el jeep y me agarre de marco de la ventana delantera mientras el Comandante de la Guardia manejaba rápidamente de su
espacio de estacionamiento hacia la Calle Batallón. Mientras conducía hacia el Comedor, no podía notar que oscuro se veía el
horizonte. Arboles recién cortados, rodeados por anillos de agua, abundaba y podía ver que mucho de ese esfuerzo se había invertido
en detallar esta base. Pero en la distancia, entre los edificios, podía ver que la Tierra estaba chamuscada y desde mi punto de vista en el
jeep podía ver a lo lejos, la tierra barrida y plana de Texas. Fuera de la base no se veía ningún árbol. Era un contraste sombrío
comparado en lo que recordaba de esta área del estado.

El comedor era un enorme, edificio de techo rojo con mucho vidrio alrededor. La comida que aquí servían era buena, muy buena para
mi sorpresa y comí lentamente, saboreando el tocino, huevos, pan tostado y jugo de naranja fresco. Colocando mi bandeja en el carro
de la limpieza, me dirigí hacia la puerta y llegue al edificio de Operaciones de Mando de Entrenamiento de Vuelo para averiguar donde
se suponía que debía de ir a la escuela. Mi clase "stands" se iba a realizar en el Edificio Académico. Se me dio un jeep para manejar
dentro de la base y como las clases programadas iniciaban hasta las 1300 (para terminar a las 2200) decidí matar el tiempo explorando
la base.

Mi amor a volar, todavía me consumía mi tiempo y más que nada en este momento, quería ir a ver los aviones. Mientras manejaba mi
avión por un camino que pasaba perpendicular a la ruta de acercamiento de una de las pistas, un entrenador primario de dos asientos,
que se parecía mucho al viejo entrenador Beechcraft Mk. II JPATS, ronroneaba sobre mi cabeza, so tren de aterrizaje y alerones
colgaban mientras se dirigía hacia la pista. Era algo muy distante de un Valkyrie en todas las áreas, pero no podía evitar reírme del
pequeño entrenado rojo con blanco.
Beechcraft Mk. II JPATS, similar to the T-35 "Seagull"

Mostré mi identificación al guardia de la puerta y entre hacia la rampa. Me alinee meticulosamente hacia un centenar de aviones de
distintos tipos. El entrenador de turbina y propela me mostró ser un Beechcraft Mk. III (T-35A "Gaviota"), una versión mejorada del
Mk. II. También en la rampa había varias docenas del jet entrenador T-45J "Gozhawk II" y ocho VF-1Ds. Mientras veía los aviones en
la rampa, me di cuenta que las cosas iban a ser diferentes por aquí y con eso, tendría que hacer lo mejor para sacarle provecho a la
situación

Mi clase de stands fue impartida por un Teniente Comandante corto, de cabello oscuro, de veintitantos y descendencia Puertorriqueña.
Con conocimiento profundo, él tenia una ficha sobre su hombro que no intentaba ocultar. Quizás era inmaduro, pero, siendo un piloto
de combate experimentado y altamente decorado, esperaba que fuera reverenciado -casi venerado (o al menos, respetado)- por aquellos
a mí alrededor. La realidad no podía ser removida de mi visión romántica.

El instructor empezó preguntándome preguntas sobre el T-35 y el T-43 y no pude ni empezar a contestar - y no me dejo. "Ser un as no
tiene cabida aquí". Rugió el instructor. Para el momento que salí del salón de clases estaba mas avergonzado de lo que jamas haya
estado en mi vida. Cuando regrese a mi cuarto, saque mi Manual Estándar de Vuelo y lo devore con una intensidad que no sabia que
tenia. Sabia que estaría martirizándome hasta que el no pudiera aplastarme mas y empece a absorber cada pagina de esos manuales a
fondo.

El siguiente día, el instructor me atacó con todo lo que tenia, pero no obtuvo de mi ninguna respuesta incorrecta. Podía ver que me
había ganado su respeto. Nunca me molesto jamas.

La escuela era muy aburrida, y de verdad, aprender todas las regulaciones, procedimientos y caprichos de como ser un instructor
efectivo -enseñando por el ejemplo, refuerzos positivos, etcétera- era una cura instantánea para el insomnio. Si podía encontrar una
manera con esta aflicción a que atendieran a un seminario de "Fundamentos de Instrucción" por cincuenta dólares por cabeza, me
hubiera retirado hace mucho tiempo.

Nuestras sesiones de vuelo en las siguientes tres semanas pasaron poniéndonos al corriente tanto en el T-35 y el T-45, con dos vuelos
al día por los primeros diez días en el T-35 y con tres vuelos al día en el T-45 por el resto de nuestro entrenamiento. Mi primer vuelo
en el T-35 fue inolvidable, pero no por las razones que uno hubiera esperado. Se me presento con una visión tan horrible -y tan
marcada en mi mente indeleblemente- que me ocasionaba escalofríos aun ahora, mas de tres décadas después.
McDonnell Douglas T-45 "Goshawk" trainer, similar to the T-45J

Salimos por la pista y empuje el propulsor a toda maquina. El pequeño turbopropulsor acelero más rápido de lo que hubiera esperado
mientras sus hélices propulsoras mordían el húmedo aire marino y en solo unos cuantos momentos, estabamos en el aire. Ascendimos
fuera de la Estación Aérea Naval a 110 nudos, subiendo 3000 pies por minuto -no tan mal, especialmente si consideraba la altitud de
alta densidad de ese día. Mientras giraba hacia el área de practicas, mire a mí alrededor y me di cuenta que la belleza que era Texas
solo existía en mi mente -la "Solución Final" de Dolza la había convertido en un lote baldío. El suelo estaba chamuscado y regado de
chatarra de los gigantescos cruceros alienígenas, sobresaliendo del suelo rocoso, duro y negro como grotescos arpones hinchados. La
desolación se expandía tan lejos como un o pudiera ver y desde las alturas, parecía como un gigantesco pedazo de asfalto. La ciudad
costera de Corpus Christi, una vez el hogar de mas de 100,000 personas, ahora era apenas una villa -una mera coraza de su propio ser,
rendida ante el infierno que le había caído encima.

Nuestras Cartas de Navegación de Sección estaban completamente libres del detalle -las únicas acotaciones reales eran las naves
Zentraedi estrelladas y el río o línea costera -y ahora podía ver por que. Observe sobre mi hombro hacia la estación aérea, literalmente
un oasis en un desierto de desesperanza. Estaba profundamente triste por lo que había visto y esto ocasiono una extraña sensación de
derrota que me empezó a brotar. Habíamos peleado tan duro y por tanto tiempo... Esta era nuestra recompensa. Me hizo sentir mal. Si
el acomodo de los instrumentos en la cabina de mi nueva nave me eran familiar, estos fueron removidos del Valkyrie hace varios años
luz -particularmente los del T-35. Las cosas aprecian irse en cámara lenta en ese avión y me encontré luchando contra el aburrimiento
en él. Tenia una palanca, propulsor y pedales de timón. Eso era todo, en pocas palabras, tenia menos cosas que hacer. Aunque las
aburridas y ruidosas propelas hacían una prodigiosa cantidad de ruido- el T-35 era muy acrobático y nunca me ahorre la oportunidad
de ir con todo en él, un inicio contrastante con mis primeros días, donde la ligera posición inusual era seguida por vomitar.

Después de mi tercer vuelo en el T-35, los días siguieron volando. La Navidad llegó y se fue sin fanfarrias -ni siquiera pude hablar a
mi familia, ya que el servicio telefónico todavía era muy intermitente- y el 13 de Enero, 2012, mis tres semanas terminaron y era
considerado completamente calificado para instruir a la ultima cosecha de candidatos por las codiciadas alas de un Aviador Naval. Me
transfirieron al Escuadrón de Entrenamiento Seis en NAS Kingsvill -mi habitación eran tan pequeñas como habían sido las de la Naval
Corpus (vaya con lo de la teoría de las tres semanas)- y durante los siguientes diez meses instruí a docenas de pilotos estudiantes en
entrenamiento por instrumentos. Mis horas eran largas, pero pasaba muchas de ellas volando y nunca tenia suficiente esto, ni
importaba el avión.

El entrenamiento fue un reto atemorizante y los estándares impuestos a nosotros eran extremadamente estrictos. Nuestros estudiantes
tenían que mantener ciertos estándares y nuestros "Revisores" podían sacar a cualquier estudiante en cualquier momento de su
entrenamiento para evaluar su desempeño. Si el revisor pensaba que el estudiante estaba atrasado en cualquier área, él recibiría un
grado insatisfactorio. Si no manteníamos un radio de paso del 90% durante esas revisiones, nuestro escuadrón entraría en un estado de
prueba, y eso significaba malas cosas para todos nosotros. , Sin importar quien estuviera mal -reportes de mala condición, resignación
a estaciones de mando aun más indeseables o peor. No habría salidas para bombardear con pintura a la Picasso durante el
entrenamiento.

A pesar de ese hecho, mi vida como instructor era, a veces, altamente entretenida. Un evento interesante involucró a uno de mis
compañeros instructores, un temerario joven, Teniente de la Infantería, llamado Warren Ross. Una noche, mientras pastoreaba a un
grupo de pilotos por un entrenamiento de disparos nocturnos, las cosas se pusieron feas. Mientras avanzaban al rango de disparo, uno
de los estudiantes de Ross fallo en darse cuenta que su líder estaba girando y los dos T-45 chocaron, desmenuzando el estabilizador
horizontal del avión de Ross, el cual quedo fuera de control hacia el suelo y exploto. Los tres pilotos estudiantes, no habiendo visto
ninguna señal de que Ross brincara, regresaron a su base, pensando que había muerto.
De hecho, Ross había sobrevivido y después de luchar sin éxito por lograr el control de su avión golpeado, decidió que era ora de
brincar. "Este es Banjo Uno Cero Uno, esto haciendo eyección" llamo antes de jalar el collar amarillo y negro. Su llamado no salió de
su mascar, ya que, durante la colisión, la antena de comunicación también había sido destruida. La cabina se despego limpiamente,
pero su asiento sé rehuso a disparar. Con solo segundos entre el y la tierra chamuscada abajo, Ross libero sus arneses y brincó del T-
45.

Por suerte, el paracaídas de Ross estaba trabajando bien y él flotó lentamente hacia el suelo, no lo que se creía de su accidente. Aun así,
los dioses no habían terminado con el desgarbado Soldado, aterrizo en medio de una barranca -sin lugar a dudas la única barranca en
cincuenta millas- y después de casi ahogarse, alcanzó a encaramarse en su barranco occidental. Evaluando su situación, Ross decidió
rápidamente que para poder llegar a casa tenia que estar en el barranco oriental de la barranca, después de unas palabras de maldición
cuidadosamente escogidas dirigidas hacia los T-45 que estaban arriba, otra vez se metió al agua y nado hacia el lado opuesto, gritando
profanidades después de cada brazada.

Los tres pilotos del vuelo de Ross regresaron al Estación Aérea y reportaron los eventos a sus superiores, después se dirigieron al Club
de Oficiales para beber algo. Ross, mientras tanto, estaba marchando, no muy silenciosamente, por el campo desértico de Texas, su
paracaídas siendo arrastrado mientras un torrente le arrojaba cubetadas de agua sobre él. "Ese mal hijo de perra. Cuando regrese lo voy
a..." En poco tiempo, Ross llego a la autopista recientemente construida que corría entre San Antonio y Kingsville, y alcanzo a detener
un carro que pasaba.

De regreso en el Club de Oficiales, los tres pilotos de su vuelo habían atraída a una pequeña multitud, mientras los instructores salían
del deber hacia el bar, solamente para escuchar. "Oye, ¿ya sabes? Ross mordió el suelo hoy."

La respuesta era casi un, "Oh, pobre Ross. Es una lastima. Camarero, voy a querer un whisky, solo," después, levantando el vaso en el
aire, "Para Warren Ross. Que Dios se apiade de su alma."

Ross le pidió a la mujer en el carro que lo dejara en el Club de Oficiales, para que él también pudiera beber algo. Frío, mojado y
todavía jalando su paracaídas mojado detrás de él, Ross camino hacia el bar y ordeno algo fuerte. El joven piloto que había chocado
con él, no sabiendo quien era, camino hacia Ross y le dijo Solemnemente, "¿Escuchaste las noticias? Ross mordió el polvo, hoy."

Girándose lentamente sobre su taburete, Ross miro al joven cadete en los ojos, su cara roja como un carbón encendido. La mirada de
terror en la cara del joven aprendiz fue invaluable. "Señor. Esta vivo. Lo siento, señor"
"¿Vivo? Estas endiabladamente correcto que estoy vivo" rugió, antes de nublar la vista del joven piloto con un derechazo a la
mandíbula. "Ahora lárgate de aquí antes de que lastime a alguien."

Tan mórbido como se escuchó, este intercambio fue increíblemente jocoso y los pilotos en el Club, se carcajearon y rodaron de una
manera que nunca se había visto, mientas los compañeros del aprendiz, tropezando con taburetes y resbalando en licor derramado lo
jalaron antes de que Ross lo golpeara otra vez.

Una de las ventajas de mi trabajo como Instructor de Instrumentos era el requerimiento para vuelos largos, por el estado. Los
aprendices tenían que demostrar ser competentes en la navegación por rutas largas con y sin el uso de apoyos de navegación. Como
uno pudiera esperar, hice la mayoría de mis vuelos hacia Nueva Macross, aprovechando la oportunidad de ver a mis seres queridos.
Dependiendo de la hora de llegada, estos vuelos podrían requerir pasar una noche en Nueva Macross y aproveche la situación. Las
niñas estaban creciendo como hierba y parecía que cada vez que iba al pueblo, eran cinco centímetros más altas. La misma ciudad
estaba creciendo a pasos enormes, también y cada vez alcanzaba a ver que había nuevos edificios por todos lados. Nueva Macros
estaba empezando a darle un nuevo significado a la palabra "Desarrollo Urbano"

Los cambios en el frente hogareño no estaban limitados solo a mis niñas. En Marzo, mi padre decidió finalmente por jubilarse y por la
primera vez en mucho tiempo, parecía realmente feliz. Había desarrollado una frustración contra la burocracia dentro del Gobierno de
la Tierra Unida y las dificultades encontradas en desarrollar lo que seria la siguiente generación del Caza Veritech, el VF-X-2. El
proyecto era constantemente entorpecido por arriba, con constantes cambios de requerimientos y demandas. En poco tiempo, los
retrasos se empezaron a unir y cuando se volvió claro que el VF-X-2 nunca volaría, mi padre decidió "colgar" el proyecto.

Estoy seguro que es un gran alivio estar liberado del as largas horas en la oficina, y por primera vez, poder pasar mas tiempo de su vida
con la familia, en ves de con su trabajo. Josh, también, parecía estar mucho mejor y el molino de rumores decía que él estaba en la lista
de convertirse en el C.O. de un escuadrón de combate. El todavía estaba sufriendo por la perdida de su joven amiga, pero el tiempo
había ayudado a aplacar las heridas, cuando menos un poco.

De hecho, las cosas estaban cambiando en todas las áreas. Zentraedi micronizados ahora eran una gran porción de la población,
deseando diligentemente ser ciudadanos educados y productivos. El Gobierno de la Tierra Unida estaba lentamente, pero firmemente,
consolidando las fuerzas que estaban regadas por el globo. La economía estaba empezando a crecer y el mundo estaba empezando a
curarse. Se rumoraba que una nueva fortaleza de batalla estaba en construcción, también y parecía que La Tierra estaba, finalmente,
haciendo algún progreso notorio. Todavía había problemas, por supuesto, pero las cosas estaban mejorando.

El hecho más importante, sin embargo, era que mis amigos y mi familia estaban a salvo. No podía pedir una paz mental que aquella
cuando encontraba este hecho.

Durante la mitad de Mato, mientras regresaba de mis vuelos largos, vi de primera mano que mientras las cosas se ponían mejores, no
estabamos fuera del bosque. Yo estaba sentado confortablemente en el asiento trasero de nuestro desarmado T-45, monitoreando el
progreso de mi estudiante mientras empezábamos nuestro descenso sobre Kingsville, RDFNAS. Sintonice el radio de comunicaciones
dos a la frecuencia ATIS, pero por alguna razón no obtuve mas que estática en él. "Que raro," pense, intentando otra vez con el otro
radio y con la misma ausencia de éxito. Mi estudiante no podía escuchar nada en su terminal, tampoco. Adormecido por ese falso
sentido de confianza que viene después de una larga ausencia a la exposición de combate, pense que seria un pequeño problema. No
podía estar mas lejos de la verdad.

En la distancia, justo debajo del horizonte, espíe una etérea columna de humo negro y mi antena inmediatamente se encendió,
buscando por cualquier cosa que pudiera ser una amenaza. Mientras descendíamos a diez mil pies, los alerones nos planeaban hacia
abajo sin acelerarnos, vi una pequeña explosión en la base y sabia en ese momento que las cosas estaban muy mal.

"Tengo los controles, Teniente," le dije al piloto sentado adelante de mí, acomodando mi peso hacia adelante.

"Sus controles, señor," respondió.

Jalando hacia la izquierda, después hacia la derecha, observe sobre mis hombros y revise el área que nos rodeaba. Navegamos por
veinte millas y bajamos a tres mil pies cuando alcance a apreciar que algo se movía sobre el suelo oscuro en mi posición de las diez en
punto. Inmediatamente empece a revisar el área y localice un Nousjaedul Ger que se alejaba de la base a alta velocidad. Sin armas,
seria algo suicida para mi continuar hacia la base, por eso hice un giro rápido de 4-G, buscando por chicos malos mientras lo hacia.
Nousjaedul Ger Powered Battle Suit

"Teniente, parece que la base esta bajo ataque. Tengo a un bandido por abajo, dirigiéndose hacia el noreste. Voy a orbitar por aquí e
intentar evitar que nos maten. Mantenga sus ojos abiertos por cazas enemigos," dije en mi mascara, tratando de sonar como tuviera la
situación bajo control.

"Sí señor."

Gire mis alas, las nivele y después regrese mi giro hacia la izquierda. Otro Nousjaedul Ger paso debajo de nosotros, dirigiéndose hacia
la costa. O no nos vio, o no le importo, pero nos paso sin hacer él más ligero cambio de curso. Hasta ahora, va bien.

Un breve brillo de luz del sol hizo que saliera del estupor a mi estudiante de la presencia de un trío de Raulon'ves dirigiéndose hacia
nosotros de derecha a izquierda. "¡Bandidos! Dos en punto, teniente" gritó en el radio.
"Ya los vi, Aguanta." Llame, jalando la palanca hacia la izquierda, después jalándola a todo lo que daba. Los tres cazas Zentraedi
estaban cubriendo los trajes de poder y nos habíamos metido justo en su ruta de escape.

Me clave hacia el suelo mientras los Raulon'ves cambiaban su curso para perseguirme, esperando que al estar a una altitud baja
arruinaría los intentos de los Raulon'ves en tener una línea de tiro hacia mí. Tenia la ventaja de maniobrabilidad pero los Raulon'ves
tenían la mano en velocidad y energía. Si no los perdía relativamente pronto -en el transcurso de unos giros difíciles- seria un blanco
seguro.

El suelo se nos acercaba, mientras nuestra velocidad subía a 500 nudos. Alcance a echar un vistazo sobre mi hombro y vi a los
Raulon'ves detrás de mí, aunque todavía a una distancia considerable. Encaje los propulsores a que se detuvieran y jale la palanca, una
vez mas, nivelándolo a solo cincuenta pies sobre el terreno quebrado y negro. El T-45 reboto en el aire grueso mientras volábamos por
la turbulencia creada por el calentamiento disparejo de la superficie de la Tierra. Mientras los Raoulon'ves se acercaban al alcance de
disparo, los rastreadores zumbaban sobre mi cabina. Jale mi caza hacia la izquierda, después otra vez hacia la derecha y me dirigí hacia
la base, esperando que pudiera llegar ahí, antes de que los Raulon'ves me estallaran en mil pedazos.

Llame a la Frecuencia de la Torre e hice una llamada rápida, "Torre Naval Kingsville, Shavetail Tres Cero Cinco esta a diez este del
campo a cincuenta pies. Tengo tres Dardos en mi cola y necesito asistencia.

Pise el timón derecho y jale la palanca duro hacia la derecha, girando hacia el lado, mientras disparos de cañón cruzaban la ala
izquierda del pobre entrenador. El Gozhawk tembló y escuche una serie de fueres golpes mientras la metralla golpeaba. Continué mi
giro, sabiendo que esta maniobra me estaba costando energía. Mi velocidad estaba descendiendo sostenidamente y sabia que tenia que
hacer algo drástico - tenia que intentar y espantarlos.

Los Raoulon'ves estaban acercándose a mí, rápidamente y en un movimiento desesperado para salir de la trampa en la que me
encontraba, jale alrededor en una vuelta de seis-G. Su pobre maniobrabilidad y su alta velocidad, obligo a los Raulon'ves a que salieran
de la vuelta y rápidamente invertí la mía, pasando justo en medio de los tres cazas verdes. Sin lugar a dudas, impactados por la
maniobra, los tres cazas se separaron en distintas direcciones para evitar chocar conmigo e inmediatamente me dirigí hacia la base. Los
pilotos de los tres cazas Zentraedi decidieron no empujar su surte mas y vi como se reunían lentamente y desaparecían detrás de mí,
hacia el este.
En ese momento, un solo Valkyrie salió del oeste y se unió a mi ala. Empece un lento ascenso, mis ojos buscando el cielo por mas
cazas. El piloto del Valkyrie levantó cinco dedos y yo presione el Botón Cinco.

"Mas vale tarde que nunca," llame, mi voz temblaba por la adrenalina.

"¿Esta bien? Esta perdiendo combustible," dijo, pasando debajo de mi caza. "Se ve muy mal, Tres Cero Cinco."

Mire mis medidores. "Estamos bien. Lo lograremos."

"¿Cómo esta su técnica de aterrizaje en terrenos cortos?"

"Bien. ¿Por que? ¿Le dieron a las pistas?" pregunté.

"Le dieron a todo. Solo hubo seis de nosotros que alcanzamos a enfrentarnos y eso era porque estabamos trabajando en el área de
disparo cuando atacaron. Creo que tendrá que saltar y flotar al suelo," comento, un poco despreocupadamente, para mi gusto.

"Lo considerare," dije, pensando agregando, "Sí, claro, como no."

"Estaré sobre usted y a la derecha. Avíseme antes si es que decide saltar."

"Correcto."

El piloto del Valkyrie se retiro inteligentemente de mí, manteniendo una distancia segura de mí. A tres millas, y a mil pies, recorrí mi
lista de aterrizaje y verifique que todo estuviera en su lugar. "Combustible. Bombas de combustible, encendidas. Alas, alerones, aletas,
timón. Gancho arriba. Tres verdes, no rojos, tren abajo y asegurado."

"Tengo tres verdes, ningún rojo aquí," indico el estudiante, verificando que nuestro tren de aterrizaje estaba abajo

Hice un pase lento sobre el campo, a través de nubes hinchadas de humo negro, buscando por la mejor sección de la pista que pudiera
encontrar. Mis medidores de combustible estaban volando sobre el tanque vacío y tenia que tomar una decisión rápido. La sección útil,
mas larga, de concreto estaba entre el borde y las marcas de los quinientos pies de la pista 13. Todo lo que estaba después de eso, era u
batidero de cráteres. Con un suspiro ajuste el arnés de mi hombro, lo mas justo que pude y le ordene a mi estudiante que hiciera lo
mismo. "Prepárese para la eyección de la cabina," llame, cerrando mi visor, antes de jalar la palanca de emergencia. La cabina voló del
pequeño entrenador y un frío aire me dio en la cara. "Quizás terminemos sin ruedas, Teniente. Cuando esta cosa se pare, salga y corra
como mil diablos," le dije, girando a la izquierda, hacia la pista.

"Si, señor," dijo.

"No se olvide de desabrochar su mascara antes de brincar fuera."

"Sí, señor."

Coloque los alerones hacia abajo y reduje mi velocidad a 100 nudos, la nariz apuntando hacia el cielo, el trompeteo sonando, mientras
ráfagas cargaban y liberaban el ala. Ore que el umbral desplazado, reservado para uso de despegue y traslado únicamente, pudiera
soportar el impacto de mi nave. Usando la orilla del concreto como mi punto de contacto, coloque el propulsor para ajustar mi ángulo
de descenso, entonces, con una precisión que solo se logra con practicas interminables, toque en la primera pulgada del umbral
desplazado. Apague la maquina en el momento que tocamos, y me coloque para pisar los frenos -no fue necesario. Como esperaba, el
impacto fue mas de lo que el pobre umbral podía soportar y el tren principal pasaron justo por el cemento. Sentí un traqueteo mientas
las llantas se rasgaron de sus anillos y trataron de rodar, entonces los ejes colapsaron y golpeamos el asfalto. El tren de la nariz se
soltó, poco después, golpeando ruidosamente contra la entrada derecha, a una cuantas pulgadas de mi cabeza -me sobresalte ante esto.

Patinamos por la pista, chispas volando y nos paramos en un cráter justo adelante de la marca de los quinientos pies. Inmediatamente
me desabroche del asiento de eyección, después brinque torpemente del avión, llamando a mi estudiante que se apurara. Él tenía
problemas con su mascara, pero finalmente se soltó y corrió para cubrirse. Trepamos por la pared del cráter y alcanzamos a subir y
salir, haciendo un maldito arranque para buscar la seguridad que solo la distancia puede proporcionar en esta situación.

Mi estudiante y yo esperamos por una explosión que nunca llego, y en su momento, reunimos el coraje para caminar hacia donde
descansaba el pobre T-45. Era una vista triste. La nariz estaba rota justo adelante de la cabina y el pequeño entrenador rojo y blanco,
tenia las cicatrices de fuego y agujeros de cañón. Me sentí mal por el avión en una extraña e infantil manera, como si tuviera
sentimientos.

"Buen trabajo, señor," dijo mi estudiante, palmeándome en la espalda. Realmente lo quería decir.
"Gracias," alcance a decir. "No fue un acercamiento estabilizado, pero di en el blanco," dije sonriendo. La regla numero uno en la
aviación es "nunca aterrices corto". Al menos es esa categoría había tenido éxito. "Cualquier aterrizaje del que puedas salir
caminando... o algo."

Con el fuego y humo arremolinándose casi exhausto, los cinco Valkyries que sobrevivieron el ataque, sobrevolaron buscando donde
aterrizar sobre las pistas llenas de escombros. Una brisa costera sopló el humo hacia nosotros, aunque no directamente hacia nosotros,
en poco tiempo, siete pilotos se reunieron para evaluar el daño. Todo lo que había alrededor era solo devastación y destrucción y no
podía mas que reír, Había algo increíblemente cómico sobre este gran tema de construir y reconstruir que permeaba mi vida. Estaba
feliz de estar vivo, pero empezaba a preguntarme se era como "El pequeño niño azul" del libro de primer grado "Azul Dilly Dilly". La
única diferencia notable que podía discernir era que la nube de lluvia que me seguía a todos lados, no contenía lluvia -solo destrucción.

Mientras miraba a mí alrededor, me di cuenta que iba a tomar mucho tiempo limpiar este desastre. Ciertamente mucho tiempo.
Parte X: Vectores
Capítulo 49 - Escuadron Suplente de la Flota

Las incursiones sobre las bases de entrenamiento de Corpus Christi y Kingsville resultaron ser devastadoras y las cabezas empezaron a
rodar. A la larga esto seria un beneficio para mí, aunque no lo sabia por el momento. El Comandante en Jefe, del Comando Central
Unificado, General de Infantería Greg Zinni y el Jefe Naval de Operaciones Aéreas, un Almirante gruñón llamado James Preston,
demandaron saber ante todo, por que nuestras bases estaban tan pobremente protegidas y como un enemigo pudo lograr meter un
ataque sobre nosotros tan fácilmente. Una extensa red de aviso temprano había sido instalada por todo el Río Grande en cooperación
con la Fuerza Aérea Estadounidense, Naval de Estados Unidos, Fuerza Aérea de la RDF, Naval de la RDF y la Armada de la RDF y
debía de haber visto todo lo que entraba en nuestra área. Pero demostró ser una falla y el Ala Cinco de Entrenamiento perdió mas de la
mitad de sus naves. Además, el asalto destruyó las pistas de aterrizaje en NAS Kinkgsville, así como la mayoría de los hangares y el
equipo de operaciones de soporte, vital para las operaciones continuas en ambas bases. Aun así, a pesar de nuestra pobre respuesta
defensiva ese día, muchas de las barracas sobrevivieron al ataque y las bajas fueron sorpresivamente bajas. Era mejor perder fierros
que sangre.

Dejando de lado la pobre defensa y el radar, nuestra área se creía estar bajo nuestro control total, negando la necesidad de una fuerza
grande de combate con propósitos defensivos –ese trabajo se suponía que lo manejaban unidades adelantadas, estacionadas en el sur de
Texas y México. Los problemas de logística abundaban mientras la RDF luchaba para remover a los Zentraedi de su punto de apoyo en
la costa occidental de los Estados Unidos. Aunque no teníamos la presencia militar para montar una ofensiva contra la región de
América del Sur dominada por Zentraedi, se había determinado que nuestras fuerzas eran suficientes para defendernos contra los
ataques montados desde ahí. Era claro por estos ataques que habíamos juzgado mal nuestra situación.

Las fuerzas militares en el sur estaban, de hecho, manteniendo una acción retenedora, mostrando una fuerza lo suficientemente grande
como para disuadir ataques directos contra nosotros. No solo esto permitía que el personal y las aeronaves en las bases de
entrenamiento se enfocaran en su misión primaria – entrenar equipos aéreos- pero proporcionaba a los lideres del Comando Central
Unificado la flexibilidad de enviar recursos ofensivos a otras áreas. El plan funcionaria mientras las fuerzas Zentraedi en América del
Sur continuaran jugando el mismo juego de espera. Los ataques a las bases de entrenamiento nos demostraron que este ya no era el
caso. Cambios rápidos tendrían que ser realizados para poner en orden a la región y nuestros comandantes empezaron a agitar las cosas
para lograr este objetivo.
Bajo la dirección del General Zinny y el Almirante Preston, una masiva reestructuración de fuerzas empezó a tomar lugar. Una Ala
Aérea de Marina y el portaaviones "Neptuno" fueron enviados a Argentina para asistir en la toma de control de la región. Un segundo
portaviones fue enviado a la costa occidental de Nicaragua, con un tercero esperando ser enviado a América del Sur o a la costa
occidental de América del Norte. Antes de que iniciara el esfuerzo intenso para reconstruir, reabastecer y retripular las dos bases de
Texas del Sur, el Almirante Preston ordeno que se asignaran tres escuadrones Veritech y un batallón de Destroids a cada base, con la
tarea de proteger el sector de Texas del Sur. Aun más, hasta un tercio de los pilotos instructores estacionados en ambas bases de
Hábeas y Kingsville podrían ser asignados a estas unidades de reciente formación, si fuera necesario.

La producción de cazas todavía no estaba de regreso a sui capacidad antes del Holocausto y el compromiso de fuerzas a los puntos
rojos Zentraedi en América Central y del Sur, Canadá y el Oeste de los Estados Unidos, obligaba la reubicación de docenas de
escuadrones Veritech de áreas a todo lo largo de la parte sur de Norteamérica. Para poder cumplir los requerimientos del General
Zinni, sus comandantes tuvieron que jalar mas escuadrones de áreas que realmente no podían estar sin ellos. Esto estiraba sus defensas
demacradas a un punto más delgado de lo que ya estaban y en un corto tiempo, esto seria muy costoso para la mayoría de nosotros. No
había a quien culpar por esta eventualidad –era que así salieron las cosas. El General Zinni se convertiría, sencillamente, una victima
de la circunstancia.

Ahora había mas instructores que aviones, por un amplio margen y pasaría cierto tiempo antes de que llegaran las naves de reemplazo.
El "Exceso en capacidad de pilotos" seria mejor utilizado en otras áreas. El 24 de Octubre de 20012, mi nombre estaba en la lista de
transferencia, con ordenes de reportarme al recién formado grupo de VF-94 "Seacats" en la RDFNAS Hábeas Christi, como el Oficial
Ejecutivo del Escuadrón, después del repetitivo entrenamiento con la Flota del Escuadrón de Reemplazo (FRS) Seis. Brinque de gusto
cuando leí los documentos. ¡Finalmente podía salir del purgatorio! Podía finalmente regresar a donde pertenecía –detrás de los
controles de un caza, no en los de un maldito entrenador de baja potencia. Que maravilloso día era para mí.

Con un corazón lleno de placer, empaque mis bolsas y tome un vuelo en el primer VC-33 a Corpus que pude encontrar. Tenia que
reportarme al FRS, VF-6 "Los Osos Hormigueros," para recibir entrenamiento, después era de regreso a los cazas una vez más.
Me reporte con el VF-6 y empecé inmediatamente a trabajar. Debido a mi experiencia con el Valkyrie, un curso abreviado fue creado
para calificarme rápidamente. Como un veterano de combate, el entrenamiento en destreza de armas no fue considerado de
importancia primaria y solo recibiría un tratamiento de curso. Ya estaba calificado en operaciones VTOL y en el uso de ordenamientos
del Valkyrie aire-aire y en vacío. Eso me dejo a operaciones de aire-tierra y portaaviones convencional. El gran empujón iba a ser
pasarme por la Calificación Portaavión o "CALPOR" y enviarme a mi escuadrón tan rápido como fuera posible para enviarme al mar.
El entrenamiento aire-tierra podía ser manejado "a domicilio" con mi escuadrón, sin importar donde estuviera, pero CALPOR era vital.

Normalmente, se pasaban las primeras seis semanas sin hacer nada as que entrenamiento de armas y Practicas de Aterrizaje en
Portaaviones en Tierra (PAPAT) en la nave que iba a ser usada en el destacamento. Durante el PAPAT, los procedimientos de
operación en portaaviones son taladrados en la cabeza. Los pilotos hacen acercamientos de precisión hacia un "portaaviones" pintado
en una pista, y los errores eran identificados y corregidos ahí en lugar de la nave verdadera. Esto es muy importante, ya que aterrizar en
una cubierta de vuelo mecienta es realmente la tarea más difícil en el mundo, una en la que el más mínimo error puede ser mortal.
También, antes de que un piloto pueda ir al "bote", tiene que tener un mínimo de cincuenta horas en forma, y para esto el PAPAT
servia para cumplir este requerimiento también. Dado que mi tiempo de vuelo en el Valkyrie pasa por mucho el mínimo, yo podría
intentar el bote tan pronto como terminara exitosamente PAPAT.

Antes de que nosotros tocáramos un avión, pasamos dos días de estudio intensivo en operaciones de portaaviones y aerodinámica.
Mientras pasábamos a través de nuestro entrenamiento, nos mostraban cientos de videos de aviones acercándose a los portaaviones,
tanto de dentro de la cabina como de varias posiciones de la nave. La primera docena de acercamientos fueron inexitosos por una razón
u otra: un Valkyrie golpeando la rampa en la popa de la nave y explotando, un Dragon aterrizando duro, ocasionando una falla en el
puntal del engranaje principal que lo envio por el otro lado y hacia el océano, el gancho del Valkyrie que atrapo el cable y después se
giro, permitiendo que el caza se deslizara hasta el final de la cubierta sin suficiente velocidad para volar. Estos videos, algunos
mortales, nos recordaba a nosotros la importancia de un acercamiento preciso al portaaviones y nos grabamos en el corazón toda esta
información.

Las tomas dentro de la cabina fueron desde la perspectiva del piloto y nos proveía con una representación grafica de cómo se vería una
aproximación apropiada. Nuestro instructor nos mostró las distintas características del HUD y como interpretar la información cuando
aterrizamos en la nave. Aunque la mayoría de esta información ya era conocida, era una buena revisión y nos ayudo a reforzar aquellas
cosas que se supone debemos saber.
En el lado izquierdo del HUD esta la Caja de Velocidad de Aire y en la derecha el Altímetro y el Indicador de Velocidad Vertical. La
"Escalera de Inclinación", la cual corría verticalmente en el centro del HUD, mostraba el nivel de inclinación de la nave en
incrementos de diez grados desde el nivel de vuelo (cero grados) a vertical (noventa). Los niveles de inclinación sobre el horizonte se
mostraban con una línea sólida, mientras que los niveles debajo se mostraban con una línea punteada. Con el tren de aterrizaje abajo,
una pequeña W, o marca de agua, aparecía en el centro del HUD. Esta línea imaginaria de orientación mostraba hacia donde apuntaba
la nariz del avión y era independiente de su ruta de vuelo. La ruta de vuelo actual estaba mostrada por una pequeño símbolo en forma
de avión conocido como "Vector de Velocidad". Si el vector de velocidad estaba sobre el horizonte, el avión estaría al nivel de vuelo.
Si estaba arriba del horizonte, el avión estaba ascendiendo y si se colocaba debajo del horizonte, el avión estaba descendiendo.

El vector de velocidad y la marca de agua son independientes debido a que la ruta de vuelo de la nave no siempre es igual a su nivel de
inclinación. La cantidad de empuje que produce una ala es muy dependiente de la velocidad y del Angulo de Ataque (ADA). El ángulo
de ataque es la diferencia entre la cuerda de la ala (una línea imaginaria desde la punta delantera hacia la punta trasera) y el viento
relativo. Para una velocidad dada, un ángulo de ataque mayor genera mas empuje (hasta que el ADA critico se alcanza, en este punto
la ala deja de producir empuje y queda varada) así como más lastre inducido. Por el contrario, para un ADA dado, una velocidad mas
alta genera mas empuje y una cantidad de lastre parásito.

Una nave manteniendo el nivel de vuelo a su mínima velocidad esta generando el lastre total máximo (máximo lastre inducido y
mínimo lastre parásito) porque la nariz esta apuntando hacia arriba y su velocidad es baja. Una nave volando a su máxima velocidad
esta generando su lastre máximo (mínimo lastre inducido y máximo lastre parásito), debido tanto a las distintas antenas localizadas
alrededor como la forma básica de la nave rompiendo el aire a altas velocidades. Así, asumiendo que la nave esta manteniendo su
altitud, esta creando la misma cantidad de lastre tanto a máximo y mínima velocidad. Para lograr lastre máximo se requiere empuje
máximo en ambos casos.

Cuando la nave esta a su velocidad mínima, se considera que esta en la "parte trasera de la curva de poder" en el área de "comando
inverso" (p.ej. inclinar hacia arriba te ocasionara descender, no subir). Esto es considerado un punto malo ya que no hay impulso
adicional disponible para mantener el avión volando si la velocidad desciendo y/o el factor de carga o el ángulo de ataque se
incrementa. Si cualquiera de esas cosas ocurren, el avión tendrá que perder altitud para mantener el flujo de aire sobre las alas, de otra
manera se detendrá. Un final rápido, a baja altitud caer en la parte trasera de la curva de poder usualmente termina en un choque
espectacular y los pilotos son advertidos de estar fuera de esa posición a toda costa.
Para los acercamientos de precisión por instrumento, el HUD muestra las familiares agujas ILS, las cuales proporcionaban ruta de
planeo e información de alineación. Si el vector de velocidad estaba centrado sobre el punto donde las dos agujas se cruzaban, el piloto
estaba en curso y en ruta de planeo. Las correcciones se hacían simplemente "volando" las agujas. Si las agujas estaban arriba y a la
derecha del vector de velocidad, el piloto estaba bajo y a la izquierda de la ruta de acercamiento. Una ligera corrección hacia arriba y a
la derecha colocaría al avión en curso y en ruta de planeo. El HUD también mostraba el ángulo de banco, dirección magnética, fuerza
de inercia y miles de otras características relacionadas con la navegación y entrega de armas. Toda esta información era familiar para
mí y para el segundo día, estaba masticando la punta del lápiz, deseando empezar a volar.

Había doce pilotos en mi clase, no conocía a ninguno de ellos y ninguno de ellos era un veterano de combate. Aunque atendimos las
mismas sesiones escolares de Sistemas aéreos y Desempeño, Manejo de Armas y Operaciones en Portaaviones, nuestro entrenamiento
en el aire demostró ser un animal completamente diferente. Mi instructora, LCDR Lori "Steffi Graf" Traina, era una mujer alta y
esbelta con una bella sonrisa y una brillante personalidad. Con el cabello rubio arena y un cuerpo que hacia tus ojos agua (ella era
realmente muy bella), ella parecía una imagen exacta de la famosa tensita alemana de los 1980s y 1990s, Steffi Graf, solo que más
bella. El C.O. del VF-6, su especialidad era pasar a la gente "por el tubo". Si alguien necesitaba ser entrenado rápidamente, LCDR
Traina era la mujer para el trabajo.

Mientras subía la escalera y pisaba el cojín del asiento de eyección delantero antes de mi primer vuelo, mire a mí alrededor hacia las
otras naves estacionadas en el piso de concreto y red de acero. No podía empezar a expresar el gusto que sentía de estar de regreso en
una cabina de Valkyrie una vez más. Este era un avión de verdad. Después de completar la lista de preparación arranque las maquinas,
recorrí la lista y salí hacia la pista activa. Mientras rodábamos, con la cabina abierta, pasando los otros cazas en la rampa, baje el visor
entintado de mi casco e hinche mi pecho orgullosamente. Casi estaba en casa otra vez.

La torre me llamo para "colocar en posición y espera." Había trafico al final que necesitaba aterrizar y limpiar la pista antes de que
pudiera despegar. Después de una corta espera, el controlado me dio permiso, y empuje los propulsores a potencia militar. La caja de
velocidad en el HUD leía treinta y cinco nudos mientras empujaba los propulsores hasta la marca de sobre marcha. El empuje en la
espalda cuando los propulsores aceleraban era como éxtasis y en unos momentos las ruedas dejaron de tocar el suelo. Acelere mas y
sonreí mientras el terreno arenoso y abrasado se reducía atrás de mí –las cadenas de la Tierra ya no me ataban.

El sol de la tarde se movía lentamente detrás de nosotros mientras giraba mi Valkyrie en una vuelta suave de 180 grados a la derecha,
apuntando en la dirección del área de practica en ultramar hacia el este. Nosotros alcanzamos la línea costera en poco tiempo. Una vez
alcanzada, y sin perder la oportunidad. Una vez 50 kilómetros en el mar, jalé el Valkyrie hacia el cielo. Giros, vueltas, frenos,
reversibles. Por veinte minutos perfore agujeros enormes en el cielo. ¡Era libre otra vez!

Como todas las cosas buenas, mi juego pronto llegó a un fin y era hora de ir a trabajar una vez más. El plan para las primeras dos
vueltas se centraban en el vuelo de precisión. Vuelo lento, maniobras a velocidad constante y los ascensos y descensos a un radio
constante fueron enfatizados, siendo un maestro y evaluador el año pasado, era, al principio, desconcertante estar "en el otro lado de la
mira." Estaba sorprendido, sin embargo, de que bien volaba el Valkyrie. Claramente, todo el tiempo pasado en enseñar y calificar a los
estudiantes me había ayudado a manejar mi avión con una mayor finura que jamás hubiera imaginado posible.

Para mi tercer vuelo, Steffi empezó a construir basándose en la información aprendida en la escuela de tierra y las maniobras
practicadas en el avión los dos vuelos previos. Lo que siguió fue una serie de vuelos para llevarme al punto en los sistemas utilizados
para los acercamientos a portaaviones.

La dificultas de aterrizar un avión en un punto del tamaño de una cancha de tenis mientras surcando el cielo a 150 nudos no puede ser
sobre enfatizado. Llevar una nave táctica a bordo de un portaaviones es una lección de precisión, y una atrapada exitosa es totalmente
dependiente de la administración simultanea de tres factores: Alineación, Nivel de Inclinación y la Velocidad / Ángulo de Ataque.
Hecha a perder cualquiera de esos tres elementos y los resultados pueden ser mortales. Aterriza muy alto o muy rápido y el gancho no
agarra los cables, viaja muy bajo o muy lento y te voltearas en la rampa y morir en una bola de fuego y acero derretido, muy lejos a la
derecha y te incrustas contra la isla de la nave o con aviones estacionados y muy a la izquierda significa que te sales por un lado. Los
pilotos navales son entrenados para hacerlo correctamente la primera vez, porque aun algo tan benigno como que un gancho brinca los
cables se puede convertir en algo mas que una volcadura sobre el patrón de amarre, especialmente cuando hay mal tiempo, sin
combustible o si alguna otra emergencia entra en la foto. La línea entre un aterrizaje exitoso y un ataúd relleno de seda o una buena
nadada es, de hecho, muy fina.

El control del nivel de inclinación es mantenida usando el Sistema de Aterrizaje Óptico Fresnel, localizado en el lado izquierdo de la
nave, a la derecha del punto del número tres que agarra el cable. Conocido como la "Bola", el Sistema de Aterrizaje Óptico fue
cubierto con mucho detalle durante la instrucción en tierra. Aunque estaba familiarizado con el dispositivo en operaciones de espacio,
usando uno en la atmósfera era, en varias maneras, más difícil. Un dispositivo sorprendentemente simple, la Bola proporcionaba
información precisa del nivel de inclinación a un piloto que se aproximaba. Estabilizada con pernos y giroscopicamente y sumando los
movimientos de la nave, la Bola proyectaba un nivel de inclinación de 3.5 grados que era la línea vital del piloto desde 1 kilómetro
hasta el aterrizaje. Una fila vertical de cinco lentes rectangulares de colores (los cuatro primeros eran amarillos, el de abajo rojo) se
apilaban entre una fila de luces horizontales verdes que proyectaban un haz redondo, o "albóndiga" para el piloto. Si la albóndiga era
amarilla en color y colocada sobre las luces rojas, el piloto estaba muy alto en el nivel de inclinación. Si la albóndiga estaba amarilla y
debajo de las luces verdes, el piloto estaba ligeramente debajo del nivel de inclinación. Si la albóndiga era roja, el piloto estaba
extremadamente bajo y un incremento de potencia era necesario para evitar golpear la rampa. Y como decía el adagio, "Si esta rojo,
estas muerto."

Para maximizar las oportunidades de que el gancho de agarre tome un cable, un avión debe de volar en un ángulo preciso. Para lograr
esto, el piloto se apoya en el Indicador del ángulo de Ataque (ADA) (colocado en el lado extremo izquierdo del portaaviones), este era
el principal instrumento usado para mantener la optima velocidad de aterrizaje de la nave con relación al peso neto. Con una tolerancia
de mas, menos un nudo, el indicador ADA tenia tres indicaciones: en velocidad, lento y rápido. Una indicación en velocidad resultaba
en una dona ámbar en el centro del indicador, un galón verde apuntando hacia abajo mostraba una condición lenta, y un galón rojo
apuntando hacia arriba indicaría que el avión iba muy rápido. Controlando cuidadosamente poder y altitud, el avión puede bajar en la
cubierta en el ángulo correcto, tomar un cable y ser jalado para detenerse.

El Control de Ascenso Directo (CAD) y el Compensador de Potencia de Acercamiento (CPA) eran las ultimas piezas de equipo que
aprendería. Aunque no era requerido para realizar un aterrizaje exitoso, hacían las cosas un poco más fáciles para el piloto. "El Control
de Ascenso Directo" era una descripción elegante para los alerones localizados en lo alto de la ala. Los alerones rectangulares que
corren a lo largo, con las bisagras hacia la punta delantera de la ala, alerones para reducir el ascenso, que cuando están abiertos,
interrumpen el flujo de aire sobre la ala y son usados, comúnmente para asistir a los alerones para girar el avión. En la completa
posición de barrido los alerones del Valkyrie son completamente inefectivos y el control de giro es controlado casi por aerodinámica.
Moviendo la palanca a la izquierda y los alerones en la izquierda se abren. Esto destruye el ascenso y la ala izquierda baja, haciendo
girar el avión a la izquierda. A la inversa sucede lo mismo.

En el modo de Ascenso Directo, los alerones son abiertos simétricamente en las dos alas, permitiendo al avión descender a un radio
más rápido sin incrementar la velocidad. Un botón en la palanca permite al piloto extender los alerones como sea necesario para ajustar
su posición en el nivel de descenso. Generalmente, un piloto de Valkyrie baja al suelo con los alerones abiertos a diez grados (la
posición neutral). Presionando el botón en la palanca havia abajo, ocasiona que se cierren los alerones. El incremento de ascenso
resultante ocasiona que el avión se eleve en el nivel de ascenso. Inversamente, presionando el botón hacia arriba ocasiona que los
alerones se abran y el descenso en empuje ocasiona que el avión descienda en el nivel de ascenso. Esto permite correcciones muy
precisas en la ruta de vuelo cuando uno se aproxima al portaaviones.
El Compensador de Poder de Acercamiento, era simplemente un propulsor automático. Para un rango de altitud especifico, la
computadora de vuelo mantendría la velocidad de vuelo optima y el ángulo de Ascenso dado el peso de la nave, así maximizando las
oportunidades de tomar un cable. Un beneficio adicional era un descenso en la carga del piloto. Aunque la mayoría de los pilotos
preferían realizar sus descensos manualmente, el auto-propulsor era a veces una bendición, incluso para esas almas intrépidas.

Nuestro campo FCLP "Rebote de Práctica" estaba localizado en la larga isla costera, a 40 kilómetros al norte de RDFNAS Corpus
Christi. Un Sistema de Aterrizaje Óptico portátil estaba localizado en el lado izquierdo de la pista activa, el cual usualmente corría de
oeste a este hacía el prevalente viento marino. Pintado con las líneas y marcas de un portaaviones, completo con siluetas de aviones
estacionados, el Campo de Práctica estaba constantemente en uso mientas los pilotos de las bases de entrenamiento próximas y los
escuadrones de reemplazos aprendían o reaprendían el fino arte de aterrizaje en portaaviones bajo el ojo avizor de un Instructor Oficial
de Señales de Aterrizaje.
"Barrido del viento esta en automático, gancho en posición, mi arnés esta puesto, ¿Cómo esta el tuyo?"

Jalé sobre los tirantes de los hombres para asegurarme que estuvieran seguros. "Arneses listos."

Con Steffi detrás de los controles, salimos hacia el lado derecho de la pista a 300 nudos con dirección al este, 300 metros sobre la playa
arenosa. Mientras cruzábamos la línea de la playa y sobre las olas del Golfo de México, ella quebró en una vuelta a la izquierda de 3G.
Extendiendo los frenos de poder durante la vuelta para frenarnos a 250 nudos, entramos a un brazo para nuestra primera aproximación
a la "nave". Mientras frenábamos, sentí un ligero cambio en el asiento de mis pantalones y mire sobre mi hombro para ver las alas
moviéndose hacia delante para el vuelo a baja velocidad.

"Dos-cinco-cero nudos, tren abajo, en transito... uno, dos, tres verde, no rojos, tren abajo y asegurado. Tableros, alerones, timón,
gancho," llamó ella. "Radar de Altura esta encendido, potencia encendida, buscando dos-cero-cero nudos. APC esta apagado. Barrido
de ala en automático. DLC esta encendido. Estabilizado, dirección dos-siete-cinco. Velocidad es uno-cuatro-cero nudos con siete mil
libras de RM."

Cambie mi vista hacia delante y atrás entre el HUD y la pista. Una pequeña W aparecía en el centro del HUD indicando la marca de
agua de nuestro Valkyrie y un símbolo de forma de llave ( [ ] apareció en el centro del HUD, como 10 centímetros sobre el vector de
velocidad. Conocido como la "Llave de ángulo de Ataque", era otra señal para ayudar al piloto en estabilizar la altitud de aterrizaje
apropiada. Si el avión estuviera en velocidad, el Vector de Velocidad estaría en el centro de la llave del ADA. Como la llave estaba
sobre el Vector de Velocidad, entonces íbamos rápido. La velocidad aérea en el lado izquierdo del HUD indicaba "200". Junto a esta,
el ADA indicaba un galón rojo. Los tres instrumentos coincidían en que íbamos rápidos mientras el umbral de la pista pasaba mi
hombro izquierdo.

"Dos-dos-cinco, atravesando," indicó Steffi al LSO.

"Dos-dos-cinco, entendido. Prosigan," contestó.

"Tres verdes, no rojos, tren abajo y asegurado," dijo otra vez, "Muy bien teniente, aquí vamos. Como a los ocho o diez segundos a
favor del viento después de la rampa, gire treinta grados hacia la izquierda. La potencia redúzcala a setenta por ciento y bajamos la
velocidad de vuelo. Usted debe de tener las tres llamadas al tren hechas para ese entonces. Tres verdes, no rojos, tren abajo y
asegurado. En el punto de los noventa grados, deshebra descender a los 400 pies sobre el nivel del suelo," me iba narrando mientras
realizaba las acciones. "Haré un rápido vistazo a la bola ahora," dijo.

Mientras observaba, el Vector de Velocidad y la Llave ADA empezaron a juntarse una con la otra, mientras la caja de velocidad
empezaba a descender. Mire sobre la izquierda y vi la bola, entonces regrese a mirar el HUD.

"Una vez que tenga la bola a la vista, no mire a ninguna otra cosa."
La mire otra vez y vi como se acomodaba, un punto arriba en el indicador de elevación mientras girábamos, en dirección a nuestro
curso de aproximación de cero-nueve-cinco grados.

"Dos-dos-cinco, esta a tres cuartos de milla, llame a la bola," solicito el LSO.

Steffi contesto inmediatamente, "Valkyrie, Bola. Siete punto Dos."

"Correcto, Bola."

"Estamos ligeramente altos, así que soltare los alerones un poco," dijo.

En el asiento de mis pantalones, podía sentir como se ajustaba el Valkyrie ligeramente. La bola ce centro perfectamente con las luces
de datos verdes. El indicador ADA estaba justo en el blanco, mostrando una dona verde. Mientras nos acercábamos mas a la orilla de
la pista cambie mis ojos a los umbrales de aterrizaje.

"No veas la pista," ordeno, "y no persigas la bola tan cerca o vas a aterrizar duro."

Sus palabras me sobresaltaron. Ella estaba leyendo mis movimientos antes de que yo los reconociera. Mis ojos regresaron a la bola
justo a tiempo para verla empezar a acomodarse. Con un golpe irritante golpeamos la pista de concreto. Steffi retracto los tableros,
cerro los alerones y empujo el propulsor al alto en un solo movimiento. Aceleramos en el aire una vez más.

"Ese fue quizás un pase '4.0 OK'. 'Desviaciones razonables con buenas correcciones.' Tiene los controles, Teniente. Vamos a darle un
intento. Puede usar el DLC y el APC. Le mostrare la manera fácil primero, después la difícil al último."

Levante una ceja mientras tomaba la palanca y la meneaba. "Tengo los controles de vuelo." ¿Mostrarme la manera fácil primero? ¿Qué
diablos...?

Jale la potencia a ochenta por ciento y mire la velocidad alcanzar los 275 nudos. Me quebré a la izquierda para entrar a favor del viento
dirigiéndome a dos-siete-cinco grados. Presionando los tableros espere que la velocidad descendiera a 250 nudos, después levante el
avión.
"Velocidad de barrido en automático, manteniendo el gancho. Alas... están extendidas...," dije, mirando rápidamente sobre mis
hombros. "Tableros, alerones, timón," continuaba, mirando rápidamente alrededor del avión para verificar visualmente que estaba
configurado apropiadamente. "Tren abajo, en tránsito... tres verdes, no rojos, tren abajo y asegurado. Arnés en posición, ah, Radar de
altura encendido, potencia al ochenta por ciento, manteniendo el APC. DLC encendido, buscando los dos-cero-cero nudos con siete
mil libras de gas," titubeaba por la lista memorizada de aterrizaje como si fuera un novato. Realice una mirada rápida el centro del
MFD por cualquier punto rojo. Todo en la lista estaba en verde y eso significaba que el Valkyrie estaba configurado para aterrizar.

"Tren abajo, uno, dos, tres verdes, no rojo. Tren abajo y asegurado." Mirando hacia la izquierda vi que estábamos sobre la área de
aterrizaje y llame al LSO. "Dos-dos-cinco encima," indique, jalando los propulsores un par de centímetros.

"Dos-dos-cinco. Entendido. Prosiga," respondió.

Conté hasta diez, después gire en una ángulo de treinta grados hacia la izquierda, bajando la potencia a setenta por ciento, mientras lo
hacia. EL indicador de velocidad empezó su descenso fijo hacia la velocidad requerida. Hice una revisión final del tren mientras
alcanzaba el punto de noventa grados de la vuelta, y busque por la bola.

"Recuerde, la velocidad es uno-cuatro-cero con el DLC," me recordó Steffi.

Empuje los propulsores hacia arriba y después hacia atrás un cabello para mantener los 140 nudos. En modo de Control Directo de
Ascenso (DLC), la posición neutral de los alerones de diez grados destruye algo del ascenso generado por la ala. Esto ocasiona un
radio de descenso mas alto y un ángulo mas pronunciado aun sin manipular el sistema. Por lo tanto, por seguridad y para mantener el
ángulo de descenso apropiado, llevábamos unos diez nudos extras con el DLC encendido.

Presione el botón del APC a la posición de encendido y sentí las turbinas frenarse y encender otra vez mientras la computadora de
vuelo intentaba restaurar algo de estabilidad a mi aproximación. Después de unas correcciones menores, el indicador de ADA me
mostró una dona amarilla. La bola me indico que estaba bajo y descendiendo. Libere la palanca hacia atrás –repentinamente olvidando
sobre el DLC- para contrarrestar mi descenso, y sentí como el APC daba un toque de poder para mantenernos en velocidad. Estaba
ligeramente a la derecha mientras llegábamos al modo y me sentí sobrecargado –parecía que había muchas cosas que cuidar.

El LSO se comunico con la familiar llamada "En modo". "Dos-Dos-Cinco, estas a tres cuartos de milla, llame la bola."
"Valkyrie, Bola. Siete punto cero," conteste, sabiendo que mi acercamiento se estaba dirigiendo al infierno en una canasta.

"Correcto, Bola," dijo. "Está bajo. Alinéese a la izquierda."

"Use el DLC, Jake," dijo Steffi, tranquilamente.

Presione la palanca del DLC cerca de los alerones y gire suavemente a la izquierda. La Bola detuvo su descenso y empezó a elevarse
hacia las luces verdes. Hice lo mejor para anticipar el comportamiento de la Bola y libere el control del DLC, regresando los alerones a
su posición neutral, Estaba un poco tarde y deje la Bola medio alto. Decidí dejarla ahí.

"Ligeramente alto," dijo el LSO. "Prosiga con el curso."

Mientras nos acercábamos rápidamente a la "nave". Resistí a la urgencia de mirar al área de aterrizaje. Golpee una pequeña columna
de aire descendente y la bola descendió rápidamente debajo de las luces DATUM. Jale la palanca hacia atrás y después hacia adelante
y escuche como el APC aceleraba las turbinas para mantener nuestra velocidad. Había sobre compensado la bajada y no había
corregido el ascenso suficientemente rápido y flotamos. Íbamos a cruzar el umbral muy alto.

"Dos-Dos-Cinco, aborte, aborte. De la vuelta,"ordeno el LSO.

"¡Maldición!" Sisee en mi mascara mientras retraía los alerones, tableros y tren de aterrizaje, al mismo tiempo que agregaba potencia
completa para dar la vuelta. "Alerones subiendo. Maldición. Lo perdía el final, Steffi."

"Esta bien. A todos les pasa. Es muy diferente aquí afuera que en el simulador. ¿Cierto?"

"Si, así es."

"Muy bien, toma un respiro y volvamos a intentarlo. Esta vez lo intentaremos sin el DLS y sin el APC. Vas a tener que aprender a
manejar por instinto ahora. Recuerda. Recuerda, haz las correcciones que necesitas, retíralas y luego agrega lo que necesitas para
mantener lo que necesitas. Solo tienes que sentir tu manera en el modo," dijo tranquilamente.
Su voz era ten hermosa, tuve una visión momentánea de recargar mi cabeza en su regazo mientras ella acariciaba mi cabello.
Inmediatamente me sentí avergonzado de hacer eso. ¡Deja de jugar y vuela el avión, hombre! Pensé. ¡Muestra ese brío!

Una vez mas entre la ruta y eleve el avión, dejando apagados el APC y el DLC. "Tren abajo, uno, dos, tres verdes, ningún rojo. Tren
abajo y asegurado." Llame al LSO. "Dos-Dos-Cinco, en ruta."

"Correcto, Dos-Dos-Cinco. Prosiga," el LSO contesto.

Doce segundos en la ruta. Otra llamada mientras me dirigía a la "nave". Una tercera llamada mientras buscaba la bola. No la
encontraba en ningún lado. "Estoy alto,"dije, reduciendo algo de potencia para descender.

"Recuerda, la velocidad es uno-tres-cero son el DLC," me recordó Steffi.

Levante la nariz ligeramente, reduje el poder ligeramente y disminuí mi velocidad a 130 nudos. Estaba sobre el lugar, luchando para
volar con decisión mientras mantenía un acercamiento suave y estabilizado. Estaba fallando miserablemente.

"Dos-Dos-Cinco, estas a tres cuartos de milla, llama la bola," dijo el LSO.

"Dos-Dos-Cinco, Valkyrie, Bola, siete punto cero, Manual," llame, indicando que no estaba usando el DLC ni el APC. Podía ver las
luces verdes, pero la Bola no estaba en ningún lado que se pudiera ver.

"Correcto, Bola. Estas alto."

El "lento" galón verde apareció en el indicador AOA y empuje la nariz hacia delante para ganar velocidad. La Bola reapareció en la
parte alta de las lentes y se deslizo rápidamente hacia abajo "¡Maldición!" Exclame, empujando bastante empuje mientras el LSO
escupía ordenes más rápido de lo que podía reaccionar a ellas. Había puesto mucho empuje. Mi velocidad cayo al infierno y la Bola
subió mas arriba de las luces otra vez.

"Estas alto. Estas rápido."


Jale hacia atrás el propulsor y mantuve constante la caída, entonces agregue mas poder para contrarrestar el descenso que había
iniciado. Las turbinas del Valkyrie gimieron mientras la Bola descendía de regreso hacia las luces de datos y mientras cruzaba el
umbral estaba en la velocidad y un punto arriba en el visor de descenso. Era un milagro.

¡Crunch! Justo en el punto del cable número cuatro. Limpiar, acelerar y de regreso al aire. Mire sobre mi hombro mientras el asfalto de
la pista quedaba detrás y a mi derecha.

"Ese será un '2.0 Sin Grado,' Jake. Debajo del promedio, pero un pase seguro." Indico Steffi desde el asiento trasero.

"Correcto," conteste, bajo mi respiración trabajosa. Cualquier duda sobre el esfuerzo requerido en aprender a volar sobre un
portaaviones fueron instantáneamente borradas entonces y aquí.

"Seiscientos pies. Inicia tu descenso, Jake," indico ella.

Gire hacia la izquierda y empecé otro acercamiento. Este, también, fue algo menos que estelar y me sentía como un pescado fuera del
agua durante el resto de la sesión de practica. Durante casi una hora, el proceso se repitió, una y otra vez, y logre realizar un total de 10
intentos en el día. Cada uno era tan difícil como el anterior y rápidamente me di cuenta de que no exageraban la dificultad en aterrizar
en un portaaviones. Mi calificación promedio (GPA) fue menor a 2.0 para el primer día. Claramente, el aterrizaje de emergencia que
había realizado n el Cronos era menos un testamento a mis habilidades que un triunfo a la mente alborotada. Aun así, no había
permitido que mi mal desempeño me intimidara, sabia que mi técnica de aterrizaje mejoraría. Después de todo, iba a tener mucha
practica.

Y practica así fue. Las siguientes dos semanas estuvieron cargadas de tres sesiones de practicas al día, y de ocho a diez intentos
durante cada sesión (casi un tercio de mis sesiones de practica se realizaron en la noche). Al final del segundo día, estaba exhausto. La
concentración requerida era enorme y me preguntaba como iba a soportarlo otros doce días.

Como era de esperarse, mi desempeño mejoro con cada sesión y para el tercer día esta en posición para obtener mi primer grado "4.0
OK". Mientras me dirigía al paraíso, todo se veía bien. La bola estaba justo donde debía de estar, la dona de velocidad estaba
iluminada y estaba alineado justo en la línea central. A un cuarto de milla de la pista podía ver que mi descenso iba a ser grandioso y
anticipaba la felicidad de un buen acercamiento.
"Levanta el vuelo, regresa, Jake," llamo Steffi en mis oídos.

Estaba paralizado y un poco confundido, mientras agregaba potencia y me daba la vuelta. "¿Qué paso?" pregunté, mientras mi
Valkyrie aceleraba hacia el cielo de tono naranja.

Solo escuche dos llamadas del tren. Quiero tres."

"¡Maldición! ¡Hice tres!" proteste.

"No, hiciste una en el descenso y una en la vuelta."

"¡Rayos! ¡Ese era un perfecto pase! ¿Por que lo arruinas?" era como un niño al que le habían quitado su paleta. "¡Maldición! Ese
hubiera sido un pase 4.0..."

"Bueno, la próxima vez haz tres llamadas del tren."

No dije nada y continué mi practica con una notoria mueca en mi cara. Me asegure de hacer las tres llamadas en cada vuelta, pero mis
acercamientos no fueron muy buenos. Mi cabeza caliente estaba afectando mi desempeño y esa no era manera de comportarse de un
oficial. Me esforcé para dejarlo atrás. La siguiente tarde, en mi ultimo acercamiento del día, otro pase "4.0 OK" estaba al alcance.
Mientras me acercaba a la nave me asegure de no dejarlo escapar, anunciando rápidamente, "Tres-verde-no-rojo-tren-abajo-y-
asegurado. Tres-verde-no-rojo- tren-abajo-y-asegurado. Tres-verde-no-rojo-tren-abajo-y-asegurado. Esas fueron tres llamadas al tren,
el tren esta abajo y asegurado."

Steffi se rió fuertemente en el asiento trasero y sonreí. La bola se mantuvo en su posición y volé un perfecto pase.

"¡Buen trabajo!" indicó, estirándose alrededor del respaldo de mi asiento para darme una palmada en el hombro. "Llévanos a casa."

Sonreí y me dirigí a la base, sintiéndome mejor que nunca sobre mis habilidades. Finalmente estaba empezando a tener el instinto de
"Volar por Bola" y después de algún trabajo de esfuerzo en acercamientos a una turbina, Steffi me dejo hacer mi primer solo en el
quinto día. Ella tomaría la posición del LSO, guiándome para trabajar en buenas y malas.
Nunca dejo de impresionarme. Como todos los LSOs, ella estaba siempre delante de los pilotos en el patrón, conociendo mas sobre lo
que hacían nuestros aviones que nosotros. Yo podía estar en el descenso, realizando mi tarea de descenso, en velocidad, en diagonal y
escuchar una petición de mas potencia. Empujaría los propulsores hacia delante y observaba que la bola permanecía fija. Si no hubiera
agregado mas potencia, la bola hubiera descendido y seguramente el acercamiento se hubiera ido al infierno rápidamente. Era
sorprendente.

Para el final de la segunda semana, las correcciones de Steffi eran más infrecuentes y mis reacciones a la bola eran más instintivas. Era
tiempo de ir al bote.

Esta seria una de las experiencias más increíbles de mi vida.

Capítulo 50 - El Bote

Desperté a las 0600 en la mañana del 20 de Noviembre de 2012, me bañe, vestí, rasure y comí algo rápidamente en el comedor. Revise
el tablero de asignaciones de vuelo y encontré que estaba programado para estar en el bote a las 1300 horas para el Día de Calificación
de Portaaviones. La junta de prevuelo estaba programada para las 1100. El plan de acción era que Steffi me guiara al portaaviones de
practica -"El Bote"- donde haría mis pruebas de aterrizaje, diez de día y seis de noche, durante los siguientes dos días.

Como una manera de coser tradicionalismos y su terminología mas exacta, los pilotos navales siempre encontraban una manera de
abusar, mal usar o ignorar este argot. El frente de una nave nunca es llamado "proa" o una ventana nunca es llamada "claraboya" y una
pared nunca es llamada "mampara". Así mismo, el portaaviones, el indiscutible rey de todas las maquinas marítimas siempre era
conocida como "el bote" por los aviadores. Los marineros se frustraban con esta bastardización de su lenguaje. "Un bote es un juguete
con el que juegas en una tina de baño" insistían. "Todo mundo sabe que un verdadero bajel que cruza los océanos en una "nave" o
"velero". Para ellos, "bote" es una palabra de cuatro letras.

El "bote" de hoy era la nave nuclear U.S.S Ronald Reagan. Prestado en un esfuerzo de cooperación con la naval estadounidense,
Reagan era el último portaaviones, clase Nimitz, construido por los Estados Unidos y fue nombrado por el carismático cuadragésimo
presidente de los Estados Unidos, Ronald Wilson Reagan. Durante dos términos como presidente (1980-1988), Reagan tiene el crédito
de reconstruir la milicia estadounidense, salvar una economía fallida y ganar la Guerra Fría, derrotando la amenaza global del
comunismo. Un símbolo de la fortaleza Estadounidense durante el siglo 20, era apropiado que la marca mas alta de los diseños navales
se llamado después del siempre popular Ronald Wilson Reagan.

Aunque más pequeño que las naves clase Prometeo, el Reagan era una nave enorme. Con un desplazamiento de 46,000 toneladas
métricas y capaz de cargar casi con cien naves de ataque. Era todavía una arma poderosa bajo cualquier definición. Terminada muy
tarde para ver acción en la Guerra Global, fue uno de los últimos ejemplos de su clase y ahora servia como el principal portaaviones de
entrenamiento para los aviadores de la Naval y Marina de la RDF y de los Estados Unidos. Como todos los portaaviones que
precedieron a los de clase Prometeo, las naves clase Nimitz de la Naval estadounidense carecían de la habilidad de sumergirse y por
eso, muchos de ellos sirvieron en batalla durante la Guerra Global solo para ser destruidos durante la Lluvia de la Muerte de Dolza. En
muchas maneras, Reagan era una moderna reliquia, un vestigio de una era ya ida y estaba excitado ante el hecho de aterrizar en su
cubierta.

Steffi repaso conmigo un resumen muy detallado, para asegurarme de que había entendido todos los procedimientos, frecuencias y
cursos necesarios para poder abordar la nave. Yo anote toda esta información en mi tablero y, como muchos pilotos hacen, escribí las
frecuencias en el anverso de mi mano, "por si acaso".

"Aterrizar en el botes es como aterrizar en el terreno. Todo se vera familiar," dijo ella. Yo no había notado nada inusual sobre su
comentario, después de todo, había hecho esto ciento de veces antes en el espacio y casi cien veces más en el campo de entrenamiento,
¿qué tan diferente podría ser?

Llegue a la chabola del Maestro de Equipo y obtuve mi equipo de vuelo. Después de vestirme, toe mi casco y paracaídas, registre con
el Oficial de Operaciones y me encamine hacia la puerta y hacia el Valkyrie que seria mi montura esta tarde. Mientras caminaba sobre
suelo de concreto, me sorprendí que no tenia mariposas en el estomago. Una brisa de sodio me baño mientras me deslizaba junto a una
fila de pulcramente estacionados, como tiburones VF-1Ds. El sol estaba todavía bajo en su apogeo, pero el calor del Sur de Texas
empezaba a sentirse.

Un trío de personal de tierra enlistados, estaban ocupados sobre mi avión, asegurándose de que trabaje correctamente para mi sesión de
CALPOR. Mi jet era un modelo usado Block Ten. Ella se veía bien desde la distancia, pero una inspección más cercana me revelo que
había tenido una vida dura. Varios de los paneles de acceso del avión se fundían con el esquema de pintura roja sobre blanco del avión,
habiendo sido canibalizada de otros aviones, y era claro que este Valkyrie era una nave dura. Hice una completa inspección de
prevuelo, teniendo estos hechos en mente y note un ligero escurrimiento de fluido hidráulico del puntal principal del tren de aterrizaje
izquierdo. Después de consultar con mí jefe de tripulación determine que estaba dentro de los límites de seguridad y me encarame por
la escalera de abordaje dentro de la cabina delantera. Con un pie en el asiento de ejecución y otro en la escalera, mire sobre mi hombro
para ver a mi ágil instructora entrando graciosamente en su cabina. Mis hormonas tomaron lo mejor de mí, otra vez y por un breve
instante me imagine a mi mismo involucrado en una cita romántica con la hermosa rubia. Me hizo la señal del pulgar mientras
permanecía parado en la escalera de abordaje, mirando como un niño de escuela. Le regrese el saludo, repentinamente avergonzado y
me acomode dentro de la cabina.

Los rituales familiares de inicio y previos al despegue fueron realizados sin fanfarrias y con las máquinas de mi Valkyrie manchado
como fantasma gris rugía en el aire matutino, seguí a Steffi fuera del área de estacionamiento y me dirigí a la pista en uso. Un T-45
estaba delante de nosotros en la pista mientras nos acomodábamos en la línea de espera. El viento cambio abruptamente y el olor de
queroseno quemado invadió mi cabina abierta. El aroma me trajo a la mente las memorias de niñez de los Learjets pasando junto a mí,
desde el mirador del aeropuerto de McAllen, Tecas. Siempre había amado el dulce aroma a quemado del Jet-A mientras rugía por las
pipas de esos pequeños jets empresariales y por un breve instante, fui un niño, una vez mas, contento de jugar con mis pequeños
aviones de juguete en las pistas de tierra que había hecho en el pasto del jardín delantero.

Mientras esa memoria surgía y desaparecía como una bengala en la noche, mire a mi alrededor y me di cuenta de que había recorrido
un largo camino desde entonces. Los juguetes que ahora manejaba no eran muy diferentes a los que usaba en mi juventud. Las visiones
que había creado en mi mente como un juego, actuando la película "Fuerza Aérea", pretendiendo ser Charleton Heston mientras
bombardeaba la Flota Japonesa en "Midway" o animando John Wayne mientras vencía a sus enemigos en "Los Tigres Voladores",
habían rendido sus frutos. Iba a hacer lo que siempre había soñado y las piezas del rompecabezas que era mi vida estaba formado, una
por una, un retrato de mi que había sido pintado mucho antes de que naciera.

La cabina de Steffi se cerro cuando el control de la torre nos dio el permiso para un despegue doble. Con movimientos precisos de los
propulsores, nos dirigimos hacia la pista y nos detuvimos. Observe su avión de nariz a cola, asegurándome de que todo estuviera bien.
Ella hizo lo mismo para mí. Viendo que no había nada mal, le hice la seña del pulgar, el cual ella regreso. Hizo una seña con su mano,
y ví que el calor de sus escapes crecieron. Moví mi propulsor a Potencia Militar y revise los indicadores. Con un movimiento ligero de
su cabeza, señalo que liberáramos los frenos y salimos disparados por la pista como un par de demonios.

Como si estuviéramos conectados por cables de acero, nos levantamos en el aire como uno, tren y alerones retractándose suavemente,
mientras la pista se encogía debajo de nosotros. Me coloque sobre la ala de Steffi, manteniendo la posición lo mas justa posible para
que nuestra formación de dos naves se viera precisa para aquellos, que estuvieran en el suelo, observando nuestro despegue.
Ascendimos directamente a 35,000 pies y tomamos dirección este, hacia el Ronald Reagan. El cielo estaba absolutamente hermoso -
brillante, azul claro como el cristal de horizonte a horizonte. Algunos cúmulos esponjosos de nubes se podían ver flotando
perezosamente sobre el océano azul-verde, que se encontraba debajo, sus sombras formaban masas negras sobre la superficie del mar,
pero a pesar de eso, el aire estaba completamente limpio.

Observe como el DME descendía mientras nos acercábamos a la posición del Ronald Reagan a 450 nudos. No estaba preocupado
mientras Steffi daba nuestra posición y recibía nuestras instrucciones de espera. El portaaviones tenía un problema con su tren de
amarre y la recuperación estaba definitivamente atrasando el programa. El espacio aéreo sobre el Reagan estaba lleno completamente
de aviones mientras un nuevo grupo de pilotos, trabajando para calificar o recalificar en sus aviones, antes de reportarse a un escuadrón
de combate, orbitaban pacientemente hasta que el problema fuera resuelto. Con el espacio aéreo tan ocupado como estaba, teníamos
que permanecer alejados hasta que el Centro de Control de Trafico aéreo del Portaaviones (CCTAP) tenga espacio para organizarnos a
todos. Reducimos la velocidad a 250 nudos y entramos a un pequeño patrón de pista de carreras a 30,000 pies, a casi 30 millas de la
popa de la nave. Arriba y debajo de nosotros, otros jets estaban apilados a intervalos de 1000 pies y esperando como nosotros,
esperando por su turno para entrar al patrón de aterrizaje.

Después de diez minutos en el patrón, nos ordenaron bajar a 20,000 pies y acercarnos a 20 millas del portaaviones. Después de otros
quince minutos, nos ordenaron volar directamente sobre el portaaviones a 10,000 pies. Estaba tan concentrado en mantener la
formación de vuelo que no me era posible ver el ballet que pasaba debajo de nosotros, pero mi oportunidad llegaría pronto.

"Hormiguero Dos Uno Siete, Charlie a su llegada," vino la llamada del controlador.

"Dos Uno Siete, entendido," contesto Steffi.

A mi líder se le había otorgado permiso para tomar aterrizaje en la cubierta de la nave. Me hizo la seña del pulgar, lanzo un beso en mi
dirección y rompió suavemente la formación. Bajo circunstancias completamente diferentes, un beso de la Comandante Lori hubiera
sido el paraíso, pero no hoy. Mientras ella descendía del cielo azul cobalto, miré hacia el pequeño portaaviones, flotando en el océano
como un corcho y me di cuenta de que era muy pequeño. Esto no era como aterrizar en el espacio. No era nada parecido. ¿Cómo
diablos iba a aterrizar en esa cosa tan pequeña? ¿había perdido la razón? Ahora estaba solo, a tres millas sobre la tierra, orbitaba
impacientemente sobre ese pequeño punto en el mar, esperando mi turno para intentar llegar al bote. No estaba nervioso. ¡Esta muerto
de miedo!
"Jesús, ¿En que me metí ahora?" murmure, observando la nave, una estela blanca de una milla, fluyendo por detrás.

Durante quince minutos, orbite el Reagan, observando con aprensión como otros tomaban sus pruebas en el bote. Mientras el golpe del
tamaño pequeño de la nave lentamente se desvanecía, empezaba a relajarme y para la hora en que era mi turno para entras al patrón,
estaba listo para hacerlo.

"Hormiguero Dos Dos Cuatro, Charlie en su llegada," llamo el controlador.

"¡Dos Dos Cuatro, Entendido!" exclamé, sonando mas excitado de lo que deseaba.

Jale los propulsores a punto muerto y suavemente baje la nariz antes de dirigirme hacia la nave. Estaba a dos millas de popa y
descendiendo a 420 nudos cuando alcance la APT (Altitud del patrón de Trafico) de 800 pies. La nave gris y negra aparecía en frente
de mí, justo a la izquierda de mi nariz. Me había colocado en el lado contra viento, a casi un octavo de milla a la derecha del
portaaviones, colocado detrás de los otros jets en el patrón con 090 grados de dirección. Presione los propulsores al setenta y cinco por
ciento y pase rápidamente sobre el bote gigante -mirando rápidamente mientras rugía a través- esperando hasta que el avión que seguía
paso mi "línea Tres-Nueve" antes de empezar mi descenso. Con los propulsores otra vez en punto muerto, jale cuatro G en el quiebre y
entre a favor de viento, dirigido a 260 grados, con las alas abiertas buscando que el indicador de velocidad marque 200 nudos. Un
acercamiento estabilizado produce un buen aterrizaje.

La adrenalina empezó a fluir mientras recorría mi revisión previa al aterrizaje. La nave estaba adelante y a la izquierda de mí y aun a
una milla de distancia, demandaba respeto. Todavía se veía lastimosamente pequeña y aunque podía ver como otro Valkyrie frenaba
bruscamente en el área de aterrizaje, parte de mi cerebro se rehusaba a creer que ese aterrizaje completo en esa pequeña cubierta era
posible. Verifique que el tren estuviera abajo tres veces y me sentía adelantado al avión mientras me acercaba al portaaviones.

"Dos Dos Cuatro, Acercamiento. Piloto Framton. Valkyrie siete punto cero, manual," llame. No estaba usando el APC o el DLC ya
que las regulaciones de CALPOR requerían al menos se realizaran cuatro aterrizajes de día -y dos de noche- sin estas herramientas
activas. Era mejor sacarlas de una vez, ahora, pensé.

"Dos Dos Cuatro, entendido. Continué," contesto el Jefe aéreo.


Conté hasta diez y después hice un giro de treinta grados a la izquierda y reduje mi velocidad a 130 nudos. Mientras me encarrilaba
Curso de Recuperación Básico de 080 grados, ví la bola ligeramente arriba y a la izquierda. Estaba con precaución y confidente.
Aunque mi margen de error era pequeño, el Valkyrie me quedaba como un guante -podía hacer con el lo que yo quisiera. Con
movimientos practicados de los propulsores y de la palanca, la acerque aun más al portaaviones.

El área angulada de aterrizaje del Reagan estaba peraltada diez grados a la izquierda de la quilla de la nave. La nave -y mi blanco para
contacto- se estaba alejando y ligeramente a la derecha de mi a unos 20 nudos. Por lo tanto, necesitaba un poco mas de potencia para
mantener el descenso y tenia que apuntar un poco mas a la derecha para mantener mi línea. Bajo idénticas condiciones, un
acercamiento exactamente practicado en el campo de entrenamiento terminaría un poco corto y a la izquierda, siendo usado en el bote,
a menos de que las acciones correctivas fueran tomadas.

"Dos Dos Cuatro, estas a tres cuartos de milla, llame a la Bola," indico tranquilamente el LSO.

"Dos Dos Cuatro, Valkyrie, Bola, siete punto cero," conteste.

"Correcto, Bola."

No había compensado lo suficiente para el movimiento de la nave y mi acercamiento era un poco bajo. El LSO me ordeno elevar mi
nave y asentí. Mientras la nave se apuraba para encontrarme, me resistí a la urgencia de jalar la palanca y como un saco de piedras, mi
Valkyrie golpeo la cubierta sonoramente. Los puntales hicieron poca cosa para absorber el choque un aterrizaje duro y más de un
piloto de portaaviones de Valkyrie -incluyéndome a mí- han perdido el relleno como resultado. El gancho tomo el cable dos y mientras
jalaba los propulsores totalmente y retraía los alerones con el botón del freno de velocidad, bajo mi pulgar izquierdo, se jalo mi caza a
un alto total en menos de ochenta metros. Un director de vuelo, de camisa amarilla salio corriendo en frente de mi caza, ambas manos
sobre su cabeza, señalándome que colocara mis propulsores a punto muerto. Los jale y seguí sus instrucciones para levantar mi gancho
y mis alerones, contraer las alas y avanzar rápidamente para salir del área de aterrizaje, para el caza que venia detrás de mi.

¡Lo había logrado! ¡Un completo aterrizaje de portaaviones! Estaba extasiado y sonreía incontrolablemente debajo de mi mascara.
Mientras el director de avión me dirigía hacia las catapultas de proa, pensaba a mi mismo, Hey, esta no es una mala manera de tener
una vida. Que razón tenía.
Después de una breve espera, la catapulta me lanzo fuera de la punta filosa del portaaviones. Una brisa oriental esta soplando a cinco
nudos y el Reagan estaba navegando directamente a este viento a veinte nudos. Agregando los veinte nudos generados por navegar a
esa velocidad mas los cinco nudos del viento, nos daba un componente de "viento sobre la cubierta" (WOD) de veinticinco nudos.
Idealmente, un avión necesita ser lanzado de la cubierta a una velocidad de alrededor de veinte nudos sobre la velocidad estática
(algunos aviones usaban 1.3 veces la velocidad estática). Entre mas bajo el componente WOD, el golpe de la catapulta era mas duro
para asegurarse de que los aviones que dejaban la cubierta pudieran volar. Con veinticinco nudos sobre la cubierta, esperaba un golpe
suave de la catapulta, pero estaba equivocado.

Sin temor a equivocarme, ir de cero a ciento quince nudos en menos de tres segundos era un buen paseo. Las pistas de la catapulta de
los portaaviones clase Nimitz eran casi 70 metros más cortas que las pistas de los clase Prometeo. Aunque las catapultas de la pista
eran del tipo de liberación de presión progresiva -lo que permitía que la presión se liberara a intervalos durante el golpe de catapulta en
vez de liberarlo en un impacto- la longitud mas corta de la catapulta hace que el disparo del Reagan algo fuerte. Claramente me había
corrompido despegando del Prometeo con sus catapultas más suaves por mucho tiempo. Aun en un día con cero viento, los
lanzamientos del Prometeo eran mas cómodos comparados a este, y para el quinto disparo, estaba listo para regresar a una nave clase
Prometeo.

Durante las siguientes dos horas que siguieron mi primer aterrizaje, realice seis descensos mas. Necesitaría diez descensos de día y seis
de noche para calificar para la flota. Después de estacionarme en el lado derecho del portaaviones, estaba listo para un descanso. Ya
había sobrepasado la regla de las cuatro horas por un amplio margen y después de apagar las turbinas, abrí la cabina, me quite la
mascara y me senté ahí, disfrutando la brisa marina que me golpeaba la cara. Después de cinco minutos, desciendo de la nave y estire
mis brazos y piernas, mientras el fuerte viento recorría mi traje de vuelo húmedo de sudor.

El sol estaba empezando a descender en el horizonte occidental mientras cargaba mi casco y tablero hacia la isla del barco. Pase por la
puerta ("escotilla") y me encamine hacia la Sala de Preparación. Steffi estaba esperándome ahí con un vaso frío de té helado, que
rápidamente bebí. teníamos mucho que discutir en un periodo corto de tiempo. La prueba real estaba justo alrededor de la esquina.

La noche ya me estaba llamando.


Permanecí de pie en el nido del cuervo, un delgado mirador que presidía la pista de vuelo, y observaba las operaciones de
recuperación, mientras el sol se hundía mas bajo en el cielo. No importaba cuanta agua bebiera, todavía tenia mucha sed. había
escuchado todas las historias de horror y hasta había experimentado una yo mismo, con respecto a aterrizajes nocturnos en
portaaviones. Los aterrizajes verticales de noche, eran pan comido y yo realmente los disfrutaba, pero descender del cielo oscuro hacia
la oscuridad para un aterrizaje convencional, sin nada, excepto las tenues luces de la cabina y un pequeño sistema óptico de aterrizaje
como guía, era un acto completamente innatural. Los descensos durante el día eran divertidos y virtualmente, todo el que los ha hecho
llegan a amarlos, pero no podía pensar en ninguna alma ahí afuera que tenga las ganas de aterrizar en un bote en la noche. había
kilómetros de cinta con sobresalientes consecuencias de un mal manejado aterrizaje nocturno en la Televisión de Apoyo para
Aterrizajes y no importaba lo que intentaras, no podías retirar esas horribles imágenes de fuego y muerte de tu mente.

Caminaba nerviosamente, mirando mi reloj cada minuto, mientras los jets continuaban aterrizando y despegando de la pista del
Reagan. Yo no era del tipo de personas que escondía sus miedos, ni tampoco me avergonzaba admitir cuando estaba asustado, ser un
bravucón nunca fue mi punto fuerte. Habiendo dicho esto, cuando algo me asustaba, aunque no afectaba con mi entusiasmo loco,
nunca daba la espalda y corría del evento, tampoco. Era simplemente un caso de obligarme a mi mismo en una posición donde no tenía
otra opción más que empujar y salir adelante, y al hacerlo, sobrepasaba mis miedos a través de la experiencia directa. Esta noche no
seria diferente.

Mientras la orilla inferior del sol naranja tocaba el horizonte, me di la vuelta y regrese al Salón de Preparación. Tenía algunos
preparativos de último minuto que debía atender, antes de salir disparado del portaaviones en el cielo nocturno, por lo que esperaba
serian 3 aterrizajes exitosos.

"Confía en tus instrumentos, confía en el HUD y confía en la bola."

Con esas palabras y una palmada de apoyo sobre el hombro, Steffi vio como me dirigía al hangar. Sus palabras serian muy importantes
esta noche. No había luna. Una capa gruesa de nubes se había movido sobre el área, durante el día, oscureciendo aun las estrellas más
brillantes. Era seguro que el vértigo asomaría su horrible cabeza, esta noche.

Mientras revisaba nerviosamente mi Valkyrie mientras esperaba en la bahía del hangar. Mientras caminaba alrededor de ella, los gritos
y tañidos del personal de mantenimiento trabajando en los otros aviones estacionados cerca, hacían eco en los muros de metal. Era
seguramente mi trepidación al tener que aterrizar a bordo del portaaviones esta noche, lo que ocasionaba que encontrara un sin fin de
cosas mal en mi Valkyrie. Rayones y abolladuras, fluidos escapando de varios sistemas y pequeños golpes en lugares aparentemente
alarmantes aparecieron como llagas mientras caminaba alrededor de mi cansado caza. Ella no se veía tan mal esta mañana, ¿o si?
Pensaba. Dios, no puedo volar en un avión que se ve tan mal.

Mi mente corrió buscando una excusa para escaparme de volar, pero sabia, muy dentro de mi, que simplemente se me asignaría otro
avión, y quien sabe como luciría ese otro. Dos Dos Cuatro estaba gastado, pero al menos ya sabia como manejarlo y el miedo a lo que
ya conoces es mejor al miedo de lo que no conoces. Con manos que temblaban mas de lo que yo quisiera, trepe por la escalera de
ascenso, al frente de mi "VD" (uno de varios afectuosos sobrenombres derivados del VF-1D) y recorrí nerviosamente la lista previa al
inicio. El tractor de arrastre engancho su pequeña barra de arrastre al puntal de la nariz de mi jet. Me hizo la señal para liberar los
frenos. Empuje los frenos hasta el punto final de los pedales del timón con mis pies, verifique que la palanca de estacionamiento estaba
abajo, libere la presión de los pedales y le di al conductor la señal del pulgar. Emitiendo un murmullo metálico, el tractor jalo mi
Valkyrie hacia delante con una sacudida. Inconscientemente, tome los rieles de la cabina con mis manos, apretándolos hasta que mis
nudillos se volvieron blancos.

El paseo hacia la pista de vuelo oscura, fue muy corta para mi gusto. En poco tiempo, mi Valkyrie esta listo y corriendo, y estaba
dirigiéndome hacia la catapulta de estribor y popa, en dirección de las varas verde neón de un director de avión. Trague saliva
nerviosamente, mientras me guiaba sobre la guía de la catapulta. Me dio la señal de avance y agregue un pellizco de poder. Con un
pequeño empujón, la barra de lanzamiento de mi caza estaba agarrada al transportador de lanzamiento y llego a un alto total. Estaba a
solo momentos de mi disparo de catapulta.

recorrí otra serie de puntos de mi lista. Alas abiertas. Cola abierta. No bandera en la izquierda. No bandera en la derecha. Alerones a
treinta. Tablillas afuera, Tableros dentro. Controles están libres y correctos -en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo- Amen.
La marca de peso mostrada al oficial de catapulta y verificada. La velocidad de lanzamiento esta fija a 140. Recite todo lo más fuerte
que pude.

El oficial de catapulta, bañado en la luz roja del sistema de iluminación del portaaviones, coloco sus varas sobre su cabeza y moví los
propulsores a potencia militar. recorrí mi letanía memorizada. "Estoy tenso, mis pies están en la cubierta, alas están abiertas y seguras,
medidores se ven bien, no hay luces de aviso, controles libres, fáciles y correctos. Revisiones completas. Listo para el disparo, vienen
las luces."
Levante mi mano izquierda y encendí el faro y las luces de navegación. El oficial de la catapulta miro hacia delante, toco la cubierta
con la vara, mientras se arrodillaba, después señalaba hacia delante. El oficial de lanzamiento presiono el botón de lanzamiento desde
su panel de control y libero 30,000 kilos de presión de vapor en el cilindro de la catapulta. La barra de sujeción, se libero en el
momento correcto, se abrió, liberando mi Valkyrie en la oscuridad.

Mis pulmones, llenos de aire por una aspiración nerviosa de aire, se vaciaron con la presión G transversal que resulto del golpe de
catapulta. El efecto fue el mismo que el de mi primer disparo solitario de catapulta del Prometeo hace casi tres años.
"YAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!". Grite, mientras mi caza salía volando de la proa del portaaviones como una bola de
cañón.

Mis ojos, comprimidos por la fuerza del golpe, solamente vieron un destello verde, donde el HUD estaba proyectando su información.
Tres segundos de brincos y sacudidas, seguidos por una repentina y tétrica suavidad. sentía como si estuviera volando hacia atrás en el
espacio y luche contra el deseo de mi oído interno de empujar la palanca hacia delante. Mis ojos volvieron a tener la habilidad de
enfocar, una vez más, y observe al indicador de velocidad. Indicaba 140 y libere un suspiro de alivio. Cualquier cosa menos que eso
significa que algo esta mal. Cualquier cosa menor a 120 y mi Valkyrie terminaría en el agua.

Levante el tren de aterrizaje, establecí mi mejor posición de ascenso y espere a que se desarrollara la velocidad de vuelo, retraje los
alerones a los 250 nudos y llame al controlador de acercamiento, quien me guió durante el cielo oscuro.

"Hormiguero Dos Dos Cuatro. Gire a la izquierda, dirección uno-siete-cero, libre a cinco punto cero. Espere dos cero cero en uno cero
minutos."

Mantuve los 250 nudos y gire para tener la dirección de uno-siete-cero grados. A los cinco mil pies, nivele el avión, y observaba como
el DME empezaba a elevarse. Después de seis minutos me indicaron que llegara a 20,000 pies y me dirigí a mi punto de espera.
Mientras alcanzaba los 18,000 pies, salí de la bruma y llegue a un hermoso cielo despejado. Disminuí la intensidad del HUD y de la
iluminación de la cabina y me maraville al ver que brillantes las estrellas estaban. Por todo el alrededor, luces de navegación rojas,
verdes y blancas destellaban mientras otos jets esperaban su turno "en el barril". El controlador de despegue me paso con el
controlador de aproximación de la pila Marshall y me dio mis instrucciones de espera.

"Hormiguero Dos Dos Cuatro, patrón Marshall. Espere en el radial uno-seis-cero a treinta-cinco DME. Mantenga nivel de vuelo Dos
Cero Cero. Hora de empuje es tres cuatro. Altímetro 30.10," indicó el controlador.
Repetí la orden y descendí. Durante la noche, los jets en espera son asignados una altitud y una distancia. Entre mas alta la altitud de
espera, mas alejado estaba uno del barco. Al tomar la altitud asignada y agregando quince a los primeros dos dígitos, uno puede
determinar que tan lejos esta uno esperando. Por lo tanto de 20,000 pies, tomo el veinte, agrego quince y me da treinta cinco, con lo
que verificaba lo que el controlador me señalo. La "hora de empuje" era el tiempo en el que esperaría recibir instrucciones para dejar
mi punto de espera. En el evento de una falla de comunicación, dejaría mi altitud y empezaría a acercarme a los treinta y cuatro
minutos después de la hora, dentro de quince minutos.

Orbite en el cielo nocturno en el radial uno-seis-cero a treinta y cinco millas. Las operaciones de espera estándar indicaban realizar
círculos de un minuto, y después de ajustar dos veces mi avión, para compensar los vientos altos, finalmente había ajustado mi avio
para que estuviera en el punto de descenso de mi última vuelta, precisamente a treinta y cuatro minutos después de la hora

Escuche a los otros aviones realizar sus acercamientos al bote y empecé a sudar. El aire estaba tranquilo y suave, pero era una ruina
nerviosa. Observe el cielo sobre de mi cabeza y debajo de mi. No había nada más que oscuridad -el tipo de oscuridad que absorbe a los
aviones por completo. Mientras los minutos pasaban, mis manos empezaron a temblar y exhale fuertemente, "Oh, Dios, Dos, Dios...
Por favor ayúdame... Puedo hacerlo... Puedo hacerlo... Por favor ayúdame." Las palabras fueron dichas por una voz extraña, una que
temblaba incontrolablemente. De as de caza temerario a cobarde gimoteante. había caído muy bajo en un corto periodo de tiempo -la
última desventurada victima de esa evolución llamada el aterrizaje nocturno en portaaviones.

Estaba dentro de la vuelta interna a los treinta y tres minutos después de la hora, sabia que mi turno llegaría en cualquier momento.

"Hormiguero Dos Cero Cuatro, patrón Marshall. Gire a la izquierda en dirección dos-ocho-cero, vectores para su curso de
aproximación. Descienda y mantenga nivel de vuelo Uno Ocho Cero."

"Dos Cero Cuatro."

Jale los propulsores hacia atrás y empuje la palanca hacia delante, a tres grados debajo de la nariz. Me deslice suavemente hacia la
izquierda y empecé a descender a los 18,000 pies como indicado. Mi garganta estaba tan seca que dolía tragar y tenía un mal síntoma
de "piernas cansadas" (donde ambas piernas se contraen, retuercen y menean nerviosamente). podía sentir mi caza meciendo su cola
por el aire, mientras mis pies bailaban sobre los pedales del timón. Esperaba que la Televisión de Apoyo para Aterrizajes no tuviera
vistas de la cabina. Pensaba. Uno nunca sabe que esperar, cuando se trata de tecnología de espionaje.
"Dos Cero Cuatro, patrón Marshall. Su dirección de acercamiento final será cero-uno-cero. Intercepte el localizador. Charlie en la
llegada, reporte la Plataforma. Contacte Aproximación, botón Uno Cinco."

"Dos Cero Cuatro, a Aproximación, nos vemos."


Presione el botón en el propulsor y llame al controlador de Aproximación. "patrón de Aproximación, Hormiguero Dos Cero Cuatro,
Valkyrie, siete punto seis. Siguiendo patrón uno-siete-cero a tres-tres. Saliendo de uno ocho para cinco." Esto le indicaba al
controlador que era un VF-1 "Valkyrie" con 7,600 libras de combustible y que estaba saliendo del radial uno-siete-cero grados a treinta
tres millas, descendiendo de 18,000 pies a 5,000 pies.

"Dos Cero Cuatro, llame a sus agujas."

Mire a mis agujas del ACLS en el HSI y el HUD. La aguja de curso estaba a escala completa a la izquierda y la aguja de descenso
estaba completamente abajo. "Descendiendo y a la izquierda."

"Dos Cero Cuatro, entendido. Continué. Reporte a Plataforma."

"Dos Cero Cuatro."

Continué mi descenso a la Plataforma. Mi radio de descenso estaba a más de cinco mil pies por minuto, estaba manteniendo 250
nudos, con los propulsores en punto muerto y los alerones colocados para bajarme. Después de seis minutos, alcance los 5,000 pies, a
aproximadamente doce millas de la popa de la nave, nivele el avión y escuche con compasión a los otros pilotos en el aire, mientras
tomaban sus turnos respectivos para aterrizar a bordo del portaaviones en la oscuridad.

Para reducir el trafico radial y para asegurarse de que las instrucciones eran recibidas claramente, los controladores de Aproximación
tienen dos frecuencias diferentes, "A" y "B". El primer avión de la pila le seria asignada la frecuencia "A", al tipo detrás de el, la "B",
el tipo detrás de el la "A", etc. Etc. El botón Uno Cinco era la frecuencia "A" y por lo tanto, podía escuchar a cada piloto en "A"
realizar su aproximación. La sensación del miedo controlado que escuche por la radio me hizo erizar la piel y no hizo nada para
tranquilizarme.

Todavía esta rodado por oscuridad. Mi Valkyrie estaba ronroneando fielmente, manteniendo el curso y altitud perfectamente como le
ordenaba hacia el portaaviones. Estaba tan feliz como podría estarlo dado que el aire nocturno estaba tranquilo -un cielo turbulento,
seguramente hubiera sido mas de lo que pudiera manejar.

El radio se volvió silencioso y permaneció así por un tiempo. El cabello de mi nuca se erizo cuando la idea de un problema de
comunicación entro en mi mente. Me acerque para ver que todo estuviera funcionando correctamente cuando el controlador regreso al
aire y me ordeno iniciar mi descenso. Con un creciente cuidado, jale los propulsores hacia atrás y empecé mi descenso hacia el océano
oscuro que se encontraba debajo.

Aunque mi adrenalina tomo lo mejor de mi por un rato, finalmente me calme lo suficiente para seguir el curso de la aguja sin
perseguirla por todo el lugar. El DME empezó su tendencia descendiente y ore por cualquier excusa para ser enviado a la playa.
Realmente no quería hacer esto.

A las cinco millas, recorrí mi lista de revisión, configurando mi avión para el aterrizaje, y después llame al bote. "Dos Dos Cuatro,
Valkyrie, Puerta, siete-punto-cinco."

"Dos Dos Cuatro, entendido, continúe."

"Alerones arriba." Era el LSO.

"Oh, Dios, este espectáculo es de a de veras, ahora," murmure.

En ese momento, pensé del aviador naval y astronauta Alan B. Shepard, uno de los últimos grandes héroes Estadounidenses. Aun así,
mientras me enfrentaba al pozo oscuro delante de mi, no eran sus heroicos logros -el primer Estadounidense en viajar al espacio y uno
de los primeros hombres en caminar sobre la luna- los que vinieron a mi mente, si no, la oración tímidamente desafiante que canonizo
tan elocuentemente sobre la plataforma de lanzamiento del Libertad Siete en Cabo Cañaveral, Florida en 1961. "Dios Mío, por favor
no me dejes arruinarlo."

Murmure esa oración mientras salía del cielo hacia la oscuridad.

Dos Dos Cuatro, estas a tres y un cuarto de millas, incremente su radio de descenso.

Observe las agujas del ACLS y casi brinco de mi piel. Estaba muy arriba del nivel de descenso y en el borde de una desviación mayor,
lo que significaría que abortara y una mala calificación de aterrizaje. Inconscientemente había jalado la palanca hacia tras para evitar
descender mas, ocasionando mi excesiva desviación, agregue un poco de DLC para reintereceptar mi descenso.
Continué volando las agujas, mirando fuera, después de regreso para revisar todo. Alineación, descenso, ángulo de ataque. Alineación,
descenso, ADA. Repetí la mantra una y otra vez, en mi mente, y robaba una mirada fuera cuando me atrevía, desando
desesperadamente poder ver el barco.

"Dos Dos Cuatro, estas a una y un cuarto de milla, llame la bola," indico el LSO.

Me esforcé para verla en la oscuridad, mientras mi Valkyrie descendía, a cuatrocientos pies. Estaba punto de llamar Clara cuando la vi,
clara como el día, un destello amarillo fijo en la distancia.

"Dos Dos Cuatro, Valkyrie, Bola, siete punto cero," llame, viendo a la luz amarilla. Era un error crítico, aunque típico. En vez de
revisar todo -incluida la alineación colocada en la cola del portaaviones- me fije en un punto de mi visor. Mi oído interno jugaba su
truco favorito en me en este momento y a pesar de estar perfectamente al nivel, sentía como giraba hacia la izquierda. En respuesta al
estimulo falso, moví la palanca hacia la derecha y empecé a dibujar un arco hacia la derecha de la ruta de acercamiento.

"Un poco izquierda," llamo el LSO inmediatamente.

El HUD me mostró una desviación de treinta grados, tan claro como la luz del día y jale la palanca rápidamente hacia la izquierda,
agregando potencia y después reduciéndola para compensar la pendiente de mi vuelta. Mis pantallas eran un completo desastre y una
vez mas, la fijación mostró su horrible cabeza mientras me enfocaba más en la alineación que en la administración de potencia, ADA y
línea de inclinación.

"Esta con sobrado de potencia," gruño el LSO.

Ahora, a solo cinco segundos de tocar el suelo, jale los propulsores hacia atrás y observe la bola empezar a elevarse sobre las luces de
datos mientras entraba en el turbulento aire de popa de la nave, llamada la burbuja.

"Un poco abajo el DLC," ordeno el LSO, mientras golpeaba la burbuja y cruzaba la rampa.

Presione la rueda del DLC, hacia delante, matando el ascenso que se generaba por las alas y golpee la cubierta del portaaviones. Con
un impacto que torturo mi cuerpo completo, el tren derecho toco primero, seguido rápidamente por el tren izquierdo y el tren de la
nariz. había dado por seguro que había cruzado la cubierta de acero con el tren de aterrizaje. El gancho trastabillo sobre el tercer cable
y atrapo el cuarto, jalando mi caza a un alto total, mientras las turbinas de reacción dobles rugían en la noche nocturna, luchando
contra el cable de sujeción. Desde mi derecha, un par de bastones verdes brillantes aparecieron desde el fondo de la oscuridad,
señalándome que colocara mis propulsores en punto muerto para que el cable se soltara del gancho de sujeción de mi caza. Hice como
se me indico y sentí que mi Valkyrie rodó hacia atrás, como un metro mientras apagaba las luces externas de mi jet. El director de
avión me dio la señal de "enganchar" y la señal de "doblar alas" y me indico apresuradamente que me moviera hacia delante.

Pise el pedal del timón derecho, simultáneamente agregue potencia, levante los alerones y doble las alas. Tenia que librar la "línea de
falta" antes de que el avión, que se aproximaba detrás de mi, aterrice sobre mi cabeza. Aunque los aterrizajes nocturnos de
portaaviones son una experiencia desagradable, circular en una pista de vuelo de un portaaviones en la noche no es como comer pan
caliente. Una falla de freno o cualquiera de la docena de diferentes errores del piloto o tripulación de cubierta pueden ocasionar que el
avión salga de la pista y se hunda como un ancla.

Los bastones del director de avión, me pasaron a otro par de bastones, y los seguí obedientemente como un perro bien entrenado.
Mientras me estacionaba detrás de los Deflectores de Explosión Jet (JBD) de la catapulta de estribor y proa me di cuenta en un instante
que había engañado a la muerte una vez más. Con una rápida mirada me di cuenta de que estaban temblando. Mis cejas estaban
cubiertas de sudor y mis piernas temblaban incontrolablemente. Apretando mis puños, tome un respiro profundo y en poco tiempo,
estaba listo para salir por la catapulta, otra vez.

EL ritual estándar de prevuelo fue repetido y terminado. Con mi mano izquierda encendí las luces de mi Valkyrie y me acomode para
el lanzamiento. El gatillero de la catapulta, presiono el botón sobre su panel de control y fui lanzado a la oscuridad. Una mano gigante
me presiono contra mi asiento y sentí mis botas de vuelo, despegarse de los pedales, mientras me deslizaba por la guía de la catapulta.
Mi mano derecha se movió hacia atrás también y mientras mi caza libraba la proa, la nariz se jalo hacia delante en un ángulo de treinta
grados. El cuerno seco estallo en mi oído, y empuje totalmente los propulsores a sobre marcha, enterrando la palanca hacia adelante.

"Buen trabajo, idiota" me maldije, mientras luchaba para mantener el control de mi caza. había fallado en colocar mi brazo en posición
durante el golpe de la catapulta y se había girado de más en el despegue. Era un error de novatos, uno que no debería de haber hecho a
estas alturas del juego y del que seguramente oiría de el mas tarde. Aun así, aunque mucho auto-castigo hubiera sido apropiado, otros
negocios mandaban que lo dejara pasar y obligue que mi error quedara en el fondo de mi mente. Todavía tenia que hacer dos
aterrizajes mas esta noche si quería permanecer dentro del programa y podía sentir la fatiga haciéndose sentir. Estaba trabajando muy
duro para hacer que las cosas funcionaran y el nivel de presión ocasionaba un efecto altamente notorio en mi.
Otro ascenso a la altitud, fue seguido por un tiempo de espera, el cual, en su turno fue seguido por otro acercamiento largo y lleno de
terror y un aterrizaje. Este fue mucho mejor que el primero y el LSO apenas dijo una palabra a mi, mientras me guiaba por el visor de
descenso, en velocidad, estabilizado y bajo control. Deje que mi éxito me llenara la cabeza en mi último aterrizaje y termine volando
un acercamiento seguro, pero, no tan estelar.

Lleve mi caza hacia si espacio de estacionamiento y apague las turbinas. Después de un algo peligroso traslado a través de la cubierta
de vuelo oscura a la seguridad de la isla del portaaviones, encontré a Steffi en el salón de preparación.

"Buen sobre giro, Teniente," dijo con una mueca.

"Si... Gracias," conteste, algo desanimado.

"No lo tomes tan duro," dijo, palmeándome sobre el hombro. "Le pasa a todos, tarde o temprano. Ahora que ya te paso, asegurate de
que no vuelva a pasar." Sonrió, me dio un rápido guiño y tomo asiento en una de las sillas afelpadas que cubrían el salón. Su actitud
positiva hizo toda la diferencia en el mundo y me sentí mejor por eso.

Nos sentamos para una revisión completa, guante la cual consumí casi 4 litros de agua, después tome algo de comida Mexicana de uno
de los "finos comedores" de la nave y nos dirigimos hacia nuestras habitaciones temporales por una merecido descanso.

Era difícil lograr dormir esta noche. Steffi estaba usando el catre debajo del mío y a pesar de mis mejores esfuerzos, no podía mas que
asomarme y espiar en ella mientras dormía. Ella era completamente hermosa, y mi mente se lleno de fantasías que nunca serian
realidad. Una tristeza melancólica me cubrió en ese instante y me lamente que nuca la tendría en mis brazos. Arroje un beso en la
oscuridad, como un chico de tercer año enamorado de su maestra y me sentí avergonzado de hacerlo. ¿Que pensaría Rebeca de mi, por
estar deseando otra mujer? Me di la vuelta para observar el techo que estaba a centímetros, sobre mi corto catre y escuche los sonidos
metálicos de los jets que eran lanzados y recuperados sobre la cubierta, encima de nosotros. Desgarrado entre los pensamientos de la
hermosa mujer, debajo de mi y de la culpa que me ocasionaba, eventualmente caí en un sueño.

Veinticuatro horas, y seis intentos mas tarde, era un aviador de portaaviones totalmente calificado. Uno de los oficiales nos tomo una
fotografía de Steffi y de mi sobre la pista del hangar, en frente del Dos Dos Cuatro, con los brazos de uno alrededor de la cintura del
otro. Uno no podía decir viendo la fotografía, pero el triunfo y tragedias del vuelo de combate se asomaba justo a la vuelta de la
esquina.
"¡Atención en el Puente!" Cronología
Numeros romanos, se refieren al final de cada parte en la novela

2 de Abril, 1992
 Jeffrey Dale Framton nace de David y Melissa Framton.

27 de Junio, 2009
 Jeff Framton conoce a Rebeckah Jane Casey en un espectaculo aereo durante las celebraciones del lanzamiento inaugural del la
Super Fortaleza Dimensional 1 (SDF-1)
 Una flota Zentraedi bajo el mando de Breetai llega a la orbita Terrestre y ataca el planeta. Jeff Framton y Beki Casey son
heridos durante el ataque, son rescatados or el piloto Veritech, Tte. William Brubaker. Las heridas de Framton lo llevan a un
estado clinico de coma.
 Los intentos de un salto de transposicion, para llevar al SDF-1 al lado oscuro de la Luna, la llevan a la orbita cercana de Pluton.
(I)

30 de Agosto, 2009
 Jeff Framton despierta de su coma.

27 de Septiembre, 2009
 Jeff Framton inicia su entrenamiento basico.

1 de Diciembre, 2009
 Jeff Framton inicia su Entrenamiento de Vuelo. (II)

14 de Febrero, 2010
 Jeff Framton se gradua del Entrenamiento Avanzado de Vuelo, es promocionado al rango de Cabo.

15 de Febrero, 2010
 Jeff Framton es asignado al Escuadron numero 12 "Las Aguilas de Ataque", formando parte del CVS-1 "Prometeus", el Tte.
Jacien G. Carr es su oficial comandante.
 Como miembro del VF-12 "Equipo Ogro", Jeff Framton anota diez impactos en su primera mision de combate, en defensa del
SDF-1 (III)

16 de Febrero-12 de Marzo, 2010


 Jeff Framton anota once muertes, llevando su total a 21.

2 de Abril, 2010
 Jeff Framton cumple 18 años.

30 de Abril, 2010
 Rebeca Casey cumple 18 años.
2 de Mayo, 2010
 Jeff Framton y Rebeca Casey se casan, en una ceremonia abordo del SDF-1.

4 de Mayo, 2010
 Jeff Framton regresa al deber, despues de una herida de ojo.

5 de Mayo-31 de Mayo, 2010


 Jeff Framton anota cinco muertes, llevando su total a 29

10 de Junio, 2010
 El radar prinicipal del SDF-1 es destruido. Inicio de misiones RATA

11 de Junio, 2010
 Rebeca Casey descubre que esta embarazada
 Max Sterling (acompañado de Rick Hunter, Ben Dixon y Lisa Hayes) desaparecen durante una mision RATA.

26 de Junio, 2010
 Jeff Framton anota ocho muertes, llevando su total a 37.

27 de Junio, 2010
 Rebeca Casey es detectada con cancer y va a cirugia.

4 de Julio, 2010
 La cirugia inicial de Rebeca Casey fue ineficaz. Mas cirugias ordenadas.

6 de Julio, 2010
 Jeff Framton anota 4 muertes, llevando su total a 41.
 Max Sterling (y compañia) regresan al SDF-1
 Espias Zentraedi se infiltran en el SDF-1.
11 de Julio, 2010
 El Tte. William Brubaker desaparece en una mision de combate.
 Jeff Framton anota 21 muertes en dos salidas, llevando su total a 62.
 Rebeca Casey pierde su batalla contra el cancer a la edad de 18 años.

12 de Julio, 2010
 El SDF-1 regresa a la Tierra, amarizando en las olas del Oceano Pacifico.(IV)

14 de Julio, 2010
 Jeff Framton permiten fertilizar un huevo preservado del ovario derecho de Rebeca Casey.

15 de Julio, 2010
 Jeff Framton es promovido al rango de Sargento y es asignado como Jefe Administrativo de Escuadron, VF-12.

25 de Julio, 2010
 Una flota Zentraedi, bajo el comando de Khyron Kravshera, ataca el SDF-1.
 Jeff Framton anota 8 muertes y choca con unn caza enemigo, llevando su total a 71. La colision lo obliga desviarse al
portaaviones "Cronos"

1 de Agosto, 2010
 Jeff Framton, Josh Kaufman y Waylan Green "atacan" el portaaviones "Cronos".

8 de Agosto, 2010
 Roy Fokker muere por heridas sufridas durante el combate.
 El Tte. Jacien G. Carr es asignado como Comandante Senier del Ala Aerea del SDF-1.
 Jeff Framton es promovido a Sargento Titular y asignado como oficial de Operaciones de Escuadron, VF-12. (V)

19 de Agosto, 2010
 El Tte. Jacien G. Carr cae en el Oceano Pacifico y muere.
28 de Agosto, 2010
 El SDF-1 llega al Cuadrante de Ontario y es atacado por una flotilla de cruceros Zentraedi bajo el mando de Khyron Kravshera.
Durante el ataque, la barrera omnidireccional del SDF-1 se sobre carga, barriendo Ottawa y la zona aledaña. Jeff Framton anota
cinco muertes durante la batalla, llevando su total a 76, pero sufre de una fractura de clavicula. El esta fuera de la accion por
tres semanas.

14 de Septiembre, 2010
 El SDF-1 es ordenado salir de la Tierra.

21 de Septiembre, 2010
 Jeff Framton regresa a la deber activo.

24 de Diciembre, 2010
 Josh Kauffman anota su muerte numero 100.

9 de Enero, 2011
 Waylan Green anota su muerte numero 100.

11 de Febrero, 2011
 Jeff Framton pasa la marca del cien con nueve muertes, llevando su total a 105 y acepta una comision con el RDFN como
Tercer Teniente. (VI)

28 de Febrero, 2011
 Jeff Framton, Waylan Green y Josh Kauffman se enfrentan a una corte marcial bajo cargos de insubordinacion.

1 de Marzo, 2011
 El Equipo Sand Pebble regresa al deber activo. Jeff Framton anota cinco muertes, llevando su total a 110.

2-8 de Marzo, 2011


 Jeff Framton anota 25 muertes, llenado su total a 135.

12 de Marzo, 2011
 Jeff Framton es asignado al Proyecto de Desarrollo del Super Valkyrie como piloto de pruebas.

5 de Abril, 2011
 Jeff Framton se convierte en padre. Hija Casey Jane Framton es dada de alta del hospital despues de un periodo de incubacion
de nueve meses.

18 de Abril, 2011
 El primer vuelo del prototipo "Super Valkyrie" se realiza con Jeff Framton en los controles.

3 de Mayo, 2011
 Khyron Kravshera lanza un ataque sobre el SDF-1. Jeff Framton es ordenado protejer el prototipo del Super Valkyrie. Durante
el ataque, Framton anota un par de muertes, llevando su total a 137, pero tambien, erroneamente, dispara a una nave amiga,
matando al piloto. (VII)

5 de Mayo, 2011
 Un consejo de investigacion encuentra que no fue una falta de Jeff durante el incidente del 3 de Mayo, 2001.
 Jeff Framton es retirado del estatus de vuelo por tres dias.

9 de Mayo, 2011
 Framton regresa al deber activo.

20 de Mayo, 2011
 Waylan Green desaparece en una mision de combate y es listado como "Perdido en accion, se presume muerto."

25 de Mayo, 2011
 Jeff Framton y Josh Kaufman atacan una Queadol-Magdomilla (Crucero de Ataque Zentraedi). Despues de desvencijar a la
nave, Frantom anota nueve muertes, llevando su total a 146.

Cadena de Mando
Escuadrón de Combate Veritech
RDFN

+-------------------------+
| Comandante de Escuadrón |
+-------------------------+
|
+-------------------+
| Oficial Ejecutivo |
+-------------------+
|
+-------------------+
| Oficial de Enlace |
+----------------
+---------------------------+---------------------------+
| |
+------------------------------------------------+ +------------------------------------------------+
| Oficial de Operaciones | | Oficial de Seguridad |
| (Lider de Escuadrón, Escuadrón 1/ | | (Lider de Escuadrón, Escuadrón 2/ |
| Lider de Equipo de Ataque, Equipo de Ataque 1) | | Lider de Equipo de Ataque, Equipo de Ataque 1) |
+------------------------------------------------+ +------------------------------------------------+
| |
| |
+------------------------------------------------+ +------------------------------------------------+
| Jefe Administrativo | | Jefe de Logística |
| Lider de Equipo de Ataque, Equipo de Ataque 2) | | Lider de Equipo de Ataque, Equipo de Ataque 2) |
+------------------------------------------------+ +------------------------------------------------+

Los escuadrones VF, estan formados por 15 cazas y 15 pilotos cada uno (un caza adicional y de 3 a 5 pilotos pueden ser asignados a
un escuadrón, si las condiciones lo permiten, por consideraciones de fatiga y carga de trabajo) divididos en escuadrones de seis
hombres. Estos escuadrones son divisibles en dos equipos de ataque de tres hombres. El elemento de mando del escuadrón, opera
como un equipo de ataque independiente para asistir en la coordinacion de las distintas unidades del escuadrón.

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