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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA BENITO

JUÁREZ DE OAXACA

Facultad de Arquitectura
“5 de mayo”

Crítica Arquitectónica

ENSAYO
Hacia una Historia de la
Arquitectura Oaxaqueña

Maestro: Arq. Jaime Loaeza Ramírez

Usiel Jiménez Ortiz


6°B

30 de junio de 2022
Hacia una Historia de la Arquitectura Oaxaqueña
Esteban Sumano Sánchez

El propósito central de este libro tiene el fin de proporcionar datos históricos


de la arquitectura oaxaqueña exponiendo una división de épocas en que
fue construida la ciudad actual, apreciando su evolución en su tipología de
acuerdo a los tiempos en que fueron concebidas estas obras, definiendo
características que los distinguen. De esta manera el autor la clasifica en tres
partes. Que a su vez se subdividen en otras etapas que conforman estas
partes.
La primera abarca la época precerámica de los valles centrales, con sus
primeros asentamientos y una pequeña adaptación de chozas
rudimentarias a las complejas ciudades precolombinas.
La segunda adentra a un periodo en la historia de México conocido como
La Colonia, originada por la conquista española que produce una nueva
arquitectura tras la mezcla de dos culturas; estas respondían a las
necesidades de la parte conquistadora, pero representada para la nueva
cultura primeramente asentada, dando origen a un representativo estilo del
barroco.
Y como tercera parte describe los últimos siglos tras la Independencia de
México, pasando del Neoclásico, atravesando el Moderno y llegando a
expresiones del Postmodernismo.

A continuación se detallan cada una de estas como lo plasma el autor,


siendo la primer la época precerámica en los valles centrales, y mas
específicamente los primeros pobladores.

El antropólogo Ignacio Bernal, establece los primeros asentamientos del


hombre en el territorio oaxaqueño hace mas de 9000 años
aproximadamente, aunque si bien dentro del territorio, en sus alrededores
se presentan otros movimientos que dieron origen a los valles centrales. En
este tiempo se aprecian acciones primitivas que hasta la actualidad cobran
valor por lo tradicional en la producción, tales como el uso del mezquite, el
nopal y el maguey; así también los movimientos de la caza y cambios de
temperatura hacían que las personas se movieran buscando protección en
cavernas naturales.
Hacia el sureste del Valle de Tlacolula se encuentran los primeros refugios
naturales con el uso de Cuevas como Guilá Naquitz, Cueva Blanca y la
Cueva del diablo, teniendo estos lugares, características que cubrían las
necesidades de un grupo reducido de habitantes, buscando adecuarse a
las necesidades que le ofrecía el entorno y al adaptarse al medio y sus
condiciones. El complejo Matadamas ofrecía condiciones favorables de
acuerdo al clima, para el desarrollo de especies que les proporcionaban
alimento.

Dentro de esta parte pasamos a la arquitectura prehispánica, en el periodo


preclásico; al noroeste de la ciudad, en el Valle de Etla, también se
encuentran condiciones que fueron favorables para el desarrollo de
asentamientos, en donde se desarrolló el cultivo y domesticación de plantas
tales como: el maíz, la calabaza y el frijol. De esta manera la Choza ya no
era transportable y se establecieron con estructura formal.
En esta parte se describen los primeros usos vernáculos con cimientos de
piedra, y adobe como sillares de piedra en muros, de igual manera el
sistema bajareque; y no solo en construcciones habitacionales, si no la
elaboración de tumbas, pozos, hornos y basureros. En cuanto a las
construcciones, estas tenían forma regular, destinadas a necesidades
particulares básicas, como lo son, la preparación de alimentos, almacén,
elaboración de utensilios y las áreas de descanso. Entre postes de madera
resistente a la humedad, carrizos de apoyo y el zacate, varas o ramaje se
sujetaban y reforzaban las estructuras.
Gracias a esto se considera que de este lugar salieron de las primeras
técnicas constructivas que serviría a la cultura.
Prosigue una etapa nombrada aldeana, en donde se describen el uso de la
tipología antes mencionada a detalle, lo cual se fue perfeccionando tras el
sedentarismo. En Etla se concentraba la mayoría de la habitabilidad, hasta
el crecimiento que hubo en Monte Albán. De esta manera el Hombre
empieza a comprender los fenómenos hasta llegar a destinar las
construcciones a sus dioses. Circularon a través de esta filosofía religiosa por
lo que se construye un mundo para conectar a través de la arquitectura,
produciendo el surgimiento de la ciudad.
Como antes menciona, el clásico se ve representado por Monte Albán
fundada alrededor de hace 2500 años. Sus viviendas se ubicaban en forma
de terraza sobre las lomas, cercanas a un acceso inmediato de fuentes de
agua.

Para esto, el doctor Marcus Winter define tres niveles de grupos domésticos:
la primera por grupos comuneros con una menor área a base de
construcción bajareque. El segundo tipo son unidades de tamaño medio
con muros de adobe y uso de piedra laja. El tercer tipo son estructurados
como palacios o casas mas amplias construidas a base de muro de piedra.
Como tercera etapa pertenece al posclásico, para esto, es estudio se dirige
a Mitla, donde se hace la contraparte de, ya no son construcciones
dedicadas a los dioses, si no al propio uso humano debido al predominio
militar de los señores de guerra. Se revela un gran manejo espacial con el
uso del sol en las plazas, patios y recintos.
El sistema constructivo mas marcado era el aparejo de la sillería cortada y
ensamblada, así como el revestimiento con mosaicos de piedra pulida,
característico de esta arquitectura.
Culminando estas épocas, se comienza con la característica vivienda
vernácula, la cual mantiene una armonía entre la construcción con
espacios necesarios y su combinación con los materiales propios de la
comunidad, siendo estos principalmente el barro, piedra, madera y zacate,
lo que se disimula en el mismo ambiente creando un trazo en relación al
medio y la construcción; a este conjunto lo nombra la casa indígena.
Prosiguiendo, se forma otro tipo que ya se conforma por tecnologías
diferente traídas por españoles y los sistemas prehispánicos correspondientes
a este lugar, creando la arquitectura mestiza, a esto se añade un elemento
resaltante siendo la teja y el ladrillo.
Durante el virreinato la conquista militar y espiritual se hacían evidentes, así
que siguen los conjuntos conventuales a base de un programa
arquitectónico similar a los monasterios europeos, característico por
espacios arquitectónicos de dos niveles en forma rectangular o
cuadrangular destacando un patio central. Se forman los conventos, el
atrio, los templos, las huertas con etimología estilística, influencia del
romántico, del gótico, el renacimiento y del del mudéjar.

Mas adelante se presenta el protobarroco a finales del siglo XVI, siguiendo


la reformación y reestructuración de la cultura.

Finalmente para el siglo XVII se vive un tiempo de transición que abarca


dentro del barroco, con sus elementos característicos como lo son el retablo,
el barroco sobrio, el barroco sobrio tablereado, el barroco rico, el barroco
rico Clasicista, el barroco salomónico, el barroco estípite, el barroco rico
tritóstilo y el barroco exuberante.
El siglo XIX fue de las reminiscencias del neoclásico, tuvo importancia las
nuevas fuerzas productivas lo que representaba el valor económico y social
de la sociedad capitalista en formación. En esta nueva representación
insertaba influencias del romanticismo y el eclecticismo positivista.
Para el siglo XX persiste el nacionalismo y el art decó, apostando por las
nuevas necesidades, espaciales y formales tras la revolución mexicana,
probando nuevos códigos liberales buscando trascender sobre las
influencias pasadas, tales vistos a lo largo y ancho del centro de la ciudad.

Hacia la transición al funcionalismo, se presenta un suceso mediante, el cual


trasciende a la historia del estado, este es el descubrimiento de la tumba 7
por el Doctor Alfonso Caso en Monte Albán lo cual permitió la inspiración de
múltiples diseños para la Arquitectura.
Finalmente el funcionalismo se hace presente tras Le Corbusier en donde la
forma sigue la función, relacionado con el juego dinámico de planos, el
predominio de la regularidad, la ausencia de la decoración, la optimización
de recursos y la capitalización al máximo del concepto de espacio mínimo.
tras este llega el funcionalismo internacionalista del minimalismo.
En la década de los sesenta se hace una tercera búsqueda donde surgen
obras como el Hotel Fortín Plaza y el auditorio Guelaguetza.

Como último capítulo, se expone la pluralidad contemporánea; en este


aborda la influencia de la posmodernidad, desglosada en dos vertientes:
clasicista a través de la tradición histórica y el dialogo con el sitio, y otra la
sugerencia de las formas usadas históricamente en la región, en relación al
contexto con el diálogo formal del lugar. Ejemplos de esto son la forma de
los frontones que se aprecian en el la fachada del Gimnasio Universitario, así
como edificios y casas.

El proceso de la arquitectura con tradición mexicana se empieza a hacer


evidente tras las obras del arquitecto Luis Barragán; prosigue una etapa de
arquitectura plástica con arquitectos como Teodoro González de León y
Abraham Zabludovsky; tras este se expande la pluralidad comercial con
edificios de gran área destinados a centros de entretenimiento y adquisición
de productos, varios de estos encontrados en las plazas de la ciudad;
adelante sigue una etapa de minimalismo dentro de ciertas
reconstrucciones reintegrándose en los edificios históricos; con el paso del
tiempo se expresa el uso de la tecnología avanzada en edificaciones
especiales.
Para culminar se hace la reflexión sobre la búsqueda y el encuentro entre lo
antiguo tradicional y lo nuevo contemporáneo, volviendo la mirada a la
importancia de la historia cultural, la convivencia arquitectónica.

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