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Linares Rosas Maricruz

La vida de Lazarillo de Tormes

Realice una lectura cuidadosa y atenta de la obra y desarrolle las siguientes cuestiones.

1. El Prólogo.
a. ¿Quién escribe el prólogo y a quién se dirige? Explique

Lázaro es quien escribe el prólogo. “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por venturas

oídas y vistas […]” (anónimo, 2) Es evidente que Lázaro es el narrador porque utiliza el

pronombre yo y los verbos están conjugados en primera persona del singular.

Durante todo el prólogo se dirigue a Vuestra Merced. Como una carta de relación.

“Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano […]” (anonimo, 3)

b. ¿Cuál es el propósito del prólogo?

El prólogo tiene como propósito justificar el propósito general de la obra. Por otra parte, tiene
como objetivo captar la benevolencia del lector y establecer los argumentos de la obra.
También explica que escribe la obra para que no quede en el olvido. El prólogo otorga
verosimilitud a la obra, porque da la ilusión de que los hechos pasaron verdaderamente.
También sirve para otorgar valor y utilidad a la obra.
c. ¿Cuál es la razón por la que el autor escribe su “autobiografía”?

La razón por la que el autor escribe una autobiografía es porque para entender el propósito y
cumplir la petición necesita contarle su vida desde el principio. Al narrar toda su vida el
receptor tendrá en consideración cada aspecto de la personalidad de Lázaro.
parescióme no tomalle [no tomarle] por el medio, sino del principio, porque se tenga
entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles
estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más
hicieron los que, siendoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen
puerto. (Anónimo, 3)
2. El hambre como tema en los tres primeros tratados. Ubique los fragmentos en los que
Lázaro se refiere al hambre y a la carencia. Observe cómo evoluciona el hambre a lo largo de
estos tratados.
Desde el comienzo de la obra se destaca que Lázaro nació en la clase baja de la sociedad. Es
por ello, que se infiere que siempre pasó hambre. El primer tratado deja vislumbrar las
carencias de Lázaro. Comienza narrando la razón por la que su padre fue condenado. Lo
condenaron por robar alimentos, mismos que servirían para alimentar a la familia de Lázaro.
Los padecimientos por el hambre en la vida de Lázaro están presentes en todo el
primer tratado. El hambre siempre sirvió como elemento de motivación. Este elemento es la
razón por la que él desarrolla su picaresca, es decir, lo obligó a buscar estrategias para robar y
engañar a sus amos. Cada uno de esos robos no convierten a Lázaro en el malo de la historia
porque se justifican con la búsqueda de la sobrevivencia. El primer amo de Lázaro fue el
ciego. Su amo le daba miserias de comida. “Mas yo tomaba aquella laceria [miseria] que él
me daba, la cual en menos de dos bocados era despachada.” (Anónimo, 9) Con el ciego
aprendió estrategias para conseguir comida.
“tanto que me mataba a mí de hambre, y así no me demediaba [no comía yo la mitad]
de lo necesario. Digo verdad: si con mi sotileza y buenas mañas no me supiera
remediar, muchas veces me finara de hambre; mas, con todo su saber y aviso, le
contaminaba [dañaba con engaños] de tal suerte, que siempre, o las más veces, me
cabía lo más y mejor. Para esto le hacía burlas endiabladas, de las cuales contaré
algunas, aunque no todas a mi salvo.” (Anónimo, 9)
En el segundo tratado Lázaro narra sus vivencias con el clérigo. Como el clérigo era
muy avaro no le daba de comer a Lázaro. Menciona que el clérigo sólo le daba una ración de
cebollas que le debía durar cuatro días.
Déstas tenía yo de ración una para cada cuatro días; y cuando le pedía la llave para ir
por ella, si alguno estaba presente, echaba mano al falsopeto [bolsillo], y con gran
continencia la desataba y me la daba [...] (Anónimo, 24)
En el tercer tratado, Lázaro piensa que con el escudero sus carencias disminuirían.
Lázaro pensó que el escudero compraría todo mientras paseaban por el mercado. "Por ventura
no lo vee aquí a su contento —decía yo—, y querrá que lo compremos en otro cabo.”
(Anónimo, 39) Lázaro se lleva una sorpresa porque el escudero no tenía dinero e era igual de
pobre que él. “Vuestra Merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi
estado [caer desmayado], no tanto de hambre como por conoscer de todo en todo la fortuna
serme
adversa.” (Anónimo, 41) En este tratado se intercambian los papeles porque Lázaro es quien
busca la comida para su amo.
Señor, hasta que dio las dos estuve aquí, y de que vi que Vuestra Merced no venía,
fuime por esa ciudad a encomendarme a las buenas gentes, y hanme dado esto que
veis.
Se Mostréle el pan y las tripas, que en un cabo de la halda traía, a la cual él mostró
buen semblante [...] (Anónimo, 48)
El hambre en los tres primeros tratados no evoluciona sino que va en retroceso. Es
evidente que Lázaro huye de sus amos para conseguir algo mejor, sin embargo, con cada amo
tiene más carencias. Lázaro es capaz de reconocer este hecho. “Escapé del trueno y di en el
relámpago; porque era el ciego para con éste un Alejandre Magno, con ser la mesma avaricia,
como he contado.” (Anónimo, 23) Él va con la idea de encontrar algo mejor pero eso no pasa
y para él es frustrante esa situación.
Allí se me vino a la memoria la consideración que hacia cuando me pensaba ir del
clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero, por ventura toparía
con otro peor. Finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte
venidera. (Anónimo, 41)
Lázaro pasa por tres etapas. La primera es con el ciego. Con él comía poco, pero el
sufrimiento no era tan grande porque con sus estrategias podía engañarlo. La segunda es con
el clérigo. Con él casi no comía, al menos que los invitaran al rezo de algún difunto. La
tercera es con el escudero. Lázaro le buscaba la comida porque de otra forma no hubiera
comido. "¡Maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en
la hambre!" (Anónimo, 41)

3. Conceptos que tiene Lázaro de sus distintos amos. Ubique las expresiones con que señala
o describe a:

a. El ciego es el primer amo de Lázaro. Él lo describe como el más astuto de


todos sus amos. “Pues tornando al bueno de mi ciego y contando sus cosas,
Vuestra Merced sepa que, desde que Dios crió [creó] el mundo, ninguno formó
más astuto ni sagaz.” (Anónimo, 8) El ciego le enseña a sobrevivir, a
conseguir la comida y dinero. “con todo lo que adquiere y tenía, jamás tan
avariento ni mezquino hombre no vi; tanto que me mataba a mí de hambre, y
así no me demediaba [no comía yo la mitad] de lo necesario.” (Anónimo, 9)
b. El clérigo de Maqueda es un hombre muy avaricioso y egoísta. “porque era el
ciego para con éste un Alejandre Magno, con ser la mesma avaricia, como he
contado.” (Anónimo, 23) No alimenta a Lázaro a pesar de que tiene los
recursos para alimentarlo.

c.. El escudero es un hombre muy orgulloso de si mismo y se preocupa mucho


por las apariencias. El escudero no tiene ni para comer pero finge sus riquezas.
Vivía en una casa oscura. Es un hombre vanidoso que siempre está bien
vestido. “topóme Dios con un escudero que iba por la calle, con razonable
vestido, bien peinado, su paso y compás en orden.” (Anónimo, 38) A pesar de
todo, Lázaro considera buen amo al escudero. “Cuando llegué a casa, ya el
bueno de mi amo estaba en ella.” (Anónimo, 47)

d. El fraile de la Merced tiene un aspecto mundano. Le da a Lazarillo sus


primeros zapatos. Es un fraile promiscuo, vividor y corrupto. Siempre está
afuera del convento, da recados y se dedica a los negocios. “Gran enemigo del
coro [del rezo] y de comer en el convento, perdido por su afición a andar fuera,
amicísimo de negocios seglares y visitar. Gran enemigo del coro [del rezo] y
de comer en el convento, perdido por su afición a andar fuera, amicísimo de
negocios seglares y visitar.” (Anónimo, 63)

e. El buldero era un hombre desvergonzado, estafador y corrupto. Vendía falsas


bulas, engañaba a la gente para ganar dinero. Es un hombre sin escrupulos que
se gana la vida con engaños.
En el quinto por mi ventura di, que fue un buldero, el más desenvuelto y
desvergonzado, y el mayor echador dellas que jamás yo vi ni ver espero, ni
pienso que nadie vio. Porque tenía y buscaba modos y maneras y muy sotiles
[sutiles] invenciones. (Anónimo, 64)

BIBLIOGRAFÍA
Anónimo. El Lazarillo de Tormes. 1554, http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx

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