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Nación

(Derecho Constitucional) Agrupación de hombres que tienen entre sí afinidades fundadas


en elementos comunes a la vez objetivos (raza, idioma, religión, modo de vida) y subjetivos
(recuerdos comunes, sentimientos de parentesco espiritual, deseos de vivir juntos), que los
unen y los distinguen de los pertenecientes a otras agrupaciones nacionales.
La intensidad de los vínculos de solidaridad nacional ha llevado a la formación del Estado-
nación; hay, sin embargo, Estados multinacionales (U.R.S.S., Yugoslavia...) y naciones
divididas en varios Estados (Vietnam, Corea).

1) Definición clásica 2) Nación como comunidad 3) Nación como elemento demográfico


1) clásicamente se la define como un
conjunto de familias unidas por vínculos de reza, costumbre, idioma, religión y
conciencia social. Pero es de hacer notar que estos caracteres que configuran una
Nación, sufren profundas modificaciones con el devenir histórico, y la pureza
quintaesenciada de la raza, por ej., Presente quizás en las primeras épocas de vida
de una Nación, puede, como ocurre casi absolutamente, no presentarse con
posterioridad, en razón del cosmopolitismo imperante, todo ello sin que por eso
desaparezca la Nación. Los habitantes de los estados europeos, por ej., Provienen de
infinidad de mezclas, y la población americana deriva originariamente del cruce de la
raza conquistadora con la conquistada y, más tarde, con el aluvión inmigratorio que
convirtió el suelo americano en un verdadero crisol de razas.

Otro tanto podemos decir del idioma, bastando para demostrarlo los ejemplos de
España, Italia y Francia, donde existen dialectos que son verdaderas lenguas y,
además, el caso de diferentes naciones que hablan un mismo idioma.

Lo mismo pasa con la unidad de religión, negada rotundamente por los países de


América, donde existe la más amplia variedad de cultos.

De todo resto deducimos que la presencia de los caracteres antedichos es más o


menos general en cada Nación, pero no exclusiva y absoluta; por eso, el sentimiento
de afinidad, el vínculo de unión entre los miembros de una Nación resulta, mas que
de la coexistencia de todos los factores, cosa muy rara en la actualidad, de
la presencia de varios de ellos. Acertadamente destaca terminante de los anteriores,
el nacimiento del individuo dentro del grupo nacional.

2) la Nación es una comunidad, determinadas objetivamente por el nacimiento o


su asimilación y subjetivamente por nexos sociológicos, como el lenguaje, la religión,
los usos, costumbres y hábitos de vida, y psicológicos, como
la voluntad de pertenencia y conciencia de poseer un origen y un destino común, que
se
resuelven en determinadas formas de vida en común, cooperación y solidaridad.

Para Renán, la Nación "es una gran solidaridad, constituida por el sentimiento de


los sacrificios realizados y los que se realizaran en caso necesario.

Presupone un pasado, pero se resume en el presente por un hecho tangible:

el consentimiento, el deseo claramente expresado de continuar la vida en común.

La existencia de una Nación es un plebiscito de todas los día, como la existencia del
individuo es una afirmación perpetua de vida... " Kranenburg concibe a la Nación
como el producto psicológico de la conciencia del grupo, que se traduce en el deseo
de organizarse como grupo independiente, "conciencia del sentimiento
de solidaridad para con los otros miembros de su grupo y resistencia a

vivir en asociacion rígida, bajo una organización, o, en todo, en un solo estado, junto


con otros grupos humanos, con otras naciones".

3) la Nación-elemento demográfico- no entra en el estado sino como uno de los


elementos que concurren en su formación. Una
vez constituido, el estado no traduce la personificación de la Nación:
se personifica a si mismo.

La Nación no interviene sino como un elemento de estructura, del mismo modo que
los otros dos elementos: el territorio y el imperium. El estado es una persona en si.
De acuerdo con este punto de vista, la Nación carece de personalidad.

La idea de que la Nación es un sujeto jurídico pero distinto del estado, fue concebida


en Francia. Ahí de dijo que, en virtud del principio de la soberanía nacional, la Nación
puede y debe ser considerada como el sujeto originario de la soberanía y, por
consiguiente, como una persona anterior al estado; es la Nación la que da vida
al estado al hacer delegación de su soberanía en los gobernantes que instituye
la constitución.

Esta doctrina lleva a crear en el estado una dualidad de personas, distintas una de


otra: la persona Nación en primer término; la persona estatal, después.

Estas teorías, que separan el estado de la Nación están en contradicción - dice carre


de malberg- con el principio mismo de la soberanía nacional, tal como fue
establecido por la revolución francesa. Al proclamar que la soberanía, es decir,
la potestad característica del estado, reside esencialmente en la Nación,
la revolución consagró implícitamente, en efecto, basada en el derecho francés, la
idea capital de que los poderes y los derechos de los cuales el estado es sujeto no
son otra cosa, en el fondo, sino los derechos y los poderes de la misma. El estado no
es un sujeto jurídico que se yergue frente a la Nación oponiéndose a ella; desde el
momento que se admite que los poderes de naturaleza estatal pertenece a la Nación,
hay que admitir también la identidad entre Nación y estado, en el sentido de que no
es sino la personificación de aquella. "El estado no es otro que la Nación
misma"...."Así pues, la Nación no tiene poderes, no es sujeto de derecho, no aparece
como soberana sino en cuanto esta jurídicamente organizada y actúa según las leyes
de su organización. En otros términos, la Nación no se convierte en persona mas que
por el hecho de su

organización estatal, es decir, por el hecho de estar constituida en estado.

Del mismo modo que el estado no puede constituir una persona fuera de la Nación,
la Nación no tiene personalidad sino en y por el estado".

En el Derecho Político son muchos los conceptos de difícil determinación, pero el de


nación es tal vez Uno de los más ambiguos y discutidos. Por eso su definición ofrece
dificultades y puede inducir a errores. Se advierte así con sólo tomar en
consideración la que da la Academia de la Lengua cuando dice que es: a) el conjunto
de habitantes de un país regido por el mismo gobierno; b) territorio de ese mismo
país; c) conjunto de personas de un mismo origen étnico, que hablan un mismo
idioma y tienen una tradición común.
Pero ya en tales acepciones se encuentran elementos de dudoso contenido, como
sucede con el sustantivo país, no solo porque su idea es probablemente más
indefinible, sino también porque uno de los significados que le da el Diccionario de
la Academia es el de ilación se requiera unidad de gobierno, de territorio, de origen
étnico, de lengua y de religión, ya que ninguno de esos elementos es esencial para la
realidad política de aquélla, bastando para comprenderlo así detenerse a considerar:
1°) Que hay naciones en las que se hablan distintos idiomas, como sucede en
España, Bélgica, Inglaterra, Suiza. E, inversamente, un mismo idioma es común a
varias naciones, como sucede con el castellano, el francés, el inglés y el portugués.
Bastan estos ejemplos para advertir que la identidad de lengua no es elemento
determinante de la nación.
2°) Que tampoco puede serlo la raza, en primer término, porque su contenido es
todavía más discutido que los de pais y nación, y en segundo lugar porque, aun
tomando la raza en su sentido vulgar, no cabe ninguna duda de que muchas
naciones están integradas por grupos de muy diverso origen étnico, incluso blancos y
negros, blancos e indios occidentales.
3°) Que, dentro de un mismo territorio nacional, se encuentran grupos de distintas
religiones, además de que son muchos los Estados que carecen de
una religión oficial, por lo cual ésta no constituye un elemento necesario de
caracterización ni puede servir para determinar la nacionalidad.
4°) Que, si bien el territorio puede representar el elemento que mejor caracterice a
la nación, tampoco lo es de modo absoluto, como lo prueba el hecho de que los
judíos han sido a través de numerosos siglos nación sin territorio, como lo fueron los
pueblos nómadas.
5°) Que si, confundiendo la idea de nación con la de Estado (v.), se quisiese hacer la
fijación nacional por la unidad de gobierno -o sea, de unas mismas instituciones
estatales-, la dificultad sería aun mayor, porque no siempre resultan coincidentes
los conceptos de nación y de Estado, Sirva de ejemplo el caso del Imperio austro-
húngaro que, durante mucho tiempo y hasta su desmembración. estuvo formado por
dos naciones; así como también la unión, durante muchos años, de Suecia y
Noruega; sin que quepa olvidar el caso de Los Estados sin territorio, representados
por los gobiernos en destierro, mientras su s territorios están ocupados
por Estados extranjeros.

Los tratadistas de Derecho Político han definido de diversas maneras la nación. Para


Posada es una amplia comunidad espacial-territorial o mantenida como tal merced a
la integrada unidad de vida. Para Renán es una gran solidaridad, constituida por el
sentimiento de los sacrificios realizados y los que se realizarán en caso necesario, lo
que presupone un pasado y se resume en el presente por un hecho tangible:
el consentimiento, el deseo claramente manifestado de continuar la vida en común.
Para Gumplowiez es como un desarrollo histórico, uno obra de cultura, el conjunto
de propiedades comunes que se han impreso a un pueblo, a una pluralidad de tribus,
en el curso de la historia y del desarrollo de un Estado. Para Girod es el conjunto de
hombres que, participando por el nacimiento y la educación del mismo carácter y del
mismo temperamento, teniendo un mismo conjunto de ideas y de sentimientos,
practicando las mismas costumbres y viviendo bajo las mismas leyes e instituciones,
mantienen la voluntad de permanecer unidos en la integridad del suelo, de las
instituciones, de las costumbres, de las ideas, de los sentimientos, y en el mismo
culto de un pasado. Finalmente, para Sánchez Viamonte, refiriéndose a los grandes
grupos sociales, la palabra nación puede ser empleada cuando esos grupos ofrecen
continuidad histórica, habiendo existido como un todo orgánico fácilmente
distinguible de los demás, cuando poseen modalidades que les son inherentes, y si a
través del tiempo se pueden seguir las vicisitudes de su existencia, no obstante que
tales grupos sociales tengan diversas razas, idiomas y religiones, bastando con que
se hallan unidos por el pasado, solidarizados en el presente y proyectados al futuro
en una acción común.

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