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Desde hace años la ciudadanía en Chile se viene organizando para denunciar la insuficiencia de los
montos de las pensiones entregadas por el sistema de AFP y ha llevado tanto al gobierno de Michelle
Bachelet como al actual de Sebastián Piñera a realizar propuestas de reforma al sistema previsional. No
queremos que el proyecto actual naufrague como el anterior, pues los actuales y futuros jubilados y
jubiladas no pueden seguir esperando. Sin embargo, un proyecto que mantenga las lógicas de cotización
individual, responsabilizando a los cotizantes por las bajas pensiones, está condenado al fracaso. Por esta
razón, rechazamos el actual proyecto, que no altera los cimientos del sistema, no mejora las pensiones
actuales ni se hace cargo de la demanda por NO + AFP que ha llenado las calles de nuestras territorios,
negando la seguridad social como un derecho básico.
Las organizaciones abajo firmantes hacemos un llamado a las fuerzas de oposición a disputar la
orientación de la reforma con un horizonte basado en los principios de la seguridad social,
incorporando al sistema un componente solidario y de reparto. Lo anterior se traduce en impulsar un
retroceso de la lógica de capitalización individual que hoy rige el sistema, distribuyendo de forma
solidaria al menos parte del 10% de cotización obligatoria actual. Todo aumento en las cotizaciones
debe implicar un avance hacia un sistema de seguridad social que haga que se distribuya entre las
y los trabajadores con lógicas de reparto (es decir, que las generaciones más jóvenes contribuyamos al
financiamiento de quienes hoy son mayores). Sobre esta lógica debe funcionar el 4% con cargo al
empleador que contempla el actual proyecto y que manifestamos como una cifra insuficiente,
debiendo incrementarse. Con esto, las actuales pensiones de todas y todos los trabajadores pueden
aumentar de manera inmediata, sin otorgar nuevas oportunidades de negocios a las AFP u otras
instituciones financieras.
Adicionalmente, esperamos que el gobierno haga eco de la propuesta realizada por distintas
organizaciones de separar el proyecto de ley que aumenta la pensión básica solidaria, para dar una
discusión inmediata que permita incrementar desde ya las pensiones más bajas que otorga el sistema,
sin perjuicio de que lo llamamos a terminar con la focalización que rige a esta política, hoy con fuerte
componente asistencial, para que se pueda consolidar como un sistema con auténtica solidaridad.
El desafío de mejorar las pensiones es compartido por todo el país y una necesidad urgente. Esperamos
que el gobierno se abra al diálogo democrático con todos los actores políticos, sociales y sindicales
involucrados. No todos los años se discuten las pensiones, ni siempre se abre la puerta a una cotización
adicional; sería un despilfarro insistir en colocar estos recursos en el mismo sistema que hace décadas
viene fracasando.
Como fuerzas políticas nuestro compromiso está con que las demandas sociales de los últimos años se
conviertan en conquistas y transformaciones concretas, que no pueden seguir esperando a acuerdos
programáticos futuros. La discusión sobre la reforma a las pensiones debe interpelarnos a ello,
impidiendo que se consolide y profundice el actual sistema. Esperamos que el conjunto de las fuerzas
progresistas y de izquierda se sumen a este esfuerzo.
14 de noviembre de 2018