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3.

Reflexiones sobre el desarrollo jurisprudencial de la Delegatura para Funciones


Jurisdiccionales de la Superintendencia Financiera de Colombia
la Superintendencia Financiera de Colombia, en su función judicial, ha desarrollado un
lenguaje interpretativo para resolver controversias contractuales, basado en la asunción
de una responsabilidad especial por parte de las entidades financieras en su actividad,
que se sustenta en aspectos como la confianza pública, el interés público, el
profesionalismo y el poder negociador. Este régimen de responsabilidad especial se basa
en la debida diligencia y profesionalismo que se exige a los bancos y se confirma en
casos de discusión contractual en relación con la responsabilidad por transacciones
fraudulentas en depósitos de ahorro. Además, la jurisprudencia ha establecido que las
instituciones financieras están sujetas a un régimen especial de responsabilidad civil
debido a que son empresarios profesionales que manejan el ahorro del público,
asumiendo obligaciones de resultado para la restitución de los recursos captados. En
este sentido, deben administrar diversos riesgos y no se les permite trasladar la
responsabilidad a los ahorradores o cuentahabientes mediante estipulaciones
contractuales que contengan exoneraciones totales de responsabilidad. la
responsabilidad objetiva no se aplica a todos los ámbitos de la actividad bancaria,
especialmente en el caso de cheques perdidos o extraviados, donde la responsabilidad
solo recae en la entidad bancaria después de que se haya notificado oportunamente la
pérdida o falsedad notoria en el cheque presentado. Aunque se ha intentado argumentar
que existe un régimen especial de responsabilidad objetiva en materia financiera, la
Corte Suprema de Justicia ha señalado que este principio no se aplica en el caso del
artículo 733 del Código de Comercio, y que la responsabilidad aplicable queda exenta
de este postulado. Sin embargo, la Superintendencia Financiera de Colombia ha
señalado que este régimen no es inexcusable y que la entidad financiera puede eximirse
o reducir su responsabilidad probando la culpa del consumidor o la presencia de un
evento imprevisible e irresistible ajeno a su actividad. Para lograr esto, la entidad
financiera debe demostrar que el consumidor actuó con negligencia o descuido en el
incumplimiento de sus obligaciones contractuales, como ignorar las recomendaciones
de seguridad para la gestión de los diferentes canales de transacción. Esto plantea dudas
sobre si es necesario reconocer el incumplimiento contractual del consumidor como
causa necesaria e inseparable del daño para refutar la responsabilidad de la entidad
financiera o si es suficiente encontrar una mera inobservancia del deber contractual del
consumidor.
El texto analiza la estrategia utilizada por la Delegatura en la resolución de disputas
financieras entre consumidores y entidades financieras, y plantea la pregunta de si la
Delegatura tiende a absolver a las entidades financieras de responsabilidad incluso en
casos en que los consumidores no tienen la culpa. El texto examina varios casos en los
que la Delegatura ha encontrado responsables tanto a las entidades financieras como a
los consumidores, y llega a la conclusión de que la Delegatura solo responsabiliza al
consumidor cuando sus acciones u omisiones han causado el daño, y que se requiere
una clara línea de causalidad para responsabilizar al consumidor y absolver a las
entidades financieras. Se destaca la importancia de analizar cada caso en particular para
determinar si la Delegatura ha aplicado correctamente el régimen especial de
responsabilidad financiera en relación con el incumplimiento contractual del
consumidor financiero. Se argumenta que la obligación impuesta al consumidor de
seguir instrucciones de seguridad no debería eximir a la entidad financiera de su
responsabilidad, ya que ésta debe garantizar la seguridad y calidad de sus productos y
servicios. Además, se enfatiza que las entidades financieras no pueden desatender sus
deberes especiales si el consumidor no sigue "las prácticas de protección propia". Por lo
tanto, cada fallo de la Delegatura debe ser examinado cuidadosamente para asegurarse
de que se proteja adecuadamente al consumidor financiero como colaborador en la
mitigación del riesgo, y no como garante de este.

4. La responsabilidad precontractual dentro de las funciones jurisdiccionales de la


Superintendencia Financiera de Colombia
El principio de libertad contractual establece que las conductas en la etapa
precontractual no son vinculantes y no generan responsabilidad. Sin embargo, para
evitar conductas abusivas, se han introducido parámetros de comportamiento
obligatorios, como el deber de "buena fe". Cualquier actuación que atente contra este
deber puede dar lugar a una indemnización por perjuicios. La Ley 1328 de 2009 protege
al consumidor financiero, incluyendo al cliente potencial en la fase previa de tratativas
preliminares, contra cualquier acción u omisión de la entidad vigilada que viole el
principio de la buena fe. El deber de buena fe objetiva es fundamental tanto en la etapa
contractual como en la precontractual y se extiende a los deberes de conducta. Durante
la etapa precontractual, se deben cumplir varios deberes, como el deber de información,
el deber de secreto y el deber de seguridad, que incluye el deber de no abandonar las
negociaciones sin una justa causa y el deber de no discriminar al consumidor financiero.
La violación de estos deberes puede llevar a la responsabilidad extracontractual y se
deben liquidar según las reglas del Código Civil.
Por otra parte, se afirma que la Delegatura para Funciones Jurisdiccionales de la
Superintendencia Financiera de Colombia tiene jurisdicción para conocer las
controversias surgidas entre los consumidores financieros y las entidades vigiladas por
violación de los deberes de conducta en la etapa precontractual. La protección a los
consumidores financieros se extiende a todas las tratativas propias del periodo
precontractual, y la buena fe objetiva se materializa en deberes de información, secreto,
seguridad, no abandono de las negociaciones sin justa causa, no discriminación, entre
otros. A pesar de una posible doctrina probable de la Corte Suprema de Justicia, la
Delegatura tendría competencia para conocer estas controversias. El texto también
proporciona dos ejemplos de casos en los que la Delegatura resolvió las controversias,
estableciendo la responsabilidad civil de la entidad financiera en un caso y no en el otro
debido a criterios establecidos en la circular básica contable y la capacidad de
endeudamiento del consumidor financiero.

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