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Clase 6: lectura, producción e interpretación de textos complejos

UNTREF Virtual
Materia: Comprensión y producción de textos académicos
Profesora: Cecilia Noriega

En esta última unidad nos detendremos, específicamente, en la


producción y lectura de textos complejos. Comenzaremos por los más
usados en el ámbito laboral en general, como son los comentarios, los
informes y las memorias.

Estos formatos se usan normalmente en la esfera laboral y son


diferentes en cuanto a lo constitutivo, ya que mientras las memorias y los
informes son discursos informativos preponderamente, los comentarios
son más personales y suelen incluir opiniones y, hasta algunos de ellos,
argumentos, es decir, son discursos de opinión o argumentación.

Las memorias y los informes suelen ser solicitados por jerarquías


laborales superiores con el fin de, en el caso de los informes, dar cuenta
por escrito de una situación o estado del área en la que se trabaja,
presenta los resultados y las conclusiones del área, suele tener una
estructura tripartita simple: introducción, desarrollo y conclusión.

Las memorias suelen ser anuales y dan cuenta de un balance general de


los logros y dificultades, así como suelen terminar con una propuesta de
mejoramiento u optimización del área referida. Suelen tener formatos y
extensión específica, según la institución o empresa que lo requiere.

Los comentarios, son como dije, mucho más personales, y se piden en


situaciones anómalas o especiales, frente a acontecimientos específicos o
por una razón coyuntural. Son más informales, incluyen apreciaciones,
opiniones y, a veces, algún argumento para convencer con el fin de llevar
adelante alguna acción determinada. También se suelen pedir
posteriormente a algún evento especial del que se requiera testimonios y
opiniones del personal.

Estos formatos suelen consignar la fecha, van firmados y membretados,


así como finalizan respetuosamente con un saludo cordial.
Discurso argumentativo: como ya lo hemos especificado, este discurso es
un tipo textual que tiene como objetivo convencer y persuadir al receptor.
Se basa en la necesidad de los seres humanos de persuadir a sus
interlocutores, o de llegar a un acuerdo con ellos con respecto de cómo
es el mundo. Hay argumentación cuando un sujeto intenta hacer que el
destinatario adhiera a un punto de vista determinado.

Michael Foucault propone “considerar los hechos del discurso no sólo


en su aspecto lingüístico, sino como games, juegos estratégicos de acción,
reacción, pregunta y respuesta, de dominación y retracción y también de
lucha.”

El discurso argumentativo se utiliza en el periodismo, la Justicia, la


política, la universidad. Nace ligado a prácticas judiciales, en la antigua
Grecia, aproximadamente en el siglo V (A. C.), en Sicilia, con un famoso
pleito entre Córax y Tisias por una disputa territorial de vecinos.

Se consolida oralmente con el filósofo Sócrates y, en forma escrita, con


Platón y Aristóteles. Nació como la elaboración de formas racionales de
prueba y demostración, y también como el arte de persuadir y convencer.

Luego, el cristianismo le agregó la exhortación religiosa, la enseñanza. En


los siglos XIX y XX, los géneros mediáticos y la publicidad se especializaron
en su uso.

Un argumento es un razonamiento que se emplea para probar o


demostrar una proposición, o bien para convencer a otro de aquello que
se afirma o niega.

Argumentar, del latín argumentare, significa argüir, sacar en claro,


descubrir y probar.

Históricamente, el discurso argumentativo posee un proceso retórico,


sobre La Retórica, de Aristóteles, con 3 momentos esenciales:

. Inventio: proceso de generación de ideas. Búsqueda de argumentos


adecuados para hacer plausible una tesis. Contiene 2 vías: la lógica,
racional y la psicológica, emocional. Roland Barthes concibe esta etapa
con la metáfora del cazador al acecho buscando su presa.
. Dispositio: es el acto creativo, la disposición de los argumentos y partes
del discurso. Constituye el plan estructural del texto.

. Elocutio: es la etapa de ponerle palabras, de redactar y dejar fluir las


ideas. Cuanto más bello es el discurso, con uso de metáforas, imágenes y
figuras poéticas, más capacidad de conmover tendrá y, por lo tanto, de
persuadir a la audiencia.

El ensayo, la tesis, los tratados son las formas clásicas escritas del
discurso argumentativo.

El ensayo es una obra relativamente libre en su estructura, en la que el


autor expone razonadamente ideas y opiniones. Hay ensayos literarios,
libres como los maravillosos ensayos escritos por Jorge Luis Borges,
Marguerite Yourcenar, Arturo Jauretche, Horacio González, y tantos otros.

Como también hay ensayos científicos de divulgación que aparecen en


las publicaciones científicas. En la Argentina existe una excelente y
extensa tradición ensayística; los argentinos gustamos de discutir,
reflexionar y amamos el ensayo como discurso.

El filósofo H.P.Grice tiene 4 máximas que respeta en la escritura


argumentativa:

o Diga lo necesario
o Diga la verdad
o Sea relevante
o Sea claro
o Sea modesto, lo suyo es sólo un punto de vista entre tantos otros.

Volvamos a las generalidades de la argumentación:

Siempre se reconoce una o más hipótesis, que será defendida mediante


una variedad de recursos: como diversas voces que autoricen nuestras
afirmaciones, también se puede ejemplificar, o narrar, incluso, algún
suceso pertinente.

En general, en una secuencia argumentativa no hay progresión


temporal sino lógica, por lo que los conectores serán de tipo légico
(“pero”, “sin embargo”, “aunque”, “por lo tanto”, etc.). Los tiempos
verbales serán los del presente o un pasado durativo, habrá un
enunciador con marcas subjetivas (uso de subjetivemas y modalizadores).

Se encontrarán formas de polifonía de voces: voz de otros autores que


se usarán para reafirmar o refutar o para respaldar nuestro punto de vista.

El texto argumentativo tiende a la construcción de un nuevo concepto.


Se puede usar la 1° persona del singular o del plural, o un impersonal; se
trata de involucrar al lector, apelándolo con el uso de “usted”, “vos”, “tú”
o el modo imperativo verbal.

Los elementos mínimos en la argumentación son: el punto de partida, el


punto de vista o tesis y los argumentos que tratarán de probar la tesis. Su
carácter es fuertemente subjetivo, es por eso que se requiere de práctica
y de recursos literarios y expresivos.

La cita textual y las paráfrasis: son las formas más usadas para intercalar
esas voces que el entramado polifónico del discurso argumentativo.

- Paráfrasis: cuando se cuenta lo que el otro dijo con las propias


palabras pero sin cambiar el sentido.
- La cita textual es la entrecomillada (“”) con nota al pie de página o
en el anexo bibliográfico.
-
Ejemplo de referencia bibliográfica: Rama, Angel (1972). Más allá del
boom literatura y mercado. Bs. As., Folios ediciones.

Ejemplo de artículo de revista: Lamarque, N. (1927) “La fuerza de


América”, Revista Nosotros, número 219, pp 59-70

Los epígrafes, que ya vimos, son un recurso paratextual ideal para los
textos argumentativos.

Veremos algunos ejemplos de párrafos introductorios de textos


ensayísticos y párrafos de cierres o remates:

“Emerson dijo que una biblioteca es un gabinete mágico en el que hay


muchos espíritus hechizados. Despiertan cuando los llamamos, mientras
no abrimos un libro, ese libro, literalmente, geométricamente, es un
volumen, una cosa entre las cosas. Cuando lo abrimos, cuando el libro da
con su lector, ocurre el hecho estético. Y aún para el mismo lector el mismo
libro cambia, cabe agregar, ya que cambiamos, ya que somos (para volver
a mi cita predilecta) el río de Heráclito, quien dijo que el hombre de ayer
no es el hombre de hoy y el de hoy no será el de mañana. Cambiamos
incesantemente y es dable afirmar que cada lectura de un libro, que cada
relectura, cada recuerdo de esa relectura, renuevan el texto. También el
texto es el cambiante río de Heráclito.”

(…) “Tengo para mí que la belleza es una sensación física, algo que
sentimos con todo el cuerpo. No es el resultado de un juicio, no llegamos a
ella por medio de reglas, sentimos la belleza o no la sentimos.” Jorge Luis
Borges, La poesía.

“Si la palabra en su rito diario de la consagración de nuestra identidad


humana queda desprovista del poder de solidarizarse con los hombres,
entonces ¿quién es el poeta en un país lejano? Desde hace veinte años vivo
en la costa oeste del continente americano con el Pacífico tendido ante mis
ojos. Mi trabajo como profesor en la gran universidad fue muy valioso
para mí, gracias al contacto con la gente joven. No obstante tenía que
luchar con una profunda soledad de la que este libro de poemas es
testimonio. Hoy en día cuando mis poemas regresan a Polonia, sería
injusto si no reconociera cuánto le debo a la soledad” Czeslaw Milosz,
Poemas

“El día en que una estatua está terminada, su vida, en cierto sentido
empieza. Se ha salvado la primera etapa que, mediante los cuidados del
escultor, la ha llevado desde el bloque hasta la forma humana, una
segunda etapa, en el transcurso de los siglos, a través de alternativas de
adoración, admiración, de amor, de desprecio o de indiferencia, por grados
sucesivos de erosión y desgaste, la irá devolviendo poco a poco al estado
de mineral informe al que la había sustraído su escultor.” Marguerite
Yourcenar, El tiempo gran escultor

“Yo sólo creería en un dios que supiera bailar. Y cuando vi mi diablo, lo


encontré grave, serio, profundo y solemne: era el espíritu de la pesadez, a
través de él caen todas las cosas. No la ira, sino la risa, mata. ¡Aplastemos
el espíritu de la pesadez! He aprendido a caminar, desde entonces, me
dejo correr. He aprendido a volar, desde entonces no espero a que me
empujen para moverme del sitio. Ahora soy ligero, vuelo, ahora me veo
debajo de mí, ahora un dios baila a través de mí. Así habló Zaratustra”
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra

“Ken Wilber, psicólogo transpersonal norteamericano y estudioso del


fenómeno espiritual cita una frase de Decker que dice: “Desde el mismo
principio, el hombre levantaba símbolos culturales que no envejecían o
decaían para mitigar el temor de su fin definitivo. Podemos ver que lo que
la gente quiere en cualquier época es una manera de trascender su destino
físico. La cultura proporciona símbolos de inmortalidad”. Julio Cortázar
antes de sus 30 años tenía su propio proyecto de inmortalidad: la
escritura. Y vaya si lo llevó a cabo. Cortázar se perpetúa en las cartas, en el
afecto de los que lo conocieron y esencialmente en la certeza que tenemos
sus lectores, de que es y será, sin duda alguna uno de los grandes
escritores del siglo XX.” Cecilia Noriega, El joven Cortázar

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