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Prospectiva de la Educación Ambiental: Creencias y Actitudes

Ambientales.

Mayra García-Ruiz

Introducción

El propósito de este capítulo es hacer un ejercicio de reflexión sobre la


problemática ambiental actual y el papel que juega hoy día y debe jugar en el
futuro la Educación Ambiental, soportado por algunos resultados de investigación
acerca de las creencias y actitudes ambientales.

Los retos ambientales que enfrentamos actualmente, van desde la acumulación de


emisiones de gases por el efecto invernadero en la atmósfera, la escasez de agua
y el cambio climático, hasta la pérdida de la calidad de vida y generación de
conflictos sociales que desencadenan guerras por recursos naturales con grandes
implicaciones económicas.

En la actualidad los países más industrializados son los que gastan más recursos,
sus empresas y gobiernos priorizan la competitividad económica sin tomar en
cuenta que los recursos pueden agotarse a corto o mediano plazo (Nieto, 2006),
pero el daño que provocan va más allá de sus fronteras, ya que alojan sus
industrias contaminantes en países menos desarrollados con gobiernos que,
aunque tienen legislada la protección del ambiente, no la llevan a cabo en la
realidad, debido a los intereses económico-políticos implicados. Estos países siguen
un modelo económico de industrialización no sustentable y de inequidad social que
consume cada vez más a nuestro planeta.

Emanada de los daños provocados en nuestro planeta y de la preocupación de


algunos sectores de la sociedad por el mejoramiento ambiental la Educación
Ambiental (en adelante EA) surge, no sólo cómo una necesidad para resolver los
problemas ambientales actuales, sino también con el objetivo de formar

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ciudadanos ambientalmente responsables capaces de erigir un entorno
sustentable. La EA es un enfoque interdisciplinario de toda la vida, que tiene como
propósito desarrollar una población mundial que sea consciente del ambiente y sus
problemas para contribuir a su solución y su prevención, y propiciar la formación
de nuevos conocimientos, habilidades, actitudes, motivaciones y responsabilidades
personales y sociales (Moseley, 2000).

En las últimas dos décadas México ha sufrido grandes cambios económicos


sociales y políticos; estos cambios han venido acompañados por un profundo
deterioro ambiental que se ve reflejado en un cambio climático dramático, pérdida
de la biodiversidad, problemas de salud física y mental, pobreza, inseguridad,
inequidad social y pérdida de valores y de calidad de vida, debidos principalmente
al modelo de desarrollo económico, al modelo centralista de los poderes de la
nación y a la poca relevancia dada al cuidado del ambiente a lo largo de varios
años. Todos estos problemas, apuntan hacia una alfabetización ambiental que
contribuya a la construcción de una ciudadanía ambientalmente responsable.

Por tanto, un mayor conocimiento, conciencia y sensibilidad son necesarios en la


sociedad actual y en estos aspectos el papel que juegan la EA y las actitudes
ambientales son de suma importancia. Esto va acorde con una de las tendencias
actuales de la EA que es promover actitudes favorables y fomentar una
responsabilidad social hacia el medio ambiente para un futuro sustentable.

Desde esta perspectiva, este capítulo se centra en las actitudes, debido a la


estrecha e innegable relación que tienen con la EA, específicamente el interés se
dirige hacia el diagnóstico de las creencias y actitudes ambientales en estudiantes
de nivel superior.

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Antecedentes Teóricos

Actitudes

La actitud es un concepto importante dentro del campo de la educación, las


variables afectivas son tan importantes como las variables cognitivas en su
influencia en el aprendizaje, son consideradas importantes no sólo por su
influencia en el aprovechamiento sino porque ellas mismas constituyen resultados
de aprendizaje muy relevantes (Koballa, 1988). Las actitudes son un componente
fundamental de la personalidad de los individuos, la sola presencia del afecto es
suficiente para desencadenar una conducta. Además la actitud es el único
concepto que reconoce la importancia de los valores (a través de la evaluación
afectiva del objeto), por lo que se convierte en un elemento central en el proceso
de enseñanza-aprendizaje.

El concepto de actitud fue introducido por la psicología social a principios del siglo
XX. Los sociólogos William I. Thomas y Florian Znaniecki, mostraron a la
comunidad científica internacional de aquella época, que el concepto de actitud
podía ser utilizado para el estudio de los agrupamientos sociales (Quiroz, 2004). A
partir de entonces muchos autores se han dedicado a proporcionar definiciones del
concepto de actitud y es de notar que estas definiciones son muy numerosas,
tanto que para finales de los años 1970 ya había más de 500 definiciones de
actitud (Ajzen y Fishbein, 1977). Lo interesante es que en la mayoría de estas
existen puntos de convergencia que se pueden resumir como las disposiciones o
tendencias a actuar de manera favorable o no favorable hacia un objeto, situación
o persona determinados, que implican juicios evaluativos afectivos, cognitivos y
conductuales, que son experiencias subjetivas pero se aprenden en un contexto
social. Esto implica que al medir las actitudes se pueden inferir las conductas, con
su correspondiente grado de incertidumbre.

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Actitudes Ambientales

En cuanto a las actitudes relacionadas con el ambiente, también hay algunos


autores que han tratado de esclarecer este concepto, entre ellos se pueden
mencionar a Holahan (1982), quien define a las actitudes ambientales como los
sentimientos favorables o desfavorables que se tienen hacia alguna característica
del ambiente físico o hacia un problema relacionado con él. Sin embargo, en esta
definición no se incluye la relevancia de la parte social, que está tan
estrechamente unida a estos conceptos. Posteriormente, el mismo Holahan (1996)
comenta que las actitudes ambientales son la base para que el individuo decida si
está o no satisfecho con el ambiente donde habita, puesto que influyen muchas
decisiones cotidianas, tales como elegir entre manejar, caminar o utilizar el
transporte público para ir a la escuela o el trabajo, por ejemplo.

Jiménez (1986), considera que las actitudes ambientales se sustentan en


sentimientos agradables o desagradables hacia una característica del ambiente
físico o hacia un programa relacionado con él.

Para Stern (2000) no está claro si las actitudes ambientales son una cosa o
muchas no obstante que existen evidencias de que las actitudes hacia la
contaminación, el uso de los recursos, etc. están relacionados entre sí, no se ha
llegado a concretar un constructo general de actitudes ambientales.

Lisa Pelstring (1997), basada en la definición de actitud de Ajzen & Fishbein


(1980)1 define a las actitudes ambientales como una predisposición aprendida a
responder de manera consistentemente favorable o desfavorable con respecto al
ambiente.

Independientemente de con que definición de actitud ambiental se esté de


acuerdo, lo que es importante mencionar de estas actitudes ambientales es que en
ellas se encuentran presentes los tres elementos de la actitud, el componente
afectivo, el cognitivo y el activo o conductual.

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Después de lo plasmado en los párrafos anteriores es evidente la necesidad de
evaluar aspectos afectivos como elementos claves en la EA dado que, si bien existe
una tendencia a reconocer que las actitudes son variables afectivas importantes en
el logro académico, no se tienden a evaluar aspectos actitudinales de los
estudiantes y no obstante que se reconoce la importancia de las variables
afectivas, no se han implementados mecanismos sistemáticos que permitan su
reconocimiento, desarrollo y evaluación; de ahí la relevancia de poder conocer las
actitudes de sujetos tan importantes como son los jóvenes de nivel superior.

Investigaciones Previas

En la investigación sobre las actitudes ambientales se han seguido


fundamentalmente dos líneas, la primera de ellas, se refiere a las actitudes
relacionadas con disposiciones y conductas ambientales generales -por ejemplo las
creencias y preocupaciones sobre el ambiente- y, la segunda línea trabaja
actitudes específicas, hacia temáticas ambientales concretas, como la
contaminación, deforestación, residuos, energía nuclear, lluvia ácida, el cambio
climático -destrucción de la capa de ozono, efecto invernadero-, la conservación
del medio -reciclaje, recursos, consumo responsable, ahorro de energía, protección
de la biodiversidad- que ha sido más fecunda (García Mira, 2000; Stern, 2000).

En los tres últimos decenios se ha llevado a cabo una gran cantidad de


investigaciones en el campo de la EA, en todas las áreas y niveles educativos, y en
varios países, de donde ha surgido una importante cantidad de información
dirigida principalmente al diagnóstico certero de la situación ambiental y a la
generación de propuestas para hacer frente a esta crisis ambiental con el propósito
de poder construir sociedades sustentables.

A continuación se mencionan algunas investigaciones sobre actitudes ambientales,


que sirvieron de base para fundamentar los resultados de investigación que
presento en este capítulo.

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En algunos estudios se enfatiza por una parte, la relevancia de un formación
actitudinal, además de la disciplinaria y la pedagógica, con la cual se fomenten
actitudes ambientales favorables y se valoren los conocimientos ambientales
(García-Ruiz & López, 2005; Makki, Abd-El-Khalick y Boujaoude, 2003), y por otra,
enriquecer a través de propuestas pedagógicas, las percepciones de los profesores
sobre el estado del mundo desde el punto de vista ambiental (Gil-Pérez et al.,
2003) y de esta manera propiciar una formación valoral ambiental.

García-Ruiz & López (2011), en una investigación sobre conocimientos y actitudes


ambientales en los profesores de educación básica y media superior, encontraron
que al analizar las tres dimensiones de la actitud los profesores mostraron
actitudes favorables hacia el ambiente, sin embargo fueron evidentes las
deficiencias en la formación pedagógica y en el dominio de los contenidos
ambientales de los profesores, así como la necesidad de vincular estas actitudes
con sus acciones. Estas deficiencias dificultan el desarrollo de actitudes favorables
en los estudiantes, ya que ellos interpretan los contenidos en dos realidades, una
en el contexto social en donde se desenvuelven y otra en el contexto escolar, lo
que impide establecer una interacción entre ambas. Resultados similares fueron
encontrados en estudiantes de secundaria libaneses, los cuales tampoco tenían
actitudes ambientales desfavorables, pero mostraban deficiencias en cuanto a los
contenidos ambientales (Makki et al., 2003).

Matus y Dorantes (2011) en un estudio sobre las actitudes hacia el problema de la


sobrepoblación en estudiantes universitarios, encontraron que los universitarios
manifestaron actitudes de gran preocupación por el problema de la alta densidad
poblacional, pero que no tienen los conocimientos necesarios para enfrentarlo.

Por otra parte, Erol & Gezer (2006) encontraron que universitarios turcos que
estaban estudiando para profesores de primaria manifestaban actitudes
moderadamente favorables hacia el ambiente y hacia los problemas ambientales
actuales. Un dato interesante de este estudio es que las actitudes ambientales de

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estos estudiantes no se modificaron después de haber tomado un curso sobre el
ambiente. Es de notar este resultado ya que investigaciones de otros autores han
mostrado que las actitudes ambientales mejoran cuando los estudiantes tienen
más conocimientos ambientales, ejemplo de ello es el estudio realizado por Özey
(2010) en el que reveló que los estudiantes de secundaria que obtuvieron mayor
puntaje en una prueba de conocimientos ambientales, manifestaron actitudes
ambientales más favorables, este trabajo confirma la hipótesis de que un mayor
conocimiento sobre el ambiente mejora las actitudes de los estudiantes.

Sin embargo, la controversia continúa, ya que otros autores reportan que, más
que los conocimientos ambientales, es más importante la experiencia vivida para
tener actitudes y comportamientos amigables con el ambiente (Aydin, 2010,
Bradley, Waliczek & Zajicek, 1999).

Por tanto, se requieren nuevas bases para diagnosticar y desarrollar actitudes y


creencias sobre el ambiente y lograr, no sólo dar solución a la problemática
ambiental actual, sino también para evitar problemas nuevos que deterioren aún
más nuestro planeta.

Metodología

Participantes

Se trabajó con una muestra total de 1200 estudiantes mexicanos, de los cuales el
60% eran mujeres y el 40% hombres. Los participantes fueron estudiantes
universitarios de diferentes licenciaturas, tanto del área de ciencias2, como del
área de humanidades.

Instrumentos

Los instrumentos utilizados fueron (ver anexo), primeramente un cuestionario


adaptado del proyecto ROSE (The Relevance of Science Education - La Relevancia
de la Educación Científica), el cual es un estudio comparativo internacional que
pretende identificar tanto los factores cruciales para el aprendizaje de CyT, como

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las actitudes de respeto e interés de los estudiantes hacia el medio ambiente, y
específicamente incluye una escala de actitudes hacia el medio ambiente (Sjoberg,
2003). El instrumento global de la investigación ROSE es una encuesta con varias
partes sobre diversos temas independientes, elaborada por un seminario de
expertos de todo el mundo investigadores en didáctica de la ciencia (Schreiner y
Sjoberg, 2004). Para este estudio se utilizaron los reactivos relativos a la escala
Los desafíos medio-ambientales y Yo y se desarrollaron algunos ítems específicos
para el objetivo de esta investigación. En las cuestiones se le pide a los estudiantes
una respuesta cerrada sobre una escala del tipo Likert, en este caso de cinco
puntos (1 – 5), en la que manifiestan su grado de acuerdo o desacuerdo con las
frases sobre el medio ambiente y van desde totalmente en desacuerdo (1) hasta
totalmente de acuerdo (5). Su contenido obedece a una prospectiva de las
actitudes ambientales, desde la perspectiva general de la problemática y
preocupación general por el futuro ambiental, sin hacer referencias específicas a
problemas o riesgos ambientales concretos (Vázquez & Manassero, 2005), pero sí
mostrar la tendencia a la acción de algunas acciones para mejorar la crisis
planetaria que estamos viviendo.

El segundo instrumento fue el Cuestionario de Opiniones sobre la Ciencia, la


Tecnología y la Sociedad -CTS- (disponible en línea www.oei/COCTS/, Manassero,
Vázquez y Acevedo, 2003). Es un formato de elección múltiple, que permite a los
encuestados expresar sus propios puntos de vista sobre temas CTS y su relación
con el ambiente, está conformado por un problema respecto al cual se desea
conocer la actitud de los encuestados, seguido de una serie de frases para
responder el grado de acuerdo/desacuerdo en una escala del 1 al 9. Cada frase fue
clasificada por un panel de jueces como adecuada, plausible o ingenua, según la
cual se valoran las respuestas dadas por los encuestados (Manassero et al., 2003).
Del COCTS se analizaron dos dimensiones para esta investigación: la

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responsabilidad social hacia la contaminación y las decisiones sobre los asuntos
científicos y tecnológicos de nuestro país que pueden tener impacto ambiental.

Procedimiento

Los instrumentos se aplicaron a las muestras de estudiantes de ciencias y


humanidades y fueron contestados de manera anónima por los participantes.

Los análisis estadísticos que se llevaron a cabo -a través del programa SPSS V18-
fueron los siguientes: primeramente se obtuvieron los índices actitudinales,
posteriormente las medias actitudinales fueron comparadas estadísticamente a
través de una prueba de t de student para muestras independientes con el fin de
diagnosticar y comparar las actitudes de los estudiantes sobre los aspectos
ambientales. Además, se realizaron comparaciones estadísticas de las creencias y
actitudes ambientales de los hombres y las mujeres participantes con el fin de
tomar en consideración la variable de género para la interpretación de los
resultados.

Resultados

Este diagnóstico nos mostró los puntos fuertes y débiles en las actitudes
ambientales, proporcionado algunos elementos que se necesitan trabajar dentro
de la EA, que permitan propiciar actitudes y comportamientos favorables con el
ambiente no sólo en los estudiantes universitarios, sino en toda la sociedad. Los
resultados principales de este estudio se detallan continuación.

Primeramente, es importante mencionar que no se encontraron diferencias


significativas en cuanto a las actitudes ambientales, entre los estudiantes de
ciencias y humanidades, por lo que en la descripción de los resultados no se hace
diferencia entre las áreas de conocimiento.

Un dato interesante es que la mayor parte de los estudiantes encuestados (85%)


no se considera parte del medio ambiente, sino que sólo se perciben como
usuarios de ese ambiente. Adicionalmente, no poseen un conocimiento amplio y

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sólido sobre la problemática ambiental actual, lo que saben acerca de ella proviene
en su mayoría de los medios de comunicación, piensan (el 76% de los
participantes) que la mayor parte de los problemas ambientales son causados por
las industrias (contaminación) y los avances tecnológicos, por tanto no se percatan
de que las actividades humanas cotidianas contribuyen a esta problemática; por lo
que manifiestan (84% de ellos) que las amenazas medioambientales no son
asunto suyo y su solución debe partir de los expertos de los países ricos y de la
ciencia y la tecnología, porque son estos quienes los generan.

Sin embargo, la gran mayoría de los universitarios (93%), a pesar de que se


consideran un poco ajenos a la generación de los problemas relacionados con el
ambiente, manifiestan que la gente debería preocuparse más por protegerlo.

Por otra parte, una gran parte de los estudiantes muestran actitudes encontradas,
negativas cuando manifiestan (88%) que se está exagerando mucho respecto a los
problemas ambientales y, positivas cuando expresan (70%) que les gustaría, que
en su Universidad separaran el vidrio y el papel del resto de la basura y los
depositaran en sus contenedores para ser reciclados.

Lo mismo sucede cuando declaran (90%) su acuerdo respecto a dos cosas: el


tener conocimientos ambientales ayuda a que nuestro mundo sea mejor y el
conocer los problemas ambientales puede ser una forma eficaz para proteger el
medio ambiente; empero tienen creencias poco favorables (89%) referentes a la
EA, ya que sienten que una buena EA no podría ayudar a solucionar los problemas
de la contaminación, pero la tecnología sí podría hacerlo, esto puede deberse a
que no tienen claro lo que es la EA.

En cuanto la responsabilidad social hacia la contaminación y las decisiones sobre


los asuntos científicos y tecnológicos de nuestro país que pueden tener impacto
ambiental, los resultados mostraron índices actitudinales promedio muy bajos e
inclusive negativos (M= 0.26 y M= -0.27 respectivamente), lo que se traduce

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como actitudes desfavorables, en otras palabras los universitarios manifiestan poca
responsabilidad social hacia la contaminación y un gran desconocimiento sobre el
impacto ambiental que pueden tener las decisiones sociales, ya que las decisiones
referentes a estos temas deben tomarse forma compartida, y pueden intervenir no
sólo los especialistas, sino también los ciudadanos, con una ética científico-
tecnológico-ambiental, debido a que son asuntos que tienen un gran compromiso
con el bienestar socioambiental.

En cuanto a la influencia del género en las actitudes ambientales los resultados


muestran que hay una tendencia más positiva en las mujeres que en los hombres,
por ejemplo las mujeres se muestran más preocupadas por el ambiente, expresan
actitudes más favorables para llevar a cabo acciones que protejan el ambiente –
reciclado, separación de residuos, conservación de especies- y manifiestan mayor
responsabilidad social hacia la contaminación.

En resumen el diagnóstico de las creencias y actitudes de los estudiantes


universitarios muestra lo siguiente:

 En la mayoría de los participantes se evidencia una exclusión del medio


ambiente, que no es visualizado como la parte integradora sociedad-
naturaleza y tampoco se consideran a sí mismos como parte de la
naturaleza, sino que perciben al medio de manera fraccionada y aislada.

 Deficiencias en conocimientos ambientales de su localidad y de su país.

 La mayoría de los conocimientos ambientales con los que cuentan los


estudiantes los adquieren de los medios de comunicación.

 Saben que el ambiente se debe cuidar, pero no les queda claro porque, ni
cómo hacerlo.
 De igual manera, la problemática ambiental la reducen a la contaminación,
no toman en cuenta que otra parte de la crisis ambiental que estamos

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enfrentando es la pérdida de la diversidad cultural, la inequidad social y de
género, etc., que son problemas que afectan a nuestra sociedad.

 El género es una variable importante en las actitudes hacia el ambiente y


hacia la contaminación, las mujeres muestran actitudes más favorables
hacia el ambiente que los hombres; empero ambos sexos poseen poco
conocimiento respecto a la problemática ambiental y las consecuencias en la
sociedad.

 Falta de formación en EA que les impide tener actitudes ambientales


favorables.

 No logran identificar a quienes les corresponden las decisiones en cuanto a


los asuntos científicos y tecnológicos que pueden tener impacto ambiental
en nuestro país.

Discusión y Conclusiones

Previos reportes de investigación demuestran que las actitudes y los conocimientos


sobre distintos temas ambientales en estudiantes de ciencias y humanidades son
relativamente bajos y sin diferencias estadísticamente significativas entre ambos
grupos (Makki et al., 2003). En la presente investigación se encontraron resultados
similares, no hubo diferencias significativas entre los universitarios de las distintas
áreas -ciencias y humanidades-; no obstante se podría haber esperado que los
estudiantes de ciencias tuviesen mayores conocimientos y mejores actitudes
ambientales que los de humanidades, por tanto, estos resultados apuntan la falta
de una de formación ambiental y señalan la relevancia de los conocimientos
ambientales en la currícula de todas las áreas del conocimiento.

Por otra parte, casi todos los estudiantes perciben al ambiente de manera
fraccionada y no se conciben así mismos como parte de él, sino como un usuario
del mismo, no lo visualizan como un sistema integrador sociedad-naturaleza, esto
puede ser aunado al poco conocimiento ambiental. Desafortunadamente, la mayor

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parte de los conocimientos ambientales son adquiridos a través de los medios de
comunicación y estos conocimientos son elementales, diversos e inconexos (Coyle,
2005), lo que trae como resultado que se generen creencias y concepciones
erróneas, se modifiquen los hábitos de consumo, la ideología, los valores y hasta
las costumbres (Mc Luhan 1977). Y en consecuencia se generen actitudes y
conductas ambientales poco favorables, que a su vez crean y exacerban la
problemática ambiental que amenaza el bienestar no sólo de la humanidad, sino
de todas las especies.

Más aún, según los estudios de Coyle (2005), la visión general de los educadores
ambientales es que los medios masivos de comunicación no proporcionan una
educación ambiental, sino son una forma poderosa de información ambiental.
Adicionalmente, los educadores ambientales tienden a ignorar el poder de los
medios de comunicación y cómo éstos afectan el conocimiento ambiental de la
sociedad en general. Por lo que, es una necesidad creciente el contar con una
comprensión adecuada de los conocimientos ambientales, no solamente para
resolver la problemática ambiental actual, sino también para construir un presente
sustentable (García-Ruiz & López, 2011).

Otro resultado que llama la atención es que los universitarios manifiestan actitudes
encontradas, por un lado actitudes negativas respecto que creen que se exagera
sobre los problemas ambientales y por otro, quieren reciclar, tener conocimientos
sobre problemática ambiental para ayudar a proteger el ambiente, aunque no
visualizan a la EA como un medio para ayudar a solucionar los problemas de
contaminación, sólo a la tecnología. Esto sumado a la poca responsabilidad social
hacia la contaminación que manifiestan y a las actitudes desfavorables referentes a
las decisiones sociales que pueden tener un impacto ambiental, indican una falta
de formación ambiental adecuada, pero no sólo en términos disciplinares, sino
también en términos de una formación actitudinal que traerá como consecuencia
un comportamiento favorable hacia el ambiente.

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Con respecto al análisis de las actitudes ambientales dependiendo del género, esta
investigación muestra que las actitudes más favorables las manifiestan las
mujeres. Por ejemplo en la responsabilidad social hacia la contaminación, aunque
los índices actitudinales en ambos sexos resultaron muy bajos, las mujeres
mostraron actitudes más adecuadas. Estos datos confirman investigaciones
realizadas recientemente en otros países, como las que se llevaron a cabo con
estudiantes de secundaria y profesores de primaria en formación de Turquía,
cuando fueron comparadas las actitudes ambientales de los hombres y de las
mujeres, las mujeres mostraron puntajes actitudinales significativamente mayores
que los hombres. (Uzun, Atli & Saglam, 2010; Erol & Gezel, 2006), lo mismo
sucedió con estudiantes españoles también de nivel secundaria (Vázquez,
Manassero & García-Ruiz, 2011), las chicas manifestaron actitudes ambientales
más favorables que los jóvenes.

Todos estos resultados ponen de manifiesto que para proteger el ambiente, es


necesario educar a la ciudadanía como individuos quienes tienen conciencia y
conocimientos ambientales (Erol & Gezel, 2006) y es aquí donde la EA juega un
papel muy importante a fin de lograr formar generaciones de ciudadanos educadas
ambientalmente.

Por tanto, para propiciar una formación ambiental sólida estudios previos han
enfatizado la relevancia de llevar a cabo investigaciones sobre las actitudes y la
valoración de los conocimientos ambientales (Makki et al., 2003) y con base en
ellos, enriquecer las percepciones ambientales de los profesores sobre el estado
del mundo, a través de propuestas pedagógicas (Gil-Pérez, Vilches, Edwards,
Praia, Marques & Oliveira, 2003).

La formación profesional del futuro debe poner más de atención en la formación


de actitudes de los valores totales. La formación profesional debe ser promotora
de los valores más humanos pero que desaliente el individualismo egoísta, que

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fomente el respeto a la vida en sociedad, sin descuidar la solidaridad social y la
conservación del medio ambiente (Vargas, 2008).

La EA del futuro tiene entre sus principales retos una formación desde la
transdisciplinariedad y la complejidad, por tanto es verdaderamente necesaria la
generación nuevos programas de formación de estudiantes de todos los niveles
escolares, así como el diseño de nuevos modelos de formación docente, con
estrategias didácticas que promuevan en los estudiantes creencias y actitudes
favorables hacia el ambiente, la ciencia y la tecnología.

Los hallazgos presentados en este trabajo proporcionan elementos que pueden ser
utilizados en el desarrollo de programas de formación en EA. Así en este capítulo
se considera que una buena prospectiva de la EA para tener un futuro sustentable
es, entre otras cosas, el desarrollo de actitudes favorables hacia el medio
ambiente. Visualizando una prospectiva con tendencias ambientales complejas que
se deben de tomar en cuenta para formar ciudadanos ambientalmente
responsables.

Agradecimientos
Proyecto financiado por el Área Académica 2 de la Universidad Pedagógica
Nacional (México) y por el Plan Nacional de I+D del Ministerio de Ciencia e
Innovación (España) Proyecto de Investigación EDU2010-16553.

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Notas:
1
Una actitud es una predisposición aprendida a responder de manera
consistentemente favorable o desfavorable con respecto a un objeto dado.
2
En este capítulo se incluyen dentro de las ciencias, no solo las relacionadas con la
naturaleza sino también las disciplinas vinculadas (tecnología, ingeniería,
matemáticas, etc.) y, dentro de las humanidades, además de la literatura, historia,
filosofía y artes, a las ciencias sociales como la educación, sociología, psicología,
pedagogía, derecho, economía, política, geografía, etc..

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Anexo
Instrumentos

Cuestionario (ROSE)
Este cuestionario anónimo pretende conocer tus opiniones de algunas cuestiones importantes sobre el ambiente, las problemáticas
ambientales y la educación ambiental. Se pide que valores tu grado de acuerdo personal con cada una de estas frases, para ello marca con una
cruz tu opinión (TA, totalmente de acuerdo, A de acuerdo, I indeciso, D desacuerdo, TD totalmente en desacuerdo).

1 Tener conocimientos ambientales ayuda a que nuestro mundo sea mejor TA A I D TD


2 El que los estudiantes conozcan los problemas ambientales puede ser una forma eficaz para proteger el medio TA A I D TD
ambiente
3 Los problemas ambientales hacen el futuro del mundo sombrío y desesperado TA A I D TD
4 Debemos procurar conservar todos los animales y plantas de la tierra, aunque ello suponga mucho gasto TA A I D TD
5 Creo que se está exagerando mucho respecto a los problemas ambientales, porque en la naturaleza todo se TA A I D TD
degrada con el tiempo.
6 La ciencia y tecnología pueden resolver todos los problemas ambientales TA A I D TD
7 Deseo que evitar problemas ambientales aun cuando esto signifique sacrificios. TA A I D TD
8 Mi colaboración es importante en la protección del ambiente TA A I D TD
9 Todavía podemos encontrar soluciones a los problemas ambientales TA A I D TD
10 Las amenazas medioambientales no son asunto mío TA A I D TD
11 La gente se preocupa demasiado por los problemas ambientales TA A I D TD
12 En mi casa puedo gastar toda el agua o la electricidad que quiera, porque soy quien la paga TA A I D TD
13 Los problemas ambientales pueden resolverse sin grandes cambios en nuestra vida cotidiana TA A I D TD
14 Los campesinos hacen bien en matar a venados, conejos y a otros animales salvajes que perjudican sus TA A I D TD
cultivos y a su ganado
15 La gente debería preocuparse más por proteger más el ambiente TA A I D TD
16 Resolver los problemas ambientales del mundo es responsabilidad de los países ricos TA A I D TD
17 Quisiera, que en mi Universidad se separaran el vidrio y el papel del resto de la basura y depositarlo en sus TA A I D TD
contenedores.
18 Pienso que cada uno de nosotros puede hacer una contribución importante a la protección del ambiente TA A I D TD
19 La educación ambiental no puede ayudar a solucionar los problemas de la contaminación, sólo la tecnología TA A I D TD
puede hacerlo.
20 La solución de los problemas ambientales deben dejarse a los expertos TA A I D TD
21 Soy optimista sobre el futuro de nuestro planeta TA A I D TD
22 Los animales deberían tener el mismo derecho a la vida que las personas TA A I D TD
23 En casa separo el vidrio y el papel del resto de la basura y los deposito en sus contenedores TA A I D TD
24 Usar animales en los experimentos médicos es correcto si esto puede ahorrar vidas humanas. TA A I D TD
25 Estoy dispuesto a consumir menos y prescindir de algunas comodidades si con ello ayudo a proteger el TA A I D TD
ambiente
26 Yo puedo influir personalmente en el medio ambiente. TA A I D TD
27 Casi todas las actividades humanas dañan el ambiente TA A I D TD
28 El mundo natural es sagrado y debería dejarse en paz TA A I D TD
29 Es absurdo dejar de construir una carretera por proteger unas aves o unas plantas “raras” TA A I D TD
30 No me importa pagar un poco más por un mismo refresco si el envase es reciclable (vidrio) TA A I D TD

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COCTS

La industria pesada ha contaminado enormemente los países industriales. Por tanto, es una decisión
responsable trasladarla a los países no desarrollados, donde la contaminación no está tan extendida.
( ) A. La industria pesada debería ser trasladada a los países no desarrollados para salvar nuestro país y
sus generaciones futuras de la contaminación.
( ) B. Es difícil de decidir. Trasladar la industria ayudaría a los países pobres a prosperar y también a
reducir la contaminación de nuestro país. Pero no tenemos derecho a contaminar el medio
ambiente de otros lugares.
( ) C. No es cuestión de donde esté localizada la industria pesada. Los efectos de la contaminación son
globales sobre la Tierra.
La industria pesada NO debería trasladarse a los países no desarrollados:
( ) D. Porque trasladar la industria no es una forma responsable de resolver la contaminación. Se
debería reducir o eliminar la contaminación aquí, en lugar de crear más problemas en cualquier
otro lugar.
( ) E. Porque esos países tienen ya suficientes problemas sin añadir el problema de la contaminación.
( ) F. Porque la contaminación debería ser limitada tanto como sea posible. Extenderla sólo crearía más
daños.

Los científicos e ingenieros deberían ser los únicos en decidir los asuntos científicos de nuestro país porque
son las personas que mejor conocen estos asuntos.
Como por ejemplo, los tipos de energía cara al futuro (nuclear, hidráulica, solar, quemando carbón, etc.), los
índices permitidos de contaminación del aire en nuestro país (emisiones industriales de dióxido de azufre,
control de la contaminación de coches y camiones, emisiones de gases ácidos de los pozos de petróleo, etc.),
el futuro de la biotecnología en nuestro país (ADN recombinante, ingeniería genética, desarrollo de
bacterias eliminadoras de minerales o creadoras de nieve, etc.), técnicas aplicadas al feto (amniocentesis
para analizar los cromosomas del feto, alterar el desarrollo del embrión, los bebés probeta, etc.), o sobre el
desarme nuclear.
Los científicos e ingenieros son los que deberían decidir:
( ) A. Porque tienen la formación y los datos que les dan una mejor comprensión del tema.
( ) B. Porque tienen el conocimiento y pueden tomar mejores decisiones que los burócratas del
gobierno o las empresas privadas, que tienen intereses creados.
( ) C. Porque tienen la formación y los datos que les dan una mejor comprensión; PERO los ciudadanos
deberían estar implicados, o deberían ser informados o consultados.
( ) D. La decisión debería ser tomada de manera compartida. Las opiniones de los científicos e
ingenieros, otros especialistas y los ciudadanos informados, deberían ser tenidas en cuenta en las
decisiones que afectan a nuestra sociedad.
( ) E. El gobierno debería decidir porque el tema es básicamente político; PERO científicos e ingenieros
deberían aconsejar.
( ) F. Los ciudadanos deberían decidir, porque la decisión afecta a todos; PERO científicos e ingenieros
deberían aconsejar.
( ) G. Los ciudadanos deberían decidir, porque sirven como control de los científicos e ingenieros. Éstos
tienen opiniones idealistas y estrechas del tema y, por tanto, prestan poca atención a las
consecuencias.
( ) H. Depende del tipo de decisión a tomar; no es lo mismo decidir sobre el desarme nuclear que sobre
un bebé. En unos casos podrían hacerlo los científicos solos, y en otros, los ciudadanos o los
interesados.

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