Está en la página 1de 6

La novela picaresca y el pícaro: sá tira y

crítica
Tamara Arias y Julio Salinas

La novela picaresca muy característica de la literatura española que surgió entre los años
del Renacimiento y el Barroco, durante el llamado Siglo de Oro de la literatura española,
nos presentaba en este tipo de novelas donde una de sus mayores formas de identificarlas es
gracias al personaje principal, “El pícaro”, estas novelas resaltan la imagen del pícaro, un
personaje novelesco que puede identificarse gracias a características visibles como: Las
actitudes antihéroe, personajes con una personalidad totalmente opuesta a los personajes de
la caballería a los que se estaba acostumbrado en ese entonces, los pícaros son personajes
que no poseen ideales y que cuyo único fin es la supervivencia, sin importarles que armas o
artimañas usen para lograr sus fines, también se les considera la encarnación del deshonor,
ósea, son la representación de todo lo contrario que significa el concepto moral y social de
la honra, los pícaros expresan continuamente sus deseos de libertar y relatan la genealogía
vil, esto quiere decir que los pícaros nunca tienen padres o ascendientes noble. La novela
picaresca resalta también por su narración de falsa autobiografía, donde la historia es
narrada en primera persona como si el protagonista (el pícaro) nos contara sus propias
aventuras, y el personaje alcanza la dualidad de hacernos creer que es tanto el protagonista
como el autor. Se patenta en las novelas picarescas un determinismo donde el pícaro intenta
regularmente de escalar socialmente pero sus intentos siempre terminan en fracasos donde
de forma satírica se plasma una burla a todas las capas de la sociedad, pero al mismo
tiempo intenta mostrar la parte más cruda de la sociedad de aquella época, la novela más
representativa de este subgénero fue “El Lazarillo de Tormes” ya que se puede encontrar en
esta novela diversos elementos característicos: Posee una narración en primero persona
(autobiográfica) que está narrada de tal forma como si se dirigiera a un lector especifico,
normalmente en forma de carta, su personaje principal es un pícaro (Lázaro) que se
encuentra a lo largo de la narración al servicio de varios amos y es el que cuenta la historia
para auto justificarse o arrepentirse sobre su vida. Entonces, para abordar aún más sobre la
novela picaresca, haremos unos breves resúmenes de los acontecimientos más relevantes de
los textos leídos, en los cuales resalta la presencia de personajes pícaros.

En primer lugar, tenemos los “Tratados I y VII de Lazarillo de Tormes” (Anónimo,


1554), en donde en el primer tratado nos cuenta acerca de la infancia de Lázaro, de la
muerte de su padre (el que murió en batalla, luego de ser encontrado robando), de cómo su
madre se relaciona con otro hombre (el cual también seria descubierto robando
eventualmente) el cual le dio un hermano y cómo termina solo con su madre y hermano con
los cuales solos se mudan al mesón de Solana en Salamanca donde se quedan hasta que
Lázaro es un joven de 12 años, donde su madre lo envía con un hombre ciego para que le
sirva de lazarillo, el hombre ciego le dice que le enseñara a sobrevivir, aunque el hombre es
muy avaro y maltrata continuamente a Lázaro, hasta que este hartó lo hace golpearse contra
una poste, y al dejarlo con la gente que se acerca a ayudarlo. Lázaro aprovecha y escapa. En
el séptimo tratado nos adelantamos al futuro donde Lázaro se encuentra sirviendo a su
octavo amo, un alguacil, pero no duró mucho bajos sus órdenes porque consideraba su
trabajo muy peligroso, luego de abandonarlo se pone al mando de su noveno amo, el
arcipreste, donde trabaja como pregonero, finalmente es con este amo donde Lázaro se casa
con una criada del arcipreste, Lázaro cuenta que aunque su amo es bueno, surgen rumores
de que este se acuesta con la esposa de Lázaro pero él no le da tanta importancia porque
dice que el arcipreste le daba la comida, Lázaro dice que le pide a sus amigos que ya no
hablen nada malo de su mujer, amenazándolos de muerte al que hable mal de ella.

En segundo lugar, tenemos el capítulo XXII de “El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha” (Miguel de Cervantes, 1605), en el cuál la historia comienza con Don Quijote
ve que por el camino se acerca 12 hombres esposados y encadenados, cuatro armados, dos
a caballo y dos a pie. Sancho explica que son hombres condenados a servir al rey en las
galeras, a lo que Don Quijote cree que es su deber ayudarles tras lo cual se dirige a
preguntar por los crímenes de los encadenados, entre los hombres hay uno que es el que va
más encadenado que los demás, es el famoso Ginés de Pasamonte, quien le cuenta al
Quijote que ha escrito su vida en un libro su vida que es tan bueno que el “Lazarillo de
Tormes” y todos los libros de ese género no tendrán un buen año, tras lo cual uno de los
guardias quiere golpearlo pero el Quijote le dice que no lo haga y que los libere, dando un
discurso sobre que no han cometido pecados, a lo cual el guardia se niega y se ve forzado a
defenderse cuando el Quijote se abalanza sobre él, mientras Quijote pelea con los guardas,
los encadenados logran liberarse tomando las armas de los guardas los cuales salen
huyendo. Al huir los guardas don Quijote les pide a los presos liberados que como muestra
de gratitud vayan a la ciudad de Toboso para presentarse ante Dulcinea de parte de su
caballero y le cuenten lo sucedido, a lo cual Ginés le contesta que no es posible porque
todos deben dividirse para que la Santa Hermandad no los encuentre, esta respuesta no le
gusta a don Quijote que se enfada y los galeotes apedrean al Quijote y a Sancho, haciendo
que el primero se caiga de Rocinante a lo cual uno de los galeotes le quita la bacía de la
cabeza y la ocupa para golpearlo hasta que esta se rompe, terminan por robarles varios
artículos de ropa, dejando casi desnudo a Sancho y finalmente escapan.

En el tercer lugar, vemos el capítulo XXVI de “El ingenioso caballero don Quijote de la
Mancha” (Miguel de Cervantes, 1615), en este capítulo el Maese Pedro representó una
historia en la cual don Gaiferos liberaba a su esposa, Melisendra, la cual estaba cautiva de
los moros en Sansueña. Durante la actuación de Maese Pedro don Quijote estuvo
interviniendo constantemente para explicar lo que en la obra estaba sucediendo. Don
Quijote en un arrebato de locura desvaina la espada y destruye todos los muñecos de Maese
Pedro ya que eran unos moros que perseguían a los “buenos” de la obra y Don Quijote en
su delirio como buen caballero quería ayudarlos a escapar. Don Quijote dándose cuenta
finalmente de lo que hizo achaca su error a los encantadores que lo habían embaucado. A la
mañana siguiente Maese Pedro se marcha muy pronto ya que no quería toparse con don
Quijote por si hacia alguna de las suyas nuevamente.

Y en último lugar, está el capítulo XXVII “El ingenioso caballero don Quijote de la
Mancha” (Miguel de Cervantes, 1615), en este capítulo se descubre que en realidad
Maese Pedro era Ginés de Pasamonte, uno de los galeotes que escapó gracias a Don
Quijote. Ginés se había convertido en titiritero y se ganaba la vida yendo por los pueblo en
los que antes de entrar se enteraba de los sucesos recientes para así hacer creer a todos que
el mono era adivino. Cuando Don Quijote se marchó de la venta se encontró al escuadrón
del rebuzno que armados iban en busca de sus burladores. Don Quijote para evitar la batalla
les dijo que solo había cuatro razones para levantar las armas y pelear: en defensa de la fe
católica; en defensa de su propia vida; en defensa de la honra, la familia y la hacienda; o en
servicio de su rey. Ya cuando estaban casi convencidos de dejar las armas Sancho dice que
no deben enojarse tanto por un rebuzno y que cuando él era pequeño rebuznaba tan bien
como los asnos, lo que para demostrarlo dio un fuerte rebuzno y no de los pobladores
creyendo que se burlaba lo tiró del asno que montaba y comenzaron a apedrear a Sancho y
a Don Quijote los cuales salieron huyendo del pueblo.

Luego de dar a conocer los sucesos más relevantes de los relatos y comparándolo con lo ya
sabido de las novela picaresca, es necesario mencionar que algunas de las semejanzas
presentes en los textos ya mencionados, tanto en el Lazarillo de Tormes como en los
capítulos del Quijote, podemos ver claramente la imagen del pícaro, siendo en el lazarillo,
el protagonista quien en el tratado I podemos ver como tiene antecedentes familiares no
muy nobles y la narración trascurre de una forma biográfica, es el mismo Lázaro
contándonos su historia que más adelante junto con el tratado VII podemos ver que a él no
le molesta usar cualquier artimaña o elementos a su alcance para sobrevivir, lo que se puede
ver cuando se escapa del viejo o cuando la verdad no le importa que su esposa le sea infiel
mientras él se encuentre bien, en los capítulos del Quijote este personaje picaresco lo
relacionamos con el personaje de Ginés de Pasamonte quien muestra rasgos de personaje
pícaro como en el primer capítulo narrado donde Ginés le cuenta a don Quijote que ha
escrito un libro sobre su vida y el que digan que él es el peor de los encadenados que se
encuentran allí nos da a entender que tuvo una vida bastante movida, llena de artimañas y
engaños, otra cosa que comparten ambas novelas es que ambas tienen una ideología
moralizante y pesimista, con esto queremos decir que las novelas muestran una perspectiva
de desengaño, donde se muestran conductas aberrantes que eventualmente son castigadas, o
en la retórica de la época de la predicción del ejemplo, donde los personajes descarriados,
son castigados o se arrepienten de sus actos, en este apartado en el Lazarillo se muestra
continuamente los castigos que recibe Lázaro por sus crímenes y artimañas, y en el Quijote
el primer capítulo se empieza mostrando el castigo que tiene Ginés por su vida de crimen, e
incluso se puede ver esta parte en el capítulo que el mismo Quijote destroza las marionetas
y luego (aunque da una excusa de su error) se siente arrepentido, finalmente, ambas novelas
también tienen semejanza en cuanto a su intención satírica ya que a lo largo de sus
narraciones podemos observar que existe una crítica a la sociedad y el protagonista se pone
siempre al servicio de un nuevo amo, en el Lazarillo al cambiar de amo en amo y don
Quijote, aunque no son sus amos, si se entromete o “sirve” a las diferentes personas que se
encuentran en su camino.

Así mismo, es como se pueden divisar algunas diferencias entre los textos como, por
ejemplo, una de las más obvias es que el personaje pícaro no es el principal en las novelas
de don Quijote, mientras que en el Lazarillo de Tormes si lo es. Otra cosa en la que
discrepan ambas narraciones es en su estructura de falsa autobiografía, en el Lazarillo este
nos cuenta su historia, sabemos lo que sucede a través de sus propias experiencias, y en el
Quijote es más bien narrado en tercera persona, sabemos lo que hacen y piensan otros
personajes y no nos centramos en uno solo, con lo anterior dicho el protagonista para
tratarse de una novela picaresca en el Quijote debería ser este mismo, pero el pícaro que
hemos observado es un personaje secundario por lo que lo diferenciaría con la narración y
el personaje principal del Lazarillo de Tormes.

Para concluir, llegamos al consenso que la novela picaresca es un tipo de narración que
resulta muy ameno de leer, aunque en alginas instancias pueda resultar un poco tedioso por
la forma de escribir de la época, al mismo tiempo las situaciones e historias resultan
bastante divertidas e hilarantes porque de una forma satírica nos cuentan sucesos que
pueden resultar bastante desagradables, pero la forma de contarlo en su conjunto
personalmente se nos hace bastante divertida no solo de leer, sino también de analizar. Nos
ha gustado bastante la contraposición que existe entre otros textos anteriormente leídos
(exceptuando al Quijote, el cuál siempre tiene ese aire complejo de leer, pero bastante
disparatado) y estos textos, especialmente el del Lazarillo de Tormes, que leímos
anteriormente y se nos hizo igual de divertido analizarlo nuevamente.

Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro, géneros que
nunca abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances,
letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus
novelas
Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro, géneros que nunca
abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances, letrillas y otros
poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus novelas

También podría gustarte