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Operación Chavín de Huántar

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Operación Chavín de Huántar

Terrorismo en el Perú
Parte de conflicto armado interno del Perú

Maqueta de lo que sería la operación Chavín de Huántar

Fecha 22 de abril de 1997

Lugar Residencia del embajador del Japón, San


Isidro, Lima, Perú

Casus belli Toma de la residencia del embajador de Japón en


Lima

Resultado La casi totalidad de los rehenes rescatados y


todos los terroristas muertos
Desaparición total del MRTA

Beligerantes
 Perú  MRTA

Comandantes
Juan Valer Sandoval † Néstor Cerpa Cartolini †
Raúl Jiménez Chávez †

Fuerzas en combate
148 comandos 14 terroristas
72 rehenes

Bajas
2 comandos 14 terroristas
1 rehén
[editar datos en Wikidata]

La operación Chavín de Huántar fue una operación militar del Gobierno del Perú
llevada a cabo en abril de 1997 por el Comando Chavín de Huántar para rescatar a los
setenta y dos rehenes cautivos del grupo terrorista MRTA restantes1 durante la crisis de
la residencia del embajador del Japón en el Perú. Ha sido calificada como una de las
operaciones de rescate más exitosas de la historia. 234

Índice

 1La toma de la residencia del embajador japonés


 2Planificación del asalto a la residencia
 3El asalto
 4Terroristas del MRTA
 5Armamento
o 5.1Comandos
o 5.2Terroristas
 6Reconocimientos
 7Véase también
 8Referencias
 9Enlaces externos

La toma de la residencia del embajador japonés[editar]


Artículo principal: Toma de la residencia del embajador de Japón en Lima
A las 20:19 del 17 de diciembre de 1996, 14 miembros del grupo terrorista Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru tomaron la residencia del embajador del Japón en
el Perú, Morihisa Aoki, cuando se celebraba el natalicio del emperador de
Japón Akihito. Evento al que asistían quinientos invitados entre empresarios,
diplomáticos, religiosos, militares y políticos. Los catorce terroristas ingresaron por la
propiedad colindante que se encontraba vacía, dinamitaron la pared limítrofe,
avanzaron al terreno de la residencia, los asistentes en los jardines entraron en pánico
y se refugiaron dentro de la residencia, los terroristas ingresaron armados y les
comunicaron que eran rehenes.
Los terroristas fueron liberando rehenes (mujeres, ancianos y empleados del evento) a
petición del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que no tenían «peso
político». No obstante, liberaron a Javier Diez Canseco (militante de partidos de
izquierda) y a Alejandro Toledo, futuro presidente del Perú (2001-2006).
Dentro del grupo de rehenes liberado por su condición de mujeres o ancianos, liberaron
sin saberlo, a la madre del presidente Alberto Fujimori, y a razón del tipo de evento,
esto ha de haber sido un error del grupo terrorista. [cita  requerida] Después de haber liberado
a los ciudadanos comunes y haber seleccionado a los de mayor «valor» para su
operación, el grupo de rehenes se redujo a setenta y dos hombres. A cambio de su
liberación, pedían que se pusieran en libertad a cuatrocientos miembros del MRTA que
se encontraban encarcelados por delitos de terrorismo.
Entre las personalidades importantes que permanecieron bajo secuestro, se
encontraba el canciller Francisco Tudela, el ministro de Agricultura Rodolfo
Muñante, Francisco Sagasti, varios congresistas, miembros de la Corte Suprema
y diplomáticos extranjeros, empezando por el embajador japonés Morihisa Aoki y sus
colegas de Alemania, Canadá, Bolivia, Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba y
otros, así como el director de AID, un funcionario de la DEA, entre otros. También se
encontraban cautivos oficiales de policía, entre ellos los generales Máximo Rivera,
director de la Dincote, y Carlos Domínguez, exdirector de ese organismo, el coronel
Marco Miyashiro, adscrito a la Sunat, y José Matayoshi, director de Migraciones.
Durante el tiempo que duró la crisis, el Perú fue el centro de la atención del mundo
entero. Periodistas de todo el planeta acamparon en las afueras de la residencia
durante cuatro meses. Algunos corresponsales internacionales arrendaron
departamentos en edificios aledaños para emitir sus despachos.

Planificación del asalto a la residencia[editar]

Réplica de la residencia del embajador de Japón en Lima, construida para el entrenamiento de las fuerzas
especiales que la recuperaron.

Durante la crisis, que se prolongó hasta abril del año 1997, el Gobierno no podía


arriesgarse a efectuar en lo inmediato un movimiento militar que pudiera poner en
riesgo la vida de los secuestrados por las presiones nacionales e internacionales.
Durante los 126 días que duró la toma de la residencia, el Gobierno mostró una
apertura para negociar. El entonces ministro de Educación, Domingo Palermo
Cabrejos, fue nombrado negociador durante la crisis y actuó en busca de una salida
pacífica, visitando a los rehenes y negociando con su líder Néstor Cerpa Cartolini. El
entonces arzobispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani Thorne, fue parte de la comisión
negociadora y administraba los sacramentos a terroristas y rehenes.
Sin embargo, en forma paralela a las conversaciones, se fue entrenando a una fuerza
de operaciones especiales conformada por elementos del Ejército y de la Unidad
Especial de Combate (UEC) de la Fuerza de Infantería de Marina de la Marina de
Guerra del Perú (IMAP), la misma que debería estar lista para intervenir en caso se
tuviera que optar por una solución militar. El entrenamiento de esta unidad se produjo
en una réplica de la residencia construida en las instalaciones de la Escuela Militar de
Chorrillos a la cual se accedía mediante túneles subterráneos, tal y como se había
previsto ocurriría en el escenario real.
De hecho, para dicho efecto, el Gobierno peruano ya había reclutado en secreto un
importante número de mineros a quienes puso a construir estos laberintos con
múltiples salidas al interior de la residencia. Durante la planificación de la operación se
comentó que los túneles tenían una similitud a los templos de una ancestral cultura
peruana preinca conocida como Chavín de Huantar, los cuales fueron realizados bajo
tierra y estaban compuestos de diferentes accesos y pasillos subterráneos.
Durante las mañanas, el Ejército propalaba marchas militares con megáfonos en los
alrededores de la casa. Los medios de comunicación especularon que era una
maniobra para bajar la moral de los terroristas. El estruendo de las marchas militares
alteró los nervios de quienes permanecían en la residencia de la Embajada del Japón.
Sin embargo, el verdadero motivo de estas maniobras era evacuar la tierra extraída
durante la noche por medio de camiones que salían de una casa ubicada en la calle
posterior de la residencia.

El asalto[editar]
El 22 de abril de 1997, después de varios fracasos en la negociación y ante la
perspectiva de que por este motivo los secuestradores empiecen a negar la atención
médica a los rehenes, el Gobierno toma la decisión de enviar al Comando Chavín de
Huantar. Tras comprobar que los terroristas estaban distraídos por medio de cámaras
de video introducidas de forma secreta desde los túneles y micrófonos introducidos por
personal militar de sanidad por medio de los cuales se comunicaban algunos rehenes
de rango militar, se decide iniciar la operación. A las 15:23 una fuerte explosión dio
inicio a la operación, con la voladura del piso del salón principal, en donde un grupo de
terroristas jugaba futsal. 148 comandos irrumpieron por ese y otros accesos disparando
sus ametralladoras.
Todos los terroristas fueron abatidos. Uno de los rehenes, el magistrado Carlos Giusti,
fue herido en una pierna, lo que le causó una violenta hemorragia que le provocó la
muerte. Fue el único rehén muerto en la acción. Dos comandos también murieron, uno
de ellos, según algunos testimonios, protegió al canciller Tudela mientras este
escapaba por la azotea

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