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EL CIEGO BARTIMEO

Cuando el ciego escuchó que Jesús iba a ir,


caminó a Jericó; lo salió a recibir;
le gritaba: "¡Señor, ten piedad tú de mí
porque ciego soy yo y no puedo vivir!"
Cristo le preguntó: “¿Qué podré por ti hacer?”
Y con fe respondió “Haz que yo pueda ver”.
Cristo le preguntó: “¿Qué podré por ti hacer?”
Y con fe respondió “Haz que yo pueda ver”.

Al salir de allí daba gracias a Dios


porque ya pudo ver, pues Jesús lo sanó;
el Señor le mostró su amor y poder
cuando al ciego sanó, permitiéndole ver.
Él también lo sacó de otra noche sin luz,
pues su pena pagó Cristo allí en la cruz.
Él también lo sacó de otra noche sin luz,
pues su pena pagó Cristo allí en la cruz.

Este mismo Jesús poderoso de ayer,


es el mismo que hoy te dará su poder;
como escrito ya está, todo puede el Señor,
como ayer, también hoy y por la eternidad.
Si tú vienes a Él, salvación tú tendrás;
Dale tu corazón; libre y salvo serás.
Si tú vienes a Él, salvación tú tendrás;
Dale tu corazón; libre y salvo serás.

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