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Domingo, 3 de abril de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):


En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo
acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las
adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en
medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
- «Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
- «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

MENSAJE

No podemos juzgar o condenar a los demás, porque nosotros también


cometemos errores, la mujer había pecado, pero Jesús fue tan bueno y
misericordioso, que no la condenó, los escribas y fariseos no hicieron nada,
porque en su conciencia estaba q ellos también habían pecado
Domingo, 10 de abril de 2022

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22,14–23,56):


En aquel tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas llevaron a Jesús a presencia de Pilato.
No encuentro ninguna culpa en este hombre
C. Y se pusieron a acusarlo diciendo
S. «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos
al César, y diciendo que él es el Mesías rey».
C. Pilatos le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».
C. El le responde:
+ «Tú lo dices».
C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:
S. «No encuentro ninguna culpa en este hombre».
C. Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que habían ocurrido, se volvía dándose golpes de
pecho.
Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a distancia, viendo todo esto.
C. Pero ellos insistían con más fuerza, diciendo:
S. «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea hasta llegar aquí».
C. Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,
que estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió.
Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio
C. Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba verlo, porque oía hablar de él y esperaba
verle hacer algún milagro. Le hacía muchas preguntas con abundante verborrea; pero él no le contestó nada.
Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco.
Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato.
Aquel mismo día se hicieron amigos entre sí Herodes y Pilato, porque antes estaban enemistados entre si.
Pilato entregó a Jesús a su voluntad
C. Pilato, después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo:
S. «Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros y no he encontrado
en este hombre ninguna de las culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya veis que no ha hecho
nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».
C. Ellos vociferaron en masa:
S. «¡Quita de en medio a ese! Suéltanos a Barrabás».
C. Este había sido metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando:
S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».
C. Por tercera vez les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo
soltaré».
C. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su griterío.
Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y
homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí.
C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase
detrás de Jesús.
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él.
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
+ «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán:
"Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado". Entonces empezarán a decirles a los
montes: "Caed sobre nosotros", y a las colinas: "Cubridnos"; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿que harán con el seco?».
C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
C. Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía:
+ «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
C. Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte.
Este es el rey de los judíos
C. El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo:
S. «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».
C. Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
S. «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».
C. Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».
Hoy estarás conmigo en el paraíso
C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
S. «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
C. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
S. «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo
pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada».
C. Y decía:
S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».
C. Jesús le dijo:
+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del
templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».
C. Y, dicho esto, expiró.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa
C. El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo:
S. «Realmente, este hombre era justo».

MENSAJE

La sentencia del Señor es realmente dura. Más que sufrir por Él, más que
condolernos por su sufrimiento, debíamos recapacitar en lo que estamos
haciendo, porque estamos labrando nuestra propia condena. Y esta, será peor
que los padecimientos de Jesús.

Aquí tenemos un claro anticipo de lo que será la suerte que hemos de correr
todos por habernos desentendido de Jesús. Lo que le estamos haciendo no es
ni la sombra de lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos en realidad.

Lloren por ustedes mismos nos dice el Señor. Es nuestro propio fracaso el que
estamos viendo. Peor que lo que estamos observando será lo que sobrevendrá
sobre la humanidad, por no haber creído, por no haber oído al Señor.
Domingo, 17 de abril de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba
oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo
corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos;
pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con
que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

MENSAJE
Este es el día que ha hecho el Señor, alegrémonos y
estemos contentos. Jesús ha resucitado, para nunca
volver a morir. Después de la angustia de los días
anteriores, es el tiempo de una alegría desbordante. Pido
la gracia de entrar en la alegría de Jesús mismo, la
semilla que cae al camino y muere, y que ahora da
abundantes frutos, llenos de vida nueva.

"El vio y creyó". Ni Pedro ni Juan podían creer en la


resurrección sin sentir confusión y duda. Su carrera
hacia la tumba indica su desesperación interior. Pero de
la confusión surge la claridad. La tumba vacía solo
puede significar que Jesús está verdaderamente vivo, y
elevado y transformado por el Padre.

Domingo, 24 de abril de 2022


Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al
Señor.
Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les
perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros
discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de
los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando
cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se
han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en
su nombre.
MENSAJE
como personas necesitamos de alguien cuando
sentimos miedo o cuando pasamos un muy mal
momento, cada persona necesita ver para creer.
pero Jesús nos dice que no necesitamos de ver
para creer, tenemos que tener fe, y confiar en
su palabra.

Domingo, 8 de mayo de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,27-30):


En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me
siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de
mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la
mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»

MENSAJE
Esta cita bíblica nos habla de la
santísima trinidad, nos dice que Jesús y
Dios son uno, y que nosotros somos
parte de Él, Él nos cuida, nos conoce y
nos guía por el buen camino. Nosotros
al seguirlo nos ganamos la vida eterna.

Domingo, 15 de mayo de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):


Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y
Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si
mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un
mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también
entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os
amáis unos a otros.»

MENSAJE
En este evangelio el señor nos da su primer
mandamiento, amar al prójimo como así mismo.
No lo presenta como una opción o como un
consejo es una obligación.

También nos dice que nos ama, y que de igual


manera como él nos ama debemos amar.

Dios es el creador de todo lo existente, el


hombre ha nacido para amar y para que lo
amen, debemos amar, es necesario para la vida,
Jesucristo lo que hace es aclarar la esencia de la
vida

Domingo, 22 de mayo de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan 14,23-29):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi
Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no
guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me
envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu
Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya
recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como
la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir:
"Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre,
porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que
cuando suceda, sigáis creyendo.»

MENSAJE

Dios nos dice que seamos fiel a él y a Jesús


para que seamos salvos, Dios dice que si le
seamos fiel él se acercará a nosotros y nos
dará la entrada al cielo, pero si no le seamos
fiel, Dios se alejará de nosotros.
Dios siempre nos recuerda por medio del
espíritu santo que seamos fieles con Dios.
En este versículo Jesús nos recomienda tener
paz, no estar angustiados. El advierte que
volverá.

Domingo, 29 de mayo de 2022

Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá,
resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y
el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois
testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la
ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los
bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se
volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a
Dios.

MENSAJE
La reflexión que nos da Lucas 24:46-53 es que
Jesús confirma la obra que vino a realizar en la
Tierra y les dice cada uno de los padecimientos
que el Cristo debía padecer para el
cumplimiento de las promesas de Dios.
Además de esto, nos hace reflexionar acerca
de la deidad de Jesús al ser ascendido a los
cielos y de la reafirmación de la promesa del
envío del Espíritu Santo.

Domingo, 5 de junio de 2022

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):


AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa,
con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y
les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría
al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

MENSAJE
Hoy recibimos al Espíritu, por ello, deberíamos tener las puertas
abiertas para dejarlo entrar y después salir nosotros a compartir la
alegría de que no estamos solos.
El miedo nos atenaza y no nos deja expresar los sentimientos que
tenemos. No deja que nuestro corazón sea capaz de confiar y
ponernos al servicio de la Palabra de Dios.
¡No dudemos!, Dios nunca nos abandona. Primero envió a su Hijo
y ahora para que sigamos en el camino nos envía su Espíritu para
llenarnos de fuerza y energía, con ella nos da el poder de perdonar
los pecados y vivir en la gracia de Dios cada día siempre que
vivamos como personas honradas y honestas que cumplen la
máxima cristiana de amar y compartir.
Dejemos entrar al Espíritu en nuestra vida. ¡Ven Espíritu Santo e
ilumínanos!
Con esta fiesta de Pentecostés termina el tiempo Pascual. A partir
de hoy el Cirio, sólo será encendido en los bautizos y entierros.

Domingo, 12 de junio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15 :

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero
no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará
hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os
comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo
anunciará.

MENSAJE
En este pasaje, Jesús habla una vez más de la
relación única que existe entre el Padre, el Hijo
y el Espíritu: el gran misterio de la Trinidad. Tres
personas que comparten todo, incluso la

divinidad, de manera que es solo un Dios.

Domingo, 19 de junio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,11b-17):

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo
necesitaban.
Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las
aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en
descampado.»
Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»
Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a
comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la
mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos
para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras:
doce cestos.

MENSAJE
La crisis nos puede hacer más humanos. Nos
puede enseñar a compartir más lo que tenemos
y no necesitamos. Se pueden estrechar los
lazos y la mutua ayuda dentro de las familias.
Puede crecer nuestra sensibilidad hacia los más
necesitados

Domingo, 26 de junio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,51-62):

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a
Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo
recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno:
«Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde
reclinar la cabeza».
A otro le dijo:
«Sígueme».
El respondió:
«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó:
«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo:
«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó:
«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

MENSAJE
En el Evangelio de hoy, las personas eligen si prefieren
caminar entre los bueyes, en el mismo surco, o en las
alas de la libertad de los hijos de Dios, y remontarse a
las alturas más altas que Dios espera.

Domingo, 3 de julio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-12.17-20):
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y
lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y
no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra
paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis
cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se
nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones
y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los
espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

MENSAJE
debemos servir a Dios y dar de conocer al mundo
sobre él, llegar al corazón de las personas y
mostrarles el camino para que no se pierdan.
Y que sea un alma más para nuestro amado Jesús

Domingo, 10 de julio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,25-37):
En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?».
El respondió:
«“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza” y con toda tu mente. Y “a tu
prójimo como a ti mismo”».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y
se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un
rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un
samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las heridas,
echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente,
sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando
vuelva”. ¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo».

MENSAJE

«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu


alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu
prójimo como a ti mismo.»"  Lo que implica hacer actos de
misericordia sin importar a quien se le hace el bien para
poder gozar de la vida eterna.

Domingo, 17 de julio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (10, 38-42):

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una
mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues,
ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

MENSAJE

María se sienta a los pies de Jesús para recibir su


enseñanza, que es la postura de un discípulo, el
lugar de un hombre. El evangelio de Lucas
frecuentemente habla de mujeres en lugares de
honor.

Domingo, 24 de julio de 2022


Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,1-13):
UNA vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan
cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no
nos dejes caer en tentación”».
Y les dijo:
«Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice:
“Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y,
desde dentro, aquel le responde:
“No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para
dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se
levantará y le dará cuanto necesite.
Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que
pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un
huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo
dará el Espíritu Santo a los que le piden?».

MENSAJE
nos dice que no hay que ser egoístas y que debemos
aprender a compartir, ser amorosos con el prójimo.
Como dice el dicho No hagamos al otro lo que no
queremos que nos hagan quiere decir que si damos a
nosotros también nos darán.

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