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Poesía: Dic 2022

Siempre he creído que somos como el mar aunque otros nos relacionen más con el aire, pero a mi
parecer, el mar explica tan bien nuestra complejidad.

El mar, tan fuerte, tan grande, tan agresivo y al mismo tiempo tan pacifico.

Como el mar, existimos fríos y cálidos, algunos más oscuros y otros más cristalinos.

Cualquier mar que encuentres secretos lleva en movimiento. Y aunque no esté en nuestra
naturaleza quietos nos quieren.

Criaturas hermosas habitan en nosotros, y existen fantasmas que ocultos tenemos.

Utilizados como fuente infinita de recursos y recompensados contaminando nuestra alma.

Nadie quiere vivir con nosotros pero todos nos quieren de visita.Nadie quiere vivir con nosotros
pero todos nos quieren de visita.

En los días soleados brillamos con el sol, llenos de halagos acompañados de una canción, y en los
días nublados rogamos por un poco de atención.

Sobre nosotros se cuentan mitos y tragedias del pasado que nuestras aguas muertas han dejado.

Soy cambiante, pero no nunca olvido mi lugar de nacimiento.


Mi límite es que tan agridulce se pone la vida.

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Dicen que somos como el aire, pues somos seres volátiles y pasajeros. Aunque yo siempre he
creído que somos como el mar, pues en su amplio cuerpo se explica nuestra complejidad.

El mar, tan fuerte, tan grande, tan agresivo y al mismo tiempo tan pacifico.
Y es que como el mar, existimos fríos y cálidos, algunos más oscuros y otros más cristalinos.

Cualquiera de los dos que encuentres, secretos lleva en movimiento. Existen corrientes de izquierda
y derecha, golpes de roca y retrocesos en el tiempo.
Criaturas hermosas habitan en nosotros, y existen fantasmas que ocultos tenemos.
Mares cambiantes con mentalidades contrastantes.

Y es que nuestro límite depende de qué tan agridulce se ponga la vida.

En los días soleados brillamos con el sol, llenos de halagos acompañados de una canción, y en los
días nublados rogamos por un poco de atención.

Nadie quiere vivir con nosotros pero todos nos quieren de visita. Y es que a la gente le gusta la
playa, la calma,
pero cuando hay un tornado, se resguardan detrás de una ventana.

Sobre nosotros se cuentan mitos y tragedias del pasado que nuestras aguas muertas han dejado.

Escuchamos aquel sonar de las olas chocar y los barcos zarpando sobre el mar,
pero aquellas hermosas voces marinas que se encuentran en las profundidades jamás serán
escuchadas mientras nadie se atreva a navegar.

En nuestra superficie hay mentiras,


las cuales intentan ocultar nuestras anomalías.
Como a nadie le gusta saber la verdad ocultamos muy en el fondo nuestra frialdad.

Y es que al final nada lo decidimos nosotros.


Tan ricos en vulnerabilidad, utilizados como fuente de recursos y finalmente recompensados hasta
terminar contaminados.

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