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[…] todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o
sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un
tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o
se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o
por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos
dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el
ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o
aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean
consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales
a éstas (Convención contra la Tortura, p. 6).
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Considerando los temas del módulo 1, en esta Convención la tortura cuenta con tres
aspectos que se muestran a continuación.
El para qué • Para castigar a la persona por algún acto que realizó o se
lo hace sospeche que realizó.
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Como se mencionó al inicio, esta Convención, en su artículo 2.°, genera
obligaciones para los Estados parte, en el sentido de que se debe prevenir la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, a través de
medidas legislativas, es decir, con leyes que la prevengan mediante acciones de
investigación y, en su caso, de sancionarla; nuestro país, al formar parte de esta
Convención, se ve obligado a realizar acciones orientadas a la prevención, y
actualmente ya contamos con una ley al respecto, la cual abordaremos en el módulo
siguiente.
El artículo 4.° especifica en su primer párrafo, que todo Estado parte debe velar por
que todos los actos de tortura constituyan delitos conforme a su legislación penal, así
como que esto debe aplicar a toda tentativa de cometer tortura y a todo acto de
cualqueir persona que constituya complicidad o participación en dichos actos. En
cuanto a las sanciones o castigos para los actos de tortura, este mismo artículo en
su párrafo segundo menciona que los Estados parte castigarán estos delitos con
penas adecuadas considerando la gravedad.
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Prevención de la
Tortura Módulo 2. Marco internacional que
proscribe la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes
[…] todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona
penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal,
como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva,
como pena o con cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la
aplicación sobre una persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la
víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico
o angustia psíquica (Convención Interamericana en CEJIL, p. 44).
Como se puede observar, esta Convención define a la tortura de una manera más amplia que
la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de
las Naciones Unidas, ya que indica que la finalidad para que se cometa la tortura puede ser
cualquiera y no incluye que los dolores o sufrimientos sean graves; además, indica: "el uso de
métodos sobre una persona con la intención de anular la personalidad de la víctima o de
disminuir su capacidad física o mental, incluso si no causa dolor físico o angustia mental".
¿Recuerda usted el caso del módulo anterior? En el caso se observaba “un dolor mental o
angustia” en la persona detenida por la conversación entre los policías, de tal forma que se
puede indicar que, en este caso, sí había indicadores de tortura.
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De acuerdo con el artículo 7.º de esta Convención, se deberán tomar medidas para
que en el “adiestramiento” (es decir, formación o capacitación) de agentes de
policía, funcionarios/as públicos/as y personas responsables de la custodia de las
personas privadas de su libertad, provisional o definitivamente, en los interrogatorios,
detenciones o arrestos, se ponga especial énfasis en la prohibición del empleo de la
tortura.
Asimismo, en su párrafo segundo preevé que los Estados parte tomarán medidas
similares para evitar otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
En relación con los derechos de las víctimas podríamos mencionar dos artículos en
especial: el artículo 8.°, que indica que el Estado debe garantizar una examinación
imparcial a la persona que denuncia haber sido sometida a tortura, y el artículo 9.°,
el cual refiere que los Estados parte se comprometen a incorporar en sus
legislaciones normas que garanticen una compensación adecuada para las víctimas de
los delitos de tortura.
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Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos
(sentencias de la Corte)
El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos está compuesto por los Estados que
integran la Organización de Estados Americanos (OEA). Su función radica básicamente en velar por el
respeto y protección de los derechos humanos en el continente americano (Colectivo de Abogados, 2009).
Para ello, el Sistema Interamericano cuenta con dos instancias independientes y a su vez complementarias:
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De
acuerdo al Colectivo de Abogados, sus características se ven a continuación (2009):
En ese sentido, ante esta Comisión, toda persona puede presentar peticiones o quejas individuales sobre
violaciones a los derechos consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos o en otros
instrumentos interamericanos. Cuando se considera que la queja involucra una situación que violenta los
derechos humanos, puede emitirse un informe y, a la larga, una recomendación al Estado, en el cual ocurre
dicha situación. Es entonces cuando el Estado debe atender a tal recomendación o recomendaciones; en
caso contrario, podríamos considerar que la Comisión dé aviso a la Corte y la situación se considera ya de
carácter judicial.
Los hechos del presente caso se refieren al señor Rosendo Radilla Pacheco, una persona involucrada en
diversas actividades de la vida política y social de su pueblo, Atoyac de Álvarez, estado de Guerrero.
El 25 de agosto de 1974 fue detenido por miembros del Ejército de México, mientras se encontraba con su
hijo en un autobús. Posteriormente a su detención fue visto en el cuartel militar de Atoyac de Álvarez, con
evidencias de haber sido agredido físicamente. No se volvió a saber de su paradero. Lunios familiares de la
víctima interpusieron diversos recursos, a fin de que se investiguen los hechos y se sancione a los
responsables. La causa penal fue dirigida a la jurisdicción penal militar. No se realizaron mayores
investigaciones ni se sancionó a los responsables (CIDH, s. f.).
El 16 de febrero del 2002, la señora Rosendo Cantú, de entonces 17 años, perteneciente a la comunidad
indígena Me’phaa, en Guerrero, y con domicilio en la Barranca Bejuco, fue abordada a orillas del río en
donde lavaba ropa, por un grupo de ocho soldados, quienes le hicieron algunas preguntas que ella no
contestó. La golpearon y, después, dos de ellos, la violaron sexualmente.
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Valentina Rosendo denunció los hechos ante las instituciones públicas de derechos humanos (nacional y
locales), las cuales comprobaron que no había denuncia interpuesta ante el Ministerio Público de la
localidad de Ayutla, por lo que se solicitó se iniciara una averiguación previa, en donde en un principio no se
le quiso levantar la denuncia; además, no contaban con un intérprete de su lengua al español.
Fue examinada por una ginecóloga un mes después de los hechos; posteriormente se turnó el caso al
Ministerio Público de Morelos, quien en el mes de mayo de 2002 remitió por incompetencia el asunto a la
jurisdicción militar, para que continuara con la investigación. Los tribunales militares resolvieron que no se
acreditó la comisión de delito alguno por parte de personal militar, por lo que devolvieron el expediente al
fuero ordinario, que además involucraba a la autoridad federal. Transcurrieron siete años hasta la denuncia
en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien emitió recomendaciones que el Estado no
cumplió, motivo por el cual se pasó el caso al conocimiento de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Justicia y Género, s. f.).
Para conocer más acerca de la sentencia de la Corte Interamericana, revise la siguiente información.
De acuerdo con la Corte, los hechos del caso se iniciaron el 2 de mayo de 1999, cuando el señor Montiel
Flores se encontraba fuera de la casa del señor Cabrera García, junto a otras personas, en la comunidad
de Pizotla, municipio de Ajuchitlán del Progreso, estado de Guerrero.
Aproximadamente 40 miembros del 40.º Batallón de Infantería del Ejército mexicano entraron en la
comunidad, en el marco de un operativo contra otras personas.
Los señores Cabrera y Montiel fueron detenidos y mantenidos en dicha condición a orillas del río Pizotla,
hasta el 4 de mayo de 1999. Ese día los trasladaron hasta las instalaciones del 40.º Batallón de Infantería,
ubicado en la ciudad de Altamirano, estado de Guerrero.
Los señores Cabrera y Montiel fueron golpeados y maltratados durante su privación de la libertad.
Posteriormente, ciertos miembros del Ejército presentaron una denuncia penal en contra de los señores
Cabrera y Montiel por la presunta comisión de los delitos de portación de armas de fuego de uso exclusivo
de las fuerzas militares y siembra de amapola y marihuana, iniciándose la respectiva investigación penal.
El 28 de agosto de 2000 el Juez Quinto de Distrito del Vigésimo Primer Circuito, en Coyuca de Catalán,
dictó sentencia mediante la cual condenó a pena privativa de libertad de 6 años y 8 meses de duración al
señor Cabrera García y de 10 años al señor Montiel Flores. Esta decisión fue objetada a través de diversos
recursos judiciales y se modificó parcialmente a su favor. En el año 2001, los señores Cabrera y Montiel
fueron liberados para continuar cumpliendo la sanción que se les impuso en su domicilio, debido a su
estado de salud.
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Prevención de la
Tortura Módulo 2. Marco internacional que
proscribe la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes
Los instrumentos que derivan de la Asamblea General de la ONU para la prevención de la tortura
son los siguientes:
Subcomité de las Naciones Unidas para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes
La tortura constituye una violación a los derechos humanos y no existe razón alguna por la
cual este crimen deba ser permitido o tolerado. En ese sentido, los Estados están obligados
adoptar medidas concretas para prevenirla y sancionarla. Los caminos adecuados para la
prevención de este delito serían los siguientes:
Cabe mencionar que la Conferencia Mundial de Derechos Humanos declaró firmemente que
los esfuerzos por erradicar la tortura debían concentrarse ante todo en la prevención y pidió
que se adoptase un protocolo facultativo de la Convención destinado a establecer un sistema
preventivo de visitas periódicas a los lugares de detención, y finalmente convencidos de que
la protección de las personas privadas de su libertad contra la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes puede fortalecerse por medios no judiciales de carácter
preventivo basados en visitas periódicas a los lugares de detención (CEJIL, 2006, p. 26).
Este sistema incluye, como se mencionó, un sistema de visitas, y por sistema se entiende lo
siguiente: “un conjunto ordenado de normas y procedimientos que regulan el funcionamiento
de un grupo o colectividad”, de acuerdo al diccionario Oxford. Otra definición es la de las
ciencias jurídicas, que nos indican que “un sistema describe un conjunto organizado de
elementos que cumplen determinadas funciones o actividades específicas para resolver una
necesidad social” (Diccionario Jurídico, s. f.).
Como un sistema podríamos resaltar que el Protocolo Facultativo cuenta con los
siguientes elementos sustantivos o básicos:
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¿Para qué? Prevenir la tortura.
Artículo 1.°
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Artículo 2.°
Artículo 3.°
Artículo 4.°
En relación con las visitas, es en el artículo 4.° en donde se especifica que las
visitas podrán ser a cualquier lugar donde se encuentren personas privadas de su
libertad y que el Estado permitirá las visitas a cualquier lugar bajo su jurisdicción o
control.
De manera preliminar debe señalarse que México ratificó la Convención contra la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de la ONU. Este tratado internacional,
entre otras cuestiones, obliga a los Estados parte a tomar medidas efectivas para la
prevención de la tortura. Asimismo, creó al Comité contra la Tortura de la ONU, como el
órgano encargado de vigilar el cumplimiento de dichas obligaciones.
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De acuerdo a la Asociación para la Prevención de la Tortura, el Subcomité para la Prevención
de la Tortura es el primero de una nueva generación de órganos definidos y creados por las
Naciones Unidas con un énfasis en las operaciones en el campo, en lo relacionado con la
prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Éste inició
su labor en febrero de 2007 con 10 miembros. A principios del 2011, el número de miembros
del SPT aumentó a 25, convirtiéndolo en el órgano de tratados sobre derechos humanos más
grande de las Naciones Unidas. Este Subcomité se integra por 25 miembros de diferentes
países.
El SPT tiene una función operativa, que consiste en visitar todos los lugares de detención en
los Estados parte, y una función consultiva, que consiste en prestar asistencia y asesoramiento
a los Estados parte y los mecanismos nacionales de prevención.
Además, el SPT colabora con los órganos y mecanismos competentes de las Naciones Unidas,
así como con instituciones u organizaciones internacionales, regionales y nacionales, para
prevenir la tortura en general. El Subcomité presenta un informe anual público sobre sus
actividades al Comité contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés), que es el órgano
de expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención contra la Tortura y
otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. El Subcomité se reúne tres veces al
año en periodos de sesiones de una semana de duración, que se celebran en la Oficina de las
Naciones Unidas en Ginebra (Oficina del Alto Comisionado, s. f.).
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (s. f.) menciona que el Subcomité
contra la Tortura está facultado para celebrar entrevistas privadas y sin testigos con las
personas privadas de su libertad o cualquier otra persona que a su juicio pueda aportar
información relevante, incluidos los funcionarios del Estado, los representantes de mecanismos
nacionales de prevención y de instituciones nacionales de derechos humanos, los miembros de
organizaciones no gubernamentales, el personal penitenciario, abogados, médicos, por
mencionar algunas; además, indica que las personas que faciliten información no podrán ser
objeto de sanciones o represalias por haber proporcionado información (Oficina del Alto
Comisionado, s. f., p. 3).
Durante la visita, el SPT se reúne con todas las partes relevantes interesadas, incluyendo
representantes de los ministerios vinculados al objeto de la visita, oficiales de policía y
agentes penitenciarios, instituciones nacionales de derechos humanos (INDH), el Mecanismo
Nacional de Prevención, si es que ha sido designado o, en su caso, personas encargadas de su
establecimiento, ONG y oficinas de campo relevantes de la ONU (IRCT, 2012, p. 7).
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En la Guía para Trabajar con el Subcomité (2012, p. 7) se menciona que “en la parte más
importante de la visita el SPT visita varios lugares de privación de libertad en el país. Éstos
incluyen: estaciones de policía, centros regulares de detención, centros de detención para
migrantes y solicitantes de asilo, e instituciones psiquiátricas o dedicadas al cuidado social. El
propósito de estas visitas es evaluar las condiciones generales y el trato que reciben las
personas privadas de libertad. El SPT no aborda o acoge casos individuales de tortura o
maltrato que pueda encontrar durante sus visitas”.
Posterior a la visita se integra un informe confidencial, en el cual los miembros del SPT
realizan un análisis de la situación del país y emiten recomendaciones para el
mejoramiento de las condiciones de detención y prevención de cualquier tipo de tortura o
maltrato potencial. Cabe hacer mención que en este análisis también se pueden incluir
procedimientos de rendición de cuentas, las necesidades de capacitación y el marco jurídico e
institucional. Finalmente cuenta con una sección separada que valora el estado del
establecimiento visitado y el funcionamiento del Mecanismo Nacional de Prevención de la
Tortura (IRCT, 2012).
1. Remisión al país, entre tres y cinco meses después de la visita, del informe
elaborado por los y las integrantes del SPT.
2. Escrito sobre las iniciativas que el país implementara sobre las recomendaciones del
SPT, el cual debe ser entregado seis meses posteriores a la recepción del informe.
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Mecanismo Nacional de Prevención de la
Tortura
A efecto de instrumentar las obligaciones asumidas por nuestro país como parte del
Protocolo Facultativo, el Estado mexicano invitó a la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos para fungir como el Mecanismo Nacional de Prevención de la
Tortura en México (MNPT), propuesta que fue aceptada con fecha 11 de julio de 2007.
Es a partir del 22 de diciembre del 2017 que el MNPT se constituye como un área
independiente de las Visitadurías Generales que integran la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos y tiene como finalidad asegurar el respeto de los derechos
fundamentales de las personas privadas de su libertad y prevenir actos de tortura y
otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes (Reglamento del MNPT, 2017,
p. 2).
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Centro penitenciario para mujeres
En un centro penitenciario del norte de nuestro país, se han registrado denuncias de abuso de
autoridad, tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, por parte de las mujeres
que se encuentran privadas de su libertad; por esta razón, una rt decidió visitarlo. Durante su visita se
dieron cuenta de que las condiciones del centro eran inadecuadas para las reclusas, ya que eran
insalubres; además, observaron que el tiempo que las mujeres pueden salir al patio es corto, de
hecho, sólo una hora a la semana. En relación con las llamadas a sus familiares, las realizan durante
la hora en que pueden salir a la semana, por lo que los teléfonos se saturan y hay momentos en los
cuales no pueden llamar. En otra situación, las visitas familiares han sido canceladas sin que la
autoridad haya señalado los motivos para ello. También se registró que aquellas mujeres que tienen
hijos pequeños dentro del centro no son separadas del resto de la población. Cabe destacar que las
personas funcionarias públicas del centro penitenciario, no han realizado actos para impedir la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes aludidos. Derivado de lo anterior la ONG
considera solicitar la intervención del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos
Humanos.
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7 corte interamericana de derechos humanos
4 Protocolo Facultativo de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.
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