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Historia[editar]
Existe una evidencia de fósiles que indican que el olivo tuvo su origen hace unos 20-40
millones de años, durante el Oligoceno, en la región de la cuenca del Mediterráneo
orientale Italia.4 El olivo fue cultivado por primera vez hace unos 7000 años en las regiones
mediterráneas.45
La oliva comestible parece haber coexistido con los seres humanos durante aproximadamente
5000 a 6000 años, desde la Edad de Bronce temprana (3150 a 1200 a. C.). Con el
conocimiento actual, su origen se remonta al Levante mediterráneo a partir hallazgos de
tabletas escritas, huesos de oliva y fragmentos de madera de olivo encontrados en antiguas
tumbas.6 En España se han descubierto huesos de oliva en sedimentos neolíticos de
principios de la Edad del Cobre, como en el yacimiento de El Garcel (provincia de Almería), de
c. 3000-2500 a. C.
Ya en el 3000 a. C., los olivos se cultivaban comercialmente en Creta y pueden haber sido la
fuente de la riqueza de la civilización minoica. 7
Por los restos arqueológicos conocidos, la aceituna principalmente se utilizó en sus inicios
para la extracción de aceite con usos de iluminación, cosméticos y rituales, como en
el Antiguo Egipto, donde se señalaba a Isis como la que enseñó el cultivo del olivo a los seres
humanos. En una tumba de Ramsés III se hayan representados jarrones de aceite preparados
para el reino de los muertos.
Con la conquista micénica a mediados del II milenio a. C., llega la producción de aceituna y
aceite a gran escala a la Antigua Grecia, donde tuvo un papel principal, muy ligada a la
diosa Atenea, patrona del olivo, utilizándose para la cura de heridas, ungüentos para atletas o
alimentación. En el siglo III a. C., el filósofo griego Teofrasto mencionaba un aceite
llamado omotribe en su tratado Sobre los olores,8 el cual era extraído de las aceitunas 'faulia'
(en griego antiguo, φαυλίας), la especie más grande, que contiene mucha carne y cuyo hueso
es muy pequeño. Además, aparecen aceitunas representadas en monedas y vasijas griegas.
Los fenicios llevaron el cultivo del olivo a las costas del sur de la península ibérica, sobre el
siglo XI a. C., además de al Magreb y Cerdeña.
Con los romanos, la expansión del consumo de aceite de oliva llega a todos los rincones del
imperio. Ya existen referencias desde el siglo I donde se cita el consumo directo de la
aceituna con recetas para el aliño de las mismas, como es el caso del especialista en
agricultura hispanorromano Columela.9