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FACULTAD DE DERECHO -UBA

DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS


CÁTEDRA PINTO-ABRAMOVICH
II PARCIAL-
NOMBRE Y APELLIDO:
DNI:

En el estado “El Atardecer” en 1999 se dispuso la construcción de una obra de infraestructura para la
distribución de gas de un yacimiento cercano en la zona norte del país donde históricamente han residido
comunidades aborígenes de distintas etnias. La puesta en marcha de dicha obra ha repercutido no sólo en la
vida de dicha comunidad sino también en su territorio, el acceso a recursos naturales claves para su
alimentación y el desarrollo de su cultura. La población ha tenido que ir migrando dentro de su territorio en
búsqueda de fuentes naturales para su subsistencia ante la destrucción de su hábitat por el avance de la
obra.

Ese desplazamiento de las comunidades aborígenes generó tensiones y hechos de violencia significativos
con pobladores no indígenas que ocuparon desde el año 1990 tierras indígenas para el desarrollo de
actividades vinculadas con la ganadería y la agricultura intensiva.

Para llevar adelante estas actividades los pobladores no indígenas introdujeron en el territorio indígena
ganado vacuno, que consume los alimentos que utilizan las comunidades indígenas para la elaboración de
sus comidas y para el desarrollo de sus prácticas culturales, como la algarroba y la miel de los distintos
arboles de la zona. A su vez, para el desarrollo de la agricultura intensiva, introdujeron nuevas formas de
riego de los terrenos que implicó falta de agua en estanques naturales así como la reducción del caudal de
agua en los ríos de la zona, en los que las comunidades indígenas buscaban alimentos, como peces y algas.
El uso de pesticidas, como el glifosato, para que la agricultura intensiva sea más productiva, generó nuevas
enfermedades en la zona que requieren formas de atención de la salud con tratamientos que no están
disponibles en la zona de ocupación tradicional de las comunidades indígenas. La extensión de la actividad
agrícola intensiva, exigió la deforestación de una variedad de árboles y arbustos, lo que provocó una
modificación del sistema ambiental del territorio indígena y una pérdida de alimentos para recolectar. Para
concretar estas actividades, las poblaciones no indígenas delimitaron sus terrenos con alambrados, lo que
dificultó aún más el uso del territorio por parte de las comunidades indígenas.

Ante este escenario, durante los años 2000 y 2005, se sucedieron diversos hechos de violencia de
pobladores no indígenas sobre integrantes de las comunidades, que incluyeron hechos de amenazas,
lesiones sobre dirigentes indígenas, así como daños sobre viviendas de la comunidad. En ocasiones, hechos
de violencia, como lesiones y detenciones sin orden judicial, sobre integrantes de las comunidades indígenas
fueron cometidos por funcionarios policiales, con el pretexto de asegurar el derecho a la propiedad de
pobladores no indígenas, o con el argumento de asegurar la libre circulación de camiones o tractores por
caminos en los que dirigentes indígenas reclamaban por sus derechos. La justicia penal del Estado del
“Atardecer”, decidió no investigar esos hechos, bajo el argumento que se trataban de problemas de
convivencia, y que no podía acreditarse responsabilidad alguna de los pobladores no indígenas. Por el
contrario, las autoridades penales sostenían que las propias comunidades decidían ponerse en una situación
de “riesgo” al atravesar los alambrados de pobladores no indígenas o reclamar con el corte de rutas y camino
de acceso al territorio. En este contexto, las denuncias de las comunidades indígenas eran archivadas, sin
ningún tipo de investigación de los hechos que se denunciaban.

Mientras tanto, en el año 2005, con relación a la obra que originó el desplazamiento constante de las
comunidades por todo el territorio indígenas, la acción judicial interpuesta por las comunidades indígenas fue
rechazada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que confirmó la decisión de primera y segunda
instancia judicial. Los jueces de esas instancias habían considerado que si bien las comunidades indígenas
tienen un “derecho a la consulta” con relación a las obras que se lleven adelante en su territorio, en este caso
las comunidades no pudieron acreditar en el expediente desde cuándo ocupaban ese territorio, ya que no
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habían sido reconocidos por ninguna decisión estatal como titulares un derecho a la propiedad sobre ese
territorio indígena. Además, consideraron que la obra de infraestructura iba a mejorar las condiciones de vida
de todos los habitantes de la zona y de todo el Estado del Atardecer, por lo tanto, las comunidades indígenas
tienen que ajustar sus reclamos en función de los futuros beneficios que traerá la obra en cuestión.

En este escenario, las comunidades indígenas denuncian no sólo una tolerancia estatal de prácticas de
comunidades no indígenas en su territorio, también denuncian una decisión deliberada del Estado de no
reconocerles el derecho al territorio, ya sea, por las acciones que llevan adelante los funcionarios de las
fuerzas de seguridad, convalidadas luego por el poder judicial, así como la decisión de construir una obra de
infraestructura sobre el territorio indígena, sin consulta a las comunidades. Cabe destacar que en el Estado en
cuestión no existen mecanismos administrativos o judiciales especializados en temas de comunidades
indígenas, para el reconocimiento del derecho al territorio, así como para exigir la participación y consulta de
las comunidades en obras de infraestructura. Tenga en cuenta que el Estado del Atardecer, ratificó la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en el año 1985, y una reforma constitucional del año 1996,
le otorgó jerarquía constitucional a la mencionada norma internacional. Además, el texto de la norma del
Estado del Atardecer es similar a la Constitución Argentina.

En función de lo expuesto, las comunidades denuncian la violación de diversos derechos reconocidos en la


Convención Americana, como 1.1, 2, 5, 7, 21, 24, 26, 8 y 25 de la Convención Americana.

Les dirigentes de las comunidades indígenas vienen a consultarlo a Ud., abogado experto en el litigio
internacional, para que los asesore sobre la viabilidad de presentar una petición ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.

Para ello, redacte una opinión legal en la debe analizar los siguientes temas:
a) Condiciones de admisibilidad de la petición. En particular analice si el Sistema interamericano de
protección de derechos humanos (SIDH) podría abocarse a la cuestión y las razones para hacerlo;
b) Determinación de la responsabilidad internacional del Estado El Atardecer por las diversas situaciones
descriptas en el caso. Considere, entre otras cosas, los derechos en juego y las obligaciones del Estado
respecto de cada uno de ellos, y la jurisprudencia de la Corte IDH analizada en el curso.
c) Proponga cuales podrían ser las acciones que podría ordenar el Sistema interamericano de protección de
derechos humanos para dar solución al presente caso;
c) Por último, identifique si además del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, existe
alguna otra instancia u órgano internacional donde pudiera ser presentado este caso.

Nota: Para la opinión legal que se solicita no se requiere ningún formato en particular. Utilice
los materiales pertinentes analizados en clase y en el programa de la materia así como otra
información relevante que pueda aplicarse al caso. No olvide realizar las citas
correspondientes.

Requisitos formales:
 No exceda las 6 carillas; Letra Times New Roman N° 12 espacio sencillo.

 Preferentemente los trabajos deben hacerse a computadora.

 El examen deberá entregarse el día lunes 28 de noviembre de 2022 al correo


electrónico ddhh22015@gmail.com, hasta las 11:30 horas.
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 Recuerde no transcribir citas completas y mucho menos artículos de tratados. Solo haga
referencia, clara y concreta a éstos, explicando y argumentando la relación entre la cita y la
respuesta desarrollada. Elabore las ideas con sus palabras y no solo a través de la remisión a
un caso de manera genérica.
 Cualquier duda, nos pueden escribir a moralesdiegoramon@gmail.com

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