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El director general de la OMS advirtió que el COVID-19 sigue siendo peligroso y causa unas 10,000 muertes semanales, aunque probablemente sean más. Persisten las desigualdades en el acceso a pruebas, tratamiento y vacunas. Sin embargo, con medidas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, la emergencia podría terminar en 2023.
Descripción original:
LA IMPORTANCIA DEL USO DE LOS PROTOCOLOS DE BIOSEGURIDAD
El director general de la OMS advirtió que el COVID-19 sigue siendo peligroso y causa unas 10,000 muertes semanales, aunque probablemente sean más. Persisten las desigualdades en el acceso a pruebas, tratamiento y vacunas. Sin embargo, con medidas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, la emergencia podría terminar en 2023.
El director general de la OMS advirtió que el COVID-19 sigue siendo peligroso y causa unas 10,000 muertes semanales, aunque probablemente sean más. Persisten las desigualdades en el acceso a pruebas, tratamiento y vacunas. Sin embargo, con medidas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, la emergencia podría terminar en 2023.
medidas adecuadas la emergencia podría terminar este
2023 Pese a los notables progresos experimentados en la lucha contra el coronavirus, “la amenaza del COVID-19 persiste”, advirtió este miércoles en rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifró en 10.000 el número de muertes semanales por la enfermedad. “Es probable que la cifra real sea mucho mayor”, alertó. Agregó que este es un virus respiratorio del que se ha venido conociendo mucho más y que se transmite por el aire con las microgotas, "cuando se está a 1 o 2 metros de distancia de una persona contagiada, se tocan superficies contaminadas, no se utiliza el tapabocas y no nos lavamos frecuentemente las manos"
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus especificó que persisten
las “grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación” y “que, en definitiva, el COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general”.
El máximo responsable de la agencia sanitaria de la ONU manifestó
su preocupación ante el actual panorama epidemiológico que presenta el COVID-19, “con una transmisión intensa en varias partes del mundo y una subvariante recombinante que se propaga rápidamente”.
Tedros explicó que durante las últimas semanas aumentaron los
informes sobre hospitalizaciones y se produjo una mayor presión sobre los sistemas sanitarios, especialmente en las regiones templadas del hemisferio norte, donde también circulan enfermedades respiratorias como la gripe. El COVID-19 sigue siendo peligroso pero con las medidas adecuadas la emergencia podría terminar este 2023 Pese a los notables progresos experimentados en la lucha contra el coronavirus, “la amenaza del COVID-19 persiste”, advirtió este miércoles en rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cifró en 10.000 el número de muertes semanales por la enfermedad. “Es probable que la cifra real sea mucho mayor”, alertó. Agregó que este es un virus respiratorio del que se ha venido conociendo mucho más y que se transmite por el aire con las microgotas, "cuando se está a 1 o 2 metros de distancia de una persona contagiada, se tocan superficies contaminadas, no se utiliza el tapabocas y no nos lavamos frecuentemente las manos"
El doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus especificó que persisten
las “grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación” y “que, en definitiva, el COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general”.
El máximo responsable de la agencia sanitaria de la ONU manifestó
su preocupación ante el actual panorama epidemiológico que presenta el COVID-19, “con una transmisión intensa en varias partes del mundo y una subvariante recombinante que se propaga rápidamente”.
Tedros explicó que durante las últimas semanas aumentaron los
informes sobre hospitalizaciones y se produjo una mayor presión sobre los sistemas sanitarios, especialmente en las regiones templadas del hemisferio norte, donde también circulan enfermedades respiratorias como la gripe.