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FUNDAMENTAL
2 ADHESION A JESUS
3 ACEPTACION DEL SEÑORIO TODA NUESTRA VIDA SOLO DEBE DEPENDER DEL SEÑOR
CRECIMIENTO
1RA REUNION
LLEVAR PREGUNTAS
2DA REUNION
PREGUNTAS
Marcos 7, 1-23
Gálatas 6, 1-10
CONVERSIÓN PERMANENTE:
La conversión supone primero un cambio interior “hecho por Dios y en referencia a Él”.
Convertirse es siempre volverse de … para volverse a Jesús como Salvador, para tener salvación y
Vida Nueva. La conversión implica siempre un salir, dejar, morir al hombre viejo, al pecado, a la
carne; y caminar hasta la total transformación en Jesús. Sólo el Espíritu Santo da conciencia de
pecado, es decir, que sólo Él puede hacer que reconozcamos nuestra situación real, actual y lo que
necesitamos cambiar, y sólo Él nos puede indicar hacia dónde debemos dirigirnos.
TRANSFORMACIÓN EN CRISTO:
El seguimiento de Jesús empieza con un acto de la voluntad que da una adhesión, que expresa
claramente una aceptación de Jesús, que entra a nuestra vida como Salvador, se le reconoce como
Señor, y entonces el Espíritu Santo produce experiencia de encuentro con Cristo. Sólo Dios es
santo y la santidad se pega por contagio, en la comunión con Él sobre todo en la oración con Dios,
ejercicio de las virtudes teologales (Fe, Esperanza, Caridad), donde se logra la transformación en el
Señor. Condiciones para la transformación en Cristo: - Agradar en todo al padre y cumplir su
voluntad.- Seguir a Jesús y ser su discípulo fiel- Ser dócil y no contristar al Espíritu Santo.
SIERVOS DEL SEÑOR: “Sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor a
Jesús, a quien ustedes han crucificado” (Hch 2, 36).¿Es Jesús tu Señor?, ¿Quién o qué está en el
centro de tu vida y de tus intereses?¿Qué lugar tiene el Señor y sus cosas en tu vida? Tres áreas
importantes de aplicación del Señorío de Jesús: Tiempo, Trabajo y Dinero.
DÓCILES AL ESPÍRITU: Ser dóciles al Espíritu significa e implica: Abrirnos, dejarnos mover y
conducir por Él en todas sus intervenciones de su amplia y rica acción transformadora en nosotros.
Ser dóciles al Espíritu, es ser “hombre espiritual” y no hombre carnal (1 Cor 2-3; Rom 8, Gal 5), es
decir, ser lleno, ungido y gobernado en todo por el Espíritu, de tal manera que todo su pensar,
juzgar, desear, actuar y reaccionar sea en el Espíritu y no en la carne, con criterios evangélicos y no
mundanos. El Reino de Dios, el Señorío de Jesús y el Reinado del Espíritu Santo debe ser el centro
de su vida, lo único absoluto y primario, y todo lo demás relativo y secundario.
LA BIBLIA EN LAS MANOS:“Libro que no se cae de las manos”, que ojalá al dormirnos, lo
último que hagamos y lo último que tengamos entre manos sea la Palabra de Dios.Lectura
personal y continuada, por orden, es decir, tomar un libro, leerlo por orden completo, y al
terminarlo, tomar otro libro y leerlo, también completo, en clima de oración, en aquel diezmo
diario que debemos tener.“Enviaré hambre a la tierra, pero no hambre de pan, ni sed de agua,
sino de escuchar la palabra de Dios” Am 8, 11… Pero lo más importante es encarnarla,
llevarla y aplicarla a la vida, pidiendo al Espíritu Santo la gracia de que siempre sea viva y
eficaz.
16 RELIGIOSIDAD Y DEVOCIONES:
En la religiosidad hay que distinguir la comunión interior con Dios y el rito exterior.
Lamentablemente hay una disociación muy frecuente entre fe y religión, entre actitud interior
de comunión con el Dios vivo, y el rito exterior. Muchas devociones y poca vida cristiana
seria.Hay mucha gente que tiene multitud de devociones, pero no le interesan los
mandamientos, ni la presencia de Dios en su vida, sólo como actos mágicos. Viven la
religiosidad, pero la fe, que es de comunión viva con el Señor y congruencia de esa comunión
no se nota gran cosa.La religiosidad, no impulsada y animada por la fe viva y la caridad, no
tiene ningún valor “cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos;
aunque multipliquen sus plegarias, no las escucho” Is 1,15
17 EN ESPÍRITU Y EN VERDAD:
“La verdad se define como la adecuación de la mente con la realidad exterior, debe
corresponder el concepto y la palabra con la realidad, lo exterior con lo interior; que es
comunión con Dios vivo; que el rito exterior corresponda a la mente y al corazón; que haya
una interioridad y no sólo el rito puramente material exterior.Que la mente y el corazón
atiendan al significado de las palabras o de los signos, eso quiere decir verdad: atender a lo
que se está haciendo; poniendo el corazón, el ser entero, en lo que se hace en cada palabra,
en cada signo, en cada actitud; uno debe actuarse en lo que hace, saber que estoy hablando
con una persona que es Dios y que me está oyendo.El Espíritu Santo es quien anima toda
nuestra vida de oración y culto “El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio
de que somos hijos de Dios” Rom 8, 16
19 CENTRALIDAD SACRAMENTAL:
En la Liturgia están en el núcleo los sacramentos, y en los sacramentos, como cumbre, eje y
fuente, la Eucaristía (Sacrosanctum Concilium).La Liturgia, y sobre todo la Eucaristía, no
podrá ser centro, cumbre y fuente si la gente no está evangelizada, si no tiene experiencia de
un Dios vivo, con una fe viva; si no es una comunidad que celebra, y si no tiene una
catequesis específica sobre los sacramentos, para que la gente entienda el misterio que está
ahí encerrado, y el rito mismo, para que sepa participar en él de manera consciente, viva y
activa.Debemos recobrar la importancia del día del Señor, el Domingo. Lamentablemente en
este mundo secularizado el domingo es simplemente un día de descanso, día que no se
trabaja, día en que se pasea, cuando debe ser día para intensificar la vida familiar, día para
permitir a todo el Pueblo de Dios la celebración de fe, día centrado en la Eucaristía, el estudio
de la Palabra y la oración más intensa.
21 INTEGRACIÓN EN MI SECTOR:
Sectorizar en los últimos documentos de la Iglesia, se refiere a la división territorial; antes, la
palabra sector, más bien se refería a personas, no a territorio, personas con una cierta
semejanza u homogeneidad en su profesión, en su estado de vida.En las parroquias
tradicionales se espera que la gente venga al templo a los servicios sacramentales. En la
parroquia misionera la situación es a la inversa, es ir hasta el último rincón, a cada manzana,
a cada calle, a cada casa, a cada persona.La sectorización es para el trabajo diario, no basta
tenerla en el papel, o sólo para la misión anual, es para una función concreta, es para cumplir
integralmente el Plan Misionero y Pastoral. Así se entienden los slogans de ir a todos, dando
todo, y para eso involucrados todos.