Está en la página 1de 7

Capítulo #6

Igual que los psicoanalistas freudianos tradicionales, Karen Horney creía firmemente
que el inconsciente es un poderoso determinante de la personalidad. (En este
sentido era mucho más ortodoxa que Alfred Adler).
Ansiedad Básica Y Hostilidad De Horney
Los lactantes y los niños pequeños son muy dependientes de sus padres, no sólo
para la supervivencia física sino también en un sentido de seguridad psicológica. En
el caso ideal, el lactante se siente que es amado y protegido por los padres y que
por consiguiente está a salvo. La ausencia de una crianza adecuada produce un
sentimiento de ansiedad básica, al que Horney (1945, p. 41) describió como “el
sentimiento que tiene un niño de estar aislado e indefenso en un mundo
potencialmente hostil”. El descuido y el rechazo de los padres enojan al niño, una
condición que Horney denominó hostilidad básica.
Sinopsis de la Teoría de Horney
Diferencias Individuales: Los individuos difieren en el equilibrio entre tres
orientaciones: ir hacia, ir contra y alejarse (de la gente).
Adaptación y ajuste: La salud implica modos interpersonales equilibrados, ir hacia,
ir contra y alejarse de la gente.
Procesos cognitivos: Los puntos ciegos y otros mecanismos de defensa limitan la
introspección, pero un valiente autoexamen puede conducir al crecimiento.
Sociedad: La cultura es muy importante en el moldeamiento de la personalidad,
especialmente a través de los roles sexuales.
Influencias biológicas: La biología es mucho menos importante de lo que afirma el
psicoanálisis ortodoxo.
Desarrollo infantil: La ansiedad y la hostilidad básicas son las emociones
fundamentales de la niñez, ocasionadas por un amor parental inadecuado.
Desarrollo adulto: Después de la niñez ocurren pocos cambios importantes en la
personalidad.
Tres Orientaciones Interpersonales
¿Qué debe hacer entonces el niño? Dispone de tres opciones: dependencia
acentuada e ir hacia los padres, hostilidad acentuada e ir contra ellos o rendirse en
la relación y alejarse de ellos. Horney ofreció una categorización de tres tipos de
neuróticos, distinguiendo entre ellos por su énfasis en ir hacia la gente, ir contra la
gente o alejarse de la gente. Horney decía que los neuróticos que ponen énfasis en
el ir hacia la gente adoptan la solución de autoanularse frente al conflicto neurótico,
los neuróticos que ponen énfasis en el ir contra la gente adoptan la solución
expansiva ante el conflicto neurótico, los neuróticos que ponen énfasis en alejarse
de la gente adoptan la solución de la renuncia, buscando la libertad incluso a
expensas de las relaciones y el logro.
Ir Hacia la Gente: La solución de Autoanularse
Algunas personas buscan en otros el amor y la protección de que carecieron en su
vida temprana. Debido a esa dependencia, deben ser cuidadosos de no hacer nada
que aleje a los otros. Horney se refería a éstos como tipos complacientes. La
represión de la hostilidad puede dar por resultado síntomas físicos como dolores de
cabeza y problemas gástricos (p. 58).
Las Tres Soluciones Neuróticas de Horney
1. Solución de autoanularse: El atractivo del amor (“La personalidad
complaciente”)
Ir hacia la gente
Dependencia malsana
“Pobrecito de mí”
Auto subordinación
Martirio
Necesidad de amor

2. Solución expansiva: El atractivo del dominio (“La personalidad


agresiva”)
“Ir contra” la gente
Narcisista
Perfeccionista
Arrogante
Necesidad de tener razón
Necesidad de reconocimiento

3. Renuncia: El atractivo de la libertad (“La personalidad desapegada”)


“Alejarse de” la gente
Renuncia persistente y falta de esfuerzo
Rebeldía contra las limitaciones o influencias
Vida superficial
Autosuficiente e independiente
Necesidad de privacidad

Ir contra la gente: La solución expansiva


Una segunda estrategia para resolver el conflicto relacionado con las
necesidades tempranas insatisfechas es acentuar el dominio de las tareas y
el poder sobre los demás. Horney (1945) se refiere a quienes adoptan esta
estrategia como tipos agresivos, quienes parecen vivir con el lema “si tengo
poder nadie podrá lastimarme” (1937, p.98). Horney advirtió que los hombres
tienen mayor probabilidad que las mujeres de adoptar esta estrategia, lo cual
es congruente con la dificultad experimentada por muchas mujeres para
escalar el escalafón de las empresas.
Alejarse de la gente: La solución de la renuncia
En la teoría de Horney, algunas personas tratan de seguir sin otros
individuos, habiendo renunciado a resolver el problema de la ansiedad básica
por medio del amor o del poder. Horney (1945) se refiere a ellos como tipos
de personalidad desapegada. Parecen vivir con el lema “Si me alejo, nada
podrá lastimarme” (1937, p.99)

Uso sano contra uso neurótico de las orientaciones interpersonales


Considere la agresión. Aunque es patológico ser agresivo hacia todo el
mundo, la persona sana debe ser capaz de una “agresividad adecuada”,
“tomando la iniciativa; haciendo esfuerzos; terminando cosas; obteniendo
éxito; insistiendo en sus derechos; defendiéndose cuando es atacada;
formando y expresando opiniones autónomas; reconociendo sus metas y
siendo capaz de planear su vida de acuerdo a ellas” (Horney, 1935/1967e, p.
228).
Los investigadores han encontrado que la dependencia excesiva pone a la
gente en mayor riesgo de muchas enfermedades físicas, incluidas ulceras,
asma, epilepsia y cardiopatías (Bornstein, 1998).

Medición de las orientaciones interpersonales


Esta tipología de los estilos interpersonales puede medirse con un
instrumento de autorreporte, la Escala CAD de Cohen, la cual otorga
puntuaciones por la conformidad (ir hacia), la agresión (ir contra) y el
desapego (alejarse) (J.B. Cohen, 1967)

Conducta parental y desarrollo de la personalidad


Dentro de la familia el “mal básico es invariablemente la falta de calidez y afecto
genuinos” Si el ambiente es cariñoso pueden tolerarse los tipos de trauma
identificados por Freud, como el destete prematuro, el entrenamiento de control de
esfínteres o la observación del acto sexual entre los padres. La conducta de los
padres que socava el sentimiento de seguridad conducirá a un desarrollo neurótico.
Esto incluye el descuido de los padres, la indiferencia e inclusive el rechazo activo
del niño.
El ambiente familiar ideal proporciona calidez, buena voluntad y “una fricción sana
con los deseos e inclinaciones de los otros”
La crianza sana requiere que los padres sean capaces de amar genuinamente al
niño y eso no es posible si ellos mismos tienen problemas emocionales. Muchos
padres no consiguen este ideal. Una de las metas que Horney describió para el
psicoanálisis era aconsejar a los padres cómo criar jóvenes sanos, rompiendo así el
ciclo de neurosis a través de cada generación.
Apego infantil
Los psicólogos del desarrollo han estudiado un importante desarrollo en la infancia
que nos ayuda a entender los orígenes de las relaciones interpersonales
perturbadas. Los niños desarrollan lazos de afecto con su madre denominados
apego, En opinión de Bowlby, los padres deben proporcionar “una base segura
desde la cual un niño o un adolescente pueden hacer salidas al mundo exterior y a
la cual puede regresar con la seguridad de que serán bien recibidos, consolados si
están angustiados, tranquilizados si están asustados. En esencia, esta función
consiste en estar disponible, listo para responder cuando sea llamado a alentar y tal
vez a ayudar, pero sólo intervenir activamente cuando sea estrictamente necesario.
Apego posterior a la infancia
Horney, por supuesto, basó su teoría en pacientes adultos en terapia más que en
observaciones de niños pequeños. Los apegos infantiles no sólo son importantes en
sí mismos para la supervivencia y el bienestar del niño, sino que, además,
proporcionan un modelo formativo de lo que son las relaciones.
 En este modelo, los adultos con apego seguro informan que se sienten
cómodos con los otros, que pueden acercarse a los demás con relativa
facilidad y que no les preocupa ser abandonados o colmados en una relación.
 Los adultos con apego evasivo reportan dificultades para confiar en los otros
y evitan volverse dependientes o demasiado cercanos a los demás.
 Los adultos ansiosos-ambivalentes les preocupa no ser amados lo suficiente
por los demás y desean estar cerca de otros, pero éstos parecen renuentes a
estar cerca de ellos.
Tres estilos de apego
1. Me resulta relativamente fácil acercarme a los otros y me siento cómodo
dependiendo de ellos y haciendo que dependan de mí. No me preocupo a
menudo por ser abandonado o porque alguien se acerque demasiado a mí.
2. Me siento algo incómodo al estar cerca de los otros; me resulta difícil confiar
en ellos por completo, me es difícil permitirme depender de ellos. Me siento
nervioso cuando alguien se acerca demasiado; y a menudo busco parejas
que desean que muestre más intimidad de lo que me resulta cómodo.
3. Encuentro que los otros se muestran renuentes a acercarse tanto como me
gustaría. A menudo me preocupa que mi pareja no me ame o no quiera estar
conmigo. Quiero fundirme por completo con otra persona y este deseo en
ocasiones ahuyenta a la gente.
Algunos estudios del apego examinan las opiniones que la gente tiene de sí misma
y de la otra persona, así como la conexión entre ellas.
Determinantes culturales del desarrollo
Horney enfatizaba los determinantes sociales y culturales de la personalidad,
además de las fuerzas biológicas ortodoxas de Freud. Pero en otros sentidos su
pensamiento era congruente con la tradición psicoanalítica. Aceptaba más
determinismo biológico de lo que algunos críticos feministas habrían deseado y
permaneció centrada en cambiar a los individuos en lugar de convertirse en activista
del cambio social.
Los factores culturales están implicados incluso en la calificación de ciertos patrones
de conducta como anormales. A diferencia de los trastornos médicos, como los
huesos rotos, Horney afirmaba que conductas como ver visiones o avergonzarse de
la sexualidad son neuróticas en algunas culturas, pero muy normales en otras. Las
expectativas culturales acerca de los roles de las mujeres y los hombres también
varían.
Roles de género
Aunque la biología determina el sexo es la cultura la que define los rasgos y
conductas aceptadas para hombres y mujeres. Se espera que los hombres y las
mujeres se comporten de manera congruente con sus roles de género culturalmente
definidos. Por ejemplo, las mujeres que trabajan en el desarrollo organizacional por
lo general expresan más valores humanistas que sus colegas varones. Cuando no
lo hacen, por ejemplo, cuando las mujeres deben comportarse de una forma
“masculina” para tener éxito en su carrera, mostrándose más directivas y orientadas
a las tareas en lugar de democráticas e interpersonalmente orientadas, esta
incongruencia ocasiona que sean evaluadas de manera más negativa que si su
conducta fuera más congruente con su rol de género.
Logro
Horney describió roles sexuales concernientes al logro en formas que anticiparon la
investigación psicológica posterior. Las mujeres, afirmaba, tienen una especial
probabilidad de convertirse en tipos complacientes que no se arriesgan al logro.
Mucha gente no se da cuenta de que el término temor al éxito fue usado
originalmente por Karen Horney, quien sugirió que puede venir de un conflicto entre
la competencia y la necesidad de afecto. Por ejemplo, una mujer motivada por el
temor al éxito puede sentir que si triunfa, perderá a sus amigos.
Estudiado como rasgo, el temor al éxito parece explicar la causa del menor logro de
las mujeres dentro de su personalidad más que en factores culturales. Una
interpretación alternativa ofrecida por Bernard Weiner describe los pensamientos
que tiene la gente cuando fracasa, los cuales varían de acuerdo a si consideran que
el fracaso era evitable. Compara el enojo que siente la gente cuando se considera
que otros son la causa del fracaso con la orientación de “ir contra” de Horney, y la
vergüenza que sienten cuando se culpan a sí mismos del fracaso con su orientación
de “alejarse”
Dominio social
Tradicionalmente, los roles de género prescriben el dominio o poder para los
hombres y la sumisión o crianza para las mujeres. Esto es cierto hasta tal grado que
en la forma breve del Inventario del Sexo-Rol de Bem, la escala “masculino” es
prácticamente idéntica a una escala derivada por análisis factorial llamada Potencia
Interpersonal, y la escala “femenino” de Bem es prácticamente idéntica a una escala
de Sensibilidad Interpersonal.
Los roles de género influyen de manera profunda en el desarrollo del poder social o
dominio, y esto afecta a otros aspectos de la personalidad, incluido el masoquismo.
Freud había atribuido el masoquismo femenino a la biología. Horney estaba en
desacuerdo. Como ella decía, “en nuestra cultura, es difícil ver cómo puede escapar
una mujer de convertirse en masoquista hasta cierto grado Sugería que “los
fenómenos masoquistas representan el intento de obtener seguridad y satisfacción
en la vida mediante el hecho de pasar desapercibido y la dependencia”
Valoración del rol femenino
Horney afirmaba que la cultura, más que la anatomía, era la fuerza importante
detrás de la “envidia del pene” que Freud había postulado. Las mujeres envidian el
poder y privilegio que tienen los humanos con penes, más que el órgano en sí
mismo. Para Horney, la envidia del pene representaba una evitación del rol
femenino. Con una frase capciosa, Horney cuestionó la suposición de que los
hombres tengan la posición envidiable. Afirmaba que los hombres experimentan una
envidia de la matriz igualmente importante, en la cual se sienten inferiores a la
capacidad reproductiva de las mujeres. En la teoría de Horney, el sí mismo
idealizado es neurótico. La teoría y la terapia feministas, al afirmar los valores de la
relación, confirman involuntariamente un sí mismo idealizado neurótico y perpetúan
una expectativa cultural de que las mujeres deben cuidar de los hombres. Esto hace
más difícil para las mujeres convertirse en el ideal bien equilibrado que Horney
imaginaba para la gente sana, Por ejemplo, cuando se acentúan los valores
femeninos del cuidado de los demás, los familiares de los alcohólicos, sin darse
cuenta, pueden hacer que éstos continúen bebiendo al ocuparse de los problemas
que crea la adicción. Este rol habilitante, o codependiente, es poco sano para el
alcohólico y para la familia codependiente.

Salud mental y roles de género


La opinión prevaleciente entre los psicólogos solía ser que las mujeres que
trabajaban y tenían profesiones sufrían trastornos de personalidad y que las mujeres
tradicionalmente femeninas eran psicológicamente más sanas que las mujeres
menos tradicionales. La investigación no apoya esta opinión. Una revisión de la
investigación que relaciona los roles sexuales con la salud mental indico que la
masculinidad psicológica (medida por instrumentos de tipificación sexual como el
Inventario de Sexo-Rol de Bem) estaba asociada con una mejor salud mental, en
hombres y mujeres; la femineidad no se relacionaba consistentemente con la salud
mental (Bassoff y Glass, 1982).
Los roles de género tienen un precio que contribuye a la alta incidencia de
depresión entre las mujeres, en comparación con los hombres. Las personas
femeninas, incluso si son hombres, tienden a usar mecanismos de
defensa que se tornan contra ellas en lugar de hacerlo contra otros (Lobel y Winch,
1986). También los hombres son influidos por los roles de género. Un defensor de la
tendencia a dirigir la atención a la psicología de los hombres, así como a la
psicología de las mujeres, sugiere que los
hombres sufren muchos problemas relacionados con el género, incluyendo la
violencia, el temor a los homosexuales, la paternidad desapegada y el descuido de
las necesidades de salud.
Diferencias transculturales
El énfasis en el logro individual es, como Horney insinuaba, una característica
particular de la cultura occidental. Harry Triandis y sus colegas han estudiado las
diferencias culturales en el individualismo, un valor que destaca los logros y
privilegios individuales. Estados Unidos e Inglaterra son particularmente altos en
individualismo. Es más probable que los países sean individualistas si son ricos y si
la gente dentro del país tiene movilidad social y geográfica. En contraste, los países
que son menos ricos, en los cuales la gente depende de la cooperación para
compartir recursos, se caracterizan por el colectivismo, el cual valora las relaciones
entre la gente, sus metas compartidas y responsabilidades mutuas. Las culturas
colectivistas destacan la conformidad, la armonía social, las tareas de grupo y las
obligaciones familiares. Muchos países en África, Asia y Latinoamérica son
colectivistas. También es esclarecedor estudiar a los grupos demográficos dentro
del mismo país, y el descubrimiento obtenido de esas comparaciones puede ser
inestimable para entender la personalidad en las sociedades pluralistas. Dentro de
Estados Unidos algunos grupos, incluidos los hispanos y los hawaianos, son menos
individualistas y más colectivistas que la cultura dominante.

También podría gustarte