En relación al reciente dictamen sobre fitosanitarios biológicos y sus efectos sobre los
productores del periurbano, nos sentimos obligados a emitir el siguiente comunicado:
DE LOS PRODUCTORES
La situación en la que se encontraron los productores periurbanos de Rafaela ha sido
muy irregular. Siendo quienes se verían claramente afectados económicamente por
los resultados de esta acción judicial, no fueron informados ni directamente, ni a través
de Sociedad Rural de Rafaela, por lo que no pudimos tomar conocimiento de las
presentaciones realizadas hasta el mes de enero de 2023, cuando ya se habían
presentado los informes y realizado las declaraciones de las partes involucradas
directamente.
DE LOS PERITOS
En la información suministrada, no se nos informó en ningún momento que se habían
convocado Peritos Científicos, ni se dieron a conocer los informes por ellos realizados.
En la sentencia, se aduce que se toman como referencia, dado que no han sido
impugnados por las partes. De hecho, resulta claro que el fallo se basó solo en la postura
de los demandantes y en los investigadores que ellos propusieron.
Los peritos judiciales “deberían cumplir con el requisito de ser imparciales”. Este juzgado
convoca a investigadores reconocidos por sus trabajos orientados a concluir que la
producción agropecuaria contamina el ambiente y enferma. Sus trabajos y
publicaciones, para conocimiento del juez, han sido rebatidos por una cantidad muy
importante de trabajos científicos de la más alta jerarquía académica y científica de
Argentina y del exterior. Hubiera sido conveniente que tomaran conocimiento de la
opinión de peritos científicos “imparciales” para cumplir con la regla de la búsqueda de
la “verdad jurídica objetiva”, si es lo que se pretendía.
DE LA FISCALIA MUNICIPAL
Igualmente, sorprende que la fiscalía de la municipalidad en su informe ante los
demandantes, argumenta a favor del veto propositivo del ejecutivo, “pero no del artículo
4 de la ordenanza 5331, elegida democráticamente por el concejo municipal”. Y que,
además no apele, cuando el fallo tiene fundaciones endebles, es controvertido e
irrazonable, que lo descalifica como acto jurídico válido. Aparece este comportamiento
como de conveniencia política, y no derivado de una preocupación por la salud y el
ambiente, y el desarrollo sostenible, como se aduce. Claramente no defiende la
producción y la utilización de los productos biológicos, promovida en el país y en el
mundo, como herramienta tecnológica complementaria a otros insumos igualmente
seguros.
Mientras tanto, en Rafaela, “por las dudas” volveremos a discutir cuanta tierra del más
alto potencial productivo dejaremos al abandono, convertida en basurales a cielo abierto
y escondite de alimañas y delincuentes. Nos preguntamos si esta situación le brinda
seguridad a los vecinos de los barrios circundantes al área rural, y a la creciente
cantidad de personas que desean disfrutar de sus actividades deportivas y recreativas
en el periurbano de Rafaela. Aproximadamente 800 has seguirán en esa condición con
los 200 m de prohibición. Nos preguntamos si ADAPA y los Amigos de la Vida, realizan
alguna acción para mitigar este grave problema.
Mientras tanto, y “por las dudas”, mientras los organismos internacionales alertan sobre
la necesidad de producir alimentos nutritivos y de calidad para una población creciente
con problemas de crisis alimentaria, y en nuestro país crece la pobreza y el hambre, se
decide continuar en el abandono de tierras fértiles o en sugerir utilizar prácticas
productivas que han demostrado ser ineficientes. Claro está que quienes opinan, no han
tenido la oportunidad y el desafío de producir alimentos en una extensión de campo,
como lo hacen los productores, quienes diariamente están en contacto con la naturaleza,
con las variantes condiciones climáticas, y la necesidad de preservar los recursos
naturales. El grupo de productores periurbanos, está unido, y se ha organizado para la
defensa de la producción sustentable y el cuidado de los recursos naturales del medio
rural, también contra los problemas crecientes del avance de la urbanización, y del
avasallamiento sobre la propiedad privada con el argumento de “por las dudas”.