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Capítulo 33

Historia clínica: anamnesis


y exploración física
Esther Carbó Laso, Javier Vaquero Martín

mente. A esta virtud se la conoce vulgarmente como «ojo


Resumen clínico» y, aunque no se aprende en ninguna universidad, sí que
Este capítulo está dedicado a dos elementos básicos del diag‑ puede ser educada y potenciada con la práctica y la experiencia.
nóstico clínico en cualquier especialidad de la medicina: la Aunque la semiología del aparato locomotor no difiere sus‑
anamnesis y la exploración física. Además, incluye tablas de‑ tancialmente de la de otras especialidades médicas, sí que tiene
talladas con los arcos de movilidad de las distintas articulacio‑ particularidades propias que intentaremos poner de relieve en
nes y tablas con las maniobras de exploración más apropiadas este capítulo.
para cada una de las articulaciones principales. Aporta una
explicación detallada de cómo debe realizarse una anamnesis
enfocada en los trastornos musculoesqueléticos y un análisis Anamnesis
pormenorizado de los pasos principales de la exploración fí‑
sica en traumatología y cirugía ortopédica. Es fundamental comenzar realizando una exhaustiva historia
clínica que proporcione un diagnóstico de presunción. La uti‑
lidad de la anamnesis es conocer la relevancia clínica de la lesión
por la que el paciente realiza la consulta. El ámbito de actuación
Introducción será diferente en las urgencias o en la consulta; no obstante, la
primera pregunta es común a ambas situaciones: «¿Qué le ocu‑
Como en cualquier otra rama de la medicina, es esencial adqui‑ rre?». La respuesta a esta pregunta debe ser el síntoma guía, su
rir una sistemática de razonamiento objetivo que nos acerque localización y el tiempo de evolución.
al diagnóstico, es decir, a la identificación de la patología que Para poder orientarnos en el diagnóstico y posibilidades
presenta el paciente, y nos permita indicarle el tratamiento más terapéuticas, resulta fundamental conocer algunos datos del
adecuado e informarle del pronóstico. paciente, como son los datos de filiación y los antecedentes
Al igual que en otras especialidades, el diagnóstico en ci‑ patológicos. Los antecedentes familiares pueden ser relevantes,
rugía ortopédica y traumatología debe comenzar siempre por por lo que, según el diagnóstico de sospecha, deben investigar‑
la cuidadosa recogida de datos a través de la historia clínica y se. Es esencial conocer la edad del paciente (algunas patologías
continuar por la identificación de alteraciones objetivas de un aparecen con mayor frecuencia en edades típicas), el sexo, las
examen clínico sistematizado. La anamnesis bien realizada alergias a medicamentos y a metales, las enfermedades previas,
permite en muchos casos realizar un diagnóstico probable o el tratamiento farmacológico habitual, las intervenciones qui‑
casi seguro, que se afianza a través de los datos obtenidos en la rúrgicas realizadas, la ocupación laboral, la práctica deportiva
exploración física dirigida. Los estudios radiológicos u otras habitual y la situación basal (dependencia o independencia pa‑
pruebas complementarias que confirmen la sospecha inicial ra actividades básicas, para actividades instrumentales, capaci‑
deben realizarse posteriormente. Actualmente, el médico tiene dad de deambulación, situación cognitiva, etc.).
una peligrosa tendencia a apoyarse en sofisticadas técnicas de No debemos olvidar la influencia que ejercen las circuns‑
diagnóstico, menospreciando la recogida de información pro‑ tancias que rodean al paciente sobre el propio cuadro patológi‑
porcionada por el propio paciente, lo que limita los elementos co, por lo que estamos obligados a investigar su situación psi‑
de juicio que nos encaminan hacia un diagnóstico preciso y un cológica y social para poder tratar el problema desde un
tratamiento idóneo. Cargado de razón, L. Krehl en los albores enfoque global.
del siglo pasado advertía: «Apenas hay otra omisión que suela El motivo fundamental por el que un paciente acude a la
vengarse más amargamente que un interrogatorio insuficiente consulta de traumatología y cirugía ortopédica está relacionado
del enfermo».1 en la gran mayoría de los casos con uno de los siguientes sín‑
El rendimiento que se puede sacar de toda esta información tomas principales: dolor, deformidad o alteración funcional.
es variable y algunos médicos demuestran una especial capa‑ Hay que preguntar por su origen (agudo o insidioso), el meca‑
cidad para abarcar intuitivamente la totalidad del cuadro clíni‑ nismo de lesión si lo hubo o lo recuerda (traumatismos direc‑
co, relacionándolo con experiencias similares vividas anterior‑ tos, indirectos o por sobrecarga), el tiempo de evolución, la

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348 Parte IV  Técnicas y métodos

evolución del síntoma (modificación con medicación, con la La alteración funcional es el síntoma peor definido por el
actividad o con el tiempo), si ha habido episodios o síntomas paciente, ya que depende de sus necesidades individuales. Ge‑
previos, etc. Además, en urgencias resulta fundamental pregun‑ neralmente, el paciente expresa la pérdida de movilidad como
tar por la última ingesta por si fuese necesaria una intervención la impotencia para realizar una actividad habitual. La misma
quirúrgica urgente. Siempre hay que reflejar con claridad en la limitación que puede resultar una simple incomodidad para un
historia clínica el lado afectado. A través de un diálogo relajado paciente como, por ejemplo, no poder permanecer mucho tiem‑
en el tiempo y en el que el protagonismo lo asuma en todo po de rodillas, para otro puede representar una incapacidad
momento el paciente, tendremos que distinguir entre lo que preocupante que limite su actividad laboral. Deben realizarse
tiene algún significado y lo que es banal, insistiendo en escla‑ una serie de preguntas concretas y especiales para cada articu‑
recer aquellos síntomas o signos centrales de su padecimiento, lación con el objetivo de conocer lo que el paciente es capaz de
así como cualquier otro dato que pueda resultar útil para el hacer. Por ejemplo, en la patología artrósica de cadera algunas
diagnóstico diferencial. de estas preguntas podrían ser: «¿Puede calzarse?», «¿Puede
El dolor es el síntoma más común y el motivo de consulta caminar más de 1 h?», «¿Puede estar sentado con las piernas
más frecuente. Hay que registrar el momento de comienzo, la cruzadas?», etc.
forma de presentación, la localización (local, referido o irradia‑ La alteración sensitiva es también una alteración funcional,
do), las características, su intensidad (según la escala analógica pero en este caso localizada a nivel de los nervios (compresión,
visual), si es continuo, diario, nocturno, o si aparece durante isquemia, sección, neuropatía, etc.). Puede ser expresada por el
alguna actividad concreta o con la carga. Es interesante saber paciente de formas muy variadas como sensación de quema‑
si se acompaña de otros síntomas como inflamación, deformi‑ zón, pinchazo, hormigueo, entumecimiento, falta de sensibili‑
dad, si produce alteraciones de la marcha, de la sensibilidad, dad, etc. El interrogatorio irá dirigido, en este caso, a establecer
del movimiento, etc. El dolor local es aquel que el paciente la distribución de estas anomalías sensitivas y correlacionarlas
señala con el dedo directamente sobre la zona dolorosa y es con el recorrido de un tronco nervioso o de una raíz.
más frecuente que su origen se relacione con una causa precisa Finalmente, una anamnesis no debe nunca finalizar mien‑
como puede ser un traumatismo. En los dolores referidos la tras sigamos en contacto con el enfermo, ya que en el transcur‑
zona dolorosa es menos precisa y el paciente la localiza con so de la exploración encontraremos datos que nos van a sugerir
dificultad, incluyendo zonas vecinas a la estructura afectada nuevas preguntas que precisarán o completarán los datos reco‑
que son confundidas a nivel cortical al pertenecer al mismo gidos en el interrogatorio.
segmento neurológico. Esto explica, por ejemplo, que la pato‑
logía de la articulación coxofemoral pueda producir un dolor Exploración física
referido en la cara anterior del muslo. No debe confundirse con
el dolor irradiado, que es un dolor bien definido y que se ex‑ El examen físico debe ser completo, pero orientado a la pato‑
tiende por el territorio inervado por un tronco nervioso especí‑ logía sospechada. Debe llevarse a cabo en las condiciones apro‑
fico. Un ejemplo típico es el dolor ciático por compresión de piadas de comodidad e iluminación, con el paciente descalzo y
una raíz nerviosa a nivel de la columna lumbar. convenientemente desvestido, y con el espacio suficiente para
La deformidad, según el momento de aparición, puede estar que podamos apreciar la marcha del paciente. Necesitaremos
en relación con deformidades congénitas (p. ej., pie zambo), una cinta métrica, un goniómetro y un martillo de reflejos pa‑
aparecidas a lo largo del desarrollo (p. ej., escoliosis juvenil) o ra una apropiada exploración osteoarticular. Otros instrumentos
relacionadas con una lesión (p. ej., luxación articular). Algunas como el podoscopio pueden resultar fundamentales en el diag‑
deformidades pueden desaparecer a lo largo del tiempo (p. ej., nóstico de patologías del pie.
pies planos), pero las que más deben preocuparnos son aquellas Debe seguirse una sistemática, que habitualmente consiste
que son progresivas, ya que pueden llegar a ser graves. La tu‑ en inspección, palpación, exploración de los movimientos, eva‑
mefacción es el aumento de volumen de una región, y no es lo luación motora y sensitiva, y realización de pruebas especiales.
mismo que la deformidad, aunque algunos pacientes lo inter‑ Se debe comenzar registrando el peso, la talla y calculando
preten así. Es importante saber si se relaciona con un trauma‑ el índice de masa corporal, aspectos que influyen en gran nú‑
tismo (p. ej., derrame articular o hematoma) o se ha desarrolla‑ mero de patologías del aparato locomotor.
do progresivamente (p. ej., tumor). También es importante su
evolución de cara al diagnóstico. Inspección
La rigidez es también un síntoma frecuente en las enfer‑
medades musculoesqueléticas. La rigidez es un síntoma que La inspección del paciente comienza en el momento en el que
se expresa como la dificultad para el libre movimiento de el enfermo entra en nuestra consulta, observando su forma de
una articulación, aunque otros pacientes lo pueden confun‑ caminar y su actitud. En la sala de exploración, se deben anotar
dir con el dolor al movimiento. Este síntoma puede conver‑ todas las anomalías detectadas en cuanto a lesiones de la piel,
tirse en un signo durante la exploración si comprobamos una cicatrices cutáneas, hematomas de aspecto agudo o crónico,
limitación o pérdida objetiva del recorrido articular. Existe tumefacción difusa o localizada, masas, deformidades, derrame
un síntoma denominado «rigidez matutina» que se caracte‑ articular, atrofia muscular, posiciones antiálgicas, actitudes vi‑
riza por dolor y dificultad al movimiento de determinadas ciosas, asimetrías, dismetrías de los miembros, etc.
articulaciones y que aparece por la mañana después del des‑ La marcha debe examinarse con el sujeto desnudo, desde
canso nocturno y se alivia con el movimiento articular al delante, detrás y los lados. Se distingue una fase estática y una
cabo de un tiempo. Este síntoma suele ser característico de fase dinámica (pierna de apoyo y pierna de avance). Lo normal
la artritis reumatoide. es apoyar primero el pie sobre el talón, rotándole seguidamen‑

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Capítulo 33 Historia clínica: anamnesis y exploración física 349

te sobre las cabezas del primer y quinto metatarsiano, siendo


las falanges distales las últimas en abandonar el contacto con
el suelo. En las alteraciones de la marcha, se modifica este
patrón. En la marcha en estepaje, característica de la parálisis
nerviosa, la punta de los dedos apoya en el suelo en primer
lugar. En la anquilosis de rodilla, la pierna afecta describe un
círculo externo, movimiento de circunducción, al avanzar. Se
distinguen cuatro tipos de claudicación o cojera:2

1. Claudicación por inestabilidad estática o dinámica: la ca‑


dera de la pierna que avanza no es elevada (marcha en Tren‑
delenburg por insuficiencia del glúteo medio), por lo que Figura 33‑1  Goniómetro.
la parte superior del cuerpo se desplaza hacia el lado de la
pierna de apoyo.
2. Claudicación antiálgica: la pierna de apoyo recibe escasa movilidad que se puede conseguir en una articulación tras la
carga. aplicación de una fuerza externa. Si los músculos que controlan
3. Claudicación por rigidez o anquilosis: si es de la cadera, una articulación se encuentran paralizados, debe evaluarse la
se produce adelantamiento de la pierna mediante rotación amplitud de movimiento pasivo. La movilidad activa, además,
de la pelvis; en el caso de la rodilla, se adelanta la pierna se debe graduar según la fuerza de contracción muscular utili‑
en trayectoria curva previo levantamiento lateral de la ca‑ zando las escalas disponibles.
dera. En ocasiones, una articulación tiene un arco completo de
4. Claudicación por acortamiento del miembro. movilidad cuando lo realizamos pasivamente, pero el paciente
no es capaz de realizar una movilización activa por causas co‑
Palpación mo dolor, parálisis muscular o lesión tendinosa. Es importante
evaluar la movilidad pasiva para descartar la presencia de un
Se llevará a cabo sobre la piel, tejidos blandos, articulaciones bloqueo articular mecánico. Debe explorarse en condiciones de
y huesos. La palpación tiene varios objetivos, de los cuales el relajación y con la colaboración del paciente.
más importante es el de precisar los puntos de mayor dolor. La movilidad anormal puede deberse a la laxitud capsulo‑
Debe realizarse una palpación superficial, valorando las promi‑ ligamentosa como, por ejemplo, la hiperlaxitud constitucional,
nencias óseas y la sensibilidad de la piel, y una palpación pro‑ a fracturas agudas o a pseudoartrosis, en la cual aparece movi‑
funda, que nos aportará información sobre algunas caracterís‑ lidad en una zona donde no debería estar presente.
ticas de las lesiones. También sirve para detectar cambios de La movilidad articular se valora en los tres planos del
temperatura. Un aumento localizado de la temperatura general‑ ­movimiento, que corresponden a los tres planos del espacio:
mente señala un proceso ­inflamatorio de la estructura anatómi‑ sagital, coronal y transversal; cada uno descrito con flexión‑­
ca subyacente. La palpación sirve también para verificar la extensión, abducción‑aducción y rotación interna‑rota‑
continuidad de determinadas estructuras anatómicas como los ción externa. El método más empleado para registrar la movi­
ligamentos del tobillo o el tendón de Aquiles, o de elementos lidad articular es el método del «cero neutral» (fig. 33‑2),
óseos que, en caso de fractura, permiten detectar una crepitación adoptado por la American Academy of Orthopaedic Surgeons
en la zona del foco. También se usa para evaluar las estructuras (AAOS) y la American Orthopaedic Association. Se define la
neurovasculares, sobre todo, los pulsos arteriales y los puntos posición anatómica como punto neutral cero (0°) y, a partir
de atrapamiento de los nervios periféricos. La palpación forma de ahí, se mide el movimiento en las articulaciones. La exten‑
parte fundamental de la exploración de los reflejos osteotendi‑ sión más allá de 0° debe expresarse en grados negativos o
nosos. hiperextensión de –10 o –15° para las articulaciones de los
dedos, codo, rodilla o cadera. En la muñeca, se habla de fle‑
Exploración de los movimientos xión dorsal y palmar; en el tobillo, de flexión dorsal y plantar.
Por ejemplo, en la muñeca se consideran 0° cuando la mano
Para determinar una desviación de la normalidad en las extre‑ está en mismo eje que el antebrazo. En el tobillo, se conside‑
midades, el lado sano debe compararse con el lado afecto. Cuan‑ ran 0° cuando está el pie a 90° respecto a la pierna. En algunas
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do esto no es posible, como ocurre cuando la afectación es regiones anatómicas, los términos de movilidad deben defi‑
bilateral, debe compararse con los datos disponibles en tablas de nirse previamente. En el pulgar, se consideran 0° cuando el
amplitud. dedo está extendido y adosado al segundo metacarpiano. La
La estimación de la amplitud de movimientos es una parte oposición se define como el movimiento en el que el plano de
esencial de la exploración.3 Es fundamental distinguir entre la uña del pulgar gira y se coloca opuesto, y casi paralelo, al
movilidad pasiva, movilidad activa y movilidad anormal. Para de las otras uñas, con lo que se enfrentan los pulpejos. La
la determinación de la movilidad de una forma precisa, es im‑ reposición es el movimiento de sentido contrario. En el hom‑
prescindible el uso de un goniómetro (fig. 33‑1). bro, la nomenclatura es confusa en la bibliografía. En el plano
El rango de movimiento activo es el primero que hay que sagital se debe hablar de flexión, de elevación o antepulsión
explorar y se refiere al grado de movilidad que se puede con‑ y de extensión o retropulsión; en el plano frontal se debe ha‑
seguir en una articulación utilizando los músculos que hay al‑ blar de abducción y aducción, y también deben explorarse la
rededor de ella. El rango de movimiento pasivo es el grado de rotación interna y la rotación externa. En la columna, en vez

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350 Parte IV  Técnicas y métodos

Pruebas especiales
Son pruebas desarrolladas para comprobar algún aspecto par‑
ticular de la función de las articulaciones. Estas maniobras
ayudan a orientar el diagnóstico hacia una lesión nerviosa pe‑
riférica, una compresión vascular, una inestabilidad articular,
una rotura tendinosa o distintas alteraciones anatomofunciona‑

Flexión desde cero


Tabla 33‑1  Valores medios de movilidad
de las principales articulaciones
Articulación Movimiento Movilidad
Hombro Flexión 160‑180°
Extensión 40‑60°
Aducción 45‑60°
Abducción 160‑180°

0° Rotación interna 60‑80°


Extensión desde cero
Rotación interna 60‑80°
Codo Flexión 140°
Extensión 0°
Pronación 85°
Supinación 85°
Muñeca Flexión 60‑80°
Figura 33‑2  Teoría del «cero neutral».
Extensión 60‑70°
Desviación radial 20‑25°
de abducción y aducción, como ella misma está en la línea
media, se considera inclinación lateral derecha e izquierda. Desviación cubital 35‑40°
En la tabla 33‑1, se resumen los arcos de movilidad fisiológi‑ Raquis lumbar Flexión 40‑60°
cos en los distintos segmentos del esqueleto.
Extensión 20‑35°
La ausencia total de movilidad se denomina anquilosis
cuando la fusión articular se ha producido de forma espontánea Rotación 3‑18°
y patológica, o artrodesis cuando se ha producido con fines Flexión lateral 20‑30°
curativos, habitualmente, a través de una intervención quirúr‑
gica.4 Cadera Flexión 120‑130°
Extensión 5‑20°
Evaluación motora y sensitiva Aducción 20‑30°
Se debe evaluar la fuerza de la contracción muscular y, en caso Abducción 30‑45°
de estar reducida, registrarla según alguna de las escalas acep‑ Rotación interna 35‑45°
tadas. Las más empleadas son la de Daniels (tabla 33‑2) y la
del Medical Research Council (MRC) (tabla 33‑3). Rotación externa 40‑50°
Hay que evaluar cualquier déficit sensitivo, para lo cual Rodilla Flexión 120‑145°
pueden aplicarse los grados de la escala MRC (tabla 33‑4).
Extensión 0‑5°
En último lugar, deben explorarse los reflejos osteotendi‑
nosos: Rotación interna 10‑15°
Rotación externa 15‑20°
• C5: bicipital.
• C6: braquiorradial. Tobillo Flexión 40‑50°
• C7: tricipital. Extensión 20‑30°
• C8: estilocubital.
Pie Eversión 15°
• L2: cremastérico.
• L4: rotuliano. Inversión 20°
• S1: aquíleo.

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Capítulo 33 Historia clínica: anamnesis y exploración física 351

Conclusiones
Tabla 33‑2  Escala de Daniels
La información obtenida por el conjunto de las investigaciones
Grado Descripción necesita una elaboración ulterior. Se deberán relacionar los sín‑
tomas y agruparlos en síndromes, determinando su origen. La
0 Ausencia de contracción
interpretación final de todos estos datos, es decir, el estableci‑
1 Contracción sin movimiento miento de un diagnóstico, es la tarea más importante del médi‑
2 Movimiento completo pero sin oposición co. En este momento y también en cirugía ortopédica y trau‑
ni gravedad matología, son aplicables los famosos consejos o los nueve
«noes» de Hutchinson:
3 El movimiento puede vencer la acción
de la gravedad
1. No sea demasiado listo.
4 Movimiento con resistencia parcial 2. No diagnostique rarezas.
5 Movimiento con resistencia máxima 3. No esté apurado por el tiempo.
4. No decaiga en su interés por el diagnóstico.
5. No confunda un rótulo con un diagnóstico.
6. No diagnostique dos enfermedades en un mismo paciente.
les de una estructura concreta. La rentabilidad diagnóstica de 7. No esté demasiado seguro.
estas pruebas es variable.5 8. No sea parcial ni tendencioso.
Las pruebas especiales habituales se resumen en las ta‑ 9. No dude en revisar su diagnóstico periódicamente en un
blas 33‑5 a 33‑11. caso crónico.

Tabla 33‑3  Escala motora del Medical Research Council (MRC)


Grado Descripción
M0, ausente Parálisis total
M1, mínima Contracción muscular visible sin movimiento
M2, escasa Movimiento, eliminada la gravedad
M3, regular Movimiento parcial solo contra gravedad
M3+, regular + Movimiento completo solo contra gravedad
M4–, buena – Movimiento completo contra gravedad y resistencia mínima
M4, buena Movimiento completo contra gravedad y resistencia moderada
M4+, buena + Movimiento completo contra gravedad y fuerte resistencia
M5, normal Movimiento completo contra resistencia total

Tabla 33‑4  Escala sensitiva del Medical Research Council (MRC)


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Grado Descripción
S0 Ausencia de todas las modalidades de sensación en un área inervada exclusivamente por el nervio afectado
S1 Recuperación del dolor profundo
S2 Recuperación de las sensaciones protectoras, como el tacto y las sensaciones dolorosas y térmicas
S3 Recuperación de las sensaciones protectoras con localización precisa. La sensibilidad y la hipersensibilidad al frío
son frecuentes
S3+ Recuperación de la capacidad de reconocer objetos y texturas: cualquier sensibilidad al frío e hipersensibilidad residuales
son mínimas; en la mano, la recuperación de la discriminación entre dos puntos será menor de 8 mm
S4 Sensibilidad normal

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352 Parte IV  Técnicas y métodos

Tabla 33‑5  Maniobras específicas de exploración del hombro


Prueba/signo Maniobra
Síndrome subacromial
Signo de Dawbarn Abducción pasiva a 90° comprimiendo la bursa subacromial por vía anterior
Signo de Neer Flexión pasiva contra resistencia, estabilizando la escápula
Test de Neer Infiltración anestésica subacromial
Signo de Hawkins‑Kennedy Brazo en flexión y codo a 90°. El explorador con la mano en el codo fuerza la rotación
interna y externa
Signo de Yocum Abducción contra resistencia
Supraespinoso
Test de Jobe Abducción de 90°, flexión de 30° y rotación interna máxima. Debe resistir la fuerza
hacia abajo que imprime el explorador
Infraespinoso
Maniobra de Patte Rotación externa resistida
Subescapular
Test de Gerber Mano en columna lumbar, separada. Debe resistir la fuerza en rotación interna
Tendón largo del bíceps
Signo de Hueter Vientre muscular desplazado hacia distal por rotura completa
Palm up test de Speed Flexión de 60‑90°, codo extendido y mano supinada. Debe resistir la presión hacia
abajo de la mano
Prueba de Yergason Flexión de 90°, mano en pronación. Debe flexionar y supinar contra resistencia
Inestabilidad del tendón largo del bíceps
Prueba de Abbott‑Saunders Chasquido sobre corredera por luxación

Tabla 33‑6  Maniobras específicas de exploración del codo


Prueba/signo Maniobra
Epicondilitis
Test de la silla Levantar una silla con el codo en extensión y el antebrazo en pronación
Prueba de Mill Con el antebrazo pronado, pasar de flexión a extensión y de pronación a supinación
resistidas
Prueba de Cozen Con el antebrazo en pronación y el codo semiextendido, hacer flexión dorsal resistida
de la muñeca
Epitrocleítis
Prueba de Cozen invertida Con el antebrazo en supinación y el codo en extensión, hacer flexión volar resistida
de la muñeca
Signo del codo del golfista Con el codo flexionado, el antebrazo supinado y la mano en flexión palmar, extender
el brazo contra resistencia

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Capítulo 33 Historia clínica: anamnesis y exploración física 353

Tabla 33‑7  Maniobras específicas de exploración de la mano y la muñeca


Prueba/signo Maniobra
Función arterial
Test de Allen Coloración de la mano tras comprimir la arteria radial o cubital para ver cuál predomina
Tenosinovitis de De Quervain
Prueba de Muckard Desviación de la muñeca a cubital con los dedos extendidos y el primer dedo en aducción
Signo de Finkelstein Dolor en la primera corredera con flexión y aducción forzada del primer dedo y la muñeca
Rizartrosis
Prueba de Grind Rotación y compresión axial del primer metacarpiano
Función neurológica
Maniobra de Tinel Parestesias al percutir el recorrido de un nervio
Signo de Froment Dificultad para mantener el papel entre el primer y el segundo dedos (flexiona la interfalángica
del primer dedo; afectación cubital)
Signo de Phalen Flexión forzada de muñeca durante 60 s (afectación del nervio mediano)

Tabla 33‑8  Maniobras específicas de exploración de la cadera


Prueba/signo Maniobra
Prueba de Thomas Flexión de la cadera no afectada en decúbito supino; se eleva hasta la lordosis lumbar (flexión de la cadera)
Prueba de Trendelenburg Descenso de la cadera afecta al mantenerse sobre ese pie (insuficiencia del glúteo medio)
Signo de Drehmann Al flexionar pasivamente la cadera, se rota a externo (coxartrosis)
Prueba de Ober Al colocar la cadera en abducción y extensión, se mantiene en abducción (contractura de la cintilla iliotibial)

Tabla 33‑9  Maniobras específicas de exploración de la rodilla


Prueba/signo Maniobra
Derrame articular
Prueba del peloteo Al presionar la rótula, esta se hunde y salta
Rótula
Signo de Zohlen Dolor al presionar la rótula y contraer el cuádriceps simultáneamente
Aprehensión de Fairbank Resistencia del paciente al presionar lateralmente la rótula con los pulgares
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Ligamentos cruzados
Prueba de Lachman Desplazamiento anterior de la tibia respecto al fémur, sujetando el fémur y la tibia a 20° de flexión
Cajón anterior Desplazamiento anterior de la tibia al hacer presión hacia delante con la rodilla a 90° de flexión
Cajón posterior Desplazamiento posterior de la tibia al hacer presión hacia atrás con la rodilla a 90° de flexión
Meniscos
Prueba de McMurray Dolor y/o chasquido al hacer rotación y flexoextensión (el talón señala la lesión)
Test de Steinmann Dolor al forzar rotaciones en decúbito supino con la rodilla flexionada 90°
Test de Apley Dolor al hacer rotaciones interna y externa presionando hacia abajo en decúbito prono con la rodilla
flexionada 90°

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354 Parte IV  Técnicas y métodos

Tabla 33‑10  Maniobras específicas de exploración del tobillo y el pie en la rotura del tendón de Aquiles
Signo Maniobra
Signo del hachazo Se palpa un defecto en la zona de la rotura
Signo de Thompson No se produce flexión plantar del pie al presionar con la mano los gemelos

Tabla 33‑11  Maniobras específicas de exploración de la columna en la radiculopatía


Signo Maniobra
Signo de Lasègue Dolor radicular al elevar pierna más de 60° con la rodilla extendida
Signo de Bragard Cuando aparece el signo de Lasègue, descender la pierna y hacer flexión dorsal del pie
Signo de Lasègue invertido Dolor radicular en prono al hacer extensión pasiva de la cadera y flexión de la rodilla (tracción
del nervio femoral)

Bibliografía 3. Cave EF, Roberts SM. A method of measuring and recording joint
function. J Bone Joint Surg 1936;18:455‑566. p44‑46. 1965.
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Toray; 1968. celona: Masson‑Elsevier; 1997.
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