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Gravedad cero.

En esta salida pude evidenciar lo que fue una nueva experiencia. No voy a obviar mi
problema en mi rodilla izquierda la cual me limitaba a hacer varios ejercicios pero aun así tuve
el coraje y la perspicacia de poder hacerlo, sabía que probablemente no volvería a tener dicha
oportunidad y no permití que eso me lo impidiera. Lógicamente tuve mis precauciones y fui
cuidadoso. Claro, no soy tan irresponsable. Pero bueno cuales fueron mis sensaciones en dicho
lugar.
Primeramente tuve una idea de lo que íbamos a hacer, un pequeño calentamiento y
empezar a hacer los mortales. Pero cuándo el instructor nos empezó a hacer varios ejercicios
físicos me sorprendió, pero los realicé, eso sí, los que implicaban mucho el trabajo de mi pierna
lo hacía con más cuidado. No puedo negar que no podía dejar de ver el reloj, saber a qué hora y
cuánto tiempo íbamos a tener para practicar los mortales.
Luego de una ardua hora de trabajo físico por fin empezamos con los mortales,
practiqué unos diez minutos, y los saltos que daba eran una muy fuere carga a mi rodilla, pero
no quería detenerte, sentía emoción, me sentía como un niño pequeño en un parque de
diversiones. Lo que podía analizar en esos momentos es como los gimnastas y personas que
estaban ahí, ya sea practicando por primera vez, o con un amplio bagaje en esta área tenía una
determinación increíble, un físico y flexibilidad admirables, y las cosas que podían realizar eran
estupendos. Yo quería poder hacer lo mismo, superarme a mí mismo, no me quería dar por
vencido, y cuándo estando al frente de trampolín listo para tomar carrera e imaginar en mi
mente lo que iba a hacer, tomaba un poco de aire, y con fuerza y determinación salí corriendo
para llegar con todas mis fuerzas y hacer un buen salto, lo más alto posible, y allí arriba una
sensación inexplicable, al momento de agruparme y caer, la primera vez sentí que fue buena y al
caer esa felicidad en mí por dentro me consumía.
Sabía que lo había conseguido y ya quería pasar de un al siguiente nivel, hacerlo en el
piso con colchoneta ni nada. Pero el miedo me ganaba. Cada uno de los ejercicios que hicimos,
consejos, métodos los tomé, y sin duda una experiencia que sin duda volveré a hacer. Una
experiencia única que sin importar nada lo aproveché al máximo.

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