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Unidad

El acto jurídico y
su clasificación
Las Obligaciones

Orientación de la Unidad II
En la unidad I, vimos las obligaciones, sus características, objeto, importancia y sus
clasificaciones. Estamos en condiciones de adentrarnos al estudio del acto jurídico y
el contrato, así como también la clasificación de este. Te sugiero poner su atención a
los contratos nominados e innominados, pues el dominio de estos es fundamental
para aplicar las reglas correspondientes a las obligaciones asumidas por las partes en el
contrato.

Competencias concretas de la Unidad II


1-Demuestra dominio del fundamento teórico del acto jurídico y el contrato para su
aplicación en el ámbito del derecho civil y ramas afines en su ejercicio profesional.
2-Aplica los conocimientos adquiridos en los contratos en la resolución de casos dados,
para un mejor desempeño en su ejercicio profesional.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Esquema de contenidos de la Unidad II.


1. Teoría general del contrato.
2. Clasificación de los contratos.
3. Clasificación según los requisitos de forma
3.1 Contratos consensuales, solemnes y reales.
4. Clasificación según los requisitos de fondo.
4. 1. Contratos de mutuo acuerdo y de adhesión.
4. 2. Las cláusulas abusivas
4.3. Prorrogación de competencia en los contratos de adhesión.
4.4. Crisis de la autonomía de la voluntad en los contratos de adhesión.
4. 5. Tipificación del contrato de adhesión.
4. 6. Rasgos del contrato de adhesión
4. 7. Contratos colectivos e individuales.
5. Clasificación de los contratos según su contenido.
5. 1. Contratos sinalagmáticos y unilaterales
5. 2. Contratos a título oneroso y a título gratuito.
5. 3. Contratos conmutativos y aleatorios.
5. 4. Contratos instantáneos y sucesivos
6. Clasificación según su interpretación.
6.1. Contratos nominados o innominados.

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Las Obligaciones

Desarrollo Unidad II

1. Teoría general del contrato

No debe confundirse el acto jurídico con el contrato. Un acto jurídico, es toda


manifestación de la voluntad que tiene por objeto modificar una situación jurídica, sea
creando, transmitiendo o modificando un derecho.

Para que exista un acto jurídico, primero debe existir la voluntad de manifestarse
libremente. Es decir, que si la voluntad es forzada a manifestarse para producir efectos, no
se puede hablar de acto jurídico. Esta voluntad tiene que estar directamente encaminada
a la creación, modificación o extinción del efecto jurídico.Lo anterior significa que si
dichos efectos se dan independientes o mediatamente respecto de la voluntad de quien
la expresa, no habrá acto, sino hecho jurídico.

No basta la relación de causalidad directa e inmediata entre la voluntad manifestada y el


efecto, sino que también es necesario que este haya sido querido por expreso y deseado
por las partes.

El acto jurídico puede ser el resultado de una manifestación individual de la voluntad,


sería entonces, acto jurídico unilateral. Ej. El testamento, modifica la situación jurídica
de una persona, ya que su validez no está determinada por la voluntad del beneficiario.
Cuando el acto jurídico depende del acuerdo de viarias personas, estamos hablando
de una convención, la cual puede tener por finalidad crear, transmitir o extinguir una
obligación.

El contrato tiene un carácter meramente pecuniario, por eso algunos acuerdos que
no envuelven un aspecto pecuniario, son convenciones, pero no contratos. Ej. El
matrimonio, y la adopción son convenciones pero no contratos. Sin embargo, las
convenciones matrimoniales que han de regir la suerte de los esposos respecto de los
bienes, si son contratos, porque recaen sobre aspectos pecuniarios de los derechos de la
personalidad.

La teoría general del contrato está dominada por el principio del consensualismo, ya
que desde que las partes se ponen de acuerdo en la cosa y el precio, existe un contrato
con toda su validez jurídica, su única dificultad es desde el punto de vista probatorio.
Pero como se verá más adelante, esa voluntad dada por las partes debe reunir ciertas
condiciones para que surta el efecto jurídico deseado.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

El artículo 1101 del Código Civil define el contrato como “un convenio en cuya virtud
una o varia personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer o no hacer
alguna cosa.

La Suprema Corte de Justicia ha dicho que el contrato es un acuerdo de voluntades que


crea obligaciones. (S. C. J., nov. 1961, B. J., 616, p. 2151, citado por Machado, Pablo
A., Jurisprudencia Dominicana, (1960-1976, t. I, No. 719).

A veces se confunden los términos contrato, acto jurídico y convención, estos tienen
similitudes pero también sus diferencias.

El acto jurídico es toda manifestación de voluntad que tiene por objeto modificar la
situación jurídica, sea creando, transmitiendo o extinguiendo un derecho. Al contrario
el hecho jurídico obliga al deudor pero sin querer obligarse.

El acto jurídico puede resultar de una manifestación individual de la voluntad, como


es el caso del testamento que modifica la situación jurídica de una persona. La validez
del testamento no requiere de la voluntad del beneficiario, la voluntad del testador es
suficiente para su validez.

A veces el acto jurídico requiere de más de una voluntad, en este caso se dice que existe
una convención porque requiere del concierto de varias voluntades, con la finalidad de
crear transmitir o extinguir un derecho. Estos son los efectos de una convención.

Subero (2000), afirma que no todas las convenciones son contratos, ya que algunos
acuerdos que no tienen un carácter pecuniario no constituyen contratos. Ejemplo: El
matrimonio y la adopción son convenciones pero no contratos, porque no tienen un
carácter pecuniario. Cuando estas convenciones tienen aspectos pecuniarios como son
las convenciones matrimoniales que tienen por finalidad regular la suerte de los bienes
de los esposos durante el matrimonio, es un contrato.

Josserand (1939), sostiene que existe contrato siempre que las partes tengan intención
de obligarse, por supuesto si se trata de crear obligaciones jurídicas, porque los acuerdos
mundanos quedan fuera del campo jurídico.

En realidad el contrato es un acuerdo de voluntades mediante el cual las partes


contratantes expresan de manera libre y voluntaria su de deseo de obligarse con la
finalidad de producir efectos jurídicos.

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Las Obligaciones

No se puede confundir el instrumentum con el contrato. El instrumentum es el


documento jurídico donde las partes dejan plasmado lo que han convenido, esto como
una manera de procurarse una prueba de sus obligaciones.

2. Clasificación de los contratos.

Los contratos se clasifican tomando en cuenta los requisitos de forma, de fondo,


contenido y su interpretación.
Consensuales

Según requisitos Solemnes


de forma
Reales

De mutuo acuerdo
y de adhesión
Según requisitos
de fondo
Colectivos e
individuales

Clasificación de
los contratos

Sinalagmáticos y unilaterales

Según su A titulo oneroso y a titulo gratuito


contenido
Comunicativos y aleatorios

Instantáneos y sucesivos

Nominados
Según su
interpretación
Innominados

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

3. Clasificación según los requisitos de forma.

3.1. Consensuales, solemnes y reales.

Los contratos consensuales son aquellos que se perfeccionan con el sólo acuerdo de las
partes, no se requiere ninguna otra formalidad. Solus consensus obligat. Significa que
desde que las partes se ponen de acuerdo en la cosa y el precio, ya el contrato existe, con
todas sus consecuencias jurídicas. Su única dificultad es el punto de vista probatorio.
El artículo 1134 y 1108 del Código Civil, no exigen ninguna otra formalidad para su
validez.

Los contratos solemnes, además del consentimiento, requiere algunas formalidades


especiales, como son, la intervención de un notario. Es decir, este contrato no se
perfecciona, si no existe una intervención notarial. Significa entonces, que las partes
están obligadas a observar esas formalidades.

Existen 4 contratos solemnes: la convención matrimonial, la donación, la constitución


de una hipoteca y la subrogación convencional consentida por el deudor.

La Convención matrimonial: es aquella que regula la suerte de los bienes de los esposos
durante el matrimonio. Los esposos son libres para escoger el régimen matrimonial que
deseen, sin embargo, deben acogerse a lo que prescribe el artículo 1387 del Código
Civil, el cual sólo prevé: 1) el régimen de la comunidad, 2) el régimen sin comunidad,
3) el régimen dotal y 4) el régimen de separación de bienes.

Si los futuros esposos no optan por ningunos de esos regimenes, se interpreta que han
adoptado el régimen legal, según prevé el artículo 1387 del Código Civil.

Como ya se ha dicho la convención matrimonial, es un contrato solemne, lo que significa,


que el notario debe redactarlo observando las exigencias de los artículos 21 y siguientes
de la Ley No. 302 de 1964 sobre Notariado.

La donación: es un contrato mediante el cual una persona llamada donante, sin recibir
ninguna contraprestación, transfiere en vida los derechos que tiene sobre una cosa en
beneficio de otra persona llamada donatario.

A los términos del artículo 931 del Código Civil, todo acto que contenga donación entre
vivos, se hará ante notario, en la forma ordinaria de los contratos, protocolizándose, bajo
pena de nulidad.

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Las Obligaciones

Las donaciones remunerativas, según el criterio de la Suprema Corte de Justicia, tienen


el carácter de una dación en pago, por lo que están exentas de las formalidades prescritas
para las donaciones entre vivos, y tienen validez aunque adopte las formalidades de los
actos bajo firma privada. Sin embargo, se exige que dicho reconocimiento enuncie la
causa de la dación en pago. (S. C. J., enero 1951, B. J. 486, p. 80, Bergés Chupani,
Manuel, Jurisprudencia Dominicana, (1947-1956), t. I. p. 378, No. 1001).

No obstante, las exigencias del artículo 931 del Código Civil, de que las donaciones
deben hacerse mediante acto auténtico, cuando se trata de donación relativo a un
inmueble registrado, el artículo 38 del Reglamento General de Registros de Títulos que
complementa la Ley No.108-05 sobre Registro Inmobiliario del 23 de marzo de 2005,
establece que los actos traslativos del derecho de propiedad podrán redactarse en forma
auténtica o bajo firma privada y deberán observarse los requisitos de fondo del artículo
39 de dicho reglamento.

La constitución de una hipoteca convencional: De conformidad con lo previsto por


el artículo 2127 del Código Civil, la hipoteca convencional se encuentra sometida al
requisito a la redacción de un documento notarial, es decir, mediante un acto auténtico.
Esta exigencia sufre algunas excepciones, porque el artículo 38 del Reglamento para
los Registros de Títulos, previamente indicado, establece que la constitución de una
hipoteca se puede hacer tanto mediante acto auténtico como bajo firma privada. En este
último caso, el acto debe ser legalizado por un notario.

La subrogación convencional consentida por un deudor: La subrogación opera cuando


una persona es sustituida por otra en una relación de derecho. Así por ejemplo, si un
tercero realiza un pago, en determinados casos puede beneficiarse de los derechos y
garantías que poseía el acreedor pagado.

La subrogación puede ser legal o convencional. La primera existe de pleno derecho, en


los casos establecidos por el artículo 1251 del Código Civil, y la segunda ocurre, cuando
se produce un acuerdo entre el tercero y el acreedor o entre el tercero y el deudor.
La subrogación convencional consentida por el acreedor, ocurre cuando el acreedor
recibe directamente el pago por parte de un tercero, y le transfiere a éste todos los
derechos, acciones y privilegios o hipotecas contra el deudor.

Cuando es consentida por el deudor, es cuando el deudor pide prestada una suma con
la finalidad de pagar su deuda y de subrogar al prestador en los derechos del acreedor.
Significa, entonces que los derechos que tenía el acreedor son transferidos al tercero que

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

paga sin el consentimiento del acreedor pagado, tal como lo prevé el artículo 1250.
Los contratos reales son aquellos que exigen para su perfeccionamiento además del
consentimiento, la entrega de la cosa. El consentimiento no es suficiente para su
formación.

Existen 4 contratos reales: el préstamo a uso o comodato, el préstamo de consumo, el


depósito y la prenda.

El préstamo a uso o comodato: este contrato es definido por el artículo 1875 del Código
Civil, como aquél por el cual una de las partes entrega una cosa a otro para servirse de
ella, con la obligación en el que la toma de devolverla después de haberla usado.

Préstamo de consumo: Según prevé el artículo 1875 del Código Civil, una de las partes
entrega a otra cierta cantidad de cosas que se consumen por el uso, quedando obligada
ésta última a devolver otro tanto de la misma especie y calidad.

El depósito: De conformidad con el artículo 1915, el depósito es el acto por el cual se


recibe un objeto de otro, con obligación de guardarle y devolverle en naturaleza.

La prenda: es el contrato por el cual el deudor entrega una cosa mobiliar a su acreedor
para seguridad de la deuda. (Arts. 2071 y 2072).

Headrick (2007), refiere, que del carácter real de los contratos reales, la jurisprudencia
ha deducido que la promesa de completar su formación mediante entrega de la cosa
no es susceptible de ejecución específica. El contraste con los contratos consensuales
es notable. El propietario que se ha comprometido a vender su inmueble puede ser
compelido a transferirlo, porque según el artículo 1589 del Código Civil, la promesa
de venta vale venta, pero el particular que se ha comprometido a prestar un inmueble
gratuitamente para uso de un orfanato no puede ser compelido a ponerlo a disposición
de éste.

El deudor que se ha comprometido a otorgar una hipoteca puede ser obligado a otorgarla,
pero el deudor que ha prometido dar una prenda no puede ser compelido a entregar la
cosa a su acreedor.

Sin embargo, el hecho de no cumplir el compromiso de formalizar un contrato real


mediante entrega se considera culposo y el perjudicado puede reclamar el abono de
daños y perjuicios.

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Las Obligaciones

En su sentencia del 20 de julio de 1981, la Corte de Casación se mostró fiel a la concepción


del contrato real anclada en el Código Civil. Dos individuos se habían comprometido
a otorgar un préstamo de 400,000 francos a un tercero y, en espera de la formalización
y registro de la hipoteca que el eventual deudor le ofrecía, le habían hecho un avance y
depositado el resto del dinero en manos de su notario.

Posteriormente, no encontrándose satisfechos con el valor del inmueble a ser hipotecado,


retiraron el dinero de manos de su notario y demandaron al eventual prestatario la
devolución de su avance. Éste lanzó una contrademanda en ejecución del préstamo.
El préstamo, contrato real, dijo la Corte de Casación, no se formaliza sino mediante
la entrega de la cosa prestada. Ante la inexistencia del contrato los prestamistas
obtuvieron la condenación de su eventual deudor a la devolución del anticipo. En lugar
de un desembolso de 400,000 francos, que se le había prometido, se le concedió una
indemnización de 5,000 francos. (Grands arrets, No.269, citada por Headrick, 2007)
Sin embargo, en su sentencia del 28 de marzo de 2000, la Corte de Casación hace
la afirmación de que el préstamo concedido por un Profesional del crédito no es un
contrato real. La Corte explica el porqué de esta afirmación categórica.

Un agricultor había comprado una cosechadora mecánica. Para su financiamiento


había obtenido de la sociedad IFB un préstamo, a ser desembolsado directamente
a la empresa vendedora, bajo condición de que el agricultor obtuviese a favor de la
institución financiera un seguro de vida, cosa que hizo. Poco después el agricultor murió
y sus herederos reclamaron a la sociedad IFB el desembolso del préstamo, a fin de poder
recibir la cosechadora. Los tribunales inferiores la habían condenado al desembolso,
dado que la condición a que estaba supeditado (la obtención del seguro de vida) se
había cumplido. El recurso de la sociedad IFB, fundado en el carácter real del contrato
de préstamo, fue rechazado con la simple afirmación de que no era un contrato real.
(Grands arrets, NO.270, citada por Headrick, 2007).

Headrick (2007, señala que en el estado actual de la jurisprudencia francesa, el préstamo


otorgado por un particular es un contrato real, mientras que el préstamo otorgado por
una institución financiera es un contrato consensual. La distinción es imposible de
justificar desde un punto de vista lógico, pero desde el punto de vista práctico tiene
sentido. El particular que se compromete a prestar dinero obtiene, gracias al carácter real
de su contrato, una protección contra un impulso que puede haber sido generoso, pero
poco prudente. En cambio, la institución financiera que otorga un préstamo actúa por
motivos comerciales y debe respetar sus compromisos.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Headrick (2007, sostiene que la práctica bancaria, tanto en Francia como en la República
Dominicana, se ajusta a este criterio. Los contratos de crédito que celebran los bancos no
son promesas de préstamo, sino contrato de préstamo redactados como consensuales, con
la obligación del banco de efectuar el desembolso sujeta a ciertas condiciones suspensivas.
Al dar obligatoriedad al préstamo de las instituciones de crédito, la jurisprudencia tuvo
el mérito de conformarse con la vida comercial, en vez de dejarse guiar por deducción
lógica a partir de conceptos teóricos contenidos en la ley.

4. Clasificación según los requisitos de fondo.

Estos contratos se clasifican en: 1) De mutuo acuerdo y de adhesión, 2) colectivos e


individuales

4.1. Contratos de mutuo acuerdo y de adhesión.

Los contratos de mutuo acuerdo, que también se les llama paritarios, son aquellos donde
las partes están en el mismo plano de igualdad para discutir las condiciones. Las partes
discuten hasta dónde desean obligarse. En estos las partes tienen oportunidad de discutir
todos los aspectos del contrato. Existe un verdadero consentimiento de las partes, porque
una no se impone por encima de la voluntad de la otra.

Al contrario los contratos de adhesión, una de las partes fija las condiciones y la otra se
adhiere a ellas. Como ejemplo se pueden citar los contratos que el cliente celebra con
una compañía telefónica, o con Edenorte. Normalmente estas instituciones tienen unas
normas preestablecidas y las partes deben adherirse a ellas o no contratan.

El contrato de seguro también ha sido considerado como de adhesión, porque el


asegurado tiene poca posibilidad de hacer variar las condiciones establecidas por la
compañía aseguradora.

Los hermanos Mazeaud (1960), respecto del contrato de adhesión, sostienen que el
individuo conserva la posibilidad de no contratar, si contrata es porque quiere; sin duda
no tiene la facultad de discutir, pero el contrato no implica necesariamente una discusión
libre e igual.

El artículo 81 de la Ley No. 358-05 sobre los Derechos del Consumidor, define el
contrato de adhesión como “aquél que redactado previa y unilateralmente por un
proveedor de bienes o servicios, sin que el consumidor o usuario se encuentre en
condiciones de variar sustancialmente sus términos ni evitar su suscripción si deseare
adquirir el producto u obtener el servicio”.
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Las Obligaciones

Respecto de la cláusula de exoneración de responsabilidad, en una decisión la


jurisprudencia estableció que la limitación de responsabilidad no puede ser causa
de su inoperancia o de variación por parte de los jueces, que desde el momento en
que el pasajero hizo uso del boleto de transporte que recibió del transportista, aceptó
implícitamente la cláusula de limitación de responsabilidad, aun cuando no firmara el
boleto. (S .C. J., mayo 1969, B. J. 702, p. 1162; Machado, Pablo A. Jurisprudencia
Dominicana (1960-1976), t. I. No. 723).

En otra decisión la Suprema Corte de Justicia, estableció, que la cláusula de limitación


de responsabilidad no puede ser aplicada en la especie, no por el hecho de que se trataba
de un contrato de adhesión, sino por la circunstancia de que es inoperante todo pacto de
exención total de responsabilidad en los casos que existe una evidente ligereza. (S.C.J.,
junio 1973, B. J. 751; citada por Machado, Pablo, op. Cit., t II, No. 1828).

La indicada jurisprudencia encuentra su fundamento en el desequilibrio que producen


los contratos de adhesión, los cuáles se resumen en los siguientes:

a) Normalmente, el ciudadano en medio de la prisa que circunstancialmente tiene por


servirse de determinada prestación, no repara al obligarse en las responsabilidades que
asume en el contrato de adhesión.

b) Existe una notoria desproporcionalidad entre las abundantes exigencias que genera
el convenio con cargo al consumidor y las mínimas, en número, del lado del vendedor,
llegando al colmo de redimirlo a veces de ciertas obligaciones ostensiblemente elementales.

c) La gravosa imposibilidad de poder vislumbrar, en ocasiones, futuras condiciones no


comprendidas en el texto firmado en principio y que después aparecen súbitamente, sea
al reverso de una factura de pago o en cualquier otro documento.

d) Mientras que el vendedor tiene la oportunidad de contratar especialistas que lo


asesoren en la redacción del acto, puesto que distribuirá el costo de esas diligencias y
asesorías en un número abundante de clientes y contratos, el consumidor casi nunca
tiene esa oportunidad, de contratar abogados o contadores que le asesoren, para saber
qué es lo que mejor le conviene.

4.2. Las cláusulas abusivas.

A estas cláusulas también se le denominan gravosas, inaceptables, y lesivas. Se consideran


abusivas aquellas cláusulas que por su forma o contenido, constituyen un atentado

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

contra el deber de información, la lealtad y la buena fe, perjudicando al consumidor


en la distribución de los derechos y obligaciones resultantes del contrato. Son por
decirlo de otro modo, una verdadera desnaturalización del concepto de la obligación
objetivamente enfocado, acaso una desagradable sorpresa cuyo efecto nocivo no se
visualiza acabadamente al momento de ser aceptados los términos del contrato.

Las cláusulas abusivas se pueden englobar dentro de algunos de estos tres patrones
esquemáticos: 1) Las que desnaturalizan la esencia de las obligaciones o limitan el alcance
de la responsabilidad civil; 2) Las que contienen implícita o explícitamente renuncias o
restricción al ejercicio de derechos legítimos, legalmente protegidos y garantizados por las
leyes, como bien sería el caso de cláusulas contentivas de prorrogación de competencia;
3) Las que imponen la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.

Existen algunas cláusulas exoneratorias de responsabilidad y a las que con mayor


frecuencia recurren los oferentes. Las primeras hallan su entorno habitual oculto en
un texto complejo y extenso, disfrazadas en ocasiones bajo la apariencia de cláusulas
de garantía. De dudosa aceptación con motivo de los llamados contratos de mutuo
acuerdo, ellas encuentran en las técnicas propias de la adhesión su ideal habitat.

4.3. Prorrogación de competencia en los contratos de adhesión.

Las cláusulas atributivas de competencia, por su parte, fuerzan al adherente a desplazarse


fuera de su jurisdicción natural, por ante un tribunal posiblemente lejano, a los fines de
una contención que tal vez por su valor ínfimo no justifique los gastos en que éste habrá
de incurrir para arrastrar los rigores del proceso. Si los litigantes están en su derecho de
escoger sin ninguna dificultad la jurisdicción que conocerá de su posible disputa ratione
vel loci, dado el orden estrictamente privado al que pertenecen las normas referentes
a este tipo de competencia, sería menester entonces que la prorrogación haya sido
claramente consensuada.

Merece especial atención una sentencia rendida el 20 de mayo de 1968 por el Tribunal
de Gran Instancia de la ciudad de París, con relación al problema de la cláusula atributiva
de competencia ratione vel loci (en razón del territorio) en los contratos de adhesión.
Conforme a la relación de motivos del comentado fallo “si bien es lícito prorrogar
convencionalmente la competencia territorial de un tribunal de gran instancia -en
nuestro caso de primera instancia- sometiéndole un litigio diferido a otra jurisdicción
de igual categoría, es necesario que esta prorrogación resulte claramente de la voluntad
de las partes; que este no es el caso de un contrato de adhesión en que la prorrogación

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Las Obligaciones

aparece insertada en caracteres tipográficos pequeños, después de la firma del adherente


y sin una mención previa que invite al suscriptor a remitirse a una cláusula adicional”.
4.4. Crisis de la autonomía de la voluntad en los contratos de adhesión.

El principio de la autonomía de la voluntad ha hecho crisis en el marco operativo de una


economía abierta y de producción en masa, y con ello ha determinado un replanteo, una
reconstrucción de la teoría del contrato, la cual por necesidad ha tenido que flexibilizarse
frente a la realidad de una sociedad de mercado y alto consumo.

La crisis en cuestión, frente a los contratos de adhesión, se pone de manifiesto en una


doble desigualdad, la una jurídica y la otra de información sobre las pulsaciones y el
comportamiento del mercado. El primer desequilibrio, el jurídico, se descubre a partir
del hecho de que el oferente es quien regula y establece las condiciones del contrato. En
el otro orden, la asimetría de información se produce por el poder que sobre el mercado
tiene el ofertante, incidencia que le permitirá condicionar la decisión del adherente,
muy en especial cuando éste no conozca de otro u otros proveedores del servicio o del
producto que requiera.

4.5. Tipificación del contrato de adhesión.

Tomando en consideración que la lista que más abajo se señala no es limitativa, se


enumeran algunos contratos de adhesión, de los más usados en la realidad dominicana
y otros países del mundo.

1) Los contratos de seguro en todas sus formas y expresiones, reposan predeterminados


bajo la modalidad de pólizas en cuya confección el cliente no ha tomado partido,
negándosele además toda posibilidad de contestar sus cláusulas;

2) Muchos contratos de locación o alquiler de departamentos, viviendas y locales


comerciales son pergeñados anticipadamente por propietarios o corredores, sin que el
potencial inquilino esté en condiciones de discutir nada;

3) Los contratos contentivos de la mayor parte de las negociaciones bancarias, tales como
financiamientos, aperturas de cuentas de ahorro o de cajas de seguridad, constitución de
garantías reales o personales, etc.

4) Diversas variedades de contratos de servicios abiertos al público: parqueo de vehículos,


lavandería, televisión por cable, venta condicional de muebles…

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

5) El contrato de transporte terrestre, aéreo (agencias de viajes) o por mar en sus múltiples
manifestaciones;

6) Contratos de naturaleza miscelánea: Educación en colegios privados, hospedaje en


hoteles, venta de boletas de cine o de teatro y casi la generalidad de los actos de la vida
corriente;

7) Contratación de servicios públicos esenciales: Energía eléctrica, agua potable, gas de


cocinar, teléfono, etc.

4.6. Rasgos del contrato de adhesión.

Alarcón (2004) sostiene que la Doctrina suele resaltar algunas características especiales,
que permiten diferenciar con gran facilidad los contratos de adhesión de otros contratos
nominados o innominados.

1) La oferta propuesta en la heteronomía del contrato tiene alcance general o universal,


lo que significa que está dirigida a una colectividad impersonal, al público en sentido
amplio, siendo además de carácter permanente, manteniéndose indefinidamente o por
lapso considerable;

2) Aunque no siempre es así, por lo general la oferta proviene de alguien de significativo


poder económico, de una empresa sólida o tal vez de un monopolio u oligopolio, lo que
significa que el oferente se encuentra en una posición de superioridad con relación a la
otra parte, haciendo predominar así su voluntad;

3) La prestación contenida en la estipulación consiste en un servicio que si bien es


privado, tiene utilidad pública, circunstancia que coloca al adherente en la necesidad de
pactar y que define la exigencia de que el Estado adopte ciertos controles y restricciones
para protección del público consumidor;

4) El ofrecimiento adopta la forma de los “contratos tipos”, impresos de antemano y


fragmentados en cláusulas complejas, de difícil intelección para el público profano;

5) Las cláusulas establecidas en la estipulación están orientadas hacia la salvaguarda de


los intereses del solicitante, sancionando con notorio rigor el eventual incumplimiento
del usuario y atenuando, suprimiendo o limitando las responsabilidades del estipulante;

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Las Obligaciones

4.7. Contratos colectivos e individuales.

El contrato es individual cuando sólo obliga a las personas que hayan dado su
consentimiento, por sí mismas o por medio de sus representantes, en cambio el contrato
es colectivo cuando involucra a otras personas sin que sea necesario su consentimiento.
Es una excepción al principio de relatividad de los contratos establecido en el artículo
1165 del Código Civil.

Lo que caracteriza al contrato colectivo no es la cantidad de personas que intervengan, los


efectos que produzca. Así si 30 herederos venden un terreno, ese contrato es individual
porque no beneficia ni perjudica a otras personas, es decir sólo asumen obligaciones las
partes que han firmado.

El ejemplo típico para comprender los contratos colectivos, es que cuando un sindicado
se reúne con empleadores y firman un pacto colectivo, es un contrato colectivo porque
del mismo se benefician o se perjudican personas que no han dado su consentimiento.
5. Clasificación de los contratos según su contenido.

Estos se clasifican de la siguiente manera: 1) Sinalagmáticos y unilaterales, 2) Contratos a


título oneroso y a título gratuito, 3) Contratos conmutativos y aleatorios 4) Instantáneos
y sucesivos.

5.1. Contratos sinalagmáticos y unilaterales.

El contrato es sinalagmático cuando las partes asumen obligaciones reciprocas, y es


unilateral cuando sólo una parte se obliga respecto de la otra.
El artículo 1102 del Código Civil, prescribe que “El contrato es sinalagmático o bilateral,
cuando los contratantes se obligan recíprocamente los unos respecto a los otros”.
El artículo 1103 del mismo Código Civil, prescribe que, el contrato es “Es unilateral,
cuando una o varias personas están obligadas respecto de otras o de una, sin que por
parte de esto últimos se contraiga compromiso.

En el contrato unilateral sólo hay obligaciones de un solo lado, no hay obligaciones


reciprocas entre las partes.

Los contratos sinalagmáticos se caracterizan porque existe una reciprocidad de


obligaciones. Ambas partes son a la vez acreedor y deudor. En un contrato de venta el
vendedor es acreedor del precio y deudor de la transferencia y el deudor del pago del
precio.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Es importante saber si un contrato es sinalagmático o unilateral, desde el punto de vista


de la ejecución de las obligaciones, porque si el contrato es sinalagmático, en caso de
incumplimiento el deudor se puede beneficiar de la excepción non adiplemtis contractus,
conforme a la cual el deudor puede negarse a cumplir con la obligación si la otra parte
no ha cumplido con la suya.

Si el deudor cumplió con su obligación y la otra parte no ha cumplido, el acreedor


puede exigir la resolución del contrato, por incumplimiento de las obligaciones, esto es
debido al desequilibrio que crearía entre las partes.

Es importante distinguir el contrato unilateral del acto unilateral. El primero exige para
su formación el concurso de más de una persona. El segundo es la manifestación de
voluntad de una sola persona que modifica la situación jurídica. Un ejemplo del acto
unilateral es el testamento, porque el testador no requiere de la voluntad del beneficiario
para su validez.

Respecto del contrato unilateral se puede citar la donación, donde el único obligado lo es
el donante que está obligado a transferir la cosa al donatario, al menos que esa donación
conlleve una carga, porque en esta eventualidad existiría reciprocidad de obligaciones.
La distinción del contrato sinalagmático del unilateral es importante también desde el
punto de vista probatorio, ya que los primeros deben ser redactados en tantos originales
como partes intervinientes existan, esto procura que cada uno tenga la prueba de sus
obligaciones, sean estas positivas o negativas. En tanto que el contrato unilateral puede
ser redactado en un solo original, ya que sólo el acreedor necesita tener una prueba de
la existencia de la deuda, y debe contar con el bueno y aprobado por parte del deudor.
(Arts. 1102 y 1103 del Código Civil).

Dentro de los contratos sinalagmáticos existen los llamados contratos sinalagmáticos


imperfectos, los cuales inician como unilaterales, pero luego se convierten en bilaterales.
Como ejemplo se cita el contrato de depósito, que en sus inicios es un contrato unilateral,
pues solamente el depositario está obligado a restituir la cosa que le fue confiada, pero
si este ha incurrido en gastos para la conservación de la cosa, por este hecho, surge
una obligación con cargo del depositante consistente en reembolsarle al depositario los
gastos en que ha incurrido.

5.2. Contratos a título oneroso y a título gratuito.

De conformidad con el artículo 1106 del Código Civil, el contrato a título oneroso es
aquel que obliga a los contratantes a dar o hacer alguna cosa. Este contrato se caracteriza
porque las partes persiguen ventajas reciprocas.
77
Las Obligaciones

El contrato a título gratuito también se denomina de beneficencia, porque las partes no


persiguen beneficios recíprocos, sólo una parte se obliga sin procurar ningún beneficio
a cambio.

El artículo 1105 del Código Civil, prescribe que “El contrato de beneficencia es aquel en
que una de las partes procura a la otra un beneficio puramente gratuito”.

En realidad las definiciones que ofrecen los artículos 1105 y 1106 del Código Civil,
del contrato a título oneroso y a título gratuito, es un poco inexacta, ya que el artículo
1106 coincidiría con el contrato sinalagmático donde las partes se obligan a dar, hacer
o no hacer una cosa, y el 1105 con el contrato unilateral donde sólo una parte queda
obligada. La razón de ello es que el contrato de préstamo es unilateral porque sólo una
parte se obliga, sin embargo, no es de beneficencia. Además una donación no siempre es
unilateral, porque existen donaciones con cargas.

Dentro de los contratos a título gratuito se pueden mencionar: la donación entre vivos,
el préstamo de consumo, el depósito, el mandato y la fianza.

Como ya se ha dicho, el artículo 894 del Código Civil, define la donación entre vivos,
como el acto por el cual el donante se desprende actual e irrevocablemente de la cosa
donada en favor del donatario que la acepta.

De conformidad con lo estipulado por el artículo 1892, el préstamo de consumo es


un contrato, por el cual una de las partes entrega a otra cierta cantidad de cosas que se
consumen por el uso, quedando obligada esta última a devolver otro tanto de la misma
especie y calidad.

El depósito propiamente dicho es un contrato esencialmente gratuito. No puede tener


por objeto sino cosas mobiliarias. (Arts. 1917-1918 del Código Civil).

De conformidad con lo previsto por el artículo 1986 del Código Civil, el mandato es
gratuito, cuando no existe convenio en contrario.

La fianza es un contrato por el cual una persona llamada fiador asume el compromiso de
pagarle al acreedor si el deudor principal no cumple. (Mazeaud, Parte Tercera, Vol. I, op.
Cit. pp. 25; Josserand, Louis, Derecho Civil, Tomo II, Vol. II, pp. 411-412).

78
UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

5.3. Contratos conmutativos y aleatorios.

En el contrato conmutativo, desde el momento de contratar, las partes pueden apreciar


las pérdidas o ganancias que puedan tener desde el inicio. En efecto el artículo 1104
refiere que el contrato es conmutativo, “cuando cada unas de las partes se obliga a dar o
hacer una cosa que se considera equivalente de lo que hace o da el otro contratante…”.
Ejemplo un contrato de alquiler por un tiempo y un precio determinado.

Al contrario, cuando el contrato es aleatorio, depende de un suceso incierto, que las partes
no pueden estimar en ese momento, porque dependen del azar. El mismo artículo 1104
establece que el contrato es aleatorio cuando la equivalencia consiste en eventualidades
de ganancia o pérdida para cada una de los contratantes, dependientes de un suceso
incierto. Ejemplo: el contrato de apuesta, el contrato de seguro etc.

De conformidad con el artículo 1965 del Código Civil, el contrato de juego y la apuesta
crean solamente obligaciones naturales y no civiles. Esto realmente no tiene mucha
razón de ser porque la mayor parte de los establecimientos de apuestas son autorizados
por la ley a operar, incluso pagan impuestos al Estado, por lo que sería desventajoso para
una persona que contrate con una casa de apuesta o de juego, y el incumplimiento de la
obligación no pueda ser exigido ante los tribunales.

5.4. Contratos instantáneos y sucesivos.

El contrato instantáneo es aquel que la obligación nacida se cumple instantáneamente.

Ejemplo: un contrato de compraventa al contado. Si el vendedor ha entregado la cosa y


el comprador ha pagado el precio, no subsisten más obligaciones. Al contrario cuando
se trata de contratos sucesivos su ejecución se prolonga en el tiempo, por ej. El contrato
de alquiler, aquí el propietario continúa con obligaciones y el inquilino también.

Saber si se está en presencia de un contrato sucesivo o instantáneo, es importante desde


el punto de vista de su nulidad y resolución, ya que estas operan de manera retroactiva,
pero no ocurre lo mismo si se trata de un contrato de ejecución sucesiva o instantánea.

En los instantáneos, la resolución judicial surtirá sus efectos retroactivos desde el


nacimiento mismo de la obligación, puesto que esta es la fecha de la terminación del
contrato. Así, en un contrato de compraventa al contado, si se pronuncia la resolución
judicial del mismo, el efecto retroactivo sería a partir del inicio de la obligación, y el
vendedor está obligado a restituirle al comprador la cosa objeto de la obligación.

79
Las Obligaciones

En los contratos de ejecución sucesiva, la resolución se retrotrae al día de su


incumplimiento.

6. Clasificación según su interpretación.

Según su interpretación, estos se clasifican en nominados o innominados.

6.1. Contratos nominados o innominados

Los contratos nominados son aquellos que el legislador le ha dado un nombre y le ha


creado toda una teoría en el Código Civil, por la cual estos han de regirse. Ejemplo: la
compraventa, el mandado, el arrendamiento, etc.

A los innominados, por el contrario, el legislador no le ha dado un nombre y por tanto


no se rigen por una teoría específica, por que las partes los crean y le dan el nombre en
virtud del principio de la autonomía de la voluntad.

Esta clasificación de los contratos se ha hecho tomando en cuenta su interpretación. En


efecto el artículo 1107 del Código Civil, prescribe que los contratos, bien tengan una
denominación propia o no la tengan, están sometidos a reglas generales, de los contratos,
y las reglas particulares para determinados contratos, se hallan establecidas en los títulos
relativos a cada uno de ellos; y las reglas particulares a las transacciones comerciales, se
encuentran establecidas en las leyes relativas al comercio.

Cuando las partes suscriben un contrato nominado, además de lo pactado, al momento


de interpretarse ha de tomarse en cuenta lo que el legislador ha previsto de manera
especial para ese contrato. Ejemplo: si el contrato es de compraventa, no se puede apelar
a las reglas establecidas para el inquilinato, ya que tienen sus propios regímenes.

Al contrario, si las partes han pactado un contra innominado, se deberá tomar en


consideración lo que las partes han pacto en él, pero si este contrato toma caracteres de
varios contratos. Es decir, por un lado parece de compraventa y por otro de inquilinato,
entonces, se debe recurrir a las reglas supletorias del contrato que tenga más parentesco
del que las partes han querido pactar.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Resumen de la unidad II
El acto jurídico, es toda manifestación de la voluntad que tiene por objeto modificar una
situación jurídica, sea creando, transmitiendo o modificando un derecho. Puede ser el
resultado de una manifestación individual de la voluntad, sería entonces, acto jurídico
unilateral.

El artículo 1101 del Código Civil define el contrato como “un convenio en cuya virtud
una o varia personas se obligan respecto de una o de varias otras, a dar, hacer o no hacer
alguna cosa”.

Los contratos se clasifican tomando en cuenta los requisitos de forma, de fondo, su


contenido, y su interpretación. .

Los de forma se clasifican en consensuales, solemnes y reales.

Los contratos consensuales son aquellos que se perfeccionan con el sólo acuerdo de las
partes, no se requiere ninguna otra formalidad. Solus consensus obligat

Los contratos solemnes, además del consentimiento, requieren algunas formalidades

RESUMEN
especiales para su perfección, como son la intervención de un notario.

Existen 4 contratos solemnes: la convención matrimonial, la donación, la constitución


de una hipoteca y la subrogación convencional consentida por el deudor.

Los contratos reales son aquellos que para su perfeccionamiento se exige además del
consentimiento, la entrega de la cosa. Existen 4 contratos reales: el préstamo a uso o
comodato, el préstamo de consumo, el depósito y la prenda.

Según los requisitos de fondo, los contratos se clasifican en: De mutuo acuerdo y de
adhesión, colectivos e individuales. En los de mutuo acuerdo las partes están en el mismo
plano de igualdad para discutir las condiciones. En los de adhesión, por el contrario, una
de las partes fija las condiciones y la otra se adhiere a ellas.

El contrato es individual cuando sólo obliga a las personas que hayan dado su
consentimiento, por si mismas o por medio de sus representantes, en cambio el contrato

81
Las Obligaciones

es colectivo cuando involucra a otras personas sin que sea necesario su consentimiento.
Según su contenido, los contratos se clasifican en: Sinalagmáticos y unilaterales, a título
oneroso y a título gratuito, conmutativo y aleatorio, instantáneo y sucesivo.

El contrato es sinalagmático cuando las partes asumen obligaciones reciprocas, y es


unilateral cuando sólo una parte se obliga respecto de la otra.

El contrato a título oneroso es aquel que obliga a los contratantes a dar o hacer alguna
cosa; se caracteriza porque las partes persiguen ventajas reciprocas. En tanto que en el
contrato a título gratuito, las partes no persiguen beneficios recíprocos, sólo una parte
se obliga sin procurar ningún beneficio a cambio.

En el contrato conmutativo las partes pueden, desde el momento de contratar, apreciar


las pérdidas o ganancias que puedan tener desde el inicio. Al contrario, cuando el
contrato es aleatorio, depende de un suceso incierto, que las partes no pueden estimar
en ese momento, porque dependen del azar.

El contrato instantáneo es aquel que la obligación nacida se cumple instantáneamente,


Ejemplo: un contrato de compraventa al contado. Al contrario cuando se trata de
contratos de sucesivos su ejecución se prolonga en el tiempo, por ej. El contrato de
alquiler, aquí el propietario continúa con obligaciones y el inquilino también.

Según su interpretación los contratos se clasifican en nominados e innomidados. Los


nominados son aquellos que el legislador le ha dado un nombre y la ha creado toda una
teoría en el Código Civil, por la cual estos han de regirse. Ejemplo: la compraventa, el
mandado, el arrendamiento, etc. Los innominados, por el contrario el legislador no le
ha dado un nombre y por tanto no se rigen por una teoría específica, por que las partes
los crean y le dan el nombre en virtud del principio de la autonomía de la voluntad.

82
UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Actividades Unidad II.


Desarrolla lo que a continuación se te pide, apoyándote en la legislación, la doctrina o
la jurisprudencia.

1) Realiza un diario de doble entrada relativo al contrato y el acto jurídico.


2) Clasifica los contratos.
3) Busca un contrato en la oficina de abogados más cercana, y examina si se trata de un
contrato solemne, real o sinalagmático.
4) Busca un contrato de adhesión en una institución que brinde servicios colectivos, y
examina la validez de sus cláusulas.
5) Cita 4 ejemplos de contrato de adhesión.
6) Enumera tres contratos nominados y 3 innominados

Caso No. 4.
El señor Juaniquito el Ricachón, alquiló una vivienda al señor Saltarín Miserioso, el
primero se comprometió a reparar los daños mayores que tuviera el inmueble, pero
llegó un momento en que el inmueble estaba en condiciones inhabitables debido a
consecuencia de una tormenta, por lo que el inquilino al ver que el propietario se
negó a realizar las reparaciones no obstante haber sido intimado para ello, demando al
propietario para que cumpliera con su obligación. El propietario adujo en el tribunal
que no iba a reparar el inmueble porque el inquilino no estaba al día en el pago de sus
alquileres.

Responde.

1) ¿Qué tipo de contrato suscribieron las partes.


2) ¿Es correcto que el propietario no repare la vivienda alegando incumplimiento
contractual por parte del inquilino?. Justifica tu respuesta invocando textos legales,
doctrina y jurisprudencia.

83
Las Obligaciones

Ejercicios de autoevaluación unidad II.


Escoge V o F, según que el enunciado sea verdadero o falso.

1) V. F. El contrato solemne, para su formación, solo requiere consentimiento de las


partes.
2) V. F. El contrato real se formaliza con la entrega de la cosa.
3) V. F. El contrato a título gratuito persigue ventaja para ambas partes.
4) V. F. Los contratos sinalagmáticos imperfectos inician como bilaterales.
5) V. F. Todos los contratos exigen el consentimiento para su formación.

Completa correctamente los espacios en blanco.

1) El contrato ___________________, se caracteriza porque las partes asumen


obligaciones reciprocas.

2) Los contratos ______________________, además del consentimiento requieren la


intervención de un notario.

3) Cuando el acto jurídico depende del acuerdo de varias voluntades se


denomina______________________.

4) Los contratos _________________________, se rigen por lo que las partes hayan


plasmado en el contrato.

5) El contrato ______________________, se perfecciona con la entrega de la cosa.

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UNIDAD II. : EL ACTO JURÍDICO Y SU CLASIFICACIÓN

Bibliografía Básica Unidad II


-Código Civil, República Dominicana.

-Headrick, William C., 2007, Contratos y Cuasicontratos, en derecho francés y dominicano,


Editora Taller, Santo Domingo, D. N.

-Headrick, William C. 2007. Diez años de Jurisprudencia Civil y Comercial, 1997-2007,


Santo Domingo, D. N.

-Hernández Ramos, Pedro Pablo, 2012. Teorías de las Obligaciones, 2da. Ed. Editora Nelson
Soto Castillo, Santo Domingo, D. N.

-Subero Isa, Jorge A., 2000. Teoría General de las obligaciones en derecho dominicano, El
Contrato y Los Cuasicontratos, Tomo I, Asociación Hipólito Herrera Billini, Ediciones
Capeldom, Santo Domingo, D. N.

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