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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA AGROPECUARIA DE

MANABÍ MANUEL FÉLIX LÓPEZ

CARRERA DE MEDICINA VETERINARIA

SEXTO SEMESTRE - PARALELO “A”

CIRUGÍA DE ESPECIES MENORES

TEMA:
CLAVOS INTRAMEDULARES Y FIJADORES EXTERNOS

AUTOR:
GARCIA MARCILLO ZULEYKA JAMILETH

DOCENTE:
DR. CARLOS ALFREDO RIVERA LEGTON

CALCETA, AGOSTO 2022


I. INTRODUCCIÓN

Para Cruz & Gaviria (2016) los fijadores externos son una forma versátil y práctica
para tratar fracturas de huesos largos e inmovilizar osteotomías correctivas o
artrodesis. No están indicados en caso de fracturas articulares y rara vez se
utilizan para fracturas pélvicas. Constituyen un método óptimo para inmovilizar un
miembro luego de la reducción cerrada de fracturas de diverso tipo.
Tradicionalmente han sido muy utilizados en fracturas de radio y tibia, debido a
que estos huesos tienen poco recubrimiento muscular en el aspecto medial y esto
facilita la inserción de los clavos.

Su valor terapéutico es claro en fracturas conminutas o cuando la pérdida de


tejidos blandos fue importante, debido a que es una técnica poco invasiva, si se la
compara con los clavos intramedulares y las placas, y permite conservar la poca
circulación presente en el área de este tipo de lesiones (Cruz & Gaviria, 2016).

Las características del clavo (tipo, tamaño, número, localización y longitud), el


material de la barra conectora y la conformación del marco (unilateral, bilateral)
afecta la rigidez del fijador y su capacidad para resistir las cargas de compresión,
de flexión y de rotación asociados al soporte del peso. El incremento en el
diámetro del clavo aumenta su rigidez, pero no debe exceder el 25 % del diámetro
óseo (Franch et al., 2007).

El número de clavos utilizados en los segmentos proximal y distal del hueso


fracturado influyen en la rigidez del fijador. Un número mayor de clavos por
fragmento óseo hacen más efectivo el sistema. Introduciendo dos clavos en el
fragmento proximal y otros dos en el fragmento distal y teniendo la precaución de
ubicarlos cerca al foco de fractura, se incrementa la rigidez del aparato y
disminuye la movilidad. Algunos autores recomiendan al menos tres clavos por
fragmento (Franch et al., 2007).

.
II. MARCO TEÓRICO

II.1. FRACTURA EN LA TIBIA (OBLICUA CORTA)


Saa, Valera & Barrio (2015) mencionan que la incidencia de fracturas de tibia,
como resultado de traumas en pequeños animales, representa el 21% de las
fracturas en huesos largos. Las fracturas del segmento proximal no son
frecuentes, suponiendo el 7% del total de fracturas de tibia, siendo éstas
mayoritariamente de tipo simple y, en raras ocasiones, multifragmentadas. Su
disposición suele ser transversal u oblicua corta, aunque, cuando se producen
como resultado de un traumatismo intenso, pueden resultar conminutas. En un
perro joven, una fractura proximal implica la avulsión de la tuberosidad tibial y la
separación de la fisis proximal

La estructura ósea está expuesta a cinco fuerzas externas: flexión, compresión,


fuerzas de cizalla, tensión y torsión. Otros factores importantes son la duración, la
magnitud y la dirección de las fuerzas que actúan sobre el hueso. Si la magnitud
de la aplicación de la carga aplicada no supera la elasticidad límite del hueso, no
tiene lugar la fractura y el hueso deformado retorna a su estado anterior (Saa,
Valera & Barrio, 2015).

La tibia y el peroné son los dos huesos entre el tobillo y la rodilla. La tibia es el
hueso más grande que soporta el mayor peso. Al igual que las fracturas de cúbito
y radio, los cachorros tienen un mayor riesgo de fractura porque tienen huesos
más blandos. Generalmente cuando la tibia se fractura, el peroné también se
fractura. Estas fracturas casi siempre son causadas por el animal que sufre algún
tipo de trauma, como caerse de la cama o ser atropellado por un automóvil. El
veterinario debe tomar radiografías para diagnosticar la lesión exacta (Vetco,
2018).

La cirugía es la opción de reparación para las roturas graves con el cirujano


utilizando una placa ósea y tornillos, esto fue lo que se realizó con Sary, la
paciente canina.
II.1.1. COMO PROCEDER CON UN CASO DE ATROPELLAMIENTO:

 Lleva al perro al veterinario e intenta avisarles de tu llegada. Pide a alguien


que te ayude a llevar al perro al coche. Esto evitará que tu perro camine
sobre la pata lesionada.
 El veterinario tendrá que tomar radiografías para confirmar si hay una
fractura de fémur. También determinará si puede darle a tu mascota
analgésicos para aliviar los dolores.
 Es probable que te recomiende una cirugía para reparar la fractura del
fémur. A diferencia de otras fracturas, el fémur se estabiliza con mayor éxito
tras la cirugía. Esta lesión no puede estabilizarse con una férula o yeso, por
lo que la cirugía debe ser considerada seriamente.
 Una vez de vuelta a casa la actividad debe ser muy limitada. Reducir el
paseo cuando lo saques a hacer sus necesidades. Mantén la zona caliente
y evita que descanse sobre superficies duras o frías. Esto ayudará en la
curación y evitará daños mayores.
 Escoge un lugar tranquilo para la recuperación de tu perro. Los perros en
rehabilitación necesitan un lugar tranquilo para sanar. Déjale descansar en
una buena cama y acércale sus juguetes favoritos. Anima a tu mascota a
descansar y recuerda a las visitas que el perro necesita descansar.
 No intentes estabilizar la fractura del fémur en casa. Algunos dueños de
perros tratan de entablillar o enyesar la extremidad en casa. Consulta
siempre con tu veterinario de las opciones disponibles (Arenas, 2015).

II.2. PASOS A TENER EN CUENTA ANTES DE LA CIRUGÍA

II.2.1. ANAMNESIS

La anamnesis completa ayuda a evaluar el proceso patológico subyacente y a


identificar otras anomalías que puedan afectar el resultado de la cirugía. La
anamnesis incluiría la reseña, la dieta, el ejercicio, el entorno, los antecedentes
sanitarios, los tratamientos recientes (especialmente antiinflamatorios, antibióticos,
y los tratamientos potencialmente nefrotóxicos o hepatotóxicos), y pruebas de
infecciones. Deben identificarse los animales con antecedentes de convulsiones
para evitar administrarles fármacos que producen convulsiones (ACVS, 2019).

II.2.2. EXPLORACIÓN FÍSICA

Adaro (2007) indica que, el animal se evaluará sistemáticamente durante la


exploración física, que debe incluir todos los sistemas orgánicos. Debe observarse
el estado general del animal, (condición física, actitud y estado mental). A los
animales traumatizados hay que hacerles una exploración neurológica y una
exploración ortopédica, además de la evaluación de los sistemas respiratorio,
gastrointestinal, cardiovascular y urinario. La edad del paciente, su estado físico y
el tipo de técnica quirúrgica planeada debe considerarse al determinar qué agente
anestésico será el más satisfactorio.

El estado físico preanestésico es unos de los mejores indicadores de la


probabilidad de que se produzca una urgencia cardiopulmonar durante o después
de la intervención quirúrgica; cuánto más deteriorado esté el estado físico más
riesgo habrá de que se produzca complicaciones anestésicas y quirúrgicas (Adaro,
2007).

II.2.3. MANTENIMIENTO ANESTÉSICO

Laredo (2014) afirma que, el mantenimiento anestésico puede realizarse mediante


la administración de agentes inyectables o inhalatorios en función del
procedimiento a realizar. Como ya apuntamos, el mantenimiento con agentes
inyectables puede realizarse redosificando a efecto, aunque en el caso del
propofol (también con alfaxolona aunque hay menos experiencia) suele realizarse
un mantenimiento mediante infusión continua. En cualquier caso, para
mantenimientos de duración intermedia o larga los agentes y técnicas inhalatorias
son de elección.

II.2.4. RECUPERACIÓN ANESTÉSICA


Para Morales (2012) si se emplean agentes inhalatorios, el vaporizador debe
cerrarse al final de la intervención o muy pocos minutos antes. Se desconectan
todos los sistemas de fijación del animal que se coloca en decúbito lateral
manteniendo la vía venosa y la vía aérea. La extubación se realiza cuando el
animal traga evitando retrasarlo, especialmente en el gato, para evitar un
despertar brusco e incluso un broncoespasmo o espasmo de glotis. Si se extuba
antes de la presencia de reflejo deglutorio, debe comprobarse que la ventilación se
mantiene adecuadamente durante los siguientes minutos, así como que no hay
restos de contenido gástrico en la región faríngea.

La recuperación debe realizarse en un lugar tranquilo y, una vez comprobado que


las funciones vitales funcionan correctamente (ventilación, función cardiovascular),
se traslada a una jaula de recuperación tranquila y cálida (Morales, 2012).

II.2.5. PIVA/TIVA

Belda (2014) nos dice que, la administración endovenosa de bolos repetidos de


propofol, u otros fármacos de interés anestésico o analgésico, no permite alcanzar
a corto plazo concentraciones plasmáticas estables y efectivas dado que éstas
fluctúan en picos de sierra. Si administramos estos fármacos en infusión continua,
tampoco se alcanzará una concentración estable y efectiva hasta que haya
transcurrido un tiempo en torno a 5 veces la vida media (t 1/2) de la droga
administrada.

Por ello, y con el objetivo de alcanzar una concentración estable y efectiva


anestésica/analgésica estable se administra una dosis de carga y
simultáneamente se instaura una infusión a ritmos continuos o variables. Lo que
se persigue es alcanzar un ritmo de infusión mínimo (RIM) que mantenga el efecto
buscado (anestesia general total (TIVA), anestesia general parcial como
complemento a la anestesia inhalatoria administrada a CAM reducidas (PIVA), o
aporte analgésico) desde el inicio de la administración (Belda, 2014).

II.2.6. MONITORIZACIÓN
Para Laredo (2014) durante el mantenimiento anestésico debe de controlarse de
forma continua al paciente, anotando cada 5 minutos en la hoja anestésica los
parámetros monitorizados. El control de la frecuencia cardiaca y respiratoria,
presión arterial, saturación arterial de oxígeno, temperatura corporal y
concentración de CO2 al final de la espiración (EtCO2) es muy importante para
valorar objetivamente al paciente y detectar posibles complicaciones anestésicas
de forma rápida.

En general, la presencia de una buena relajación mandibular, la presencia de


rotación ventromedial del globo ocular y el mantenimiento de la presión arterial
media en valores superiores a 60 mm de Hg son signos de un mantenimiento bien
controlado.

II.3. DESCRIPCIÓN DE LA PRACTICA

II.3.1. MATERIALES Y MEDICAMENTOS A USAR EN LA PRÁCTICA.

II.3.1.1. MATERIALES

 Alcohol
 Yodo
 Guantes quirúrgicos
 Equipo de cirugía
 Taladro
 Una llave corta bulón
 Vía de venoclisis
 Catéteres número 24
 Jeringas 1 ml-3 ml
 Clavos intramedulares

II.3.1.2. MEDICAMENTOS

 Maleato de acepromacina
 Tramadol
 Ketamina
 Propofol

II.3.2. PLAN ANESTÉSICO

Nombre del paciente Edad Peso


Sary 3 años 10

II.3.2.1. VMA

10kg x 50ml = 500ml ÷ 2 = 250ml ÷ 120min = 2,08ml/min x 20 gotas = 41g/m


250ml + 1,20ml = 251,20ml ÷ 120min = 2.09ml x 20
gotas = 42g/min

II.3.2.2. PRE-ANESTESIA

Maleato de Acepromacina: 10 kg x 0,7 mg = 7 mg ÷ 10 = 0,7 ml


Tramadol: 10 kg x 2 mg = 20 mg ÷ 100 = 0,20 ml

II.3.2.3. INDUCCIÓN

Propofol (inducción lenta): 10 kg x 8 mg = 80 mg ÷ 20 = 4 ml

II.3.2.4. MANTENIMIENTO

Propofol: 10 kg x 10 mg = 100 mg ÷ 20 = 5 ml

II.3.2.5. MANEJO DEL DOLOR

T: 10kg x 2mg = 20mg ÷ 100 = 0,20 ml


L: 10kg x 2mg = 20mg ÷ 20 = 1 ml total de TLK: 1,80ml
K: 10kg x 0,6mg = 6mg ÷ 100 = 0,6ml
250ml + 1,80ml = 251.8ml ÷ 90 = 2,79ml x 20 = 55.8 gotas x minuto

II.3.2.6. CIRUGÍA
Con respecto a la cirugía esta fue un éxito total, se comenzó a las 15:30 pm del
día 30 de junio del 2022, la manipulación de la paciente empezó al premedicar e
inducir la anestesia general. Luego, se procedió a entubar y canalizar a Sary.

Constantemente se estaba controlando el propofol que se le estaba


administrando, así como también se observaba la saturación de Sary.

II.3.2.7. PROCEDIMIENTO

Una vez que el perro esta anestesiado e intubado, lo primero que se procede a
hacer es a limpiar el área en la cual se va a intervenir (pierna posterior derecha),
se empieza a buscar el lugar de la fractura con la ayuda de la radiografía, la cual
estaba situada en la tibia y se trataba de una oblicua corta. Luego de tener
localizada la fractura y tener el hueso en su posición anatómica, se procedió a
perforar el hueso con 3 clavos intramedulares.

Los clavos pueden insertarse en el hueso utilizando un taladro eléctrico de baja


velocidad. Cuando se aplican con altas velocidades, se induce necrosis de la
interfase hueso-clavo y es más probable que aparezca sepsis en dicha interfase
en el postoperatorio. El taladro debe esterilizarse con gases como el óxido de
etileno, ya que este método no deteriora los instrumentos eléctricos. Se
recomienda practicar una pequeña incisión en la piel justo en el sitio donde el
clavo será insertado para evitar que la piel se enrosque alrededor de él.

Una vez hecho esto, se procede a hacer la mezcla de polimetil metacrilato para
usarla de fijador externo y así los clavos intramedulares no se muevan y el canino
tenga una pronta recuperación, cuando la masa mostró consistencia semisólida se
aplicó alrededor del marco para formar “las barras conectoras”; dicha mezcla se
solidifica en 5 min y da la rigidez necesaria. También se le puso un collar isabelino
a la paciente.
III. CONCLUSIONES

En el presente trabajo se empieza diciendo que la cirugía fue un éxito, cada una
de las intervenciones salieron a la perfección, todo se manejó correctamente y se
dieron los procesos de acuerdo a las indicaciones del doctor y por supuesto la
ayuda de los estudiantes, frente a la fractura antes presentada, que podíamos
decir que era de gran magnitud.

Del mismo modo, se concluye que los fijadores externos son aparatos muy
versátiles, económicos, fáciles de aplicar y no inducen trauma adicional importante
en la zona lesionada.
IV. BIBLIOGRAFÍAS

ACVS. (2019). Fracturas de las extremidades. Recuperado el 4 de agosto del


2022, de: https://www.acvs.org/small-animal-es/fractured-limbs

Adaro, A. (2007). Examen general. Recuperado el 4 de agosto del 2022, de:


https://servicios.unileon.es/hospitalveterinario/files/2014/07/Examen-f
%C3%ADsico-gene

Belda, E. (2014). avepa.org. Recuperado el 4 de agosto del 2022, de:


https://avepa.org/pdf/proceedings/ANESTESIA_PROCEEDINGS2014.pdf

Cruz, J. & Gaviria, A. (2016). El fijador esquelético externo: aplicación clínica en


perros y gatos. Recuperado el 3 de agosto del 2022, de:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0122-
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Franch, J.; Fontecha, P; Font, C.; Sanna, M.; Díaz, M. & Durall, I. (2007). Fijador
externo acrílico con tornillos percutáneos para el tratamiento de fracturas
de huesos largos en perros miniatura. Recuperado el 3 de agosto del
2022, de: https://core.ac.uk/download/pdf/33159694.pdf

Laredo, F. (2014). avepa.org. Recuperado el 4 de agosto del 2022, de:


https://avepa.org/pdf/proceedings/ANESTESIA_PROCEEDINGS2014.pdf

Morales, J. (2012). Tipos de estilización en felinos. Recuperado el 4 de agosto del


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Saa, Á.; Valera, R. & Barrio, N. (2015). Fractura del área medial del surco del
tendón del músculo extensor digital largo, con desplazamiento lateral del
fragmento en epífisis proximal tibial, en un perro politraumatizado.
Recuperado el 3 de agosto del 2022, de:
https://www.clinvetpeqanim.com/index.php?pag=articulo&art=5

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%20tibia%20se,para%20diagnosticar%20la%20lesi%C3%B3n%20exacta

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