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Descubre qué es la

energía hidráulica y cómo


se genera

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David Corral(BBVA Creative)

La energía hidráulica es aquella que aprovecha el movimiento


del agua para generar energía. Su obtención se debe al
aprovechamiento de la energía cinética y potencial de los
saltos de agua o corrientes. El propio movimiento del agua
hace girar una turbina, que está conectada a un transformador,
produce la energía eléctrica.
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Una de las mayores ventajas que presenta este tipo de energía es su


carácter renovable, no contamina y gracias al ciclo del agua se puede considerar
inagotable. Por otro lado, la construcción de presas o sistema de retención del
caudal del agua, si no se proyectan de forma sostenible y ordenada, puede
suponer un gran impacto medioambiental. La modificación de elementos del
ecosistema para obtener este tipo de energía pueden suponer otro tipo de
perjuicios sobre la flora y la fauna del entorno.
La historia de la energía hidráulica se remonta a la antigüedad, puesto que los
molinos movidos por agua para moler trigo no dejan de ser una forma de
aprovechar el movimiento del agua. A finales del siglo XIX, con el desarrollo de los
transformadores eléctricos y su adaptación a esta metodología comienza la
expansión de la energía hidráulica. Además, la Revolución Industrial contribuye a
que su expansión se acelere.

Generación de la energía hidráulica


La obtención de la energía hidráulica puede variar, puesto que el movimiento del
agua se puede obtener de distintas formas.

1. Construcción de presas

Es uno de los métodos más corrientes y con el que se suele obtener en la mayor
parte de las ocasiones la electricidad. La potencia dependerá del caudal y del salto
del agua, -la altura desde la que cae- la propia caída del agua hace que la turbina
se mueva y conectada a un transformador genera la corriente eléctrica.

Dentro de la modalidad de generación de energía mediante la construcción de


presas existe la posibilidad de controlar el caudal mediante un sistema de bombeo.
Este método satisface la demanda en función de los picos de consumo que se
experimenten. De tal forma, que se libera el agua cuando es necesario producir
energía. El principal problema de estos sistemas es que modifican el curso natural
del agua con el impacto medioambiental que conlleva.

2. Corrientes de ríos

Otro de los métodos utilizados para la generación de electricidad es aprovechar las


corrientes de los ríos: la propia corriente es la encargada de mover la turbina. En
este caso, y a diferencia de la anterior modalidad, uno de los inconvenientes es la
capacidad de controlar el flujo del agua.

3. Mareas

En este caso, la llamada energía mareomotriz es aquella que aprovecha el


movimiento de las mareas para generar electricidad. El movimiento de las mareas
es altamente predecible, por lo que en los lugares donde la pleamar y bajamar
oscilan en gran magnitud puede ser una alternativa.

4. Olas

Es conocida como energía undimotriz. Es el aprovechamiento energético


producido por el movimiento ondulatorio de la superficie del agua del mar. El oleaje
es una consecuencia del rozamiento del aire sobre la superficie del mar, de ahí
que sea muy irregular. Para solucionar este problema, se han desarrollado
múltiples dispositivos o convertidores de energías del mar según el principio de
captación del dispositivo. Se trata de una de las renovables más prometedoras.

Ventajas e inconvenientes de su uso


La mayoría de las presas hidráulicas tienen como objetivo la producción de
energía eléctrica, usando turbinas hidráulicas. Los países que tienen caudales de
ríos constantes y con volumen obtienen la mayor parte de la electricidad en
centrales hidráulicas por sus grandes ventajas. En ese sentido, se puede destacar
que se trata de un recurso natural, e inagotable (aunque necesita de un lugar
adecuado para producirse). Es limpia y no contaminante, es decir, no
produce gases de efecto invernadero (GEI), ni emisiones tóxicas; y además es
flexible ya que su producción puede regularse a las necesidades o demandas.

Como ventaja además es un recurso renovable, que puede utilizarse para otros
fines, como el abastecimiento humano o el riego, y es almacenable, algo en
consonancia con lo anteriormente dicho de los flujos de demanda.

Pero también podemos encontrar inconvenientes. El más común es la dificultad de


conocer qué caudal exacto tendrá el río, puesto que dependen de los ciclos
meteorológicos (periodos secos vs. húmedos). Algo que dificulta su control. Otro a
destacar es que los emplazamientos hidráulicos suelen situarse lejos de las urbes,
por lo que es necesario transportar la energía eléctrica producida a través de
costosas instalaciones de transmisión. En ese sentido, varios expertos apuntan al
efecto negativo que puede tener la creación de un embalse sobre el entorno, y
más en concreto sobre los cauces de los ríos, las poblaciones, etc. Todo ello,
unido al gran desembolso inicial necesario para construir este tipo de centrales,
dificulta su aplicación como fuente de energía.

Mucho ha llovido desde la primera planta hidroeléctrica, que se construyó en las


famosas Cataratas del Niágara en 1879. Sin embargo, la energía hidráulica está
situada como una de las fuentes de energía renovable para la producción de
energía eléctrica. Dos ejemplos así lo prueban: la presa de Itaipú, en Brasil, sobre
el río Paraná con 14.000 MW de potencia y que abastece el 15% de la energía de
Brasil y el 95% de Paraguay; y el sistema de las Tres Gargantas, en China, con
18.000 MW instalados.
Pero también podemos encontrar inconvenientes. El más común es la dificultad de
conocer qué caudal exacto tendrá el río, puesto que dependen de los ciclos
meteorológicos (periodos secos vs. húmedos). Algo que dificulta su control. Otro a
destacar es que los emplazamientos hidráulicos suelen situarse lejos de las urbes,
por lo que es necesario transportar la energía eléctrica producida a través de
costosas instalaciones de transmisión. En ese sentido, varios expertos apuntan al
efecto negativo que puede tener la creación de un embalse sobre el entorno, y
más en concreto sobre los cauces de los ríos, las poblaciones, etc. Todo ello,
unido al gran desembolso inicial necesario para construir este tipo de centrales,
dificulta su aplicación como fuente de energía.

Mucho ha llovido desde la primera planta hidroeléctrica, que se construyó en las


famosas Cataratas del Niágara en 1879. Sin embargo, la energía hidráulica está
situada como una de las fuentes de energía renovable para la producción de
energía eléctrica. Dos ejemplos así lo prueban: la presa de Itaipú, en Brasil, sobre
el río Paraná con 14.000 MW de potencia y que abastece el 15% de la energía de
Brasil y el 95% de Paraguay; y el sistema de las Tres Gargantas, en China, con
18.000 MW instalados

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