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INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL

ESUELA SUPERIOR DE INGENIERIA QUIMICA E


INDUSTRIAS EXTRACTIVAS
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA QUÍMICA
PETROLERA

Energéticos Alternos.

“EL uso de agua en generación de energía”

ALUMNO:
 Lopez Valerio Ivan David

PROFESOR:
Estelio Baltazar Cadena
Grupo: 3PV71

Resumen.
La energía hidráulica es una forma de energía renovable que se obtiene a partir del
aprovechamiento de la fuerza del agua en movimiento, como ríos, corrientes o caídas de
agua. Se basa en la conversión de la energía cinética y potencial del agua en energía útil,
generalmente en forma de electricidad.
El funcionamiento de la energía hidráulica se basa en el uso de turbinas o ruedas
hidráulicas que son impulsadas por el flujo del agua. Estas turbinas están conectadas a
generadores que transforman la energía mecánica en energía eléctrica. El agua se captura y
se dirige a través de canales, presas o embalses para garantizar un flujo constante y
controlado.
La energía hidráulica ofrece diversas ventajas. Es una fuente de energía renovable y
abundante, ya que el agua es un recurso natural renovable en constante movimiento.
Además, no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes
atmosféricos durante su generación, lo que la convierte en una fuente de energía limpia y
amigable con el medio ambiente.
Otra ventaja de la energía hidráulica es su capacidad de almacenamiento a través de
embalses. El agua puede acumularse en períodos de alta disponibilidad y liberarse cuando
la demanda de energía es mayor, lo que permite un suministro constante y estable.
Sin embargo, la energía hidráulica también presenta algunas limitaciones. Requiere de la
construcción de infraestructuras, como presas y embalses, lo que puede tener impactos
ambientales significativos, como la evolución de los ecosistemas acuáticos y la reubicación
de comunidades. Además, su posibilidad depende de la disponibilidad y la adquisición de
los recursos hídricos, lo que limita su aplicabilidad en determinadas regiones.
Introducción
El agua es uno de los recursos más importantes de nuestro planeta, no solo para nuestro
sustento y supervivencia, sino también como fuente de energía. A lo largo de la historia, la
humanidad ha utilizado el poder del agua para aprovechar su energía y generar electricidad.
Este método, conocido como energía hidráulica, ha demostrado ser una forma confiable y
sostenible de producción de energía.
Uso del agua para producir energía:
El uso del agua para generar energía se basa en el principio fundamental de convertir la
energía cinética y potencial del agua en energía mecánica y, finalmente, en electricidad. El
agua en movimiento, ya sea en forma de ríos, corrientes o caídas de agua, posee una gran
cantidad de energía que puede ser aprovechada mediante tecnologías adecuadas.
Una de las formas más comunes de generar energía a partir del agua es a través de centrales
hidroeléctricas. Estas centrales aprovechan el flujo constante y controlan el agua para hacer
girar turbinas conectadas a generadores. A medida que el agua pasa a través de las turbinas,
su energía cinética se convierte en energía mecánica y, finalmente, en electricidad. Las
centrales hidroeléctricas pueden variar en tamaño, desde pequeñas instalaciones locales
hasta grandes proyectos a gran escala.
Además de las centrales hidroeléctricas, existen otras formas de aprovechar el agua para
generar energía. Los sistemas de energía de las corrientes marinas y las corrientes de
mareas utilizan el movimiento del agua en los océanos para accionar turbinas submarinas y
generar electricidad. También se están desarrollando tecnologías de energía de las olas, que
capturan la energía de las olas del mar y la electricidad.
La energía hidráulica ofrece diversas ventajas. Es una fuente de energía renovable, ya que
el ciclo hidrológico garantiza un suministro continuo de agua. Además, es una forma de
energía limpia, ya que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni
contaminantes atmosféricos durante la generación de electricidad. La energía hidráulica
proporciona también flexibilidad en la gestión del suministro eléctrico, ya que el agua
puede almacenarse en embalses y liberarse según la demanda de energía.
Desarrollo.
En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y la necesidad de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero, el agua se presenta como un recurso valioso y
prometedor para la producción de energía limpia. El uso del agua como fuente de energía
renovable ha demostrado ser una opción eficiente y respetuosa con el medio ambiente. En
este ensayo, exploraremos cómo el agua puede ser aprovechada para generar energía
limpia, sus ventajas y los desafíos que enfrentamos en esta área.
La energía hidroeléctrica: aprovechando el poder del agua

Uno de los métodos más utilizados para la producción de energía limpia a partir del agua es
la energía hidroeléctrica. Mediante la construcción de presas y embalses, se controla el
flujo del agua para hacerlo pasar a través de turbinas que accionan generadores de
electricidad. Esta forma de energía aprovecha la energía cinética y potencial del agua en
movimiento, convirtiéndola en electricidad sin generar emisiones dañinas. La energía
hidroeléctrica es una fuente confiable y estable de energía renovable que ha sido utilizada
con éxito en muchas partes del mundo.
Uno de los principales usos del agua en la generación de energía es en las centrales
hidroeléctricas. Existen dos tipos de centrales hidroeléctricas, las de embalse y las de paso.
En el caso de las primeras, la energía potencial del agua almacenada se convierte en
electricidad a través de una serie de transformaciones.
El pasaje de agua a gran presión, producida por la diferencia de altura entre el nivel de agua
del embalse y la planta hidroeléctrica, genera suficiente fuerza para hacer rotar una turbina,
la que a la vez mueve un generador de electricidad. En las de paso, la turbina es movida por
la corriente natural del cauce. En Argentina las centrales hidroeléctricas constituyen el
24,3% del total de la potencia instalada.
Por otro lado, el agua es un elemento importante en los procesos de enfriamiento de las
centrales termoeléctricas. En estos casos, el combustible se quema generando calor para
calentar agua y transformarla en vapor. El vapor, a una presión muy elevada, hace girar una
turbina. En el proceso, la energía calorífica se convierte en energía mecánica y
posteriormente esta se transforma en energía eléctrica en un generador.
El agua también está presente en otros procesos vinculados con la energía. Por ejemplo,
procesos de extracción de combustibles fósiles como la fractura hidráulica o “fracking”
inyectan agua a alta presión, en formaciones rocosas subterráneas para fracturar la roca,
permitiendo acceder al petróleo o gas que contiene. Por otro lado, fuentes de energía libres
de agua como la energía solar fotovoltaica y la energía eólica necesitan de insumos y
materiales que requieren agua en las diversas etapas de la producción de sus componentes.
Energía de las mareas y de las corrientes marinas
Además de la energía hidroeléctrica, también existe la posibilidad de aprovechar la energía
de las mareas y las corrientes marinas para generar electricidad. Las mareas, impulsadas
por la gravedad de la Luna y el Sol, presentan un flujo y reflujo constante de agua.
Mediante el uso de turbinas submarinas, se puede captar esta energía y convertirla en
electricidad. Del mismo modo, las corrientes marinas, que son el resultado de las
diferencias de temperatura y salinidad en el océano, pueden ser aprovechadas mediante
tecnologías similares. Estas fuentes de energía renovable representan una forma adicional
de producción de energía limpia y tienen un gran potencial en las regiones costeras.
Beneficios y ventajas de la energía hidroeléctrica
La producción de energía limpia a partir del agua ofrece numerosos beneficios. En primer
lugar, el agua es un recurso natural renovable que se renueva constantemente a través del
ciclo hidrológico. Esto significa que el suministro de agua para la producción de energía no
se agota a largo plazo, a diferencia de los combustibles fósiles limitados. Además, la
producción de energía a partir del agua no emite gases de efecto invernadero ni
contaminantes atmosféricos, lo que contribuye a la reducción del impacto ya la mitigación
del cambio climático.
Desafíos y oportunidades
A pesar de las ventajas, el uso del agua para la producción de energía limpia también
presenta desafíos. Uno de los desafíos es garantizar un equilibrio adecuado entre la
producción de energía y la conservación de los ecosistemas acuáticos. La construcción de
presas y embalses puede tener un impacto en los hábitats naturales y en la migración de
especies acuáticas. Por lo tanto, es fundamental implementar medidas de mitigación y
buscar soluciones que minimicen estos impactos.
Otro desafío es la inversión inicial y los costos asociados con la infraestructura necesaria
para aprovechar el agua como fuente de energía. La construcción de presas, turbinas y otros
componentes requiere una inversión significativa, lo que puede suponer un obstáculo en
algunas regiones con recursos financieros limitados.
No obstante, a medida que avanzamos en la investigación y el desarrollo de tecnologías
más eficientes y económicas, así como en la implementación de políticas y regulaciones
favorables, se abren oportunidades para el crecimiento y la expansión de la producción de
energía limpia a partir del agua.

Conclusión
El agua posee un enorme potencial para la producción de energía limpia y renovable. La
energía hidroeléctrica, la energía de las mareas y las corrientes marinas son ejemplos de
cómo el agua puede ser aprovechada de manera efectiva y sostenible para generar
electricidad sin dañar el medio ambiente. A pesar de los desafíos existentes, el uso del agua
como fuente de energía ofrece beneficios significativos en términos de mitigación del
cambio climático y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. A medida
que avanzamos hacia un futuro más sostenible, es importante invertir en tecnologías y
políticas que impulsen el desarrollo y la adopción de la energía limpia a partir del agua,
aprovechando su potencial para generar un suministro de energía fiable y respetuoso con el
medio ambiente.
El agua potable y la energía son fundamentales para el desarrollo humano. La eficiencia
conjunta en el uso del agua y de la energía es imprescindible por su íntima vinculación con
el cambio climático, ya que el uso del agua requiere del consumo de energía, que implica la
emisión de gases de efecto invernadero, que alteran el clima. Esto último modifica el
régimen de lluvias disminuyendo la calidad del agua disponible y consecuentemente
aumentando los requerimientos energéticos para su extracción. Se profundiza así este
círculo vicioso.
El concepto entonces de nexo agua-energía ha surgido en la literatura para explicar,
analizar y comprender las complejas interacciones entre estos sectores. Analizarlos en
conjunto nos ayuda a una planificación integrada y eficaz con soluciones a corto, mediano
y largo plazo. Si ahorramos agua también estamos ahorrando energía.
Referencias.
Genergea. (2015, octubre 14). El agua como fuente de energía. iAgua.
https://www.iagua.es/blogs/genergea/agua-como-fuente-energia

La Ciencia del Agua para Escuelas: Energía Hidroeléctrica. (s/f). Usgs.gov. Recuperado el
1 de julio de 2023, de https://water.usgs.gov/gotita/hyhowworks.html

La relación entre el agua y la energía. (2020, noviembre 4). Argentina.gob.ar.


https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-relacion-entre-el-agua-y-la-energia

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