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DISPLASIA CONGENITA DE CADERA

Se trata de un desarrollo anormal de la articulación coxofemoral, que puede provocar luxación de esta.
hace referencia a un espectro de patologías de la articulación de la cadera inmadura. El término displasia del
desarrollo de la cadera describe todo el rango de deformidades que involucran la cadera en crecimiento,
incluyendo luxación franca, subluxación e inestabilidad, y displasia de la cabeza femoral y el acetábulo
es una alteración en el desarrollo y relación anatómica de los componentes de la
articulación coxo-femoral que comprende al hueso iliaco, fémur, cápsula articular,
ligamentos y músculos.
CLASIFICACIÓN
La displasia acetabular hace referencia a las alteraciones morfológicas y del desarrollo del acetábulo. La subluxación
de la cadera se define como el contacto parcial entre la cabeza de fémur y el acetábulo. La luxación de cadera hace
referencia a la ausencia de contacto entre las superficies articulares de la cadera.
La displasia de desarrollo de la cadera se clasifica en dos grandes grupos:
 Postparto o Típica (90%): aparece en individuos por lo demás normales o sin enfermedad genética o
síndrome definido. Aparece luego del parto o tiempo después
 Prenatal o Teratológica (10%): suele tener una causa identificable, y aparece antes del nacimiento ( se
asocia a otras malformaciones cardiacas, de extremidades (pie bot), columna, renales) pie equino varo,
escoliosis postural, mielomeningocele, tortícolis, enfermedades
neuromusculares, etc.
EPIDEMIOLOGÍA
 frecuencia de caderas luxadas o luxables es de 3 de cada 1.000 recién nacidos vivos.
 La incidencia dependiendo de la geografía oscila desde 1,7 de cada 1.000 niños en Suecia y 75 de cada 1.000
en la antigua Yugoslavia a 188,5 de cada 1.000 en un distrito de Manitoba, Canadá. La incidencia de DCC en
recién nacidos en China y África es de cerca del 0%, mientras que en recién nacidos blancos la incidencia de
displasia de cadera es de un 1% y la de luxación de un 0,1%. Estas diferencias pueden ser el resultado de
factores ambientales, como el manejo de los recién nacidos, más que a una predisposición genética. En las
culturas africanas y asiáticas se acostumbra a llevar a los niños cargados sobre el cuerpo con un chal, de
forma que las caderas quedan en flexión y abducción, y con libertad de movimientos. Esto mantiene las
caderas en la posición de máxima estabilidad y es lo que más favorece el modelaje dinámico del acetábulo
en desarrollo por parte de la cabeza femoral cartilaginosa.
 Por otro lado, los niños de las tribus nativas de Norteamérica y de las culturas de Europa del Este, que
presentan una incidencia relativamente alta de DCC, han sido envueltos con ropajes estrechos que
mantienen sus caderas en extensión. Esta posición aumenta la tensión de la unidad miotendinosa del psoas
y puede favorecer el desplazamiento y la eventual luxación de la cadera en dirección superolateral.
 Mas frecuente en el sexo femenino (8 de cada 10casos)
 Si bien suele ser bilateral es mas frecuente en la cadera izquierda; en la posición fetal más común, éste es el
lado que queda en aducción forzada por el sacro de la madre. (se debe a la presentacion cefálica occipito
anterior izquierda de la mayoría de los recién nacidos donde la cadera se aduce contra la columna vertebral
de la madre con un espacio limitado para la abducción.)
 La mayoría de las inestabilidades de la articulación de cadera en el periodo neonatal se
resuelven espontáneamente en las primeras semanas de vida y solo el 1,2% precisan tratamiento.
ETIOLOGÍA Y FACTORES DE RIESGO
 Aunque la causa sigue siendo desconocida, la ruta final en el desarrollo de la DCC es un aumento de la
laxitud de la articulación, que no consigue mantener una articulación femoroacetabular estable. Este
aumento de laxitud probablemente es el resultado de una combinación de factores hormonales, mecánicos
y genéticos.
ANTECEDENTES PREDISPONENTES:
 En un 12-33% de los pacientes existen antecedentes familiares
 Es más frecuente en mujeres (80%), lo que se cree debido a la mayor susceptibilidad de éstas a las hormonas
femeninas de la madre, como la relaxina que aumenta la laxitud ligamentosa.
 Cualquier proceso que se asocie a un menor espacio intrauterino y, en consecuencia, a una menor libertad
de movimientos del feto, entre estas situaciones se encuentra el oligohidramnios, un elevado peso al nacer
y la primiparidad. La elevada tasa de asociación de la DCC con otras anomalías por modelaje intrauterino,
tales como el tortícolis y el metatarso aducto, apoya la teoría de que el «fenómeno de apelotonamiento»
juega un papel en su patogenia. Malas posiciones intrauterinas: Aunque sólo un 2-3% de todos los niños
nace en presentación podálica, la incidencia de DCC en estos pacientes es del 16 al 25%. Nalgas franca,
nalgas completas, nalgas incompletas
ANATOMÍA PATOLÓGICA
En la DCC se pueden desarrollar diversos cambios anatómicos secundarios que pueden impedir la reducción:
 Se pueden hipertrofiar tanto el tejido graso del fondo del acetábulo, conocido como pulvinar, como el
ligamento redondo, bloqueando la reducción de la cabeza femoral. El ligamento acetabular transverso
también suele estar hipertrofiado, lo que estrecha de forma efectiva la apertura del acetábulo.
 El acortamiento del tendón del iliopsoas hace que esté tenso frente a la cadera, creando una deformidad en
la cápsula articular en reloj de arena, lo que limita el acceso al acetábulo.
 Con el tiempo, la cabeza femoral luxada hace presión sobre el reborde acetabular y el labrum, produciendo
que este último se pliegue hacia dentro y se haga más grueso.
 La forma de una cabeza femoral y un acetábulo normales depende de la reducción concéntrica entre los dos.
Cuanto más tiempo permanece luxada la cadera, más probable es que el acetábulo se desarrolle de forma
anormal. Sin una cabeza femoral que proporcione un patrón, el acetábulo se hará menos profundo, con un
techo acetabular oblicuo y un engrosamiento de la pared medial.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En neonatos
La DCC en neonatos es asintomática y debe detectarse mediante maniobras específicas. La exploración física se debe
realizar en un entorno confortable y templado con el niño desnudo en decúbito supino, sobre una mesa de
exploración plana.
 La maniobra de provocación de Barlow explora la inestabilidad potencial de una cadera no luxada. El
examinador aduce la cadera flexionada y empuja suavemente el muslo hacia atrás con intención de luxar la
cabeza femoral. Cuando la maniobra es positiva, se puede sentir cómo la cadera se desliza fuera del
acetábulo. Conforme el examinador relaja la presión, se puede notar cómo la cabeza se reduce de nuevo
dentro del acetábulo. (cadera inestable o luxable cuando es positiva)
 La maniobra de Ortolani es la opuesta a la de Barlow: el examinador trata de reducir la cadera
luxada. El examinador agarra el muslo del niño entre el pulgar y el índice y, con el 4.° y 5.° dedo,
levanta el trocánter mayor mientras abduce simultáneamente la cadera. Cuando la maniobra es
positiva, la cabeza femoral se reducirá en el acetábulo con un suave «clank» que es palpable pero
habitualmente no audible. Debe ser una maniobra suave, no forzada. (cadera luxada reductible
cuando es positiva – cadera luxada irreductible cuando no se logra la reduccion)
 El clic de cadera es el sonido agudo (o sensación) que se percibe en los últimos grados de abducción
durante la exploración de la DCC con las maniobras de Barlow y Ortolani. Clásicamente, el clic de
cadera se diferencia del «clank» que se percibe cuando la articulación de la cadera entra y sale de su
sitio. Los clics de cadera suelen estar causados por el ligamento redondo o, en ocasiones, por la
fascia lata o el tendón del psoas y no son indicativos de alteración grave de la cadera.

En lactantes
Cuando el niño alcanza los 2-3 meses de vida, las partes blandas comienzan a tensarse y las maniobras de
Ortolani y de Barlow ya no son fiables. En este grupo de edad, el explorador debe buscar otros hallazgos
físicos específicos:
 acortamiento aparente del muslo: o signo de Galeazzi, se aprecia mejor colocando ambas caderas a
90 grados de flexión y comparando la altura de las rodillas en busca de asimetrías.
 localización más proximal del trocánter mayor
 asimetría de los pliegues glúteos o del muslo: puede aparecer en un 10% de los lactantes normales,
pero su aparición se asocia a la DCC
 la posición de la cadera.
 El signo más representativo de una luxación de cadera en este grupo de edad es la limitación de la
abducción.
Otra maniobra útil es la maniobra de Klisic, en la que el examinador coloca el 3.er dedo en el trocánter
mayor y el índice de la misma mano sobre la espina ilíaca anterosuperior. En una cadera normal, una línea
imaginaria trazada entre ambos dedos apunta al ombligo. En las caderas luxadas el trocánter está elevado y
la línea apunta a medio camino entre el ombligo y el pubis.
En niños que caminan
 En niños que han comenzado a caminar, el motivo de consulta suele ser que la familia ha observado la
cojera del niño, una marcha de ánade (marcha de pato) o una dismetría. El lado afectado es más corto
que la extremidad normal y el niño camina sobre la punta del pie en el lado afectado.
 El signo de Trendelenburg es positivo en el lado afectado y suele observarse una marcha en
Trendelenburg (TAMBIEN LLAMADA MARCHA EN SACUDIDA DE GLUTEO MEDIO O
AbDUCTORES)
 Al igual que en los niños pequeños, se observa una limitación de la abducción del lado afectado y las
rodillas están a diferente nivel cuando se flexionan (signo de Galeazzi).
 Es frecuente también que el motivo de consulta sea la hiperlordosis que aparece secundariamente a la
alteración en la biomecánica de la cadera.
ESTUDIOS DIAGNÓSTICOS
1. Ecografía
evaluación de las estructuras cartilaginosas la ecografía es superior, es el método diagnóstico de elección
antes de que aparezca el núcleo de osificación de la cabeza femoral (4-6 meses). Sin embargo, durante el
período neonatal precoz (0-4 semanas) se prefiere la exploración física a la ecografía, ya que en este grupo
de edad existe una alta incidencia de falsos positivos con la ecografía, la ecografía proporciona información
dinámica sobre la estabilidad de la articulación de la cadera. La ecografía se puede utilizar para monitorizar
el desarrollo acetabular, especialmente en lactantes con arnés de Pavlik; permite minimizar la detección
precoz de los fracasos terapéuticos.
En la técnica de Graf se coloca el transductor sobre el trocánter mayor, lo que permite la visualización del
ilion, el acetábulo óseo, el labrum y la epífisis. El ángulo formado por la línea del ilion y una línea
tangencial al techo óseo del acetábulo se denomina ángulo alfa y representa la profundidad del acetábulo. Se
consideran normales los valores superiores a 60 grados, mientras que los inferiores a 60 grados implican una
displasia acetabular. El ángulo beta está formado por una línea tangencial al labrum y la línea del ilion; éste
representa el techo cartilaginoso del acetábulo. El ángulo beta normal es inferior a 55 grados; a medida que
la cabeza femoral se subluxa, aumenta el ángulo beta. Otra prueba útil es evaluar la posición del centro de la
cabeza comparada con la línea vertical del ilion. Si la línea del ilion cae lateral al centro de la cabeza, se
considera la epífisis reducida. Si la línea cae medial al centro de la cabeza, la epífisis no está cubierta y está
subluxada o luxada. En el estudio estático, se utiliza la clasificación de Graf, que apoyada en la
morfología sonográfica del acetábulo óseo y de la cabeza femoral, determina la normalidad o
anormalidad de la cadera (nos evalua el techo oseo, labrum, promontorio, angulo alfa y angulo beta) y
el estudio en tiempo real incrementa aun mas las posibilidades diagnósticas. 
2. Radiografía simple
El estudio mediante radiografías simples se recomienda una vez que la fisis proximal del fémur se calcifica,
habitualmente en torno a los 4-6 meses de edad. En niños de esta edad, la radiología simple ha
demostrado ser más efectiva, menos costosa y menos dependiente del explorador que la ecografía. La
radiografía anteroposterior de la pelvis se puede interpretar con ayuda de diversas líneas clásicas.
 La línea de Hilgenreiner es una línea horizontal trazada por la parte superior del cartílago trirradiado
(área clara en el fondo del acetábulo).
 La línea de Perkins es una línea vertical a través del borde lateral del acetábulo osificado, dibujada en
perpendicular a la línea de Hilgenreiner. El núcleo de osificación de la cabeza femoral debe estar
situado en el cuadrante inferomedial de la intersección de estas dos líneas.
 La línea de Shenton es una línea curva que discurre desde la parte medial del cuello femoral hasta el
borde inferior de la rama superior del pubis. En un niño con caderas normales, esta línea es una curva
continua. En niños con subluxación o luxación de la cadera esta línea está formada por dos arcos
separados y se dice que está «rota».
 El índice acetabular es el ángulo formado por la línea de Hilgenreiner y una trazada desde el fondo del
acetábulo hasta el margen lateral osificado del techo del acetábulo. Este ángulo mide el desarrollo del
techo óseo del acetábulo. En el recién nacido, el índice acetabular puede medir hasta 40 grados; a los 4
meses en niños sanos, debe ser menor de 30 grados. En niños mayores, el ángulo centro-borde es una
medida útil de la posición de la cadera. Este ángulo está formado por la unión de la línea de Perkins y
otra línea que conecta el margen lateral del acetábulo con el centro de la cabeza femoral. En niños de
entre 6 y 13 años de edad es normal un ángulo mayor de 19 grados, mientras que en niños de 14 años
o más se considera normal un ángulo mayor de 25 grados.
 Hipotrofia y/o luxación del núcleo de osificación femoral proximal
 Cuadrantes de ombredanne

TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento de la DCC son mantener la reducción concéntrica de la cabeza en el interior
del acetábulo con el objeto de proporcionar las condiciones óptimas para el desarrollo normal tanto de la
cabeza femoral como del acetábulo. Cuanto más tardío sea el diagnóstico de la DCC, más difícil resulta
conseguir estos objetivos, menor es el potencial de remodelación del acetábulo y del fémur proximal, y más
complejos son los tratamientos necesarios.
1. Recién nacidos y lactantes de menos de 6 meses
Los recién nacidos con caderas positivas con la maniobra de Barlow (reducidas pero luxables) o de Ortolani
(luxadas pero reducibles) se deben tratar por lo general con un arnés de Pavlik. El tratamiento de los recién
nacidos con displasia de menos de 4 semanas de edad está menos definido. Una proporción importante de
estas caderas se normalizarán en 3-4 semanas; en consecuencia, antes de tomar la decisión sobre el
tratamiento muchos médicos prefieren volver a explorar a estos recién nacidos unas semanas después.
Aunque se dispone de otro tipo de ortesis (férula de von Rosen, férula de Frejka), el arnés de Pavlik sigue
siendo el método de tratamiento más extendido. Si una cadera con una maniobra de Ortolani positiva se
mantiene ininterrumpidamente en un arnés de Pavlik durante seis semanas, se resuelven un 95% de las
inestabilidades de cadera. Después de los 6 meses de edad, los fracasos del tratamiento con el arnés de
Pavlik son >50% debido a las dificultades para contener a un niño cada vez más activo y que empieza a
gatear. Son necesarios múltiples reajustes y exploraciones para asegurarse de que el arnés se emplea y
encaja correctamente. Las correas anteriores del arnés deben ajustarse para que mantengan la cadera en
flexión (por lo general unos 90 a 100 grados); se evita una flexión excesiva debido al riesgo de parálisis del
nervio femoral. Las correas posteriores están diseñadas para favorecer la abducción. Habitualmente se
ajustan para que permitan una aducción hasta neutro, ya que la aducción forzada por el arnés puede dar lugar
a una necrosis avascular de la epífisis femoral.
Si en las exploraciones y ecografías de seguimiento no se observa una reducción concéntrica de la cadera
tras 3-4 semanas de tratamiento con el arnés de Pavlik, se debe abandonar el arnés. Su uso continuado más
allá de este período en una cadera con luxación persistente puede producir la «enfermedad del arnés de
Pavlik», o desgaste de la cara posterior del acetábulo, que puede hacer que la reducción definitiva sea menos
estable.
2. Niños de 6 meses a 2 años
Los principales objetivos del tratamiento cuando el diagnóstico se realiza de forma tardía son obtener y
mantener la reducción de la cadera sin dañar la cabeza femoral.
 La reducción cerrada se realiza en quirófano bajo anestesia general. Se moviliza la cadera para
valorar el arco de movilidad en el que permanece reducida. Este arco se compara con el mayor arco
de movilidad para determinar la «zona segura». La artrografía realizada en el momento de la
reducción es útil para valorar la profundidad y la estabilidad de la reducción. La reducción se
mantiene con un yeso bien moldeado en «posición humana» con las caderas en moderada flexión y
abducción. Después del procedimiento se puede emplear la TC de corte único o la RM para
confirmar la reducción. Doce semanas después de la reducción cerrada se retira el yeso; en este
momento se suele utilizar una ortesis de abducción para favorecer el remodelamiento adicional del
acetábulo. En pacientes menores de 2 años es raro que sea necesario un procedimiento secundario
sobre el fémur o el acetábulo. El potencial de desarrollo del acetábulo después de la reducción
cerrada o abierta es excelente y persiste hasta 4-8 años después de la intervención.
3. Niños mayores de 2 años
En los niños de 2-6 años con luxación de cadera suele ser necesaria la reducción abierta. En este grupo de
edad se suele realizar una osteotomía femoral de acortamiento para disminuir la presión sobre el fémur
proximal y reducir al mínimo el riesgo de osteonecrosis. Puesto que en estos niños de mayor edad el
potencial de desarrollo del acetábulo está marcadamente reducido, se suele realizar una osteotomía pélvica
junto a la reducción abierta. En el postoperatorio se inmovilizan los pacientes con un yeso durante 6-12
semanas.
COMPLICACIONES
 La complicación más grave de la DCC es la necrosis avascular de la epífisis femoral: La reducción
de la cabeza femoral bajo presión o en una abducción extrema puede producir una oclusión de los
vasos epifisarios y una necrosis parcial o total de la cabeza femoral. La revascularización suele ser
precoz, pero la fisis sufre un daño irreversible que lleva a posibles trastornos del crecimiento y
desarrollo posteriores. La cadera es más vulnerable a esta complicación antes de los 4-6 meses de
edad, cuando se desarrolla el núcleo de osificación. El tratamiento, como se ha indicado previamente,
va dirigido a minimizar esta complicación. Empleando tratamientos adecuados, la incidencia de DCC
se reduce un 5-15%. Otras complicaciones de la DCdrrC incluyen la reluxación, la subluxación
residual, la displasia acetabular y las complicaciones postoperatorias, incluidas las infecciones de
la herida.

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