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Factores formadores del suelo

La formación del suelo es función de cinco factores principales: material parental o


roca madre, tiempo, clima, biota y relieve. Adicionalmente se indican factores tales
como erosión, factores hidrológicos, paleoclimas, influencia del medio global, entre
otros, que en última instancia resultan de la interrelación de los principales cinco. El
suelo es entonces como se indicó, la resultante de la evolución de un material
geológico (roca o sedimento), un tiempo trascurrido desde su depósito, en un clima
imperante (principalmente precipitación y temperatura), una biota dada
(microorganismos, animales, plantas, hombre) y en una posición del relieve donde
el agua superficial y subterránea incide como flujos descendentes, laterales o
ascendentes. La interrelación que se produce entre los factores formadores
determina la dirección, velocidad y duración de los procesos formadores
edafogénicos, que definen las propiedades y características del perfil edáfico. Si
bien todos los factores inciden y las combinaciones posibles son muchas, existe
previsibilidad de ocurrencia de sus características, lo que permite prever el origen y
funcionamiento del suelo dentro del paisaje, y asociado a esto, efectuar
intervenciones sustentables.
Material parental o roca madre
Incide principalmente en el color, textura, estructura y nutrición del suelo. La
susceptibilidad a la meteorización de la roca madre, clima y tiempo transcurrido
desde su deposición en un sitio determina la evolución. Si bien existe una tendencia
a que determinadas rocas den cierto tipo de suelo, esto depende de la ocurrencia
de los otros factores formadores.
Un clima más húmedo y mayor transcurso del tiempo intensifica los procesos
edafogénicos y genera una mayor diferenciación del material parental. Así, un
mismo tipo de roca puede dar suelos diferentes según las condiciones donde
evoluciona. Por ejemplo, basaltos mesopotámicos y patagónicos, que, si bien los
tiempos en que fueron depositados difieren, es el clima el factor decisivo de su
evolución: ambientes tropicales (Oxisoles, Ultisoles) y en ambientes patagónicos
(Entisoles y Aridisoles). No obstante, cada roca en función de su mineralogía,
riqueza en nutrientes, características físicas, tiene una potencialidad evolutiva. Así,
los suelos derivados a partir del loess (roca sedimentaria de origen eólico) tienden
a una alta fertilidad, por el contrario, un depósito cuarzoso genera suelos pobres de
escasa evolución y solo la vegetación capaz de colonizar y clima imperante, definirá
la fertilidad del suelo.
Clima.
Influye directamente sobre el suelo mediante la precipitación y la temperatura, y de
manera indirecta mediante la vegetación y el relieve. El clima es el principal agente
de alteración química del suelo, así como de la fragmentación mecánica de
determinados tipos de sustratos. El clima controla los procesos que tienen lugar en
el suelo y su intensidad. La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de
desarrollo de la mayoría de los procesos edáficos. Muchas propiedades de los
suelos presentan determinadas tendencias relacionadas con las características del
clima. La cantidad y el tipo de arcilla, por ejemplo, tiene que ver con las
características climáticas que controlan la alteración química. Existe una relación
entre el tipo de mineral existente y la precipitación.

Relación entre el clima y los suelos a lo largo de un gradiente latitudinal (a partir de


Strakhov, 1968).
Relación entre precipitación y propiedades de los suelos.
El agua disuelve los materiales solubles y propicia el crecimiento de plantas y de
otros organismos que contribuyen con sus aportes de materia orgánica al
enriquecimiento del suelo; transporta materiales de una parte del suelo a otra;
rompe físicamente los materiales al congelarse. El tipo y rapidez de las reacciones
en que participa el agua son dependientes de otros factores (temperatura, pH,
potencial redox). También depende de la cantidad de agua que se encuentre
disponible en el suelo y esto depende del relieve, el cual regula el hecho de que el
agua entre o escurra, además también participa la textura y la porosidad.
El lavado intenso de los suelos provoca un aumento de la concentración del ion
hidrógeno en el suelo y por tanto el pH disminuye al aumentar las precipitaciones.
También el contenido en arcilla de los suelos aumenta conforme lo hacen las lluvias
ya que el agua cargada de sustancias químicas ataca y altera los minerales
primarios del suelo, transformándolos.
Relación entre temperatura y propiedades de los suelos.
La temperatura influye sobre la velocidad de las reacciones. Además, ejerce una
gran influencia en el tipo y la cantidad de vegetación y por tanto en la cantidad y
calidad de la materia orgánica producida. El calor percibido por el Sol depende para
un suelo de varios factores: a) según la estación del año, b) la nubosidad reduce la
insolación (horas de sol anuales), c) orientación de las laderas, d) altitud.
Ciertas propiedades del suelo dependen de la temperatura. Al aumentar ésta los
colores de los suelos tienden a hacerse menos grises y más rojos, las bases tienen
una lixiviación más completa en las zonas cálidas, el contenido en materia orgánica
disminuye al aumentar la temperatura y el de la arcilla aumenta.
Relieve.
El relieve es la conformación de la superficie de la tierra sobre la que se desarrolla
el suelo. Generalmente se describe en términos geomorfológicos; así se habla de
montañas, colinas, valles, llanuras, etc. Los principales elementos del relieve se
relacionan con la pendiente, cuyos parámetros son: gradiente (ángulo de la
pendiente), longitud, forma (cóncava, convexa o plana), disposición (regula,
irregular o simétrica) y la orientación.
La orientación de la pendiente influye sobre la temperatura del suelo, pudiendo en
ocasiones, crear microclimas. En el hemisferio sur, las pendientes orientadas al
norte reciben más insolación que las orientadas al sur. La infiltración y la
permeabilidad determinan, en parte, el drenaje interno del suelo. Cuando ambas
son constantes, la mayor o menor cantidad de agua que drena en el perfil depende
de la pendiente, de modo tal que cuanto mayor es el gradiente de la misma, mayor
es el escurrimiento y por lo tanto mayor es la posibilidad de erosión.
El relieve condiciona el desarrollo del suelo, fundamentalmente desde el punto de
vista de la profundidad y la diferenciación de horizontes. El relieve influye sobre el
transporte por gravedad. Los relieves abruptos favorecen la erosión, originando
suelos lépticos, poco profundos. En los valles, por el contrario, se favorece el
desarrollo en profundidad del suelo. El relieve, además, condiciona aspectos como
la insolación, el drenaje del suelo y determinados procesos geomorfológicos. La
relación entre el suelo y las características geomorfológicas del paisaje es tan
estrecha que su conocimiento es la base para establecer los modelos de distribución
de suelos útiles en cartografía y ordenación del territorio.
Para algunas zonas geográficas, se pueden establecer relaciones entre la
pendiente y las propiedades de los suelos: a) profundidad del suelo, b) espesor de
horizonte A y contenido de materia orgánica, c) Humedad relativa, d) grado de
diferenciación de horizontes, e) reacción del suelo, f) contenido de sales solubles,
g) temperatura, h) tipo de material parental.
El tiempo
El tiempo constituye un factor importante en el suelo, de tal modo que los suelos
más antiguos son los que muestran un mayor desarrollo en profundidad del perfil y
una mayor diversificación de horizontes. La velocidad de formación del suelo va
desde 1 mm/año hasta 0,001 mm/año. Las propiedades del suelo pueden variar en
función del momento del día o el año, además de la existencia de cambios muy
lentos que necesitan decenas o cientos de años para producirse.
Este factor hace referencia al periodo desde que un material parental se deposita y
el suelo actual. La evolución del material original varía según su naturaleza y el
periodo de tiempo en que los restantes factores inciden. El tiempo puede ser el
factor decisivo en las características del suelo si es que el resto de los factores
permanecen relativamente constantes.
Independientemente del tiempo transcurrido, y a igualdad de los otros factores o
condiciones ambientales, las condiciones que aceleran o retrasan el desarrollo de
un suelo son las siguientes:
a) Condiciones que aceleran el desarrollo del suelo: Clima cálido y húmedo,
Topografía llana en lugares con buen drenaje, Material permeable, no
consolidado y con bajo contenido en caliza, Vegetación de bosque.
b) Condiciones que retrasan el desarrollo del suelo: Clima frío y seco,
Vegetación de pastos, Material impermeable, consolidado y con alto
contenido en caliza, Topografía con pendientes elevadas.
Los efectos del tiempo como factor formador de suelos se podrían resumir como
sigue: a) Profundización de los efectos de los restantes factores, b) definida
tendencia al aumento de la fracción arcillosa, c) el color, con el tiempo, tiende a la
homogenización dependiendo de la roca madre.
Biota
Son los vegetales, animales, microorganismos y el hombre. Los seres vivos afectan
al suelo de diversas maneras. Las plantas constituyen la principal fuente de materia
orgánica del suelo. Los seres vivos condicionan tanto procesos de tipo químico
como físico, favoreciendo en general la fertilidad del suelo. Los animales
excavadores trituran y mezclan el material del suelo, lo que influye sobre la
estructuración, la permeabilidad y la aireación. En general, los vertebrados y
algunos invertebrados, como los artrópodos, son responsables de la bioturbación
del suelo. Los invertebrados no artrópodos colaboran en la alteración de la materia
orgánica y favoreciendo la mezcla de materia orgánica y mineral del suelo. La
vegetación posee un papel clave en la formación del suelo, sobre todo si se
considera su capacidad de meteorización de la roca (líquenes, raíces, etc.) o el
aporte de materia orgánica.
Los vegetales
La vegetación actúa de cuatro modos diferentes sobre la evolución del suelo.
a) Favorece un microclima: el bosque protege al humus por el ambiente
sombreado y húmedo. Cuando el bosque se destruye, el humus se
descompone rápidamente por efecto de la insolación, y por tanto se pierde la
materia que aporta cualidades para la estructura, con lo que ésta se destruye,
y al romperse la estructura se provoca una dispersión de los coloides,
produciéndose un arrastre con lo que se destruyen los horizontes, en
especial los superiores, produciéndose la destrucción del suelo.
b) Por el enraizamiento: además de proteger el suelo contra la erosión favorece
la permeabilidad del suelo y su aireación, provocando el lavado de los
elementos coloidales y además la subida de los cationes extraídos por las
raíces y su concentración en la superficie. Así la alteración es mayor en un
bosque que en una pradera, si los demás factores son iguales.
c) Por el humus producido: la vegetación forma humus que además de mejorar
la estructura del suelo favorece a la microflora y a la microfauna que obtienen
alimento para descomponer.
d) Efecto protector contra la erosión: gracias a que las raíces retienen el suelo.
Los Microorganismos
Son transformadores de las sustancias químicas que hay en el suelo, interviniendo
así en los ciclos de los elementos químicos (N, C, S, P, Fe, etc.). Aquí no vamos a
ver nada de estos ciclos. La microbiología del suelo es un campo poco conocido.
Se desconoce el papel de alguno de estos microorganismos. Se ha observado que
los hongos microscópicos además de transformar la materia orgánica, realizan una
función de agregación del suelo con sus hifas, provocando microagregados. Hay
también bacterias, líquenes microscópicos, etc.
Animales
Según su tamaño podemos hacer dos grupos.
a) Mamíferos: se puede decir que ejercen una influencia pequeña, y en algunos
casos pueden ocasionar fenómenos erosivos al pastar en suelos de textura
arcillosa, cuando están muy húmedos, produciendo la pérdida de la estructura del
suelo. Ciertos micromamíferos son muy importantes. Dentro de estos están los
minadores que viven dentro del suelo. Mueven toneladas de suelo a lo largo del
año. Como construyen sus galerías entre el horizonte orgánico y el mineral, realizan
una mezcla de materia orgánica y mineral, teniendo un papel muy importante en la
formación de la estructura del suelo y de sus horizontes.
b) Mesofauna y macrofauna: a este grupo pertenecen en general los animales
visibles a simple vista. Viven entre los 0 y 30 cm. de profundidad y tienen una gran
dependencia de la temperatura y humedad del suelo; realizan también una labor de
mezcla. Entre otras acciones importantes podemos mencionar:
Acciones mecánicas: Descomposición de restos y residuos orgánicos por
fragmentación, Bioturbación del material del suelo favoreciendo la mezcla de
material orgánico e inorgánico, Desarrollo de porosidad en el suelo, eficiente en la
transferencia de fluidos, Diseminación de organismos dentro del suelo. Por ejemplo,
las larvas de los nemátodos pueden fijarse al exoesqueleto de los artrópodos.
Acciones químicas: Degradación de los compuestos orgánicos a moléculas más
sencillas, Mineralización de componentes orgánicos a formas inorgánicas:
liberación de nutrientes para las plantas, Síntesis y excreción de productos
orgánicos en el suelo; por ejemplo, secreción de mucopolisacáridos, Fijación
biológica de N2 atmosférico, Intervienen en el ciclo de numerosos elementos, como
C, N, P, Ca, Fe, Mn, entre otros, Producen compuestos biorreguladores, así como
de acción bactericida y fungicida, entre otras.
Hombre
El hombre tiene una gran influencia en el suelo, tanto por las prácticas agrícolas y
ganaderas como a través del desarrollo urbano e industrial. La acción del hombre
sobre la formación del suelo se concreta en los siguientes aspectos y efectos, en
sentido regresivo o progresivo, según se intervenga mediate acciones destructivas
o una acción racional.
Asimismo, el hombre influye mas directamente sobre la evolución del suelo
mediante la introducción de un cultivo. Por influencia del trabajo del suelo a una
profundidad generalmente constante, los horizontes superiores se homogeneizan y
el tipo de humus primitivo con frecuencia ya no es reconocible. El Hombre, además
de la acción de laboreo del suelo (mecanización), influye modificando el ambiente
por medio del riego, el drenaje, el uso de fertilizantes y la aplicación de enmiendas.

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