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FACTORES DE FORMACION DEL SUELO

Hans Jenny fue profesor de la ciencia del suelo de la Universidad de California, Berkeley;
fue el primer científico en definir los factores de formación del suelo en su libro “Factors of
Soil Formation: A System of Quantitative Pedology”, el cual fue publicado en 1941. En su
libro planteó la Ecuación de los Factores de Estado: S = f (cl, o, r, p, t); Dónde: S = Suelo,
f= en función de, cl= clima, o= organismos, r= relieve, p= roca madre y, t= tiempo. Jenny
describió que la formación del suelo está influenciado por cinco factores independientes,
pero que interactúan entre sí para dar lugar al suelo. Estos factores son: material parental
o roca madre, clima, relieve o topografía, biota (organismos) y tiempo. Los científicos de la
ciencia del suelo clasifican a los cinco factores de formación del suelo como: factores
activos y factores pasivos. El clima y la biota se identifican como los factores activos de la
formación del suelo, debido a que su influencia sobre el desarrollo del suelo puede
observarse directamente; Por ejemplo: lluvia, altas y bajas temperaturas, viento,
microrganismos (algas y hongos), lombrices de tierra y animales excavadores. Por otra
parte, los factores pasivos son el tiempo, la topografía y el material parental, porque sus
efectos no se observan directamente.

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formacion-del-suelo - Esta información es propiedad intelectual de INTAGRI S.C., Intagri
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El clima. El clima es uno de los factores que influyen de manera directa sobre la formación
del suelo, pues condiciona la velocidad de meteorización de la roca madre. Los elementos
más importantes del clima en la formación de suelo son la temperatura y la precipitación.
Estos dos parámetros del clima afectan la tasa de meteorización química y el crecimiento
de las poblaciones de organismos, así como la velocidad de descomposición de la
materia orgánica. Por una parte, el agua es el solvente y medio para todas las reacciones
y procesos del suelo, mientras que la temperatura determina la tasa de reacciones
químicas y la intensidad de la actividad biológica. Biota. La biota está representada por los
organismos vivos. Por su actividad biológica, los organismos que integran la fauna del
suelo tienen un rol fundamental en  la fragmentación, transformación y translocación de
materiales orgánicos del suelo. En cambio, las raíces de la vegetación participan
activamente para la formación del suelo, ya que son capaces de crecer dentro de las
grietas y fisuras de las rocas, acelerando la meteorización. Las plantas contribuyen a la
meteorización química debido a que producen ácidos orgánicos y dióxido de carbono, que
son compuestos que aceleran el proceso de descomposición de los minerales y la
liberación de nutrientes requeridos por las plantas. Por otra parte, la vegetación crea
microclimas por: reducir la velocidad del viento, formar un área de sombreado de la
superficie del suelo. También, los musgos y líquenes que crecen sobre las superficies de
rocas contribuyen al proceso de meteorización del material parental. El relieve. La forma
de la superficie de la tierra desempeña un papel fundamental en la formación del suelo. El
relieve influye en la distribución del agua recibida por medio de la precipitación, por lo que
afecta directamente el proceso de la erosión hídrica. Como regla general, las superficies
elevadas con relieves inclinados o convexos pierden más agua por escorrentía,
arrastrando sedimentos, por lo que los suelos son más someros. En cambio, las
superficies más bajas que son cóncavos o depresivos reciben agua extra y sedimentos,
por lo que el desarrollo de los suelos es más profundo. Además, en el hemisferio norte las
laderas con orientación sur reciben más radiación solar que las de orientación norte, por
lo que las laderas al sur son más cálidos y menos húmedos. Tal vez las diferencias entre
las temperaturas sean de apenas 2 grados y de humedad sea mínima, sin embargo, los
efectos con el tiempo se maximizan, formando suelos con un contenido de materia
orgánica más elevada en las laderas del norte. La roca madre. Los suelos se derivan
principalmente de las rocas, por lo que se le denomina material parental. Estos materiales
definen en gran parte el color, la composición, la textura y la estructura de los suelos. Sin
embargo, un mismo tipo de roca puede dar lugar a suelos con distintas características,
dependiendo las condiciones del medio en el que evolucione. El material parental incide
sobre la fertilidad del suelo en muchas maneras. En primer lugar, el tipo de material
parental determina los minerales que predominan en el suelo. En segundo lugar, el
material parental es la principal fuente de los nutrientes que se liberan en la solución del
suelo, que posteriormente pueden ser absorbidos por plantas, otros organismos o
lixiviados.

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Tiempo. La formación del suelo es un proceso constante que involucra la interacción entre
el material parental, la biota, el clima, el relieve y el tiempo.  El suelo es un recurso no
renovable a corto plazo, debido a que para la formación de 1 cm de suelo tienen que
pasar cientos o miles de años

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La roca madre: Es la roca a partir de la que se forma el suelo. Tiene una gran importancia en los
estadios iniciales de la formación del suelo y en las zonas de clima árido. De ella dependen la
composición química y mineralógica del suelo, su textura y otras propiedades. Clima Topografía
Seres Vivos ROCA ! SUELO Tiempo Hombre Alteración Mecánica Alteración química Procesos de
Alteración Bioquímica formación: Lavado de sustancias Depósito de sustancias El suelo (resumen)
Pág.: 2 B. El clima Es el factor de formación más importante y puede determinar casi totalmente el
tipo de suelo. De hecho, diferentes tipos de rocas bajo el mismo clima pueden generar el mismo
tipo de suelo y un mismo tipo de roca en diferentes climas da lugar a diferentes tipos de suelos.
Los elementos del clima más importantes en la formación y evolución del suelo son la temperatura
y la abundancia y distribución anual de las precipitaciones.

 El clima como factor formador


La decisiva acción del clima en la formación del suelo se desprende al considerar
que el clima va a regular el aporte de agua al suelo, así como su temperatura.
Como se muestra en la figura, ambos factores (humedad y temperatura) ejercen
una influencia decisiva en los tres procesos básicos de formación de los suelos.
Por otra parte el clima también influye directamente en otros factores
formadores, como es el factor biótico y el relieve.

La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de desarrollo de la


mayoría de los procesos edáficos. Es por ello que la intensidad de percolación
(infiltración) se considera un factor decisivo en la formación del suelo
(condicionada por factores climáticos, cantidad y distribución anual de las
precipitaciones, y algunos parámetros edáficos, como la permeabilidad). La
intensidad de percolación nos va a indicar si en un suelo se produce suficiente
exceso de agua como para producir el lavado y la translocación de materiales o si
por el contrario el agua queda retenida sin que apenas se desplace hacia los
horizontes profundos. La intensidad de la alteración, la clase de procesos que se
presentan, el tipo de horizontes que se formen y el espesor del suelo van a ser
muy diferentes según que los suelos sean percolantes (abundante infiltración de
agua; el agua de infiltración moja todo el suelo y hay un exceso que se elimina a
los niveles freáticos) o subpercolantes (déficit de agua; el agua de infiltración no
llega a salir del suelo).

El relieve como factor formador


Los procesos edáficos repercuten en el relieve y viceversa.

Desde el punto de vista edáfico los elementos del relieve más importantes son la
inclinación y longitud de las laderas, la posición fisiográfica y la orientación.

3.3.1 Acciones del relieve

El relieve ejerce tres acciones fundamentales para la evolución del suelo.

Transporte
Por la acción de la gravedad, en el relieve se produce el transporte de todo tipo de
materiales que se trasladan pendiente abajo (sobre la superficie y en el interior
del suelo). Dependiendo de su posición en el paisaje, el suelo se ve sometido a la
acción de erosión o por el contrario puede predominar la acumulación.

En las zonas altas, sobre todo en las áreas en que se presentan fuertes
inclinaciones, el suelo está sometido a una intensa erosión, por lo que la posición
se considera residual y estará conformada por suelos esqueléticos.

A media ladera los suelos están sometidos a un continuo transporte de materiales


sólidos y soluciones, por lo que suelen presentar pequeños o moderados
espesores y en ellos son muy abundantes los cantos angulosos, tan
representativos de los suelos coluviales.

En la ruptura de las pendientes se produce la deposición de los materiales


arrastrados (compuestos solubles y partículas sólidas) por lo que en las
posiciones de pie de ladera se forman suelos acumulativos que continuamente se
están sobreengrosando, formándose suelos muy espesos y de texturas
(granulometrías) muy finas.

En definiva en un relieve colinado existen básicamente tres posiciones con


comportamiento muy diferente: relieve residual (o erosional), relieve
transporsicional y relieve deposicional.

 
Características hídricas

El relieve también influye en la cantidad de agua que accede y pasa a través del
suelo.

En relieves convexos el agua de precipitación circula por la superficie hacia las


zonas más bajas del relieve y se crea un área de aridez local, mientras que lo
contrario ocurre para las formas con relieve cóncavo.

También el drenaje del suelo se verá influenciado por el relieve, ya que este
influye decisivamente en la textura, que a su vez condicionará en gran parte la
permeabilidad. En las áreas altas tendremos un drenaje vertical rápido, que pasará
a oblicuo en las laderas y quedará muy impedido en las depresiones.

Por otra parte la posibilidad de aporte de agua a través de niveles freáticos


también estará condicionada a la posición del suelo en el relieve.

Microclima

El relieve también modifica las características del clima edáfico, al influir en la


temperatura y en la humedad en función de la inclinación (influirá en la
intensidad calorífica de las radiaciones recibidas), orientación (que regulará el
tiempo de incidencia de las radiaciones solares) y altitud (que influirá en los
elementos climáticos generales).
Como consecuencia de todo ello también afectará al desarrollo de la vegetación y
de la actividad microbiana.

3.3.2 Relaciones entre el relieve y las propiedades y constituyentes del suelo

Las importantes acciones descritas se materializan en una clara dependencia de


los constituyentes y propiedades del suelo con el relieve. Estas dependencias se
definen como topofunciones y algunas de ellas las representamos de una manera
esquemática en la siguiente figura.

3.3.3 El relieve y la evolución del suelo: catenas o toposecuencias

Lógicamente también existe una dependencia entre el grado de evolución del


suelo y su posición en el paisaje. Esta relación entre los suelos y el relieve se
llama catenas de suelos o toposecuencias.
La catena representa el escalonamiento regular de suelos dando una sucesión
cuyo grado de desarrollo varía de forma continua con la pendiente y mostrando
niveles de igual desarrollo para suelos situados en la misma posición topográfica
(con iguales inclinaciones y cotas topográficas).

El tiempo como factor formador


Como hemos visto el suelo es un ente dinámico que se origina por una serie de
procesos y cada uno de ellos se desarrolla con muy diferente velocidad. Como
consecuencia las propiedades del suelo, que son el resultado de la actuación de
los procesos, se manifestaran también de un modo desigual.

3.5.1 Velocidad de formación del suelo

La velocidad de formación de un suelo es extraordinariamente lenta y depende


del tipo de factores formadores de cada suelo. Así los suelos se desarrollaran mas
fácilmente sobre materiales originales sueltos e inestables que a partir de rocas
duras y constituidas por minerales estables. También es lógico esperar una mas
rápida formación en los climas húmedos y cálidos que en climas secos y fríos.
Por ello la velocidad de formación del suelo es muy variable, en la bibliografía se
pueden encontrar valores desde 1mm/año hasta 0,001mm/año. Es de resaltar
como la velocidad de formación del suelo decrece drásticamente con la edad, ya
que en un principio el material edáfico evoluciona hacia la formación de un
horizonte A (de alteración de materia orgánica), que es de rápida formación, y
una vez formado este horizonte el suelo se desarrolla originando horizontes B (de
alteración mineral), de mucha más lenta formación.

Velocidad de formación de los suelos de una serie de terrazas del río Tormes en
Salamanca

3.5.2 Cronosecuencias de suelos

La antigüedad de un suelo puede valorarse de manera indirecta por la edad de la


superficie geomorfológica sobre la que se desarrolla. Las superficies pueden estar
datadas por métodos geológicos pero también se puede evaluar de una manera
relativa que superficie es más antigua que otra dada en base a criterios de campo.
Así como se indica en la siguiente figura la superficie que disecta a otra es más
antigua que la que es cortada.
En los estudios de suelos es interesante valorar su antigüedad relativa (mejor aún
es calcular la edad absoluta pero esta datación es muy difícil de realizar). Los
suelos se ordenan en una secuencia de edad creciente y se analiza como han ido
cambiando con el tiempo su tipología y sus propiedades.

De todos los tipos de cronosecuencias, son sin duda las desarrolladas en terrazas
fluviales las más universalmente investigadas. Desde el punto de vista edáfico la
propiedad más interesante de las terrazas fluviales es que, en condiciones
normales, presentan una clara correlación entre la cota de la terraza y su edad, de
manera que la terraza más alta es la más antigua y al descender son cada vez más
jóvenes, hasta llegar a la terraza inmediatamente próxima al cauce, que será la de
formación más reciente. La diferente evolución de cada suelo, así como el grado
de desarrollo de sus propiedades está regulado exclusivamente por el factor
tiempo.

SO, P. (1989): Cronosecuencias de


Dorronsoro C., Alonso, P."Chronosequence in Almar River, Fluvial Terrace Soil". SOIL SCI. SOC. AM
en la cuenca del río Tormes. Tesis
JOURN. 1994. 58:910-925. PDF
al. Universidad de Salamanca.

  

La evolución de una propiedad concreta (o de un constituyente del suelo) en


función de la edad se le llama cronofunción. Es decir como va variando la
propiedad considerada al ir aumentando progresivamente la edad del suelo. La
forma mejor para evaluarla es representarla en un diagrama de dispersión
(propiedad frente a edad) y calcular la ecuación de regresión (y = ...x...) y valorar
su grado de ajuste con el correspondiente coeficiente de correlación (R2).

 
 

Alonso, P.; Sierra, C.; Ortega, E.;


Dorronsoro, C. "Soil development
indices of soils developed on fluvial
terraces (Peñaranda, Salamanca, Spain)".
CATENA. 23; 295-308. 1994.Texto
completo

3.5.3 Suelo climax o estado estacionario

En la siguiente figura idealizamos el comportamiento de como se van


manifestando una serie de propiedades en función del tiempo*.

Unas propiedades van aumentando su grado de desarrollo (lineas A, C y D de la


figura) mientras que otras tienen un comportamiento inverso (B), pero todas ellas
llegan a alcanzar un estadío a partir del cual no experimentan variaciones con el
tiempo (las curvas se vuelven paralelas al eje horizontal, lineas A', B', C' y D'),
alcanzando cada una este estado de equilibrio a una edad diferente (edad 1, 2, 3 y
4). Cuando todas las propiedades se encuentran en esta situación se dice que el
suelo está en estado climax o estado estacionario (punto D´; tiempo 4). El tiempo
necesario para alcanzar esta etapa de madurez varía con cada tipo de suelo, según
los procesos que en su formación hayan tenido lugar.

Algunos autores cuestionan esta teoría del estado estacionario y creen que el
suelo siempre esta evolucionando. De cualquier forma parece claro que en sus
etapas finales el suelo evoluciona tan lentamente que podemos considerar sus
cambios como poco significativos.

Unas propiedades alcanzan rápidamente su equilibrio, en sólo algunos cientos de


años (por ejemplo, contenido en materia orgánica y lavado de los carbonatos),
mientras que otras son de desarrollo mucho más lento, requiriendo del orden de
muchas decenas de miles de años (por ejemplo, la translocación de arcilla). En
consecuencia los distintos horizontes que componen los suelos necesitan de
tiempos muy distintos para su formación. Como se muestra en la siguiente figura
el horizonte A es el de más rápida formación, mientras que el horizonte óxico
(horizonte de máxima alteración mineral en suelos tropicales) necesita de hasta
un millón de años para manifestarse totalmente).
Para aquellos suelos que se forman en menos de alguna decenas de miles de años
se habla de ciclo corto, mientras que los que requieren de muchas decenas de
miles hasta cientos de miles de años se habla de ciclo largo.
1. introducción Las características del suelo están determinadas por la interacción de los
cinco factores principales de su formación. Según Jenny, esto puede expresarse de la
siguiente manera: s = f (cl, o, r, mo, t) dónde: s: representa al suelo o una propiedad del
mismo. cl: clima. o: organismos vivos. r: relieve. mo: material originario. t: tiempo. Este
enfoque factorial es muy interesante a la hora de predecir el comportamiento de un suelo
(o de alguna propiedad del mismo) en la agricultura, a partir del conocimiento de los
factores medioambientales responsables de su formación. Por ejemplo, si propiedades
como el contenido de nutrientes, la textura o la porosidad pueden seguirse hasta su
origen, se estaría en condiciones de identificar el o los factores que las han originado, y
por lo tanto seleccionar los sitios más adecuados para cultivos específicos o para
decisiones de manejo del suelo apropiadas para cada fin. La interacción entre clima,
organismos vivos (llamados factores bioclimáticos generales o factores activos), relieve,
material originario (llamados factores locales o pasivos) ocurre en el tiempo y en el
espacio (Figura 1). Para cada factor formador se tienen en cuenta distintas variables. Del
factor clima interesan principalmente las precipitaciones y la temperatura, aunque
también se considera la radiación solar y la evaporación de agua. Entre los organismos
vivos se considera a la vegetación natural, la macro y mesofauna y los microorganismos.
Del factor material originario debe tenerse en cuenta el tipo de roca y de minerales que la
componen, también el tipo de depósito o sedimento sobre el que se formó el suelo. Con
respecto al factor relieve, es importante considerar la forma de terreno y la pendiente. El
tiempo es un factor formador especial, ya que la edad de un suelo debe expresarse por su
grado de desarrollo y no por el número absoluto de años que tiene. Si consideramos que
el suelo es una función de los factores de formación, y que hipotéticamente se mantienen
constantes todos menos uno, el suelo será una función del que varíe, estableciéndose una
secuencia de suelos en función de ese factor. Así si el único factor que varía es el clima,
tendremos una climosecuencia. Un ejemplo se observa en la provincia de Tucumán, donde
es posible encontrar suelos que varían en función del clima en una transecta que va de
oeste a este desde el Pedemonte hasta la Llanura Chacopampeana semiárida (de mayor a
menor precipitación y suelos de mayor a menor desarrollo pedogenético,
respectivamente). Si el factor de variación fuera la vegetación, LOS FACTORES DE
FORMACIÓN DEL SUELO Ing. Agr. M.Sc. Agustín Sanzano Figura 1: Esquema de la
interacción de los factores que forman el suelo. Cátedra de Edafología Facultad de
Agronomía y Zootecnia Universidad Nacional de Tucumán 2 Génesis - Los factores de
formación del suelo Actualización: 2019 www.edafologia.com.ar www.edafologia.org
estaríamos en presencia de una biosecuencia. Siendo este factor en parte dependiente del
clima, puede citarse el mismo ejemplo anterior dado para la provincia de Tucumán. En la
misma forma se establecerán litosecuencias por variación del material originario (ejemplo:
en el Pedemonte de Tucumán se observan suelos vecinos y que sin embargo son muy
diferentes, debido al hecho de haberse desarrollado sobre sedimentos aluviales o eólicos
presentes en la región). En esta misma región también pueden observarse suelos que
varían en función del relieve lo que constituye una toposecuencia. Cuando el factor
tiempo es el factor de variación se habla de cronosecuencias de suelos.
2.

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