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Calaverita literaria

Por Gabriela Salomón


Subdirección de Comunicación Corporativa

Estaba a punto de escribir una nota de interés


para el portal interno que nos libera del estrés.
Salí del edificio un rato para liberar la mente
cuando regresé, estaba todo diferente.

Me encontré a la calaca que ya iba de salida


y sin piedad pidió que redactara mi partida.
Antes de llevarme, le tomé unas cuantas fotos
para acompañar el texto que ganará muchos votos,
pero se portó payasa y no me quiso dar permiso de subir su foto a ENLASA.

A continuación escribo, lo que aquí nos sucedió,


no sé si les gusté, pero fue lo que pasó
cuando nos llegó la muerte y a todos nos sorprendió:

Andaba la calavera un poquito preocupada


pues tenía que visitar una RED AEROPORTUARIA.
Tenía un poco de flojera no quería salir de casa
hasta que se decidió y se fue directo a ASA.

Llego muertísima de hambre, quería algo comestible


cuando menos se dio cuenta, se encontraba en COMBUSTIBLES
Caminaba con sigilo, levantando las patotas
para no perder estilo no se puso casco y botas.

Sí le hubieran hecho examen, segurito lo reprueba


porque iba derechito a la ESTACIÓN DE COMBUS NUEVA
poco le duró el gusto, no la dejaron pasar
y le gritaba de todo a la GUARDIA NACIONAL.

Salió de ahí molesta por la exigencia de los oficiales


pero la guardia la mando a OFICINAS GENERALES.
Cuando ella llegó ahí y la miraron entrar
quedaron paralizados, se quedaron sin hablar.

Todos corrieron sin rumbo, buscaban donde esconderse


pero nadie se escapó, nadie escapa de la muerte.
La calaca siempre arrasa y ni con su experiencia
se salvaron los del CIIASA, se encontró a otros cuantos
despachando en un avión, ahora todo el organismo
ya se encuentra en el panteón.

Así que nunca se oculten ella los va a encontrar


y ni piensen que con eso ya se irán a descansar,
hizo un trato con Arguello y ¿qué creen?
Que los pondrán a trabajar.

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