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A finales del siglo XIX, algunos observadores del panorama científico creyeron que era
la hora de cerrar los libros de física y que solo quedaba aplicar los conocimientos de
física acumulados durante siglos a otros campos como la química y la biología.
Solo quedaban algunos problemas fundamentales por observar, como ciertos detalles
de la emisión de la luz y un fenómeno conocido como el efecto fotoeléctrico. Pero la
solución a estos problemas, más que marcar un final, señalaron el comienzo de una
nueva etapa dorada para la física. Todos estos problemas quedaron resueltos
mediante una nueva y atrevida propuesta, la teoría cuántica.
RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA
Cresta: Punto alto, donde la cuerda está a la mayor distancia por encima de la
línea central.
Valle: Punto bajo, donde la cuerda está a la mayor distancia por debajo de la
línea central.
Amplitud: Mayor altura por encima o por debajo de la línea central.
C= λ x μ
La longitud de onda es más corta para frecuencias altas, y más larga para frecuencias
bajas. La región visible de un espectro electromagnético, que se extiende desde la
región violeta (longitud de onda más corta), hasta la zona roja (longitud de onda más
larga), tan solo muestra una parte del espectro completo.
Si lanzamos dos cantos rodados a un charco y caen uno muy cerca del otro, podemos
observar que se generan una serie de ondas desde el punto de impacto. Hay lugares
donde se crea un patrón de entrecruzamiento entre las ondas pero también hay
lugares donde las ondas desaparecen. Cuando las ondas coinciden en sus crestas o en
sus valles, se dice que las ondas están en fase y la suma de las ondas se denomina
interferencia constructiva. Sin embargo, cuando las ondas se encuentran de forma que
la cresta de una onda coincide con el valle de otra, las ondas se anulan y el agua queda
plana, se dice que estas ondas no están en fase y la anulación de dichas ondas se
denomina interferencia destructiva.
Esta luz es refractada en una banda de colores denominada espectro. Por ejemplo, un
tipo de luz blanca como la luz del sol es dispersada por un prisma de vidrio en una
banda continua de colores que corresponden a todas las longitudes de onda
componentes desde el rojo al violeta
ESPECTROS ATÓMICOS
Se dice que un espectro es continuo si la luz refractada está formada por un gran
número de longitudes de onda. Sin embargo, si la fuente de un espectro emite luz con
un número relativamente pequeño de longitudes de onda, se observará un espectro
discontinuo. Aquellos espectros discontinuos que consisten en un número limitado de
longitudes de onda que se observan como líneas coloreadas con espacios oscuros
entre ellas reciben el nombre de espectros atómicos o espectros de líneas.
Balmer dedujo una fórmula para las longitudes de onda de las líneas espectrales, que,
escrita en función de la frecuencia es:
Debido a que los espectros atómicos están formados únicamente por un número
limitado de líneas con longitudes de onda definidas, proporcionan una gran
oportunidad para conocer las estructuras de los átomos, ya que por ejemplo este
hecho sugiere que simplemente hay un limitado número de valores de energía que son
capaces de excitar los átomos gaseosos. Sin embargo, la física clásica no era capaz de
explicar los espectros atómicos.
Se sabe que los objetos calientes emiten luz de diferentes colores. La luz emitida por
un objeto radiante caliente puede ser dispersada por un prisma produciendo un
espectro de color continuo. La intensidad de la luz varía ligeramente con la longitud de
onda, con un máximo a una cierta longitud de onda determinada por la temperatura
de la fuente. Como en el caso de los espectros atómicos, la física clásica no podía
proporcionar una completa explicación de la emisión de la luz por los sólidos calientes,
conocida como radiación del cuerpo negro. La teoría clásica predice que la intensidad
de la radiación emitida debería aumentar indefinidamente.
En 1900, Planck, para explicar que la intensidad no aumenta indefinidamente, hizo una
propuesta revolucionaria: la energía, como la materia, es discontinua. Esta es la
diferencia esencial entre la física clásica de la época de Planck y la nueva teoría
cuántica que él propuso: la física clásica no limita la cantidad de energía que un
sistema puede tener, mientras que la teoría cuántica limita esta energía a un conjunto
discreto de valores específicos. La diferencia entre dos las energías de un sistema
también tiene un valor específico, llamado un cuanto de energía. Esto significa que
cuando la energía aumenta de un valor permitido al siguiente, aumenta en un
pequeño incremento o cuanto. Podemos hacernos una idea sobre el cuanto de
energía: la relación entre un cuanto y la energía total de un sistema es similar a la
relación que existe entre un átomo sencillo y una muestra completa de materia.
E= nhv
Donde E es la energía
n es un número entero positivo
v es la frecuencia del oscilador
h es una constante que tuvo que ser determinada experimentalmente. Planck
estableció el siguiente valor para la constante h, que ahora se denomina
constante de Planck.
h = 6,62607 x 10-34 J s
La hipótesis cuántica solo adquirió el status de una nueva gran teoría científica
después de ser aplicada con éxito a otros fenómenos distintos a la radiación del cuerpo
negro. El primero de estos éxitos llegó con la explicación cuántica del efecto
fotoeléctrico por parte de Albert Einstein.
EL EFECTO FOTOELÉCTRICO
En 188, Hertz descubrió que cuando la luz choca con la superficie de ciertos metales,
se emiten electrones. Éste fenómeno se denomina efecto fotoeléctrico y su
característica más sobresaliente es que la emisión de electrones solamente ocurre
cuando la frecuencia de la luz incidente excede un valor umbral determinado. Cuando
se cumple esta condición:
EL ÁTOMO DE BOHR
El modelo del átomo nuclear de Rutherford no indica cómo se ordenan los electrones
alrededor del núcleo de un átomo. De acuerdo con la física clásica, los electrones
estacionarios cargados negativamente deberían ser atraídos por el núcleo cargado
positivamente. Esto sugiere que los electrones en un átomo deben estar en
movimiento como los planetas en órbitas alrededor del Sol. Sin embargo, de nuevo de
acuerdo con la física clásica, los electrones en órbitas deberían acelerarse
continuamente y deberían radiar energía. Al perder energía, los electrones deberían
acercarse al núcleo con un movimiento en espiral hasta juntarse con él. En 1913, Bohr
resolvió este dilema utilizando la hipótesis cuántica de Planck, y con una mezcla
interesante de la teoría clásica y cuántica postuló que para un átomo de hidrógeno:
Los valores posibles son nh/2pi, donde n debe ser un número entero. Así, los
números cuánticos van aumentando: n=1 para la primera órbita; n=2 para la
2ª…
Aquellos estados permitidos para el electrón, números enteros en los cuales solo están
permitidos ciertos valores para el momento angular del electrón, se denominan
números cuánticos.
La teoría también nos permite calcular las velocidades del electrón en estas órbitas , y
lo que es mas importante, la energía. Por convenio, cuando el electrón está separado
del núcleo se dice que está en estado cero de energía. Cuando un electrón libre es
atraído por el núcleo y confinado en una órbita n, la energía del electrón se hace
negativa, y su valor desciente a
La energía del fotón Efotón bien sea absorbida o emitida, es igual a esta diferencia de
energías. Como Efotón= hv y Efotón = AE, podemos escribir:
|AE| = Efotón = hv
Donde |AE| representa la magnitud diferencia de energía entre los niveles implicados
en la transición electrónicas.
Los espectros de emisión se obtienen cuando los átomos individuales de una colección
de átomos se excitan a los estados excitados posibles del átomo. A continuación, se
relajan a estados de energía más bajos emitiendo fotones de una frecuencia dada por:
Para que tenga lugar la absorción de un fotón, la energía del fotón debe coincidir
exactamente con la diferencia de energía de los estados inicial y final, es decir:
Observemos que cuanto más separados estén los niveles de energía, más corta es la
longitud de onda del fotón necesario para producir la transición. También podemos
observar que en la ecuación 8.7 expresamos la diferencia de energía como E i – Ef. Se
hizo esto para indicar que la energía se conserva durante la absorción y emisión del
fotón. Es decir, durante la emisión E f= Ei - hv de forma que v = (E i – Ef) / h. Durante la
absorción del fotón Ef =Ei + hv, de forma que v = (Ef – Ei) / h.
Para otros elementos similares al H como los iones He + y Li2+ (que tienen solamente un
electrón). Para estas especies, la carga nuclear, número atómico, aparece en la
expresión de la energía de los niveles. Es decir:
A pesar de los logros del modelo de Bohr para el átomo de hidrógeno y átomos
hidrogenoides, la teoría de Bohr tiene ciertas limitaciones. Desde el punto de vista
experimental, la teoría no puede explicar los espectros de emisión de los átomos e
iones con más de un electrón. Además, la teoría no puede explicar el efecto de los
campos magnéticos sobre los espectros de emisión. La mecánica cuántica moderna
sustituyó a la teoría de Bohr. La cuantización de la energía y del momento angular
surgieron de los postulados de la nueva teoría cuántica. Sin embargo, las órbitas
circulares de la teoría de Bohr no existen en la mecánica cuántica. A pesar de esto no
se debe subestimar su importancia como desarrollo científico.
Anteriormente señalamos la incapacidad del método de Bohr para tratar los átomos
multielectrónicos. Después de Bohr, dos ideas clave propiciaron una nueva
aproximación a la mecánica cuántica.
Para explicar el efecto fotoeléctrico, Einstein sugirió que la luz tiene propiedades
semejantes a las de las partículas y que está constituida por fotones. Sin embargo
otros fenómenos como la dispersión de la luz por un prisma produciendo un espectro
se comprenden mejor desde el punto de vista de la teoría ondulatoria de la luz. Por lo
tanto, la luz parece tener una naturaleza dual.
Para aplicar esta ecuación a una partícula material, como un electrón, de Broglie
sustituyó el momento p, por su equivalente, el producto de la masa de la partícula m
por su velocidad u. Cuando se hace esto, se llega a la famosa relación de De Broglie:
De Broglie denominó “ondas de materia” a las ondas asociadas con las partículas. Si las
ondas de materia existen para las partículas pequeñas, entonces los haces de
partículas, como los haces de electrones, deberían mostrar propiedades características
de ondas, como la difracción.
EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE
Las leyes de la física clásica nos permiten hacer predicciones precisas, no hay límite en
la exactitud que podemos alcanzar. En la física clásica nada se deja al azar y el
comportamiento físico se puede predecir con certeza.
La relación de De Broglie implica que para una longitud de onda λ se conoce con
precisión el momento de la partícula asociada. Sin embargo, puesto que la onda se
dispersa en el espacio, no sabemos donde se encuentra la partícula exactamente. Para
resolver esta imposibilidad de localizar la partícula, podemos combinar varias ondas de
diferente longitud de onda en un “paquete de ondas” para producir un modelo de
interferencias que tienda a localizar la onda. Sin embargo, como cada longitud de onda
del paquete de ondas corresponde a un momento específico y diferente, el momento
de la partícula correspondiente a la colección de ondas se hace impreciso. De manera
que combinamos más y más ondas para localizar la partícula y el momento se hace
cada vez más impreciso. A la inversa, cuanta más precisión tenga el momento de una
partícula, se combinarían menos y menos longitudes de onda, lo que significa que la
posición se dispersa.
MECÁNICA ONDULATORIA
La relación de De Broglie sugiere que os electrones son ondas materiales y por tanto
deben mostrar propiedades ondulatorias. Una consecuencia de esta dualidad onda-
partícula es la precisión limitada en la determinación del momento y la posición de un
electrón impuesto por el principio de incertidumbre de Heisenberg. De esta manera
¿cómo se pueden ver los electrones en los átomos? Para contestar a esta pregunta,
debemos empezar por identificar dos tipos de ondas.
ONDAS ESTACIONARIAS
En un océano, el viento produce ondas sobre la superficie cuyas crestas y valles viajan
a grandes distancias y se llaman ondas viajeras. En el ejemplo inicial de la cuerda para
explicar las partes de una onda, cada porción de la cuerda tiene un movimiento
idéntico arriba y abajo. La onda transmite energía a lo largo de toda la cuerda. Los
segmentos de la cuerda experimentan desplazamientos con el tiempo hacia arriba y
hacia abajo y oscilan o vibran entre los límites definidos por las curvas azules. La
característica importante de estas ondas es que las crestas y los valles de las ondas se
producen en posiciones fijas y la amplitud de la onda en los extremos fijos es cero. Es
de especial interés que la magnitud de las oscilaciones difiere de un punto a otro, a lo
largo de la onda, incluyendo ciertos puntos llamados nodos que no sufren
desplazamiento alguno. Una onda con estas características se denomina onda
estacionaria.
Se podría decir que las longitudes de onda permitidas para las ondas estacionarias
están cuantizadas. Su valor es igual a dos veces la longitud de la cuerda (L) dividido por
un número entero (n), es decir:
Ahora, para asociar esta energía cinética con una onda, podemos utilizar la relación de
De Broglie (), para obtener
Las longitudes de onda de la onda de materia deben cumplir las mismas condiciones
de onda estacionaria que describimos anteriormente para las ondas estacionarias de
una cuerda de guitarra. Cuando sustituimos la longitud de onda de la onda de materia
en la ecuación 8.12 en la ecuación de la energía de la onda, se obtiene lo siguiente:
El modelo de una partícula en una caja nos ayuda a ver el origen de la cuantización de
la energía, pero ¿cómo se interpreta el significado de la función de onda psi? ¿Qué
significan los valores positivos y negativos de la función de onda? Realmente, a
diferencia de la trayectoria de una partícula clásica, la función de onda de una partícula
no tiene significado físico. Se necesita un método diferente sugerido por Born. Desde
el punto de vista del electrón como partícula, tenemos un interés especial en la
probabilidad de que el electrón esté en una posición particular; desde el punto de vista
del electrón como onda, el interés se encuentra en la densidad de carga electrónica. En
una onda clásica, como la luz visible, la amplitud de la onda corresponde a psi, y la
intensidad de la onda a psi cuadrado. La intensidad está relacionada con la densidad
de fotones, el número de fotones presentes en una región. Para la onda de un
electrón, psi cuadrado, está relacionada con la densidad de la carga electrónica.
Donde hay un número cuántico para cada dimensión. Así, un sistema en tres
dimensiones necesita tres números cuánticos. Con estas ideas sobre la partícula en la
caja, podemos ahora discutir cómo se puede resolver el problema del átomo de
hidrógeno en mecánica cuántica
Las relaciones siguientes que implican a los tres números cuánticos surgen de la
solución de la ecuación de Schrodinger para el átomo de hidrógeno. En esta solución
los valores de los números cuánticos se fijan en el orden establecido.
El primer número que ha de fijarse es el número cuántico principal, n, que puede tener
solo un valor entero, positivo, distinto de cero. (n=1,2,3,4…)
El segundo es el número cuántico del momento angular orbital, l, que puede ser cero o
un número entero positivo, pero no mayor de n-1. (l=0,1,2,3…,n-1).
Subcapa s l=0
Subcapa p l=1
Subcapa d l=2
Subcapa f l=3
Para designar la capa principal en la que se encuentra una subcapa u orbital dado,
utilizamos la combinación de un número y una letra. Por ejemplo, el símbolo 2p se
utiliza
para designar tanto la subcapa p de la segunda capa principal como cualquiera de los
tres orbitales p en esa subcapa.
Las energías de los orbitales para un átomo de hidrógeno vienen dadas por la
expresión:
Es la misma ecuación que la obtenida por Bohr. Las energías de los orbitales para un
átomo de H dependen únicamente del número cuántico principal, n. Esto significa que
todas las subcapas dentro de una capa principal tienen la misma energía, así como
también todos los orbitales dentro de una subcapa. Los orbitales en el mismo nivel de
energía se dice que son degenerados. La siguiente figura se trata de un diagrama de
niveles de energía y la ordenación de las capas y subcapas para un átomo de
hidrógeno:
A lo largo de esta discusión, recuerde que los orbitales son funciones de onda, es decir,
soluciones matemáticas de la ecuación de Schrodinger. La función de onda por sí
misma no tiene significado físico, sin embargo, el cuadrado de la función de onda, psi
cuadrado, es una magnitud relacionada con las probabilidades. Las distribuciones de
densidad de probabilidad basadas en psi cuadrado son tridimensionales y son estas
regiones trididimensionales a las que nos referimos, cuando hablamos habitualmente
de la forma de un orbital.
Observando las formas de la función de onda radial R(r) y la función de onda angular Y
(zeta,fi), para un electrón en átomos hidrogenoides lo primero que se observa es que
la parte angular de la función de onda para un orbital s, (1/4pi) 1/2, es siempre la misma,
independientemente del número cuántico principal. A continuación, observe que las
partes angulares de los orbitales p y d también son independientes del número n. Por
tanto, todos los orbitales de un determinado tipo (s,p,d,f) tienen el mismo
comportamiento angular. También debemos fijarnos en que las ecuaciones en esta
tabla están escritas en forma general y que incluyen el número atómico Z, lo que
significa que las ecuaciones se aplican a cualquier átomo con un electrón, como un
átomo de H. Finalmente, observemos también que el término () que aparece en la
tabla es igual a (2Zr/nao).
ORBITALES S
Para tener una función de onda completa para el orbital 1s del hidrógeno, utilizamos
Z=1 y n=1, y combinamos las funciones de onda angular y radial. Los colores rojo
(radial) y azul (angular), indican el origen de las dos partes de la función de onda.
ORBITALES P
Así, el orbital 2p no tiene nodos radiales para valores finitos de r. A diferencia de los
orbitales s, que son cero para r=0, los orbitales p desaparecen asintóticamente para
r=0. Esta diferencia tendrá una consecuencia importante cuando consideremos los
átomos polielectrónicos.
A diferencia de la función angular del orbital 2s, la parte angular del orbital 2p no es
una constante sino que es una función de () . Esto significa que la distribución de
densidad de probabilidad de un orbital p no tiene simetría esférica, es decir, no tiene
forma esférica. El orbital se designa p z porque la parte angular tiene su máximo a lo
largo del eje z. En cualquier punto del plano xy, fi =pimedios y cosfi = 0, por lo que el
plano xy es un nodo. Como este nodo aparece en la parte angular, se le denomina
nodo angular. Un análisis semejante para los orbitales p x y py muestra que son
similares al orbital pz pero con nodos angulares en los planos yz y xz, respectivamente.
ORBITALES D
Los orbitales d aparecen por primera vez para n=3. La función angular en estos casos
posee dos nodos angulares, o nos planos. Se puede ver que dos de los orbitales d (d x2-y2
y dz2) están dirigidos a lo largo de los ejes perpendiculares cartesianos y los tres
restantes (dxy, dxz, dyz) se colocan entre los ejes cartesianos. De nuevo, los signos de los
lóbulos de la función de onda original se indican con diferentes colores.
La mecánica ondulatoria proporciona tres números cuánticos con los que podemos
desarrollar una descripción de los orbitales electrónicos. Uhlenbeck y Goudsmit
propusieron que algunas características sin explicar del espectro del hidrógeno podrían
comprenderse suponiendo que un electrón actúa como si girase sobre sí mismo.
Existen dos posibilidades para el giro de un electrón, las cuales requieren la existencia
de un nuevo número cuántico de espín del electrón, m s, que puede tener un valor de
+-1/2, y es independiente de los otros tres números cuánticos.
La evidencia de la existencia del espín del electrón viene dada por una prueba con los
siguientes fundamentos:
Ahora que hemos descrito los cuatro números cuánticos, podemos presentarlos juntos
para describir la estructura electrónica del átomo de hidrógeno. El electrón de un
átomo de hidrógeno en estado fundamental se encuentra en el nivel de energía más
bajo. Esto corresponde al número cuántico principal n=1, y puesto que la primera capa
principal contiene solo un orbital s, el número cuántico orbital es l=0. El único valor
posible para el número cuántico magnético m=0. Cualquiera de los dos estados de
espín son posibles para el electrón. Por lo tanto:
En los estados excitados del átomo de hidrógeno, el electrón ocupa orbitales con
vacantes mayores de n. Así, cuando el electrón se excita al nivel n=2, puede ocupar el
orbital 2s o uno de los orbitales 2p; todos tienen la misma energía. Puesto que la
densidad de probabilidad se extiende más lejos del núcleo en los orbitales 2s y 2p que
en el orbital 1s, el átomo en el estado excitado es mayor que en el estado
fundamental. Los estados excitados indicados pueden representarse mediante 2s 1 o
2p1.
ÁTOMOS MULTIELECTRÓNICOS
E = -RH (Zef2/n2)
PENETRACIÓN Y APANTALLAMIENTO
La magnitud 4pir2 x R2(r) proporciona una visión diferente del comportamiento del
electrón. En la figura de abajo están representadas las distribuciones de probabilidad
radial para algunos orbitales hidrogenoides .La densidad de probabilidad R 2(r) para un
orbital 1s predice que la probabilidad máxima para un electrón 1s está en el núcleo.
Sin embargo, debido a que el volumen de esta región es infinitamente pequeño (r=0),
la distribución de probabilidad radial 4pir 2 x R2(r) es cero en el núcleo. El electrón en un
átomo de hidrógeno se encuentra con más probabilidad a 53 pm del núcleo, esto es,
donde la distribución de probabilidad radial alcanza un máximo.
Comparando las curvas de probabilidad radial para los orbitales 1s, 2s y 3s
encontramos que un electrón 1s tiene una probabilidad mayor de estar en el núcleo
que un electrón 2s, que a su vez tiene una probabilidad mayor que un electrón 3s.
Comparando los orbitales 2s y 2p, un electrón 2s tiene una probabilidad mayor de
estar cerca del núcleo o, en otras palabras, el electrón 2s muestra mayor penetración.
Los electrones que tienen un alto grado de penetración efectivamente bloquean la
vista de un electrón en un orbital más externo que “mira” al núcleo.
En resumen:
Los orbitales son más penetrantes (y sus electrones más apantallantes y menos
apantallados) cuanto más bajos sean sus valores de n y de l, sobre todo de n.
En cuanto a los orbitales, cambiar Z por Zef sólo afectaría a la parte radial.
REGLAS DE SLATER:
2. Distribuir los electrones del átomo en las cajas de izquierda a derecha teniendo
en cuenta que:
En la caja [1s] caben 2
En las cajas [ns,np] caben 8
En las cajas [nd] caben 10
En las cajas [nf] caben 14
En muy pocos casos, el efecto combinado del espaciado decreciente entre niveles de
energía sucesivos para números cuánticos más altos (debido a la dependencia de la
energía con 1/n2) y al desdoblamiento de los niveles de energía de las subcapas
(debido al apantallamiento y a la penetración) hace que algunos niveles de energía se
solapen. Por ejemplo, debido a la penetración extra de un electrón 4s sobre un
electrón 3d, la energía del nivel 4s está por debajo del nivel 3d, a pesar de su número
cuántico principal n más alto. En las próximas secciones, veremos algunas
consecuencias del desdoblamiento de los niveles de energía en la relación entre las
estructuras electrónicas de los átomos y su posición en la tabla periódica.
CONFIGURACIONES ELECTRONICAS
1. Los electrones ocupan los orbitales de forma que se minimice la energía del
átomo . Esta configuración para que la energía total del átomo sea mínima
recibe el nombre de configuración electrónica del estado fundamental.
Cualquier otra configuración corresponderá a una energía más alta y
representará a un estado excitado de dicho átomo.
En cada uno de estos métodos asignamos seis electrones porque el número atómico
del carbono es seis, Dos de estos electrones están en la subcapa 1s, dos en la 2s, y dos
en la 2p. La notación condensada spdf solamente indica el número total de electrones
en cada subcapa; no muestra cuántos electrones se distribuyen entre los orbitales de
igual energía. En la notación expandida spdf, se tiene en cuenta la regla de Hund para
la asignación de electrones a la subcapa 2p, dos orbitales 2p, cada uno de ellos
ocupado por un solo electrón y un orbital 2p permanece vacío. En el diagrama de
orbitales cada subcapa se descompone en orbitales individuales, que se representan
por cajas. Ésta notación es semejante a un diagrama de niveles de energía, excepto en
que la dirección de energía creciente es de izquierda a derecha en lugar de vertical.
Los electrones en los orbitales se indican mediante flechas. Una flecha apuntando
hacia arriba corresponde a un tipo de espín +1/2, y una flecha apuntando hacia abajo
al otro tipo -1/2. Los electrones que se encuentran en un mismo orbital con los espines
en posición opuesta se dice que están apareados. Los electrones en los orbitales 1s y
2s del átomo de carbono están apareados. Los electrones en diferentes orbitales de la
misma subcapa ocupados individualmente tienen espines iguales o paralelos (las
flechas apuntan en la misma dirección). Este hecho se indica en el diagrama de
orbitales del átomo de carbono escribiendo dos flechas hacia arriba en lugar de una
hacia arriba y otra hacia abajo para la subcapa 2p. Tanto la teoría como los
experimentos confirman que una configuración electrónica en la que los electrones
que ocupan los orbitales individualmente tienen los espines paralelos es una
representación mejor del estado de energía mas bajo de un átomo que cualquier otra
configuración electrónica que podamos escribir. La configuración representada por el
diagrama de orbitales flecha hacia arriba flecha hacia abajo es un estado excitado del
carbono; cualquier diagrama de orbitales con los espines desapareados, que no son
paralelos, constituye un estado excitado.
EL PRINCIPIO AUFBAU
Z = 19 y 20, K y Ca. Después del argón, en lugar de llenarse la siguiente subcapa 3d, se
llena la 4s. Utilizando el símbolo [Ar] para representar la configuración interna de gas
noble, 1s2 2s2 2p6 3s2 3p6, obtenemos las configuraciones para el K y Ca que se
muestran a continuación.
Los dos métodos se utilizan habitualmente. El método a agrupa todas las subcapas de
una capa principal y coloca al final las subcapas del nivel cuántico principal más alto. El
método b coloca los orbitales en el orden aparente en el que se llenan. En este texto
utilizaremos el método a. A continuación se muestran las configuraciones electrónicas
de esta serie de diez elementos en forma de diagrama de orbitales y de notación spdf.
En esta serie los orbitales d se llenan de una forma bastante regular pero hay dos
excepciones: cromo (Cr) y cobre (Cu). Estas excepciones se aplican normalmente en
términos de una estabilidad especial para las configuraciones en las que la subcapa 3d
está semillena con electrones, como el Cr (3d 5), o completamente llena como en el
cobre Cu (3d10)
Z = 87- ¿, Fr al ¿. El francio inicia una serie de elementos en los que se llenan las
subcapas 7s, 5f, 6d, y supuestamente 7p, aunque los elementos en los que puede
ocuparse la subcapa 7p han sido descubiertos recientemente y aún no han sido
caracterizados.
Lewis y Langmuir formularon una importante propuesta sobre el enlace químico: las
configuraciones electrónicas de los átomos de gases nobles tienen algo especial, que
es la causa de su inercia química, de forma que los átomos de los otros elementos se
combinan unos con otros de forma que puedan adquirir configuraciones electrónicas
como la de los átomos de los gases nobles. La teoría que se desarrolló a partir de este
modelo se denomina teoría de Lewis, y éstas son algunas de sus ideas básicas:
Los electrones, especialmente los que están en la capa más externa o capa de
valencia, juegan un papel fundamental en el enlace químico.
En otros casos se comparten entre los átomos uno o más pares de electrones,
conociéndose esta compartición como enlace covalente.
El espín de los electrones todavía no había sido propuesto cuando Lewis formuló su
teoría, así que Lewis no indicaba que dos de los electrones de valencia están
apareados (3s) y dos están desapareados (3p). Nosotros escribiremos los símbolos de
Lewis como él lo hacía. Situaremos puntos solitarios en los lados del símbolo hasta un
máximo de cuatro y después emparejaremos los puntos hasta alcanzar un octeto.
El símbolo de Lewis del ión metálico no tiene puntos si se han perdido todos los
electrones de valencia
Con la excepción de pares iónicos como Na+ Cl- que pueden encontrarse en estado
gaseoso, las unidades fórmula de los compuestos iónicos no existen como unidades
separadas, sino que cada catión está rodeado por aniones y cada anión por cationes.
Estos iones, en número muy grande, se disponen en redes ordenadas denominadas
cristales iónicos.
Un átomo de cloro tiene tendencia a ganar un electrón, tal y como indica su afinidad
electrónica (-349 kJ/mol).¿De qué átomo, sodio o hidrógeno podrá obtenerse con más
facilidad este electrón? Ninguno de éstos dos átomos cede el electrón gratuitamente,
pero la energía necesaria para arrancar un electrón del Na (496 kJ/mol) es mucho
menor que la del H (1312 kJ/mol). En el capítulo 9 vimos que cuanto más pequeña es la
energía de ionización mayor carácter metálico tiene un elemento (el sodio es mucho
más metálico que el hidrógeno). De hecho se considera que el H es un no metal. Un
átomo de H en estado gaseoso no cede un electrón a otro átomo no metálico. El
enlace entre un átomo de H y otro de Cl implica la compartición de electrones, la cual
da lugar a un enlace covalente.
Para resaltar la compartición de electrones pensemos en la estructura de Lewis del HCl
de la siguiente manera:
Los círculos de trazos representan las capas electrónicas externas de los átomos
enlazados. El número de puntos que hay sobre cada círculo representa el número
efectivo de electrones de cada capa de valencia. El átomo de H tiene 2 puntos. El
átomo de Cl tiene 8 puntos. Observe que contamos los dos electrones que están entre
H y Cl dos veces, ya que los átomos de H y Cl. Este par de electrones compartido
constituye el enlace covalente. A continuación se dan otras dos estructuras de Lewis
de moléculas simples:
La teoría de Lewis nos ayuda a entender por qué el hidrógeno y el cloro elementales
existen como moléculas diatómicas, H2 y Cl2. En ambos casos los dos átomos
comparten un par de electrones. La compartición de un único par de electrones entre
átomos enlazados da lugar a un enlace covalente múltiple. Para resaltar la importancia
de los pares de electrones en la teoría de Lewis inducimos el término par enlazante
(que se aplica al par de electrones del enlace covalente9, y par solitario (para pares de
electrones que no intervienen en el enlace). También es habitual el reemplazar los
pares de electrones enlazantes por guiones (-). Estas características se muestran en las
siguientes estructuras de Lewis:
Al intentar unir un cuarto átomo de H a la estructura de Lewis del NH3 del ejemplo
10.3 se plantea un problema. El electrón aportado por el cuarto átomo de H elevaría a
nueve el número de electrones de capa de valencia alrededor del N y ya no tendríamos
un octeto. Como se muestra en la figura 10.2 , no se forma la molécula de NH4, sino
que se forma el ión amonio NH4+. Es decir, el par de electrones solitario de una
molécula de NH3 arranca un átomo de H de una molécula de HCl y los electrones del
enlace H-Cl se quedan sobre el átomo de Cl. El resultado es que se une un ión H+ a la
molécula de NH· formándose el ión NH4+:
Como se muestra en la imagen 10.2, el par de electrones del H-Cl se quedan sobre el
átomo de Cl convirtiéndose en un ión Cl-
El enlace formado entre el átomo de N de NH3 y el ión H+ en la estructura 10.5 es un
enlace covalente coordinado. Sin embargo, es importante observar que una vez
formado el enlace no se puede establecer cuál de los cuatro enlaces N-H es el
coordinado. Por lo tanto, no se puede distinguir un enlace covalente coordinado de un
enlace covalente normal. Otro ejemplo de enlace covalente coordinado se encuentra
en otro ión muy frecuente, el ión hidronio.
En la descripción que se acaba de hacer del modelo de Lewis para el enlace covalente
se ha utilizado para cada dos átomos un solo par de electrones que corresponde a un
enlace covalente simple. Sin embargo, frecuentemente hace falta compartir más de un
par de electrones para alcanzar el octeto (configuración electrónica de gas noble). Las
moléculas de CO2 y N2 son dos claros ejemplos.
En esta estructura, los átomos enlazados comparten entre sí dos pares de electrones
(en total cuatro electrones) constituyendo un enlace covalente doble. Intentemos
ahora describir una estructura de Lewis para la molécula de N2. El primer intento
puede de nuevo conducir a un enlace covalente simple correspondiente a la estructura
errónea que se muestra a continuación:
El enlace covalente triple del N2 es un enlace muy fuerte, difícil de romper en una
reacción química. La excepcional fuerza de este enlace hace que el N2 (g) sea bastante
inerte. Debido a ello. El N2