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MEMORIA: ENCANTAMIENTO POR MÁS DE LO MISMO O EL PODER DE LA REDENCIÓN Francisco

Javier Franco Silva

Sócrates nos lo decía: “Conócete a ti mismo”. Pero ¿qué utilidad tiene conocernos a
nosotros mismos? ¿Qué ganamos con ello? Llegar al autoconocimiento no es tarea fácil,
por ello cabe preguntarse si merece la pena el esfuerzo.
ya se había concebido la memoria como un componente del alma que sólo se manifiesta en
su aspecto sensible, se distinguió la memoria como mera facultad de preservar el pasado, de
la reminiscencia o cualidad de volver a llamarlo de forma voluntaria.
Las memorias como un tipo de relato de considerable fiabilidad que reúne una serie de
acontecimientos vividos por el autor o por un testigo cercano, el instrumento para que las
personas se conozcan a profundidad y desarrollen su autonomía, libertad y creatividad, un
espacio se busca estimular el diálogo con el mundo interior, de manera que se puedan
observar con cuidado las emociones frente a los sucesos de la vida pasada y futura.
Aprender a mirar el presente de sí mismo, ver los sucesos de la vida como procesos
continuos, entender la vida desde el nacimiento hasta la actualidad y profundizar en los
hitos más importantes de la misma.
La Identidad cultural es un conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos
de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social,
es decir, todo el conjunto de definiciones, conceptos e imaginarios que se constituyen
alrededor de los espacios han permitido el fortalecimiento de los lazos con el pasado
remoto y cercano las personas pueden determinar cuál es su identidad social y cómo se
asemeja o diferencia de los demás según los rasgos que comparte con el resto de los
integrantes del grupo, los cuales, a su vez, la diferencian de los otros. Las huellas de este
legado se hallan en el patrimonio y son legitimadas por la memoria; en el contexto de la
acción y la interpretación, el patrimonio, el monumento y la historia local que señala los
niveles culturales entre grupos dominantes y subalternos. Esto quiere decir que la memoria
no sólo deriva de la clase, como si fuera una burda forma de ideología, sino que desempeña
un papel crucial en el cuestionamiento o mantenimiento de relaciones sociales dadas, nos
ha acostumbrado al desprecio de la vida y a la prohibición de recordar la realidad y su
memoria. La cultura de consumo, cultura del desvinculo, nos adiestra para creer que las
cosas ocurren porque sí, en donde se normalizan temas como la impunidad del poder, la
sociedad de consumo, la injusticia, el racismo y el machismo donde nos hace pensar que
clase de realidad estamos sumidos continuamente en donde se narrar actos brutales y
criminales del hombre poderoso hacia el más débil
Los cuadros sociales: localización de la memoria en el espacio y en el tiempo

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