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Gonzalo Guerra García 2ºBach.

A 26/02/2023

Comentario de texto “Solo palabras”

1º El texto periodístico que nos disponemos a analizar hoy, titulado “Solo


palabras”, cuyo autor es Manuel Vicent. Lo podemos situar dentro del
subgénero de artículo de opinión, ya que el/la autor/a nominal expone
unos hechos y expresa su punto de vista, defendiendo una tesis y
aportando razones o argumentos, ante un tema de actualidad. El artículo
aparece publicado en el periódico de ámbito estatal/local “El País” el día
20 de marzo de 2022.
Asimismo, el autor muestra una intención subjetiva con el evidente deseo
de convencer o persuadir al lector, unida a un interés divulgativo. Esto
tiene una explicación ya que el texto destaca por su sencillez gramatical,
semántica y estructural: hace uso de estructuras sintácticas complejas,
empleo de un léxico de uso habitual, escasez de recursos estilísticos o
valores polisémicos, ausencia de tecnicismos y cultismos, progresión
temática que responde a la estructura ordinaria de los textos expositivo-
argumentativos, por lo que está dirigido a un receptor muy amplio,
profesorado, familias, alumnado, lectores en general. El tema destacable
del texto es la dificultad para interpretar adecuadamente los mensajes,
del que hablaremos luego. Así pues, por este interés comunicativo y por
su propia tipología textual la función predominante es la apelativa y la
poética, ya que busca transmitir información concreta vinculada con la
realidad objetiva.

Como bien mencionamos antes, el tema del texto es el problema para


interpretar adecuadamente los mensajes y cómo esta interpretación puede
provocar nuestra felicidad o desdicha.

En cuanto al resumen del texto, en la vida es fundamental comprender y


emitir los mensajes adecuados para obtener una mayor felicidad. Esto se
debe a la cualidad propia del lenguaje para trasladarnos a discursos de odio
o de amor. Cultivar la mente, reflexionar sobre lo que uno dice y por qué, y
con qué intención o finalidad lo hace, así como a recibir los mensajes de los
demás con cautela, paciencia y capacidad de comprensión del contexto, son
claves para evitar el malentendido y el sufrimiento.

En cuanto a la estructura, centrando nuestra atención en la estructura


externa, se encuentra la tesis al final del texto, por lo que la estructura es
inductiva, siendo las últimas dos líneas: “Unas te salvan, otras te matan. No
son más que un poco de aliento que en el mejor de los casos sirve para decir
te amo, para decir me muero.”

Ahora, centrando nuestra atención en la estructura interna, el texto se


podría dividir en 3 partes: La primera desde el inicio hasta “al cielo o al
infierno”, donde habla sobre los tipos de palabras y la igualdad que hay en
la manera de decirlas, sea la persona que sea; La segunda parte va desde
“las palabras más sólidas hasta “llegar a ser muy tóxica” donde se habla
sobre como las palabras de las personas son “dulces” desde pequeño hasta
que con el paso de los años van siendo muy “tóxicas”, y finalmente el resto
del texto donde da una conclusión sobre como son las palabras.

En cuanto al registro del texto, se trata de un registro culto. Esto se puede


comprobar por el tono del lenguaje empleado, con una amplia variedad
de vocabulario, que a su vez busca precisión y un estilo personal. Así,
podemos comprobar que el texto tiene un predominio de adjetivos con
valor especificativo (necesarias, determinantes y comprometidas) Otras
palabras destacan en este sentido como "enhebrar", "mortíferas",
“inapelables".
Respecto a las funciones del lenguaje, destacan principalmente dos: la
función apelativa y la poética. La función apelativa puede apreciarse en el
empleo del pronombre indefinido "uno" ("uno se arrepiente"). Este
pronombre engloba tanto al autor como a los lectores Otro rasgo
apelativo sería el empleo de la pregunta retórica, que incluye, además, la
segunda persona del singular referida directamente al lector.

La función literaria puede apreciarse a lo largo de todo el texto, que está


jalonado de recursos literarios como la metáfora (se las lleva el viento), la
comparación (uno las sigue como un esclavo) y la hipérbole (unas te
salvan, otras te matan).
El texto se estructura a partir de una idea, según la cual debemos elegir
tanto el uso como la interpretación de palabras adecuadas.
En función de esta idea, Manuel Vicent establece dos campos semánticos
principales, representados por todas las categorías desde un punto de
vista antagónico o de antonimia estructural. Ejemplos de antítesis serían
"libera"/"ata", "cielo"/"infierno", "atacarlas"/"defenderlas",
“ricos"/"pobres" Estamos hablando de oposiciones con valor connotativo
El campo semántico del lenguaje y de la filosofía son los que dan
coherencia y cohesión al texto. La idea es que ambos campos se influyen
mutuamente. En el primero de ellos tenemos palabras como "hablar",
"escuchar", "dijiste", "palabras", “cerebro". En el segundo, tenemos
ejemplos como "amo", "muero", "vida", "disputa", “muerte".

Dentro de los mecanismos de cohesión, destacaría el concepto clave


"palabra", que aparece en forma de recurrencia más de diez veces, pero
también como anáfora (unas te salvan) y como elipsis (por atacarlas o
defenderlas)
En el plano pragmático, el texto de Manuel Vicent tiene un carácter
filosófico, didáctico y divulgativo, para invitar al lector a reflexionar sobre
la importancia que las palabras y la comunicación tienen en nuestro
desarrollo personal, y la forma en la que conforman la cosmovisión de la
sociedad y determina en muchas ocasiones su calidad de vida.

En el debate que se plantea acerca de las posibilidades del lenguaje como
un factor en nuestra sociedad, me posiciono a favor del autor.

En primer lugar, a lo largo de mi vida he podido comprobar que el proceso


de aprendizaje funciona mucho mejor si el lenguaje que se emplea con las
personas busca el espíritu constructivo, desde el respeto y el aprecio. Así,
por ejemplo, se procura no desechar ideas que se proponen, por
descabelladas que parezcan, sino que se intenta encontrar en ellas el
potencial para que sigan creciendo.
En segundo lugar, la reflexión que se hace sobre lo que se va a decir o
sobre lo que se ha escuchado siempre favorece nuestra posición en la
sociedad, ya que nos previene de actos impulsivos o de malentendidos.
Es cierto que no todos los mensajes son tan polarizados como Manuel
Vicent expresa en el texto, y que muchos de ellos plantean áreas grises
donde resulta difícil moverse. Sin embargo, unos criterios morales sólidos
pueden diluir esas áreas grises y determinar en cada caso qué es lo más
correcto.
En conclusión, es necesario que haya una pausa previa a la emisión o
interpretación de los mensajes de nuestro entorno, para favorecer
nuestra integración y progreso social.

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