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La amargura de la especialidad médica en México

Durante mucho tiempo, se ha hablado sobre las especialidades médicas, como cardiología, medicina interna, cirugía
general, pediatría, ginecología, urgencias, otorrinolaringología, anestesiología, neumología, entre otras. Se nos menciona
la duración de la especialidad, en qué hospitales se debe hacer, los turnos maratónicos y castigos injustificados, y cómo se
vive durante la misma. Incluso nos lo mencionan en nuestro primer año de carrera, sin que entendamos aún nada de
fisiología o bioquímica. De alguna manera, se nos programa para que la siguiente etapa de nuestra carrera sea una
especialidad y no otra opción.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando alguien de la carrera no presta atención a esas largas charlas o sermones sobre la
especialidad médica y decide pensar fuera de la caja? Comienza a haber una disonancia cognitiva, es decir, esa tensión
que surge cuando no quieres una especialidad médica, pero todos te presionan. Incluso tus seres queridos te preguntan en
cualquier comida o cena familiar "¿qué especialidad harás?" Parece un sacrilegio pensar en un camino diferente. Tus
padres te preguntan "si no haces especialidad, serás un fracasado". "Solo haz 3 años más o 4 o 5, no es nada comparado
con lo que obtendrás en el futuro". "Aguanta el primer año, es lo difícil".
Entonces, te preguntan "¿por qué no haces la especialidad? ¿acaso no eres capaz?" Te pones a pensar por un segundo y
respondes: "No, no es que no sea capaz. Pero no estoy de acuerdo con las condiciones laborales de un residente médico en
México. Hay horarios excesivos, una gran carga de trabajo, guardías de 36 horas donde no se concilia el sueño, y aunque
los artículos médicos digan que no es saludable tratar a un paciente en esas condiciones, se permite que el residente
trabaje de esta manera". Es irónico que para normar nuestra conducta terapéutica hacia el paciente sigamos la mejor
evidencia, pero ignoremos la evidencia sobre el descanso del médico, como si no nos importáramos. Después de haber
pasado más horas en el hospital que en tu hogar, comienzas a ser indiferente ante las situaciones

El pago no es remunerado de acuerdo a tus labores y esfuerzos realizados. Debes solo decir "sí, doctor" ante una autoridad
a veces incompetente y de pocos modales, que da malos tratos, y muchas veces los residentes realizan su propio trabajo. A
pesar de que el médico residente sea el sostén del sistema de salud en el país, no se les valora ni se les toma en serio sus
necesidades, como la salud mental, condiciones laborales adecuadas, ambiente de trabajo digno y salarios competitivos.
Sin embargo, el sistema de salud en México y los médicos con más años minimizan y invalidan las peticiones de los
residentes, diciendo "son generación de cristal", "en mis tiempos no nos quejábamos", "éramos verdaderos médicos", y así
sucesivamente, sin tomar en cuenta la relevancia de sus peticiones.

Cuando llegas al final del camino y no has visto ninguna alternativa diferente a la especialidad médica, te sientes
congelado e inmóvil, sin saber si hay otra opción. Por eso es necesario hacer evidente desde el principio las diferentes
opciones que tiene un médico, como la industria farmacéutica, la administrativa, los médicos de enlace, la investigación,
entre otros. Es importante que los futuros médicos crezcan con la idea de que hay algo más que la especialidad, como
ocurre en el mito de la caverna de Platón. Allí solo veían las sombras, en este caso la especialidad, y solo se hablaba de
ella, sin poder ver más allá. Aquellos que han salido de la caverna, que ven más allá, son los que se necesitan en las
facultades de medicina para enseñar a pensar de manera diferente y crecer como humanos y profesionales.

Doctor Luis Ángel Hernández Zárate.

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