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En un mundo tecnológico como en el que vivimos hoy en día es común pensar que en el

territorio de avances tecnológicos a escala global se encuentra en un campo neutral, sin


embargo, los beneficios y avances que estos conllevan son contrarios a estas creencias;
actualmente vivimos en un mundo donde tenemos unos pocos países ricos son los que
concentran y dominan el desarrollo y la producción mundial de éstas, mientras, la gran
mayoría, toman el papel de sus “colonias tecnológicas” dependientes de sus tecnologías.

Nuestro país tiene una total dependencia tecnológica de los países desarrollados y esta
dependencia por el lado económico genera un desarrollo capitalista planetario, donde la
clase burguesa serían los países ricos o desarrollados y el proletariado los países no
desarrollados tecnológicamente, de esta manera se utiliza así a la tecnología como un medio
de dominio que limita el desarrollo de México ya que al ser un país dependiente
tecnológico, se puede intervenir en sus estructuras económicas internas, de manera que se
pueda retrasar, condicionar y/o frenar su industrialización, mantener limitado su
crecimiento, o disminuir su competitividad mundial.

Esto no solo ocurre en áreas plenamente tecnológicas, sino que afecta en otros ámbitos
como es el caso del desarrollo científico donde se necesitan de esas tecnologías para
avanzar en las respectivas investigaciones, y aquellas existentes que disponen de estas
tecnologías son comúnmente orientadas por aquellos países desarrollados que buscan su
propio el interés y por ende no son un verdadero proyecto para la autonomía del desarrollo
del país.

Mientras que estas investigaciones aumentan el desarrollo tecnológico de estos países lo


cual les permite tener grandes beneficios económicos, en los países subdesarrollados ocurre
todo lo contrario, ya que estos se ven obligados a comprarles la mayor parte de sus
tecnologías para el funcionamiento de fábricas, sistemas de comunicación, transporte,
infraestructura, entre otros, a los países desarrollados. Todo eso genera la inversión de una
gran capital lo que sirve para fomentar ese condicionamiento dependiente, en vez de
aprovecharse para superar esta condición.

En el terreno de la educación esta dependencia actúa de una manera más silenciosa y es un


factor importante en el reforzamiento de esta dependencia, ya que , el país establece
escuelas que producirán e tipo de ingeniero que la industria nacional demanda, pero al
depender esta de tecnologías o de la capital extranjera (como en el caso de México que
termina siendo dependiente de ambas) la industria del país no necesita de ingenieros que se
encarguen a través de su propia creatividad y conocimiento de la generación de soluciones
e innovaciones propias, sino que requiere de técnicos de operación instalación y
mantenimiento para así atender de manera pasiva la demanda.

De esta manera podemos ver que la tecnología se ha vuelto un elemento estratégico de


poder que ha sido conquistado por los países desarrollados, no con la intención de ayudar o
cooperar con los subdesarrollados, sino para someterlos y poder obtener ventajas
económicas y políticas que puedan ser aprovechadas en determinados momentos.

A través de los siglos México se ha colocado como un país económicamente dependiente,


es decir, que su economía se encuentra economía subordinada a los intereses de los países
capitalistas más desarrollados, lo que ha ocasionado que el desarrollo científico del país sea
dependiente al no poder avanzar sin la intervención de capitales extranjeras y por ende este
se vea condicionado a los intereses de estos “inversionistas extranjeros” y de manera casi
inexistente a los que necesita el país.
Aunque la forma específica de dependencia de México ha sufrido cambios con el tiempo,
como el ocurrido con la guerra de Independencia, esta ha existido ininterrumpidamente a
partir de la colonización española, en esta época ocurrieron dos factores importantes que ha
impulsado esta dependencia en México.
El primero fue el “tecnologicidio”, definido como el exterminio de la tecnología propia de
los países y civilizaciones que eran invadidas y la imposición de nuevas técnicas o
tecnologías que eran externas con los usos culturales de estas, lo que fue el caso de la
destrucción de las tecnologías industriales mayas y aztecas. El segundo, fue la acumulación
y apropiamiento de capital extraído del país a manos de los colonizadores, quienes lo
aprovecharon para el desarrollo de sus países y del cual México no obtuvo beneficio
alguno.
Esta transferencia de capital de los colonizados a los colonizadores, empobreció a muchos y
enriqueció a pocos, los retrasó y adelantó, y fue generando la brecha tecnológica inicial,
entre los actuales países dominantes y países dependientes. No por nada las llamadas
revoluciones científico-tecnológicas de los siglos XVIII, XIX y XX, se concentraron en
países colonizadores como Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos.
Esta dependencia que como se ve empezó desde la colonización, en México se vio
reforzada durante el periodo del Porfiriato, donde la influencia económica extranjera para el
desarrollo del país se hizo notar de manera creciente.
Es importante recordar y ser conscientes de que durante este periodo se desarrolló el
imperialismo en el cual los países que estaban en desarrollo empezaron con un proceso de
expansión, del cual solo algunos salieron realmente beneficiados, en este existió un reparto
territorial del mundo entre las más avanzadas potencias capitalistas y aunque México logro
entrar en el mercado y en la base de sus desarrollo minero logro un gran posicionamiento,
esta “expansión económica” que tuvo dependía completamente de la influencia masiva de
inversión extranjera lo que creo un capitalismo dependiente que no hizo más que crecer,
haciendo que el desarrollo creado no fuera realmente para el país sino para los países
inversores, principalmente de Estados Unido y Francia.
Si bien estas inversiones abrieron una mayor posibilidad para un desarrollo industrial
moderno en el país, como el desarrollo ferrocarrilero, todo esto generó una fuerte
dependencia económica lo que derivo a que la deuda existente en el país no hiciera más que
crecer de manera desmedida y al final de este periodo fuera desmesurada para el país.
Estos periodos históricos del país hicieron que el empobrecimiento y la brecha tecnológica
generada creciera y fueran una base sólida para el posicionamiento dependen diente de
tecnologías y capitales extranjeras que tiene México hoy en día. De forma que en la
actualidad el país opera en la dependencia y para la dependencia, permitiendo el desarrollo
de una industrialización caracterizada por la producción en base a una tecnología importada
del extranjero y adaptada a las necesidades, conveniencias e intereses de las grandes
transnacionales que la originan y como el producto natural de esta situación el país se
encuentra organizado para absorber, pero no para crear tecnología.

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