Está en la página 1de 10

ARTÍCULO ORIGINAL

Incontinencia urinaria masculina


2=HJA1
Aristizábal Agudelo Juan Manuel
Miembro de número, Medellín

Resumen
La incontinencia urinaria masculina (IUM) es una condición devastadora
que se presenta mucho más frecuente de lo que se piensa y que afecta notoria-
mente la calidad de vida de los pacientes, convirtiéndose en un verdadero reto
para el urólogo tratante. El éxito de cualquier tratamiento radica en el conoci-
miento preciso de la anatomía y fisiología de la continencia urinaria en el va-
rón, en un adecuado diagnóstico y en elegir la mejor opción terapéutica para
cada paciente.
Al reconocer que la orina, al estar sometida a las leyes universales de los
fluidos, se mueve por diferencia de presiones, se demuestra que la continencia
urinaria resulta de la creación de una zona de mayor presión a nivel de la
uretra posterior que impide que la orina salga al exterior en condiciones nor-
males de almacenamiento. El papel que cumple cada uno de los integrantes
del tracto urinario inferior: la vejiga, el esfínter uretral y el piso pélvico en la
generación de ésta diferencia de presiones es analizado detenidamente ha-
ciendo énfasis en las bases anatómicas y fisiológicas de cada uno de ellos.

Introducción interés por el urólogo para el tratamiento de


esta devastadora condición. "'
Poco ha cambiado desde que en 1957
Charles A. W. Uhle sentenciara que “el pa- En ningún lugar del mundo la incontinen-
ciente incontinente es por regla un individuo in- cia urinaria masculina (I.U.M) ha dejado de
feliz, deprimido y emocionalmente inestable”, he- ser un serio problema a resolver. El varón in-
cho lamentable que nos obliga como urólo- continente, a diferencia de la mujer, jamás
gos a inventar cualquier tipo de intervención consideró la perdida involuntaria de orina
que le restaure o le mejore su continencia1 y como un evento que pudiese ocurrir a lo lar-
mucho menos se iba a imaginar Sir Hugh H. go de su vida y mucho menos aceptará el
Young que al describir su técnica quirúrgica hecho de tener que utilizar absorbentes de
para el tratamiento curativo del cáncer de cualquier tipo (protectores diarios, toallas,
UROLOGIA COLOMBIANA

próstata, la Prostatectomía radical2, indirec- pañales, papel, tela, colectores externos, etc)
tamente se convirtiera cien años después en por pocos o pequeños que estos sean. Por ello,
el principal promotor del resurgimiento del a la incontinencia urinaria masculina difícil-
mente puede asignársele clasificación algu-
Enviado para publicación: Marzo de 2007. na en cuanto a su severidad que sea compar-
Aceptado para publicación: Marzo de 2007. tida a plenitud por médicos y pacientes. La
presente constituye la primera parte de un
artículo de revisión sobre este importante
tema que representa un verdadero dolor de
cabeza tanto para pacientes como para sus
urólogos tratantes:
1. Fisiología de la continencia y fisiopa-
tología de la incontinencia urinaria
masculina.
2. Epidemiología, Diagnóstico y Clasifica-
ción
3. Tratamiento.
Figura. 1. Fórmula de la continencia.
Fisiología de la continencia y fisiopa-
tología de la incontinencia urinaria en Siempre debe tenerse en mente los dos la-
el varón dos de la fórmula. Tan importante es que exis-
La orina como cualquier líquido en el uni- ta una mayor presión a nivel de la uretra
verso se mueve por diferencia de presiones. como que la vejiga mantenga bajas presiones
La continencia urinaria es la resultante de la de almacenamiento. Para entender el papel
interacción de todos los elementos del tracto que desempeña el tracto urinario inferior en
urinario inferior los cuales convierten la ex- el mantenimiento de la continencia urinaria,
creción continua, involuntaria e inconscien- analizaremos individualmente cada uno de
te de orina por parte de los riñones en una sus componentes.
excreción intermitente, voluntaria, conscien- 1. La vejiga
te y socialmente aceptada de la misma3. La
El aporte de la vejiga a la continencia es
vejiga y la uretra son órganos musculares
indiscutible. Como órgano central y más im-
huecos que se comunican entre sí sin que
portante del tracto urinario inferior, está di-
anatómicamente existan mecanismos valvu-
señada para ejecutar dos jornadas funciona-
lares que impidan a la orina que pase de la
les bien definidas: el almacenamiento y el va-
una a la otra. Desde el punto de vista de la
ciamiento urinario. Fuera de ser el único ór-
física pura, la continencia sólo es posible si
# existe una zona de mayor presión a nivel de
gano muscular liso del organismo que per-
mite el acceso de la voluntad, la vejiga es tam-
la uretra que controle el movimiento del flui-
bién, junto con el corazón, capaz de realizar
do desde la vejiga hacia el exterior, zona co-
dos acciones absolutamente antagónicas con
nocida tradicionalmente como “esfínter”. Sin
los mismos elementos estructurales anatómi-
embargo, no es una sola estructura la respon-
camente hablando, garantizando de esa for-
sable de mantener ésta zona de alta presión
ma la excreción de los metabolitos nocivos
uretral. Cada uno de los componentes del
provenientes del riñón, la protección de la
tracto urinario inferior (la vejiga, el esfínter
función renal y el maravilloso acto de la conti-
externo y el piso pélvico) juega un papel de-
nencia que permite al individuo desempeñar-
finitivo en la generación de ésta diferencia de
se como el ser social que es por naturaleza3.
presiones, hecho que puede exponerse en
UROLOGIA COLOMBIANA

valores relativos en lo que podríamos llamar El adecuado almacenamiento de orina es


la “fórmula de la continencia” (figura 1). Por la característica fundamental de todo aquel
eso es más conveniente hablar del “complejo que sea continente: quien es capaz de alma-
esfinteriano”, tal y como se define en térmi- cenar orina será continente y quien no, será
nos anglosajones, o “zona esfinteriana” para incontinente, aunque como siempre existe la
nuestro gusto. excepción que confirma la regla (incontinen-
cia urinaria por rebosamiento). Gracias a las Tabla 1. Comparación de la contribución esfinteriana vs
propiedades intrínsecas de su pared y a la vesical en la incontinencia urinaria post Prostatectomía.
estabilidad generada por la inervación autó- Referencia Nº ptes % disfunción % disfunción
noma, la vejiga permite el almacenamiento esfinteriana /
Total
vesical/Total

urinario debido a tres condiciones fundamen- Goluboff et al (6) 25 8/60 40/92


tales: el mantenimiento de bajas presiones Leach et al (7) 162 40/82 14/36
Chao and Mayo(8) 74 57/96 4/43
intra vesicales durante el incremento progre- Desautel et al (9) 35 59/95 3/39
sivo del volumen urinario proveniente de los Gudziak et al (10) 37 ? /97 3/ ?
Ficazzola et al (4) 60 53/90 3/45
riñones (adaptabilidad – “compliance”), la
ausencia de contracciones involuntarias por
parte del detrusor y un aumento en la resis- cuentra inervada por el sistema nervioso au-
tencia a nivel de su tracto de salida. De éstos tónomo, predominantemente simpático vía
tres componentes, los dos primeros son los nervio hipogástrico y cuyo control es eminen-
responsables del principal aporte de la vejiga temente involuntario11, se compone de fibras
al mantenimiento de la continencia urinaria musculares lisas que provienen desde el mús-
al lograr mantener bajas presiones durante culo detrusor y de la parte inicial de la uretra
el almacenamiento urinario, participando así prostática quienes al integrarse forman dos
en una forma activa en la formula de la con- estructuras íntimamente relacionadas: el trí-
tinencia. gono y el cuello vesical.

Mucho se ha escrito sobre la participación La conformación anatómica del trígono,


de la disfunción vesical en la etiología de la también conocido como triángulo de Lietaud,
IUM4. La hiperactividad, la baja compliance clásicamente se ha dividido en dos capas: una
o incluso las alteraciones de la contractilidad superficial y otra profunda. La primera, del-
del detrusor debidas a patologías previas (in- gada, continuación del músculo liso ureteral
flamatorias, neurológicas o miogénicas) o que cuando se decusa hacia el lado contrala-
surgidas de novo luego de las cirugías pélvi- teral forma la barra inter ureteral o de Mer-
cas (lesión nerviosa, procesos obstructivos, cier, mientras que cuando se dirige hacia el
etc) comprometen seguramente el equilibrio cuello vesical el engrosamiento lateral es lla-
de presiones necesario para obtener la conti- mado músculo de Bell, está estrechamente
nencia y pueden desencadenar incontinen- relacionada morfológica y funcionalmente
cia aún en presencia de una unidad esfinte- vaina aponeurótica ureteral o de Waldeyer.
riana indemne. Hasta hace muy poco tiem- La capa profunda es indistinguible del resto
po, grandes estudiosos de la fisiopatología del detrusor y se ubica dorsal a la capa su- #
vesical llegaron a considerar que las altera- perficial. Se cree que la única misión del trí-
ciones propias de la función vesical eran la gono es la de anclar los uréteres a la vejiga,
primera causa de la incontinencia urinaria traccionándolos hacia abajo para que se cie-
masculina post prostatectomía (Tabla 1). Sin rren los meatos uretrales durante la micción
embargo, aunque si bien hoy sabemos que las contribuyendo así al mecanismo anti reflu-
alteraciones vesicales no representan la prin- jo12. Al triángulo de Lietaud no se le concede
cipal causa de la IUM5, éstas siempre deben en la literatura papel alguno en el manteni-
ser tenidas en cuenta evaluándose cuidado- miento de la continencia urinaria, algo que sí
samente antes de definir cualquier recurso sucede con el cuello vesical (figura 2).
UROLOGIA COLOMBIANA

terapéutico para ella. El músculo liso del cuello vesical es histo-


Igualmente, el papel que cumple la zona lógica, histoquímica y farmacológicamente
del cuello vesical en la continencia urinaria distinto al resto del músculo detrusor siendo
ha sido objeto de numerosas investigaciones. el ordenamiento de sus fibras diferente en el
Esta porción del tracto urinario, conocida hombre y en la mujer (13). En el cuello vesi-
también como “esfínter interno” que se en- cal masculino, los haces musculares lisos for-
tra proximal se inicia en éste punto y va in-
crementándose a medida que se alcanza la
uretra media en la mujer y la uretra mem-
branosa en el hombre tal y como lo demues-
tran los estudios urodinámicos del perfil de
presión uretral18. Aunque el cuello vesical no
es el sitio de máxima presión uretral, sí es claro
que participa en alguna proporción en la ge-
neración de ésta zona esfinteriana hasta el
punto de haberse recomendado la conserva-
ción de las fibras del cuello vesical como uno
de los elementos claves para conservar la con-
tinencia luego de la Prostatectomía radical
(PR)19. Sin embargo, hoy sabemos que aún
en ausencia de un cuello vesical intacto, la
Figura 2. Morfología de la unión uretro vesical. continencia puede mantenerse gracias al tra-
bajo realizado por la zona esfinteriana distal
conocida como esfínter externo o rabdoesfín-
man un anillo que se extiende hasta la por- ter20 Figura 4.
ción pre prostática de la uretra conforman-
do el conocido “esfínter interno” al cual al-
gunos autores le reconocen algún papel en el
mantenimiento de la continencia urinaria14.
Otros, tales como Un-Helenhut15, Hutch16 y
GilVernet17, describen decusaciones entre las
fibras del cuello vesical y fibras del detrusor
que conforman una estructura anatómica-
mente especial que aporta no sólo a la conti-
nencia sino que permite la tunelización de
esta región especialmente durante el vacia-
miento urinario (Figura 3).
Si tenemos en cuenta la fórmula de la con- Figura 4. Area Esfinteriana distal (esfínter externo) en
# tinencia, el aumento de la presión en la ure-
un paciente post prostatectomía radical a quien se le re-
secó el cuello vesical y se reemplazo por un colgajo tu-
bulizado de vejiga. Tomado de Romano, SV. Urodinámi-
ca aplicada Vol 18/Dic 2005.

2. El esfínter externo
La estructura anatómica del esfínter ure-
tral puede ser considerada una de los facto-
res más determinantes en el mantenimiento
de la continencia masculina y la clarificación
de sus componentes es el primer paso y el
UROLOGIA COLOMBIANA

mejor camino para prevenir la incontinencia


luego de una cirugía pélvica mayor.
El estudio y definición del concepto de la
Figura 3. Visión dorsal del cuello vesical con represen-
tación esquemática de las fibras del detrusor que se unidad esfinteriana masculina ha sido muy
decusan entre sí (asas) discutida desde siempre por varios motivos:
Por su localización en lo profundo de la pel- mente las descripciones anatómicas sostienen
vis que dificulta su estudio anatómico, por la que su forma es la de una herradura inverti-
poca importancia clínica que se le da a la in- da (o de omega -Ω-) con el dorso hacia la cara
continencia urinaria masculina debida a la ventral y poca cantidad de tejido dorsalmen-
baja incidencia que tiene con respecto a de te21, los trabajos más recientes son consisten-
las mujeres, el incipiente interés por el estu- tes en afirmar que el esfínter estriado es una
dio del piso pélvico masculino y por lo difícil estructura concéntrica que rodea completa-
que era obtener piezas anatómicas confiables mente la uretra prostato-membranosa cuyas
en cuya preparación no destruyeran las mi- fibras musculares alcanzan incluso la base de
núsculas estructuras concernientes al meca- la vejiga ventralmente y la próstata por su
nismo esfinteriano. Ahora con las modernas cara dorsal contenidas delicadamente por un
técnicas de disección y sobre todo con la in- esqueleto aponeurótico que lo fija a diferen-
clusión de la resonancia magnética nuclear tes puntos de la pelvis22.
dinámica que permite técnicas de sustracción
Las fibras musculares estriadas pueden ser
de tejidos, ha sido posible incrementar nues-
divididas microscópicamente en dos grandes
tro conocimiento sobre el tema.
tipos:
El complejo esfinteriano del varón com-
- Tipo I: llamadas fibras de contracción
prende a la uretra prostato-membranosa, a
lenta, contienen altos niveles de enzi-
la musculatura periuretral conocida como
mas oxidativas, tienden a producir
esfínter estriado externo (o rabdoesfínter) y
fuerzas pequeñas y son resistentes a la
la musculatura parauretral del elevador del
fatiga debido a su lenta velocidad de
ano y el tejido conectivo que lo vincula a la
contracción.
pelvis ósea. Esta compleja estructura está
delimitada proximalmente por el ápex pros- - Tipo II: llamadas fibras de contracción
tático, distalmente por el bulbo del cuerpo rápida, producen grandes fuerzas y
esponjoso, el complejo venoso dorsal central- pueden a su vez ser divididas en dos
mente, el recto dorsalmente y por el elevador sub grupos
del ano lateralmente (Figura 5). l Tipo IIA: resistentes a la fatiga
Aunque aún existe controversia sobre la l Tipo IIB: rápidamente fatigables
morfología del rabdoesfínter pues tradicional-
Las tipo I y las IIA que son metabólica-
mente diseñadas para proveer un tono soste- #!
nido y permanente de contracción lenta, se
encuentran en mayor densidad a nivel del
esfínter estriado y las tipo IIB diseñadas para
realizar contracciones rápidas, fuertes y de
corta duración se encuentran ubicadas prin-
cipalmente en el elevador del ano, aunque hay
presencia de todos los tipos de fibras en am-
bos músculos. Las fibras lentas tipo I son en-
tonces las encargadas de la continencia pasi-
va involuntaria, mientras que las fibras rápi-
UROLOGIA COLOMBIANA

das tipo II son las responsables de la conti-


nencia rápida voluntaria que permiten cor-
Figura 5. Complejo esfinteriano en el varón. Tomado de tar súbitamente el chorro urinario durante la
Burnett Arthur, et al. In situ anatomical study of the male micción23.
uretrhal sphinteric complex: relevance to continence pre-
servation following mayor pelvic surgery. J. Urol. 160, Aunque las fibras musculares ejercen su
1998 fuerza en proporción directa a su tamaño,
éste no necesariamente determina la dura- presión en la cara anterior de la uretra y el
ción de la contracción muscular. Las fibras segundo a nivel de la cara posterior. También
de menor tamaño tienden a ser mas resisten- se han encontrado fibras musculares lisas y
tes a la fatiga debido a la corta distancia para elementos nerviosos en las fascias que circun-
la difusión de los substratos metabólicos. Exis- dan el complejo esfinteriano sugiriendo pro-
ten diferencias entre las fibras musculares del piedades de tensión dinámica a todas estas
esfínter estriado y las del piso pélvico. En el estructuras aponeuróticas del piso pélvico.
esfínter estriado encontramos fibras muscu- 1. El piso pélvico
lares que varían irregularmente de tamaño,
siendo generalmente de menor tamaño, ro- Por definición el piso pélvico tanto en
deadas de importante cantidad de tejido co- hombres como en mujeres está conformado
nectivo, mientras que en el elevador del ano por todas aquellas estructuras que obliteran
las fibras son largas, bien organizadas en fas- el orificio pélvico (enmarcado por los huesos
cículos y con poca cantidad de tejido conec- púbico, ilíaco y sacro) comprendidas entre el
tivo intermedio. En ambos casos el tamaño peritoneo visceral de los órganos pélvicos y
de las fibras tipo I fue significativamente me- la piel de los genitales externos, teniendo cada
nor que el promedio del tamaño de las fibras una de ellas un rol en el mantenimiento de la
tipo II. Los trabajos de Sumino23 sugieren que continencia.
aunque ambos músculos contienen fibras tipo El papel del piso pélvico en la continencia
I, éstas son más densas en el esfínter estriado urinaria masculina aún no está bien diluci-
lo mismo que las fibras IIA (el doble que las dado. Sabemos que es importante, pero esta-
IIB). También se notó que la edad y la obesi- mos lejos de comprender los mecanismos in-
dad disminuyen la concentración de fibras trínsecos por los cuales ayuda a crear esa
tipo I en ambos músculos. En el adulto joven zona de alta presión alrededor de la uretra
el esfínter estriado es mucho mas grueso y en el varón. A diferencia de la mujer, el piso
tiene menos densidad de tejido conectivo y pélvico en el hombre no tiene la connotación
de fibras musculares lisas entremezcladas que de soporte de órganos pélvicos ni existe en él
en el esfínter del adulto mayor. la elasticidad que la cara anterior de la vagi-
Las fibras musculares lisas de la uretra na aporta para permitir la motilidad uretral,
prostato membranosa se entremezclan con las participando de ese mecanismo recíproco fun-
fibras del esfínter estriado conformando un damental para la estabilidad vesical conocido
como “teoría del trampolín” expuesto magis-
#" plano indistinguible de separación lo que su-
giere que la actividad esfinteriana del esfín- tralmente por los doctores Petros y Ulmstem
ter estriado no es aislada sino que opera en en su teoría integral de la continencia25.
coordinación de la actividad de la uretra pros- Al parecer, las estructuras músculo apo-
tato membranosa. Aunque algunos estudios neuróticas del diafragma pélvico conforma-
reportan continuidad entre el esfínter estria- das por la porción central y periférica del ele-
do y el componente peri uretral del elevador vador del ano confieren la estabilidad nece-
del ano, recientes estudios clarifican que es- saria para el funcionamiento óptimo del me-
tos músculos están morfológicamente sepa- canismo esfinteriano. Sin ser ellas mismas las
rados por una banda continua de tejido co- responsables directas del mantenimiento de
nectivo que los hace claramente distinguibles la zona de alta presión uretral indispensable
UROLOGIA COLOMBIANA

el uno del otro. Myers et al24 sugieren que el para la continencia en el varón, son funda-
esfínter estriado y el elevador del ano tienen mentales para que los elementos proximal y
un papel fundamental en el mantenimiento distal del mecanismo esfinteriano actúen ade-
de la continencia urinaria en el varón al in- cuada y sincrónicamente durante la dinámi-
volucrar sincrónicamente a la uretra duran- ca de la micción que incluye tanto el almace-
te su contracción, el primero aumentando la namiento como el vaciamiento urinario. Tan
importante es el piso pélvico para contener portan como puntos de anclaje que le dan
la orina como para ayudar a vaciarla. soporte al mecanismo esfinteriano. También
han sido identificadas fibras nerviosas entre
Ventralmente el tejido conectivo prove-
los elementos fibromusculares de todas estas
niente de la fascia transversalis que cubre la
conexiones dorsomediales y ventrolaterales
vejiga y la próstata se condensa en lo que
del rabdoesfínter sugiriendo un mecanismo
constituyen los ligamentos puboprostáticos
suspensorio dinámico para la uretra prosta-
fijando el complejo esfinteriano al periostio a
to membranosa de manera que al producirse
nivel de la sínfisis del pubis conformando
el acortamiento de las fibras durante la con-
parte del mecanismo suspensorio uretral. Al
tracción muscular, el rabdo esfínter es atraí-
unirse con fibras propias de la fascia del mús-
do hacia el pubis manteniendo la presión crí-
culo elevador del ano, se conforma la por-
tica de cierre que garantiza la continencia
ción lateral de la fascia que envuelve la prós-
urinaria, tal y como lo muestran los estudios
tata y el complejo vasculo nervioso peripros-
radiológicos dinámicos durante el almacena-
tático. Desde allí emerge una nueva conden-
miento vesical, mientras que la elongación de
sación de tejído colágeno que terminará a
éste mecanismo y la relajación del esfínter
nivel de las espinas ciáticas bilateralmente
estriado permitirían la “embudización” de la
conocida como el arco tendíneo pélvico (o del
uretra posterior facilitando el vaciamiento
obturador). A nivel medial y posterior se fu-
normal de la orina.
siona con fibras provenientes de la fascia de
Denonvilliers conformando un rafé medio Como todos los sistemas esfinterianos de
aponeurótico que fija el complejo esfinteria- nuestro cuerpo, mientras esté en reposo, las
no a la membrana perineal específicamente fibras musculares del esfínter estriado esta-
a nivel del tendón central del periné a donde rán contraídas y la uretra se encontrará ale-
también se insertan fibras del músculo recto jada de la cara posterior del pubis gracias a
uretralis que se sitúa dorsalmente al comple- la acción de las estructuras músculo aponeu-
jo esfinteriano22 (Figura 6). róticas del piso pélvico facilitando de esta for-
ma el almacenamiento urinario. Durante el
Tanto las fibras musculares como las fas-
vaciamiento, se relajan las fibras del esfínter
cias del elevador del ano en sus diversas pro-
externo y se activan las estructuras pelvia-
yecciones hacia el anillo pélvico óseo se com-
nas acercando la uretra a la sínfisis pubiana
facilitando la embudización de la uretra
proximal permitiendo de esta forma el paso
de la orina hacia la uretra posterior. Figura 7.
##

UROLOGIA COLOMBIANA

Figura 6. Estructuras esfinterianas con relación a los ór- Figura 7. Conceptualización esquemática de la función
ganos pélvicos. del esfínter externo en el hombre
Algo similar fue descrito por Petros & Ul- rales del hiato urogenital y que está en inti-
msten cuando describieron la teoría integral mo contacto con la estructura esfinteriana y
de la continencia en la mujer, en donde seña- por supuesto de la uretra es considerablemen-
lan que la continencia es la resultante de el te mas gruesa que el resto del diafragma pél-
aumento de la presión a nivel de la uretra vico en los hombres vivos, sugiriendo que
media femenina como consecuencia de la cumple algún papel en la continencia mas-
aplicación de tres fuerzas vectoriales emana- culina. En nuestro tiempo podemos decir que
das de la dinámica del piso pélvico, siendo los músculos pubo perineales evidentemente
una de ellas, la anterior, quien devolvió la existen y al parecer son los responsables de
importancia funcional a los ligamentos pubo la continencia activa debido a la gran pro-
uretrales y uretropélvicos que dieron origen porcion de fibras II24 Figura 8.
al tratamiento con los cabestrillos sub uretra-
les25.
Alrededor de la uretra las fibras del ele-
vador del ano se diferencian de las otras fi-
bras esqueléticas del piso pelvico por ser mas
cortas y tener menos estriaciones. Desde el
siglo XVI Santorini había descrito por prime-
ra vez una estructura muscular caracteriza-
da como “un par de músculos que emergen
desde la rama inferior del pubis y se extien-
den hasta la parte posterior del bulbo ure-
tral, cuya función pienso, es la de halar ha-
cia delante la uretra, por los cual los llamaré
Figura 8. Musculos puboperinealis explícitos en un estu-
músculos proyectores”. Desde entonces la de- dio de resonancia magnética nuclar. Bl: vejiga; Pr: prós-
nominación y el estudio de esta porción mus- tata; U: uretra; R: recto; Pu: pubis; Cs: cuerpo esponjoso;
cular del elevador del ano ha fascinado y Pa: fascículo pubo anal del elevador del ano; Pp: Múscu-
confundido a numerosos anatomistas a tra- los puboperineales.
vés del tiempo, como lo reflejan los diferen-
tes nombres que ha recibido. Tabla 2.
Esta distribución explicaría el porqué la
Algo que no era posible ver en los estu- mayoría de los pacientes incontinentes luego
#$ dios anatómicos convencionales en cadáve- de una Prostatectomía radical son capaces de
res y que hoy puede evidenciarse gracias a la cortar el chorro urinario o de contraer «el
RMN es que la porción antero medial del ele- esfínter» cuando les realizamos una cistos-
vador del ano que conforma los límites late- copia de control.
Muchas de las disfunciones miccionales
Tabla 2. Designaciones históricas y sinónimos de los
músculos puboperineales
se originan en trastornos del vaciamiento uri-
nario por alteraciones en la fisiología del piso
Año Autor Nombre
1724 Santorini Musculos proyectores pélvico. Aunque en el varón no hay prolap-
1734 Albinus Compresores de la próstata sos, la deficiencia en el mantenimiento del
1809 Wilson Músculo de Wilson tono del piso pélvico contribuirá de una ma-
UROLOGIA COLOMBIANA

1820 Meckel Pubouretralis


1858 Luschka Pars uretralis del elevador del ano
nera importante en la generación de inconti-
1859 Schwegel Puboperinealis nencia urinaria, mientras que su hipertonici-
1879 Krause Levator urethrae dad no neurógena producirá una pléyade de
1953 Uhlenhuth Haces puboprostáticos del
pubococcígeo
síntomas irritativos y obstructivos agrupados
1974 Lawson Puboperineus a manera de síndrome conocido con el nom-
bre de «síntomas del tracto urinario inferior»
(LUTS en su versión en inglés). Sin embargo, res. En consecuencia, la etiología de la incon-
algunos autores piensan que su contracción tinencia urinaria en el varón puede ser origi-
repetida y sostenida puede mejorar la conti- nada en la vejiga, en el piso pélvico, en la
nencia pasiva al reforzar el mecanismo esf- unidad esfinteriana o en una mezcla de ellas.
interiano subyacente al presionar la uretra
Si se comprende bien el rol fundamental
contra éste cuando ésta es traída hacia de-
que desempeña el piso pélvico en la estabili-
lante durante la contracción de los pubo ure-
zación del mecanismo esfinteriano durante
trales. De aquí también que su adecuada re-
el ciclo miccional, ajustando la uretra pros-
lajación se constituye en un factor fundamen-
tato membranosa hacia la cara postero supe-
ta que permitiría un adecuado vaciamiento
rior del pubis durante el almacenamiento y
urinario en el varón. Por lo tanto, la conser-
permitiendo la embudización del mismo trac-
vación de éstos músculos y su inervación en
to de salida durante el vaciamiento urinario,
las cirugías pélvicas mayores, así como su
se entenderá que la deficiencia en éste meca-
rehabilitación en el post operatorio inmedia-
nismo también puede contribuir en forma
to se constituyen en elementos esenciales del
decisiva a la aparición y mantenimiento de
mantenimiento de la continencia en el va-
la IUM.
rón 24.
El aumento de la presión intra vesical de-
Conclusiones bido a hiperactividad del músculo detrusor
es la causa más frecuente de incontinencia
Cuando por alguna circunstancia, en for-
de origen vesical, aunque la disminución de
ma permanente o transitoria, la fórmula de
la adapatabilidad o compliance debe consi-
la continencia se invierte, es decir, la presión
derarse y descartarse siempre en estos casos.
de la uretra se vuelve inferior a la que existe
Paradójicamente las alteraciones en la con-
en la vejiga, la orina pasará desde la vejiga
tractilidad del detrusor también la pueden
hacia el exterior. Si esto sucede en forma vo-
producir en la llamada incontinencia urina-
luntaria, intermitente en el tiempo, con una
ria por rebosamiento. Todas ellas pudieron
coordinación entre la vejiga y el tracto de sa-
estar presentes como patología previa al even-
lida en un momento y lugar socialmente acep-
to quirúrgico, bien sea de origen inflamato-
tables se llamará micción. Si no se cumplen
rio, neurógeno o miogénico, o aparecer de
todos o alguno de los condicionamientos an-
novo luego de la cirugía de próstata ya por
teriores se llamará incontinencia urinaria.
lesión nerviosa o por fenómenos obstructivos.
Visto de éste modo, la inversión de la fór- Tal y como se comentó anteriormente, la con- #%
mula de la incontinencia puede darse bien tribución que hace la parte vesical a la géne-
sea por aumento de la presión vesical o por sis de la incontinencia urinaria post prosta-
una disminución en la presión del tracto de tectomía ha sido ampliamente discutida por
salida o por una mezcla de ambos. Siempre muchos autores siendo consenso hasta la fe-
hay que considerar los dos lados de la fór- cha el concepto que en la mayoría de los pa-
mula y de la estructura que le confiere esta- cientes afectados por ésta condición, ésta re-
bilidad al mecanismo esfinteriano: el piso presenta un papel secundario epidemiológi-
pélvico. Históricamente en forma simplista la camente hablando. La incontinencia urina-
aproximación a la incontinencia urinaria ria masculina, específicamente la que apare-
masculina siempre se ha hecho enfocada prin- ce luego de prostatectomía se produce prin-
UROLOGIA COLOMBIANA

cipalmente hacia el tracto de salida, específi- cipalmente por compromiso del mecanismo
camente a la unidad esfinteriana, olvidando esfinteriano tal y como lo demuestran los
consistentemente a la vejiga, siendo esta una numerosos trabajos publicados al respecto.
de las causas principales del desprestigio de Por lo tanto todas aquellas medidas que se
los tratamientos quirúrgicos anti incontinen- dirijan hacia la prevención, fortalecimiento
cia realizados en las cuatro décadas anterio- y cuidado de la unidad esfinteriana y de las
estructuras del piso pélvico que la estabilizan 12. Monllor, J.; Martin, C. Conceptos actuales en anatomía,
fisiología y farmacología del tracto urinario inferior. En:
y le permiten su adecuada función serán las Salinas Casado J, Romero Maroto: Urodinámica Clíni-
más importantes herramientas para evitar la ca, 2ªed.
aparición de la incontinencia urinaria en el 13. Gosling, JA The autonomic innervation of the human
varón que desgraciadamente es más común and female bladder neck and proximal uretra. J. Urol.
1977, 118:302
de lo que pensamos o queremos aceptar.
14. Latiff A. Preservación de las fibras del cuello vesical en
la prostatectomía radical. Arch. Esp. Urol. 46, 2(95-98),
Bibliografía 1993.
1. Uhle, Charles A. Use of anteropubic fascial sling for 15. Blaivas, JG: Mechanism of micturition. En Chisholm, G:
treatment of surgical incontinence in the male. J. Urol. Scientific foundations in Urology, Heinemann medical
77(3): 478-484, 1957. Books. 1990, 40:340-350.
2. Rainer Maria Ernst Ángel. Hugh Hampton Young: father 16. Hutch JA: The internal urinary sphinter: a double loop
of American urology. J Urol. 2003 Feb;169(2):458-64 system. J. Urol. 1971, 105:375
3. Aristizábal JM. Fisiología del tracto urinario, en Funda- 17. GilVernet, S: Morfología y función de la musculatura
mentos de Cirugía: Urologia CIB, Ed 3ª, 2006. vésico-prostato-uretral. Trevisso, Ed. Canova. 1968
4. Ficazzola, Nitti V., The etiology of post-radical prosta- 18. Abrams P. Urethral pressure measurement. Uroynamic
tectomy incontinence and correlation of symptoms whit Investigations. Berlin Heidelbert. New Cork: Springer-
urodynamic findings. J Urol. 1998 Oct; 160(4):1317-20. Verlag. 1983, Chapter 3:48-61
Review.
19. Latiff A., Preservation of the Bladder neck fibres in radi-
5. Groutz A, Blaivas JG The pathophysiology of post-radi- cal prostatectomy, Urology, Vol 41 Nº6 (566-567), 1993.
cal prostatectomy incontinence: a clinical and video uro-
dinamyc study. J. Urol. 163, 1767-70, June 2000. 20. Romano, SV. Incontinencia urinaria masculina. Urodi-
námica aplicada Vol 18/Dic 2005
6. Goluboff, E. T., Saidi, J. A., Mazer, S. et al: Urinary con-
tinence after radical prostatectomy: the Columbia expe- 21. Tanagho EA. Anatomy of the lower urinary tract. En
rience. J Urol, 159: 1276, 1998 Campbell’s Urology. Sixth edition, Ed. Saunders, Wal-
sh, Retik, Stamey, Vaughan. 1992 Philadelphia, 40-69.
7. Leach, G. E., Trockman, B., Wong, A. et al: Post-prosta-
tectomy incontinence: urodynamic findings and treat- 22. Burnett Arthur, et al. In situ anatomical study of the
ment outcomes. J Urol, 155: 1256, 1996. male uretrhal sphinteric complex: relevance to continen-
ce preservation following mayor pelvic surgery. J. Urol.
8. Chao, R. and Mayo, M. E.: Incontinence after radical 160, 1998
prostatectomy: detrusor or sphincter causes. J Urol, 154:
16, 1995 23. Yasuhiro Sumino, Striated muscle fiber compositions of
human male urethral rhabdosphinter and levator ani. J.
9. Desautel, M. G., Kapoor, R. and Badlani, G. H.: Sphinc- Urol. 175, 1417-1421, April 2006
teric incontinence: the primary cause of post-prostatec-
tomy incontinence in patients with prostate cancer. Neu- 24. Myers R.P, et al. Puboperinealis: muscular boundaries
rourol Urodynam, 16: 153, 1997 of the male urogenital hiatus in 3D from magnetic reso-

#&
nance imaging. J. Urol 164:1412, 2000
10. Gudziak, M. R., McGuire, E. J. and Gormley, E. A.: Uro-
dynamic assessment of urethral sphincter function in 25. Petros P, Ulmstem, U. An integral theory and its me-
postprostatectomy incontinence. J Urol, 156: 1131, 1996 thod for the diagnosis and management of female uri-
nary incontinence. Scand J Urol Nephrol Suppl.
11. Elbadawi, A, et al: A new theory of the innervation of 1993;153:1-93.
bladder musculatura. J. Urol. 1974, 111: 613-615.
UROLOGIA COLOMBIANA

También podría gustarte