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Dr.

Pablo Rubén
Rubén Koval

CUADERNOS de TERAPIA NEURAL


FUNDAMENTOS, FILOSOFÍA y PRAXIS

Primera edición
edición 2016.
2016.
Buenos Aires, Argentina.

1
Tapa del libro:
“Divinas proporciones” acrílico de Marta Virginia Cella, 2011.
https://www.facebook.com/marta.cella.585?fref=ts

2
PREFACIO

Las notas que transcribo a continuación son el resultado de muchos


años de trabajo. Con ellas intento trasmitir todo lo aprendido en los miles de
viajes compartidos con aquellas personas que acudieron a pedir ayuda y con
quienes he intentado llegar a buen puerto. Fueron viajes de aprendizaje
mutuo, tanto para el enfermo como para mí, persona y médico.
En mi primer libro, de 2011, “Medicina para el ser Singular con Dolor
Persistente u Otros Problemas Complejos. Fundamentos para la Terapia
Neural Moderna.” he intentado demostrar a través del aporte del conocimiento
de otras ramas del saber (no médico) y mediante la demostración empírica con
mi trabajo clínico, la validez de la Terapia Neural como medicina no impositiva.
En éste, de 2016, “Cuadernos de Terapia Neural. Fundamentos,
Filosofía y Praxis”, introduzco observaciones que considero fundamentales
para el buen ejercicio de esta medicina que incluye romper con lo aprendido en
la universidad y reaprender para poder percibir otra realidad -gobernada por la
incertidumbre y la indivisibilidad del ser vivo tanto de su propio ser como
respecto del resto del Universo- que ante los hechos clínicos del día a día se
acerca mucho más a la vida.
Incluyo una teoría original sobre la génesis y el mantenimiento del dolor
persistente –publicada ya en mi primer libro- y que he tenido oportunidad de
comprobar empíricamente en cientos de pacientes. También incluyo algunos
cambios conceptuales en lo que enseñan los libros de texto clásicos, y algunas
técnicas terapéuticas modificadas
Me ha resultado imposible separar los fundamentos, los aspectos
filosóficos y la praxis de lo que es la Terapia Neural. Es que la Terapia Neural
es una unidad indivisible. Por lo tanto las notas no siguen un orden demasiado
estricto. Todo está relacionado entre sí y en diferentes oportunidades he
repetido conceptos pero desde distintos ángulos. El libro tiene tres secciones:
Fundamentos y Filosofía; Desde el Diagnóstico de la Medicina Clásica al
Enfoque Sistémico y No-Lineal de la Terapia Neural, y Terapéutica. Por lógica,
el objetivo fue que el lector pudiera acceder a un panorama completo, pero
para eso deberá leer la totalidad del libro. Son en total 176 notas
interrelacionadas, intervinculadas.
Amo a la Terapia Neural por su carácter libertario pues, en lugar de
imponer un camino, le da al organismo la libertad de elegir el propio. La
persona tratada recupera su condición esencial, es ella misma, sin la influencia
de efectos farmacológicos extraños y esto, según mi visión, se debe, en gran
medida, a que el estímulo neuralterapéutico facilita, a través de la
comunicación orgánica interna, el restablecimiento de circuitos de
autoorganización biológicamente económicos y en consecuencia la
recuperación de funciones neurales naturales alteradas o perdidas.
Al cambiar la forma de comprender la salud y la enfermedad puede
entenderse también que, para poder ayudar al enfermo, haber visto antes tal
enfermedad o no, no hace ninguna diferencia. Para el médico bien formado,
que conoce las señales y los síntomas del ser, las diferentes enfermedades

3
catalogadas por la Medicina Clásica no son más que un cambio en la
combinación de esos signos y síntomas, en su modo, en su representación.
He incorporado trabajos originales de Oscar Godoy Beaudout,
Kinesiólogo y Terapeuta Neural y de Carlos Muñoz Abello, Odontólogo
Neurofocal que gentilmente aceparon publicarlos en este libro. He publicado
también la traducción de unos escritos del Odontólogo Neurofocal australiano
Robert Gammal, tomados del sitio naturaltherapycenter.com/dangers-of-root-
canals. A modo de cierre publico un escrito de la Dra. Sandra Payán Gómez,
que con su ímpetu lleva a la Terapia Neural a su máxima expresión. Es un
deseo de ella que comparto. Algún día será así.

Dr. Pablo R. Koval

El Dr. Pablo Rubén Koval nació en 1951, egresó del Colegio Nacional
de Buenos Aires en 1969, estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad
de Buenos Aires donde obtuvo los títulos de Médico en 1975 y de Médico
Especialista en Anestesiología en 1982. En 2000 obtuvo el título de Médico
Geriatra y Gerontólogo. Completó su formación en Centros Médicos de
diversos países: Ranbam University Hospital, Haifa, Israel; Hospital Clínico de
Barcelona, Barcelona, España; Pain Research and Education Foundation of
Western Australia, Perth, Australia; Multidisciplinary Pain Clinic, University of
Washington, Seattle, Estados Unidos de América; Dr. Gunn Pain Clinic,
Vancouver, Canadá; Dr. Heberth García Rincón, Bucaramanga, Colombia.
Autor de numerosos trabajos sobre el dolor publicados en revistas
médicas de oncología, geriatría, dolor y anestesiología. Autor del libro:
"Medicina para el Ser Singular con Dolor Persistente u Otros Problemas
Complejos. Fundamentos para la Terapia Neural Moderna", 2011. Traducido al
inglés con el título "Neural Therapy & Self-Organization. From Pain Genesis to
Pain Relief. Foundations and Practice." y al portugués con el título "Medicina
para o Ser Singular com Dor Persistente ou Outros Problemas Complexos.
Fundamentos para a Terapia Neural Moderna."
Desde 1983 está dedicado exclusivamente al estudio y tratamiento de
problemas de salud complejos, persistentes.
Es Miembro Titular de la Asociación Argentina de Anestesiología,
Analgesia y Reanimación.

drpablokoval@gmail.com
www.dolor-pain.com

4
Agradecimientos

A mis maestros

Dr. Julio Saiach quien me acercó a los autores rusos de principios del siglo XX,
Speransky y Vischñevsky, y a observar los beneficios terapéuticos del
clorhidrato la lidocaína inyectado por vía endovenosa.
Dr. Julio César Payán de la Roche quien con sus concepciones filosóficas me
ayudó a expandir mi forma de pensar.
Dr. Heberth García Rincón quien me permitió acceder a las sutilezas de la
Terapia Neural.

“Cuando el maestro interior,


que ha estado siempre con nosotros,
se manifiesta en forma de un maestro exterior
al que encontramos en la vida real casi por milagro,
constituye el encuentro más importante
que puede producirse en una vida.”

El libro tibetano de la vida y


de la muerte
Sogyal Rimpoché

Al Kinesiólogo. Oscar Godoy Beaudout y al Odontólogo Carlos (Charly) Muñoz


Abello por haber aceptado publicar sus observaciones teóricas y prácticas en
este libro. A Sandra Payán Gómez por haberme permitido publicar su escrito.
A mi compañera Marta Virginia Cella por facilitarme sus impactantes obras
pictóricas, que ilustran sendas tapas de mis libros y por haberme acompañado
con su amor en la concreción de este trabajo.

Dedico este libro a los pacientes que tanto me han enseñado y a los
profesionales jóvenes así como a los ya formados que, espero, continúen y
profundicen los conceptos aquí vertidos.

5
6
ÍNDICE GENERAL
FUNDAMENTOS y FILOSOFÍA

TEMA NOTA

Los seres humanos no somos el centro del Universo. 1


Principio de incertidumbre. El observado y el observador. 2
La maravilla del orden biológico. 3
¿Cómo se puede comparar al ser vivo con una máquina?
Es un absurdo. 4
El ser humano no puede ser fragmentado. 5
Los estudios estadísticos. 6
Los estudios en animales. 7
Funcionamiento en red. 8
Bucles de retroalimentación positiva. 9
La aplicación neuralterapéutica puede generar una situación de
inestabilidad por retroalimentación positiva. 10
¡Cuidado! ¡No despertar al león! 11
El león puede ser manso o feroz. 12
Retroalimentación positiva, un ejemplo clínico. 13
El león también puede despertarse por iatrogenia. 14
Flexibilidad y estabilidad. 15
La cognición. 16
La sabiduría del organismo vivo. 17
La medicina basada en el estudio de cadáveres. 18
Física clásica y física cuántica. 19
Los procesos fisiológicos. El sistema nervioso. La enfermedad. 20
Circuitos de autoorganización biológicamente económicos y
no económicos. 21
El sistema nervioso rector. 22
El tono y el trofismo. Sus alteraciones. 23
Compromiso de la actividad tónico-trófica.
Casos clínicos. 24
La actividad del sistema nervioso y
los procesos biofísicos y bioquímicos de los tejidos. 25
Estimulación-irritación del sistema nervioso y
los circuitos de autoorganización. 26
Estímulos intensos o estímulos débiles. 27
La irritación inicial. 28
Otros factores irritativos. 29
Evolución de la irritación inicial. 30
La enfermedad es siempre un proceso complejo. 31
Problemas de salud persistentes. 32
Para los problemas persistentes de salud,
el diagnóstico ortodoxo deja de tener sentido. 33
Para ejercer la Terapia Neural es indispensable cambiar
la forma de pensar la salud y la enfermedad. 34

7
Lo que paraliza la acción del médico. 35
Restitución de la salud tras el estímulo irritativo. 36
Creación de áreas parabióticas tras el estímulo irritativo. 37
Los campos interferentes son áreas parabióticas. 38
Campo interferente. Definición invertida. 39
Posibles campos interferentes. 40
Campos interferentes de origen emocional. 41
Abuso en la infancia como factor irritativo. Caso clínico. 42
Campos interferentes. Otras consideraciones. 43
¿Segmentario o campo interferente? 44
¿Cuántos campos interferentes intervienen en un proceso
patológico dado? 45
El factor desencadenante o “segundo” golpe. 46
Los gigantes de la geriatría. 47
El factor desencadenante y los juicios por mala praxis. 48
Foco odontológico irritativo neural. 49
Listado de factores irritativos de origen odontológico. 50
El tratamiento de conducto. 51
Apicectomía y relleno retrógrado de la raíz. 52
Pulpotomía. 53
Tratamiento de dientes desvitalizados. 54
Terceros molares. 55
La persona edéntula también debería ser evaluada con una
radiografía panorámica dental. Casos clínicos. 56
Posoperatorio odontológico. Caso clínico. 57
Prueba dental de Huneke positiva. Caso clínico. 58
Prueba dental de Huneke negativa. Casos clínicos. 59
Reacción tras la prueba de Huneke. 60
Evaluación manual. Técnica de Oscar Godoy Beaudout 61
El efecto de los metales. 62
Galvanismo bucal, su medición y relación
con el dolor persistente. 63
Reflexología dental. Descodificación dental. 64
Cuando los “cables se cruzan” los esquemas rígidos dejan de
tener valor. Casos clínicos. 65
Resolución de focos interferentes odontológicos.
Caso clínico 66
La unidad odontológica es el odontón. Caso clínico. 67
Cuando el problema supera al odontón. Caso clínico. 68
Cicatrices y campos interferentes. 69
Teoría General sobre la génesis y el mantenimiento de
problemas de salud persistentes. 70
Corolario de la Teoría General. 71
Dolor crónico. El pensamiento de la Medicina Clásica. 72
¿Dolor crónico o dolor persistente? 73
La nocicepción. 74
El sistema natural para no percibir dolor 75

8
Génesis del dolor agudo. 76
Teoría sobre la génesis y el mantenimiento del dolor persistente.
Nociceptivo-neuropático. Original del autor. 77
Dolor y psiquismo. 78
El tono psíquico alterado y la Terapia Neural. 79
Pensamiento, sentimiento, emoción. 80
No hay enfermedades, hay enfermos.
Singularidad e Historia de vida. 81
¿Qué es salud? ¿Qué es enfermedad? 82
Los procesos patológicos, y el sistema nervioso. 83
El sistema nervioso y su papel en la comunicación. 84
El sistema nervioso y sus divisiones. 85
Los aportes de Speransky y la Terapia Neural. 86
Problemas agudos o de urgencia. 87
Infección e inflamación agudas. 88
La evaluación de la parte y la totalidad. 89
El diagnóstico. 90
Ficha digital de historia de vida. 91
La búsqueda de campos interferentes y la historia de vida. 92
El proceso de la enfermedad y la historia de vida.
Comprobación empírica. Caso clínico. 93
La investigación clínica científica y la historia de vida. 94
El motivo de consulta. 95
El arte de obtener información útil de la historia de vida. 96
Los estudios convencionales y el diagnóstico. 97
La relación humana entre el terapeuta, el enfermo y
muchas veces su familia. 98
La relación médico-paciente en la Medicina Clásica. 99
La denominación de los procesos patológicos. 100
Compartiendo la filosofía homeopática. 101
¿Cómo abrir el diálogo con el sistema nervioso? 102
¿Y cuando no hay respuesta, qué hacer? 103
La supervivencia. La muerte. 104
Medicina impositiva. Medicina facilitadora. 105
Vicariación progresiva. 106
Vicariación regresiva. Caso clínico. 107

DESDE el DIAGNÓSTICO de la MEDICINA CLÁSICA al


ENFOQUE SISTÉMICO y NO-LINEAL de la T. NEURAL

Lesiones Actínicas. Trastornos distróficos y funcionales. 108


Enfermedades autoinmunes. 109
Artrosis. 110
Caída y dolor persistente. 111
La vejez. 112
El miedo a la caída 113
Dificultad para caminar. 114

9
Neuralgia del ciático. Neuralgia del crural. Meralgia parestésica. 115
Dolor persistente y otras secuelas tras cirugía o traumatismo. 116
Cirugía del dolor.
Cirugía y generación de campos interferentes. 117
Distonía neurovegetativa o neurodistonía. 118
Distrofia simpática refleja. Enfermedad de Sudeck.
Síndrome doloroso complejo regional. 119
Hombro doloroso. Hombro congelado. 120
Tendinitis. Bursitis. Periostitis. 121
Dolor en el talón (talalgia) y/o planta del pie (fascitis). 122
Dolor de rodilla y problemas asociados. 123
Escoliosis. 124
Dolor muscular. Dolor tensional. 125
La disfunción de la unión neuromuscular. 126
Características de los puntos gatillo. 127
Modulación neuromuscular. Técnica. 128
Del síntoma al músculo comprometido. Listado orientativo. 129
Fibromialgia: Listado de síntomas. 130
Fibromialgia: una enfermedad inventada y aceptada por la
ignorancia médica. 131
Fatiga crónica. Cansancio persistente. 132
Dolor lumbar. 133
Hernia de disco. 134
Fracaso de la cirugía de columna. Caso clínico. 135
Herpes zóster. Neuralgia post-herpética. Casos clínicos. 136
Herpes labial. Herpes genital. 137
Cefaleas. Caso clínico. 138
Cervicalgia. Rectificación cervical. Casos clínicos. 139
Mareo, vértigo, caídas. Síndrome de Menière. Laberintitis. 140
Neuralgias de la cara y boca. 141
Neuralgia del occipital. Neuralgia de Arnold. 142
Problemas del ojo. 143
Otorrinolaringología: Dolor y otros síntomas. 144
Osteopenia. Osteoporosis. 145
Pie diabético. Pie arterial. Casos clínicos. 146
Dolor por amputación. 147
Problemas de la piel, pelo, uñas y mucosas. 148
Quemados graves. 149
Revitalización. 150
Epilepsia. Ausencias. 151
Órganos internos, dolor y problemas funcionales. 152
Colon irritable. 153
Constipación. Incontinencia fecal. 154
Problemas cardiovasculares. 155
Edema periférico persistente. 156

10
TERAPÉUTICA

Bases de la terapéutica. 157


El diálogo biológico. 158
Respuestas al estímulo neuralterapéutico.
Otras consideraciones. 159
Saber esperar. 160
La segunda aplicación. 161
Impulsos de anestésicos locales muy diluidos 162
para facilitar la autoorganización.
La vía endovenosa. 163
Utilidad de la cafeína en Terapia Neural. 164
Para los problemas persistentes de salud el tratamiento crónico 165
de la Medicina Clásica deja de tener sentido
Importancia de la técnica. 166
Técnicas neuralterapéuticas modificadas por el autor. 167
Uso de aguja angulada 45°-135º.
Técnica suprapúbica con aguja angulada 168
Técnica para el mediastino ántero-superior con aguja angulada 169
Técnica presacra con aguja angulada 170
Técnica retromolar para los ganglios esfenopalatinos 171
con aguja angulada
Técnicas modificadas para el tratamiento de puntos gatillo 172
Temor o fobia a las agujas. 173
La quiropraxia. Subluxación sacroilíaca o vertebral. 174
Terapia Neural iatrogénica. 175
La Terapia Neural: cómplice y gestora de encuentros para la
vida por Sandra Isabel Payán Gómez 176

11
12
FUNDAMENTOS y FILOSOFÍA

Nota 1:
Los seres humanos no somos el centro del Universo.

Los seres humanos no somos el centro del Universo. Deberíamos


salir de esa posición antropocéntrica. Que no nos pase como a aquel
gallo (un gallo muy gallocéntrico) que kikirikiaba muy orondo en el
gallinero diciendo que si no fuera por su ki-ki-ri-ki de madrugada, el sol
no saldría. (Fábula contada por el Dr. Julio César Payán en sus cursos).
Los seres humanos somos un emergente de la Naturaleza,
pertenecemos a ella. Tal como la Naturaleza, poseemos mecanismos
biológicos de autoorganización que nos dan la posibilidad de la vida, la
supervivencia, la reparación, el desarrollo, la evolución y la creación de
otros seres vivos humanos.
El poema “Tiempo del Hombre", del cantautor argentino
Atahualpa Yupanqui lo expresa con sutileza.

La partícula cósmica que navega en mi sangre


es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mí tras un largo camino de milenios
Cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.
Luego fui la madera, raíz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Después fui caracol quién sabe dónde.
Y los mares me dieron su primera palabra.
Después la forma humana desplegó sobre el mundo
La universal bandera del músculo y la lágrima.
Y creció la blasfemia sobre la vieja tierra.
Y el azafrán, y el tilo, la copla y la plegaria.
Entonces vine a américa para nacer en hombre.
Y en mí junté la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna,
Otro me dijo historias en su flauta de caña.
Yo no estudio las cosas ni pretendo entenderlas.
Las reconozco, es cierto, pues antes viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
Y me dan sus mensajes las raíces secretas.
Y así voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el silencio, y la estrella.
Y florezco en guitarras porque fui la madera.

13
Nota 2:
Principio de incertidumbre. El observado y el observador.

Finalmente la ciencia dura, la física, aceptó hechos que,


observados en la vida diaria, y por pensadores tanto de la antigüedad
occidental como de oriente fueron negados por el mecanicismo y
reduccionismo cartesianos, lo cual condujo a la idea de certeza de la
causa-efecto y a la posibilidad de predecir el futuro.
Werner Heisenberg (premio Nobel en Física 1932) comprobó
científicamente que es imposible medir simultáneamente, y con
precisión absoluta, el valor de la posición y la cantidad de movimiento
de una partícula.
En los seres vivos el comportamiento no-lineal, complejo y caótico
puede dar lugar a estructuras ordenadas, sin embargo, la incertidumbre
omnipresente en los sistemas no-lineales hace que la predicción exacta
de un resultado sea imposible. Esto ha conducido a un importante
cambio en la forma de pensar, se ha pasado del pensamiento
cuantitativo al cualitativo.
Por otra parte, es de destacar que los sistemas caóticos
(incluyendo a los seres vivos) se caracterizan por una extrema
sensibilidad a las condiciones iniciales, de ahí la imprevisibilidad del
resultado de un proceso. Esto en la práctica médica diaria es de tener
en cuenta, por ejemplo, en las personas que han tenido un traumatismo
importante o una cirugía. ¿En qué estado se encontraba ese ser antes
de esos episodios? Su reacción, y la evolución dependerán de ese
estado inicial y será diferente a la de cualquier otra persona que haya
tenido un traumatismo o cirugía similar.
Llevado a lo general, se deduce que existe una limitación en la
precisión con que se pueden medir las cosas. Esa incertidumbre no
tiene relación con el instrumental utilizado, aún sea muy sofisticado, sino
con la propia acción de medir y, por supuesto, con la participación activa
del observador. Con el agravante de que, cuanto mayor sea la precisión
en la medida de una magnitud, mayor será la incertidumbre en la
medida de la variable complementaria.
Sin dudas el observador (profesional actuante) influye en el
observado (paciente) y éste sobre aquél. El grado de empatía, el grado
de conciencia, la magnitud del sentí-pensar, la forma de entender la
salud y la enfermedad, son todos factores que influirán sobre el
resultado final.
Los estudios biológicos cada vez son más reduccionistas. El
descubrimiento de la estructura del ADN marca un hito. El desarrollo de
la biología molecular ha podido indagar en lo más recóndito de la
naturaleza biológica, sin embargo, esta rama del saber también se

14
encuentra con la limitación de la incertidumbre. Algo propio e imposible
de modificar de la Naturaleza.
Los profesionales de la salud educados en la rigurosidad del
método científico, que ha permanecido casi incólume durante el último
siglo frente a las investigaciones de la física cuántica que tira por tierra
las concepciones mecanicistas, de relojería, nos encontramos con la
llamativa posibilidad de decir “no sé” frente a las dudas y preguntas de
nuestros pacientes.
-¿Cuál va a ser la respuesta a la aplicación? – No sé.
-¿Cuántas sesiones van a ser necesarias? – No sé.
-¿Me voy a curar?- No sé.
-¿Tendré reacciones? ¿De qué tipo? – No sé.
Por supuesto el “no sé” no es un escudo protector que permite
actuar de cualquier modo. La metodología de indagar en la historia de
vida, de actuar de un modo no iatrogénico, sin imposiciones, sin
estímulos excesivos ni múltiples, ni en lugares y tiempos inadecuados,
da lugar a un “no sé” sin daños adicionales, sin vicariación progresiva. El
respeto a la Naturaleza, -debemos tomar conciencia que los seres
humanos también somos Naturaleza-, le da a ese “no sé” una
connotación de complicidad positiva entre dos seres humanos, el
profesional y el enfermo. Un ser que debiera ser humilde y conocedor
de sus propias limitaciones y otro necesitado de un aliado para
recuperar su salud con conciencia de no poder exigir más de lo que la
Naturaleza puede dar.
La historia de vida, un elemento clave en el diagnóstico y
tratamiento, es relatada por el enfermo (sujeto observado) y escuchada
por el profesional (sujeto observador). A su vez el enfermo hará su
relato en relación al grado de empatía establecida con el profesional y
éste irá guiando el relato con sus propias preguntas surgidas de lo que
el mismo relato va despertando en su propio ser. La importancia de la
participación activa del observador deber ser siempre tenida en cuenta.
Las decisiones terapéuticas del profesional dependerán de todos estos
factores y, por supuesto, muchos más. Y el resultado también, siempre
será incierto.
Los circuitos de retroalimentación positiva determinan que el
organismo vivo se aleje más y más del equilibrio hasta alcanzar el
denominado punto de bifurcación –que en realidad es de multifurcación-
donde se abren numerosos caminos que el organismo elegirá de
acuerdo a sus necesidades e historia de vida. Esta elección del propio
organismo es imposible de predecir y ocurre siempre tras un estímulo
neuralterapéutico adecuado. El arte del profesional actuante es
sumamente importante, si bien la incertidumbre es un hecho, un
tratamiento adecuado no iatrogénico, dará lugar, seguramente, a
mejores resultados.

15
Nota 3:
La maravilla del orden biológico.

El orden biológico no es un orden rígido, militar, inamovible. Es


dinámico, en permanente cambio y renovación. Todo nuestro
organismo, internamente está en permanente movimiento y a su vez, en
orden. En cada una de nuestras células infinidad de sustancias
químicas reaccionan entre sí y forman nuevas sustancias: hormonas,
enzimas, otras proteínas, neurotransmisores, etc.
A partir de otras reacciones químicas el organismo obtiene
energía que la usa para sus actividades y para sintetizar nuevas
sustancias. La información proveniente del exterior y del interior del
propio organismo, es modulada, analizada y utilizada para organizar y
dirigir nuevas actividades. Renueva y mantiene la calidad de sus células
y estructuras permanentemente durante toda la vida, incluso huesos,
tendones y músculos. En ningún momento de la vida ese movimiento,
ese fluir dentro del orden, se detiene. Sólo se detiene con la muerte.
El organismo “sabe” cómo organizar sus cosas, tiene conciencia
de lo que necesita, en qué lugar hace falta tal o cual sustancia, tal o cual
acción, qué es lo que no le sirve y debe eliminar. Nuestro organismo es
parte de la sabiduría universal. No hace falta decirle nada, no hace falta
ordenarle nada, todo lo sabe y todo lo hace. Sabe cómo hacer para vivir,
sabe cómo hacer para defenderse de las agresiones, sabe reaccionar y
sabe también cómo sanarse.
Sin embargo algunas agresiones-irritaciones de magnitud
suficiente pueden causar cambios en ese orden biológico. Por ejemplo,
una cirugía, un traumatismo, una muela en mala posición, infectada o
con conducto, una muela de juicio, el abuso físico, un problema
emocional, etc. pueden actuar irritando al sistema nervioso y generando
cambios en ese orden natural. Durante un tiempo, meses, años, el
organismo compensa, busca otros caminos y no aparecen
manifestaciones clínicas. Pero en algún momento, generalmente porque
se suma otra agresión-irritación, el desorden se hace manifiesto. Eso es
lo que la Medicina Clásica denomina “enfermedad”.
La enfermedad constituye un orden biológico diferente; es
resultado de un proceso que se inicia mucho antes de hacerse visible,
detectable y perceptible con síntomas, y con cambios en radiografías o
análisis clínicos.
Actuando sobre la causa irritativa, a través de los principios de la
Terapia Neural, que facilita la generación de circuitos de
autoorganización biológicamente económicos, sin imponer nada al
organismo, se puede lograr que ese ser recupere su orden biológico
natural, situación que se expresa con sensación de bienestar.

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Nota 4:
¿Cómo se puede comparar al ser vivo con una máquina?
Es un absurdo.

Si recordamos lo aprendido en embriología: óvulo,


espermatozoide, mórula, blástula, embrión, feto, recién nacido. A partir
de dos células haploides se desarrolla un ser con células, estructuras y
órganos diferenciados. ¿Cómo se puede comparar al ser vivo con una
máquina? El orden con que se ensambla una máquina carece del
carácter coherente, evolutivo e interactivo de un proceso biológico. Las
partes de la máquina pueden gastarse o romperse en forma aislada y
pueden ser reparadas o sustituidas, sin riesgo de alterar el todo. Es
imposible que una parte del ser vivo se dañe o sea reparada sin afectar
el todo.

Nota 5:
El ser humano no puede ser fragmentado.

El análisis, la disección, la separación en partes nunca puede


informar acerca de la naturaleza del todo. Porque esos procedimientos
destruyen la organización del ser vivo. Es decir la interrelación, la
interacción de las partes, su naturaleza esencial.
Según Edgar Morin: “La organización, cualidad propia de la vida,
une, forma, transforma, mantiene, estructura, ordena, cierra, abre un
sistema. La organización es la relación de las relaciones, forma lo que
transforma, transforma lo que forma, mantiene lo que mantiene,
estructura lo que estructura, cierra su apertura y abre su cierre, se
organiza al organizar y organiza al organizarse. Es un concepto que
forma un circuito consigo mismo, cerrado en este sentido, pero abierto
en el sentido de que, nacido de interacciones anteriores, mantiene
relaciones e incluso opera intercambios con el medio exterior.”
Para evitar la destrucción de la organización del sistema y de la
configuración de sus relaciones, el estudio del ser vivo sólo puede
hacerse mediante su observación directa y a través de la evaluación de
su evolución natural. Para su estudio o tratamiento el ser humano no
puede ser fragmentado.
El ser humano es una totalidad, funciona como una unidad, no
puede ser dividido en psique, espíritu y cuerpo. ¿Cómo separar mente,
cuerpo y espíritu? ¡Es una incongruencia! ¡Es un fraccionamiento
imposible! Pues desaparece el ser vivo.
A su vez el cuerpo no puede fraccionarse en partes, una parte
para cada especialista. Cuando una persona es fraccionada, sus
estructuras y órganos siguen ahí pero deja de ser un ser vivo, se
convierte en un objeto. Pero no sólo la Medicina Clásica fracciona.

17
También fraccionan los profesionales del campo “alternativo” cuando
hacen hincapié en partes como la mátrix, el meridiano o el campo
interferente. Dicha partición no permite resolver los problemas de salud.
Si un órgano se enferma es porque el ser en su totalidad está
enfermo, lo mismo puede decirse cuando se cura o está sano. Ningún
órgano o estructura se enferma aisladamente. ¿Entonces tiene sentido
tratar al órgano enfermo por separado? No existen enfermedades de tal
o cual órgano, sino enfermedades que se expresan a través de tal o
cual órgano. La lógica sería tratar al ser enfermo para que en su
proceso de curación incluya al órgano en el que se manifiesta el
desorden (la enfermedad). Si eso no fuera suficiente, recién entonces
habrá que tratar la parte afectada.
¿Pero entonces qué ocurre cuando se fractura un hueso, se
infarta el corazón, o se inflama y perfora el apéndice? En las situaciones
agudas es necesario tratar la parte enferma primero, pero siempre
teniendo presente la totalidad. En respuesta a un problema agudo de
salud, ninguna persona evoluciona del mismo modo que el resto de la
humanidad, y eso se debe justamente a que ese órgano o estructura es
parte de una totalidad singular.

Nota 6:
Los estudios estadísticos.

¿Por qué razones, en Terapia Neural, para la evaluación y el


tratamiento de la persona, no nos basamos en estudios estadísticos
obtenidos del análisis de poblaciones?
Son cuatro razones básicas interrelacionadas: Por el concepto de
incertidumbre. Por entender que el resultado “enfermedad” es
consecuencia de un proceso diferente para cada persona y que cada
persona hace su propia enfermedad. Por la singularidad del ser vivo.
Por la influencia del observador (investigador, terapeuta) sobre el sujeto
observado (enfermo).
Estas mismas restricciones explican la imposibilidad de transpolar
los resultados obtenidos mediante tratamiento con Terapia Neural de
una persona, a un grupo de personas, o al resto de la humanidad.

Nota 7:
Los estudios en animales.

Debería tenerse cuidado cuando se intenta correlacionar losv


resultados de la investigación en animales con la utilidad clínica en
humanos. Por ejemplo, en el estudio del dolor y la función del sistema

18
nervioso a nivel molecular, se separa al sistema nervioso de la
“experiencia” dolor, ¡algo tan humano!. Como lo planteé en la Nota 2,
acerca de la incertidumbre, cuanta mayor precisión se logra en las
mediciones del sistema nervioso, menor es el número de neuronas y la
conectividad entre ellas que se encuentran bajo observación. Existe una
gran diferencia entre ensayos clínicos en humanos y estudios
conductuales de nocicepción en animales intactos despiertos. Así como
entre estudios in vivo e in vitro sobre componentes más y más
pequeños del sistema nervioso llegando a canales receptores aislados.
En estos últimos se incrementa la capacidad de hacer mediciones
exactas en un microambiente controlado, pero se pierde capacidad para
mostrar como esas mediciones se relacionan con la respuesta de un
sistema nervioso intacto, vivo.

Nota 8:
Funcionamiento en red.

Una de las propiedades más importantes de la organización de


los sistemas vivos es su funcionamiento en red. La base funcional de la
red son circuitos de autoorganización vinculados con bucles de
retroalimentación negativa y positiva.
En el organismo existen redes y subredes: sistemas de órganos,
redes dentro de cada órgano, redes celulares, redes dentro de cada
célula, redes intramitocondriales, químicas y cibernéticas. No hay
órgano, célula, molécula, átomo, ni partícula subatómica que no esté
integrado por medio de subredes interconectadas a la red global.
Es decir, que el ordenamiento de la organización viva es de redes
dentro de redes.
Asimismo, la Naturaleza y el Universo también están constituidos
por redes dentro de redes y los seres humanos, con sus propias redes,
interactuamos en forma de red con otros sistemas o redes de la
Naturaleza y el Universo, con los que formamos una unidad
interconectada, interactiva.

Nota 9:
Bucles de retroalimentación positiva.

El control a través de bucles de retroalimentación negativa (ejes


hormonales, por ejemplo) constituye sólo un elemento de la estabilidad
alejada del equilibrio. Ninguna estructura viviente puede mantenerse en
estado estable en forma permanente.

19
En determinadas circunstancias, bajo ciertos estímulos o
irritaciones, el sistema, en lugar de tender al equilibrio, tiende a alejarse
más y más de él hasta llegar al umbral de inestabilidad o punto de
bifurcación (en realidad, de “multifurcación”). Dichos puntos representan
un instante en la evolución del sistema en que aparece repentinamente
un desvío por el que dicho sistema se encamina en una nueva
dirección. En el punto de multifurcación, la historia del ser, las
necesidades de ese organismo y el medio determinan qué caminos se
le abren en ese momento, pero la elección que hace es impredecible.
Aparece en ese punto un poderoso elemento de indeterminación e
incertidumbre. De este modo pueden surgir espontáneamente nuevas
estructuras de orden y complejidad más elevadas. Estos circuitos se
denominan bucles de retroalimentación positiva.
Los estímulos de la Terapia Neural habitualmente generan bucles
de retroalimentación positiva con la consiguiente inestabilidad.
Esos puntos de inestabilidad sólo pueden darse en sistemas
abiertos que actúan lejos del equilibrio, como el ser vivo. La aparición de
estas inestabilidades conduce a la creación de nuevas formas de
organización. Esta capacidad creativa de los sistemas vivos permite: la
adaptación, la adquisición de conocimientos, la creación de reflejos
condicionados, la resolución de enfermedades, la curación, así como la
enfermedad o la muerte.

Nota 10:
La aplicación neuralterapéutica puede generar una situación de
inestabilidad por retroalimentación positiva.

Estas situaciones de inestabilidad, causadas por bucles de


retroalimentación positiva, son las que con mucha frecuencia debe vivir
el enfermo tras una aplicación neuralterapéutica. Esto puede asustarlo y
motivar el abandono del tratamiento. Para que lo entienda como tal y no
lo tome como un agravamiento o una complicación del procedimiento
siempre le informo sobre esa posibilidad y la comparo con lo que ocurre
con el clima: por diversas razones tras varios días de buen tiempo, la
situación cambia, se nubla, con nubes oscuras, llueve, relampaguea,
truena, sopla viento, baja la temperatura. La tormenta puede ser de
mayor o menor intensidad y luego tras unas horas o días se despeja y
vuelve a aparecer el sol. Son signos de autoorganización atmosférica.
¿O acaso nosotros no somos parte de la Naturaleza?
En enfermos con mucho compromiso general, para evitar la
posibilidad de una reacción post-tratamiento importante puede ser
recomendable indicar dieta de frutas, y agua mineral sin anhídrido
carbónico durante tres a cinco días previos.

20
Nota 11:
¡Cuidado! ¡No despertar al león!

A esta frase la he escuchado algunas veces y no sé exactamente


qué es lo que se quiere decir con ella. No sé si tiene un significado de
miedo, respeto o sabiduría.
Pero, ¿dónde está el león dormido?, ¿qué es lo que lo despierta?,
¿y si se despierta, qué hacer?, ¿es bueno o malo que se despierte? En
realidad para no "despertar al león", no habría que ejercer la Terapia
Neural. Si con un estímulo neuralterapéutico intentamos facilitar al
organismo la recuperación de su autoorganización biológicamente
económica, es probable o posible que se "despierte el león". Entonces,
¡el "despertar del león" puede representar una reacción
autoorganizativa! Y más específicamente una reacción generada en
circuitos de retroalimentación positiva. Entonces, ¡que se despierte!
En general las reacciones autoorganizativas biológicamente útiles
se producen a resultas de un estímulo neuralterapéutico adecuado y
consisten en aumento de la temperatura, exacerbación transitoria de un
dolor o de una inflamación, eliminación de toxinas a través de la piel,
aparatos digestivo, genitourinario, respiratorio, etc. que duran unas
horas o unos pocos días para luego volver a un estado de tranquilidad.
El resultado final suele ser mejoría del estado general y de los síntomas
de consulta.

Nota 12:
El león puede ser manso o feroz.

Pero otras veces la reacción es violenta: cefalea intensa de varios


días de duración, procesos catarrales con fiebre elevada,
descompensación del estado general, etc. Cada organismo responde en
forma singular. Aún con estímulos suaves, el organismo puede
responder en forma violenta. En estos casos, primero debería intentarse
paliar el cuadro con ayuno o dieta vegetal, agua, enemas de café, etc.
Sin embargo a veces es necesario detener el bucle de retroalimentación
positiva porque puede provocar un severo deterioro del estado de la
persona e incluso su muerte. Para controlar estas excepcionales
reacciones violentas y muy alarmantes he usado antibióticos y/o
corticoides (metilprednisona 16 mg 1 o 2 tomas en total). Recuerdo dos
enfermos, uno quien tras aplicar en amígdalas y coraza (pápulas en
tórax) hizo una neumonía con insuficiencia respiratoria y otro con
cefalea opresiva de varios días de evolución tras aplicación en
amígdalas. En estas dos situaciones, el resultado final también fue
mejoría del estado general y de los síntomas.

21
Nota 13:
Retroalimentación positiva, un ejemplo clínico.

Transcribo un correo que me envío una paciente de 55 años una


semana después del tratamiento:
“Estimado Dr. Koval. Estuve el día martes pasado por su
consultorio, le cuento la reacción que he tenido al tratamiento.
Inmediatamente después de dejar su consultorio, comencé a tener
dolores menstruales muy intensos, similares a contracciones; muy
largos y agudos. El dolor se reflejaba también en toda la zona baja de la
cintura y tuve la sensación de que "algo" iba a expulsar, muy similar al
trabajo de parto, o a la expulsión de un coágulo de importante tamaño.
Los dolores estuvieron acompañados de mucho frío, llegué y me metí
en la cama, me arropé y me adormecí. Dos horas más tarde desperté,
creo que afiebrada, (no tomé la temperatura) y sin voz, completamente
afónica, la garganta se cerró y al tragar la saliva sentí como dos
pinchazos que se reflejaban dentro del oído. Dr. sé que este relato
parece exagerado y que usted me advirtió en la primera consulta que
podía tener algún tipo de manifestación. Las aplicaciones anteriores
trascurrieron como ya se lo mencione, pasivamente, sólo con una
sensación muy marcada del deseo de dormir. El día miércoles me fui
sintiendo mejor, sin dolor de garganta, sin dolor en la zona pélvica, sólo
dolor de cabeza que antes no mencioné y que me acompañó desde le
principio. Hoy viernes Dr. mi ánimo y mi estado general están óptimos!!
Tengo los bríos repuestos!!! El pie esta levemente hinchado, al igual
que la rodilla y la mano, y casi no hay dolor. Aspiro que este bienestar
sea permanente y que la mejoría se extienda a mis extremidades, como
fue su pronóstico. Dr. muchas gracias y buen fin de semana.”
Esta señora consultó por dolores e inflamación en diversas
articulaciones. El tratamiento consistió en la aplicación suprapúbica de
10 cc de neuralterapéutico, tanto en las primeras sesiones (que sólo
causaron somnolencia) como en esta última. Es interesante que la
misma aplicación en la misma persona produjera reacciones tan
distintas. Es que la señora era la misma pero su organismo tras la
aplicación ya no era el mismo. La repetición en la misma área se debió
a que los síntomas iniciales habían mejorado parcialmente.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

22
Nota 14:
El león también puede despertarse por iatrogenia.

El león también puede despertarse cuando se actúa en exceso,


con esquemas rígidos, en forma irrespetuosa con el organismo,
impositivamente. En estos casos las reacciones también son de
retroalimentación positiva, pero desde el punto de vista energético son
no-económicas. El cuadro inicial suele agravarse, se torna más
complejo. Hay que ser respetuosos con el organismo, no sobre irritarlo,
no actuar de más, no tratar varios campos simultáneamente, esperar la
evolución, darle tiempo al proceso autoorganizativo.
El saber esperar es parte del arte del buen terapeuta neural. La
Terapia Neural no responde al esquema de cuanto más mejor. Muchas
veces la actitud de esperar desconcierta al paciente a quien se le
debería explicar las razones de ello. Como con frecuencia está el tema
económico de por medio, para evitar suspicacias no cobro esa consulta.
Para una aplicación ulterior es necesario volver a evaluar al enfermo
respecto de las respuestas que ha tenido con la aplicación precedente.
Mientras el enfermo está evolucionando positivamente, cuando percibe
que se siente cada vez mejor y que sus síntomas están mejorando hay
que esperar. No hacer ningún procedimiento. Cuando después de un
periodo de mejoría, el proceso se detiene y entra en una meseta
sintomática prolongada, puede corresponder una nueva aplicación. Lo
mismo está indicado si los síntomas se reactivan o si aparece un salto
de campo que está manteniendo la sintomatología.

23
Nota 15:
Flexibilidad y estabilidad.

El ser vivo se encuentra en permanente movimiento: reacciones


químicas, renovación y regeneración celular, etapas de cambios que le
permiten crecer y desarrollarse. En él flexibilidad y estabilidad son dos
condiciones opuestas pero complementarias. La estabilidad es la
emergencia visible del estado dinámico, en un momento y espacio
dados, sólo eso.
“Ya debería aceptarse la paradoja que convierte lo simple y lo
complejo, el orden y el caos, en elementos inseparables. En definitiva, el
caos es una inagotable fuente de creatividad, de la que puede también
surgir el orden (y viceversa).” Edgar Morin.

Nota 16:
La cognición.

La cognición en cada ser no es el resultado de la incorporación de


un mundo independiente exterior preexistente, sino del proceso vital de
descubrir el propio mundo de acuerdo con su propia estructura. El ser
vivo, desde el momento de su concepción, recibe información que
tendrá que aprender a utilizar para vivir.
El sistema nervioso no procesa información del mundo exterior
sino que, por el contrario, construye su propio mundo a través del
proceso de cognición. Ese aprendizaje lo logra a través de los propios
procesos activos ya en la primera célula. La capacidad cognitiva se
expresa tanto en los circuitos metabólicos celulares (nivel micro) como
en el ser como un todo (nivel macro). El organismo aprende a vivir y
también a buscar nuevos caminos en situaciones adversas. Desde esta
óptica la enfermedad puede entenderse (y considero que así debería
entenderse) como un recurso autoorganizador que puede conducir a la
curación y a la supervivencia.

Nota 17:
La sabiduría del organismo vivo.

El organismo vivo posee perfecto conocimiento de sí mismo,


existe literalmente una “sabiduría íntima”, producto de la
intercomunicación global y del enmarañamiento cuántico. Esa sabiduría
torna incoherente el accionar de la medicina impositiva y explica la
utilidad natural de la Terapia Neural, medicina que propende a facilitar la
autoorganización biológicamente económica.

24
Nota 18:
La medicina basada en el estudio de cadáveres.

A diferencia de lo aprendido en la universidad, el ser humano,


como ser vivo, se comprende mejor dentro del contexto de los sistemas
complejos no-lineales, de la autoorganización, de los sistemas
disipativos y de la cognición como guía de los procesos vitales.
Aquellos libros con los que hemos estudiado medicina se
basaban en disecciones; en estudios sobre material orgánico coloreado
fijado en portaobjetos; en el análisis de las partes del cuerpo; en la
separación del espíritu, la mente y el cuerpo; en la reproducción de
hechos fisiológicos a través de preparados artificiales, es decir en el ser
humano sin vida. Pero la vida se escapa de esas limitaciones y la
medicina basada en el estudio de cadáveres es una ciencia demasiado
alejada de la realidad.

Nota 19:
Física clásica y física cuántica.

Teniendo en cuenta que la Medicina Clásica se basa en


conceptos de la física clásica y la Terapia Neural moderna en conceptos
de la física cuántica, es importante remarcar lo que señala Ken Wilber,
esto es, que la física, tanto la clásica como la moderna, no contempla la
realidad en cuanto a tal sino los símbolos matemáticos de la realidad.
Las fórmulas matemáticas nunca son una descripción de la naturaleza
como tal. La diferencia más importante entre una física y la otra es que
la física clásica considera que se ocupa de la realidad, mientras que la
moderna (cuántica) tomó conciencia de que sólo se ocupa de sombras
(caverna de Platón) y de símbolos matemáticos abstractos y no de la luz
real de fuera de la caverna. Ambas son, entonces, sólo aproximaciones
a la realidad de la vida.

Nota 20:
Los procesos fisiológicos. El sistema nervioso. La enfermedad.

En los sistemas mecánicos sus estructuras rígidas determinan en


gran medida los procesos que la máquina puede llevar a cabo. En
cambio, en los sistemas vivos, los procesos pueden conducir a la
evolución de las estructuras, es decir, a crear estructuras nuevas o
diferentes. En los sistemas vivos los procesos constituyen un conjunto
de relaciones coherentes, evolutivas e interactivas, que en forma

25
transitoria se manifiestan en estructuras globalmente estables muy
diferentes de las tecnológicas (en equilibrio y sólidas).
La idea de proceso es clave para comprender el funcionamiento
de los seres vivos. El flujo incesante de materia y energía, el cambio
continuo de sus componentes, el crecimiento, desarrollo y evolución son
resultado de procesos.
Todos los procesos fisiológicos de un organismo se desarrollan
en relación con la actividad del sistema nervioso.
La enfermedad, constituye una situación cualitativamente nueva
caracterizada por nuevas relaciones del sistema nervioso dentro de su
propia estructura y con el resto del organismo de ese ser.
El organismo hace una enfermedad como parte de un proceso
adaptativo, es una forma de resolver situaciones que le impiden avanzar
en su camino vital. Así como tiene una guía cognitiva para hacer la
enfermedad, tiene también una guía cognitiva para curarse o para
modificarla a través de la creación de un nuevo orden, que por
supuesto, implica un proceso.

Nota 21:
Circuitos de autoorganización biológicamente económicos y
no económicos.

Los circuitos de autoorganización biológicamente económicos son


aquellos que permiten la coherencia de los procesos orgánicos y
psíquicos, tienen la capacidad de utilizar adecuadamente la energía
disponible y preservarla así como de reducir al máximo la producción y
acumulación de entropía en el sistema.
Las irritaciones neurales, provocan cambios en los circuitos de
autoorganización que en forma progresiva, con nuevas irritaciones se
van tornando, con el tiempo, cada vez menos económicos.
En un momento dado a medida que los circuitos se tornan menos
económicos, esos cambios a nivel del sistema nervioso se expresan con
síntomas y signos clínicos de enfermedad. Esas manifestaciones
clínicas representan, entonces, la emergencia visible de una infinita
cantidad de reacciones autoorganizativas.

26
Nota 22:
El sistema nervioso rector.

El factor rector de los acontecimientos que ocurren en el


organismo se basa en la participación activa del sistema nervioso. La
división del sistema nervioso en central, cortical, medular espinal,
periférico, vegetativo, simpático y parasimpático es una abstracción
mental que no responde a la realidad biológica pues las interconexiones
e interrelaciones entre sus diferentes áreas son incontables,
cambiantes, de gran plasticidad.
El desarrollo del pensamiento sistémico condujo al concepto de
red que, de hecho, significa que el sistema nervioso es uno solo y no
puede ser fraccionado. Es una realidad que las conexiones nerviosas no
pueden explicar toda la actividad comunicacional que acontece en el ser
vivo. En el Capítulo 3 del libro Medicina para el Ser Singular de mi
autoría se hace una descripción detallada de los numerosos medios de
comunicación que operan dentro del ser vivo.

Nota 23:
El tono y el trofismo. Sus alteraciones.

El sistema nervioso, posee dos funciones básicas naturales, que


permiten la vida y la conservación de la salud: el tono y el trofismo, tanto
para su propia regulación como para la regulación de la totalidad del
organismo. El tono orgánico, y el tono psíquico son propiedades que
hacen a lo funcional. El trofismo se refleja en la renovación,
conservación de la forma y reparación de células, tejidos, y órganos. Es
decir, en el aspecto estructural.
Pero como el tono depende del trofismo y el trofismo del tono, la
función neural natural siempre es tónico-trófica.
Así como no hay un lugar específico de la actividad tónico-trófica
en el sistema nervioso, tampoco hay un lugar fijo de localización del
proceso distónico-distrófico, sino, que por el contrario, tiene la
particularidad de afectar la totalidad de la red, aunque el compromiso
puede ser más profundo en ciertos sitios que en otros.
Las funciones neurales naturales tónico-tróficas dependen de la
actividad autoorganizativa biológicamente económica. La regulación
tónico-trófica depende de una permanente interacción entre el sistema
nervioso y los tejidos. Como ocurre con la totalidad de la dinámica del
organismo vivo, dicha regulación no es un proceso unidireccional que se
desarrolla aisladamente en el sistema nervioso.
La alteración de las funciones tónicas y tróficas puede
manifestarse en la forma de diversos trastornos patológicos como

27
distonías, distrofias o cuadros combinados distónico-distróficos que
engloban a la mayoría de las enfermedades descriptas en la literatura
médica clásica.
Alteraciones del sistema nervioso intervienen constantemente en
los trastornos patológicos como la inflamación y la ulceración.
Los procesos nosológicos que presenta el ser humano no pueden
separarse de los trastornos tónico-tróficos que ocurren en el sistema
nervioso. Cualquier interferencia de las funciones tónico-tróficas
naturales puede afectar capacidades orgánicas y psíquicas. La
manifestación clínica puede ser diversa y de magnitud variable en un
área respecto de otra, en una parte del organismo o en su totalidad.

Nota 24:
Compromiso de la actividad tónico-trófica.

Caso clínico:

Este joven de 32 años en un accidente de moto sufrió una


fractura cerrada del fémur izquierdo proximal, le colocaron un clavo
intramedular que evolucionó a una seudoartrosis y osteomielitis.
Personalmente entendí ésto como un trastorno a predominio trófico. Me
consultó cuatro años después del accidente, había perdido 8 cm de
longitud en la extremidad afectada y estaba programado para una
nueva cirugía. Ante ese panorama mi sugerencia fue no hacer ninguna
nueva intervención hasta tanto eliminar los factores interferentes que
comprometieron hasta ese momento la actividad tónico-trófica natural.
Con probabilidad una nueva intervención significaría una irritación
adicional en un terreno inadecuado y agravación del cuadro clínico.
Siguiendo esa idea, sin hacer ninguna prueba odontológica local pues
su resultado carecía de valor al ser un problema predominantemente
trófico, sugerí la extracción de los 4 terceros molares. En particular el
más sospechoso era el 3.8, (flecha blanca). Esta forma de pensar los
problemas de salud no entra en la mente de mucha gente y tras muchos
cabildeos, finalmente, rechazó la nueva intervención propuesta en la
pierna y sí aceptó hacerse las extracciones, cuatro meses después.
Tras las extracciones, procedi a tratar el resto de los odontones
intervenidos y las cicatrices en la pierna afectada. Inmediatamente sintió
un alivio notorio en el estado de su extremidad. En la siguiente visita su
estado de ánimo había cambiado notablemente así como el aspecto de
su pierna cuya piel era marmórea, ligeramente cianótica y más fría que
la otra. Como persistía dolor en la cicatriz, repetí los procedimientos de
la primera sesión. Ahora habrá que esperar que el proceso reparador
reinicie su actividad natural.

28
Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son
comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Otro caso clínico: Paraplejía tras traumatismo y cirugía,


recuperación de funciones tónico-tróficas.

Se trata de un joven de 19 años que había sufrido una lesión


medular traumática en el nivel D3-D4 con paraplejía incompleta que se
agravó tras la cirugía estabilizadora (conservaba cierto grado de
sensibilidad que luego se perdió). Me consultó 5 meses después del
accidente (debía viajar 2000 km en avión para acceder a la consulta).
En la evaluación inicial presentaba paraplejía motora y sensitiva con
nivel en D3, su vejiga estaba espástica con cierto grado de emisión
espontánea y utilizaba como forma de micción sondaje intermitente
(recibía además oxibutinina), controlaba el esfínter anal en cuanto a
retención pero debía efectuar maniobras evacuatorias. Ante este
panorama el planteo que me hice fue: 1) actuar sobre el daño
traumático y quirúrgico para recuperar áreas en estado de parabiosis. 2)
resolver posibles interferencias que pudieran afectar los mecanismos
neurales tónico-tróficos reparadores naturales. Como posibles campos
interferentes encontramos: amígdalas, senos paranasales y terceros
molares. Para actuar sobre el daño traumático y quirúrgico, en la
primera sesión efectuamos una aplicación en la cicatriz dorsal quirúrgica
con profundización paravertebral a nivel de D3 y D4 y entrando en los
espacios interapofisarios espinosos hasta el ligamento amarillo. Por otra
parte efectuamos una aplicación suprapúbica con la idea de aplicar un
estímulo débil en el plexo vesical. Todo esto produjo, progresivamente a
medida que los procedimientos se fueron repitiendo, una mejoría
notable, en extensión y calidad, de la sensibilidad cutánea y visceral así
como del control urinario al punto de suspender la cateterización vesical

29
intermitente y eliminar la administración de oxibutinina. Comenzó a
sentir el abdomen y los intestinos, y recuperó la función defecatoria
normal. Finalmente pudo llevarse a cabo la extracción de los terceros
molares que se pospuso por razones técnicas de movilidad. Tras la
extracción de las piezas 1.8 y 3.8 mejoró la sensibilidad y el movimiento
en las caderas. Tras la extracción del molar 4.8 mejoraron aún más sus
funciones sensitivas y motoras. Posteriormente hicimos aplicaciones en
las cicatrices de amígdalas y en los ganglios esfenopalatinos. Después
de 5 meses de tratamiento la rehabilitación avanzó en forma acelerada
pudiendo dar pasos con la ayuda de ortesis.
El tratamiento permitió recuperar tejidos parabióticos y funciones
perdidas. El tratamiento de posibles interferencias facilitó la actividad
neural tónico-trófica natural, fundamentalmente la capacidad
reparadora. Llamó la atención la respuesta a la extracción de las muelas
de juicio. En este proceso singular las muelas de juicio evidentemente
constituían focos irritativos que generaban alteración de funciones
tónico-tróficas y que fueron recuperadas teniendo presentes los criterios
teóricos expuestos en este libro.
Este paciente fue para mí una importante enseñanza. Fue el
primero con quien pude comprobar la acción irritativa oculta, en este
caso de los terceros molares. La recuperación inesperada e
“inexplicable” de la actividad medular, severamente dañada, tras las
extracciones, da crédito a la teoría que propongo para explicar el modo
de acción sobre las funciones tónico-tróficas de la Terapia Neural.

Nota 25:
La actividad del sistema nervioso y
los procesos biofísicos y bioquímicos de los tejidos

Los procesos biofísicos y bioquímicos de los tejidos son


consecuencia de la actividad del sistema nervioso. El sistema nervioso
revela sus funciones en el organismo tan sólo por los cambios que
produce en él. Si se producen cambios en el sistema nervioso, se puede
asegurar que podrán encontrarse signos de su expresión en la periferia.
Toda actividad del sistema nervioso (motora, receptora o secretora)
provoca cambios en el estado de algún órgano.

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Nota 26:
Estimulación-irritación del sistema nervioso y
los circuitos de autoorganización.

Los seres vivos funcionamos lejos del equilibrio, y por esta razón
un nuevo estímulo, sea nocivo o neuralterapéutico (con fines benéficos),
puede llevar al sistema a un mayor grado de inestabilidad, al extremo de
generar bucles de retroalimentación positiva con sus consabidos puntos
de multifurcación. El organismo en esta situación tiene la posibilidad de
cambiar de rumbo, en la búsqueda de un nuevo orden propio. Una vez
estabilizado, siempre alejado del equilibrio, sigue funcionando con
bucles de retroalimentación negativa.
Estímulos físicos (traumáticos, quirúrgicos), emocionales,
químicos o biológicos pueden constituir irritaciones nocivas para el
sistema nervioso. Tras una irritación, dicho sistema se transforma en un
ente nuevo, establece nuevas relaciones y reacciona a nuevos
estímulos de una manera diferente. A partir de ese momento, puede
iniciarse el proceso a través del cual el organismo hace una
enfermedad. El resultado final de dicho proceso es independiente del
agente irritativo inicial, pues es la reacción del propio sistema nervioso
lo que establece las diferencias y la evolución. Tras la irritación nociva,
en los circuitos autoorganizativos se producen cambios cuali-
cuantitativos. A partir de su condición económica, se tornan
progresivamente menos económicos, lo cual modifica a su vez la
evolución del proceso patológico. Esa distorsión crea un nuevo tipo de
actividad nerviosa que finalmente se manifiesta en la periferia, como
emergencia visible, en la forma de enfermedad con síntomas y signos
El sistema responde con cambios en sus circuitos de
autoorganización y en sus interconexiones (plasticidad neural y
sináptica). Los circuitos de autoorganización constituyen el movimiento
de la vida. Funcionan desde la creación de la primera célula y
desaparecen con la muerte. Durante la vida funcionan
permanentemente tanto en la salud (circuitos biológicamente
económicos en cuanto a la administración de recursos energéticos y a la
generación y acumulación de entropía) como en la enfermedad
(circuitos no económicos y que se van tornando menos económicos).
Corresponde aclarar que los estímulos de Terapia Neural no generan
autoorganización como mal entienden algunos colegas, sino que lo que
hacen es actuar sobre factores interferentes, los modifican, y de ese
modo facilitan (sin imponer un orden o conducta) la recuperación de la
autoorganización biológicamente económica.

31
Nota 27:
Estímulos intensos o estímulos débiles.

En el estado eutónico-eutrófico, un estímulo intenso


(traumatismo, cirugía) puede provocar una reacción distónica-distrófica.
En el estado distónico-distrófico un “segundo” estímulo intenso puede
provocar un agravamiento de dicho estado y por el contrario, un
estímulo débil (por ejemplo, la infiltración con una solución muy diluida
de un anestésico local) suele conducir a la reparación.
La condición de fuerte o débil es relativa al estado del tono en
que se encuentra el organismo en ese momento.
El sistema nervioso no tolera estímulos intensos de ninguna
naturaleza sean físicos, químicos, biológicos, o emocionales, y
responde a ellos con el desarrollo de procesos distónico-distróficos o,
dicho de otro modo, con una alteración hacia lo no económico de los
circuitos de autoorganización.

Nota 28:
La irritación inicial.

¿En qué momento se inicia el proceso de hacer una enfermedad?


¿En qué consisten los cambios fisiológicos, las interrelaciones, las
interacciones que inician ese proceso? ¿En dónde actúa el estímulo de
la Terapia Neural?
A partir de la lectura de E. Morin, “La naturaleza de la Naturaleza”,
acerca del origen del universo, he hecho un parangón, sólo desde lo
conceptual -no en relación a los acontecimientos-, con el origen de la
enfermedad. Lo cual no es demasiado absurdo si nos consideramos
parte del Universo.
La Medicina Clásica que sigue el concepto de causa-efecto,
atribuye el efecto a una causa objetivable, reconocible, y justificada en
base al hecho puntual desencadenante o a los estudios de laboratorio e
imágenes. Las causas posibles son traumas físicos, traumas psíquicos,
gérmenes o agresión química (v.g.: medicamentos). Cuando carece de
una explicación plausible, lo atribuye a la edad, al desgaste. No tiene en
cuenta la capacidad de auto-reparación como posible factor alterado. No
reconoce una génesis compleja. Sin embargo, la ausencia de comienzo
y el comienzo absoluto son dos entidades inconcebibles. Esta medicina,
al eliminar la problemática de la génesis, elimina la perspectiva
fundamental del proceso biológico y de su evolución.
El concepto de causa-efecto es muy útil en las situaciones de
emergencia, en los que se ha de emendar lo alterado, lo lesionado, lo

32
destruido para salvar la vida o la función. Resolver el efecto de la
disfunción es el objetivo primordial del tratamiento paliativo.
El concepto de causa-efecto deja de lado el proceso y de ese
modo se olvida que el enfermo no se encuentra virgen de una historia de
vida y que esa historia de vida puede de hecho influir en la situación
actual de emergencia. Así como la historia de vida influye en las
manifestaciones persistentes de alteración de la salud.
Sin embargo, la búsqueda del origen no debería convertirse en la
búsqueda de un punto de partida. La búsqueda de una racionalización
del comienzo de la enfermedad puede conducir a respuestas falsas.
Para comprender la génesis de las enfermedades no alcanza con
indagar en el conocimiento, es necesario reformular el entendimiento.
¿A partir de qué momento el ser inicia su proceso de enfermarse? ¿En
qué consisten los cambios en la interrelación neuronal que inician la
cascada? Estos interrogantes llevan a entender que antes de la
enfermedad no existe un vacío. Antes de que se produzcan los cambios
debe haber una ruptura, una desorganización, un cambio en la forma,
sin retorno y singular. Es decir que en ese inicio ocurre desintegración
de un orden y génesis de otro orden. De este modo no habría un
comienzo absoluto, un comienzo puro, y deja abierto el misterio de lo
desconocido. Habría una situación de proto-enfermedad en la que
ocurriría un evento y una cascada de eventos. La organización y el
orden que caracterizan a una enfermedad se generan a partir del
desequilibrio e inestabilidad de la organización y orden presentes en la
situación de salud.
Esta concepción permite vislumbrar el camino hacia la
recuperación de la salud, es decir el restablecimiento de una
organización y orden biológicamente económico. Para la recuperación
de la salud, el organismo debería recorrer también un camino de
degradación de las relaciones biológicamente no-económicas y de
construcción de un nuevo orden más económico. En uno u otro sentido,
de la salud a la enfermedad y de la enfermedad a la salud, orden,
desorden y potencialidad organizadora deberían pensarse en conjunto,
en forma compleja, tanto en lo que respecta a su antagonismo como a
su complementariedad.
Ya desde el momento en que el sistema nervioso se desarrolla y
comienza a funcionar en el feto, puede recibir estímulos irritativos.
La irritación inicial constituye sólo el impulso del proceso que
luego afecta otras áreas del sistema nervioso y del resto del organismo.
Tras su inicio, el proceso irritativo se desarrolla gradualmente dentro de
la red y crea una nueva combinación de relaciones. La distonía-distrofia,
generada a partir de aquella irritación provoca, además, distorsión de
las relaciones entre los propios elementos nerviosos. Y el resultado es

33
una combinación de nuevas relaciones nerviosas temporarias o
persistentes, modificables o no.
Siguiendo a Speransky, la respuesta refleja negativa al estímulo
intenso está inmersa en una compleja interacción e interrelación con
todos los sistemas reguladores del organismo vivo. A partir de ella
comienza tal o cual proceso patológico, distónico-distrófico ya sea
preponderantemente distónico-funcional (dolor persistente, trastorno de
una función visceral, por ejemplo), o con preponderancia trófico-
estructural: inflamatorio, degenerativo, destructivo o neoformativo.
El proceso puede intensificarse y dar sintomatología, puede
presentar episodios de intensificación para luego volver a un nivel de
latencia, puede desintegrarse, o bien mantenerse latente hasta que un
nuevo estímulo o “segundo golpe” da lugar a síntomas y signos de un
cuadro nosológico.
Es interesante señalar el hecho de que una nueva irritación no
sólo puede dar origen a un nuevo proceso sino que puede determinar la
reactivación de uno anterior (segundo golpe) que hasta ese momento
parecía totalmente extinguido. Esta digresión es muy importante en la
clínica. Es lo que explica las “complicaciones” que pueden ocurrir tras
procedimientos quirúrgicos o traumatismos de cualquier magnitud,
caídas, emociones, vacunas, fármacos, etc.
Tras una irritación del sistema nervioso pueden ocurrir procesos
fisiológicos (beneficiosos) o patológicos (distónicos-distróficos).
Entre los primeros se encuentran los resultantes de una
aplicación neuralterapéutica. Son estímulos fisiológicos pues tienden a
llevar al organismo a un nuevo orden eutónico-eutrófico.
Los patológicos, es decir los generadores de distonia-distrofia
pueden hacer un desarrollo cíclico y terminar en la restauración
completa (bucle de retroalimentación negativa) y no dejar trazas. Otras
veces, los cambios se mantienen en forma latente. O bien puede ocurrir
un desarrollo progresivo, comenzando en la región del segmento
nervioso irritado, para luego, rápidamente, pasar sus límites, y abarcar
otras porciones de la compleja red nerviosa. Si el cuadro sigue un
desarrollo progresivo (circuitos de retroalimentación positiva) puede
culminar en una distonia-distrofia general o incluso en la muerte.

Nota 29:
Otros factores irritativos.

La dieta puede constituir, también, un factor de irritación. Los


alimentos interactúan con el organismo por medio de sus conocidas
moléculas. Pero también, lo hacen a través de sus propias y particulares
actividades electromagnéticas. Los cambios que los alimentos

34
introducen en los circuitos de autoorganización a través de ese
mecanismo pueden explicar la importancia de la dieta tanto en el
proceso de hacer una enfermedad como en el de curarse. Es conocida
la acción terapéutica de los alimentos naturales vegetales crudos así
como la acción nociva de los alimentos refinados e industrializados,
aunque hoy el uso masivo de fertilizantes químicos y de la manipulación
genética torna muy difícil la elección para alimentarse bien.
Cabe señalar que los fármacos, los tóxicos químicos y los
venenos naturales ejercen también actividad electromagnética y pueden
afectar a aquéllos circuitos mediante este mecanismo.
Otros factores irritativos son los provenientes de otras fuentes
externas como electromagnetismo, radioactividad, metales pesados.

Nota 30:
Evolución de la irritación inicial.

A modo de resumen, cualquier punto del sistema nervioso, sin


excluir las estructuras periféricas, puede convertirse en el punto de
partida de procesos distónico-distróficos. Tras el estímulo irritativo
inicial, el resultado final es independiente del agente causal. Es la
reacción del propio sistema nervioso lo que establece las diferencias. El
proceso irritativo se desarrolla gradualmente dentro de la red y altera
circuitos de autoorganización.
El sistema se transforma, establece nuevas relaciones y
reacciona a los nuevos estímulos de un modo distinto, incluso cuando
se repite el mismo estímulo. Esto se cumple también para los estímulos
neuralterapéuticos. Es de destacar que los mismos estímulos de la
Terapia Neural, realizados en otro momento tampoco generan la misma
respuesta en la misma persona, menos aún, en otras personas.
Una irritación de magnitud suficiente puede dar en forma
inmediata manifestaciones clínicas, aunque lo común es que
inicialmente y durante mucho tiempo (meses, años), los cambios
iniciales no tengan ninguna expresión detectable a nivel macro hasta
que una “segunda” irritación lleva al sistema a un grado de inestabilidad
tal que conduce a la generación de bucles de retroalimentación positiva
y a los consiguientes cambios en la organización con manifestaciones
funcionales y estructurales.

35
Nota 31:
La enfermedad es siempre un proceso complejo.

Es importante observar que la enfermedad es una condición


biológica cualitativamente nueva, propia del devenir vital del ser vivo. La
desorganización de las correlaciones, la desarmonía, es sólo una
consecuencia de los nuevos procesos resultantes de la irritación neural.
El estímulo irritativo que actúa en un punto del sistema pasa luego por
una serie de transformaciones, y el resultado final depende, no sólo de
cada uno de los eslabones, sino del conjunto. La enfermedad es una
entidad de calidad independiente, es una forma especial de los
procesos biológicos.
La enfermedad no es la distorsión o alteración del estado de
normalidad. No se puede definir la enfermedad como la antítesis de la
salud. No es la irrupción de algo extraño que debe ser eliminado. Las
condiciones patológicas se caracterizan por interacciones,
interrelaciones y reacciones neurales nuevas. Tras una lesión, el
sistema nervioso es un objeto nuevo y reacciona a los estímulos de una
nueva manera. Una irritación física, química, biológica o emocional en
un sitio del sistema nervioso provoca cambios distónicos-distróficos en
la totalidad del sistema. La enfermedad es siempre un proceso
altamente complejo.
La aparición de signos o síntomas de enfermedad en áreas
periféricas de ningún modo constituye el comienzo del proceso. Este es
un error de la Medicina Clásica que, de un modo paliativo, trata la
manifestación periférica sin tener en cuenta el proceso que la originó.

Nota 32:
Problemas de salud persistentes.

Los problemas de salud tienen en común al ser humano


altamente complejo, con sus circuitos de autoorganización en actividad
permanente, siempre alejado del equilibrio, pero dentro de un orden
propio que le permite la vida y en relación constante con la Naturaleza y
el entorno social.
La persistencia de un problema de salud está diciendo que las
funciones naturales tónico-tróficas de reparación y de renovación de sus
células, tejidos, órganos y estructuras están alteradas o se han perdido
y que el organismo no ha podido resolver el daño por sus propios
medios. Esa alteración o pérdida funcional se produce en un proceso de
tiempo variable (días-años) y se origina a partir de diferentes tipos de
irritaciones que comprometen al sistema nervioso.

36
Ese proceso y la multiplicidad de factores que intervienen en la
generación de problemas persistentes de salud hacen que las
relaciones anatómicas, neurológicas, estructurales entre la causa y la
manifestación clínica se desdibujen. Es por eso que lo común es que la
causa no esté en donde duele o en donde se manifiesta la enfermedad,
sino que hay que buscarla siguiendo el proceso generador pero, en
sentido inverso.

Nota 33:
Para los problemas persistentes de salud
el diagnóstico ortodoxo deja de tener sentido.

Desde la visión de Speransky, desarrollada en las notas


precedentes, y que comparto ampliamente, el diagnóstico ya no
consiste en identificar la enfermedad en base a síntomas y signos para,
mecánicamente, sugerir el tratamiento indicado por un algoritmo
preconcebido, sino en encontrar, a través de la historia de vida, la
irritación inicial del sistema nervioso y, frecuentemente, las irritaciones
subsiguientes, para poder comprender el proceso de “hacer una
enfermedad” y proceder entonces a llevar a cabo el tratamiento singular
correspondiente para ese ser.

Nota 34:
Para ejercer la Terapia Neural es indispensable cambiar
la forma de pensar la salud y la enfermedad.

Lo señalado hasta aquí pone en evidencia lo más difícil que


ofrece el ejercicio de la Terapia Neural que es la necesidad de cambiar
la forma de pensar la salud y la enfermedad. Desde el inicio de nuestra
vida hemos recibido información y formación acerca de lo que es la
enfermedad y la salud y esos conceptos han sido reforzados e
introducidos a presión en nuestros cerebros durante nuestra formación
médica. Ahora es el momento de des-aprender y re-aprender.
Lo digo con la experiencia de haberlo llevado a la práctica. Es lo
más difícil porque implica un cambio de conciencia, todo lo demás, la
historia de vida, las técnicas, etc. es cuestión de práctica. Utilizar las
técnicas de la Terapia Neural sin ese cambio de conciencia es una
estafa a uno mismo, a los pacientes y a la propia Terapia Neural.
Es importante comprender que el concepto que el profesional
tenga sobre salud y enfermedad determina íntimamente su actuación
práctica. La elección de una forma de ejercer la medicina, la forma de
encarar la salud y la enfermedad, la forma de establecer la relación
profesional-enfermo es una cuestión individual que tiene que ver con la
intimidad humana del profesional.

37
Nota 35:
Lo que paraliza la acción del médico.

La Terapia Neural tiene la capacidad de enseñarnos y de


ayudarnos a superar muchas cuestiones que tienden a paralizar la
acción médica.
Los diagnósticos ortodoxos paralizan. ¿A quién se le ocurre
sacarle el corticoide a una persona con artritis reumatoide?, por
ejemplo. El mal pronóstico y la irreversibilidad asociados a la edad
avanzada también paralizan. Sin embargo, lo que realmente cuenta no
es la edad sino la interrelación de irritaciones sobre el sistema nervioso.
Los vademécums paralizan y enceguecen. ¿A quién se le ocurre tratar a
un paciente con dolor neuropático (distrofia simpática, neuropatía
diabética, etc.) extrayendo una muela de juicio, por ejemplo? Los juicios
por mala praxis también paralizan. Por eso es absolutamente necesario
que el enfermo participe activamente en su proceso curativo.
Tenemos que tomar conciencia que la Terapia Neural no es una
medicina alternativa o complementaria, sino una medicina diferente
basada en modernos conceptos biológicos y ecológicos.

Nota 36:
Restitución de la salud tras el estímulo irritativo.

Los procesos inflamatorios e infecciosos que pueden


manifestarse con dolores agudos, contracturas musculares, reducción
del movimiento de la articulación afectada, elevación de la temperatura
corporal y eliminación de sustancias tóxicas a través del aparato
digestivo, respiratorio, urinario, ginecológico o de la piel y mucosas
representan formas autoorganizativas, curativas naturales. Si se lo
entiende de este modo, son reacciones que deberían ser respetadas,
toleradas y no combatidas con medicación impositiva. Como seres
humanos somos Naturaleza y si propugnamos respeto por la
Naturaleza, no nos olvidemos que somos parte de ella.
Los estímulos neuralterapéuticos pueden causar reacciones
generales (fiebre, llanto, etc.), manifiestas o sutiles, durante cierto
espacio de tiempo permitiendo al sistema encontrar un nuevo orden.
De ningún modo es aceptable el concepto de "arranque
normalizador", como lo proponen algunos colegas. Pues tras la
aplicación terapéutica el sistema no retorna a un estado anterior
"normal" sino que empieza a funcionar en un nuevo orden.

38
Nota 37:
Creación de áreas parabióticas tras el estímulo irritativo.

Como forma de recuperar la armonía y coherencia perdidas, los


nuevos circuitos de autoorganización producto de la respuesta a la
irritación neural pueden conducir a la creación de áreas parabióticas
generalmente en el sitio periférico donde se produjo la irritación. No
obstante pueden generarse áreas parabióticas distantes al sitio de
irritación y en el propio sistema nervioso central (cortizalización) así
como en ganglios vegetativos.
Al crear condiciones parabióticas en ciertas áreas, el organismo
elige conservar sus circuitos de autoorganización biológicamente
económicos en áreas vitales más importantes a expensas de generar un
área con una organización potencialmente irritativa que finalmente
puede requerir tratamiento.

Nota 38:
Los campos interferentes son áreas parabióticas.

El término parabiosis se refiere a un tejido con características


eléctricas diferentes al tejido normal como respuesta a un estímulo de
magnitud suficiente (químico, físico, biológico, emocional). En esas
áreas existe (Dr. Robert Kidd) una reducción patológica del potencial de
reposo de la membrana celular (estado de hipopolarización o de
despolarización persistente). Con menor frecuencia el cuadro
electrofisiológico es de aumento del potencial de reposo de la
membrana celular (estado de hiperpolarización). En ambos casos la
capacidad de excitabilidad y conductibilidad del tejido afectado está
limitada y, por lo tanto, también la calidad del flujo de información. En
las zonas adyacentes al tejido parabiótico aumenta la excitabilidad lo
que se traduce en un flujo continuo de estímulos irritativos que pueden
incrementar el área de parabiosis, localmente y a distancia, incluso en el
propio sistema nervioso central.
Entonces, el tejido parabiótico no es la enfermedad ni su causa,
sino una manifestación de ella. Seguramente representa el sitio más
cercano a la irritación inicial, es decir en donde podemos actuar con el
neuralterapéutico. Ahondando un poco más el Dr Heberth García
Rincón señaló en un escrito no publicado: “El campo interferente no es
el tejido en sí, sino los cambios resultantes del proceso.” Refiriéndose al
proceso iniciado tras la irritación del sistema nervioso.
El área parabiótica puede dar signos y síntomas locales o
regionales (segmentarios) o bien, puede corresponderse con lo que se
conoce como campo interferente y producir cambios que se manifiestan
a distancia o en la totalidad del ser.

39
Nota 39:
Campo interferente. Definición invertida.

Un campo interferente es un área orgánica que cuando es tratada


mediante la inyección de un agente anestésico local diluido o mediante
cirugía (extracción dental o de un cuerpo extraño) se producen cambios
en síntomas y signos patológicos presentes, segmentarios, distantes o
generales. Por lo tanto un área determinada puede sospecharse como
interferente, pero sólo la respuesta al estímulo neuralterapéutico
determinará si es así o no.

Nota 40:
Posibles campos interferentes.

A continuación expongo posibles campos o focos interferentes:


El área donde hubo o hay un proceso inflamatorio o infeccioso.
El área donde hubo una lesión quirúrgica o traumática y quedó
una cicatriz en piel, mucosa, músculo, tendón, víscera, tejido nervioso o
hueso (fractura consolidada o no).
La zona donde ocurrió un hecho físico (golpe, caída, agresión
física, exposición a temperaturas extremas).
Un punto gatillo (unión neuromuscular disfuncional) habitualmente
secundario, a su vez, a otro campo interferente.
Un área odontológica, por ejemplo, una cicatriz de exodoncia u
otra cirugía; donde hubo o hay un proceso inflamatorio-infeccioso;
donde una pieza dentaria, por su ubicación o características, genera
estímulos; donde se destruyó el tejido nervioso (endodoncia); donde hay
metales ya sea dentro o fuera de la pieza dentaria.
Un territorio donde queda memoria corporal de una carga
afectiva, emocional o daño psicológico (estrés, pérdida, abuso físico o
sexual, tortura, etc.).
El sitio donde hay un cuerpo extraño (metal, vidrio, hilo de sutura,
etc.). En estos casos, el proceso reaccional frente al cuerpo extraño
actúa como campo interferente.

40
Nota 41:
Campos interferentes de origen emocional.

Por la observación clínica pareciera que los campos interferentes


de origen emocional se establecen fundamentalmente en los primeros
años de vida del ser. Pérdidas, violencia familiar, abuso, maltrato,
ausencias, amor acompañado de manipulación, adicciones en la familia,
responsabilidades infantiles exageradas por padres inoperantes o
ausentes, familias rotas, miedo, hacinamiento, promiscuidad,
situaciones de gran compromiso social como guerras, represión estatal,
desapariciones, violencia de cualquier naturaleza, etc. Todos factores
que generan modificaciones en las interrelaciones e interacciones
neurales, generadoras a su vez de circuitos disfuncionales muy difíciles
de modificar.
Habitualmente se llega a este diagnóstico de campo interferente
de origen emocional cuando el tratamiento de las posibles causas
orgánicas no da el resultado esperado y cuando la persona adquiere
suficiente confianza como para hablar libremente al comprender la
importancia que esos factores pueden tener en la pérdida de su salud.
El tratamiento de campos interferentes orgánicos, al actuar sobre
el todo, actúa también sobre estas memorias, pero recién cuando el
enfermo y el médico toman conciencia de su importancia, y se permiten
hablar de esos temas, es cuando pueden resolverse esas irritaciones.
Es necesario distinguir campos interferentes de factores
desencadenantes. En general los factores emotivos de intensidad débil
o moderada: estrés laboral, retiro, divorcio, actúan como factor
desencadenante. La diferencia radica en que el factor desencadenante
actúa como segundo golpe mientras que los factores que actúan en la
infancia en general funcionan como focos primarios.

Nota 42:
Abuso en la infancia como factor irritativo.

El abuso infantil es mucho más frecuente de lo que parece. Y el


daño que provoca tiene una magnitud inconmensurable, profunda, con
manifestaciones por demás variadas. Es cuestión sólo de dar espacio y
confianza para que el paciente pueda hablar libremente.

Caso clínico:
En este caso singular la paciente consultó por miedos, dolores
diversos y trastornos auditivos. El miedo era profundo. Todo causaba
miedo. Los médicos, la calle, los tratamientos, la familia, los

41
compañeros de trabajo, etc. Como manifestación más importante de sus
problemas, unos años atrás hizo un cáncer de mama.
Por supuesto sin saber sobre su historia de vida más que lo que
hasta ese momento la paciente había narrado, empezamos tratando
diferentes campos posiblemente interferentes (de a uno) y esperamos
un cambio en alguna de las manifestaciones sintomáticas o un "salto de
campo". El primer cambio fue una gran movilización interna. Mucho
nerviosismo e insomnio. En el relato aparecieron los conflictos familiares
actuales. Esta movilización le permitió ir reconociendo problemas
ocultados. Al cabo de un par de semanas empezó a manifestar
trastornos intestinales bajos. Deposiciones frecuentes, mucosas y
sanguinolentas. En una oportunidad ya había tenido esos síntomas y
cedieron con una medicación que le dio un profesional. ("¿Dr. tendré
colitis ulcerosa, mi abuelo tuvo colitis ulcerosa?" como expresión de sus
miedos). Fue a la guardia y le indicaron antibióticos. Siguiendo mis
consejos no los tomó. ("No, no es colitis ulcerosa, es que su organismo
está eliminando algo que le molesta"). Este estado se mantuvo varios
días. Estaba muy alterada por esta manifestación. Una noche entera no
pudo dormir por las molestias.
A la mañana siguiente tomó el teléfono, llamó a su primo 15 años
mayor y lo insultó con todas sus fuerzas alimentadas por sus recuerdos
infantiles que habían permanecido en la oscuridad. Al día siguiente las
manifestaciones rectales cedieron por completo y su estado anímico
sufrió un importante cambio positivo. La toma de conciencia le permitió
participar activamente en su propio proceso curativo.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Nota 43:
Campos interferentes. Otras consideraciones.

El organismo mediante la generación de un campo interferente


por lo común logra conservar su funcionamiento, sus estructuras y su
coherencia energética y mantener baja la acumulación de entropía.
Sin embargo, a partir de dicho tejido disfuncional, introduce un
elemento no económico: una actividad cibernética persistente que, con
el tiempo, puede conducir a nuevos cambios distónico-distróficos. Y en
consecuencia, a circuitos de autoorganización cada vez menos
económicos, y finalmente, a la alteración o pérdida de funciones tónico-
tróficas neurales naturales con signos y síntomas de enfermedad.

42
Como señalé en la Nota 38, el campo interferente no es la
enfermedad ni su causa original. Sí, es el punto más accesible y
cercano a esa causa. Por esa razón, su tratamiento genera las
respuestas que se observan en la clínica.
La capacidad humana es muy limitada y probablemente nunca
podamos conocer el origen primero del problema de salud. Seguirá
siendo un misterio como tantos otros de la Naturaleza.
Un campo interferente puede encontrarse en cualquier parte del
organismo y puede causar manifestaciones clínicas en cualquier parte
de ese organismo, con o sin conexión neuroanatómica.
No toda irritación del sistema nervioso genera un campo
interferente, por lo tanto, no todas las situaciones expuestas más arriba,
en la Nota 40, actúan siempre como campo interferente. No todas las
cicatrices constituyen siempre campos interferentes.

Nota 44:
¿Segmentario o campo interferente?

La distinción entre tratamiento segmentario y tratamiento de


campo interferente, tiene sólo carácter didáctico. Carece de otro valor.
Un tratamiento útil para el enfermo, dependiendo de sus necesidades,
de su historia de vida y del sentí-pensar del profesional idóneo puede
hacerse en un campo interferente, en un segmento, o combinando
ambos tipos de tratamiento. Por otra parte, no comparto la idea de que
siempre es necesario actuar primero en el segmento para luego, si esto
fracasa, buscar el campo interferente distante. Me opongo a los
esquemas rígidos, limitantes y muchas veces impositivos. Las
aplicaciones siempre se hacen en un organismo, no en un campo o en
un segmento y la respuesta será dada por todo el organismo, no por un
segmento o un campo.
Me parece lógico que casi un siglo después de las observaciones
de los hermanos Huneke -cuya magnitud es tan importante que ha
modificado el horizonte médico en forma profunda- que algunos
conceptos se vayan modificando. Walter y Ferdinand Huneke tuvieron la
enorme capacidad de ver mucho más allá de la respuesta de la cefalea
de su hermana. Y durante mucho tiempo -unos 18 años- siguieron
trabajando sólo con aplicaciones segmentarias e inyecciones
intravenosas. Recién después incorporaron las inyecciones en áreas
interferentes distantes. Probablemente sea esta la razón por la cual
mantuvieron la idea de primero el segmento y luego -si no hay
respuesta- buscar el campo interferente. En la marcha de sus
observaciones clínicas tuvieron, naturalmente, que ir modificando

43
conceptos. Me imagino que en el futuro ocurrirán más aportes y
cambios conservando, por supuesto, los fundamentos.
Ahora bien, llamar Terapia Neural a la sola aplicación de pápulas
en el segmento afectado y no tratar campos interferentes es una
falsedad y afecta íntimamente al enfermo y a la propia Terapia Neural.

Nota 45:
¿Cuántos campos interferentes intervienen en un proceso
patológico dado?

F. Huneke en “El Fenómeno en Segundos”, señala: “Nunca


aparecen dos campos interferentes como causa productora de una sola
enfermedad. Sin embargo puede ser que un campo interferente
conduzca a cambios clínicos altamente complejos. De hecho pueden
existir simultáneamente varios campos interferentes en el organismo,
pero por un cuadro patológico específico responde uno solo.”
Personalmente considero que es común que más de un campo
interferente esté relacionado con los signos y síntomas de un proceso
patológico. El campo interferente único causante de una enfermedad se
asocia con el efecto en segundos, algo muy infrecuente. Yo sostengo
que el efecto en segundos propiamente dicho sólo ocurre cuando el
campo interferente es único. De hecho, para llegar a la resolución y
curación de una enfermedad persistente es necesario facilitar al
organismo hacer su vicariación regresiva. De ese modo, mediante el
diálogo biológico, la Terapia Neural, promueve el paso por etapas
anteriores del proceso de hacer la enfermedad que, generalmente,
constituyen campos interferentes.
La naturaleza altamente compleja del ser vivo torna mucho más
probable que existan varios campos interferentes interrelacionados que
uno solo. Si a eso sumamos los factores desencadenantes, así como
las condiciones que permitieron la generación de los campos
interferentes las causas son múltiples. La resolución de esas múltiples
causas va a estar signada, orientada, por el diálogo biológico en el
orden que se vaya dando en ese ser singular, protagonista, y por el
sentí-pensar del terapeuta.

44
Nota 46:
El factor desencadenante o “segundo” golpe.

El factor desencadenante es generalmente una nueva irritación


neural, biológica, física, emocional o química. Speransky, lo denominó
“segundo golpe”. Esa nueva irritación tiene carácter disparador porque
actúa sobre un sistema nervioso previamente irritado, es decir, sobre un
sistema que funciona con alteraciones tónico-tróficas generadas por
irritaciones previas.
En general, la magnitud del estímulo del factor desencadenante
no justifica la reacción que causa. Así, una fractura, una cirugía menor,
una caída, una situación emocional o de estrés, un esfuerzo físico, un
alimento o un cambio climático pueden constituir factores que disparan
una reacción inusualmente grave en relación a la magnitud del estímulo.
Habitualmente, estos factores no son causales. Son necesarios
para que se manifiesten signos y síntomas de una enfermedad, pero no
suficientes. Es importante señalar, que muy frecuentemente, la irritación
causada por el factor desencadenante también requiere tratamiento.
Speransky en sus investigaciones comprobó que para que se
desarrollara una enfermedad debía haber un "primer” golpe que
sensibilizara al sistema nervioso de tal modo que un "segundo” golpe
pudiera manifestarse como enfermedad. Es decir que para que se
manifieste una enfermedad es necesario que el sistema nervioso sufra
complejas alteraciones en su intervinculación e interrelación a partir de,
habitualmente, numerosas irritaciones de alguna manera concatenadas.
La propuesta de Speransky del segundo golpe, por supuesto, es
metafórica. En los enfermos pueden contabilizarse muchos “golpes”
hasta que se manifiesta la enfermedad. Es la historia de vida lo que
permite ir desenredando esa madeja de irritaciones o golpes.

Nota 47:
Los gigantes de la geriatría.

En geriatría existe el concepto de los “gigantes”. Son entidades


clínicas: la inmovilidad, la inestabilidad, las caídas, la incontinencia, la
retención urinaria, la disuria y el compromiso intelectual (confusión,
delirium). La geriatría los considera aisladamente, fuera del contexto
general del ser enfermo. Sin embargo, pueden comprenderse mejor
como manifestación clínica, en un momento dado, de la sumatoria e
interacción de irritaciones neurales ocurridas en la vida.
Para la geriatría clásica, esas manifestaciones tienen en común
múltiples causas, un curso crónico, pérdida de la independencia y difícil
curación. Casi cualquier proceso patológico puede presentarse con esas

45
características y, recíprocamente, cualquier anciano que presente
alguna de esas manifestaciones puede tener virtualmente cualquier
patología. Generalmente el factor desencadenante es una internación,
una institucionalización, un traumatismo, un procedimiento diagnóstico o
quirúrgico incluso menor, un proceso infeccioso, una situación
emocional, un cambio de domicilio.
En cambio, para la Terapia Neural la historia de vida es un
elemento clave. Una acción terapéutica delicada y respetuosa, no
agresiva, dando el tiempo suficiente entre aplicación y aplicación para
que el organismo se reordene es fundamental para que el anciano
recupere su salud y su bienestar. El diálogo biológico, comprendiendo
las respuestas orgánicas, escuchando lo que el enfermo siente, hace la
diferencia con el tratamiento sintomático paliativo.

Nota 48:
El factor desencadenante y los juicios por mala praxis.

Los juicios por mala praxis se han convertido en una industria


muy rentable.
Se suele culpar al último actor o a la última acción como causa
del agravamiento o muerte del enfermo. Este pensamiento mecánico,
por supuesto, no tiene presente el concepto de que el organismo “hace
su enfermedad en un proceso”. Ese último hecho, que supuestamente
ha generado la muerte o la complicación, con mucha frecuencia, sólo
actúa como factor desencadenante en un sistema que ha tenido en la
vida numerosas irritaciones previas.
Una buena medicina preventiva debería incluir la obtención de la
historia de vida, una radiografía dental panorámica y la evaluación de
posibles campos interferentes que pudieran complicar un procedimiento
médico u odontológico programado.

46
Nota 49:
Foco odontológico irritativo neural.

La importancia de la irritación neural a partir de la boca, a mi


entender, se debe a la magnitud del nervio trigémino, al volumen de
información que lleva y por supuesto al accionar iatrogénico de la
odontología clásica. La patología odontológica, la presencia de piezas
“normales” pero en posiciones anómalas y los tratamientos
odontológicos así como los materiales empleados para ello, constituyen
los factores irritativos predominantes.
La pieza dentaria y el tejido de sostén, nervioso y vascular forman
el odontón que se integra a la totalidad del ser a través del sistema
intersticial de Pischinger.

Nota 50:
Listado de posibles factores irritativos de origen odontológico.

Cicatrices de exodoncias.
Cicatrices de otras intervenciones.
Piezas desvitalizadas por compromiso de la pulpa dentaria.
Granulomas.
Procesos osteíticos residuales.
Quistes.
Odontomas.
Procesos inflamatorio-infecciosos: periodontales, bolsas gingivales;
Piezas en posición anómala: retenidas, semi-retenidas, inclinadas,
superpuestas, supernumerarias.
Terceros molares sanos pero sin espacio propio, o ubicados en la rama
mandibular ascendente.
Piezas embrionarias.
Restos radiculares.
Piezas utilizadas como pilares de puentes.
Metales: implantes, pernos, amalgamas, ganchos, prótesis.
Endodoncias.
Ortodoncia en adultos.
Trastornos oclusivos.
Los efectos irritativos, interferentes son causados por la totalidad
del odontón. Por esta razón las extracciones muchas veces son
necesarias, pero no suficientes. Luego de la cirugía, lo frecuente es que
sea necesario tratar el tejido restante que suele conservar información
interferente y además ha sido sometido a la irritación quirúrgica.

47
Nota 51:
El Tratamiento de Conducto.
Robert Gammal, 1997.
Traducido de naturaltherapycenter.com/dangers-of-root-canals.

El tratamiento de conducto fue definido como: " ...la historia de


cómo millones de elementos diferentes quedan atrincherados dentro de
la estructura de los dientes y terminan causando el mayor número de
enfermedades jamás atribuidas a una sola causa.”
¿Qué es el tratamiento de conducto radicular? El objetivo del
tratamiento de conducto es "salvar" a un diente que se ha infectado o
muerto, en un intento para que sea funcional y quede libre de dolor.
Después de raspar el interior del diente el dentista intentará
desinfectarlo como así a sus canales para eliminar cualquier fuente de
infección. El canal luego se llena con una combinación de cemento y
gutapercha en un intento de ocluirlos completamente. Se supone que
este procedimiento es para evitar que cualquier microorganismo entre
en el diente ya sea a través de la corona o de la raíz. Si el objetivo de un
buen tratamiento es el control del dolor, y conservar la función mecánica
y estética, entonces el diente así se habrá "salvado". Si se tienen en
cuenta los efectos sistémicos en el concepto de la odontología,
entonces lo que debe entenderse es que todo lo que ha sucedido tras el
tratamiento de conducto, es que se ha guardado tejido muerto e
infectado, enterrado en el hueso, a unos 5 cm del cerebro. Por alguna
oscura razón se piensa que los dientes no son una parte del cuerpo,
sino que se trata de material inerte calcificado, y que de hecho son una
estructura muerta de todos modos. La odontología es la única
especialidad de toda la profesión médica y paramédica que considera
que es una buena idea mantener tejido muerto, gangrenoso en el
cuerpo. La forma de hacerlo es realizar un tratamiento de conducto.
Se supone que la única parte del diente que contiene tejido
blando es el canal radicular propiamente dicho. Incluso en una
publicación de la Asociación Dental Australiana se señala que "Todos
los canales de la raíz del diente en cuestión deben ser tratados".
Desafortunadamente los conductos radiculares son el área más
pequeña del diente que contiene nervios, vasos sanguíneos y tejido
conectivo. Los conductos radiculares son como la raíz principal de un
árbol: una raíz principal, cientos de ramas que se desprenden de ella y
que llegan hasta el límite de la raíz en toda su longitud. Es imposible
tratar estos conductos accesorios. Además, la dentina no es una
estructura sólida. Está conformada por túbulos que se extienden desde
la superficie del conducto hasta el esmalte de la corona y hasta el
cemento en la superficie de la raíz. Cada túbulo se estima que puede
contener hasta ocho bacterias en su diámetro. En un diente frontal, que

48
tiene sólo una raíz hay más de tres kilómetros de tubería. Esto equivale
a miles de millones de microorganismos en un solo diente. En
comparación con el volumen contenido en los conductos accesorios y en
los túbulos de dentina, la cantidad de gérmenes contenidos en el
conducto radicular principal es en realidad muy pequeña. No es posible
eliminar el tejido blando muerto e infectado de la totalidad del diente.
Cuando se tratan sólo los conductos radiculares principales queda una
enorme cantidad de tejido gangrenoso infectado por microorganismos
anaerobios. La sustancia dura del diente de ninguna manera se asemeja
a una estructura no vital, sino que mantiene un proceso metabólico
activo con la pulpa dental y el periostio dental. La cavidad pulpar y la
superficie externa de la raíz están conectadas entre sí a través de
canales muy finos. Están también conectados a través de fisuras
mesenquimatosas y de capilares del periostio central con el sistema de
canales del hueso mandibular y con sus espacios pulpares y por lo tanto
con el organismo en su totalidad. Este conocimiento ha refutado el
concepto, que ha existido por décadas, acerca de que el diente, tras la
eliminación de la pulpa y del sellado de la cavidad, se convertía en una
estructura aislada no vital que perdía sus transacciones de intercambio
con el resto del organismo. Incluso la conservación más perfecta sólo
llegará a cubrir el tronco intermediario más vertical del sistema de
conductos radiculares. De ninguna manera va a llegar a las ramas
laterales ni a los numerosos canalículos dentales que salen a partir del
canal de la raíz. Incluso después de la preparación más precisa del
canal de la raíz, siempre quedarán proteínas en las áreas adyacentes.
Generalmente estas proteínas están infectadas y desnaturalizadas por
la acción de los materiales de relleno, lo cual da lugar a la formación de
productos tóxicos.
Se demostró, que los canalículos dentales exhiben una
exuberante flora bacteriana. Las toxinas por descomposición producidas
por estos microbios, tras el relleno de la raíz dental, ya no pueden salir
hacia la cavidad oral. Sólo pueden escurrirse a través de la conexión
cruzada y de las ramas no selladas del canal de la raíz, y finalmente,
llegan a los espacios pulpares del hueso mandibular y de ahí a través de
los sistemas fluyentes del organismo. Debido a los procedimientos de
desvitalización y de conservación, el diente se convierte en una "fábrica
de toxina " que daña continuamente al organismo.
La mayoría de las autoridades odontológicas aducen que el
sistema inmunológico corporal se hará cargo de lo que sobra. Esta es
una suposición basada en la fantasía. Si el suministro de sangre del
diente se ha eliminado (que es lo que sucede cuando el conducto
radicular se 'limpia'), las células del sistema inmunológico no pueden
llegar a ese sitio. A menudo, durante o antes de iniciar el tratamiento de
conducto radicular, el dentista administra antibióticos. Esto puede

49
asociarse con una rápida reducción del dolor. Desafortunadamente,
tanto el dentista como el paciente asumen que la infección fue
erradicada. El dolor desaparece porque se produce una reducción en la
presión de todo el extremo de la raíz. Los antibióticos no tienen efecto
sobre los microorganismos que se encuentran dentro del diente que son
la fuente original y continuada de microorganismos y sus toxinas.
Es imposible esterilizar los canales. Los medicamentos y
antibióticos utilizados no penetran en los túbulos dentinarios. Las
bacterias que penetran en los canales y túbulos suelen ser del tipo
"aeróbico" encontrado en la boca. Sin embargo, las bacterias, levaduras
y otros organismos que entran en el diente no mueren cuando el
suministro de oxígeno se reduce (hecho que sucede en el interior del
sistema de conductos radiculares). Sufren lo que se llama cambio
pleomórfico y se convierten en bacterias anaeróbicas. Literalmente
cambian la forma y se convierten en bacterias que no necesitan oxígeno
para vivir. Se sabe ahora que los dientes muertos están por lo general
altamente infectados con bacterias anaerobias gram negativas.
Poblaciones de conductos radiculares infectados durante prolongados
periodos contienen una mezcla de anaerobios estrictos. La inflamación
periapical crónica de bajo grado es la consecuencia que puede
mantenerse durante años. Otros organismos como levaduras, hongos y
"formas de pared celular deficiente" también habitan este tejido. Los
dientes muertos se convierten así en un foco de infección que puede
causar numerosos estados de enfermedad en todo el cuerpo. Las
bacterias anaerobias producen toxinas neurológicas y hemolíticas
sumamente potentes. Una verdadera "fábrica de toxinas".
El alivio del dolor local tras la endodoncia puede constituir lo que
probablemente es una de las mayores paradojas y uno de los errores de
diagnóstico más costosos en cuanto a pérdida de la salud que existen
en la práctica médica y odontológica. La ausencia de reacción local y la
consiguiente destrucción por los productos de la infección, les permite a
bacterias y toxinas pasar al resto del cuerpo irritando y dañando los
tejidos más susceptibles del paciente. La falta de dolor en torno al diente
adquiere el significado de una terapia de conducto exitosa.
Desafortunadamente no permite descartar la posibilidad de severos
efectos a distancia.
Se ha demostrado la relación de disfunción metabólica con
enfermedades dentales. Así como el transporte de todos los materiales,
microorganismos y sus toxinas directamente desde el diente hacia el
cerebro a través de la sangre y a lo largo de fibras nerviosas. Muchos
otros artículos de investigación han demostrado que lo que se pone en
un diente puede ser transportado al resto del organismo. Un tratamiento
de conducto que no establece un foco, no existe.

50
Para el concepto neurofocal las áreas de tejido muerto, el tejido
cicatrizal, cuerpos extraños, tejido quístico y el tejido infectado pueden
interferir con el sistema de regulación del organismo. Llamaron a estas
áreas "focos de interferencia neural". El "foco" es definido por Pichinger
y Kellner como una alteración localizada crónica en el tejido conectivo,
que puede causar las reacciones más diversas fuera de su ambiente
inmediato y, por consiguiente se encuentra en una relación activa
permanente con el sistema inmune local y general. Cualquier
inflamación crónica, cualquier cicatriz, cualquier cambio degenerativo o
cualquier otra alteración pueden, obviamente, satisfacer esta condición.
El foco está incluido en el tejido basal mesenquimatoso y de esa manera
está en contacto directo con el sistema sanguíneo capilar, con los vasos
linfáticos y con el sistema neurovegetativo. Esto establece conexión con
todo el organismo. El campo de interferencia neural crea un
desequilibrio en los mecanismos de regulación del cuerpo, lo cual
incluye el fluido tisular en torno a todas las células del cuerpo. Dientes
muertos e infectados cumplen con todos los requisitos para convertirse
en focos primarios de interferencia neural. El desequilibrio en el sistema
de regulación puede entonces crear o bien potenciar estados de
enfermedad en otras partes del cuerpo, remotas respecto del foco
original. La boca y los dientes son una fuente primaria de infección focal
y de campos de interferencia neural. En ninguna otra parte del cuerpo
se deja tejido muerto de forma rutinaria. Lo único que parece diferenciar
las reacciones individuales es el estado del sistema inmunitario de la
persona y factores genéticos. Por consiguiente otros factores que
pueden reducir la función inmunológica permitirán una reacción más
intensa frente a dientes no vitales, (por ejemplo mercurio de las
amalgamas dentales pueden tener un efecto directo y perjudicial sobre
el sistema inmune).

Nota 52:
Apicectomía y relleno retrógrado de la raíz.
Robert Gammal, 1997.
Traducido de naturaltherapycenter.com/dangers-of-root-canals.

A veces, cuando una infección en el extremo de una raíz no


parece curar, el cirujano dental realiza una técnica quirúrgica para
limpiar el área abscedada. Esto se llama apicectomía. Esta cirugía se
basa en la creencia de que el material infectado sólo se escapa a través
del extremo de la raíz (un mito). Por lo tanto, como parte de este
procedimiento, a menudo se coloca relleno en el extremo de la raíz.
Esto se llama relleno radicular retrógrado. El material de elección que es
más comúnmente defendido por la profesión odontológica es la

51
amalgama. No hay una sola área de la medicina que tolere la
implantación de amalgama o de mercurio en el hueso. Esto es en
realidad lo que se hace todos los días en odontología. ¡Es equivalente a
un implante de mercurio directamente en el cerebro! Esto no es una
exageración. Muchos investigadores han demostrado que el vapor de
mercurio liberado de la amalgama dental migra a través del paladar y de
las membranas nasales y pasa directamente al cerebro. Si el mercurio
ya está dentro del hueso migrará libremente al cerebro. En pacientes
que han recibido este tratamiento hay que tratar de eliminar toda la
amalgama del hueso. Dependiendo del peligro para la anatomía
circundante, esto no siempre es factible.

Nota 53:
Pulpotomía.
Robert Gammal, 1997.
Traducido de naturaltherapycenter.com/dangers-of-root-canals.

Debido a la anatomía del extremo distal de la raíz dental del niño


(decidua), no es posible hacer un tratamiento de conducto. Cuando un
diente de leche está infectado o muerto el tratamiento que aún se
enseña en la Universidad de Sydney, se llama pulpotomía. Esto implica
la eliminación de solamente la sección coronal de la pulpa mientras que
se deja el resto de la pulpa infectada en la raíz del diente. Este muñón
pulpar luego se cubre con un material que 'momifica' el tejido restante.
El material de momificación es, de hecho, una mezcla de formaldehído y
cresol. La creencia es que este material permanece en el diente. ¡No
hay base científica para esta creencia! De hecho, existe investigación
publicada que demuestra que el formaldehído colocado en dientes de
gatos y ratas migra fácilmente a todos los tejidos del cuerpo. El
formaldehído es carcinogénico ya en pequeñas cantidades. La
pulpotomía no sólo momifica la pulpa sino también puede comenzar a
momificar al niño.

Nota 54:
Tratamiento de dientes desvitalizados.
Robert Gammal, 1997.
Traducido de naturaltherapycenter.com/dangers-of-root-canals.

La odontología es la única profesión médica-paramédica que


considera correcto dejar tejido muerto infectado en el cuerpo. (No sólo
que está bien, sino que es tolerado y pagado por fondos para la salud.).
Ningún médico consideraría dejar tejido gangrenoso en el cuerpo.

52
Lamentablemente no hay buenas alternativas para esta situación. El
único tratamiento para el tejido muerto en el cuerpo es eliminarlo. Por lo
tanto, el tratamiento de elección consiste en extraer el diente muerto en
lugar de rellenar su raíz. También es importante eliminar todo el tejido
infectado en torno al diente. Esto por lo general requiere una cirugía
sencilla con acceso al fondo de la cavidad. Si bien esto no suena
atractivo, los resultados suelen serlo, y la cirugía suele ser muy sencilla.
A los dentistas se les enseña a extraer dientes con fórceps y al tejido
infectado dejarlo en la cavidad ósea a cargo de las células del sistema
inmune. Esto a veces sucede. A menudo, sin embargo, el hueso se cura
rodeando al tejido infectado que permanece indefinidamente como un
foco en el hueso. Estas áreas están colonizadas por lo general por
bacterias gram negativas. Se llaman áreas de osteítis o lesiones de
osteonecrosis cavitacional que pueden actuar como focos de infección y
también como focos de irritación neural al igual que los dientes
endodónticos. Esta es la razón principal por la que se utiliza el abordaje
quirúrgico para la mayoría de las extracciones.
La siguiente pregunta obvia es: ¿Cómo llenar el espacio dejado
por la extracción? La solución depende de la ubicación del espacio y del
estado de los dientes adyacentes o de la falta de dientes en la zona. Por
lo general, implica la creación de una especie de puente o prótesis
parcial. Cada persona debe ser evaluada individualmente. No creo que
los implantes de titanio sean una solución adecuada. Las corrientes
eléctricas generadas por estos dispositivos también pueden actuar como
un campo de interferencia neural.

Nota 55:
Terceros molares.
Cefalea y/o dolor cervical recurrentes crónicos en relación con la
presencia de uno o más terceros molares.
Trabajo de mi autoría ganador del premio “Mejor Serie de Casos” en el
Congreso de la Sociedad Argentina de Medicina 2012, Buenos Aires.

Aclaración: por el hecho de ser presentado en el ámbito de la Medicina


Clásica, ciertos conceptos que soportan el accionar de la Terapia Neural no podían “ser
oídos” y menos comprendidos. Los valores estadísticos son fundamentales para la
aceptación de un trabajo científico en ese ámbito. La singularidad del ser humano se
contrapone a la clasificación estadística. Pero mi intención, al presentar este trabajo,
fue difundir y abrir mentes en lo posible.

La cervicalgia se explica mayormente por trastornos mecánicos


intervertebrales generados por cambios tróficos, con compromiso de
estructuras nerviosas somáticas y a veces vasculares. El componente
muscular se considera en general como secundario. Sin embargo,

53
según nuestra observación, dicho componente puede ser primario para
la rectificación y con el tiempo, primario también para los cambios
tróficos óseos y articulares. La cefalea puede representar el síntoma
nosológico más común en la vida del ser humano. Se sabe que el
parénquima cerebral es insensible a los estímulos dolorosos, no ocurre
lo mismo con las estructuras circundantes, incluyendo vasos sanguíneos
y músculos regionales. Pese al rigor de los estudios científicos aún no
se conocen acabadamente los mecanismos del dolor de cabeza. La
cefalea es un síntoma inespecífico que puede constituir el modo de
presentación de diversas patologías intracraneales y sistémicas que
requieren tratamiento específico. La cefalea crónica o recurrente (sin
anormalidades estructurales subyacentes) puede constituir una causa
de grave discapacidad así como de malestar intolerable. Diferentes
investigadores han contribuido a establecer diferencias clínicas entre las
cefaleas que, a su vez, han permitido conducir a diferentes abordajes
terapéuticos. La investigación de laboratorio ha permitido conocer la
regulación de la vasculatura cerebral, la modulación del dolor y la
biología de los circuitos serotoninérgicos centrales. La clasificación
tradicional de las cefaleas recurrentes más comunes (migrañas y
tensionales) no tiene límites precisos. La cefalea tipo cluster si bien
presenta diferencias clínicas y bioquímicas, puede ser considerada una
variante de la migraña por el componente vascular y su relativa
respuesta a agentes antimigrañosos. La migraña con su carácter de
hemicránea pulsátil, asociada con trastornos digestivos altos y a veces
precedida por manifestaciones visuales o de otro tipo puede
superponerse a un cuadro con contracción de músculos del cuello y del
cráneo que entraría en la clasificación de cefalea tensional. Pacientes
con sintomatología predominantemente de contracción muscular pueden
obtener alivio con agentes farmacológicos vasoactivos y no con
relajantes musculares.
Pese al enorme esfuerzo de investigadores en diferentes áreas, el
problema de las cefaleas crónicamente recurrentes carece de una
solución concluyente, a lo cual se suma la toxicidad de los agentes
farmacológicos que obliga a la interrupción de su administración y los
costos de los tratamientos de por vida. Tampoco los tratamientos
kinesiológicos, farmacológicos y psicológicos logran resolver
definitivamente, en la mayoría de los casos, las cervicalgias que tienden
a cronificarse. Ante este panorama, que se vive en el día a día de la
consulta clínica, y ante la observación de que pacientes que por otras
razones tratados de sus terceros molares mediante exodoncia,
manifestaban cambios en su cefalea o en su cervicalgia, iniciamos este
abordaje diagnóstico-terapéutico. Fue el Dr Ernest Adler quien relacionó
los terceros molares con diferentes patologías regionales y sistémicas.

54
Objetivos del trabajo: Correlacionar la presencia de uno o más
terceros molares, retenidos o no, sintomáticos localmente o no, con la
recurrencia crónica de cefalea y/o dolor cervical. Comprobar la utilidad
terapéutica de las exodoncias de los terceros molares con o sin el
suplemento de la infiltración anestésica del tejido de sostén residual
(cicatrices de las exodoncias) para el tratamiento de dolores de cabeza
y/o del cuello.
Material y Método: Se recolectaron, retrospectivamente, 64
pacientes de entre 18 y 70 años, hombres 37 (58%) de edad promedio
40 años y mujeres 27 (42%) de edad promedio 41 años, que
consultaron por persistencia durante más de 1 año (entre 1 y 32 años –
tiempo promedio de persistencia de los síntomas 6,7 años) de cefalea
y/o dolor cervical (con o sin rectificación cervical) sin respuesta a
tratamientos convencionales farmacológicos, físicos y/o psicológicos.

Población estudiada 64 casos. (Tiempo promedio de


persistencia de los síntomas: 6,7 años)

MUJERES
27 casos
(Edad
promedio 41
años) HOMBRES
42% 37 casos
(Edad
promedio 40
años)
58%

55
Gráfico de diagnósticos

CEFALO-
CERVICALGIA CEFALEA 21
20 casos casos
31% 33%

CERVICALGIA
23 casos
36%

Presentaron cefalea 21 pacientes (33%), cervicalgia 23 pacientes (36%) y


cefalea + cervicalgia 20 pacientes (31%).

Gráfico: Tipos de Cefaleas (Total 41 casos)

60,00%

50,00%

40,00%

30,00% MIGRAÑA 22
casos
TENSIONAL 16
20,00%
casos

10,00%
CLUSTER 2
casos S/C 1 caso
0,00%

Los tipos de cefalea obervados en 41 pacientes fueron:


migraña 22 casos (53.66%), tensional 16 (39%),
cluster 2 ((4.88%) y sin clasificar 1 (2.44%)

56
En todos los casos se obtuvo una radiografía dental panorámica
para comprobar la presencia de terceros molares. La evaluación de la
influencia o no de los terceros molares presentes en la sintomatología
de consulta consistió en la infiltración de un anestésico local diluido
(lidocaína 0.375%, sin epinefrina) en torno a dichos molares. La técnica
de infiltración, tanto para la prueba como para el tratamiento post-
exodoncia, consistió en la introducción de una aguja calibre 25G en el
surco vestibular, paralelamente a la pieza dentaria en cuestión,
aproximadamente 1 cm y en la inyección de 1-2 cc de la solución
anestésica. Se consideró como respuesta positiva el alivio de la
sintomatología dolorosa en forma inmediata y durante un periodo de
varias horas en forma total o parcial (más de un 50% mediante escala
analógica visual). Esta prueba se repitió en todos los casos en dos
oportunidades en un lapso de varios días. Ante la respuesta positiva se
indicó la extracción de los terceros molares presentes.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes: a) más de 1 año
de sintomatología recurrente persistente (cefalea y/o cervicalgia), b)
presencia de uno o más terceros molares, c) respuesta positiva (total o
parcial) a la prueba con lidocaína diluida, d) concurrencia a las
evaluaciones posteriores.

Gráfico: Resultado de las Exodoncias


(Total 64 casos)

ALIVIO TOTAL
8 casos
12,50%

SIN ALIVIO 37 ALIVIO PARCIAL


casos 19 casos
57,81% 29,69%

Resultados: Todos los pacientes fueron reevaluados entre 7 y 10


días después de la última extracción. Del total de 64 pacientes, ocho
(12,50%) manifestaron alivio completo de la sintomatología de consulta;
otros 19 (29,69%) alivio parcial mayor del 50% y 37 (57,81%) no
presentaron cambios. En los últimos dos grupos (alivio parcial y sin
cambios -56 casos-), el tratamiento se completó con infiltración del
anestésico local diluido, sin epinefrina en el área de las exodoncias
entre una y cuatro oportunidades, siendo la frecuencia de las
aplicaciones (de 7 a 50 días) determinada por la reaparición de
manifestaciones clínicas.

57
El resultado de las infiltraciones fue el siguiente, del total de 56
pacientes, 49 (87,5%) obtuvieron alivio total y 7 (12,5%) alivio parcial
(reducción de la frecuencia, de la intensidad o de la duración de los
episodios). Sumando los 8 pacientes con alivio total inicial, de la
población de 64 personas, 57 (89%) obtuvieron alivio total y 7 (11%)
alivio parcial (gráfico 6: Resultado final). La condición de alivio total o
parcial se consideró tras un seguimiento individual de un mínimo de seis
meses a partir del último tratamiento.

Gráfico: Resultado de las Infiltraciones


(Total 56 casos)

ALIVIO
PARCIAL 7
casos
12,50%

ALIVIO TOTAL
49 casos
87,50%

Los objetivos se cumplieron. Se correlacionó primero la relación


de la presencia de terceros molares con cefalea y/o cervicalgia, y luego,
se comprobó la utilidad del tratamiento instituido (exodoncia + infiltración
de la cicatriz residual).
Discusión: En los casos incluidos en este estudio existió una
relación directa entre la presencia de uno o más terceros molares y la
persistencia recurrente de cefalea y/o dolor cervical. La sola exodoncia,
en un 87,5% de los casos, no fue suficiente para aliviar los síntomas a
distancia, sino que para ello fue necesario infiltrar el área de sostén
cicatrizal de la pieza extraída. Desconocemos el mecanismo de
generación de los síntomas tratados, suponemos algún tipo de
estimulación neural que ejercen los terceros molares con algún tipo de
memoria en el tejido blando de sostén. Suponemos que en los 7 casos
con alivio parcial, algún otro factor irritativo neural desconocido
participaba también en su generación.

58
Gráfico: Resultado final (Exodoncias + Infiltración)
Total 64 casos

90%

80%

70%

60%

ALIVIO TOTAL
50%
57 casos
40%

30%

20%
ALIVIO PARCIAL
10%
7 casos
0%

Los resultados de este trabajo conducen a pensar que los


diferentes tipos de cefaleas sólo se corresponden con diferentes
presentaciones clínicas y que los diferentes mecanismos patogénicos
descriptos por la literatura –sobre los que se basan los diferentes
abordajes farmacológicos- pueden constituir sólo la consecuencia y no,
estrictamente la causa; y que la causa, puede ser la estimulación neural
(ejercida en estos casos por los terceros molares) y que esa
estimulación neural persistente puede expresarse con las patogenias y
cuadros clínicos descriptos. La contractura muscular en las cervicalgias,
de acuerdo a lo observado podría también deberse a la estimulación
neural persistente.
Recomendaciones: Ante un cuadro de cefalea recurrente
crónico, y descartado su condición de secundario a otra patología
sistémica o a una causa intracraneal tumoral o vascular, así como frente
a un cuadro de cervicalgia recurrente crónico, corresponde evaluar la
dentadura del/la paciente. La dentadura no debería ser terreno exclusivo
de la odontología. Es más, es común que los odontólogos se nieguen a
extraer terceros molares sanos, asintomáticos, por desconocer la
relación que pueden tener a distancia con el resto del organismo.

59
Nota 56:
La persona edéntula también debería ser evaluada con una
radiografía panorámica dental.

Las imágenes que presento a continuación son por demás


demostrativas de la necesidad de estudiar radiológicamente la boca de
todos los pacientes con problemas persistentes de salud, aún cuando
estén “totalmente” desdentados.

Esta imagen de la boca se corresponde con la radiografía a continuación.

Tercer molar (1.8) incluido, vinculado con síntomas a distancia


en una persona edéntula

60
Tercer molar (4.8) vinculado con síntomas a distancia en una persona edéntula

Resto radicular en 27 (punto negro), vinculado con síntomas a distancia


en una persona edéntula

61
Nota 57:
Posoperatorio odontológico.

Caso clínico:
Un recurso interesante en el post-operatorio odontológico. Tras la
extracción de los molares 28 y 38, la paciente hizo una importante
reacción inflamatoria, no infecciosa, afebril. Recibió corticoides en el
postoperatorio inmediato que silenciaron la reacción los dos primeros
días. En el examen (a los 7 días de la cirugía) había edema mucoso,
dificultad para abrir la boca y mucho dolor que no cedía con tramadol.
Me consultó al 7º día. Me pareció que la aplicación en el ganglio
estrellado homolateral podía mejorar la situación y así ocurrió en forma
inmediata y total.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Nota 58:
Prueba dental de Huneke positiva.

Esta prueba consiste en la aplicación del agente


neuralterapéutico lateralmente a la pieza o área edéntula (cicatriz!)
sospechosa en el surco gingival (salvo que la prueba resulte dudosa, en
general, no hace falta aplicar en el lado lingual o palatino, más
traumático, ni en el ligamento interdentario). Para poder observar la
positividad de la prueba es necesario que exista un parámetro de
comparación, es decir elementos mensurables: dolor, molestias de
cualquier naturaleza, limitación del movimiento, mareo, sensaciones
particulares, tinnitus, contractura muscular.
Muchas veces los factores vinculados con el tono neural pueden
modificarse inmediatamente tras la aplicación, no así aquellos
vinculados con cambios tróficos.
Habitualmente hago primero el examen físico, busco puntos
dolorosos o puntos gatillo musculares. Simultáneamente, oriento al
enfermo para que perciba y evalúe conscientemente sus síntomas.
Cuando la sospecha recae en diferentes puntos de la dentadura,
avanzo uno a uno y espero. Según mi experiencia, la práctica de tratar
todas las áreas sospechosas simultáneamente impide identificar con
claridad cuál es la interferente. Tras cada prueba repito el examen físico
y le pido al enfermo que busque, que provoque, su síntoma de consulta,
o que salga a la calle y camine 200-400 metros si el síntoma suele
aparecer en esas circunstancias.

62
El objetivo es que el enfermo detecte algún tipo de cambio local,
regional, distante o general. Considero positiva la prueba cuando ocurre
algún cambio detectable en forma objetiva (examen físico) y/o subjetiva
(percepción del enfermo). De ningún modo busco un alivio del 100%.
Basta un cambio para certificar la relación entre la pieza dentaria
evaluada y el síntoma.

Conviene usar una jeringa carpule o con rosca (luer-lock)


para evitar el riesgo de perder la aguja dentro de la boca.

Aplicación en un área edéntula.


Tiene el mismo valor que en una cicatriz en otra parte del cuerpo

63
Cuando la prueba es positiva no quedan dudas de la relación
existente entre esa pieza y la manifestación clínica. No comparto el
concepto de que la prueba deba ser considerada positiva sólo si los
síntomas desaparecen completamente por un espacio mínimo de 8
horas y si la duración del efecto es superado en una segunda prueba.
Considero que esas pautas son aplicables solamente cuando una pieza
dental determinada es el único campo o foco interferente existente en el
organismo, lo cual habitualmente no es la regla.
El efecto de esta prueba, que por supuesto no es terapéutico,
sólo dura unas horas o a la sumo uno o dos días. La conducta luego
será reparar o generalmente extraer la pieza dentaria en cuestión. Es
una prueba muy interesante y asombrosa. El paciente que experimenta
el cambio en sus síntomas de consulta queda en un estado de sorpresa
y satisfacción.
Tras la aplicación el sistema deja de recibir los impulsos
interferentes desde la pieza dentaria tratada. Al suprimirse
transitoriamente la interferencia, el organismo puede recuperar
funciones naturales alteradas o perdidas, a veces, en forma inmediata.
Esta respuesta no debería considerarse una “reacción en segundos”
pues, si bien es inmediata, no cumple con todos los criterios
establecidos por los hermanos Huneke.
Si quedan dudas, el procedimiento puede repetirse todas las
veces que sea necesario.

Caso clínico:

64
Mujer de 66 años que consultó por dolor e inflamación del tobillo
izquierdo de varios meses de duración con otros estudios negativos. En
la radiografía puede observarse diversos problemas odontológicos. No
obstante me llamó la atención la imagen irregular a nivel de las raíces
de la endodoncia en 37 (rombo blanco). La prueba de Huneke dio
positiva en forma inmediata. Hizo la prueba de salir a caminar, caminó
800 mts sin dificultad y además pudo permanecer de pie sobre su
pierna izquierda, postura que no podía adoptar. Es de destacar que la
mujer trabaja la mayor parte del tiempo de pie.
Como la pieza era importante para su masticación y yo no estaba
seguro del diagnóstico como para indicar su exodoncia, pese a la
prueba positiva, cité a la paciente una semana después para repetirla.
En esta segunda ocasión la respuesta fue negativa, la sintomatología no
se modificó.
En la tercera entrevista, como además existían otros posibles
campos interferentes, preferí avanzar por otro camino dejando esa
muela en suspenso. Insistí un poco más en su historia de vida y la
señora se acordó de mencionarme que también tenía manifestaciones
dolorosas en la región cervical y que en su niñez había sido
amigdalectomizada. Relacioné la aplicación en 37 con la cercanía al
área amigdalina y procedí a una aplicación en dicha área que produjo
un alivio sustancial de la sintomatología en el cuello y en la articulación
del tobillo izquierdo que se mantuvo por 10 días. La siguiente aplicación
en amígdalas resolvió el problema.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Nota 59:
Prueba dental de Huneke negativa.

Una prueba negativa no es concluyente, pues existe la posibilidad


de una respuesta falso-negativa. Pero, ¿qué determinación tomar
cuando la sospecha de interferencia es alta y la prueba resulta
negativa? ¿Cómo actuar cuando se trata de piezas dentarias
profundamente incluidas (altamente sospechosas de ser interferentes)
adonde la aguja no puede llegar sin causar trauma local? ¿Cómo
hacemos ante una respuesta negativa para convencer al enfermo de
extraer una muela que por intuición consideramos con altas
probabilidades de ser irritativa? ¿En estos casos hubiera sido mejor no
haber hecho la prueba? ¿Cuál debería ser la conducta del profesional
cuando el problema de consulta es un trastorno predominantemente

65
trófico y no tónico, es decir cuando la respuesta positiva no podrá verse
en el corto tiempo que da la prueba de Huneke? ¿En qué deberíamos
confiar, estrictamente en la prueba o, a veces, podemos hacerlo en el
ojo clínico, en la experiencia, en la intuición?
La prueba también puede resultar negativa ante la presencia de
otros campos interferentes o cuando en la musculatura afectada existen
puntos gatillo con funcionamiento autónomo, (independientes ya del
campo interferente causal).
Sin embargo en estas situaciones, de acuerdo a mi experiencia,
la presencia de una posible pieza dentaria irritativa es un factor que
debería resolverse en primer lugar.

Caso clínico: Se trata de una mujer de 32 años con ruptura


"espontánea" del labrum de ambas caderas, dolor y limitación del
movimiento, de varios meses de evolución. Consideré innecesario hacer
la prueba de Huneke pues el problema era fundamentalmente trófico y
la respuesta estructural iba a ser tardía. Quizás, si lo hubiera hecho,
hubiera cedido el dolor. La extracción de las muelas de juicio exacerbó
inicialmente el dolor por unos días para luego ceder y resolverse. Esta
reacción comprobó el diagnóstico (distrofia por irritación neural de focos
odontológicos). En la segunda consulta, ya sin sus tres cordales
persistía aún cierta molestia en las caderas, que cedió con la aplicación
en las áreas intervenidas. Como es común, no pude comprobar
radiológicamente la reparación del labrum porque la paciente no volvió.

66
Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son
comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Otro caso clínico:

Joven de 22 años que consulta por cefaleas, cervicalgia y mareo.


Rectificación cervical. La imagen es muy clara, la prueba de Huneke
hubiera resultado traumática y probablemente negativa por la
profundidad en la que se encuentran los terceros molares izquierdos
incluidos (rombos blancos). Indiqué su exodoncia, sin haber hecho la
prueba de Huneke.

Y aquí planteo la validez del senti-pensar. Si enarbolamos el


senti-pensar como un plus de la Terapia Neural, no nos podemos
quedar absortos e inoperantes ante una prueba negativa cuando la
sospecha es grande. Podríamos empezar tratando otros campos
interferentes, pero siempre teniendo presente el factor odontológico. De
todo este planteo llegué a la conclusión, ya hace mucho tiempo, que no
es absolutamente necesario hacer la prueba en todos los casos. Existen
muchas situaciones en las que la sospecha de pieza interferente es muy
alta pero, a su vez, la posibilidad de respuesta negativa también es muy
alta con el agregado de una alta factibilidad de causar un trauma local
con la aguja. Considero que en esas situaciones es necesario dejarse
llevar por la intuición y no quedar anclados por la prueba de Huneke.
De todos modos, como médico, limitado en el conocimiento
odontológico, sólo tomo decisiones en situaciones bien definidas. En las
demás solicito la interconsulta odontológica.
He planteado cuestiones generales, pero sin duda cada enfermo
exige una evaluación singularizada.

67
Nota 60:
Reacción tras la prueba de Huneke.

La prueba de Huneke puede desencadenar una respuesta


inflamatoria local por exacerbación de un proceso inflamatorio
infeccioso silente.
A cuenta viene el caso de un paciente a quien en forma
secuencial hice pruebas en las piezas 18, 48 y 37 buscando una
respuesta a su sintomatología. Finalmente traté un punto gatillo en el
glúteo menor derecho. Unos 20 días después me escribió el siguiente
correo electrónico:
“Estimado Dr. hoy he estado en lo de la odontóloga y ha
encontrado pus en la zona donde Ud. me puso la inyección. Me
preguntaba ella qué producto me ha aplicado. Estaré tomando
antibióticos por 15 días más teniendo en cuenta que he tenido
osteomielitis. Espero su respuesta. Saludos.”
Me comuniqué telefónicamente con el enfermo, preguntándole
primero en qué lugar la doctora “vió” pus. La ontóloga en realidad
detectó un área inflamatoria alrededor de la pieza 18. Ahora bien, como
fueron cuatro las áreas tratadas, evidentemente el medicamento
(lidocaína al 0.375%) inyectado no fue el culpable del pus, sino el
proceso infeccioso en marcha que estaba en esa pieza evaluada. Como
este hombre sufrió en el pasado un proceso osteomielítico en su
columna lumbar, motivo por el cual le sugerí hacer algunas extracciones
dentarias, el comentario de la colega le metió miedo. Como terapeutas
neurales tenemos que estar atentos al rechazo y actitudes belicosas de
la ortodoxia. Y la mejor forma, me parece, es que el enfermo participe
en su proceso de curación.

Nota 61:
Evaluación manual
Técnica de Oscar Godoy Beaudout, Kinesiólogo y Terapeuta Neural.

Se trata de un método manual para el diagnóstico de la presencia


de campos interferentes y su probable localización en un hemicuerpo.
Para esta evaluación recurro a dos parámetros: 1) rotación
interna de las caderas, y 2) evaluación comparada bilateralmente de la
sensibilidad corporal.
Técnica: lo ideal es hacerlo en posición sentada, ya que limita las
compensaciones rotatorias de la pelvis y columna, y el paciente puede
ver y sentir claramente las diferencias, no obstante puede hacerse con
el enfermo acostado. Descartados problemas en las articulaciones
sacroilíacas y en las caderas, normalmente la rotación interna de las

68
caderas es simétrica y de igual grado y los extremos de los dedos halux
de ambos pies contactan en la línea media.

Ante la presencia de un campo interferente en cualquier sitio del


cuerpo puede observarse una limitación más o menos marcada en la
rotación de la cadera derecha, muy pocas veces de la izquierda. Los

69
dedos halux no coinciden en un punto de la línea media, el derecho
queda en una posición más elevada (menos angulada) respecto del
izquierdo. En la evaluación es necesario tener en cuenta que en el
movimiento no participe la hemipelvis, elevándose, ni el tobillo. Las
extremidades deben movilizarse en bloque empujando los pies hacia la
línea media.
La presencia de más de un campo interferente, hecho no
infrecuente, complejiza esta evaluación diagnóstica.
He observado, además, que ante la presencia de un campo
interferente se encuentra sensibilizado todo el hemicuerpo homolateral
a ese campo.
Para esta evaluación, se comparan puntos simétricos en ambos
lados del cuerpo mediante ligera presión que le permita al enfermo
determinar qué lado es más molesto o doloroso. Esto a su vez da una
participación activa del enfermo al poder comprobar su estado previo al
tratamiento y la respuesta a éste. Y además, facilita su adhesión. En
pediatría es un examen fácilmente aceptado que puede permitir reducir
el número de aplicaciones con aguja. Que a su vez, en la boca, pueden
reemplazarse con gotas o gel de lidocaína.

Los puntos de examen mediante presión digital tipo pinza son: La


línea occipital inferior (probable campo interferente en amígdalas); las
apófisis transversas de C2-C3, (probable campo interferente en
cordales); el músculo trapecio superior zona media; los espacios
intercostales 2° a 4° a nivel de la línea mamilar; el músculo braquioradial
a 1-2 cm distalmente al codo; la fosa ilíaca, (inconstante y dudoso en
mujeres); el músculo vasto interno distalmente y el nervio tibial posterior
a su paso tras el maléolo interno.

70
Los campos interferentes en la línea media como amígdalas o
área ginecológica, también generan sensibilización pero, habitualmente,
del lado más comprometido.
Tras efectuado el tratamiento en el campo interferente
sospechoso, es necesario una segunda evaluación similar a la primera.
Es conveniente, tras el tratamiento, que el paciente se incorpore para
que, al ponerse de pie, el sistema nervioso salga de su estado anterior,
de inhibición, tomando control de todas las funciones posturales y
sensoriales. Si el tratamiento fue efectivo la diferencia rotacional y de
sensibilidad unilateral se restablece. De lo contrario el organismo vuelve
a "detectar" si hay algo que todavía lo irrita. La corrección de los signos
observados permite confirmar la detección y resolución del campo
interferente activo.
En el caso de que no ocurriera esa corrección, o cuando se
detecta sólo un cambio en los signos, -sea alivio parcial o cambio de
lateralidad de la sintomatología- es necesario buscar un segundo campo
interferente en ese momento, o cuando corresponda si surge la
necesidad de esperar más tiempo para observar la respuesta.
Pueden ocurrir resultados falso-positivos. Es decir corrección de
los signos en forma parcial y por corto tiempo. Es necesario buscar
otros campos interferentes. Pueden ocurrir falsos negativos por ejemplo
cuando la pieza dentaria a evaluar se encuentra profundamente en el
hueso y no se puede llegar con la aguja.
Esta técnica que se aplica sobre un ser vivo, sigue los principios
de la incertidumbre y de la relación sujeto observado-sujeto observador.
El profesional actuante debe tener presente que es necesaria su
participación activa -no mecánica- para evaluar los resultados. Es útil
como método de evaluación complementario a la historia de vida y a las
respuestas a los tratamientos instituidos, salto de campo, etc. Es útil
para evaluar la respuesta a la prueba de Huneke.
Al ser inespecífico, es decir al no establecer con precisión dónde
está el campo interferente exige la participación sentí-pensante activa
del profesional. Algo más que este examen permite determinar son
conductas falsas o intencionadas por parte del paciente.

Nota 62:
El efecto de los metales.
Por Oscar Godoy Beaudout, Kinesiólogo y Terapeuta Neural.

Si los anillos metálicos son capaces de alterar la función cardíaca,


y por esa razón se retiran para la obtención de un electrocardiograma y
hasta de aumentar la generación de oncogenes, es posible que ejerzan
actividad de interferencia sobre el sistema nervioso.

71
Las observaciones nos permitieron concluir que todos los metales
ejercen un efecto deletéreo sobre el sistema nervioso, siendo los más
dañinos aquellos que se encuentran en la boca. Es variable el tiempo
que demorarán en aparecer los síntomas, lo cual depende de la
cantidad de metales, de la edad de inicio de uso, y de si se retiran o no
de noche.
El mercurio de las amalgamas no es el único o principal factor
patológico, la generación de galvanismo entre diversas inclusiones
metálicas es intensamente interferente. El efecto de los metales puede
comprobarse siguiendo el mismo examen de rotaciones y sensibilidad a
la palpación. El galvanismo puede ser de una magnitud tal que la
presión sobre los puntos de sensibilidad llega a ser insoportable.

Obsérvese la rotación anormal de las caderas y su corrección, respectivamente


con y sin la prótesis metálica en la boca.

Otro elemento que puede observarse, sobre todo con las prótesis
dentales metálicas, es el acortamiento de una extremidad, lo que
contribuye por lógica a la aparición de diversos dolores.

Obsérvese el acortamiento con la prótesis en la boca y la normalización


de la longitud de las extremidades sin la prótesis.

72
Al poner entre las cúspides dentarias un aislante como el papel,
se corta esta generación galvánica y se observa la normalización de las
rotaciones de las caderas y disminución de la sensibilidad a la
palpación. Los metales son conductores de electricidad y tienen la
propiedad de alterar o modificar los campos magnéticos, por lo que al
parecer intervienen en la modulación del impulso. Indudablemente es
necesario seguir investigando este tema.
Una observación ya mencionada es que la cantidad de metal y el
tiempo de uso son factores determinantes. La alodinia, es decir
sensibilidad a estímulos normalmente no dolorosos, es una
manifestación frecuente. Las condiciones más favorecedoras para la
acción interferente de los metales son: formar un círculo alrededor de
una extremidad o del cuello (área muy interferente), atravesar la piel
(piercings) y estar dentro de la boca.

Imagen de arriba: mujer. Imagen de abajo: hombre.


Ambos con numerosos adornos metálicos. Se observa rotación anormal de las
caderas con los metales y normalización de la rotación, sin ellos.

73
El "efecto bobina" de los metales que forman círculos y los
campos interferentes biológicos pueden tener como consecuencia la
pérdida de los ejes articulares -rotaciones anormales- y esta condición,
mantenida en el tiempo a la que pueden sumarse factores como la
actividad física, la nutrición y otras variables, puede dar origen a una
amplia variedad de trastornos osteomusculares.

Nota 63:
Galvanismo bucal, su medición y relación con el dolor persistente.
Por Carlos Muñoz Abello, Odontólogo neurofocal.

Se sabe de la existencia del galvanismo en la boca cuando


existen metales en ella. Para relacionar el voltaje con la condición de
irritación del sistema nervioso es necesario medirlo. A partir de estas
observaciones respecto de cómo el galvanismo se relaciona con el
sistema nervioso es posible intervenir en la salud del enfermo mediante
el retiro de las restauraciones metálicas o de las prótesis.
Hasta ahora no existe una lógica de pensamiento práctico
respecto al cuándo y por qué retirar un metal de la boca. Las
experiencias vividas junto a nuestros pacientes nos han permitido
encontrar una lógica que se ha acompañado de excelentes resultados
en el alivio del dolor motivo de consulta.
Es importante recalcar que este método de examen corresponde
a una de los tantos recursos que usamos para hacer una mejor Terapia
Neural. No existe en la literatura información a este respecto. Por lo
tanto, es un examen original y, por supuesto, está sujeto a correcciones
y mejoras por parte de quienes posean mayor conocimiento. Si bien la
medición de voltaje, en principio es una información lineal, cuando se
relacionan los resultados con el examen de sensibilidad descripto más
arriba su valor es notable.
El conocimiento de varias disciplinas como la electrónica, la
biología, la fisiología, la química, la física y conceptos como la
biotensegridad, entre otros, me permiten desarrollar este tema.
El órgano dentario, aunque parezca innecesario decirlo, es parte
del ser y está constituido por los mismos componentes que el resto del
cuerpo. Una de sus propiedades es la de ser conductor eléctrico.
Algunos efectos del galvanismo a nivel del órgano dentario
descriptos en la literatura y que pueden alterar la condición del todo en
el organismo son: el cambio de polaridad de la membrana celular, la
modificación del pH en el sistema básico de Pischinger y la alteración de
la biotensegridad.

74
Voltímetro. Sus partes. Para hacer la lectura de la diferencia de
potencial (voltaje).

Preparación del equipo. El galvanismo genera corriente continua


por lo que la perilla giratoria del voltímetro se posiciona en la zona de
medición de corriente continua. Los valores del voltaje que arrojan los
metales en la boca son en milivoltios (mV) por lo que se debe ubicar la
perilla específicamente en el número 2, que corresponde a la lectura de
hasta 2000 mV.

75
Preparación del paciente. Debemos comenzar por usar un
aislamiento relativo de los dientes usando torundas de algodón en el
fondo de vestíbulo de la zona a examinar.

Las piezas dentarias deben estar lo más secas posible, eso se


logra con aire o con algodón. La saliva es un buen conductor de
electricidad, y puede alterar los resultados.
Cómo usar el voltímetro en la boca. El electrodo negativo (negro)
debe estar apoyado en la cara interna (mucosa) de la mejilla y el
electrodo positivo (rojo) debe hacer contacto con el diente o la
restauración metálica a evaluar.
A modo de individualización del examen, en cada paciente se
hará lectura del voltaje sobre el esmalte de un diente sano sin
restauración. Esto nos permitirá tener una referencia inicial de la
medición “normal” para el paciente en cuestión.

76
Luego se procede a tocar con el electrodo positivo cada una de
las restauraciones en boca por el lapso de por lo menos 30 segundos
para obtener de esta forma un rango de lectura que nos permita obtener
la siguiente información: cambio de polaridad, rango de variabilidad de
voltaje y lectura de voltaje más alto.

Un paso importante es hacer partícipe al paciente mostrándole las


mediciones y al mismo tiempo explicarle los resultados obtenidos. De
esta manera el examen se convierte en un proceso de toma de
consciencia, tanto para el paciente como para el profesional tratante.

77
Interpretación de los datos obtenidos. Al tener en consideración
los tres factores anteriormente mencionados puede deducirse cuál es la
restauración metálica que más irritación está generando.
La evaluación odontológica neurofocal debería incluir, además de
la historia de vida, el examen clínico intraoral y, la evaluación
radiológica, la prueba de rotación de las caderas junto al examen de
sensibilidad del hemicuerpo descriptos más arriba, así como la lectura
de voltaje. De este modo podemos decidir cómo y en qué orden trabajar
sobre el o los irritantes metálicos del sistema nervioso.
Nuestra hipótesis es la siguiente: el metal más irritante es aquél
que cambia de polaridad, con el rango de variabilidad de voltaje más
amplio y con la lectura más alta. Por lo tanto, tras la evaluación
completa, utilizando todos los recursos señalados cuando
determinamos la necesidad de retirar metales, empezamos con el que
cumpla con una o todas las características de la hipótesis mencionada.

La biotensegridad es el juego de fuerzas tensionales y compresivas que


permiten a una estructura biológica tener forma y recuperarla ante la aplicación de un
estimulo. Es un término acuñado por ingenieros y arquitectos aplicado a la biología.

Nota 64:
Reflexología dental. Descodificación dental.

Existe una tabla cuyo título dice: “Reflexología dental que


repercute patológicamente en el organismo a través del sistema
neurovegetativo. Esta lámina procede de la obra de Peter Dosch
basada en la Terapia Neural de Huneke. Versión en idioma castellano
del Dr. Germán Duque”. En ella se relaciona cada pieza dentaria con
órganos de los sentidos, articulaciones segmentos de la médula espinal,
órganos, glándulas endócrinas y varios: psique, glándula mamaria,
presupuesto energético.
Según este esquema pareciera que los seres humanos fuimos
ensamblados como una máquina. Todos iguales.
Aclaro que en mis años de actividad médica nunca di crédito a
esta tabla porque muchas veces acierta y muchas veces no.
Tanto la reflexología dental como la descodificación pueden ser
útiles como complemento diagnóstico en ciertos pacientes. Pero no es
aplicable a la totalidad de la humanidad. Es necesario tomar
consciencia de la singularidad del enfermo. Así como las estadísticas no
nos sirven para ayudar al ser singular enfermo, tampoco nos sirven
estas generalizaciones.

78
Nota 65:
Cuando los “cables se cruzan”
los esquemas rígidos dejan de tener valor.

Los esquemas rígidos conducen a conductas mecánicas y a


severos errores diagnósticos y terapéuticos. Ejemplos clínicos.

Paciente que consulta por tinnitus IZQUIERDO.


Se observa variada patología odontológica.
Llamó la atención la pieza embrionaria en tercer molar inferior DERECHO,
(rombo blanco).
La extracción de la pieza 48 resolvió el problema.

Paciente que consulta por dolor en brazo DERECHO. Se observa variada


patología odontológica. Llamó la atención la lesión en el área inferior
IZQUIERDA 36 (rombo blanco).
La prueba en ese implante dio claramente positiva.

79
Mujer de 67 años con dolor en la cara y cuello del lado IZQUIERDO.
Con patología odontológica variada.
La prueba en el tercer molar superior DERECHO incluido (rombo blanco)
resultó claramente positiva.

Nota 66:
Resolución de focos interferentes odontológicos.

La resolución de campos y focos interferentes odontológicos


puede lograrse mediante procedimientos reparadores conservadores,
reemplazo de los metales pesados por materiales neutros y, muchas
veces, con la extracción de la pieza causal y el curetaje del hueso
subyacente afectado. Este último procedimiento, el curetaje, es esencial
y corresponde pedirle al cirujano que lo haga porque no todas las
escuelas odontológicas lo consideran necesario. Suponen que el propio
sistema defensivo se encargará del problema. Esto no siempre ocurre y
la reacción que hace el organismo frente a la persistencia del foco
inflamatorio-infeccioso (osteitis residual) puede transformarse en un
importante campo interferente.
En el caso de personas con encías edéntulas y actividad
interferente el tratamiento consiste en la infiltración de un
neuralterapéutico, como se hace en otras cicatrices interferentes del
resto del cuerpo.
Tras una extracción, la parte restante del odontón puede aún
conservar información interferente, lo cual exige tratamiento adicional
mediante la infiltración de un agente neuralterapéutico en la región
afectada, las veces que sea necesario, hasta la desaparición de la

80
sintomatología, signado siempre por la reaparición de la sintomatología,
y no en forma mecánica reglada.

Caso clínico:
Mujer de 49 años que consulta por episodio de vértigo.
Simultáneamente dolor persistente en brazo y pierna izquierdos. Como
en general los pacientes concurren con su radiografía dental ya en su
primera entrevista, ahorro mucho tiempo. Lo primero que me llamó la
atención fue la imagen en el área 38, donde había sido extraído el tercer
molar, meses atrás. Su infiltración produjo un inmediato alivio de la
sintomatología en su hemicuerpo izquierdo que se mantuvo un par de
días con un cambio notable en su estado de ánimo. Por lo tanto indiqué
su remoción sospechando que se trataba de un resto radicular.
Debió consultar a varios odontólogos porque no había acuerdo si
era necesario intervenir quirúrgicamente. Por lo tanto repetí la prueba
con el mismo resultado; la duración del efecto fue de varios días.
Finalmente un cirujano ante la insistencia de la enferma decidió
intervenir. El diagnóstico final fue de una osteitis residual (rombo
blanco). El alivio tras el curetaje fue completo, no obstante un mes
después debí volver a inyectar por reaparición leve de la sintomatología
dolorosa. Un año después la paciente se mantenía asintomática,
disfrutando de la vida. En la pieza 36, pese a mi renuencia, la paciente
aceptó que repararan la endodoncia.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

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Nota 67:
La unidad odontológica es el odontón.

Los efectos irritativos, interferentes, son causados por la totalidad


del odontón, no sólo por la pieza dentaria.

Caso clínico:
Mujer de 32 años que 4 años atrás comienza con dolor en el
ángulo mandibular izquierdo. Deciden extraer el tercer molar 3.8. Sin
embargo la sintomatología persiste y se extiende hacia el resto de la
cara llegando al área frontal homolateral. Presenta episodios de dolor
intenso e incapacitantes de unos 20 minutos de duración, tres a ocho
veces por día. Medicada con carbamazepina, pregabalina y
metilprednisona en dosis altas y crecientes. En una RMN se observa
una lesión no definida en la raíz de nervio trigémino izquierdo. El
diagnóstico de consulta fue neuralgia del trigémino. Presenta
micrognatia. Tiene implantes mamarios. Anginas a repetición de niña.
Corrección quirúrgica del tabique nasal en dos oportunidades.

En la radiografía se observa además del espacio dejado por la


pieza 3.8 (rombo blanco), a las otras tres cordales, la 4.8 impactada
(flecha). Como el dolor aparecía al comer, le convidé un bizcocho
semiduro que inmediatamente despertó esa manifestación en el área
del ángulo maxilar izquierdo. En situaciones habituales ese dolor de un
modo rápido se extendía al resto de la hemicara con intensidad
creciente. En ese momento hice una aplicación neuralterapéutica en la
encía de 3.8. El dolor no sólo no avanzó, sino que desapareció por un
lapso de varios días. Fue necesario repetir ese procedimiento en dos
oportunidades más, cuando la sintomatología había reaparecido. Por
supuesto abandonó toda la medicación. Conclusión: la indicación de
extracción de la 3.8 fue correcta, faltó completar el tratamiento del

82
odontón. El diagnóstico final entonces fue dolor en el área del nervio
trigémino izquierdo con origen en el odontón 3.8.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Nota 68:
Cuando el problema supera al odontón.

Caso clínico:
Se trata de una mujer de 52 años que consultó por dolor muy
intenso y discapacitante en la mitad izquierda de la cara y de la cabeza.
El problema tenía 4 años de evolución y comenzó tras un periodo de
depresión en el cual estuvo muy medicada. La persistencia e intensidad
del dolor no eran compatibles con un problema emocional como única
causa. Por lo tanto pedí una radiografía panorámica (hasta ahora nadie
había mirado su boca) y me encontré con tres muelas de juicio, dos
retenidas y una a medio salir y un resto de raíz. Sólo le indiqué la
extracción de la muela 2.8 que estaba en el área del dolor.

Las flechas señalan los terceros molares.


Sólo se extrajo la pieza 2.8 (arriba izquierda).
Los otros dos terceros molares también deberían ser extraídos

La extracción costó mucho trabajo por la localización de la muela


dentro del hueso y después de la cirugía el dolor en lugar de mejorar,
empeoró. Llegó muy ansiosa y enojada porque la cirugía había
agravado su dolor. Es muy importante tener en cuenta este hecho
porque lo que está diciendo es que ése era casi con seguridad el área
del problema, es decir el área que estaba irritando su sistema nervioso y
generando ese dolor tan importante. Las maniobras quirúrgicas
incrementaron la irritación del sistema nervioso y por lo tanto el dolor.
Ante esa situación traté el área de la operación, pero eso no alivió el
dolor. Frente a esa respuesta traté el área de amígdalas (linfáticos) que

83
también podría haber participado en la irritación general, sin embargo
tampoco alivió el dolor. La presencia de esa muela de juicio desde los
18 años de edad se mantuvo silenciosa hasta los 48 años, silenciosa
pero activa. Eso pudo haber irritado, el ganglio estrellado. Finalmente, la
aplicación en ese ganglio produjo un alivio inmediato.
Luego de la aplicación me comuniqué con la señora, había
dormido bien, había calmado su ansiedad, y no tenía ya dolor. Vamos a
ver cómo sigue la historia. Todavía quedan dos muelas que pueden
generar otros problemas, pero vamos a esperar un tiempo para poder
observar la evolución.
La experiencia dice que las muelas de juicio también pueden
estar involucradas en sintomatología psiquiátrica depresión, pánico,
fobias, etc. Las demás muelas de juicio retenidas también tendrían que
ser extraídas.

Nota 69:
Cicatrices y campos interferentes.

Cuando las cicatrices actúan como campos interferentes pueden


dar manifestaciones segmentarias (regionales), a distancia o generales.
El tejido disfuncional, parabiótico generado por el propio organismo a
partir del daño inicial, puede alterar funciones tónico-tróficas naturales al
modificar circuitos de autoorganización biológicamente económicos y
manifestarse con síntomas y/o signos. La falta de relación
neuroanatómica entre la cicatriz y los síntomas que genera permite
confirmar dicho mecanismo de acción.
Cuando la reacción se manifiesta en estructuras musculares la
signo-sintomatología puede incluir: dolor, limitación del movimiento,
pérdida de fuerza, diversos grados de distrofia. Cuando se manifiesta en
estructuras viscerales puede dar lugar a dolor y síntomas diversos:
broncoespasmo, disnea, acedias, reflujo, asco, inapetencia, plenitud,
náuseas, vómitos, meteorismo, diarrea, constipación, incontinencia,
retención urinaria, disuria, trastornos genitales, sexuales etc. Una
cicatriz puede manifestarse también con problemas cardiovasculares,
neurológicos, con trastornos generales: pérdida de vitalidad, cansancio,
alteración del sueño, trastornos del humor, y con cambios en el trofismo.
No todas las cicatrices son interferentes. No es una buena
práctica infiltrar todas las cicatrices sin ton ni son. Las cicatrices
localmente sintomáticas (sensibles o insensibles) y aquéllas que por la
historia de vida pueden estar vinculadas con la signo-sintomatología de
consulta son las más sospechosas. Sólo una respuesta positiva a su
infiltración con un anestésico local muy diluido puede corroborar el
diagnóstico de interferente.

84
Nota 70:
Teoría General sobre la génesis y el mantenimiento de
problemas de salud persistentes.
Basada en los trabajos de Speransky.

1) La irritación neural: el proceso de hacer una enfermedad se


inicia con la irritación del sistema nervioso que produce cambios en los
circuitos de autoorganización biológicamente económicos.

2) Los problemas agudos: el organismo puede reaccionar con


síntomas y signos agudos que, la mayoría de las veces, conducen a la
restitución de la salud en forma natural, con reacciones como fiebre,
catarro, diarrea, etc.
3) La generación de campos interferentes: el organismo puede
generar cambios parabióticos (campos interferentes) en el tejido
dañado. Los campos interferentes no actúan como irritación inicial, sino
como irritación secundaria.
4) La acción interferente: la actividad persistente de uno o varios
campos interferentes en forma aislada o interactuando con otra irritación
(factor desencadenante) puede conducir a la generación de circuitos de
autoorganización cada vez menos económicos, es decir, cuadros
distónico-distróficos con agravación progresiva que durante mucho
tiempo pueden no tener expresión clínica (nivel macro).

85
5) La alteración de funciones neurales naturales: a medida que el
cuadro se complejiza, ya sea por la persistencia de la irritación o por la
interacción de un factor desencadenante (segundo golpe), pueden
resultar afectadas diferentes funciones neurales tónico-tróficas
naturales: las funciones tónicas orgánicas y psíquicas así como las
funciones tróficas de renovación, reparación y conservación de la forma
de células, tejidos y estructuras orgánicas.
6) Los problemas de salud persistentes o recurrentes: la
alteración de esas funciones puede expresarse clínicamente con dolor o
con otros signos y síntomas de problemas complejos de salud,
persistentes o recurrentes, que en conjunto engloban a la gran mayoría
de las enfermedades descriptas por la Medicina Clásica.

Nota 71:
Corolario de la Teoría General.

Como corolario, la acción terapéutica curativa debería estar


dirigida al factor causal, es decir, al factor o factores irritativos neurales y
el objetivo debería ser el de facilitar la recuperación de los circuitos de
autoorganización biológicamente económicos.

Nota 72:
Dolor crónico. El pensamiento de la Medicina Clásica.

Tradicionalmente, el dolor crónico ha tenido la connotación


negativa de una causa psicogénica y un tiempo de duración arbitrario.
Ha sido incluso un término peyorativo al grado de no ser considerado
como un síndrome. Actualmente la evidencia científica y clínica confirma
su identidad como síndrome, la vía final común de muchas etiologías.
En consonancia con cualquier otro síndrome, la persona con dolor
crónico presenta cambios neurofisiológicos, neuroanatómicos y
funcionales en la totalidad del organismo independientemente de los
factores precipitantes. Además ocurre un deacondicionamiento físico,
psicológico y psiquiátrico como consecuencia de disfunción del sistema
nervioso tanto central como periférico. Estos cambios casi de modo
invariable son acompañados de compromiso socioeconómico y de
reducción en la calidad de vida.
Ha ocurrido también un cambio de paradigma en la Medicina
Clásica respecto del tratamiento del dolor crónico. Se ha pasado del
modelo médico curativo en el que se espera que los síntomas se
resolvieran médica o quirúrgicamente, a otro modelo en el que se
enfatiza la autonomía del paciente, el manejo personal de sus síntomas

86
y el restablecimiento funcional. De este modo se reconoce que la
patología subyacente puede ser incurable o no tratable. Los objetivos
del modelo rehabilitador comprenden minimizar los efectos adversos del
dolor, maximizar la función y la calidad de vida.

Nota 73:
¿Dolor crónico o dolor persistente?

A diferencia del pensamiento médico clásico, a través de la


Terapia Neural podemos resolver los problemas de dolor crónico desde
su causa, y por esa razón no lo llamo crónico, sino persistente.
¿Por qué razón la Terapia Neural alivia o resuelve el dolor de
cualquier naturaleza y tiempo de persistencia, a veces, en forma
inmediata? Porque resuelve la causa que provoca la desarmonía
general generadora de diferentes dolores y de otros problemas de
salud. El dolor es consecuencia de un desorden biológico. El desorden
biológico, su causa. ¿Qué ocurre entonces si sólo se trata el dolor y no
el desorden biológico? Ocurre que el dolor se transforma en crónico y la
enfermedad se complejiza.
Más allá del tiempo de reparación natural del proceso agudo, el
síntoma dolor debería entenderse dentro de la categoría de dolor
persistente o recurrente. Dicho de otro modo, el sistema nervioso de la
persona afectada, como consecuencia de la irritación causada por el
estímulo vinculado con el dolor agudo inicial, adquiere una condición
diferente caracterizada por modificación de las relaciones
interneuronales, y cambios en los circuitos de autoorganización. O sea
que, una vez transcurrido el tiempo natural de reparación, si el dolor
persiste, de acuerdo con la Teoría General presentada anteriormente,
debería pensarse en un proceso distónico-distrófico activo bajo la
influencia de campos interferentes y debería actuarse en consecuencia,
procurando facilitar la autoorganización biológicamente económica
mediante Terapia Neural. Continuar en esas circunstancias con la
administración de fármacos analgésicos-antiinflamatorios u opiáceos
carece de sentido, pues dicha medicación no resuelve la causa sino que
sólo es una forma de paliación de síntomas.
El dolor persistente o recurrente también puede aparecer sin el
antecedente de un dolor agudo (esto no es aceptado por la Medicina
Clásica) y representar la expresión del desequilibrio causado por
irritaciones previas no dolorosas. Es muy posible que el estímulo
irritativo, doloroso o no, constituya un “segundo golpe” en un sistema
nervioso ya distónico-distrófico como consecuencia de irritaciones
ocurridas meses o años atrás.

87
Nota 74:
La nocicepción.

El mecanismo nociceptivo permite explicar satisfactoriamente, en


la mayoría de los casos, el dolor agudo, pero no el dolor crónico o
persistente. La industria farmacéutica, en base a este concepto, ha
desarrollado agentes químicos inhibitorios muy efectivos. Es bien
conocida la descripción neuroanatómica de las vías de transporte
aferente de la información dolorosa aguda a partir de aquellos
receptores, sus áreas de relay y de modulación segmentaria y
suprasegmentaria, así como de las fibras eferentes que transportan la
información de respuesta. También se conoce muy bien el sistema
neural modulador antinociceptivo descendente, cuya disfunción se
convierte en un elemento clave en la generación de dolor persistente.
Sin embargo estos conceptos no permiten explicar el dolor
crónico o persistente y menos aún su tratamiento. El dolor persistente
tiene una génesis muy diferente. (Véase Notas 76, 77 y 78)

Nota 75:
El sistema natural para no percibir dolor
sin causa potencialmente nociva.

El organismo humano (y animal) posee un sistema biológico


natural para no tener dolor. Tiene nombre y apellido y es bien conocido
desde hace decenas de años, se llama sistema modulador
antinociceptivo descendente (SMAD) dicho de otro modo sistema
analgésico descendente. Controla la entrada de estímulos desde la
periferia internos o externos que pueden causar daño (estímulos
nociceptivos) por medio de neurotrasmisores opiáceos y no opiáceos.

88
Funciona en forma permanente. Se origina en cerebro, bulbo y
protuberancia para llegar a la médula espinal donde establece el umbral
para el dolor. Los estímulos que sobrepasan dicho umbral serán
percibidos como dolor. En cambio, estímulos como el moverse, girar en
la cama, caminar, tragar, los movimientos intestinales, etc., no se
perciben como dolor. Sí en cambio, permite que estímulos intensos
lleguen como información a la corteza y provoquen sensación dolorosa.
Se deduce que es un sistema neural primitivo que actúa como alerta de
daño potencial.
La inyección intratecal de opiáceos potencia la función inhibidora
antinociceptiva de este sistema. Esa es la razón de su uso. Sin
embargo, fracasa pues no resuelve la causa del dolor persistente, sino
que sólo refuerza la función alterada.

Nota 76:
Génesis del dolor agudo.

Los mecanismos
nociceptivo y neuropático
de génesis del dolor
agudo, son bien
conocidos, su tratamiento
clásico también.
Un error de la
Medicina Clásica es
considerar que el dolor
crónico es la continuación
del dolor agudo y
por lo tanto, para
esa medicina,
su tratamiento es similar.
La única diferencia
es el tiempo.
Es decir, para toda la vida.

Nota 77:
Teoría sobre la génesis y mantenimiento del dolor persistente
nociceptivo-neuropático. (Original del autor).

Defino al dolor persistente como aquélla manifestación dolorosa


que excede los tiempos naturales de reparación tras una cirugía o
traumatismo agudo o que aparece y se establece sin una causa original
definida. De acuerdo a lo que he observado en la clínica con estos
enfermos, la manifestación dolorosa persistente se debe, en la mayoría
de los casos, a la falta de una correcta modulación de la actividad

89
nociceptiva por parte del sistema modulador antinociceptivo
descendente (SMAD). Cuando el SMAD funciona de un modo
inadecuado, el umbral puede descender y estímulos que habitualmente
no generan dolor pueden generarlo. Esta función tónica puede resultar
alterada por estímulos irritativos provenientes de focos o campos de
interferencia situados en cualquier lugar del organismo.
Entonces, si la génesis de dolor persistente, al menos en parte,
es ésta, el tratamiento para restablecer la función alterada o perdida
debería consistir en resolver el foco o el campo interferente relacionado.
En la clínica del día a día, la muy frecuente resolución inmediata del
dolor persistente que se logra tras la infiltración anestésica de un campo
interferente o después de eliminar un foco irritativo, puede explicarse,
en parte, a través del restablecimiento del tono natural del SMAD. Dicho
de otro modo, al modificarse la actividad parabiótica del campo
interferente, los circuitos de autoorganización se tornan biológicamente
más económicos y se recuperan las funciones neurales naturales, entre
ellas el SMAD.
El dolor persistente predominantemente neuropático originado a
partir de lesiones en el propio sistema nervioso puede explicarse por la
alteración de la función trófica vinculada con la renovación y reparación
de células y estructuras. En estos casos también, el tratamiento
facilitador de las funciones neurales naturales que ofrece la Terapia
Neural, suele traducirse en la reparación de estructuras neurales
dañadas y en el alivio o curación del llamado dolor neuropático.
Es común que en la génesis del dolor persistente participen la
alteración de la función trófica reparadora y también la disfunción del
SMAD, conjuntamente. Las alteraciones tróficas que se expresan por
ejemplo, con exostosis articulares, disrupción y hernia discal pueden
asociarse con dolor nociceptivo persistente. Así como lo tónico no
puede separarse de lo trófico, y viceversa, y la función es siempre
tónico-trófica, lo mismo puede decirse del dolor persistente que siempre
es nociceptivo-neuropático, con predominancia de uno de los
mecanismos o del otro.
El tratamiento clásico del dolor crónico nociceptivo incluye:
inhibidores de la nocicepción: antiinflamatorios no esteroides,
analgésicos no antiinflamatorios, esteroides; estimuladores de la
modulación: opiodes y antidepresivos. Su efecto es paliativo y la
medicación debe recibirse de por vida. Para el tratamiento del dolor
neuropático, la Medicina Clásica recurre a la inhibición de la actividad
neuronal mediante el uso de antiepilépticos (carbamacepina,
pregabalina, valproato) y de antidepresivos. Estos últimos se emplean
también como estimuladores de la modulación además de los opioides.
El resultado es paliativo y el tratamiento de por vida.

90
Por el contrario, la Terapia Neural, tanto para el dolor nociceptivo
como para el neuropático, promueve la recuperación de circuitos de
autoorganización biológicamente económicos mediante el tratamiento
de campos interferentes y la eliminación de focos irritativos. El resultado
es la recuperación de la actividad tónica-trófica neural natural.
Entonces, dos factores, en forma separada o conjunta, pueden
constituir el origen del dolor persistente:
1) Alteración de la función neural tónica moduladora
antinociceptiva descendente (SMAD) que disminuye el umbral del dolor.
2) Alteración de la función neural trófica natural que reduce la
capacidad renovadora, reparadora y conservadora de la forma de
células, tejidos, estructuras y órganos.

La enunciación de estas afirmaciones surge a partir de la


observación de pacientes portadores de dolor persistente en diferentes
localizaciones del cuerpo con diagnósticos diversos, de carácter
somático, visceral, vascular, neuropático periférico, simpático o central,
de meses o años de evolución, sin respuesta a diversos abordajes
terapéuticos convencionales en forma aislada o combinada: analgésicos
periféricos, antiinflamatorios no esteroides, corticosteroides,
antiepilépticos, antidepresivos, opiáceos, bloqueos regionales,
kinesiología, cirugía ortopédica, intervenciones quirúrgicas neuro-
destructivas y psicoterapia, o peor aún, con agravamiento de su dolor.
En la gran mayoría de este tipo de pacientes el tratamiento
orientado a facilitar la restauración de circuitos de autoorganización
biológicamente económicos, lo cual incluye el restablecimiento de la
modulación antinociceptiva y la recuperación de la función trófica

91
renovadora y reparadora, condujo a la solución del problema de dolor,
en forma generalmente definitiva, y a veces inmediata, obteniéndose
además cambios profundos personales con sensación de bienestar.
Estos resultados dan validez empírica a la teoría enunciada.
Esta nueva concepción que explica la génesis y el mantenimiento
del dolor persistente, tiene en cuenta la participación del sistema
nervioso en el desarrollo de los procesos patológicos, el valor de la
memoria de irritaciones previas, la importancia del tono del sistema en
el momento en que actúa un nuevo estímulo irritativo y la influencia de
la historia de vida tanto en el origen del problema como en la evolución
de acontecimientos ulteriores. La persona, dentro del contexto de su
singularidad, hace un dolor, hace una enfermedad como parte de su
devenir biológico. Y en esos procesos participan múltiples elementos
diferentes que determinan que esa manifestación sea única e irrepetible
y que sólo le corresponda a esa persona.
El tratamiento singularizado en base a la historia de vida de ese
ser, permite al organismo hacer su proceso de curación y recuperar su
bienestar, sin medidas impositivas ni paliativas.
Esta interpretación de lo que significa el dolor persistente quita
validez al uso de fármacos analgésicos, bloqueos anestésicos,
neurocirugía analgésica, etc. y permite entender por qué el tratamiento
de campos y focos interferentes involucrados puede traducirse en el
alivio o en la desaparición definitiva del dolor (a veces inmediatamente
tras la acción terapéutica).

A modo de resumen, el dolor persistente se genera a partir de cambios tónicos


y tróficos. Esos cambios, es decir la alteración o pérdida de estas funciones se deben a
cambios no económicos de los circuitos de autoorganización (cambios en el sistema
nervioso descriptos por Speransky), que a su vez responden a irritaciones o
interferencias.

92
Nota 78: Dolor y psiquismo.

Con respecto a los factores psicopatológicos y/o ambientales que


la Medicina Clásica considera como contribuyentes o causales del dolor
crónico, mi observación es que la enfermedad persistente, el uso
constante de medicamentos, las intervenciones quirúrgicas inútiles, a
veces reiteradas, la discapacidad, la dependencia de terceros y los
problemas económicos asociados constituyen, en realidad las causas
del desequilibrio psíquico que puede observarse en estos enfermos. A
su vez, ese desequilibrio, consecuencia de problemas no resueltos por
ser tratados de un modo paliativo, puede complejizar aún más el
problema del dolor.

Nota 79:
El tono psíquico alterado y la Terapia Neural.

Psique y cuerpo no son entidades separadas, sino integrantes de


una unidad indisoluble. Incluyo al tono psíquico como una de las
funciones neurales naturales del ser humano. Es parte del conjunto de
funciones reguladas por circuitos de autoorganización. Por lo tanto
puede resultar alterado por las mismas irritaciones que comprometen
procesos orgánicos. Las funciones psíquicas están integradas a la
totalidad del ser y, por lo tanto, no pueden aislarse ni estudiarse por
separado. El tratamiento de campos interferentes facilita también la
resolución de distonías psíquicas en forma no impositiva a través del
restablecimiento de circuitos biológicamente económicos.
Los profesionales de la salud estamos educados para dividir al
ser humano para su estudio y tratamiento en partes cada una bajo la
supervisión de un especialista que sólo sabe de esa parte. Sin embargo
ese enfoque no se ajusta a la realidad, porque cuando una parte del
cuerpo-mente-espíritu se enferma, está enferma la totalidad del ser.
Ninguna parte funciona ni se enferma en forma aislada.
Por otro lado, los problemas psíquicos ponen de manifiesto un
desorden, y son el resultado de un proceso, cuya emergencia ocurre, en
este caso, en la esfera psíquica. De ningún modo esos síntomas son la
causa del problema. El tratamiento específico, sólo oculta la causa real
pero además puede conducir a la complejización del problema de salud.
Para que las funciones psíquicas naturales se mantengan sanas,
el organismo debe estar saludable. Todos los sistemas deben funcionar
en forma armónica. Factores irritativos persistentes pueden alterar la
función normal del sistema nervioso y causar enfermedades. Por lo
dicho, la mente, la psique, como cualquier otra parte del organismo, no
puede ser analizada como un elemento que funciona de un modo
independiente del resto de la persona.

93
Así como esta medicina evalúa la totalidad del ser para hacer un
diagnóstico e instituir un tratamiento, el tratamiento también actúa sobre
la totalidad del ser. Así como esta medicina plantea la no fragmentación
del ser, así actúa sobre los problemas de salud sean en la esfera
psíquica o física.
He tenido la oportunidad de ayudar a personas con angustia,
ansiedad, miedo, pánico, fobias, depresión, trastornos psicóticos, y a
víctimas de maltrato, tortura o abuso sexual. Todas llegaron y llegan
tratadas con fármacos psicotrópicos en abundancia, además de
asistencia psicológica. Con el enfoque sistémico, no-lineal de la Terapia
Neural es posible suprimir el “empastillamiento” en la mayoría de los
casos. Los recursos que utilizo son los mismos que para cualquier otra
manifestación de desorden del sistema, que en estos casos particulares
se expresa con predominancia en el tono psíquico.
Descartadas las causas orgánicas, la cefalea por estrés, el nudo
en la garganta o en la boca del estómago, la sensación de opresión
torácica, la disuria, los despeños diarreicos, la dificultad para tragar o
para inspirar profundamente, el insomnio, los sueños traumáticos etc.,
pueden ser manifestaciones de alteración del tono psíquico.
Existe memoria física de hechos afectivos. Puede intentarse una
aplicación terapéutica en el área donde ese ser singular somatiza sus
emociones, desde un habón intradérmico a una aplicación profunda
segmentaria. El paciente puede señalarse un área en particular de su
cuerpo donde sintió el impacto de un acontecimiento afectivo y que
requiere tratamiento. Existe memoria física del maltrato. Los golpes, el
abuso también dejan memoria. Para abordar esas áreas, si hiciera falta,
es necesario que el enfermo sepa que un nuevo estímulo puede traer a
la luz recuerdos muy desagradables. La resolución de campos y focos
interferentes suele contribuir al tratamiento y resolución del problema
“psíquico”. A partir de esos estímulos la totalidad del ser recibe la
información que habrá de facilitar cambios en los circuitos de
autoorganización lo cual, a su vez, permitirá al organismo recuperar el
tono psíquico alterado.

Nota 80:
Pensamiento, sentimiento, emoción.

El pensamiento se genera en la corteza cerebral, es un acto


consciente. El sentimiento es la parte mental de la emoción, y la
emoción es una compleja cascada de acciones y reacciones que implica
la somatización. Los síntomas orgánicos (somatización) son una vía por
la cual tomamos conciencia de esa emoción.

94
Nota 81:
No hay enfermedades, hay enfermos.
Singularidad e Historia de vida.

¿Qué significa esto? Significa que los diagnósticos de


enfermedad, de cualquier enfermedad sea artritis reumatoide –AR-,
colon irritable, fibromialgia, lupus, cefalea, vértigo, etc., tienen que ir
aclarados con el nombre de la persona enferma. Entonces el
diagnóstico sería (ejemplo) la AR de Juana, que es distinta de la AR de
Mirta y de la de Pedro, y que es una AR única de esa persona y que por
lo tanto debe recibir un tratamiento personalizado. No tiene sentido
tratar a todas las AR por igual, ni a cualquier otro diagnóstico-
enfermedad sin haberle puesto el nombre y apellido de la persona
protagonista. Porque “Juana”, “Mirta” y “Pedro” tienen historias de vida
diferentes, es decir causas propias que fueron generando cambios en
su organismo que se manifiestan hoy como su enfermedad. Y cada
problema de salud debería ser tratado según sus causas generadoras
físicas-emocionales-espirituales. La Terapia Neural lo entiende así.
Aquí es necesario aclarar también que para la Terapia Neural
tampoco existen los diagnósticos clásicos. Para la Terapia Neural, el
único diagnóstico es que la persona está enferma y que eso se debe a
una alteración o pérdida del orden natural.
Cada persona es singular. Cada ser singular tiene su propia
historia de vida. Las manifestaciones (síntomas y signos) de
enfermedad están vinculadas a esa historia. Cada ser singular debería
recibir tratamiento personalizado. Las respuestas a los tratamientos son
únicas para esa persona y la evolución también. La historia de vida
convierte a la persona en un ser singular. Esa historia se inicia ya con
sus ancestros y guarda toda la información que permitirá encontrar el
origen de sus problemas de salud y hacer un tratamiento sanador “a
medida”. Aquí yace la importancia de recordar que sólo hay el enfermo
con su propia singularidad.
Ya J.T. Kent autor del libro Filosofía Homeopática, (1849-1916),
aconsejaba a sus discípulos no tratar un “diagnóstico”, una etiqueta
patológica. También señalaba que no existe un tratamiento que tenga
un valor absoluto. Un tratamiento únicamente es bueno para un
organismo particular, en un momento particular de su existencia, y en
condiciones particulares determinadas por su estado.
A su vez. Paracelso (1493-1541), consideraba que el médico ha
de tratar cosas invisibles, lo que es visible debe formar parte de su
conocimiento y ha de saber reconocer la enfermedad por sus síntomas,
del mismo modo que pueden hacerlo los que no son médicos. Pero que
eso no le convierte en médico: se convierte en médico cuando es capaz
de reconocer los factores innominados, invisibles e inmateriales.

95
Nota 82:
¿Qué es salud? ¿Qué es enfermedad?

Como ya lo he mencionado, es importante comprender que el


concepto que el profesional tenga sobre salud y enfermedad determina
íntimamente su actuación práctica. La elección de una forma de ejercer
la medicina, la forma de encarar la salud y la enfermedad, la forma de
establecer la relación médico-enfermo es una cuestión individual que
tiene que ver con la intimidad humana del médico.
Una salud que, de acuerdo a la definición de la OMS: “la salud es
un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente
la ausencia de afecciones o enfermedades”, es inalcanzable, y una
enfermedad siempre presente se complementan muy bien con los
intereses de la industria farmacéutica, que vive de la enfermedad y no
de la salud. Aún más, vive del terror a la enfermedad y a la muerte.
Si se entiende la salud como aquella situación en la que los
parámetros fisiológicos, bioquímicos e imagenológicos se encuentran
dentro de los límites considerados normales de acuerdo a estudios
estadísticos obtenidos en ciertos grupos poblacionales y aplicados en
forma universal a toda la humanidad, y la enfermedad como la situación
en la que esos parámetros salen de dichos límites, el profesional
intentará, por el método que la “medicina basada en la evidencia”
designe como más conveniente, llevar a esa persona singular al espacio
ocupado por la mayoría estadística de modo de poder considerarla
sana. En cambio, si se entiende la enfermedad, no como lo opuesto a la
salud, ni sinónimo de la ausencia de un proceso patológico, sino como
parte de un proceso que hace el ser en su devenir vital, y se acepta que
el organismo posee el conocimiento que le permite encontrar el camino,
para vivir y también para enfermarse y curarse, el profesional actuante
sabrá respetar las reacciones curativas naturales, y actuará sólo
facilitando la recuperación de circuitos de autoorganización económicos
desde lo biológico, sin imposiciones generadoras de más enfermedad.
Desde este punto de vista, la salud, no es medible, comparable,
ni controlable, es la sensación propia y profunda de bienestar, es el
sentirse bien físicamente, consigo mismo y con el entorno. Cuando se
entiende que la salud, la vitalidad física y psíquica son el emergente del
funcionamiento en equilibrio armónico y dinámico de todos los
componentes interactuantes que constituyen la persona singular, en su
relación con la sociedad y la Naturaleza, la idea de salud no puede
quedar limitada por valores estadísticos normatizados. Ese “sentirse
bien” engloba lo psíquico, lo físico, lo social, lo económico, lo político, lo
cultural, lo histórico y lo ecológico.
La enfermedad no es ajena al ser. La enfermedad no es algo que
viene de afuera, que ataca, que la persona lo adquiere o se contagia, la

96
enfermedad no es un desarreglo en un determinado lugar del organismo
que requiere ser reparado. En determinadas circunstancias, la
Naturaleza busca un nuevo orden que le permita a ese ser vivir y
sobrevivir. La enfermedad es una reacción del organismo como un todo
que puede manifestarse más en un sitio que en otro.
El Dr Julio César Payán sintetizó el concepto de salud como “el
proceso vital por medio del cual uno se acepta a sí mismo.”

Nota 83:
Los procesos patológicos, y el sistema nervioso.

Cualquiera sea la patología, los procesos patológicos son


enteramente dependientes de las influencias nerviosas desde su origen
hasta el final. El inicio de los problemas de salud se corresponde,
habitualmente, con una irritación neural física, emocional, química o
biológica que, a su vez, inicia un proceso de cambios distónico-
distróficos en el propio sistema nervioso y en el resto del organismo. La
desorganización de las correlaciones neurales, observada por
Speransky, es decir la desarmonía, es parte del proceso de hacer una
enfermedad. Los cambios en las cualidades naturales tónico-tróficas
finalmente se manifiestan con signos y síntomas. El estado patológico
está definido por la generación de circuitos de autoorganización
cualitativamente distintos. O sea que la enfermedad representa algo
diferente en el continuo de la vida. La enfermedad no es la distorsión ni
la alteración del estado de normalidad, así como tampoco la
consecuencia del ataque de algo extraño. Las diferentes enfermedades
con sus diferentes nombres y tratamientos tienen una causa común
inespecífica: la irritación del sistema nervioso y la consiguiente
desarmonía. Su tratamiento también debería ser inespecífico por esa
razón la Terapia Neural cumple con esa idea.

Nota 84:
El sistema nervioso y su papel en la comunicación.

La importancia dada al sistema nervioso como medio de


comunicación, de transporte de la información en uno y otro sentido,
probablemente sea exagerada como consecuencia del desconocimiento
de otros medios de comunicación dentro del organismo y del organismo
con su entorno,. Los medios de comunicación del ser vivo, tanto interna
como externa, conocidos hasta ahora, como la disponibilidad de energía
coherente, la comunicación cuántica y electromagnética, a través del
agua en estado de cristal líquido con sus puentes de hidrógeno, y del

97
citoesqueleto, medios con una capacidad de comunicación mucho más
amplia y veloz que el sistema nervioso, tornan como muy probable el
hecho de que este sistema actúe sólo como modulador y de ningún
modo como único medio de intercomunicación biológica.
Puede inferirse que la intercomunicación dentro del propio
organismo llevada a cabo por numerosos medios diferentes e
intervinculados, permite su accionar coherente, con ahorro energético y
baja producción y acumulación de entropía, así como, la integración de
las partes al todo y lo global a lo particular. Es necesario tener en cuenta
que la intercomunicación es fundamental para estar sano, en el proceso
de hacer una enfermedad así como en el de recuperar la salud. Las
interferencias cibernéticas participan en la génesis y mantenimiento del
proceso de enfermar y afectan la parte y la totalidad. La terapéutica
inespecífica mediante un agente anestésico local diluido, actúa también
mediante la introducción de cambios en la información cibernética en el
todo y en la parte.

Nota 85:
El sistema nervioso y sus divisiones.

El sistema nervioso fue dividido en partes de acuerdo a sus


relaciones anatómicas y funcionales (central, cortical, medular espinal,
periférico, vegetativo, simpático y parasimpático). Esta división es, en
realidad, una abstracción mental que no responde a la realidad biológica
pues las interconexiones e interrelaciones entre sus diferentes áreas
son incontables, cambiantes, de gran plasticidad. El desarrollo del
pensamiento sistémico condujo al concepto de red que, de hecho,
significa que el sistema nervioso es uno solo y no puede ser
fraccionado. Los descubrimientos acerca de la plasticidad neuronal, de
la posibilidad de que las interconexiones neurales puedan establecerse
como algo nuevo o que un mismo nervio pueda conducir diferentes tipos
de información, así como el hecho de que una misma conexión pueda
actuar como on o como off según las circunstancias, significaron un
cambio conceptual muy profundo.
La observación puramente anatómica condujo al desarrollo de la
idea “de cable telefónico” de comunicación neural, con un emisor y un
receptor, que los descubrimientos señalados desterraron, aunque aún,
muchos profesionales sigan pensando que la sección, la alcoholización,
la fulguración eléctrica o con láser, la microcompresión u otras técnicas
destructivas de estructuras neurales constituyen una opción terapéutica
que tiene validez.

98
Es una realidad que las conexiones nerviosas no pueden explicar
toda la actividad comunicacional que acontece en el ser vivo. Es
frecuente comprobar relaciones entre diferentes partes del organismo
sin que exista relación neuroanatómica directa.
De acuerdo a la división anatómica clásica, el sistema nervioso
vegetativo se asocia desde el punto de vista cibernético y funcional con
el eje hipotálamo-hipofisario-glándulas de secreción interna, con el
sistema somático-motor y con el complejo sistema inmunitario. Los
centros vegetativos presentan amplias conexiones que influyen en todas
las funciones orgánicas. El sistema vegetativo constituye el componente
eferente más importante del sistema nervioso, posee conexiones
neuronales integradoras y arcos reflejos completos.
A su vez, el sistema nervioso vegetativo es dividido en una
porción central representada por centros neurales en la corteza,
hipotálamo, mesencéfalo y bulbo, y por vías de comunicación axonales
que transcurren por el tronco cerebral y la médula espinal. La porción
periférica está representada por neuronas eferentes agrupadas en
ganglios cuyos axones llegan a los diferentes órganos y estructuras
corporales. De hecho, es común que ganglios del sistema vegetativo
resulten afectados por cambios patológicos (distónico-distróficos) y por
ende que necesiten tratamiento directo. Es probable que los ganglios
vegetativos simpáticos y parasimpáticos tengan función de registro de
datos (memoria) y el anestésico local diluido inyectado localmente
ejerza parte de su acción modificándola.
Dependiendo de cada ser singular, es posible observar que los
ganglios vegetativos regionales pueden conservar información de
diferentes áreas anatómicas. Por ejemplo, el ganglio ciliar puede
presentar manifestaciones distónicas-distróficas en relación a
traumatismos, cirugías, infecciones del ojo o de la cara; el ganglio
esfenopalatino a problemas en la arcada dental superior, articulación
témporo-mandibular, senos de la cara, nariz, ojos, oído interno, trompa
de Eustaquio, boca, parte cefálica de la cara; el ganglio submaxilar a
problemas en la arcada dental inferior y glándulas salivales; el ganglio
estrellado a problemas homolaterales en cráneo, cerebro, cara, cuello,
tórax y miembro superior; problemas en el abdomen superior pueden
afectar a los ganglios dorsales T5-T12 y los ganglios lumbares L1-L3
pueden resultar afectados asociados a problemas abdominales,
pelvianos y de extremidades inferiores.
Al mismo tiempo, el tratamiento aislado del ganglio cervical
superior, del ganglio estrellado, del área vegetativa prevertebral L1, del
plexo perirrenal o del plexo de Frankehauser o vésico-genital,
procedente del ganglio hipogástrico, permite a veces resolver problemas
de salud distantes o generales.

99
Nota 86:
Los aportes de Speransky y la Terapia Neural.

La Terapia Neural se adapta perfectamente a los conceptos


teóricos desarrollados por Speransky a partir de sus investigaciones en
animales vivos. A través de la historia de vida, de los saltos de campo y
de la respuesta tras cada aplicación el terapeuta entrenado puede
encontrar los campos interferentes y los focos irritativos. La evolución
del proceso curativo debería seguir lo que se conoce como vicariación
regresiva. Cada paso regresivo implica un reordenamiento de los
circuitos de autoorganización tornándose, biológicamente, cada vez más
económicos. Hasta llegar al punto de ordenamiento que el organismo
esté en condiciones de alcanzar.
El organismo necesita tiempo, semanas, meses, para ir
recuperando un orden biológicamente más económico y en ir señalando
las áreas aún pendientes de tratamiento. El tratamiento sintomático,
paliativo, que se emplea en enfermos con problemas agudos o de
urgencia no puede ofrecer esto.

Nota 87:
Problemas agudos o de urgencia.

La Medicina Clásica ha desarrollado todo su accionar en el


manejo de problemas agudos o de urgencia alcanzando un notable
grado de efectividad. No obstante, comete el grave error de usar los
mismos criterios para tratar los problemas persistentes modificando sólo
el tiempo de tratamiento, generalmente de por vida.
Cuando la manifestación aguda pone en riesgo la sobrevida o la
vitalidad de una extremidad, es necesario actuar como lo hace la
Medicina Clásica, sintomáticamente, pero pueden usarse recursos más
fisiológicos, menos impositivos, que de algún modo tienen en cuenta las
ideas propuestas por Speransky. En estas situaciones también pueden
emplearse anestésicos locales diluidos con resultados interesantes.
La infusión endovenosa en bolo o continua de procaína o
lidocaína y los bloqueos de las diferentes cadenas simpáticas (según el
área corporal afectada) son los recursos disponibles. De ahí surge la
idea de aplacar la irritación localmente o sistémicamente impregnando
los tejidos sin diferenciación y “sin dar respiro” a la irritación. Esta forma
de tratamiento permite resolver la manifestación aguda, pero no
necesariamente su causa original. Actúa básicamente sobre el factor
irritante desencadenante o segundo golpe.
En el estado de impregnación hística, tras la infusión endovenosa
continua, algunos campos interferentes pueden resolverse. A veces tras
la terapéutica aguda surgen áreas sintomáticas más localizadas (saltos
de campo) que permiten ir resolviendo los problemas subyacentes.

100
Nota 88:
Infección e inflamación agudas.

En la situación clínica, los gérmenes se reproducen porque


encuentran un terreno con condiciones favorables para ello. En el caso
de una transfusión contaminada, la dosis inoculada puede ser lo
suficientemente irritante como para generar por sí una reacción
distónico-distrófica. Con excepción de la inoculación directa, los
gérmenes no son la causa de la inflamación-infección sino la
manifestación de un proceso distónico-distrófico subyacente. Los
gérmenes para desarrollarse requieren un sistema con cierto grado de
alteración tónico-trófica. El nuevo estímulo biológico que significa la
reproducción de gérmenes puede causar un agravamiento distónico-
distrófico y la aparición de signos y síntomas de inflamación e infección.
De acuerdo con Speransky, la evolución del proceso inflamatorio-
infeccioso es el resultado de la interacción de la irritación biológica con
un elemento clave, que es la reactividad del organismo. O sea, los
gérmenes son participantes necesarios pero no suficientes para generar
cuadros inflamatorio-infecciosos.
Dicha interacción explica la reacción inflamatoria natural (fiebre,
enantema, exantema, la producción de moco y pus, edema, etc.). De
acuerdo a la magnitud y características de dicha reacción, lo cual a su
vez depende del estado tónico-trófico previo del sistema, puede ocurrir
la curación, la agravación o la generación de un cuadro de distonía-
distrofia generalizada (representado por septicemia y falla multiorgánica)
y la muerte del paciente.
Es por esto que el tratamiento de los procesos inflamatorio-
infecciosos no debería descuidar el importante componente reaccional
del sistema nervioso.
Para evitar el desencadenamiento de una reacción neural
excesiva, una terapéutica sumamente útil es infiltrar el área con un
agente anestésico local diluido. Por ejemplo, el tratamiento de un
absceso séptico o aséptico mediante su infiltración periférica permite
llevarlo a una más rápida localización, supuración y resolución. El
tratamiento local de una herida quirúrgica o traumática reduce
enormemente su condición irritativa e impide que esa lesión actúe como
segundo golpe y que, a su vez, pueda traducirse en infección o en
retardo del cierre de la herida. La reacción local y/o general que genera
la mordedura de una víbora, la picadura de un escorpión o de una araña
sobre el sistema nervioso puede ser efectivamente contrarrestada
mediante la infiltración a tiempo de la herida.
Dentro de la misma idea, pero a partir de sus investigaciones
clínicas en seres humanos, Vischñevsky, postula que el desarrollo de un

101
proceso inflamatorio puede ser detenido mientras no haya llegado a la
supuración. En ese estado, la irritación aún es débil y la infiltración de un
agente anestésico local diluido (irritación débil) permite su resolución.
Cuando el proceso se encuentra en la fase de supuración o de
gangrena, la irritación neural es intensa; una nueva irritación, aún
cuando sea débil, puede agravar el cuadro. En estos casos, primero es
menester resolver la infección y la gangrena para llevar la irritación a un
grado débil y sólo luego, actuar con el anestésico local.
Actualmente, la Medicina Clásica sigue mirando al foco local de
inflamación como algo independiente, dominado por sus propias leyes, y
al germen como causa fundamental; y el proceso de la inflamación-
infección es explicado como el resultado de la capacidad local de los
elementos de los tejidos para reaccionar directamente frente al agente
irritante. Se reconoce al componente nervioso como un factor auxiliar
sobre el curso de la inflamación, pero de ningún modo como factor que
participa en su génesis. Esta forma de pensar conduce al uso de
antiinflamatorios no esteroideos, esteroides y antibióticos. Este es otro
ejemplo que muestra que la Medicina Clásica acciona sobre las
consecuencias y no sobre la causa.

Nota 89:
La evaluación de la parte y la totalidad.

Para resolver un problema agudo local es necesario enfocar la


parte, pero al mismo tiempo mantener el concepto del todo. Lo mismo
ocurre al mirar al microscopio una muestra de tejido o al hacer un
recuento hemático. El organismo funciona y hace una enfermedad como
totalidad, no obstante, también es necesario conocer y tener en cuenta
la parte. De ningún modo todo y parte se excluyen, siempre deben estar
integrados en la unidad del ser. El enfocarse sólo sobre la parte, por
ejemplo una fractura, una apendicitis, o una peritonitis, no permite
comprender la respuesta del organismo frente a la acción terapéutica, ni
su evolución ulterior. He comentado en otras Notas las “complicaciones”
que suelen presentar las personas de edad avanzada ante estímulos
“menores”; he señalado por qué razón una herida o una fractura pueden
infectarse o no cerrarse. En todas esas situaciones interviene el estado
tónico-trófico previo del sistema nervioso, es decir, la totalidad.

Sin embargo, como dice Edgar Morin: “El todo es incierto. Porque
muy difícilmente se lo puede aislar. Porque no se puede cerrar un
sistema entre los sistemas de sistemas de sistemas a los cuales está
enlazado. Es incierto para los sistemas de alta complejidad biológica, y
sobre todo para el homo sapiens, constituido por interrelaciones e

102
interacciones entre especie, individuo y sociedad. Este sistema es una
totalidad múltiple, una politotalidad, cuyos tres elementos inseparables –
especie, individuo, sociedad- pueden funcionar simultáneamente como
concurrentes y antagonistas. La totalidad es incapaz de encerrarse en sí
misma, es compleja.”
Es interesante conocer la opinión del físico cuántico David Bohm
autor de la teoría holográfica, respecto de la totalidad. M. Talbot, en su
libro “The Holographic Universe”, escribió lo siguiente:
“...Tanto su sensación de la importancia de la interconectividad
como su creciente insatisfacción con varias de los conceptos
prevalentes en la física cuántica condujeron a David Bohm a disentir
cada vez más con la interpretación de Niels Bohr sobre la teoría
cuántica. Niels Bohr consideró que los sistemas subatómicos son
indivisibles, sin embargo, ignoró las profundas implicancias de la
interconectividad en la naturaleza de la realidad.
David Bohm para profundizar su conocimiento escribió el libro
(Quantum Theory, publicado en 1951) que cuando lo terminó le permitió
tomar más conciencia de lo inconfortable que se sentía con lo que la
física cuántica decía. Entonces envió copias de su libro a Niels Bohr (de
quien no obtuvo respuesta) y a Albert Einstein con quien pudo iniciar
una serie de conversaciones filosóficas durante seis meses. Ambos
estaban admirados por la capacidad de esa teoría para predecir
fenómenos, pero lo que les molestaba era el hecho de que no proveyera
un camino real para concebir la estructura básica del mundo.
Niels Bohr y sus seguidores afirmaban que la teoría cuántica era
completa y que no era posible arribar a ninguna comprensión más clara
de lo que sucedía en el reino cuántico. Esto era lo mismo que decir que
no había una realidad más profunda más allá del panorama subatómico,
ninguna respuesta adicional que encontrar, y esto también hacía
rechinar la sensibilidad filosófica de David Bohm y de su interlocutor,
Albert Einstein.
David Bohm estaba buscando una mejor forma de describir la
realidad. Continuó sus investigaciones y desarrolló el concepto de un
nivel subcuántico que denominó potencial cuántico y teorizó que, así
como la gravedad, dicho potencial se difunde por todo el espacio. Sin
embargo, a diferencia de los campos gravitacionales, de los campos
magnéticos, etc., su influencia no disminuye con la distancia. Sus
efectos son muy sutiles pero tienen el mismo poder en todo sitio. David
Bohm publicó su interpretación alternativa de la teoría cuántica en 1952.
La respuesta de los físicos cuánticos ortodoxos fue totalmente negativa.
Los conceptos de Niels Bohr estaban tan atrincherados que estas
nuevas ideas fueron vistas casi como una herejía. No obstante los
ataques, David Bohm conservó su convicción de que había más que la
realidad que la visión de Niels Bohr permitía y sintió que la ciencia era

103
muy limitada en la evaluación de nuevas ideas. En 1957 escribió el libro
Causality and Chance in Modern Physics en el que examinó varias de
las suposiciones filosóficas responsables de esa actitud de la ciencia.
Una era la ampliamente sostenida presunción de que era posible para
una teoría única, como la teoría cuántica, ser completa. David Bohm
criticó esta presunción señalando que la Naturaleza puede ser infinita.
Como es imposible para ninguna teoría explicar completamente algo que
es infinito, David Bohm sugirió que la investigación científica podía ser
más útil si los investigadores se abstenían de hacer esa presunción.
En su libro argumentó que la forma en que la ciencia veía la
causalidad era también muy limitada. La ciencia enseña que la mayoría
de los efectos tienen sólo una o varias causas. Sin embargo David
Bohm consideraba que un efecto podía tener un número infinito de
causas. Por ejemplo, si se pregunta qué causó la muerte de Abraham
Lincoln, la respuesta puede ser que fue la bala en el arma de John
Booth. Sin embargo una lista de todas las causas que contribuyeron a la
muerte de Lincoln deberían incluir todos los hechos que condujeron al
desarrollo de las armas, todos los factores que determinaron que Booth
quisiera matar a Lincoln, todos los pasos en la evolución de la raza
humana que permitieron el desarrollo de una mano capaz de sostener
un arma, etc. David Bohm concedía que la mayor parte de las veces se
podía ignorar la vasta cascada de causas que conducen a un
determinado efecto, pero consideraba que para los científicos era
importante recordar que ninguna relación única causa-efecto estaba
realmente separada en algún momento del Universo como totalidad...”.

Nota 90:
El diagnóstico.

El único diagnóstico útil, señala Kent, fuera del contexto de


enfermedades agudas que requieren tratamiento de urgencia, es que “la
persona está enferma”. Cuando el objetivo es ponerle nombre a la
enfermedad se pierde de vista la causa básica. Cuando se prescriben
remedios en base a los síntomas y al nombre de la enfermedad pueden
producirse cambios en esos síntomas, pero no necesariamente curación
del enfermo; además, como resultado de aquellos tratamientos y de la
persistencia de la causa, puede ocurrir que el proceso de enfermar
continúe, que cambie su curso, que se agrave y se manifieste con otro
cuadro clínico (una “nueva enfermedad”) generalmente más complejo
(vicariación progresiva).
Además de diagnosticar que “la persona está enferma”, el otro
diagnóstico que debería hacer un buen terapeuta neural, es acerca de
la existencia de un desorden, de una pérdida de la armonía natural.

104
A partir de ahí puede abocarse, a través de la historia de vida a
encontrar los factores irritativos, el factor desencadenante, o segundo
golpe y sobre todo la interrelación e interacción de esos factores. A
través de ese diálogo con el enfermo, de las reacciones tras
aplicaciones previas y su senti-pensar podrá intentar un tratamiento que
permita al organismo establecer un nuevo orden natural.
El sentí-pensar es una dualidad antagónica y complementaria que
es necesario poner en práctica y desarrollar como parte del arte médico.
Como lo es: la percepción, la intuición, el ojo clínico y el deducir,
investigar, estudiar.
Los cambios morfológicos, el dolor, los trastornos funcionales, el
desarrollo bacteriano o las modificaciones en los niveles de sustancias
orgánicas en los líquidos corporales representan diferentes
manifestaciones de alteraciones en las funciones neurales. No son parte
del diagnóstico porque representan la consecuencia y no la causa.
Aunque sí, son datos que pueden ser de utilidad como parámetros para
medir la respuesta al tratamiento.
Como señalé en la Nota 33, para los problemas persistentes de
salud, el diagnóstico de la Medicina Clásica carece de valor. Es que el
diagnóstico ya no consiste en identificar la enfermedad en base a
síntomas y signos para, mecánicamente, sugerir el tratamiento indicado
por un algoritmo preconcebido, sino en encontrar, a través de la historia
de vida, la irritación inicial del sistema nervioso y, frecuentemente, las
irritaciones subsiguientes, para poder comprender el proceso de “hacer
una enfermedad” y proceder entonces a llevar a cabo el tratamiento
singular correspondiente para ese ser.
Como corolario, los resultados terapéuticos obtenidos con un
enfermo singular no permiten sacar conclusiones útiles para el
tratamiento de otro y menos para el resto de la humanidad, porque cada
ser es único, su historia de vida es única, tiene problemas propios, debe
recibir tratamiento individualizado y tendrá respuestas singulares.

105
Nota 91:
Ficha digital de historia de vida.

Esta es la plantilla de Word que empleo para registrar los datos


de la historia de vida y los tratamientos. Cada casillero se puede ir
ampliando con las siguientes sesiones.

En Rx, pego la fotografía digital de la radiografía panorámica. El


paciente trae su radiografía ya en la primera consulta.
En Fármacos: los medicamentos que consume.
La Fecha de las consultas va en la línea horizontal superior.
En Campos, columna vertical, voy escribiendo los posibles
campos interferentes que van apareciendo durante el diálogo inicial y
agrego los que se van sumando con el diálogo o las respuestas
biológicas en las siguientes entrevistas. Resalto los campos más
sospechosos de ser interferentes.
En Procedimiento escribo lo hecho en cada sesión y a la
derecha, las reacciones y respuestas ulteriores.
Esta ficha ofrece la ventaja de tener acceso a la radiografía
dental. Se pueden agregar nuevas tras los tratamientos odontológicos.
El hecho de ir registrando los posibles campos permite, muchas veces
cuando uno se encuentra en una disyuntiva terapéutica, detectar algún
posible campo no tratado hasta ese momento. Las respuestas señalan
si un campo conviene ser vuelto a tratar o no.
Para sacar una foto digital apoyo la radiografía sobre la
computadora con la pantalla en blanco.

106
Nota 92:
La búsqueda de campos interferentes y la historia de vida.

La historia de vida de la persona que solicita ayuda médica arroja


información sobre esas condiciones iniciales que tornan a cada persona
un ser único. En consecuencia, la enfermedad que hace esa persona y
el desarrollo de ese proceso no permiten sacar conclusiones generales
para el resto de la humanidad.
La historia de vida constituye una forma de conocer el proceso
que ese paciente singular hizo hasta llegar a desarrollar los problemas
de salud por los que consulta. Es la historia de las irritaciones y de las
reacciones de su sistema nervioso a nivel físico y emocional así como
de los cambios que esas alteraciones causaron en su relación consigo
mismo y con el medio. La historia de vida es el recurso necesario para
indagar en el proceso que recorrió esa persona en la generación de su
propia enfermedad.
Comúnmente, por medio de la historia de vida, puede visualizarse
la sucesión de problemas de salud de ese ser singular y los efectos de
los diferentes diagnósticos y tratamientos recibidos. Esto habitualmente
permite detectar la irritación o irritaciones iniciales, es decir los posibles
campos y focos interferentes.

Nota 93:
El proceso de la enfermedad y la historia de vida.
Comprobación empírica.

Caso clínico:
Me consultó un hombre de 65 años por enorme dificultad para
caminar por dolor lumbar derecho y rodilla derecha. Trabaja en una
oficina y actualmente debe permanecer sentado la mayor parte del día.
Concurre con un bastón canadiense.
A los 6 años fue operado de amígdalas. A los 29 años fue
operado de hernia discal lumbar por dolor lumbar (el dolor lumbar nunca
cedió totalmente), a los 55 de hernia discal cervical por dolor cervical, a
los 60 por carcinoma labial con extirpación ganglionar submaxilar
bilateral, resección mandibular y reemplazo con injerto óseo peróneo.
Además pérdida de la totalidad de la dentadura en forma paulatina. La
cirugía oral agravó la sintomatología dolorosa lumbar con irradiación del
dolor a ambos miembros inferiores.
El inicio del problema en la boca y su agravamiento con la
intervención en esa misma área, llevaron mi aguja a los pilares del
paladar. El resultado fue inmediato y "mágico". Consideré la aplicación

107
en el área de la cirugía labial y maxilar para una segunda oportunidad si
hiciera falta. Preferí hacer sólo esa intervención y esperar. No fue
necesario hacer nada más.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Nota 94:
La investigación clínica científica y la historia de vida.

En los trabajos de investigación que siguen el método científico,


aún cuando las condiciones experimentales sean idénticas, la historia
de vida torna imposible una comparación adecuada entre los casos
estudiados porque es esa historia de vida la que determina el
diagnóstico, el tratamiento, la evolución y la respuesta.
Esta es la razón por la que la Terapia Neural no se amolda al
método científico. En realidad es el método científico el que falla al
hacer esos estudios. Sus resultados nunca pueden tenerse como
certeros, son simples aproximaciones estadísticas. La incertidumbre es
parte de la Naturaleza.

Nota 95:
El motivo de consulta.

Entendemos al motivo de consulta simplemente como el objeto


visible, como la manifestación actual del proceso y de ningún modo
como la enfermedad en sí. La Medicina Clásica toma al motivo de
consulta como lo que hay que resolver, anular, tapar y destruir, cuando
es sólo lo que aparece, se manifiesta, después de un largo proceso.
Tratar el motivo de consulta es medicina sintomática, paliativa que no
resuelve el problema de fondo.
El motivo de consulta debería iniciar el diálogo, la búsqueda de
posibles irritaciones interferentes. Es necesario escuchar y oír lo que el
paciente piensa y dice acerca de la causa de sus síntomas aún cuando
parezca algo sin sentido.
-Dr. vengo a verlo porque tengo tal diagnóstico…
-No, Sr., Sra., por favor dígame qué le está ocurriendo, qué
problema tiene…
Luego le explico la razón por la que no tomo en cuenta el
diagnóstico que trae a cuestas.

108
En mi experiencia las opiniones de otros profesionales, con sus
diagnósticos cuyos tratamientos no resolvieron el problema carecen de
valor. Sólo me parecen importantes aquellas opiniones de especialistas
cuando le dicen al paciente: “Ud. no tiene nada que justifique sus
síntomas” o “su problema no justifica una intervención quirúrgica”. Son
respuestas honestas y valederas. En esos casos es muy probable que
la forma de considerar la salud y la enfermedad que tiene la mirada
sistémica y no-lineal de la Terapia Neural, distinta a la percepción de la
Medicina Clásica, hará la diferencia.

Nota 96:
El arte de obtener información útil de la historia de vida.

La historia de vida no se completa en la primera entrevista, sino


que se va desarrollando en el transcurso de las siguientes consultas a
medida que el enfermo va tomando conciencia de la importancia de su
propia historia. Siempre es necesario despejar el territorio, o como se
dice, separar la paja del trigo, ir rescatando lo valioso. Es necesario
conocer el punto de inicio del problema. ¿El problema actual, es
realmente actual o empezó hace tiempo? ¿Cuándo ocurrió el primer
episodio, o un episodio similar, en la misma área o en un área
relacionada? ¿En relación con qué hecho? ¿Qué pasó en su vida en
esa época? ¿Hubo algún procedimiento médico, odontológico? ¿Con un
problema emocional, con una pérdida? ¿Durante o después de un
embarazo o parto? ¿A los 17, 18, 20 años? ¡Muelas de juicio!
Es frecuente que el enfermo consulte por un agravamiento,
intensificación o generalización de un síntoma existente desde mucho
tiempo atrás, sin embargo, también es común que el enfermo no
reconozca esa relación, es necesario profundizar en ese punto, pues la
participación activa del enfermo en su proceso de curación es esencial.
El cambio en la intensidad o en la ubicación anatómica del problema
hace que el enfermo no relacione el hecho actual con hechos del
pasado. Es importante reconocer ese tipo de vínculos, porque
enfatizando sólo lo visible, lo actual, resulta imposible resolver el
problema desde su causa. El saber cuándo realmente apareció la
primera manifestación del actual síntoma de consulta permite, muchas
veces, detectar cuál fue el factor irritativo inicial; es fundamental la
concatenación temporal de los hechos de la vida. Muchas veces, con
una buena guía por parte del terapeuta, el paciente puede relacionar el
comienzo de la sintomatología con una cirugía, un procedimiento
odontológico, un embarazo, un parto, o con una situación afectiva.
También hace falta preguntar acerca de situaciones que pudieran
haber agravado el problema original, o situaciones o tratamientos que

109
hayan disminuido o modificado la sintomatología. A partir de esta
información también pueden detectarse posibles campos interferentes.
Siempre hay que intentar que el enfermo pueda relacionar hechos
de su vida con el comienzo o empeoramiento de su enfermedad. En
general el enfermo no está acostumbrado a eso. Más bien está educado
a relacionar hechos inmediatos con el comienzo de síntomas actuales,
que un golpe, un esfuerzo, un cambio de clima, un enojo, un duelo. No
está educado tampoco a relacionar síntomas actuales con situaciones
de enfermedad iniciadas en el pasado. No obstante, modificar esa
formación es parte del trabajo del terapeuta, educar.
Por supuesto existen personas, la minoría, que sí pueden
relacionar el problema actual con su historia de vida. En tales casos, el
terapeuta debe tomar todo lo que el paciente dice como válido (hasta
que se demuestre lo contrario) aún cuando parezca absurdo o
incoherente. Es importante observar la actitud del enfermo, sus cambios
de expresión, su voz, los sitios del cuerpo que se señala, etc.

Nota 97:
Los estudios convencionales y el diagnóstico.

Las diferentes imágenes radiográficas (cambios articulares,


herniación discal, osteopenia, etc.), en general, representan la
manifestación actual del proceso iniciado muchos tiempo atrás (lo
mismo puede decirse de los estudios de laboratorio). Todos estos datos
son tenidos en cuenta, pero con la conciencia clara de que representan
“una fotografía actual y no la película completa”. El paciente concurre
con su bolsa llena de estudios y enormes dosis de radiación recibida.
Sin embargo es muy poca la información útil que pueden aportar. Lo
que se ve en esos estudios es la consecuencia, no la causa.
En cambio considero a la ortopantomografía o radiografía dental
panorámica absolutamente necesaria justamente porque puede dar
datos sobre la posible causa, sobre la irritación primaria en el proceso
de hacer una enfermedad. Gran parte de los problemas crónicos de
salud pueden resolverse a partir de la boca. Ya desde hace tiempo pido
la radiografía para que el enfermo concurra con ella en la primera
entrevista, se gana mucho tiempo. Hay que tener en cuenta que pueden
observarse imágenes de años de estar allí sin dar síntomas locales.
Incluso una radiografía en un enfermo desdentado puede dar mucha
información y permitir encontrar la causa del problema.
Aquí presento un intercambio de ideas vía e-mail con un enfermo
(Sr. Alfredo) a quien le pedí trajera su radiografía panorámica digital:
-Estimado Dr Koval. Tengo una cruralgia crónica y desearía me
concediese un turno lo antes posible.

110
-Teniendo en cuenta que el problema de salud por el que me
consulta puede tener su origen en problemas odontológicos, actuales o
pasados, sería conveniente que trajera una radiografía dental
panorámica digital.
-Disculpe doctor pero mi dolor es en la parte superior de mi pierna
derecha, no en la cara.
-Disculpe Sr Alfredo, pero Ud es una sola persona y su dentadura
le pertenece así como la pierna. Es común que las partes se vinculen.
No somos máquinas.
-Ah!, ahora entiendo. Dr hoy me saco la radiografía sin falta Sólo
dígame para cuándo me da el turno.

Nota 98:
La relación humana entre el terapeuta, el enfermo y
muchas veces su familia.

Durante muchos años ejercí como médico ortodoxo, y, por unos


13 años me dediqué casi exclusivamente a tratar enfermos terminales
con dolor a quienes aliviaba de diferentes modos pero principalmente
usando la escalera de la OMS: antiinflamatorios no esteroideos-
codeína-morfina sumándole tentativamente lidocaína EV y algunos
bloqueos. Gran parte de mis éxitos los atribuyo a la relación que
establecía con el paciente y su familia. Quiero decir con esto que
lograba una relación que excedía la meramente medicamentosa o la
“obligación” de sonreir, saludar, ser amable. Sin embargo desde que he
profundizado en la Terapia Neural siento que la relación es distinta, es
mejor, más profunda, quizás porque apunta a la vida y no a la muerte, o
porque respeta la singularidad del ser, lo cual genera un mayor grado de
retroalimentación o quizás, por ambas cosas. Indudablemente ese
acercamiento –desde el alma- es un enorme colaborador para la
mejoría o curación del enfermo, como así lo fue y lo es para el
desarrollo humano de mi persona.
Considero que la Medicina Clásica, mecanicista, fragmentadora,
fármaco-dependiente, basada en esquemas terapéuticos semi-rígidos
dirigidos desde los grandes laboratorios farmacéuticos con nuestros
médicos “alimentándose” en congresos organizados por aquéllos
mismos, ha conducido a una relación médico-paciente también semi-
rígida, mecanicista y fragmentadora. Donde el esquema farmacológico o
intervencionista impuesto se traduce en un vínculo dónde el paciente
debe cumplir y el médico sonreir-saludar-ser amable. Cuando el
esquema fracasa, a pesar de haber sido cumplido, la Medicina Clásica
en lugar de hacer una autocrítica y buscar salidas no ortodoxas rechaza

111
al paciente, lo acusa de culpas variadas o de padecer un trastorno de
orden psicológico.
Lo que a mi juicio aporta la Terapia Neural a la relación médico-
paciente es el optimismo por la vida. Es creer en la capacidad
reparadora de la naturaleza. Es creer en el ser humano. La Terapia
Neural es liberadora, da la oportunidad al organismo de encontrar su
propio camino, sin imposiciones. La Terapia Neural tiene carácter
libertario pues, en lugar de imponer un camino, le da al organismo la
libertad para elegir el propio. La persona tratada recupera su condición
esencial, es ella misma, sin la influencia de efectos farmacológicos
extraños, y esto se debe, en gran medida, a que el estímulo
neuralterapéutico facilita, a través de la comunicación orgánica interna,
la recuperación de circuitos de autoorganización biológicamente
económicos y en consecuencia el restablecimiento de funciones
neurales naturales alteradas o perdidas.
El enfermo así tratado, consciente o inconscientemente, se siente
íntegro, comprendido y respetado y responde en consecuencia. El
vínculo con el médico así se torna mucho más fructífero y humano.
Ahora bien, el enfermo llega con sus concepciones, expectativas
y esperanzas que no necesariamente son similares a las del terapeuta.
Habrá que coordinar objetivos y tiempos. Habrá que explicar que el
proceso de curación no es lineal.
Es importante que el médico acepte que el enfermo sabe y
percibe y que sus interpretaciones aunque parezcan “descabelladas” o
“sin sentido”, son de alto valor para el diagnóstico y tratamiento.
También que posee un concepto de curación propio que es fundamental
respetar y compartir y que son singulares sus vivencias de enfermedad,
de curación y de bienestar.
Respecto de este tema el Dr Julio César Payán escribió:
“Mientras que el aparato sanitario ortodoxo ejerce un poder impositivo:
“Yo sé lo que Ud. necesita”, en la visión alternativa se dialoga con ese
otro poder inteligente que es el ser del paciente, que en este caso ya no
es paciente sino actuante.
Así la relación médico-enfermo pasa de ser una relación de poder
a una de solidaridad, de reconocimiento de saberes, de respeto; diría
que es entonces una relación profundamente amorosa.”
Si como médico uno trata la enfermedad, el resultado puede ser
que el enfermo se cure o no. Si uno trata a la persona enferma, seguro
que habrá dos personas que se habrán beneficiado como seres
humanos, el enfermo y el médico. El resultado final será muy bueno aún
cuando no se produzca la curación.
El hecho de tratar al enfermo y no a la enfermedad permite
modificar el estado de incomprensión e indiferencia a que nos remite la
sociedad actual en su actitud de “sálvese quien pueda”. A pesar que la

112
comunicación humana es parte de la naturaleza del ser, la humanidad
está inmersa en la incomunicación pese a todos los avances en el área
de la tecnología.
Las máquinas, los estudios, los exámenes tecnificados han
reemplazado al humano y eso resulta extremadamente nocivo para la
salud ya alterada del enfermo y por supuesto también para el
profesional actuante o mejor dicho, no actuante.
Es de destacar el hecho de que la certidumbre de la propia
existencia sólo se obtiene en la comunicación profunda con el otro.
Somos seres sociales. El sentirse pleno como ser humano no proviene
sólo del hecho de existir sino de ser junto a otro.
Una interesante reflexión de Laura Restrepo en “La Multitud
Errante”: Él viene hacia donde yo ya estoy. Cómo o por qué llegué, de
dónde vine, para dónde voy, es algo que no se pregunta. Da por
sentada mi permanencia, y yo, aún sabiéndola incierta, lo invito a que
cuente con ella. Y lo hago desde el fondo de mi honestidad, porque
intuyo que sigo aquí justamente para que él –él y todos los suyos-
puedan llegar. Es extraño y seductor, esto de servir de puerto cuando
uno se sabe embarcación”.

Nota 99:
La relación médico-paciente en la Medicina Clásica.

Muchos profesionales de la Medicina Clásica establecen una


excelente relación humana con sus pacientes, sin embargo predomina
la relación del poder. “Yo sé lo que le pasa”, “Yo sé lo que Ud. necesita”,
“Yo estudié medicina y Ud. es el paciente que tiene que cumplir mis
indicaciones, de lo contrario no venga más”. “Eso que Ud. me cuenta
tendrá que consultarlo con el especialista correspondiente o con el
psicólogo”. Pero además existe una cuestión conceptual. El médico
clásico busca en esa relación, sea humana o deshumanizada, introducir
al paciente en un casillero diagnóstico, de acuerdo con los ítems del
vademécum clásico. Y esto lo hace por las buenas o por las malas. Por
las buenas, cuando los síntomas y los exámenes de laboratorio y
radiológicos coinciden con aquéllos ítems, y por las malas cuando sólo
algunos elementos coinciden y otros sobran -entonces se recortan- o
faltan –entonces el espacio libre se omite- con el único objeto de
completar el diagnóstico para poder aplicar el vademécum
preestablecido y aprobado por la Food and Drug Aministration (FDA). Lo
cual por un lado cubre ante juicios por mala praxis y, por otro, deja a los
laboratorios farmacéuticos contentos. El vademécum clásico ha sido
elaborado en base a estudios poblacionales, a veces grandes y otras no
tanto, cuyos resultados se manejan estadísticamente, muchas veces

113
viciados de nulidad porque están conducidos por científicos empleados
de esas empresas y dirigidos para demostrar a toda costa los beneficios
de tal o cual fármaco, que años después se demuestra tóxico o inútil.
Esos resultados se aplican a toda la humanidad sin tener en cuenta la
singularidad del ser vivo. Por eso señalo que la ciencia no es pura y
casta y responde a intereses económicos dominantes.
En “Cien Años de Soledad” Gabriel García Márquez hace un
relato cómico pero patético que refleja una realidad: “Los médicos de la
compañía no examinaban a los enfermos, sino que los hacían pararse
en fila india frente a los dispensarios, y una enfermera les ponía en la
lengua una píldora de color del piedralipe, así tuvieran paludismo,
blenorragia o estreñimiento. Era una terapéutica tan generalizada, que
los niños se ponían en la fila varias veces, y en vez de tragarse las
píldoras se las llevaban a sus casas para con ellas marcar los números
cantados en el juego de lotería.”

Nota 100:
La denominación de los procesos patológicos.

El hecho de que las enfermedades se distingan por la


denominación dada por la Medicina Clásica conduce a errores
muchas veces graves. El único diagnóstico válido es que la persona
está enferma y que existe una desarmonía, una pérdida o alteración
del orden natural.
Cuando se está ante un enfermo, es necesario hacer caso
omiso del diagnóstico patológico que el enfermo lleva a cuestas y
que no ha conducido hacia su mejoría o curación. Es necesario
identificar el problema de salud con el nombre y apellido del
enfermo y no con el nombre que le ha dado la Medicina Clásica. Es
necesario olvidarse de los tratamientos indicados por los
vademécums y protocolos para los estados patológicos que
comparten tales y cuales signos y/o síntomas. Es necesario
olvidarse de los casos “parecidos” o “similares” que respondieron
bien con tal y cual procedimiento. Es necesario no pensar en
ninguna actitud terapéutica hasta tanto haber concluido la completa
evaluación del enfermo, y de haber dialogado con él/ella
atentamente. Es necesario saber esperar y no actuar con ninguna
medida terapéutica hasta tanto no haber sentido y pensado la
problemática del enfermo.

114
Nota 101:
Compartiendo la filosofía homeopática
de James Tyler Kent (1849-1916).

Es llamativo que conceptos tan críticos y certeros como los


emitidos por J. T. Kent en su “Filosofía homeopática” no hayan sido
comprendidos en su profundidad por la mayoría de los profesionales
médicos. La Filosofía homeopática de J.T. Kent constituye un texto de
cabecera para ejercer la homeopatía, sin embargo son muy pocos los
médicos "homeópatas" que lo tienen en cuenta; es más, es común
observar que se recetan productos homeopáticos con los conceptos de
la Medicina Clásica. Lo mismo ocurre en otras medicinas no ortodoxas
como la acupuntura, la medicina tradicional china, la terapia neural, la
antroposofía, etc.
A continuación transcribo entre comillas y en cursiva algunos de
esos conceptos y luego, los comento (sin comillas y sin cursiva).

Acerca del enfermo y la enfermedad


"La medicina clásica se caracteriza por sus continuas mudanzas
en métodos y teorías, por sus rápidos descubrimientos y por el
abandono de esos métodos, teorías y descubrimientos."
Tanto la Medicina Homeopática como la Terapia Neural, se basan
en principios que no sufren modificaciones con el tiempo porque
entienden al ser humano como parte integral de la Naturaleza y que se
rige por esas mismas leyes naturales. La Medicina Clásica con su visión
mecanicista considera al ser vivo como una máquina, como un sistema
de relojería y por eso elabora métodos y teorías que supone mejor que
los recursos naturales. Es frecuente leer que un medicamento otrora
promocionado como lo mejor para un determinado padecimiento ha
resultado ser un fiasco y un tóxico enfermante o mortal.
"La medicina clásica no se ocupa sino de los resultados últimos
de la enfermedad: de ella no ve sino los cambios finales, materiales. No
concibe la verdadera naturaleza del hombre, lo que realmente es éste
en realidad, de dónde procede, cuál es su cualidad, ya sea en estado de
salud o de enfermedad. Al hablar del hombre sólo se entretiene en sus
tejidos. Los cambios orgánicos son para ella toda la enfermedad. En
efecto, proclama que la enfermedad es algo que existe sin una causa.
No admite sino lo que revelan sus sentidos: lo que palpa con sus dedos
y ve con sus ojos, solos o ayudados por instrumentos. El microscopio
alarga sus dedos o refina su tacto y los resultados patológicos que el
cristal de aumento pone en evidencia son considerados por ella como el
comienzo y el fin de la enfermedad, como resultados sin antecedentes,
como hechos materiales sin causas inmateriales."

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Actualmente la Medicina Clásica cuenta con métodos mucho más
sofisticados, tomografías, resonancias, estudios espectrales, ecografías,
etc. pero apunta a lo mismo, a detectar el cambio orgánico. Los
ejemplos podrían ocupar páginas y páginas. Sigue creyendo que, por
ejemplo, una hernia discal que aparece en una resonancia es, en si
misma, la enfermedad, cuando en realidad sólo se trata del resultado de
un proceso que se inició mucho antes y en cualquier lugar del
organismo. Cuando tras una endoscopía y biopsia del estómago detecta
al germen Helicobacter pylori, cree que todo el problema lo causa esta
bacteria cuando en realidad el problema radica en el hecho de que el
organismo está debilitado, en desequilibrio, y permite que el
Helicobacter lo parasite. Cuando en un análisis detecta que el colesterol
está más elevado que los valores considerados normales indica una
medicación para bajarlo, sin entender, sin saber cómo averiguar la
razón por la cual ha aumentado la producción de esta sustancia
elaborada normalmente por el hígado. Peor aún, indica un medicamento
del grupo de las vastatinas que se sabe, son tóxicas.
"Pero la homeopatía percibe, se da cuenta, de que algo hay que
antecede a este resultado. Toda ciencia enseña y toda investigación
prueba que cada cosa que existe debe su existencia a algo anterior a
ella. Solamente en este camino puede ligarse el efecto a la causa,
formando una serie que va del principio al fin y vuelve de éste al
principio. Por este medio, podemos llegar, no a presumir, sino a
comprender profundamente este estado de cosas con completo
conocimiento de causa."
"La Medicina Clásica cree que los cambios que experimentan los
tejidos (cambios que son los resultados de la enfermedad) forman o
constituyen al propio enfermo. La fisiología clásica no tiene vitalismo y
por consiguiente no tiene base para erigir su estructura. La doctrina de
la fuerza vital no es admitida por los fisiólogos. Sin la fuerza vital, sin
sustancia simple, sin el interior unido al exterior, no puede haber allí ni la
causa ni la relación de causa a efecto."
La fuerza vital es la esencia, aquélla energía presente ya desde el
momento en que el nuevo ser es concebido, facilita su desarrollo,
crecimiento y lo orienta permanentemente a buscar estados de orden
alejados del equilibrio absoluto que le permiten vivir en consonancia con
la Naturaleza. El organismo vivo, cada una de sus partes y la totalidad
en conjunto "sabe" qué es lo que tiene que hacer en cada momento y
en cada situación, no necesita que nadie ni nada se lo diga, actúa en
forma coherente integrando cada una de sus células al todo y a éste
con cada una de ellas. De otro modo no se puede entender que los
organismos vivos funcionemos de un modo tan perfecto. El organismo
sabe, por ejemplo, cuanta insulina secretar, cuanto colesterol fabricar, si
el calcio tiene que estar en el hueso o ser eliminado por el riñón, si el

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corazón tiene que latir a tal o cual ritmo, si tal sustancia tiene que ser
eliminada, conservada o transformada químicamente en otra sustancia,
etc. Por esta razón, la medicina impositiva, la medicina que trata de
imponer conductas al organismo con fármacos o cirugías, termina
enfermando aún más.
"Antes que una patología, que un cambio biofísico, tenemos una
fisiología desarreglada, cuyo origen remonta al principio vital
desordenado o perturbado."
"La naturaleza de la enfermedad existe en el estado de gobierno
desordenado y se expresa por signos y síntomas."
Los síntomas, los cambios físicos, el dolor, son expresiones de un
desequilibrio. La solución pasa no por eliminarlos sino por encontrar la
causa del desorden y facilitar la recuperación de la autoorganización
biológicamente económica.
"Si creemos que un órgano enfermo, por sí solo constituye la
enfermedad, necesariamente creeremos que quitando el órgano
curamos al hombre. Tal es la reducción hasta el absurdo, pues nada
existe sin causa. Los órganos no son el hombre."
La Medicina Clásica se ha vuelto cada vez más reduccionista, el
ser humano es visto simplemente como la suma de partes, por eso la
proliferación de especialidades y de subespecialidades médicas. La
biología molecular y la genética son la expresión máxima actual de ese
reduccionismo. La mayoría de las escuelas psicológicas mantienen la
división reduccionista entre mente y cuerpo, introdujeron el concepto
psico-somático pero no comprenden en realidad la profundidad de su
interacción e interrelación. La Medicina Clásica cree que si los estudios
de laboratorio y de diagnóstico por imágenes dan resultados dentro de
los rígidos parámetros resultantes del estudio de poblaciones
relativamente pequeñas que se extrapolan al conjunto de la humanidad,
el individuo está sano, sin importarle que esa persona no lo sienta así.
Cuando los estudios dan resultados fuera de esos parámetros
"normales" considera que la persona requiere tratamiento aunque se
sienta perfectamente bien.
El ser humano no es la suma de partes; las partes interactúan, se
interrelacionan, se necesitan unas a otras, la mente no está separada
del cuerpo, las emociones, los sentimientos, las sensaciones, no sólo
están en el cerebro sino también en el hígado, en los músculos y en
cada una de las células, a su vez, cada una de estas partes influyen
sobre las demás, creando un movimiento continuo de información, de
estímulos y respuestas. El ser vivo es el emergente del conjunto de esa
materia y de esa energía interactuando e interrelacionándose. La salud
es sentirse bien en la vida, consigo mismo y con el entorno.

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"Los tejidos no se hubieran vuelto enfermos, a menos que algo
anterior a ellos (algo que los rige) no se hubiese perturbado,
volviéndolos enfermos."
"El único deber del médico es el de curar al enfermo. Su deber no
es solo curar los resultados de la enfermedad, sino la propia
enfermedad, y cuando el hombre haya sido devuelto al estado de salud,
la armonía se habrá restablecido en los tejidos y en las funciones. Así
pues, el único deber del médico es poner en orden el interior de la
economía. Los cambios en los tejidos se refieren al cuerpo y son los
efectos de la enfermedad propiamente dicha. Las diferentes
enfermedades no son sino formas materiales de los resultados de la
enfermedad primaria. En primer lugar hay un gobierno desordenado
cuya acción desarreglada procede de dentro hacia fuera, del centro a la
periferia, y acaba por materializarse en diversos cambios patológicos en
los tejidos. La idea de gobierno no entra en la práctica médica clásica,
pues no tiene en cuenta sino las lesiones experimentadas por los tejidos
y órganos."
"Quien considera los resultados de la enfermedad como si fuera
la propia enfermedad, y cree que desembarazándose de aquéllos
acabará con ésta, está totalmente errado. Las bacterias son los
resultados de la enfermedad, no su causa. Las acompaña, vienen
después, son los barrenderos del organismo enfermo y son
completamente inofensivos. Forman parte del proceso material de la
enfermedad y el microscopio ha descubierto que cada resultado
patológico tiene su microbio correspondiente. La Medicina Clásica
considera a estas bacterias como la causa de la enfermedad, pero la
causa es diez millones de veces más sutil. Es un grave error intentar
descubrir la causa de las enfermedades por medio de los sentidos."
"Exceptuando algunos casos de enfermedades agudas, no hay
diagnóstico alguno posible, y ninguno es necesario como no sea el de
que la persona está enferma. Cuanto más se piensa en el nombre de
una enfermedad, mayor será el embrollo en la busca del remedio, pues
entonces se atenderá más los resultados de la enfermedad que la causa
primera. El prescribir remedios por los resultados de enfermedad
producirá cambios en estos resultados, pero no en el enfermo, si no es
que acelera el progreso de la enfermedad (vicariación progresiva)."
La Medicina Clásica se ha esforzado en poner nombre a las
enfermedades y a poner a los pacientes, muchas veces forzadamente,
tal o cual rótulo. Cada rótulo se asocia con un tratamiento farmacológico
determinado o con un procedimiento quirúrgico. Llamativamente
aparecen permanentemente "nuevas" enfermedades como la
fibromialgia, la fatiga crónica, la enfermedad de la neurona anterior, el
pánico, etc. La realidad es que toda enfermedad señala un
desequilibrio, las diversas manifestaciones de ese desequilibrio son

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entendidas por la Medicina Clásica como enfermedades diferentes, los
diferentes tratamientos alopáticos o quirúrgicos producen nuevas
enfermedades que requieren nuevos medicamentos alopáticos o
nuevas cirugías. De ese modo se establece un círculo vicioso cada vez
más enfermante. Casi todos los pacientes con problemas complejos y
persistentes actualmente llegan a lo consulta consumiendo
antidepresivos, clonazepán pregabalina y/o levotiroxina, que por
supuesto no han resuelto el problema sino que lo han complejizado.

Acerca de la curación
"Para la Medicina Clásica curación gira en torno a la idea de la
desaparición del estado patológico. Por ejemplo: en una erupción
cutánea determinada, su desaparición; en el caso de hemorroides, su
extirpación; en el caso de estreñimiento, la evacuación; en el de una
afección circulatoria grave del pie, su amputación; o en el caso de una
enfermedad aguda bastaría que el enfermo sobreviviera a ella."
"Muchas veces quedará el enfermo asombrado de la gran pericia
del médico que ha sabido curarle una erupción en la piel con una crema
con corticoides, y cuando vuelva otra vez presentando las
manifestaciones más graves y cambios profundos en los tejidos como
consecuencia de la erupción suprimida, dirá al médico: “Ud. que tan
maravillosamente me ha curado mi enfermedad de la piel, ¿por qué no
puede curarme esta enfermedad del hígado que padezco? Porque este
médico ignorante, ha fallado. Lo que estaba en la superficie del cuerpo y
era, por tanto, inofensivo, ha sido empujado hacia lo más recóndito del
interior del enfermo."
La Medicina Clásica al tratar los síntomas, los cambios visibles,
deja la causa sin resolver; con su accionar agrava la enfermedad
primaria, el desequilibrio, el desorden vital. Una vez eliminados los
síntomas, tarde o temprano el desorden reaparecerá con otras formas y
será rotulado con otro nombre, como si mágicamente apareciera una
nueva enfermedad, y recibirá otros tratamientos farmacológicos o
quirúrgicos que, a su vez, agravarán ese desequilibrio.
"El concepto es el de restablecer la salud y no sólo eliminar los
síntomas. Restablecer la salud tiene como punto de vista poner en
orden al ser humano enfermo. La eliminación de síntomas no equivale a
restablecer por completo la salud al hombre enfermo. Si después de la
desaparición de los síntomas el individuo no se siente completamente
restablecido en su salud, ello no puede llamarse una curación. El
paciente debe sentirse restablecido en su salud a medida que
desaparece un síntoma. Debe experimentar una mejoría interna cada
vez que desaparece un síntoma externo, lo que ocurre cuando
verdaderamente la enfermedad ha sido curada y en lugar de ésta se
restablece el orden.”

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"Siendo las partes internas del hombre las que primariamente
entran en desorden en la enfermedad, y no sus tejidos, serán también
primero aquéllas las que entren en orden antes que las manifestaciones
externas. La curación debe proceder del centro a la periferia, es decir,
de arriba hacia abajo, de dentro hacia fuera, de órganos más
importantes a los menos importantes, de la cabeza hacia las manos o
los pies. Si los síntomas desaparecen en esas direcciones, no
reaparecerán jamás. Si desaparecen en el orden inverso al de su
aparición, son eliminados de una manera definitiva."
"Las enfermedades crónicas tienen sus primeras manifestaciones
en la superficie y de allí se dirigen a los centros vitales del hombre. De
ello se deduce que el enfermo recobrará la salud en la proporción en
que logre hacer retroceder a la superficie las manifestaciones primarias
de la enfermedad. Tal es la revuelta, la agravación. Quienes
desconocen este principio no desean ver reaparecer los antiguos
síntomas cuando de su vuelta depende la única posibilidad de su
curación. Para poder curar los síntomas del corazón, del pecho o de la
cabeza, es necesario que se presenten manifestaciones en la superficie,
en las extremidades, o sobre la piel, uñas o cabello. Cuando estas
partes externas se afectan el paciente se siente mejor. El tratamiento de
un enfermo con reumatismo cardíaco puede llevar a la aparición de
síntomas en las articulaciones. El tratamiento de los síntomas periféricos
en estos casos hará que la enfermedad retroceda al corazón."
"Puede que por el estado avanzado nunca ocurra una curación
completa pero el descrito es el único camino posible." "Tras su
desaparición, el retorno de las manifestaciones exteriores da cuenta
exacta de que tales trastornos no fueron curados, sino simplemente
suprimidos." "En estas situaciones la actitud del médico es esencial,
debe explicar a su paciente qué está sucediendo y no pensar que si no
alivia las “nuevas” manifestaciones periféricas perderá a su cliente."
Los pacientes, por supuesto, quieren curarse y piensan, como se
les ha enseñado, que la curación es estar libre de síntomas. Cuando
con el tratamiento facilitador de la autoorganización reaparece un viejo
síntoma creen que han sufrido una agravación. El médico tiene que
tener tiempo para explicarles que se encuentran en su proceso de
curación. Las personas nos enfermamos en un proceso, para curarnos
también debemos atravesar un proceso que puede conllevar la
agudización de viejos síntomas. Si el paciente no entiende esto, si el
médico se asusta y le da medicamentos para tal o cual síntoma para
que el enfermo no se vaya con otro profesional a pedirle el "remedio
salvador", la curación fracasará.

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Nota 102:
¿Cómo abrir el diálogo con el sistema nervioso?

¿Qué ocurre cuando no hay datos de la historia de vida? En


medicina veterinaria, en ancianos que viven solos o que están
institucionalizados y en pediatría es un hecho relativamente común.
Por supuesto el examen físico completo y la lectura de la
radiografía panorámica dental ocupan un lugar preponderante en la
búsqueda de posibles campos interferentes.
Cuando el examen físico y radiológico no arrojan datos útiles, una
forma es comenzar por el segmento sintomático o con una aplicación
endovenosa cuando el problema es más generalizado y esperar un
tiempo prolongado. Esperar una reacción, un salto de campo. Pero, por
lógica, no hacer más que un estímulo, de lo contrario será imposible
comprender la respuesta al diálogo biológico iniciado.
Otros impulsos fuera de los neuralterapéuticos son el ayuno, una
dieta cruda (frutas, verduras y agua) o autohemovacunas.

Nota 103:
¿Y cuando no hay respuesta, qué hacer?

Cuando tras una serie de aplicaciones neuralterapéuticas, no hay


respuesta, es necesario hacer una re-evaluación de la situación.
Debería profundizarse en la historia de vida y revisarse las reacciones a
los diferentes estímulos aplicados. Determinar la existencia de un foco
interferente no detectado, en cualquier parte del cuerpo y sobre todo en
la dentadura y en las encías edéntulas.
El ayuno o la dieta de frutas y verdura pueden ayudar.
Muchas veces se espera (tanto el paciente como el terapeuta)
que la respuesta se produzca en el lugar sintomático, sin embargo
constituyen excelentes signos de mejoría cambios en el estado de
ánimo y sensación de bienestar. Generalmente los cambios orgánicos
vendrán después.
Corresponde también descartar alergias e intolerancias
alimentarias, geopatías, campos electromagnéticos cercanos (wifi, TV.
teléfonos), parasitosis, etc.

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Nota 104:
La supervivencia. La muerte.

Siguiendo a Edgar Morin, “permanecer vivo no es una


consecuencia de la inercia. Todo sistema está amenazado por
desórdenes exteriores e interiores. Cuando además, el sistema
trabaja sin cesar, produce degradación y desorganización, por lo
que debe dedicar una parte enorme de su organización a reparar
las degradaciones y desorganizaciones que provoca su
organización. Es decir, a regenerar su organización. La organización
viva dedica gasto, trabajo e inauditos refinamientos para mantener
su mantenimiento, es decir a la tautológica finalidad de
permanencia: sobrevivir.”
La muerte tras un tratamiento puede sobrevenir como
consecuencia de un procedimiento iatrogénico, lo cual es evitable y
por supuesto, condenable.
Sin embargo, puede ocurrir la muerte sin que el
procedimiento sea iatrogénico en sentido estricto. La aplicación de
un agente anestésico local diluido en un área determinada de un
ser singular puede dar lugar a una reacción de retroalimentación
positiva que genere un desorden de tal magnitud que resulte
incompatible con la vida.
Habitualmente, los estímulos neuralterapéuticos facilitan los
procesos autoorganizativos de reparación y de recuperación de la
salud. Sin embargo, puede suceder que el camino que elige el
organismo a partir de los puntos de multifurcación sea de un
desorden de gran magnitud, independientemente del estímulo
aplicado. Una determinada área del cuerpo puede guardar
información, memoria, que para ese ser tiene un valor vital enorme
(área de castigos, tortura, abuso), pero que al terapeuta le resulta
imposible evaluar previamente, y que sólo se visualiza con la
respuesta tras la aplicación en ese lugar.
Aquí se plantea una cuestión ético-legal. En una situación en
que el organismo elige un camino que terminará con su vida, ¿de
qué modo debería actuarse, impositivamente conservando la vida
con todos los recursos que posee la Medicina Clásica o respetando
la elección ¿inconsciente? de ese ser?

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Nota 105:
Medicina impositiva. Medicina facilitadora.

La maravillosa complejidad del ser vivo, resultado de procesos de


autoorganización desarrollados desde el inicio de la vida hace millones
de años y que ha evolucionado hasta lo que hoy conocemos como ser
humano, no puede ser modificada desde fuera (medicina impositiva
ortodoxa o alternativa) sin producir cambios profundos.
Los problemas de salud son complejos desde su inicio, pues son
el resultado de un proceso, parten de cambios mínimos que producen
nuevos y nuevos cambios en las relaciones interneurales que conducen
a una complejidad del problema cada vez mayor.
La terapéutica facilitadora, propia de la Terapia Neural, con sus
impulsos de lidocaína o procaína propende a la autoorganización
biológicamente económica, respeta la sabiduría natural y en realidad
depende de ella para lograr sus resultados. Dichos estímulos ayudan al
organismo a encontrar su camino de mejoría y de ser posible curarse
definitivamente. La medicina facilitadora permite la curación cuando esa
posibilidad existe.
El impulso inespecífico en sitios específicos habitualmente se
traduce en cambios tónico-tróficos que tienden a la recuperación de la
autoorganización económica. El impulso es inespecífico porque no tiene
un objetivo determinado sino sólo el de facilitación dejando que el propio
organismo encuentre el camino hacia su sanación. Y los sitios de
aplicación son específicos porque representan posibles campos
interferentes detectados a través de la historia de vida.
También las medicinas alternativas, incluída la Terapia Neural,
cuando no respetan la singularidad del ser y los tiempos de la
Naturaleza suelen actuar impositivamente.
La visión fraccionada que tiene del ser vivo la Medicina Clásica, el
empleo del método de causa-efecto y la terapéutica impositiva conduce
a un abordaje lineal de las enfermedades. Con sus medicamentos "anti"
(anti-dolor, anti-infección, anti-inflamación, anti-fiebre, anti-depresión,
anti-diarrea, anti-espasmo, anti-hipertensión, etc.) y con aquéllos
"favorecedores de" (broncodilatadores, inductores del sueño,
estimulantes del apetito, evacuantes intestinales, para la circulación,
etc.) pretende indicarle al organismo qué es lo que tiene que hacer, sin
respetar su sabiduría natural.
Los problemas de salud son naturalmente complejos pero las
terapéuticas impositivas, sean de la Medicina Clásica o de medicinas
alternativas, pueden complejizarlos aún más. Esto puede observarse
con los tratamientos sintomáticos supresores de mecanismos
autocurativos como la fiebre, la tos, la inflamación, la diarrea o la
eliminación de mucosidades; con los tratamientos farmacológicos

123
prolongados para estimular, inhibir o reemplazar funciones naturales,
síntomas o signos; con los tratamientos supresores de manifestaciones
dermatológicas; con los tratamientos agresivos o invasivos y con los
tratamientos odontológicos que introducen metales en el medio ácido de
la boca, destruyen tejido nervioso vivo y/o irritan el tejido nervioso a nivel
del hueso. Una nueva afrenta a la salud la constituyen las vacunas,
como forma impositiva supuestamente preventiva.
Un tratamiento impositivo tiende a la paliación y puede aliviar
síntomas durante un tiempo o definitivamente, pero la aparición de una
“nueva” enfermedad tiempo después de ese tratamiento debe hacer
sospechar la existencia de una vinculación entre ambas situaciones. La
razón de esto es que ese tipo de medicina en lugar de enfocar en la
causa, lo hace en las consecuencias.

Nota 106:
Vicariación progresiva.

El término vicariación (Vicariante: Dicho de una especie vegetal o


animal con respecto a otra de un área geográfica distante que cumple el
mismo papel biológico y que es tan parecida a ella que solo difiere en
detalles mínimos, por lo que suele distinguirse únicamente por su
localización) es tomado de la homotoxicología de Reckeweg. Este autor
se refería al cambio de localización de signos y síntomas que
respondían a una misma causa y que cumplían el mismo papel
biológico. El carácter progresivo se refiere a agravación, empeoramiento
o complejización del cuadro clínico.
Cuando aún se tiene poca experiencia es probable que sea difícil
percibir la relación entre diferentes problemas en una misma persona
como parte del mismo proceso. Es necesario revisar la forma de hacer
la evaluación, tanto de la primera consulta como de las subsiguientes; y
sobre todo, la forma de anotar los datos de modo de poder reevaluarlos
fácilmente cada vez que sea necesario.
La vicariación progresiva puede ocurrir, por ejemplo, cuando el
tratamiento -sea clásico o alternativo- suprime secreciones, fiebres,
procesos inflamatorios, etc.
También puede observarse este hecho con el uso de medicación
alopática o con cirugías innecesarias. Los tratamientos “alternativos”
terminan siendo vicariantes progresivos cuando son agresivos,
impositivos, innecesariamente repetidos (“para reforzar”), es decir,
cuando no respetan la Naturaleza, creyendo el profesional que sabe y
puede más que el organismo vivo.
Asimismo pueden llevar a vicariación progresiva tratamientos
segmentarios o locales sin haber hecho una correcta evaluación general

124
incluyendo una exhaustiva historia de vida para detectar posibles
campos interferentes.
El concepto de vicariación progresiva echa por tierra la idea de
que los tratamientos alternativos son inocuos. Sin embargo, generar
vicariación progresiva es causar iatrogenia.

Nota 107:
Vicariación regresiva.

Una de las utilidades de la historia de vida es poder determinar si


tras una aplicación neuralterapéutica, la aparición de una manifestación
clínica distinta, en otro sitio del organismo corresponde a un
agravamiento o a una mejoría.
Cuando ese hecho ocurre con síntomas y localización similares
(aunque no necesariamente iguales) a problemas de salud que el
paciente tuvo anteriormente en su vida seguramente se trata de un
proceso curativo. El organismo está recorriendo en forma inversa el
proceso a través del cual hizo su enfermedad actual. La vicariación es
regresiva y debería ser bienvenida y explicada al paciente.

Caso clínico.
Se trata de una mujer de 38 años que sufre un traumatismo con
fractura del codo dos años atrás. Fue intervenida quirúrgicamente en
diferentes oportunidades pero su recuperación nunca fue satisfactoria.
El dolor continuó y la dificultad para realizar cualquier movimiento con
su brazo afectado era muy limitante. En la primera sesión traté las
cicatrices quirúrgicas. En la segunda consulta 10 días después el dolor
había mejorado un 30%, sin otros cambios. Decidimos esperar. Una
semana después comenzó con un cuadro de dolor faríngeo e intensa
cefalea. El dolor del brazo cedió en un 80%. Y el ánimo presentó un
vuelco positivo importante. Como las manifestaciones respiratorias altas
fueron una constante en su vida, consideré la reacción como una
vicariación regresiva. Indiqué medidas simples: dieta y líquidos, ningún
medicamento. En la tercera sesión 30 días después de la segunda, el
dolor había recrudecido parcialmente. Decidí hacer una aplicación en
polos amigdalares que permitió resolver el problema.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

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DESDE el DIAGNÓSTICO de la MEDICINA CLÁSICA al
ENFOQUE SISTÉMICO y NO-LINEAL de la TERAPIA NEURAL

Habitualmente el paciente concurre a la consulta con un


diagnóstico de la Medicina Clásica, con un rótulo que lleva como
estandarte y que a pesar de no haber encontrado solución o, peor, que
se ha agravado como consecuencia de los tratamientos farmacológicos
o quirúrgicos instituidos para tratar ese diagnóstico, lo sigue sosteniendo
como inamovible. Trae sus estudios que ya los han visto todos los
profesionales que ha consultado y exige que también los veamos
nosotros cuando, sabemos, que sólo hablan de las consecuencias y no
de la causa. El único estudio útil para el diagnóstico de la causa,
habitualmente es la radiografía dental panorámica (ortopantomografía).
Es parte de nuestro trabajo educar. En este caso para que el
enfermo comprenda que ese diagnóstico no habla de la causa de su
problema sino de las consecuencias. Que abordar las consecuencias no
resuelve el problema y que para poder resolverlo hay que encontrar y
enfocar la causa. Es todo un trabajo cambiar la forma de pensar. Pero
primero es el profesional quien tiene que cambiar su forma de pensar la
enfermedad y la salud. Este es el objetivo de las próximas Notas.

Nota 108:
Lesiones Actínicas. Trastornos distróficos y funcionales.

La radioterapia o terapia radiante es un tratamiento muy agresivo


y de acción muy prolongada que se elige cuando se supone que el
beneficio que producirá será superior a las complicaciones. No obstante,
a veces las complicaciones son tan severas que exigen un tratamiento
para paliarlas. El grado de lesión que provoca en los tejidos sanos es
variable. En un porcentaje de casos con lesión actínica y trastornos
funcionales el problema puede aliviarse o revertirse, en otro las lesiones
son definitivas. De todos modos eso no puede saberse hasta tanto no
se instituya tratamiento apropiado. La persona que requiere radioterapia
ya presenta un desorden biológico previo importante. La acción de la
radioterapia constituye una irritación adicional y suele complejizar aún
más el problema, lo cual se traduce en una alteración severa de la
capacidad reparadora.
De acuerdo a mi experiencia, el tratamiento más conveniente
consiste en facilitar la actividad tónico-trófica reparadora natural a cargo
del sistema nervioso Una vez eliminados los estímulos nocivos
provenientes de campos interferentes, el organismo puede iniciar su
proceso de reparación y curación.

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Nota 109:
Enfermedades autoinmunes.

Cuando el organismo hace un proceso inflamatorio crónico y


destructivo de articulaciones de las características de las enfermedades
llamadas autoinmunes es porque existe un desorden, un trastorno en su
funcionamiento. Existe una alteración de la actividad tónico-trófica
renovadora, reparadora y conservadora de la forma de células, tejidos,
órganos y estructuras.
Normalmente el organismo posee un sistema de renovación y
reparación que depende del buen funcionamiento del sistema nervioso
en particular y de la salud de todo el organismo en general. Un elemento
muy importante es la capacidad que tiene el ser vivo de conservar la
forma de sus estructuras y, cuando éstas se dañan, de repararlas pero
siempre conservando la forma original.
La pérdida del orden natural suele ser la expresión, el emergente,
de la interacción e interrelación de irritaciones -focos irritativos y campos
interferentes físicos, químicos, emocionales, biológicos- sobre el
sistema nervioso. Las irritaciones generadoras del desorden se
mantendrán en la memoria del cuerpo hasta tanto no sean corregidas
mediante tratamiento adecuado. El tratamiento de la causa,
habitualmente, permite resolver el problema sin generar más iatrogenia.

Artritis reumatoide. Artritis deformante: Se trata de un proceso


inflamatorio inespecífico en articulaciones, generalmente pequeñas
(inicialmente) y bilateral. Seguido de destrucción de tejido articular.
Puede ocurrir compromiso de otros órganos: ojos, pleura, pericardio,
piel, pulmones, corazón, vasos. El factor reumatoide inespecífico es un
autoanticuerpo IgM Anti IgG que también aparece en entidades como
tuberculosis, lepra, lupus, Sjögren, y en otras enfermedades crónicas.
Se forman inmunocomplejos IgG-IgM que activan el complemento y
otros factores inflamatorios y que producen secundariamente la
destrucción de articulaciones.
Focos irritativos y campos interferentes que actúan sobre el
sistema nervioso pueden provocar cambios en los circuitos de
autoorganización que se traducen en la síntesis de una proteína
diferente la IgM anti IgG. ¿Entonces, la autoinmunidad y la autoagresión
son la causa o la consecuencia? Por supuesto, la consecuencia.
Entonces, este hecho explica por qué la Medicina Clásica fracasa en el
tratamiento de estas enfermedades.
La terapéutica medicamentosa que ofrece la Medicina Clásica se
basa e: salicilatos; compuestos de oro; hidroxicloroquina (antipalúdico);

127
antiinflamatorios tipo indometacina, fenilbutazona u otros; corticoides;
inmunosupresores. Ninguno de estos medicamentos es curativo, todos
son tóxicos, algunos tremendamente nocivos. Es común el compromiso
digestivo, renal, hepático, ocular, óseo y metabólico asociado al uso de
estos agentes farmacéuticos.

Artritis psoriásica: Teniendo en cuenta que la psoriasis


constituye una manifestación en la piel de un desorden más profundo,
su tratamiento local puede causar una complejización del desorden y
manifestarse con daño articular y de otros órganos.

Síndrome de Reiter: artritis, uretritis, conjuntivitis. Se trata de un


proceso inflamatorio crónico y destructivo de articulaciones asociado
generalmente a conjuntivitis y uretritis con dolor a veces intolerable y
severa limitación del movimiento. Como ocurre con las demás
enfermedades autoinmunes, el síndrome de Reiter representa el
resultado de un proceso. La autoinmunidad, la autoagresión, un
mixovirus o el Mycoplasma no son la causa, la causa radica en que el
organismo perdió su equilibrio natural.

Espondilitis anquilosante. Enfermedad de Betcherew o de


Marie Strümpell. Se trata de un proceso inflamatorio crónico y
destructivo de articulaciones principalmente vertebrales. Existe una
supuesta predisposición genética, los genes relacionados se denominan
HLA-B27, IL23R y ERAP1.
Como se sabe el hecho de que exista el gen no implica
enfermedad. La expresión clínica de un gen depende de muchos
factores. El considerar al ser como unidad, el actuar sobre los factores
irritativos del sistema nervioso que afectan los circuitos de
autoorganización permite resolver parcialmente o totalmente este
problema. La respuesta como siempre ocurre es singular.

Enfermedad de Dupuytrén: Se trata de un proceso inflamatorio


crónico con contractura de la fascia palmar con dolor a veces intolerable
y severa limitación del movimiento de la mano. La acción sobre focos y
campos interferentes permite, al menos, controlar su evolución. En
muchos casos se logra su resolución.

128
Nota 110:
Artrosis. Osteoartritis. Coxartrosis. Gonartrosis. Espondilosis.

La artrosis u osteoartritis es una enfermedad articular que se


caracteriza por dolor, inflamación, deformación, limitación del
movimiento. En las radiografías puede verse daño del cartílago articular,
cambios en el hueso subyacente y en los bordes de la articulación.
Pueden observarse osteofitos, los llamados picos de loro, pinzamientos,
estrechamiento del espacio articular.
Todas estas modificaciones visibles en las imágenes
radiográficas habitualmente no son la causa del problema sino que
representan el resultado de un proceso que comenzó mucho tiempo
atrás. El hecho de que se observe una deformidad articular no
necesariamente explica el origen del dolor. El dolor es una de las formas
que el organismo posee para expresar un desequilibrio, una pérdida de
la armonía.

Por supuesto que este es un esquema que no responde precisamente a todos los
cambios biológicos que ocurren en el ser vivo. Es un modo de visualizar el problema,
sin pretender llegar a explicar toda su complejidad.

De acuerdo a mi forma de entender el problema, el dolor


representa el último eslabón de una cadena de al menos tres
eslabones. Tratar el último eslabón de una cadena significa tratamiento

129
sintomático, es decir solución temporaria sin resolución de la causa.
Para ello se usan analgésicos, antiinflamatorios, kinesiología, etc.
El segundo eslabón en esta cadena está representado por la
formación de hueso en lugares anormales (osteofitos, picos de loro), por
la presencia de edema que puede presionar estructuras nerviosas y por
contractura muscular disfuncional. Tratar este segundo eslabón con
anti-artrósicos, corticoides o relajantes musculares también es ofrecer
un tratamiento que no va dirigido a la causa, es paliativo y por lo tanto,
no resuelve el problema.
El primer eslabón de la cadena suele ser un campo o foco
interferente en cualquier sitio del cuerpo que con el tiempo provoca
cambios morfológicos en el hueso, disco o cartílago vertebral o, genera
contractura muscular.
Es decir que el proceso de la artrosis comienza muchos años
antes con la acción irritativa de campos interferentes sobre el sistema
nervioso. El sistema nervioso irritado pierde su capacidad para
mantener en estado eutónico-eutrófico sus estructuras.
Fue la observación de enfermos con pies destinados a la
amputación (pie diabético o pie arterial) lo que me permitió, ya hace
muchos años, comprender cómo la actividad interferente de focos y
campos comprometen la función trófica. Otra observación interesante
que pude hacer en situaciones de pies prácticamente destruidos con
áreas faltantes por infección y necrosis, es que el organismo sabe qué
estructura existe en cada lugar. Al reparar, forma otro pie, limitado sólo
por el tejido perdido, no forma cualquier estructura corporal, ni siquiera
un bulto. Es decir que la actividad trófica además de ser renovadora y
reparadora de células, tejidos órganos y estructuras, tiene la función de
conservar la forma.
Desde esta óptica, las alteraciones en la forma tanto de tejidos
blandos como de cartílago o hueso observadas en diferentes entidades
clínicas (artritis, artrosis, disrupción discal. etc.) son, de hecho,
alteraciones de la función trófica (atribuir dichos cambios a un simple
desgaste mecánico o a la edad, es inconsistente). En la práctica clínica
puede observarse la recuperación de la forma de diferentes estructuras
tras la recuperación de la función trófica.
El tratamiento de elección y generalmente curativo es el del
campo interferente causal. Para que las articulaciones se mantengan
sanas, el organismo debe estar saludable. Las estructuras orgánicas
requieren nutrientes, agua, oxígeno y eliminación de los productos de
desecho; para todo esto es necesario un sistema circulatorio eficiente
regulado a su vez por un sistema nervioso vital. Todos los sistemas
deben funcionar en forma armónica y coherente.
La artrosis es en realidad la consecuencia de otros problemas.
Representa una alteración funcional de los mecanismos que mantienen

130
vital a las articulaciones y cuya causa debe buscarse en cada paciente
individualmente. Por lo dicho, la articulación, como cualquier otra parte
del organismo, no puede ser analizada como un elemento mecánico
que funciona independientemente de la persona. Es un elemento vivo y
está sometido a todos los cambios positivos y negativos, internos y
externos, que sufre dicha persona.
El dolor y la limitación del movimiento pueden aliviarse y
mejorarse enormemente aún en casos de articulaciones severamente
deformadas. Es decir que el grado de compromiso no se relaciona
directamente con la intensidad del dolor. El tratamiento debería estar
dirigido a la causa y no a la consecuencia; tanto los calmantes, los
antiinflamatorios como los relajantes musculares tratan la consecuencia;
los medicamentos tapan el problema, no lo resuelven. El uso
prolongado de analgésicos-antiinflamatorios puede ser causa de
importantes efectos tóxicos. Respecto de los medicamentos
"generadores" de cartílago, ningún estudio ha podido comprobar que
eso sea cierto.

Nota 111:
Caída y dolor persistente.

El dolor que aparece tras una caída puede deberse a tres causas
básicas: El golpe propiamente dicho. La intención de evitar la caída, lo
cual habitualmente significa contracción de múltiples músculos. La
intervención de terceras personas intentando ayudar a incorporar a la
persona que sufrió la caída.
La persistencia del dolor más allá de los tiempos naturales de
reparación puede deberse a dos factores, separados o combinados que
dependen del funcionamiento del sistema nervioso: 1) La alteración o
pérdida de la capacidad reparadora natural (trofismo), y 2) La alteración
o pérdida de la función natural de no padecer dolor potencialmente
nocivo (tono). El sistema neural modulador antinociceptivo descendente
en estado de armonía funcional, mantiene el umbral doloroso en un
rango en el que los estímulos débiles no se perciben como dolor. La
acción persistente de campos interferentes puede ser la causa de que
alguna de esas funciones (o ambas) fallen.
En consecuencia el tratamiento no debería consistir en
analgésicos u otros fármacos de por vida sino en la solución de focos o
campos interferentes. Una vez resueltos, el dolor puede persistir por
persistencia autónoma de áreas de disfunción neuromuscular que
deberían tratarse mediante modulación neuromuscular (eliminación de
puntos gatillo o trigger points).

131
Nota 112:
La vejez.

Lamentablemente la Medicina Clásica contribuye negativamente


con la vejez al indicar múltiples fármacos para paliar cada uno de los
síntomas que el ser anciano va presentando, muchas veces
consecuencia de esos propios fármacos. El insomnio es tratado con
sedantes, la tristeza con antidepresivos, el dolor crónico con
antiepilépticos. Todo eso conduce a la pérdida de equilibrio y a las
caídas. Resuelve el edema periférico con diuréticos sin entender su
causa. Esto conduce a la pérdida de control de la micción y a tener que
levantarse varias veces a la noche, al insomnio y a las caídas. Doy este
ejemplo de círculo vicioso maligno como uno de las tantas situaciones
similares que pueden citarse.
Incluso sin haber sufrido lesiones importantes el anciano muchas
veces no puede reincorporarse por sus propios medios. Para las
estadísticas de la Medicina Clásica esto se asocia con mayor riesgo de
muerte, pérdida de la independencia personal e institucionalización.
La Medicina Clásica no reconoce que la causa del deterioro no es
la edad en sí sino la acumulación, interacción e interrelación de
numerosos factores irritativos durante la vida.
Hay que tener presente que en el grupo etario mayor las
interferencias son, casi siempre, múltiples. Que es necesario hacer un
trabajo minucioso y no esperar "mágicos" efectos en segundos, los
cambios se irán produciendo paulatinamente. No es conveniente hacer
aplicaciones múltiples en una misma sesión. Es probable que el
organismo anciano no pueda manejarlas a todas y el resultado sea
contraproducente. Un secreto es proponerse objetivos pequeños,
alcanzables y compartirlos con el paciente y su familia. Los objetivos
irán cambiando a medida que se cumplan los primeros. Cuando se
encuentran y tratan las interferencias el sistema recupera su capacidad
funcional y mejora paralelamente el estado de salud general de la
persona. Es muchas veces necesario, además de corregir las
interferencias, actuar regionalmente con el objeto de mejorar la visión, el
oído y sobre todo eliminar puntos gatillo presentes en músculos anti-
gravitacionales de los miembros inferiores (glúteos, cuadriceps,
gemelos), región lumbar (cuadrado lumbar), región dorsal (dorsal ancho
y pectoral) y del cuello (trapecio y esternocleidomastoideo) que pueden
persistir pese a haber eliminado las interferencias.
Al cambiar la forma de pensar la salud y la enfermedad puede
salirse del rígido esquema de causa efecto. Es necesario comprender la
complejidad de los procesos humanos y que lo que se ve, lo que se
manifiesta, no es más que la consecuencia de esos procesos.

132
El siguiente texto fue extraído de
"El amor en tiempos del cólera", de Gabriel García Márquez.

"...Siendo todavía joven interrumpía la lectura de versos en los parques


para observar a las parejas de ancianos que se ayudaban a atravesar la
calle, y eran lecciones de vida que le habían servido para vislumbrar las
leyes de su propia vejez. A la edad del doctor Juvenal Urbino aquella
noche en el cine, los hombres florecían en una especie de juventud
otoñal, parecían más dignos con las primeras canas, se volvían
ingeniosos y seductores, sobre todo a los ojos de las mujeres jóvenes,
mientras que sus esposas marchitas tenían que aferrarse de su brazo
para no tropezar hasta con la propia sombra. Pocos años después, sin
embargo, los maridos se desbarrancaban de pronto en el precipicio de
una vejez infame del cuerpo y del alma, y entonces eran sus esposas
establecidas las que tenían que llevarlos del brazo como ciegos de
caridad, susurrándoles al oído, para no herir su orgullo de hombres, que
se fijaran que eran tres y no dos escalones, que había un charco en la
mitad de la calle, que ese bulto tirado de través en la acera era un
mendigo muerto, y ayudándolos a duras penas a atravesar la calle como
si fuera el único vado en el último río de la vida. Florentino Ariza se
había visto tantas veces en ese espejo, que no le tuvo nunca tanto
miedo a la muerte como a la edad infame en que tuviera que ser llevado
del brazo de una mujer."

Nota 113:
El miedo a la caída.

Es interesante señalar que el miedo a la caída no es patrimonio


sólo de aquéllos que alguna vez se han caído. El miedo a caerse es una
situación frecuentemente observada en la población anciana. Es
probable que las dificultades por las que atraviesa su sistema bio-
cibernético de mantenimiento del equilibrio dé la suficiente información
como para crear la sensación de temor y restringir el movimiento.
Una vez más la búsqueda de interferencias y su corrección
probablemente redunde en el beneficio de recuperar la sensación de
seguridad y, por ende, de bienestar.

133
Nota 114:
Dificultad para caminar.

La dificultad para caminar significa para la persona que la padece


pérdida de la autonomía para realizar las actividades propias de la vida
diaria y en consecuencia, dependencia de terceros. Esto con el tiempo
termina causando angustia y depresión. Los síntomas más comunes
que producen dificultad para caminar son el dolor, la claudicación
intermitente, el aflojamiento de la cadera o de la rodilla, la sensación de
piernas pesadas, la debilidad, la inestabilidad, la pérdida del equilibrio,
los calambres, la inseguridad (sensación de estar pisando mal).
Esta dificultad no puede analizarse en forma independiente del
estado de salud general de la persona. Para poder caminar es
necesario un organismo que funcione armónicamente. Hace falta un
sistema vital, actividad cerebral-mental, actividad de los nervios
periféricos, de músculos tendones y articulaciones, de arterias, venas y
linfáticos, actividad metabólica y hormonal. Caminar es una función muy
compleja, fundamental para la persona y está coordinada, al detalle, por
el sistema nervioso en su totalidad.
Su presencia expresa un desequilibrio en el organismo, una
desarmonía. El orden natural tendiente al estado de salud, por alguna
razón se ha perdido. Suele ser la expresión, el emergente, de la
interrelación de irritaciones sobre el sistema nervioso ocurridas durante
la vida.
No es casual que este cuadro clínico constituya uno de los
gigantes de la geriatría. Véase Nota 48.
Los problemas para caminar son más comunes en la edad
avanzada, sin embargo esto no debería conducir a su aceptación
simplemente como "un problema de la edad". En primer lugar porque no
todas las personas ancianas tienen dificultad para caminar, segundo
porque también personas jóvenes padecen estos trastornos y tercero
porque muchas dificultades para caminar tienen solución.
La presencia de una prótesis interna o externa puede modificar la
dinámica normal de la extremidad y terminar causando dificultad para
caminar. Descartados los problemas como la infección y el aflojamiento
de la prótesis, la causa de la molestia o del dolor habitualmente está en
músculos, tendones o en las cicatrices.
El tratamiento debería estar dirigido a la causa y no a la
consecuencia; tanto los calmantes, antiinflamatorios, como los
relajantes musculares tratan la consecuencia; la resolución de focos y
campos interferentes, así como la corrección de la disfunción
neuromuscular mediante su modulación enfocan la causa.

134
Nota 115:
Neuralgia del ciático. Neuralgia del crural. Meralgia parestésica.

Ante un dolor que comienza en la cintura o en el glúteo, baja por


el muslo y llega a la pierna o al pie, rápidamente se le pone el
diagnóstico de ciática. Si el dolor corre por la cara anterior del muslo, se
le pone el diagnóstico de cruralgia o de meralgia parestésica. Son
diagnósticos poco útiles porque no dicen nada de la causa y menos aún
permiten considerar el tratamiento más adecuado. Por lo común se
hacen radiografías y resonancias magnéticas en la búsqueda de una
hernia de disco o de un estrechamiento del canal. Sin embargo la
presencia de alguno de estos problemas raras veces es la causa del
dolor. Esta es la razón por la cual la cirugía fracasa. Lo que habría que
preguntarse es: ¿por qué razón la columna se ha modificado y
comprime al nervio? o ¿por qué razón el músculo piramidal se ha
acortado y comprime al nervio ciático? La respuesta es generalmente la
presencia de campos interferentes.
El dolor es una de las formas que el organismo posee para
expresar un desequilibrio, una desarmonía. El dolor del ciático o del
crural, en general, es el resultado de un proceso iniciado mucho tiempo
atrás. Cuando un nervio, un disco intervertebral o la estructura de una
vértebra se enferman, es porque el organismo está enfermo. Nunca se
enferma una parte por separado, aisladamente del conjunto. Lo que se
presenta como enfermedad es la manifestación de un desequilibrio más
profundo. A su vez ese desequilibrio tiene su origen en irritaciones que
sufre el sistema nervioso durante la vida.
Esas irritaciones están representadas por campos interferentes.
En conclusión la neuralgia del ciático o del crural se debe en general a
la acción persistente de campos interferentes. Esta es la razón porque
los tratamientos analgésicos, antiinflamatorios o kinesiológicos no
resuelven el problema en forma total y definitiva: la causa sigue activa y
el problema reaparece. El tratamiento del dolor tampoco es quirúrgico.
Existiría indicación quirúrgica sólo cuando ocurre pérdida de la fuerza
para el movimiento de la pierna o el control de esfínteres. Para la
Terapia Neural el tratamiento consiste en la resolución de irritaciones.

135
Nota 116:
Dolor persistente y otras secuelas tras cirugía o traumatismo.

Cuando tras un traumatismo, o cirugía el dolor persiste más allá


del tiempo natural de reparación hay que pensar que el problema no se
inició con ese episodio, sino que la persona traía ya en su historia de
vida, factores que afectaron su capacidad de reparación natural. El
traumatismo o la cirugía actuaron no como causa sino como
desencadenante de una memoria guardada en su sistema nervioso. El
tratamiento debería ir dirigido primero a modificar esa memoria neural y
luego, si hiciera falta al sitio de la nueva lesión.
Por lógica, los procedimientos quirúrgicos lesionan tejidos y esto
constituye una fuente de dolor agudo. A partir de la lesión se ponen en
marcha los mecanismos reparadores naturales. El resultado de esta
acción permite resumir los hematomas, drenar los restos de tejido
muerto, controlar gérmenes y formar las cicatrices.
No deja de sorprender la capacidad autoorganizativa del ser vivo
que permite recuperar la forma de los tejidos operados y la función de
los órganos afectados. A medida que los tejidos se reparan y renuevan,
la fuente de dolor se extingue hasta desaparecer, en tiempos variables,
según el tipo de cirugía o traumatismo.
Sin embargo, esto no siempre es así y el dolor puede persistir,
limitar los movimientos y afectar la calidad de vida de la persona.
Generalmente, la causa radica en una alteración de los mecanismos
reparadores, situación que también puede expresarse, además de con
dolor persistente, con retraso de la curación, infección de la herida
quirúrgica, retardo en la consolidación de un hueso, consolidación
deficiente (seudoartrosis), falta de reparación de músculos, de
estructuras nerviosas, etc. Dejando a un lado al cirujano inexperto o
excesivamente agresivo, estos problemas se deben al estado previo del
organismo que no puede hacerse cargo correctamente de la situación
creada por la nueva irritación.
Por lo tanto las medidas terapéuticas adecuadas deberían ser las
de llevar al organismo a un estado que le permita recuperar su función
reparadora natural a partir de la resolución de los campos o focos
interferentes vinculados.
La forma de resolver problemas tan complejos no puede basarse
en relajantes musculares, analgésicos, antiinflamatorios, corticoides,
clonazepán, antidepresivos o nuevas cirugías. Para poder entender (y
resolver) la persistencia del dolor así como los problemas de reparación,
es necesario evaluar el problema en su conjunto, que es propio de cada
persona. La Medicina Clásica no reconoce la existencia de campos
interferentes y le resulta imposible resolver los problemas de

136
persistencia del dolor posquirúrgico o postraumático así como los
problemas de reparación.
La complejidad que se observa en los casos de dolor persistente
posquirúrgico o postraumático puede resolverse mediante una
minuciosa historia de vida que permita detectar posibles campos
interferentes y su concatenación temporal, para luego actuar mediante
Terapia Neural.

Nota 117:
Cirugía del dolor.
Cirugía y generación de campos interferentes.

Muchas operaciones se llevan a cabo con el objeto de tratar un


determinado dolor. Pero, salvo en casos muy específicos (compresión
de la médula espinal o de un nervio con parálisis y pérdida del control
de esfínteres), tumores, infecciones graves, el dolor es un problema
funcional y no tiene una causa anatómica que pueda resolverse por
medio de una cirugía. Por esta razón, es frecuente que tras la cirugía, el
dolor preexistente persista, se incremente o se torne más complejo. En
esta situación, lo común es que la causa del dolor se encuentre en un
sitio distante aunque se exprese, en el lugar donde se hizo la operación.
Este tipo de complicación -cuya causa es una incorrecta indicación
quirúrgica- puede presentarse inmediatamente después de la cirugía o
mucho tiempo después. Inicialmente parece que la cirugía fue útil, pero
al cabo de semanas o meses el "beneficio" desaparece. Las
intervenciones neuroquirúrgicas sobre sitios específicos en el sistema
nervioso central se siguen usando pues la Medicina Clásica continúa
sosteniendo la idea de “trasmisión por cable telefónico” en lugar de la
concepción en red del sistema nervioso. Esa idea condujo a los
procedimientos de sección, alcoholización microcompresión o
fulguración de estructuras nerviosas conductoras o moduladoras de
información dolorosa. Lo cual de hecho constituye una nueva irritación
para un sistema nervioso ya distónico-distrófico.
En ciertas circunstancias la intervención quirúrgica representa
para el organismo una fuerte agresión. El sistema nervioso resulta
irritado y dañado y, como forma autoorganizativa genera, en el sitio
operado y en la cicatriz resultante, condiciones fisiológicas diferentes al
tejido normal; ese tejido pierde vitalidad y puede transformarse en lo que
se conoce como "campo interferente" pues finalmente se transforma en
una irritación persistente para el sistema nervioso. Es de notar que las
extracciones odontológicas también dejan cicatriz y que las encías
edéntulas son, de hecho, cicatrices.

137
Nota 118:
Distonía neurovegetativa o neurodistonía.

Distonía neurovegetativa es un diagnóstico mucho más genuino


que cualquier otro con nombre propio. Es descriptivo y llamativamente
se basa en una de las funciones básicas naturales del sistema nervioso,
el tono. La Medicina Clásica lo emplea para encasillar al paciente que
presenta una forma patológica y generalizada de reaccionar frente a
estímulos internos o externos.
El sistema nervioso vegetativo juega un papel de primer orden en
todas las manifestaciones vitales del ser humano. En el estado de
distonía vegetativa dicho sistema reacciona en forma inadecuada y
puede manifestarse en forma generalizada. Generalmente es el
resultado de un proceso iniciado mucho tiempo atrás que por razones
singulares para esa persona comienza a manifestarse en un
determinado momento y sitio del organismo. La persona con distonía
vegetativa puede presentar dolor de cabeza, dolores generalizados,
insomnio, mareos, vértigo, frialdad de las extremidades, frío corporal
parcial o total, alergias, irritabilidad, agotamiento, trastornos circulatorios
periféricos, digestivos, urinarios, sexuales, miedo, intranquilidad,
palpitaciones, espasmo bronquial, hipersensibilidad a cambios
climáticos, dificultad de concentración, etc.
Es interesante señalar que los pacientes con distonía
neurovegetativa cuyos estudios clínicos resultan frecuentemente
negativos consumen una enorme cantidad y diversidad de
medicamentos recetados. Los psicofármacos, hipnóticos y sedantes
ocupan los primeros lugares, medicamentos que paradójicamente
bloquean a un sistema vegetativo ya agotado. Un círculo peligroso.
En la historia de vida de los pacientes con distonía
neurovegetativa es muy frecuente encontrar problemas desde la más
temprana infancia como traumatismos, infecciones, enfermedades
diversas, dentadura defectuosa, abuso, etc. que el sistema nervioso
vegetativo registra con una memoria infalible. Estos factores constituyen
para el sistema una sobrecarga que le impiden manejar adecuadamente
nuevas agresiones. Para resolver estos problemas es necesario actuar
sobre sus causas; el tratamiento de los síntomas por separado conduce
al fracaso, a la aparición de nuevos síntomas, a un estado de
intoxicación farmacológica crónica y muchas veces al agravamiento del
cuadro clínico. La cuestión se complica con los estudios invasivos y
cirugías destinados a resolver problemas que en el fondo son
meramente funcionales. La Terapia Neural a través de la facilitación de
la autoorganización biológicamente económica permite resolver estos
problemas que siempre son singulares para cada paciente.

138
Nota 119:
Distrofia simpática refleja. Enfermedad de Sudeck.
Síndrome doloroso complejo regional.

Lo característico es que un paciente con una lesión menor, por


ejemplo, un esguince o una fractura de muñeca, o tras un procedimiento
quirúrgico simple y sin complicaciones, empiece a tener dolor e
hipersensibilidad al simple contacto de la zona afectada (alodinia) en
forma desproporcionada al evento desencadenante. El dolor suele ser
intenso. Puede desarrollarse de inmediato o escalar gradualmente de
intensidad a lo largo de varios meses. La función se reduce. Y a
menudo aparecen trastornos emocionales. Conforme pasa el tiempo,
pueden verse alteraciones secundarias: edema, cambios en el flujo
sanguíneo cutáneo, a menudo inicialmente un aumento y enrojecimiento
de la piel, que da paso a una disminución del flujo con palidez y frialdad
del miembro afectado. Puede haber actividad sudomotora anormal. La
situación suele agravarse día a día y puede tornarse insoportable
afectando el sueño, el estado de ánimo, la calidad de vida.
En general estos cuadros se asocian a daño parcial de una
estructura nerviosa. Los sistemas reparadores naturales en un tiempo
determinado logran resolver el problema. Cuando esto no ocurre, el
motivo generalmente se debe a la presencia de campos interferentes
que comprometen la capacidad reparadora del organismo. El hecho de
que estímulos menores desencadenen síntomas tan importantes
significa que el sistema se encontraba en un estado de desarmonía de
gran complejidad. El nuevo estímulo manifiesta el compromiso general.
Una vez eliminados los estímulos nocivos provenientes de
campos interferentes, el organismo inicia su proceso de curación y las
funciones corporales recuperan su normalidad. La tarea del profesional
es encontrar el origen de la irritación del sistema nervioso y resolverla.
El organismo se encargará de su propia curación.

Nota 120:
Hombro doloroso. Hombro congelado.

Este cuadro clínico tiene diferentes nombres: Síndrome hombro-


mano. Enfermedad de Sudeck. Distrofia simpática refleja. Síndrome
doloroso regional complejo. Capsulitis adhesiva. Periatritis. Fibrosis
subacromial. Tendinitis bicipital. Artritis o Condritis acromioclavicular.
Tendinitis del manguito rotador. Subluxación recidivante. La variedad de
denominaciones se debe al desacuerdo general en cuanto al origen de
este problema.

139
Básicamente es un complejo cuadro clínico que puede
observarse tras un traumatismo, fractura, cirugía, artroscopía o
inmovilidad de la extremidad superior y que se caracteriza por
importante dolor espontáneo y con el movimiento, pérdida de la
movilidad, edema, cambios en la textura, temperatura y/o color de la
piel, osteopenia localizada en la extremidad afectada y finalmente
atrofia con pérdida total de la función.
Se debe habitualmente a una profunda alteración del sistema
nervioso regional y general. Como cualquier otra enfermedad, no puede
analizarse en forma independiente del resto del organismo. Si bien
puede aparecer tras ciertos traumas, es el resultado de un proceso que
se inicia mucho antes del trauma. Es decir, que para que se desarrolle
este cuadro clínico deben existir condiciones predisponentes previas, en
general en la forma de campos interferentes.
En esta situación también, el tratamiento es el de los campos o
focos interferentes vinculados.

Nota 121:
Tendinitis. Bursitis. Fascitis. Periostitis.

La tendinitis, la fascitis la bursitis y la periostitis, son diferentes


formas en que puede manifestarse un desequilibrio funcional neuro-
músculo-tendinoso. El músculo se continúa con el tendón o con la fascia
que se fijan al periostio. La bursa cubre la articulación y se fija al
periostio. El periostio es particularmente sensible y bajo la tracción de
esas estructuras puede generar dolor e inflamarse. Es un dolor
profundo, como si doliera el hueso. Dichas estructuras no están
aisladas, sueltas en el organismo. Están vinculadas al todo. A otras
estructuras y al estado general de la persona. En la situación aguda
postraumática, el reposo y medidas antiinflamatorias simples resuelven
el problema. Cuando la estructura se daña espontáneamente o, tras un
traumatismo o esfuerzo no termina de repararse naturalmente suelen
existir condiciones negativas generales previas que favorecen esa
persistencia. En dicha situación, lo común es que la presencia de focos
o campos interferentes están impidiendo una buena función trófica
renovadora y reparadora. Entonces el tratamiento adecuado debería
consistir en resolver el problema interferente.
Un tendón, una fascia o una bursa como cualquier otra parte del
organismo, no pueden ser analizados como elementos mecánicos que
funcionan independientemente de la persona. Son elementos vivos y
están sometidos a todas las influencias positivas y negativas, internas y
externas, que recibe esa persona.

140
El esquema que presento a continuación puede ser útil para
entender otros cuadros patológicos como talalgia, gonalgia o dolor por
tensión muscular.

Por supuesto que este es un esquema que no responde precisamente a todos los
cambios biológicos que ocurren en el ser vivo. Es un modo de visualizar el problema,
sin pretender llegar a explicar toda su complejidad.

Nota 122:
Dolor en el talón (talalgia) y/o planta del pie (fascitis).

El talón es un importante punto de apoyo para caminar o correr.


Los tendones de los músculos gemelos y sóleo se insertan en el
periostio del calcáneo y se continúan anatómicamente y funcionalmente
con la fascia plantar, conectada a su vez con el periostio de los huesos
del pie. El calcáneo suele presentar un espolón que naturalmente está
cubierto por tejido graso en la cara plantar. Cuando duele el talón o la
planta del pie los diagnósticos más comunes de la Medicina Clásica son
fascitis plantar o espolón. Y en base a eso se indican diversos
tratamientos generalmente muy poco efectivos y muchas veces con
resultados contraproducentes.
En mi experiencia lo que se puede observar en las personas con
talalgia o dolor plantar (ver esquema de la Nota 123) es acortamiento de
los músculos gemelos y/o del músculo sóleo. Dicho acortamiento se
traduce en mayor tensión en el tendón de Aquiles y en la fascia plantar
lo cual, a su vez, se traduce en tracción del periostio causando dolor tipo

141
dolor óseo. Por otra parte, el acortamiento muscular es la consecuencia
de la irritación neural persistente de focos o campos interferentes.
Generalmente la solución se logra resolviendo esas irritaciones para
luego, si fuera necesario, tratar el acortamiento muscular mediante
modulación neuromuscular, (véase Nota 130).

Nota 123:
Dolor de rodilla y problemas asociados.
Dificultad para empezar a caminar. Aflojamiento inesperado.
Sensación de rótula trabada. Dificultad para bajar o subir escaleras.

El dolor es una de las formas que el organismo posee para


expresar un desequilibrio, una desarmonía. Cuando una parte del
organismo duele es porque hay un trastorno en el funcionamiento de
ese organismo; el orden natural tendiente al estado de salud, por alguna
razón se ha perdido. Para que una estructura se dañe
espontáneamente o no termine de repararse naturalmente deben existir
condiciones negativas generales previas que modifican la capacidad de
renovar y reparar los tejidos naturalmente.
A su vez, esa pérdida de función renovadora y reparadora se
debe a la presencia de campos interferentes que persistentemente
irritan al sistema nervioso.
La articulación de la rodilla, como cualquier otra parte del
organismo, no puede ser analizada como un elemento mecánico que
funciona independientemente de la persona.
De acuerdo a mi experiencia el músculo dominante de la rodilla
no es el cuádriceps sino el bíceps crural. El acortamiento del bíceps
crural suele causar dolor tanto en la parte anterior como posterior de la
rodilla. El acortamiento del vasto interno generalmente causa
inestabilidad de esa articulación El acortamiento del tensor de la fascia
lata suele causar dolor en la parte externa de la rodilla y dificultad para
vestirse, ponerse las medias, calzarse.
El esquema presentado en la Nota 123 puede ser útil para
explicar el dolor en la rodilla como consecuencia de la tracción
tendinosa activada por disfunción neuromuscular. A su vez, esta
disfunción así como el consecuente acortamiento muscular,
generalmente, son la consecuencia de la irritación neural causada por
focos o campos interferentes. El dolor y la limitación del movimiento
pueden aliviarse y mejorarse enormemente aún en casos de
articulaciones severamente deformadas. Una vez eliminados los
estímulos nocivos provenientes de áreas interferentes, el organismo
puede iniciar su proceso de curación y las funciones corporales
recuperan su normalidad. Muchas veces es necesario complementar
ese tratamiento con modulación neuromuscular, (véase Nota 130).

142
Nota 124:
Escoliosis.

A mediados del siglo XIX para el tratamiento de la escoliosis se


habían inventado aparejos de “enderezamiento”.
Hoy se hace kinesiología, rehabilitación postural global (RPG) o
se opera. Pero aún no se entiende que el problema radica en que el
organismo no puede generar sus estructuras de un modo normal por la
presencia de campos interferentes. La Terapia Neural al resolver esos
campos interferentes puede evitar la progresión del problema e incluso,
tomado a tiempo, revertirlo.
La pérdida del alineamiento corporal es como otras tantas
pérdidas, consecuencia de un proceso iniciado en el sistema nervioso,
resultado a su vez de factores irritativos físicos, químicos, biológicos,
emocionales, electromagnéticos, espirituales. La pérdida de la función
moduladora analgésica del sistema antinociceptivo descendente que se
traduce en dolor persistente; la pérdida de la regulación de circuitos de
autoorganización que terminan sintetizando péptidos y proteínas
"autoinmunes", etc. Es decir la pérdida de la armonía, la pérdida del
orden natural.
Por lo tanto su tratamiento debería consistir en facilitar la
búsqueda, por parte del organismo, de un nuevo orden que le permita
hacer lo que sabe hacer, mediante estímulos neuralterapéuticos
adecuadamente aplicados en tiempo y espacio.

Nota 125:
Dolor muscular. Dolor tensional.

Repito estos conceptos porque son básicos: El dolor es una de


las formas que el organismo posee para expresar un desequilibrio, una
desarmonía. Cuando una parte del organismo duele es porque hay un
trastorno en el funcionamiento de ese organismo; el orden natural
tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido.
La persona con dolores musculares habitualmente llega a la
consulta tras un peregrinar de meses o años arrastrando diagnósticos
diversos. El paciente cree que su problema carece de solución y se
angustia, deprime y cambia de carácter. Con el tiempo, el cuadro
doloroso suele irse agravando y complejizando. Nuevas áreas pueden
empezar a doler y la pérdida de la movilidad hacerse más evidente. El
dolor muscular persistente suele asociarse con estudios radiográficos y
de laboratorio normales y con tratamientos ineficaces. La persona con
dolor muscular recibe diagnósticos diversos que tratan de encasillar el
problema pero no lo solucionan.

143
Sin embargo, es de suma importancia tener en cuenta que
comúnmente el compromiso muscular es una consecuencia, suele
deberse a la presencia de factores irritativos que actúan sobre el
sistema nervioso. El dolor muscular persistente casi siempre es
secundario a una irritación del sistema nervioso y representa el
resultado de un proceso. La historia de vida permitirá desenredar ese
proceso iniciado mucho tiempo antes.
Dolores supuestamente articulares, óseos, tendinosos,
neurológicos o circulatorios en realidad pueden deberse a compromiso
muscular. El problema diagnóstico radica en que es necesario aprender
a palpar los diferentes músculos. Es común que el hecho de no poder
detectar adecuadamente la presencia de puntos gatillo conduzca a la
negación de su existencia. Es necesario, como en tantas otras cosas el
entrenamiento correspondiente.
El acortamiento muscular, consecuencia de la acción de focos o
campos interferentes provoca tracción del tendón correspondiente que,
como está fijado al periostio, causa dolor profundo (dolor de huesos).
Este hecho también hace confundir el diagnóstico. Muchos cuadros se
rotulan como "tendinitis", "tendinosis", "periostitis" o "fascitis" cuando en
realidad el problema es el acortamiento muscular, resultado de una
irritación del sistema nervioso. (Ver esquema más arriba en la Nota
123). El tratamiento de elección y generalmente curativo es el del
campo o foco interferente relacionado.
No obstante, es común que el componente muscular haya
adquirido autonomía y sea necesario también aplicar modulación
neuromuscular (tratamiento de puntos gatillo). Como la musculatura
funciona de un modo coherente, músculos agonistas y antagonistas
suelen involucrarse en el problema. El tratamiento comúnmente debe
hacerse en varias sesiones para poder desarmar ese entramado como
si estuviera organizado en catáfilos de cebolla. El hecho de que tras el
tratamiento de un músculo, aparezca dolor en otro funcionalmente
relacionado debe entenderse como positivo. Es necesario continuar
hasta la resolución total.

Nota 126:
La disfunción de la unión neuromuscular.

La disfunción de la unión neuromuscular, que se manifiesta por la


presencia intramuscular de puntos gatillo (trigger points), es un ejemplo
especial de una alteración tónico-trófica orgánica. Por lo tanto constituye
una manifestación de pérdida del orden natural. Su presencia no
constituye una situación aislada sino que es parte de un trastorno
general. Enfatizo que los puntos gatillo musculares se generan,

144
habitualmente, a partir de la irritación del sistema nervioso ejercida por
campos interferentes y que un esfuerzo, una sobre-exigencia física, una
posición forzada o un traumatismo suelen actuar como factores
desencadenantes. Un traumatismo muscular, esfuerzo, daño directo,
etc., debería resolverse en forma natural en unos días o un par de
semanas con medidas simples como reposo, calor, masajes; sin
embargo cuando la actividad tónico—trófica natural está limitada por la
acción de campos interferentes y la reparación falla pueden generarse
en el músculo puntos gatillo, es decir áreas de desorden energético.
Con el tiempo, los puntos gatillo, pueden tornarse autónomos e
independizarse del factor irritativo inicial, actuar como campos
interferentes y generar síntomas dolorosos y funcionales a distancia en
cualquier parte del organismo.
La certeza de que se ha penetrado un punto gatillo lo da la
reacción de sacudida muscular (twitch response). Además de su efecto
segmentario en cuanto a alivio del dolor, incremento de la movilidad, y
cambios autonómicos, el tratamiento de estos puntos puede causar:
somnolencia, “salto” de otro campo interferente, mejoramiento de otros
síntomas concomitantes físicos o psíquicos y sensación de bienestar.
Estos resultados sólo pueden explicarse por la participación activa del
sistema nervioso y la recuperación de circuitos de autoorganización
biológicamente económicos.
Los textos clásicos de Terapia Neural mencionan a las
miogelosas como expresión de enfermedad de órganos internos en su
manifestación segmentaria y recomiendan inyecciones profundas
intramusculares a través de pápulas intradérmicas sobre zonas
hiperalgésicas. Consideran a esas miogelosas como una forma más de
expresión del sistema nervioso comprometido.
La disfunción neuromuscular, consecuencia de la irritación del
sistema nervioso es un problema sumamente frecuente que afecta a
millones de personas en todo el mundo, es causante de discapacidad y
de mala calidad de vida. Su solución es relativamente simple y de muy
bajo costo. El diagnóstico y manejo de esta disfunción exige un
entrenamiento especial. Sin dicho entrenamiento es muy común el
fracaso y como consecuencia la negación de su existencia y/o de la
utilidad del tratamiento.

145
Nota 127:
Características de los puntos gatillo.

Los potenciales eléctricos que se encuentran en los sitios activos


de los puntos gatillo se corresponden con los potenciales de la placa
terminal (unión neuromuscular) en estado disfuncional causados por
liberación excesiva de paquetes de acetilcolina. Este trastorno
aparentemente muscular, representa una disfunción neuromuscular
vinculada con una alteración de funciones neurales naturales.
Un elemento clave de los puntos gatillo es la presencia de nudos
de contracción, que se corresponden con un segmento de fibra
muscular sometida a una fuerte contractura de sus sarcómeros. Las
fibras musculares que contienen nudos de contracción forman una
banda tensa, palpable. El área o región de fibras musculares que
contiene nudos de contracción constituye el nódulo muscular doloroso
también palpable. A nivel de los nudos de contracción los sarcómeros
presentan una fuerte contracción (más cortos y anchos) diferenciándose
marcadamente de los sarcómeros de las fibras normales del mismo
músculo. En los extremos de las fibras con nudos de contracción los
sarcómeros están alargados y adelgazados. La existencia de nudos de
contracción en un área afecta la función de la totalidad del músculo.
El dolor por disfunción neuromuscular tiene una respuesta escasa
o nula a los fármacos analgésicos, antiinflamatorios, opiáceos,
sedantes, miorrelajantes y antidepresivos. Responde satisfactoriamente
a la punción selectiva con aguja del área afectada.
Las características clínicas más distintivas de los puntos gatillo
son: Dolor circunscrito espontáneo o a la presión digital en un área de
consistencia nodular. El nódulo doloroso se encuentra en una banda
tensa palpable de fibras musculares. El paciente puede reconocer como
familiar el dolor evocado por la presión ejercida sobre el punto gatillo. El
dolor puede referirse a áreas distantes siguiendo un patrón
característico de cada músculo. Respuesta local de sacudida o
contracción muscular espasmódica (twitch response) por presión digital
o por penetración con aguja del punto gatillo. Limitación dolorosa o no
del movimiento. Cierto grado de debilidad en el músculo afectado.
Hipersensibilidad en áreas alejadas. Fenómenos autonómicos.
Trastornos de la propriocepción.
El dolor miofascial por puntos gatillo tiene la peculiaridad de
extenderse a otros músculos en la forma de nuevos puntos gatillo, por
contigüidad, por agonismo o por antagonismo en la función. El
compromiso del sistema nervioso vegetativo es manifiesto. El dolor por
disfunción miofascial puede afectar a cualquiera de los músculos
esqueléticos de la economía y puede dar síntomas referidos a distancia,
no sólo en otros músculos, sino también en estructuras diversas.

146
También puede adquirir el carácter de un campo interferente afectando
la totalidad del ser.
Es muy común la detección de disfunción neuromuscular tras una
caída, una cirugía, un traumatismo. También puede observarse en
relación a otros problemas de salud como neuralgia del trigémino o
herpes zóster, tras inmovilidad prolongada, o en relación a un cuadro de
distrofia simpática refleja, etc.
La eliminación del campo interferente causal puede aliviar el dolor
relacionado con presencia de puntos gatillo, pero habitualmente no es
suficiente para resolver el problema. Es común que la disfunción en la
unión neuromuscular se haya tornado autónoma, es decir que siga en
actividad pese a la eliminación de su causa. Por lo tanto el tratamiento
del campo interferente requiere muy frecuentemente ser
complementado con el tratamiento local de los puntos gatillo.
Cuando existe un campo interferente y se trata primero el punto
gatillo secundario a aquél, puede ocurrir agravamiento de la
sintomatología o aparición de "nuevas" enfermedades. Es decir,
vicariación progresiva. En primer lugar es necesario tratar los campos
interferentes, luego corresponde hacer un nuevo examen manual-digital
y sólo en caso de que los puntos gatillo persistan deberían ser tratados.
La única forma de establecer el diagnóstico presuntivo de
disfunción neuromuscular es con la historia de vida y el examen manual-
digital de la musculatura. Ningún estudio actualmente disponible de uso
rutinario para la evaluación clínica permite hacer ese diagnóstico. La
presencia de dolor persistente asociado a estudios de laboratorio y de
imágenes negativos debería conducir a la sospecha diagnóstica.
La seguridad de que se ha penetrado un punto gatillo lo da la
reacción de sacudida muscular (twitch response). La infiltración de la
región sin penetración del punto gatillo (sin reacción de sacudida) es
poco efectiva o totalmente inefectiva, puede incluso irritar el área y
causar mayor dolor. El punto gatillo puede tener sólo algunos milímetros
de tamaño, por lo tanto la detección e inserción de la aguja deben ser
sumamente precisas.

Nota 128:
Modulación neuromuscular. Técnica.

La modulación neuromuscular es un tratamiento que debería


seguir al tratamiento de focos o campos interferentes cuando -a pesar
de haberlos resuelto adecuadamente- el problema loco-regional no
mejora. Nunca debería precederlo.
La decisión de efectuar este tratamiento debería sobrevenir a la
eliminación del campo o foco persistente. Por ejemplo, en un paciente

147
con dolor cervical y presencia de un tercer molar incluido, la conducta
debería ser: examen manual-digital para detectar el estado muscular del
área dolorosa; prueba de Huneke en la pieza sospechosa; repetir la
evaluación manual-digital y si ocurre un cambio en la musculatura, el
diagnóstico es de positividad de la prueba de Huneke. Una vez extraída
la pieza en cuestión, se repite la evaluación y el examen manual digital.
Si corresponde se trata la cicatriz quirúrgica. Si el problema muscular se
mantiene después de dos a tres sesiones de infiltración de la cicatriz
quirúrgica, entonces recién ahí es el momento de llevar a cabo el
tratamiento de los puntos gatillo.
Consiste en la introducción de una aguja que provoque una
reacción muscular de sacudida (twitch response) seguido de la
inyección de 0.2 a 0.3 cc de lidocaína sin adrenalina al 0.375%. La
lidocaína en esa dosis y concentración no ejerce un bloqueo anestésico.
Puede usarse procaína al 0.7%. Produce un cambio en el estado de
polaridad de la unión neuromuscular y la corrección de su
disfuncionalidad. El efecto excede en tiempo y espacio las propiedades
del agente farmacológico anestésico local.
Mediante palpación se detecta la banda tensa o cordón muscular
y dentro de él el nódulo doloroso. El músculo debe ser tomado entre los
dedos pulgar e índice de la mano no dominante de modo de incluir el
nódulo doloroso separando al mismo tiempo la masa muscular de
estructuras como vasos, nervios o vísceras para evitar su punción con la
aguja. Los puntos gatillo en músculos como el supraespinoso,
infraespinoso, crural, vasto externo, subescapular, serratos, etc, deben
ser fijados contra el hueso subyacente con dos o tres dedos de la mano
no dominante. El contacto digital directo, poniendo un dedo sobre la piel
próximo a la aguja, permite percibir la reacción de sacudida que a veces
también puede visualizarse (es conveniente, también, enseñarle al
paciente a identificarla). Esto es muy importante porque da la certeza de
haber actuado correctamente y, a su vez, evita hacer punciones
adicionales innecesarias. Con la mano dominante se toma una jeringa
de 2 a 5 cc cargada con el agente neuralterapéutico con una aguja de
calibre y longitud adecuados a las características del músculo a tratar.
El punto gatillo debe ser penetrado sólo con la punta de la aguja, de
modo que es un procedimiento delicado buscando el punto en la
profundidad en que se encuentra, ni más ni menos profundo. La aguja
se introduce y retira reiteradas veces, en abanico, sin salir del tejido
subcutáneo (evitando de ese modo volver a atravesar la piel), se buscan
los puntos gatillo hasta que las sacudidas cesen y desaparezcan los
nódulos dolorosos. Con cada sacudida se inyectan unas gotas del
anestésico. Finalmente, tras el tratamiento el músculo puede quedar
dolorido (el dolor habitualmente es diferente del original) durante 24 a

148
48 horas. Es conveniente que el paciente se aplique compresas
húmedas calientes sobre la zona tratada.
El tratamiento está contraindicado en los casos de infección local,
trastorno de la coagulación, consumo de anticoagulantes. Los efectos
secundarios del tratamiento local son el dolor post-punción y la
formación de hematomas que son frecuentes pero de grado mínimo. El
riesgo de penetración de una víscera es también mínimo manteniendo
las necesarias precauciones. Cuando el nódulo muscular doloroso
palpable es inactivado y la banda tensa se afloja, el rango de
movimiento se normaliza, desaparecen las manifestaciones
autonómicas (edema trófico, lagrimeo, piel anserina, alteraciones en la
circulación local, etc) así como los trastornos proprioceptivos. Si el dolor
y/o la pérdida de movilidad tienen relación con posturas viciosas, o
alteraciones estructurales, deben eliminarse o corregirse pues de lo
contrario mantendrán o reactivarán el dolor miofascial.

Nota 129:
Del síntoma al músculo comprometido. Listado orientativo.

El objetivo de presentar este listado no es para tratar dolores


musculares regionales mediante eliminación de puntos gatillo, ni en
primer lugar ni como único procedimiento. Sino, para ayudar a buscar
posibles puntos gatillo autónomos que no permiten una resolución
completa del problema pese a haber tratado de modo adecuado campos
o focos interferentes. La forma de examinar y tratar los puntos gatillo de
los músculos mencionados se encuentra en el libro Myofascial pain and
dysfunction, the trigger point manual, de Travell, J.G. y Simons D.G.
(1983) Baltimore: Williams & Wilkins. Fue traducido al español por
Editorial Panamericana de Buenos Aires.

Ante el síntoma Buscar puntos gatillo en

Abdomen dolor en fosa iliaca Cuadrado lumbar


derecha
Abdomen dolor en pared lateral Aductor
inferior
Acúfenos Esternocleidomastoideo
rama esternal
Masetero profundo
Almohada que no se soporta por Epicraneal
dolor en la cabeza Cervicales posteriores
Suboccipitales
“Apendicitis” Psoas menor
Recto del abdomen
Oblicuo del abdomen
Apófisis espinosa dolor a la Paravertrebrales profundos
palpación

149
Arritmia cardíaca somato-visceral Pectoral mayor, lado
(compromiso vegetativo) derecho debajo del borde de
la 5ª costilla en intersección
con la línea vertical a media
distancia del pezón y del
borde esternal
Articulación cadera dolor interno Tensor fascia lata
Articulación sacroilíaca dolor Cuadrado lumbar
Glúteo mayor
Paravertebrales
superficiales y profundos
Recto anterior abdomen
Glúteo medio
Glúteo menor
Piramidal
Aductores del muslo
Articulación témporo-mandibular: Masetero superficial y
dolor profundo
Pterigoideo externo
Artritis mano Interóseos
Boca, dolor interno Pterigoideo interno
Bursitis deltoidea Deltoides
Bíceps braquial
Bursitis trocantérica Tensor fascia lata
Vasto externo
Glúteo menor
Cadera, aflojamiento Recto anterior proximal
Crural proximal
Caída de objetos de la mano Escaleno
Calambres nocturnos Gemelos distal
Tibial anterior
Intrínsecos del pìe
Cuadrado lumbar
Cama inclinada, ilusión EsternoCM clavicular
Cefalea post-punción raquídea EsternoCM
Claudicación Gemelos
Sóleo
Coccigodínia Paravertebral profundo
Glúteo mayor
Piramidal de la pelvis
Supinador corto
Codo de tenista Supinador largo
Codo de maletín Radial 1º externo
Codo de correa de perro Extensor común de dedos
Codo de picaporte Triceps medial, parte
Codo de fregadora externa
Codo de albañil Ancóneo
Bíceps braquial
Braquial anterior

Correr: dolor-punzada de costado Serrato anterior


Costilla cervical Escaleno
Cráneo, dolor interno Esplenios
Suboccipitales
Cresta iliaca, dolor Cuadrado lumbar
Cuello rígido Trapecio
Elevador
Esplenio del cuello
EsternoCM

150
Dedos mano en resorte Punto tendinoso profundo en
la vaina fascial (palmar)
Dedos mano, dolor explosivo que Flexores de los dedos
sobrepasa la falange distal
Dedos mano dolor lado cubital Tríceps lateral
Pectoral mayor y menor
Serrato póstero-superior
Serrato anterior
Dorsal ancho
Escalenos
Flexores y extensores
Dedos mano dolor lado radial Subclavio
Braquial anterior
Supinador
Flexores y extensores
Dedos pie, primer dedo, Tibial anterior
calambre Extensor largo 1º y dedos
Extensor corto dedos
Extensor corto 1º
Dedos pie, martillo Interóseos del pie
Flexores largos dedos
Extensores largos dedos
Defecación, dolor rectal Piramidal
Deglución dificultosa Pterigoideo interno
Digástrico
Dificultad para abrocharse la Aductor pulgar
ropa Oponente pulgar
Dificultad para escribir (no puede Aductor pulgar
sostener una lapicera) Oponente pulgar
Dificultad para girar en la cama Cuadrado lumbar
Dificultad para flexionar la cadera Psoasilíaco
Dificultad para levantarse de una Paravertebrales sup.
silla Cuadrado lumbar
Psoasilíaco
Glúteo menor
Dificultad para ponerse las Tensor de la fascia lata
medias
Dificultad para sentarse Cuadrado lumbar
Psoasilíaco
Dificultad para subir escaleras Paravertebrales
superficiales
Cuadrado lumbar
Dificultad para usar tijeras Flexores de la mano y de los
dedos
Dificultad para levantar monedas Pronador redondo
de una superficie
Disfunción patelofemoral Recto anterior del muslo
Psoasilíaco
Dismetría: alteración en EsternoCM clavicular
percepción de peso
Disnea por punzada de costado Serrato anterior

Dispareunia Piramidal de la pelvis


Dolor “coronario” Pectoral mayor
Serrato anterior
Pectoral menor
Esternal
Paravertebral superficial
Recto anterior abdominal
izquierdo

151
Dolor fantasma miembro inferior Cuadriceps
(muñón) Isquiotibiales
Dolor inguinal Aductor mediano
Edema de la mano Escaleno
Edema del m. inferior Piramidal de la pelvis
Tríceps sural
Epigastralgia, “úlcera” Serrato anterior
Escalera, debilidad rodilla Subir: crural y sóleo
Bajar: recto anterior
Escalera: dolor al subir o bajar Sóleo
Escroto: dolor Psoasilíaco
Espolón calcáneo Sóleo distal
Estornudo dolor lumbar Cuadrado lumbar
Faringe, dolor EsternoCM esternal
Pterigoideo interno
Digástrico posterior
Hallux valgus Extensor largo del 1º
Extensor corto del 1º
Heberden:
Nódulo en lado cubital del pulgar Aductor pulgar
De los dedos Interóseos de los dedos
Hemiplegia: dolor en cintura Trapecio
escapular sin espasticidad, en Escaleno
reposo Supraespinoso
Infraespinoso
Subescapular
Hombro congelado Triceps largo
Dorsal ancho
Deltoides posterior
Redondo menor
Subescapular
Hombro, dolor cara anterior Infraespinoso
Hombro: dolor cara posterior Redondo menor
(aparece una vez aliviado el dolor
anterior)
Hombro, dolor profundo en la Infraespinoso (++)
articulación Supraespinoso
Elevador
Hombro: dolor que despierta Supraespinoso
Infraespinoso
Escalenos
Hombro: hiperhidrosis Infraespinoso
(compromiso vegetativo)
Hombro, restricción del Abducción: supraespinoso
movimiento Rotación externa:
subescapular
Rotación interna:
Infraespinoso + Redondo
menor
Hombro, subluxación recidivante Subescapular
Impotencia Piramidal de la pelvis
Ingle. dolor Cuadrado lumbar
Oblicuo externo
Aductor
Latigazo (whiplash) Trapecio
EsternoCM
Esplenios
Lengua, dolor espontáneo, dolor EsternoCM esternal
al tragar Pterigoideo interno
Letras saltarinas Orbicular del ojo

152
Lumbar, dolor Cuadrado lumbar
Isquiotibiales
Glúteos
Lumbar, dolor al incorporarse de Sóleo
una silla Cuadrado lumbar
Lumbar, dolor en posición vertical Psoasilíaco
Mama, hipersensibilidad pezón, Pectoral mayor
dolor Serrato anterior
Mandíbula, dolor Sóleo distal lateral
Mano, palma, sensación Palmar menor
pruriginosa
Marcha, dolor Posteriores del muslo
Marcha inestable Vasto interno
Mareo, vértigo, desorientación Trapecio
espacial, ataxia EsternoCM clavicular
Mejilla, sensación extraña Cutáneo del cuello
Meralgia parestésica Sartorio
Iliaco (psoas)
Músculos del cuadriceps
Muelas – dientes: Masetero superficial
Hipersensibilidad a todos los Temporal
estímulos.
Muñeca, dolor en banda Subescapular
Muñón doloroso, miembro inferior Cuadriceps
Músculos del colgajo
Muñón miembro inferior, dolor Recto anterior fémur
Isquiotibiales
Muslo, dolor en decúbito lateral, Vasto externo
despierta
Muslo, dolor parte interna Vasto interno
Recto interno
Nariz, dolor en la punta Orbicular del ojo
Náuseas – anorexia EsternoCM clavicular
(compromiso vegetativo)
Oído, dolor profundo Masetero profundo
Pterigoideo interno
Oído, ruido, sordera, tinnitus EsternoCM esternal
Masetero profundo (rugido)
Oído, tapado, barohipoacusia Pterigoideo interno
Ojo, lagrimeo, enrojecimiento, EsternoCM esternal
seudo ptosis, trastornos visuales
(compromiso vegetativo)

Visión cercana borrosa Esplenio cervical


Omóplato, dolor.
movilidad conservada Subescapular
movilidad restringida Pectoral menor
Serrato anterior
Trapecio
Romboides
movimiento ruidoso Romboides
Subescapular
Paladar duro, dolor Pterigoideo interno
Pantorrilla, calambres Gemelos distal
Cuadrado lumbar
Parestesias, piernas y pies Cuadrado lumbar
Pesadez caderas Cuadrado lumbar
Pie plano Activa vasto interno
Pie, sensación de hinchado Intrínsecos profundos

153
Piel de gallina en brazo Trapecio homolateral
(compromiso vegetativo)
Piel de gallina en muslo Trapecio homolateral
(compromiso vegetativo)
Piernas inquietas Bíceps crural
Gemelos/Sóleo
Post-laminectomía, dolor Cuadrado lumbar + glúteo
menor
Isquiotibiales
Piramidal
Pulgar, difícil de manejar Aductor pulgar
Oponente pulgar
Pulgar, dolor/ parestesias en la Escaleno
base Braquial anterior
Supinador corto
Supinador largo
Radial primero
Aductor pulgar
Oponente pulgar
Puño, debilidad Infraespinoso
Resaca por alcohol EsternoCM
Resorte:
Pulgar Punto doloroso lateralmente
al tendón del flexor largo del
pulgar

Dedos de la mano Punto tendinoso profundo en


la vaina fascial (palmar)
Rinitis EsternoCM esternal
Rodilla, aflojamiento inesperado Vasto interno o Crural +
ambos Gemelos proximales
Rodilla, dificultad para iniciar la Crural
marcha Vasto externo distal
Rodilla, debilidad extensora Recto anterior (al bajar
escalera)
Vasto interno
Crural (al subir escalera)
Rodilla, dificultad para Crural
enderezarla totalmente después
de sentado por un tiempo
Rodilla, dolor cara anterior, Recto anterior
despierta Aductor mediano y/o corto
Rodilla, dolor en silla de ruedas Vasto externo distal
(90º) Crural
Rodilla, dolor “intraarticular”, Vasto interno
despierta
Rodilla, rótula trabada Vasto externo distal
a veces también Crural
“Sacroileítis” Cuadrado lumbar
Glúteo mayor
Paravertebrales
superficiales y profundos
Recto anterior abdomen
Glúteo medio
Glúteo menor
Piramidal
Aductores del muslo
Seudociática Glúteo menor
Piramidal. Isquiotibiales

154
Síndrome cirugía lumbar fallida Cuadrado lumbar + glúteo
menor
Gemelos de la pelvis
Isquiotibiales
Piramidal
Síndrome seudo-discal Cuadrado lumbar + glúteo
menor
“Sinusitis” maxilar (compromiso EsternoCM esternal
vegetativo) Temporal superficial
Pterigoideo interno
Suboccipital, dolor área Posteriores del cuello
mastoides Digástrico posterior
Infraespinso
Tendinitis bicipital. Tenosinovitis Bíceps braquial
Tinnitus Masetero profundo cerca
inserción cigomática
posterior (rugido)
EsternoCM esternal
Tobillo débil Peróneos
Tibial anterior
Tobillo: esguinces y fracturas con Peróneos
frecuencia
Tortícolis Esplenios, Elevador,
Trapecio, EsternoCM
Tos da dolor lumbar Cuadrado lumbar
Tos seca persistente EsternoCM esternal
(compromiso vegetativo) Punto gatillo en la
confluencia del EsternoCM
(esternal), pectoral Mayor y
Esternal
Trismus Masetero
secundariamente:
EsternoCM, Digástrico ,
Trapecio, Escaleno, Pectoral
Trocánter mayor, dolor Cuadrado lumbar
“Trocanteritis”
Túnel carpiano Escaleno

Nota 130:
Fibromialgia: Listado de síntomas.

El enorme y variado listado de síntomas asociado con el


diagnóstico de fibromialgia, a mi juicio, demuestra dos cosas. Por un
lado la ignorancia de la ciencia médica ortodoxa que al persistir en su
concepción mecanicista y reduccionista no puede comprender en qué
consiste el proceso de enfermarse, no puede detectar su génesis y por
otro, el deterioro de la salud de la población en la sociedad consumista
e individualista en que vivimos. A todo síntoma le corresponde un
fármaco. No está autorizado tener un resfrío, una tos, una reacción
cutánea, ni una diarrea, ya desde bebés. El organismo no tiene
permitido hacer su propia curación. Es necesario estar activo para no
faltar a la escuela, al trabajo para no perder el premio por presentismo,
ni a cualquier actividad social. Todo duelo se tapa con

155
sedantes o antidepresivos. Está prohibido sentir y llorar. A todo esto se
le suma una dieta industrializada que produce saciedad pero que no
nutre e intoxica. A través de la televisión se viven vidas ajenas y no la
propia, el diálogo familiar desaparece. Todo se va acumulando,
juntando como en un recipiente para la basura.
Dolor generalizado, en ambos lados del cuerpo, por arriba y
debajo de la cintura, dolor en la columna. Once de 18 puntos dolorosos
específicos al examen físico. Dolor en músculos, articulaciones y
cefaleas. Rigidez generalizada al levantarse. Calambres. Presión y dolor
torácico. Problemas de la articulación témporo-mandibular.
Hipersensibilidad al estímulo doloroso. Respuesta exagerada a
estímulos nocivos. Intolerancia al frio/calor. Fatiga persistente. Bajo
rendimiento. Distorsión en la percepción témporo-espacial. Lentitud en
los procesos cognitivos: sensación de nube mental, problemas de
concentración, confusión en el uso del lenguaje, dificultades en la
memoria reciente. Trastornos del equilibrio. Torpeza manual. Cambios
marcados en el peso corporal. Cambios de humor, ansiedad. Depresión
reactiva. Trastornos del sueño: somnolencia o insomnio, sueño no
reparador, frecuente despertares nocturnos. Visión doble, borrosa u
ondulada. Picazón o sequedad. Intolerancia a la luz. Zumbidos.
Sensibilidad auditiva aumentada. Intolerancia a los ruidos. Hipotensión
arterial. Vértigo. Palpitaciones, Taquicardia. Retención de líquido.
Hematomas. Sensación de garganta ocupada. Náuseas. Acidez. Dolor
abdominal. Colon irritable. Vejiga irritable. Vejiga hiperactiva.
Incontinencia. Dolores menstruales. Ciclos menstruales irregulares.
Pérdida de la libido. Anorgasmia.

Nota 131:
Fibromialgia:
una enfermedad inventada y aceptada por la ignorancia médica.

Cuando el organismo hace una enfermedad de estas


características con compromiso del estado general, síntomas variados
de prácticamente cualquier órgano o sistema y dolor intolerable es
porque hay un trastorno en su funcionamiento; el orden biológico natural
tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido.
Tanto la fibromialgia como la fatiga crónica representan el
resultado de un proceso que termina afectando el orden biológico
natural. Algunas agresiones-irritaciones de magnitud suficiente pueden
producir cambios en ese orden biológico. Por ejemplo, una cirugía, un
traumatismo, una muela en mala posición, infectada o con conducto, el
abuso físico, un problema emocional importante, etc. pueden generar
campos interferentes que a través de la irritación del sistema nervioso

156
modifican ese orden natural. Durante un tiempo, meses, años, el
organismo compensa, busca otros caminos y no aparecen
manifestaciones visibles. Pero en algún momento de la vida,
generalmente porque se suma otra agresión-irritación el desorden se
hace manifiesto. Eso es lo que la medicina denomina "enfermedad".
Actuando sobre la causa irritativa y no simplemente sobre los
síntomas, se facilita al organismo la recuperación de su orden biológico
natural que se expresa con sensación de bienestar y libertad para
funcionar en todos los aspectos: físico, emocional, intelectual. Es de
capital importancia conocer la historia de vida de la persona enferma, lo
cual la torna absolutamente singular. Por esta razón los tratamientos
son singulares y las respuestas también. No hay dos personas iguales,
ni dos tratamientos iguales.
Es decir que el dolor, la pérdida de vitalidad y los demás síntomas
no son la enfermedad. La enfermedad radica en la pérdida del rumbo,
en la alteración del orden natural. Ese orden natural que se manifiesta
con sensación de bienestar y más íntimamente con circuitos de
autoorganización que permiten la actividad energética de un modo
biológicamente económico, puede resultar afectado por factores
emocionales, físicos o ambientales. Ante esos estímulos el organismo
busca un nuevo orden que se traduce en circuitos de autoorganización
que dejan de ser biológicamente económicos y presenta gasto excesivo
de energía y elevada generación de entropía.
Cuando se altera la función de no tener dolor (sistema modulador
antinociceptivo descendente), el organismo lo manifiesta con dolor
persistente. Cuando la incapacidad de utilizar la energía es importante
lo manifiesta con fatiga crónica. Cuando se alteran los circuitos
hormonales lo manifiesta con enfermedades glandulares
(hipotiroidismo-hipertiroidismo). Cuando se afectan los circuitos de
sueño-vigilia lo manifiesta con insomnio. Cuando se afecta la función
inmunológica lo manifiesta con infecciones bacterianas, virales,
micóticas. Cuando se alteran los circuitos psíquicos lo manifiesta con
depresión, angustia, pánico. Cuando se alteran los circuitos de
regulación cardíaca lo manifiesta con arritmias. Cuando se afecta la
función intestinal lo manifiesta con “colon irritable”.

Nota 132:
Fatiga crónica. Cansancio persistente.

El organismo naturalmente maneja sus recursos energéticos. En


situaciones normales la energía útil disponible supera ampliamente la
demanda y se encuentra al alcance de todos los procesos metabólicos.
Los circuitos de autoorganización son biológicamente económicos, es

157
decir que sólo consumen la energía necesaria y generan un mínimo de
entropía. Por otra parte el organismo tiene conocimiento de cómo
emplear esa energía. “Sabe” perfectamente las sustancias que tiene
que producir, en qué momento, qué tejidos las necesitan, qué es lo que
tiene que eliminar. El organismo sano posee múltiples funciones
naturales que le permiten vivir, sobrevivir, reparar los daños y
desarrollarse y al mismo tiempo sentirse bien consigo mismo y con el
medio ambiente y social.
La aparición de manifestaciones como pérdida del sueño
reparador, cansancio permanente, cambios de humor, debilidad
general, etc., se debe a que aquéllas funciones naturales por alguna
razón se han alterado o perdido. Esos circuitos de autoorganización han
dejado de ser biológicamente económicos.
La solución no pasa por controlar los síntomas con medicamentos
que terminan causando más enfermedad, sino por encontrar la causa (o
causas) que generó esa alteración. La irritación del sistema nervioso a
partir de focos o campos interferentes, generalmente explica la pérdida
o alteración de funciones naturales con la consiguiente manifestación de
fatiga crónica. Para poder resolver problemas de esta naturaleza es
necesario un tratamiento que abarque la problemática en su totalidad.

Nota 133:
Dolor lumbar.

El dolor persistente o recurrente de cintura o de espalda baja,


(dolor lumbar, lumbago o lumbalgia) no siempre se debe a un problema
en la columna. Es más, muy pocas veces ese tipo de dolor tiene como
causa alteraciones de la columna. Por esto es común el fracaso de las
cirugías y de los tratamientos kinesiológicos.
Ocurre que cuando una persona acude con dolor lumbar, el
profesional le pide una radiografía y una resonancia, y a veces esos
estudios muestran alteraciones morfológicas (picos de loro, osteofitos,
hernia discal, canal estrecho, etc.), que son interpretadas como la causa
del dolor.
En realidad, esos cambios morfológicos son alteraciones que se
producen porque el organismo no está renovando en forma adecuada
sus estructuras. Las renueva, pero no puede conservar la forma original
porque la información que recibe está alterada por la presencia de
campos interferentes.
Un modo sencillo de entender el problema es una cadena de al
menos tres eslabones, el dolor representa el último eslabón. Empleo
este esquema porque si bien, no responde a la verdadera complejidad
del problema, es claro. Tratar el último eslabón de una cadena significa

158
tratamiento sintomático, es decir solución temporaria sin resolución de la
causa. El segundo eslabón en esta cadena está representado por la
formación de hueso en lugares anormales, edema en el área de salida
del nervio raquídeo, deterioro articular, y acortamiento muscular por
disfunción neuromuscular. Tratar este segundo eslabón con corticoides
o relajantes musculares también es ofrecer un tratamiento que no va
dirigido a la causa, es paliativo y no resuelve el problema. El primer
eslabón de la cadena suele ser un campo interferente en cualquier sitio
del cuerpo que con el tiempo provoca cambios morfológicos en el
hueso, disco o cartílago vertebral o, cambios tónicos en los tejidos como
contractura muscular, espasmo vascular, o alteración del sistema
modulador antinociceptivo descendente. El tratamiento de elección y,
generalmente, curativo es el del campo o foco interferente causal.

Por supuesto que este es un esquema que no responde precisamente a todos los
cambios biológicos que ocurren en el ser vivo. Es un modo de visualizar el problema,
sin pretender llegar a explicar toda su complejidad.

Nota 134:
Hernia de disco.

Los discos intervertebrales son estructuras que poseen cierta


flexibilidad y permiten los movimientos de la columna. El disco posee un
anillo fibroso y encierra en su interior una sustancia gelatinosa. El disco
intervertebral es una estructura viva y requiere de nutrientes, agua,
oxígeno, glucosa, proteínas, etc.; como tiene su propio metabolismo

159
produce sustancias tóxicas que deben ser eliminadas. La entrada y
salida de sustancias se realiza a través de la sangre y de la linfa y todo
el proceso es regulado por el sistema nervioso. La vitalidad del disco en
definitiva depende del sistema nervioso. Una de las capacidades
naturales del organismo es mantener la vitalidad de los tejidos, su forma
y repararlos cuando se produce algún daño.
La hernia discal está constituida por la sustancia gelatinosa del
disco, otros restos y edema local. Pero, ¿por qué razón el disco pierde
vitalidad, se rompe y el contenido gelatinoso sale de su interior? Es
decir, ¿por qué se forma la hernia? La respuesta es que la capacidad
del organismo de mantener ese tejido en buen estado se ha alterado o
perdido. Esto ocurre cuando el sistema nervioso funciona de un modo
inadecuado por la presencia de uno o varios campos interferentes.
Fue la observación de enfermos con pies destinados a la
amputación (pie diabético o pie arterial) lo que me permitió, ya hace
muchos años, comprender cómo la actividad interferente de focos y
campos comprometen la función trófica. Otra observación interesante
que pude hacer en situaciones de pies prácticamente destruidos con
áreas faltantes por infección y necrosis, es que el organismo sabe qué
estructura existe en cada lugar. Al reparar, forma otro pie, limitado sólo
por el tejido perdido, no forma cualquier estructura corporal, ni siquiera
un bulto. Es decir que la actividad trófica además de ser renovadora y
reparadora de células, tejidos órganos y estructuras, tiene la función de
conservar la forma.
Desde esta óptica, las alteraciones en la forma tanto de tejidos
blandos como de cartílago o hueso observadas en diferentes entidades
clínicas (artritis, artrosis, disrupción discal. etc.) son, de hecho,
alteraciones de la función trófica (atribuir dichos cambios a un simple
desgaste mecánico o a la edad, es inconsistente). En la práctica clínica
puede observarse la recuperación de la forma de diferentes estructuras
tras la recuperación de la función trófica.
El dolor agudo puede deberse a que la hernia comprime una raíz
nerviosa, a la presencia de edema en la región que aumenta la
compresión de la raíz o a contractura muscular regional. Esto suele
resolverse con tratamiento local o medidas antiinflamatorias.
Pero cuando el dolor es persistente, crónico, en general se trata
de un problema complejo asociado a la pérdida de la capacidad
reparadora normal del sistema nervioso y/o a la alteración del sistema
modulador antinociceptivo descendente. La alteración o pérdida de esas
funciones suele deberse a la presencia de focos o campos interferentes.
La postura, un esfuerzo, un problema emocional o el estrés
suelen representar sólo el desencadenante, -no la causa- en un sistema
comprometido por otras irritaciones. El tratamiento de elección y
generalmente curativo es el del campo o foco interferente causal.

160
Nota 135:
Fracaso de la cirugía de columna.

Se considera que la cirugía de columna ha fracasado cuando: no


produce mejoría; cuando empeora los síntomas y la discapacidad; o
cuando el alivio obtenido dura menos de cinco años. En un estudio de
resonancia magnética hecho en la población general, el 76% de las
personas que no tenía síntomas en el momento del estudio presentó
hernias discales en diferentes niveles. Estos sujetos fueron controlados
durante 5 años y ninguno desarrolló ciática o dolor lumbar superando lo
esperado en la población general. Esto implica que el hecho de
encontrar una o varias hernias discales en un paciente con dolor lumbar
o lumbociática no necesariamente significa que el dolor provenga de la
hernia. El fracaso de la cirugía se debe generalmente a que en el sitio
operado no estaba la causa del dolor.
Para resolver el dolor vinculado con el fracaso de la cirugía de
columna el abordaje debería consistir en buscar la causa del dolor
original (primer eslabón del encadenamiento, Véase Nota 123). Las
consecuencias de una nueva cirugía pueden ser catastróficas porque
constituyen una nueva irritación para el sistema nervioso.

Caso clínico.

Los casos publicados se refieren a personas singulares es decir que no son


comparables a otras personas, ni siquiera cuando sean sumamente parecidas. El
objetivo de publicarlos es hacer hincapié en la forma de pensar, la forma de considerar
la salud y la enfermedad, la forma de trabajar desde la Terapia Neural.

Se trata de un hombre de 57 años que consulta por dolor


persistente y limitante en la región lumbar y miembro inferior derecho.
Tras cuatro intervenciones lumbares con colocación de guías y
separadores, el dolor persiste y es muy limitante. Consulta antes de una
quinta intervención exploratoria con fecha ya establecida. En la
búsqueda de campos interferentes solicité una radiografía dental
panorámica. La prueba en el área de los restos radiculares en 4.8
(rombo blanco) produjo un alivio inmediato y sostenido por unas 48
horas. La extracción de esas raíces produjo un alivio que se mantuvo
por dos meses hasta que sufre una caída y la sintomatología reaparece.
La aplicación de terapia neural en el resto del odontón 4.8 permitió
resolver el dolor. Fue necesario tratar también puntos gatillo en el glúteo
medio derecho, así como la cicatriz lumbar y la cicatriz de la obtención
del injerto óseo que presentaban sensibilidad.

161
Quedó pendiente qué hacer con la pieza 3.8 (flecha blanca).
Como no daba sintomatología actual y su situación comprometía al
nervio maxilar inferior, decidí esperar y observar. Se observa también
una imagen a nivel de las raíces 33-34 y varios arreglos con amalgama.
Al cabo de aproximadamente cuatro meses después de la última
aplicación, el dolor reapareció aunque mucho más tolerable. Indiqué la
extracción de la pieza 3.8. El resultado fue muy satisfactorio para el
paciente pues sintió una mejoría general.

Nota 136:
Herpes zóster. Neuralgia post-herpética. Culebrilla.

Cuando el organismo hace una enfermedad de estas


características con daño del sistema nervioso y dolor intolerable es
porque hay un trastorno en su funcionamiento; el orden natural
tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido. El dolor es
una de las formas que el organismo posee para expresar un
desequilibrio, una desarmonía. El herpes zóster y la neuralgia post-
herpética como toda la patología en general, representan el resultado
de un proceso. El virus no es la causa, la causa radica en las
condiciones del organismo. Por esta razón los agentes antivirales no
resuelven el problema.
La debilidad del organismo suele ser la expresión, el emergente,
de la sumatoria y/o interrelación de irritaciones sobre el sistema
nervioso: cirugías, traumatismos, emociones fuertes, procesos
inflamatorios o infecciosos acontecidos en el pasado (meses, años), que
actúan como campos interferentes. Durante la vida se acumulan este
tipo de irritaciones, el organismo las va compensando hasta que un
problema emocional, el estrés, otra enfermedad, un traumatismo o un
tratamiento agresivo, corticoides, quimioterapia, radioterapia, cirugía,
actúa como desencadenante y aparece la enfermedad.

162
El herpes zóster se manifiesta primero con dolor intenso y
persistente y luego con lesiones en la piel. Dichas lesiones son el
resultado de la inflamación y daño de una raíz nerviosa (a veces más de
una) provocado por la presencia del virus varicela-zóster. Las vesículas
marcan el afloramiento del nervio en la superficie cutánea. Puede
afectarse cualquier área del cuerpo desde la cabeza y cara hasta la
pierna y pie, generalmente de un solo lado. El dolor suele ser
intolerable. Puede alterar profundamente la calidad de vida.
El herpes zóster aparece cuando puede (por lo general
situaciones emocionales en un organismo previamente debilitado) y
donde puede (por lo común en un área del cuerpo que ha sufrido un
daño o irritación meses o años atrás).

Caso clínico:

En esta paciente el herpes zóster se asoció con una cicatriz de un drenaje


quirúrgico de un by-pass coronario (aspecto de cruz de color más blanquecino). El
tratamiento de la cicatriz, como parte del tratamiento global,
permitió resolver los síntomas.

Cuando el dolor persiste una vez curadas las lesiones cutáneas el


cuadro es denominado neuralgia postherpética, que representa daño
más complejo del sistema neural tónico-trófico. El dolor suele ser
intenso, con extrema sensibilidad en las áreas afectadas, estímulos
habitualmente no dolorosos, como la ropa, pueden causar dolor, se
perciben sensaciones desagradables como hormigueo, picazón,
adormecimiento, ardor, quemazón, etc.
En el herpes zóster y neuralgia posherpética el mecanismo del
dolor es triple. Por un lado es nociceptivo: por alteración de la
modulación antinociceptiva descendente, y por otro neuropático: por

163
alteración de los mecanismos de reparación de estructuras nerviosas
dañadas. Pero a su vez, el gran estado de irritación del sistema nervioso
provoca, en forma refleja, contractura y dolor muscular, que se convierte
en una muy importante fuente de dolor persistente. Por otra parte
pueden aparecer trastornos viscerales, insomnio y depresión.

Otro caso clínico:

Herpes zóster vinculado a la cicatriz de apéndice, operación efectuada cuarenta


y cuatro años atrás. El tratamiento de la cicatriz en cuestión fue de gran utilidad para
resolver la sintomatología.

La persona que padece neuralgia postherpética en general no


entiende qué le pasa. Siente dolor intolerable y sensaciones
intensamente desagradables en la zona de la piel afectada pero allí sólo
quedan cicatrices. La familia generalmente tampoco entiende y cree, a
veces, que la persona enferma está exagerando.
La lesión de la primera rama trigeminal puede causar trastornos
oculares importantes, incluso ceguera. Una lesión herpética en la punta
de la nariz puede ser signo de peligro para el ojo. El tratamiento debe
ser rápido y adecuado. Los antibióticos antivirales carecen de utilidad. El
dolor en el ojo puede deberse a la propia lesión herpética o a la
contractura muscular refleja asociada. El cuadro debería controlarse lo
antes posible actuando sobre la causa y no solamente sobre las
consecuencias. En estos casos el foco suele ser odontológico.
Hay que tener presente que la causa es la que condujo a que el
organismo se debilitara y no el virus. El virus es simplemente un
oportunista. El tratamiento de la enfermedad y del dolor tiene que estar
orientado a restablecer la capacidad de defensa, reparación y

164
autoorganización económica del organismo. Es también la forma
adecuada de cuidar al ojo. El tratamiento entonces debería consistir
primero en la resolución de los focos o campos interferentes,
acompañado del tratamiento analgésico regional mediante inyección
perilesional, de todas y de cada una de las lesiones, con lidocaína o
procaína en bajas concentraciones. La asociación frecuente de dolor
miofascial lleva a la necesidad de eliminar puntos gatillo mediante
modulación neuromuscular. El uso de antivirales, antiinflamatorios,
anticonvulsivantes y antidepresivos carece de utilidad curativa.

Nota 137:
Herpes labial. Herpes Genital.

En las lesiones del herpes labial como del herpes genital pueden
encontrarse agentes virales. Son lesiones que se caracterizan por su
recurrencia ante diferentes estímulos y por la falta de respuesta a los
diferentes tratamientos disponibles. Para que la función de defensa se
mantenga activa, el organismo debe estar sano. Todos los sistemas
deben funcionar en forma armoniosa, en un equilibrio que permita la
adaptación a cambios y agresiones internos y externos. Una infección
es una de las formas en que el organismo expresa un desequilibrio, una
pérdida de la armonía natural.
Cuando una parte del organismo desarrolla una infección es
porque hay un trastorno en el funcionamiento de ese organismo; el
orden natural tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha
perdido. Las infecciones son resultado de un proceso. Ese proceso se
inicia en un momento dado de la vida y se va desarrollando con nuevas
irritaciones del sistema nervioso en cualquier lugar del organismo. El
resultado final puede ser la pérdida de la capacidad de autoorganización
biológicamente económica y esto puede expresarse como una
infección. Esas irritaciones se mantendrán en la memoria del cuerpo
hasta tanto no sean corregidas mediante tratamiento adecuado.
La boca o la región genital, como cualquier otra parte del
organismo, no pueden ser analizadas en forma independiente del resto
de la persona. El virus se instala dónde y cuándo puede. La presencia
del virus, es decir de la lesión herpética en el labio, en la boca o en la
región genital, ocurre sólo cuando las condiciones de la persona
impiden una adecuada defensa. No toda persona que contacta con el
virus, por ejemplo la pareja sexual, necesariamente se enferma. Si el
estado general de la pareja está en armonía, en un orden saludable,
seguramente no se contagiará.

165
Nota 138:
Cefaleas.

La migraña o jaqueca, la cefalea en acúmulos o cluster, la


hemicránea paroxística y otras cefaleas son nombres que no hacen más
que marcar diferencias sutiles pero que sólo muestran un aspecto del
problema, de escaso valor. Esos diagnósticos sólo ponen en evidencia
una disfunción o pérdida de la capacidad reguladora del sistema
nervioso respecto de las funciones tónico-tróficas que mantienen al
organismo sano. En general estas cefaleas representan el resultado de
un proceso, es decir, no tienen identidad propia sino que constituyen la
manifestación clínica de una serie de acontecimientos ocurridos en la
historia de vida singular de la persona enferma.
El dolor es una de las formas que el organismo posee para
expresar un desequilibrio, una desarmonía, una pérdida del orden vital.
Cuando una parte del organismo duele es porque hay un trastorno en
su funcionamiento; el orden natural tendiente al estado de salud, por
alguna razón, se ha perdido.
Descartadas las causas orgánicas: tumores, aneurismas, etc. La
búsqueda debería orientarse hacia campos interferentes de acuerdo a
la historia de vida de ese ser singular. La clasificación de las cefaleas de
acuerdo a parámetros como modo de comienzo, área involucrada,
presencia o no de otras manifestaciones (aura) previas a la cefalea sólo
conduce a la utilización de diferentes fármacos o a tratamientos psico-
conductuales. De hecho los medicamentos para la cefalea persistente o
recurrente son a la larga, sumamente tóxicos. Un campo interferente
puede causar dolor de cabeza, en forma directa. O bien generar
contractura muscular disfuncional con la consiguiente rectificación
cervical; artrosis, hernia discal y en consecuencia, cefaleas. El
tratamiento de elección y, generalmente curativo, es el del campo o foco
interferente vinculado.

Caso clínico.
Situación frecuente.

Primer correo de la paciente. “Dr Koval: El motivo de mi consulta


se debe a que desde el año pasado comencé con un dolor de cabeza
del lado izquierdo de la oreja hasta el cuello, En un principio pensé que
era un mal movimiento en clase de gimnasia y la dejé. Después fui a
masajes y me recomendaron pilates. Pero al otro día estoy de cama. En
el último tiempo el dolor se volvió más persistente A veces me despierto
con la cabeza embotada o con el cuerpo helado. Consulté a neurología,
me sacaron radiografía de la cabeza y ahora estoy esperando un turno

166
para una computada. Fui siempre una persona en general sana Tomo
pastillas para la hipertensión leve. Tengo 67 años.”

La prueba en el molar impactado 18, produjo la desaparición de


puntos gatillo palpables en ambos músculos trapecios, y sensación
general de alivio. Indiqué la exodoncia de esa pieza.
Segundo correo: “Dr. Me demore un poco en contestarle porque
se complicó un poco. Inmediatamente de su consulta trate de
comunicarme con el cirujano que Ud. me indico pero no lo pude ubicar.
Pedí un turno con otros odontólogos cirujanos. Me dijeron que era una
operación con cierto riesgo, que no veían que esa muela causara
trastorno. También como me indicaron hice la consulta con
estomatólogo que opinó lo mismo. Hoy me encuentro ante esta
disyuntiva sin saber qué hacer. No imaginé esta complicación. Espero
una respuesta suya. Atte.”
Mi respuesta: “Señora, el problema es que el odontólogo en
general no sabe que si bien esa muela puede no molestar en la boca, sí
lo hace a distancia. Le aconsejo volver a llamar al cirujano que le
recomendé. Si Ud tiene dudas podemos hacer la prueba nuevamente.”

Nota 139:
Cervicalgia. Rectificación cervical.

Como señalé respecto del dolor lumbar, el dolor persistente o


recurrente de cervicales, hombros, cabeza y el mareo o vértigo, no
siempre se deben a un problema en la columna. Es más, muy pocas
veces ese tipo de problemas tiene como causa alteraciones de la
columna. Por esto es común el fracaso de las cirugías y de los

167
tratamientos kinesiológicos. El dolor de cabeza, cuello, nuca u hombros
de origen cervical o tensional con rectificación de la columna
generalmente se debe a contractura de los músculos del cuello, cara o
cabeza. Pero la contractura muscular, salvo que tenga relación con un
traumatismo reciente, en la mayoría de los casos se debe a que el
organismo ha perdido su armonía, su equilibrio natural. Y eso, como se
sabe, tiene relación con la existencia de campos o focos interferentes.
Por ello es que la contractura muchas veces se asocia con mareos,
vértigo, sensación de vacío en la cabeza, dolor y otros síntomas
aparentemente neurológicos. A veces el dolor no es tan importante y
predomina alguno de los otros síntomas señalados. El estrés, la mala
postura, la mala almohada, el mal colchón, etc. son simplemente
factores desencadenantes, de ningún modo la causa.

Caso clínico:

En la imagen se observa rectificación cervical (vértebras marcadas con X).


Se han delineado las piezas dentales 4.7 y 4.8 (señaladas con puntos), observándose
que esta última se encuentra retenida y
en contacto con el nervio maxilar inferior (línea de guiones).

Una columna rectificada simplemente significa que ha perdido su


curvatura normal porque los tejidos blandos que la rodean (músculos,
tendones) se encuentran bajo enorme tensión. Como ocurre con

168
muchos diagnósticos de la Medicina Clásica, "rectificación cervical" es
un término descriptivo que no significa nada desde el punto de vista
diagnóstico ni terapéutico, porque simplemente refleja tensión de los
músculos del cuello que como los tensores de acero de una antena, la
mantienen erguida y firme.

Otro caso clínico:

Rectificación cervical asociada a tercer molar superior (rombo blanco), reparado


y sin espacio anatómico. Se aprecia también un trastorno de la oclusión.

La columna cervical, como cualquier otra parte del organismo, no


puede ser analizada como un elemento mecánico que funciona
independientemente de la persona. Es una estructura viva y está
sometida a todas las influencias positivas y negativas, internas y
externas, que recibe esa persona. En la radiografía o en la resonancia
pueden verse cambios estructurales o rectificación que en realidad
representan la consecuencia y no la causa del problema. Las imágenes
son el resultado de un proceso que ese factor irritativo ha iniciado
mucho antes. Es decir la Medicina Clásica analiza fotografías aisladas y
no la totalidad de la película.
Cuando una persona acude al médico con dolor cervical, hombros
o cabeza, el profesional le pide una resonancia que puede mostrar
alteraciones morfológicas que son interpretadas como la causa del
dolor. Sin embargo, esos cambios morfológicos son alteraciones que se

169
producen porque el organismo no está renovando en forma adecuada
sus estructuras.
La presencia de campos o focos interferentes afecta la actividad
tónico-trófica neural natural tanto funcional como estructural. Una vez
eliminados los estímulos nocivos provenientes de campos interferentes,
el organismo inicia su proceso de curación y las funciones corporales
recuperan su actividad natural. La falta de respuesta duradera a los
tratamientos convencionales confirma que el problema es sistémico. La
irritación de los campos interferentes se mantendrá en la memoria del
cuerpo hasta tanto no sea corregida mediante tratamiento adecuado.
El tratamiento de elección y generalmente curativo es el del
campo o foco interferente vinculado. La tarea del profesional es
encontrar el origen de la irritación del sistema nervioso y resolverla. El
organismo hará su propia curación.

Nota 140:
Mareo, vértigo, caídas.
Síndrome de Menière. Laberintitis.

El equilibrio es una propiedad del ser vivo indispensable para su


supervivencia y para la vida de relación. El ser humano en posición
erecta es básicamente inestable. Posee una pequeña base de apoyo,
un centro de masa en posición elevada y tendencia a que cualquier
actividad lleve el centro de masa fuera de la base de apoyo. La persona
no se cae porque cuenta con un dispositivo bio-cibernético que lo
mantiene en equilibrio. Cualquier actividad provoca desequilibrio y en
consecuencia la evolución ha conducido al desarrollo de un complejo
sistema. En términos simples esto puede describirse como un sistema
de retroalimentación donde por un lado ingresa la información a través
de la visión, la propriocepción y el aparato vestibular del oído interno.
Esa información, siguiendo sus vías nerviosas respectivas, llega a
diferentes partes del cerebro, cerebelo y tronco para su procesamiento.
A partir de las áreas de control central salen los impulsos nerviosos que
causan contracciones musculares destinadas a ajustar el equilibrio. Este
nuevo estado (nueva información) es tomado a su vez por el sistema
manteniendo en movimiento permanente al circuito bio-cibernético.
Cada parte de nuestro cuerpo "sabe" dónde está el resto del
cuerpo, cada parte de nuestro cuerpo puede conocer por adelantado la
nueva posición que va a asumir. Así como se producen respuestas
reactivas a los cambios de posición y frente a situaciones de
desequilibrio, también existen reflejos anticipatorios que permiten la
estabilización de la posición del cuerpo antes de llevar a cabo un
movimiento planeado.

170
Además de los cambios físicos, íntimamente la persona produce
cambios para adaptarse emocionalmente a la nueva situación, si de
caminar por la acera tiene que bajar y cruzar la calzada; si de estar en la
cama necesita levantarse con cierta urgencia; si tiene que bajar una
escalera empinada, etc. Las respuestas posturales que incluyen un
ajuste anticipatorio preparatorio para una pérdida de equilibrio
predecible e inminente emplean un mecanismo de alimentación
anterógrado (feedforward). Estas estrategias reflejan experiencias
aprendidas previamente en situaciones semejantes. Las reacciones
compensatorias para recuperar el equilibrio tras una alteración
inesperada constituyen un mecanismo de activación retrógrado
(feedback). El ingreso de datos al sistema de equilibrio proporciona
mucha más información que lo que normalmente necesita. Esta
redundancia de información significa que el equilibrio puede mantenerse
normalmente en ausencia de cierta información (por ej., cuando los ojos
están cerrados), aunque en estas situaciones el grado de sintonía fina
puede ser inferior. Esa redundancia puede significar también que
cuando aparecen los trastornos del equilibrio, mareos, vértigo, caídas, el
sistema ya se encuentre severamente comprometido. La visión
proporciona la porción más importante de información y normalmente
puede compensar la falta o la disfunción de otros sistemas sensitivos.
La información proprioceptiva proviene de las plantas de los pies, de los
husos musculares de los miembros inferiores y de las articulaciones y
de la riquísima inervación sensitiva que tienen los mecanorreceptores
de la columna cervical. La información proprioceptiva puede
distorsionarse en articulaciones dañadas por procesos inflamatorios, por
la presencia de una prótesis de cadera o de rodilla, en músculos con
puntos gatillo activos o latentes lo cual puede traducirse en desequilibrio
y pérdida de seguridad en el caminar. El sistema vestibular trabaja
conjuntamente con los sistemas visual y proprioceptivo. Está constituido
por tres partes: uno sensitivo periférico (canales semicirculares -crestas-
y otolitos -máculas-), otro de procesamiento central (pedúnculo y
cerebelo) que integra las señales y tras combinarlas con la información
visual y proprioceptiva, envía la información al tercer componente de
control motor (músculos oculares y médula espinal).
De esta relación surgen dos sistemas reflejos el vestíbulo-ocular y
el vestíbulo-espinal. El sistema vestibular ayuda a resolver información
sensitiva conflictiva cuando estímulos visuales o proprioceptivos
proporcionan información y respuesta inadecuada, como en el caso de
un campo visual en movimiento o una superficie de apoyo complaciente.
Bajo estas circunstancias el sistema vestibular rechaza rápidamente la
información errónea conservando la postura normal.
En forma didáctica puede decirse que el control del equilibrio está
organizado en varios niveles estrechamente vinculados. En un nivel

171
inferior los sistemas sensitivos y músculo-esqueléticos; en un sistema
intermedio las áreas de procesamiento central como el cerebelo, el
tronco cerebral y la corteza motora y sensitiva; en un nivel superior las
áreas de planeamiento motor incluyendo los lóbulos frontales. La
realidad supera estos esquemas divisorios. La complejidad de este
sistema como el de muchos otros sistemas biológicos, y el hecho de
que funcione, debería conducir a un estado de admiración permanente
hacia la Naturaleza.
En situaciones extremas de pérdida de visión, pérdida del aparato
vestibular, pérdida de función de la cadera o la rodilla, etc. la explicación
de pérdida del equilibrio es fácilmente entendible. Cuando no hay una
razón evidente y la persona, se marea, tiene vértigo o empieza a sufrir
caídas la medicina convencional entra por caminos oscuros. La
Medicina Clásica ordena las causas de las caídas en base a sus propios
diagnósticos, entonces incluye a la epilepsia, enfermedad de Parkinson,
miopatías y neuropatías, síncope cardiogénico, hipersensibilidad del
seno carotídeo, arrtimias cardíacas, espondilosis cervical, hidrocefalia
normotensiva, demencia y disfunción autonómica con hipotensión
postural. El consumo de fármacos puede asociarse con aumento de la
probabilidad de caída: sedantes, hipnóticos, tranquilizantes mayores,
antihipertensivos, anti-parkinsonianos, antidrepresivos, antiinflamatorios,
diuréticos, alcohol, antihistamínicos.
En geriatría, la caída representa una de las vías comunes en que
puede manifestarse una enfermedad aguda en forma inespecífica,
forma parte de los llamados "gigantes" de la geriatría (véase Nota 48).
Tiene carácter premonitorio, "tras una caída puede sobrevenir el
derrumbamiento global de la persona", es decir que la caída está
poniendo de manifiesto una alteración grave de los sistemas
homeostáticos, indica que el organismo hasta ese momento podía
compensar las deficiencias, faltaba un estímulo adicional para alterar
finalmente los sistemas de regulación; ese estímulo puede estar
representado por una neumonía, un bolo fecal, una emoción, cierto
grado de deshidratación, la ingesta de un fármaco, una internación, etc.
Tanto el llamado síndrome de Menière como la laberintitis ponen
en evidencia una disfunción o pérdida de la capacidad reguladora del
sistema nervioso vegetativo respecto de los mecanismos que mantienen
al cuerpo en equilibrio; su causa debe buscarse en cada persona
individualmente. Es decir, no existe un único síndrome de Menière o una
única laberintitis, depende de cada ser singular.
Frente a la persona que presenta caídas y pérdida del equilibrio,
descartados los factores groseros comentados, correspondería indagar
en la historia de vida en la búsqueda de posibles campos bio-
cibernéticos interferentes. Son las interferencias adquiridas durante la
vida las que llevan al organismo a la pérdida de la regulación bio-

172
cibernética natural, al estado de enfermedad y de riesgo de derrumbe
general. Cualquier interferencia puede afectar la función del
extremadamente sensible sistema de información y respuesta necesario
para mantener el equilibrio y caminar. Este sistema como cualquier otro
sistema bio-cibernético requiere recibir, codificar, almacenar, modular y
retrasmitir la información sin interferencias.
Cuando se encuentran y tratan las interferencias el sistema
recupera su capacidad funcional y mejora paralelamente el estado de
salud general de la persona. Es absolutamente necesario, además de
corregir las interferencias, actuar regionalmente con el objeto de mejorar
la visión, el oído y sobre todo eliminar puntos gatillo presentes en
músculos antigravitacionales de los miembros inferiores (glúteos,
cuadriceps, gemelos), región lumbar (cuadrado lumbar), región dorsal
(dorsal ancho y pectoral) y del cuello (trapecio y
esternocleidomastoideo) que pueden persistir pese a haber eliminado
las interferencias.
El tratamiento de elección que suele ser curativo, es la resolución
de los campos o focos interferentes vinculados.

Nota 141:
Neuralgias de la cara y boca.

Las neuralgias de la cara y boca -neuralgia facial, neuralgia del


trigémino, neuralgia del glosofaríngeo- constituyen una señal de
disfunción o pérdida de la capacidad reguladora del sistema nervioso,
cuyo origen debe buscarse en cada caso individual.
La llamada y sobre-diagnosticada neuralgia del trigémino tiene
como causa específica la irritación persistente de la raíz trigeminal
comprimida por bucles de la arteria cerebelosa superior o de la
cerebelosa antero inferior. En estos casos su tratamiento es quirúrgico.
Descartada esta etiología, se trata de un dolor en el “territorio del
trigémino” y su tratamiento consiste en buscar y resolver la causa
irritativa, sean focos odontológicos o campos interferentes en algún sitio
del organismo.
El dolor en el área del trigémino tiene características
incapacitantes. Genera en la persona un estado emocional difícil de
manejar y rápidamente acepta tratamientos destructivos de la rama
trigeminal afectada con resultados inciertos y a veces con agravación de
la sintomatología. El tratamiento farmacológico puede aliviar los
síntomas pero ejerce un efecto depresor sobre el sistema nervioso
dificultando la ideación, la concentración y la capacidad para efectuar
tareas de precisión.

173
La historia de vida suele arrojar los datos necesarios que
posibilitarán el tratamiento facilitador reparador de la disfunción neural
afectada mediante Terapia Neural.

Nota 142:
Neuralgia del occipital. Neuralgia de Arnold.

El nervio occipital nace en el segundo nivel cervical y luego


transcurre por la parte posterior del cuello atravesando músculos de la
región. Se distribuye finalmente en la parte posterior del cráneo. Cuando
el nervio occipital está comprometido provoca dolor, dolor quemante y
sensación de adormecimiento en la mitad correspondiente de la parte
posterior de la cabeza. Apoyar la cabeza en la almohada puede ser
intolerable y la persona debe dormir semi-sentada.
El dolor es una de las formas que el organismo posee para
expresar un desequilibrio, una desarmonía, una pérdida del orden
natural. Cuando una parte del organismo duele es porque hay un
trastorno en el funcionamiento de ese organismo; el orden natural
tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido.
Un nervio, como cualquier otra parte del organismo, no puede ser
analizado como un elemento mecánico que funciona
independientemente de la persona. Es una estructura viva y está
sometida a todas las influencias positivas y negativas, internas y
externas, que recibe esa persona. La historia de vida permitirá ir
descubriendo las irritaciones neurales de ese ser singular, lo cual llevara
al encuentro de campos o focos interferentes cuyo tratamiento permitirá
resolver esta neuralgia con nombre propio.

Nota 143:
Problemas del ojo.

Los problemas del ojo asociados a neuralgia postherpética,


infección, traumatismo o cirugía que se manifiestan con dolor, ardor,
lagrimeo, visión dificultosa pueden deberse a la acción irritativa de
interferencias distantes y también al compromiso del sistema nervioso
regional. La eliminación de campos o focos interferentes vinculados y/o
el tratamiento segmentario regional pueden resolver problemas
funcionales del ojo, dolor y trastornos de la visión. Es común que un ojo
enfermo o ciego, o una enucleación comprometan el funcionamiento del
otro ojo. El tratamiento loco-regional debería dirigirse al primero.

174
Nota 144:
Otorrinolaringología: Dolor y Otros Síntomas.

La Medicina Clásica observa los problemas de la nariz, oído,


lengua y garganta como por el ojo de una cerradura. Los diagnósticos
más comunes son faringitis laringitis, alergias respiratorias, sinusitis,
ocena, otalgia, acúfenos, glosodinia. Si se comprende que la nariz, el
oído, la garganta, la lengua, no están separados del resto de la persona,
los problemas de esas estructuras, en realidad son formas que el
organismo posee para expresar un desequilibrio, una desarmonía, una
pérdida del orden natural. Todos los sistemas deben funcionar en forma
armoniosa para que dichas estructuras se mantengan sanas.
El área de la boca y la nariz, y su comunicación con los senos de
la cara y los oídos representa una puerta de contacto de la persona con
el mundo exterior. Por esta razón, cuando el organismo pierde su
capacidad autorreguladora es un área donde comúnmente se manifiesta
el desorden (la enfermedad). Los procesos inflamatorios persistentes,
además de causar síntomas locales con frecuencia dan lugar a campos
interferentes y pueden generar problemas a distancia, en otros órganos
o estructuras, porque alteran el flujo normal de información que el
organismo necesita para mantenerse saludable. A su vez problemas
distantes pueden expresarse en la región de oídos, senos de la cara,
garganta, lengua.
Cuando el problema persiste en el tiempo y no responde a los
tratamientos comunes, la causa habitualmente es una irritación del
sistema nervioso ocurrida con anterioridad (meses, años), en cualquier
lugar del organismo, que finalmente interfiere la capacidad de
autorregulación y auto-reparación natural. El problema irritativo se
mantendrá en la memoria del cuerpo hasta tanto no se corrija con
tratamiento adecuado.
Tanto el tratamiento de campos o focos interferentes como la
terapéutica segmentaria son útiles y se complementan en la resolución
de los problemas persistentes.

Nota 145:
Osteopenia. Osteoporosis.

La osteoporosis por sí misma no es causa de dolor. Las fracturas


asociadas con osteoporosis son dolorosas hasta que se consolidan.
Cuando después de una fractura el dolor persiste más tiempo que el
habitual la causa hay que buscarla en los tejidos blandos de la región:
tendones, músculos, arterias, piel.

175
La osteoporosis es un signo de desequilibrio, de desarmonía, de
pérdida del orden natural. Cuando eso ocurre es porque hay un
trastorno en el funcionamiento de ese organismo; el orden natural
tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido. Quizás
habría que preguntarse, por qué razón en la situación de salud los
huesos tienen su estructura natural. La osteoporosis es el resultado de
un proceso. Si el hueso pierde más calcio que el que fija, aparece la
osteoporosis u osteopenia. La causa de la osteopenia y de la
osteoporosis habitualmente es una irritación del sistema nervioso
ocurrida con anterioridad (meses, años), en cualquier lugar del
organismo, que finalmente interfiere el metabolismo.
El organismo sabe cuánto calcio tiene que estar en la sangre,
cuánto en los huesos y cuánto en la orina. Cuando se logra, con
tratamiento adecuado, recuperar las funciones naturales del organismo
no hace falta tomar calcio extra ni ningún tratamiento fijador del calcio.
Es ilógico pensar que el calcio sobre-administrado se fijará
indefectiblemente en las zonas de osteoporosis y que no formará
cálculos en las vías biliares o urinarias, o que no se eliminará tal como
fue ingerido.
Una vez eliminados los estímulos nocivos provenientes de
campos o focos interferentes, el organismo inicia su proceso de
curación y las funciones corporales recuperan su actividad natural. La
tarea del profesional neuralterapeuta es encontrar el origen de la
irritación del sistema nervioso y resolverla. El organismo se encargará
de su propia curación.

Nota 146:
Pie diabético. Pie arterial.

El pie diabético fue el cuadro clínico que me permitió comprobar


palmariamente el accionar del sistema nervioso sobre la calidad y
cantidad de los tejidos orgánicos vivos. El cuadro clínico de pie diabético
(o pie arterial) muestra claramente qué ocurre en el organismo cuando
la función reparadora natural se encuentra alterada. La condición
eutónica-eutrófica implica salud y vitalidad de los tejidos, adecuada
oxigenación y aporte de nutrientes, adecuada eliminación de productos
tóxicos, buena capacidad de reproducción celular, reparadora y de
defensa. Para mantener ese estado debe existir un equilibrio natural y
dinámico entre los sistemas nervioso, particularmente su porción
vegetativa, inmunológico, endócrino y los tejidos y células que
componen el organismo. No hay sistema, órgano, tejido, célula,
molécula, átomo ni partícula subatómica que no participe en ese
proceso.

176
Señaló Vischñevsky (discípulo de Pavlov), en 1920: "Todos los
procesos fisiológicos de un organismo se desarrollan en relación con la
actividad del sistema nervioso, incluidos los procesos de nutrición
celular, es decir el trofismo. El sistema nervioso se caracteriza por la
universalidad de su distribución. En el organismo humano vivo no hay
sector en los tejidos que carezca de elementos nerviosos dotados de un
poderoso aparato receptor.” (Como se sabe, las terminaciones
nerviosas no llegan hasta la célula propiamente dicha, sino hasta su
periferia. El espacio extracelular –sistema de Pischinger- establece la
conexión.) “Consecuentemente se debe considerar que en el organismo
no hay lugar donde tal o cual acción no se reciba como estimulación del
sistema nervioso. El sistema nervioso no tolera estímulos intensos y
responde a ellos con el desarrollo de procesos distónico-distróficos, es
decir, con una pérdida del equilibrio u homeostasis natural. Esta
respuesta refleja tónico-trófica negativa característica, condicionada por
el sistema nervioso, está en una compleja interacción con todos los
sistemas reguladores del organismo vivo. A partir de ella comienza tal o
cual proceso patológico, degenerativo, inflamatorio, distónico vascular,
neoformativo, etc."
Todos los componentes del organismo participan en una
constante interrelación e interacción autoorganizativa que permite la
vida y la supervivencia. En salud los procesos reparadores se
desarrollan naturalmente. El proceso reparador incluye la conservación
y restitución de la forma, es decir, los tejidos dañados se reparan pero
además recuperan la forma original. La pérdida de la salud puede
manifestarse como pérdida de la capacidad reparadora, retardo en la
consolidación de un hueso, retraso en la cicatrización de una herida,
sobreinfecciones en el lugar de la lesión. Generalmente la causa de la
pérdida de la función reparadora se debe a la presencia de focos o
campos interferentes.
Una úlcera cutánea es un claro ejemplo de alteración tónico-
trófica con gran manifestación distrófica. El tratamiento local de una
úlcera no es suficiente si no se modifican las condiciones generales que
la generaron e impiden su curación. Las úlceras o heridas sólo se curan
de la profundidad a la superficie, nunca en forma inversa. Por lo tanto
sin tratamiento de fondo la aplicación de pomadas o parches suele
fracasar. Los tratamientos agresivos como el raspado, el cepillado o el
uso de desinfectantes suele complicar la situación por generar más
irritación aún.
Ocuparse sólo del pie sin prestar atención a la historia de vida de
esa persona y a posibles focos irritativos distantes, conduce al fracaso
de cualquier tratamiento. El rescate del pie se logra facilitando al
organismo su actividad reparadora por medio de un tratamiento que se
adapte a cada persona y a cada situación y que se base principalmente

177
en facilitar la recuperación de circuitos autoorganizativos biológicamente
económicos mediante la resolución de focos o campos interferentes.

Caso clínico:

Distrofia, necrosis e infección.

Renovación.

178
Reparación y conservación de la forma.

Otro caso clínico:

Distrofia, necrosis e infección.

Renovación, reparación y conservación de la forma.

179
El "pie diabético" representa una forma muy avanzada de
enfermedad no sólo del pie sino del organismo como totalidad y en un
50% de los casos (en mi casuística) es irreversible. Esto significa que en
el 50% de los casos tratados el pie se recupera y en el otro 50% no, y
termina en la amputación. Es un tratamiento que demanda mucho
esfuerzo tanto para el paciente como para el terapeuta, suele tener
avances y retrocesos y ser sumamente prolongado.
Fue la observación de estos enfermos con pies destinados a la
amputación lo que me permitió, ya hace muchos años, comprender
cómo la actividad interferente de focos y campos comprometen la
función trófica. Como ya señalé, otra observación interesante que pude
hacer en situaciones de pies prácticamente destruidos con áreas
faltantes por infección y necrosis, es que el organismo sabe qué
estructura existe en cada lugar. Al reparar, forma otro pie, con el
material orgánico que se ha conservado, no forma cualquier estructura
corporal, ni siquiera un bulto. Es decir que la actividad trófica además de
ser renovadora y reparadora de células, tejidos órganos y estructuras,
tiene la función de conservar la forma.
Desde esta óptica, las alteraciones en la forma tanto de tejidos
blandos como de cartílago o hueso observadas en diferentes entidades
clínicas (artritis, artrosis, disrupción discal. etc.) son, de hecho,
alteraciones de la función trófica (atribuir dichos cambios a un simple
desgaste mecánico o a la edad, es inconsistente). En la práctica clínica
puede observarse la recuperación de la forma de diferentes estructuras
tras la recuperación de la función trófica.
Sin embargo, ¿por qué razón no todos los enfermos diabéticos
desarrollan “pie diabético? ¿Por qué habitualmente se manifiesta en un
pie y no en ambos? Indudablemente la diabetes es necesaria pero no
suficiente, y el problema puede manifestarse con valores de glucemia
controlados o no. Para que se desarrolle un pie diabético o arterial,
además de diabetes o de trastornos circulatorios periféricos, deben
existir irritaciones acumuladas en la historia de vida de ese ser que han
llevado a que su sistema nervioso reaccione afectando gravemente su
función tónico-trófica. Cuando en enfermos con pie diabético o arterial
se tratan campos interferentes vinculados, habitualmente puede
lograrse el restablecimiento de la función trófica reparadora y
recuperarse la extremidad afectada, evitándose su amputación al
menos en un 50% de los casos.

180
Nota 147:
Dolor por amputación.

La amputación traumática, o quirúrgica puede asociarse con


diversas complicaciones en el muñón: dolor, trastornos de la
sensibilidad, cambios en la temperatura o en el color, intolerancia a la
prótesis, sensación fantasma. La sección de tejido nervioso determina la
aparición de neuromas que es la forma en que cicatrizan los nervios,
son nódulos muy sensibles y dolorosos. Tras la amputación, el hueso
también puede quedar irritado. Finalmente la lesión y cicatrización de
los tejidos blandos puede ser causa de dolor y de otros síntomas.
Cuando son necesarias reoperaciones plásticas el cuadro puede
tornarse muy complejo.
La irritación del sistema nervioso puede dar lugar a que el propio
muñón se convierta en un campo interferente dando lugar a síntomas
en otras partes del cuerpo. Cuando el dolor comenzó antes de la
amputación, y persiste o se agrava tras ese procedimiento, es necesario
entender que la causa original, previa a la cirugía, aún está presente.
Como siempre la historia de vida tiene una importancia fundamental.
Ese ser tiene una historia de vida previa a la amputación. Y es esa
historia de vida la que va a determinar la evolución del proceso. Para
resolver un problema tan complejo es necesario resolver campos o
focos interferentes pre-existentes, que han conducido a la indicación
médica de amputación, a su evolución o que han influido en forma
marcada tras el accidente.

Nota 148:
Problemas de la piel, pelo, uñas y mucosas.

La piel se origina, en el embrión, a partir de la misma célula


madre que el sistema nervioso, de ahí su magnífica sensibilidad. La piel
nos aísla y protege, a su vez nos une y comunica con el mundo exterior.
Las áreas de los órganos internos que llegan a la piel están cubiertas
por mucosa (boca, nariz, ojos, oídos, uretra, vulva, ano), a su vez el
aparato digestivo, el respiratorio y el urinario-reproductor están
revestidos internamente por mucosa. La piel y la mucosa conforman
una enorme superficie activa, de gran capacidad para captar estímulos
locales y del medio ambiente. Es a su vez un órgano de excreción de
líquidos, sales e impurezas. Cuando el organismo está sano, la piel está
sana. Cuando la piel presenta lesiones, el problema se encuentra dentro
del propio organismo. En realidad no existen enfermedades de la piel,
sino enfermedades que se manifiestan a través de la piel, uña, pelo o
mucosa, (ningún órgano está aislado de la totalidad). Siguiendo a Kent

181
(Filosofía homeopática), si la enfermedad se expresa en la piel es que el
organismo está haciendo un proceso de eliminación para curarse. Si
tratamos esa manifestación localmente o con medicación específica, lo
que probablemente provocaremos es una vicariación progresiva, es
decir, un agravamiento del problema original empujándolo hacia el
interior del organismo. El tratamiento de la piel, oculta el problema, no lo
resuelve y lo puede agravar.
Los cambios que experimentan la piel, la mucosa, la uña o el pelo
expresan un desequilibrio, una desarmonía, una pérdida del orden
natural. Y eso habitualmente se debe a un trastorno en sus funciones
tónico-tróficas. La causa habitualmente es una irritación del sistema
nervioso ocurrida con anterioridad (meses, años), en cualquier lugar del
organismo, que finalmente interfiere la capacidad de autorregulación
natural. La Medicina Clásica, la dermatología, trata los problemas de la
piel sin tomar en cuenta estos conceptos. A un eczema o dermatitis le
pone corticoides, a una infección antibióticos, a una micosis
antimicóticos. Trata la consecuencia, no su causa. ¿Qué ocurre cuando
se tratan manifestaciones de la piel como algo aislado de lo que le
ocurre al organismo? La piel se cura pero el organismo seguirá enfermo
y manifestará su desequilibrio en cualquier otro órgano o sistema con
una "nueva" enfermedad. El tratamiento debería resolver la causa, las
lesiones en la piel son sólo las consecuencias.
Prurito. Ardor. Dolor quemante: Estas manifestaciones
deberían considerarse como variantes del dolor. Es decir, sensaciones
desagradables que están poniendo de manifiesto un desequilibrio en el
sistema nervioso de la persona. Una parte del organismo pica, arde o
duele porque hay un trastorno en su funcionamiento.
Eczema: Como señalé anteriormente, las lesiones de la piel
están mostrando un problema más profundo, que deberían resolverse
adecuadamente, tratando la causa no la consecuencia.
Úlceras: Las úlceras también expresan un profundo desequilibrio
y la pérdida de la capacidad de reparación. El tema ya fue expuesto en
la Nota 147.
Fue la observación de estos enfermos con pies destinados a la
amputación lo que me permitió, ya hace muchos años, comprender
cómo la actividad interferente de focos y campos comprometen la
función trófica.
Más abajo, en las imágenes se observa la planta de un pie de una
persona portadora de diabetes que además de haber perdido los cinco
dedos presentaba una profunda úlcera que fue cerrando mediante
tratamiento de campos interferentes distantes.

182
Uñas: Las uñas como el resto de la piel manifiestan alteraciones
como respuesta a desequilibrios internos.

Notas 149:
Quemados graves.

Pese a los avances logrados en el cuidado de la persona


quemada, los daños ulteriores continúan siendo un desafío clínico y se
asocian con graves discapacidades y limitaciones para la víctima. Las
quemaduras superiores al 30-40% de la superficie corporal inducen una
respuesta inflamatoria e hipermetabólica que dura hasta dos años
después del daño inicial. La demanda metabólica y los requerimientos
energéticos son inmensos y se expresan en la movilización de proteínas
y aminoácidos. También los niveles en sangre de triglicéridos y de
ácidos grasos aumentan significativamente durante todo el tiempo de
estadía en el hospital. Son llamativos los cambios en la actividad
hormonal. En general, la enfermedad crítica se caracteriza por marcada
alteración en los ejes que vinculan hipotálamo-hipófisis-glándulas
periféricas, cuya gravedad se asocia con el riesgo de enfermedad y
mortalidad. Uno de los ejes hormonales afectados de mayor importancia
es hormona de crecimiento-factor de crecimiento. El otro eje hormonal
que puede desempeñar un papel importante es el tiroideo. Otro hecho
llamativo es que la osteocalcina y la hormona paratiroidea, hormonas
vinculadas al metabolismo óseo, disminuyen drásticamente durante la
fase aguda post-quemadura. Ocurren también cambios en la función
cardíaca. Actualmente existe evidencia que la frecuencia cardíaca
persiste aumentada hasta dos años después de la quemadura. Es

183
sabido que el stress cardíaco y la disfunción miocárdica son
contribuyentes principales en la mortalidad en los grandes quemados.
Pero además, el severo dolor, el sufrimiento que causan las curaciones,
las deformidades, las pérdidas, las limitaciones, la alteración severa de
las relaciones personales son consecuencias de gran importancia.
La Medicina Clásica aún no ha encontrado una salida a estos
problemas y eso probablemente se deba al hecho de que analiza los
diferentes aspectos por separado, no los integra en ese ser que es
único y diferente a todos las demás personas con quemaduras.
Todos los cambios señalados que ocurren tras quemaduras
graves, se deben a la severa irritación a que es sometido el sistema
nervioso en general. Todos esos cambios inflamatorios, metabólicos,
hormonales, cardíacos, emocionales, espirituales se corresponden con
alteraciones en los circuitos neurales, naturales, de autoorganización. Y
esos cambios son individuales y únicos para cada persona afectada. El
organismo busca por todos los medios, primero hacer frente a la
agresión y luego, encontrar nuevamente la armonía perdida. Es
necesario tomar muy en cuenta el estado en que se encontraba el
organismo de la persona antes de sufrir quemaduras graves. No será la
misma respuesta la de un organismo saludable que la de un organismo
cuyo sistema nervioso ya se encontraba afectado por acumulación de
irritaciones previas.
Mediante el tratamiento de campos interferentes existentes
previamente a la quemadura puede lograrse que el sistema tónico-
trófico de reparación natural se encuentre en mejores condiciones de
afrontar el problema. El estado de la dentadura juega un papel
fundamental. La administración endovenosa de lidocaína o procaína
constituye una alternativa interesante cuando la superficie quemada es
extensa. De este modo también se puede reducir el gasto energético
necesario para la defensa, reparación y reconstrucción. Un segundo
lugar ocupan las lesiones dejadas por las quemaduras y los injertos.

Nota 150:
Revitalización.

Revitalización significa recuperación de las capacidades naturales


alteradas o perdidas por el devenir de la vida, por los hechos
traumáticos, emocionales o físicos, que aceleran el deterioro celular y
comprometen el desarrollo natural. Lograr que el organismo reanude su
funcionamiento armónico se traduce en sensación de bienestar, física,
mental y espiritual. No hay que confundir revitalización con
rejuvenecimiento. El ser vivo indefectiblemente envejece y muere. El
objetivo es envejecer en salud.

184
Nota 151:
Epilepsia. Ausencias.

La epilepsia es un cuadro clínico caracterizado por crisis de


actividad neural central desinhibida de aparición y cesación bruscas
rápida, excesiva e iterativa, con alteraciones electroencefalográficas
concomitantes y específicas y con tendencia a reproducirse con
intervalos variables. La epilepsia constituye un cierto modo anormal de
reacción neural ante un estímulo. Tal reacción anómala depende en
último grado de la intensidad del estímulo, o de una disminución del
umbral necesario para impedir esa respuesta.
Clínicamente pueden distinguirse las crisis de gran mal con
convulsiones y pérdida de la conciencia, y las crisis de pequeño mal:
ausencias, mioclonias y acinesias. Para la medicina clásica, descartados
los tumores y las malformaciones vasculares, el tratamiento es
básicamente farmacológico.
Que la reacción sea a partir del sistema nervioso central no
significa necesariamente que el problema causal se encuentre allí.
Como el sistema nervioso es una red totalmente interrelacionada e
interconectada, un problema en un sitio puede manifestarse en otro, en
este caso en ciertas estructuras nerviosas centrales.
La epilepsia expresa un desequilibrio en el organismo, una
desarmonía, una pérdida del orden natural. Con cierta frecuencia la
causa es una irritación del sistema nervioso ocurrida con anterioridad
(meses, años), en cualquier lugar del organismo, que finalmente
interfiere la capacidad de autorregulación natural.
Los problemas del sistema nervioso, como de cualquier otra
estructura orgánica, no pueden ser analizados como trastornos
mecánicos que funcionan en forma independiente.
El tratamiento debería estar dirigido a la causa y no a la
consecuencia; los medicamentos anticonvulsivos evitan que el sistema
nervioso reaccione con violencia, pero sólo tapan el problema, no lo
resuelven. El tratamiento de focos y campos interferentes puede ser un
recurso sumamente útil para resolver este problema de salud.

185
Nota 152:
Órganos internos, dolor y problemas funcionales.

El dolor y demás síntomas viscerales se deben en general a


trastornos en la función, es decir actividad excesiva o disminuida del
sistema nervioso. Dicho de otro modo a una alteración del tono (función
natural) en más o en menos. Cuando un problema visceral se mantiene
en el tiempo y no responde a los tratamientos comunes, la causa
habitualmente es una irritación persistente del sistema nervioso. En
general se trata de irritaciones ocurridas con anterioridad (meses, años),
en cualquier lugar del organismo. Finalmente interfieren la capacidad de
autorregulación natural, lo cual se manifiesta con signos y síntomas.
Para que las funciones naturales se mantengan sanas, el organismo
debe estar saludable. Todos los sistemas deben funcionar en forma
armoniosa. Ese equilibrio saludable es mantenido mediante información
transportada por el sistema nervioso y otros medios de comunicación
interna. Los trastornos viscerales funcionales constituyen, de hecho, una
forma que el organismo posee para expresar un desequilibrio, una
desarmonía, una pérdida del orden natural.
Campos o focos interferentes pueden estar vinculados con las
manifestaciones clínicas. Es por eso que el tratamiento debería pasar
no por la paliación sintomática, sino por buscar y tratar las áreas
interferentes relacionadas.
En el aparato respiratorio (nariz, laringe, bronquios, pulmones,
pleura), los problemas más frecuentes son disnea, tos persistente,
secreción inadecuada de moco, espasmo bronquial, infecciones a
repetición y trastornos distróficos como bronquiectasias y enfisema.
En el aparato urinario (riñón, uréter, vejiga, uretra) los problemas
son dolor, incontinencia, disuria, retención urinaria, ardor, hipertrofia
prostática, infecciones a repetición, micción urgente, frecuente,
nocturna, dolorosa, dificultosa, pujos y tenesmo.
El mecanismo normal de micción es sumamente complejo.
Interviene el sistema nervioso vegetativo, simpático y parasimpático, así
como el sistema nervioso motor a través de los músculos abdominales.
Siendo la micción una necesidad fisiológica pero a su vez un hecho
social que debe efectuarse en el momento y lugar apropiados, la corteza
cerebral ejerce un riguroso control. A su vez cada uno de los sistemas
funciona en base a información y respuesta que permiten un accionar
coordinado y efectivo. Dicha información puede sufrir interferencias y
llegar en forma anormal o no llegar a los centros cerebrales y
medulares. Cuando algunos de los sistemas involucrados en el acto de
orinar falla, pueden aparecen diversos síntomas como los señalados.
En el aparato genital femenino (ovarios, trompas, útero, vagina,
vulva), los problemas son dolor, dismenorrea, dispareunia, vaginismo,

186
vulvodinia, prurito, flujo excesivo, craurosis vulvar, anorgasmia,
trastornos de la menopausia, infecciones.
En el aparato genital masculino (testículos, epidídimos,
conductos deferentes, pene), los problemas son dolor, eyaculación
precoz, anorgasmia, impotencia, infecciones.
En el aparato digestivo (boca, faringe, esófago, estómago,
intestino, vesícula biliar, páncreas, recto, ano), los problemas más
comunes son dolor, cólicos, acidez, ardor, regurgitación, plenitud
postprandial, digestión lenta, asco, hipo, náuseas, vómitos, falta del
apetito, intolerancia a ciertos alimentos, sequedad de boca,
constipación, diarrea, tenesmo a veces con pujos, prurito, ardor,
incontinencia fecal, infecciones a repetición, hemorroides, fisura anal.

Nota 153:
Colon irritable.

A las personas con problemas digestivos: meteorismo, distensión


abdominal, diarrea, dolores cólicos o constipación, se las rotula con el
diagnóstico de colon irritable y se las medica en consecuencia. Como
ocurre en la mayoría de los casos se tratan las consecuencias y la
causa queda sin resolverse, por eso los tratamientos son de por vida.
Cuando una parte del organismo presenta una enfermedad, es
porque el ser está enfermo en su totalidad. Las personas no nos
enfermamos por partes, como un automóvil o una máquina.
El origen del "colon irritable", como de la mayoría de las
enfermedades es una desarmonía en el sistema nervioso generada por
irritaciones acumuladas durante la vida. El tratamiento que indica la
Medicina Clásica para el conjunto de pacientes que comparten este
diagnóstico consiste en psicofármacos, antiespasmódicos, antidiarreicos
y analgésicos incluyendo opiáceos. Como esa medicina no trata la
causa, sino las consecuencias, generalmente el paciente nunca deja de
tener síntomas pese a las diferentes terapéuticas, y debe tomar
medicación en forma vitalicia.
En cambio mediante la eliminación de los estímulos nocivos
provenientes de focos o campos interferentes, el organismo inicia su
proceso de curación y las funciones corporales se recuperan.

187
Nota 154:
Constipación. Incontinencia fecal.

El mecanismo normal de defecar es sumamente complejo.


Intervienen el sistema nervioso vegetativo, el sistema nervioso motor a
través de los músculos abdominales y de los esfínteres, la dieta,
estímulos externos sociales y ambientales. Siendo la defecación una
necesidad fisiológica pero a su vez un hecho social que debe efectuarse
en el momento y lugar apropiados a las circunstancias, la corteza
cerebral ejerce un riguroso control. A su vez todo el sistema funciona en
base a mecanismos de información y respuesta que permiten un
accionar coordinado y efectivo. La información puede sufrir
interferencias y llegar en forma anormal o no llegar a los centros
cerebrales o medulares. Las dificultades defecatorias constituyen el
resultado de un proceso. Las causas pueden ser no sólo problemas
locales (hemorroides, fisuras, abscesos) sino también la acción de
campos o focos interferentes en cualquier lugar del cuerpo que
comprometen las funciones naturales.
Cuando algunos de los sistemas involucrados en el acto de
defecar falla, aparecen los síntomas, como necesidad urgente, escapes,
pérdida de la sensación de recto lleno, emisión de gases con materia
fecal, o la situación contraria, dificultad extrema para defecar
regularmente con los consiguientes cambios de humor y compromiso de
la actividad social. Complica el cuadro el consumo de medicamentos
antidiarreicos (algunos derivados opiáceos) o de agentes evacuatorios
(la mayoría irritantes). Muchos medicamentes no específicos para el
intestino pueden generar trastornos defecatorios. Todo lo mencionado
más el uso de pañales puede afectar profundamente la vida íntima y
social de la persona.
Los problemas defecatorios, como cualquier otra función del
organismo, no pueden ser analizados como trastornos mecánicos que
funcionan independientemente del resto del ser.

Nota 155:
Problemas cardiovasculares.

Las manifestaciones de enfermedad en el aparato circulatorio


(corazón, arterias, venas, capilares, linfáticos, bazo) son: dolor, arritmia,
edema, linfedema, cambio de coloración o temperatura de la piel,
úlceras, eritromelalgia, vasculitis, hipo o hipertensión arterial, trombosis.
Esos trastornos habitualmente son resultado de un proceso, iniciado
tiempo atrás. La causa habitualmente es una irritación del sistema
nervioso a partir de focos o campos interferentes.

188
La forma de resolver problemas tan complejos no puede basarse
en medicación que sólo oculta síntomas. Además son comunes los
trastornos y enfermedades asociados a su uso.
El tratamiento que ofrece la Terapia Neural sobre focos y campos
de interferencia enfoca en la causa.

Nota 156:
Edema periférico persistente.

Algunos procesos patológicos se asocian con acumulación de


líquido en las extremidades. Problemas de salud que se expresan a
través de la función cardíaca, renal, hepática o trastornos circulatorios
obstructivos pueden manifestarse con edema periférico.
La persistencia de edema en una extremidad no se debe a una
simple acumulación de líquido en los tejidos que puede eliminarse con
la administración de diuréticos (abriendo el grifo), sino que denota una
alteración importante del sistema nervioso en la regulación de los
líquidos orgánicos.
La totalidad del sistema nervioso, participa en la regulación de
todos los acontecimientos vinculados con la generación de sed, con la
filtración renal, con la regulación del volumen que circula por arterias,
venas y capilares, con la cantidad de agua que está dentro de las
células, con la cantidad que está fuera de ellas y de los vasos
sanguíneos, con la regulación de la circulación por los vasos linfáticos,
con la regulación de la permeabilidad de los capilares, con la fuerza de
bombeo cardíaco y de los músculos de la pantorrilla, con la tensión y las
contracciones de la paredes arterial y venosa.
La alteración en la función del sistema nervioso generalmente se
debe a la acción de uno o varios campos interferentes. Y la Terapia
Neural cuenta con los recursos para recuperar la salud.

189
TERAPEUTICA

Nota 157:
Bases de la terapéutica.

Como una relación nerviosa patológica es siempre una relación


“nueva” se puede modificar su curso más fácilmente que una relación
fisiológica estable.
Un tratamiento agresivo modifica negativamente la relación
patológica establecida, el nuevo trauma crea una relación nueva. Sólo
las irritaciones débiles pueden ser útiles; las intensas siempre producen
más daño.
Un estímulo intenso sobre un organismo en estado eutónico-
eutrófico puede generar una reacción distónica-distrófica (signos-
síntomas). Por esto, si el la persona está transitando un proceso
curativo: es fundamental esperar.

Estimulo intenso > eutonía-eutrofia


>>> reacción distónica-distrófica

Un estímulo intenso en un organismo ya comprometido en su


estado general puede generar un agravamiento del cuadro clínico. Por
esta razón, los estímulos deben ser débiles en relación al estado tónico-
trófico de esa persona singular.

Estimulo intenso > distonía-distrofia


>>> agravamiento

En cambio, un estímulo débil (en relación al estado general


tónico-trófico de esa persona singular) sobre un organismo que presenta
un cuadro distónico-distrófico significará un impulso para la
recuperación de su salud.

Estimulo débil > distonía-distrofia


>>> reacción tónico-trófica >>> reparación

La terapéutica hace que las combinaciones patológicas no sean


eliminadas sino desintegradas. El tratamiento del componente nervioso
de un proceso patológico complejo determina cambios en ese
componente nervioso y en los fenómenos asociados. La enfermedad no
es algo extraño al organismo sino que resulta parte de él. Este concepto
lleva a dejar de lado ideas como desinterferir, desactivar, bloquear, etc.
Estos términos le han hecho daño a la Terapia Neural pues dan la
sensación de un acto mecánico ejercido por un técnico, cuando lo que

190
realmente se hace es entregar una información inespecífica en un punto
específico para que el organismo en respuesta adopte un nuevo orden
que le implique recuperación de circuitos de autoorganización
biológicamente económicos y una liberación de sus dolencias. El
impulso inespecífico en sitios específicos se traduce en cambios tónico-
tróficos generalmente positivos para ese organismo. Dichos estímulos
en sitios inadecuados, en forma impositiva, en momentos inoportunos,
con técnica imperfecta, pueden ser iatrogénicos.

Nota 158:
El diálogo biológico.

El diálogo biológico se refiere a la interrelación, al intercambio de


información de la terapia neural, el terapeuta, el ser singular enfermo y
su organismo. Las reacciones descritas en la literatura tras un estímulo
neuralterapéutico son las siguientes:
Fenómeno tardío o retardado: después de la aplicación ocurre
mejoramiento o desaparición de los síntomas en forma progresiva en un
lapso de horas o días (hasta tres semanas). Es la respuesta positiva
más frecuente. ¡Otra vez, la idea de saber esperar!
Fenómeno en segundos o Huneke: hecho muy poco frecuente.
Desaparecen todos los síntomas vinculados con el campo interferente
tratado en un 100% y en forma inmediata. Si se trata de un campo
interferente corporal, el tiempo mínimo de desaparición de los síntomas
es de 20 horas, si se trata de un foco odontológico, el tiempo mínimo es
de 8 horas. Cuando los síntomas reaparecen, tras la repetición de la
aplicación deben desaparecer por un periodo cada vez más prolongado
hasta finalmente desaparecer por completo. Esta es la definición. Toda
aquella respuesta que no cumpla estrictamente con estos postulados no
es una reacción en segundos, sino sólo una respuesta inmediata que
muestra una relación entre el sitio tratado y los síntomas. La verdadera
respuesta de Huneke es una excepción, nunca debería buscarse como
objetivo terapéutico. Por otra parte, según mi observación, sólo ocurre
cuando el campo o foco interferente es único, hecho también,
extremadamente raro.
Fenómeno de agravamiento inicial: tras la estimulación
neuralterapéutica, los síntomas relacionados con el campo interferente
empeoran (crisis de curación) para luego mejorar y/o desaparecer
durante cierto tiempo. Nuevas aplicaciones probablemente no sean
seguidas por el período de agravamiento y sí, por una resolución
progresiva del problema.

191
Reacciones generales: euforia, llanto, liberación emocional.
Estado de gran cansancio; sueño; limpieza o drenaje: fiebre, tos y
expectoración, diarrea, vómito, flujo vaginal, gran diuresis; decaimiento
general; dolores musculares y/o articulares; cefalea; dolor de garganta;
mareos, vértigo, etc. Un hecho muy infrecuente es la generación de
circuitos de retroalimentación positiva sin control que exige un
seguimiento y tratamiento especiales para evitar complicaciones graves.
Fenómeno inmediato de corta duración o insuficiente: Esto se
observa cuando participan simultáneamente varios campos
interferentes. Los síntomas mejoran parcialmente durante un tiempo
muy corto. Una segunda aplicación en el mismo sitio también tendrá una
respuesta corta o insuficiente. Suele deberse a la existencia de otro
campo interferente activo vecino o distante. Puede también significar
presencia de alteraciones estructurales, órganos en estado de
destrucción o en situación muy precaria Es necesario completar el
tratamiento con aplicación en otras áreas involucradas.
Fenómeno de reactivación: el área tratada fue incorrecta El
área sintomática es sólo eso y no siempre un campo interferente. Ocurre
agravamiento de los síntomas durante horas o días. Luego la
sintomatología puede volver a su nivel original o mantenerse en un nivel
más alto. El nuevo estímulo constituye, de hecho, una nueva irritación.
Bloqueo de la regulación: Cuando un área es muy sospechosa
de ser un campo interferente pero no presenta respuesta. Cuando se
tratan otros campos interferentes concomitantes pero la situación no
cambia y la persona muestra una actitud positiva, colaboradora, puede
pensarse en un bloqueo de la regulación. Es necesario reevaluar la
situación, indagar alimentos, metales pesados, geopatías,
medicamentos, radioterapia previa. Son útiles las dietas de frutas,
verduras crudas y agua, las autohemovacunas, la inyección intravenosa
de anestésicos locales o la quelación.
Cuando las enfermedades evolucionan del centro a la periferia,
desde los órganos internos vitales hacia las extremidades, con
manifestaciones sintomáticas en ellas, es una buena señal de evolución
hacia la curación. Lo mismo puede decirse de las erupciones cutáneas.
Cuando ocurre lo contrario, por ejemplo un paciente reumático
con síntomas en las extremidades que tras el tratamiento presenta una
complicación cardíaca o axial (columna vertebral), el pronóstico es
reservado.

192
Nota 159:
Respuestas al estímulo neuralterapéutico.
Otras consideraciones.

El fenómeno en segundos: durante los primeros meses de


contacto con la Terapia Neural cometí el error -estimulado por el trabajo
del Dr. Dosch- de buscar el efecto en segundos de Huneke, cuando en
realidad el efecto en segundos sólo se da excepcionalmente. El Dr.
Dosch ejemplifica con casos tan impresionantes que a través de su
lectura uno se entusiasma y llega a creer que la Terapia Neural es eso.
En base a esa experiencia mi consejo es no buscar el efecto en
segundos, sino simplemente intentar mejorar la situación del enfermo. El
fenómeno en segundos aparece sin buscarlo. Pienso que este concepto
en cierto modo le ha hecho daño a la Terapia Neural pues muchos
practicantes se obsesionan con el tema perdiendo el panorama de lo
que es esta medicina así como la oportunidad de establecer un diálogo
biológico con el organismo del paciente. Conclusión: el fenómeno en
segundos es un hecho excepcional.
Las respuestas violentas. (Transcribo esta nota que escribí a un
médico veterinario neuralterapeuta cuyos pacientes reciben estímulos
muy intensos y tienen reacciones muy fuertes). “Estimado colega, no
tengo experiencia con animales, pero desde lo biológico probablemente
sean mínimas o nulas las diferencias con los humanos. Si nosotros los
médicos de humanos pusiéramos a nuestros pacientes en un estado
caótico severo -entendiendo esto como necesidad de internación,
terapia intensiva, etc- tras cada intervención neuralterapéutica esta
medicina no hubiera tenido ninguna proyección. Los pacientes humanos
tratados con Terapia Neural presentan cambios, reacciones de magnitud
leve a moderada (algunas líneas de fiebre, aumento de la mucosidad,
somnolencia, diarrea, etc.) consecuencia de haber desencadenado con
el estímulo neuralterapéutico una reacción de retroalimentación positiva,
llámese reordenamiento, caos leve o vicariación regresiva.
Personalmente mi conducta, es la de ser poco intervencionista en cada
sesión, y luego esperar la respuesta, a veces durante muchos días.
Recién cuando aparece la respuesta -que puede ser una mejoría total o
parcial; un empeoramiento inicial seguido a los pocos días de mejoría:
un empeoramiento sin mejoría ulterior (vicariación progresiva), un salto
de campo (vicariación regresiva)- o si no se produce ningún tipo de
respuesta vuelvo a evaluar y actúo en consonancia (que puede ser
también seguir esperando). A veces la respuesta tarda 10, 15 o 20 días
en aparecer. Esto no significa que el paciente quede a la buena de Dios
durante todo ese tiempo. Mediante el teléfono o el correo electrónico el
enfermo se comunica, pregunta y lo oriento, evitando de este modo que

193
en su desesperación empiece a consumir nuevamente fármacos; si hace
falta lo cito, converso, le explico.”

Nota 160:
Saber esperar.

Esta nota ya fue publicada más arriba, sin embargo dada su


capital importancia me doy el permiso de repetirla.

El saber esperar es parte del arte del buen terapeuta neural. La


Terapia Neural no responde al esquema de cuanto más mejor. Muchas
veces la actitud de esperar desconcierta al paciente a quien se le
debería explicar las razones de ello. Como con frecuencia está el tema
económico de por medio, para evitar suspicacias no cobro esa consulta.
Para una aplicación ulterior es necesario volver a evaluar al enfermo
respecto de las respuestas que ha tenido con la aplicación precedente.
Mientras el enfermo está evolucionando positivamente, cuando percibe
que se siente cada vez mejor y que sus síntomas están mejorando hay
que esperar. No hacer nada. Cuando después de un periodo de
mejoría, el proceso se detiene y entra en una meseta sintomática,
puede corresponder una nueva aplicación. Aquí las cosas no son
mecánicas. Depende también del enfermo si puede manejarse bien
pese a que algunos síntomas persistan. El tiempo de meseta es relativo.
Cuanto más tiempo pueda esperarse, mejor, porque eso va a dar lugar
a manifestaciones que pueden guiar mejor el siguiente proceder. ¿Pero
qué hace el paciente mientras el profesional espera? ¿Respeta ese
tiempo sin recurrir a ninguna otra terapia?
Cuando los síntomas se reactivan o aparece un salto de
campo, en general puede corresponder una nueva aplicación. Los

194
viejos síntomas a menudo aparecen y vuelven a desaparecer
naturalmente. En este caso hay que mantenerse expectante. Si los
viejos síntomas vuelven y se estacionan, entonces generalmente es
necesaria una segunda aplicación.
El secreto del saber esperar está en la confianza que uno tenga
sobre los procesos biológicos. Si uno se deja influir, avasallar, por la
urgencia del paciente, por la actitud de las amistades y/o familiares del
paciente que lo instan a hacer otras consultas o tratamientos, el
tratamiento fracasará o peor, conducirá a una agravación.

Nota 161:
La segunda aplicación. (Tomado de J. T. Kent. Filosofía homeopática).

Técnicamente es la aplicación que sigue a aquélla que ha sido


efectiva. La segunda aplicación es la que sigue a aquélla que ha
provocado cambios.
El tratamiento que ha curado el caso parcialmente, a menudo
puede terminarlo de curar y, por lo tanto, no debería modificarse, a no
ser que existan buenas razones para ello. Como regla general si la
primera aplicación fue beneficiosa, debería esperarse hasta que haya
hecho todo lo que ella pueda hacer sin introducir cambios.
Tras una primera aplicación correcta los síntomas más
importantes deberían haber desaparecido, debería haber sobrevenido
un cambio notable, quedando sólo síntomas comunes y triviales.
Si el médico esperara lo suficiente, vería la reaparición de
aquéllos primeros síntomas. Generalmente el médico se apresura en
hacer otra aplicación sin esperar el tiempo debido. Inmediatamente
indica guiado por los "síntomas que han quedado", esto es uno de los
peligros que se han de evitar al hacer una segunda indicación. De este
modo es probable que el enfermo no siga mejorando. El nuevo estímulo,
en realidad, interfiere el proceso reparador. Es necesario esperar la
reaparición de los síntomas iniciales. La indicación de esperar incluye
todas las terapias alternativas, caseras y ortodoxas. La espera puede
llevar días, semanas o meses. No existe otra guía para el tratamiento
que los signos y síntomas, por lo tanto habrá que esperarlos.
En las siguientes sesiones ¿repetir la misma aplicación o cambiar
el sitio de tratamiento?
Corresponde cambiar la aplicación cuando aparecen importantes
síntomas totalmente nuevos aunque haya habido un cambio positivo en
los síntomas originales. También corresponde cambiar cuando los
síntomas cambian pero el paciente no mejora en su estado general. A
veces lo que hace falta es una aplicación complementaria de la primera,
por ejemplo tratar puntos gatillo autónomos.

195
Cuando síntomas totalmente nuevos toman el lugar de los viejos
significa que la aplicación no actuó adecuadamente y que hizo progresar
a la enfermedad en otra dirección, con nuevos síntomas. Estos nuevos
síntomas requieren un tratamiento "antídoto" si es posible. La segunda
aplicación debería actuar sobre estos nuevos síntomas y es posible que
tenga efecto sobre los síntomas viejos.
En cambio, corresponde repetir la aplicación original cuando hubo
un cambio positivo importante pero aún restan elementos por resolver.
También cuando se observa una mejoría general aunque los síntomas
no hayan cambiado completamente. La idea es repetir hasta que el
efecto beneficioso se agote. La aparición de síntomas viejos es de buen
pronóstico. Mientras la acción curativa pueda sostenerse, no hacer
cambios. Ante la duda, esperar. Cuando la misma aplicación no arroja
nuevos beneficios, es necesario hacer un cambio.
Indudablemente, para lograr estas esperas, es necesario que el
paciente participe conscientemente y no recurra, como es lo común, a
otras terapias con el concepto de “todo suma”, “lo que abunda no
molesta”, o “cuanto más mejor”.
Si los síntomas vuelven con escasas diferencias en la intensidad
(en más o en menos) en relación a como eran en su momento, es buena
señal. Si estos síntomas se ausentaron durante algún tiempo, si la
primera aplicación produjo cierto alivio y luego reaparecen algo
semejantes a lo que eran originalmente, es índice de que la aplicación
ha sido bien indicada.
Si después de un intervalo de varios meses, los síntomas
originales vuelven, también es índice que la primera aplicación ha sido
bien indicada, que el caso es curable y que la segunda aplicación debe
ser idéntica a la primera.

Nota 162:
Impulsos de anestésicos locales muy diluidos
para la autoorganización.

Este tratamiento a base de procaína, fue descrito por el profesor


Alexander Vischñevsky, discípulo de Pavlov (premio Nobel), en la ex
Unión Soviética y desarrollado por los Dres. Walter y Frederic Huneke
en Alemania más o menos en la misma época. La concepción actual fue
introducida por el Dr. Julio César Payán, de Colombia.
Por razones prácticas uso lidocaína, que si bien presenta algunas
diferencias con la procaína, cumple los mismos objetivos.
En medicina, la lidocaína al 1, 2, 4, 5 ó 10 % se usa como agente
anestésico local: para pequeñas cirugías, para anestesia peridural o
raquídea, para bloqueos periféricos, para aplicar en las encías, en

196
odontología, para aliviar las hemorroides, para hacer endoscopías
digestivas o bronquiales o para infiltraciones. La lidocaína se emplea
también para tratar ciertas arritmias cardíacas. La lidocaína, en general,
se usa asociada a adrenalina (epinefrina) para aumentar la duración de
su efecto anestésico, una sustancia que puede causar arritmias por
estimulación cardíaca, o a un corticoide, poderoso antiinflamatorio, que
puede causar úlceras digestivas, osteoporosis, trastornos psiquiátricos,
alteraciones metabólicas u hormonales, diabetes, retención de líquido,
aumento de la grasa corporal, etc.
Personalmente empleo lidocaína muy diluida en solución
fisiológica al 0.375% sin ningún agregado. En esa concentración tan
débil no produce anestesia sino que actúa como impulso para la
autoorganización, modificando al sistema nervioso. Es decir que en una
concentración menor adquiere la propiedad de un fármaco diferente. Es
como el caso de la aspirina, 500 ó 1000 mg sirven para calmar un dolor
de cabeza, 100 mg no alivian la cefalea pero sirven para inhibir la
adhesividad plaquetaria. Al usar la lidocaína tan diluida, sin agregados,
sin adrenalina ni corticoide, en la práctica de tantos años nunca observé
efectos secundarios.
Muchas personas, incluso algunos médicos, dicen: "¡ah!,
lidocaína, es anestesia, pasa el efecto y se acabó". La realidad es
completamente diferente. La lidocaína al 0.375% aplicada en lugares
específicos modifica el estado del sistema nervioso en el lugar donde se
aplicó y por ende actúa sobre la totalidad del organismo. El sistema
nervioso es una red interactiva, sumamente dinámica y versátil; un
estímulo en un punto de la red se difunde abarcándola toda, a su vez
cada punto se comunica con los demás enviando y recibiendo
información, consecuentemente con cada estímulo cada punto de la red
se modifica. Es un sistema ubicuitario que a través de la sustancia
intercelular interactúa con cada una de las células, de cada órgano y de
cada estructura. La lidocaína al 0.375% actúa como estímulo y el
estímulo genera respuestas.
¿De qué modo la lidocaína o la procaína modifican al sistema
nervioso? Lo que hacen es llevar el estado eléctrico disfuncional de las
membranas celulares del tejido nervioso relacionado con áreas
parabióticas a valores fisiológicos funcionales, y de ese modo recuperan
su vitalidad.
¿Qué beneficio aporta la revitalización de áreas parabióticas?
Cuando el tejido parabiótico recupera su vitalidad deja de interferir al
resto del organismo y éste empieza a funcionar armónicamente. Es decir
facilita la autoorganización del sistema.
Localmente la lidocaína actúa durante 1-2 hs pero su efecto
terapéutico puede durar días, meses o indefinidamente. ¿Por qué?
Porque lo que se mantiene es el nuevo estado de organización que

197
logra el organismo tras el estímulo, pese a que el medicamento haya
desaparecido mucho tiempo atrás. De la gravedad del desequilibrio
depende el número de aplicaciones necesarias. Con cada aplicación la
duración del efecto se extiende hasta llegar en la mayoría de los casos a
la resolución del problema.
La lidocaína en la concentración señalada y en las dosis que
empleo no produce efectos secundarios, es decir no causa intoxicación,
alergia, daño renal, hepático, cerebral, etc. La lidocaína al actuar como
estímulo inespecífico puede causar reacciones (no complicaciones). Son
reacciones de autoorganización ecológica que hace el organismo en
respuesta a ese estímulo y que habitualmente señalan la existencia de
algún trastorno preexistente. Las reacciones pueden consistir en fiebre,
gripe, dolor de garganta, diarrea, expectoración, flujo vaginal, etc. Esas
reacciones son útiles para el organismo porque sirven como "limpieza" y
permiten orientar la continuación del tratamiento.
Siguiendo la escuela de fisiología rusa (A. Vischñevsky) la
concentración del agente debe ser suficiente como para causar una
estimulación débil y no provocar una irritación excesiva. Dicho autor
empleaba procaína al 0.25%. Otros autores recomiendan
concentraciones de procaína del 0.5; 0.7 y del 1%. Creo que la
concentración debería estar más próxima a 0.5 que a 1%; por ejemplo,
en la infiltración de cicatrices extensas la dosis total administrada al 1%
puede llegar a ser tóxica. Personalmente la concentración de lidocaína
que empleo es del 0.375%, elegida tras probar otras concentraciones.
Con respecto al volumen, estoy de acuerdo con el Dr Heberth
García Rincón en el hecho de que el secreto está en poner la aguja en
el sitio adecuado. Sin embargo hay algunas excepciones. Hay áreas que
anatómicamente son difíciles de alcanzar o que para acceder hay que
usar técnicas más riesgosas.
Ejemplos:
1) Ganglio estrellado: es menos riesgoso inyectar 5 cc a nivel de la
apófisis C6 que 1-2 cc en C7 (neumotórax).
2) Ganglios simpáticos C8, D1: por ser inaccesibles de otro modo,
puede llegarse a ellos inyectando 10-15 cc a nivel de la apófisis C6, utilizando
la fascia prevertebral como superficie de acceso y con el paciente
semisentado.
3) Ganglios simpáticos lumbares contralaterales: para evitar hacer una
punción bilateral, pueden inyectarse 15-20 cc en un lado para bañar el lado
contralateral (en posición decúbito lateral).
4) Inervación genitourinaria: si se usa la técnica suprapúbica con aguja
corta y angulada conviene inyectar 10 cc en la línea media.
5) Bloqueo lumbar -renal y suprarrenal- (Vischñevsky): este autor indica
de 60 a 100 cc al 0.25% de procaína.
6) Caudal (epidural): el volumen dependerá del nivel que se desee
alcanzar con el estímulo neuralterapéutico (entre 2 y 15 cc).

198
Nota 163:
La vía endovenosa.

Aprendí el uso de la técnica endovenosa mucho antes que los


conceptos de Terapia Neural. Me parece adecuado, ante la perspectiva
del uso masivo del goteo, aclarar algunos ítems: La técnica del goteo
intravenoso continuo de lidocaína puede ser muy útil para el manejo de
situaciones agudas de dolor u otros síntomas muy angustiantes:
isquemia, necrosis, gangrena, quemados. Sin embargo, es necesario un
control permanente del paciente mientras dura la infusión, posee riesgos
de intoxicación cardíaca y respiratoria a nivel de los centros neurales
correspondientes. La dosis tóxica depende de cada persona. No pueden
establecerse valores fijos seguros para toda la humanidad.
Puede ocurrir sobredosis por cálculo inadecuado, porque se abre
el gotero, porque se modifica el metabolismo del enfermo, porque al
mejorar la enfermedad o al alcanzar el grado de impregnación, la dosis
necesaria tiende a reducirse, etc. De hecho estos goteos deberían
hacerse en una unidad de cuidados intensivos o especiales, no en una
sala o habitación común, y menos aún en el domicilio del paciente o en
un consultorio sin equipo de reanimación.
En personas con problemas de salud persistentes, es decir que
se mantienen activos más allá del tiempo natural de reparación, suele
ser más útil la Terapia Neural que el goteo.
Como forma alternativa al goteo, como parte de los
procedimientos de Terapia Neural, de acuerdo a la historia de vida del
enfermo y a la respuesta a procedimientos previos, la inyección
intravenosa de lidocaína, en la forma de inyección única, es mejor
porque es más segura y puede ser igualmente efectiva.

Nota 164:
Utilidad de la cafeína en Terapia Neural.

Como neuralterapéutico: Ninguna. Para el paciente: Puede ser


causa de efectos desagradables, palpitaciones, nerviosismo, etc. Como
generador de beneficios económicos para el fabricante: Excelente.
La pregunta sería por qué razón le han agregado cafeína a la
procaína. Básicamente porque se considera a la procaína como un
depresor del sistema nervioso central. Entonces la lógica mecanicista
agrega cafeína (estimulante central) para compensar el efecto depresor.
Cuando trabajaba en anestesiología hace 30 años, hacíamos la
inducción anestésica con tiopental sódico (Pentotal), el mantenimiento
con procaína al 1%, un sachet de 500 cc por cada hora de anestesia,
aproximadamente. Luego, terminada la cirugía, para ayudar al despertar
del paciente inyectábamos cafeína.

199
Con concentraciones del 0.7 al 1% y volúmenes pequeños la
procaína carece del efecto depresor observado con concentraciones y
volúmenes altos, por lo tanto la cafeína es inoperante, pero al mismo
tiempo no es inocua. Es verdad Huneke usaba procaína al 2% con
cafeína. Era el producto Impletol del laboratorio alemán Bayer. Es
verdad también que Vischñevsky en Unión Soviética usaba procaína al
0.25% sin cafeína.
Ferdinand Huneke en su libro “El fenómeno en segundos” dice al
respecto: “La pequeñísima adición de cafeína que hemos puesto en el
Impletol, no eleva significativamente su efecto terapéutico así sea que
muchas publicaciones lo aseguren. La cafeína es el antídoto de la
procaína; le quita pues su “veneno” hasta donde se puede hablar de
veneno tratándose de un fármaco como la procaína”.
El único efecto "veneno" de la procaína (como de cualquier otro
fármaco) es administrarla en concentraciones o dosis totales elevadas.
Al 2% es una concentración elevada, por lo tanto, a modo de
precaución, en el Impletol 2% hace falta agregar cafeína.

Nota 165:
Para los problemas persistentes de salud el tratamiento crónico de
la Medicina Clásica deja de tener sentido.

Habiendo llegado a la conclusión que los problemas persistentes


de salud son el resultado de un proceso que se inicia en algún momento
en la vida de ese ser singular a partir de sucesivas irritaciones del
sistema nervioso, el tratamiento que ofrece la Medicina Clásica es
absolutamente improcedente. Porque trata las consecuencias y no
enfoca la causa. La administración de analgésicos, antiinflamatorios,
antiepilépticos o antidepresivos por mencionar sólo algunos de los
fármacos indicados, en general de por vida, sólo apunta a paliar los
síntomas. Lo cual en principio no es algo negativo. Pero tiene varios
inconvenientes. Por un lado no resuelve el problema que sí puede
resolverse mediante Terapia Neural. Intoxica al enfermo con fármacos
impositivos que modifican funciones sin respetar la Naturaleza del ser
vivo. Y finalmente, al tapar un problema, sin resolverlo, su persistencia
puede traducirse en nuevas enfermedades, es decir en una vicariación
progresiva. Lo cual a su vez conduce a un círculo vicioso de nuevas
enfermedades, nuevos fármacos, nuevas enfermedades y más
fármacos. No es casual que los pacientes cuando nos consultan traen
una bolsa con estudios y cartoncitos de medicamentos que consumen,
pero peor aún con una enorme cantidad de síntomas a cuestas, nunca
resueltos, o peor aún, agravados.

200
Nota 166:
Importancia de la técnica.

Si bien en Terapia Neural el problema no es sólo de técnicas ya


que si el paciente no necesita una próstata sino una cicatriz, por más
que uno se esmere en la técnica la cosa no resulta, la técnica también
tiene su importancia.
¿Por qué razón se recomienda la inyección intraparenquimatosa
de la glándula tiroides o de la próstata y para otros órganos se insiste en
la importancia de la estimulación del plexo nervioso regional?
Con el criterio intraparénquimatoso debería aconsejarse la
inyección intrahepática o intrarrenal. Según mis observaciones, la
inyección intraparenquimatosa es muy localizada y no abarca la
inervación total de la glándula. Además puede causar una lesión
innecesaria. La inervación que tiene la tiroides permite estimularla
infiltrando superficialmente la glándula sin entrar en ella. Lo mismo es
aplicable a la próstata que puede tratarse con una aplicación caudal,
suprapúbica o pre-sacra.
Personalmente no hago procedimientos intraparenquimatosos. Lo
ideal cuando la historia de vida y la evolución lleva a tratar un órgano, es
hacerlo buscando la inervación vegetativa correspondiente.
Vischñevsky fue un cirujano ruso que desarrolló técnicas de
infiltración (que llamó bloqueos) con grandes volúmenes de novocaína
(procaína) al 0.25%. Aconsejaba lo siguiente:
Evitar la inyección intramuscular de volúmenes grandes para evitar el
dolor y la sensación de distensión y peso.
Evitar la lesión del riñón y de otros órganos.
Los procedimientos profundos deben ser indoloros.
El bloqueo novocaínico al ser un recurso terapéutico debería actuar
como un irritante débil.
Cualquier traumatismo corriente, tanto en su ejecución, cuanto en los
efectos posteriores resulta perjudicial para el organismo pues altera la
esencia del estímulo terapéutico.
La aguja no debe raspar el hueso ni penetrar el periostio.
La inyección debe hacerse en forma continua y suave; efectuada en
forma grosera agravará la irritación existente y no la disminuirá.

201
Nota 167:
Técnicas modificadas por el autor.
Uso de la aguja angulada (45°-135º).

El objetivo de angular la aguja es adaptarla a la anatomía en lugar


de tratar de adaptar la anatomía a la aguja. La angulación se logra con
el propio capuchón de plástico y debería procurarse que el bisel quede
“mirando” hacia el ángulo de 135º.

Aguja angulada 45°-135° con el bisel hacia abajo.

El punto de angulación debe quedar a unos milímetros del cono.


Retirando suavemente el capuchón se ejerce presión sobre el metal
imprimiéndole el ángulo deseado. El doblado debe efectuarse en un solo
movimiento uniforme de modo de no quebrar el metal. En el caso de no
poder hacerlo de ese modo, es conveniente comenzar nuevamente con
otra aguja. Los ángulos creados son de 45º o 45° + 180°, según cómo
se mida, en el lado posterior al bisel y de 135º en el lado
correspondiente al bisel.
Personalmente uso la aguja angulada para las siguientes
aplicaciones neuralterapéuticas:
Suprapúbica en la línea media con una aguja 0.8 x 50 mm.
Timo y mediastino ántero-superior, con una aguja 0.5 x 25 mm.
Pre-sacra, con una aguja 0.60 x 80 mm.
Ganglios esfenopalatinos con una aguja 0.40 x 40 mm.

202
Nota 168:
Técnica suprapúbica con aguja angulada:

Si bien las figuras corresponden a la anatomía femenina, sus


principios son también aplicables al varón.

Figura: Pubis, corte transversal, puede observarse la angulación del hueso del
pubis respecto a la pared anterior de la pelvis. 1. infundíbulo de la trompa; 2. ovario; 3.
ligamento redondo; 4. fondo uterino; 5. sínfisis del pubis; 6. vejiga urinaria; 7. fondo de
saco vésico-uterino; 8. Recto

Observando la figura puede entenderse que la aguja debe


insertarse oblicuamente (45º-135º) y que la distancia desde el borde
superior del pubis a la vejiga no supera los 4-5 cm. El ángulo de la aguja
es aproximadamente el ángulo de inclinación del hueso pubiano, de
modo que su inserción es más sencilla. En los pacientes de abdomen
prominente es complicado, a veces imposible, abordar la pelvis con la
técnica que incluye el desplazamiento de la aguja sobre su eje y también
resulta muy dificultosa la inyección al quedar la jeringa paralela y
muchas veces en contacto con la pared pelviana.
Con la vejiga vacía, el enfermo se acomoda en la camilla en
decúbito dorsal con las rodillas flexionadas levemente con un rollo por
debajo para relajar la musculatura abdómino-pelviana. En el caso de
abdomen prominente, con sus propias manos el paciente lleva el
excedente graso de modo de despejar el área suprapúbica.

203
La línea marcada en la piel señala el borde del pubis.
Los dos dedos del operador cabalgando sobre el hueso y hundiendo la pared abdominal
dejan un espacio, en la línea media, para insertar la aguja.

El profesional de pie mirando hacia la cara del enfermo, en su


mano dominante tiene la jeringa de 10 ml con aguja 0.8 x 50 mm
angulada bisel para abajo. Buscando la línea media (ombligo) con los
dedos índice y mayor de su mano no dominante, ligeramente separados,
profundiza en el área abdominal bordeando el pubis e introduce la aguja
pasándola entre sus dedos, hacia caudal, entrando paralelamente a la
cara posterior del pubis, buscando que quede montada sobre el hueso.
La técnica correcta incluye, para facilitar la penetración de la aguja,
hacer presión en el extremo de la jeringa con el dedo índice o mayor de
la mano dominante. La inserción debe hacerse sin fuerza, la aguja debe
deslizarse suavemente dentro del tejido laxo retropubiano. Es el espacio
de Retzius, un espacio virtual sin estructuras importantes que puedan
ser dañadas con una aguja de 50 mm de largo, aunque en realidad, al
quedar angulada, la longitud del cuerpo libre de la aguja es menor. Tras
aspirar (ni orina, ni sangre) se inyectan los 10 ml del agente.
Mayor resistencia puede indicar la presencia de una víscera. Si se
choca con hueso, deberá reubicarse la aguja un poco más
posteriormente, siempre montándola sobre el borde óseo. La forma de
hacerlo es retirar ligeramente la aguja, presionar más fuertemente con
los dedos de la mano no dominante de modo de llevar los tejidos de la
pared en dirección posterior (hacia abajo en decúbito dorsal), para luego
volver a insertarla. Una vez insertada hasta el punto de angulación, el
cono queda en posición perpendicular respecto a la pared pelviana,
facilitándose la inyección.

204
Figura: Plexo de Lee-Frankehauser. Ramas provenientes del plexo aórtico,
plexo mesentérico superior, plexo hipogástrico, así como ramas somáticas de raíces
sacras conforman una extensa red regional. El plexo de Frankehauser es sólo una
parte de esa red. Inervación del útero: 1. nervios sacros; 2. plexo uterino magno; 3.
plexo aórtico; 4.plexo mesentérico superior; 5. nervio hipogástrico; 6. plexo hipogástrico;
7. nervio pélvico; 8. plexo cervical de Lee-Frankehauser; 9. nervio espermático; 10.
ganglios lumbares del simpático. A. aorta; R. recto; V.u. vejiga urinaria; U. útero.

Ventajas, como señalé, en pacientes con abdomen prominente la


técnica convencional, bilateral y desde cefálico a caudal puede resultar
muy difícil de llevar a cabo. Al hacerlo en la línea media se evitan las
arterias circunflejas, ramas de la ilíaca que pueden resultar muy
sangrantes (hemorragia interna) si se las punza con la aguja.
El uso de una aguja más larga puede causar lesión visceral
innecesariamente. Al tratarse de un procedimiento a ciegas, es
imposible saber con precisión dónde se encuentra la punta de la aguja
en relación con las estructuras neurales, por lo tanto el uso de
cantidades menores de neuralterapéutico puede ser insuficiente para el
objetivo fijado. Con ésta técnica el procedimiento resulta totalmente
atraumático. Es rara la sensación de “corrientazo” porque sólo baña el
plexo. La técnica convencional busca llegar en profundidad cuando con
bañar el plexo, es suficiente.
Las técnicas suprapúbica y presacra, realizadas en la misma
sesión permiten una amplia cobertura del área de la pelvis.

205
Nota 169:
Técnica para el mediastino ántero-superior con aguja angulada.

Con el paciente sentado en el borde de la camilla y sus piernas


colgando, se palpa el espacio supraesternal. El paciente debe bajar
ligeramente su cabeza para no estirar la piel del cuello.

Mediastino A (ánterosuperior), M (medio) P (posterior)

Con una aguja 05 x 25 mm angulada bisel para abajo se entra en


la línea media por encima del borde del manubrio esternal. Debe quedar
cabalgando sobre el reborde óseo. Tras aspirar se inyectan 10 cc de la
solución neuralterapéutica. El único riesgo es entrar en un vaso de la
región. En ese caso se retira y cambia la dirección de la aguja. La
punción perpendicular antero-posterior tiene el riesgo de penetrar la
tráquea, que si bien no es grave es muy molesto.

El dedo del terapeuta señala el punto de entrada de la aguja.

206
Estructuras nerviosas del mediastino ántero-superior.

Ventajas: la solución además de bañar al timo, penetra en el


mediastino superior bañando sus estructuras: timo, grandes vasos,
tráquea, esófago, nervios vagos, venas ácigo y hemiácigos accesoria,
linfáticos y tronco simpático.

Nota 170:
Técnica presacra con aguja angulada.

Acceso a las raíces anteriores sacras. Se ubica al paciente en


decúbito ventral con un rollo a la altura del pubis, la estructura ósea
debe apoyar en el rollo de modo de permitir que las vísceras se
desplacen hacia ventral (hacia abajo). Un ayudante, o el propio paciente
con sus manos, separa las nalgas de modo de poder acceder fácilmente
al cóccix. Con el dedo pulgar de la mano no dominante se palpa el
extremo caudal del cóccix y se deja allí hasta introducir la aguja. Con la
mano dominante se maneja la jeringa con una aguja angulada de 80
mm, bisel para arriba, se introduce por debajo del dedo pulgar,
sorteando el cóccix, en su totalidad, apuntando siempre hacia el dorso
del paciente. No debe haber ninguna resistencia. Tras aspirar se
inyectan 10 cc de la solución neuralterapéutica. Conviene ir dejando una
estela de esa solución al retirar la aguja.

207
La paciente separa sus nalgas con sus manos.
El dedo pulgar del terapeuta señala el extremo caudal del cóccix.
La aguja angulada con el bisel hacia arriba se inserta inmediatamente por
debajo del dedo para sortear el cóccix en dirección cefálica y siguiendo la línea
media, lo más alejado posible del ano, y siempre dirigida hacia el sacro,
sin resistencia en toda su longitud, 80 mm.

Ventajas: la técnica de entrar en los agujeros sacros es muy


molesta para el paciente y muchas veces difícil de realizar en personas
obesas. La aguja angulada se aleja del recto. La aguja recta no se
adapta bien a la anatomía, es necesario entrar lateralmente a la línea
media y debe ser más larga. Riesgo: lesión del recto.
Las técnicas presacra y suprapúbica, realizadas en la misma
sesión permiten una amplia cobertura del área de la pelvis.

Nota 171:
Técnica retromolar para los ganglios esfenopalatinos
con aguja angulada.

Con el paciente en decúbito dorsal y muy buena iluminación


dentro de la boca, con la ayuda de un espejito dental se introduce la
aguja 0.40 x 40 mm, angulada, manteniéndola en un plano horizontal
respecto de la camilla para pasar por detrás del arco dentario superior
sobrepasando la tuberosidad a la altura del área de contacto de la encía
con el paladar duro. La aguja debe introducirse fácilmente sin
obstáculos en toda su longitud. La técnica correcta incluye para facilitar
la penetración de la aguja, hacer presión en el extremo de la jeringa con

208
el dedo índice o mayor. Se inyectan 0.5-1.0 cc de la solución neural-
terapéutica en cada uno de los ganglios
Ventajas: es una técnica mucho menos traumática que la vía
externa y que la vía a través de los conductos esfenopalatinos del
paladar. Prácticamente carece de complicaciones.

Nota 172:
Técnicas modificadas para el tratamiento de puntos gatillo.

Sin duda, el libro para aprender estas técnicas es el de J. Travell


y D. Simons. (Myofascial pain and dysfunction, the trigger point manual).
Para mi práctica fue y sigue siendo un libro fundamental.
Tuve la oportunidad de aprender esta técnica en Vancouver y en
Seattle en 1985. Los resultados eran muy llamativos, pero el paciente
regresaba al tiempo con la misma sintomatología. J. Travell no tuvo
acceso al conocimiento de la existencia de campos interferentes. Los
puntos gatillo en la gran mayoría de los casos están vinculados a
campos o focos interferentes. Sin embargo, no siempre la resolución de
esas interferencias resuelve el problema doloroso o funcional, pues
dichas áreas de disfunción neuromuscular pueden adquirir autonomía y
convertirse en focos independientes que requieren tratamiento adicional.
He modificado algunas de las técnicas que describe Janet Travell.
Para abordar la rama cleido-mastoidea del músculo esterno-
cleido-mastoideo, es mejor que el paciente se ubique en decúbito lateral
y no en decúbito dorsal.
El músculo dorsal ancho en personas obesas puede ser muy
difícil de tratar en decúbito dorsal. En cambio en decúbito lateral con la
palma de la mano del paciente sobre el área del hueso coxal, haciendo
un arco con el brazo, puede abordarse mejor desde su cara posterior.
Para tratar los músculos aductores empleo la postura en decúbito
dorsal con la cadera en rotación externa, pero muchas veces es
insuficiente y conviene un abordaje posterior en decúbito ventral.
El abordaje del músculo bíceps crural es mucho más efectivo por
su cara lateral que por su cara posterior, siempre con el paciente en
decúbito lateral.

Nota 173:
Temor o fobia a las agujas.

Sin dudas, el temor a las agujas constituye un desafío para el


médico tratante. Forzar la situación es un proceder inadecuado que
puede llevar a reacciones graves. En general el temor es a las

209
inyecciones en sitios no convencionales para el enfermo. Puede tolerar
una intramuscular en el glúteo, pero no una intramuscular en el escaleno
o en el trapecio. Ni que hablar de una aplicación en el ganglio estrellado.
Otra inyección que estos pacientes suelen tolerar es la intravenosa. Este
es un recurso que se puede explorar.
De todos modos, lo que habitualmente observo es que no es
fobia sino temor. Que ese temor responde a otras motivaciones que es
necesario abordar y que a través de las agujas pueden resolverse otros
temores. Respeto y paciencia son los elementos necesarios. Cuando el
enfermo puede percibir el beneficio de soportar algunos pinchazos,
suele concurrir solicitando una nueva aplicación.

Nota 174:
La quiropraxia. Subluxación sacroilíaca o vertebral.

La quiropraxia es un conocimiento que exige mucha práctica y


que la mayoría de los médicos no tenemos. La subluxación sacroilíaca o
la subluxación vertebral, son trastornos mecánicos que, por supuesto, se
resuelven muy bien con esa técnica, sin embargo no me parece que sea
la única forma de resolverlos.
Personalmente observo muchos pacientes con problemas de esa
naturaleza que con una buena búsqueda de focos y campos
interferentes y resolución del acortamiento muscular asociado, con o sin
tratamiento de puntos gatillos (según cada situación singular), pueden
recuperar la movilidad y solucionar su problema de dolor.

Nota 175:
Terapia neural iatrogénica.

De ningún modo puede considerarse que la Terapia Neural es


inocua. Si lo fuera también lo sería en lo terapéutico. Constituye un
estímulo, genera cambios, que no siempre resultan positivos para el
enfermo. Un agente anestésico local concentrado a más del 1%, la
aplicación en un sitio inadecuado, en forma impositiva, en un momento
inoportuno, con técnica imperfecta, son condiciones que pueden resultar
iatrogénicas. Lo mismo es aplicable para un estímulo exagerado, por
ejemplo una inyección intraperióstica en lugar de periperióstica; o
cuando en una misma sesión se hacen múltiples aplicaciones en
diferentes áreas.
La vicariación progresiva es, de hecho, el resultado de una acción
iatrogénica. El agravamiento del cuadro clínico o la generación de una
“nueva” enfermedad por efecto del tratamiento. Por ejemplo, con un

210
tratamiento sintomático, sin tratar la causa irritativa original ya sea con
pápulas intradérmicas o mediante eliminación de puntos gatillo. El uso
de esquemas de causa-efecto o algoritmos terapéuticos preconcebidos
sin tener en cuenta el carácter singular del paciente, sin “escuchar” el
lenguaje de su organismo, sin comprender lo que significa cada reacción
tras el estímulo neuralterapéutico.
Por supuesto el uso de anticoagulantes o la presencia de una
enfermedad asociada a trastornos de la coagulación constituyen una
contraindicación para cualquier procedimiento invasivo. Habitualmente
puede suspenderse la medicación anticoagulante unos días antes, para
luego reanudarla tras la aplicación. Quizás el agente anticoagulante más
común usado sea la aspirina que en dosis de 100 mg diarios puede ser
causa de problemas importantes.
Una buena técnica incluye la prevención de accidentes por
invasión de estructuras: neumotórax, hemotórax, inyección intra-
raquídea por penetración en el manguito dural de una raíz nerviosa,
hemorragia interna, perforación de una víscera, bloqueo de nervios
vitales (frénico, laríngeo, vago).
Los hematomas importantes son infrecuentes. Un hematoma
retroperitoneal tras la aplicación en la cadena simpática lumbar puede
ser causa de dolor intenso, habitualmente el cuadro revierte en pocos
días en forma natural con reposo y calor local. Desde una óptica positiva
el hematoma puede actuar como autohemoterapia.

A modo de cierre publico el escrito de Sandra Payán Gómez, que con su ímpetu
lleva a la Terapia Neural a su máxima expresión. Es un deseo de ella que comparto.
Algún día será así.

Nota 176:
La Terapia Neural: Cómplice y Gestora de Encuentros para la Vida
por Sandra Isabel Payán Gómez
(1º Encuentro Internacional de Terapia Neural, Bogotá, 2003).

Escribo este texto con la claridad que me permite un corazón que


está aprendiendo a saber lo que siente, y a sentir lo que sabe. Y sin
estar segura de poder expresar con mis palabras lo que ahora siento y
sé, escribo impulsada por la inmensa alegría del encuentro. Esta vida
sabia, nos ha puesto aquí, frente a frente para encontrarnos. Con
ingeniosas y bellas excusas, su propósito es que nos encontremos, y
para que el propósito se cumpla, es necesario, además del deseo de
hacerlo, estar presentes.
Estar presentes, en este aquí y en este ahora, único e ineludible,
significa no resistirse a la vida, dejarse vivir por ella siendo simplemente

211
lo que somos. Y para eso, no hay otra forma que despojarnos de lo que
no nos deja ser, o por lo menos intentarlo. Despojarnos de las máscaras
que nos ocultan, de los papeles o roles que nos niegan, de las normas
que nos obligan, de las certidumbres que nos atemorizan y de los
discursos que nos distraen. Para encontrarnos, hay que desnudar el
corazón retirando lo que nos cubre, es decir, los pretextos que
inventamos para no tocarnos. Si no lo hacemos, podemos llegar,
toparnos y pasar, podemos incluso vernos, leernos y escucharnos, pero
nunca, nunca, encontrarnos.
Por esto hoy, aunque escribir sobre Terapia Neural, es más difícil
para mí, es, a la vez, más placentero. Porque en este esfuerzo por
organizar y moldear palabras para expresar a otros mis ideas y
sentimientos, está la necesidad de verme a mí misma; y en el
descubrimiento de lo que soy, está el encuentro con los otros.
Hoy, no deseo, y posiblemente no pueda, hablar de Terapia
Neural si no es desde mí, desde mi experiencia y desde mi camino. Un
camino, como el de todos, lleno de contradicciones, sueños, subidas,
bajadas, luces y sombras, en el que la Terapia Neural ha sido una gran
cómplice; en ella me revelo y ella se revela en mí, y así, nos vamos
transformando mutuamente.
Consecuente con sus fundamentos y por supuesto con los míos,
no me refiero a la Terapia Neural como si estuviera por fuera de mí, así
como no están por fuera de mí los otros, el Universo ni la vida misma.
Todo está en mí, no solamente por interacción o interdependencia, si no
esencialmente porque en este mundo de complejidad vital, todos
“intersomos”, es decir, que no sólo nuestro hacer afecta el entorno, y al
revés, sino que nuestro ser, pertenece al ser de los demás; somos para,
con y en los demás, y al revés. La relación entre todos y de todos con el
Universo se da en el “interser”, por eso es que al encontrarnos con
nosotros mismos, ocurre el milagro del encuentro con los otros y con el
Universo.
Con gozoso asombro, veo cómo en mi vida los límites entre lo
personal y lo laboral, se desvanecen; me doy cuenta cada vez con
mayor claridad cómo lo íntimo y lo público, lo “desde dentro” y lo “desde
fuera”, el sentimiento y el pensamiento, y el vivir y el discurso, se
enredan en una iluminadora confusión. Me entero que estos límites, así
como la mayoría en los que cree nuestra humanidad, son artificios; es
decir, que todo habla de lo mismo, que todo habla de lo que somos.
Todo se va mezclando, mis creencias, mis experiencias, mis
emociones, mis afectos; todo se integra, o mejor, todo devela su
inherente integración. La separación no existe, el discurso se diluye en
la vida, en mi vida, y sólo así, el discurso cobra sentido. Las
explicaciones y concepciones que privilegian el pensamiento y la razón,
sólo le sirven a la vida cuando llegan y afectan el lugar donde los

212
cambios son reales y profundos: el fondo del corazón, el lugar donde
anidan los sentimientos, el lugar de lo innombrable, de lo invisible.
Siempre me ha apasionado y estremecido la correspondencia que
encuentro cada día entre la concepción de la Terapia Neural, la esencia
de la organización social, y mis creencias y propósitos de vida, es decir,
entre la relación con mis pacientes, el trabajo comunitario, y mi
cotidianidad e intimidad. Esta correspondencia entre espacios
supuestamente tan diferentes, no es ni lineal ni azarosa; se me parece
más bien a los rasgos comunes que se encuentran en letras escritas
con la misma mano, se me parece a la metáfora.
Veo esta correspondencia, en parte, gracias al aprendizaje que
me ha permitido la Terapia Neural; y darme cuenta de ella me asombra
tanto, gracias a la ignorancia que implica pertenecer a esta humanidad
que no cree en la vida, y a la que lo obvio le parece extraño. La realidad
me sorprende porque formo parte de una sociedad que fragmenta, que
irrespeta, que impone, y que prefiere dominar a cooperar, excluir a
incluir, y obedecer a desear.
Entender la sociedad de la que formamos parte suele ser muy
importante en este camino de descubrir lo que somos y de decidir en lo
que queremos creer. Específicamente, entender cómo la sociedad se
transforma y cómo hemos llegado a ser lo que somos, es muy útil para
quienes asumimos la Terapia Neural, o cualquier otra práctica médica,
como una actitud frente a la vida y no simplemente como una técnica.
En esta discusión, que no tiene fin ni verdades absolutas, hay ideas y
pensadores que iluminan mis reflexiones:
Maturana afirma que para que haya un cambio cultural es
necesario que haya cambio emocional; que una sociedad se transforma
sólo en la medida en que las actitudes y valores de los seres humanos
lo hacen, es decir, sólo si se afectan las motivaciones, los sentimientos
y los sentidos. Sólo si se quiere y se desea con el corazón es posible
ser, transformarse o permanecer, como individuos o como sociedad;
otra voz a favor de trascender los discursos.
Capra, entre otros, coincidente con filosofías ancestrales como la
china, describe un “ritmo básico universal”, en el que la dinámica de la
historia de la humanidad es vista como fluctuaciones cíclicas y
continuas que tienen su propio ritmo y propósito. Como movimientos
complejos y sincrónicos de la cultura y de todas sus manifestaciones
(incluyendo las emociones, las creencias y las formas de organización
de la sociedad), que emergen de las relaciones que estos mismos
permiten, y cuyo carácter vital los hace impredecibles e incontrolables.
Las sociedades y los seres humanos, así como la naturaleza y el
Universo, son intrínsecamente dinámicos o cambiantes. Contagiados
por la vida, nuestro devenir y nuestra historia sucumben a su irresistible
movimiento y ritmo, a sus ciclos, a su música y a su baile.

213
Esta mirada se aparta de la propuesta del modelo evolutivo que
plantea que la historia de la humanidad es el resultado de las guerras y
los conflictos. La idea de que la evolución, tanto biológica como social,
ha sido posible gracias a las luchas desalmadas de organismos (y
microorganismos) que compiten por su propio beneficio a costa del
exterminio de los más débiles, ya no puede sostenerse, la vida está
llena de motivos para no creerla.
¿Por qué extraña razón se nos hizo más fácil suponer que un día
levantamos las manos de la tierra y nos pusimos por primera vez de pie
para tomar un arma y matar a otros (animales y seres humanos), y no
para recolectar y cargar alimentos parar compartir?, ¿por qué los
dibujos de nuestros antepasados se nos parecen más a flechas que a
plantas? Por la misma razón por la que vemos luchas en lugar de
abrazos, violencia en lugar de vínculos, partes separadas en lugar de
relaciones. Los modelos con los cuales nos vemos, pensamos y
sentimos, no nos dejan entender nuestra propia naturaleza.
En un esfuerzo por reinterpretar nuestra historia, muchos autores
como Riane Eisler y Humberto Maturana, plantean que el desarrollo de
la humanidad y de la civilización, se debe más a la capacidad de
cooperar y de amar de los seres humanos y de la vida misma, que a la
competitividad y a la dominación. De hecho, se propone, y eso es en lo
que creo, que somos esencialmente seres del amor, de la caricia y del
encuentro. No porque la historia más accesible a nuestra limitada
memoria, esté llena de violencia, dominación y competitividad, significa
que esa sea nuestra naturaleza; esa parte de la que nos acordamos es
sólo un momento de nuestra fluctuante historia, y eso que sobresale es
sólo una parte de lo que somos. En nuestro cuerpo, así como en la
Naturaleza, la tendencia es a cooperar.
Según esta mirada alternativa, la historia de la humanidad ha
fluctuado entre modelos de solidaridad y modelos de dominación, es
decir, entre sociedades que privilegian el poder de unos sobre otros, y
sociedades en las que prevalecen los vínculos afectivos y la
cooperación. En general, y sin querer irrespetar la singularidad y
complejidad de las sociedades, es evidente que los grandes cambios en
la historia de la Cultura Occidental, después del surgimiento del
patriarcado en el año 3000 AC hasta nuestros días, no se han salido del
modelo de dominación. Incluso algunos, como el surgimiento del
capitalismo, el positivismo y el mecanicismo, han significado el
perfeccionamiento de las condiciones para dominar, controlar y excluir.
Se plantea que antes de este gran periodo, los seres humanos se
organizaban en comunidades en las que primaba el amor, la
preocupación por los otros, y el respeto por la tierra; comunidades que
adoraban a la Diosa, como símbolo de vida y de la sabiduría de la
naturaleza, es decir de lo femenino. El conflicto, la competitividad y la

214
agresión existían como episodios del convivir, pero no como el modo de
vida imperante. Ahí está la diferencia.
Lo femenino, tan reconocido en esas comunidades prehistóricas,
no fue erradicado totalmente por el patriarcado, lo que sucede es que
desde entonces ha quedado oculto, subordinado y relegado. “El antiguo
amor a la vida y a la Naturaleza, las antiguas usanzas de compartir en
vez de arrebatar, de cuidar antes que oprimir, y la visión de poder como
responsabilidad en lugar de dominación”, están presentes en la
sociedad y en los seres humanos, porque lo femenino es parte de
nuestra esencia.
Esta mirada diferente de la historia puede estar tan llena de
suposiciones e imaginación como la del modelo evolutivo; pero además,
está impregnada de deseos y de esperanzas, lo que nos es mucho más
útil que la obediencia y la resignación.
Para mí es importante entender la concepción de la Terapia
Neural desde la forma como nos relacionamos los seres humanos, es
decir, desde la posibilidad y necesidad de encontrarnos y de amarnos;
desde conceptos, que son más bien emociones, como la solidaridad y la
dominación. Remitirnos a lo que somos y a nuestras relaciones, permite
que el discurso y el pensamiento pierdan peso para que lo gane la vida
y el sentimiento, impulsándonos a hacer transformaciones desde lo más
íntimo de nuestro ser. Esta manera de entender la historia de la
humanidad me lleva a pensarme y a sentirme a mí misma, me toca y
me habla de lo que soy, por eso me gusta e intento entenderla.
La racionalidad de la que forma parte la Terapia Neural, es la
racionalidad que justifica y garantiza que todos los seres nos
preocupemos por todos; que el dolor y la alegría del otro nos interese;
que el otro nos importe; es decir, que el otro no sea “el otro”. Es la
racionalidad de la solidaridad, del amor y del encuentro; de ese
encuentro con los demás que implica el encuentro con uno mismo. La
Terapia Neural está en el camino hacia la reinvención de la vida, hacia
una vida en la que todos aprendamos y recordemos cómo cuidarnos los
unos a los otros. Y en este camino, sólo es posible aprender y recordar,
desaprendiendo y olvidando.
Primero, es necesario desaprender a dividirlo todo en opuestos:
los seres humanos somos buenos o malos, hombres o mujeres, feos o
bonitos; lo que vemos es blanco o negro, está afuera o adentro, es
mecánico o biológico; las enfermedades son psicológicas u orgánicas;
las medicinas son alternativas u ortodoxas... Todo dividido en opuestos
que se excluyen y que se disputan a muerte el puesto de la verdad y la
hegemonía. Así no es posible comprender ni hacer parte de la
transformación hacia la solidaridad. Esta mirada que parece obsesión,
nos obliga a alejarnos cada vez más los unos de los otros y nos separa
de nuestra esencia.

215
Según la filosofía ancestral China, todas las manifestaciones de
la realidad se originan en la interacción dinámica y armónica de dos
fuerzas: Yin y Yang, las cuales son extremos de una unidad que lo
abarca todo; nada es sólo Yin o sólo Yang. Es decir que no son
opuestos que se excluyen, sino aspectos complementarios; uno no se
subordina al otro, y uno no es sin el otro. La ambigüedad, la
incoherencia y la contradicción se reconocen entonces dentro de la
sabiduría de la vida.
Por nuestra incapacidad para pensar y sentir sin separar y
oponer, hemos distorsionado los significados de conceptos como Yin y
Yang, y como femenino y masculino, volviendo contrincantes a los
complementarios, y dominio a la cooperación. Estas fuerzas
complementarias se necesitan mutuamente en un justo equilibrio, pues
el favoritismo de una de ellas supone instantáneamente la distorsión de
ambas; la pérdida de la sabia armonía implica que ya no sean lo que
realmente son.
Para nuestro pervertido sentido común que ha privilegiado lo
masculino sobre lo femenino: lo Yin o lo femenino es igual a mujer,
pasividad, debilidad, sentimentalismo y sumisión, y lo Yang o lo
masculino es igual a hombre, actividad, fortaleza, inteligencia y poder.
Una fuerza atropellando y negando a la otra, y en ese camino, el ser
humano desconectándose de sí mismo y de la Naturaleza.
Sobran las evidencias del daño que nos ha traído esta distorsión:
mujeres esforzándose por parecerse a los hombres, hombres
esforzándose por diferenciarse de las mujeres; unos dejándose matar
por desconocer su poder, otros matando para demostrarlo; todos
perdidos, incapaces de encontrarnos y de sentirnos plenos con lo que
somos, porque ya lo olvidamos. Se nos olvidó que somos seres
emergentes de la sabiduría de la Naturaleza, milagros de vida; se nos
olvidó que todos somos uno y que nuestra esencia es el amor.
El “progreso” que con tanto afán ha buscado nuestra “civilización”,
ha consistido en un desarrollo acelerado de la tecnología a costa de la
convivencia y de la equidad, en unos deseos locos de acabarnos los
unos a los otros, y en un miedo inexplicable de vincularnos. Aprender a
encontrarnos, no será algo fácil.
La tarea es entonces, “sanar la brecha”, reconociendo que somos
al mismo tiempo femenino y masculino, sentimiento y pensamiento,
integración y autoafirmación; que no existe un aspecto sin el otro, que
se contienen entre sí y que uno no es más que el otro. Se trata de que
hombres y mujeres recuperemos nuestro femenino perdido, ese que
nos impulsa a cuidarnos los unos a los otros, a respetar los ciclos de la
naturaleza, a tejer redes entre todos, y a creer sin necesidad de
demostración. Y que le demos a nuestro masculino su justo lugar,

216
entendido como la fuerza que afirma a cada ser con su voluntad, su
libertad y su valor.
Este es el camino en el que la Terapia Neural es cómplice; en el
que se integra lo que creíamos separado, y en el que se recupera la
conexión con la vida y con la tierra, es decir, con lo que somos. Es por
eso que la verdadera transformación no es el resultado de una batalla
hacia fuera o de convencer a los otros; sino la consecuencia de un
intenso proceso creativo en el que uno se mira a sí mismo, escucha su
propia voz y siente la luz de su alma.
Con esta mirada, quiero contar mi versión de lo que es la Terapia
Neural, la cual segura y afortunadamente compartimos muchos. Se trata
de un intento por darle una explicación que nos permita ser más
coherentes y más libres. Sin olvidar que las explicaciones son sólo
cajones en los que la vida no cabe; posibles metáforas que se acercan,
unas más que otras, a la realidad, pero que en ningún momento la
reemplazan. Es más, cuando se trata de vivir, lo mejor es prescindir de
ellas. Esta explicación tiene el don de desaparecer o transformarse en
el momento en que comience a estorbar, a producir más desencuentros,
o a complicar en lugar de iluminar. Para mí lo importante es que no sea
sólo un cambio en la forma de decir, sino un crecimiento en cómo se
siente y se vive la Terapia Neural.
La Terapia Neural es una forma de relacionarse los seres
humanos, en la cual cada uno se encuentra con los otros y con el
Universo a través del reconocimiento de sí mismo. Es una terapia cuya
esencia y propósito es el encuentro. Genera encuentros para el
reconocimiento de lo que somos. Impulsa a cada ser a mirarse a sí
mismo desde el lugar en que se pone la aguja.
Este lugar no es sólo un punto en el cuerpo, es una situación
irrepetible que emerge del encuentro de mínimo dos seres humanos
(terapeuta y paciente). Es una síntesis de tiempo y espacio, y de
pensamiento e intuición. Es un lugar anatómico, emocional, espiritual y
social a la vez, que surge en el instante mismo del encuentro. La única
manera de conocerlo es estando ahí, atentos, formando parte del
momento, y hacer lo que uno cree que hay que hacer; llegar como si no
se tuviera nada entre las manos y al mismo tiempo como si se lo tuviera
todo.
Desde el lugar en el que se pone la aguja, el cuerpo se escucha,
se ve y se da cuenta de sí mismo; surgiendo como consecuencia un
nuevo orden dentro de él. Al mirarse a sí mismo desde esa parte de sí,
el cuerpo recuerda lo que Es, recupera sus conexiones y se reconoce
como parte del Todo. En este proceso, a veces, brotan de su memoria
situaciones que forman parte de su historia, como si necesitara volver a
vivirlas para seguir construyéndose; o como si mirarlas con nuevos ojos

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le permitiera aprender lo que antes no había podido; y en ese camino,
sanar.
¿Mirarse a sí mismo para qué? Para vivir lo no vivido y cumplir
ciclos inconclusos. Para curar heridas que no nos dejan tocarnos, para
perdonar y perdonarnos cuando es necesario. Para mirar a los ojos los
miedos que nos paralizan. Para integrarnos y superar la ruptura entre
nuestro ego y nuestro ser. Para recordar la sabiduría de la vida, y para
que así, la vida siga.
Entonces, la Terapia Neural más que borrar apartes de memoria
o “desinterferir” irritaciones, propicia que cada quien se reinvente,
recuerde lo aprendido y encuentre su sentido. Las preguntas empiezan
a cambiar: en lugar, (a veces, además) de preguntarse ¿cuál es la
irritación que no deja fluir?, uno se pregunta ¿qué debe reconocer de sí
mismo cada quien para continuar su aprendizaje?, ¿qué es lo que ahora
es posible y necesario aprender?
Creo que la Terapia Neural despierta la memoria que nos rescata
de los momentos de estancamiento y desesperanza, que no son sino
momentos de olvido, trayendo a la conciencia el recuerdo de lo que
somos, y de lo que cada uno sabe y puede. Incita a estar en el mejor
momento y lugar, y con la mejor compañía. Es obvio por lo tanto que su
intención no es quitar enfermedades, dolores o inflamaciones, ni evitar
la muerte. Mucho menos intenta hacer seres invulnerables, estéticos y
productivos, por el contrario, nos aleja del deseo absurdo de parecernos
unos a otros y de compararnos con modelos inventados por un sistema
que no respeta lo que cada uno es.
La Terapia Neural acompaña el camino de la vida de cada ser. Es
una maestra que sugiere, impulsa y provoca, pero que nunca hace por
uno lo que cada quien debe hacer por sí mismo. Ella no obliga a nada,
porque sólo es posible que salga lo mejor de cada uno cuando es el
corazón el que guía, no el miedo ni la obediencia, sino el amor y la
cooperación.
Es una compañera que nos ayuda a hacernos concientes y
consecuentes; que nos permite jugar, caminar y bailar con la vida,
cuando la excusa es una enfermedad. La enfermedad, así como las
despedidas, la muerte y los problemas, es un momento sagrado, es
decir, tiene un sentido para la vida. Es una oportunidad para
transformarnos, para ser más felices y más libres. No es una
equivocación ni un defecto, por el contrario, la vida expresa su mayor
poder y sabiduría justo en ese instante.
Hacer Terapia Neural es cuestión de fe. Fe en la vida, en que
todo siempre está bien a pesar de las apariencias y en que todo tiene
un sentido. Fe en el ser humano, en su poder y en su amor. Fe en que
somos más de lo que vemos y fe en lo que no vemos. Fe en que los

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propósitos de la vida son los nuestros. Y sin ofrecer milagros, se cree en
ellos y se está atento a encontrarlos en cada momento.
De esto se trata la Terapia Neural, y en el fondo, de esto se trata
la vida; de mirarnos, de encontrarnos y de entregarnos. La Terapia
Neural es entonces una metáfora y la aguja, una excusa. Así como de
ella, podemos hablar de las caricias, de los abrazos, de las palabras, del
amor, del arte... Y también del trabajo social con sentido, es decir, del
que busca condiciones que permitan la cooperación y el contacto, del
que facilita la producción social de conocimiento, del que reconoce y
estimula la capacidad de autoorganización de las comunidades, y del
que permite recuperar el asombro y la conciencia de la realidad en que
se vive.
En últimas, el propósito es bailar con la vida. En un baile en el
que no hay ni predeterminación ni libre albedrío absolutos; en el que no
es posible quedarnos quietos, porque si no, no hay baile, y en el que lo
mejor es seguirle el paso y el ritmo, porque si no, no hay gozo, sólo una
lucha estéril contra el fluir y la alegría de la vida.

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