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El horno es un equipo de laboratorio que se utiliza para secar y esterilizar materiales y cristalería a temperaturas entre 60°C y 300°C. Debe estar colocado sobre una superficie nivelada y separado de la pared para permitir la circulación del aire. No se deben usar para materiales que no soportan altas temperaturas o materiales descartables, ni agregar material mojado una vez iniciado el secado para evitar cambios bruscos de temperatura.
El horno es un equipo de laboratorio que se utiliza para secar y esterilizar materiales y cristalería a temperaturas entre 60°C y 300°C. Debe estar colocado sobre una superficie nivelada y separado de la pared para permitir la circulación del aire. No se deben usar para materiales que no soportan altas temperaturas o materiales descartables, ni agregar material mojado una vez iniciado el secado para evitar cambios bruscos de temperatura.
El horno es un equipo de laboratorio que se utiliza para secar y esterilizar materiales y cristalería a temperaturas entre 60°C y 300°C. Debe estar colocado sobre una superficie nivelada y separado de la pared para permitir la circulación del aire. No se deben usar para materiales que no soportan altas temperaturas o materiales descartables, ni agregar material mojado una vez iniciado el secado para evitar cambios bruscos de temperatura.
Equipo que se utiliza en el laboratorio para el secado y esterilización de
materiales y cristalerías.
Oscilan de 60◦ (grado Celsius) a 300◦.
Estos equipos deben de estar colocados sobre una superficie nivelada, separado de la pared, aproximadamente a 20 cm. Para que el aire pueda salir y circular, debido a que la circulación del aire asegura una intensa transmisión del calor y por lo tanto un secado más rápido.
En este equipo no deben colocarse materiales que no soporten temperaturas
elevadas, ya que estos pueden derretirse o quemarse produciendo malos olores. Tampoco deben utilizarse para secar o esterilizar materiales descartables.
Cuando un horno ha iniciado el proceso de secado de un material, no se puede
introducir material mojado, porque el que se encuentra ya seco, se quiebra por el cambio brusco de temperatura.