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EL REY LEAR

El rey Lear (título original en inglés: The Tragedy of King Lear, La tragedia del Rey Lear)
es una de las principales tragedias de William Shakespeare. Su tema principal es la
ingratitud filial aunque también trata de la vejez y de la locura.

El texto ha sufrido diversas vicisitudes. Hay dos ediciones que pueden considerarse
originales llamadas in Quarto (publicada en 1608) e in Folio (1623); también dos ediciones
autorizadas o críticas, la de New Arden Shakespeare y la de la New Penguin Shakespeare.

La leyenda o la tragedia del Rey Lear


Lear es un legendario soberano de Bretaña, aunque resulta obvio que su historia es parte del
patrimonio de diversas culturas. El Lear histórico habría vivido antes de la fundación de
Roma, es decir en el siglo VIII a. C. Según la Historia regum Britanniae, Lear al llegar a la
vejez decidió dividir su reino entre sus hijas y sus respectivos maridos aun cuando
mantendría su autoridad real.

Cuando les pide que les declaren su afecto, Cordelia, la hija menor, disgustada por la
desfachatez aduladora de las hermanas Gonerilda y Regania, responde que su afecto es el
que toda hija siente por su padre. Lear airado la deshereda mientras entrega a sus otras hijas
la parte de Cordelia y a sus respectivos maridos, el duque de Albania y el de Cornualles.

Poco después el rey de Francia, que en aquel entonces correspondía a un tercio de la Galia,
al saber de la extraordinaria belleza de Cordelia, se casa con ella renunciando a la dote y
llevándosela consigo. Mucho tiempo después los dos duques se alzan contra el rey y lo
deponen. Entonces Lear se traslada con su hija Cordelia, donde es acogido con afecto filial.

Gonerilda es la primera en hospedar a su padre. Decide quitarlo de en medio ordenando a


su servicio que no lo atiendan bien, despidiendo a 50 hombres del propio rey y tratándolo
como a un viejo desmemoriado. El marido de Gonerilda, el duque de Albania, no aprueba
la actitud de su mujer pero es un hombre sin carácter.

El rey Lear abandona a Gonerilda y va en busca de su segunda hija, Regania y su esposo el


duque de Cornualles que se encuentran alojados en el castillo del conde de Gloucester. Allí
el rey es igualmente maltratado por su hija Regania y el esposo de ésta, siendo obligado a
vagar sin techo durante una tormenta mientras va creciendo en él la locura por haber
perdido el amor de sus tres hijas. Finalmente, consigue alojarse en una choza con su bufón,
el duque de Kent, el cual tras su anterior destierro se había disfrazado de servidor del rey
sin que fuese reconocido por nadie. Junto a ellos dormía también un vagabundo llamado
Tom, quien es en realidad Edgar, hijo legítimo del conde de Gloucester a quien su hermano
natural, Edmundo, con la intención de poder heredar las posesiones de su padre, ha tendido
una trampa y mandado matar. Por esta razón, Edgar se esconde.

Finalmente, Lear lleva el cadáver de Cordelia ante todos y se lamenta de todas sus penas y
ante todos, muere por el dolor de perder a Cordelia, pues este aceptaba pasar sus días en la
prisión con tal que sean al lado de su amada hija Cordelia.

Es muy importante enfatizar que a medida que el desenlace de la obra se acerca, fuera se
desata una gran tormenta. Y a medida que Lear va enloqueciendo y hace comentarios
incoherentes, Shakespeare indica que se ha producido algún fenómeno como un rayo o
un árbol que es arrancado de cuajo por el viento.

En conclusión en esta obra, Shakespeare ahonda en la condición humana y en las relaciones


antinaturales que pueden darse en la familia tanto entre padres e hijos, como entre
hermanos.

En las tragedias de Shakespeare el mal no es únicamente externo, producto de la casualidad


o el destino. El héroe trágico es destruido porque hay algo en él que contribuye a su propia
destrucción. El bien y el mal son territorios claramente delimitados. La historia central de
Lear y sus hijas tiene su correspondencia en la de Gloucester y sus hijos. Ambos patriarcas
contribuyen al caos en la familia y el estado; posteriormente Lear se sume en la locura y
Gloucester en la ceguera, pero en ambos casos la oscuridad da paso a la iluminación
espiritual.

El destierro al que se ve sometido Lear lo enfrentará al paisaje; a aquel paisaje que le ofrece
una naturaleza salvaje y caótica y a su propio paisaje interior: el paisaje de la locura.

En esta obra la naturaleza es un personaje más. El orden que Shakespeare presenta en El
rey Lear es un orden precristiano, un orden pagano en que la naturaleza es un dios y el
hombre se encuentra regido por la fuerza de los elementos y los astros. La Tormenta como
manifestación física y como tema, representa eje central de la pieza, marcando un punto de
inflexión en los principales personajes.
HAMLET

La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca (título original en inglés: The Tragedy of


Hamlet, Prince of Denmark), o simplemente Hamlet, es
una tragedia del dramaturgo inglés William Shakespeare en el que su tema principal se basa
en la venganza.

Hamlet es la pieza más larga de Shakespeare y una de las más influyentes de la literatura
inglesa.

La obra comienza en una fría noche en Elsinor, el castillo real de Dinamarca. Un centinela
llamado Francisco es relevado por otro hombre llamado Bernardo. Cuando el primero sale,
entra otro centinela llamado Marcelo acompañado de Horacio. Los centinelas tratan de
convencer a Horacio, el mejor amigo de Hamlet, de que han visto al fantasma del rey
Hamlet, padre del príncipe. Después de oír a Horacio, el príncipe Hamlet decide ir, por la
noche, al lugar de las apariciones para ver al fantasma él mismo.

Polonio es el chambelán del reino; su hijo, Laertes, parte de viaje a Francia y su


hija, Ofelia, es cortejada por Hamlet. Laertes le advierte a Ofelia que debe terminar su
relación con Hamlet ya que él es el príncipe y no es el dueño de sus deseos porque estos
pueden afectar al Estado. A su vez, Polonio, su padre, le prohíbe que lo vea de nuevo, «De
ahora para siempre: no quiero, hablando en términos claros, que derroches un solo
momento de ocio hablando o conversando con el príncipe Hamlet». Ofelia promete
obedecer y dejar de verlo.

Esa noche el fantasma se le aparece a Hamlet y le informa que es el espíritu de su padre y


que su tío Claudio lo asesinó al verter veneno en su oído mientras dormía. El fantasma le
pide que lo vengue matando a su homicida. Tras el encuentro, el príncipe duda si el espíritu
es el de su padre y si lo que ha dicho es real.

El rey Claudio y la reina Gertrudis están muy ocupados tratando de abortar la invasión
liderada por Fortimbrás, a la vez que se preocupan por el comportamiento errático y
cambiante de Hamlet. Claudio decide convocar a dos amigos de Hamlet (Rosencrantz y
Guildenstern) para intentar averiguar la causa de la conducta extraña de su sobrino. Hamlet
los recibe cortésmente, pero se da cuenta de que lo están espiando.
Ofelia se alarma por el comportamiento extraño de Hamlet y le cuenta a su padre que el
príncipe entró a su habitación y se quedó mirándola sin decir nada. Polonio presume que es
un “éxtasis de amor” la causa de la locura de Hamlet y pregunta a su hija si había sido dura
con él. Ella le responde que había seguido sus órdenes, a lo que Polonio entiende que esa
era la causa del trastorno de Hamlet y lamenta haber malinterpretado sus intenciones.
Luego informa a los reyes de lo que supone acerca de la "locura" del príncipe.

Hamlet continúa dudando si el fantasma le ha dicho la verdad, por lo que, cuando una
compañía de actores itinerantes llega a Elsinor, se le presenta una solución.

Polonio y el rey Claudio deciden espiar a Hamlet cuando este se encuentra con Ofelia
pensando que están solos, para ver su reacción y confirmar la causa de su aparente locura.
Luego de que Hamlet diga el soliloquio que comienza con la frase ser o no ser, sin advertir
la presencia de Ofelia, ella le devuelve unas cartas que Hamlet le envió y el príncipe se
pone furioso, la rechaza y le insiste para que se marche a vivir a un convento.

Claudio temiendo que, en su "locura", Hamlet atente contra él, decide enviarlo a Inglaterra,
por su propia seguridad. Mientras tanto, la reina llama a Hamlet para tratar de comprender
su conducta tan rara, mientras Polonio se oculta detrás de una cortina para poder espiar y
luego contárselo a Claudio.

Hamlet acude al llamado de su madre a la habitación de ella, donde le reprocha su


apresurada boda con Claudio, por el inadecuado momento en que ocurrió (menos de dos
meses después de la muerte del rey) y por considerar que no existía punto de comparación
entre su padre y su tío. Cuando escucha un ruido detrás de la cortina, y pensando que es el
rey, lo apuñala, causando la muerte a Polonio. Luego aparece el fantasma de su padre y
Hamlet le habla, pero la reina Gertrudis no puede verlo ni oírlo, por lo que supone que el
príncipe está totalmente loco. Finalmente Hamlet se lleva el cuerpo de Polonio y lo oculta.
Luego parte a Inglaterra, acompañado por Rosencrantz y Guildenstern, ya que tienen la
orden de ejecutarlo.

Tras la muerte de Polonio, Ofelia, angustiada además por el alejamiento de su amado


Hamlet, comienza a desvariar y cantar; mientras que su hermano Laertes regresa de Francia
con la idea de vengar la muerte de su padre. Claudio lo convence de que Hamlet tiene toda
la culpa del crimen. En ese momento llega a Horacio una carta de Hamlet en la que cuenta
que su barco con rumbo a Inglaterra fue atacado por piratas, por lo que ha retornado a
Dinamarca después de ser liberado, mientras sus acompañantes siguen su viaje.

El rey Claudio y Laertes organizan un plan: Laertes peleará contra Hamlet con una espada
envenenada para así tener más posibilidades de matarlo. En caso de que falle, Claudio le
ofrecerá a Hamlet una copa de vino con veneno. En ese momento llega la reina Gertrudis
para informar que Ofelia se ha ahogado en un río, sembrando la duda de que podría haberse
suicidado.

Después, dos sepultureros cavan una tumba para Ofelia; es mientras discuten cuando llegan
Hamlet y Horacio. Uno de los sepultureros encuentra el cráneo de Yorick, un bufón con el
que Hamlet solía divertirse cuando era niño, y es allí cuando le habla a la calavera. Luego
llega el cortejo fúnebre de Ofelia, encabezado por Laertes, y Hamlet se entera de su muerte.
Cuando Hamlet llega, ambos compiten y pelean en quién siente mayor dolor con la pérdida
de Ofelia, hasta que son detenidos por Claudio y Gertrudis.

En Elsinor, Hamlet se reúne con Horacio y le cuenta cómo encontró una carta de Claudio
en la que ordenaba que cuando llegara a Inglaterra, lo mataran, por lo que Hamlet la
modificó pidiendo que se dé muerte a Rosencrantz y Guildenstern; en ese momento, un
cortesano llamado Osric llega y le informa sobre el duelo con Laertes.

En el duelo, Laertes hiere con su espada envenenada a Hamlet pero el príncipe sigue
luchando, luego surge un intercambio casual de espadas y Hamlet termina hiriendo a
Laertes con su propia espada envenenada. La reina Gertrudis muere al beber el vino
envenenado por error, sin saber que lo estaba.

Laertes, arrepentido, confiesa a Hamlet que la trampa del vino fue ideada por Claudio.
Hamlet, encolerizado, por fin logra herir al rey Claudio y le hace beber de su propio
veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba. Hamlet,
antes de morir, le pide a su fiel amigo Horacio que cuente la verdad sobre lo sucedido y que
se declare al príncipe Fortimbrás heredero del trono, el cual se presenta en la sala (después
del fallecimiento de Hamlet), en medio del espectáculo de tantas muertes.

La obra termina con la entrada en la corte de Fortimbrás, quien ofrece un funeral militar en
honor a Hamlet
Dadas la estructura dramática de la obra, la profundidad de sus caracterizaciones y una
línea temporal capaz de «aparentemente ilimitadas reformulaciones y adaptaciones
posteriores», Hamlet puede ser analizada, interpretada y discutida desde una amplia
pluralidad de perspectivas.

MACBETH
Macbeth (título completo en inglés, The Tragedy of Macbeth, La tragedia de Macbeth) es
una tragedia de William Shakespeare, que se cree que fue representada por primera vez
en 1606. Dramatiza los dañinos efectos, físicos y psicológicos, de la ambición política en
aquellos que buscan el poder por sí mismo.

Cuando Macbeth y su compañero Banquo cabalgan hacia Forres desde el campo de batalla,
se encuentran con las brujas, quienes saludan a Macbeth, primero como thane de Glamis,
luego como thane de Cawdor, y por último anunciándole que un día será rey. A Banquo le
dicen que sus descendientes serán reyes. Cuando Macbeth pide a las brujas que le aclaren el
sentido de las profecías, ellas desaparecen. Se presenta un enviado del rey (Ross), quien
notifica a Macbeth la concesión real del título de thane de Cawdor.

Viendo cumplida la profecía de las brujas, Macbeth comienza a ambicionar el trono.


Macbeth escribe una carta a su esposa, en Inverness, explicando las profecías de las brujas.
Lady Macbeth, al leer la carta, concibe el propósito de asesinar al rey Duncan para lograr
que su marido llegue a ser rey. De improviso se presenta Macbeth en el castillo, así como la
noticia de que Duncan va a pasar allí esa noche. Lady Macbeth le expone sus planes.
Macbeth duda, pero su esposa le inculca cizañas, estimulando su ambición.

Al llegar la noche, Macbeth, instigado por su esposa, da muerte al rey Duncan cuando
duerme en su aposento. Antes de su muerte ve visiones de una espada con sangre y siente
fuertes remordimientos, que Lady Macbeth se esfuerza por acallar, y ve lo débil que es su
esposo y decide ella incriminar a los criados tiñéndolos de sangre. A la mañana siguiente,
se descubre el crimen y Macbeth culpa a los sirvientes de Duncan, a los que previamente ha
asesinado, supuestamente en un arrebato de furia para vengar la muerte del rey. Los hijos
de Duncan, Malcolm y Donalbain, que se encuentran también en el castillo, no creen la
versión de Macbeth, pero disimulan para evitar ser también asesinados. Malcolm huye
a Inglaterra y Donalbain, a Irlanda.
Gracias a su parentesco con el fallecido rey Duncan y a la huida de los hijos de este,
Macbeth consigue ser proclamado rey de Escocia, cumpliéndose así la segunda profecía de
las brujas.

A pesar del éxito de sus propósitos, Macbeth continúa intranquilo a causa de la profecía que
las brujas hicieron a Banquo, según la cual este sería padre de reyes. Encarga a unos
asesinos que acaben con su vida, y la de su hijo, Fleance, cuando lleguen al castillo para
participar en un banquete al que Macbeth le ha invitado. Los asesinos matan a Banquo,
pero Fleance consigue huir del lugar. En el banquete, poco después de que Macbeth sepa
por los asesinos lo ocurrido, se aparece el espectro de Banquo y se sienta en el sitio de
Macbeth. Sólo Macbeth puede ver al fantasma, con el que dialoga, y en sus palabras se
hace evidente su crimen.

Macbeth regresa al lugar de su encuentro con las brujas. Inquieto, les pregunta por su
futuro. Ellas conjuran a tres espíritus. El primero advierte a Macbeth que tenga cuidado con
Macduff. El segundo dice que "ningún hombre nacido de mujer" podrá vencer a Macbeth, y
el tercero hace una curiosa profecía:

Estas profecías tranquilizan a Macbeth, pero no se queda satisfecho. Quiere saber también
si los descendientes de Banquo llegarán a reinar, como las brujas profetizaron. En respuesta
a su demanda, se aparecen los fantasmas de ocho reyes y el de Banquo, con un espejo en la
mano, indicando así que ocho descendientes de Banquo serían reyes de Escocia. Un vasallo
de Macbeth le notifica que Macduff ha desertado. En represalia, Macbeth decide atacar su
castillo y acabar con la vida de toda su familia. La acción se traslada a Inglaterra, donde
Macduff, ignorante todavía de la suerte que ha corrido su familia, se entrevista con
Malcolm, hijo de Duncan, al que intenta convencer para que reclame el trono. Recibe la
noticia de la muerte de su familia.

Lady Macbeth empieza a sufrir remordimientos: sonámbula, intenta lavar manchas de


sangre imaginarias de sus manos. Malcolm y Macduff, con la ayuda de Inglaterra, invaden
Escocia. Macduff, Malcolm y el inglés Siward, conde de Northumberland, atacan el castillo
de Dunsinane, con un ejército camuflado con ramas del bosque de Birnam, con lo que se
cumple una de las profecías de las brujas: el bosque de Birnam se mueve y ataca
Dunsinane. Macbeth recibe la noticia de que el bosque se mueve y de la muerte de su
esposa por suicidio. Tras matar al hijo de Siward, se enfrenta con Macduff. Se siente
todavía seguro, a causa de la profecía de las brujas, pero ya era demasiado tarde, debido a
que Macduff le revela que su madre había muerto una hora antes de que él naciera, y que
los médicos habían realizado una cesárea para mantener a Macduff vivo, y así se cumple la
profecía de que «no podría ser matado por ningún hombre nacido de mujer» y Macbeth
comprende que las profecías de las brujas han sido engañosas. Acto seguido, Macduff mata
a Macbeth y le decapita.

ROMEO Y JULIETA
Romeo y Julieta (título original en inglés: Romeo and Juliet o The Most Excellent and
Lamentable Tragedy of Romeo and Juliet, La excelente y lamentable tragedia de Romeo y
Julieta, 1597) es una tragedia y melodrama del dramaturgo inglés William Shakespeare.
Narra la historia de dos jóvenes enamorados que, a pesar de la oposición de sus familias,
rivales entre sí, deciden casarse de forma clandestina y vivir juntos; sin embargo, la presión
de esa rivalidad y una serie de fatalidades conducen a que la pareja elija el suicidio antes
que vivir separados. La muerte de ambos, sin embargo, supone la reconciliación de las dos
familias.

Todo comienza con una disputa callejera entre los Montesco y los Capuleto. El príncipe
de Verona, Della Escala, interviene entre ellos y declara un acuerdo de paz que en caso de
ser violado habría de ser pagado con la muerte. Después de los sucesos, el conde Paris —
pariente del príncipe Della Escala—, se reúne con el señor Capuleto para conversar sobre la
idea de contraer matrimonio con su hija Julieta, pero el señor Capuleto le pide que espere
durante un plazo de dos años más, tiempo tras el cual cumpliría quince años. Aprovechando
el ofrecimiento, le sugiere que organice un baile familiar de carácter formal para celebrar
tal acontecimiento. Mientras tanto, la señora Capuleto y la nodriza de Julieta intentan
convencer a la joven de que acepte casarse con Paris.

En diferentes circunstancias, Benvolio habla con su primo Romeo —hijo de los Montesco


—, sobre su más reciente depresión. Convencido de que la tristeza de su primo se debe al
amor no correspondido de una joven llamada Rosalina —sobrina del señor Capuleto—,
Benvolio le informa acerca del baile familiar de los Capuleto. Finalmente, Romeo acepta
acudir sin invitación a la ceremonia, esperando encontrarse con Rosalina. No obstante,
cuando llega al hogar de los Capuleto, se encuentra con Mercucio —pariente del príncipe
Della Escala y amigo de Romeo—, este le cuenta el sueño que tuvo, pero Mercucio no le
cree y le dice que trate de bailar adentro del baile familiar de carácter formal para celebrar
el acontecimiento de los Capuleto. Cuando Romeo está adentro del baile, se encuentra con
Julieta y se enamora perdidamente de ella. Julieta le pregunta a la nodriza sobre quién es él,
a lo que ella le responde que es Romeo de los Montesco lo que hizo quedar impactada por
la belleza de Romeo. Tras concluir el baile, en la secuencia conocida como "la escena del
balcón", Romeo se infiltra en el patio de los Capuleto y escucha secretamente a Julieta,
quien está en el balcón de su dormitorio, admitiendo su amor por él a pesar de la hostilidad
entre su familia y los Montesco. Romeo "toma la palabra", se sube al balcón y ambos
empiezan a intercambiar promesas apasionadas. Después, Romeo se retira a toda prisa justo
antes de que la nodriza de Julieta la llama.

Con el paso del tiempo, el joven comienza una serie de encuentros con la muchacha, hasta
llegar al momento en que ambos deciden casarse. Con la asistencia de Fray Lorenzo, quien
espera reconciliar a las familias rivales de Verona a través de la unión de sus hijos, al día
siguiente del juramento de amor, los enamorados se casan en secreto. Ofendido por la
intromisión de Romeo en el baile familiar, Teobaldo —primo de Julieta— reta al joven a un
duelo. Sin embargo, Romeo evade el combate. Impaciente tanto por la insolencia de
Teobaldo como por la "cobarde sumisión de Romeo", Mercucio acepta el duelo, aunque
resulta mortalmente herido y muerto por Teobaldo. Dolido ante la muerte de su amigo,
Romeo retoma el enfrentamiento y logra asesinar al primo de Julieta. A consecuencia de lo
anterior, el príncipe exilia al joven de la ciudad, reiterando que si regresa, "sería lo último
que haría en su vida". Malinterpretando la tristeza de su hija, el señor Capuleto decide
ofrecerla en matrimonio al conde Paris, intentando convencerla de aceptarlo como esposo y
convertirse en su "feliz consorte". Finalmente, la joven acepta bajo la condición de
posponer la boda, aun cuando su madre se niega terminantemente. Mientras tanto, Romeo
pasa la noche secretamente en la alcoba de Julieta, donde ambos consuman el matrimonio.

Julieta visita a Fray Lorenzo para pedirle sugerencias, y este conviene en ofrecerle
una pócima que la induciría a un intenso coma con duración de cuarenta y dos horas. Una
vez que la joven acepta llevar a cabo la farsa, el fraile le promete enviar un mensaje a
Romeo, informándole sobre su plan secreto, por lo que podría volver cuando ella despierte.
La noche anterior a la boda, Julieta ingiere la poción y sus familiares, al creerla muerta,
depositan su cuerpo en la cripta familiar.

A pesar de su promesa incondicional, el mensaje de Fray Lorenzo enviado por Fray Juan,
su compañero, nunca llega a Romeo y, en cambio, este se encuentra con Baltasar (uno de
sus sirvientes), quien le informa de la repentina muerte de Julieta. Frustrado ante semejante
noticia, Romeo decide comprarle al boticario de la ciudad un eficaz veneno, antes de acudir
a la cripta donde se encuentra Julieta. Al llegar, se encuentra con Paris, quien momentos
antes había estado llorando sobre el "cuerpo inerte" de su amada. Creyendo que Romeo es
un saqueador de tumbas, el conde lo enfrenta, pero muere asesinado por Romeo, no sin
antes decirle que su cadáver debe ser colocado con el cadáver de Julieta. Convencido
todavía que su amada está muerta, Romeo procede a beber el veneno para morir al lado de
ella. Al despertar del coma inducido, Julieta se encuentra con los cadáveres de Romeo y
Paris en la cripta; Fray Lorenzo le pide a Julieta que huya y se vaya a unirse a una
organización de monjas, pero ella se niega, incapaz de hallar una solución a tales
circunstancias, determina atravesarse el corazón con la daga de su esposo, muriendo
abrazado de su amado. Tiempo después, los Montesco y los Capuleto, acompañados del
príncipe, se percatan de la muerte de los jóvenes y del conde. Absorto por la trágica escena,
Fray Lorenzo comienza a relatar la historia completa del "amor prohibido" entre Romeo y
Julieta. Su revelación consigue terminar con la rivalidad entre ambas familias y el señor
Montesco y el señor Capuleto están decididos a construir una estatua de oro de ambos.

Romeo y Julieta finaliza con la elegía de Della Escala sobre el "amor imposible" de los
jóvenes: "Nunca ha habido una historia más trágica / que ésta, la de Julieta y su Romeo..."

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